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UNIVERSIDAD DE GUAYAQUIL

FACULTAD PILOTO DE
ODONTOLOGÍA

ENDODONCIA III

TEMA:
CRITERIOS QUE DETERMINAN EL ÉXITO EN ENDODONCIA

DOCENTE:

Dra. María Jacqueline Cedeño Delgado

ALUMNA:

Diana Stephanía Vélez Pincay

CURSO:
7/2

2019 - 2020
UNIVERSIDAD DE GUAYAQUIL

MISIÓN

Generar, difundir y preservar conocimientos científicos, tecnológicos,


humanísticos y saberes culturales de forma crítica, creativa y para la
innovación social, a través de las funciones de formación, investigación y
vinculación con la sociedad, fortaleciendo profesional y éticamente el
talento de la nación y la promoción del buen vivir, en el marco de la
sustentabilidad, la justicia y la paz.

VISIÓN

Ser una institución de Educación Superior con liderazgo prospectivo


nacional e internacional en el campo de sus dominios científicos,
tecnológicos y humanísticos; comprometidos con la democracia cognitiva,
el diálogo de saberes, el desarrollo sustentable y la innovación social.
PERFIL DE EGRESO
El egresado de la Facultad Piloto de Odontología de la Universidad de Guayaquil
tiene una sólida formación humanística, científica y técnica, acompañado por los
más altos valores éticos y morales, altamente responsable y comprometido con
el desarrollo social, dueño de un alto espíritu de vocación de servicio, contribuye
en la defensa de los derechos humanos y aporta desde sus campos de acción
en la defensa de los derechos de la naturaleza.
Su más importante ámbito de acción es la salud bucodental, como aporte
importante para mejorar el proceso biopsicosocial de las personas, a través de
la prevención, diagnóstico, tratamiento de los problemas que afectan a la boca y
la cavidad bucal.
 Poseer conocimientos actualizados sobre las diferentes áreas de la
odontología, teniendo la capacidad de aprender a aprender de manera
continua y sistemática.
 Mantener una actitud receptiva y positiva frente a los nuevos
conocimientos y avances tecnológicos de cada una de las especialidades
de la carrera de odontología.
 Ser competente en una extensa área de habilidades, incluyendo
búsqueda, investigación, análisis, solución de problemas, manejo de bio-
materiales y nuevos equipos e instrumentos, planificación, comunicación,
coordinación y trabajo en equipo.
 Fomentar el conocimiento sobre como prevenir las enfermedades
bucales, conocer cuáles son las enfermedades que presentan
manifestaciones sistemáticas o que sean manifestaciones bucales de
estas últimas.
 Tener una práctica basada en la evidencia científica apartándose del
empirismo y mala práctica.
 Conocer ampliamente y aplicar las normas de Bioseguridad para prevenir
enfermedades transmisibles a través de su práctica.
PERFIL PROFESIONAL
El profesional de la Facultad Piloto de Odontología de la Universidad de
Guayaquil, es un competente para prevenir, identificar y resolver los problemas
de salud enfermedad del sistema Estomatognático, a través de sus
conocimientos en las áreas biológica, clínica social y humanista, desarrollo de
competencias, bajo un enfoque criterio, social analítico, creativo y propositivo,
capaces de trabajar en equipo multiinter y transdisciplinario, comprometidos con
sus semejantes como reflejo de la equidad y del respeto en una praxis ética.
En su desempeño profesional el Odontólogo:
 Definir con pertinencia los campos sociales en los que
participará.
 Compartir sin egoísmo sus conocimientos teóricos y prácticos
en los grupos sociales de su campo profesional.
 Aportar sistemáticamente ideas y proyectos que enriquecen los
resultados generales del grupo social.
 Identificar con precisión los contextos de una cultura.
 Adaptar con naturalidad los contextos a los campos laborales
en los que trabajar profesionalmente.
 Valorar su profesión mostrando respeto hacia la diversidad.
 Manejar correctamente las relaciones interpersonales.
 Establecer una conversación informal de carácter empático.
 Acoger con interés los puntos de vista del usuario.
 Utilizar eficientemente estrategias de ergonomía odontológica.
 Saber visualizar correctamente los diferentes detalles
odontológicos.
 Saber utilizar el espejo bucal como herramienta de apoyo
según el caso.
 Reconocer con facilidad los símbolos gráficos de odontograma.
 Utilizar responsablemente vestuario, instrumental e insumos en
el ejercicio profesional.
 Cuidar siempre la calidad de la toma radiográfica.
 Demostrar verdadero interés en ayunar a la comunidad en
forma espontánea.
 Se inscribe voluntariamente a programas de ayuda.
 Evaluar correctamente el cuadro clínico del usuario.
 Aplicar en la práctica profesional los conocimientos sociales
adquiridos.
INTRODUCCIÓN

Los avances en Endodoncia, las técnicas de asepsia y los principios de preparación y obturación
de conductos radiculares han permitido incrementar las tasas de éxito del tratamiento
endodóntico, sobre todo en los dientes, en los que se logra buen sellado apical. Los
estomatólogos pueden asegurar un tratamiento de la más alta calidad; para ello deberán lograr la
planificación coherente del caso, evaluar con objetividad la dificultad que se presenta en el
curso de la terapia, conscientes de la pericia y habilidad personal que se requiere para enfrentar
tratamientos complejos. (Sankarsingh, 2005)

El éxito o fracaso final de la terapéutica de conductos puede ser debido a varios factores. Para la
revisión y evaluación clínica del diente tratado mediante endodoncia, se deben considerar los
fracasos debidos a la condición pulpo-periapical previa, relacionados con la compleja anatomía
del diente y los sistemas de conductos, concernientes a la técnica del tratamiento.

El cumplimiento de los objetivos del tratamiento de conductos es el camino para el éxito, sin
embargo, existen variables en cada etapa durante el tratamiento, que alteran el pronóstico y que
hacen variar los resultados a largo plazo.

Se requiere de experiencia y habilidad para evaluar el estatus de un tratamiento de conductos y


clasificarlo como un éxito o un fracaso. La determinación del estatus endodóncico es de gran
utilidad con respecto a la decisión de instaurar o no algún tratamiento. Adicionalmente pueden
analizarse las causas de fracaso con la finalidad de optimizar los procedimientos en la
especialidad.
CRITERIOS QUE DETERMINAN EL ÉXITO EN EL TRATAMIENTO DE
CONDUCTOS

En 1938, Auerbach 6 estableció que existían 4 criterios para evaluar los resultados de los
tratamientos de conductos: clínico, radiográfico, bacteriológico e histológico. (Auerbach, 1938)

Los métodos bacteriológico e histológico serían los ideales, pero tienen limitaciones y a veces
son imposibles de realizar. Los estudios histológicos son posibles solo tomando una muestra de
tejido durante una cirugía perirradicular o una vez que se ha realizado la exodoncia del diente:
ambas son situaciones extremas.

En 1956, Strindberg 146 señaló que la evaluación postoperatoria de dientes tratados


endodónticamente debía constar de examen clínico y radiográfico; tomando en cuenta la historia
clínica previa del caso. La mayoría de los estudios de evaluación de resultados de la terapéutica
endodóncica se basan en criterios radiográficos, y muy pocos toman en consideración la
evaluación clínica. (Strindberg, 1956)

Evaluación clínica del tratamiento de conductos

Se considera que la evaluación del resultado del tratamiento efectuado al paciente debe constar
de varias fases:

(a) examen visual de tejidos blandos


(b) palpación de tejidos alrededor del diente tratado y/o adyacentes
(c) percusión del diente tratado y/o adyacentes
(d) medición de surcos gingivales
(e) interrogatorio al paciente.

En 1994, la Asociación Americana de Endodoncistas 48,50 publicó criterios de éxito, en los


cuales se indica que no debe haber signos clínicos o síntomas adversos para considerar el
tratamiento de conductos como exitoso. (Guttman, 1992)

De igual manera, en 1994 la Sociedad Europea de Endodontología en cooperación con la


Sociedad Británica de Endodoncistas publicaron los criterios a tomar en cuenta para evaluar los
dientes tratados endodóncicamente. Deben evaluarse los siguientes criterios objetivos y
subjetivos:

(a) sensibilidad a la palpación


(b) movilidad dentaria
(c) enfermedad periodontal
(d) trayecto fistuloso
(e) función del diente tratado
(f) signos de infección o inflamación
(g) síntomas subjetivos 48,50,140.

Según lo antes mencionado, el tratamiento evaluado puede catalogarse en alguno de los tres
estatus siguientes: aceptable, cuestionable o no aceptable. (Guttman, 1992)

Clínicamente aceptable

(a) ausencia de sensibilidad a la palpación


(b) movilidad dentaria fisiológica
(c) ausencia de trayecto fistuloso o enfermedad periodontal localizada
(d) el diente debe estar ejerciendo su función, ausencia de signos de infección o
inflamación y ausencia de síntomas subjetivos referidos por el paciente

Clínicamente cuestionable

(a) síntomas esporádicos, vagos, no específicos y no reproducibles, sin patrón definido


(b) sensación de presión
(c) incomodidad leve después de la percusión, palpación, masticación o al presionar con la
lengua
(d) sinusitis con origen en el diente tratado
(e) necesidad ocasional de analgésicos

Clínicamente no aceptable

(a) síntomas subjetivos persistentes


(b) trayecto fistuloso recurrente o inflamación
(c) incomodidad reproducible después de percusión, palpación o masticación;
(d) evidencia de fractura dentaria irreparable
(e) movilidad excesiva o deterioro periodontal progresivo
(f) imposibilidad de masticación con el diente afectado.
Evaluación radiográfica del tratamiento de conductos

La evaluación radiográfica se considera imprescindible, pero no definitiva, en la determinación


del éxito y fracaso del tratamiento de conductos. La valoración radiográfica aislada puede
permitir que una patología que se exprese únicamente por la clínica pase inadvertida 12,50.

Criterios de evaluación radiográfica

En 1956, Strindberg 146 estableció que los casos podían ser considerados como éxitos, fracasos
o inciertos, desde el punto de vista radiográfico de acuerdo a varios aspectos. (Strindberg, 1956)

Éxito si:

(a) los contornos y el espacio del ligamento periodontal se encontraban normales


(b) el ligamento periodontal se encontraba ensanchado solo alrededor de excesos de
material de obturación.

Los casos se consideraban fracaso si

(a) se evidenciaba disminución de la imagen radiolúcida perirradicular,


(b) no se evidenciaban cambios en la rarefacción
(c) aparecía una rarefacción nueva

E incierto si (a) las radiografías eran ambigüas o presentaban fallas técnicas, (b) el diente había
sido extraido en los 3 primeros años.

En 1984, Zakariasen et al.176, diferenciaron los criterios radiográficos de éxito y fracaso en


relación a la condición pulpar y periapical previa. En dientes con pulpa viva, el caso fue
considerado (a) un éxito: si no hubo imagen radiolúcida apical al principio, ni en la radiografía
control; (b) un fracaso: si no hubo imagen radiolúcida apical al principio y sí en la radiografía
control.
En dientes despulpados sin imagen radiolúcida apical, el caso fué catalogado (a) un éxito: si no
hubo imagen al principio, ni en la radiografía control; (b) un fracaso: si no hubo imagen al
principio y sí en la radiografía control 176.

En dientes despulpados con imagen radiolúcida apical, el caso fué catalogado como (a) un éxito:
si hubo imagen al principio y cicatrización o disminución del tamaño de la imagen en la
radiografía control; (b) un fracaso: si hubo imagen al principio y aumento de la imagen en la
radiografía control 176.

En 1994, la Asociación Americana de Endodoncistas 50 publicó criterios a tomar en cuenta en


la evaluación radiográfica de un diente con tratamiento de conductos convencional:

cccccc (1) obturación densa y tridimensional lo más cercana a la unión cemento dentinaria;
(2) en dientes con imagen radiolúcida apical previa, en controles sucesivos debe verse
la lámina dura intacta y el espacio del ligamento periodontal normal.
(3) La evaluación e interpretación es subjetiva, varía entre un observador y otro, de un
momento a otro; puede existir predisposición del evaluador.
(4) La evaluación radiográfica es solo una herramienta50.

De la misma manera que en la evaluación clínica, estos datos orientarían para ubicar un
tratamiento de conductos en alguna de las siguientes categorías: aceptable, cuestionable, no
aceptable.

Radiográficamente aceptable:

(a) espacio del ligamento periodontal normal o ligeramente ensanchado, menor de un mm;
(b) eliminación de la radiolucencia previa
(c) lámina dura intacta en relación a dientes vecinos
(d) que no exista evidencia de resorción radicular
(e) una obturación del sistema de conductos densa y tridimensional dentro de los confines
del conducto, lo más cercana a la unión cemento dentinaria, aproximadamente a un mm
del ápice radiográfico.

Radiográficamente cuestionable

(a) espacio del ligamento periodontal ensanchado, menor de dos mm;


(b) radiolucencia previa de igual tamaño o ligera evidencia de reparación;
(c) lámina dura irregular en relación a los dientes vecinos;
(d) evidencia sugestiva de resorción radicular progresiva;
(e) espacios en la densidad de la obturación del sistema de conductos, especialmente en el
tercio apical;
(f) extensión del material de obturación más allá del ápice.

Radiográficamente no aceptable

(a) espacio del ligamento periodontal ensanchado, mayor de dos mm;


(b) ausencia de evidencia de reparación y/o radiolucencia de mayor tamaño; (c) ausencia de
formación de lámina dura;
(c) presencia de radiolucencias perirradiculares óseas nuevas incluyendo radiolucencias
laterales;
(d) espacios visibles y conductos permeables no obturados;
(e) sobrextensión excesiva del material de obturación con espacios visibles en el tercio
apical;
(f) evidencia definitiva de resorción radicular 48,50.

Evaluación histológica del tratamiento de conductos

La evaluación histológica del éxito y fracaso del tratamiento de conductos es de relativa poca
importancia en la práctica endodóncica. Si la cicatrización de los tejidos perirradiculares
postratamiento implica la ausencia total de inflamación y la regeneración completa del
ligamento periodontal y hueso de soporte, los porcentajes de éxito aumentarían
significativamente50.

Los criterios de evaluación histológica pudieran facilitar el entendimiento de la naturaleza de los


tejidos perirradiculares. Es posible establecer tres categorías de clasificación; a saber 48,50:

Histológicamente aceptable

(a) ausencia de inflamación


(b) regeneración de las fibras periodontales
(c) reparación del cemento
(d) reparación ósea evidente y/o osteoblastos sanos
(e) ausencia de resorción ósea y áreas de resorción previa con deposición de cemento

Histológicamente cuestionable
(a) presencia de inflamación leve
(b) áreas de cemento bajo resorción y reparación concomitante
(c) ausencia de organización de las fibras periodontales
(d) reparación ósea mínima con actividad osteoclástica evidente

Histológicamente no aceptable

(a) presencia de inflamación severa


(b) ausencia de reparación ósea con resorción concomitante evidente del hueso circundante
(c) presencia de bacterias en zonas de tejido necrótico
(d) presencia de tejido de granulación y posible proliferación epitelial.

Sin embargo, existe la posibilidad de que radiográficamente el área periapical se muestre sin
cambios (sin evidencia de patología) y al extraer el diente, se evidencie tejido granulomatoso o
quístico.

Las áreas de rarefacción no se evidencian radiográficamente hasta que se haya destruido la


unión entre el hueso medular y alguna de las corticales 10,11. En algunas raíces las imágenes
radiolúcidas apicales se observan antes que en otras, esto es dependiente de la cercanía de la raíz
a la cortical; en molares inferiores por ejemplo, la raíz mesial está más cercana que la raíz
distal 10-12.

Es posible que histológicamente existan cambios patológicos en dientes tratados


endodónticamente en los cuales no se observan radiolucencias en el área apical. Por el contrario,
en dientes con tratamientos de conductos y con área radiolúcida apical, es más factible que los
cambios histopatológicos si se correlacionen 12,131,132. Sin embargo, Friedman señala que
ciertas limitaciones pudieran influir en los resultados obtenidos durante los estudios de muestras
de tejidos.
Conclusiones

Un tratamiento endodóntico debe estar encaminado a lograr no sólo el éxito sintomatológico o


radiográfico, sino también el éxito histológico. Este depende de una serie de factores asociados a
la calidad de los procedimientos clínicos y de los materiales utilizados. El éxito del tratamiento
endodóntico guarda una relación directa a la condición del paciente, a la capacidad del profesional
y los criterios de funcionalidad requeridos. El conocimiento profundo y la actualización en estos
factores son esenciales durante el ejercicio profesional de la endodoncia.
Bibliografía
Auerbach, M. (1938). Clinical Approach to the Problem of Pulp Canal Therapy. The
Journal of the American Dental Association, 25(6), 939-942. Obtenido de
https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0375845138560249?via%3D
ihub
Guttman, J. (1992). Clinical, radiographic, and histologic perspectives on success and
failure in Endodontics. Dental Clinics of North America , 36(2), 379-392.
Obtenido de
https://www.researchgate.net/publication/21582235_Clinical_radiographic_and_
histologic_perspectives_on_success_and_failure_in_Endodontics
Sankarsingh, C. (2005). " Determinación de Exito y Fracaso en el Tratamiento de
Conductos ". Portal Odontólogo Invitado, 114-129. Obtenido de
https://www.carlosboveda.com/Odontologosfolder/odontoinvitadoold/odontoinvit
ado_33.htm
Strindberg, L. (1956). The dependence of the results of pulp therapy on certain factors;
an analytic study based on radiographic and clinical follow-up examinations.
Acta odontologica Scandinavica., 123-134. Obtenido de
https://www.worldcat.org/title/dependence-of-the-results-of-pulp-therapy-on-
certain-factors-an-analytic-study-based-on-radiographic-and-clinical-follow-up-
examinations-tr-from-the-swedish-manuscript/oclc/7305518

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