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Movimento

ISSN: 0104-754X
stigger@adufrgs.ufrgs.br
Escola de Educação Física
Brasil

Vilanou, Conrad
El deporte en el siglo XX: metrópolis, política y espectáculo
Movimento, vol. VII, núm. 15, 2001, pp. 137-155
Escola de Educação Física
Rio Grande do Sul, Brasil

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=115318170011

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El deporte en el siglo XX: metrópolis, política y
espectáculo

Conrad Vilanou *

No hay duda que por encima de otras posibles la Pedagogía deportiva (1922). En este sentido,
calificaciones, podemos considerar que el siglo no hay duda que el deporte -definido por el mis-
XX ha sido el siglo del deporte. Con inde- mo Coubertin como "le cuite voluntaire et
pendencia de sus raíces clásicas que se remontan habitud de l'exercice musculaire intensif per le
a la Grecia antigua, hay que decir que su recupe- désir du progrès et ne craignant pas d'aller
ración se produjo en el siglo XX a través del idea- jusqu'au risque"-1 constituyó, desde primera
rio olímpico promovido por Coubertin a partir hora, un verdadero programa de regeneración
de la importación del modelo deportivo anglo- social al proclamar valores modernos como el ejer-
sajón a la Europa continental. Es evidente que cicio físico, el gusto por el aire libre, la higiene y
durante el siglo pasado -es decir, el siglo XX- el la camaradería, sin olvidar que el deporte era pre-
deporte se ha convertido en un universal cultural sentado como el mejor antídoto para combatir
que se ha extendido por todas partes. El ascenso las plagas sociales (alcoholismo, enfermedades
continuo del movimiento olímpico -que reúne venéreas) que, en las postrimerías del siglo XIX,
más estados que la mayoría de organismos inter- afectaban a la juventud.2
nacionales- así lo confirma. Y aunque el deporte
ha sido denigrado en más de una ocasión por Además, bajo la influencia de los vientos
situarse al servicio del poder político -el caso de neovitalistas el deporte promovió una plástica que
la Olimpíada de Berlín (1936) es una buena prue- -a la larga- fue utilizada por los regímenes tota-
ba de lo que decimos-, no es menos verdad que litarios para favorecer la estetización de la políti-
el siglo XX -que ha asistido de manera impasible ca. Por otra parte, la aparición de los noticiarios
al desencadenamiento de dos Guerras Mundia- cinematográficos facilitó la divulgación de las
les, sin olvidar el gran número de conflictos re- competiciones deportivas y el estudio a cámara
gionales que desgraciadamente todavía perduran- lenta de las imágenes biomecánicas, que eran
puede encontrar en el deporte una de sus aporta- analizadas detenidamente en los laboratorios por
ciones más positivas. Mejor que en el futuro re- fisiólogos y entrenadores a fin de mejorar la efi-
cuerden el siglo XX por ser el siglo del deporte cacia de los movimientos corporales (marcha,
que no por la barbarie bélica, la bomba atómica saltos, carreras, lanzamientos, etc.). A lo expues-
de Hiroshima o las deportaciones que conducían to, hay que añadir que la divulgación del deporte
a las cámaras de gas de Auschwitz. comportó la extensión de una moral estoica que
destaca la dimensión agonística del entre-
El deporte entró en la cultura moderna con una namiento y de la competición deportiva. A pesar
clara vocación pedagógica porque, al margen de del peligro a las lesiones, el esfuerzo, el trabajo y
otras posibles lecturas, parece que tal como lo la actividad desinteresada constituían algunas de
concibieron los educadores ingleses del siglo XIX las virtudes proclamadas por aquellos apóstoles -
tenía una función educativa que se quiso univer- nos referimos naturalmente a los pioneros que
salizar al destacar Coubertin la potencialidad de fundaron clubes y sociedades deportivas a fines
del siglo XIX- que, un poco idealmente siguien- a pesar de las manifestaciones elitistas de espe-
do una visión romántica de la tradición clásica, cialidades como la equitación, el golf, la esgrima
confiaban en la capacidad reformadora del de- o el tenis, llegó finalmente a todas las capas so-
porte. Tanto es así que la exaltación de la lucha y ciales. Añadamos, empero, un nuevo aspecto: la
del sacrificio fue presentada como un elemento aparición después de la Primera Guerra Mundial
clave para la formación humana de manera que (1914-1918) del deporte de masas -el fútbol,
se hizo famosa aquella expresión -a menudo mal particularmente en Europa y por extensión en
interpretada pero que atesora una inequívoca Latinoamérica- generó un fenómeno de nueva
voluntad pedagógica- que dice que lo más im- planta que con el tiempo había de recordarnos
portante es, justamente, el hecho de participar aquella cultura del espectáculo de la Roma im-
practicando el juego limpio (fairplay). En último perial, es decir, el pan y el circo ya criticado por
término, lo que forma es siempre la preparación Juvenal en sus sátiras y combatido férreamente
para la competición deportiva al margen del por el cristianismo primitivo (Tertuliano,
resultado -positivo o negativo, derrota o victoria- Novaciano).4
que se da. Así entendía Thomas Arnold la
formación deportiva de los universitarios britá- Ahora bien, los acontecimientos políticos por los
nicos, aquellos que competían con los remos en que ha transitado el siglo XX -el militarismo de
las aguas del Támesis en las regatas entre Oxford los diferentes regímenes políticos autoritarios, el
y Cambridge o aquellos otros jóvenes que corrían proceso de colonización de África y Asia que exi-
en las pistas atléticas con el deseo de prepararse gía una mejor preparación física, las campañas
para la vida, tal como puso de relieve una película pseudocientíficas a favor de la desigualdad racial,
repleta de valores humanos como Carros de la revolución soviética de 1917, la manipulación
fuego (1981). ideológica del deporte por el totalitarismo dicta-
torial, la guerra fría- han afectado la evolución
Con todo, no se puede perder de vista que en la del deporte que se ha convertido en un gran es-
Europa continental fue la gimnasia en primer pectáculo controlado por las empresas mediáticas.
lugar, y el ciclismo y el atletismo más tarde, los De hecho, la televisión domina actualmente el
deportes que marcaron los mojones de un itine- mundo del deporte al imponer incluso cambios
rario que se ha identificado con el paso de la gim- de reglas -la limitación de la duración de los par-
nasia al deporte.3 Todo este cúmulo de circuns- tidos de tenis o la obligatoriedad de los tiempos
tancias generó un proceso histórico que determi- muertos en el baloncesto- por razones de pro-
nó el tránsito de la gimnasia -ejercicio típico del gramación y exigencias publicitarias.
siglo XIX- al deporte que fue presentado por las
vanguardias culturales y los manifiestos artísti-
cos -y aquí el nombre de Dalí ocupa un lugar
El deporte, un fenómeno
propio ya que su Manifest Groe (1928) así lo con-
metroplitano
firma- como un elemento innovador. El deporte -
en la época de entreguerras (1919-1939)- se Se ha de insistir que el deporte es un fenómeno
identificaba con la innovación, la modernidad y típicamente moderno que se ha de vincular al cre-
el progreso, o lo que es lo mismo, con la van- cimiento de las ciudades y a la aparición de un
guardia de una sociedad que deseaba romper los modelo de vida metropolitano. Stefan Zweig en
lazos con el estado de cosas anterior a 1914 que sus memorias constata que en el siglo XIX no ha-
era percibido, además, como una cosa rancia y bía triunfado todavía el deporte que cuajó con fuer-
trasnochada. Estos antecedentes confirman el za en el siglo XX. Zweig que se había formado en
proceso de institucionalización del deporte que, aquel mundo de la seguridad del imperio austría-
co anterior a la Primera Guerra Mundial lo deja lidad durante aquellos años de crisis económica,
bien claro al manifestar que la lucha, los clubes de política y espiritual. Este ambiente afectó nega-
atletismo, los récords, a fines del siglo XIX eran tivamente al mundo del deporte que sufrió -des-
cosas de barriada y su público era gente humilde y pués de la Primera Guerra Mundial- una conta-
trabajadora. La aristocracia -como mucho- asis- minación militarista que influyó para que algu-
tía a las carreras del hipódromo de Viena porque nas prácticas deportivas adquiriesen un tono
para la buena sociedad la actividad física significa- premilitar: el deporte -bajo regímenes dictato-
ba una absoluta pérdida de tiempo.5 riales como el fascismo italiano instaurado en
1922 y el nacionalsocialismo alemán asentado en
Hubo que esperar a las primeras décadas del si-
1933- se canalizó hacia la preparación para la
glo XX para que el deporte constituyese un ele-
guerra. Hay que añadir que en aquellos difíciles
mento más de la cultura metropolitana que había
años de entreguerras las milicias -esto es, grupos
generado unas nuevas condiciones materiales y
de jóvenes armados que sembraban el terror por
psicológicas de la población que, con el paso del
doquier- participaban violentamente en los asun-
tiempo, propiciaría la aparición de una categoría
tos políticos contando con la connivencia de los
social desconocida y que deseaba romper con el
gobernantes de turno que veían en la juventud
mundo anterior: la juventud. Fue entonces
unas tropas de asalto que -en el caso del fascis-
cuando se asistió al crecimiento de las ciudades y
mo- habían de garantizar el orden social.
a la mejora de las personas que se hicieron -al
decir de un testigo de excepción como Stefan Desde un punto de vista urbanístico hacía tiempo
Zweig- más bellas y más sanas gracias al deporte, que las plazas, las iglesias y los palacios -edificios
a una alimentación mejor, a una jornada de tra- propios del Antiguo Régimen- ya no eran los
bajo más corta y a un contacto más íntimo con la elementos que definían el espacio de una ciudad,
naturaleza. En medio de todo ello, las costumbres sino las vías de comunicación -las nuevas calles
ciudadanas iban a experimentar un giro trazadas geométricamente en forma de paralelas
copernicano: nadie -a excepción de los más po- y diagonales- que habían de permitir el
bres- ya no se quedaba en casa los domingos ya establecimiento de una rápida red de comunica-
que toda la juventud salía a caminar, a escalar y a ciones. Por ello un vehículo de transporte como
jugar, practicando toda especie de deportes. la bicicleta se convirtió pronto en' un deporte
proletario y, en consecuencia, profesional. Sólo
En esta dirección, el desarrollo de la cultura me-
los deportes típicamente burgueses y aristocráti-
tropolitana -una manifestación típicamente
cos -con la inclusión de una especialidad univer-
moderna- contribuyó, al romperse los lazos que
sitaria como el rugby- defendieron el ama-
habían sostenido a la sociedad del Antiguo Régi-
teurismo más absoluto. Los trabajadores que ha-
men, la despersonalización de la vida humana
bían abandonado sus ocupaciones para entrenarse
que de esta manera entraba en el anonimato de la
intensivamente recibían cantidades económicas
masa que favorecía la emergencia de sensaciones
cada vez más elevadas como compensación de
colectivas. Este conjunto de emociones
sus clubes que, en ocasiones, eran patrocinados
multitudinarias fue manipulado políticamente
por las mismas empresas, siendo el caso del Arse-
por parte de los gobernantes que, asediados por
nal londinense un ejemplo ilustrativo de lo que
las reivindicaciones obreras y temerosos que los
decimos.
estallidos revolucionarios, optaron por el camino
del totalitarismo. La democracia -la historia de la De hecho, los trabajadores necesitaban de un
República de Weimar (1919-1933) así lo de- tiempo de ocio y disfrute que -de acuerdo con
muestra- vivió un período de profunda inestabi- los planteamientos higiénicos del momento-
habían de alejarlos de la taberna y del prostíbulo nas -el hombre-masa se diluye en estas grandes
y llevarlos hasta las playas y montañas. Además, riadas de gente- que se desplazan de un lugar a
el paisaje urbano vio surgir la construcción de otro (en muchas ocasiones en ferrocarril metro-
velódromo, pistas de patinaje, campos de fútbol, politano), situación que recuerda la imagen de la
baños públicos y piscinas al aire libre. Aquellos Babel bíblica en la que se convirtieron las con-
gimnasios del siglo XIX -instalados en locales centraciones. Si el cine refleja perfectamente esta
oscuros e insalubres- pasaban a mejor vida. Y en ambientación de elementos espectrales -a veces,
medio de este panorama de crecimiento de las casi fantasmagóricos- que dan vida a la metró-
ciudades aparecían los grandes estadios que, ade- poli, tal como recogen películas emblemáticas
más de albergar las competiciones deportivas (at- como Metrópolis de Fritz Lang (1926) y Berlín,
letismo, fútbol, etc.), serían utilizados para dar sinfonía de una gran ciudad de Walter Ruttmann
cobijo a todo tipo de grandes concentraciones (1927), no menor fuerza descriptiva poseen las
políticas o religiosas. El estadio -al igual que el crónicas periodísticas y literarias que narran cómo
gimnasio en las polis helenísticas- se convertía las masas proletarias se desplazaban -en muchas
así en un distintivo que marcaba el signo de la ocasiones tomando el "metro"- en las tardes de
civilización de los tiempos modernos que culmi- partido a los distintos campos de fútbol.
naban en una cultura metropolitana que utiliza-
Talmente da la impresión como si los especta-
ba la plataforma de las Exposiciones Universales
dores pareciesen mineros que saliendo del pozo
para divulgar por todo el mundo las novedades
-ésa es la imagen que recoge más de un escri-
deportivas.
tor- se dirigen, después de una semana de duro
Además, el deporte con su estética energética y trabajo, a tomar posesión en las gradas del esta-
vitalista alentaba una visión motorizada del cuer- dio. Por lo común, el estadio se encuentra cerca
po humano que fue presentada como un antído- de la estación del ferrocarril metropolitano. Las
to a los funestos efectos que se desprendían de cifras que se reúnen pueden superar -nos refe-
una sociedad -heredera de la industrialización del rimos a la década de los años veinte- las treinta
siglo XIX- mecanizada. Efectivamente, el deporte mil personas, treinta mil proletarios. Las ban-
-y aquí podemos incluir además del ciclismo, el das tocan marchas musicales de carácter popu-
motociclismo y el automovilismo- fue uno de lar. El sentido de tristeza y pobreza lo invade
los temas preferidos de los futuristas que al exal- todo. Pero cuando salen los jugadores el públi-
tar el dinamismo y la velocidad proclamaron la co olvida sus penurias: el espectáculo comienza
llegada de una forma de civilización que presen- y la fiesta no puede desperdiciarse. El deporte -
taba la obra de arte a manera de conjuntos plás- y el fútbol por definición- se convierte en el
ticos en los que confluían los materiales y las subs- opio de un pueblo que necesita hacer frente a
tancias más dispares y los mecanismos más sor- las estrecheces de una vida humana que la in-
prendentes para producir nuevas sensaciones (lu- dustrialización tiende a robotizar y automatizar
ces, movimientos, ruidos). A pesar del desarrollo como reflejó ácidamente Charlot en Tiempos
mecánico, el hombre metropolitano se encontraba Modernos (1936): el hombre-máquina, el hom-
encadenado a una dinámica opresora y asfixian- bre-proletario, el hombre-masa, encuentra en
te: su ritmo vital recuerda el ritmo de la produc- la liturgia del espectáculo deportivo un canal
ción industrial que se caracteriza por las com- para expresar catárticamente sus sentimientos y
bustiones y el funcionamiento de topo tipo de emociones.
ingenios que circulan, sin cesar, en todos los ni-
veles (superficie, cielo, subsuelo). Las ciudades Tampoco podemos olvidar que si la sociedad in-
se ven transitadas por grandes corrientes huma- dustrial del siglo XIX se hizo neosedentaria con
el crecimiento de las ciudades, la sociedad me- emigrantes trasladarán a América como el movi-
tropolitana promovió una vida neonómada al aire miento gimnástico de los sokols checos había al-
libre. A través del descanso semanal -la famosa canzado en el siglo XIX una gran difusión y pre-
semana inglesa que aún explica, además de las dicamento.6 Ambos movimientos -es decir, la
razones puritanas, que los partidos de fútbol y gimnasia germana y checa- poseían un sentido
de rugby se jueguen mayoritariamente en las is- patriótico y militar que, a la larga, iban a opo-
las británicas el sábado por la tarde- y las vaca- nerse frontalmente. Al pangermanismo de los
ciones -reivindicadas por los sindicatos y favore- turnen -fundados a comienzos del siglo XIX por
cidas por los gobiernos democráticos- permitió Jahn en su deseo de combatir primero a Napoleón
que las clases populares practicasen el excursio- y, más tarde, de extender la cultura alemana por
nismo, la acampada o el turismo. Así se toda la Europa central- respondieron los checos
reencontró aquella naturaleza perdida que se res- con un movimiento gimnástico -los sokols (hal-
cataba románticamente como contrapunto a los cones) habían sido fundados por Miroslav Tyrs
excesos de la vida metropolitana y que, en la mis- el año 1862- que buscaba, a través de la discipli-
ma Inglaterra, promovió entre la juventud el na gimnástica, luchar frente al expansionismo
escultismo de Baden-Poweel (1907). germano. Los sokols -con su gran estadio en Pra-
ga donde se reunían más de cien mil gimnastas-
iban a convertirse, después de la derrota de las
Nacionalismo y deporte tropas imperiales del Kaiser, en un ejemplo a
imitar por buena parte de los movimientos na-
A la hora de hacer consideraciones se puede de- cionalistas europeos que luchaban por sus dere-
cir que fue durante los años de entreguerras chos histórico-geográficos a fin de encontrar un
(1919-1939) cuando se impuso la idea de me- espacio en el mapa de la nueva Europa.
trópolis, la ciudad a gran escala que -a más de
simbolizar el progreso y la técnica- refleja una Bien mirado, la gimnasia de los sokols -que ha-
nueva naturaleza humana presidida por una masa bía preparado el terreno para la independencia
anónima que camina absorta a través de un nihi- checa- poseía alguna cosa de culto patriótico que
lismo que expresa, igualmente, desarraigo. El ser sería proseguido por el nacionalismo xenófobo
humano -al implantarse la vida metropolitana- de los nazis. En efecto, las reuniones multi-
se encuentra extraño y forastero en su nuevo tudinarias de los sokols fueron el preludio de las
habitat, cosa que no ha de extrañar si tenemos grandes manifestaciones nacionalsocialistas que
en cuenta los grandes flujos migratorios que se siguieron el modelo de la reunión de Nuremberg
produjeron del campo a las ciudades y de la Eu- de 1934, que dio pie al reportaje nazi El esfuerzo
ropa rural a las incipientes metrópolis america- de la voluntad que deseaba transmitir a todo el
nas. Ahora bien, en aquellos mismos momentos mundo una estética paganizante de fuerza y vi-
los estadios iban a llenarse para dar cabida a gran- talidad, impregnada de la exaltación de la raza
des concentraciones de signo nacionalista que, aria.7 Por extensión esta estética plástica que re-
de esta manera, aparecen como una afirmación úne a miles de gimnastas, será adaptada por to-
de identidad y una actitud contraria a la acepta- das las fuerzas políticas dictatoriales (Alemania,
ción -sin más- de ese mundo anónimo y Italia, Portugal, España, etc.) que anhelaban.-
atomizado en individuos aislados que promueve como alternativa a los vicios de la vida metropo-
la vida metropolitana. De hecho, las manifesta- litana del liberalismo y a los valores revoluciona-
ciones deportivas de carácter nacionalistas hun- rios del comunismo- un mundo disciplinado que,
den sus raíces en el siglo XIX, especialmente, en al no respetar los derechos fundamentales de las
Centroeuropa. Tanto los turnen alemanes que los personas, comportaba un menosprecio hacia la
dignidad humana. Por aquellos años se podía leer histórico marcado por la expansión del naciona-
proclamas henchidas por una retórica pseudo- lismo, en las islas Británicas el deporte sirvió para
revolucionaria: "Y vuelve el culto a la bandera, la revivir las antiguas guerras de religión y consu-
algarabía entusiasta de los estandartes, el valor mar la división de las comunidades católica y
de los símbolos, el rito digno de los proce- protestante. Esta situación -acentuada por la
dimientos, la emoción de los uniformes". proximidad de Irlanda del Norte- todavía perdura
entre los partidarios del Glasgow Rangers -
Lo que sucedió fue una cosa muy sencilla: el de- equipo protestante fundado el año 1873- y los
porte se incorporó a la modernidad cuando jus- Celtic Glasgow, integrado por católicos y que
tamente el mundo había perdido la seguridad de cuenta, desde su fundación en 1888, con el so-
la sociedad tradicional. Toda una generación lle- porte de los emigrantes irlandeses. En este con-
na de energía e ideales se encontraba a la intem- texto, un conjunto de circunstancias -la incipiente
perie, tal como plasma.la literatura autobiográfica profesionalización, la difusión del periodismo y
de aquellos jóvenes que padecieron las secuelas de la prensa deportiva, la aparición de los pri-
de Gran Guerra (1914-18).8 Tanto es así que el meros tópicos y mitos deportivos, sin olvidar la
deporte se inscribe, por derecho propio, en un irrupción de la radio como elemento clave para
mundo metropolitano lleno de inestabilidades y las transmisiones deportivas- benefició la expan-
en el que el individuo -desligado de los vínculos sión del deporte. Al hilo de lo que decimos, de-
tradicionales- sale al encuentro de nuevas segu- porte y nacionalismo constituyen un binomio que
ridades -de nuevos lazos sociales- que busca en se remonta al siglo XIX cuando los yanquis -
el partido político, en el sindicato e, igualmente, después de la guerra de Secesión (1861-1865)—
en el asociacionismo deportivo. De esta manera, utilizaron el deporte para despertar su espíritu
los clubes deportivos -con su iconografía especí- nacional y fomentar un sentimiento colectivo de
fica- se inscriben en una lógica social que es in- identidad. Es sabido que la ceremonia de izar la
separable a los avatares políticos y sociales, tal bandera y el canto del himno nacional forman
como confirma el hecho que los regímenes tota- parte de la liturgia deportiva. En realidad las gran-
litarios expresasen -desde un primer momento- des ligas (béisbol, fútbol americano, baloncesto,
un desenfrenado deseo por intervenir y controlar hockey sobre hielo) dan cohesión a un país in-
cualquier tipo de agrupación deportiva. Con menso formado por más de cincuenta estados.10
independencia de otros casos similares, la Espa- En el viejo continente europeo las cosas fueron
ña franquista refleja perfectamente esta manipu- diferentes pero no se puede negar que en un
lación política que sitúa el deporte bajo la pers- ambiente dominado por las teorías del
pectiva del nacionalismo militarista: "En el Esta- darwinismo social y por las corrientes neo-
do de la Falange, ser sano es una obligación y ser malthusianas que defendían la desigualdad entre
fuerte una virtud. El esfuerzo deportivo debe ser, los hombres (Gobineau) se vinculaba la práctica
como consecuencia, hecho con el pensamiento deportiva a la mejora de la raza, según los princi-
puesto en esta máxima y alejado en absoluto de pios eugenésicos ya presentes en el sistema de vida
toda idea de lucro, con la que tantos jóvenes espartano que se convirtió en el modelo a seguir
malograron sus energías y agotaron sus múscu- por el nacionalsocialismo. No por azar Hitler
los manejados y dirigidos por especuladores a la aconseja en el Mein Kampf(l924) la práctica del
americana apartados por completo de las ideas boxeo como el mejor deporte para formar física-
de optimismo, salud y milicia".9 mente una juventud que se había de preparar para
Mientras el desarrollo del deporte -sobre todo en la lucha y que halló en los Juegos Olímpicos de
la Europa occidental- se dio en un contexto Berlín (1936) una excelente oportunidad -tal
como evidencia la película de Leni Riefenstahl Bajo los efectos de la Revolución Soviética de
Olympia- para propagar a todo el mundo su for- 1917 el mundo del deporte se escindió en dos
taleza y arrogancia.11 grandes ámbitos contrapuestos que, de alguna
manera, se mantuvieron estables hasta el año
1989 cuando cayó el muro de Berlín. De un lado,
Deporte burgués y deporte encontramos el deporte rojo o popular -en julio
proletario de 1921 se fundó en Moscú la Internacional Roja
del Deporte- que practicaban las clases traba-
Pero a pesar de que el nacionalismo todavía in- jadoras que tenían conciencia de su situación
fluye hoy sobre el deporte -las reticencias que social y que, en ocasiones, no podían seguir el
encuentran algunas naciones sin estado para su ritmo de las competiciones por el grado de
reconocimiento por parte del Comité Olímpico profesionalización que habían alcanzado. Por otro
Internacional (CIO) así lo pone de manifiesto-, lado, existía el deporte burgués que se identifica-
no hay duda que la lucha de clases incidió pode- ba con el movimiento olímpico internacional que
rosamente en la politización del deporte. El pro- mantenía una presencia significativa de miem-
letario -sobre todo socialista y comunista, ya que bros de la aristocracia y del ejército y que, inicial-
los anarquistas optaron por soluciones alternati- mente, se mostraba opuesto a la incorporación
vas de talante radical como el nudismo, el culto de las mujeres que no fueron admitidas en las
al sol o una alimentación vegetariana-12 también pruebas de atletismo hasta los Juegos Olímpicos
comenzaron a practicar deporte. El hecho es in- de Amsterdam (1928).
cuestionable, aunque en un principio y contra-
riamente a lo que hacía la burguesía, los trabaja- Además de negar su neutralidad y apoliticismo,
dores cultivaron disciplinas duras y poco el deporte proletario rechaza la dimensión exce-
sofisticadas -el ciclismo, el fútbol, el atletismo, sivamente competitiva del deporte oficial y de-
en especial carreras y marcha atlética-, modali- sea enaltecer, de acuerdo con los principios de la
dades que exigían pobres instalaciones y utillajes solidaridad internacional, los valores de amistad,
modestos. No se puede perder de vista que los participación y camaradería entre la juventud de
primeros velódromos eran de tierra y que el ci- todo el mundo. El movimiento obrero interna-
clismo permitió a abrir pequeños talleres donde cional -lejos de aspirar a una mejora constante
se alquilaban y reparaban bicicletas. Era frecuen- de las marcas y los registros- destaca los aspectos
te ver como los mismos deportistas construían lúdicos, festivos y cooperativos del deporte, con-
sus propias instalaciones a veces con más volun- frontándolos con la lucha y emulación que com-
tad que acierto porque luego los terrenos de jue- porta la práctica convencional de un deporte cada
go no cumplían las exigencias reglamentarias. Ello vez más competitivo y profesionalizado, sin olvi-
llegó a provocar situaciones conflictivas entre los dar las relaciones entre la cultura física y el com-
clubes poderosos y los equipos más débiles eco- promiso político.
nómicamente que, en algunos casos, se indepen-
De aquí que frente a los Juegos que organizaba el
dizaron de las federaciones a fin de organizar
Comité Olímpico Internacional apareciese el
autónomamente sus propias competiciones. Ade-
movimiento de las Olimpíadas Populares que
más, el aire libre -ya fuese la montaña o la pla-
tuvo una destacada influencia durante el perío-
ya- servía para canalizar este tipo de iniciativas
do de entreguerras (1919-1939). Aunque sólo sea
que se encuentran en la base de muchos clubes
a título de anécdota, vale la pena recordar que el
deportivos, algunos de los cuales todavía man-
Estadio Olímpico de Barcelona lleva actualmen-
tienen hoy su actividad.
te el nombre del presidente Lluís Companys, en
recuerdo de la inauguración de la Olimpíada modelo de un atleta con conciencia de clase,
Popular que se inauguró en julio de 1936 en Bar- productor y soldado, que además manifiesta una
celona y que, desgraciadamente, no se pudo lle- vocación internacionalista.
var a cabo por la sublevación militar del general
Franco. La ciudad de Barcelona había solicitado Y todo ello bajo la influencia de aquella Esparta
la organización de los Juegos Olímpicos de aquel que no sólo influyó sobre el nacionalismo sino
mismo año que, finalmente, fueron otorgados a también sobre el comunismo que vio en aque-
Alemania que bajo el mandato de Hitler aprove- lla polis de ciudadanos iguales un modelo de
chó la ocasión con fines propagandísticos. austeridad y fortaleza físico-militar para la ju-
ventud. Tal atracción explica la existencia de
Es obvio que el deporte proletario -que se ex- diferentes clubes con este nombre (Sparta de
tendió especialmente entre los países de la órbita Moscú, Sparta de Praga) que compiten todavía
comunista, a pesar de que su influencia se hoy a escala internacional. En este contexto,
dejó notar donde eran permitidos los sindica- surgieron las Espartaquíadas -movimiento de-
tos y las asociaciones obreras- ofrece una portivo que reunía los practicantes de los países
simbología propia y característica. Decimos esto comunistas- por más que esta nomenclatura
porque, sobre la base que el deporte era un ele- (que procede de Espartaco, el esclavo que se re-
mento eficaz para una política de unión de las beló contra el imperio romano) recuerda el epi-
fuerzas democráticas, se quería exaltar los valo- sodio revolucionario que surgió en Alemania al
res de una juventud que trabajaba y que hacía finalizar la Primera Guerra Mundial y que fue
deporte y que, con una voluntad pacifista, de- aplastado por la emergente República de
seaba superar el ambiente de odio y beligeran- Weimar (1919-1933).
cia que había generado la Primera Guerra Mun-
dial (1914-18). En los países comunistas como
la URSS esta visión del deporte -que coincidía
De la Guerra Fría a la
con una antropología que define al ser humano
mundialización del deporte
como un homo faber que ha de ejercitar sus ha-
bilidades físicas para acabar con la división en- El mundo que surgió después de la Segunda Gue-
tre trabajo intelectual y trabajo manual- rra Mundial (1939-45) ya no era igual al de antes
magnifica la capacidad productiva que se ma- de 1939. De hecho, habían cambiado muchas co-
nifiesta a través de los nombres de los clubes sas de manera que el deporte -una especie de reli-
que aún hoy hacen referencia al potencial in- gión laica que posee su propia organización y li-
dustrial (Dinamo, Torpedo, Lokomotive, etc.) turgia- adquirió una verdadera dimensión mun-
o bien se identifica con la estrella roja de la re- dial. Las competiciones al más alto nivel -cam-
volución (Estrella Roja de Moscú, Belgrado, peonatos continentales y mundiales- se extendie-
etc.). La consigna stalinista que la juventud se ron sin cesar. La URSS se adhirió al Comité Olím-
había de preparar para la defensa militar y la pico Internacional el año 1951 y participó en los
producción industrial se traslada al terreno de- Juegos Olímpicos de Helsinki (1952). A pesar de
portivo, tal como hizo a partir de 1947, con las reticencias de la China comunista que, contra-
mucho éxito, la República Democrática Alema- ria a la presencia de la China nacionalista
na (DDR) que firmó con la URSS el Pacto de (Formosa), ingresó en el COI el año 1976, la ver-
Varsovia, presentado a modo de alternativa de- dad es que el deporte se convirtió en los años de la
fensiva a la OTAN. De todo lo dicho se des- Guerra Fría en un instrumento -combatido desde
prende que el deporte permanecía al servicio del la extrema izquierda, como veremos más adelan-
ideario revolucionario según las exigencias del te- para la coexistencia pacífica.
Durante aquella época ciertamente tensa para la Olímpicos de Roma (1960) y, poco después, por
historia de la humanidad -situación que parece ia actitud aperturista del Concilio Vaticano Se-
actualizarse hoy después de los atentados gundo (1962-65).
terroristas acaecidos en Nueva York el pasado 11
Hay que tener en cuenta, empero, que Europa
de setiembre de 2001-, se produjo un lento
había perdido su centralidad en beneficio de los
proceso de adaptación de los deportes a las nue-
Estados Unidos. Nueva York -diezmada hoy en
vas condiciones -los deportes de sala- que faci-
su perfil por la caída de las torres gemelas- se
litaban su práctica durante todo el año. Así el
convirtió en la capital del mundo en substitución
calendario ya no se reducía a una etapa
de las ciudades europeas que poseían todavía
estacional determinada -concentrada básica-
estadios tan emblemáticos como el de Wembley
mente en los meses de verano- sino que se alargó
en Londres o el del Parque de los Príncipes en
con independencia de las condiciones cli-
París. Europa perdía protagonismo y América -
matológicas. Los deportes que hasta entonces se
no sólo la del Norte sino también la del Sur con
habían practicado al aire libre en velódromos,
el estadio de Maracaná- se convertían en focos
estadios, plazas públicas o pistas diversas pasan
deportivos de primer orden. El fútbol hacía
a ocupar lugares cerrados (indoor), a través de
tiempo que triunfaba en Latinoamérica y los
un proceso que siguieron después las piscinas, lo
campeonatos del mundo celebrados en Brasil
cual había de permitir la práctica de la natación
(1950), Chile (1962) y México (1970) confir-
durante el invierno favoreciendo que los niños
maron que el deporte se había convertido en un
aprendiesen a nadar. La sistemática construcción
universal cultural que contaba, además, con nue-
de Palacios de Deportes cubiertos a partir de
vos ídolos como Garincha y Pelé.
mediados del siglo pasado obligó a adaptar las
reglas de algunos deportes -el balonmano, es un Desde América del Norte -a través de les series
buen ejemplo de lo que decimos- que, pocos televisivas y de las cintas cinematográficas- se di-
años después de finalizar la Segunda Guerra vulgaban deportes inequívocamente americanos
Mundial, pasó de practicarse con 11 jugadores al como el baloncesto y el béisbol, a la vez que se de-
aire libre a desarrollarse con 7 en instalaciones nunciaban las prácticas fraudulentas que rodeaban
cubiertas. Tampoco podemos negar el el mundo del boxeo. El sistema de vida americano
beneficioso papel que empezó a ejercer la se imponía por doquier mientras que los países si-
televisión a partir de la década de los años tuados bajo la órbita comunista -es decir, los que
sesenta -como antes lo habían sido el cine y la giraban en su condición de satélites alrededor de
radio- en la divulgación de una serie de deportes la Unión Soviética- seguían la concepción política
desconocidos para el gran público (hockey, comunista que, desde una perspectiva deportiva,
voleibol, waterpolo, etc.). negaba la existencia del profesionalismo que se
ocultaba detrás de la burocracia civil o militar. Era
Por su parte, la actitud de la Iglesia católica -
una práctica común que los deportistas del Este
quizás un poco a remolque de lo que habían he-
de Europa -hombres y mujeres- ocupasen, para
cho las confesiones luteranas como el YMCA en
compensar sus éxitos, cargos de confianza en la
cuyo seno habían surgido el baloncesto y el
estructura del estado, si bien esto no fue suficiente
voleibol a fines del siglo XIX- se fijó en la im-
para frenar las deserciones de atletas a Occidente.
portancia del deporte como instrumento de evan-
Así ocurrió con el escandaloso caso de la gimnasta
gelización de la juventud. Además, se ha de des-
Nadia Comaneci que después de casarse con el
tacar una actitud pontificia cada vez más favora-
hijo del presidente Ceausescu huyó a los Estados
ble al mundo del deporte, circunstancia que se
Unidos donde reside.
vio propiciada por el apoyo del Papa a los Juegos
Finalizada la Segunda Guerra Mundial en la que A pesar de estas actitudes contrarias al espíritu
americanos y soviéticos habían sido aliados lle- olímpico que desea reunir a todo el mundo, no
gaba la hora de la Guerra Fría, del espionaje y de es menos verdad que el deporte también sirvió
la carrera armamentista. Fue entonces cuando en para desbloquear las relaciones entre ambos ban-
1961 se levantó el muro de Berlín y la lucha por dos. Así la "diplomacia del ping-pong", inaugu-
el control del espacio se hizo patente. Mientras rada en 1972, fue utilizada por chinos y ameri-
los soviéticos lanzaron en 1957 el Sputnik, el pri- canos para establecer los primeros contactos en-
mer satélite artificial que les daba ventaja en la tre ambas potencias.14
carrera astronáutica. Pero la reacción americana
no se hizo esperar y doce años más tarde, en 1969, Por otra parte se produjeron en el contexto de la
la tecnología americana ponía al hombre en la política internacional tres acontecimientos des-
Luna. La fuerza física que había gozado de un tacados: la revolución cubana (1959), el proceso
gran prestigio antes de 1945 daba paso a una descolonizador del tercer mundo y las campañas
nueva situación geopolítica en la que el deporte antiimperialistas. Es sabido que las colonias ha-
se convertía en una manifestación de la excelen- bían practicado -por simple imitación de las cos-
cia de los respectivos sistemas políticos, cosa que tumbres de la metrópolis- los deportes de la po-
ya se puso de manifiesto con la invasión de Hun- tencia colonizadora. De aquí la pasión del Japón
gría (1956) por las tropas soviéticas. Incluso, la -colonizado el siglo XIX por los americanos-
victoria de España en la final del campeonato de hacia el béisbol y de los hindúes -colonizados
Europa de fútbol -disputada en el estadio San- por los británicos- hacia el hockey sobre hierba.
tiago Bernabeu de Madrid el año 1964- ante la La revolución cubana ha utilizado -y de hecho
URSS, con un último gol de Marcelino, fue pre- continúa haciéndolo- el deporte como un apa-
sentada por el régimen franquista como un triun- rador de las excelencias de un sistema político
fo del sistema político español -una "democracia que fomenta con éxito la práctica deportiva entre
orgánica" que dependía del autoritarismo dicta- la juventud. Hay atletas cubanos como Alberto
torial de Franco- frente al comunismo. Para la Juantorena que se han convertido en verdaderos
prensa del régimen franquista las cosas estaban ídolos nacionales porque, siempre y en todo
claras: la "furia española" se había impuesto a la lugar, han mostrado su fidelidad a los ideales de
disciplinada maquinaria deportiva soviética. la Revolución que ha sido a menudo traicionada
por otros deportistas que han aprovechado
La Guerra Fría se encontraba en el punto más cualquier viaje al exterior para solicitar asilo
álgido de manera que el escaparate de los Juegos político. En cualquier caso, Cuba -a pesar del
Olímpicos había de servir para proclamar la con- bloqueo que padece- lucha y combate ya no con
formidad o desacuerdo con determinadas deci- la fuerza de las armas sino con el prestigio de sus
siones políticas. Los boicots no se hicieron espe- atletas: una victoria ante Estados Unidos es mu-
rar y así diversos países -entre ellos España- re- cho más que un simple resultado deportivo. La
nunciaron a participar en los Juegos Olímpicos confianza en los ideales de la Revolución demanda
de Melbourne (1956) a fin de expresar su dis- una juventud que haga deporte y que contribuya
conformidad con los hechos de Hungría.13 Esta a engrosar el palmares cubano que, de esta ma-
situación se prolongó -de una u otra manera- nera, constituye un ejemplo a seguir por los otros
hasta la caída del muro de Berlín porque si los países del Tercer Mundo. A pesar de las dificulta-
americanos no concurrieron a los Juegos Olím- des que arrastran, los países en vías de desarrollo
picos de Moscú (1980) por la ocupación soviéti- se pueden beneficiar de los planes de intercambio
ca de Afganistán, como respuesta los soviéticos de técnicos y atletas que promueve el programa
no estuvieron presentes en Los Angeles (1984). de Solidaridad Olímpica. Son bien recientes-
las imágenes televisivas de deportistas sias. Es sabido que la FIFA dio la razón al gobier-
(esquiadores, nadadores, etc.) que, sin dominar no militar de Pinochet -que había contado con el
las técnicas respectivas, concurren a las competi- apoyo de un aficionado al fútbol como Henry
ciones internacionales donde evidencian las in- Kissinger, secretario de estado de los Estados
suficiencias que padecen también sus países en Unidos- cuando la Unión Soviética no quiso ju-
materia deportiva. gar un partido de fútbol en el mismo estadio en
el que los golpistas chilenos habían ejercido la
En realidad el deporte había sido hasta hace pocas tortura. Esta situación de inestabilidad política y
décadas una cosa reservada casi exclusivamente a de falta de acierto en la toma de decisiones pro-
la civilización occidental. Aunque en muchas oca- vocó una profunda crisis en el movimiento olím-
siones las tropas autóctonas parecían estar mejor pico internacional que vio como una treintena de
preparadas que los soldados metropolitanos que países africanos boicotearon los Juegos Olím-
tenían problemas para adaptarse a las condiciones picos de Montreal (1976).
de vida de la colonia, la verdad es que los atletas
del tercer mundo no aparecieron en la escena de- Es evidente que el movimiento de descoloniza-
portiva hasta entrado el siglo XX. La presencia de ción del tercer mundo y la lucha por los derechos
atletas africanos en las reuniones atléticas interna- de las minorías -en especial de los colectivos de
cionales es una exigencia imprescindible para ga- raza negra de los Estados Unidos que, bajo las
rantizar buenas marcas. Hoy felizmente ya no es consignas del Black Power, utilizaron los Juegos
noticia que un atleta etíope o keniano gane una Olímpicos de México (1968) para denunciar su
carrera atlética, aunque sí que lo sería si obtuviese marginación- habían generado, poco antes de su
un buen resultado en la prueba combinada del inauguración, importantes manifestaciones que
pentatlón moderno por las dificultades materiales denunciaban los gastos organizativos. A aquellas
y técnicas que comporta. manifestaciones contrarias al gobierno mexicano
-que se saldaron con el trágico balance de 250
Por desgracia el mundo del deporte no ha que- muertos y 1000 heridos- siguieron las imágenes
dado al margen de los actos de terrorismo. De del reparto de medallas que recibieron Tommie
aquí que la seguridad sea uno de los temas que Smith y John Carlos -primer y tercer clasificados
más preocupan a los organizadores de los gran- en la prueba de los 200 metros lisos- cuando, con
des certámenes deportivos que saben que se uti- los puños recubiertos con guantes negros,
liza la plataforma de las competiciones para aten- mostraron su adhesión al Black Power. Incluso
tar contra los intereses de un determinado esta- la conversión religiosa de Cassius Clay -oro
do, situación que después de los últimos sucesos olímpico en Roma (1960) y después campeón
acaecidos en Nueva York puede repetirse en cual- del mundo de los pesos pesados- y su
quier momento. Los atentados en los Juegos incorporación al movimiento de los Musulmanes
Olímpicos de Munich (1972) -año que asiste a la Negros {Black Muslims) hay que entenderlo -
irrupción de los movimientos antiimperialistas- más allá de la anécdota- dentro del contexto de la
costaron la vida a algunos miembros de la dele- lucha por los derechos civiles y las campañas
gación judía y a los integrantes del comando contra la segregación racial en un momento en el
palestino abatido por la policía: el deporte siem- que en Sudáfrica se mantenía el apartheid a toda
pre es una buena atalaya para dar publicidad a ultranza.
cualquier reivindicación política sea del signo que
sea. Y en ocasiones hay que añadir que los mis- De manera lenta pero inexorable el deporte se ha
mos organismos internacionales han favorecido abierto a todos los pueblos y culturas que
este tipo de situaciones, polémicas y controver-
hoy se han de afrontar con la intransigencia re- dos Unidos, el movimiento político de las pan-
ligiosa de determinados grupos integristas que teras negras, las manifestaciones pacifistas con-
limitan -e incluso prohiben- el deporte femenino. tra la guerra del Vietnam, la lucha para abolir la
El rechazo del integrismo islámico -no confundir discriminación racial, etc.- se generó una actitud
ni identificar con la civilización islámica- a los hostil hacia el imperialismo americano y los
valores de la cultura occidental puede reportar modelos de vida capitalistas que promovían una
una seria contrariedad para el mundo del deporte visión del deporte excesivamente competitiva.
que -como es bien sabido-es una creación de la Poco a poco cuajaron las teorías críticas que la
cultura griega. Atenas -y por extensión, todas las sociología aplicó al deporte que así fue objeto de
polis griegas- utilizaron el deporte como un una profunda reflexión política. En este sentido,
simbolismo religioso y, lo que también es destaca el libro de Bero Rigauer que analiza la
destacado, como elemento de helenización. No ideología del sistema de la competición
hay que olvidar que Jeru-salén -y el mundo deportiva que se asemeja a la ideología del ca-
ortodoxo judío- se opuso en el siglo II a. C. a la pitalismo al destacar aspectos como el rendi-
presencia de gimnasios en Israel, miento, la voluntad de vencer y la disciplina en
desencadenándose la guerra de los Macabeos el entrenamiento.15
contra los griegos. Roma -síntesis de la cultura
griega y hebrea a través del cristianismo- dio al En este contexto, surgió la crítica freudomarxista
(W. Reich) que vio en el deporte una subli-
deporte la dimensión de los grandes espectáculos
mación de la fatiga y una práctica organizada del
del circo. Y si bien estos espectáculos fueron
masoquismo puesto que el deportista goza con el
condenados por los Padres de la Iglesia y
dolor físico y el sufrimiento, a la vez que apaga
desaparecieron -no sin oposición- de la Ciudad
la libido al neutralizar sus deseos sexuales.
de Dios (San Agustín), la verdad es que la
Desde esta perspectiva -que influyó en los
Ciudad de los Hombres de la modernidad -que
cenáculos intelectuales próximos al mayo del 68-
culmina como hemos visto anteriormente en el
se veía en el deporte una satisfacción substitutiva
modo de vida metropolitano- acoge y difunde el
y represiva que constituye un nuevo opio para la
deporte que triunfó, inicialmente, en los países
sociedad que así permanece alienada. Algunas
de tradición cristiana, especialmente luterana. El
publicaciones francesas -en especial, la revista
deporte -una aportación cultural de la
Partisans-6 dedicaron por aquella época artículos
civilización occidental que constituye una nueva
y números monográficos en los que se
religión universal surgida sobre un pósito
denunciaba que el deporte no sólo refleja las
cristianismo- puede encontrar, en el siglo XXI,
categorías ideológicas burguesas sino que
serios escollos en el mundo islámico que puede
también se encuentra mediatizado por el aparato
caer en la tentación de identificar el deporte con
burocrático del estado en el sistema comunista.
el imperialismo. Sea como sea, las relaciones
Este tipo de literatura propició una importante
entre deporte y religión van a constituir en los
corriente de sociología crítica en la que destaca
próximos años uno de los retos más destacados
el nombre de Jean-Marie Brohm que ha
para todos aquellos interesados en la defensa y
ensayado una sociología del deporte a partir del
promoción de los valores deportivos.
axioma que el deporte es política. Las obras de
Pero volvamos a la historia y veamos cómo a este autor que se difunden por Europa y América
partir de la convergencia de una serie de factores ponen al descubierto algunas de las
-mayo del 68, reivindicaciones feministas, las contradicciones del deporte contemporáneo y,
marchas por los derechos civiles en los Esta- por extensión, del movimiento olímpico inter-
nacional.17 En conjunto, estas críticas en-
cuentran en el deporte todo un seguido de en- El deporte en la sociedad
gaños que responden a los intereses del capita- postmoderna
lismo: espíritu competitivo, especialización y
división del trabajo, mecanización, alienación, El deporte moderno que nació en la Inglaterra
afán mercantil, masificación, ceremonial fascis- del siglo XIX en un contexto pedagógico se en-
ta, manipulación política, etc. La respuesta no se contró durante el siglo XX -desde el fin de la
hizo esperar desde el ámbito universitario en Primera Guerra Mundial hasta los Juegos Olím-
forma de un libro de Jean Meynaud Sport et picos de Los Angeles (1984)- bajo la dinámica
Politique que, sin negar los vínculos entre ambos de la política y la crítica ideológica. Aunque la
campos, destaca los aspectos positivos de la cosa no ha cambiado de tendencia -da la im-
práctica deportiva siempre que reste al servicio presión que el integrismo islámico ahora ha su-
del hombre.18 Desde la perspectiva de la teoría plantado el papel que durante años representaba
general de sistemas que aborda el mundo del el comunismo-, lo cierto es que una vez con-
deporte como un gran sistema que camina hacia cluida la Guerra Fría la dimensión política del
la optimización, Elio Carravetta ha dado una deporte asume aspectos y características más
solución a las aporías que plantea Jean Marie sutiles pero no menos importantes. La prensa
Brohm: al margen de las críticas -siempre per- francesa -desde L'Equipe a L'Humanité- ha lan-
tinentes- el deporte atesora grandes posibilidades zado duras críticas contra la elección de Pekín
para la mejora del género humano.19 como sede de los Juegos Olímpicos de 2008 -en
detrimento de la candidatura de París- porque
A su vez, los partidos de extrema izquierda - considera que la China ha de avanzar más en el
opuestos a la tesis de los comunistas que defen- proceso de modernización y democratización y,
dían la coexistencia pacífica por medio del de- sobre todo, en la defensa de los derechos
porte- aprovecharon la ocasión para criticar du- humanos. Pero para otros analistas la elección de
ramente el deporte que, a su parecer, representa Pekín ha sido un gran acierto al reconocer el
una actividad totalitaria al establecer unas claras papel de la China como potencia económica,
relaciones de dependencia a través de unos me- política, militar y, finalmente, deportiva. Sin
canismos de orden y autoridad que reducen el embargo, se espera que la celebración de los Jue-
cuerpo humano a un sistema cerrado de dominio gos Olímpicos en Pekín para activar un progra-
y control. Vistas así las cosas, el deporte es el ma de reformas democráticas.
complemento idóneo para el trabajo mecanizado:
el hombre que trabaja y hace deporte en su Esta elección ha sido una de las últimas deci-
tiempo de ocio nunca se libera de la dependencia siones importantes de Juan Antonio Samaranch
de la filosofía imperialista. De acuerdo con estos que, a pesar de las censuras que se han hecho a
planteamientos que denuncian la pseudo-cultura su gestión (presidencialismo, coopción de los
(Adorno) y el hombre unidimensional miembros del COI, poca transparencia en la
(Marcuse), la intelectualidad progresista de los decisión de las sedes olímpicas, etc.), ha sabido
años setenta adoptó una actitud radical e icono- renovar y reafirmar un movimiento olímpico que
clasta contra el deporte. Sin embargo, hoy-como el año 1980 atravesaba una grave crisis. Se
mínimo en España- nos encontramos con la pa- puede pensar que en estos últimos años -en es-
radoja que algunos de aquellos intelectuales pecial a partir de la llegada de Samaranch a la
contraculturales son colaboradores de la prensa presidencia del COI que encontró una gran
deportiva, hecho que tampoco desautoriza la va- ayuda en la política de Mikhail Gorbacov- el
lidez y actualidad de algunas de las críticas que deporte ha entrado en el terreno de la lógica
se argumentaron en aquel momento. económica. Esto ha supuesto el fin del roman-
ticismo, la aceptación de los atletas profesiona- templaban hace años la advertencia verbal, ni la
les en los Juegos Olímpicos y la lucha de las amonestación previa a la expulsión.
cadenas televisivas por conseguir los derechos
de las transmisiones deportivas. Parece que el deporte que se había vinculado
durante décadas a la esfera de la vitalidad y de la
En líneas generales, podemos decir que el depor- pasión'-es decir, a aquello irracional o poco ra-
te camina en los últimos años hacia un proceso cional, al mundo del inconsciente de las pulsiones
de racionalización que tiene mucho que ver con y de los deseos- desea entrar por otras vías que
el triunfo en la cultura occidental de una menta- responden a un esfuerzo de racionalidad que ha
lidad pragmática de procedencia norteamericana, permitido iniciar la eliminación de las vallas me-
en la que todo se da de una manera prevista y tálicas en algunos estadios de fútbol. Hay que
controlada. Era el gran sueño de los positivistas recordar que el fútbol es un deporte que tiene sus
del siglo XIX cuando con su lema de orden y raíces en el violento juego medieval de la soule,
progreso -presente en la bandera del Brasil- de- vinculado a una tradición agraria que se confir-
seaban un mundo en el que la ciencia pudiese ma a través del léxico y de las expresiones que a
prevenir los acontecimientos. No había que dejar menudo se utilizan. El fútbol -por ejemplo- es un
nada al azar. El mecanicismo de causa y efecto deporte que se juega al aire libre, en contacto
hacía posible un mundo geométrico y racional con la naturaleza, sobre una superficie que hay
que, además, había de aplicarse a la realidad para que cuidar con el talento de un campesino. Pero
que se obtuviesen unos resultados prácticos con las cosas han cambiado en los últimos años y los
criterio utilitario. Sólo basta observar el fun- nuevos estadios -per ejemplo, el Arena de
cionamiento de los deportes típicamente ameri- Amsterdam- están cubiertos para hacer frente a
canos -el baloncesto es un magnífico ejemplo de las inclemencias meteorológicas. Cuatro gotas de
lo que decimos- para percatarnos que responde a lluvia no pueden ensombrecer un espectáculo
un reglamento minucioso, abierto continuamente televisivo patrocinado por una firma multi-
a cambios y modificaciones, tal como co- nacional, tal como sucedió en el partido del cen-
rresponde a una sociedad dinámica que -desde la tenario del Fútbol Club Barcelona que jugó con
época de los Globetrotters- interpreta el deporte la selección de Brasil en la primavera de 1999.
como un espectáculo que sintoniza con los
A pesar de esta voluntad racionalizadora consubs-
valores de la sociedad capitalista en la que no se
tancial a una política que quiere garantizar el éxito
deja nada a la improvisación y en la que el tiem-
del espectáculo por encima de todo, la verdad es
po -una inequívoca categoría de la economía
que menudean los actos violentos fomentados por
capitalista- asume un poder absoluto. A su vez,
el fenómeno hooliganism -la trágica final de la
se ha de añadir que el baloncesto -un deporte
Copa de Europa de fútbol disputada en el estadio
típicamente moderno surgido en 1891 en un
de Heysel (Bruselas) entre el Liverpool y la Juventus
ambiente puritano preocupado por la depuración
en 1985 así lo confirma- que expresa el espíritu
de la violencia- sirve de ejemplo y paradigma para
de barbarie que para algunos autores ha aumenta-
los otros deportes. Esta voluntad por limitar y
do a lo largo del siglo XX.21 Además, estas mani-
censurar las transgresiones al reglamento coinci-
festaciones de agresividad y salvajismo colectivo se
de con las interpretaciones de Norbert Elias so-
vinculan a un mundo de xenofobia y violencia.22
bre el proceso de la civilización que ha generado
Sea como sea, se observa la tendencia que los es-
históricamente normas de control de la vio-
pectadores tomen asiento en sus localidades pues-
lencia.20 Tanto es así que la limitación de las fal-
to que la psicología ha postulado que la gente puesta
tas personales se ha hecho extensiva, con el siste-
en pie es más proclive a la violencia.
ma de las tarjetas, a otros deportes que no con-
Esta misma actitud racionalizadora y tecni- los institutos universitarios más avanzados: inves-
ficadora queda confirmada por la entrada del tigación teórica (biomecánica, psicología,
deporte en la Universidad como disciplina cien- bromatología, táctica, etc.) y aplicación práctica
tífica a través de los Institutos y de las Facultades a las diversas especialidades deportivas.
de la Actividad Física y del Deporte. Hoy la in-
El deporte ha acabado por convertirse en un tipo
vestigación deportiva mueve muchos intereses de
de vida que se identifica con el american way of
la industria farmacéutica, lo cual ha obligado a
Ufe. La moda se hace más deportiva, se persigue
perseguir el doping hasta el extremo de crearse
el mito de la eterna juventud, se impone una es-
una Agencia Internacional que tendrá su sede en
tética de cuerpos esbeltos y atléticos, a la vez que
Montreal. Si hace unos años el deporte desperta-
se exalta la velocidad y el riesgo. Todo este estado
ba un buen número de disputas ideológicas, ahora
de cosas refleja algunos de los aspectos que con-
el debate se ha situado en el ámbito de las con-
figuran una cultura hedonista que, según el afo-
troversias farmacológicas: la oportunidad y vali-
rismo clásico del carpe diem, acepta el placer sin
dez de los controles antidoping-tai como se cons-
desdeñar el peligro en unas prácticas deportivas
tata en las últimas ediciones del Tour de Fran-
surgidas en las costas californianas y que encuen-
cia- parece ser lo que más preocupa.
tran en el vértigo -y en la sensación de
Hemos de destacar que este proceso racio- suspenderse en el aire- la fuente de unas emo-
nalizador -que será cada vez más sofisticado- ha ciones que dan sentido a los modernos parques
sido posible porque el deporte se ha beneficiado temáticos con sus atracciones de alta tecnología.
del progreso científico que ha comportado la Es lógico, pues, que el deporte también haya caí-
mejora de materiales e instalaciones, además de do en la órbita de la racionalidad económica que,
la presencia de aparatos de relojería extraordina- en una sociedad mediática y tecnológica, consti-
riamente precisos. En pocos años se ha pasado tuye uno de los núcleos más potentes de la in-
de los cronómetros manuales a los registros elec- dustria del ocio: sólo el fútbol mueve en el estado
trónicos que permiten determinar las milésimas español un billón de pesetas cada año, cifra que
de segundo, cosa que promueve una pugna reñi- corresponde al 0,9 de PIB.
da por la mejora de marcas y récords.23 Incluso
Deporte y turismo -ámbitos que se encuentran
hay quien solicita la incorporación de los nuevos
unidos no sólo en los deportes de invierno sino
elementos tecnológicos para facilitar la labor de
también en los deportes de aventura y en las ac-
los arbitrajes -tema siempre controvertido- que,
tividades físicas en la naturaleza- son valores
en ocasiones, se deja al buen criterio de una sola
emergentes en los mercados económicos. Podría-
persona que en décimas de segundo ha de tomar
mos decir que hoy el deporte es un sector de ne-
decisiones que pueden malbaratar inversiones
gocios que, de acuerdo con la lógica postmoderna,
milionárias. Cuando alguien para defender este
oscila entre lo real y lo virtual. En efecto, los in-
tipo de medidas unilaterales tomadas con prisa
gresos del deporte no provienen tanto del públi-
se escuda en el tópico que dice que "el fútbol es
co que asiste en directo a las competiciones como
así", en realidad defiende una tradición en la que
de los derechos televisivos, sin descuidar tampo-
el azar {alea, faturri) juega un papel importante y
co el capítulo de los ingresos atípicos que se ge-
que, además, ha generado un mundo de apuestas
neran. Al fin de cuentas, la televisión es la gran
nada despreciable. Pero la realidad confirma que
fuente económica del deporte, cosa lógica si con-
el deporte ha entrado en la lógica de la
sideramos que nos encontramos en una sociedad
competitividad, del éxito y la eficacia, esto es,
en la que todo se hace espectáculo, y más concre-
del alto rendimiento de los centros especializa-
tamente, espectáculo doméstico. Así pues, la pro-
dos que trabajan con las mismas categorías que
ducción televisiva se configura como el instru- de asegurar los índices de audiencia y garantizar
mento más eficaz para la construcción social del así los ingresos derivados de la publicidad. Y aun-
deporte que alcanza una clara dimensión ideoló- que el intervencionismo político no ha desapare-
gica. En efecto, la sintaxis televisiva construye una cido del todo, después de la caída del muro de
semántica propia, una trama histórica y narrativa Berlín (1989) hemos asistido a la irrupción de
que sirve para canalizar unos contenidos emo- una razón económica -medios de comunicación,
cionales y culturales que desbordan con mucha canales de televisión, empresas de ropa deporti-
facilidad el contexto del paradigma deportivo tra- va, bebidas refrescantes, industrias tabaqueras,
dicional.24 sector del automóvil, etc.- que a través de la
sponsorización controla este gran negocio que
Gracias a la fuerza del discurso televisivo -y su
mueve millones y millones de dólares y que en-
correspondiente dinámica carismática del ciclo
tra en la lógica del espectáculo de una sociedad
competición, conquista, coronación- se fomenta
mediatizada por la televisión. Si todo lo que no
una identificación colectiva que comporta sig-
aparece en la televisión no existe, el deporte que
nificaciones simbólicas que se han de enmarcar
permanece al margen del circuito de los medios
en el contexto de los conflictos y de las construc-
de comunicación -el deporte escolar, el deporte
ciones políticas. En esta dirección, la narración
amateur, el deporte para todos, los deportes mi-
televisiva ofrece una inequívoca dimensión polí-
noritarios, el deporte ocio, el deporte de los
tica que sirve para exaltar la épica del estado-na-
discapacitados, el paraolimpismo, etc.- ocupa un
ción (todavía se recuerda la entusiasta actitud del
lugar irrelevante en el panorama deportivo. La
presidente Sandro Pertini en la final del Mundial
prensa y los programas de radio y televisión -
de Fútbol de 1982 en un momento difícil para la
ahora ya existen canales temáticos dedicados al
política italiana pocos meses después del asesina-
deporte y a clubes en exclusiva- confirman esta
to de Aldo Moro) o bien per magnificar, espe-
tendencia. Mientras unas noticias deportivas cir-
cialmente cuando el éxito de les selecciones na-
culan por todos los canales hay otras que nunca
cionales no acompaña, la significación de los
afloran a los primeros planos. Si las cosas son así
triunfos deportivos de determinados clubes
es congruente que el deporte sea un gran escapa-
(Bayern Munic, Real Madrid) que, después de
rate publicitario que genera elevados beneficios
ganar la Champions League europea en las últi-
económicos y que, a su vez, legitima gobiernos
mas ediciones, se identifican con el orgullo na-
que aprovechan la oportunidad de las grandes
cional de sus respectivos estados en un momento
competiciones deportivas para promover el tu-
histórico en el que su protagonismo se diluye en
rismo y justificar -éste fue el caso de la dictadura
medio de los vientos europeístas que impondrán
Argentina con la organización del Campeonato
-a partir del 1 de enero de 2002- una única
del Mundo de fútbol de 1978 y puede ser el caso
moneda (euro) en el viejo continente.
de los Juegos Olímpicos de Pekín (2008)- sus
De acuerdo con esta lógica del espectáculo respectivos sistemas políticos.
televisivo, hoy día ya no son los clubes deporti-
Definitivamente el deporte ha entrado en el te-
vos -transformados en opulentas sociedades anó-
rreno de la lógica postmoderna de la economía
nimas que cotizan en bolsa- los que necesitan las
neoliberal de manera que aquel halo romántico
grandes cadenas de televisión sino, justamente,
de otro tiempo -cuando se confiaba en una serie
al contrario: son las multinacionales de la comu-
de valores como el esfuerzo desinteresado, la su-
nicación las que dependen de los grandes clubes
peración personal, el respeto al contrario y la
y de los acontecimientos deportivos (Juegos
magnanimidad del vencedor- ha desaparecido, o
Olímpicos, campeonatos mundiales, etc.) a fin
en su caso, ha quedado limitado a ámbitos muy
restringidos. Probablemente sea en el campo de- Es hora de acabar y de recordar que Lyotard se-
portivo donde con más fuerza han triunfado los ñala en La condición postmoderna (1979) que ante
valores postmodernos, cosa que no ha de extra- la dificultad de distinguir entre la verdad o false-
ñar si consideramos que el deporte es una reali- dad de las proposiciones, sólo nos queda la solu-
dad moderna que creció en la sociedad metropo- ción de la eficacia (performatividad). Este plan-
litana y alcanzó su madurez en una cultura que teamiento utilitarista sirve para ilustrar el camino
se ha hecho hipermoderna.25 Desde aquí la que ha escogido el deporte en el último tramo del
postmodernidad no es otra cosa que un estadio siglo XX: la mitificación de la marca y del
evolutivo de la misma modernidad, una especie récord, el afán desmesurado de victoria, esto es,
de alta modernidad que puede eidenticarse con del éxito personal y colectivo de unos deportistas
la hipermodernidad. que necesitan del triunfo -al margen de los me-
canismos que se han empleado para conseguirlo-
Al fin de cuentas, el deporte se ha adecuado a un
para continuar gozando de las ventajas eco-
nuevo contexto que ya no se corresponde con la
nómicas que conceden los sponsors y las cadenas
idea del cuerpo-máquina (modelo que sirvió para
de televisión. En ocasiones da la impresión como
desarrollar el discurso gimnástico durante el si-
si la ética deportiva (elfairplay) nos hubiese aban-
glo XIX), ni con el modelo del cuerpo energético
donado para siempre porque la victoria -aquella
y motorizado (que corresponde a la explosión
nike clásica transmutada ahora en multinacional
social del deporte a comienzos del siglo XX), sino
deportiva- es la que guía todos los objetivos: par-
con la idea de un cuerpo virtual a manera de un
ticipar ha pasado a mejor vida, sólo preocupa
verdadero organismo cibernético (cyborg) que,
ganar. En último término, el espectáculo -y el
bajo la presión de la publicidad, se puede modu-
deporte es el gran espectáculo de una sociedad
lar a través del ejercicio físico, de la cirugía, de la
postmoderna, mediatizada y globalizada- sólo se
ingeniería genética y de la tecnología: hoy nos
interesa por los vencedores. El resto, simplemen-
encontramos más cerca que nunca de un cuerpo
te, no existe.
humano que se puede convertir en un mecanismo
de alta tecnología cibernética. La última película
de Steven Spielberg A. I. Inteligencia Artificial
(2001) revive con sus hombres-orgy los robots-
meca un tema ya clásico de la historia del cine: el Notas
sueño de la construcción de un robot ya presente
en Metrópolis (1926), transformado un replicante i p¿erre ¿e Coubertin, Pedagogie Sportive, París,
en Blade Runner (1986) y reconvertido ahora en Librairie Philosophique J. Vrin, 1972.
un robot-meca que busca -al igual que los seres 1
Para una lectura actual del deporte y del olimpismo
humanos- amar y ser amado. En cualquier caso,
desde la perspectiva pedagógica, se pueden consultar
esta visión postorgánica, que tiende a convertir
las obras Olimpismo y Fair-Play (Ayuntamiento de
los cuerpos humanos en replicantes de modelos
Murcia, 1999) y La Educación Olímpica
publicitarios y a los jóvenes deportistas en copias
(Ayuntamiento de Murcia, 2000).
de sus ídolos -la cultura postmoderna se sirve del
3
simulacro y de la imitación virtual-ha Jacques Ulmann, De la gymnastique aux sports
desencadenado un nuevo discurso corporal que modernes, París, Librairie Philosophique J. Vrin,
está influyendo sobre la estética, la moda y las 1989.
ciencias sociales y que, a su vez, constituye uno Una edición reciente de los textos de Tertuliano y
de los grandes retos que ha de asumir la cultura Novaciano se puede encontrar en De Spectaculis.
del siglo XXI.26
Ayer y hoy del espectáculo deportivo, Madrid-Las 1986 y Juan Rodríguez López, Historia del
Palmas, Ediciones Clásicas-Universidad de Las Deporte, Barcelona, Inde Publicaciones, 2000.
Palmas, 2001. 15
Bero Rigauer, Sport and work, New York Columbia
5
Stefan Zweig, El món d'ahir. Memòries d'un University Press, 1981.
europeu, Barcelona, Quaderns Crema, 2001, p. 81. 16
Partisans, Deporte, cultura y represión, Barcelona,
6
Diethelm Blecking (Hg.), Die slawische Gustavo Gili, 1978.
Sokolbewegung. Beitráge zur Geschichte von Sport 17
Entre las obras de J. M. Brohm citamos: Le mythe
und Nationalismus in Osteuropa, Dortmund,
olympique, París, Ch. Bourgois, 1976; Critiques
Forschungsstelle Ostmitteleuropa, 1991.
du sport, París, Ch. Bourgois, 1976; Sociologia
7
Wolfgang Weber, Von Jahn zu Hitler. Politik und política del deporte, México, Fondo de Cultura
Organisationsgeschichte des Deutschen Turnens Económica, 1982 y Materiales de sociología del
in Vorarlberg, 1847-1938, Konstanz, deporte, Madrid, La Piqueta, 1993.
Universitätsverlag Konstanz, 1995. 18
/. Meynaud, El deporte y la política, Barcelona,
8
Ernst Toller, Una joventut a Alemanya, Barcelona, Hispano-Europea, 1972. Es evidente que a partir
Edicions de 1984, 2001. de los años setenta han proliferado los libros que
9 abordan el deporte desde una perspectiva política:
"El deporte en el estado nacional sindicalista",
Luis Ma. Cazorla Prieto, Deporte y estado,
Vértice, núm. 10, mayo 1938.
Barcelona, Labor, 1978; J. M. Hobermnan, Politica
10
DonaldJ. Mrozek, Sport and American e sport. II corpo nella ideologia deli' 800 e del 900,
mentality, Bologna, 11 Mulino, 1988; Ph. Simonnot, Homo
1880-1910, Knoxville, The University of Tennesee Sportivus. Sport, capitalisme et religión, París,
Press, 1985. Gallimard, 1988, etc.
11
Hago Bernett, Der Weg des Sports in die 19
Elio Carravetta, O Esporte Olímpico: um novo
nationalsozialistische Diktatur, Schorndorf, Karl paradigma de suas relações sociais e pedagógicas,
Hofmann, 1983. Porto Alegre, Editora da Universidade Federal do
12
Poco después de la Primera Guerra Mundial, el Rio Grande do Sul, 1997.
socialismo y el comunismo iniciaron, cada uno por 20
TV. Elias, El proceso de la civilización, México,
su lado, dos movimientos internacionalistas para FCE, 1987.
promover la práctica deportiva entre la juventud 21
Erich Hobsbawm, "La barbarie de este siglo",
trabajadora (André Gounot, "Eis origens del
Debats, 50, 1994, pp. 30-37.
moviment esportiu comunista a Europa", Acacia,
22
4, 1995, pp. 75-99). N. Elias i E. Dunning, Deporte y ocio en el
13 proceso
Conocidos son los incidentes del partido de waterpolo
de la civilización, México, Fondo de Cultura
jugado entre las selecciones de Hungría y la URSS
Económica, 1992.
que reflejó en la piscina australiana la oposición
23
húngara a la invasión soviética. Finalmente Una de las grandes diferencias entre el deporte clásico
Hungría ganó aquel partido y el oro olímpico al y el moderno radica, justamente, en este punto. Los
imponerse a la URSS por un contundente 4 a 0. griegos —a pesar de poseer relojes de arena y agua-
14 no demostraron interés por establecer marcas. El
En relación a las implicaciones políticas de los Juegos
atleta griego buscaba la victoria (nike) a fin de
Olímpicos se pueden consultar —entre otras— las
alcanzar una fama que perdurase su gloria más allá
siguientes obras: Richard D. Mandell, Historia
de la muerte. De alguna manera el atleta griego
cultural del deporte, Barcelona, Edicions Bellaterra,
perseguía —al igual que Aquiles— la inmortalidad
que, en una cultura oral como la helénica, sólo se
podía obtener a través del canto poético (Píndaro).
1
TV. Porro, «L'esport televisat, entre espectacle i
comunicado política», Revista Catalana de
Sociologia, 5, 1997, pp. 87-116.
Jacques Gleyse, L'instrumentalisation du corps.
Une archéologie de la rationalisation
instruméntale du corps, de l'Age classique à
l'époque hypermoderne, París, Editions
L'Hartmattan, 1997.
Haraway, D. ]., Ciencia, cyborgs y mujeres. La
reinvención de la naturaleza, Madrid, Cátedra,
1995.

*ConradVilanouéprofessor daUniversitat deBarcelona


e-mail: cvilanou@d5.ub.es

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