Você está na página 1de 19

Sistema inmunológico

El sistema inmunitario, que está formado por células, proteínas, tejidos y órganos,
defiende al ser humano contra gérmenes, bacterias, virus y microorganismos día
tras día. La mayoría de las veces el sistema inmunitario hace un gran trabajo,
manteniéndonos sanos y previniendo posibles enfermedades. Pero a veces los
problemas en el sistema inmunitario pueden conllevar enfermedades e infecciones.
El sistema inmunitario es el sistema de defensa del cuerpo contra organismos
infecciosos y otros agentes invasores. A través de una serie de pasos denominados
"respuesta inmunitaria", el sistema inmunitario ataca a los organismos y sustancias
que invaden el cuerpo y que le podrían provocar enfermedades.
El sistema inmunitario está compuesto por una red de células, tejidos y órganos que
colaboran entre sí para proteger al cuerpo. Unas de las células importantes
implicadas en la respuesta inmunitaria son los glóbulos blancos, también conocidos
como "leucocitos". Los hay de dos tipos básicos, que se combinan entre sí para
localizar y destruir a los organismos o sustancias que provocan enfermedades.
Los leucocitos se fabrican o almacenan en muchas partes diferentes del cuerpo,
incluyendo el timo, el bazo y la médula ósea. Por este motivo, estos órganos se
llaman "órganos linfoides". También hay masas de tejido linfoide distribuidas por
todo el cuerpo, principalmente en forma de ganglios linfáticos, que albergan
leucocitos en su interior.
Los leucocitos circulan por todo el cuerpo entre órganos y ganglios a través de los
vasos linfáticos y de los vasos sanguíneos. De este modo, el sistema inmunitario
funciona de forma coordinada para controlar la presencia de gérmenes o sustancias
que podrían provocar problemas en el organismo.
Los dos tipos básicos de leucocitos son:

1. los fagocitos .

Son células que devoran a los organismos invasores. Su traducción literal es


"comer células". No poseen memoria, sino que los linfocitos son los que le indican
y ayudan a detectar un virus o bacteria presenciada con anterioridad.
Los fagocitos destruyen a los agentes patógenos directamente, los linfocitos crean
anticuerpos que atacan a los agentes patógenos.

2. los linfocitos
Son células que permiten que el cuerpo recuerde y reconozca a invasores previos,
produciendo así, anticuerpos que atacan a dichos invasores; los cuales ayudan al
cuerpo a destruirlos. Los anticuerpos son proteínas especializadas que atrapan
antígenos determinados.
Hay distintos tipos de células que se consideran fagocitos. El tipo que más abunda
son los neutrófilos, que luchan principalmente contra las bacterias. Si a un médico
le preocupa que un paciente suyo pueda tener una infección bacteriana, lo más
probable es que solicite un análisis de sangre para saber si tiene un aumento en la
cantidad de neutrófilos a raíz de la infección. Otros tipos de fagocitos desempeñan
sus propias funciones para asegurarse de que el cuerpo responde adecuadamente
a tipos específicos de invasores.
Los dos tipos de linfocitos son los linfocitos B y los linfocitos T. Los linfocitos se
fabrican en la médula ósea y, después, permanecen allí y maduran a linfocitos B, o
bien se desplazan hasta la glándula del timo, donde maduran a linfocitos T. Los
linfocitos B y los linfocitos T desempeñan funciones diferentes: Los linfocitos B
vienen a ser el sistema de inteligencia militar del cuerpo, encargado de buscar a
los invasores y de enviarles las defensas para que los inmovilicen. Los linfocitos T
son los soldados, encargados de destruir a los invasores que ha identificado el
sistema de inteligencia.
Los vasos sanguíneos y los vasos linfáticos se encargan de transportar los
linfocitos y los fagocitos por las diferentes partes del nuestro cuerpo.

El Proceso Inmunológico

El proceso inmunológico funciona así: un agente infeccioso entra en el cuerpo.


Quizá es un virus de la gripe que entra por la nariz, quizá es una bacteria que entra
por la sangre cuando se pincha con un clavo. El sistema inmunológico está siempre
alerta para detectar y atacar al agente infeccioso antes de que cause algún tipo de
daño. Sea cual fuere el agente, el sistema inmunológico lo reconoce como un
cuerpo ajeno. Estos cuerpos externos se llaman antígenos. Y los antígenos deben
ser eliminados.
La primera línea de defensa del cuerpo es un grupo de células llamadas
macrófagos. Estas células circulan por la corriente sanguínea y en los tejidos del
cuerpo, vigilantes de los antígenos.
Cuando un invasor entra, un macrófago rápidamente lo detecta y lo captura dentro
de la célula. Enzimas en el interior del macrófago destruyen al antígeno
procesándolo en pedacitos pequeños llamados péptidos antigénicos. A veces este
proceso por sí solo es suficiente para eliminar al invasor. Sin embargo, en la mayoría
de los casos, otras células del sistema inmunológico deben unirse a la lucha.
Pero antes de que otras células puedan empezar su trabajo, los péptidos
antigénicos dentro del macrófago se unen a moléculas llamadas antígenos de
leucocitos humanos o HLA. La molécula de HLA unida al péptido, ahora llamada
complejo antigénico, es liberada del macrófago. Células llamadas linfocitos de la
clase T, pueden entonces reconocer e interactuar con el complejo péptido
antigénico-HLA que se encuentra en la superficie del macrófago. Una vez que dicho
complejo es reconocido, los linfocitos T envían señales químicas llamadas citosinas,
estas citosinas atraen más linfocitos T y también alertan a otros linfocitos, de la clase
B, para que produzcan anticuerpos. Estos anticuerpos se liberan a la circulación
sanguínea para encontrar y unir más antígenos, de tal forma que los invasores no
se puedan multiplicar ni causar algún tipo de enfermedad. En el último paso de este
proceso, una célula llamada fagocito se encarga de remover el antígeno del cuerpo.
Cuando se detectan antígenos, varios tipos distintos de células colaboran entre sí
para reconocerlos y responder. Estas células hacen que los linfocitos B fabriquen
anticuerpos, unas proteínas especializadas que localizan e inmovilizan a antígenos
específicos. Una vez fabricados, estos anticuerpos siguen existiendo en el
organismo de la persona, de modo que, si su sistema inmunitario se vuelve a
encontrar con ese antígeno, dispondrá de anticuerpos para desempeñar su función.
Por eso, cuando una persona se enferma de una determinada enfermedad, como
la varicela, lo más habitual es que no vuelva a contraer la misma enfermedad.
Esto también explica que las vacunas sirvan para prevenir ciertas enfermedades.
Una vacuna introduce en el organismo el antígeno de un modo que no hace
enfermar a la persona vacunada, pero que desencadena la fabricación de
anticuerpos en el organismo, unos anticuerpos que la protegerán de ataques
futuros por parte del germen o sustancia causante de esa enfermedad en concreto.
Aunque los anticuerpos pueden reconocer un antígeno e inmovilizarlo, no lo pueden
destruir sin ayuda. Y ahí es donde intervienen los linfocitos T, que forman parte del
sistema que destruye a los antígenos que han sido identificados e inmovilizados por
los anticuerpos o a aquellas células que se han infectado o que han cambiado por
algún motivo. De hecho, algunos de los linfocitos T se llaman "células asesinas", y
a veces "células k " (del inglés; killer = asesino). Los linfocitos T también ayudan a
indicar a otras células como los fagocitos que desempeñen su función.
Los anticuerpos también tienen la facultad de neutralizar toxinas (sustancias
venenosas o perjudiciales) fabricadas por distintos organismos. Y, por último, los
anticuerpos pueden activar un grupo de proteínas llamadas "complemento" que
también forman parte del sistema inmunitario. El sistema del complemento ayuda a
destruir bacterias, virus y células infectadas.
Todas estas células especializadas y partes del sistema inmunitario ofrecen al
cuerpo protección contra las enfermedades. Esta protección se llama "inmunidad".

Inmunidad

El término inmunidad se refiere a la capacidad que posee un organismo para


destruir o desactivar a un agente infeccioso, sin sufrir ninguna patología. El ser
humano puede obtener dicha inmunidad en forma innata o congénita (con la cual
se nace) o adaptativa. Además, la inmunización puede ser activa (síntesis de
anticuerpos por el propio organismo) o pasiva (adquisición de anticuerpos
producidos por otro organismo).

Inmunidad innata
Todo ser humano nace con una inmunidad innata o natural, un tipo de protección
general. Muchos de los gérmenes que afectan a otras especies no son nocivos para
el ser humano. Por ejemplo, los virus que provocan la leucemia en los gatos o el
moquillo en los perros no afectan a los seres humanos. La inmunidad innata
funciona en ambos sentidos, ya que algunos virus que enferman a los seres
humanos, como el VIH (virus de la inmunodeficiencia humana) que puede provocar
el SIDA (síndrome de inmunodeficiencia adquirida), no enferma ni a gatos ni a
perros.
La inmunidad innata también incluye las barreras externas del cuerpo, como la piel
y las mucosas (que cubren el interior de la nariz, la garganta y el tubo digestivo),
que son nuestra primera línea de defensa en la prevención de enfermedades. Si se
rompe la primera línea de defensa (como cuando nos hacemos un corte), la piel
intenta cerrarlo lo más deprisa posible y células inmunitarias especiales de la piel
atacan a los gérmenes invasores.

Inmunidad adaptativa .
El segundo tipo de protección es la inmunidad adaptativa o activa, que se desarrolla
a lo largo de la vida de una persona. La inmunidad adaptativa implica la participación
de los linfocitos y se desarrolla a medida que la gente se va exponiendo a
enfermedades o se inmuniza contra ellas a través de las vacunas.

Inmunidad pasiva .
La inmunidad pasiva es un tipo de protección "prestada" de una fuente externa y es
de breve duración. Por ejemplo, los anticuerpos que contiene la leche materna
proporcionan al lactante una inmunidad temporal contra las enfermedades a que se
había expuesto su madre. Esto ayuda a proteger a los lactantes contra esas
infecciones durante los primeros años de vida. .

El sistema inmunitario de cada persona es distinto. Algunas personas parece que


nunca contraen infecciones, mientras que otras parecen enfermar constantemente.
Conforme la gente se va haciendo mayor, se suele hacer inmune a más gérmenes,
a medida que su sistema inmunitario va entrando en contacto con una mayor
cantidad de ellos. Por eso, los adultos y los adolescentes tienden a resfriarse menos
que los niños: sus cuerpos han aprendido a reconocer y atacar de inmediato a
muchos de los virus que provocan los resfriados.
Problemas del sistema inmunitario

Los trastornos del sistema inmunitario se pueden dividir en cuatro categorías


principales:

1. trastornos por inmunodeficiencia (primaria o adquirida)


2. trastornos auto-inmunitarios (en que el sistema inmunitario ataca a sus propios
tejidos por error, tomándolos por sustancias extrañas)
3. trastornos alérgicos (en que el sistema inmunitario reacciona de forma
desproporcionada ante determinados antígenos)
4. cánceres del sistema inmunitario

Trastornos por inmunodeficiencia

La inmunodeficiencia ocurre cuando se carece de una parte del sistema inmunitario


o bien hay alguna parte de este sistema que no funciona como debería funcionar.
Algunas personas nacen con inmunodeficiencias (conocidas como
"inmunodeficiencias primarias"), aunque es posible que sus síntomas no se
manifiesten hasta momentos posteriores de la vida. Las inmunodeficiencias
también se pueden adquirir a través de infecciones o ser producto de algunos
fármacos (a veces se denominan "inmunodeficiencias secundarias").

Las inmunodeficiencias pueden afectar a los linfocitos B, los linfocitos T o los


fagocitos. Algunos ejemplos de inmunodeficiencias primarias que pueden afectar a
niños y adolescentes son:

La deficiencia de IgA
Es el trastorno por inmunodeficiencia más frecuente. IgA es una inmunoglobulina
que se encuentra principalmente en la saliva y otros fluidos corporales, que ayuda
a proteger las aberturas del cuerpo. La deficiencia de IgA es un trastorno en el cual
el cuerpo no fabrica suficientes anticuerpos IgA. Las personas con deficiencia de
IgA son más propensas a las alergias, los resfriados y otras infecciones de las vías
respiratorias, pero esta afección no suele ser grave.

La inmunodeficiencia combinada grave


También se conoce como la "enfermedad del niño burbuja", a raíz de un niño de
Texas que vivió en una burbuja de plástico libre de gérmenes. Es un trastorno grave
del sistema inmunitario provocado por la ausencia de linfocitos B y de linfocitos T,
lo que hace prácticamente imposible luchar contra las infecciones.
El síndrome de Di George
Es una anomalía congénita en que los niños nacen sin la glándula del timo, un
ejemplo de enfermedad primaria de los linfocitos T. El timo es la glándula donde
normalmente maduran los linfocitos T.

El síndrome de Chediak-Higashi y la enfermedad granulomatosa crónica


Se caracterizan por la incapacidad de los neutrófilos de funcionar con normalidad
como fagocitos. Las inmunodeficiencias adquiridas o secundarias, se suelen
desarrollar después de contraer una enfermedad, aunque también pueden estar
provocadas por la desnutrición, las quemaduras u otros problemas médicos. Ciertos
fármacos también pueden provocar problemas en el funcionamiento del sistema
inmunitario.

Las inmunodeficiencias adquiridas o secundarias abarcan las siguientes:

El SIDA (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) .


Es una enfermedad que destruye lenta y progresivamente el sistema inmunitario.
Está provocada por el VIH (virus de la inmunodeficiencia humana), un virus que
aniquila cierto tipo de linfocitos: las células T cooperadoras. Sin este tipo de células,
el sistema inmunitario no puede defender al cuerpo de organismos normalmente
inofensivos, pero que pueden provocar infecciones de riesgo vital en personas con
sida. Los recién nacidos pueden contraer la infección por VIH de sus madres
mientras están en el útero, durante el parto o a través de la lactancia materna. El
ser humano puede contraer esta infección al mantener relaciones sexuales sin
protección con una persona infectada o al compartir agujas contaminadas para
inyectarse drogas o esteroides o al hacerse tatuajes.

Las inmunodeficiencias provocadas por fármacos


Hay varios medicamentos que deprimen la respuesta inmune. Por ejemplo, uno de
los inconvenientes de la quimioterapia que se utiliza para tratar el cáncer es que
no solo destruye las células cancerosas, sino también otras células sanas y de
rápido crecimiento, como las que se encuentran en la médula ósea y otras partes
del sistema inmunitario. Además, las personas con trastornos auto-inmunitarios o
que se han sometido a un trasplante de Órganos pueden necesitar medicarse con
fármacos inmunodepresores, que reducen la capacidad del sistema inmunitario
para hacer frente a las infecciones, lo que pude provocar inmunodeficiencias
secundarias.
Trastornos Auto-inmunitarios

Normalmente, el sistema inmunológico se encarga de combatir a los virus, bacteria


o cualquier otro organismo infeccioso que amenace la salud de cualquier ser
humano. Pero sí ocurre una falla, el mismo sistema que ha sido diseñado para
proteger al ser humano, puede también volverse en su contra.
Cuando el sistema inmunológico no marcha adecuadamente, no puede distinguir a
las células propias de las ajenas. En vez de luchar contra antígenos externos, las
células del sistema inmunológico o los anticuerpos que producen, pueden ir en
contra de sus propias células y tejidos por error.
A este proceso se le conoce como autoinmunidad, y los componentes involucrados
en la ofensiva se llaman linfocitos autorreactivos o autoanticuerpos. Esta respuesta
errónea del sistema inmunológico contribuye a varias enfermedades autoinmunes,
incluyendo varias formas de artritis, el lupus, etc.

Enfermedades Autoinmunes

Hay muchos ejemplos de enfermedades autoinmunes, tales como el lupus,


la miosotis y la artritis reumatoide (AR). La información aquí presentada se enfoca
al sistema inmunológico de una persona con AR.
El sistema inmunológico está hiperactivo en personas con AR. Los linfocitos se
aglomeran en la membrana que cubre las articulaciones afectadas, conduciendo a
la inflamación (hinchazón) que contribuye al daño del cartílago y hueso. Además, la
mayoría de los pacientes con AR también tienen un autoanticuerpo llamado factor
reumatoide.
Los mensajeros químicos entre las células, llamados citosinas, juegan un papel
clave en la inflamación y el daño al cartílago y hueso que ocurre en la AR. Una
citosina llamada factor de necrosis tumoral (FNT) y la interleucina-1 (IL-1)
contribuyen al dolor y la hinchazón que ocurre en las articulaciones inflamadas.
Aun nadie sabe qué causa las enfermedades autoinmunes, pero probablemente hay
varios factores implicados. Estos pueden incluir virus y factores ambientales, ciertos
compuestos químicos y algunos fármacos. Todos ellos pueden dañar o cambiar las
células del cuerpo. Las hormonas sexuales pueden tomar parte, porque la mayoría
de las enfermedades autoinmunes son más comunes en mujeres que en hombres.
La herencia también puede jugar un papel fundamental en estas.
Entre las enfermedades auto-inmunitarias, de igual manera se incluyen las
siguientes:

Lupus
Una enfermedad crónica caracterizada por el dolor y la inflamación de músculos y
articulaciones (la respuesta inmune anormal también puede atacar a los riñones y
otros órganos)

La artritis reumatoide juvenil o artritis juvenil idiopática


Una enfermedad donde el sistema inmunitario actúa como si determinadas
partes del cuerpo (como las articulaciones de rodillas, manos y pies), fueran tejidos
extraños y los ataca.

La esclerodermia
Una enfermedad auto inmunitaria crónica que puede provocar inflamación y
lesiones en la piel, la articulaciones y los órganos internos

La espondilitis anquilosante
Una enfermedad caracterizada por la inflamación de la columna vertebral y de las
articulaciones, que causa dolor y rigidez

La dermatomiositis juvenil
Un trastorno caracterizado por la inflamación y las lesiones en la piel y los músculos.

Tratamiento de las Enfermedades Autoinmunes

Se han empleado muchos procedimientos para el tratamiento de las enfermedades


autoinmunes. Para condiciones relacionadas con la artritis, la inflamación se trata
con antiinflamatorios no esteroides (AINE), que son medicamentos que se usan
para tratar tanto el dolor como la inflamación. Ejemplos de estos AINE incluyen a la
aspirina, el ibuprofeno y el naproxeno.

Para la inflamación también se utilizan glucocorticoides, tales como la cortisona y


la prednisona. Además, fármacos llamados antirreumáticos modificadores de la
enfermedad (FARMEs), utilizan como el metotrexato, que es un medicamento que
hace que su sistema inmunitario sea menos activo. Éste se usa para tratar ciertos
tipos de cáncer. También se usa para tratar casos avanzados de artritis reumatoide
y psoriasis cuando otros tratamientos no resultan efectivos; que al ser
implementados bloquea inespecíficamente al sistema inmunológico, este
medicamento juegan un papel importante en muchas enfermedades autoinmunes.

Avances en la Biotecnología

Los investigadores han progresado mucho en los últimos años al comprender la


artritis reumatoide AR y cómo afecta el cuerpo de las personas. Este conocimiento
ha llevado al desarrollo de medicamentos llamados modificadores de la respuesta
biológica (MRB). Los MRB bloquean pasos específicos del proceso inmunológico.

El etanercept (Enbrel) fue el primer MRB aprobado por la Administración de


Fármacos y Alimentos (FDA) para tratar la artritis reumatoide AR. El etanercept
actúa interrumpiendo la actividad del factor de necrosis tumoral (FNT) Proteína
elaborada por los glóbulos blancos en respuesta a un antígeno (sustancia que hace
que el sistema inmunitario brinde una respuesta inmunitaria específica) o a una
infección, la cual es una de las citosinas más importantes involucradas en la artritis
reumatoide AR.
El infliximab (Remirado), el segundo MRB, fue aprobado por la FDA para el
tratamiento de la AR. El infliximab utiliza un anticuerpo monoclonal, o sea una
versión de los anticuerpos humanos específicamente diseñado para luchar contra
el FNT.
El anakinra (Kineret) fue el tercer MRB aprobado por la FDA para el tratamiento de
la AR. El anakinra interfiere en la interacción de la citosina IL-1 (interleucina-1) con
otras células. La IL-1 es una citosina producida por múltiples estirpes celulares,
principalmente por macrófagos activados. Se produce en grandes cantidades como
respuesta a infecciones o cualquier tipo de lesión o estrés. Es un mediador clave en
la respuesta inflamatoria ocasionando fiebre, neutrofilia y producción de proteínas
de fase aguda. Ésta es otra citosina importante durante la inflamación y daño
articular que ocurre en la AR.
Es muy importante entender que el factor de necrosis tumoral (FNT) y la IL-1 son
citosinas primordiales para la actividad normal del sistema inmunológico. Por lo
tanto, cuando se les suprime, los pacientes tienen que ser monitoreados
cuidadosamente para asegurarse de que estas sustancias no se hayan suprimido
del todo.
Los modificadores de la respuesta biológica ofrecen una nueva propuesta hacia el
tratamiento de la AR. Como los científicos vayan conociendo más sobre el
funcionamiento del sistema inmunológico, desarrollarán agentes más poderosos y
específicos para combatir enfermedades como la AR.

Trastornos alérgicos

Los trastornos alérgicos ocurren cuando el sistema inmunitario reacciona


desproporcionadamente ante determinados antígenos ambientales. Las sustancias
que provocan estas reacciones o ataques se llaman alérgenos. La respuesta
inmunitaria puede causar síntomas como hinchazón, ojos llorosos y estornudos, e
incluso con una reacción de riesgo vital denominada "anafilaxia". Unos
medicamentos llamados "antihistamínicos" pueden aliviar la mayoría de los
síntomas alérgicos.

Entre los trastornos alérgicos, se incluyen los siguientes:

El asma
Un trastorno respiratorio que puede provocar problemas para respirar, se suele
deber a una reacción alérgica por parte de los pulmones. Si los pulmones son
hipersensibles a ciertos alérgenos como; el polen, el moho, la caspa animal o los
ácaros del polvo, las vías respiratorias se pueden estrechar e hinchar, lo que
dificulta la respiración.

El eccema
Es una erupción asociada a picor también conocida como "dermatitis atópica".
Aunque la dermatitis atópica no siempre está provocada por una reacción alérgica,
es más frecuente en aquellos niños y adolescentes que padecen alergias, fiebre del
heno o asma o que tienen antecedentes familiares de estas afecciones.

Las alergias
También llamadas reacciones de hipersensibilidad, una alergia es una reacción
desproporcionada del sistema inmunitario a una sustancia que es inofensiva para
la mayoría de la gente. Pero en una persona alérgica, el sistema inmunitario trata a
la sustancia (denominada alérgeno) como un invasor y reacciona de manera
inapropiada, provocando síntomas que pueden ir de las molestias leves a
problemas que pueden poner en peligro la vida de la persona.

Hay varios tipos de alergias que pueden afectar a niños y adolescentes.


Las alergias ambientales a los ácaros del polvo, al polen de las flores.
Las estacionales, como la fiebre del heno.
Las alergias a medicamentos (reacciones a fármacos específicos).
Las alergias alimentarias, como a los frutos secos
Por ultimo las alergias a toxinas, por ejemplo, al veneno de abeja.

Todas están son afecciones frecuentes a las que la gente se suele referir como
"alergias".

Cánceres del sistema inmunitario

Los cánceres ocurren cuando las células crecen de forma descontrolada. Esto
también puede afectar a las células del sistema inmunitario. La leucemia, que
consiste en una reproducción excesiva y anormal de leucocitos, es el cáncer más
frecuente en la infancia. El linfoma, que afecta al tejido linfoide, es uno de los
cánceres más frecuentes en la infancia. Con los tratamientos actuales, la mayoría
de los casos de ambos tipos de cáncer en niños y adolescentes se pueden curar.

“A pesar de que los trastornos del sistema inmunitario no se suelen poder prevenir,
se puede contribuir de una u otra manera, a que el sistema inmunitario se mantenga
más fuerte y luche contra las enfermedades, virus y bacterias que amenazan la
salud, manteniéndose bien informado sobre la afecciones que se padece y
colaborando estrechamente con el médico para así tener un sistema inmune fuerte
y listo para su procedo inmunológico.“
Conclusión

 El sistema inmunológico participa en la inmunidad como mecanismo de


defensa del organismo contra virus, bacterias y otros agentes patógenos.
 La inmunidad puede ser innata o adquirida y la respuesta inmunitaria
celular o humoral, las que están íntimamente relacionadas.
 La reacción antígeno - anticuerpo, se establece entre el agente infeccioso
y las inmunoglobulinas producidas por los linfocitos.
 El desarrollo actual de la inmunología ha tenido un gran impacto en la
sociedad a favor de la salud y de la calidad de vida de las personas.
Bibliografía

Sitios web:

http://www.areaciencias.com/biologia.html
http://espanol.arthritis.org
http://kidshealth.org/es/parents/immune-esp.html
Introducción

La integridad biológica de los seres humanos tiene que ser permanentemente


defendida frente a posibles agresiones externas, sobre todo de microorganismos
patógenos. Para ello cada organismo dispone de barreras naturales de aislamiento,
como son la piel y las mucosas y de un sistema inmunológico que está
precisamente especializado en identificar y destruir todas las células extrañas que
entran al cuerpo e incluso aquello interno que se deteriora.
Por ende, el siguiente trabajo presenta como tal el sistema inmunológico, enuncia
que es, como se compone, cuál es su estructura, cuáles son sus características
más importantes y que componentes intervienen en el proceso inmunológico como
tal, para hacer las reacciones correspondientes.
TABLA DE CONTENIDO

Introducción --------------------------------------------------------------------------
Objetivo -------------------------------------------------------------------------------
1. sistema inmunológico ----------------------------------------------------------
2. proceso inmunológico ----------------------------------------------------------
3. inmunidad -------------------------------------------------------------------------
4. problemas del sistema inmunitario -----------------------------------------
5. trastornos autoinmunitarios --------------------------------------------------
5.1. Enfermedades autoinmunes ----------------------------------------------
5.2. Tratamientos de enfermedades autoinmunes ----------------------
6. avances de la biotecnología --------------------------------------------------
7. trastornos alérgicos -------------------------------------------------------------
8. canceres del sistema inmune ------------------------------------------------
9. conclusión -------------------------------------------------------------------------
10. Bibliografía -----------------------------------------------------------------------
Objetivos

 Identificar y conocer el papel fundamental y vital que juega el sistema


inmunológico en la defensa del organismo frente a patógenos externos.
Asimismo conocer el proceso esencial de la repuesta inmunológica, de las
moléculas y las células implicadas en dicho proceso, los mecanismos de
cooperación celular y la organización del tejido linfoide como tal.

 Reconocer las Barreras mecánicas y bioquímicas de defensa en el proceso


inmunológico, Inflamación y respuesta de fase aguda. Mecanismos celulares
( macrófagos, neutrófilos, mastocitos y eosinófilos)

 Identificar el sistema autonmunitario del organismo, para el reconocimiento


de células especializadas en la inmunidad.

 Conocer los conceptos de antígenos, anticuerpos, hipersensibilidad,


macrófagos, linfocitos, eosinofilos, basófilos, y alergias…
SISTEMA INMUNOLOGICO

ELEAZAR ARROYO CANTILLO

ASIGNATURA:
ALERGIA ALIMENTARIAS
GRUPO: 2

PROFESORA, MARGARITA FERNANDEZ ALEAN

UNIVERSIDAD DEL ATLANTICO


FACULTAD DE CIENCIAS ECONOMICAS
ECONOMIA
BARRANQUILLA
2017

Você também pode gostar