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Esquizofrenia.

La esquizofrenia abarca todo un grupo de enfermedades. La regresión alcanza un


periodo en que el yo surge por primera vez a la existencia. Un yo existe en la
medida en que se diferencia de los objetos que no son el yo. Estado narcisista.
La primera categoría de síntomas abarca fenómenos tales como las fantasías de
destrucción del mundo, ciertas sensaciones físicas, la despersonalización, los
delirios de grandeza, las maneras arcaicas de pensar y hablar, los síntomas
hebefrénicos y algunos síntomas catatónicos.
La segunda categoría comprende alucinaciones, los delirios, la mayor parte de las
peculiaridades sociales del esquizofrénico, y las del habla, y otros síntomas
esquizofrénicos.
La fantasía de que se aproxima el fin del mundo, en cierto sentido están en lo
cierto, en lo que a ellos respecta el mundo objetivo a hecho colapso, porque su
libido se ha desplazado de los objetos. Los pacientes al hacer abandono de un
estado narcisista y tratar de restablecer el contacto con el mundo objetal, lo
consiguen solamente en forma de bruscos arranques y por cortos períodos de
tiempo.
Muchas esquizofrenias comienzan con sensaciones hipocondríacas
características. La imagen del cuerpo es el núcleo del yo. Con la alteración
regresiva del yo, este núcleo aparece una vez más y es alterado.
Las alteraciones especiales de la imagen corporal tienen por causa los conflictos
mentales subyacentes, y pueden ser tomados como punto de partida para el
análisis de estos conflictos. En la despersonalización son reprimidos los
sentimientos o las ideas afectadas de una sobrecarga.
En personas que tienen la posibilidad de regresar a la omnipotencia narcisista, la
semejanza con el objeto es reemplazada por el sentimiento de ser más admirable
que cualquier objeto. El amor a los objetos es sustituido a sí mismo, y la
sobreestimación de que se hace objeto habitualmente a la persona amada es
dirigida ahora hacia su propio yo.
La lógica del esquizofrénico es igual a la del pensamiento primitivo, mágico, es
decir, con una manera de pensar que hallamos también en le inconsciente del
neurótico.
En la hebefrenia puede observarse la pérdida del mundo de los objetos o la
pérdida de todo interés en éste, libre de toda otra complicación. El carácter pasivo
del mecanismo de defensa de la regresión adquiere aquí su máxima claridad:
acosado por los conflictos, el yo no emprende ninguna actividad conducente a
defenderse, “se deja estar”.
Con la pérdida de la comunicación afectiva con los objetos, se ha perdido también
la conexión de las actitudes emocionales entre sí, y estas actitudes aisladas se
han hecho rígidas y automáticas.
La salvación es sentida a menudo en forma pasivo-receptiva, y ostenta signos de
la unio mystica narcisista, de la más profunda unión oral del sujeto con el universo,
y el restablecimiento del primitivo “sentimiento oceánico”.
Las alucinaciones son sustitutos de las percepciones, que se producen luego de la
pérdida o menoscabo de la aptitud para la prueba y juicio objetivos de la realidad.
Pero no es sólo una realidad repudiada lo que vuelve en forma de alucinaciones.
Es también un ello o un superyó, que han sido repudiados.
Los delirios son juicios equivocados de la realidad, que se basan en la proyección.
Representan un intento de reemplazar las porciones perdidas de la realidad,
contienen a menudo elementos de la realidad repudiada, que a pesar de todo
regresan, y partes de los impulsos rechazados, al mismo tiempo que exigencias
proyectadas del superyó.
Los delirios, en suma, como las alucinaciones, son mezcladas de elementos
perceptivos, pensamientos y recuerdos, sistemáticamente deformados de acuerdo
con tendencias definidas. Estas tendencias representan deseos instintivos
rechazados, así como también amenazas del superyó.
Los impulsos genitales aparecen habitualmente en constante competencia con los
pregenitales. La primacía genital, al parecer, nunca ha sido muy vigorosa en las
personas predispuestas a la esquizofrenia.
Las etereotipias y los manerismos son sustitutos de las emociones, alusiones a las
emociones, carentes ya de un objeto de comunicación.

Bibliografía:
Fenichel, O. (2008). Teorias Psicoanaliticas de las Neurosis. Barcelona: Páidos Ibérica.

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