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Periodismo bajo censura

Uso arbitrario de la publicidad oficial


y otros temas de comunicación en Colima
Periodismo bajo censura
Uso arbitrario de la publicidad oficial
y otros temas de comunicación en Colima

Pedro Zamora Briseño


Periodismo bajo censura
Uso arbitrario de la publicidad oficial y otros temas de comunicación en Colima

Primera edición 2016

D.R. © Pedro Zamora Briseño

Puertabierta Editores S. A. de C. V.
Ma. del Refugio Morales No. 583, Col. El Porvenir, Colima, Col.
Tel. (312) 312 11 33 www.puertabierta.com.mx

ISBN: 978-607-8488-11-7

Fotografía de portada: Daniela Zamora Luna


Diseño: Alondra Jacobo Torres

Impreso en México

Queda rigurosamente prohibida, sin autorización escrita del titular del Copyright,
la reproducción total y/o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento.
Dedico este esfuerzo a mi hija Daniela,
mujer valiente y decidida.

—5—
La cuestión no es hoy saber cómo preservar la libertad de prensa.
Es la de buscar cómo, ante la supresión de esas libertades,
un periodista puede mantenerse libre.

Albert Camus (1939)

—7—
Contenido

No te pago para que me pegues................................................................... 11


Con el agua al pecho............................................................................................ 79
Culto al gobernador............................................................................................. 105
Frente a la violencia, la censura................................................................... 123
Partidos y autoridades electorales, contra periodistas............... 133
Los riesgos en el gremio periodístico..................................................... 143
Automordaza legislativa.................................................................................... 159

—9—
No te pago para que me pegues

E n venganza por la línea editorial crítica de Proceso, el gobierno


del presidente José López Portillo suspendió en abril de
1982 —meses antes de que expirara el sexenio— la contratación
de publicidad oficial con ese semanario, e instrumentó en su
contra un boicot de anunciantes con el propósito de orillarlo a
la extinción.
“Cerrarán a güevo… a güevo”, vaticinaba regodeándose
Francisco Galindo Ochoa, el vocero del presidente.
Orador en el acto oficial por el Día de la libertad de expresión,
el 7 de junio de ese año, el periodista Francisco Martínez de la
Vega aludió el conflicto entre el gobierno y Proceso. Frente a López
Portillo —en un salón repleto de funcionarios gubernamentales,
así como de editores y concesionarios de medios—, dijo:
“Cuando la autoridad sataniza a un profesional o a una
publicación, algo falla en esa relación (de los medios con el
gobierno), pues basta que se haga pública la hostilidad de
una autoridad hacia algún órgano periodístico para que la
existencia de ese órgano se haga casi imposible, ya que sobran
quienes, en todos los sectores, prefieren halagar a la autoridad
que mantener una relación normal con el periodista y su
publicación satanizados. No puedo soslayar que esta situación
es preocupación grave para el periodismo mexicano”.
De la respuesta presidencial a ese discurso derivó la famosa
frase “No te pago para que me pegues”.

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Periodismo bajo censura

Contestó el mandatario: “¿Una empresa mercantil,


organizada como negocio profesional, tiene el derecho a que el
Estado le dé publicidad para que sistemáticamente se le oponga?
Ésta, señores, es una relación perversa, una relación morbosa,
una relación sadomasoquista que se aproxima a muchas
perversidades que no menciono aquí por respeto a la audiencia.
Te pago para que me pegues. ¡Pues no faltaba más!”
Para afrontar la embestida gubernamental, la empresa editora
de Proceso se vio obligada a suprimir su agencia de noticias
Cisa-Proceso y a despedir a una parte de la planta laboral. Así
logró salvaguardar la existencia de la revista, que ha circulado
ininterrumpidamente cada semana desde su fundación, el 6 de
noviembre de 1976, hasta la actualidad.
Referente ineludible de la censura del gobierno mexicano
contra la libertad de prensa a través de la asignación arbitraria
de la publicidad oficial, el episodio anterior es narrado por
el fundador de Proceso, Julio Scherer García, en su libro Los
presidentes (1986).
El tiempo transcurrido desde entonces no ha transformado la
mentalidad de la nueva clase política en el poder que, sin importar
el partido de origen, más de tres décadas después permanece
anclada en la época y en el pensamiento lopezportillista. Historias
idénticas de veto publicitario se han reescrito con posteriores
administraciones gubernamentales, contra el mismo semanario
y otros medios de comunicación, en cualquier lugar del país. La
inexistencia de leyes y reglamentos con criterios establecidos
para la contratación de la publicidad oficial —en los que no
se condicione la orientación editorial del medio— permite la
conducta de no pocos gobernantes que, frente a la opción de la
discrecionalidad, siguen manejando el presupuesto del área de
comunicación como herramienta para tratar de controlar a los
medios informativos.
Vale decir, sin embargo, que no sólo los gobernantes
autoritarios han sacado provecho de la ausencia de reglas
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Pedro Zamora Briseño

precisas para la distribución de la pauta publicitaria, sino también


aquellos medios de comunicación premiados por su docilidad o
colusión con el poder, en su mayoría beneficiarios de gigantescas
tajadas del presupuesto, especialmente las cadenas de televisión.
Una de las demandas enarboladas por periodistas y
académicos que pugnaban, desde los años ochenta, por
reglamentar el derecho a la información era transparentar las
relaciones entre la prensa y el gobierno, fundamentalmente en
materia publicitaria, pero fracasaron los intentos debido a la
oposición de algunos grandes medios, que por así convenir a sus
intereses particulares prefirieron mantener en la opacidad sus
tratos con las autoridades.
La práctica de asignar la publicidad oficial como mecanismo
de recompensa para los medios afines y de represalia contra los
críticos constituye una forma de censura “indirecta” o “sutil”,
como lo ha definido la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos (CIDH) a través de diversos informes de su Relatoría
Especial para la Libertad de Expresión.
Celebrada en 1994 en la ciudad de México, la Conferencia
Hemisférica sobre Libertad de Expresión adoptó la Declaración
de Chapultepec, cuyo Principio 7 señala: “Las políticas
arancelarias y cambiarias, las licencias para la importación de
papel o equipo periodístico, el otorgamiento de frecuencias
de radio y televisión y la concesión o supresión de publicidad
estatal, no deben aplicarse para premiar o castigar a medios o
periodistas”.
La Declaración de Principios sobre Libertad de Expresión,
aprobada por la CIDH en octubre de 2000, establece a su vez
en su Principio 13 que “la utilización del poder del Estado y
los recursos de la hacienda pública; la concesión de prebendas
arancelarias; la asignación arbitraria y discriminatoria de
publicidad oficial y créditos oficiales; el otorgamiento de
frecuencias de radio y televisión, entre otros, con el objetivo de
presionar y castigar, o premiar y privilegiar a los comunicadores
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Periodismo bajo censura

sociales y a los medios de comunicación en función de sus líneas


informativas, atentan contra la libertad de expresión y deben
estar expresamente prohibidos por la ley”.
En su informe correspondiente a 2003, la Relatoría Especial
para la Libertad de Expresión de la CIDH refirió que los medios
de comunicación no cuentan con un derecho intrínseco a
recibir recursos por publicidad de parte del Estado, por lo que
éste podría negar su asignación a todos, pero lo que no puede
hacer es negársela sólo a algunos medios con base en criterios
discriminatorios relacionados con su orientación editorial,
porque entonces se viola el derecho fundamental a la libre
expresión.
“Es posible —expuso— que la publicidad estatal sea
tan fundamental para el funcionamiento de un medio de
comunicación que la negativa a asignársela tenga un impacto tan
adverso que equivalga a una multa o a una condena de cárcel.
Como sus esperanzas de obtener ingresos por publicidad giran
en torno a una asignación favorable de la publicidad estatal, los
medios de comunicación se verán comprometidos y, en efecto,
obligados a producir informes favorables a quienes toman las
decisiones sobre asignación de publicidad estatal”.
El mismo organismo, en su documento Principios sobre
regulación de la publicidad oficial y libertad de expresión, dado a
conocer en 2012, señaló que se configura un caso de censura
indirecta cuando la distribución de la publicidad oficial es
realizada con fines discriminatorios de acuerdo a la posición
editorial del medio incluido o excluido en ese reparto y con el
objeto de condicionar su línea informativa.
El doctor Ernesto Villanueva, miembro del Instituto de
Investigaciones Jurídicas (IIJ) de la UNAM, considera que la
publicidad estatal es una forma de ayuda del Estado a la prensa
que escapa frecuentemente de los estudios doctrinales sobre el
tema.

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Pedro Zamora Briseño

En su ensayo Apuntes sobre la publicidad del Estado y


transparencia, que forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica
Virtual del IIJ, afirma:
“La publicidad estatal puede suponer por sí misma una
fuente de poder que eventualmente podría utilizarse para
satisfacer intereses ajenos al bien común. Esta posibilidad
se incrementa cuando los criterios de asignación publicitaria
son definidos en forma casuística y discrecional por las
autoridades competentes”.
En una audiencia celebrada ante la CIDH el 29 de octubre
de 2010, organizaciones de diversos países señalaron que si
bien se ha avanzado con algunas reformas legales y buenas
prácticas, en las Américas subsiste una falta de regulación
que favorece la discrecionalidad en la distribución de
presupuestos publicitarios estatales que en algunos casos se
miden en millones de dólares. Esta situación es la principal
causa de que los presupuestos publicitarios puedan ser
utilizados para influir en los contenidos de los medios de
comunicación. En representación de México participaron
Artículo 19 y Centro de Análisis e Investigación Fundar.
Estas dos últimas organizaciones, junto con la Asociación
Mundial de Periódicos y Editores de Noticias, publicaron
en marzo de 2014 el informe especial Comprando
complacencia: Publicidad oficial y censura indirecta en
México, donde se afirma que en el país la asignación de la
publicidad oficial es la herramienta más común para ejercer
la censura indirecta, pues la falta de reglas claras y precisas
permite influir o chantajear a los dueños de los medios y a
los periodistas.
“Los gobiernos federal y locales —expone el
documento— utilizan la publicidad oficial para dar forma a
la línea editorial de los medios de comunicación y empujar
agendas partidistas. La asignación opaca y arbitraria de la
publicidad oficial restringe el pluralismo y la diversidad
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Periodismo bajo censura

de voces mediante la financiación selectiva de medios de


comunicación que apoyan a los funcionarios y sus políticas”.
Del otro lado, continúa, algunos dueños de medios se asocian
con políticos en una relación basada en la corrupción que genera
beneficios y poder para ambos, por lo que muchos medios de
comunicación mexicanos se han convertido en adictos a los
fondos públicos, corrompiendo la base ética del periodismo, y
a menudo se ofrecen artículos alabando o criticando a políticos
específicos como palanca para negociar contratos de publicidad
gubernamental más lucrativos.
El informe recuerda que desde 2000, cada año el gobierno
federal publica los Lineamientos Generales para las Campañas
de Comunicación Social de las dependencias y entidades de
la Administración Pública Federal, pero éstos no obligan a
criterios objetivos, transparentes y no discriminatorios para la
contratación de publicidad oficial.
Entre las limitaciones de estos lineamientos se encuentra
el hecho de que pueden ser reformados, agregados o anulados
a discreción por su emisor, el Poder Ejecutivo, y no conllevan
sanciones. “La legislación y la reglamentación actuales a nivel
federal no garantizan una asignación transparente de la publicidad
oficial. El marco legal no establece procedimientos públicos,
competitivos, abiertos y transparentes para su distribución”.
Sin crear un marco jurídico en la materia, el gobierno del
presidente Vicente Fox anunció en junio de 2004 el supuesto fin
de la discrecionalidad en la asignación publicitaria por parte de
las instituciones bajo su mando. Un boletín de prensa fechado
en Los Pinos dio cuenta de una reunión sostenida por el vocero
presidencial, Alfonso Durazo Montaño, con los directores de
Comunicación Social de las diversas dependencias del Ejecutivo
Federal, con el propósito de revisar el ejercicio y los criterios de
gasto del presupuesto destinado a la publicidad oficial.

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Pedro Zamora Briseño

Transmisor de un mensaje del presidente, el vocero indicó


a los funcionarios que no es interés del gobierno federal ir a
contrapelo de la libertad de expresión, ni tampoco cree en la
autocensura, por lo que ninguna contratación gubernamental de
espacios publicitarios en medios podrá suponer compromisos
de éstos en el aspecto de su orientación informativa.
“Los tiempos de las amenazas o la búsqueda de
contraprestaciones editoriales a cambio de publicidad han
quedado en el pasado”, advirtió Durazo, según el comunicado.
“Como gobierno democrático —añadió—, no queremos
una prensa a modo. En todos los países democráticos existe
prensa crítica y la mejor forma de interactuar con ella es a través
de dotarla de información, de plantearle las razones de nuestras
decisiones y acciones, no encerrándonos”.
Los funcionarios fueron exhortados a que el gasto en
publicidad se realizara de manera racional y equilibrada, evitando
criterios unilaterales de las dependencias. “Se debe recurrir a los
factores más objetivos posibles, como la penetración, circulación
y credibilidad”.
Ausente la normatividad que podría haberles dado sustento,
estos planteamientos no trascendieron y se quedaron sólo en el
discurso.

Las batallas de los medios


Aunque la suspensión de contratos de publicidad gubernamental
como reprimenda contra medios de comunicación incómodos
ha sido desde mucho tiempo atrás una práctica común en
México, fue en los últimos años cuando algunas empresas
afectadas decidieron enfrentar esos hechos con acciones más allá
de la denuncia pública y reivindicaron formalmente su derecho
a no ser discriminadas por su orientación editorial.
Uno de esos casos se dio en julio de 2007 en Guanajuato,
donde el periódico a.m. denunció públicamente que desde un
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Periodismo bajo censura

mes antes el gobernador de esa entidad, Juan Manuel Oliva


Ramírez, ordenó suspenderle la publicidad oficial a ese medio y
al diario Al Día como medida de imposición de restricciones a la
libertad de expresión. De oficio, la Procuraduría de los Derechos
Humanos del Estado de Guanajuato abrió el expediente
280/07-O, por presuntas violaciones a los Derechos Humanos,
consistentes en ejercicio indebido de la función pública,
atribuidos al gobernador de esa entidad.
Concluida su investigación, el organismo determinó que
hubo supresión y reducción de publicidad oficial a los diarios
a.m. y Al Día por parte del Gobierno de Guanajuato, a través
de la Coordinación de Comunicación Social, sin que se
justificaran los motivos razonables, situación que evidenció la
carencia de criterios objetivos en la distribución de la publicidad
gubernamental, lo que repercutió como un medio indirecto de
afectar la libertad de expresión.
El 17 de abril de 2008 la Procuraduría de los Derechos
Humanos recomendó al gobernador Juan Manuel Oliva “provea
lo necesario a fin de que las dependencias y entidades del Ejecutivo
Estatal, en el marco de su competencia, establezcan criterios claros,
justos, objetivos y no discriminatorios para la determinación de
la distribución de la publicidad oficial, bajo la premisa de que la
imposición de restricciones a la libertad de expresión sólo admite
responsabilidades ulteriores, soslayando con ello la actualización
como en el presente caso de violaciones indirectas derivadas del
ejercicio de facultades discrecionales, para la cual se recomienda
de la misma manera divulgar públicamente los criterios que
utilicen quienes han de tomar las decisiones a nivel de gobierno
para distribuir la publicidad del estado”.
Rechazado el documento por el mandatario estatal, el quejoso
presentó un recurso de impugnación ante la Procuraduría de los
Derechos Humanos, cuyo titular remitió el caso a la Comisión
Nacional de los Derechos Humanos, radicado el 14 de junio
siguiente bajo el expediente CNDH/5/2008/61/RI.
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Pedro Zamora Briseño

Como resultado de sus indagatorias, el organismo nacional


consideró ajustados a derecho los argumentos expresados en la
recomendación de la Procuraduría de los Derechos Humanos del
Estado de Guanajuato y acreditó que “la falta de procedimientos
y criterios claros, objetivos, transparentes y no discriminatorios
por parte de las dependencias y entidades del Gobierno de
Guanajuato para la distribución de publicidad oficial deja abierta
la posibilidad de incurrir en prácticas discrecionales para la
asignación de recursos públicos con objeto de premiar o castigar
a los medios según su línea editorial, lo que vulnera los derechos
humanos a la libertad de expresión, así como al derecho a la
información de la sociedad guanajuatense”.
En consecuencia, el 24 de septiembre de 2009, la CNDH
envió al gobernador de Guanajuato la Recomendación 60/2009
solicitándole girar sus instrucciones a quien corresponda para
el cumplimiento en todos sus términos de la Recomendación
emitida por la Procuraduría de los Derechos Humanos del
Estado de Guanajuato el 17 de abril de 2008.
Por segunda ocasión, el gobernador de Guanajuato rechazó
la recomendación. En su informe de labores correspondiente a
2009, el organismo nacional dio cuenta del oficio 1944 del 18 de
octubre de ese año mediante el cual el mandatario argumentó
que la queja fue improcedente “por carencia de legitimación
activa del quejoso, ya que los derechos humanos están reservados
para personas físicas y no morales”, además de que “en la especie
no quedó suficientemente acreditado que el gobernador del
estado hubiese ordenado personal y directamente la supuesta
medida de suspender y reducir las solicitudes de publicación en
los términos que lo sostiene el agraviado”.
El gobernador adujo también que su administración
“ha expuesto con claridad los razonamientos en materia de
publicidad gubernamental que rigen el manejo de comunicación
social” y que omitir la publicidad oficial en los diarios de mayor

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circulación “no ocasiona perjuicio al derecho a la información


de la sociedad guanajuatense”.
En septiembre de 2008, la revista Contralínea y sus periodistas
Ana Lilia Pérez Mendoza, Marcela Yarce Viveros, Nydia Egremy
Pinto y Agustín Miguel Badillo Cruz presentaron una queja
ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH)
por una serie de acciones de acoso y presión en su contra
derivadas de la publicación de varios reportajes sobre presuntas
irregularidades en la paraestatal Petróleos Mexicanos (Pemex) y
algunas de las compañías contratistas.
Los quejosos mencionaron entre los agravios que la empresa
propiedad del gobierno federal suspendió la asignación
publicitaria a la revista después de que ésta dio a conocer la
información referida.
Un año de investigaciones arrojó como resultado la
Recomendación 57/2009, en la que respecto de este último
punto el organismo humanitario concluyó que en la suspensión
de la contratación de publicidad oficial a la revista Contralínea
no se observaron criterios objetivos por parte de Petróleos
Mexicanos como serían los de cobertura, circulación o
periodicidad.
La resolución sugirió al director general girar sus instrucciones
para que Pemex cuente con procedimientos y criterios objetivos,
claros, transparentes y no discriminatorios, en el otorgamiento y
distribución de publicidad oficial a favor de los distintos medios
de comunicación, tanto electrónicos como impresos.
La ausencia de estos procedimientos y criterios, sostuvo
la CNDH, “deja abierta la posibilidad de incurrir en prácticas
discrecionales para la distribución de recursos públicos con el
objeto de premiar o castigar a los medios según su línea editorial,
lo que afecta no sólo al pluralismo informativo y el debate público,
ambos elementos esenciales de una sociedad democrática, sino

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Pedro Zamora Briseño

también se violan los derechos humanos a la igualdad, seguridad


jurídica y a la libertad de expresión”.
La comisión precisó que el propósito de esa recomendación
fue hacer una declaración respecto de una conducta irregular
cometida por servidores públicos en el ejercicio de las facultades
que expresamente les confiere la ley, así como de obtener
la investigación que proceda por parte de las dependencias
administrativas u otras autoridades competentes para que,
dentro de sus atribuciones, apliquen las sanciones conducentes
y se subsane la irregularidad de que se trate.
Pero no hubo respuesta positiva de la autoridad responsable.
En su informe anual de labores relativo a 2009, la CNDH reportó
esa recomendación como “no aceptada”, dado que mediante
el oficio OAG/1145/2009, del 30 de septiembre de 2009, el
abogado general de Pemex informó al organismo humanitario
la no aceptación de la recomendación “por considerar que para
la contratación de la publicidad oficial se ajustan a la normativa
federal de la materia”.
Todavía no era emitida la recomendación sobre el caso de
Contralínea cuando en abril de 2009 el director de la revista
Proceso, Rafael Rodríguez Castañeda, interpuso una queja ante
la CNDH en la que denunció que el gobierno federal asigna de
manera arbitraria la publicidad de sus dependencias, ya que en
ocasiones la utiliza como un mecanismo de premiación o de
castigo de acuerdo con su línea editorial, lo que ha ocurrido
durante diversas etapas de esa revista.
Según la queja, citada en la recomendación posterior, en el
sexenio del presidente Vicente Fox se restringió la publicidad
destinada a las páginas de Proceso, lo que se agravó en el mandato
presidencial de Felipe Calderón, en el que las inserciones se
redujeron a cero, por lo que “la asignación discriminatoria de
publicidad puede tener la intención de limitar o afectar el derecho
a la libertad de expresión, además de que puede ser considerado
como un medio indirecto de presión o censura contra la línea
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Periodismo bajo censura

crítica que maneja la revista, lo que contraviene el ejercicio de la


libre expresión y el derecho a la información”.
Al escrito de queja, Rodríguez Castañeda anexó el informe
de un estudio comparativo de publicidad realizado a las
principales revistas de contenido político del país, donde se
reflejaba el número de inserciones que la administración federal
ha publicado en esos medios impresos y se evidenciaba cómo
revistas con menor circulación que Proceso habían obtenido
asignación publicitaria muy superior a ésta.
Al final de un largo periodo de espera, que se prolongó por
tres años y tres meses, la CNDH llegó a la conclusión de que con
el retiro de la publicidad oficial hubo violación a los derechos
humanos a la legalidad, a la seguridad jurídica, así como a la
libertad de expresión e información, en agravio de Proceso y siete
revistas más cuyos casos brotaron durante las pesquisas.
El 1 de agosto de 2012, el organismo humanitario emitió
la Recomendación 35/2012, mediante la que solicitó al
secretario de Gobernación, Alejandro Alfonso Poiré Romero,
girar instrucciones a fin de que “se emitan lineamientos claros
y criterios objetivos, imparciales y transparentes, que garanticen
la igualdad de oportunidades en el otorgamiento y distribución
de publicidad oficial en favor de los distintos medios de
comunicación, tanto electrónicos como impresos”.
También, le recomendó que se lleve a cabo “una adecuada
supervisión de la asignación de publicidad oficial por parte de
las distintas dependencias y organismos públicos federales,
que incluya la evaluación adecuada de la asignación en la
contratación que éstas realicen; asimismo, que el gasto en
cada supuesto se realice conforme a procedimientos y criterios
objetivos, imparciales, transparentes y no discriminatorios”.
En el transcurso de las indagatorias sobre la queja, la CNDH
había cuestionado a la Secretaría de Gobernación sobre los
criterios del gobierno federal para la asignación de la publicidad

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Pedro Zamora Briseño

oficial a los medios de comunicación. La dependencia le envió


el Acuerdo por el que se establecen los Lineamientos generales para
la orientación, planeación, autorización, coordinación, supervisión
y evaluación de las estrategias, los programas y las campañas
de comunicación social de las dependencias y entidades de la
Administración Pública Federal para los ejercicios fiscales 2009,
2010 y 2011, así como el Acuerdo por el que se establecen los
lineamientos generales para las campañas de comunicación social de
las dependencias y entidades de la Administración Pública Federal
para el ejercicio fiscal 2012.
Del análisis de estos documentos, el organismo defensor
de los derechos humanos concluyó que “la normatividad es
omisa en contemplar criterios objetivos, claros y transparentes
en que las dependencias (del gobierno federal) puedan fundar
y motivar la elección de contratación de medios publicitarios”,
pues “únicamente se señala que las dependencias y entidades
serán responsables de administrar y ejercer los recursos
presupuestarios destinados a cubrir los gastos de servicios de
publicidad, de conformidad con criterios de eficiencia, eficacia,
honradez e imparcialidad”.
En las condiciones actuales, añadió la Comisión, la
contratación de espacios publicitarios se basa en criterios
establecidos en la Ley de Adquisiciones, Arrendamientos y
Servicios del Sector Público, la Ley Federal de Presupuesto y
Responsabilidad Hacendaria y el Presupuesto de Egresos de la
Federación para el Ejercicio Fiscal correspondiente, entre otros.
“Sin justificación legal o motivación alguna —refirió—,
se deja a la discrecionalidad de los servidores públicos de
cada dependencia gubernamental en particular, realizar
contrataciones con los respectivos medios de comunicación,
sin que se señale, en un solo supuesto, que la adquisición de
publicidad obedezca a parámetros objetivos como tiraje, costos
de la publicidad, oportunidad de su distribución o distribución
geográfica en territorio nacional”.
— 23 —
Periodismo bajo censura

En consecuencia, puntualizó, las distintas entidades de la


administración pública federal no aplican en la práctica criterios
objetivos e imparciales con que se garantice la igualdad de
oportunidades entre los diversos medios que buscan contratar
publicidad oficial, pues el contenido del acuerdo que regula
la materia deja abierta la posibilidad de incurrir en prácticas
discrecionales para la distribución de los recursos públicos.
Emitida el 1 de agosto de 2012, cuatro meses antes del final
del sexenio del presidente Felipe Calderón y de la toma de
posesión de su sucesor, Enrique Peña Nieto, esta recomendación
fue aceptada por la Secretaría de Gobernación, a diferencia de la
que se derivó del caso de la revista Contralínea, rechazada por el
director de Pemex.
En rueda de prensa realizada el 24 de septiembre de 2012,
el entonces ómbudsman nacional, Raúl Plascencia Villanueva,
informó que la recomendación fue admitida por la Segob y se
comprometió a mantenerse pendiente de su cumplimiento,
que tendría “efectos generales para todos los medios de
comunicación”.
El titular de la CNDH expuso que el fundamento de la
recomendación fue establecer una norma adecuada que deje
con total claridad y transparencia los términos bajo los cuales
se lleva a cabo la contratación de publicidad gubernamental,
para que pueda otorgarse en igualdad de circunstancias y acorde
también a la proporción de cada uno de los medios.
En su informe 2012, rendido en enero de 2013, el organismo
reportó la recomendación como “Aceptada, sin pruebas de
cumplimiento”.
Un año más tarde, su estatus había pasado a “Aceptada, con
pruebas de cumplimiento parcial”. En su informe 2013, rendido
en enero de 2014, la Comisión Nacional de los Derechos
Humanos reportó:

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Si bien es cierto que la Secretaría de Gobernación informó,


mediante el oficio SNM/CAJ/019/13, del 21 de febrero de 2013,
que con la publicación de los Lineamientos Generales para las
Campañas de Comunicación Social de las Dependencias y
Entidades de la Administración Pública Federal para 2013 daría
cumplimiento a los puntos primero y segundo de la recomendación, y
éstos fueron publicados en el Diario Oficial de la Federación el 30 de
julio del 2013, de su contenido no se advierte de qué forma se asegura
la emisión de criterios objetivos, imparciales y transparentes, por lo
que la autoridad responsable deberá especificar qué estudios realizó
para la implementación de los puntos resolutivos de la presente
recomendación, en la emisión de los Lineamientos Generales para
las Campañas de Comunicación Social de las Dependencias y
Entidades de la Administración Pública Federal para el Ejercicio
Fiscal 2013, así como en la determinación de los procedimientos
relativos a la supervisión de la asignación de publicidad oficial y
evaluación en la contratación realizada por esas dependencias, y las
documentales que lo acrediten.
Asimismo, debe precisar cuáles son los parámetros bajo los cuales
se evalúa el cumplimiento de los criterios objetivos, imparciales y
transparentes en el otorgamiento y distribución de publicidad oficial
por parte de las dependencias y entidades de la Administración
Pública Federal. Es por ello que el punto primero se considera
parcialmente cumplido.
En cuanto al punto segundo, la autoridad deberá especificar
el procedimiento de supervisión a cargo de esa entidad en la
asignación de publicidad oficial y la normativa que lo regula, así
como el procedimiento de evaluación y los parámetros empleados
para determinar que la contratación y el gasto en la asignación
de publicidad realizada por las dependencias y entidades de
la Administración Pública Federal se apega a los criterios de
objetividad, imparcialidad, transparencia y no discriminación,
así como el instrumento normativo que lo prevé. Deberá acreditar
que lleva a cabo los procedimientos de supervisión y evaluación en

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Periodismo bajo censura

la asignación de publicidad oficial y contratación realizada por las


entidades de la Administración Pública Federal, en los términos
establecidos en la presente recomendación. Es por ello que el punto
segundo se considera aceptado, sin pruebas de cumplimiento.

En la evaluación del seguimiento de esa recomendación,


dentro de su informe rendido en enero de 2015, la Comisión
sentenció: “No se advierte que la autoridad haya ejecutado
acciones diversas a fin de dar cumplimiento” a los dos puntos de
la recomendación.
Un año más tarde, en su informe rendido en enero de 2016,
la CNDH reiteró su conclusión en el sentido de que hasta ese
momento la autoridad responsable no había cumplido los
aspectos centrales de la recomendación.
A cuatro años de que fue formulada, la resolución no ha sido
atendida cabalmente por el gobierno federal.
Esta situación se contrapone con el compromiso establecido
por Enrique Peña Nieto durante su campaña como candidato
presidencial, cuando el 21 de mayo de 2012 difundió su
manifiesto “Por una presidencia democrática”, en cuyo tercer
punto, denominado “Relación con los medios”, expuso:
“El gobierno debe establecer una relación con los medios
de comunicación acorde con una cultura democrática. Como
presidente de la República impulsaré una reforma constitucional
para crear una instancia ciudadana y autónoma que supervise que
la contratación de publicidad de todos los niveles de gobierno
en medios de comunicación se lleve a cabo bajo los principios de
utilidad pública, transparencia, respeto a la libertad periodística
y fomento del acceso ciudadano a la información”.
El compromiso 95 del Pacto por México, firmado por los
dirigentes nacionales del PRI, PAN y PRD junto con el presidente
Enrique Peña Nieto el segundo día de su sexenio, estableció
también la creación de una “instancia ciudadana y autónoma

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que supervise contratación de publicidad de todos los niveles


de gobierno en medios de comunicación” y se fijó el segundo
semestre de 2013 como plazo para presentar la propuesta de
legislación y el primer semestre de 2014 para poner en marcha
ese organismo.
Al final del primer semestre de 2016 no se había cumplido el
compromiso contraído inicialmente de manera individual por el
candidato y después por el presidente Peña Nieto junto con los
titulares de las tres principales fuerzas políticas del país.
Y no conforme con lo anterior, durante su primer año
la administración de Enrique Peña Nieto rebasó de manera
ostensible el monto del gasto en publicidad oficial realizado
por sus antecesores Vicente Fox Quesada y Felipe Calderón
Hinojosa en el mismo periodo.
En su informe Libertad de expresión en venta: Acceso a
información y censura indirecta en publicidad oficial, dado a
conocer en agosto de 2015, las organizaciones Fundar y Artículo
19 realizan un comparativo según el cual en 2001 el gobierno
de Fox erogó 3 mil 736 millones de pesos en ese rubro; en
2007 el de Calderón destinó 5 mil 624 millones y en 2013 el de
Peña gastó 7 mil 611 millones. Estas cantidades se encuentran
deflactadas a pesos de 2013.
Con esa cifra, la actual administración federal sobrepasó en
más de 2 mil 496 millones de pesos (48.8%) el presupuesto
de 5 mil 115 millones que le había aprobado originalmente el
Congreso de la Unión para gasto en publicidad oficial.
Los datos extraídos por las dos organizaciones del Sistema de
Comunicación Social (Comsoc) del Gobierno de la República
señalan que en 2014 el Ejecutivo federal ejerció un gasto 7 mil
052 millones de pesos en espacios de publicidad en medios de
comunicación. Esto quiere decir que gastó mil 830 millones de

— 27 —
Periodismo bajo censura

pesos más de lo originalmente presupuestado para 2014, que


eran 5 mil 222 millones, es decir, incurrió en un sobreejercicio
de 26%.

El caso Colima
Desde el inicio de su sexenio (2009-2015), el gobernador de
Colima Mario Anguiano Moreno dejó ver su talante autoritario
y represor de la libertad de prensa. El manejo discrecional y
patrimonialista de los recursos públicos destinados al gasto en
publicidad oficial fue uno de los principales mecanismos de
censura implementados por su administración.
Contradictorio con la realidad, cada siete de junio al encabezar
la anacrónica ceremonia por el llamado Día de la libertad de
expresión, el mandatario se asumía en el discurso como un
servidor público respetuoso de esa garantía constitucional y, en
la mayoría de los casos, escuchaba un coro de aplausos y voces
aduladoras provenientes de algunos sectores de la prensa.
En la primera mitad del gobierno anguianista, sin embargo,
al menos tres medios impresos locales que mantenían una línea
editorial crítica fueron obligados a cerrar sus puertas, ahogados
económicamente por el retiro de la publicidad gubernamental
y el boicot de anunciantes: Milenio Colima, en mayo de 2010;
el diario Avanzada, en agosto de 2011, y la revista del mismo
nombre, en julio de 2012.
El periódico Milenio no denunció el retiro de la publicidad
oficial que finalmente lo llevó a la desaparición, pero sí hubo
periodistas que levantaron la voz ante ese hecho que, además
de privar a la sociedad colimense de una opción informativa, los
llevó a perder el empleo.
El presidente de la asociación Periodistas y Comunicadores
Independientes de Colima (Pecic), Mario Alberto Solís Espinosa
—quien fue jefe de información de Milenio—, abordó el asunto

— 28 —
Pedro Zamora Briseño

en su discurso expresado durante el acto oficial del 7 de junio de


2010.
Ante un presídium encabezado por el gobernador, Mario
Anguiano Moreno, a quien acompañaron los representantes de
los poderes Legislativo y Judicial, así como integrantes de su
gabinete como René González Chávez, coordinador general de
Comunicación Social, Solís Espinosa manifestó:

Hace un año, precisamente en este lugar y desde esta misma


tribuna, señalaba que en Colima la libertad de expresión es un tema
pendiente en la agenda gubernamental y ciudadana; hoy comparezco
ante ustedes para afirmar que la situación efectivamente ha variado,
pero en sentido contrario al idóneo, dado que estamos peor que hace
365 días.
Los gobiernos y sus voceros aprovechan este día para llenarse de
laureles con inexistentes avances en materia de apertura informativa,
derecho a la información, transparencia y otros tópicos más que se
relacionan estrechamente con la libertad de expresión; sin embargo
quienes ejercemos el periodismo sabemos que en Colima, decir lo que
se piensa implica riesgos.
Es un hecho que en Colima aún no estamos preparados para
una convivencia democrática entre prensa y gobierno, porque resulta
evidente que incluso en estos tiempos modernos, en Colima la prensa
crítica y libre es tachada como enemiga, y se sigue pensando que
los medios de comunicación, a fuerza de dádivas en materia de
publicidad, deben ser únicamente transmisores de la opinión del
político o funcionario.
Cómo unirnos a quienes festinan este día, si atestiguamos la
radicalización de las políticas informativas gubernamentales y
presenciamos hechos que sólo pueden ser comprensibles en los
regímenes totalitarios, no en el estado democrático y de libertades
que deberíamos buscar para Colima.

— 29 —
Periodismo bajo censura

Imposible, aunque parezca descortés subrayarlo en un evento al


que fuimos convocados por la Dirección de Comunicación Social,
dejar pasar por alto que desde esa dependencia se manipula de
manera discrecional el presupuesto público destinado a la publicidad,
utilizándolo para mantener un obsoleto aparato mediático que
incluye a diversos sectores de la prensa.
En cambio, ese mismo presupuesto se utiliza para acallar las
voces críticas, contrarias o simplemente incómodas al régimen.
Desde el poder son estranguladas las empresas periodísticas que no
se ajustan a los designios de quienes, equivocadamente, han ejercido
el presupuesto público como un patrimonio de carácter partidista o
aún peor, personal.
Las voces disidentes son sometidas a feroces persecuciones
mediáticas, instrumentadas desde las oficinas gubernamentales
y ejecutadas precisamente por quienes son los principales
usufructuarios de los recursos que deberían entregarse de manera
transparente y equitativa.
La anterior es una muestra clara del panorama que enfrenta la
libertad de expresión en Colima: el dinero del pueblo se usa para
pagar a quienes combaten e inhiben la crítica y el libre desarrollo de
las ideas.
Ahora, para que un periodista e incluso un ciudadano puedan
ejercer su libertad de opinar, es necesario que las instancias
gubernamentales respeten los principios de máxima publicidad y
de derecho a la información; sin embargo en Colima, hay quienes
incluso se amparan en la Constitución para legalizar su opacidad.
Funcionarios de todos los niveles se amparan en cuanto vericueto
legal se encuentra a su alcance para escamotearles a periodistas y
ciudadanos información de carácter público.
De tal manera que, con todo respeto para las autoridades, no
venimos a celebrar la fecha, sino a invitarlos para que juntos podamos
erradicar viejas y anquilosadas prácticas; a llamar su atención para
que reflexionen en la manera que asimilan la crítica periodística. De

— 30 —
Pedro Zamora Briseño

verdad confiamos en que eventualmente, puedan llegar a comprender


que un periódico no es enemigo ni adversario por el simple hecho de
informar con veracidad y ejercer una crítica libre.
Por nuestra parte, quienes nos dedicamos al ejercicio periodístico,
tendremos que preguntarnos si efectivamente, con nuestra manera
de conducirnos en el ámbito laboral estamos cumpliendo con la
encomienda de informar honesta, clara, oportuna y verazmente a la
sociedad colimense.
En ambos casos, prensa y gobierno deberán entender que de tales
reflexiones dependerá la salud de la libertad de expresión en Colima,
pues es una verdad indubitable que una sociedad es democrática sólo
cuando sus integrantes tienen la oportunidad de discutir sus ideas en
un ambiente de libertad.

Hubo en ese mismo acto intervenciones de representantes de


otras asociaciones de periodistas. Se escucharon críticas por “la
manera en que a veces directivos de medios de comunicación
coartan la libertad de expresión de reporteros por no escribir
lo que ordenan, orillándolos con sus actitudes a renunciar a su
trabajo”, así como peticiones de que “en quienes conforman el
gabinete estatal haya apertura y, sobre todo, fiel cumplimiento a
la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública”.
No faltó quien expresara su agradecimiento al gobernador
ante “el respeto otorgado por las autoridades para ejercer un
periodismo libre, ya que en el estado no se sufren amenazas
ni miedos por la seguridad ante la labor realizada”. También
fue externado el reconocimiento de que en Colima se practica
“un periodismo libre y sin ataduras”, que es “un ejemplo de
las riquezas que posee la democracia construida por muchas
generaciones”.
En su intervención, el gobernador Mario Anguiano no dejó
de aludir, aunque de manera breve y superficial, lo relativo al
caso del periódico Milenio Colima:

— 31 —
Periodismo bajo censura

“Sería lamentable —dijo— que un medio tuviera que cerrar


sólo porque el gobierno no le ha dado publicidad, y yo les digo
que les demostramos que todos los medios han tenido trabajo
por parte del gobierno del estado”.
Se comprometió a que durante su administración “se
seguirá apoyando a los medios” de acuerdo a las posibilidades
económicas del estado. “Ustedes saben que cuentan con todo
mi apoyo y mi afecto por la labor que realizan los periodistas y
todos lo que se dedican a los medios de comunicación”.
Enseguida, Mario Anguiano encaminó su discurso hacia
lugares comunes como el compromiso de garantizar el respeto
a la libertad de expresión sin distinción, ya que “el gobierno
tiene la responsabilidad de asegurar que este derecho se
ejerza sin limitantes”, y que él había sido respetuoso de la libre
manifestación de ideas y lo seguiría siendo hasta el último día
de su ejercicio, ya que “la libertad de pensar, decir y escribir, es
condición necesaria para alcanzar niveles más altos de desarrollo”.
Con frases hechas y perogrulladas de ese tipo, Anguiano
trató de sepultar los agudos cuestionamientos recibidos sobre
la manipulación y el uso faccioso del presupuesto público para
acallar a las voces críticas incómodas para el poder.
Aunque el intercambio entre el presidente de la Pecic y el
mandatario fue lo más trascendente del acto oficial en el que se
conmemoró el Día de la libertad de expresión, paradójicamente
el asunto fue censurado en el boletín emitido en torno a ese
evento por la Dirección de Prensa del gobierno estatal.
Sobre el mensaje de Solís Espinosa, el comunicado oficial
sólo difundió las siguientes líneas:
“Por su parte, el presidente de Periodistas y Comunicadores
Independientes de Colima (Pecic), Mario Alberto Solís
Espinosa, sostuvo que la libertad de expresión es un tema
pendiente en la agenda gubernamental y ciudadana, y exhortó

— 32 —
Pedro Zamora Briseño

a que juntos, se erradiquen viejas y anquilosadas prácticas, pues


de ello depende la salud de la libertad de prensa en Colima”.
Y a partir de entonces, la Pecic no volvió a ser invitada por la
Coordinación de Comunicación Social a participar en los actos
oficiales de esa naturaleza.
Unos años después de ese episodio, en entrevista para este
libro, Solís Espinosa considera que ante los reclamos por el
manejo discrecional de los recursos públicos para publicidad, el
gobernador Mario Anguiano exhibió su concepción de que el
presupuesto es un patrimonio personal.
“Prácticamente respondió que no tenía por qué ‘darle’
dinero al periódico, no entendió que la partida para publicidad
se debe distribuir equitativamente, no se trata de un premio ni
de un castigo, sino que es una contraprestación por servicios de
publicidad; él asumió que el dinero era como suyo y lo destinaba
como considerara conveniente; no hubo ninguna aceptación o
apertura para otro tipo de diálogo”.
Mario Alberto Solís narra que desde el inicio del sexenio
de Mario Anguiano, en 2009, empezaron las presiones
gubernamentales contra Milenio Colima —que era dirigido por
Bernardo Corvera—, con el propósito de que dejara de publicar
cierto tipo de información.
“A veces el coordinador de Comunicación Social hasta hacía
visitas al director del periódico, quien con muy buen ánimo
nos comentaba lo que estaba pasando. Como era un periódico
pequeño participábamos todos en la toma de decisiones y en ese
entonces acordamos seguir con nuestra línea editorial imparcial,
pero después se vino una campaña más rígida por parte del
gobierno: empezó a cancelar la publicidad, que como sabemos
para un periódico de provincia es fundamental. Había adeudos
atrasados del gobierno que no se pagaron y, suponemos que por
la misma presión gubernamental, las pocas empresas comerciales
que se anunciaban en el periódico también cancelaron sus

— 33 —
Periodismo bajo censura

contratos de publicidad y eso fue asfixiando a la empresa hasta


que se produjo el cierre”.
—¿Qué tipo de información es la que hizo enojar al gobierno?
—Era información que tradicionalmente no vemos publicada
en los medios de Colima: un poco más de investigación, más
documentada, respecto a la labor del gobierno, a los contratos
oficiales, a la asignación de obras, a sus finanzas, a la deuda
pública, y esto al gobierno no le pareció bien.
“Fue entonces que simplemente dejó de llegar la publicidad;
tratamos de aguantar, el director trató de resistir lo más
posible, los trabajadores padecimos mucho la falta de pago de
varias quincenas de nuestros salarios, pero como estábamos
comprometidos con el proyecto, que nosotros creíamos que
podría aportar mucho al ámbito periodístico de Colima y por
supuesto en lo personal, aguantamos trabajando sin cobrar hasta
que ya no fue posible continuar así”.
—¿Cómo eran las presiones previas?
—Siempre reclamaban, siempre desmentían, pero solamente
de manera verbal, porque ni siquiera mandaban alguna carta
aclaratoria en la que expusieran sus inconformidades; se les pedía
mayor información sobre el tema en conflicto y no la mandaban.
Además de la opacidad con que se manejaban, la presión era que
siempre decían que lo publicado no era cierto y enseguida venía
la descalificación: que Milenio Colima era un periódico panista,
un medio de oposición y que por eso los golpeaba, pero nada en
firme, nada de demostrar con documentos sus versiones sobre lo
que nosotros publicábamos.
—¿Cómo podría calificarse el sexenio de Mario Anguiano
Moreno en materia de libertad de expresión?
—Con este simple hecho refleja que durante su gobierno se
siguió ejerciendo la censura, claro que sí. Además de esto muchos
periodistas fueron atacados de distintas maneras: unos a través
de las redes sociales con los llamados troles, otros físicamente

— 34 —
Pedro Zamora Briseño

como nuestro compañero Sergio Uribe Alvarado en el ejercicio


de su profesión, y hubo más hechos que nos demuestran que
estamos mal en esa materia.
“En cuanto a libertad de expresión yo diría que falta
avanzar mucho en Colima, que los gobernantes entiendan que
el presupuesto asignado a la compra de publicidad no es un
ejercicio de premio y castigo, además de que deben ser más
receptivos a la crítica, porque parece que no lo son”, concluye
Solís.
Después de Milenio Colima, los siguientes medios que
sufrieron censura gubernamental derivada del retiro de la
publicidad oficial y del boicot de anunciantes fueron el diario
vespertino Avanzada y la revista semanal del mismo nombre, en
los años 2011 y 2012.
El 10 de octubre de ese último año, la Comisión de Derechos
Humanos del Estado de Colima (CDHEC) recibió una queja en
la que el director general y fundador de los dos medios afectados,
Juan Gabriel Moctezuma Castellanos, expuso la situación, con
la solicitud de que ese organismo humanitario interviniera para
procurar el cese de la discriminación y de las violaciones a la
libertad de expresión y el derecho a la información.
El texto íntegro de la queja, clasificada bajo el número de
expediente CDHEC/565/2012, se transcribe a continuación:

Lic. Roberto Chapula de la Mora


Presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de
Colima

P r e s e n t e. -
El suscrito, Juan Gabriel Moctezuma Castellanos, director general
del periódico Avanzada, comparezco ante usted para presentar una
queja contra el gobernador del estado de Colima, Mario Anguiano

— 35 —
Periodismo bajo censura

Moreno, por actos violatorios de la libertad de expresión y de otros


derechos, conforme a la relatoría que a continuación realizo:
Desde su nacimiento, el 8 de marzo de 2002, el proyecto
periodístico Avanzada, del que soy fundador, se propuso el ejercicio
de un periodismo responsable y plural, con una orientación editorial
independiente y crítica del poder. El objetivo primordial ha sido servir
a la sociedad al dar voz a los sectores más vulnerables y, a la vez,
mostrar las principales problemáticas que aquejan a la población,
en busca de que éstas sean atendidas por quienes tienen la obligación
de hacerlo.
Fue así como, primero con una revista semanal y posteriormente,
en 2005, con la incorporación de un diario vespertino y la apertura
de un portal electrónico de noticias, Avanzada se convirtió en
una opción periodística preferida por importantes sectores de la
población, que han visto en este proyecto contenidos que satisfacen
sus necesidades informativas.
Sin embargo, a pesar de los discursos gubernamentales en los
que se proclama el respeto a la libertad de expresión en el estado,
desde el inicio del sexenio del gobernador Mario Anguiano Moreno,
a partir de noviembre de 2009, hubo intentos por parte de su oficina
de Comunicación Social por controlar la orientación editorial de
Avanzada, situación que no fue aceptada por nosotros.
Después de lo anterior, el gobierno del estado empezó a retrasar
los pagos de la publicidad oficial contratada con Avanzada, hasta
que en agosto de 2011 en una reunión realizada en las oficinas
del Ejecutivo en el Complejo Administrativo, el gobernador Mario
Anguiano Moreno, molesto por la orientación editorial crítica de
Avanzada, me notificó personalmente que a partir de ese momento
quedaba suspendido el contrato de publicidad con nuestro periódico.
“No pagamos para que nos peguen, y ahora vamos a ir contra
ti”, me advirtió en la misma reunión el entonces secretario de
Administración, Óscar Zurroza Barrera, ante el gobernador que
asintió en respaldo a sus palabras, en una escena que era observada

— 36 —
Pedro Zamora Briseño

por el coordinador general de Comunicación Social, René González


Chávez, quien también estuvo presente.
La pérdida del contrato de publicidad con el Gobierno del estado,
que era uno de nuestros principales clientes, colocó a Avanzada en
una delicada crisis financiera que obligó a despedir a una parte de
los trabajadores y a suspender la publicación, a finales de agosto de
2011, de la versión impresa del vespertino Avanzada, para seguir
trabajando únicamente a través del sitio de Internet. Como parte de
la misma estrategia de sobrevivencia, el semanario, mientras tanto, se
convirtió en una revista mensual.
Aunado a la represalia económica tomada por el gobierno
estatal contra Avanzada, en los siguientes meses se produjo un boicot
publicitario contra nuestro medio, que tuvo como resultado el retiro
de otros anunciantes de instituciones públicas, sindicatos y empresas
privadas, además de que la búsqueda de nuevos clientes del sector
privado ha sido prácticamente infructuosa, pues en la mayoría de las
empresas se cierran las puertas a contratar con nuestra casa editorial.
Esta situación insostenible desde el punto de vista económico
obligó recientemente al cierre definitivo de la edición impresa
mensual de la revista Avanzada, y en la actualidad continuamos
informando a la población únicamente a través del periódico digital
en la dirección www.diarioavanzada.com.mx
Considero que las medidas tomadas por el gobernador del estado
constituyen un atentado contra nuestro derecho a la libertad de
expresión, que al mismo tiempo vulneran el derecho a la información
de la sociedad y a la vez han afectado el derecho al trabajo de varios
compañeros que han sido despedidos como consecuencia de la
represalia económica por parte de las autoridades.
El gran problema que existe en el Gobierno del estado y en otras
instituciones que manejan presupuesto público en la entidad, es la
ausencia de disposiciones legales que establezcan criterios claros y
transparentes para la distribución de las asignaciones de contratos
de publicidad oficial a los medios de comunicación.

— 37 —
Periodismo bajo censura

En consecuencia, este vacío permite a las autoridades manejar


los recursos públicos a discreción, con una visión patrimonialista, a
manera de “premios” o “castigos” para los medios según su orientación
editorial, y esto no es aceptable en un sistema que se dice democrático.
Desde la perspectiva de que se cubre con recursos públicos, todos
los medios tienen derecho a que se les contrate publicidad oficial, con
base en criterios previamente establecidos, en los que de ninguna
manera debe haber condicionantes encaminadas a tratar de incidir
sobre la orientación editorial del medio.
En el caso de Avanzada, queda claro que se trata de una
situación de discriminación cometida en su contra por el gobierno
del estado, dado que basta una revisión de otros medios, aún con
menor presencia que Avanzada, para darse cuenta de que gozan de
asignaciones importantes de publicidad gubernamental.
En una sociedad como la mexicana, en la que los niveles de lectura
son bajos, es muy difícil que un medio de comunicación impreso
sobreviva únicamente con los ingresos de la venta de ejemplares, por
lo que la venta de publicidad —en especial la gubernamental— se
convierte en un punto estratégico para la sobrevivencia de la mayoría
de los medios.
Bajo esa consideración, la manera como se produzca la
distribución de la publicidad oficial adquiere una importancia
fundamental desde el punto de vista no sólo económico, sino que
también tiene implicaciones sociales y culturales.
Todos los medios, independientemente de su orientación editorial,
tienen derecho a existir sin agresiones disfrazadas de la rescisión de
contratos de publicidad oficial. La sociedad también tiene derecho a
contar con una oferta plural de medios, que desde diversas visiones le
ofrezcan distintas caras de la realidad.
Existen criterios de organismos internacionales como la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos en donde se advierte que el
manejo discrecional de la publicidad gubernamental puede prestarse

— 38 —
Pedro Zamora Briseño

al ejercicio de una especie de “censura sutil” por parte de los gobiernos


hacia los medios de comunicación.
En México también hay precedentes importantes, como la
reciente recomendación emitida en agosto pasado por la Comisión
Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) hacia la Secretaría
de Gobernación por la discriminación y las represalias publicitarias
tomadas por el gobierno federal contra la revista Proceso.
Con base en las consideraciones anteriores, señor presidente de
la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Colima, le solicito
su intervención para que cese este clima de boicot publicitario contra
Avanzada y que termine la discriminación contra nuestro medio por
parte del Gobierno del estado en la asignación de los contratos de
publicidad.
Le solicito también su intervención para que las autoridades
estatales expidan los instrumentos legales en los que se establezcan,
de manera clara y transparente, los criterios que se seguirán para
la contratación de publicidad y los requisitos que deberán cumplir
los medios para proveer de este servicio al gobierno estatal y otras
instituciones que manejan recursos públicos.

Atentamente:

Lic. Juan Gabriel Moctezuma Castellanos


Director general de Avanzada

En su carácter de autoridad responsable en este caso, el jefe del


Ejecutivo estatal rindió su informe justificado ante la CDHEC
mediante un documento suscrito por el entonces secretario
general de Gobierno, Rogelio Humberto Rueda Sánchez.
De entrada, el funcionario aseguró que la administración
del gobernador Mario Anguiano Moreno “se ha caracterizado
por respetar y garantizar la libertad de expresión de todos los
— 39 —
Periodismo bajo censura

ciudadanos y en especial de los periodistas y trabajadores


de los medios de comunicación”, y ofreció como “prueba” la
presentación, aprobación y promulgación de la Ley para la
Protección Integral del Ejercicio Periodístico de Estado de
Colima, que había sido publicada el 28 de julio de 2012 en el
periódico oficial El Estado de Colima.
“Jamás —dijo— se ha intentado controlar los criterios
informativos y editoriales de ningún medio de comunicación”,
además de que “garantizar el equilibrio financiero y funcional
de una empresa privada no se considera como una obligación
directa del gobierno estatal en aras de salvaguardar los derechos
humanos de su(s) propietario(s) y trabajadores (…); no es
responsabilidad del gobierno cubrir la plantilla laboral de una
empresa o el éxito o fracaso de ésta”.
Rueda Sánchez subrayó en su informe: “No es cierto que
en el sexenio que representa el licenciado Mario Anguiano
Moreno se haya intentado controlar la orientación editorial de
Avanzada (…) porque siempre dicho medio informativo ha
manifestado sus ideas como bien le conviene, sin que se haya
tratado o impedido que lo haga de otra manera por parte de
alguna institución de esta administración”.
Negó así mismo que en una reunión realizada en agosto
de 2011 en el Complejo Administrativo el gobernador Mario
Anguiano le haya notificado personalmente al director
general de Avanzada, Juan Gabriel Moctezuma, que quedaba
suspendido el convenio de publicidad porque “nunca se ha
tenido contrato o convenio alguno con ese medio; sólo durante
el tiempo que estuvo publicando su periódico en forma impresa
se le solicitaban servicios de publicidad”.
En nombre del jefe del Ejecutivo, Rogelio Rueda aseguró que
la asignación de la publicidad del gobierno estatal “se realiza en
base a (sic) criterios de costo-beneficio, en la cual se analizan
costos, la penetración del medio de comunicación entre la
población, el tiraje, el público hacia el cual está dirigido, la
— 40 —
Pedro Zamora Briseño

calidad y cantidad de la información que ahí se maneja, entre


otros aspectos que garanticen que verdaderamente se informe
a la sociedad colimense de las obras y acciones que lleva a cabo
el Gobierno del estado para su beneficio, y cuando se hace
publicidad del Gobierno se cubre el costo del servicio prestado,
como aconteció con Avanzada”.
Respecto de la suspensión de la asignación de publicidad
hacia ese diario, el funcionario argumentó que esto ocurrió como
consecuencia de la desaparición de la versión impresa y adujo
que posteriormente no había recibido para su consideración
una sola oferta de servicios de parte de ese medio en su versión
digital.
La autoridad responsable rechazó que con la situación de
Avanzada se afecte el derecho a la información de la sociedad,
pues aseveró que diariamente hacía llegar sus boletines de prensa
a ese medio y se quejó de que no los publicaba. Así también,
afirmó que no tomó medidas contra la libertad de expresión
del periódico en cuestión, con el argumento de que continúa
publicándose a través de Internet.
Por último, Rueda Sánchez negó categóricamente que todos
los medios tengan derecho a que se les contrate publicidad
oficial, argumentando que el gobierno estatal programa sus
gastos considerando el costo-beneficio de las acciones a realizar
y que por ello no todos los medios son proveedores del gobierno.
En su respuesta al informe firmado por el secretario general de
Gobierno, el fundador de Avanzada, Juan Gabriel Moctezuma,
manifestó que en primera instancia la autoridad responsable
“trata de desviar la atención y confundir los términos de la queja
presentada en su contra”, pues ésta “no pretende que el gobierno
garantice el equilibrio financiero y funcional de Avanzada, ni que
se haga cargo de la plantilla laboral, sino simplemente se reclama
que cese la discriminación de que ha sido objeto este periódico a
través del retiro arbitrario de la publicidad gubernamental”.

— 41 —
Periodismo bajo censura

Sobre la negativa del gobierno de Mario Anguiano de haber


intentado controlar la orientación editorial del periódico, que
“siempre ha manifestado sus ideas como bien le conviene”,
Moctezuma Castellanos replicó:
“El hecho de que Avanzada haya ejercido y continúe
ejerciendo su orientación editorial con libertad e independencia
no quiere decir que el gobierno estatal no haya intentado someter
a este medio, y la manera en que lo hizo fue precisamente
retirando la publicidad oficial, que de acuerdo con organismos
internacionales constituye un mecanismo de censura sutil, pero
que no deja de ser censura”.
Aludió al documento Principios Sobre Regulación de la
Publicidad Oficial en el Sistema Interamericano de Protección de
los Derechos Humanos, donde se refiere que la Relatoría Especial
para la Libertad de Expresión, en su Informe Anual 2003 dedicó
un capítulo especial a estudiar el fenómeno y concluyó que
“la obstrucción indirecta a través de la publicidad estatal actúa
como un fuerte disuasivo de la libertad de expresión”.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos,
citó Moctezuma, establece que “la distribución arbitraria de
publicidad oficial, como otros mecanismos de censura indirecta,
opera sobre distintos tipos de necesidades que los medios de
comunicación tienen para funcionar e intereses que pueden
afectarlos. Es una forma de presión que actúa como premio o
castigo que tiene por objeto condicionar la línea editorial de un
medio según la voluntad de quien ejerce la presión”.
En otro punto, indicó que la autoridad responsable “falta a la
verdad” cuando afirma que nunca ha tenido contrato o convenio
alguno con Avanzada y que sólo durante el tiempo que estuvo
publicando su periódico en forma impresa se le solicitaban
servicios de publicidad.
El quejoso consideró “ocioso” explicar el significado de la
palabra “contrato”, en atención a que quienes respondieron el

— 42 —
Pedro Zamora Briseño

documento son abogados, pero “para disolver dudas” precisó


que un contrato es un acuerdo de voluntades, que puede ser
verbal, manifestado en común entre dos o más personas, que se
obligan en virtud del mismo, regulando sus relaciones relativas
a una determinada finalidad o cosa, y a cuyo cumplimiento
pueden compelerse de manera recíproca.
“De esto —añadió— se deriva lo que a nuestro interés
jurídico importa: el convenio, que es un contrato que modifica,
extingue o amplía los derechos u obligaciones de un contrato
principal. Avanzada celebró una relación contractual con el
Gobierno del estado en el periodo del gobernador Gustavo
Vázquez Montes. El acuerdo de voluntades se hizo de manera
verbal, para posteriormente modificarse a través de un convenio.
Esto quedó de manifiesto en las facturas que en posteriores
ocasiones fueron solicitadas con la descripción de ‘convenio’ a
petición de parte y que por supuesto fueron pagadas bajo ese
concepto”.
Como elemento probatorio de su dicho, Moctezuma
Castellanos presentó como anexo de ese escrito copias fieles
de originales de facturas pagadas por el Gobierno del Estado,
donde se expresa en la descripción la palabra “convenio”, con lo
cual “acreditamos una aceptación manifiesta de la existencia de
un contrato original y su posterior modificación a través de un
convenio”.
El director de Avanzada ratificó que cuando el gobernador
le dijo personalmente que quedaba suspendido el convenio
con este medio, agregó que le enviaría publicidad oficial del
gobierno del estado “cuando hubiera”, por lo que “es claro que el
Gobierno estatal tiene por política de Estado una discriminación
y desprecio hacia nuestro medio en relación a los demás, pues
desde entonces no hemos recibido pauta publicitaria alguna”.
Moctezuma expresó su desacuerdo con la afirmación de la
autoridad responsable en el sentido de que la contratación de la
publicidad del gobierno estatal se realiza a partir de criterios de
— 43 —
Periodismo bajo censura

costo-beneficio, con el análisis de costos, penetración del medio


de comunicación, tiraje y público hacia el cual está dirigido.
Abundó: “La simple enunciación de supuestos criterios en
este sentido, sin presentar evidencia de su formalidad a través
de su publicación en el Periódico Oficial, no garantiza su
cumplimiento, lo que significa que en los hechos la decisión
de otorgar la publicidad oficial sigue siendo una facultad
discrecional de funcionarios y gobernantes en turno”.
A juicio del quejoso, “aunque la autoridad responsable niega
que exista un problema sobre la ausencia de disposiciones
legales que establezcan criterios claros y transparentes para
la asignación de la publicidad oficial, sólo cita instrumentos
generales para el manejo del gasto público, pero es incapaz de
mencionar un reglamento o normatividad concreta relativa a la
materia a que se refiere la queja, porque no existen”.
El gobierno estatal, añadió Moctezuma Castellanos, “miente y
manipula los hechos para intentar deslindarse de responsabilidad
de sus propias acciones”, pues “pretende hacer creer que dejó de
asignar publicidad a Avanzada porque desapareció la versión
impresa, cuando en realidad sucedió lo contrario, pues la
decisión de dejar de publicar el impreso y conservar únicamente
la versión digital se tomó como una medida de sobrevivencia
económica después de la represalia sufrida de parte del Gobierno
estatal a través del retiro de la publicidad oficial”.
Frente a la afirmación de la autoridad responsable de que no
había una sola oferta de servicios presentada por Avanzada a
consideración del Gobierno estatal, dijo Moctezuma, “esto no
se ha hecho porque fue el propio gobernador quien notificó al
suscrito la suspensión del convenio y dijo que el gobierno estatal
enviaría a Avanzada publicidad cuando hubiera y hasta la fecha
parece que sólo para nuestro medio no la ha habido”.
Precisó que cuando en la queja se señaló que con el retiro
de la publicidad oficial a Avanzada se vulnera el derecho a

— 44 —
Pedro Zamora Briseño

la información de la sociedad, se hizo referencia a que como


efecto del golpe económico se debilita la empresa y ésta reduce
sus posibilidades de informar de mejor manera a la población,
pero nunca se hizo alusión al envío o no de los boletines
gubernamentales.
“Nuestro medio —explicó— no considera que el derecho a
la información de la sociedad se garantice mediante los boletines
gubernamentales, por lo que la información oficial se publica a
partir del trabajo de nuestra reportera que todos los días, desde
la aparición de nuestro diario, cubre de manera directa la fuente
del gobierno del estado”.
Al argumento de la autoridad responsable relativo a que
no ha tomado medidas contra la libertad de expresión de
Avanzada porque este medio se continúa publicando en
Internet, Moctezuma replicó que el atentado contra la libertad
de expresión ocurrió desde el momento que le se retiró la
publicidad oficial por motivos de la orientación editorial, lo que
ocasionó la desaparición de la versión impresa y la permanencia
sólo en la digital, pero “aún en esta versión, en el último año han
sido frecuentes los ataques cibernéticos sufridos por nuestro
sitio web. Aunque no podemos señalar a nadie como presunto
responsable, estos ataques coincidentemente han ocurrido
cuando se han publicado temas que por su naturaleza podrían
ser incómodos para el gobernador del estado”.
Así mismo, dijo el director del medio, “en su afán por
desvirtuar la queja, la autoridad responsable saca de contexto
afirmaciones del suscrito, como cuando niega categóricamente
que todos los medios tengan derecho a que se les contrate
publicidad oficial argumentando que el gobierno estatal realiza
sus gastos considerando costo-beneficio de las acciones a
realizar y que por ello no todos son proveedores del gobierno”.
Lo que en realidad se planteó en la queja, refirió, fue lo siguiente:
“Desde la perspectiva de que se cubre con recursos públicos,
todos los medios tienen derecho a que se les contrate publicidad
— 45 —
Periodismo bajo censura

oficial, con base en criterios previamente establecidos, en los que


de ninguna manera debe haber condicionantes encaminadas a
tratar de incidir sobre la orientación editorial del medio”.
Por lo tanto, precisó Moctezuma, “el suscrito no plantea que
de manera automática, sin ningún procedimiento, el gobierno
contrate publicidad con todos los medios, sino que en principio
todos tengan derecho a ser considerados como proveedores de
este servicio a partir de ciertos criterios concretos que falta fijar
en una reglamentación formal, en los que no puede aceptarse
ninguna condicionante a la orientación editorial”.
Lo anterior, estimó, reduciría los riesgos de que se presenten
casos de discriminación de medios como el que, a pesar de
la existencia de la Ley estatal contra la discriminación, está
sufriendo Avanzada por motivos de su orientación editorial.
En su comparecencia ante el Congreso del Estado para
ampliar información sobre el Tercer Informe de Gobierno de
Mario Anguiano Moreno, el 15 de enero de 2013, el secretario
general de Gobierno, Rogelio Rueda Sánchez, fue cuestionado
sobre el caso de Avanzada por el diputado perredista Francisco
Rodríguez García.
Desde la tribuna, el legislador preguntó al funcionario
los criterios, lineamientos y reglas para asignar la partida
presupuestal destinada al área de comunicación, así como
los montos de recursos asignados a los medios impresos y
electrónicos, además de que le solicitó explicar por qué “de
manera arbitraria en ocasiones, se han cancelado pagos a medios
de comunicación que no coinciden con la línea editorial oficial,
que profesionalmente informan los desaciertos del este gobierno,
pero que este gobierno de manera arbitraria les ha dejado caer la
mano para llevarlos hasta casi su extinción”.
Rueda Sánchez no respondió lo relativo a los criterios y a
los montos de la asignación de la publicidad oficial, y respecto

— 46 —
del caso Avanzada insistió en la versión que había manejado
semanas antes en su escrito enviado a la CDHEC:
“Se menciona que se cancelan pagos a medios de comunicación
y que han debido desaparecer, etcétera; yo solamente conozco
un caso, que tuve conocimiento de él porque se presentó una
queja en la Comisión de Derechos Humanos y en ese caso se
pudo acreditar con precisión que los pagos de diversos servicios
contratados con este medio de comunicación no cesaron sino
hasta después de que dejó de publicarse este medio. Es decir,
no desapareció a consecuencia de que el gobierno le hubiera
dejado de contratar servicios, sino exactamente al revés: se dejó
de contratar servicios porque ya no se estaba publicando”.
A casi tres años de la presentación de la queja de Avanzada,
Roberto Chapula concluyó en 2015 su periodo al frente de la
CDHEC sin que el organismo hubiese emitido una resolución
sobre este asunto. Poco después, llegó a su fin el sexenio de
Mario Anguiano Moreno.

En busca de transparencia
En agosto de 2014, el diputado Francisco Rodríguez García y su
compañero de fracción, Rafael Mendoza Godínez, presentaron
ante el Congreso de Colima una iniciativa para agregar el artículo
13 bis a la Ley de Transparencia y Acceso a la Información
Pública del Estado, con el propósito de establecer la obligación
de las instituciones gubernamentales de difundir en sus sitios
web lo relacionado con los gastos de publicidad oficial en
los siguientes aspectos: Presupuesto aprobado por partida y
ejercido; Contrato, monto y factura; Nombre de la campaña
y objeto; Fecha de inicio y fecha de término; Dependencia
o dirección que la solicita; Tipo de medio de comunicación y
Padrón de proveedores.
En su exposición de motivos, los autores de la iniciativa
ubicaron la transparencia y la rendición de cuentas como dos

— 47 —
Periodismo bajo censura

aspectos fundamentales para el sano ejercicio democrático del


poder público.
“Transparentar el gasto en publicidad oficial —refirieron— ha
sido una lucha constante para ampliar los alcances democráticos
de una contienda electoral, pues existe desafortunadamente
la posibilidad de que una autoridad, como un gobernador
o un presidente municipal, utilice los canales oficiales de
comunicación social (espectaculares, lonas, pendones, pinta de
bardas, comerciales en radio y televisión, inserciones pagadas
en periódicos, revistas y otras publicaciones escritas, banners
en páginas de internet, etcétera) para promocionar su imagen
personal, más allá de las obras de la administración”.
Indicaron que el riesgo de la promoción personal con cargo
al erario, con base en las obras y programas financiados con
los impuestos de los ciudadanos, es demasiado alto como para
ignorarlo o descartarlo.
A juicio de los legisladores, la transparencia del gasto en
materia de publicidad oficial ayudaría, entre otras cosas, a
conocer si existe imparcialidad y objetividad en la distribución
del presupuesto.
“Es necesario saber a qué empresas se les contrata y bajo qué
criterios se les otorgan los contratos; es importante disipar las
dudas de que no se está beneficiando a una empresa ‘amiga’ o
que tenga alguna relación personal con un colaborador cercano”.
Además, “en nuestra responsabilidad como diputados, es
menester cerrar la posibilidad de que los funcionarios de la
administración pública hagan mal uso de los recursos bajo su
resguardo, ya sea como una promoción personal indebida o
como un beneficio para empresarios o proveedores amigos”.
La iniciativa fue aprobada —junto con otra presentada por
la fracción del PAN también sobre aspectos de transparencia—,
dentro del decreto 408, del 11 de noviembre de 2014, luego de
que la comisión dictaminadora consideró que la propuesta de

— 48 —
Pedro Zamora Briseño

adicionar un artículo 13 Bis a la ley “aporta mayores elementos


que coadyuvan al principio de máxima publicidad, teniendo
ahora la obligación los sujetos obligados de transparentar lo
relativo a la publicidad oficial de manera particular y no en
forma genérica como se ha venido realizando a través de los
presupuestos de egresos correspondientes”.
Desde que fue aprobada esa adición, sus disposiciones no
fueron cumplidas a cabalidad por los gobiernos e instituciones
obligadas. Sólo el Poder Ejecutivo publicó en su página web una
relación desglosada de medios de comunicación y los montos
de recursos económicos recibidos en los años 2012 y 2013 por
concepto de publicidad oficial: 24 millones 301 mil 632 pesos
en el primero y 26 millones 975 mil 808 pesos en el segundo
(consultar detalles en el capítulo Con el agua al pecho). Nada
informó sobre 2014 y 2015 ni sobre los demás aspectos que
estaba obligado a transparentar. Los Ayuntamientos, el Congreso
del Estado y otros sujetos obligados tampoco atendieron la
reforma legal.
El 30 de mayo de 2016 se publicó en el Periódico Oficial
El Estado de Colima la nueva ley estatal de transparencia, con
cuyo contenido se cumplió la disposición de armonizarla con la
legislación general aprobada un año antes.
En lo relativo al tema de la publicidad oficial, Colima adoptó
en su artículo 29, de manera casi idéntica, lo establecido en el
artículo 70 de la ley general, en el sentido de que los sujetos
obligados tienen la obligación de difundir de oficio, a través
de su sitio oficial de internet: “Los montos destinados a gastos
relativos a comunicación social y publicidad oficial desglosada
por tipo de medio, proveedores, número de contrato, concepto
o campaña y fecha de inicio y de término”.
Pero más allá de lo establecido en las leyes estatal y general de
transparencia, Colima carece, al igual que el resto del país, de una

— 49 —
Periodismo bajo censura

legislación y de un mecanismo que garanticen la aplicación de


criterios definidos, en los que no se condicione la línea editorial
del medio, para la asignación de la publicidad oficial.

Promesas incumplidas
En la actualidad, el manejo de la publicidad oficial en México
sigue siendo un tema pendiente en la agenda de los derechos
relacionados con la información. En la conclusión de su informe
Comprando complacencia… las organizaciones Fundar, Artículo
19 y la Asociación Mundial de Periódicos y Editores de Noticias
señalaron que la sociedad civil exige una urgente y necesaria
reforma para que se transparente y regule la publicidad oficial
en el país, dado que hay lagunas regulatorias y vacíos legales que
siguen permitiendo a los gobiernos de todos los niveles influir
fuertemente en la línea editorial de los medios de comunicación
a través de la asignación de la publicidad gubernamental.
“La regulación —añade el documento— debe ser un paso
importante para la transformación de las relaciones entre
los medios y el gobierno. Sin embargo, a pesar de repetidas
promesas, iniciativas y compromisos explícitos por líderes de
México, no hay progreso en la regulación de la publicidad oficial,
ni cambios sustanciales en la política pública. La creación de
estas regulaciones es una promesa presidencial y un consenso
político que no han sido cumplidos”.
Según el informe, se encuentra demostrada la censura
indirecta y la influencia corrupta que ejerce sin restricciones la
publicidad oficial sobre los medios de comunicación en México,
situación que afecta negativamente la calidad de los medios de
comunicación, limita la libertad de expresión, viola el derecho a
la información pública y sofoca el debate público, que es esencial
para la democracia.
“En México, los gobiernos y algunos medios de comunicación
siguen conservando este status quo que sirve a sus intereses
económicos y políticos. Los líderes políticos del país y ciertos
— 50 —
Pedro Zamora Briseño

propietarios de medios deben hacerse responsables de tales


abusos. Hasta que se cambien estas prácticas, muchos medios
de comunicación mexicanos seguirán siendo instrumento de los
políticos y de sus intereses en lugar de ser un contrapeso al poder
y una plataforma para el debate democrático”, puntualiza.
Dos años antes de la publicación de ese informe, en 2012,
en una visita a México las Relatorías sobre Libertad de
Expresión de la Organización de Estados Americanos y de la
Organización de las Naciones Unidas recomendaron al Estado
mexicano “establecer criterios objetivos, claros, transparentes y
no discriminatorios en la asignación de publicidad oficial para
todos los niveles y órdenes de gobierno”.
Al respecto, Fundar y Artículo 19 emitieron un
pronunciamiento bajo el título Publicidad oficial en México:
la censura estructural, en el que consideraron urgente dar
cumplimiento a esa recomendación, bajo el criterio de que
los efectos de la asignación arbitraria y discrecional de la
publicidad oficial merman las bases del debate democrático al
cerrar espacios a la pluralidad y diversidad de voces, por lo que
ambas organizaciones propusieron al Estado mexicano adoptar
una ley general que regule la asignación de la publicidad oficial,
incluyendo como mínimo los siguientes puntos:

• Definir el contenido de la publicidad, limitándose éste


a la necesidad de comunicar información de interés
público y cerrar espacios a su uso propagandístico.
• Establecer criterios objetivos, claros, transparentes,
no discriminatorios para la asignación de la pauta,
los cuales tengan como base la efectividad en la
transmisión del mensaje a la población objetivo,
con absoluta independencia de la línea editorial del
medio.
• Mecanismos que fomenten la diversificación de
la distribución de pauta entre múltiples medios y
— 51 —
Periodismo bajo censura

tipos de medios, así como la participación de medios


tradicionalmente desfavorecidos.
• Mecanismos para controlar y garantizar la eficiencia,
buen uso y rendición de cuentas de los fondos
públicos destinados a publicidad oficial.
• Prever mecanismos de sanción para los servidores
públicos que hagan un mal uso de la publicidad
oficial. 

Aunque desde 2002 hasta 2015 se han presentado en el


Senado de la República y en la Cámara de Diputados del
Congreso de la Unión 18 propuestas legislativas relacionadas
con el tema de la publicidad oficial, hasta mediados de 2016 el
país no contaba con una ley general en esa materia.

Iniciativas de ley de publicidad oficial en México


Fecha Legisladores Iniciativa
Ley Federal para la Re-
gulación y Control de
Dip. Lorena la Publicidad Guber-
19-mar-02
Beauregard (PRI) namental en materia
de Prensa, Radio y Te-
levisión
Ley Federal de Equi-
Dip. Cristina Portillo dad y Transparencia
02-dic-03
Ayala (PRD) para la Publicidad Ins-
titucional
Ley Federal de Comu-
Sen. Dulce María Sauri
08-dic-05 nicación Gubernamen-
(PRI)
tal a la Ciudadanía
Reforma a los artículos
93, 115, 116 y 122 de
Dip. Jacinto Gómez la Constitución y 8 de
14-may-07
Pasillas (PNA) la Ley Federal de Res-
ponsabilidades de los
Servidores Públicos

— 52 —
Pedro Zamora Briseño

Proyecto de decreto
por el cual se reforman
y adicionan disposi-
Sen. Graco ciones de la Ley de
Ramírez Adquisiciones, Arren-
11-jul-07
(PRD) damientos y Servicios
del Sector Público y de
la Ley Federal de Pre-
supuesto y Responsa-
bilidad Hacendaria
Iniciativa de ley que
Sen. Carlos Sotelo
23-oct-07 Regula la Publicidad
García (PRD)
del Estado

Iniciativa de ley en ma-


Dip. Jaime Cárdenas
01-dic-09 teria de publicidad de
(PT)
Estado

Dip. César Augusto Ley Federal de Propa-


22-feb-11
Santiago (PRI) ganda Institucional
Sen. Pablo Gómez Ley General de Propa-
29-mar-11
Álvarez (PRD) ganda Gubernamental
Ley Federal de Comu-
Dip. Javier Corral Jura-
26-abr-11 nicación Gubernamen-
do (PAN)
tal
Sen. Emma Larios Ley Federal de Publici-
26-abr-11
Gaxiola (PAN) dad Oficial
Sen. Javier Corral Ley General de Propa-
04-sep-12
(PAN) ganda Gubernamental
Sen. Armando Ríos Ley General de Propa-
13-nov-12
Pitter (PRD) ganda Gubernamental
Ley General de Propa-
ganda Gubernamental,
reglamentaria de los
artículos 69 y 134 de la
Constitución Política
11-mar-14 22 senadores del PRD de México, y Reforma
y Adiciona diversas
disposiciones de la Ley
de Fiscalización y Ren-
dición de cuentas de la
Federación

— 53 —
Periodismo bajo censura

Dip. Agustín Barrios Ley General de Propa-


11-mar-14
Gómez (PRD) ganda Gubernamental
Dip. Silvano Aureoles Ley General de Propa-
17-mar-14
(PRD) ganda Gubernamental
Ley de Propaganda
Institucional, regla-
Sen. María Cristina mentaria del párrafo 8
26-mar-14
Díaz (PRI) del artículo 134 de la
Constitución Política
de México

Dip. Lizbeth Rosas Ley General de Propa-


12-may-15
Montero (PRD) ganda Gubernamental

Fuente: Fundar, Artículo 19 y Open Society Foundations, en la liga electrónica


http://publicidadoficial.com.mx/?p=2339

En 2007, en el marco de la reforma político-electoral, el


Congreso de la Unión adicionó el párrafo octavo al artículo
134 de la Constitución General de México, con una disposición
relacionada con las características que debe tener la publicidad
oficial. Publicada en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el
13 de noviembre de ese año, la nueva disposición constitucional
establece:
“La propaganda, bajo cualquier modalidad de comunicación
social, que difundan como tales, los poderes públicos, los
órganos autónomos, las dependencias y entidades de la
administración pública y cualquier otro ente de los tres
órdenes de gobierno, deberá tener carácter institucional y fines
informativos, educativos o de orientación social. En ningún caso
esta propaganda incluirá nombres, imágenes, voces o símbolos
que impliquen promoción personalizada de cualquier servidor
público”.
El contenido de este apartado se quedó sin reglamentación,
prácticamente en el olvido, hasta que en un nuevo decreto sobre
— 54 —
Pedro Zamora Briseño

cuestiones político-electorales, publicado el 10 de febrero de


2014 en el DOF, le fue dedicado el Artículo Tercero Transitorio
en los siguientes términos:
“El Congreso de la Unión deberá expedir, durante el segundo
periodo de sesiones ordinarias del segundo año de ejercicio de
la LXII Legislatura, la ley que reglamente el párrafo octavo del
artículo 134 de esta Constitución, la que establecerá las normas
a que deberán sujetarse los poderes públicos, los órganos
autónomos, las dependencias y entidades de la administración
pública y de cualquier otro ente de los tres órdenes de gobierno,
y que garantizará que el gasto en comunicación social cumpla
con los criterios de eficiencia, eficacia, economía, transparencia y
honradez, así como que respete los topes presupuestales, límites
y condiciones de ejercicio que establezcan los presupuestos de
egresos respectivos”.
Conforme a esta disposición, el Congreso debió haber
expedido esa ley en un plazo que concluyó el 30 de abril de 2014,
pero se llegó la fecha y concluyó la legislatura el siguiente año sin
que los diputados y senadores cumplieran la obligación que ellos
mismos se habían impuesto. Hasta el momento, con una nueva
legislatura en funciones, la ley sigue ausente.
En abril de 2014, las organizaciones Artículo 19, Fundar y
Wan-Ifra enviaron al Senado el documento Publicidad oficial:
¿Cómo lograr una regulación eficaz?, en el que a través de seis
puntos analizaron las iniciativas existentes hasta ese momento y
se pronunciaron respecto del contenido que a su juicio debería
tener una ley de la materia para no ser una simulación: a) una
ley general y completa; b) la desaparición total de la promoción
personal dentro del marco normativo; c) la promoción de la
libertad de expresión; d) la promoción de la transparencia
gubernamental y de los medios; e) poner un límite al dispendio;
y, f) repensar el diseño institucional para mejorar el control del
uso de la publicidad oficial.

— 55 —
Periodismo bajo censura

1. Una ley general y completa


• Todas las iniciativas proponen una ley general, lo cual
es un avance. El uso abusivo de la publicidad oficial
se da en los tres niveles de gobierno. Las autoridades
federales, estatales y municipales aprovechan la falta
de regulación para hacer un uso propagandístico de
la publicidad oficial y controlar el contenido de los
medios de comunicación a través de su asignación
masiva sobre bases políticas y partidistas.
• Los sujetos obligados de ley deben incluir a todas las
autoridades: de los tres niveles de gobierno, de los
tres poderes de la Unión, los organismos públicos y
todas las personas que ejerzan recursos públicos por
concepto de publicidad oficial.
• La ley, como lo propone la iniciativa del PRI,
no puede limitarse a la equidad de la contienda;
sino que debe combatir todos los abusos que se
han ido documentando en los últimos años: a) el
contenido propagandístico de la publicidad, b) la
discrecionalidad y discriminación en su asignación, c)
la opacidad de la contratación y en el ejercicio de los
recursos, d) las deficiencias en la planificación, e) la
ausencia de rendición de cuentas y f) la poca utilidad
pública de las campañas.

2. Desaparición total de la promoción personal


• Los fines de la publicidad oficial deben ser de interés y
utilidad públicos. Por lo tanto, su contenido debe ser
informativo, útil y necesario y no debe, bajo cualquier
circunstancia, promover la imagen de los funcionarios
públicos como lo estipula la propia Constitución. El
párrafo 8 del artículo 134 de nuestra Carta Magna
prohíbe el uso de “nombres, imágenes, voces y
— 56 —
Pedro Zamora Briseño

símbolos relacionados con la promoción de cualquier


servidor público”. No pueden existir excepciones a esta
prohibición como lo es, en la actualidad, la publicidad
en torno al informe de gestión. Esta excepción debe
desaparecer, como lo estipula la iniciativa del PRD y
de los Senadores del PAN y PRD. En este sentido, una
atención efectiva al marco Constitucional requiere la
derogación del artículo 228.5 del Código Federal de
Procedimientos Electorales. De ninguna manera se
puede mantener el régimen de excepción que plantea
la iniciativa del PRI en su artículo 10.

3. Promoción de la libertad de expresión


• Prohibir y castigar la censura indirecta. El
retiro arbitrario de la publicidad oficial o el
condicionamiento de su asignación es una práctica
frecuente, definida como censura sutil o indirecta. El
término se refiere al uso de los contratos publicitarios
para recompensar o castigar a los medios por su
contenido, lo que permite controlar la información
que se difunde. En los últimos años, periódicos y
revistas como Proceso, el a.m. (Guanajuato), el Diario
de Yucatán o el Diario de Juárez han sufrido estas
injustificadas presiones por parte del gobierno federal
y los gobiernos estatales. Estas prácticas deben ser
prohibidas (como lo estipulan los artículos 14 de la
iniciativa de los Senadores del PAN y PRD, el 19 de
la iniciativa del PRI y el 9 de la iniciativa del PRD) y
acompañadas por sanciones específicas para que esta
prohibición sea una realidad.
• Establecer criterios claros y objetivos para la
asignación de la publicidad. El establecimiento de
criterios se enmarca en el debate sobre la promoción

— 57 —
Periodismo bajo censura

del pluralismo informativo en el país. Definir criterios


exclusivamente en función del rating y de la cobertura
de los medios en un país donde la concentración
mediática es extrema, sólo profundizará esta
concentración. Existen también otros criterios a
considerar: de idoneidad, el público objetivo con
un especial enfoque a grupos vulnerables, la no
discriminación (el debate sobre publicidad oficial y
las radios comunitarias) y también la equidad entre
pares. En este sentido, valdría la pena considerar lo
dispuesto en los artículos 43, 44, 45, 46 y 47 de la
iniciativa de los Senadores del PAN y PRD.
• La regulación no debe ser pretexto para crear
más elementos de control sobre los medios. El
establecimiento de un padrón de medios o de topes
a la asignación de publicidad oficial no debe de
transformarse en nuevas herramientas para asentar
el control del Estado sobre la información que se
difunde en el país.

4. Transparencia gubernamental y transparencia en


medios
• Existe una profunda falta de transparencia de los
gastos en publicidad oficial. En más de la mitad de las
entidades federativas no se puede conocer con detalle
el desglose de los gastos en esta materia y la mayoría
de los medios de comunicación mexicanos se niega
a revelar a su audiencia los montos millonarios de
dinero público que reciben.
• Gobierno. Todos tenemos derecho a saber cuánto,
cómo y en qué se gastan los recursos públicos
destinados a la publicidad oficial y estar en condiciones
de controlar dicho gasto para que no sea ejercido de

— 58 —
Pedro Zamora Briseño

manera discriminatoria y discrecional. Para combatir


la sospecha de corrupción y de discriminación en la
asignación de la publicidad oficial, los legisladores
deberían promover la transparencia proactiva. Hacer
transparente de manera oportuna (se recomienda
cada mes) el detalle de los gastos en publicidad oficial
a través de bases de datos en formatos abiertos y estar
disponible en internet. Por ejemplo, a nivel federal
bastaría con permitir el acceso público al “Sistema de
Gastos de Comunicación Social” de la Administración
Federal (Comsoc), donde todo el gasto en publicidad
del gobierno federal, al menos nominalmente, es
registrado mensualmente. Esta experiencia se podría
repetir en los otros niveles.
• Medios. Los medios de comunicación deben fortalecer
la confianza de la ciudadanía y fomentar el debate
público mediante la divulgación de lo que perciben
por medio de la publicidad oficial y de otros apoyos
gubernamentales. Se deben establecer sistemas
imparciales de medición de audiencias, basados en
estándares certificados de medición y así asegurar
que la asignación de la publicidad se haga a partir de
criterios técnicos.

5. Limitar el dispendio
• Cada año, gastos millonarios en publicidad oficial
promueven a políticos o agendas partidistas sin que
se haya comprobado su impacto positivo sobre el
debate público. Según las últimas cifras los gobiernos
federal y estatales gastan en promedio cada año cerca
de 12 mil millones de pesos en publicidad sin tener
detalle alguno sobre la utilidad pública que ésta

— 59 —
Periodismo bajo censura

genera o si llega a los grupos a los que está destinada.


En 2012, 26 entidades se gastaron 5,376 millones de
pesos en publicidad oficial. A nivel federal, los datos
del sistema Comsoc indican que el gobierno del
presidente Enrique Peña Nieto se gastó en su primer
año de gobierno 4,195 millones de pesos.
• La publicidad oficial no es un subsidio. La ley debe
estar acompañada de debates públicos sobre las
relaciones financieras entre el gobierno y los medios
de comunicación para así discutir el papel del Estado
en la promoción del pluralismo informativo y los
mecanismos que se podrían promover.
• Un tope al gasto en publicidad oficial. Los gastos
en esta materia deberían realizarse con estricto
apego a los principios constitucionales de eficiencia,
eficacia, economía, transparencia y honradez. Una
de las soluciones podría ser poner un límite al gasto
en Comunicación Social y Publicidad, como lo
propone la propuesta del PRD y de los Senadores del
PAN y PRD. De igual forma, se deberían establecer
mecanismos de control para hacer respetar esta
medida e imponer sanciones claras que desincentiven
rebasar este límite.
• Acabar con los sobreejercicios. Gastar más de lo
presupuestado en publicidad oficial es una práctica
común. Un análisis al gobierno del expresidente
Calderón reveló casi un 200% de gasto excesivo. De
2007 a 2012, 65.9% del presupuesto en publicidad
oficial fueron sobreejercicios; es decir, un gasto que
no estaba presupuestado. A nivel estatal, en 2012,
documentamos que 25 entidades gastaron 72% más de
lo aprobado. La suma del presupuesto sobreejercido
asciende a $2,197 millones. Sería importante
entonces que la autoridad fiscalizadora o revisora de
— 60 —
Pedro Zamora Briseño

las contrataciones cuente con las facultades suficientes


para sancionar. En este sentido, vale la pena considerar
la propuesta de los Senadores del PAN y PRD sobre
el incremento del presupuesto destinado a publicidad
oficial (artículo 52: El Poder Ejecutivo reserva diez
por ciento del presupuesto asignado a comunicación
gubernamental para situaciones de emergencia
que, por su naturaleza, no hubiesen sido previstas
en el Presupuesto de Egresos de la Federación. Los
medios públicos de comunicación deberán realizar
transmisiones sin cargo ante una grave emergencia
local) y la del PRD (artículo 32).
• Un uso adecuado de los tiempos oficiales. La ley
obliga a cada estación de radio y a cada canal de
televisión a proporcionar tiempo gratuito para la
publicidad y los anuncios del gobierno. En total,
el tiempo oficial representa 65 minutos diarios en
cada estación de radio y 48 minutos en cada canal de
televisión. Repensar la administración adecuada de
estos tiempos permitiría limitar el gasto en publicidad
oficial.

6. Repensar el diseño institucional


• Mejorar la planeación, programación y presupuesto
del gasto en publicidad oficial. Los sobreejercicios
constantes son una señal de la mala planeación
del gasto en esta materia. Las iniciativas deben
detallar mecanismos de planeación adecuados y
facultar a las autoridades respectivas a monitorear su
cumplimiento. Al respecto, el capítulo cuarto de la
propuesta del PRD tiene varios puntos importantes
que valdría la pena retomar en la regulación (artículos
23, 24 y 25).

— 61 —
Periodismo bajo censura

• Controles externos de la publicidad oficial. La


administración pública está pasando por cambios
estructurales importantes con la creación de
varios órganos autónomos. Las iniciativas deben
aprovechar este cambio en el diseño institucional
del Estado para proponer soluciones creativas que
permitan un monitoreo exhaustivo de la asignación
de publicidad oficial. La propuesta del PRD traza
ideas interesantes al considerar una comisión de
propaganda gubernamental en el seno del futuro
órgano responsable de combatir la corrupción y
una unidad especializada en la Auditoría Superior
de la Federación. La propuesta del PRI se limita a
proponer la creación de un comité en el seno del
Instituto Nacional Electoral, lo que no es suficiente y
muestra claramente cómo parecen limitar el tema a la
cuestión electoral. Se podría explorar también el rol
que podría jugar el Ifetel, por ejemplo, en el control
del uso adecuado de los tiempos oficiales.
• Sanciones. Las iniciativas deben de establecer y
detallar las medidas de apremio y sanciones a las que
serán acreedores los servidores públicos que violen lo
dispuesto en la ley.
La doctora Paulina Castaño, investigadora del proyecto
Gobierno Abierto y Publicidad Oficial en las entidades federativas
del Centro de Análisis e Investigación Fundar, advierte que uno
de los principales desafíos en materia de publicidad oficial, si
no es que el más importante, es el de la transparencia, la cual
“permitirá que la ciudadanía conozca, monitoree y evalúe lo
relativo al uso de los recursos públicos para la publicidad oficial,
y sobre todo que se efectúe una rendición de cuentas adecuada”.
En un balance difundido en diciembre de 2015 a través del
sitio web de Fundar, Castaño indica que si bien fue un avance la
publicación de la Ley General de Transparencia —en la que se
— 62 —
Pedro Zamora Briseño

dispone que los sujetos obligados deberán poner a disposición


del público la información desglosada correspondiente al gasto
en publicidad oficial—, la transparencia va más allá de ésta.
La especialista subraya que se requiere la elaboración de una
ley que regularice la publicidad oficial, que “en México no está
regulada, y por ende es necesaria una herramienta que permita
establecer los criterios y parámetros para la contratación de la
publicidad, así como garantizar la pluralidad y la equidad de la
información, evitando la asignación discrecional”.
Así también, añade, a nivel presupuestario un desafío es
el de motivar a la instauración de límites al gasto excesivo en
publicidad oficial, pues no hay mecanismos de control del gasto
en esta materia, lo que resulta en sobreejercicios de más del 50
por ciento, tanto a nivel federal como en el estatal, por lo que se
deberá trabajar para que se establezca, por lo menos, un límite
del 10 por ciento.
Castaño destaca sin embargo que no todo recae en los
gobiernos federal y estatal, pues los medios de comunicación
juegan un rol prioritario en este tema, por lo que los invita a
adoptar códigos de ética que prohíban aceptar sobornos que
permean la información y repercutan en su cobertura. Del mismo
modo, les propone fortalecer la confianza de la ciudadanía y
fomentar el debate público mediante la transparencia de lo que
perciben en publicidad oficial y de otros fondos gubernamentales.

— 63 —
Periodismo bajo censura

PRINCIPIOS RECTORES DE LA COMISIÓN


INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS EN
MATERIA DE PUBLICIDAD OFICIAL*

Para reducir las asignaciones discriminatorias o arbitrarias de los


recursos públicos se precisan marcos legales claros y transparentes
que impidan la arbitrariedad en las decisiones. Al respecto, la
Relatoría Especial para la Libertad de Expresión de la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos señaló que “la insuficiente
precisión de las leyes y las facultades inaceptablemente discrecionales
constituyen violaciones a la libertad de expresión. [Cuando] las leyes
vinculadas a la asignación de publicidad oficial no son claras o dejan
las decisiones a la discreción de funcionarios públicos (…) existe un
marco legal contrario a la libertad de expresión”.
Los principios que se explican a continuación son desarrollo de esta
doctrina.

1. Establecimiento de leyes especiales, claras y precisas


Los Estados deben adoptar reglas legales específicas sobre publicidad
oficial en cada uno de sus niveles de gobierno. La carencia de un
marco legal específico y adecuado para la definición de los objetivos,
la asignación, contratación y control de la pauta estatal permite una
utilización arbitraria de estos recursos en detrimento de la libertad
de expresión.
El Art. 2 de la Convención Americana establece en cabeza de
los Estados parte el deber genérico de adecuar sus disposiciones
de derecho interno, y adoptar “las medidas legislativas o de otro
carácter que fueren necesarias para hacer efectivos tales derechos y
libertades”.
El Informe Anual de la Relatoría Especial para la Libertad de
Expresión de 2003 advirtió que “es necesaria una mayor voluntad
política por parte de los Estados miembros para llevar adelante

— 64 —
Pedro Zamora Briseño

reformas en sus legislaciones que garanticen a las sociedades un


amplio ejercicio de la libertad de expresión e información”.
En el mismo informe, y en relación a la publicidad oficial, la
Relatoría Especial señaló: “La multitud de casos denunciados
prueban el carácter generalizado de las presuntas violaciones
indirectas a la libertad de expresión. Estas posibles violaciones
indirectas son promovidas por la falta de disposiciones legales que
ofrezcan recursos adecuados frente a la asignación discriminatoria
de publicidad oficial, pues este vacío legal da lugar a un poder
discrecional excesivo por parte de las autoridades que adoptan las
decisiones en la materia”.
Los Estados tienen, en consecuencia, el deber de adoptar
lineamientos legales claros y concretos como parte integral de su deber
de garantizar el ejercicio de la libertad de expresión. En materia de
publicidad oficial, esto se traduce en una adecuada regulación de los
mecanismos de producción y asignación de la pauta estatal con el
objeto de limitar la excesiva discrecionalidad que permite la violación
del derecho a la libertad de pensamiento y de expresión. Las buenas
prácticas, los mecanismos informales, las regulaciones defectuosas
o dispersas, y –en general‐ la aplicación de reglas generales de
contratación a los efectos de reducir la discrecionalidad y los abusos
en materia de pauta estatal no son suficientes para evitar violaciones
a la libertad de expresión.
Esos marcos legales deben definir a la publicidad oficial de manera
sencilla y abarcadora, por ejemplo, estableciendo que es publicidad
estatal toda comunicación, anuncio, o espacio solventado con fondos
públicos, en cualquier medio de comunicación y en cualquier soporte.
Las diferentes etapas vinculadas a la producción, contratación,
distribución y control del avisaje del sector público y privado
costeado con fondos públicos, deben encontrarse comprendidas en
esta regulación.
Las reglas legales específicas de publicidad oficial deben
incorporar los principios de interés público, transparencia, rendición

— 65 —
Periodismo bajo censura

de cuentas (accountability), no discriminación, eficiencia y buen uso


de los fondos públicos.
El marco legal debe incluir una descripción exhaustiva de su
ámbito de aplicación, que debería incorporar a los órganos públicos
de todos los niveles del Estado, incluyendo a los pertenecientes
al Poder Ejecutivo, Legislativo, Judicial, a los órganos creados
por las constituciones o por otras leyes, así como a organismos
descentralizados, entes autárquicos, sociedades comerciales con
capitales estatales, y cualquier otra persona jurídica que publicite con
dineros provenientes del erario público, como las empresas estatales.
La regulación debe incluir, asimismo, sanciones apropiadas para
la violación de sus disposiciones.

2. Objetivos legítimos de la publicidad oficial


Los Estados deben utilizar la pauta o publicidad oficial para
comunicarse con la población e informar a través de los medios de
comunicación social sobre los servicios que prestan y las políticas
públicas que impulsan, con la finalidad de cumplir sus cometidos y
garantizar el derecho a la información y el ejercicio de los derechos de
los beneficiarios de las mismas o de la comunidad. Se debe tratar de
información de interés público que tenga por objeto satisfacer los fines
legítimos del Estado y no debe utilizarse con fines discriminatorios,
para violar los derechos humanos de los ciudadanos, o con fines
electorales o partidarios.
En una sociedad democrática los ciudadanos tienen derecho
a saber, esto es, a conocer las actividades oficiales, las políticas de
gobierno y los servicios que presta el Estado. La Relatoría para la
Libertad de Expresión ha sostenido que “el uso de los medios de
comunicación para trasmitir información es una herramienta
importante y útil para los Estados”. Tal como lo sostuvo la Relatoría
Especial en su Informe Anual 2009, el Estado debe proveer
información por lo menos en cuanto a:

— 66 —
Pedro Zamora Briseño

“(a) [L]a estructura, funciones y presupuesto de operación


e inversión del Estado; (b) la información que se requiere para el
ejercicio de otros derechos—por ejemplo, la que atañe a la satisfacción
de los derechos sociales como los derechos a la pensión, a la salud o
a la educación—; (c) la oferta de servicios, beneficios, subsidios o
contratos de cualquier tipo; y (d) el procedimiento para interponer
quejas o consultas, si existiere. Dicha información debe ser completa,
comprensible, con un lenguaje accesible y encontrarse actualizada.
Asimismo, dado que sectores importantes de la población no tienen
acceso a las nuevas tecnologías y, sin embargo, muchos de sus derechos
pueden depender de que conozcan la información sobre cómo hacerlos
efectivos, el Estado debe encontrar formas eficaces para realizar la
obligación de transparencia activa en tales circunstancias”.
La publicidad oficial debe, en consecuencia, tener un propósito de
utilidad pública y el gobierno debe usar los medios, soportes y formatos
que mejor garanticen el acceso y la difusión de la información, de
acuerdo al propósito y características de cada campaña.
La información que transmitan los avisos oficiales debe ser
clara y no puede ser engañosa, esto es, no debe inducir a error a sus
destinatarios ni ser utilizada para fines distintos de la comunicación
legítima y no discriminatoria con el público. Tampoco deben
inducir a confusión con los símbolos, ideas o imágenes empleadas
por cualquier partido político u organización social, y deberían
identificarse como publicidad oficial, con mención expresa del
organismo promotor de la misma. La publicidad estatal no puede
ser propaganda encubierta de quienes controlan el gobierno o de sus
intereses, ni debe ser utilizada para la estigmatización de sectores
opositores o críticos del gobierno.

3. Criterios de distribución de la pauta estatal


Los Estados deben establecer, para la contratación y distribución de la
publicidad oficial, procedimientos que reduzcan la discrecionalidad
y eviten sospechas de favoritismos políticos en el reparto. Los recursos
publicitarios deben asignarse según criterios preestablecidos,
— 67 —
Periodismo bajo censura

claros, transparentes y objetivos. La pauta estatal nunca debe ser


asignada por los Estados para premiar o castigar los contenidos
editoriales e informativos de los medios. Dicho uso debe encontrarse
explícitamente sancionado. La responsabilidad por las decisiones
sobre contratación y distribución de la pauta publicitaria no debería
recaer únicamente en manos de funcionarios de origen político, sino
que deberían participar asimismo funcionarios de carrera técnicos
especializados en la materia.
Los recursos publicitarios nunca deben ser distribuidos discriminando,
positiva o negativamente, de acuerdo a la línea editorial de los medios
de comunicación. Como sostiene la Declaración de Principios sobre
Libertad de Expresión, en su principio 13, “la asignación arbitraria
y discriminatoria de publicidad oficial (…) con el objetivo de
presionar y castigar o premiar y privilegiar a los comunicadores
sociales y a los medios de comunicación en función de sus líneas
informativas, atentan contra la libertad de expresión y deben estar
expresamente prohibidos por la ley”.
Del mismo modo, el Relator Especial de la ONU para la Libertad
de Opinión y Expresión, el Representante de la Organización para
la Seguridad y la Cooperación en Europa sobre la Libertad de los
Medios de Comunicación y el Relator Especial para la Libertad
de Expresión de la OEA señalaron, en una declaración conjunta,
que “los gobiernos y los órganos públicos nunca deben abusar de su
custodia de las finanzas públicas para tratar de influir en el contenido
de la información de los medios de prensa; el anuncio de publicidad
debe basarse en razones de mercado”.
Si bien no existe un derecho intrínseco a recibir recursos publicitarios
por parte de los medios de comunicación, la Relatoría para la
Libertad de Expresión sostuvo que “cuando el Estado asigna esos
recursos en forma discriminatoria se viola el derecho fundamental a
la libre expresión”.
Es discriminatoria y constituye un supuesto de censura indirecta
la adjudicación que toma en cuenta las opiniones vertidas por los
medios de comunicación u otras razones injustificadas desde el punto
— 68 —
Pedro Zamora Briseño

de vista de los objetivos del aviso oficial en cuestión, como la afinidad


personal o política. En otras palabras, como sostuvo la Relatoría
para la Libertad de Expresión, una decisión no discriminatoria es
aquella que se basa “en criterios ‘sustancialmente relacionados’ con el
propósito descrito [de la publicidad a contratar] y que [sean] neutros
en relación con los puntos de vista del medio”.
Las campañas deben decidirse sobre la base de criterios de asignación
claros, públicos y que hayan sido establecidos con anterioridad a la
decisión publicitaria. Al momento de adjudicar la pauta, el Estado
debería fundar por escrito y claramente cuáles fueron los parámetros
utilizados, y la manera en que fueron aplicados.
Los criterios de adjudicación deberían incluir y evaluar distintos
factores, tales como el perfil del público al que va destinada la
campaña, los precios, la circulación o audiencia del medio respectivo.
En cualquier caso, los criterios deberían encontrarse claramente
expuestos en la norma, junto con un mecanismo de ponderación
que precise el modo en que serán sopesadas las distintas variables
de asignación, y reduzca de esta manera la discrecionalidad del
funcionario u organismo interviniente.
Como criterio preponderante los Estados deberían considerar a
la audiencia o público objetivo de la campaña publicitaria de que se
trate. La pauta estatal forma parte de las libertades informativas de
la población, que tiene derecho a ser informada adecuadamente de
las actividades y servicios del Estado.
Por ello, la publicidad oficial debe orientarse a la efectividad del
mensaje, esto es, a que la pauta sea recibida por el público al que
se desea impactar con la campaña. A través del público objetivo
se establece el universo de medios elegibles; luego, deberían ser
consideradas las mediciones de circulación o audiencia –las que
deben ser amplias y comprensivas‐ y el precio, que nunca deberá ser
superior al que abona un anunciante privado, entre otras variables
a considerar.

— 69 —
Periodismo bajo censura

En la medida en que los criterios de adjudicación precisen de


mediciones, el marco jurídico deberá garantizar que se trata de
mediciones comprensivas, que abarcan a los distintos tipos de medios
y que se realizan con criterios objetivos y confiables. Para ello, las
mismas podrían ser realizadas por instituciones imparciales que
gocen de credibilidad. Las mediciones deberían incluir datos de
medios pequeños, comunitarios y locales, para que su utilización
como herramienta de adjudicación no se convierta en una barrera
indirecta al ejercicio de la libertad de expresión al marginarlos del
otorgamiento de publicidad oficial. Desde este punto de vista, no
resulta aceptable que en la distribución de la pauta publicitaria
se discrimine a los medios de comunicación por el modelo bajo el
cual operan. En este sentido, la exclusión de los medios de difusión
comunitarios o alternativos del reparto del presupuesto publicitario
por el mero hecho de funcionar bajo criterios no comerciales resulta
una discriminación inaceptable bajo los parámetros de la Convención
Americana. Esos medios deberían ser incluidos en condiciones de
igualdad en los procesos de selección y criterios de asignación en
consideración de su cobertura o audiencia.
Finalmente, el manejo de los fondos de la publicidad no debe
quedar al arbitrio de funcionarios designados políticamente que
dependen directa y únicamente de los poderes ejecutivos de turno.
Ello promueve una excesiva discrecionalidad y facilita el favoritismo
en la asignación de estos fondos. Por eso, además de criterios y
procedimientos preestablecidos, es necesario que especialistas
técnicos compartan la responsabilidad por el manejo y la asignación
de pauta. Si bien es razonable que los funcionarios de origen político
participen de las definiciones generales sobre las campañas, ya que
se trata de políticas públicas, deberían dejar el diseño y el manejo de
las cuestiones técnicas (planificación, plan de medios, colocación en
los medios, entre otras cuestiones) a técnicos especializados en dicha
tarea.

— 70 —
Pedro Zamora Briseño

4. Planificación adecuada
La norma regulatoria debe exigir que las distintas dependencias
del Estado realicen una adecuada planificación del avisaje estatal.
La decisión de otorgar fondos públicos para publicidad oficial debe
adoptarse de modo transparente, justificado y que permita el control
público. La pauta debe estar justificada en la existencia de campañas
y avisos publicitarios que respondan a necesidades concretas y reales
de comunicación.
La falta de planificación favorece la utilización abusiva de la
publicidad oficial al aumentar la discrecionalidad en manos de los
funcionarios que tienen el poder de distribuirla.
Los Estados deberían hacer uso de los recursos destinados a pauta
estatal a través de campañas publicitarias concretas y necesarias, de
acuerdo al principio de utilidad pública de la publicidad oficial. Por
esa razón, dichas campañas deberían estar estipuladas dentro de
una planificación adecuada.

5. Mecanismos de contratación
Los Estados deben asignar los recursos publicitarios a través de
procedimientos abiertos, transparentes y no discriminatorios,
atendiendo a las características de cada jurisdicción. Sólo
excepcionalmente, y en casos de emergencia o imprevistos plenamente
justificados, los Estados pueden recurrir a sistemas de contratación
cerrados o directos.
Los Estados deben contratar espacios en los medios de
comunicación a través de procedimientos preestablecidos que impidan
decisiones arbitrarias. Todas las etapas implicadas en el circuito de
contratación deben ser públicas, de manera que se permita el control
procedimental por parte de los oferentes, la comunidad, los órganos
de control y la propia Administración Pública. La transparencia en
estos procesos de contratación es fundamental para que los mismos
puedan ser cuestionados cuando se detectan irregularidades, para lo

— 71 —
Periodismo bajo censura

cual la ley que los regule debería prever recursos administrativos y


judiciales, idóneos y efectivos.
En el diseño de los procedimientos se debería atender a las
características geográficas y de mercado de cada jurisdicción.
Los Estados deberían buscar dar cumplimiento al principio
de concurrencia propio de las contrataciones públicas, salvando
las situaciones de excepción que taxativamente se encuentren
enumeradas en la ley.
Los mecanismos de contratación deben ser lo suficientemente
flexibles como para responder a las distintas situaciones que
requieran de una reacción rápida en términos de comunicación por
parte de los Estados. La contratación directa de proveedores únicos
sólo debería ser utilizada en casos de emergencia y extrema urgencia,
supuestos que deberían encontrarse delimitados en la norma de
aplicación para evitar su utilización abusiva. En estos casos deben
extremarse los requisitos de transparencia.
Los Estados deben seguir reglas de selección objetivas,
predeterminadas y transparentes en la elección de agencias de
publicidad u otros subcontratistas involucrados en el proceso de
producción o distribución de la pauta oficial. De igual manera, los
Estados deben garantizar que los agentes intermediarios cumplan
con los principios y criterios establecidos en la ley para la contratación
de pauta publicitaria. Todas las contrataciones deberían ser
aprobadas, en última instancia, por funcionarios públicos con
entrenamiento técnico cuya conducta y decisiones sean pasibles de
control administrativo y judicial.
Los Estados pueden establecer sistemas de información o registros
de proveedores, en los que se inscribirán los medios de comunicación,
los programas y los agentes intermediarios. Toda la información
asentada en estas bases debería ser considerada pública. La
inscripción en los registros debería hacerse con la exclusiva finalidad
de facilitar la transparencia y objetividad de la contratación. Los
requisitos de registro deben ser los estrictamente necesarios para

— 72 —
Pedro Zamora Briseño

llevar a cabo exitosamente un proceso de selección objetiva. De


ninguna manera son admisibles los requisitos desproporcionados o
discriminatorios.

6. Transparencia y acceso a la información


Los individuos tienen derecho a conocer toda la información sobre
publicidad oficial que se encuentre en poder del Estado. Para ello,
el Estado debe promover la transparencia de los datos relativos
a pauta estatal de dos maneras. En primer lugar, debe publicar
periódicamente toda la información relevante sobre criterios de
contratación, motivos de asignación, presupuestos, gastos y contratos
publicitarios, incluyendo los montos de publicidad discriminados
por medios, campañas publicitarias y organismos contratantes. En
segundo lugar, debe garantizar, ante cada requerimiento por parte
del público en general, el fácil acceso a la información.
Toda la información sobre publicidad oficial que se encuentre
en poder del Estado es información pública. Por ende, el Estado
posee una obligación positiva de brindar los datos sobre pauta
estatal que estén en sus manos y, correlativamente, el acceso a esa
información debe ser considerado un derecho fundamental de los
individuos que los Estados tienen la obligación de garantizar. El
Estado tiene la obligación de suministrar al público la máxima
cantidad de información en esta materia de forma oficiosa, como así
también el deber de proveer a las personas una vía administrativa
de acceso a la información pública. Además, deben proveerse
recursos administrativos y judiciales sencillos, efectivos, expeditos
y no onerosos que permitan controvertir la decisión de cualquier
autoridad que impida el acceso a la información en estos casos.
Tal como dijo la Relatoría Especial para la Libertad de
Expresión con anterioridad, “los Estados deben tener en cuenta que
la transparencia es un elemento imperiosamente necesario. Deben
divulgarse públicamente los criterios que utilicen quienes toman
las decisiones a nivel de gobierno para distribuir la publicidad del
Estado. La asignación real de publicidad y la suma total del gasto
— 73 —
Periodismo bajo censura

en esta esfera deben ser también objeto de divulgación pública, para


garantizar la justicia y el respeto a la libertad de expresión”.
Para efectos de hacer efectivo el derecho de acceso a la información
en poder del Estado, por Estado debe considerarse a todo el sector
público. En este sentido, “el derecho de acceso a la información se
extiende a todos los órganos públicos en todos los niveles de gobierno,
incluyendo a los pertenecientes al poder ejecutivo, al legislativo y al
poder judicial, a los órganos creados por las constituciones o por
otras leyes, órganos de propiedad o controlados por el gobierno, y
organizaciones que operan con fondos públicos o que desarrollan
funciones públicas”. Como sostuvo la Relatoría Especial para la
Libertad de Expresión en su Informe Anual 2009, “el derecho de
acceso a la información genera obligaciones para todas las autoridades
públicas de todas las ramas del poder y de los órganos autónomos, de
todos los niveles de gobierno. Este derecho también vincula a quienes
cumplen funciones públicas, presten servicios públicos o ejecuten, en
nombre del Estado, recursos públicos. Respecto de estos últimos, el
derecho de acceso obliga a suministrar información exclusivamente
respecto al manejo de los recursos públicos, la satisfacción de los
servicios a su cargo y el cumplimiento de las funciones públicas
mencionadas”.
Las entidades privadas deben tener en cuenta que al participar
de la contratación de publicidad oficial, cierta información
estrictamente relacionada con el proceso de contratación que, de otra
manera podría ser considerada privada, adquiere carácter público.
Toda la información relativa a la cuestión de la publicidad oficial
debe ser pública.
Entre los tipos de información sobre los cuales recae el derecho
de acceso a la información pública sobre publicidad oficial
debería incluirse, en una enumeración meramente enunciativa, “la
información que está bajo custodia, administración o tenencia del
Estado; la información que el Estado produce o está obligado a
producir; la información que está bajo poder de quienes administran
los servicios y los fondos públicos, (…); y la información que el
— 74 —
Pedro Zamora Briseño

Estado capta, y la que está obligado a recolectar en cumplimiento


de sus funciones”. Los datos a ser considerados relevantes son “toda
información significante, cuya definición debe ser amplia, incluyendo
toda la que es controlada y archivada en cualquier formato o medio”.
Deben ser públicos todos los datos que respondan al cuánto, al
qué, al cómo y al por qué se realizó cualquier aviso o campaña estatal.
Así, deberían transparentarse los presupuestos aprobados para
publicidad, que deberían publicarse de manera oficiosa o proactiva;
el gasto en publicidad, que debe estar sujeto a informes detallados
y periódicos, en los que se consignen los gastos discriminados por
organismos, por campañas, por rubros y por medios; los planes
estratégicos de las campañas publicitarias que deben fundarse en
objetivos y necesidades reales de comunicación.
También debe transparentarse los procesos de contratación, y el
público poder acceder fácilmente a datos precisos sobre los mismos:
objetivos, precio, duración, oferta de medios y medios pautados,
agencias de publicidad involucradas, datos de circulación o audiencia,
resultados en los casos en los que se haga una evaluación posterior,
etcétera. Especialmente, deberían darse a conocer los criterios de
selección que el Estado o el agente intermediario utilizó en la elección
del medio para cada publicidad oficial. Los datos deberían estar
presentados de modo tal que la información pueda adquirirse de
forma completa, accesible y oportuna, y su búsqueda resulte fácil.

7. Control externo de la asignación publicitaria


Los Estados deben establecer mecanismos de control externo por
un órgano autónomo que permitan un monitoreo exhaustivo de la
asignación de publicidad oficial. Dichos controles deberían incluir
auditorías periódicas sobre los gastos y prácticas del gobierno en
materia de contratación de pauta, así como informes especiales
sobre las prácticas del Estado en la materia que tengan un adecuado
control legislativo o parlamentario. Los Estados deben establecer
sanciones adecuadas para los casos de incumplimiento de la ley,

— 75 —
Periodismo bajo censura

así como también recursos apropiados que permitan identificar y


controvertir asignaciones ilegales de publicidad oficial.
Los gobiernos deben rendir cuentas al público sobre los gastos
efectuados y el modo en que son empleados los recursos publicitarios.
Para ello es necesario que se establezcan mecanismos de control
externo: claros y públicos, que informen sobre la legalidad y la
idoneidad de la pauta estatal. Los controles deberían incluir
auditorías periódicas, en principio: anuales, llevadas adelante por
organismos o dependencias administrativas que tengan garantías
institucionales, orgánicas y funcionales, para actuar de manera
independiente del gobierno de turno y de los poderes económicos o
sociales. Para garantizar la mayor transparencia sobre este tipo de
controles, los informes de los organismos de control deberían ser,
asimismo, públicos y encontrarse disponibles para toda la ciudadanía
a través de Internet.
Los Estados poseen un deber general de auditoría. En el caso de
los fondos públicos destinados a publicidad, se deberían realizar
ciertos controles específicos. Fundamentalmente, dado que la pauta
estatal puede ser utilizada como un instrumento para manipular
a los medios de comunicación, los Estados deberían controlar la
aplicación adecuada de los criterios de adjudicación en el momento
de la distribución. Asimismo, los gobiernos deberían demostrar el
cumplimiento de las distintas obligaciones previstas en la ley, así como
evaluar periódicamente la necesidad, oportunidad e impacto de las
campañas publicitarias, y corregir las prácticas de conformidad con
esa evaluación.
Los Estados deben establecer consecuencias negativas ciertas
para el incumplimiento de las obligaciones previstas en una norma
que regule la publicidad oficial. En primer lugar, deberían promover
activamente la adecuación de sus prácticas a las recomendaciones
que realicen las auditorías. En segundo término, el incumplimiento
legal debe ser sancionado de manera proporcional y adecuada a la
falta cometida.

— 76 —
Pedro Zamora Briseño

Los Estados deben multiplicar las instancias de control de la


pauta estatal. En este sentido, los defensores de intereses colectivos
deberían estar facultados para impugnar asignaciones inadecuadas,
así como también los particulares deberían poder cuestionar,
mediante procedimientos adecuados, aquellas campañas que
consideren ilegítimas.

8. Pluralismo informativo y publicidad oficial


Los Estados deberían establecer políticas y destinar recursos para
promover la diversidad y el pluralismo de medios a través de
mecanismos de ayudas indirectas o subsidios explícitos y neutros,
diferenciados de los gastos de publicidad oficial. La pauta estatal no
debe ser considerada como un mecanismo de sostenimiento de los
medios de comunicación.
La libertad de expresión, además de proteger el derecho individual
del emisor, garantiza el derecho de todas las demás personas a acceder
a la mayor cantidad y diversidad de informaciones e ideas, como
requisito del debate robusto que exige el sistema democrático para
su buen funcionamiento. La Corte Interamericana específicamente
remarcó esta doble dimensión, individual y social, de la libertad de
expresión, y tanto esa Corte como la Comisión Interamericana han
sostenido que la ausencia de pluralidad de fuentes de información
y medios de comunicación representa un serio obstáculo para el
efectivo ejercicio de este derecho.
Bajo los parámetros de la Convención Americana, y tal como lo
han dicho en numerosas oportunidades los órganos del sistema, los
Estados tienen el deber de impulsar el pluralismo informativo. Para
ello, deben adoptar medidas para que los mercados en los que operan
los medios de comunicación sean abiertos, plurales, diversos y no
concentrados.
Sea que se utilicen franquicias tributarias, sistemas de fondos,
ayudas o subsidios concursables, o cualquier otro mecanismo para
el fomento del pluralismo informativo, siempre los procedimientos de
asignación deberán ser justos, abiertos, públicos y utilizar criterios
— 77 —
Periodismo bajo censura

claros, transparentes y neutros en relación a la línea editorial o al


enroque político de los contenidos, de manera que evite cualquier
clase de arbitrariedad. Los Estados no deben utilizar nunca la
publicidad oficial como un subsidio, ya que tienen objetivos distintos.
En ese sentido, si los Estados decidiesen establecer un mecanismo
de subsidios para promover el pluralismo y la diversidad en el
ámbito de la comunicación pública, dichos subsidios deberían ser
otorgados de un modo transparente y no discriminatorio, con base
en criterios objetivos relacionados con la necesidad de promover
una mayor diversidad de voces a través de la inclusión en el ámbito
comunicacional de voces minoritarias y excluidas de grupos
desaventajados. Los subsidios o ayudas de cualquier tipo pueden
convertirse también en un mecanismo indispensable de presión o de
afectación de la línea editorial o del enfoque o cubrimiento noticioso
de un medio de comunicación. Por esta razón deben estar sometidos
a los principios acá establecidos, que resultan compatibles con su
naturaleza.
En particular, (i) deben estar regulados a través de una reglamentación
especial, clara y precisa; (ii) obedecer a objetivos legítimos públicos y
transparentes; (iii) contar con criterios de distribución objetivos y no
discriminatorios; (iv) obedecer a una cuidadosa planificación; (v) contar
con procedimientos de asignación claros, abiertos, transparentes y no
discriminatorios; (vi) contar con mecanismos externos e independientes
de auditoría y control. De esta manera, se asegura que mediante la
figura de subsidio no se influya o condicione el contenido de los medios
menos robustos económicamente que requieren por ello de medidas de
diferenciación positiva para poder funcionar y de mayores y mejores
garantías para asegurar la independencia y fortaleza respecto del poder
político.

(*) Fragmento del documento emitido dentro del Informe 2012 de la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos, ubicado en la dirección electrónica
www.oas.org/es/cidh/expresion/docs/publicaciones/PUBLICIDAD%20
OFICIAL%202012%20O5%2007.pdf

— 78 —
Con el agua al pecho

U n comunicado difundido el 19 de septiembre de 2013


por la oficina de comunicación social del gobierno de
Colima adjudicó al gobernador, Mario Anguiano Moreno, una
imagen cercana a la de un “superhéroe”. En el escrito enviado
para su publicación en los medios informativos se narró cómo,
“a mano limpia” y “con valentía”, el mandatario se puso al frente
de los trabajos para la restitución de la energía eléctrica en la
comunidad El Centinela, municipio de Manzanillo, que se había
quedado sin ese servicio público como consecuencia de los
daños provocados por el paso de la tormenta Manuel.
Redactado con base en opiniones y testimonios atribuidos
por la dependencia gubernamental a habitantes afectados de esa
población, el texto íntegro del boletín es el siguiente:

ERA DE MADRUGADA Y EL GOBERNADOR SEGUÍA


CHAMBEANDO: DAMNIFICADOS

* Habitantes de El Centinela narran la aventura que vivieron con el


gobernador para recobrar la luz en la comunidad tras las afectaciones
por “Manuel” * Verlo trabajar a mano limpia y con el agua al pecho
motivó que mucha gente nos uniéramos al esfuerzo que realizaba,
describen

— 79 —
Periodismo bajo censura

“Ya era de madrugada y el gobernador seguía chambeando, no


se fue hasta que nos regresó la luz”, así narran los habitantes de la
comunidad de El Centinela, en Manzanillo, la peculiar historia que
vivieron el miércoles con el gobernador, Mario Anguiano Moreno.
Y es que a su arribo a la comunidad, la noticia comenzó a correr
como reguero de pólvora, “regresó el gobernador”, decían las personas.
Raúl Ganceda, uno de los habitantes de El Centinela, fue a
cerciorarse de la visita del mandatario estatal y era cierto, pero lo
vieron de una forma en que poco se observa a los gobernantes, fuera
de todo protocolo.
El propio Raúl cuenta su encuentro con el gobernador: “Demostró
qué clase de persona es, con el agua en el pecho y las plantas encima
nos ayudó a pasar las dos plantas de luz eléctrica de extremo a
extremo para que pudiéramos tener luz y nos dio solución al ciento
por ciento”.
Para Raúl Ganceda, el empuje y la humildad del gobernador de
trabajar codo a codo con los habitantes fue lo que impulsó a más
gente de la comunidad a unirse a los trabajos para recobrar la luz.
“Veíamos a un gobernador trabajando a mano limpia, pelando
cables, conectándolos, esquivando obstáculos, la gente se empezó a
sumar, unos le ayudaron, otro puso su tractor, eran las 11:30 de la
noche y el gobernador no paraba, se fue hasta la madrugada, cuando
regresó la luz”, narra.
Carlos García, también de El Centinela, coincidió con su vecino y
ponderó el trabajo hecho por Mario Anguiano, además de describir
con asombro el arrojo del gobernador. “Yo no pensé que el gobernador
fuera a entrar así, pero qué valentía tiene ese señor, estamos muy
agradecidos toda la comunidad, no nada más yo”.
Como Raúl y Carlos, otros damnificados por Manuel en el
Centinela agradecieron el apoyo del gobernador, como Elizabeth
Deniz Molina, una ama de casa, quien destacó la preocupación que
mostró el gobernador por toda la gente de su comunidad, o Irene
Carrasco Pérez, quien se trasladó a un albergue por las inundaciones

— 80 —
Pedro Zamora Briseño

y dice que el mandatario estatal tuvo la sensibilidad para acudir de


inmediato y resolver sus necesidades primarias, ante la situación
crítica que viven.
A estas voces se sumaron habitantes de El Chavarín, comunidad
contigua a El Centinela, pues Ángela Mejía López, manifestó su
satisfacción por la ayuda que les ha otorgado el Gobierno del Estado,
ya que por la contingencia no tienen trabajo ni cómo proveer de
alimentos a sus familias.
A su vez, Ramona Allencastro Hernández, quien vive en El
Chavarín, agradeció al gobernador su apoyo y que escuchara sus
necesidades.
Y tras el regreso a Colima del gobernador al filo de las 2 de la
mañana, la ayuda no se detuvo, pues –comentan los habitantes-
este jueves a las 7 de la mañana llegó el helicóptero de Gobierno del
Estado con comida y apoyos para la gente que más lo necesita.

El contenido y el enfoque del comunicado transcrito


constituye un ejemplo extremo del papel asumido por la
Coordinación General de Comunicación Social (CGCS) del
Gobierno de Colima, que a lo largo del sexenio 2009-2015 se
condujo en gran medida conforme a la vieja costumbre de
trabajar a favor del lucimiento personal del gobernante, por
encima de la imagen de la institución a cargo de éste.
Y no podía ser de otra manera, si dentro de la estructura
orgánica del Poder Ejecutivo estatal la oficina encargada de
las labores de comunicación social se encuentra asignada al
“Despacho del C. Gobernador”. Es, por lo tanto, una dependencia
al servicio del mandatario, no del Gobierno del estado.
Como muestra de lo anterior, es reveladora una revisión
—realizada por el autor de este libro— de los 36 boletines
producidos por la Dirección de Prensa, dependiente de la
CGCS, en relación con la tormenta Manuel y sus consecuencias
en el estado, en el periodo del 13 de septiembre al 3 de octubre

— 81 —
Periodismo bajo censura

de 2013. De acuerdo con el resultado, en 30 de los comunicados


(83%) apareció el gobernador de Colima como protagonista
y sólo en 6 de ellos (17%) no se mencionó su nombre. Estos
últimos contenían información del Servicio Meteorológico
Nacional y recomendaciones de la Unidad Estatal de Protección
Civil.
En 13 de los boletines (36%), el gobernador apareció como
fuente de declaraciones o como actor de una reunión, una gira o
un recorrido por zonas afectadas. En 6 de los reportes (17%) se
reseñaron actividades de titulares de otras oficinas del gobierno
estatal, particularmente de la Secretaría de Desarrollo Rural,
Secretaría de Salud y Bienestar Social o DIF, que llevaron apoyos
a algunas comunidades, pero en los textos no faltó la aclaración
expresa de que los funcionarios actuaban “por instrucciones del
gobernador” o atendiendo sus indicaciones.
Los 11 comunicados restantes (31%) fueron realizados
con el inocultable propósito de ensalzar abiertamente la figura
del mandatario, valiéndose de declaraciones de presidentes
municipales, diputados, delegados federales, así como de
habitantes de comunidades. Los encabezados de algunos
boletines resultaron más que elocuentes: “Tecomán y Armería
reconocen apoyo inmediato del gobernador”, “Mario, un
gobernador sensible y cercano a la gente: Federico Rangel”,
“Reconocen alcaldes oportuna intervención del gobernador”,
“Conagua: Excelente la respuesta del gobernador ante fenómenos
naturales”, “Reconocen tecomenses respaldo del gobernador
tras el paso de la tormenta Manuel”, “Confían en apoyo del
gobernador, productores de la comunidad El Chavarín”.
Otro uso que se le dio a la CGCS durante la administración
anguianista tuvo que ver con los gustos del mandatario,
aficionado a la música de banda y espectáculos ecuestres como
los de su amigo el cantante nayarita Ezequiel Cheque Peña. En
el periodo 2012-2014 la dependencia gubernamental emitió al
menos nueve comunicados en los que publicitó presentaciones
— 82 —
Pedro Zamora Briseño

en Colima de este intérprete musical o dio fe de su asistencia


como uno de los invitados especiales a informes de gobierno de
Mario Anguiano.
Por cierto, tras acudir al Tercer Informe, en diciembre de 2012
Ezequiel Peña fue entrevistado por personal de la Dirección
de Prensa sobre el desempeño del gobernador. En el boletín
difundido al respecto, se leyó:

El cantante Ezequiel Cheque Peña aseguró que ha sido testigo del


trabajo que ha realizado el mandatario estatal, por lo que felicitó a
los colimenses por contar con un gobernador como Mario Anguiano
Moreno.
Cheque Peña destacó que estos tres años son muestra de lo que el
gobierno de Anguiano Moreno puede lograr; señaló que los próximos
tres años serán aún más fructíferos como lo dijo el gobernador en su
informe, ya que manifestó, sabe del interés de éste de dejar huella
en el Estado de Colima a través de una administración eficiente y
cercana a la gente.
Finalmente, el cantante reiteró a los colimenses su felicitación
por tener un gobernador de la calidad humana de Mario Anguiano
Moreno y expresó: “esperen mucho de él, que no les quede duda de
que vendrá más éxito para este bello estado”.

Si bien algunos comunicados en los que se difundieron


las presentaciones musicales y ecuestres de Ezequiel Peña
correspondieron a eventos organizados por el gobierno estatal
a través del Instituto de Fomento de Ferias y Exposiciones de
Colima (Iffecol), como ocurrió en 2012, hubo otros casos en
2013 y 2014 en los que, sin justificación alguna, se utilizó la
infraestructura de la oficina gubernamental de comunicación
social para promover actos de ese cantante.

— 83 —
Periodismo bajo censura

Un ejemplo de esto es el siguiente boletín, enviado por la


Dirección de Prensa del gobierno estatal a las redacciones de los
medios de comunicación el 19 de febrero de 2013:

TODO LISTO PARA LA PRESENTACIÓN


DE EZEQUIEL PEÑA

* En los Festejos Charrotaurinos de Villa de Álvarez


* El espectáculo ecuestre se llevará a cabo en la tradicional plaza de
toros La Petatera, este jueves 21 de febrero

En el marco de la 156 edición de los Festejos Charrotaurinos de


Villa de Álvarez, el cantante nayarita Ezequiel Peña –Cheque Peña,
mejor conocido como “El Nuevo Charro de México”, presentará en la
tradicional plaza de toros La Petatera su espectáculo ecuestre, en el
que participan caballos educados a la alta escuela.
El intérprete del género ranchero y banda sinaloense promocionará
su más reciente material discográfico titulado “Sin Censura” el
próximo jueves 21 de febrero a partir de las 5 de la tarde.
El famoso cantante, regresará a tierras colimenses con su
espectáculo que combina la música de banda y mariachi, además
interpretará las canciones que le dieron éxito como: “Prefiero
partir”, “Ebrio de amor”, “Una página más”, “Esa chica me vacila”,
“Provócame” y “Que chulada de mujer”, entre otras.
Cheque Peña ha hecho de la charrería una pieza fundamental
de su carrera artística, llevando sus espectáculos a caballo y su
identidad de charro por toda América, incluido Estados Unidos.
En 1990 el cantante nayarita hizo su primer demo y se convirtió
en vocalista titular de la Banda Vallarta Show por tres años, y
posteriormente se lanzó como solista, incorporando sus caballos de la
alta escuela al espectáculo y desde entonces ha gozado de una carrera
sólida dentro del género regional mexicano.

— 84 —
Pedro Zamora Briseño

En otros momentos, el aparato de comunicación social del


gobierno estatal también fue puesto al servicio de la empresa
privada trasnacional Peña Colorada, de capital indio-italiano-
argentino, de cuyos directivos el gobernador Mario Anguiano
fue aliado evidente.
Después de que el mandatario colimense fue designado
coordinador de un grupo de seis de sus homólogos de la región
Centro Occidente para el desarrollo de proyectos comunes,
personal de la Dirección de Prensa entrevistó al director de
la minera Peña Colorada, Arturo Tronco Guadiana, quien
reconoció a Anguiano como “un gobernador líder”.
En sus declaraciones, difundidas el 17 de septiembre
de 2012 a través de un boletín de prensa de la dependencia
gubernamental, el ejecutivo de la empresa abundó que no le
extrañaba el nombramiento porque “se reconoce la gestión del
gobernador Mario Anguiano, no sólo en la entidad, sino en la
zona”.
El gobierno estatal, añadió Tronco Guadiana, provee un clima
de estabilidad para invertir y desarrolla obras de infraestructura
que fomentan el desarrollo económico. “Nosotros agradecemos
infinitamente al gobernador porque por su gestión el estado
tiene tranquilidad y podemos operar”.
Concluyó el empresario: “Con base en nuestra experiencia
es excelente la relación (con el gobernador); siempre hemos
contado con el apoyo para lo que las empresas ocupan
para establecerse, que es tranquilidad, paz social y buena
infraestructura para poder hacer nuestras inversiones”.
No pasó mucho tiempo para que el gobernador Mario
Anguiano demostrara fehacientemente su apoyo a Peña Colorada.
El 30 de septiembre de 2014 la oficina de comunicación social
del gobierno se prestó para distribuir a los medios informativos,
desde una de sus cuentas de correo electrónico, un boletín de
la empresa sobre la suspensión otorgada por un juez federal al

— 85 —
Periodismo bajo censura

ejido Ayotitlán en relación con el conflicto por el uso minero de


las tierras de ese núcleo agrario indígena.
Bajo el encabezado “Peña Colorada continúa operando de
manera regular”, el boletín refirió que el área legal de la empresa
estaba dando seguimiento puntual a los expedientes del proceso
y “a la fecha no existe ningún fallo que ponga en riesgo las
operaciones de Peña Colorada y/o sus activos incluyendo
concesiones o propiedades”.
El consorcio minero argumentó que “tiene convenios
legalmente celebrados con el Ejido Ayotitlán, con el cual
mantiene una relación de más de 40 años. Dichos convenios
fueron aprobados en su momento por mayoría en asamblea
ejidal y están debidamente inscritos en el Registro Agrario
Nacional”.
En un hecho derivado de ese conflicto jurídico, el 22 de julio
de 2015 cientos de campesinos de ese ejido se manifestaron en las
tierras que reivindican como propias exigiendo a la minera el pago
de regalías, pero en respuesta sufrieron represión —33 de ellos
y su abogado fueron detenidos— por parte de las corporaciones
de seguridad de Colima. Después de esto, la CGCS del gobierno
estatal convocó a los medios de comunicación a una rueda de
prensa en la que funcionarios colimenses y el director de la
empresa unificaron posturas contra los campesinos, a quienes
denunciaron hasta de secuestro, pero las acusaciones, a las que
las autoridades colimenses dieron amplia difusión mediática, no
prosperaron ante el Poder Judicial.

Triplicación del gasto en publicidad


Además del enfoque personalista de la política de comunicación
social y del uso que se le dio a la dependencia respectiva, fue
notorio que esa área revistió una importancia estratégica para
ese gobierno. Esto quedó de manifiesto en la gran cantidad de
recursos económicos destinados para el pago de publicidad
oficial en los medios de comunicación, cuyo monto ascendió a
— 86 —
Pedro Zamora Briseño

más del triple del gasto ejercido en ese mismo rubro durante el
sexenio previo.
El 10 de abril de 2013, la Dirección de Prensa del gobierno
estatal informó a través de un boletín de prensa que en 2012, por
segundo año consecutivo, el gobierno de Mario Anguiano fue el
“líder nacional” en transparencia del gasto en publicidad oficial.
Señaló el comunicado:
El Gobierno del Estado de Colima refrendó el primer lugar
nacional en transparencia del gasto en publicidad oficial y se convirtió
en la única entidad en obtener por segunda ocasión este primer
lugar en el Diagnóstico de la Publicidad Oficial en las Entidades
Federativas que realiza el Centro de Análisis e Investigación Fundar.
Al presentar este miércoles 10 de abril los resultados del
diagnóstico 2012 que realizó la Fundar en colaboración con la
asociación periodística Artículo 19, se dio a conocer que Colima y el
Estado de México fueron las únicas entidades en obtener la máxima
calificación de 5 estrellas, al entregar toda la información requerida
a través de solicitudes de acceso a la información pública en materia
de gastos en publicidad oficial.
Con este resultado, Colima se convirtió en el único Estado en
obtener por dos años consecutivos la mejor calificación, en 2011 las 5
estrellas fueron para Colima y Sonora, mientras que en 2012 fueron
para Colima y el Estado de México.
La calificación de 5 estrellas obtenida por Colima y Estado de
México en 2012, la consiguieron por entregar la información con
un nivel muy alto de desagregación. “Estos estados se ilustran por
sus buenas prácticas en materia de acceso al gasto en comunicación
social y publicidad”, refiere el documento.
La información que se solicitó a los Estados fue: presupuesto
aprobado y asignado para 2010, presupuesto aprobado y asignado
para 2011, presupuesto asignado por proveedor, por tipo de medios
y por concepto o campaña.

— 87 —
Periodismo bajo censura

En contraste, los Estados más opacos fueron Coahuila, Distrito


Federal, Guerrero, Puebla, Tabasco, Tamaulipas, Veracruz e
Hidalgo, que no obtuvieron ninguna estrella.
En total, 8 entidades se quedaron sin ninguna estrella, 10
entidades alcanzaron de 1 a 2 estrellas, 12 entidades de 3 a 4 estrellas
y sólo 2 estados con 5 estrellas, al cumplir con toda la información
solicitada.
El estudio, producto de una investigación realizada de febrero a
diciembre de 2012, destaca que más de la mitad de las entidades
federativas no entregaron información alguna.
En el apartado de gastos de los Estados en materia de publicidad
oficial, Colima es de los gobiernos que menos gastó en este rubro en
2012, al ubicarse como el segundo estado que menos recursos destinó
para este fin.

Si bien en su comunicado el gobierno anguianista se enfocó


a destacar y presumir el primer lugar obtenido en transparencia
de sus egresos en publicidad oficial, lo que no mencionó fue
el notable incremento registrado desde el principio de la
administración en el monto del gasto anual en ese rubro, en
comparación con el gobierno de su antecesor, Silverio Cavazos
Ceballos.
Además, el año siguiente el estado perdió la categoría de
primer lugar en transparencia y se colocó entre los más opacos,
con sólo dos de las cinco estrellas disponibles.
En relación con el dato de que Colima fue el segundo estado
que menos recursos gastó en publicidad oficial, el boletín
tampoco informó que de acuerdo con el mismo documento
de Fundar y Artículo 19 Colima ocupó el lugar 11 entre los
estados con mayor gasto per cápita en esa área, con 35 pesos
por habitante. En 2013, ambas organizaciones informaron que
el gasto de Colima se había elevado a 46 pesos, en tanto que
con base en una comparación realizada por este autor entre el

— 88 —
Pedro Zamora Briseño

presupuesto ejercido y la población colimense estimada en


2014, el gasto en publicidad oficial de ese año fue de 71 pesos
por habitante.
Según los datos asentados en las cuentas públicas anuales,
durante los seis años del periodo 2004-2009 —cubierto por los
gobernadores Gustavo Alberto Vázquez Montes y Jesús Silverio
Cavazos Ceballos— fue erogado un total de 55 millones 889 mil
267 pesos bajo el concepto de “gastos de difusión e información”,
cifra que se elevó a 176 millones 431 mil 219 pesos en el periodo
2010-2015, del mandatario Mario Anguiano Moreno.
Pero eso no es todo. Otro elemento que destaca dentro
de los gastos en este sector es el sobreejercicio de recursos en
comparación con el monto del presupuesto autorizado por el
Congreso del Estado. Si bien el gobernador posee la facultad de
reacomodar de manera discrecional las partidas presupuestales,
con ampliaciones o reducciones, los excesos ocurridos en el área
de comunicación social llaman la atención porque se encuentran
entre los más altos de los diversos apartados del Presupuesto de
Egresos del Estado.
Aunque en el periodo 2004-2009 se registró un menor
nivel de sobreejercicio que en el siguiente, el exceso alcanzó 41
por ciento, pues a lo largo de los seis años el Congreso aprobó
un presupuesto total de 39 millones 609 mil 851 pesos para
publicidad, pero el Ejecutivo gastó en realidad 55 millones 889
mil 267 pesos. No obstante, resulta singular la cuenta pública de
2004 —durante el efímero gobierno de Gustavo Alberto Vázquez
Montes—, por ser el único año de los dos últimos sexenios en
que el presupuesto ejercido fue exactamente el aprobado.

— 89 —
Periodismo bajo censura

Presupuesto* de Publicidad Oficial en Colima 2004-2009

Año Aprobado Ejercido Sobreejercicio


2004 $ 8’445,155 $ 8’445,155 0%
2005 $ 6’329,202 $ 8’706,493 37.6 %
2006 $ 6’489,628 $ 8’006,418 23.4 %
2007 $ 6’144,229 $ 10’447,358 70 %
2008 $ 6’144,229 $ 9’282,617 51 %
2009 $ 6’057,408 $ 11’001,226 81.6 %
Total $ 39’609,851 $ 55’889,267 41 %

Elaboración propia con datos del Presupuesto de Egresos del Estado de Colima y la
Cuenta Pública correspondientes a cada uno de los años enlistados.

A diferencia de la administración precedente, el sobreejercicio


del gasto en publicidad oficial durante el gobierno de Mario
Anguiano Moreno adquirió tintes de escándalo, pues el monto
erogado en los seis años fue más de cinco veces mayor que la
cantidad aprobada en ese mismo lapso, con un exceso que
llegó a 434.3 por ciento. En el periodo 2010-2015 las partidas
aprobadas por el Congreso del estado sumaron 33 millones 019
mil 217 pesos —cifra inferior a la del sexenio previo—, pero el
gasto ejercido realmente fue de 176 millones 431 mil 219 pesos.
Ante la crisis financiera que ya se perfilaba, la administración
de Mario Anguiano publicó el 21 de diciembre de 2013
en el periódico oficial “El Estado de Colima” las Reglas de
Racionalización, Austeridad y Disciplina del Gasto Público
Estatal para 2014, con el propósito de ahorrar recursos mediante
el recorte de gastos de telefonía, combustible, fotocopiado y
suplencias laborales, entre otras erogaciones.

* Cifras en pesos con el valor correspondiente al año de referencia.

— 90 —
Pedro Zamora Briseño

Suscrito por el entonces secretario de Finanzas y


Administración, Clemente Mendoza Martínez, y el contralor
general del estado, Luis Gaitán Cabrera, el documento, con una
vigencia anunciada del 1 de enero al 31 de diciembre de 2014,
establecía en su artículo 43:
“Se reducen los gastos de comunicación social y de eventos
especiales. Las dependencias y entidades que requieran la
utilización de estas partidas, se sujetarán al procedimiento
establecido por la Coordinación General de Comunicación
Social y por la Dirección de Eventos Especiales, procurando en
todo momento minimizar los gastos y cumplir con el propósito
de informar objetivamente a la población sobre las acciones
gubernamentales de trascendencia”.
En su artículo 63 abundaba: “Los servidores públicos
deberán evitar la utilización de recursos públicos en la búsqueda
de privilegios, beneficios económicos, la promoción de la
imagen personal para sí o para terceros, evitando en todo caso
el detrimento de los recursos públicos o utilizar la influencia del
cargo encomendado”.
Paradójicamente, con todo y las reglas de austeridad y la
supuesta reducción de gastos de comunicación social, el año
2014 —previo a la elección del nuevo gobernador— fue
cuando mayores recursos se ejercieron en publicidad oficial.
El presupuesto aprobado efectivamente fue el menor en los
últimos doce años: 3 millones 698 mil 645 pesos, pero el gasto
realizado alcanzó la cifra de 50 millones 619 mil 764 pesos, con
un gigantesco sobreejercicio para ese año de 1 mil 268.6 por
ciento.

— 91 —
Periodismo bajo censura

Presupuesto** de Publicidad Oficial en Colima 2010-2015

Año Aprobado Ejercido Sobreejercicio


2010 $ 5’269,945 $ 22’785,804 332.4 %
2011 $ 5’480,743 $ 23’992,288 337.8 %
2012 $ 6’321,913 $ 24’536,684 288.1 %
2013 $ 5’988,783 $ 27’657,696 361.8 %
2014 $ 3’698,645 $ 50’619,764 1268.6 %
2015 $ 6’259,188 $ 26’838,983*** 328.8 %
Total $ 33’019,217 $ 176’431,219 434.3 %

Elaboración propia con datos del Presupuesto de Egresos y la Cuenta Pública del
Estado de Colima, correspondientes a cada uno de los años enlistados. Desde 2004
hasta 2013, la cuenta pública anual identificó estas erogaciones con el concepto
“Gastos de difusión e información”. En 2012 y 2013 éste apareció como parte de
la partida general “Servicios de comunicación social y publicidad”, de cuyo monto
total en ambos años el gasto de difusión e información representó 97.3 por ciento.
En las cuentas públicas de 2014 y 2015 no aparecen desglosados los gastos de
difusión e información, por lo que para este trabajo las cifras del gasto ejercido
esos dos años son un estimado, bajo la consideración de que al igual que en el
periodo 2012-2013 representaría 97.3 del monto destinado para “Servicios de
comunicación social y publicidad”.

Ubicado como práctica común de los gobiernos de una buena


parte de los estados del país, el sobreejercicio en el gasto en
publicidad oficial ha tenido a Colima entre sus primeros lugares.
En su más reciente informe, Libertad de expresión en venta:
Acceso a información y censura indirecta en publicidad oficial, dado
a conocer en agosto de 2015, Fundar y Artículo 19 señalaron
que durante 2013, de las 27 entidades que transparentaron
la información sobre el presupuesto general aprobado y el
gasto ejercido, quince gastaron más de lo presupuestado por
su Congreso –o Asamblea Legislativa, en el caso del Distrito

** Cifras en pesos con el valor correspondiente al año de referencia.


*** Gasto ejercido en el periodo enero-septiembre de 2015.
— 92 —
Pedro Zamora Briseño

Federal–; nueve utilizaron menos recursos y tres la misma


cantidad aprobada originalmente.
Asimismo, prosigue el documento, “de las quince entidades
que excedieron lo presupuestado para 2013, siete lo hicieron en
más del doble de los recursos aprobados al inicio del periodo:
Chihuahua, Morelos, Campeche, Yucatán, Distrito Federal,
Zacatecas y Colima. De este grupo, Zacatecas y Yucatán llaman
la atención preocupantemente, pues gastaron siete y nueve
veces más, respectivamente, de lo originalmente aprobado.
Chihuahua, Colima y el Distrito Federal siguen en esta lista,
con un gasto que rebasó en 5.7, 4.7 y 3.1 veces el presupuesto
original, respectivamente”.
En 2014, de acuerdo con datos calculados por el autor de este
trabajo, el sobreejercicio del gasto de Colima ascendió a 13.6
veces el monto del presupuesto aprobado y en 2015 fue de 4.3
veces.
En su informe El costo de la legitimidad: El uso de la publicidad
oficial en las entidades federativas, publicado en 2013, Fundar y
Artículo 19 indican que el año precedente, al mismo tiempo que
solicitaron el acceso al gasto en publicidad oficial vía solicitudes
de información, preguntaron a las 32 entidades federativas lo
siguiente: “solicito los documentos que contengan los criterios
generales para la asignación de publicidad oficial a los medios de
comunicación”, pero sólo recibieron respuestas de 25 entidades
federativas. No contestaron Baja California Sur, Distrito Federal,
Guerrero, Hidalgo, Nayarit, Sinaloa y Tamaulipas.
Las organizaciones sociales explicaron: “El objetivo de esta
solicitud de información fue conocer qué normas regulaban la
asignación de la publicidad oficial en los estados, si se asignaba
bajo criterios claros, objetivos y equitativos y si esos criterios
eran respetados. Este ejercicio permite afirmar que hay un
vacío normativo que favorece las prácticas opacas. Solamente
cuatro estados de los 25 que contestaron cuentan con una
norma específica (Chihuahua, Oaxaca, Sinaloa y Veracruz). Sin
— 93 —
Periodismo bajo censura

embargo, son lineamientos o acuerdos cuya naturaleza jurídica


secundaria obstaculiza y debilita su implementación”.
Los estados restantes, incluido Colima, “declaran la
inexistencia de un documento específico que establezca criterios
claros y objetivos para la asignación de la publicidad oficial o
remiten una norma general como la ley de presupuesto o la ley
de adquisiciones que no consideran lo específico que puede ser
la contratación de medios de comunicación por parte del Estado.
Por ejemplo, en ningún caso se evoca el criterio de equidad entre
pares o no discriminación”.
Con este ejercicio, dice el informe, “se puede concluir que no
existe un marco normativo robusto en los estados que permita
que la asignación de la publicidad oficial se haga bajo criterios
legales claros y objetivos y que tome en cuenta la especificidad
del uso de la publicidad oficial”.
En el caso de Colima, la ausencia de esos criterios se advierte
en el desglose de los montos del presupuesto de la publicidad
oficial destinados durante 2012 y 2013 por el gobierno de
Colima para los medios de comunicación.
Además, la información dada a conocer por el gobierno
estatal a través de su página web dejó entrever la existencia
de convenios o contratos publicitarios con la gran mayoría de
los medios de comunicación del estado, pues en el desglose
mensual —que por razones de espacio no se reproduce aquí—
se apreciaron cantidades idénticas a lo largo de los dos años
referidos. En el caso de 2013, las sumas anuales registradas por
el documento gubernamental no coincidieron con el acumulado
de 12 meses, sino únicamente de 2, por lo que para este trabajo
esa circunstancia se asumió como un error y se tomó en cuenta
la cantidad total que correspondería a todo el año.
En esos dos años, el Ejecutivo estatal erogó un total de 51
millones 277 mil 440 pesos en pagos por publicidad oficial, de
los que 24 millones 301 mil 632 pesos correspondieron a 2012

— 94 —
Pedro Zamora Briseño

y 26 millones 975 mil 808 pesos a 2013, lo que significa un


incremento de 11 por ciento de un año a otro.
En lo que se refiere a la distribución del gasto general por
publicidad oficial en Colima durante esos dos años, los medios
del área radiofónica son los que recibieron la mayor cantidad de
recursos, con una proporción de 30.6 por ciento, seguidos de los
periódicos, con 24.7 por ciento y posteriormente se ubicaron las
televisoras, con 22.4 por ciento.
Las tendencias a escala nacional son otras. Según el informe
Libertad de expresión en venta: Acceso a información y censura
indirecta en publicidad oficial, de las organizaciones Fundar y
Artículo 19, los impresos fueron en 2013 el tipo de medio de
comunicación al que mayor presupuesto público se le asignó en
promedio desde las entidades federativas, con una participación
global de 37 por ciento; la televisión ocupó el segundo lugar,
con 30 por ciento del total erogado y siguió la radio con 18 por
ciento. Ese mismo año, en el caso del gobierno federal, la más
favorecida fue la televisión con 33 por ciento, le siguió la radio
con 21 por ciento y después los impresos con 17 por ciento.

Gasto general del Gobierno de Colima en publicidad oficial


Tipo de medio 2012 2013 Total
$15’727,197
Radio $ 7’338,273 $ 8’388,924
(30.6%)
$12’686,672
Periódicos $ 6’113,936 $ 6’572,736
(24.7%)
$11’486,389
Televisión $ 5’743,237 $ 5’743,152
(22.4%)
$ 7’522,142
Espectaculares $ 3’278,582 $ 4’243,560
(14.6%)

— 95 —
Periodismo bajo censura

$ 2’449,920
Páginas Web $ 1’224,960 $ 1’224,960
(4.7%)
$ 1’405,120
Revistas $ 602,644 $ 802,476
(2.7%)
Total $24’301,632 $26’975,808 $51’277,440

Elaboración propia con datos del documento “Egreso de comunicación social”


del Gobierno del Estado de Colima correspondiente a 2012 y 2013. Consultado
el 15 de octubre de 2015 en la dirección http://www.colima-estado.gob.mx/
transparencia/archivos/Gasto-Comunicacion-Social-2012-2013.pdf

La distribución de la partida presupuestal destinada para


radio por concepto de publicidad oficial en Colima fue favorable
a la estación La Mejor FM, que recibió 19.4 por ciento, seguida
de Radiorama, con 14.4 por ciento, y en tercer sitio se ubicó
Radio Levy con 12.7 por ciento. Llama la atención que de 2012
a 2013 creció en 14.3 por ciento el presupuesto para esta área,
superior al 11 por ciento del aumento al presupuesto general.
Los incrementos más notables fueron los de Radio Levy, La
Mejor AM 690 y Stereo Mass FM.

Gasto del Gobierno de Colima por publicidad oficial en


radio
Medio 2012 2013 Total
$ 3’062,400
La Mejor FM $ 1’531,200 $ 1’531,200
(19.4%)
$ 2’280,000
Radiorama $ 1’140,000 $ 1’140,000
(14.4%)
$ 2’006,935
Radio Levy $ 881,715 $ 1’125,220
(12.7%)
$ 1’800,000
Radio Turquesa $ 900,000 $ 900,000
(11.4%)
$ 1’745,878
Grupo Imagen $ 898,574 $ 847,304
(11.1%)
La Mejor AM $ 1’459,240
$ 512,680 $ 946,560
690 (9.2%)

— 96 —
Pedro Zamora Briseño

$ 1’403,814
Digital 91.7 FM $ 710,814 $ 693,000
(8.9%)
$ 1’338,930
Stereo Mass FM $ 493,290 $ 845,640
(8.5%)
$ 630,000
Radio Fórmula $ 270,000 $ 360,000
(4.0%)
Total $ 7’338,273 $ 8’388,924 $15’727,197


Elaboración propia con datos del documento “Egreso de comunicación social”
del Gobierno del Estado de Colima correspondiente a 2012 y 2013. Consultado
el 15 de octubre de 2015 en la dirección http://www.colima-estado.gob.mx/
transparencia/archivos/Gasto-Comunicacion-Social-2012-2013.pdf

En la distribución del gasto por publicidad oficial en


periódicos se observó una disparidad, dado que dos diarios,
Ecos de la Costa y El Correo de Manzanillo, pertenecientes a una
misma empresa editora, se llevaron más de 50 por ciento de los
recursos en 2012 y 2013. Destacó también el hecho de que El
Mundo, un diario de escasa circulación, obtuvo el 16 por ciento, y
Colimán, con circunstancias similares, recibió 10.9 por ciento. En
cambio, Diario de Colima, que durante todo el sexenio mantuvo
un fuerte enfrentamiento con el gobierno de Mario Anguiano
Moreno, únicamente obtuvo 1.5 por ciento por publicidad, una
proporción incluso menor que la del prácticamente desconocido
periódico Dimensión Real, que se llevó 2.3 por ciento. Las
versiones impresas de Milenio y Avanzada no aparecen porque
desde 2010 y 2011, respectivamente, habían dejado de circular
a causa del boicot publicitario instrumentado por el gobierno
estatal en su contra.

— 97 —
Periodismo bajo censura

Gasto del Gobierno de Colima por publicidad oficial en


periódicos
Medio 2012 2013 Total
$ 5’040,000
Ecos de la Costa $ 2’520,000 $ 2’520,000
(39.7%)
$ 1’800,000
El Mundo $ 900,000 $ 900,000
(14.1%)
$ 2’006,935
El Noticiero $ 881,715 $ 1’125,220
(12.7%)
El Correo de $ 1’560,000
$ 780,000 $ 780,000
Mz. (12.3%)
$ 1’392,000
Colimán $ 696,000 $ 696,000
(10.9%)
$ 360,000
El Comentario $ 180,000 $ 180,000
(2.8%)
$ 300,672
Dimensión Real $ 150,336 $ 150,336
(2.3%)
Diario de $ 201,200
$ 201,200 $ 0,0
Colima (1.5%)
Total $ 6’113,936 $ 6’572,736 $12’686,672

Elaboración propia con datos del documento “Egreso de comunicación social”
del Gobierno del Estado de Colima correspondiente a 2012 y 2013. Consultado
el 15 de octubre de 2015 en la dirección http://www.colima-estado.gob.mx/
transparencia/archivos/Gasto-Comunicacion-Social-2012-2013.pdf

En lo que se refiere al presupuesto destinado a publicidad


oficial en televisión, las televisoras TV Azteca y Televisa se
llevaron en conjunto 75 por ciento de los recursos, con un monto
ligeramente superior para la primera, mientras que en tercer sitio
se colocó TV Cable Tecomán y Manzanillo, con 19.3 por ciento.
TV Cable Colima, que transmite uno de los noticieros más
críticos de la televisión local, se encuentra al final, rezagado con
un 5.5 por ciento de la partida erogada por el gobierno estatal en
ese rubro por publicidad oficial.

— 98 —
Pedro Zamora Briseño

Gasto del Gobierno de Colima por publicidad oficial en


televisión
Medio 2012 2013 Total
Tv Azteca $ 4’440,000
$ 2’220,000 $ 2’220,000
Colima (38.6%)
$ 4’176,000
Televisa Gdl. $ 2’088,000 $ 2’088,000
(36.3%)
TVcable Tec y $ 2’227,200
$ 1’113,600 $ 1’113,600
Mz. (19.3%)
$ 643,189
TVcable Colima $ 321,637 $ 321,552
(5.5%)
Total $ 5’743,237 $ 5’743,152 $11´486,389

Elaboración propia con datos del documento “Egreso de comunicación social”
del Gobierno del Estado de Colima correspondiente a 2012 y 2013. Consultado
el 15 de octubre de 2015 en la dirección http://www.colima-estado.gob.mx/
transparencia/archivos/Gasto-Comunicacion-Social-2012-2013.pdf

Con un total de un millón 405 mil pesos durante los dos años
revisados, el sector de las revistas fue al que menores recursos
presupuestales destinó el gobierno estatal por concepto de
publicidad oficial, que pasó de 602 mil en 2012 a 802 mil en
2013. Las publicaciones que recibieron mayores recursos son
Hechos y Costa Azul, con 21.5 y 17.9 por ciento, seguidas de
Archivo y Dos8 con 15.6 por ciento cada una.

— 99 —
Periodismo bajo censura

Gasto del Gobierno de Colima por publicidad oficial en


revistas
Medio 2012 2013 Total
$ 302,606
Hechos $ 121,041 $ 181,565
(21.5%)
$ 252,000
Costa Azul $ 108,000 $ 144,000
(17.9%)
$ 219,240
Archivo $ 93,960 $ 125,280
(15.6%)
$ 219,240
Dos8 $ 93,960 $ 125,280
(15.6%)
$ 162,400
Decisión $ 64,960 $ 97,440
(11.5%)
$ 121,800
Sem. Mujer $ 52,200 $ 69,600
(8.7%)
$ 103,794
El Coco $ 44,483 $ 59,311
(7.4%)
Tri-Com $ 24,040 $ 0,0 $ 24,040 (1.7%)
Total $ 602,644 $ 802,476 $ 1’405,120


Elaboración propia con datos del documento “Egreso de comunicación social”
del Gobierno del Estado de Colima correspondiente a 2012 y 2013. Consultado
el 15 de octubre de 2015 en la dirección http://www.colima-estado.gob.mx/
transparencia/archivos/Gasto-Comunicacion-Social-2012-2013.pdf

En medios digitales, el portal ManzanilloTV recibe el mayor


porcentaje de recursos por publicidad oficial, con 34.1 por
ciento de la partida. Le siguen El Buen Vecino y Colimanoticias
con 28.4 por ciento cada uno y al final se encuentra Colimapm
con 9.1 por ciento. En la relación de pagos no aparecen portales
como Afmedios ni Perriodismo, que ya existían en esos años.

— 100 —
Pedro Zamora Briseño

Gasto del Gobierno de Colima por publicidad oficial en


páginas web

Medio 2012 2013 Total


$ 835,200
ManzanilloTv $ 417,600 $ 417,600
(34.1%)
$$ 696,000
El Buen Vecino $ 348,000 $ 348,000
(28.4%)
$ 696,000
Colimanoticias $ 348,000 $ 348,000
(28.4%)
$ 222,720
Colimapm $ 111,360 $ 111,360
(9.1%)
Total $ 1’224,960 $ 1’224,960 $ 2’449,920


Elaboración propia con datos del documento “Egreso de comunicación social”
del Gobierno del Estado de Colima correspondiente a 2012 y 2013. Consultado
el 15 de octubre de 2015 en la dirección http://www.colima-estado.gob.mx/
transparencia/archivos/Gasto-Comunicacion-Social-2012-2013.pdf

Dos empresas fueron las más favorecidas por la contratación


de publicidad oficial a través de anuncios espectaculares: la
de la persona física Verónica Santa Ana, con 27.2 por ciento, y
Publicidad Visual, con 23.7 por ciento. Les siguieron Memética,
PIMSA y Espectronic, con 9.0, 8.2 y 7.9 por ciento.

— 101 —
Periodismo bajo censura

Gasto del Gobierno de Colima por publicidad oficial en


espectaculares
Medio 2012 2013 Total
Verónica Santa $ 2’046,450
$ 877,050 $ 1’169,400
Ana (27.2%)
Publicidad $ 1’785,000
$ 765,000 $ 1’020,000
Visual (23.7%)
$ 678,300
Memética $ 290,700 $ 387,600
(9.0%)
PIMSA $ 621,992
$ 287,912 $ 334,080
Publicidad (8.2%)
$ 598,500
Espectronic $ 256,500 $ 342,000
(7.9%)
$ 475,020
Luis A. Ramos $ 203,580 $ 271,440
(6.3%)
$ 413,540
J. Fco. Martínez $ 211,700 $ 201,840
(5.5%)
$ 315,000
Jorge Velasco $ 135,000 $ 180,000
(4.2%)
$ 294,000
Carlos Aguayo $126,000 $ 168,000
(3.9%)
$ 157,500
J. Isabel Magaña $ 67,500 $ 90,000
(2.1%)
$ 136,840
Gapsa $ 57,640 $ 79,200
(1.8%)
Total $ 3’278,582 $ 4’243,560 $ 7’522,142


Elaboración propia con datos del documento “Egreso de comunicación social”
del Gobierno del Estado de Colima correspondiente a 2012 y 2013. Consultado
el 15 de octubre de 2015 en la dirección http://www.colima-estado.gob.mx/
transparencia/archivos/Gasto-Comunicacion-Social-2012-2013.pdf

Un medio impreso, Ecos de la Costa, fue el beneficiario mayor


de la recepción de recursos por publicidad oficial gubernamental,
con una porción equivalente a casi 10 por ciento del presupuesto
total destinado para ese fin durante los años 2012 y 2013.

— 102 —
Pedro Zamora Briseño

Le siguieron TV Azteca Colima y Televisa Guadalajara, con


alrededor de 8 por ciento cada una y La Mejor FM, con 6 por
ciento.
Una característica común de la lista de medios con mayores
montos de recursos por publicidad oficial es que recibieron
cantidades similares un año y otro, con excepción del diario El
Mundo y Radio Levy. El primero prácticamente vio duplicados
sus ingresos de 2012 a 2013, mientras a la segunda le fueron
elevados alrededor de 30 por ciento. Llama la atención cómo ese
periódico de escasa penetración obtuvo más publicidad que la
empresa radiofónica más antigua del estado.

Medios que recibieron más recursos por publicidad oficial


Medio 2012 2013 Total
Ecos de la Costa $ 2’520,000 $ 2’520,000 $ 5’040,000
Tv Azteca
$ 2’220,000 $ 2’220,000 $ 4’440,000
Colima
Televisa Gdl. $ 2’088,000 $ 2’088,000 $ 4’176,000
La Mejor FM $ 1’531,200 $ 1’531,200 $ 3’062,400
Radiorama $ 1’140,000 $ 1’140,000 $ 2’280,000
TVcable Tec y
$ 1’113,600 $ 1’113,600 $ 2’227,200
Mz.
El Mundo $ 686,400 $ 1’346,400 $ 2’032,800

Radio Levy $ 881,715 $ 1’125,220 $ 2’006,935

Radio Turquesa $ 900,000 $ 900,000 $ 1’800,000

El Noticiero $ 900,000 $ 900,000 $ 1’800,000

Elaboración propia con datos del documento “Egreso de comunicación social”


del Gobierno del Estado de Colima correspondiente a 2012 y 2013. Consultado
el 15 de octubre de 2015 en la dirección http://www.colima-estado.gob.mx/
transparencia/archivos/Gasto-Comunicacion-Social-2012-2013.pdf

— 103 —
Culto al gobernador

U n anuncio espectacular colocado por el gobierno estatal


sobre el antiguo edificio del DIF —frente a una de las
principales glorietas de la ciudad de Colima— mostraba la
fotografía de una mujer de aspecto humilde que aplaudía y
contemplaba casi con devoción al gobernador del estado,
Fernando Moreno Peña, quien en el otro extremo de la misma
imagen entregaba llaves de viviendas a los damnificados por el
terremoto del 21 de enero de 2003.
Este promocional, que durante ese año permaneció varios
meses a la vista del público, bien pudo ser seleccionado como
símbolo de la política de comunicación social aplicada durante
el sexenio fernandista con el afán de posicionar, enaltecer y,
prácticamente, canonizar en vida a un hombre empeñado en
personificar al poder.
Si hubiera que definir la estrategia de difusión utilizada por
la administración que cubrió el periodo 1997-2003, podría
no resultar exagerado afirmar que se trató de la repetición
infinita, hasta el hartazgo y de múltiples maneras, de un mensaje
subliminal único: “Fernando Moreno Peña es el mesías de
Colima”.
El enfoque de los comunicados oficiales y las profusas
campañas propagandísticas del gobierno estatal así lo hicieron
aparecer.

— 105 —
Periodismo bajo censura

Además de la fotografía de la mujer del espectacular, es


ilustrativo de lo anterior el contenido de un anuncio publicado
en agosto de 2000 en los periódicos locales, que también fue
difundido como espot en las estaciones de radio.
En el ángulo superior izquierdo, el emblema del Instituto de
Vivienda del Estado de Colima (Ivecol). En el ángulo superior
derecho, el escudo de Colima. Abajo, el mensaje textual:

“Últimos días. ¿Eres acreditado del Instituto de


Vivienda? Te recordamos que para este mes de
agosto el Lic. Fernando Moreno Peña, Gobernador
Constitucional del Estado, te ofrece atractivos
descuentos: Condonación del 100 por ciento de interés
moratorio de todos los programas si te pones al corriente
de tus mensualidades vencidas. Descuentos adicionales
por liquidación total. Promoción válida del 1 al 31 de
agosto de 2000 en todo el estado. Si te mantienes al
corriente podrás participar próximamente en el ‘Sorteo
Ivecol 2000’ a partir del primero de septiembre, donde
encontrarás atractivos premios”.

Esta forma de promoción de imagen, en la que el funcionario


se vale de la institución para posicionarse como figura pública,
no era nuevo en un político como Moreno Peña. Años antes,
cuando era rector de la Universidad de Colima y pretendía ser
tomado en cuenta para la candidatura del PRI a gobernador,
recurrió a una táctica comparable.
En los ocho años de su rectorado, la Dirección General de
Información de la casa de estudios inundaba diariamente con
boletines de prensa y publicidad la mayoría de los medios de
comunicación, al grado de competir con el gobierno estatal como
anunciante y generadora de información oficial. Rebasado el
ámbito de las actividades académicas universitarias, el personaje
central de los mensajes mediáticos casi siempre era el rector en
— 106 —
Pedro Zamora Briseño

reuniones con empresarios, con sindicalistas, con colonos, con


productores rurales, con organizaciones de asistencia social…
ofreciendo la colaboración de la institución educativa hacia
diversos sectores de la sociedad.
En combinación con lo anterior, cada inicio de ciclo escolar
las autoridades universitarias promovían la formación, afuera
de la rectoría, de largas filas de familiares de estudiantes con
problemas para inscribirse en algún bachillerato, escuela o
facultad de todos los municipios del estado. Adentro del edificio,
el rector consumía jornadas de días y noches enteras recibiendo,
una por una, a las personas que iban en busca de una opción
de estudio para los jóvenes. En buena medida, eran situaciones
de promedio de calificación o de cupo que podían haber sido
resueltas a través de los directores de cada plantel, pero al
centralizar la atención de este asunto Moreno Peña se convertía,
en el ánimo de las familias de los alumnos, en el personaje que
les hizo un favor al brindarles la oportunidad de estudiar.
Desde esa época, el entonces funcionario universitario
capitalizaba su posición privilegiada para hacer crecer su imagen
propia a costa de la institución, lo que hizo también durante
todo su sexenio como gobernador.
El estilo de la comunicación social del gobierno de Moreno
Peña, apoyado, entre otras acciones, en la difusión permanente
de grandes fotografías del jefe del Ejecutivo montadas en
espectaculares colocados en casi todos los rincones del estado,
así como en la promoción centralizada de su persona en cada
acto de gobierno, fue comparado por el catedrático e investigador
universitario Rogelio de la Mora Valencia con experiencias
notables de otras latitudes del planeta.
“En Colima —dijo el académico en entrevista concedida
a este reportero en junio de 2003— hay una especie de culto
a la personalidad del gobernador que he visto en muchos
países dictatoriales: en Paraguay con Stroessner, en Chile con
Pinochet, en países orientales, árabes... la figura del presidente
— 107 —
Periodismo bajo censura

te la encuentras en fotografías colocadas en todas partes, solo o


con su familia; está su nombre grabado, lo sueñas. Es una vieja
costumbre política anacrónica y antidemocrática. Son deseos
megalómanos de proyectarse”.
El historiador Héctor Porfirio Ochoa Rodríguez ha definido
a Fernando Moreno como un hombre obsesionado por el poder,
que no ha reparado en los medios ante su propósito de tener
siempre el control político y manejar personalmente el poder: lo
hizo primero como dirigente estudiantil, enseguida como rector
de la Universidad de Colima y después como gobernador del
estado.
En un balance realizado al final de la administración
fernandista, durante una entrevista con el autor de este texto,
Ochoa Rodríguez se refirió así al mandatario saliente:
“En su vida pública siempre ha actuado como candidato en
campaña, con un complejo como de Napoleón; recordemos
que en el sexenio de Carlos de la Madrid Virgen, cuando venía
el presidente de la República o algún funcionario federal, el
que aparecía en todas las fotografías no era el gobernador, sino
el entonces rector Moreno Peña, quien se le ponía por un lado
al visitante distinguido y ya era evidente toda esa estrategia de
propaganda para posicionarse políticamente.
“Después, en los últimos meses de su periodo como
gobernador sus colaboradores anduvieron recolectando firmas
de cuanta gente pudieron para hacerle reconocimientos. Si
esto hubiera sido auténtico uno esperaría que esas muestras de
respaldo de la gente fueran más espontáneas, pero todo estaba
organizado, preparado, calculado para dar esa impresión de
avasallamiento; fue impresionante el despliegue publicitario
que Fernando Moreno hizo en ese sentido, autocoronándose
con todos los laureles: ‘yo he sido el mejor gobernador del
estado, yo he construido más obras que los demás, yo… yo…
yo…’ Realmente mostró un egocentrismo y una megalomanía
impresionantes”.
— 108 —
Pedro Zamora Briseño

Promoción de la imagen personal


En el Plan Estatal de Desarrollo (PED) 1998-2003, el gobierno
de Moreno Peña definió a la comunicación social como “el
proceso mediante el cual la sociedad pone en común significados
para generar y establecer consensos, que son asumidos con la
finalidad de alcanzar los objetivos gubernamentales de desarrollo
en materia económica, política, social y ambiental”.
En la realidad, la Dirección General de Comunicación Social
(DGCS) del gobierno estatal no fue una oficina dedicada a la
comunicación social en los términos en que ésta fue definida en
el PED, sino a la promoción casi exclusiva de la imagen personal
del gobernador.
Esto quedó claro a partir de los mecanismos utilizados para
difundir las obras de gobierno, los programas oficiales como Un
Nuevo Colima y Colima Nuevo, las ediciones impresas especiales,
los espectaculares y los boletines de prensa producidos por la
DGCS, donde siempre ocupó el primer plano la figura del
gobernante, por encima de las propias obras promovidas y la
institución que les dio soporte.
La primera de sus metas programáticas delataba a la
dependencia como una oficina al servicio del gobernador, más
que del Gobierno del estado:
“Realizar la cobertura informativa de las diversas giras y
actividades de trabajo del titular del Poder Ejecutivo, así como
los diferentes actos de interés público que encabece; y emitir
los comunicados diarios necesarios para la plena difusión de las
acciones del Poder Ejecutivo”.
En una conferencia ofrecida en el contexto de la Semana de
Comunicación del CBTIS 19, el 4 de junio de 1999, la titular de
la DGCS, Norma Gutiérrez Flores, recalcó lo anterior, aunque
con algunos matices:
“He de ser clara: al menos en la oficina que yo dirijo lo que
hacemos es promover mucho la información del gobernador,

— 109 —
Periodismo bajo censura

finalmente esa es nuestra función… y no tanto del gobernador,


sino del Gobierno del estado”.
Recogidas por la edición 19 de la revista Contraste —medio
que circuló en Colima de 1998 a 2000—, las palabras de la
funcionaria fueron más allá cuando reconoció ante estudiantes
y profesores que “siempre se ha cuestionado” la existencia de las
oficinas de comunicación.
“Se toma como un aspecto muy banal, se dice que (la
comunicación social) es para el servicio, la vanidad y la imagen
de un político. Creo que esa etapa se está superando, no se puede
limitar uno a un trabajo de esta índole porque además estamos
ante una sociedad más reclamante que tiene más necesidades y
que no lo permitiría”, aseveró.
La revisión de una muestra de los comunicados de prensa
emitidos durante el gobierno de Moreno Peña, correspondientes
a febrero y abril del año 2000, revelan que la DGCS estuvo
en gran medida enfocada a promover la persona del entonces
gobernador, y no al Gobierno del estado como institución.
El número de boletines difundidos por la dependencia en
esos dos meses arroja un total de 119, de los que 101 (84.8%)
estuvieron dedicados a exaltar la figura pública del mandatario.
En 61 (51.2%) de los reportes se divulgaron declaraciones o se
dio cuenta de actividades realizadas por Moreno Peña como
personaje protagónico, mientras que en 40 (33.6%) se recogieron
declaraciones o discursos de funcionarios de su gabinete o del
gobierno federal que expresaron reconocimientos a su labor.
Sólo en 18 (15.1%) no se menciona el nombre del mandatario.
Buena parte de los comunicados fueron pródigos en la
difusión de halagos hacia Fernando Moreno. Destaca uno
del 11 de febrero de 2000, que abrió con una declaración del
presidente Ernesto Zedillo Ponce de León, quien de gira por
Colima afirmó: “Me da gusto constatar una vez más que con el
liderazgo, con la visión clara y con la enorme capacidad de trabajo

— 110 —
Pedro Zamora Briseño

de Fernando Moreno Peña Colima está avanzando”. En otros


boletines, funcionarios estatales y federales aparecen elogiando
su “capacidad de gestión” de obras públicas, su “preocupación
permanente” para resolver problemáticas, su “interés” por la
aplicación de programas, sus “instrucciones precisas” para
atender tal o cual situación, etcétera.
En el transcurso del sexenio, además de estar al servicio casi
exclusivo de la figura del gobernador, el aparato comunicacional
del gobierno estatal también fue usado para promover al Partido
Revolucionario Institucional (PRI), al que pertenece Moreno
Peña. La publicación, el lunes 24 de mayo de 1999, de un
discurso pronunciado por el jefe del Ejecutivo en una reunión
del Consejo Estatal del tricolor, generó un fuerte debate en la LII
Legislatura del Congreso del Estado, en la que había un empate
de diez diputados del PRI y diez del bloque PAN-PRD.
Aparecida como desplegado a plana completa en la mayoría
de los diarios locales, la publicación tenía en su esquina superior
izquierda el emblema del gobierno estatal y en la esquina
inferior derecha el distintivo de la DGCS. Bajo el encabezado
“En el PRI la democracia es irreversible”, en una parte de su
mensaje el mandatario llamaba a la unidad a los aspirantes
priistas a candidaturas de cara al proceso electoral de 2000, con
la advertencia de que “quien le apueste a la división del partido
tendrá castigo, no del gobernador, sino de los propios priistas
que en las elecciones internas tengan que votar”.
Al día siguiente de la publicación del discurso, el diputado
local perredista Enrique Armando Salazar Abaroa cuestionó
en la tribuna del Congreso del Estado la utilización de recursos
públicos para la difusión de un mensaje partidista.
“Eso no es válido —sostuvo—, se pierden las formas, hay
desaseo político… yo creo que hasta los mismos integrantes del
PRI deben estarse cuestionando que efectivamente esto debió
haber sido publicado por parte de su Comité Ejecutivo Estatal
y no que un discurso de partido pronunciado por el gobernador
— 111 —
Periodismo bajo censura

en el seno de su domicilio salga a nombre de la Dirección de


Comunicación Social del Gobierno del Estado”.
La coordinadora de la fracción parlamentaria del PAN,
Estela Josefina Meneses Fernández, presentó una denuncia y
pidió que la Contaduría Mayor de Hacienda del Congreso del
Estado investigara el asunto por considerar que tanto el jefe del
Ejecutivo como la titular de Comunicación Social incurrieron
en responsabilidad administrativa. “Estos hechos afectan los
criterios contemplados en la Ley de Responsabilidades de
los Servidores Públicos del Estado, que son el de legalidad,
honradez, imparcialidad, economía y eficacia, principios rectores
que orientan la administración pública que garantizan un cabal
cumplimiento de la misma”, dijo.
La respuesta de Moreno Peña llegó mediante declaraciones
publicadas en la prensa el 27 de mayo siguiente. Rechazó
que la publicación de su discurso a través de la Dirección de
Comunicación Social implicara desvío de recursos o que de ello
se derivara delito que perseguir. “Soy gobernador a donde voy,
no puedo a través de mi familia mandar boletín, eso se hace a
través de las dependencias que están a mi servicio, yo no me
deslindo de esa situación”.
En todo caso, manifestó, si hubo alguna irregularidad
como denunciaron legisladores la sanción correspondería a la
titular de Comunicación Social, Norma Gutiérrez, ya que en
la publicación apareció el emblema de esa dependencia. Pero
enseguida acotó que no hubo desvío de recursos porque “no se
pagó ninguna factura a los medios de comunicación en donde
se publicó” y agregó que los diputados tienen la obligación de
comprobar lo que están denunciando, por lo que deberían de
mostrar facturas sobre esa publicación, mismas que “no están
porque nadie ha pagado, ya que algunos periódicos pidieron los
discursos para publicarlos”.
Moreno Peña se mostró despreocupado frente a las
acusaciones porque “no hay delito que perseguir” y juzgó la
— 112 —
Pedro Zamora Briseño

reacción de los legisladores como “un asunto de falta cultura


política”.
En declaraciones publicadas dos días después, la titular
de Comunicación Social, Norma Gutiérrez, prácticamente
contradijo a Moreno Peña, pues reconoció de manera tácita que
sí se trató de un desplegado ordenado como publicidad por esa
dependencia.
De lo anterior quedó constancia en la nota (no desmentida)
publicada en el Diario de Colima por la reportera Elizabeth
Castillo Méndez, el 29 de mayo de 1999, cuyo texto íntegro se
transcribe a continuación:

“En lo sucesivo se evitará publicar desplegados gubernamentales


referentes a cuestiones partidistas, con el fin de que haya una sana
convivencia política y no provocar escenarios de conflicto en este
momento en que se da una buena relación entre los actores políticos y
una serie de trabajos tendientes a la reforma del Estado.
“Así lo informó la directora de Comunicación Social del
Gobierno del Estado, Norma Gutiérrez Flores, al dar respuesta a los
señalamientos que hicieran los diputados Estela Meneses Fernández
y Enrique Salazar Abaroa, quienes hablaron de la desviación de
recursos del Estado por parte del Ejecutivo estatal para apoyar al
Partido Revolucionario Institucional, con motivo de la publicación
del mensaje del gobernador Fernando Moreno Peña durante la
pasada reunión del Consejo Político Estatal del PRI.
“Sobre el particular, resaltó que Moreno Peña no se puede
desprender de su investidura de gobernador en ninguno de los
escenarios públicos y privados a que asiste, así como no se desprende
de la Dirección de Comunicación Social, ya que es la vocera de las
actividades que realiza.
“Indicó que por esa razón ‘podemos decir que el desplegado que
publicó la Dirección de Comunicación Social sobre el discurso que el
mandatario estatal dijo en la reunión del Consejo Político del PRI es

— 113 —
Periodismo bajo censura

correcto y no se incurrió en un error’. Agregó que no se pensaba que


fuera a alterar algún orden y ‘creemos que no se altera’.
“Expuso que con el fin de que no se preste a malos entendimientos
(sic) ni tampoco a ofensa hacia a los partidos políticos de oposición
y representantes sociales, se procurará que no se vuelva a manejar de
esta manera algún mensaje del gobernador.
“Gutiérrez Flores apuntó que en bien de que haya una sana
convivencia política y no provocar escenarios de conflicto en este
momento en que se da una buena relación entre los actores políticos y
una serie de trabajos tendientes a la reforma del Estado, así como a la
etapa previa del proceso electoral, se evitará que vuelvan a publicarse
desplegados gubernamentales referentes a cuestiones partidistas.
“A una pregunta, manifestó que las intervenciones del gobernador
seguirán difundiéndose en los medios de comunicación, pero no como
publicidad”.

En la sesión legislativa del 8 de junio siguiente, el diputado


Salazar Abaroa y la diputada Meneses Fernández cuestionaron
la argumentación del gobernador en su respuesta a las críticas
recibidas.
El perredista señaló: “Creo que no es una respuesta sensata
y pertinente, creo que hay que admitir que el error fue que el
desplegado no lo publicara el PRI”.
De acuerdo con la panista, “no se vale que en publicaciones
posteriores el señor gobernador diga que es falta de cultura
política, más bien diría yo que es falta de asimilación política de
que ahora estamos en este Congreso otros partidos representando
al pueblo, y que efectivamente nos inconformamos porque
se despilfarra el dinero de la población con publicaciones que
bien podría haber hecho con todo el derecho el PRI, más no
Comunicación Social del Gobierno del Estado”.
Meneses insistió en que debía aplicarse una sanción
administrativa “a la comunicadora oficial del señor gobernador”

— 114 —
Pedro Zamora Briseño

y dijo estar esperando respuesta de la Comisión de Hacienda y


Presupuesto, ante la denuncia que había hecho en esa tribuna.
Salazar Abaroa se sumó al reclamo y solicitó a la Contaduría
Mayor de Hacienda y al presidente de la Comisión de Hacienda
darle el trámite respectivo “con eficacia y con eficiencia”. Nunca
hubo respuesta.
No obstante, a lo largo del sexenio quedaron otras evidencias
del uso a favor del PRI de algunos aspectos de la información
y propaganda producidas desde el gobierno estatal, a través de
boletines oficiales utilizados para dirimir cuestiones partidistas,
con afirmaciones favorables al tricolor o en contra de la oposición,
además de las declaraciones públicas del propio gobernador.
Por ejemplo, el 23 de febrero de 2000, el gobierno estatal
emitió un boletín de prensa basado en declaraciones del
presidente estatal del PRI, Roberto Preciado Cuevas, en el que
éste anunciaba los pormenores del proceso de selección de
candidatos de ese partido a presidentes municipales y diputados,
que se llevaría a cabo cuatro días después mediante una elección
abierta.
Semanas antes, el 6 de febrero, se había difundido un
comunicado gubernamental en el que el gobernador destacó
la importancia que tenía para el PRI la participación de las
mujeres en la política. Aunque dijo que en la contienda por las
candidaturas del tricolor se impulsaría a las mujeres, “serán ellas
quienes tengan que ganarse los espacios; el hombre no tiene que
darles candidaturas a las mujeres, ellas nos tienen que ganar,
ellas se tienen que postular, no por cuotas, no pueden hacerlo
ya así, estamos en contra de las cuotas, ahora hay que ganarlas”.
Mediante otro boletín de prensa emitido por el gobierno
estatal el 27 de octubre de 2003 —cuatro días antes del final
del sexenio—, se difundieron partes del discurso de Moreno
Peña en un acto de su partido, en el que reconoció que como
mandatario nunca se olvidó de su filiación priista: “Siempre la
presumí, siempre la hice valer y siempre me sirvió para gobernar”.
— 115 —
Periodismo bajo censura

Confesó que lo mismo hicieron los miembros de su gabinete:


“Todos mis secretarios siempre asistieron a los eventos de
partido, ninguno tuvo miedo o temor de ponerse la camiseta al
igual que lo hacía el gobernador… los funcionarios en cargos
de gobiernos priistas deben tener siempre la camiseta puesta y
seguir al gobernador con la lealtad política en el partido que éste
milita”.
Y remató: “Uno como gobernador requiere siempre saber que
el PRI está unido y que tiene uno el instrumento político no para
beneficiarse uno mismo o algunos cuantos, sino el instrumento
político para llegar a la gente, para llevarles servicios y llevar la
obra pública del gobierno”.
En su sentencia de la anulación de la elección de gobernador
de 2003, dos días después, el Tribunal Electoral del Poder
Judicial de la Federación (TEPJF) esgrimió como uno de los
fundamentos de su decisión precisamente el uso de la oficina
de Comunicación Social para realizar, por una parte, campañas
gubernamentales favorables al candidato del PRI a gobernador,
Gustavo Alberto Vázquez Montes, y, por la otra, el uso del
programa gubernamental Un Nuevo Colima para beneficiar al
priista y atacar abiertamente a sus adversarios.
El organismo jurisdiccional determinó que durante la
campaña Moreno Pena “formuló indebidamente declaraciones
que fueron difundidas en prensa y televisión: i) En contra del
candidato a gobernador; otros candidatos; la militancia; los
dirigentes; la campaña, en general, y la gestión gubernamental
del Partido Acción Nacional; ii) En contra del candidato a
gobernador; dirigentes, y campaña, en general, del Partido
de la Revolución Democrática; iii) En favor del candidato
a gobernador, otros candidatos y, en general, del Partido
Revolucionario Institucional, y iv) Aceptando su responsabilidad
sobre esas declaraciones políticas”.
Así también, añadió el TEPJF, el gobernador “realizó
indebidamente una campaña de comunicación social en
— 116 —
Pedro Zamora Briseño

televisión y periódicos sobre las acciones de gobierno en general


en el estado, dentro de los 25 días anteriores a la jornada electoral
y aún durante la misma”.
Pero casi desde el arranque de la administración de Moreno
Peña ya había críticas y cuestionamientos por su política de
comunicación social. El 13 de enero de 1998 el diputado local
perredista Enrique Armando Salazar Abaroa propuso desde la
tribuna legislativa citar a la titular de la DGCS, Norma Gutiérrez
Flores, para explicar la política del gobierno estatal en esa materia
así como los criterios de distribución de la publicidad “para
saber cuál es el fin: racionalidad, eficacia, eficiencia, fortalecer
la libertad de expresión y el pluralismo”, dado que “veo que
en todos los periódicos existentes en Colima hay constantes
publicaciones de planas completas en todos los periódicos,
aparte hay tres o cuatro anuncios de la misma secretaría o del
mismo órgano descentralizado”.
La respuesta del gobernador fue emitida dos días después a
través de declaraciones periodísticas en las que afirmó que su
administración practicaba “una comunicación social abierta,
con libertad de expresión, y en ese sentido nada tenemos que
aclarar”.
Abundó: “Salimos mucho en la prensa porque hacemos
muchas cosas, se han sorprendido algunos porque damos
mucha información, pero todo es real, es cierta, son actividades
que realizamos. Quizás no estaban acostumbrados a este ritmo
de trabajo o algunos no lo esperaban. Los que me conocen saben
que nosotros tenemos un trabajo intenso y que generamos
mucha información, porque estamos haciendo muchas cosas en
beneficio de los colimenses.
“Los criterios que está manejando el Gobierno del estado
están a la vista. Tampoco le negamos la información a nadie. A
la hora que los medios quieren me entrevistan en donde sea, sin
muchas formalidades, por lo que no sé a qué criterios se refieran:

— 117 —
Periodismo bajo censura

quizá supongan que estamos gastando mucho en prensa, pero


nosotros nos vamos a ajustar a lo que tenemos presupuestado”.
Y ahí terminó el asunto.

Medios “generosos”
Moreno Peña ubicó las labores de comunicación como uno de
los factores que lo ayudaron a salir adelante en su carrera política
desde su paso por la Rectoría de la Universidad de Colima y
después por la titularidad del Poder Ejecutivo.
En su programa Un Nuevo Colima del 31 de agosto de 2002,
trasmitido en cadena estatal de radio y televisión, el entonces
mandatario dijo en relación con la comunicación social: “Creo
que es parte del éxito de mi gobierno y parte del éxito también
de una imagen que se ha venido proyectando a lo largo ya de 14
años”.
Los medios colimenses, sostuvo, “han sido muy generosos
con mi gobierno, me han ayudado a que haya gobernabilidad y
paz social, no alientan a que las cosas se trastoquen”.
Definió: “Los medios ayudan a atemperar las cosas, orientan
las cosas, proponen, recomiendan, plantean alternativas y uno
que conoce el peso de los medios escucha a la gente a través
de ellos; no únicamente el gobernador se proyecta, creo que
la gente se proyecta también y proyecta sus problemas y sus
necesidades”.
Convencido de que la comunicación social “es fundamental”,
señaló que en su caso eran cerca de tres lustros “haciendo cosas
y la comunicación le da esa percepción a la gente de que hemos
hecho muchas cosas”.
En la emisión de Un nuevo Colima del 7 de junio de 2003,
un reportero preguntó al gobernador sobre el reclamo de “cierta
parte de la sociedad” por el “derroche excesivo” en publicidad
gubernamental.

— 118 —
Pedro Zamora Briseño

Respondió: “Nosotros informamos y publicitamos porque


tenemos cosas que informar y publicitar; si no, no lo haríamos.
En realidad el presupuesto del gobierno en materia de publicidad
es mínimo comparado con lo que pueden gastar otros gobiernos,
o con lo que pueden gastar algunos ayuntamientos del estado,
porque nosotros yo creo que debemos de tener un gasto anual
de cinco o seis millones de pesos en ese sentido. Es cierto que
llega a más, pero ahí hay que descontar todas las nóminas y
eso se lleva una parte muy importante… ¿Mi gobierno ha sido
más protagonista en los medios que otros gobiernos? Bueno,
es que a mí me tocó también una época diferente, me toca ser
gobernador en la era de los medios de comunicación con una
preponderancia importante en la política”.
Tal vez fue por la importancia que Moreno Peña ha atribuido
a la comunicación social que la dependencia encargada del área
fue una de las privilegiadas en la asignación del presupuesto
durante su sexenio.
La evolución del presupuesto anual estatal de 1998 a 2003
muestra que la partida destinada a la Dirección de Comunicación
Social fue una de las unidades presupuestales que mayor
crecimiento proporcional tuvo en ese periodo, al elevarse en
un 220.15 por ciento, esto es, pasó de 3 millones 532 mil 584
pesos en 1998, su primer año, a 11 millones 309 mil 578 pesos
en 2003, el último año de su administración.
En ese mismo lapso, el incremento porcentual del presupuesto
general del estado fue de 142.63 por ciento —notoriamente
menor al de Comunicación Social—, pues en 1998 su monto
era de mil 595 millones de pesos y en 2003 alcanzó la suma de 3
mil 870 millones.
Algunas de las áreas que obtuvieron un aumento proporcional
menor al de Comunicación en los seis años del gobierno de
Moreno Peña son el Campo, cuyo crecimiento fue de 104.71 por
ciento; Desarrollo Urbano, con 60.14 por ciento; Educación,
136.44 por ciento y Fomento Económico, 214.24 por ciento.
— 119 —
Periodismo bajo censura

Las unidades presupuestales con incremento de porcentaje


superior al de Comunicación Social fueron Cultura, con 287.77
por ciento; Turismo, 251.28 por ciento, y Salud, 250.71 por
ciento.
Pero aun cuando Comunicación Social fue una de las áreas
con mayor crecimiento presupuestal, Fernando Moreno no
cumplió el ofrecimiento realizado al inicio de su sexenio de
sujetarse a los montos asignados.
En su primer año de gobierno, con una legislatura empatada
en fuerzas políticas —diez diputados del PRI y diez del bloque
PAN-PRD—, Fernando Moreno se vio obligado a aceptar la
modificación de algunas partidas presupuestales para el ejercicio
fiscal 1998, entre ellas la de Comunicación Social, a la que se le
redujeron alrededor de 500 mil pesos.
Sin embargo, en la práctica el entonces gobernador manejó
a su gusto los montos amparado en la facultad de transferir
recursos, con lo que redistribuyó de manera discrecional más
de 550 millones de pesos, aproximadamente 30 por ciento del
presupuesto total. Y uno de los sobreejercicios más altos del
año en relación con la cifra originalmente aprobada, fue el de la
Dirección de Comunicación Social, que ascendió a 42 por ciento,
con un gasto de 4 millones 523 mil pesos entre noviembre de
1997 y septiembre de 1998.
El diputado Enrique Armando Salazar Abaroa explicó así la
situación:
“La actitud protagónica del Ejecutivo, de avasallar a través de
los medios de comunicación, hace pensar que ese sobreejercicio
se debe más a un afán electorero y de culto a la personalidad
del Ejecutivo estatal, que a necesidades de difusión de políticas
públicas”.
Con base en esa experiencia, diputados del PAN y del PRD
propusieron en 1998 y 1999 reformas legales encaminadas a
reducir al gobernador la facultad de transferencias de recursos

— 120 —
Pedro Zamora Briseño

entre unidades presupuestales a un máximo de 10 por ciento,


para obligarlo a solicitar autorización del Congreso en los casos
en que la cifra sea superior. Este propósito fue frenado por la
fracción del PRI.
No se vivió durante el fernandismo una práctica de la
comunicación social consistente en establecer una relación
horizontal con canales abiertos entre gobierno y ciudadanos,
sino la imposición de un esquema vertical, autoritario, mediante
el que el gobierno se empeñó siempre en persuadir a la población
de las bondades de su gobernador.
Prácticamente no se apreció, dentro de la política de
comunicación del gobierno estatal, el peso del Consejo Estatal
de Comunicación Social anunciado en el Plan Estatal de
Desarrollo, integrado por directivos y dueños de medios de
comunicación, el sector académico y representantes de los tres
niveles de gobierno, con el propósito de “coordinar las acciones
de difusión en caso de riesgos naturales, educación, salud,
cultura política y preservación de la soberanía estatal”.
En síntesis, la política asumida por el gobierno de Fernando
Moreno sobre el tema de la comunicación y la información
se refleja claramente en la confesión abierta realizada por
la Dirección de Comunicación Social, en la primera de las
funciones expresas que se fijó la dependencia, publicadas en su
momento en la página web del gobierno del estado:
“Crear y mantener un flujo permanente de información con
la sociedad en su conjunto, evaluando el impacto que producen
los mensajes en los diversos sectores y estableciendo estrategias
de inducción de la opinión pública (resaltado del autor) que creen
un clima de información favorable a los elementos que integran
la administración estatal”.

— 121 —
Frente a la violencia, la censura

E n 2012, el año más sangriento del sexenio de Mario


Anguiano Moreno, las autoridades colimenses eran blanco
de acerbas críticas por el crecimiento desmedido de los hechos
de inseguridad y violencia, que desbordaban los espacios
informativos de los medios de comunicación impresos y
electrónicos. Para combatir los efectos nocivos que esta situación
estaba causando sobre su imagen institucional, el gobierno
estatal recurrió a la estrategia más fácil y antidemocrática que se
le pudo haber ocurrido: la censura de la información.
Una de las primeras muestras de la incomodidad y molestia
gubernamental por la difusión de la realidad violenta de Colima
fue externada por la titular de la Procuraduría General de Justicia
del Estado (PGJE), Yolanda Verduzco Guzmán, quien el 15 de
marzo de 2012 llamó a la población a “no dejarse influenciar”
por los medios de comunicación “poco profesionales, como los
hemos visto, que inventan muertos y situaciones irreales con tal
de vender”.
En una entrevista concedida al noticiero radiofónico Ángel
Guardián, la funcionaria dijo que esos medios, cuyos nombres
no mencionó, “en lugar de abonarle a la seguridad, están
cometiendo apología del delito”.
—¿Y por qué no les aplica la ley? —le preguntó el locutor.
—Estamos haciendo un análisis para que no se sienta que
estamos coartando la libertad de expresión, porque una cosa es

— 123 —
Periodismo bajo censura

eso y otra lo que estoy comentando, pero bueno, ya tendremos


material e instrumentos jurídicos para hacerlo.
Meses después, el 10 de septiembre de ese mismo año,
el secretario general de Gobierno, René Rodríguez Alcaraz,
solicitó a los medios de comunicación no difundir el contenido
de las “narcomantas”, pues desde su punto de vista al hacerlo se
convierten en “voceros de la delincuencia organizada”.
Los mensajes de los cárteles del narcotráfico dados a conocer
a través de mantas, añadió, además de ser expresados en
circunstancias de anonimato, “tienen como propósito generar
temor entre la población”.
Este llamado fue realizado en rueda de prensa por el
funcionario un día después de que aparecieran en diversos
puntos de la entidad varias “narcomantas” supuestamente
suscritas por el Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG), en
las que se vertían amenazas contra el grupo de Los Caballeros
Templarios.
Datos del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP)
colocaron en 2012 a Colima, con 287 asesinatos, en el quinto
lugar de violencia homicida en el país, con una tasa de 41.8
homicidios dolosos por cada 100 mil habitantes —más del doble
de la media nacional, que fue de 18.5—, sólo debajo de Guerrero
(66), Chihuahua (55.4), Sinaloa (50.5) y Morelos (46.5). En
ese mismo año, Tecomán fue ubicado en el sexto lugar nacional
de los municipios con la mayor tasa de homicidios dolosos en
el país.
En comparación con los dos sexenios anteriores, durante el
gobierno de Anguiano Moreno se multiplicó por tres y cuatro
veces el número de asesinatos. De acuerdo con el SNSP, en el
periodo de Fernando Moreno Peña (1997-2003) se cometieron
335 homicidios (55.8 por año); en el de Carlos Flores Dueñas,
Gustavo Vázquez Montes, Arnoldo Ochoa González y Silverio
Cavazos Ceballos (2003-2009) ocurrieron 225 asesinatos (37.5

— 124 —
Pedro Zamora Briseño

por año) y en el de Anguiano (2009-2015) se cometieron 940


actos de privación de la vida (156.6 por año).
Los primeros meses de la administración anguianista
coincidieron con la escalada de violencia homicida en Colima,
que de 52 casos en 2009 creció a casi el doble, 93, en 2010. En
este año, el gobierno estatal convocó a diversos sectores a los
Encuentros por la Seguridad, donde el mandatario aseguró que la
problemática de Colima es también tema de seguridad nacional,
debido a la importancia cada vez mayor del movimiento de
mercancías por el puerto de Manzanillo. Explicó que debido a
un cambio en la operación del crimen organizado, además de ser
ruta de tráfico, el estado se convirtió en mercado de consumo de
drogas.
El gobernador aprovechó los Encuentros por la Seguridad
para anunciar un programa de trabajo integral con acciones en el
corto y en el mediano plazo con el propósito de que el estado se
mantenga como “uno de los más seguros del país”.
Entre otras cosas, ofreció depurar las corporaciones policiacas,
establecer puntos de revisión para evitar la introducción de
armas y droga al estado, promover la coordinación con los otros
niveles de gobierno, impulsar reformas legislativas, aplicar una
estrategia regional con los estados vecinos y desplegar programas
de educación y empleo para los jóvenes.
En 2012, dos años después, era evidente que la estrategia
estaba fallando. La cifra de homicidios fue de 287 tan sólo en ese
año y, escéptica de que se tratara sólo de una guerra de cárteles,
la sociedad colimense se encontraba convulsionada luego de
que los crímenes alcanzaban cada vez a más civiles, entre ellos
un sacerdote en Colima y una niña en Tecomán, que provocaron
movilizaciones ciudadanas.
Entonces el gobierno de Mario Anguiano decidió combatir
la percepción social de la inseguridad y la violencia a través
de la limitación y el ocultamiento de la información sobre

— 125 —
Periodismo bajo censura

los hechos de esta naturaleza, situación que coincidió con la


política implementada poco después en un sentido similar por
el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, promovida en
todo el país.
En una primera etapa, en Colima se estableció la realización
de una rueda de prensa semanal en la que los responsables de los
cuerpos de seguridad y justicia informaban sobre los sucesos más
sobresalientes de ese periodo. A la vez, los comunicados de prensa
diarios sobre hechos de violencia, particularmente homicidios,
dejaron de difundirse. A finales de 2012, sin explicación formal,
se suspendieron también las ruedas de prensa.
En declaraciones realizadas el 25 de enero de 2013, Anguiano
Moreno expuso que la política de comunicación social de su
administración ya no se centraría en temas de seguridad, como
parte de una estrategia que formaba parte de los acuerdos
nacionales en esa materia.
“Estaba demostrado por estudios que nos habían mostrado
a nivel federal —argumentó—, que en la medida que nosotros
como gobierno estemos poniendo (en la opinión pública) el
tema de la seguridad, estemos informando cada vez que se
detiene a un delincuente, en lugar de ir contribuyendo a lograr la
tranquilidad, estábamos fomentando la inseguridad”.
Por lo tanto, añadió, hubo un acuerdo entre los gobiernos
estatales y el federal en el sentido de que solamente se
iba a informar sobre cada persona detenida cuando fuese
estrictamente necesario, aunque no se dejaría de trabajar en esa
área, pero ya no sería el tema central, pues según dijo además
de la inseguridad “hay otros asuntos de relevancia que también
merecen darse a conocer”.
Frente a la ausencia de información en temas de seguridad
pública y ante el incremento de los hechos de violencia, el asunto
llegó a la tribuna del Congreso local el 6 de febrero siguiente,
cuando la fracción parlamentaria del PAN hizo un llamado al

— 126 —
Pedro Zamora Briseño

gobernador Mario Anguiano para que en cumplimiento de su


responsabilidad tomara las medidas necesarias para devolver la
paz y la seguridad a todos los colimenses.
A nombre del grupo, el diputado Héctor Insúa García calificó
como insostenible el incremento en los índices de inseguridad
en todo el estado, por lo que pidió al gobernador reconocer
el problema y no pretender tapar el sol con un dedo. “No
permitiremos que se quiera ocultar la gravedad de la situación,
ni que sea a partir de una estrategia de comunicación como se
busque aminorar los efectos de la inseguridad que padecemos
los colimenses”.
Dos días después, el gobierno estatal anunció formalmente
sus nuevas políticas de comunicación social en materia de
seguridad pública, entre las que destacó la censura oficial de la
información sobre homicidios dolosos, que sólo se divulgaría
“una vez concluido el proceso de persecución, investigación y
consignación”.
De acuerdo con un documento dado a conocer ese día en
rueda de prensa por el nuevo secretario general de Gobierno,
Rogelio Rueda Sánchez, y el coordinador de Comunicación
Social, René González Chávez, se informaría a los medios de
difusión a través de comunicados o ruedas de prensa, “según
amerite el caso”, cuidando “que no se ponga en riesgo la
investigación de los hechos y sin hacer apología del delito”.
Entre los objetivos de los nuevos lineamientos, sostuvieron
los funcionarios, se pretendía “garantizar el derecho de los
colimenses a estar debidamente informados, asegurando el
fortalecimiento de su percepción de seguridad personal y
pública”, así como evitar la “exaltación de la personalidad” de los
delincuentes.
Sin embargo, estas medidas —que en los hechos se aplicaban
desde el inicio de ese año— se habían traducido ya entonces
en la ausencia prácticamente absoluta de comunicados de la

— 127 —
Periodismo bajo censura

PGJE sobre los casi 40 asesinatos registrados en lo que iba de


2013, aunado a la suspensión previa de las ruedas de prensa que
semanalmente realizaba el gabinete de seguridad.
Después de año y medio de aridez informativa oficial sobre
inseguridad y violencia, el gobernador Mario Anguiano convocó
el 18 de agosto de 2014 a la firma del Acuerdo por la Seguridad y
la Justicia en Colima, con la participación conjunta del Gobierno
del Estado, autoridades de los tres órdenes de gobierno, iniciativa
privada, medios de comunicación, instituciones educativas y
sociedad en general.
Propuesto originalmente al mandatario por la Junta
Coordinadora Empresarial, el acuerdo tenía entre sus metas
principales alcanzar durante los años 2014 y 2015 tasas delictivas
por cada 100 mil habitantes que permitieran posicionar al estado
de Colima entre los más seguros del país, con relación a los
delitos de alto impacto, entre ellos homicidio doloso, secuestro,
extorsión, robo general, robo de vehículo, robo a casa habitación,
robo a transeúnte y robo a comercio.
En materia de comunicación social, se pretendía lograr que
en 2014 la mitad de la población mayor de 18 años tuviese una
percepción satisfactoria en seguridad pública y que en 2015 la
proporción de ciudadanos satisfechos ascendiera a dos tercios.
Con este propósito, se plantearon dos líneas de acción:
Difundir ampliamente la creación, los objetivos, el seguimiento y
los alcances del Acuerdo por la Seguridad y la Justicia en Colima,
así como mejorar el manejo de la información que se emitiera
y publicara en medios de comunicación, referente a temas de
seguridad y procuración de justicia.
El Acuerdo por la Seguridad y Justicia de Colima fue firmado
y entró en vigor el 29 de septiembre de 2014. “Estoy seguro que
el Acuerdo habrá de consolidarse como un mecanismo capaz de
fortalecer y acrecentar los logros que en materia de seguridad y

— 128 —
Pedro Zamora Briseño

justicia que hemos alcanzado hasta la fecha”, manifestó Mario


Anguiano durante el acto oficial.
El documento, signado por el gobernador, contenía 10 líneas
de acción con 35 objetivos y 105 metas, además de que involucró
a 168 instituciones de los tres órdenes de gobierno, instituciones
educativas de educación superior públicas y privadas; medios de
comunicación, sector empresarial, asociaciones de trasportistas,
asociaciones civiles, comités de consulta y participación, clínicas
y centros privados de rehabilitación, empresas de seguridad
privada y aseguradoras.
El jefe del Ejecutivo aseguró que de manera inicial habría
4 grandes beneficios sociales que se podrían generar con la
implementación del Acuerdo, como garantizar la seguridad
social y paz pública de los habitantes del estado; mejorar
la estabilidad para el desarrollo de actividades productivas,
sociales, académicas, culturales y deportivas, entre otras;
aumentar la confianza para realizar acciones inherentes a la vida
personal de la población y aumentar en la población el sentido
de pertenencia al estado de Colima, así como la confianza en las
instituciones de seguridad pública en el estado.
Asimismo, enumeró algunas de las acciones más relevantes
que contemplaba dicho Acuerdo en sus 10 líneas de acción,
las cuales eran: Inteligencia, Tecnología, Policial, Prevención
del Delito, Procuración de Justicia, Administración de Justicia,
Legislación, Comunicación Social, Recursos Financieros y
Evaluación y Seguimiento.
Entre otras instancias de diversos sectores de la entidad, los
medios de comunicación que firmaron el acuerdo fueron las
televisoras Televisa Colima, Tv Azteca Colima, Instituto Colimense
de Radio y Televisión y Megacanal Colima; las radiodifusoras Radio
Levy, La Mejor FM, Grupo Acir, Radiorama Colima, Radiorama
Manzanillo, Radio Conexión, Radio Capital y Grupo Imagen; los
portales informativos El Buen Vecino, Afmedios, Colimanoticias,

— 129 —
Periodismo bajo censura

ColimaPM y Colima digital; y los diarios impresos Ecos de la


Costa, El Noticiero, El Comentario y El Mundo desde Colima.
A pesar de que el acuerdo planteaba entre otras cosas
“mejorar el manejo de la información que se emite y que se
publica en medios de comunicación, referente a temas de
seguridad y procuración de justicia”, en realidad el gobierno
estatal fue el primero que lo incumplió porque se mantuvo en
su postura de no emitir información sobre hechos de violencia.
En lo que se refiere a homicidios, los medios de comunicación
desde entonces se han visto obligados a publicar información
recabada de fuentes extraoficiales, mientras que la PGJE sólo
ha emitido boletines sobre algún fallecimiento para aclarar los
casos en que es resultado de causas naturales o algún accidente,
tratando de atajar versiones de los medios en el sentido de que
se trataría de un asesinato. En esa dinámica, por ejemplo, los
boletines de la PGJE pueden difundir la muerte de una persona
por un infarto en la calle o ahogada en un río, pero ignoran la
aparición de un descuartizado o la ejecución de una o varias
personas en presencia de múltiples testigos. De ahí en más, las
ejecuciones y asesinatos dolosos no han existido para la oficina
de comunicación social de la dependencia.
Tampoco se cumplieron los principales objetivos y metas
del acuerdo, dado que las tasas de los principales delitos de
alto impacto no disminuyeron para colocar a Colima “entre los
estados más seguros del país”, sino que crecieron y ubicaron al
estado entre los más violentos e inseguros.
Según el Sistema Nacional de Seguridad Pública, en el caso
de los homicidios en 2014 Colima se ubicó en el 11º sitio, con
una tasa de 13.92 casos por cada 100 mil habitantes, mientras
que en 2015 pasó al sexto lugar entre los estados con mayor
proporción de ocurrencia de este delito, con una tasa de 23.5.
En robo a casa habitación, Colima se mantuvo en el sitio 5º
tanto en 2014 como en 2015, primero con una tasa de 174.8
casos y posteriormente con 186 casos. En robo de vehículos
— 130 —
Pedro Zamora Briseño

durante 2014 estuvo en el lugar 13º con una tasa de 134.2, en


tanto que el año siguiente pasó al 10º sitio con una tasa de 130.
Cuestionado sobre la naturaleza del acuerdo semanas
después de que éste fue suscrito, el gobernador Mario Anguiano
reconoció que se pidió a los medios de comunicación minimizar
la información sobre la violencia.
El 14 de noviembre de ese año el mandatario aseguró que
al firmar el Acuerdo por la Seguridad y la Justicia no se les
pidió a los medios de comunicación que dejaran de informar
sobre la violencia, pero confesó: “lo único que les pedimos
fue ‘ayúdennos para que no sea la nota principal’; hay países
y estados donde existen actos delictivos mucho más altos que
los que se pueden llegar a estar presentando en Colima y no se
convierten en un elemento de alarma para la población”.
La llegada del nuevo sexenio, primero con el gobernador
interino Ramón Pérez Díaz y después con el mandatario José
Ignacio Peralta Sánchez, en lugar de significar una mejoría trajo
consigo una peor situación en materia de homicidios dolosos.
Según el SNSP, en sólo ocho meses —del 1 de noviembre de
2015 al 30 de junio de 2016— se cometieron en Colima 341
asesinatos, una cifra notoriamente mayor al número de casos
ocurridos en todo el sexenio 2003-2009 y también superior a
la cantidad de homicidios de 2012, el año más violento del
anguianismo, cuando hubo 287. Como parte de esta realidad, en
los primeros seis meses de 2016 Colima ocupó el primer lugar
nacional en la tasa de asesinatos por cada cien mil habitantes.
Y en el contexto de esta situación agravada, el gobierno de
Peralta Sánchez optó por mantener la política informativa del
exgobernador Mario Anguiano frente a hechos de violencia: la
censura.

— 131 —
Partidos y autoridades electorales,
contra periodistas*

E l proceso electoral concurrente 2014-2015 desarrollado


en el estado de Colima —mediante el que se eligieron
gobernador, diputados federales, diputados locales e integrantes
de los diez ayuntamientos— trajo noticias desfavorables para
el sector de la prensa: al menos diez periodistas resultaron
víctimas directas de agravios cometidos no sólo por personajes
vinculados a partidos o candidatos, también por las propias
autoridades electorales.
Durante su labor informativa, los trabajadores de los
medios de comunicación sufrieron diversidad de ataques como
amenazas de muerte, golpes, agresiones verbales, hostigamiento
y obstrucción de su trabajo periodístico, de acuerdo con reportes
y quejas de organizaciones.
“Cada vez son más frecuentes las agresiones contra los
comunicadores en periodos electorales, se les está haciendo
costumbre a los grupos partidistas de Colima arremeter
contra nosotros porque nos quieren implicar en sus cuestiones
políticas, cuando lo único que hacemos es informar, pero algunos
personajes no alcanzan a entender la naturaleza de nuestro
trabajo”, dice Juan Ramón Negrete Jiménez, comisionado
regional de prensa de la Federación de Asociaciones de
Periodistas Mexicanos (Fapermex).

— 133 —
Periodismo bajo censura

Bajo esa tesitura, añade el representante gremial, los


principales partidos que participaron en este proceso electoral,
cuya jornada de votaciones se realizó el 7 de junio de 2015,
pretendieron usar a los reporteros como rehenes de sus intereses:
“Si no publicabas la información como ellos querían, te atacaban
tachándote de parcial a favor de su adversario; hubo una presión
y un hostigamiento permanente contra los informadores,
quisieron usar a los medios como correveidile con la intención
de mantenerse en el espectro mediático”.

Violencia e impunidad
Los ataques contra periodistas durante coberturas electorales
no son novedad en el estado. Está fresca en la memoria del
sector reporteril la agresión física sufrida el 19 de mayo de 2012
por el fotoperiodista del Diario de Colima Marcos Elizarrarás
Mendoza, cuando cubría en el centro de la ciudad una marcha
antiPeña Nieto disuelta por golpeadores priistas, uno de los
cuales lo lesionó y lo tiró al piso tras advertirle que ya no tomara
imágenes de la trifulca.
Apoyado por decenas de reporteros, Elizarrarás denunció
penalmente a su atacante, de nombre Manuel Moreno Romero,
quien el 6 de julio siguiente fue consignado por la Procuraduría
General de Justicia del Estado (PGJE) bajo el cargo de “lesiones
simples”.
Nunca se supo, sin embargo, que el agresor hubiese pisado
la cárcel. Por el contrario, el 16 de octubre de ese mismo año
—a poco más de tres meses de que fue “consignado”— Manuel
Moreno se convirtió en director de Abasto y Comercialización
del Ayuntamiento de Colima, gracias al nombramiento que
le expidió el entonces alcalde, Federico Rangel Lozano,
posteriormente presidente estatal del PRI y diputado local.
La evidente impunidad en el caso de Elizarrarás coincide con
la política de la administración del gobernador Mario Anguiano

— 134 —
Pedro Zamora Briseño

Moreno, en la que prevaleció el desinterés por garantizar la


libertad de prensa.
Semanas antes de esa agresión, el reportero Sergio Uribe
Alvarado, quien cubre temas de seguridad en el mismo medio,
fue detenido y golpeado por la Policía Estatal Acreditable,
acusado de traspasar el perímetro de seguridad de una escena
de crimen y de “agredir” a una agente del Ministerio Público con
una cámara que traía colgada del cuello, pero 17 horas después,
tras una protesta de reporteros, fue liberado mediante el pago de
una fianza de 3 mil pesos. Aunque no se le probaron los cargos
en su contra ni se le consignó por delito alguno, Sergio Uribe fue
exhibido públicamente por la Procuraduría General de Justicia
del Estado a través de la difusión de un boletín de prensa.
En ambos casos, la Comisión de Derechos Humanos del
Estado de Colima (CDHEC) determinó que se violaron los
derechos de los periodistas y emitió las recomendaciones
12/2012 y 13/2012 a la PGJE y a la Policía Estatal para
investigar los hechos y sancionar a los responsables, pero las dos
dependencias rechazaron las resoluciones.
A partir de 2011, durante la cobertura de sucesos violentos,
periodistas colimenses de diversos medios han sufrido acoso,
amenazas e intimidación de parte de elementos de corporaciones
de seguridad federales y estatales. A pesar que desde entonces
organizaciones gremiales han propuesto la creación de
protocolos de seguridad para cobertura informativa de hechos
de violencia, las autoridades no han atendido esta demanda.
En lo que se refiere a la legislación, después de varios años
de insistencia de parte del gremio periodístico colimense el
Congreso del Estado despenalizó el delito de difamación en
2013, pero no lo hizo en atención a estas demandas, sino porque
un tribunal colegiado determinó en una sentencia que se trata
de una figura inconstitucional. Mientras tanto, el delito de
calumnias sigue formando parte del Código Penal del Estado.

— 135 —
Periodismo bajo censura

En julio de 2012 se aprobó la Ley de Protección del Ejercicio


Periodístico en el Estado de Colima, que establece figuras
valiosas como la cláusula de conciencia y el secreto profesional
del periodista, pero la primera de ellas es imposible de aplicar
porque remite a la Ley Federal del Trabajo, donde no existe
esa figura. Así también, a más de tres años de su aprobación y
un año de la expedición de su reglamento, la ley es inoperante
porque no ha sido conformada la Comisión General para la
Protección Integral del Ejercicio Periodístico, órgano garante de
la aplicación de las disposiciones legales.
Todavía no pasaban dos meses desde la entrada en vigor de
la ley cuando en septiembre de 2012 el reportero Luis Rosales
Chávez, del portal Colimanoticias, fue acosado por un agente
del Ministerio Público que pretendía obligarlo a borrar las
fotografías que tomó al Palacio Municipal de Armería, que había
sufrido un ataque a granadazos.
En febrero de 2014, un elemento de la Policía Estatal intentó
arrebatarle su cámara fotográfica a Marcos Elizarrarás cuando
cubría una asamblea en la comunidad indígena de Zacualpan,
donde el pueblo se opone a la explotación de una mina de oro,
plata, cobre y manganeso en su territorio.
El periodista Óscar Adrián Galindo Luna, director del
portal Perriodismo, presentó en abril de 2015 una queja ante la
CDHEC por hostigamiento y amenazas de parte de personal de
la Procuraduría General de la República, por la publicación de
una nota sobre una protesta de habitantes de Zacualpan.

Hostilidad y menosprecio hacia la prensa


El proceso electoral ordinario de Colima transcurrió en medio
de un ambiente particularmente complicado para el ejercicio del
periodismo.
Además de las agresiones directas sufridas por varios
periodistas, en términos generales los miembros de la prensa

— 136 —
Pedro Zamora Briseño

realizaron la cobertura noticiosa del actual proceso electoral en


condiciones de hostilidad y menosprecio por parte de algunos
actores participantes en la contienda política.
De acuerdo con Juan Ramón Negrete, un factor de riesgo de
agresiones u hostigamiento se deriva de que en el cumplimiento
de su deber los reporteros dan la cara por la línea editorial del
medio en que laboran, en algunos casos libre, pero en otros
sujeta a los intereses políticos o económicos del propietario. Esto
último se convierte en desventaja y hace vulnerable al trabajador
por una situación en la que no tiene responsabilidad.
El agravio contra la prensa que mayor impacto mediático tuvo
fue el desalojo de un grupo de reporteros de las instalaciones
del IEE, ordenado la noche del 17 de marzo de 2015 por la
presidenta de ese organismo, Felícitas Alejandra Valladares
Anguiano, durante una diligencia en la que el candidato del
PAN a gobernador, Jorge Luis Preciado Rodríguez, presentaba
un recurso.
En un video disponible en la red social Youtube se aprecia que
en el contexto de una discusión con Preciado por la presencia
de los reporteros, aduciendo que ya no eran horas de oficina,
Valladares llama a un agente de la Policía Estatal y, en alusión a
los informadores, le indica: “Don Daniel, necesito que saque a
estas personas, por favor”.
Ante la información que se publicó al respecto, la Comisión
Nacional de Derechos Humanos abrió una queja de oficio, que
fue trasladada a la CDHEC, donde la ratificaron los periodistas
Arnoldo Delgadillo (Afmedios), Janetthe Andrade (Diario de
Colima), Óscar Cervantes (Colimanoticias), Anilú Salazar (El
Noticiero) y Héctor Villa (Meganoticias), este último designado
representante legal de los agraviados. El número de expediente
de este asunto es CDHEC/162/2015.
Héctor Villa refiere que en su informe de los hechos rendido
ante el organismo humanitario la funcionaria no reconoció

— 137 —
Periodismo bajo censura

haber violado la libertad de prensa y de expresión, así como el


derecho a la información. Por el contrario, pidió a los periodistas
desistir de la queja, pues adujo que ella fue la agredida, ya que
después del incidente circularon en las redes sociales memes con
expresiones de mofa por su actitud.
“Le dijimos a su abogado —agrega Villa— que nosotros no
promovimos esa situación, sólo publicamos en nuestros medios
lo sucedido y fue la gente la que hizo suyo el asunto. Con el
ánimo de solucionar esto por la vía conciliatoria, le propusimos
que nos ofrezca una disculpa pública; no conocemos todavía su
respuesta, pero al parecer no aceptó. Entonces vamos a reunirnos
para ver hasta dónde llegamos con la queja”.
El autor de este texto buscó una entrevista con Felícitas
Valladares, pero la consejera presidenta del IEE declinó hablar
sobre el tema.
La organización Artículo 19 emitió el 4 de mayo pasado una
alerta por amenazas contra la periodista Gabriela Vives y su
compañero José Luis Guzmán, ambos de MVS Radio, recibidas
después de publicar información desfavorable para el candidato
del PRI a la gubernatura de Colima, José Ignacio Peralta Sánchez.
Tres días antes, a las 19:30 horas, mediante una llamada a
su teléfono particular Gabriela fue advertida: “Síganle tirando
mierda a Nacho, no son nadie y cuando sea gobernador se los
va a cargar la chingada a ti y al chaparrito hocicón, no saben con
quién se meten”.
Vives y Guzmán habían informado sobre la opacidad en el
manejo de recursos públicos durante el encargo de Peralta como
alcalde de Colima en el periodo 2009-2012, además de destacar
que el perfil de este funcionario había decrecido en las encuestas
de preferencias electorales.
Ante este caso, Artículo 19 enfatizó que las condiciones para
ejercer periodismo en el país, particularmente sobre temas de
seguridad y corrupción, siguen degradándose.

— 138 —
Pedro Zamora Briseño

“Esta situación —expuso la organización en su documento—


se ha agravado en la coyuntura electoral, por lo que hacemos
una exigencia a las autoridades competentes a que enfoquen
sus esfuerzos en ejercer sus facultades para proteger e investigar
estos delitos, así como en garantizar los derechos democráticos
de la ciudadanía”.
Elizabeth Ibal Rocha y Fabiola Rosales, reporteras del diario
El Occidental, de Guadalajara, y El Sol de México, llegaron a
Colima el jueves 4 de junio para cubrir la jornada electoral. En
un primer recorrido por las calles de la ciudad encontraron una
caravana de trimotos que circulaba con propaganda del panista
Preciado en días de veda electoral.
Conforme al testimonio ofrecido por ambas para este texto,
Fabiola había empezado a fotografiar el convoy cuando fue
increpada por tres hombres que le exigieron suspender la captura
de imágenes y trataron de taparle la lente para obstaculizar su
trabajo. Tras identificarse como periodista, les respondió que no
tenía por qué irse de la vía pública y que no estaba tomando a las
personas, sino a los vehículos.
“Llegó un hombre más agresivo y con palabras altisonantes
me advirtió que si no me retiraba me iba a madrear, quiso
quitarme la cámara pero no pudo porque yo la traía amarrada
con un gancho en mi chaleco, le dije que no podía hacer eso,
que es un delito federal atacar a los periodistas, respondió que le
valía, que me largara; creo que me dijo todas las groserías que me
tocaban en el año”, narra Fabiola Rosales.
Las periodistas se retiraron después de un rato y por la tarde
expusieron su queja por lo ocurrido ante una representante
de la oficina de campaña del candidato del blanquiazul, quien
prácticamente justificó la actitud de los agresores.
Cuenta Elizabeth Ibal Rocha: “Nos pidió que los
entendiéramos, porque estaban ‘estresados’ y ‘ariscos’ debido a
que muchos periodistas locales los habían atacado y ya estaban a

— 139 —
Periodismo bajo censura

la defensiva por todo lo que se ha vivido en la elección; nos pidió


disculpas, pero parecía más preocupada por que no se publicara
el asunto, incluso a mí me dijo: ‘ahí te encargo, que no se haga
grande’, algo así como: ‘dobla las manos y quédate callada’, pero
como medios de comunicación no vamos a callar”.
Al día siguiente de ese encuentro, a través de publicaciones
de diarios locales, las reporteras se enteraron de que las mismas
personas habían agredido al fotógrafo local Rubén Vallejo
Magaña, incluso reconocieron en una de las imágenes al mismo
hombre que las atacó a ellas.
Ante estos hechos, el representante de la Fapermex, Juan
Ramón Negrete, elevó una “enérgica protesta” ante el vocal
ejecutivo de la Junta Local del Instituto Nacional Electoral
(INE), Luis Garibi Harper y Ocampo, y la representante del IEE,
Felícitas Valladares, a quienes solicitó garantizar la integridad
física de todos los comunicadores que se encontraban cubriendo
el proceso electoral federal y estatal.
El documento, entregado a los titulares de los organismos
electorales y dado a conocer a través de los medios de
comunicación, dejó constancia también de la exigencia para que
las autoridades responsables de impartir justicia en la entidad
“investiguen, aclaren los hechos y castiguen a los responsables”,
porque ésta “no sólo es una agresión a tres periodistas, sino
un atentado a la libertad prensa y expresión y al derecho a la
información”.
En resumidas cuentas, durante el proceso electoral 2014-
2015 en Colima se agudizó el clima de beligerancia contra la
prensa, en comparación con procesos anteriores, con agravios
cometidos por actores identificados con el PAN, el PRI o incluso
autoridades electorales.
A los ataques concretos antes referidos se sumó un ambiente
adverso: Desde las consignas de militantes partidistas contra
reporteros, culpándolos de la orientación editorial de sus

— 140 —
Pedro Zamora Briseño

empresas, hasta la falta de respeto a los trabajadores de la


información, especialmente por el PAN y el IEE, que en repetidas
ocasiones citaron a ruedas de prensa que fueron canceladas una
vez que llegaban los convocados.
En el mismo tenor, Negrete Jiménez refiere que durante el
cómputo de votos de la elección de gobernador se produjo un
incidente cuando el comisionado de Movimiento Ciudadano
ante el IEE, Francisco José Yáñez Centeno y Arvizu, obstaculizó
el trabajo de los camarógrafos y cuando éstos reclamaron les
contestó con insultos y frases denigrantes.
Aunque la provisión de equipo de cómputo para los
reporteros es responsabilidad de las empresas periodísticas,
llamó la atención que, a tono con la política de cerrar espacios
a los trabajadores de la prensa, el organismo electoral estatal
evidenció su menosprecio hacia este sector al reducir a una
tercera parte el número de computadoras que tradicionalmente
se ponían a disposición de los periodistas en la sala de prensa el
día de los comicios.
Preocupado por las agresiones directas sufridas por miembros
del sector de la prensa en las elecciones de Colima, Juan Ramón
Negrete concluye:
“Espero que las autoridades realmente actúen, que no dejen
estos casos como anécdotas o parte de una estadística, que se
investigue y sancione a los responsables, porque de lo contrario
esto va a seguir subiendo de tono y se puede presentar un hecho
más grave en el futuro; eso es lo que debemos impedir”.

* Texto elaborado en julio de 2015 por el autor de este libro a petición de la


organización Propuesta Cívica A.C, para formar parte de un informe nacional
sobre la situación de la mayoría de los estados del país en esta materia, dentro del
proyecto “Elecciones 2015 y agresiones contra periodistas y el derecho a la libertad
de expresión”.

— 141 —
Los riesgos en el gremio periodístico

Egresado en 2011 de la Facultad de Letras y Comunicación de la


Universidad de Colima, César Barrera Vázquez obtuvo el título
de Licenciado en Periodismo con la tesis “La narcoviolencia y
sus efectos en el periodismo colimense”. En ese tiempo el clima
adverso contra el gremio periodístico no había llegado todavía a las
situaciones de peligrosidad extrema que cinco años después se viven
en algunas regiones del país, pero César Barrera tuvo el suficiente
olfato profesional para abordar un tema que posteriormente adquirió
tintes de alarma y se constituyó como uno de los principales retos
para la sobrevivencia del periodismo libre en México.
Con autorización de su autor, a continuación reproducimos algunos
fragmentos de la investigación:
Amenazas de muerte por parte de grupos delictivos y
políticos, así como la sistemática intimidación de las autoridades,
son algunos de los peligros a los que se enfrenta un reportero
cuando investiga temas relacionados con el narcotráfico o
cubre información sobre operativos de seguridad. La principal
preocupación, siempre latente, es la muerte.
Siete reporteros del municipio de Colima, de los cuales cinco
son corresponsales de medios nacionales, aceptaron contar sus
anécdotas y experiencias relacionadas con la narcoviolencia, en
una serie de entrevistas que se realizaron de manera separada
entre los meses de febrero y marzo del 2011.

— 143 —
Periodismo bajo censura

Aunque la mayoría de ellos fueron amenazados antes de


2010, concuerdan en que ahora lo pensarían dos veces antes
de realizar una investigación periodística en el actual contexto
de violencia. En México, según cifras de la Federación de
Asociaciones de Periodistas Mexicanos (Fapermex), se tienen
contabilizados hasta ahora más de 60 asesinatos de reporteros a
manos del hampa.
En este apartado se consignan entrevistas en las que se refleja
la mentalidad de los mencionados periodistas colimenses sobre
la narcoviolencia.

No es paranoia, es seguridad
Esaú López Virgen canceló el contrato de su teléfono fijo y borró
fotos y datos de su página social, todo esto como una medida
para proteger su integridad física y la de su familia. A veces,
comenta en la entrevista, busca sofisticados dispositivos en su
casa y mira constantemente por la ventana para cerciorarse de
no encontrar un vehículo sospechoso estacionado. ¿Paranoia?
No, son medidas de seguridad implementadas desde que fue
amenazado de muerte por investigar sobre temas relacionados
con el crimen organizado.
Para Esaú el riesgo de un periodista cuando investiga
información vinculada con el narcotráfico, es total. Sostiene:
“El riesgo del periodista que maneja un tipo de información
relacionada con la seguridad, es totalmente delicado. O sea, el
riesgo que hay tanto físico como laboral, o lo que se te ocurra de
una persona, es total. No hay medias tintas”.
El efecto de la narcoviolencia provocó que Esaú López,
director del periódico digital AFMedios, ordenara a sus
reporteros dejar de investigar temas relacionados con el
narcotráfico, con las balaceras y cualquier otro tema relacionado
con la narcoviolencia.

— 144 —
Pedro Zamora Briseño

“Desde hace un año hemos dejado de investigar por qué


están pasando cosas. O sea, nos estamos yendo prácticamente
con lo que sucedió: cuatro o cinco se agarraron a balazos en tal
lugar, hubo un herido, un muerto, un detenido, tantas armas,
pero no preguntamos ni investigamos de dónde vienen esos
que agarraron. O sea: dejar el trabajo detectivesco, eso es básico,
no meterse a esas cosas. Porque los periodistas no debemos ser
héroes, no jugarle al héroe, porque no lo somos”.
El viento había tirado unas servilletas. Una mujer, sentada
unas mesas atrás de nosotros, se afanaba por recogerlas, aunque
no podía porque su voluminoso vientre no la dejaba agacharse
con libertad. Sin dejar de ver la escena, le pregunto a Esaú si la
violencia lo ha obligado a suspender un trabajo periodístico.
“Sí, sí, totalmente –contesta Esaú. Mira, por ejemplo, Colima
es chico, incluso los funcionarios que tienen relación con el
tema de seguridad —yo no sé cómo le hacen— en un ratito se
enteran qué estás preguntando, qué andas investigando, qué
vas a publicar. Ahorita prácticamente el tema de la seguridad
modificó completamente mi esquema de trabajo”.
Y agrega, pero con un ritmo que se va acelerando más y más:
“Ya no andas en la calle tan libre: yo dejé de usar Facebook,
quité mis fotografías, quité datos, quité fotos de familia, quité
todo. O sea, en el Facebook encontrarás una foto de perfil y se
acabó, ni siquiera platico por ahí; cuido demasiado a quién darle
mi Messenger, cuido demasiado a quién darle mi número de
teléfono; no platico cosas de trabajo por teléfono fijo, dejé de
tener teléfono de casa por lo mismo, porque es muy fácil —y
a mí me pasó—, que me lo brincaran, que me lo escucharan.
Dejé de tener todo tipo de cosas que tuvieran que ver con mi
identificación, excepto las que tenemos que tener. Me fijo bien
con quién salgo. Me modificó todo, todo: que si alguien se
estacionó afuera de tu casa y se quedó tres horas ahí, por qué
lo hizo. Todo: lugares a donde sales, totalmente modificados.
Desgraciadamente, pero así pasa”.
— 145 —
Periodismo bajo censura

“Qué no entiendes hijo de la chingada que no grabes”


Dante Alfaro de Anda recrea el diálogo que se estableció entre
él y un militar alto y encapuchado que se acercó hasta donde
estaba, con el arma en ostentosa intimidación. “Los marinos
tienen una forma amable-chingativa de decir las cosas”:
—Por favor, te pido que te largues de aquí. ¡No puedes grabar!
¡Vete de aquí! –le dijo el marino mostrando amenazante el arma.
—Oye, pero estoy muy lejos. Tu operativo está allá. Dime
cuál es tu área perimetral para saberlo.
—Aquí no hay ni un área perimetral. Vete de aquí. No puedes
grabar.
Cuando se desarrollaba este diálogo entre el reportero gráfico
de Fuerza Informativa Azteca y el marino encapuchado, un
vehículo llegó hasta donde se realizaba el operativo. Un hombre
de estatura baja, encapuchado también, salió del automóvil
junto con otras personas y se acercó al reportero.
Explica Dante Alfaro: Él llegó muy amable —como que ha
de ser una técnica que ellos tienen (intercalar la agresión con la
amabilidad)— y lo primero que me dijo fue “No me grabes”.
En ese momento el parasol de la cámara del reportero se cayó,
“y yo creo que él pensó que le había quitado la tapa a mi cámara,
y me levantó la mano y me dijo ‘no me grabes, no me grabes, ¡no
estés grabando! ¡Aquí no vas a grabar nada!’”
—¡Ponle la tapa a la cámara! —le advirtió el marino de
estatura baja.
—No es una tapa.
—¡Que le pongas la tapa a la cámara!
“Me gritó como saben —comenta Dante Alfaro—. Ellos
creen, como están entrenados a gritos, a golpes, y haciéndolos
menos, que le pueden hablar así a la sociedad. A mí se me han
acercado elementos de la Policía Federal o de la Agencia Federal

— 146 —
Pedro Zamora Briseño

de Investigación y me lo han pedido de una manera amable y


agarro la onda, porque sé que están haciendo su trabajo”.
Un tipo atrás de Dante, le espetó:
—¡Qué no oyes hijo de la chingada!
Luego, el marino de estatura baja, levanta las manos y dice
condescendiente:
—¡A ver, tranquilos! —y a Dante Alfaro le sugiere, con
amabilidad—: No puede grabar aquí.
— Pero ¿por qué no? Estoy lejos. O dime tú dónde puedo
estar.
— Aquí.
“Entonces ahí me saqué de onda, entonces qué lata da”.
—Entonces aquí estoy, aquí me quedo —le respondió Dante
Alfaro al marino de estatura baja. Porque él —apuntó con el
dedo al marino alto, quien le pidió al principio que se retirara—
me está corriendo de aquí, pero si tú me dices que puedo estar…
— Sí, aquí puedes estar.
Enseguida, una voz de atrás espeta:
—Jefe, equis dice que le demos aire.
El marino de estatura baja, dándose la vuelta y con el mismo
tono condescendiente les dice a todos:
—Cálmense, cálmense. Él puede estar aquí.
Acto seguido, el marino de estatura baja se da media vuelta y
camina hacia la casa donde se realiza el operativo. Dante Alfaro
relata que no había dado dos pasos el marino de estatura baja
cuando sintió que alguien le había picado las costillas con un
objeto puntiagudo: “No me atrevo a decir que me encañonaron,
pero no creo que haya sido un puntapié”.
—¡Qué no entiendes hijo de la chingada que no estés
grabando!

— 147 —
Periodismo bajo censura

“Ahí fue cuando yo me saqué totalmente de onda, porque el


jefe no llevaba ni cinco pasos adelante”.
En el Jardín de la Amistad, a unos metros de donde se
encontraba Dante Alfaro, unos muchachos estaban jugando una
cascarita en las canchas de futbol rápido. Asimismo, cerca de
donde cateaban la casa, se ubica un cibercafé: “había una pareja
de muchachos, y ellos estaban más cerca del operativo que yo”.
Además, comenta, como cualquier otro jardín, había gente
sentada en las bancas platicando a escasos metros de donde
estaba el reportero.
“Pero de toda la gente que estaba ahí sólo me quisieron quitar
a mí, porque tenía una cámara”.
Ante la renuencia del reportero de retirarse del lugar, el
marino alto que lo acompañaba optó por la amenaza. “Comenzó
a decirme chingaderas. Que me largue, que si no me largo así me
iba a ir”.
Además de las agresiones verbales, la intimidación y la
prepotencia con la que fue tratado, al reportero gráfico también
intentaron con uso de fuerza quitarle la cámara.
“Ahí fue cuando yo me asusté, porque pensé que me iba a
quitar la cámara y la cinta”.
Dante Alfaro reconoce que cuando uno entra a un cuartel
militar los reporteros están obligados a no grabar lo que los
soldados dicen, pero en la calle no se aplica esta regla.
“¿Qué ley los faculta a ellos, para que en la calle, me digan qué
puedo hacer yo con mi trabajo, así como cuándo puedo darle rec
a la cámara, qué cosas puedo grabar?”.

La postura de un columnista
El Instituto Electoral del Estado (IEE) había inaugurado
unos cursos sobre periodismo electoral, a principios del mes
de febrero, en las instalaciones de la Facultad de Derecho de

— 148 —
Pedro Zamora Briseño

la Universidad de Colima. Mario Alberto Solís acudió a los


primeros simposios.
El reportero y columnista del Diario de Colima había aceptado
una entrevista para hablar sobre la narcoviolencia. A pesar de que
Mario no es corresponsal de ningún medio nacional, y tampoco
ha sido amenazado por grupos del crimen organizado, sí ha sido
agredido físicamente por personajes cercanos al poder.
Además, su posición como líder de la agrupación Periodistas
y Comunicadores Independientes de Colima (Pecic) le
ha permitido conocer las principales problemáticas de los
reporteros en el estado.
—¿La violencia que se ha generado por el narcotráfico ha
influido de alguna manera o ha afectado tu trabajo periodístico?
—Sí, claro, aunque a mí no me corresponde cubrir
completamente la fuente que tiene que ver con el ámbito
policíaco o el tema de la seguridad. Pero sí influye a todos en la
medida que no hay condiciones o se han perdido esas condiciones
para ejercer libremente la profesión, sobre todo en lo que uno
comenta, en los aspectos editoriales; más que nada en los que
tenemos una columna o quienes tenemos estos tipos de espacios,
pues sí nos la pensamos para abordar con mayor profundidad ese
tipo de temas, no porque sea un aspecto de autocensura, como
muchas veces se dice, sino porque no hay las condiciones. Lo
hemos visto en otros lados, en otros estados, donde compañeros
han sido agredidos, han sido amenazados, incluso algunos hasta
asesinados. Entonces nosotros consideramos que no está la
situación como para, desde nuestros espacios, abordar con total
profundidad estos temas.
—¿Tomas alguna precaución al realizar tu trabajo, alguna
medida de seguridad?
—Sí, como te comentaba, no lo abordamos a profundidad;
quisiéramos decir muchas cosas, quisiéramos incluso hurgar,
como le corresponde la tarea al periodista, pero si sabemos

— 149 —
Periodismo bajo censura

que no hay condiciones preferimos esperar, como se hace ya


en muchos estados del país, los comunicados de prensa, o
simplemente a la hora de los análisis abordar generalidades
y no particularizar. Es decir, que sí se ha modificado nuestra
tarea en relación a ese tema de la inseguridad y el narcotráfico.
Por otra parte, las empresas informativas en las que trabaja
el periodista hacen recomendaciones muy generales: que
nos acreditemos debidamente cuando hay un operativo, que
estemos bien identificables para evitar contratiempos sobre
todo con los cuerpos de seguridad, pero no se ha implementado,
en mi empresa, la política de no firmar las notas. Tenemos ahí
un responsable en el área de policíacas que sigue firmando
sus notas. Él seguramente ha tomado sus providencias en este
aspecto. Como te dije: siempre anda bien identificado, siempre
avisa a dónde va; es decir, se mantiene en permanente contacto.
—¿Cuáles crees que son los principales riesgos al cubrir
información relacionada con el narcotráfico o al investigar sobre
estos temas?
—Eso se puede ver desde dos perspectivas. Primero,
obviamente, enfrentarte a un sistema o una red del crimen
organizado a la cual podría molestarle o incomodarle los temas
que tú abordas; esa es una parte que incluso te podría costar la
vida. La otra perspectiva es con las autoridades. Como hemos
visto hay reticencias de parte de ellos para emitir la información,
incluso ha habido agresiones a los compañeros reporteros por
parte de los cuerpos policíacos o de seguridad. Esto es hasta
cierto punto comprensible porque ellos hacen una tarea muy
complicada, y tratan en lo más posible que la información de lo
que están haciendo no se abra a la gente para evitar filtraciones,
para evitar muchas cosas; es comprensible pero es un problema
que estamos detectando y cada vez son más recurrentes las
agresiones a compañeros, se les impide hacer su trabajo; ya
hemos hecho pronunciamientos al respecto en ese sentido: que
cada quien haga lo que le corresponde para evitar problemas.

— 150 —
Pedro Zamora Briseño

—¿Este contexto violento de alguna manera te ha obligado a


suspender un trabajo periodístico?
—Sí, sí, yo creo que todos los que nos dedicamos a esto
estamos de cierta manera vulnerables a vivir una experiencia
violenta física o psicológica. En la cuestión física, en lo personal
no quiero comentar nada al respecto. Pero en la otra cuestión, en
relación a reclamos, a veces injustificados, porque eres humano y
a veces te equivocas. Incluso a mí me ha tocado y pido disculpas
por información errónea. Pero otras veces es simplemente
porque le molesta al funcionario a quien se le está cuestionando,
te reclama en público, te acusa de ser partidario de un instituto
político o de tener algún tipo de ideología, y bueno, ese tipo
de agresiones. O simplemente la agresión más recurrente:
que te nieguen información; eso agravia obviamente al medio
periodístico y va en detrimento de tu trabajo.

La vida en riesgo
El pelo largo de Martín Aquino se movía con la fuerza
imponderable del viento. El centro de Colima estaba como
cualquier otro día de los 365 del año. Dos horas antes había
hablado por teléfono con él. Martín no me conocía pero yo ya
lo había visto en reiteradas ocasiones: ruedas de prensa, eventos,
acontecimientos noticiosos importantes.
Una camisa de cuadros color rojo me había servido como
referente para la entrevista. Caminamos por uno de los andadores
y a mitad del camino, en la entrada del Hotel Ceballos, topamos.
Nos saludamos por primera vez, nos sentamos en una banca del
Jardín Libertad y solté la primera pregunta.
—¿La narcoviolencia ha afectado tu trabajo?
—Mira, claro que afecta el trabajo, pero en muchos sentidos.
Principalmente te toca hacer más coberturas, desarrollar más
trabajo relacionado con la violencia, en ese sentido te afecta,

— 151 —
Periodismo bajo censura

pues hay más trabajo a partir de la violencia porque es lo que


más vende.
Luego, sin cortar la ilación de las palabras, matiza:
—Pero al trabajo periodístico, en mi opinión, lo afecta hasta
donde tú lo permites, porque riesgos siempre van a haber en el
periodismo, pero todo es hasta donde tú lo permites.
“Desde luego que hay que estar consciente uno como
periodista y como persona cuáles son los límites y hasta dónde
arriesgarse —afirma—, porque muchas veces te gana la pasión
del periodista y te metes en riesgos innecesarios, entonces nunca
hay que perder la conciencia de las situaciones”.
El corresponsal del periódico Reforma comenta que en cuanto
a amenazas no ve mayor peligro en el periodismo colimense.
“Creo que Colima es un estado hasta cierto punto tranquilo,
donde los periodistas no hemos sido victimizados por amenazas
a partir de hechos violentos. Sí de pronto se dan situaciones
como que te encuentras cubriendo un operativo policíaco y ya
te quieren asegurar la cámara fotográfica o ya te quieren retirar
del lugar del hecho. Pero no pasa de ahí y realmente creo que no
es un problema, digo, al final de cuentas uno como periodista se
da sus mañas para obtener la información”
Sin embargo, cuando se le cuestiona sobre si es peligroso
investigar sobre temas relacionados con el narcotráfico, Martin
Aquino responde:
“Investigar sobre temas violentos sí es bastante riesgoso,
ahí sí es poner en riesgo tu vida. Tú como periodista te enteras
de bastantes situaciones que pudieran prestarse para una
investigación y te darían un resultado muy bueno como notas
periodística o reportajes. Pero también tienes que medir los
riesgos, porque meterte en una investigación sobre el narcotráfico,
por ejemplo, eso ya es poner en riesgo tu vida. Entonces creo que
ahorita la situación no está como para meterte a investigar. Yo lo
más que he llegado, en este tipo de temas, es a evidenciar una

— 152 —
Pedro Zamora Briseño

red de trata de personas. Pero sí fue una investigación de mucho


riesgo y profesionalmente te satisface el trabajo, pero también es
mucho riesgo. Entonces hay que saber hasta dónde”.

El ring, ring, ring del teléfono


El teléfono sonó en reiteradas ocasiones hasta que contestó
Elena del Toro, reportera del diario vespertino Avanzada. La
llamada era para Abraham Acosta. El mensaje: que le bajara, que
sabían quién era, dónde vivía, que mejor ya no se metiera en
esos asuntos; la advertencia fue esa y no quedó en el aire.
Al terminar la llamada, Elena se comunicó con su compañero
de trabajo. Era la hora de la comida y Abraham Acosta se
encontraba en un restaurante con Pedro Zamora y Juan Gabriel
Moctezuma. En cuanto concluyó la comunicación con Elena,
Abraham les dijo a Pedro y a Juan lo que había ocurrido.
La edición del día ya estaba hecha. La serie de reportajes
sobre el narcomenudeo en las fiestas rave de Colima, publicada
en los días anteriores, estaba casi completa. Había entrevistado
a políticos, líderes de asociaciones civiles, vendedores de droga
y jóvenes concurrentes a ese tipo de fiestas caligulísticas; todas
las aristas estaban cubiertas. Sin embargo, no podía arriesgarse.
La voz ignota retumbaba con una peligrosidad incierta pero
tangible: él no había firmado las notas, pero entonces ¿cómo
supieron?
Rápidamente, antes de que llegara la comida, se generó un
consenso sobre lo que se iba a hacer con las notas todavía no
publicadas en relación con el tema. La respuesta fue rápida: no
se publicarían.
“Al final decidimos que se iba a bajar la nota de ese día porque
no iba a arriesgar yo mi integridad por una nota, porque no
sabíamos qué hubiera podido pasar: balearme la casa, el carro
o simplemente agredirme ya ahora sí personalmente. O sea:

— 153 —
Periodismo bajo censura

no quería llegar a ese extremo. Además, la nota no era para el


premio Pulitzer ni nada por el estilo”.

Jugar a la ruleta rusa


La esfera estaba suelta y rodaba en el tablero de color rojo y negro,
trazando en su vuelo giratorio la circunferencia de su destino:
vida o muerte, clama la sórdida disyuntiva. Marcia Castellanos
comenzó el juego en el momento en que aceptó ir a Michoacán
a investigar el caso de un secuestro amañado, en el cual estaban
coludidos elementos de la policía.
Con una mirada que no denota ninguna emoción, Marcia
cuenta: “Nos tocó estar en esa zona, investigando en Michoacán,
y estábamos con la familia y nosotros no sabíamos que la familia
estaba siendo vigilada por los secuestradores que habían quedado
libres. Y la familia me acuerdo que nos tuvo que encerrar en un
segundo piso en la casa. El error de nosotros es que dejamos en
un asiento el chaleco de la empresa; entonces ellos sabían a qué
habíamos ido. Se bajaron con armas los tipos, hablaron con la
familia, les pidieron que no se moviera más la información de
este caso, y cuando nosotros salimos y nos retiramos de ahí
hubo un tramo, un trayecto de la carretera en la que nos siguió
un vehículo”.
Con un hilo de fatalidad tensado en la voz, la corresponsal
de Fuerza Informativa Azteca explica lo que está en la mente del
reportero cuando va a cubrir una información sobre un hecho
violento generado por el crimen organizado:
“El escenario de un hecho en la nota roja es lo que más
preocupa. Si tú vas a cubrir la nota, sin importar que el área esté
resguardada por policías, por militares, por marinos, nadie tiene
la certeza ni la seguridad de que ya por eso no van a regresar.
Entonces a lo mejor se puede dar en lugares donde estén los
curiosos, y tú dices bueno un curioso no tiene que estar ahí, pero
uno que está haciendo su trabajo. Siempre uno hace su mejor
esfuerzo para sacar la mejor nota. Pero como yo estoy viendo
— 154 —
Pedro Zamora Briseño

las cosas, en esto no hay que hacerle al héroe; en cuestiones del


narcotráfico, por ganar una nota, no hay que hacerle al héroe
porque está de por medio tu vida y también la de tu familia”.

Cuidándote la espalda
Pedro Zamora, corresponsal de Proceso, ha sido amenazado en
varias ocasiones. Sentado frente a mí, comienza a platicarme su
historia de cómo ingresó en el periodismo; después relata sus
percepciones.
—Pedro, ¿la violencia que se ha generado por el narcotráfico
ha influido de alguna manera o afectado tu trabajo periodístico?
—Se puede decir que sí porque ahora hay que cuidar muchos
aspectos en la manera de trabajar, hay que tener mayor cuidado.
Recuerdo que hace diez, quince o veinte años podía escribir
sobre temas fuertes relacionados con la violencia y como
periodista no sentía el riesgo como lo percibo ahora, pero esto
está relacionado con la realidad, por el contexto de lo que está
ocurriendo actualmente en nuestra profesión.
Haciendo una pausa y tocándose el mentón en una señal de
pensamiento, continúa:
“Entonces ahora hay que tener mayor cuidado en la forma
de decir las cosas, siempre con la intención de no dejar de
decirlas, pero hay que cuidar la manera de hacerlo. Creo que en
eso ha incidido el ambiente de violencia, que no sólo ha sido
por el conocimiento de lo que está ocurriendo con muchos
compañeros, sino también por el hecho de haber recibido
personalmente amenazas de muerte de parte del narcotráfico.
Eso de alguna manera impacta en lo personal, en lo emocional y
necesariamente se refleja en el trabajo”.
—En ese sentido, qué percepción tienes de la violencia: ¿es
alta, media o baja?
—Yo creo que en el caso de Colima es media. Todavía en
2010, hace un año, la situación podría decirse que era baja, la

— 155 —
Periodismo bajo censura

percepción de la violencia provenía más de lo que teníamos


conocimiento de otros lugares. En Colima todavía no habían
aparecido manifestaciones tan fuertes de violencia como ocurrió
el año pasado. Pero hay que ser claros: tampoco tenemos los
niveles de violencia de lugares como Chihuahua, Tamaulipas,
Veracruz u otros estados en los que hay varias víctimas dentro
del periodismo. Aquí en Colima, afortunadamente, la situación
no ha pasado de amenazas, de incidentes en algunos casos
de reporteros con agentes de la policía o el ejército. Pero
afortunadamente no ha habido una víctima fatal y esperamos
que no la haya.
A veces la Facultad de Letras y Comunicación tiene un
instante de paz dentro del bullicio que producen los movimientos
de la cafetería y la conversación fragorosa de los estudiantes. En
ese preciso momento le pregunto a Pedro Zamora sobre los
riesgos que entraña investigar sobre temas relacionados con el
narcotráfico.
El corresponsal de Proceso comienza su explicación. Manuales,
experiencia, periodistas, riesgo, muerte, las palabras van saliendo
y las ideas se dibujan en la mente de quien las escucha. Pedro
habla sobre una llamada al teléfono de su domicilio al amanecer
de un día de junio de 2008, mediante la cual fue amenazado de
muerte cuando investigaba un tema relacionado con el trasiego
de drogas por el puerto de Manzanillo.
“Cuando recibí esa llamada —evoca Pedro—, lo informé a
mi jefe inmediato en la revista Proceso, de quien recibí todo el
apoyo. Me dio instrucciones de suspender la investigación y, por
lo pronto, me recomendó no viajar a Manzanillo por un tiempo.
Pidió que le escribiera una relatoría de lo que pasó e indicó que
me mantuviera muy atento a lo que ocurriera, que si observaba
cualquier situación más allá de lo común no dejara de notificarle
para tomar otras medidas”.
De un golpe, el miedo se le presentó a Pedro como la llamada
impostergable de la fatalidad insospechada. Explica: “Hasta ese
— 156 —
Pedro Zamora Briseño

momento yo no tenía identificado el riesgo tan cerca de mí. De


pronto me sentí observado, vigilado. Esto me impactó mucho
y me robó la tranquilidad durante esa época. Lo primero que
hice fue cambiar el número telefónico de mi domicilio y ya no
autoricé la difusión del nuevo en el directorio público, al menos
para evitar más llamadas que pudieran generar mayor temor en
mi familia. Durante un tiempo me acompañó la preocupación:
al ir manejando siempre iba viendo a través del espejo retrovisor
tratando de descubrir si alguien me seguía; al detenerme en un
semáforo automáticamente volteaba a ver a los ocupantes del
vehículo de al lado, imaginando los movimientos que tendría
que hacer si veía de pronto una escena amenazante; al salir por las
mañanas de mi casa, siempre miraba hacia todas las direcciones;
hubo ocasiones en que al ir caminando por una calle cambié de
acera al creer ver a alguien sospechoso. Afortunadamente no se
presentó ya ningún otro incidente, todo quedó en la amenaza
telefónica, pero ése es el aviso más serio que he recibido sobre
la vulnerabilidad con que los periodistas realizamos nuestro
trabajo”.
Pero ya había tenido experiencias parecidas. Años atrás,
luego de publicar un reportaje sobre lavado de dinero, Pedro
recibió un mensaje donde se amenazaba de muerte a él y a sus
compañeros de la revista Contraste. El reportaje fue estupendo,
y coincidentemente meses después de su publicación uno de los
personajes involucrados cayó preso.

— 157 —
Automordaza legislativa

C on la eliminación de la pregunta parlamentaria del acto


del informe anual de labores del gobernador del estado, el
31 de julio de 2012, los diputados locales integrantes de la LVI
Legislatura no sólo acotaron su derecho a la libertad de expresión
dentro de su propia tribuna, sino que también redujeron los
alcances del derecho a la información de sus representados: los
habitantes de la entidad.
Menos de cuatro años se mantuvo vigente en Colima esta
figura, mediante la cual además del posicionamiento inicial
previo al informe, cada fracción legislativa tenía la facultad de
tomar la palabra al final del mensaje del jefe del Ejecutivo, para
formularle cuestionamientos directos que el funcionario debía
responder durante la sesión transmitida en cadena estatal de
radio y televisión.
La doctora Susana Thalía Pedroza de la Llave, integrante del
Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional
Autónoma de México (UNAM), recuerda que las preguntas
orales tienen sus antecedentes en el Parlamento británico,
específicamente durante el siglo XVII, consolidándose su
práctica en el siglo XIX, y aumentando su importancia y uso en
el siglo XX.
Citada dentro del documento “Pregunta parlamentaria.
Compilación documental”, realizado por la Cámara de Diputados
del Congreso de la Unión, Pedroza de la Llave explica: “Las
preguntas orales son peticiones que hacen los miembros de la
— 159 —
Periodismo bajo censura

institución representativa (Parlamento, Congreso, Asamblea,


Dieta, etcétera), a través del uso de la palabra, relativas a una
actividad o situación determinada que ha realizado, realiza o
realizará el gobierno. Asimismo es una figura que se presenta
tanto en un sistema parlamentario como en uno presidencial,
pero su uso es más frecuente en el primero”.
Las preguntas orales, añade, en todos los sentidos constituyen
uno de los mejores instrumentos de control sobre el Ejecutivo,
y no son simplemente un medio de información, sino que son
un medio de control parlamentario consistente en hacer público
el actuar del gobierno en general o de algún ministro con la
finalidad, entre otras, de proporcionar elementos al cuerpo
electoral, para que en el futuro castigue o apruebe la política
instrumentada por el gobierno.
Incorporada al Artículo 31 de la Constitución de Colima el 12
de septiembre de 2008 por los integrantes de la LV Legislatura,
durante la administración del gobernador Jesús Silverio Cavazos
Ceballos, la pregunta parlamentaria fue catalogada en su
momento por diputados priistas y opositores como un avance
en materia de transparencia, libertad de expresión y derecho a
la información.
La parte medular de esta disposición establecía: “El
presidente de la Mesa Directiva dará uso de la palabra, hasta
por cinco minutos, a un diputado por cada uno de los partidos
políticos representados en la Legislatura, para que formulen
preguntas al titular del Ejecutivo Estatal, quien las contestará de
manera inmediata en un solo acto, hasta por diez minutos”.
Realizada con base en propuestas de legisladores del PRI,
el PAN y el PRD, la reforma constitucional dispuso además el
cambio de fecha del informe, del 1 de octubre al 18 de diciembre
—con excepción del último año de cada sexenio, cuando se
rendiría en la primera fecha—, y la obligación del jefe del
Ejecutivo de enviar al Congreso el documento cinco días antes
de la fecha en que habría de presentarse.
— 160 —
Pedro Zamora Briseño

Durante la sesión donde fue aprobada, el diputado perredista


Adolfo Núñez González celebró la incorporación constitucional
de la pregunta parlamentaria, pues a su juicio se retomó el espíritu
de una propuesta por él realizada meses antes en el sentido de
que hubiera preguntas y respuestas en el acto del informe.
“Esto es un avance —dijo—, porque ya hay la participación
en dos momentos de los legisladores y no como anteriormente se
daba, que parece que era un hecho completamente aislado entre
lo que decían los diputados con lo que decía el Gobernador”.
Antes de la votación, el diputado priista Luis Gaitán Cabrera
señaló en la tribuna que los diputados tenían la “oportunidad
histórica” de reformar un formato de informe “superado por la
dinámica de nuestra reforma política, que nos ha orientado a
emprender cambios de lo que en términos de democracia no ha
sido funcional y darle oportunidad a lo que fortalece a nuestro
sistema de gobierno”.
El legislador ubicó entonces la pregunta parlamentaria en el
contexto de una “propuesta de diálogo y debate de este poder
(Legislativo) con el Ejecutivo, para que se esclarezcan los
resultados de la gestión pública”, con la advertencia de que “el
derecho constitucional de acceso a la información, que el año
pasado (2007) nos correspondió alentar con la aprobación de
la minuta respectiva para la reforma constitucional federal, no
tendría razón si no avanzamos en la reforma de los mecanismos
de la rendición de cuentas, para generar las condiciones y certeza
del ejercicio de otros derechos fundamentales como la libertad
de expresión o los derechos electorales, por mencionar algunos”.
Gaitán Cabrera concluyó que la inclusión de la pregunta
parlamentaria en el nuevo formato del informe de gobierno
tenía el propósito de que éste “realmente cumpla su cometido de
informar y evaluar su quehacer, con transparencia, privilegiando
el derecho de las personas a la información y a la verdad”.

— 161 —
Periodismo bajo censura

En un notable consenso de todas las fuerzas partidistas


representadas entonces en el Congreso del Estado, la reforma
constitucional fue aprobada por unanimidad.
Casi cuatro años después, en el sexenio del gobernador Mario
Anguiano Moreno y a iniciativa del diputado priista Francisco
Zepeda González, la LVI Legislatura aprobó por mayoría
una contrarreforma que echó abajo la figura de la pregunta
parlamentaria, lo que fue calificado por la oposición como un
retroceso en términos de democracia.
Leído en la tribuna por el legislador del tricolor José Manuel
Romero Coello, el dictamen aseguró que con esa reforma se
salvaguardaban “los elementos esenciales y primordiales del
informe de gobierno”, a la vez que se proponía contar con “un
procedimiento ágil y práctico” que cumpliera con la transparencia
y rendición de cuentas del Poder Ejecutivo ante la sociedad.
“Si bien se obvia este procedimiento de pregunta-respuesta
tal cual —justificó el documento—, el mismo no desaparece en
su totalidad, ya que los grupos parlamentarios podrán una vez
realizado el análisis del informe, acordar solicitar al Ejecutivo
estatal la ampliación de la información mediante preguntas por
escrito y en el acto de las comparecencias de los secretarios,
acordar también solicitarles la ampliación de la información
requerida”.
Otro argumento, en voz del diputado priista Rigoberto Salazar
Velasco, versó sobre la necesidad de dar “agilidad y celeridad”
al informe, pues el anterior se había prolongado cuatro horas y
en la siguiente legislatura, con un mayor número de fracciones
parlamentarias, la duración podría extenderse a seis horas o más.
Salazar adujo también que el presidente de la República y los
gobernadores de la mayoría de los estados del país cumplían con
su obligación constitucional entregando sus informes sólo por
escrito.

— 162 —
Pedro Zamora Briseño

En el caso de Colima, abundó el legislador, “en un acto de


generosidad, de pluralidad y de apertura para escuchar a todos,
(en 2008) se hicieron esas aportaciones a nuestra Constitución
local y, en efecto: ahí están las preguntas parlamentarias después
de escuchar los posicionamientos de cada una de las fracciones.
Aquí somos muy plurales, nos gusta tener al gobernador y por
eso tenemos esa redacción; somos la excepción”.
Y tras pronunciarse a favor de eliminar las preguntas
parlamentarias, Rigoberto Salazar planteó: “basta que cada
fracción en su posicionamiento las incluya, las diga o, como
se establece en la propuesta, las presente por escrito y habrá el
momento en donde comparezcan los secretarios de Estado para
que puedan ampliar y contestar las dudas que existan todavía
sobre el informe”.

“Atraco contra la transparencia”


El diputado Nicolás Contreras Cortés, del Partido Nueva
Alianza (Panal), cuestionó con dureza en la tribuna legislativa la
propuesta de sus homólogos priistas:
“En esta iniciativa que ustedes nos están presentando,
compañeros, de un plumazo eliminan la pregunta parlamentaria.
¿Cuál es el miedo? ¿De qué se trata? ¿No se trata de que el
gobernador venga a esta Legislatura a rendir un informe de manera
clara? ¿No es un acto republicano? ¿No es ir precisamente en
contra de la libertad, de la facultad que nosotros como diputados
tenemos para preguntarle al gobernador sobre la rendición de
cuentas? ¿No estamos atentando, compañeros diputados, contra
nosotros mismos como Poder? Yo no entiendo la obcecada
actitud que tienen los compañeros de la mayoría. Entiendo,
pues, que le quieren ayudar al gobernador, que está apanicado,
asustado; a él no le gusta que le pregunten, a él le gusta ser
gobernador en los actos públicos, juega a ser gobernador, pero
cuando se ocupa dar la cara, cuando se ocupa tomar decisiones,
cuando se ocupa estar al pendiente de los temas torales, él ya no
— 163 —
Periodismo bajo censura

es el gobernador: delega esa responsabilidad en tres, cuatro que


tiene a lado y son los que toman las decisiones”.
El argumento de la fracción priista en el sentido de dar
“mayor agilidad, celeridad y practicidad” al acto oficial del
informe fue calificado por el legislador del Panal como “un
pretexto balín que no tiene ningún fundamento”, en tanto que la
reforma fue definida como “un atraco en contra precisamente de
la transparencia y la rendición de cuentas”.
Tras anunciar su voto en contra del dictamen, Contreras
cuestionó: “Si el asunto es que haya practicidad y que sea más ágil,
¿por qué el gobernador después de estar aquí, cuando ha venido
aquí, todavía organiza un evento en el Casino de la Feria? ¿Se
quiere ser más práctico o es de lucimiento? Porque el lucimiento
lo debería tener aquí el gobernador, rindiendo un informe claro,
pronto, directo, preciso, pero sobre todo transparente, que es lo
más importante”.
En nombre de la fracción panista, el diputado Raymundo
González Saldaña se pronunció también contra la pretendida
reforma, a la que se refirió como “una aberración” y “un retroceso”
en la revisión de cuentas y la transparencia, consideradas estas
últimas como instrumentos y componentes esenciales en los
que se funda la gobernabilidad en el Estado democrático y por
los que se pondera el derecho a la información pública.
La transparencia, sostuvo, abre la información al escrutinio
público para que aquellos interesados puedan revisarla, analizarla
y en su caso utilizarla como mecanismo para sancionar; el
gobierno democrático debe rendir cuentas para reportar o
explicar sus acciones y debe transparentarse para mostrar su
funcionamiento y someterse a la evaluación de los ciudadanos.
La reforma constitucional fue aprobada por 19 votos a favor
y 6 en contra. Aunque la postura de la fracción panista fue en
contra, dos de sus integrantes (Leonel González Valencia y Luis
Alfredo Díaz Blake) sufragaron a favor, junto con los 14 priistas,

— 164 —
Pedro Zamora Briseño

2 del Panal y 1 del PT. En contra votaron 5 panistas y el panalista


Nicolás Contreras.
Aunque el argumento central de la fracción del tricolor para
promover la desaparición de la pregunta parlamentaria fue
agilizar el acto oficial de presentación del informe, lo cierto es que,
a través de esa figura, en sus dos primeros informes de gobierno
el jefe del Ejecutivo estatal enfrentó severos cuestionamientos
por parte de los diputados de oposición.
Por ejemplo, en su Primer Informe de Gobierno, el 18 de
diciembre de 2010, el gobernador Mario Anguiano escuchó de
la diputada panista Patricia Lugo Barriga una de las preguntas
más incómodas —que meses antes en un acto público le
había formulado también el diputado federal Leoncio Morán
Sánchez— sobre el tema que había de perseguirlo a lo largo
de su sexenio: “¿Usted y sus colaboradores tienen o han tenido
alguna liga con el crimen organizado?”
En la primera parte de su respuesta, el mandatario reflexionó:
“Una persona que está vinculada a la delincuencia organizada
arriesga su vida y la de su familia, y nadie lo hace de gratis,
siempre busca un objetivo, normalmente económico”.
En su caso, dijo ser el único actor político que desde su
gestión como diputado local, enseguida como alcalde de Colima
y después como gobernador, mantenía pública su declaración
patrimonial, donde “la población puede ver con toda precisión
qué tenemos y cómo lo hemos obtenido; yo digo que no hay
mejor manera de demostrar que no hay un solo vínculo con la
delincuencia organizada, que esa transparencia”.
Pero el jefe del Ejecutivo fue más allá en su contestación y
se otorgó la licencia de desestimar el cuestionamiento que
la diputada Lugo Barriga le había realizado desde la tribuna
legislativa: “Lo más importante para mí —dijo— no es la
opinión de un actor político como el diputado federal, o como la
opinión de usted, que podrán dudar de si tenemos vinculación o

— 165 —
Periodismo bajo censura

no; yo les digo que en política lo más importante es qué piensa y


qué dice la población”.
La eliminación de la pregunta parlamentaria en 2012,
sin embargo, no fue suficiente para acallar las fuertes
críticas a la administración anguianista en el espacio de
los informes gubernamentales de los siguientes años, pues
los cuestionamientos siguieron a través del espacio del
posicionamiento previo de los partidos.
En agosto de 2015, en pleno declive y desgaste político por las
malas cuentas financieras y el crecimiento de la inseguridad en
su gobierno, Mario Anguiano se libró de acudir el 1 de octubre
siguiente al Congreso del Estado a rendir su Sexto Informe de
Gobierno, lo que implicaba exponerse nuevamente a las críticas
de la oposición.
Lo salvó una iniciativa presentada por la fracción parlamentaria
del Panal, aliada del PRI, en la que propuso reformar otra vez el
artículo 31 de la Constitución del Estado, ahora para establecer
que el informe fuera entregado por escrito, como se encuentra
establecido en el ámbito federal. El dictamen fue aprobado por
los 18 legisladores presentes en esa sesión.

— 166 —
Periodismo bajo censura, uso arbitrario de la
publicidad oficial y otros temas de comunicación
en Colima, de Pedro Zamora Briseño, fue impreso
en Sericolor Diseñadores e Impresores, S.A. de C.V.,
Ma. Refugio Morales 583, Col. El Porvenir, Colima,
Colima, México, en agosto de 2016, el tiraje consta de
500 ejemplares sobre papel Bond ahuesado de 90 g
para interiores y cartulina sulfatada de 12 puntos para
la portada.

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