La esquizofrenia abarca un grupo de enfermedades mentales caracterizadas por síntomas como alucinaciones, delirios, pensamiento mágico y alteraciones de la personalidad. Los síntomas se dividen en dos categorías: la primera incluye fantasías de destrucción, sensaciones físicas anormales y alteraciones del pensamiento y habla; la segunda comprende alucinaciones, delirios y peculiaridades sociales y del lenguaje. Los pacientes experimentan una pérdida del contacto con la realidad debido al desplazamiento de la libido de
La esquizofrenia abarca un grupo de enfermedades mentales caracterizadas por síntomas como alucinaciones, delirios, pensamiento mágico y alteraciones de la personalidad. Los síntomas se dividen en dos categorías: la primera incluye fantasías de destrucción, sensaciones físicas anormales y alteraciones del pensamiento y habla; la segunda comprende alucinaciones, delirios y peculiaridades sociales y del lenguaje. Los pacientes experimentan una pérdida del contacto con la realidad debido al desplazamiento de la libido de
La esquizofrenia abarca un grupo de enfermedades mentales caracterizadas por síntomas como alucinaciones, delirios, pensamiento mágico y alteraciones de la personalidad. Los síntomas se dividen en dos categorías: la primera incluye fantasías de destrucción, sensaciones físicas anormales y alteraciones del pensamiento y habla; la segunda comprende alucinaciones, delirios y peculiaridades sociales y del lenguaje. Los pacientes experimentan una pérdida del contacto con la realidad debido al desplazamiento de la libido de
La esquizofrenia abarca todo un grupo de enfermedades. La regresión alcanza un
periodo en que el yo surge por primera vez a la existencia. Un yo existe en la medida en que se diferencia de los objetos que no son el yo. Estado narcisista. La primera categoría de síntomas abarca fenómenos tales como las fantasías de destrucción del mundo, ciertas sensaciones físicas, la despersonalización, los delirios de grandeza, las maneras arcaicas de pensar y hablar, los síntomas hebefrénicos y algunos síntomas catatónicos. La segunda categoría comprende alucinaciones, los delirios, la mayor parte de las peculiaridades sociales del esquizofrénico, y las del habla, y otros síntomas esquizofrénicos. La fantasía de que se aproxima el fin del mundo, en cierto sentido están en lo cierto, en lo que a ellos respecta el mundo objetivo a hecho colapso, porque su libido se ha desplazado de los objetos. Los pacientes al hacer abandono de un estado narcisista y tratar de restablecer el contacto con el mundo objetal, lo consiguen solamente en forma de bruscos arranques y por cortos períodos de tiempo. Muchas esquizofrenias comienzan con sensaciones hipocondríacas características. La imagen del cuerpo es el núcleo del yo. Con la alteración regresiva del yo, este núcleo aparece una vez más y es alterado. Las alteraciones especiales de la imagen corporal tienen por causa los conflictos mentales subyacentes, y pueden ser tomados como punto de partida para el análisis de estos conflictos. En la despersonalización son reprimidos los sentimientos o las ideas afectadas de una sobrecarga. En personas que tienen la posibilidad de regresar a la omnipotencia narcisista, la semejanza con el objeto es reemplazada por el sentimiento de ser más admirable que cualquier objeto. El amor a los objetos es sustituido a sí mismo, y la sobreestimación de que se hace objeto habitualmente a la persona amada es dirigida ahora hacia su propio yo. La lógica del esquizofrénico es igual a la del pensamiento primitivo, mágico, es decir, con una manera de pensar que hallamos también en le inconsciente del neurótico. En la hebefrenia puede observarse la pérdida del mundo de los objetos o la pérdida de todo interés en éste, libre de toda otra complicación. El carácter pasivo del mecanismo de defensa de la regresión adquiere aquí su máxima claridad: acosado por los conflictos, el yo no emprende ninguna actividad conducente a defenderse, “se deja estar”. Con la pérdida de la comunicación afectiva con los objetos, se ha perdido también la conexión de las actitudes emocionales entre sí, y estas actitudes aisladas se han hecho rígidas y automáticas. La salvación es sentida a menudo en forma pasivo-receptiva, y ostenta signos de la unio mystica narcisista, de la más profunda unión oral del sujeto con el universo, y el restablecimiento del primitivo “sentimiento oceánico”. Las alucinaciones son sustitutos de las percepciones, que se producen luego de la pérdida o menoscabo de la aptitud para la prueba y juicio objetivos de la realidad. Pero no es sólo una realidad repudiada lo que vuelve en forma de alucinaciones. Es también un ello o un superyó, que han sido repudiados. Los delirios son juicios equivocados de la realidad, que se basan en la proyección. Representan un intento de reemplazar las porciones perdidas de la realidad, contienen a menudo elementos de la realidad repudiada, que a pesar de todo regresan, y partes de los impulsos rechazados, al mismo tiempo que exigencias proyectadas del superyó. Los delirios, en suma, como las alucinaciones, son mezcladas de elementos perceptivos, pensamientos y recuerdos, sistemáticamente deformados de acuerdo con tendencias definidas. Estas tendencias representan deseos instintivos rechazados, así como también amenazas del superyó. Los impulsos genitales aparecen habitualmente en constante competencia con los pregenitales. La primacía genital, al parecer, nunca ha sido muy vigorosa en las personas predispuestas a la esquizofrenia. Las etereotipias y los manerismos son sustitutos de las emociones, alusiones a las emociones, carentes ya de un objeto de comunicación.
Bibliografía: Fenichel, O. (2008). Teorias Psicoanaliticas de las Neurosis. Barcelona: Páidos Ibérica.