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³XQDREUDGRQGHVHFRPELQDHOSHQVDPLHQWRILORVyILFRFRQHOPtVWLFR\VH
defiende la coincidencia de la ley revelada con la razón´.4
³*DXWKLHU KD VRVWHQLGR OD WHVLV GH TXH OD LQWHQFLyQ GH ,EQ 7XID\O HUD
resolver el problema de las relaciones entre la filosofía y la fe, opinión que
se ha generalizado y creo la más correcta´.5
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Contextualización de tres tecnicismos
³YDGLULJLGDDOPLVPRWLSRGHOHFWRUHVTXHORVGHO+D\\LEQ<DT]DQGH,EQ
Tufayl, del Tahâfut, Fasl y Kasf de Averroes y de las dos summas de Santo
Tomás, pero con una posición más acorde con Ibn Tufayl y con Santo
7
7RPDVTXHFRQODPiVILORVyILFDGH$YHUURHV´
Ahora bien, ¿cuál es la relación exacta que existe entre µrazón¶ y µfe¶
según este modelo concordista, a través del cual se interpreta el fenómeno
escolástico? A juzgar por las palabras que Diderot dedica a Avempace (Ibn
BƗۜah) en la célebre Encyclopédie, parece bien claro que es la filosofía la
que se acerca a la fe con la intención de mejorarla:
³HO PpGLFR $YHPSDFH IXH XQD HVSHFLH GH 7HyVRIR 6X ILORVRItD OH KL]R
sospechoso, fue encarcelado en Córdoba por impío o hereje. Había
entonces una multitud de hombres, que, creyendo perfeccionar la religión
por la filosofía, corrompían tanto la una como la otra. Esta manía que se
descubría en el islamismo, debía manifestarse un día con una fuerza muy
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diferente en el cristianismo´.
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³6H KD LQVLVWLGR HQ TXH OD ILORVRItD iUDEH ±y el texto de Ibn Tufayl sería
paradigmático en este punto- no es sino el intento de mostrar la
concordancia entre la verdad de la razón y la verdad de la religión.
Estaríamos de acuerdo con esta interpretación siempre y cuando se
comprenda bien el sentido del término (concordancia). Si por el
entendemos simple conciliación es decir, el intento de retocar y
transformar la verdad racional para mostrar que en nada contradice a la
verdad revelada, no podemos estar de acuerdo con ello. La filosofía árabe
no fue esto. Ya lo he visto en varios lugares. Lo que entiende es más bien,
la indicación de que la razón tiene un camino que le es propio y que no
tiene nada que ver con el camino que sigue la religión, que es el de la
imaginación. Aquella facultad, la razón, puede por si misma alcanzar la
verdad, una verdad que, por ser única, no puede diferir en nada de la
10
UHYHODGD'RVFDPLQRVILORVRItD\UHOLJLyQTXHFRQYHUJHQHQODYHUGDG´
³6HHQJDxDQSXHVTXLHQHVFUHHQTXH$YHPSDFH\$EHQWRIDLOKDQEXVFDGR
en sus respectivas obras filosóficas armonizar la Revelación con la Razón,
10
R. Ramón Guerrero, µFilósofos hispano-musulmanes y Spinoza¶ p. 129.
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Esta lectura de Ayala nos sirve para inaugurar una nueva interpretación
más sociológica en virtud de la cual la búsqueda de la conciliación entre fe
y razón partiría de una necesidad de orden político. Es decir, el intento de
conciliar razón y fe se explicaría aquí desde la necesidad de traducir los
contenidos abstractos de la filosofía al lenguaje más intuitivo de la religión
para que resulte accesible a las masas. Así parece desprenderse de las
siguientes palabras de Ramón Guerrero:
³/RV ILOyVRIRV iUDEHV IXHURQ GHIHQVRUHV GH OD OLEHUWDG GH SHQVDPLHQWR
expresable en las opiniones filosóficas y que la mayoría de las gentes son
incapaces de comprender. Ibn ৫ufayl, al afirmar la insalubridad del hombre
y su independencia de los regímenes políticos basados en la religión
muestra la posibilidad de desarrollar al máximo la facultad racional, esto
es, de alcanzar la propia salvación por medio de la reforma del
entendimiento humano, no sometido a ninguna prescripción social ni
religiosa, ni acudiendo a presupuestos dogmáticos ni teológicos; La
posibilidad, en fin de adquirir la perfección ética. Obtenida la felicidad por
medio de una serena en inmediata intuición, la filosofía fracasa en su
intento de hacerse entender por la multitud ciega y servida por toda clase
de supersticiones y fanatismos religiosos. Éste es el sentido que tiene el
episodio de la visita de ণayy y Absal a la isla regida por SalamƗn.
Improductiva e infructífera es esa sociedad por no poder exponerse en ella
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OLEUHPHQWHHOSHQVDPLHQWR´
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³6L HO IRQGR GH HVWD ILORVRItD SDUHFH PiV LQGLR TXH JULHJR QR OR HV SRU
derivación directa, sino merced a los lejanos efluvios del extremo Oriente
que en Alejandría alteraron el tipo purísimo de la especulación helénica.
¿Qué cosa más alejada del ideal ateniense que la concepción del gnóstico,
o la del filósofo solitario y peregrino cuya utopía nos presentan Avempace
16
\$EHQWRIDLO"´.
16
Marcelino Menéndez Pelayo, µEl filósofo autodidácto, de Abentofail¶HQ Ensayos de
crítica filosófica, Madrid, 1923, 323-343, p. 325.
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³(O OLEUR GH 'LRV FRPSUHQGH FXDWUR FRVDV /D H[SUHVLyQ HQXQFLDGD OD
dimensión alusiva, los sentidos ocultos, relativos al mundo suprasensible, y
17
Henry Corbin, Historia de la F ilosofía Islámica , Madrid: Trotta, 1994, p. 41.
18
H. Corbin, Historia de la F ilosofía Islám ica, p. 40.
19
H. Corbin, Historia de la F ilosofía Islámica, p. 40.
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O esta otra del walƯ por excelencia, ދAlƯ ibn AbƯ ৫Ɨlib, el primer imán
del islam³Yo era ya un walƯ cuando Adán estaba todavía entre el agua y
la arcilla´21 Si bien es común encontrar esta terminología entre los textos
de la imamología shií, Corbin nos advierte de que estás cuestiones no
pasaron al kal Ɨm sunní (por sobrepasar sus posibilidades), ni proceden
tampoco de la filosofía griega;
³3RU HO FRQWUDULR PXFKRV WH[WRV TXH VH UHPRQWDQ D ORV ,PDPHV UHYHODQ
ciertas afinidades y puntos de contacto con la antigua gnosis. Cuando el
afloramiento de los temas de la profetología y la imamología se entiende en
este modo, es decir, desde su origen, no ha lugar a extrañarse de volver a
encontrarlos entre los falâsifa, careciendo de todo sentido el pretender
disociarlos de su pensamiento filosófico, con el pretexto de que tales temas
22
no forman parte de nuestros programas de filosofía´
³1RSDUHFHTXHQRVHQFRQWUHPRVFRQXQGLVFtSXORGHO3VHXGR-Empédocles
sino con un autor esotérico, y precisando más, ismaelí. Además Ibn
Masarra es el punto de partida de la rica escuela andalusí de mística y a
partir de él la cadena sufí no se interrumpe en al- Andalús. El mayor
20
H. Corbin, Historia de la F ilosofía Islámica, p. 23.
21
H. Corbin, Historia de la F ilosofía Islámica, p. 52.
22
H. Corbin, Historia de la F ilosofía Islámica, p. 41.
23
Josep Puig Montada, µCorrientes de pensamiento en Al-Ándalus¶ Veritas 52:3 (2007),
p. 57.
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Vemos aquí una vez más como las referencias filosóficas (Pseudo-
Empédocles) y espirituales (esoterismo ismailí) aparecen imbricadas hasta
tal punto que llegan a resultar prácticamente imposibles de discernir. No
en vano, cuando Asín Palacios intenta retratar cual debió ser el perfil de
los miembros de las sectas esotéricas dentro de este período masarrí, nos
habla de un híbrido entre filósofo y místico caracterizado por una cierta
indiferencia hacía la religión externa:
24
J. Puig Montada, µCorrientes de pensamiento en Al-Ándalus¶p. 57.
25
Miguel Asín Palacios, Tres estudios sobre pensamiento y mística hispanomusulmanes,
Madrid: Hiperion, 1992, p. 14.
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³(VPLRSLQLyQTXHODWHVLVTXHVXE\DFHHQWRGDVXREUDHVGHPRVWUDUFRQ
ejemplos y casos concretos que el ideal filosófico de Platón, que a partir
del siglo II de nuestra era había sido desarrollado por el neoplatonismo, el
neopitagorismo y la teurgia, sólo lo han realizado de una manera plena los
monjes cristianos. En el helenismo tardío, neoplatónicos y teúrgos habían
popularizado la figura del theios aner, el hombre divino o carismático, que
KDEtD TXHGDGR HQFDUQDGD HQ ELRJUDItDV PX\ SRSXODUHV « 7HRGRUHWR
conoce muy bien esta liteUDWXUD TXH SRGUtDPRV GHQRPLQDU µKDJLRJUDItD
SDJDQD¶, y aunque no cita a estos autores, su propósito es ofrecer una
versión cristiana, apologétiFD \ SROpPLFD GHO µKRPEUH GLYLQR¶ FULVWLDQR
IUHQWH DO µKRPEUH GLYLQR¶ pagano. Éste se presentaba en la literatura del
clasicismo tardío como una mezcla del taumaturgo, o mago en la versión
sublimizada del teúrgo, del asceta y, sobre todo del filósofo: hombres
carismáticos que disfrutan de una relación privilegiada con el mundo de la
divinidad. Pues bien, el objetivo de Teodoreto es demostrar que estas
cualidades encuentran su más perfecta realización en los monjes por él
biografiados. De ahí su insistencia en calificarles como filósofos,
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encarnación de la perfecta filosofía y como theioi andres´.
Pero si los monjes del desierto eran identificados por Teodoreto de Ciro
como filósofos, los filósofos griegos eran a su vez interpretados como
monjes desde la perspectiva de la filosofía islámica. Según Corbin,
28
Ramón TejDGLUiGHOWH[WRGH7HRGRUHWRGH&LURTXH³su estilo y su lengua son los de
3ODWyQ«´ \ XQDV SiJLQDV PiV DGHODQWH UHFRJHUi OD RSLQLyQ GH 3 &DQLYHW TXLHQ
UHFRQRFHHQpO³el encanto de una elegancia a la vez helénica y oriental´5DPyQ7HMD
Historias de los monjes de Siria de Teodoreto de Ciro, Madrid: Trotta, 2008, p. 17.
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R. Teja, Historias de los monjes de S iria, p. 24.
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Marcelino Menéndez Pelayo, µEl filósofo autodidácto¶p. 324.
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Samar Attar, The Vital Roots of European Enlightnment. ,EQ 7XID\O¶V ,QIOXHQFH RQ
Modern Western Thought, Plymouth: Lexington Books, 2007.
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³Sociedad religiosa de los amigos´, fundada en Inglaterra por George Fox a mediados
del s. XVII.
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