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HSITESA
Editores e Impresores Profesionales
FACULTAD DE CIENCIAS
POLÍTICAS Y SOCIALES
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER.
DE LAS RELIGIONES AXIALES A
LA MODERNIDAD
TOMO II
Este libro fue financiado con recursos de la Dirección General de Asuntos del
Personal Académico (DGAPA), de la Universidad Nacional Autónoma de México,
mediante el proyecto "Enseñanza para el estudio de la historia de las revoluciones",
coordinado por Jorge Federico Márquez Muñoz, como parte del Programa de
Apoyo a Proyectos de Investigación para el Mejoramiento de la Enseñanza
(PAPIME), PE301410
INTRODUCCIÓN ............................................................................ 11
PRIMERA PARTE
LA COMPASIÓN UNIVERSAL LIMITADA
CHINA..................................................................................... 23
1. Orígenes del gigante asiático .............................................. 23
2. El fin del orden sacrificial ................................................... 26
3. Orden jerárquico y ciclo estabilizador ................................ 33
4. Fin de la estabilidad:
comerciantes, misioneros y ejércitos invasores .... 37
5. Fin de la estabilidad: la destrucción desde adentro. . 42
6. Fin del imperio: una larga revolución ................................. 45
7. De nuevo los extranjeros..................................................... 50
8. El ascenso de Mao .............................................................. 52
9. La gran venganza: el régimen comunista............................ 53
10. ¿El fin del encapsulamiento? .............................................. 63
11. Balance del régimen de la revolución china ....................... 66
INDIA .......................................................................... 77
1. El fin del sacrificio, pero no de la violencia ....................... 81
2. Ascenso de los brahmanes y violencia de castas. ... 85
3. La compasión desde arriba.................................................. 90
4. Los límites del sistema de castas ........................................ 91
5. Modernización y violencia en India .................................... 94
7
SEGUNDA PARTE
EL IGUALITARISMO SUBORDINADO
EL ISLAM ............................................................................... 113
1. Violencia para mantener el orden de la UMMA .... 118
2. Igualdad para la guerra ...................................................... 122
3. Un mundo qué conquistar.................................................. 127
4. Problemas de legitimidad del gobernante.......................... 130
5. El desencapsulamiento por la fe ........................................ 135
6. Mongoles y cristianos ........................................................ 139
7. Lucha de fes... lucha de ejércitos....................................... 144
8. ¿Modernización islámica? ................................................. 149
9. El imperialismo... es el de los otros ................................... 155
10. El Islam, hoy...................................................................... 166
LA CRISTIANDAD
1. La nueva fundación de la sociedad .................................... 175
2. Fin del imperio romano y ascenso de la Cristiandad . . 182
3. El cristianismo imperial..................................................... 188
4. Sociedades guerreras al inicio de la Edad Media . . . 193
5. Intento de reconstrucción del imperio ............................... 201
6. La baja Edad Media ........................................................... 214
7. El Renacimiento: la geopolítica......................................... 223
8. El Renacimiento: política y economía ............................... 229
9. Tomarse el cristianismo en serio:
inquisidores y reformistas ................................................. 237
TERCERA PARTE
LA MODERNIDAD
INTRODUCCIÓN ...................................................................................... 249
1. Envidia sacra ..................................................................... 253
2. Envidia temible ................................................................. 255
3. La envidia banalizada: cortesanos y mecanicistas. . . 270
4. La envidia banalizada del economicismo .......................... 283
5. Envidia ideológica ............................................................. 295
8
6. El liberalismo hacia adentro ............................................... 315
7. La compasión universal igualitaria en Occidente. . . 329
8. ¿Liberalismo hacia afuera? ................................................. 339
9. Capitalismo e imperialismo ................................................ 359
10. Desencapsulamiento internacional ..................................... 373
11. Inicios de la destrucción moderna ...................................... 391
12. La guerra política ................................................................ 402
13. La guerra política al servicio de la economía ..................... 422
14. La guerra masiva y total ..................................................... 466
15. Totalitarismos guerreros ..................................................... 476
16. La Guerra Fría .................................................................... 497
17. El mundo contemporáneo ................................................... 503
18. Las corporaciones ¿holismo o falso holismo? .................... 511
19. El retorno del ethnos ........................................................... 525
20. ¿Hacia dónde vamos? ......................................................... 538
FUENTES CONSULTADAS ........................................................................ 547
9
INTRODUCCIÓN
11
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4
Cfr. Paul Kennedy, Elparlamento de la humanidad. La historia de las Naciones Unidas,
trad. Ricardo García Pérez, México, Debate, 2008 (Iaed. en inglés 2006), p. 237.
5
Cfr. David Rieff, Una cama por una noche. El humanitarismo en crisis, trad. Jesús
Cuéllary Amado Diéguez, Madrid, Taurus, 2003 (Iaed. en inglés, 2002), p. 335.
6
Cfr. Michael Ignatieff, Los derechos humanos como política e idolatría, trad. Francisco
Beltrán Adell, Barcelona, Paidós, 2003 (I a ed. en inglés, 2001), p. 32.
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19
En el sentido de que trascendía las diferencias de clase y las fronteras del Estado
o el imperio donde apareció; asimismo, trascendente porque iba más allá de las redes
de poder económicas y políticas.
20
Michael Mann, Las fuentes del poder social I. Una historia del poder desde los comienzo?
hasta 1760 d.C, trad. Fernando Santos Fontenla, España Madrid, Alianza, 1991 (V
ed. en inglés, 1986), p. 431.
21
Que iguala a todos los hombres ante dios y no permite que ni uno más de ellos
se convierta en chivo expiatorio.
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Ya sea el enemigo exterior de la guerra o el enemigo en la propia sociedad, es
decir, el delincuente, la bruja, el hereje, etc.
23
Cfr. Richard Kearney, Strangers, Gods and Monsters. Interpreting Otherness, Nueva
York, Routledge, 2003, pp. 41 y 45.
24
Los bárbaros atacan las fronteras de lo queda del Imperio Romano; las facciones
de terratenientes y obispos luchan por los impuestos y el control de la Ciudad Eter
na, etc.
25
Cfr. Paul Johnson, Intelectuales, trad. Clotide Rezzano, Buenos Aires, Vergara,
1990 (Iaed. en inglés, 1988), p. 69.
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lo que su sociedad valora y lo que ella hace. Más aún, las clases
medias y bajas también sufren esta contradicción, pues no dejan de
pensar en términos sacrificiales los métodos para obtener su propio
bienestar: el nacionalismo, la lucha de clases y algunas otras formas
reivindicatorias que promueven abiertamente el hundimiento de sus
enemigos.
El presente libro contribuye al análisis de la relación entre
sociedad, poder y violencia, comenzado en el volumen predecesor.
En esta ocasión, dicho estudio se logra mediante un seguimiento de
las huellas de los tres modelos civilizacionales antes descritos de
contradicción en torno al sacrificio, y se realiza un recorrido de dos
milenios, que culmina en el tiempo y espacio en el que habitamos
actualmente. De esta manera, las siguientes páginas conducen a
interrogarnos sobre nuestro propio papel en el origen social de la
violencia y su contención.
i
19
PRIMERA PARTE
E
n China, durante los periodos de la cultura Hsia27 y de las
dinastías Shang28 y Chou,29 se dio el surgimiento del Estado
agrícola en las planicies del Río Amarillo; se impuso un orden
holista, en cuyo centro estaban los reyes apoyados por los
terratenientes convertidos en señores de la guerra. Era un sistema
cuasi feudal donde la pertenencia al clan tenía un enorme peso. Las
actividades económicas consistían en la agricultura, el pastoreo, el
tratamiento de la seda y el comercio. Las relaciones entre la
aristocracia, los oficiales, los artistas, los artesanos, los campesinos y
los esclavos dependían de que el monarca llevara a cabo los ritos
sacrificiales: los de la guerra y la cacería.30
Pero los sacrificios no sólo eran una cuestión relacionada con la
unidad del Estado, también se ejecutaban para resolver asuntos
cotidianos: purificaciones, inauguraciones31 o para augurar el
27
2205-1766 a.C.
28
1766-1122 a.C.
29
1122-256 a.C.
30
Herbert Plutschow, "Archaic Chínese Sacrificial Practices in the Light of Generative
Anthropology", Anthropoetics /, no. 2 (diciembre, 1995), cap. 2, disponible en http://
www.anthropoetics. ucla.edu/ap0102/china.htm, consultado el 28 de mayo de 2012.
31
De puentes, presas, plazas u otras obras públicas. Al hacer una gran construcción
las víctimas sacrificiales eran arrojadas a los cimientos, y sus espíritus, siempre que
fueran adecuadamente venerados, cuidarían la obra.
23
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oficialmente nombrados y de número desconocido. Cír. Herbert Plutschow, op. cit., cap. 14,
consultado el 12 de junio de 2012.
35
Se comunicaba con ellos mediante rituales esotéricos y un lenguaje simbólico.
36
La buena suerte era atribuida a los ancestros, pero también se les culpaba por
la mala.
" Que a la vez tomaba como su modelo a sus ancestros.
38
"A veces, el servicio ritual se prolongaba a lo largo de trescientos o trescientos sesenta
días. El término sacrificio designa también el «año», ya que se concibe el ciclo anual como un
oficio completo". Mircea Eliade, op. cit., p. 23.
25
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39
La dinastía Tang, que comenzó a gobernar en el siglo vn, tenía como mito fundador
de su autoridad la historia de su primer monarca. Tang estaba a punto de autoinmo-
larse para terminar con una sequía y el preparativo para arrojarse a la pira sacrificial
consistía en cortarse las uñas y el cabello. Pero una vez que el rey hizo esto, comenzó
a llover. El rito se redujo, en lo sucesivo, al corte de uñas y cabello del monarca.
40
Cfr. Herbert Plutschow, op. cit.tcaps. 5-7, consultado el 12 de junio de 2012.
41
Derrocada en 1912.
42
Enlistados por los grandes filósofos chinos: Confucio (551-489 a.C), Mozi (480-
390), Mencio (382-300 a.C), Zhuangzi (365-280 a.C) y Han Feizi (280-233 a.C).
26
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Cfr. Herbert Plutschow, "Xunzi and the Ancient Chínese Philosophical Debate
on Human Nature", Anthropoetics 8, no. 1 (primavera-verano, 2002), cap. 2, disponible
en http://www.anthropoetics. ucla.edu/ap0801/xunzi.htm, consultado el 16 de junio
de 2012.
44
Cfr. Ibidem, cap. 4, consultado el 16 de junio de 2012.
45
Cfr. Ibidem, cap. 12, consultado el 16 de junio de 2012.
27
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46
Cfr. Ibidem, cap. 13, consultado el 16 de junio de 2012.
47
Los chin sustituyeron a la familia extensa e indivisa y fomentaron a la familia
nuclear, que era más indefensa ante las imposiciones del centro.
48
"Los sucesivos emperadores buscaban [...] una frontera científica sobre la línea
de demarcación de las tierras idóneas para la agricultura y las que había que dejar a
los pastores nómadas, pero esa línea era de estabilidad imposible ya que ambas zonas
estaban separadas no sólo por un sistema ecológico mixto, sino que esa misma zo
na intermedia cambiaba con arreglo al clima, desecándose y humidificándose, dentro
de la enorme masa geográfica de Eurasia. Los intentos de imponer una ecología,
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Esta política dio buen resultado durante más de mil años y, aunque
muchas veces se vio invadida, a veces dividida y en ciertos períodos
gravemente desorganizada, China nunca estuvo completamente
sometida al dominio de un pueblo extranjero, y así los extranjeros que
lograron acumular cierta autoridad fueron absorbidos por la civilización
por efecto de la aculturación y su matrimonio con indígenas; los
períodos de gran desorganización solían concluir con una reacción
positiva y fructífera al restablecerse el poder central. Por ejemplo, la
dinastía Suei (581-617) y la T'ang
colonizando el linde con campesinos chinos [...] [resultaron en] un empeoramiento por mejora,
pues los colonos, sobre todo los asentados en la gran curva del río Amarillo, tendían a hacerse
nómadas cuando se producía la desecación y así aumentaba el número de pueblos nómadas
montados que atacaban constantemente la Gran Muralla, y estas ofensivas anulaban los
esfuerzos realizados por los comandantes de la frontera por sinizar a los seminómadas que
habitaban la zona intermedia".
"No es sorprendente que [...] los chinos nunca prescindiesen de las murallas de las
ciudades en torno a las cuales habían crecido originariamente los asentamientos de agricultura
por regadío; en épocas de afianzamiento dinástico servían de centro a la administración
imperial y durante las épocas de disturbios, causados por los ataques nómadas, seguían siendo
refugios de la tradición imperial que siempre lograba rehacerse y sinizar a los invasores. Las
murallas urbanas eran símbolo de civilización bajo la dinastía Ming (1368 1644) fueron
completamente reconstruidas como lo fuera la Gran Muralla. No obstante, ambas eran
puntales del sistema imperial, cuyo poder residía [...] en el criterio filosófico chino de cómo
debía estar ordenada la sociedad".
"[...] El número de intrusos que accedieron al poder era relativamente reducido y
procedía de comunidades esteparias que, hasta cierto punto sin que éstas se dieran cuenta,
habían sido sutilmente sinizadas merced al constante contacto en la frontera fortificada con la
civilización agredida. En ese sentido, la Gran Muralla fue un instrumento civilizador, un
diafragma a través del cual fluían poderosas ideas hacia afuera para moderar la barbarie de los
que no cesaban de llamar a sus puertas". John Keegan, Historia de la guerra, trad. Francisco
Martín Arribas, México, Planeta, 1995 (Iaed. en inglés, 1993), pp. 188-189.
29
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51
Bertrand Badie y Guy Hermet, Política comparada, trad. Mercedes Córdoba, FCE,
México, 1993 (1990, primera edición en francés), p. 159.
52
John Keegan, op. cit., p. 251.
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cultural. Los chinos podrían responder con más facilidad que los
subditos o ciudadanos del imperio romano a la pregunta ¿a qué
comunidad pertenezco? La mayoría de ellos habría dicho, en primer
lugar, a China. Esta claridad estaba reforzada por el confucianismo,
que ponía en el centro al imperio y negaba la relevancia de los dos
más allá: el celestial y el de los extranjeros.
Otros elementos clave para resolver las contradicciones impe-
riales fueron la tolerancia a los particularismos,56 la limitación de
los valores igualitarios a la élite57 y la apertura de la categoría de
caballero a todo aquél que acreditara cierta educación.58
El ciclo conformismo-revuelta se cumplió una y otra vez. La
mayor parte del tiempo, la primera parte dominó gracias a los
eficaces métodos de contención de la violencia -temor a los dioses
naturales y monopolio de las élites para comunicarse con ellos,
autoridades que se conducían ejemplarmente, jerarquías
encapsuladoras, culto a la ley y persecución de bienes internos por
encima de los externos-, así como mediante el control burocrático.
El orden chino era muy flexible ante aquellos elementos que lo
amenazaban y no estaban contemplados en el esquema establecido
de resolución de conflictos; había negociaciones entre las élites
para resolver la cooperación entre el centro imperial y la periferia
de los terratenientes;59 también tenían lugar pactos sociales entre
campesinos y autoridades locales y centrales, sobre todo a
propósito de la redistribución de la tierra y los montos de los
impuestos.
56
Pues no eran vistos como amenazas.
57
No había un concepto semejante al de ciudadanía occidental.
58
De tal manera que podían acceder a la élite, incluso los bárbaros, una vez que
hubieran pasado las pruebas correspondientes.
59
De cualquier manera, los campesinos contaban con sus propios métodos estabi
lizadores, como el infanticidio, que retardaba algunas generaciones los efectos más
nefastos de la trampa malthusiana. Desde el siglo i a.C, cuando la población china
llegaba a los 60 millones de habitantes, hubo ya una clara conciencia de la sobrepo-
blación. Debido a la escasez de tierras y al hecho de que los granjeros chinos heredan
las tierras entre todos sus hijos varones, las familias solían ser bastante pequeñas.
Cfr. John King Fairbank, op. cit., pp. 87 y 44.
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4. Fin de la estabilidad:
comerciantes, misioneros y ejércitos invasores
Hacia finales del siglo xix los ingleses, que producían la adormidera en
Bengala, habían desplazado casi en su totalidad a los comerciantes
portugueses en China; e inversionistas y competidores franceses,
estadounidenses y holandeses, acompañaban en sus aventuras de
narcotraficantes a los británicos.
La política que prohibía anclar las naves extranjeras en los puertos
chinos molestó a las potencias europeas, que soñaban comerciar con China,
un país inmenso para sus mercancías y misioneros. La frustración se agravó
a principios del siglo xix, en tanto aumentó la demanda inglesa de té,
producido en China; en cambio, los anglosajones no encontraron un
producto para vender en proporciones semejantes, por lo que el comercio
implicó entonces una transferencia enorme de plata de Occidente a China.63
62
Antonio Escohotado, Historia general de las drogas, 2, Madrid, Alianza Editorial,
1997 (Iaed. 1989), p. 156.
63
Cfr.Jeffrey N. Wasserstrom, China in the 21sl Century. WhatEveryoneNeedstoKnow,
New York, Oxford University Press, 2010, pp. 24-25.
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Los emperadores intentaban sacar provecho de los comerciantes libres cobrán
doles elevados impuestos. Pero la corrupción de los funcionarios, ya muy extendida
en el siglo xvm cuando el comercio chino en el sureste asiático se multiplicaba con
rapidez, mantenía a una parte importante de los comerciantes como contrabandistas
antes que como hombres decentes de negocios. Para proteger sus inversiones y sus
navios, estos comerciantes conformaron las tríadas. C/r. John King Fairbank, op. cit.,
p. 217 y sigs.
65
Antonio Escohotado, op. cit., p. 157.
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"El sistema de la East India Company era respetar nominalmente la prohibición
del Emperador -con quien [...] negociaba la compra de té, sedas y especia:;- y dejar
que la exportación fuese hecha por comerciantes privados, a quienes o orgaba li
cencias para trasladar la mercancía desde India a China. Esos empresarios vendían
el opio a contrabandistas costeros [en alta mar]".
"[...] La prohibición produce un contrabando en vertiginoso aumento. Cuando se
establece la pena capital para traficantes y dueños de fumaderos, en 1729, la importación
clandestina asciende a unas 200 cajas de 68 kilogramos, que representaban poco menos de
tonelada y media. En 1767 son ya 1.000, y en 1820 -cuando la pena de muerte se aplica tanto a
traficantes como a usuarios- alcanzan las 13.000. Menos de dos décadas más tarde llegan a las
40.000. Muchas personas mueren estranguladas por violar los decretos imperiales, aunque la
ineficacia del régimen represivo es manifiesta". ídem.
67
ídem, p. 157.
39
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Esa pretensión fue rechazada; pero [...] cayeron en poder del Alto
Comisario unas veinte mil cajas de opio [...] La delicada situación
vino a agravarse pocos días después, cuando marinos ingleses
borrachos mataron a un aldeano, y la autoridad inglesa se negó a
entregarlos a los tribunales chinos, con el pretexto de no ser fiable
lajusticia local. [...] Lin destruyó lo confiscado y comenzaron unas
hostilidades que proseguirían durante dos años.68
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vicio civil con exámenes, pero con la novedad de que los aspirantes
debían demostrar conocimientos bíblicos, no confucianos).73
La dinastía qing estaba obligada a contener numerosas revueltas,
además de tratar con los conflictos internacionales desde 1840. Una
combinación de ambos problemas y de los intentos fallidos por
manipularlos en su favor llevó a la Rebelión de los bóxers,
insurrección que tuvo como punto de partida las bandas de jóvenes
que atacaban a los chinos cristianizados y a los misioneros en el
norte de China. Estos ataques cobraron una nueva dimensión en
1900, cuando los insurgentes sitiaron, por cincuenta y cinco días, a
los residentes japoneses y occidentales en Beijing. Como la dinastía
gobernante consideraba que los rebeldes eran sus aliados
nacionalistas, les ofreció apoyo, entonces una fuerza internacional
de ocho nacionalidades levantó el sitio por la fuerza.
La crisis continuó hasta 1901, cuando soldados extranjeros
concluyeron con sus campañas de retaliación y los miembros de la
dinastía huyeron de la capital. Todo acabó en septiembre, cuando
los qing pudieron retornar a Beijing después de su corto exilio en el
norte, a condición de firmar el Protocolo Boxer. Este acuerdo
estipulaba una desorbitada indemnización para compensar la
pérdida de vidas y propiedades extranjeras; nada se hizo para
compensar las vidas y propiedades de los chinos. Otra cláusula del
protocolo justificó la continuación del reinado de los qing. Ambas
partes acordaron sostener la ficción de que los bóxers habían
organizado una revuelta antidinástica.76
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Niajl Ferguson, La guerra del mundo. Los conflictos del sigfo XX y el declive de Occidente
(1904-1953), trad. Francisco J. Ramos, Barcelona, Debate, 2007 (Iaed. en inglés, 2006),
p. 562.
89 M
E1X Ejércitojaponés llegó el 8 de diciembre. Sus treinta mil soldados, agotados por
la batalla, pero todavía sedientos de sangre, rodearon [...] la ciudad. Chiang Kai-shek
había huido unas semanas antes y había dejado tras de sí sólo una fuerza mal equipada
para defender a las [...] quinientas mil personas que no habían seguido su ejemplo [...]
El 13 de diciembre, los japoneses abrieron una brecha en la muralla de la ciudad [...]
En las semanas que siguieron, decenas de miles de jóvenes fueron asesinados, indepen
dientemente de que llevaran uniforme o no. Algunos simplemente fueron colocados
en fila y ametrallados. Otros fueron decapitados, pasados a bayoneta o enterrados vivos.
Un grupo fue acribillado con fuego de ametralladora, y luego rociado con gasolina y
quemado. A unos pocos les colgaron de la lengua en ganchos de metal [...]"
"El general Matsui entró en Nankín el 17 de diciembre, cuatro días después de que
sus tropas hubieran iniciado sus desmanes [...] No hizo [...] nada para ponerles fin. La
orgía de muerte continuó durante otras cinco semanas y media, y alcanzó su punto
culminante la semana del 28 de enero al 3 de febrero de 1938, después de que se hubiera
ordenado a los civiles regresar a sus casas desde los campos de refugiados a los que
previamente habían huido, situados fuera de la ciudad. Durante días, miles de cadáveres
sin enterrar llenaron las calles [...] El Tribunal Militar Internacional para Extremo
Oriente calcularía que más de 260.000 no combatientes habían muerto en Nankín a
manos de los soldados japoneses". Niall Ferguson, op. cit., pp. 563-564.
90
"Losjaponeses no se contentaron con asesinar. Hubo también una campaña [...]
de incendios provocados [...]. John Rabe, el presidente alemán del Comité Interna
cional de la Zona de Seguridad de Nankín, describía así el estado de la ciudad:"
"Taiping Lu, el orgullo de Nankín, que antes era la principal calle comercial y cuya
iluminación nocturna era equiparable a la de la calle de Nankín en Shanghai, está
totalmente en ruinas, toda quemada. No hay un solo edificio que haya quedado intacto,
sólo montones de escombros a izquierda y derecha. Fu Tze-Miao, el antiguo barrio de
diversión, con sus casas de té y su gran mercado, ha quedado también totalmente
destruido. ¡No hay sino escombros hasta donde alcanza la vista!". Ibid., pp. 564-565.
91
"Pero el rasgo más impresionante del ataque a Nankín fueron las violaciones
[...] Las declaraciones judiciales de posguerra indican que una elevada proporción
de las mujeres violadas fueron también asesinadas [...] A otras víctimas se las mutiló
introduciéndoles palos, bayonetas u otros objetos por la vagina. Algunas supervi-
51
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8. El ascenso de Mao
vientes se encontrarían más tarde con que se las había infectado de enfermedades
venéreas". Ibid., p. 565.
92
Cfr. Jeffrey N. Wasserstrom, op. cit., p. 48.
52
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Cfr. Paul Johnson, Tiempos modernos, trad. Aníbal Leal, Buenos Aires, Ediciones B,
2000 (Iaed. en inglés, 1983), p. 453.
53
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101
ídem.
102
Nueva York, Penguin Books, 1981, pp. 97-111.
56
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104
Ibidem, p. 385.
105
ídem.
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'"' Cfr. Paul Johnson, Tiempos modernos, op. cil., p. 635 y sigs.
"ISCfr. Matthew White, op. cit., consultado el 29 de agosto de 2012.
,m
"La región, aunque durante mucho tiempo estuvo subordinada al imperio chino, tuvo un
periodo de relativa autonomía que finalizó en 1950, con la llegada del ejército chino. Esta serie
de ciclos de represión y resistencia culminó en 1959 con una escalada masiva de la represión y
la huida de 100.000 tibetanos y del joven Dalai Lama a la India. Allí también había hambre y
la reacción del PCC fue especialmente cruel [•••] 500.000 tibetanos murieron, uno de cada seis
habitantes [...] El genocidio cultural [...] en el Tíbet se tradujo en la destrucción de la mayoría
de sus templos". Michael Mann, El lado oscuro de la democracia, op. cit., p. 392.
"" Enjulio de 2009 en Xinjiang, miembros de la minoría uigur se quejaron de discriminación
y racismo por parte de los han. Los han por su cuenta, argumentaron que los uigurs son unos
malagradecidos. La tensión en esa región es tremenda. Las protestas de los uigur llevaron a
campañas retaliatorias de los han. Los han y los uigur que han vivido durante décadas en paz,
ahora se miran con sospecha.
61
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El PCC creía que estaba liberando a los tibetanos [...] Expropió las
propiedades de los monasterios y redistribuyó sus tierras [...]. Llevó
escuelas laicas y hospitales [...] Pero uno de cada siete tibetanos fue
considerado enemigo de clase en comparación con uno de cada
20 de China. La mayoría de los ataques se perpetraron contra los
lamas, sus monasterios y sus soldados y pastores nómadas. [...] El
núcleo de la matanza tibetana no fue el genocidio [...], sino el
politicidio, dictado por la necesidad del régimen de derrocar a un
Estado rival [...] Algunas de [las] reformas [del PCC] fueron
populares; la teocracia era opresiva. Pero la reforma llegó ligada a
las desastrosas políticas económicas -[como] el Gran Salto
Adelante- Los nómadas tibetanos fueron colonizados y colecti-
vizados a la fuerza [...]; los nómadas y los antiguos campesinos
de los monasterios fueron obligados a cultivar grandes cosechas
extranjeras de las que no obtenían nada. Esa economía colecti-
vizada fracasó [...] Los tibetanos tenían capacidad organizativa
para rebelarse colectivamente. Se agruparon alrededor de sus
lamas. La represión china se intensificó y el PCC se mostró más
Pero es claro que hay medidas tomadas desde Beijing que contribuyen a esta
tensión. Por ejemplo, las facilidades que ha dado el gobierno a los han para que se
enriquezcan en esa región.
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117
Ibid., p. 77.
118
Ian Buruma, op. cit., consultado el 4 de junio de 2011.
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121
Cfr. Amartya Sen, "Quality of life: India vs. China", The Nexo York review ofbooks,
05 de diciembre de 2011, WWW.nyrb.COITI, consultado el 03 de febrero de 2012.
122
Loretta Napoleón!, op. cit., p. 18.
70
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Quien era un héroe para los estudiantes, pues había mantenido una línea favorable a ellos
durante las protestas de 1986 y 1987. Lo cual le costó la censura del Partido.
71
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Como otros regímenes de partido comunista -como Corea del Norte, Vietnam
y Cuba- y a diferencia de aquéllos que cayeron en 1989 -incluidos los de Polonia y
Hungría- China se hizo comunista a través de una lucha de independencia. Cfr. Ibid.,
p. 79.
127
El argumento en contra del comunismo que tenían los habitantes de Berlín Orien
tal de que más allá de la muralla, en la misma ciudad, se podían comprar mejores y
más cosas, lo esgrimían los habitantes de Shangai a propósito de Taipéi, en Taiwán.
Pero la desigualdad entre estas regiones ha desaparecido. Ahora el régimen comunista
ya no sólo tiene a su favor el argumento de la superioridad moral del socialismo sobre
el capitalismo, sino que además, lo es en el ámbito de producción material. Cfr. Ibid.,
p.80.
128
Mao ya había dicho que una simple chispa podía convertirse en un gran incen
dio. Y los gobernantes chinos no gobiernan un país donde los conflictos son poco
comunes, por el contrario hay miles de protestas cada año. Han aprendido a tenerlas
bajo control mediante múltiples tácticas.
Las autoridades suelen usar métodos muy violentos para suprimir las protestas y
después, limitan la información al respecto. Pero no siempre es éste el caso. En ocasiones
incluso, el gobierno castiga a los oficiales locales que son acusados en las protestas.
El cálculo del gobierno para decidir qué tipo de respuesta llevará a cabo es muy
complejo. En ocasiones se reprime, en otras no. Aveces se bloquea toda la información y
a veces sólo una parte de ella.
La violencia de la represión está relacionada con factores como los siguientes: si se
trata de movimientos de un solo sector, una sola región o una sola causa, la represión es
menor; pero si se trata de movimientos extensivos, el gobierno los considera más
peligrosos y por tanto, la violencia es mayor. Otro elemento a tomar en cuenta es si los
disidentes buscan o no aparecer en la prensa internacional; si es el caso, la represión es
con mayor brutalidad. En general el objetivo es más apaciguar que aterrorizar a las
multitudes.
Si las protestas son en un territorio fronterizo, donde los porcentajes de la
población suelen ser miembros de minorías, la represión es fulminante; lo mismo ocurre
donde las protestas combinan agravios étnicos y económicos.
Finalmente, las respuestas que implican poca violencia pueden ser consideradas
como la adquisición de mayor confianza del régimen en sí mismo. Además, el hecho de
que ahora se permitan más protestas que antes, es también parte de una estrategia: para
que la presión no explote dramáticamente, se le deja salir poco a poco. Cfr. Ibid., pp.
80-81.
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INDIA
E
l orden social de India está basado en el sistema de castas, una
forma de estratificación que implica comunidades hereditarias,
especializadas y endogámicas, que jerarquizan poderes, honores
y derechos de acuerdo al grado de pureza. Las relaciones entre
una y otra casta están muy restringidas, pues el riesgo de contagio de
la polución del inferior es tomado muy en serio.131
Toda casta incorpora jerarquías binarias:
las personas con las que se puede comer o tratar y las personas
con las que no, los que entregan esposas frente a los que toman
esposas, los agnados más jóvenes frente a los más viejos, incluso
la subordinación del arrendatario al terrateniente o la del subdito
político respecto del gobernante.132
77
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137
Donde destacaban las ciudades-templo de Mohenjo-Daro y Harappa.
138
Hacia el año 1000 a.C, los Vedas los describen como una confederación tribal
gobernada por una clase guerrera con carros de combate. Sus sacerdotes tenían un
papel relevante en los rituales pero sus atributos no eran hereditarios, sino profesio
nales. Además, no tenían ni el monopolio de los ritos ni el de los sacrificios, pues los
señores y cabezas de familia también podían llevarlos a cabo.
139
A los drávidas, que tenían piel más oscura que los arios, se les explotaba de una
forma normal tras la conquista: eran siervos o esclavos, condición que acabó por
cristalizarse como shudras.
Al principio, a los miembros de la cuarta casta no se los consideraba "nacidos dos
veces", es decir, no participaban en el ciclo de los renacimientos.
78
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142
Con excepción del extremo sur.
143
Similar al panteón sumerio o a la cultura de Helias.
144
Cfr- James Frazer, La rama dorada. Magia y religión, trad. Elizabeth y Tadeo I.
Campuzano, México, Fondo de Cultura Económica, 1981. (Iaed. en inglés, 1890),
pp. 494-495.
80
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145
Algunos términos sustituían la referencia a matar, como labhate: "el que se
apodera de" o samjnpayati, "el que está de acuerdo". El verdugo es llamado shamitr,
apaciguador. La creencia de que el animal no muere, sino que se une al rebaño de
los dioses, se encuentra en el Rig Veda (1200 a.C.) y los Brahamanas (1000 a.C).
Además, era muy importante matar al animal con precisión, rápido y sin dañar las partes
que serían ofrecidas a los dioses.
146
La escuela Vedanta basada en las enseñanzas de los Upanishad, cree que el
mundo es un lugar donde no tiene sentido el conflicto, porque la idea misma de la
oposición es una mera fantasía. El que mata y el que muere son uno mismo.
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155
"En las leyes de Manu la no violencia [...] está relacionada con el vegetarianismo; por lo
tanto, los animales no deben ser asesinados ni comidos, con la sola excepción de si es para el
ritual sacrificatorio o el ritual del banquete. Los brahmanes están especialmente sometidos a
medidas cautelares para no provocar violencia y más aún lo están los renunciantes; los
estudiantes religiosos o brahamacharins, guardan un voto de no violencia y vegetarianismo;
ambas prácticas remueven el pecado. La no violencia está conectada con una conciencia del
self/atman, tal y como se presenta en todas las creaturas [...]"
"Según las escuelas de teólogos Vedanta y Mimamsa no sólo es un pecado la violencia,
sino que lo es también la intención de la violencia; el dharma es bueno y la mala intención es
incompatible con él [...]"
"Comentarios sobre el rito sacrificial Shyena, que tiene como finalidad hacer daño a los
enemigos, se encuentran en los Sutras de Jaimini (siglo n a.C.) y en el Shabara (siglo n A.D.),
de la escuela Mimamsa. Ahí se discute si estos rituales son favorables al dharma o contrarios.
La conclusión es que son contrarios y deben evitarse, porque hacer daño es algo, siempre
malo (adharma) [...]"
"La escuela de teólogos Vedanta del 500 A.D. en adelante, no tenía ya ninguna duda: la
no violencia es una virtud que se espera de todos los buscadores de la verdad y los
renunciantes". Ibidem, pp. 119-121.
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158
El dominio de los mauryas se basaba en grandes ejércitos y empresas centralmen
te coordinadas: riegos artificiales, explotación de tierras vírgenes, pesos y medidas,
derechos de aduanas, impuestos al consumo, control de la minería y la metalurgia,
monopolios estatales sobre productos esenciales como la sal, etc.
159
Quien eran el primer ministro del primer emperador Maurya.
160
Michael Mann, Las fuentes del poder social I, op. cit.tp. 505.
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172
Julia W. Shinnick, "Hinduism and Mimetic Theory: a Response", Contagión, vol.
9 (primavera 2002), Loyola University, Chicago, 1996, p. 143.
173
Cfr. Ibidem, p. 144.
91
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174
Michael Mann, Las fuentes del poder social, I, op. cit., p. 511.
175
Bertrand Badie y Guy Hermet, op. cit., pp. 162-163.
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195
Son ellos los negociadores que buscan desactivar los conflictos entre grupos
religiosos y políticos.
196
Por ejemplo, en 1992, después de destruir la mezquita de Alodhya, la multitud
no fue capaz de mantenerse cohesionada para llevar a cabo la tarea de construir su
propio templo.
197
Esto en buena medida porque las diferencias de casta y de clase no contribuyen
a la solidaridad de "la nación hindú".
107
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Sin embargo, los pobres y las minorías religiosas y étnicas no son los
únicos chivos expiatorios en contra de los cuales se ejerce la violencia en
India; en esta clasificación, también son muy importantes las naciones
vecinas y las potencias occidentales.
198
Michael Mann, El lado oscuro de la democracia, op. cit., pp. 554-555.
108
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199
Es la cifra que Stanley Wolpert calcula en A New History of India (1993). Cfr. Mat-thew
White, "Secondary Wars and Atrocities of the Twentieth Century", disponible en
http://necrometrics.eom/20c300k.htm#India, consultado el 20 de abril de 2012.
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SEGUNDA PARTE
EL IGUALITARISMO SUBORDINADO
EL ISLAM
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2
John Keegan, op. cit., p. 239.
114
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7
Tiene un credo breve: "Alá es el único Dios y Mahoma su profeta". Repetir esta frase y
practicar los siguientes pilares del Islam, constituyen a un musulmán: pagar el impuesto para
las limosnas; rezar cinco veces cada día; ayunar durante el Ramadán; y hacer la
peregrinación anual a la Meca.
En la época de Mahoma el credo consistía en: la creencia en un Dios omnisciente; creer
que llegaría el día del Juicio Final; el reconocimiento de que Alá había enviado a Mahoma
para predicar su doctrina y advertir sobre el fin de los tiempos; y finalmente, en abrazar la
necesidad de llevar, individualmente, una vida ética -con especial énfasis en la generosidad-
y de adoración a Dios.
Posteriormente se agregó la creencia de que Alá reivindicaría a sus profetas y
seguidores contra sus enemigos.
116
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la ley de Dios son los que realmente la conocen; pero si los hombres
deciden ignorar las leyes divinas, surge el conflicto entre Alá y la
creación.
12
El árabe.
13
En muchas sociedades musulmanas, el Islam posee el monopolio de la educación
incluso en la actualidad.
14
La shariah, que abarca todos los aspectos de la vida y es administrada por ulemas,
los sacerdotes eruditos. La aceptación de esta ley es muy amplia porque se trata de un
derecho que se adapta al consenso de la comunidad donde se aplica, incluso cuando
esto desafía los dictados de los gobernantes.
15
Cinco plegarias al día, ayuno y peregrinación.
118
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16
"Temer a Dios" o "cuidarse uno mismo del mal", son expresiones que aparecen
en el Corán (11:197; 11:237; V:2; V:8).
17
El Corán habla de la lucha en el alma en el sura XCVI: 6.
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27
"El islamismo disolvió los dos principios por los que con anterioridad se había he
cho la guerra: territorio y parentesco. En el islam no podía haber territorialidad porque
su destino era someter todo el mundo a la voluntad de Alá. Islam significa sumisión,
y musulmán, el que está bajo ella. Sólo cuando toda la Casa de la Guerra hubiese sido
integrada en la Casa de la Sumisión se habría cumplido el destino del islam; entonces
todos los hombres serían musulmanes y, por consiguiente, hermanos". Ibid., p. 242.
28
He aquí la limitación más importante del igualitarismo islámico: en una socie
dad de guerreros las mujeres quedan subordinadas y el patriarcado se refuerza. Cfr.
Fazlur Rahman, "Islam", Mircea Eliade, TheEncyclopedia of Religión, vol. 7, Nueva York,
Mcmillan, 1987, p. 303.
29
Muchos de ellos, otrora temibles bandidos y muchos otros, caballeros profesio
nales.
so "Mahoma, además de ser un guerrero que había sido herido en la batalla de
Medina contra los opositores de La Meca en el 625, era también un predicador, y en su
última visita a La Meca en el 632 estipuló que, aunque los musulmanes eran hermanos y
no debían combatir entre sí, sí que debían luchar contra los demás hasta que éstos
admitieran que no hay más dios que Dios". John Keegan, op. cit., p. 240.
31
En el Islam no hay contradicción entre devoción y bienestar material. Mahoma
mismo fue un mercader que sabía la utilidad de la riqueza y esperaba que la umma la
acumulara, pues es un importante poder colectivo. Más aún, el profeta "atacaba a las
caravanas de los ricos mercaderes no creyentes que iban a La Meca y utilizaba el botín
para promocionar su causa. Y fue un ejemplo que siguieron los guerreros de su religión
asaltando los ricos reinos de Bizancio y Persia". Ibid., p. 241.
125
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126
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127
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39
Bernard Lewis, La crisis del islam. Guerra santa y terrorismo, trad. Jordi Vidal,
Barcelona, Ediciones B, 2003 (Iaed. en inglés), p. 61.
40
Ibid., p. 62.
41
Ibid.9p. 65.
128
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130
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131
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49
Cfr. Daniel Pipes, El Islam de ayer a hoy, trad. Blanca Sagarna y Ramón Patencia,
Madrid, Espasa-Calpe, 1987 (Iaed. en inglés, 1983), p. 328.
50
Cfr. Bertrand Badie y Guy Hermet, op. cit., pp. 152-155.
132
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51
Ibid., p. 174.
52
ídem.
133
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53
Ibid., p. 175.
54
La conquista de los mongoles acabó con el califato de los abasidas; en Marrue
cos, durante la Edad Media, el militarismo de los almorávides puso fin a la dinastía
idrisida.
55
Lo mismo los ayubitas y los mamelucos de Egipto, que los safáridas y los sama-
nidas de Persia, pudieron arrebatar el poder a las dinastías gobernantes gracias a su
papel en la institución militar.
56
En el siglo xm, la caída del Imperio omeya y la llegada del abasida se vieron
favorecidas por el florecimiento de movimientos de mahdis.
134
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II
5. El desencapsulamiento por la fe
57
"La estructura tribal [...] admite en su seno elementos ajenos (mawali) a ella, que
paulatinamente acaban por integrarse del todo [...] La estructura en teoría cerrada de la tribu
resulta de hecho extremadamente permeable y elástica".
La palabra mawali (sing. mawla), que en un inicio designaba "al esclavo liberado y
protegido por una tribu, pasó a continuación a indicar a aquellos neoconversos [...], que, por
más que fueran musulmanes, seguían siendo desde el punto de vista social y étnico algo
imperfecto, individuos carentes de linaje al no pertenecer a ninguna tribu árabe. De ahí la
necesidad de pegarse, de crearse incluso allí donde fuera posible ascendencias árabes".
Giorgio Vercellin, op. cit., pp. 46-47.
135
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136
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60
Md., p. 246.
137
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61
"A partir de 1055, el califa de Bagdad, sucesor del Profeta y heredero del prestigioso
imperio abasida, no es más que una dócil marioneta entre sus manos (las de los selyúcidas)".
Amin Maalouf, Las cruzadas vistas por los árabes, trad. María Teresa Gallego y María
Isabel Reverte, Madrid, Alianza, 1993 (Iaed. en francés, 1983), p. 30.
138
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6. Mongoles y cristianos
139
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143
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144
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74
Ibid., p. 31.
75
En el año 1095, ante el avance del imperio selyúcida, el emperador de Bizancio,
Alejo, solicitó en una carta a Simeón, el patriarca de Constantinopla, que pidiera
al Papa enviar algunos guerreros cristianos dispuestos a conquistar Jerusalén. Para
enardecer las pasiones de sus hermanos occidentales, el patriarca recurría al ciclo de
la envidia: pedía humillar a los humilladores. En la carta se afirmaba que los turcos
habían humillado a unos peregrinos en Tierra Santa.
El ambicioso Urbano II y el alto clero que lo respaldaba, eran un grupo de radicales
reformistas y ambiciosos que afirmaban que podrían reorganizar la cristiandad y ampliar el
dominio del papado. Centralizaron el poder de la Iglesia, excomulgaron al patriarca de
Constantinopla, destituyeron al emperador del Sacro Imperio Germano Occidental, y dieron
enormes poderes a los obispos. La carta de Alejo le sirvió al Papa para extender su poderío;
imaginaba una cristiandad nuevamente unificada, pero ahora, bajo su propia égida.
145
Jorge Federico Márquez Muñoz
Los cristianos cobran [..Ja los musulmanes una tasa que se aplica
sin abusos. Los comerciantes cristianos pagan, a su vez, derechos
por sus mercancías cuando cruzan el territorio de los musulmanes.
Se entienden a la perfección y se respeta la equidad. Los guerreros
se ocupan de la guerra pero el pueblo permanece en paz.78
146
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II
Ahí se casó con una viuda cuya dote aportó algunos territorios al este
de Jordán donde había dos fortalezas: Kerak y Shawbak. Y aunque
en 1180, Damasco y Jerusalén habían firmado un acuerdo comercial
que garantizaba protección a los comerciantes de ambas fes, para
Reinaldo, esto tenía muy poco valor y atacó varias caravanas
musulmanas; peor aún, en 1182 realizó una razzia en contra de La
Meca. Arnat
se embarcó en Elat [...] e hizo que lo guiaran unos piratas del Mar
Rojo. La expedición descendió siguiendo la costa y atacó Yanbu,
puerto de Medina, y luego Rabigh, no lejos de la Meca. Por el
camino los hombres de Reinaldo hundieron un barco de
peregrinos musulmanes [...] Ebrios de éxito, los asaltantes se
tomaron las cosas con calma y llenaron los barcos de botín. Y,
mientras el propio Reinaldo volvía a sus tierras, sus hombres
pasaron muchos meses surcando el Mar Rojo. El hermano de
Saladino, al-Adel [...] armó una flota y la envío a perseguir a los
saqueadores a los que aplastó.80
79
IbkL, p. 207.
80
Ibid., p. 208.
81
Bernard Lewis, La crisis del islam, op. cit., p. 68.
147
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148
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8. ¿Modernización islámica?
149
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150
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85
Paul Johnson, El nacimiento del mundo moderno, trad. Aníbal Leal, México, Javier
Vergara, 1999 (Iaedición en inglés, 1991), p. 615.
152
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86
ídem.
87
Ibid., p. 616.
153
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154
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88
Cfr. Erich Kahler, Historia universal del hombre, trad. Javier Márquez, México,
FCE, 1998 (Iaed. en inglés, 1943), p. 452 y sigs.
155
Jorge Federico Márquez Muñoz
fuerza occidental invadiera uno de los núcleos del islam causó una gran
conmoción. La salida de los franceses supuso [...] una conmoción aún
mayor. Fueron obligados a abandonar Egipto no por los egipcios, ni por
sus protectores turcos, sino por una pequeña escuadra de la Marina Real
Británica, dirigida por un joven almirante llamado Horado Nelson.89
Para los otomanos, al igual que para los qing, se hacía evidente que la
modernización ya no era una opción, sino una necesidad imperante.
Ahogarse en el tradicionalismo llevaría a la sofocación de sus imperios.
Pero para modernizase hacía falta dinero. Las armas y la educación
occidental para reorganizar los ejércitos y el gobierno costaban muy caro.
Estos dos imperios
89
Bernard Lewis, La crisis del islam, op. cit, p. 73.
90
Ibid., p. 74.
156
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92
Karl Polanyi, La gran transformación, trad. E. Suárez, México, Fondo de Cultura
Económica, 1992 (Iaed. en inglés, 1944), pp. 28-29.
158
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93
Niall Ferguson, op. ciL, p. 86.
94
Ibid., p. 189.
159
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97
Cfr. Neal Ascherson, "Atatürk", The New York Review ofBooks, 06/ 03/1965, dis
ponible en www.nyrb.com, consultado el 12 de junio de 2008.
98
Por ejemplo, "durante las guerras revolucionarias y napoleónicas, los turcos
contaron con la ayuda británica contra Francia y luego con la ayuda de ésta contra
Rusia. En 1829 fue un mediador prusiano el encargado de persuadir a los rusos,
envalentonados por su victoria, de que moderaran sus exigencias. Durante la guerra
de Crimea, Inglaterra y Francia lucharon como aliadas de los otomanos contra Rusia.
En 1878 la intervención diplomática inglesa logró suavizar las consecuencias políticas
de la derrota militar otomana". Bernard Lewis, El oriente próximo, op. cit., p. 336.
164
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II
principios del siglo xx, la mayor parte del mundo musulmán había
sido incorporado a los cuatro imperios europeos: Gran Bretaña,
Francia, Rusia y Holanda.
99
Bernard Lewis, La crisis del islam, op. cit., p. 77.
100
Para argumentar este mérito, narraban cómo los fundamentalistas habían sido
una pieza clave en la guerra de Afganistán.
165
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167
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"Los países árabes -en parcelas como la creación de empleo, educación, tecno
logía y productividad- se quedan todavía más atrás con respecto a Occidente. Aun
peor, las naciones árabes se rezagan también respecto a los miembros más recientes
que se han incorporado a la modernidad de corte occidental, como Corea, Taiwan
y Singapur". IbicL, p. 130.
108
Ibid.ypp. 131-132.
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LA CRISTIANDAD
175
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Caín mata a Abel por la envidia suscitada del hecho de que Yahweh
prefiere al segundo. El asesino funda la ciudad de los cainitas al este
del Edén. Al igual que en la historia de Rómulo y Remo, el
fratricida es el fundador de la ciudad; pero hay una diferencia:
Rómulo es santificado en su calidad de sacrificador y primer
sacerdote; mientras Caín es sólo un vulgar criminal que, en lugar de
imponer un rito sacrificial, es marcado por Dios para que nadie lo
mate.
En comparación con el crimen de Rómulo, el de Caín nunca se
justifica ni perdona; es incapaz de frenar la violencia que se
multiplica y aparece en los descendientes del envidioso hijo de
Adán. El primer asesinato es también el origen de una cultura que
no puede evitar que se extienda la agresión; la pérdida de las dife-
rencias lleva al dramático diluvio, que representa la vuelta al caos.
Rene Girard también estudió la historia de Job, quien es la víc-
tima inocente de su comunidad, que ni siquiera se toma la molestia
de probar sus acusaciones. ¿Por qué deja de ser el hombre más
querido y afortunado para convertirse en el más odiado? Por el
deseo mimético, pues primero provocó admiración; y más tarde,
envidia.
Los perseguidores intentan justificar su odio argumentando que
ha sido Dios quien les encargó la misión de perseguir a Job, se
convierten así en "guerreros celestiales"; no obstante, no encuentran
culpable al acusado, por lo que la única explicación para su aversión
es la puesta en marcha del mecanismo expiatorio. Para volver
unánime la violencia, la comunidad intenta que el mismo Job crea
en su culpabilidad; pero como eso no sucede, el grupo ya no se
muestra convencido del sacrificio; la duda de la víctima contagia a
los verdugos y el acusado es perdonado.
La tradición judaica nunca desmitificó por completo la vio-
lencia. Al principio, Yahweh es un Dios agresivo y después se
muestra ambiguo ante la violencia, es sólo con los Evangelios que
se desarrolla la idea de una deidad totalmente pacífica que obliga a
los hombres a asumir que el odio es una cuestión
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178
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179
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1.7
Ibidem, p. 66.
1.8
Ibid., p. 67.
180
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119
Ibid.,p. 70.
181
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182
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ban. Si el poder militar imperial se desvanecía, sus ciudadanos y subditos podían ser
conquistados por los forasteros, salvo que se pudiera separar a la civilización del
militarismo y ofrecerla pacíficamente a los forasteros. Algunas personas dentro de todos
esos imperios estaban dispuestas a realizar esa transformación del militarismo a un
papel civilizador pacífico, aunque (en Roma y en China, pero no en Persia) ello
contradecía el militarismo del Estado". Michael Mann, Las fuentes del poder social, I, op.
cit., pp. 438-439.
126
Después de la muerte de Cristo y antes del 250 d.C, el cristianismo era casi un
fenómeno urbano. Los habitantes de las ciudades eran la mayor parte de ese 7% de
la población liberada del trabajo agrícola. Es decir, se trataba de privilegiados en un
sentido económico. Casi todos los conversos al cristianismo eran artesanos especia
lizados, comerciantes, trabajadores del gobierno, recaudadores, copistas y artistas.
Pero también había, aunque en menor medida, representantes de los extremos de
la escala social: criadas, taberneros, sepultureros y jardineros por un lado y por el
otro, magistrados y médicos.
127
Ibidem, p. 460.
183
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184
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185
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130
Erich Kahler, op. cit., p. 138.
131
Ibidem, p. 139.
186
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132
Ibid., p. 142.
133
Ibid., p. 144.
187
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3. El cristianismo imperial
134
Peter Brown, op. cit, p. 104.
135
Cfr. Peter Brown, Power and Persuasión in Late Antiquity. Towards a Christian Empire,
Wisconsin, The University ofWisconsin Press, 1992, pp. 74-75.
188
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II
reyes, Sapor II, en los siguientes términos: Invoco a ese Dios (Único)
de rodillas y me aparto horrorizado de la sangre de los sacrificios".136
Sin duda el Emperador no hacía esto exclusivamente por sentirse
horrorizado por la sangre, ya que él mismo era un guerrero bastante
sanguinario. Peter Brown encuentra un incentivo adicional para este
rechazo, el intento de centralizar el poder:
136
Peter Brown, El primer milenio de la cristiandad occidental, trad. Teófilo de Lozoya,
Barcelona, Crítica-Grijalbo-Mondadori, 1997 (Iaed. en inglés, 1996), p. 30.
137
Peter Brown, Power and Persuasión in Late Antiquity, op. cit., p. 19.
189
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191
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140
RobertJ. Daly, "Violence and Institution in Christianity", Contagión, vol. 9, primavera
2002, Loyola University, Chicago, 1996, p. 7.
192
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195
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196
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F. Cantor, Inventing the Middle Ages. The Lives, Works and Ideas ofthe Great Medievalists
ofthe Twentieth Century, New York, Quill. William Morrow and Company, 1991, p. 21;
cfr. Michel Rouche, "La acumulación primitiva (siglos VI al X)", Robert Fossier, La
edad media. La formación del mundo medieval (350-950), tr. Lluis To, Barcelona, Crítica,
1988 (Iaed. en francés, 1982), p. 430 y sigs.
197
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145
Cfr. Robert J. Daly, "Violence and Institution in Christianity", Contagión, vol. 9
(primavera 2002), Loyola University, Chicago, 1996, p. 10.
198
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146
En Constantinopla la capacidad tributaria del Estado permitió mantener ejércitos
profesionales hasta el siglo xv, cuando el Imperio de Oriente colapso a manos de los turcos.
"Desde el principio de la autonomía del imperio de Oriente, era ya un ejército distinto al
de las legiones. Al mando de Belisario y Narses, los generales con los que el gran emperador
Justiniano (527-565) recuperó el control de Italia y del norte de África (aplastando a los
vándalos), (el ejército) era muy parecido al de Aecio y Mayoriano. En Tricameron (453),
donde Belisario venció al vándalo Gelimero, y en Taginae (455), donde Narses con su
victoria logró que el poder imperial recuperase Rávena y Roma, los ejércitos de estos dos
generales estaban constituidos por tropas no romanas entre las que se incluían hunos [...], y
un cuerpo de arqueros persas [...]. Pero una vez delimitadas las fronteras de Bizancio,
aproximadamente sobre la línea que forman el Danubio y el Cáucaso, con una frontera
marítima configurada por Chipre, Creta y la punta de Italia (Egipto, Siria y el norte de África
habían caído en poder de los árabes entre los años 641 y 685), la organización militar del
imperio se estableció sobre distinta base; era de estructura parecida al de Augusto, pues su
territorio se dividió en provincias llamadas themas al mando de generales que respondían
directamente con sus tropas al llamamiento del emperador; las tropas estaban organizadas en
unidades derivadas de las creadas por la reforma de Constantino del siglo iv más que de las
tradicionales legiones de infantería, y eran pequeños regimientos independientes de
caballería e infantería que podían combinarse según los requerimientos para reforzar la
milicia de las fronteras. En el siglo ni existían trece themas, siete en Asia Menor, tres en los
Balcanes y tres en el Mediterráneo y el Egeo; en el siglo x habían aumentado hasta treinta,
pero el tamaño del ejército seguía siendo una cifra constante de unos 150 000 hombres, mitad
y mitad de infantería y caballería. Sostenido por una eficiente burocracia y un buen sistema
de impuestos, y alimentado y atendido por un campesinado rico, el ejército bizantino fue
capaz de defender un imperio romano muy cambiado y, naturalmente, cristianizado hasta el
inicio de los ataques turcos en 1071". John Keegan, op. cit., pp. 342-342.
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149
John Keegan, op. di., p. 344.
ir>o «para combatir la influencia de los monjes sobre el pueblo y la creciente riqueza de
los monasterios orientales que se hallaban exentos de tributo, el emperador prohibió el
culto a las imágenes y la realización de milagros. Al hacerlo, se enfrentó a la mayor
parte de su propio clero, y de un modo especial al Papa romano y a la Iglesia
occidental". Erich Kahler, op. cií., p. 165.
131
"La familia merovingia no tardó en quedar arruinada por las continuas y cruentas
luchas por la repartición de la herencia. En esta decadencia representaron un papel
importante las esposas ambiciosas y feroces que fomentaron disputas con extraordi-
204
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II
naria energía. Subió al poder una nueva familia, que antes ocupaba el rango de la mayordomía
de la casa real, un puesto que tiene su origen en la administración de las grandes haciendas de
los senadores. Poco a poco, los administradores carolingios conquistaron el reino franco".
Jbidem, p. 365. ,5SIbid., p. 166.
205
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153
Palabra que significa dependiente en celta.
154
El beneficio al que el patrón daba el título de vasallo.
206
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II
libre, que de hecho significaba todos los que tenían tierras o por-
taban armas, debía tener un patrón o señor, y que todos los que
poseían un caballo o fuesen a tenerlo, debían acudir montados a
la reunión anual en que se pasaba revista al ejército.155
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SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II
Los vikingos -así llamados por el vocablo nórdico viking que significa
piratería- eran uno de los pueblos más duros [...] que atacaron al mundo
civilizado, y su aterradora facilidad para entablar combate cuerpo a
cuerpo alcanzó apogeo durante el siglo de combates terrestres que
precedió a su epopeya de viajes marítimos. [...] A partir del 840,
comenzaron a embarcar caballos en sus naves, lo cual les permitía
organizar incursiones tierra adentro en imprevistas direcciones que
desconcertaban a los defensores. Comenzando con su primera irrupción
en el monasterio de Lindis-farne al norte de Inglaterra en el 793, fueron
aventurándose cada vez más lejos en el continente y atacaron Sevilla en
el 844 en la España musulmana y en el 859 se adentraron en el
Mediterráneo. En el año 834 devastaban el próspero mercado de
Dorstadt en la desembocadura del Rin, y hacia el 877 iniciaban la
invasión de la Inglaterra anglosajona que [...] concluiría con el
establecimiento en todo el centro y el norte, a mediados del siglo x, de
un reino danés de ultramar. Posteriores viajes [...] que los llevaron hasta
Islandia en el 870 y Groenlandia al siglo siguiente, redujeron [...] sus
persistentes ataques en Europa, pero no limitaron sus incursiones en las
tierras sin gobierno del centro y oriente del continente. Los vikingos,
conocidos en esas regiones por los rus, adoptaron una vida de
mercaderes armados desde Suecia hasta el Báltico y a lo largo de los
grandes ríos rusos entrando en contacto con el islam y Bizancio. En el
oeste, los escandinavos, a la vez que conquistaban el centro de
Inglaterra, se apoderaron de una parte del norte de Francia, que en el
911 el rey se vio obligado a cederles como feudo. A partir de esta
adquisición de Normandía, en el siglo xi los normandos conquistaron
Inglaterra en 1066 y a partir de 1027 establecieron cerca de Ñapóles las
avanzadillas de su futuro reino en Italia y Sicilia.159
159
Ibid., p. 349.
209
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160
Peter Brown, El primer milenio de la cristiandad occidental, op. cit., pp. 255-256.
161
"Las incursiones vikingas de finales del siglo ix causaron graves perjuicios en
Irlanda e Inglaterra y destruyeron en buena parte la unidad del orgulloso imperio
cristiano de Carlomagno y Ludovico Pío. Pero un vikingo era un rey empresario en pie
de guerra, en el vik, en busca de tributos y prestigio, igual que lo habían sido los reyes
sajones de Gran Bretaña e incluso Clodoveo y Carlos Martel [...] Escandinavia no
tardó en rebosar de riquezas cristianas, de esclavos e ideas cristianos. Aquel mundo,
antaño aislado de la Europa occidental por el mar, se vio absorbido [...] dentro de
las estructuras políticas y sociales del sur cristiano debido precisamente al éxito que
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212
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Ibidem, p. 352.
Ibid., p. 353.
213
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del otro. El chivo expiatorio contribuye a completar no sólo el ciclo de la violencia sino
también el de la envidia: i) el hombre desea lo que el otro posee y no siempre lo obtiene.
Si el objeto no le obsesiona demasiado lo sustituirá por otro, pero si no es así se sentirá
desdichado, envidioso (en el primer sentido) y ii) exigirá una compensación; es decir,
querrá ver arruinado al poseedor del bien (o al menos a alguien que lo sustituya), y sólo
así estará satisfecho: gozará con el sufrimiento del otro; es decir, volverá a sentir
envidia (en el segundo sentido). Estamos pues, ante el "ciclo de la envidia".
216
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218
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170
John Keegan, op. cit., p. 354.
171
Ibidem, p. 355.
219
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Los venecianos y los genoveses que los transportaban. m Ibid.,
p. 358.
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176
"En 1139, el Concilio de Letrán lanza un anatema contra aquellos que se sirven de
la ballesta, a menos que sea contra los infieles. [...] Ahora bien, la ballesta, reducción
portátil de la balista, es conocida, al menos como arma de caza, desde el siglo I. Vegecio
[...] señala su adaptación como arma de guerra por el ejército romano bajo
Valentiníano u (375-392). Pero las leyes del honor caballeresco habían hecho que
ningún barón tuviera la audacia de servirse de ella. [...]. Restablecida la paz, la uti-
lizaban para aterrorizar a los aldeanos. [...] Algunos años antes, Luis vi de Francia se
había servido de la nueva arma contra Drogón de Mauriac, y Enrique de Puiset contra
aquél. La intervención de la Iglesia tuvo eficacia sólo por corto tiempo. Ricardo Corazón
de León y Felipe-Augusto admitieron a los ballesteros en su ejército y San Luis les
otorgó a la vez un estatuto legal y una soldada de gracia". Roger Caillois, La cuesta de la
guerra, trad. Rufina Bórquez, México, Fondo de Cultura Económica, 1973 (Iaed. en
francés, 1963), pp. 74-75.
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7. El Renacimiento: la geopolítica
223
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178
Cfr. Erich Kahler, op. cit., p. 318 y sigs.
179
Roger Caillos, op. cit., pp. 78-79.
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cañón que disparaba flechas. Pero no fue hasta el siglo xv que las
balas sustituyeron a las flechas y los cañones tuvieron una
importancia real en combate; se les usó durante la Guerra de los
Cien Años, primero en Agincourt (1415), donde tuvieron poca
utilidad; pero en 1450 fueron un arma vital en las batallas de
Normandíay Aquitania. Simultáneamente, los turcos tomaron
Constantinopla gracias a la eficacia de sus cañones.
Luis xi reunificó la Francia de Carlomagno a cañonazos. Desde
el último tercio del siglo xv, los monarcas franceses mantuvieron
sometidos a los Señores locales e instauraron una recaudación
eficaz, para la cual, en algunas ocasiones, también se usaban los
cañones.
Los primeros cañones de los reyes franceses y los otomanos,
conocidos como bombardas, eran muy pesados y arrojaban
enormes piedras; peor aún, sólo eran utilizables en territorios
previamente controlados. Difícilmente se podía avanzar en las
campañas militares gracias a estas armas; pero hacia 1490, los
artesanos y fundidores de campanas franceses las perfeccionaron:
ahora estaban compuestas
226
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SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II
guerra de los sexos: se enfrentaban por una parte las brujas agresivas, por la otra, los hombres
amenazados en su capacidad de reproducción. Los autores describieron los hechizos que las
envidiosas mujeres utilizaban para neutralizar o incluso arrancar el miembro viril. En Europa,
de cada diez acusaciones de brujería, ocho recaían sobre mujeres.
Algunos historiadores se han preguntado sobre el origen de la escalada de la represión
antifemenina de los siglos xvi y xvn. En general admiten la tesis de que se debió a la miseria de
la época, a las calamidades naturales, a la peste y a la yiolencia. Cuando las comunidades están
sometidas a fuertes presiones, normalmente buscan un chivo expiatorio. La sociedad buscó
culpables y los encontró en las mujeres, sobre todo las más viejas, feas y pobres; es decir, las
más proclives a la envidia.
Estamos en un mundo que pierde gradualmente la noción del ordo, que construye
lentamente sus nuevos referentes: el estereotipo de la bruja maléfica y satánica nace de la crisis
que atraviesa la cristiandad a finales del siglo xiv y que se profundiza con la ruptura religiosa
del siglo xvi. Estamos también a la mitad del camino entre la economía de subsistencia y el
capitalismo, y, de hecho, se ha observado una estrecha relación entre los cercamientos, las
leyes de los pobres y la brujería.
Pero los ataques contra las mujeres también venían de las Iglesias reformadas, que
compartían -e incluso muchas veces aumentaban- las fobias del catolicismo; la quema de
brujas más elevada corresponde a la actual Alemania, donde entre 1570 y 1670 tres mil
doscientas mujeres terminaron en la hoguera.
En los países protestantes, con la abolición del sacramento del matrimonio, los divorcios
se volvieron comunes. En una sociedad que está monetizándose, en la cual la mujer no tiene
acceso al mercado laboral, ésta depende de su marido. Por ello, el divorcio perjudicó más a las
mujeres que a los hombres. Al separarse de sus maridos no tenían derecho a pensión, e incluso
los hijos, en caso de divorcio, eran propiedad del padre.
El encapsulamiento propio del "género roto" seguía siendo una realidad poderosa, y la
mujer, en lugar de rebelarse, continuó soportando la carga de su nueva realidad como si se
tratara de un designio divino.
No obstante, para las mujeres de la clase alta la situación no podía ir mejor. Desde finales
de la Edad Media, en Aviñón, donde se concentraron las dos culturas más refinadas de finales
del Medioevo, la francesa y la papal, las mujeres fueron integradas a la corte, al punto que se
escuchaba constantemente la frase: "una corte sin damas es como un año sin primavera, como
una primavera sin rosas". En el Renacimiento, la vida cortesana se enfocaba en privilegiar "la
gloria, el esplendor y el bello sexo". Estas mujeres políticas, escaladoras con pocos
escrúpulos, estaban constantemente envueltas en intrigas y amoríos; fomentaron el lujo y la
competencia entre los aristócratas; "mujeril" y "cortesano" eran términos que se usaban como
sinónimos.
La sensualidad exacerbada hacía de las mujeres de la corte un trofeo preciado por los
cortesanos. Pero muchas cortesanas no se comportaban como simples objetos, sino como
hábiles políticas, envidiosas y conspiradoras.
Comenzó el periodo en el que gobiernan las maitresses, consecuencia de la dominación
de los príncipes, al tiempo que el matrimonio y el amor se disociaron; la lujuria dejó de ser mal
vista para convertirse en un fin loable. Incluso los príncipes dejaron de avergonzarse de sus
hijos ilegítimos, llegando muchos de éstos a ser monarcas. En Italia, Francia, Inglaterra
Holanda y España, la sociedad comenzó a reinventar el amor: las prostitutas prosperaban, los
cornudos se multiplicaban.
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''"' A finales del siglo XII y principios del XIII los albigenses del sureste de Francia
adoptaron la herejía catara. Esto agravó los resentimientos regionales y urbanos. Los católicos
los excomulgaron, excluyeron y finalmente, los eliminaron. Los 8,000 habitantes de Beziers,
fueron asesinados. Las atrocidades en contra de los cataros se multiplicaron. Pero a gran
cantidad de estos herejes se les dio la alternativa de confesar su pecado y volver al seno de la
Santa Madre o morir; la mayoría decidió lo primero. La cruzada contra Albi no fue un
genocidio sino una guerra de conversión forzosa.
A los judíos también se les ofrecía la opción de convertirse para salvarse. Además, antes
de la modernidad, los pogromos, las deportaciones y las matanzas fueron casos raros.
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Aunque la religión era el motivo primordial de persecución a los judíos, también se les
acusó de extorsión. En castigo, se les prohibió poseer tierras. Pero estas medidas implican
violencia represiva y no asesinatos masivos. De tiempo en tiempo se desataron las masacres,
no obstante, éstas ocurrieron cuando los judíos se vieron involucrados en luchas políticas más
amplias, como las cruzadas contra herejes y musulmanes, y durante las fases de resistencia a
recaudadores de impuestos y acreedores.
191
En eso se diferenciaba del Islam, pues ni el árabe ni el turco estaban confinados
en estados determinados.
192
En ese entonces la Biblia había sido traducida al idioma dominante, el inglés.
Sin embargo, menos del 40 por ciento de los ingleses sabían leer. Gradualmente, el
carácter del nacionalismo religioso se vio reforzado por el derecho consuetudinario,
cierta uniformidad de los gobiernos locales y la aparición de clases medias alfabeti
zadas. Ya había entonces opiniones negativas sobre los extranjeros. En el siglo XVI
este proceso adquirió mayor fuerza, cuando Enrique vin nacionalizó la iglesia.
Pero la identidad étnica seguía siendo un factor secundario frente a la de clase. Peor aún,
el ascenso de la alfabetización aumentó el desequilibrio cultural. Durante el Medioevo,
gobernantes y clases bajas habían compartido algunos aspectos de la cultura popular. La
religión escrita, por el contrario, amplió el abismo entre los estamentos. El credo de las élites
se hizo más dogmático y se alejó de los ritos populares.
193
Los holandeses desarrollaron dos elementos de unidad nacional: se considera
ban, desde el siglo xvi, un pueblo elegido por Dios para defender la verdadera fe;
y se identificaban como descendientes de los bátavos, que en la antigüedad resis
tieron a la tiranía del imperio romano. Los Países Bajos abrazaron el luteranismo
y el calvinismo, con su doctrina de salvación igualitaria y énfasis en la lectura de la
Biblia. En parte, por esta elección religiosa, los neerlandeses fueron atacados por
sus poderosos señores católicos, españoles y austríacos. En esta lucha las clases altas
holandesas movilizaron al pueblo, que también acogía las versiones reformadas del
cristianismo. La igualdad del alma cimentó un nacionalismo de todas las clases para
llevar a cabo una lucha de liberación. Inglaterra no avanzó en esta misma dirección
por el estallido de la Guerra Civil. Nacionalismo y religión no se cohesionaron porque
los ingleses no sólo se defendieron de los extranjeros sino también de ellos mismos.
Pero aun en el caso holandés no se logró el nacimiento de un ethnos estable. Las clases
medias se sintieron identificadas con los señores, los clérigos y el territorio, sólo cuando eran
atacados desde afuera y había una situación de amenaza inminente. Para que la identidad
nacional se hiciera poderosa, hacía falta una profunda reforma política. Pero los príncipes
rechazaron la idea de que las clases medias pudieran
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SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II
participar de un modo activo en la toma de decisiones. El gobierno era propiedad del monarca
y su consejo -un parlamento compuesto por aristócratas, nobles, altos cargos eclesiásticos y
comerciantes burgueses.
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En 1540 moros, judíos y conversos reaccionaron con violencia al hostigamiento del
que eran víctimas por parte de la Inquisición. El resultado fue la escalada de las
represalias. Peor aún, la política de limpieza religiosa se extendió a otros Estados
mediterráneos. El sur de Europa era una zona fronteriza, amenazada por el Islam. La
mayoría de los expulsados se fueron al este, donde el imperio otomano les ofreció la
tolerancia otrora encontrada en la península ibérica.
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En lugar de la idea de un mundo unificado con el tiempo, encontramos una Europa
escindida en estados envidiosos, competitivos, que se hacían una idea negativa de las
demás naciones, que convertían en chivos expiatorios a los extranjeros. La de los
Treinta Años fue una guerra provocada y alimentada por la envidia, y finalmente
concluida por el agotamiento. Al final, los Habsburgo habían fracasado en todo: su
tentativa centralizada se desvaneció; la autoridad imperial quedó en Alemania como
un nombre carente de contenido, con el principio reconocido a los príncipes de la
superioridad territorial, que los hacía autónomos; se reforzó el monopolio de los ocho
electores sobre la elección imperial y aumentaron los poderes de la Dieta. También el
sueño contrarreformista se desvaneció y fue preciso reconocer el principio cuis regio eius
religiOy aunque atenuado por la posibilidad, para los disidentes, de emigrar sin perder
sus bienes. Asimismo, territorialmente los Habsburgo salieron derrotados: Francia
obtuvo la confirmación de los obispados de Metz, Toul y Verdún y no sólo conservó
Pinerolo, sino que obtenía Alsacia. Mientras el Palatinado, fiel al calvinismo, volvió del
duque de Baviera al hijo de Federico V, y la luterana Suecia obtuvo la Pomerania, que
poseía derecho de voto en la Dieta imperial. Federico Guillermo de Hohenzollern
extendió su territorio con la anexión de algunas zonas alrededor del Elba.
246
TERCERA PARTE
LA MODERNIDAD
<&
LA MODERNIDAD
E
n el periodo imperial romano surgió el cristianismo, un poder
intersticial que, con la conversión de Constantino, se volvió
estructural; como consecuencia, lentamente se debilitaron las
religiones sacrificiales -paganas y bárbaras- en Europa.
El cristianismo como religión promotora del autosacrificio y la
responsabilidad individual hace las funciones del confucianis-mo en
China y de los Upanishads en India; pero, a diferencia de estas
religiones e incluso del Islam, el cristianismo nació como una
religión de compasión universal desde abajo, la promoción de una
ética universal corrió a cargo de los apóstoles y mártires, hombres
sin poder; sin embargo, al convertirse en una religión imperial, el
cristianismo se volvió tan elitista como las otras religiones axiales: la
lucha contra el sacrificio sería entonces la empresa de una élite,
auxiliada de los líderes locales conversos, que a su vez contaba con
una feligresía sumisa. En este sentido, la Iglesia imperial se asemejó
en su funcionamiento a las civilizaciones china, india e islámica.
Ahora, veamos lo que separa a Occidente de las otras religiones
axiales. El mensaje original del cristianismo no fue purgado de la
Iglesia imperial; por lo tanto, en la medida en que la "cristiandad
imperial" avanzaba, expandía también sus
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1. Envidia sacra
252
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12
Cfr. Frederick Thomas Elworthy, TheEvilEye. An Account of this Ancient and
Wide-spread Superstition, Nueva York, Bell Publishing Company, 1989, pp. 229-231.
254
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II
2. Envidia temible
13
Fenómeno claramente visible en la formación de la gentry inglesa: prósperos
terratenientes comerciantes con títulos de nobleza, pero sin antecedentes aristocráticos.
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pues las pesadas armas de fuego eran más fáciles de transportar por
mar, que por tierra; pero había, claro está, que resolver el problema
de la amortiguación del disparo.
En terreno firme, el retroceso del cañón se disipa con la reculada
sobre sus dos ruedas en el momento de la descarga; pero en el mar
no se disponía de ese espacio. Si la artillería estaba suelta, el
retroceso dañaba el maderamen y podía abrir un agujero en el casco
o derribar el mástil. Por ello, hubo que sujetar el cañón y
desacelerar el retroceso mediante un mecanismo de freno, o bien,
hubo que trasladarlo a un lugar donde hiciera menos daño. Así, los
capitanes de las galeras pusieron los cañones en la proa, donde los
navios estaban mejor reforzados, y montaron el cañón en una
plataforma que se movía levemente hacía atrás.14
En el siglo xvi, las armadas cristiana y turca lucharon por el
Mediterráneo. Ambos bandos usaban la galera con cañones. El
imperio turco amenazaba a Occidente: ya había tomado
Constantinopla en 1453 y avanzaba por los Balcanes, al tiempo que
controlaba Persia y Egipto. Con el Sultán Selim, el imperio
abarcaba desde el Danubio hasta el Nilo y del Tigris al Adriático.
Su hijo, Soleimán el Magnífico se apoderó de Belgrado (1521),
capturó Rodas (1522), tomó Hungría (1526) y sitió Viena, de-
safiando así, en su capital misma, a los Habsburgo.
Pero los turcos también avanzaban por mar: hacían incursiones
cotidianas en el Adriático y comenzaban a desbordar por el Este al
Imperio Habsburgo, también amenazaban a Venecia y sus
posesiones en el Egeo. En 1538, se conformó una Santa Alianza
entre España, Venecia y los Estados pontificios, bajo la égida del
almirante Andrea Doria, de Genova. Los Estados italianos no sólo
temían el avance otomano, sino también el de los franceses, en ese
entonces aliados de los turcos.
La guerra por el Mediterráneo fue de vaivenes. Los musulmanes
asolaban a los cristianos con sus piratas y habían logrado
14
C/r. John Keegan, op. cit., p. 401.
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Texcoco eran subditos tributarios del Imperio azteca. Más allá del
valle de México había aún más pueblos que les debían obediencia. El
gran mercado de Tenochtitlán tenía capacidad para 60,000 personas y
la ciudad era más grande que la mayoría de los centros urbanos de
Europa [...] Calzadas de ingeniosa construcción con numerosos
puentes levadizos, un enorme acueducto de piedra, pirámides más
grandes (en volumen) que las de Egipto y flotas de miles de canoas que
surcaban un lago magníficamente aprovechado convertían la isla en
una maravilla arquitectónica y en una fortaleza inexpugnable.
Jardines flotantes, zoológicos de exóticos animales tropicales y una
enorme élite religiosa y política cuyos miembros se engalanaban con
oro, joyas y vistosas plumas intrigaron lo suficiente a los hombres de
Cortés para que jurasen, en algunas narraciones de la época, que no
había en Europa ciudad que pudiera rivalizar con Tenochtitlán en
riqueza, poder, belleza y tamaño. Empero, al cabo de dos años, un
pequeño contingente castellano sin líneas de suministro seguras, no
familiarizado ni con el territorio ni con las costumbres de la zona,
atacado al principio por todos los grupos nativos que encontraba,
víctima de varias enfermedades tropicales y sufriendo por una ali-
mentación que desconocía, enfrentado a las autoridades de Cuba y más
tarde obligado a luchar contra otro contingente castellano enviado para
arrestar a Cortés, derrotó al Imperio azteca, desencadenando una serie
de acontecimientos que aniquilarían a la mayoría de sus habitantes y
arruinarían su majestuosa capital.16
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21
Erwin Rodríguez Díaz, Tiempo fechado. Historia y política en Octavio Paz, México,
Universidad Autónoma de Chiapas, 2006, p. 80.
22
Victor Davis Hanson, op. cit., p. 241.
265
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24
La viruela, gripe, peste, paperas, tos ferina y sarampión, fueron el más letal de
los regalos que los europeos llevaron a América durante el siglo XVI. Estos males
redujeron considerablemente la población indígena de la Nueva España. Mesoa-
mérica, que tenía cerca de veinticinco millones de habitantes indígenas antes de la
Conquista, medio siglo después tenía solamente dos millones.
25
Victor Davis Hanson, op. cit., p. 239.
26
Cfr. Jared Diamond, Armas, gérmenes y acero. La sociedad humana y sus destinos, trad.
Fabián Chueca, Madrid, Debate, 1998 (Ia. ed. en inglés, 1997), p. 73 y sigs.
268
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27
Cfr. Michael Mann, Las fuentes del poder social, I, op. cit.yp. 184 y sigs.
28
Claro está, eran extirpados el sacrificio humano y el canibalismo.
269
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SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II
mejor que ésta-, sino porque los actos violentos no deben ser
ejercidos por una autoridad inexistente.
El periodo del absolutismo, que va de 1600 a 1789, se caracteriza
por la creación de estados burocráticos modernos, la unidad jurídica
a través de nuevos códigos de ley y la eliminación gradual de los
derechos feudales, el establecimiento de ejércitos regulares bajo el
mando de los gobernantes, la subordinación de la Iglesia al Estado
con el objetivo de establecer una iglesia nacional, el reemplazo de la
vieja nobleza por una nueva de burócratas dependientes del
gobernante, la conversión de los bienes mobiliarios en la principal
forma de riqueza, el otorgamiento de una mayor importancia los
bancos y el surgimiento de las casas de bolsa, entre otros rasgos.
Junto a todo esto, viene el incremento de dominio del saber secular y
el eclipse de la teología.
John Locke, en su Carta sobre la tolerancia (1689), adapta la
teoría tradicional de las dos espadas -la del poder espiritual y la del
secular- al contexto del absolutismo moderno. Su doctrina es
completamente diferente a la de Hobbes, pues no reduce el poder
espiritual al civil; admite la validez de ambos, pero los define como
esferas, en principio, no conflictivas. Y cuando lleguen a ocurrir
conflictos, la autoridad civil tiene la última palabra. Esta teoría, que
es la base de la mayoría de los Estados modernos y provee el
fundamento de algunos aspectos de la enseñanza política y social del
catolicismo, retira a la Iglesia -y a toda institución espiritual- la
legalidad del uso físico de la violencia. Ésta es quizás la mayor
peculiaridad de la civilización occidental.
Esas dos filosofías son producto del turbulento siglo xvn inglés.
Al inicio, la Corona se enfrentaba a los puritanos y otros radicales, el
mimetismo conflictivo radicalizó también al rey católico y estalló la
guerra civil, la monarquía fue derrotada y se instauró una república
de incendiarios. Oliver Cromwell y sus pirómanos no se
conformaron con abolir el antiguo régimen e
271
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30
Durante el siglo XVII los mecanicistas hicieron un gran esfuerzo por cambiar el
paradigma cognoscitivo. El universo, que antes era visto como un ente vivo, con sus metas
propias, en las teorías modernas se convirtió en una colección de materia inerte que se mueve
sin fin ni significado. Ahora la prueba concluyente de la existencia es la cuantificabilidad; no
hay más realidad de un objeto que las partes en las cuales pueda ser descompuesto. La calidad
fue suplantada por la cantidad, el por qué por el cómo.
81
Sobre todo el arma de fuego, los cañones, las fortalezas y los barcos de combate.
272
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II
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vez habían estado dispersos, mayor era el control del rey; las buenas
maneras eran impuestas en las cortes: el autocontrol de las pasiones
implicaba la aceptación de la superioridad de los monarcas, sus
reglas y modales. Aunque no dejaba de haber envidia en su contra, la
tendencia era sustituir el aojamiento, es decir, las miradas
envidiosas, por la admiración. La mimesis conflictiva desarrollaba
su trama con reglas impuestas desde un centro cada vez más
poderoso.
En el paquete del individualismo hay un elemento perturbador
que parece lanzar a los hombres a un campo de batalla (egoísmo)32,
y otro que parece suavizar la competencia mediante los buenos
modales (narcisismo).33 Ya Burckhardt había detectado que la
fórmula "paciencia hasta que llegue la ocasión", era típica entre los
nobles que buscaban venganza;34 además, mostrar abiertamente la
rivalidad también sería de mal gusto, por lo cual el individualista del
Renacimiento usaba el maleficii o el malie; es decir, la "destrucción
secreta con medios mágicos"; sabemos, por ejemplo, que en esa
época se generó una oleada de "discretos envenenamientos" en las
cortes.35
Las opiniones que sobre política y envidia tenían los filósofos
cortesanos del Renacimiento se vieron magnificadas en las cortes
del siglo XVII. Por ejemplo, en Francia, La Rochefoucauld, un
destacado moralista que estuvo al servicio de Luis xm y Luis xiv,
comentaba: "el egoísmo es el amor que el hombre se tiene a sí
mismo y tiene a cualquier cosa por él mismo [...] Toda la vida de un
hombre no es más que un continuo ejercicio y una fuerte agitación
de esta pasión". Sin duda, su experiencia en
32
Diversos moralistas y filósofos coincidieron en que los mayores defectos morales
del Renacimiento eran el egoísmo y el individualismo. Cfr. Jacob Burckhardt, The
Civilization of the Renaissance in Italy, vol. n, Culemborg, Central Boekhuis, 1990 (Ia
ed. en alemán, 1860), p. 442.
33
Qfr- Jean-Pierre Dupuy, El sacrificio y la envidia. El liberalismo frente a la justicia
social, trad. Juan Gutiérrez y Carlos Alberto Martins, Barcelona, Gedisa, 1998 (Iaed.
en francés, 1992), pp. 205 y 206.
34
Cfr. Jacob Burckhardt, op. cit., p. 432.
35
Ibidem, p. 441.
274
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36
Cfr. William Durant, La edad de Luis XIV, trad. Miguel Hernani, Buenos
Aires,
Editorial Sudamericana, 1966 (Iaed. en inglés, 1963), pp. 173-174.
37
La Rochefoucauld, "Reflections; or, Sentences and Moral Maxims", trad.
J. W.
Willis Bund y H. Hain Friswell, en Essays on CD. History, Fiction & Theory,
Mass., B &
R Samizdat Express, 2005 (Iaed. en francés, 1678), p. 18.
38
Ibidem; y William Durant, op. cit., p. 174.
275
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39
Jean de la Bruyére, Los caracteres, trad. Luis R. Cuéllar, México, UNAM,
1998 (Ia
ed. en francés, 1688), pp. 162-163.
40
Cfr. Gonzalo Fernández de la Mora, op. cü., p. 37.
277
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41
Baltasar Gracián y Morales, El arte de la prudencia. Oráculo manual, ed. José
Ignacio
Diez Fernández, México, s.e., 1996, p. 66.
42
Ibidem, p. 4.
43
Cfr. Ibid., pp. 69,129,132 y 188.
278
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44
Joseph Addison, "Good Nature", en Richard Seltzer (comp.), World History and
Literature - From the Middle Ages through the 18th Century, West Roxbury, Mass., B
&R
Samizdat Express, 2005 (Iaed., aprox., 1700-1704).
45
Jean de la Bruyére, op. cit., p. 168.
46
Remo Bodei, Geometría de las pasiones. Miedo, esperanza, felicidad, filosofía y
uso
político, México, Fondo de Cultura Económica, 1995, p. 145.
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47
Fénelon, Aventuras de Telémaco, libro XXIV, p. 516.
48
Norbert Elias, La sociedad cortesana, trad. Guillermo Hirata, México, FCE, 1996
a
(I ed. en alemán, 1969), pp. 175-176.
49
Cfr. F. B. Kaye, "Notas", Nota sobre la frase "Vicios privados, beneficios
públicos",
p. 289.
50
Cfr. Saint-Simón, The Memoirs ofLouis XIV, His Court and The Regency,
trad. Bayle
St. John, en www.gutenberg.net(consulta: 2003) (Iaed., 1829), cap. XCIV.
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58
Cfr. Georg Simmel, op. ciLyp. 21 y sigs.
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59
Jean-Pierre Dupuy, "Rodeo y sacrificio: Illich y Girard", trad. Jorge
Márquez
Muñoz, en Jorge Márquez Muñoz (comp.), El otro titán: Iván Illich, México,
Editorial
Tomo, 2003, pp. 164-165.
60
Cfr. Jean-Pierre Dupuy y Paul Dumouchel, Lenfer des Choses. Rene
Girard et la
Logique de VÉconomie, París, Editions du Seuil, 1979, p. 239.
289
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61
Cfr. Ibidem, p. 246.
62
Cfr. Georg Simmel, op. cit, p. 18.
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63
Jean-Pierre Dupuy y Paul Dumouchel, op. cit., p. 113.
291
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64
Jean-Pierre Dupuy, El sacrificio y la envidia, op. cit, p. 99.
65
Ibidem, p. 99.
292
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68
Ibidem, p. 107.
69
Ibid., pp. 114-115.
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5. Envidia ideológica
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78
Cfr. AJ. Tudesq, "Las supervivencias del Antiguo Régimen: la nobleza en la
sociedad francesa de la primera mitad del siglo XIX", D. Roche y C. E. Labrousse
(coordinan), Órdenes, estamentos y clases, trad. Pilar López Mañez México, Siglo
XXI,
1978 (Iaed. en francés, 1973), p. 247-248.
79
La baja nobleza está representada por Sorel en Rojo y negro de Stendhal. El
personaje es un romántico que se siente indignado por la Restauración y anhela el
regreso de Napoleón.
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80
Cfr. Henry Kissinger, Un Mundo Restaurado. La política del
conservadurismo en una
época revolucionaria, trad. Eduardo L. Suárez, México, Fondo de Cultura
Económica,
1973 (Iaed. en inglés, 1964), p. 23 y sigs.
81
Cfr. Francois Furet, "Historiografía de la Revolución Francesa", trad. Julián
Meza,
Vuelta, no. 160, México, marzo de 1990, p. 9.
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82
Cfr. Fracois Furet, El Pasado de una ilusión. Ensayo sobre la idea comunista
en el siglo
XX, trad. de Mónica Utrilla, México, FCE, 1996 (Iaed. en francés, 1995), p. 20.
83
Cfr. Richard Pipes, Propiedad y libertad. Dos conceptos inseparables a lo
largo de la
historia, trad. Josefina de Diego, México, FCE, 2002 (Iaed. en inglés, 1999), p.
213.
84
En la Asamblea del Gobierno Provisional, la heredera de la Duma durante
1917,
los aguerridos bolcheviques, a pesar de ser una minoría -contaban con 105 de
los 822
delegados- se hacían notar: haber vivido como una secta clandestina,
perseguida,
haber sufrido de arrestos, creer en su condición de "elegidos", les había
infundido
el talante suficiente para hacer frente a una mayoría moderada de
mencheviques.
Cuando Lenin ofrecía sus discursos ante la Asamblea, se comportaba "como
una fiera
enjaulada, entornando los ojos como si se regocijara con la imagen de 50
capitalistas
llevados por las calles en jaulas", comentó un periodista. Cfr. Robert T. Elson,
El
Preludio de la Guerra I, trad. de Daniel Laks, Barcelona, Time-Life, 1995, p. 51.
304
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II
85
Los socialistas condenaban los antagonismos destructivos y la anarquía
del
capitalismo. Creían que el pueblo podía aprender a trabajar el uno para el otro
en
lugar de hacerlo uno contra otro. No obstante, al mismo tiempo, aún en los
concep
tos de Saint-Simón y Owen, había otro lado de su socialismo, el lado que las
críticas
capitalistas señalan que albergan los gérmenes del totalitarismo. Ambos
creían que
una pequeña élite, debía concentrar el poder. Según Owen: "la sociedad
debería ser
cuidada, como los médicos más avanzados gobiernan y tratan a sus pacientes
en los
mejores hospitales para lunáticos".
Pero a mediados del siglo xix el socialismo dejó de ser un episodio pintoresco
de lunáticos que se creían psiquiatras. Entre los obreros se divulgaba una
teoría sobre su condición: eran desposeídos porque los ricos les habían
robado. Curiosamente, quien difundió con más éxito este punto de vista, fue
un hombre que jamás puso un pie en una fábrica ni se dedicó a trabajos
manuales. Karl Marx, un intelectual que se casó con una prusiana de la clase
alta y que casi siempre fue mantenido por sus amigos, dedicó gran parte de su
vida a realizar una crítica meticulosa al capitalismo. Muchas veces sus teorías
derivan más de sus odios que de la observación. El psicohistoriador afirma:
"Sus descripciones de la alineación, degradación y explotación, derivan de sus
fantasías personales y tormentos familiares". Hay mucho de estos complejos
en frases como "expoliar a los expoliadores", "expropiar a los expropiadores".
Joseph H. Berke, The Tiranny ofMalice, Nueva York, Summit Books, 1988, pp.
215-216.
86
Karl Marx, "Crítica del programa de Gotha", Obras escogidas en dos tomos,
Moscú,
Editorial Progreso, 1955 (Iaed. en alemán, 1891), p. 10 y sigs.
87
El marxismo es una teoría que trata de acabar con la envidia al abolir la
pro
piedad y hacer inútil el dinero; se trata de acabar con lo envidiable para acabar
con
la envidia. Según el marxismo el envidiable es el condenable, no el envidioso;
de
hecho, propone un sistema social al servicio de los envidiosos. Pero los
socialistas
no la plantean así. Para ellos se trata "de instaurar el cielo en la tierra", según
una
fórmula de Tolstoy, quien "azorado por el caos y la decadencia de su época
donó sus
riquezas a los pobres".
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93
Cfr. Louis Dumont, Germán Ideology. From Romance to Germany and
Back, The
University of Chicago Press, 1994 (Iaed. en francés, 1991), p. 22.
94
Cfr. Joseph H. Berke, op. cit., p. 262.
309
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311
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98
Cfr. Morris Berman, Cuerpo y espíritu, op. cit., p. 261.
99
Elias Canetti, Masa y poder, trad. Horst Vogel, Madrid, Alianza/Muchnik,
1987
(Iaed. en alemán, 1960), p. 178.
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314
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100
Ya para finales del siglo xvn, Londres era la ciudad más poblada y rica de
Europa; pero la concentración de las masas no provocó más revoluciones.
La envidia no cejó, pero se expresó mediante la delincuencia y los motines.
315
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101
La primera fase del imperialismo inglés comenzó con la exportación de la
"plaga
blanca" a tierras distantes, es decir, de los ingleses que, desde el punto de
vista eco
nómico, sobraban en Inglaterra. Cfr. Niall Ferguson, El imperio británico.
Cómo Gran
Bretaña forjó el orden mundial, trad. de Magdalena Chocano, Barcelona,
Debate, 2005
(Iaed. en inglés, 2003), cap. 2.
102
Recordemos que cuando la riqueza se obtiene de afuera deja de ser vista
como
un robo a la propia comunidad. La prosperidad del vecino se soporta mejor
cuando se
sabe que la obtuvo de un lugar lejano que cuando se piensa que la consiguió a
expensas
de la propia comunidad. Entre 1750 1769 las exportaciones británicas
aumentaron
más de diez veces: Mla Revolución industrial puede considerarse [...] hacia
1780-1790,
como el triunfo del mercado exterior sobre el interior: en 1814 Inglaterra
exportaba
cuatro yardas de tela de algodón por cada tres consumidas en ella; en 1850
trece por
cada ocho. La expansión de la industria pudo financiarse fácilmente al
margen de
las ganancias corrientes, pues la combinación de sus conquistas de vastos
mercados y
una continua inflación de precios produjeron fantásticos beneficios". Eric
Hobsbawm,
La era de la revolución. 1789-1848, trad. Felipe Ximénez de Sandoval, Buenos
Aires,
Crítica Grijalbo-Mondadori, 1997 (Iaed. en inglés 1962), p. 42.
103
En la Londres del siglo xvm y principios del xix, las calles, sucias y mal
ilumina
das, sólo eran limpiadas por las lluvias. Los pobres se apretujaban en
tugurios llenos
de basura y desperdicios. Las prostitutas llegaban a 50*mil, es decir, casi 10%
de la
población de la ciudad. No había moralidad ni ley capaz de detener las
oleadas de
resentimiento criminal de los miserables. En sus barrios, apenas había
iglesias, pero
estaban llenos de tabernas y cervecerías. Muchos de los delincuentes se
organizaban
en bandas. A los policías les cortaban la nariz. Un grupo, los Mohocks, tenía
por
costumbre lanzarse a las calles a pinchar a los transeúntes con espadas,
poner a las
mujeres cabeza abajo y saltarles los ojos a las víctimas que se resistían.
Bandidos
316
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317
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104
Cfr. Seymour Martín Lipset, Elexcepcionalismo norteamericano, trad. Mónica
Utrilla,
Fondo de Cultura Económica, México, 2000 (Iaed. en inglés, 1996), p. 18.
105
Cfr. Howard Zinn, La otra historia de los Estados Unidos, trad. Toni Strubel,
México,
Siglo XXI, 1999 (Iaed. en inglés, 1999), pp. 50-51.
318
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106
Cfr. Bárbara W. Tuchman, La marcha de la locura (la sinrazón desde Troya
hasta Vietnam), trad. Juan José Utrilla, México, Fondo de Cultura Económica,
1989 (Iaed. en inglés, 1984), pp.122-140.
319
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320
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108
Cfr. Raymond Aron, op. cit., p. 340.
109
Cfr. John, P. Diggins, El bardo del salvajismo. Thorstein Veblen y la teoría social
mo
derna, trad. Eduardo L. Suárez, México, Fondo de Cultura Económica, 1978 (Iaed.
en inglés, 1977), p. 11.
110
Cfr. Morris Berman, Dark Ages America. The Final Phase of Empire, Nueva York,
W.
W. Norton & Company, 2006, pp. 103-104.
321
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111
Étnica, religiosa, de la clase política, de la burguesía o de cualquier otra clase
social.
322
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1.8
Por ejemplo, en la década de 1780 los terratenientes escoceses
anglicanizados
llevaron a cabo "despejes de Tierras Altas", lo que provocó muchas muertes
y que
decenas de miles de gaélicos emigraran al Nuevo Mundo, al noroeste de las
Tierras
Altas y a las islas.
1.9
En 1840, comenzó una crisis en Irlanda debido a la plaga de la patata.
Como
la población local dependía de un solo cultivo, comenzó la hambruna. Los
ingleses,
por motivos de discriminación, se mantuvieron indiferentes y dijeron a los
irlandeses
que nada podían hacer por ellos. Como resultado miles de personas murieron
y otras
tantas huyeron a América.
328
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120
"Hasta entonces, la miseria absoluta del mayor número aparecía como fatalidad
ligada a una pobreza global de las sociedades poco productivas, perturbadas por
añadidura por los ciclos de crisis de las subsistencias. Ahora bien, la supremacía
industrial de la Gran Bretaña le permite [...] obviar esa fatalidad. Esto gracias al
abatimiento de las barreras aduaneras -el librecambismo- que favorece la reducción
de precios de los productos alimentarios y de los productos de consumo corriente, y
procura de esta manera la satisfacción de las masas, sobre todo de la clase
peligrosa constituida por el proletariado urbano [...] En adelante, la represión
contrarrevolucionaria abierta no representa la única arma del conservadurismo [...]
Los recursos económicos del juego político vuelven incluso concebible la posibilidad
de moderar los efectos de la dinámica que conduce al sufragio universal". Guy
Hermet, En las fronteras de la democracia, trad. Enrique Lombrera Pallares, México,
Fondo de Cultura Económica, 1995 (Iaed. en francés, 1983), p. 35.
330
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331
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125
Cfr. Paul Johnson, Tiempos modernos, op. ciL, p. 55.
126
Cfr. Gertrude Himmelfarb, Poverty and Compassion. The Moral Imagination
ofthe
Late Victorians, Nueva York, Knopf Doubleday Publishing Group, 2010, p. 15
332
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333
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129
Helmut Schoeck, Envy. A Theory of Social Behavior, trad. Martin Secker,
India-napolis, Liberty Fund, 1992, p. 150.
334
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336
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139
Ahí Cromwell ofreció buen trato a los vencidos. Eso, pese a que los
escoceses
eran más peligrosos que los irlandeses. Incluso, cuando el ejército escocés
invadió
Inglaterra y llegó a Worcester, su derrota sólo implicó que un puñado de
líderes
fueran ejecutados y varios centenares de soldados transportados al Nuevo
Mundo.
140
A principios del siglo xvn, el 90 por ciento de la tierra irlandesa estaba en
po
der de católicos; a fínales de esa misma centuria, contaban solamente con el
22 por
ciento; y en 1800 ya tenían sólo el 5 por ciento. También en las leyes penales
había
mucha discriminación contra los católicos. A fínales del siglo xvín, se obligaba
a los
herederos católicos y a los futuros profesionales a convertirse al
protestantismo.
341
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342
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154
Ibid.,p. 119.
155
A quien se le atribuye la frase: "el mejor indio es el indio muerto".
156
Michael Mann, El lado oscuro de la democracia, op. cü., p. 120.
351
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157
ídem.
158
Ibid., p. 109.
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9. Capitalismo e imperialismo
165
Paul Johnson, Estados Unidos. La historia, trad. Fernando Mateo y
Eduardo
Hojman, Barcelona, Javier Vergara Editor, 2001 (Iaed. en inglés, 1997), pp.
26-27.
166
Jacques Attali, Milenio, trad. R. M. Bassols, México, Editorial Planeta
Mexicana,
1994 (Iaed. en francés, 1990), p. 15.
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172
ídem.
173
Es decir, cuando cuesta muy caro mantener a los consumidores
solventes.
174
Jacques Attali, op. cü., p. 20.
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Para los europeos, la guerra era una empresa racional que re-
quería de todas las energías, sin distracciones y, de
preferencia, también sin consideraciones extramilitares.
Los europeos estaban dispuestos a combatir los 365 días
del año, de día o de noche, sin prestar atención a las
exigencias de su fe cristiana o del año natural; el mal tiempo,
las enfermedades y los obstáculos geográficos no eran a sus
ojos otra cosa que dificultades que podían superarse con la
tecnología apropiada, la disciplina militar y el capital
necesario, y rara vez se consideraban expresiones de una
mala voluntad divina o de la hostilidad de un espíritu superior.
Los europeos solían tomarse sus fracasos de forma diferente
a como se los tomaban sus adversarios de Asia, América o
África: la derrota no era un síntoma de la ira de los dioses, ni
de un sino adverso, sino consecuencia racional de un fallo
táctico, logístico o tecnológico, elementos todos ellos fáciles
de remediar en la siguiente ocasión -y hasta que culminara la
conquista, siempre habría una siguiente ocasión-, merced a
una minuciosa inspección y análisis.185
El historiador de la guerra Victor Hanson considera que la
facilidad con que se llevaron a cabo las victorias coloniales se
debe, en buena medida, precisamente al modo occidental de
hacer la guerra: el éxito en una batalla, de acuerdo a la doc-
trina occidental, no depende de cuántos enemigos mate cada
soldado, ni del coraje personal, sino de mantener el orden y
preservar la formación; de acuerdo a este énfasis en el grupo,
en la Grecia Clásica se castigaba a aquellos que bajaban los
184
Ibid., pp. 341-342.
185
Ibid., p. 342.
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190
Como Afganistán hasta antes de 2001.
191
Como en Irán o Corea del Norte actualmente.
192 Tai fueei caso de diversas posesiones del otrora Imperio Otomano.
193
Como el caso de Alemania y algunos estados de entreguerras del Este de
Europa.
194
Tal fue la política japonesa en la guerra contra China; y de Rusia, en la
guerra
contra Polonia.
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218
Debido al momento tardío en que asumieron el ideal democrático, tal y
como
se explica en el subapartado "La versión orgánica del pueblo".
219
Dos millones de polacos, un número semejante de rusos y también de
ucrania
nos, un millón de alemanes, 250,000 húngaros y 200,000 lituanos, letones y
estonios.
Además, millón y medio intercambiados entre Grecia y Turquía y 280,000 entre
Grecia
y Bulgaria,
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sos; una ciencia de la política que les posibilite gobernar; una ciencia del desarrollo
tecnológico que haga posible construir la infraestructura necesaria para mejorar las
condiciones de vida de la población, etc.
229
Por ejemplo, cuando un Estado usa la ciencia para mejorar sus condiciones,
económicas o militares, de competencia con otros Estados.
230
En la antigüedad, sólo China y Roma fueron capaces de hacerlos.
231
En situaciones extremas, el hambre diezmaba incluso los ejércitos.
392
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236
Se encuentra en cuevas y establos, donde la acción bacteriana de la orina y las
heces lo acumulan por deposición en la tierra en que se guardaba el ganado.
237
John Keegan, op. cit., p. 374.
396
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238
Cfr. Max Hastings, "The Most Influential Weapon of Our Time", The New York
Review ofBooks, 10/02/2011, disponible en WWW.nybooks.com, consultado el 25
de noviembre de 2012.
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'-"- Blenheim (1704), Fontenoy (1745) y Leuthen (1757). C/r. Julián Barnes, "The
Oíd Couple", The Ñau York Review o/Books, 29/03/2007, disponible en
WWW.nybooks. COm, consultado el 22 de noviembre de 2012.
400
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243
John Keegan, op. cit., p. 414.
401
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244
Pese a que tales "extranjeros" lleven siglos viviendo en el país que gobiernan.
245
Cfr. Joseph H. Berke, op. cit., p. 257.
402
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250
Joel Flores Rentería, Totalitarismo, México, UAM, 2003, p. 48.
251
Francois Furet, Pensar la Revolución Francesa, trad. Arturo Firpo,
Barcelona, ed.
Petrel, 1980 (Iaed. en fracés, 1978), Primera Parte, III.
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253
Cfr. Rene Girard (conversaciones con Benoit Chantre), Clausewitz en los
extremos, trad. Luciano Padilla López, Buenos Aires, Katz, 2010 (Iaed. en francés,
2007), p. 239.
408
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254
Cfr. Noel Annan, "The Abominable Emperor", The New York Review of
Books, 06/06/1996, secc. 3, disponible en www.nybooks.com, consultado el 12
de septiembre de 2012.
409
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410
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258
Cfr. Gordon Craig, op. cit.
259 QfTNoel Annan, op. cit.
260
Cfr. Robert Craig, "The Way to the Wall", The New York ReviewofBooks,
08/06/1990,
secc. 2, disponible en www.nybooks.com, consultado el 12 de septiembre de 2012.
261
Emil Ludwig, Bismarck. Historia de un luchador, trad. M. Ramírez Valladares,
Buenos Aires, ed. Juventud, 1941 (Iaed. en alemán, 1911), p. 194.
412
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264
Cfr. Gordon Craig, "The Reich Stuff", op. cit.
265
Cfr. Robert Craig, "The Way to the Wall", op. cit.
266
Cfr. Gordon Craig, op. cit.
414
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271
Cfr. Noel Annan, op. cit.
272
Cfr. Gordon Craig, op. cit.
273
Cfr. Emil Ludwig, op. cit., p. 341 y sigs.
274
Cfr. Noel Annan, op. cit.
417
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273
Cfr. Niall Ferguson, ThePity ofWar, op. cit., p. 18.
276
Cfr. Ibidem, p. 97 y sigs.
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288 por ejemplo, cuando intentan vender sustancias nocivas que anuncian
como
si no lo fueran. Cfr. Michael Woodwiss, Gángster Capitalism. The United States
and the
Global Rise of Organized Crime, New York, Carrol Graf Publishers, 2005, p. 1 y
sigs;
Klaus Werner y Hans Weiss, El libro negro de las marcas. El lado oscuro de las
empresas
globales, trad. Mariano Grynszpan y Alejandra Obermeier, Buenos Aires,
Editorial
Sudamericana, 2003 (Iaed. en alemán, 2001), p. 43 y sigs.
289
Estados, ciudades, imperios, iglesias, etc.
290
Cfr. Niall Ferguson, El triunfo del dinero. Cómo las finanzas mueven el mundo,
tr. Fran
cisco J. Ramos Mena, México, Ed. Debate, 2010 (Iaed. en inglés, 2008), p. 81 y
sigs.
291
Cfr. Niall Ferguson, El triunfo del dinero, op. cit., p¿ 19.
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295
En los setenta, la crisis financiera del Estado producto de la Guerra de Vietnam,
el alza en los precios del petróleo y la inflación de dólares. En los ochenta la crisis
internacional de los acreedores y la turbulencia de las bolsas de valores; en los
noventa y la primera década del siglo xxi, como producto de la caída del comunismo
en la URSS y Europa Oriental y de la liberalización de la economía china, así como
la incorporación de millones de nuevos trabajadores al mercado laboral, que
deprimió los salarios. Cfr. R. Heilbroner y W. Milberg, La evolución de la sociedad
económica, México, Prentice Hall, 1999, p. 138; Loretta Napoleoni, Economía
canalla. La nueva realidad del capitalismo, trad. Lourdes Bassals y Antonio
Francisco Rodríguez, Barcelona, Piadósf 2008, p. 45 y sigs.
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296
Ted Nace, Gangs of America, The Rise of Corporation Power and the
Disabling ofDe-mocracy, San Francisco, Berret-Koheler Publishers, 2005
(Iaedición en ingles, 2003), p.88.
438
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297
Ted Nace, op. ciL, p. 94.
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441
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301
Ibidem, p. 106.
302
Le. aquéllas entre el patrón y sus trabajadores.
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307
Qr.]ohn Kenneth Galbraith, La sociedad opulenta, tr. Carlos Grau Petit;,
Barcelona,
Planeta-Agostini, 1992 (Iaed. en inglés, 1958), p. 262.
308
Cfr. David Riesman, op. cit, p. 79 y sigs.
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Como NAFTA-USA.
3,4
Como Center for Tobacco Research, que publicita la "falsedad de los estudios
que dicen que el tabaco origina problemas de salud", o Cooler Heads Coalition, "que
informa sobre los malos entendidos provocados por los ambientalistas en la cuestión
del cambio climático".
315
Activistas pagados que defienden las posturas de las corporaciones.
316
Demandas en contra de los críticos de las corporaciones, hechas con el fin,
no de ganar la demanda -pues casi siempre es evidente que la corporación la va a
perder- sino de desprestigiar y agotar al demandante. Con ello, se disuade a muchos
otros críticos con miras a que guardan silencio.
3,7
Con la organización de seminarios-vacaciones, donde se invita lo mismo a
miembros del gobierno que a profesionales o simples ciudadanos, a pasar fines de
semana en hoteles de lujo, al tiempo que reciben seminarios pro-corporativos. 318 A
quien sus enemigos habían acusado de recibir regalos del magnate minero, Marcus
Hanna, célebre por la frase: "en política sólo hay dos cosas que importan: el dinero
y... la otra no recuerdo cuál es".
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330
Erich Kahler, op. ciLtp. 477.
331
Roger Caillos, op. cit.yp. 204.
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333
Ibid., p. 205.
334
Erich Kahler, op. ciL, p. 478.
473
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335
Cfr. Caillois, op. cit, p. 212 y sigs.
336
Que además de tener odio histórico ahora estaban en condiciones peligrosas:
por un lado los alemanes debían pagar los gastos de reparación exigidos por los
franceses; y por otro, Francia no parecía muy amenazante, pues eligió una postura
defensiva y al construir la línea Maginot quedó delatada su debilidad psicológica
frente a los alemanes.
337
Recordemos que para muchos políticos ingleses Francia representaba una
ame
naza mayor que Alemania aún después del ascenso de Hitler en 1933. Motivo por el
cual, Gran Bretaña vaciló en dar su apoyo a Francia al inicio de la Segunda Guerra
Mundial. Cfr. Paul Johnson, Tiempos modernos, op. cit., p. 178.
338
Encarnada específicamente en el odio que se profesaban Stalin y Churchill.
Cfr.
Walter Laqueur, Stalin. La estrategia del terror, trad. Aníbal Leal, Barcelona,
Vergara,
2003 (Iaed. en inglés, 1990), p. 230 y sigs.
339 £n ja búsqueda del dominio por el Mediterráneo. Cfr. Alian Moorehead, H. B. D.
Kettlewell, Churchill, trad. Pilar Bosque Sendra, Barcelona, Salvat, 1984 (Iaed. en
inglés, 1960), p. 115 y sigs; Paul Johnson, Tiempos modernos, op. cit., p. 459 y sigs.
340 por ios dominios del sureste asiático. Cfr. Alian Moorehead, op. cit., p. 115 y sigs.
341 por iacuesti6n China y el dominio del Océano Pacífico. Cfr. Paul Johnson,
Tiempos modernos, op. cit., p. 219.
342
El gasto militar de Inglaterra y Estados Unidos era, en comparación con el
alemán, el soviético y el japonés, muy reducido. Cfr. Ibidem, pp. 178 y 429; cfr. Niall
Ferguson, La guerra del mundo, op. cit., p. 404 y sigs. y 555 y sigs.
343
Cfr. Paul Johnson, Tiempos modernos, op. cit, p. 103 y sigs.
474
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344
En los territorios otrora germanos o del Imperio Habsburgo, los alemanes
étnicos
comenzaron a ser discriminados e incluso, perseguidos y objeto de
pogromos. No
es extraño entonces que muchos de los más salvajes militares nazis
provinieran de
estos territorios. Cfr. Niall Ferguson, La guerra del mundo, op. ciL, p. 247 y
sigs.
345
Erich Kahler, op. cit., p. 478.
346
Cfr. Michael Mann, Fascistas, trad. Juan Pérez Moreno, Universitat de
Valencia,
2006 (Iaed. en inglés, 2004), p. 43 y sigs.
347
Cfr. Paul Johnson, Tiempos modernos, op. cit., p. 125.
348
Cfr. Ibidem, p. 126 y sigs.
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357
Cfr. Erich Fromm, Anatomía de la destructividad humana, traducción de
Félix
Blanco, México, Siglo veintiuno editores, 2000 (Iaed. en inglés, 1974), p. 392 y sigs.
358 John Keegan, op. cit., p. 436.
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367
Ibidem, p. 447.
368
Víctor Hanson, op. cit., p. 393.
490
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europea.
Japón había comprendido entonces que, si quería
efectividad en el campo de batalla, debía emular a los
imperios europeos; pero, ¿a cuál de todos ellos? Primero se
creyó que Francia era el ejemplo a seguir, por lo que se
compraron fusiles y cañones a los galos; y en 1871, cuando
Alemania derrotó a Napoleón ni, los soldados japoneses
comenzaron a desfilar a paso de oca y aprendieron las
tácticas prusianas. En cuanto a la marina, eligieron seguir a
los ingleses, pero la imitación no fue exclusivamente en el
ámbito militar: las artes, letras, ciencia, moda, y sobre todo la
industrialización y la banca, también evolucionaron siguiendo
el patrón occidental.
El resultado de tal transformación fue muy profundo en el
terreno geopolítico: en 1894, expulsaron a China de Corea;
en 1900, la fuerza expedicionaria nipona fue muy eficaz en
China al luchar contra los bóxers; en 1904-1905, derrotaron a
Rusia en una guerra por el control de Manchuria. El ejército
japonés también fue capaz de invadir China y en la Segunda
Guerra Mundial, de conquistar un enorme -aunque efímero-
imperio en el Pacífico y el Sureste de Asia.
Sin embargo, la estrategia nipona contra los
estadounidenses en 1941 no era racional: al igual que los
ejércitos nazis, los del Sol Naciente se sobre-extendieron; la
industria estadounidense demostró su superioridad en cada
terreno sobre el bravo soldado japonés. Pero la obstinación
de los guerreros nipones, ejemplificada con la resistencia en
Tarawa (1943),371hizo que cada victoria resultara muy
costosa para los estadounidenses, tanto en términos
económicos como de vidas.372 Pese al poderío destructivo de
los bombardeos estratégicos, Estados Unidos y sus aliados
no habían logrado que los alemanes se rindieran
371
Donde los cinco mil soldados japoneses apostados lucharon hasta quedar sólo
ocho.
372
El Estado Mayor estadounidense calculó que morirían un millón de norteame
ricanos en la toma de las islas de Japón.
492
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375
Ibid., p. 451.
376
Cfr. Robert Craig, op. cit.
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383
Muchas veces presionadas por sus poblaciones.
384
Instaurado por una combinación de poderes vernáculos tradicionales y
poderes
clientelares locales de imperios anteriores a los europeos.
500
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391
Cfr. Jeffrey Sachs, Economía para un planeta abarrotado, trad. de Ricardo
García
Pérez, Colombia, Debate, 2008, p. 17 y sigs.
392
Cfr. Ted Nace, op. cit., p. 112 y sigs.
393
Cfr. Robert D. Kaplan, La anarquía que viene La destrucción de los sueños
de la pos
guerra fría, trad. Jordi Vidal, Barcelona, Ediciones B, 2000 (Iapublicación en
inglés,
1994), p. 21.
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399
David Brooks, "The Americano Dream", The New York Times, 24/02/2004, dis
ponible en http://www.nytimes.com/2004/02/24/opinion/the-americano-dream.
html, consultado el 30 de octubre de 2012.
400
"Acabar con las cuotas agrícolas y las subvenciones de 300 millones de dólares
que los países ricos distribuyen entre sus granjeros ayudaría mucho más. Tal
estrategia
incrementaría los beneficios de la agricultura en África hasta 100.000 millones de
dólares, 20.000 millones de dólares más que los 80.000 millones de dólares que los
países industrializados mandaron a África como ayuda en 2006. Terminar con las
cuotas y las subvenciones del mundo desarrollado permitiría que los productos afri-
509
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canos pudieran competir libremente con los productos occidentales y generar unos
resultados de 500.000 millones de dólares, lo suficiente para sacar a ciento
cincuenta millones de africanos de la pobreza hasta 2015". Loretta Napoleoni,
Economía canalla, op. cit., pp. 192-193.
401
"Tomemos dos ejemplos: Michael Moore y Noam Chomsky [...]. Ambos asumen
que el problema viene desde arriba, del Pentágono y las corporaciones. Desde
luego que hay algo de cierto en ello, pero el problema es que esta tesis descansa en
la teoría de la falsa conciencia: es decir, la creencia de que estas instituciones han
conseguido vendar los ojos del ciudadano norteamericano promedio, que en el
fondo es racional y bienintencionado. De ahí que la solución sea educativa:
quitemos la venda de los ojos y la ciudadanía despertará de manera espontánea y
se comprometerá con alguna especie de visión popular o de socialismo
democrático. ¿Pero qué pasa si en realidad la venda ionios ojos? ¿Qué el supuesto
ciudadano promedio en realidad quiere, como lo dijo célebremente Janisjoplin, un
Mercedes-Benz y poco más? ¡Qué está agradecido con las corporaciones por
dotarnos de océanos de bienes de consumo, y con el Pentágono por protegernos de
esos horribles hombres de turbante que merodean por el Medio Oriente!", Morris
Berman, "Nuestro estilo de vida actual", conferencia leída el martes 20 de
septiembre de 2011 en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, UNAM, México.
510
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lie Cfr.]ared Diamond, Colapso. ¿Por qué unas sociedades perduran y otras
desaparecen?, trad. Ricardo García Pérez, México, Libro de Bolsillo, 2007 (1* ed. en
inglés, 2005), p. 411 y sigs.
■ios QJTClément Rosset, ¡M antinaturaleza. Elementos para una filosofía trágica, tr.
Francisco Calvo Serraller, Madrid, Taurus, 1974 (Iaed. en francés, 1973), p. 13 y sigs.
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A Cross-National Study", Journal ofConjlicl Resolution, núm. 10, 1966, pp. 249-271.
429 Qj-rRemo Bodei y Giovanni Jervis (coordinan), La cultura del novecientos, op.
cit.,
p. 16.
430
Cjr. Iván Illich, Obras reunidas, II, tr. Javier Sicilia y Patricia Gutiérrez-Otero,
México, Fondo de Cultura Económica, 2008 (1992, 1* ed. en inglés), p. 443 y sigs.
431
"Yo entiendo por este término, más que la dominación de una marca, la de un
tipo de producto. En ese caso un proceso de producción industrial ejerce un control
exclusivo sobre la satisfacción de una necesidad apremiante excluyendo en ese
sentido
todo recurso a las actividades no industriales.
Es así como los transportes pueden ejercer el monopolio de la circulación. Los
automóviles pueden moldear una ciudad a su imagen, eliminando prácticamente el
desplazamiento a pie o en bicicleta, como sucede en Los Angeles. La construcción
de carreteras para autobuses puede liquidar la circulación fluvial, como en
Tailandia. Cuando el automóvil hace puramente nominal el derecho a caminar -no
se trata ya de que haya en circulación más Chevrolets que Peugeots—, se da el
monopolio radical". Iván Illich, Obras reunidas, I, op. cit., p. 423.
132
Cjr. The Ecologist, El Nuevo Ecologismo. Manifiesto de la ámbitos de
comunidad, tr. Gustavo Esteva, México, Posada, 1995 (1" ed. en inglés, 1994), p.
51 y sigs.
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434
Cfr. Albert Hirschman, Tendencias autosubversivas, tr. Eduardo L. Suárez,
México,
Fondo de Cultura Económica, 1996 (1995, Iaed. en inglés), p. 181 y sigs.
435
Cfr. Paul Johnson, Tiempos modernos, op. cit., p. 886 y sigs.
436
La tradicional es la primera; la transición, la segunda; y la modernidad estabi
lizada es la tercera.
437
Cfr. George Magnus, op. cit., p. 23 y sigs.
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440
CJr. Jared Diamond, Colapso, op. cit., p. 629 y sigs.
441
Corno los chinos en Filipinas, en Myanmar o Indonesia, los libaneses en el
África
negra, los judíos en Europa del Este y el Medio Oriente, etc.
442
Como los kurdos en Turquía.
443
Por ejemplo, en el trato a los inmigrantes en algunas zonas fronterizas de
Estados
Unidos con México.
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446
Ibidem, p. 586.
447
El cual idealiza la democracia que representa a los diversos grupos de intereses
económicos, no étnicos, de la sociedad.
448
El cual enfatiza la lucha de clases, no el conflicto étnico.
449
Que acepta la separación de Iglesia y Estado y suele considerar que las
religiones
tradicionales son atrasadas y deben ser superadas o al menos sometidas por el
Estado.
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458 producida por el aumento en los precios del petróleo, la inflación por los
gas
tos estadounidenses para costear la guerra de Vietnam y sobre todo, por el
déficit
gubernamental de las naciones desarrolladas producto de los excesos del
Estado
Benefactor. Todos estos elementos provocaron que Estados Unidos dejara
de ser
el principal acreedor de préstamos internacionales para convertirse en uno
de los
mayores deudores.
459
Cfr. Hans Magnus Enzensberger, Mediocridad y Delirio, Barcelona,
Anagrama,
1991 (Iaedición en alemán, 1988), p. 126 y sigs.
460
Cuando las naciones deudoras no pagaban sus deudas venía la
intervención
militar directa y el cobro, tomando dinero de las minas, de las aduanas o de
otros
sectores lucrativos; o bien, derrocando al gobierno en turno y poniendo otro
en su
lugar, uno que sí estuviera dispuesto a pagar. Cfr. Víctor Bulmer-Thomas, La
historia
económica de América Latina desde la independencia, trad. Mónica Utrilla,
México, FCE,
1998 (Iaed. en inglés, 1994), p. 64; Karl Polanyi, op. cit., p. 27 y sigs.
461
Cfr. Paul Johnson, El nacimiento del mundo moderno, op. cit., p. 740.
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464
Cfr. Paul Johnson, Tiempos modernos, op. cit., p. 898 y sigs.
465
Ya sea la metrópoli del Tercer Mundo, como Karachi o Nueva Delhi, o una
del
mundo industrializado, como Berlín o Madrid.
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466
Cfr. Gilíes Kepel, Layihad. Expansión y declive del islamismo, trad. Marga
Latorre, Barcelona, Península, 2001 (Iaed. en francés, 2000), p. 53 y sigs.
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474
Albert Hirschman, Retóricas de la Reacción, tr. Tomás Segovia, México, FCE,
1994 (primera edición en inglés, 1991), p. 12.
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483
Cfr. Morris Berman, Dark Ages America, op. cit., pp. 14-18.
484
Cfr. Ibidem, pp. 20-21.
485
Loretta Napoleoni, Economía canalla, op. cil., pp. 58-59.
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488
Jeffrey Sachs, op. di., pp. 37-38.
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Sociedad, violencia y poder. De las comunidades
primitivas a la caída del Imperio Romano. Tomo II,
editado por la Facultad de Ciencias Políticas y
Sociales (FCPys) de la UNAM, se terminó de imprimir
el 4 de abril de 2014, en los talleres de Editores e
Impresores Profesionales EDIMPRO, S. A. de C. V.,
Tiziano 144, Col. Alfonso xm, Delegación Alvaro
Obregón, C. P. 01460, México, D.F. El tiraje consta
de 1 000 ejemplares, impresos en Offset en papel
Cultural de 75 gr, forros Couche de 210 gr. En su
composición se usó el tipo ITC New Baskervelle Std
11/13.2 puntos. Diseño y formación Marco Antonio
Pérez Landaverde. Cuidado editorial estuvo a cargo
del Departamento de Publicaciones, FCPys, UNAM.
La corrección de originales y el ciudado de la edición
estuvieron a cargo de Javier Sanvicente Añorve