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SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER

DE LAS RELIGIONES AXIALES A


LA MODERNIDAD
TOMO II
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO

JOSÉ NARRO ROBLES • Rector

EDUARDO BÁRZANA GARCÍA • Secretario General

LEOPOLDO SILVA GUTIÉRREZ • Secretario Administrativo

Luís RAÚL GONZÁLEZ PÉREZ • Abogado General

JAVIER MARTÍNEZ RAMÍREZ • Director General de Publicaciones y Fomento Editorial

FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES

FERNANDO CASTAÑEDA SABIDO • Director

CLAUDIA BODEK STAVENHAGEN • Secretaria General

JOSÉ LUIS CASTA ÑON ZURITA • Secretario Administrativo

MARÍA EUGENIA CAMPOS CAZARES •Jefa del Departamento de Publicaciones

Responsable académico del proyecto PAPIIME PE301410, "Enseñanza para el estudio de la


historia de las revoluciones": Jorge F
Federico Márquez Muñoz.

HSITESA
Editores e Impresores Profesionales

FACULTAD DE CIENCIAS
POLÍTICAS Y SOCIALES
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER.
DE LAS RELIGIONES AXIALES A
LA MODERNIDAD

TOMO II

Jorge Federico Márquez Muñoz

Universidad Nacional Autónoma de México


2013
Esta investigación, arbitrada por especialistas en la materia a "doble ciego", se
privilegia con el aval de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, UNAM.

Sociedad, violencia y poder. De las religiones axiales a la modernidad. Tomo II

Este libro fue financiado con recursos de la Dirección General de Asuntos del
Personal Académico (DGAPA), de la Universidad Nacional Autónoma de México,
mediante el proyecto "Enseñanza para el estudio de la historia de las revoluciones",
coordinado por Jorge Federico Márquez Muñoz, como parte del Programa de
Apoyo a Proyectos de Investigación para el Mejoramiento de la Enseñanza
(PAPIME), PE301410

Primera edición: 30 de diciembre 2013

D.R. © Universidad Nacional Autónoma de México


Ciudad Universitaria, Delegación Coyoacán, C.P. 04510, México, D.F.

FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES


Ciudad Universitaria, Delegación Coyoacán, C.P. 04510, México, D.F.

D. R. © EDITORES E IMPRESORES PROFESIONALES, EDIMPRO, S. A. de c. v.


Tiziano 144, Col. Alfonso xm, Delegación Alvaro Obregón, C. P. 01460,
México, D.F.

ISBN: 978-607-02-5249-5 (colección)

ISBN: 978-607-02-5250-1 UNAM


ISBN: 978-607-7744-62-7 Sitesa

Queda prohibida la reproducción parcial o total, directa o indirecta del contenido


de la presente obra, sin contar previamente con la autorización expresa y por
escrito de los editores, en términos de lo así previsto por la Ley Federal del
Derecho de Autor y, en su caso, por los tratados internacionales aplicables.

Impreso y hecho en México/Made and printed in México


CONTENIDO

INTRODUCCIÓN ............................................................................ 11
PRIMERA PARTE
LA COMPASIÓN UNIVERSAL LIMITADA
CHINA..................................................................................... 23
1. Orígenes del gigante asiático .............................................. 23
2. El fin del orden sacrificial ................................................... 26
3. Orden jerárquico y ciclo estabilizador ................................ 33
4. Fin de la estabilidad:
comerciantes, misioneros y ejércitos invasores .... 37
5. Fin de la estabilidad: la destrucción desde adentro. . 42
6. Fin del imperio: una larga revolución ................................. 45
7. De nuevo los extranjeros..................................................... 50
8. El ascenso de Mao .............................................................. 52
9. La gran venganza: el régimen comunista............................ 53
10. ¿El fin del encapsulamiento? .............................................. 63
11. Balance del régimen de la revolución china ....................... 66
INDIA .......................................................................... 77
1. El fin del sacrificio, pero no de la violencia ....................... 81
2. Ascenso de los brahmanes y violencia de castas. ... 85
3. La compasión desde arriba.................................................. 90
4. Los límites del sistema de castas ........................................ 91
5. Modernización y violencia en India .................................... 94

7
SEGUNDA PARTE
EL IGUALITARISMO SUBORDINADO
EL ISLAM ............................................................................... 113
1. Violencia para mantener el orden de la UMMA .... 118
2. Igualdad para la guerra ...................................................... 122
3. Un mundo qué conquistar.................................................. 127
4. Problemas de legitimidad del gobernante.......................... 130
5. El desencapsulamiento por la fe ........................................ 135
6. Mongoles y cristianos ........................................................ 139
7. Lucha de fes... lucha de ejércitos....................................... 144
8. ¿Modernización islámica? ................................................. 149
9. El imperialismo... es el de los otros ................................... 155
10. El Islam, hoy...................................................................... 166
LA CRISTIANDAD
1. La nueva fundación de la sociedad .................................... 175
2. Fin del imperio romano y ascenso de la Cristiandad . . 182
3. El cristianismo imperial..................................................... 188
4. Sociedades guerreras al inicio de la Edad Media . . . 193
5. Intento de reconstrucción del imperio ............................... 201
6. La baja Edad Media ........................................................... 214
7. El Renacimiento: la geopolítica......................................... 223
8. El Renacimiento: política y economía ............................... 229
9. Tomarse el cristianismo en serio:
inquisidores y reformistas ................................................. 237
TERCERA PARTE
LA MODERNIDAD
INTRODUCCIÓN ...................................................................................... 249
1. Envidia sacra ..................................................................... 253
2. Envidia temible ................................................................. 255
3. La envidia banalizada: cortesanos y mecanicistas. . . 270
4. La envidia banalizada del economicismo .......................... 283
5. Envidia ideológica ............................................................. 295

8
6. El liberalismo hacia adentro ............................................... 315
7. La compasión universal igualitaria en Occidente. . . 329
8. ¿Liberalismo hacia afuera? ................................................. 339
9. Capitalismo e imperialismo ................................................ 359
10. Desencapsulamiento internacional ..................................... 373
11. Inicios de la destrucción moderna ...................................... 391
12. La guerra política ................................................................ 402
13. La guerra política al servicio de la economía ..................... 422
14. La guerra masiva y total ..................................................... 466
15. Totalitarismos guerreros ..................................................... 476
16. La Guerra Fría .................................................................... 497
17. El mundo contemporáneo ................................................... 503
18. Las corporaciones ¿holismo o falso holismo? .................... 511
19. El retorno del ethnos ........................................................... 525
20. ¿Hacia dónde vamos? ......................................................... 538
FUENTES CONSULTADAS ........................................................................ 547

9
INTRODUCCIÓN

T os indios guaraníes al sur del Amazonas se llaman a sí I mismos


ava, es decir, "hombres"; los guakayi de Paraguay JL^se
autodesignan aché: "personas"; los waika de Venezuela se refieren a
ellos mismos como los yanomami, "gente". Por otra parte, estos
mismos grupos suelen llamar a sus vecinos y a todo tipo de
forasteros, con nombres despectivos.1 Curiosamente también
encontramos esta forma denigrante de designar al otro en lo que se
refiere a los niños, que son vistos sólo como "poten-cialmente
personas" y para llegar a serlo plenamente, necesitan librar los ritos
de paso de la adolescencia a la madurez.2 En las ceremonias
importantes, vemos a esos "seres incompletos" o "liminales" con
disfraces de monstruo, o bien, desnudos, para mostrarse como
desposeídos, sin status.3
Las comunidades primitivas, al igual que las primeras civili-
zaciones, jerarquizaron a los seres humanos de tal manera que las
"no personas" estaban más cerca de los monstruos, demonios o
animales, que de ellos mismos; es por ello que pueden, con gran
facilidad, convertirlos en chivos expiatorios. El sentido universal de
la "humanidad" sólo aparece en ciertas civilizaciones, y aun en
1
Cfr. Pierre Clastres, Investigaciones en antropología política, trad. Estela Ocampo,
Barcelona, Gedisa, 1996 (Iaed. en francés, 1980), p. 60.
2
Cfr. Pierre Clastres, La sociedad contra el estado, trad. Ana Pizarra, Santiago de
Chile, Hueders, 2010 (Iaed. en francés, 1974), p. 88.
3
Cfr. Víctor W. Turner, El proceso ritual, estructura y antiestructura, trad. Beatriz
García Ríos, Madrid, Taurus-Alfaguara, 1988 (Iaed. en inglés, 1969), p. 102.

11
Jorge Federico Márquez Muñoz

ellas, está presente sólo de manera parcial Ha sido un gran esfuerzo


de la comunidad internacional contemporánea promover dicha
noción, pero inclusive hoy, ésta no ha arraigado del todo. ¿Qué
tantos derechos aceptamos que tienen las otras personas, es decir,
qué tan humanos consideramos a los demás? Ésta fue una de las
discusiones más seriamente planteadas, aunque en secreto, en la
negociación para la Carta de los Derechos Humanos de 1948.4
Pero la ratificación por parte de todas las naciones de dicho
documento, que implicaría la aceptación de la "humanidad plena"
de todos los habitantes del planeta, debe ser matizada al menos en
dos sentidos: para muchos signatarios, se firmó un acuerdo
internacional sin que realmente se creyera que se tenía que
cumplir,5 en este caso el gesto se dio sólo con la finalidad de ganar
aceptación en la comunidad mundial, para atraer capitales o no ser
marginado de las negociaciones internacionales.6 En segundo lugar,
se puede argumentar que, si debe surgir una norma para la
protección de los derechos humanos, es porque éstos son violados
cotidianamente y por lo general no somos fraternales hacia estos
hechos de modo espontáneo. Lo que en realidad ha sucedido en los
intentos fallidos de aplicar la Carta, es que se niega, a millones, el
reconocimiento de su humanidad; se les convierte en seres
sacrificables defacto, aunque no se hable en estos términos de
manera formal, ni tampoco sentimental. Por otra parte, en ocasiones
pareciera que los sentimientos humanitarios sólo son superficiales,
ya que después de episodios muy puntuales de solidaridad, esas
mismas emociones han resultado fácilmente sustituibles, y a la
misma velocidad con que se dejan atrás las imágenes que se
transmiten por la televisión.

4
Cfr. Paul Kennedy, Elparlamento de la humanidad. La historia de las Naciones Unidas,
trad. Ricardo García Pérez, México, Debate, 2008 (Iaed. en inglés 2006), p. 237.
5
Cfr. David Rieff, Una cama por una noche. El humanitarismo en crisis, trad. Jesús
Cuéllary Amado Diéguez, Madrid, Taurus, 2003 (Iaed. en inglés, 2002), p. 335.
6
Cfr. Michael Ignatieff, Los derechos humanos como política e idolatría, trad. Francisco
Beltrán Adell, Barcelona, Paidós, 2003 (I a ed. en inglés, 2001), p. 32.

12
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

¿Por qué esta incoherencia entre lo que "valoramos" y lo que


estamos dispuestos a hacer por su causa? Existen cuatro respuestas:
la ignorancia, la hipocresía, la esquizofrenia y la indiferencia.
La ignorancia es la más evidente. Quienes han vivido de acuerdo
a normas preuniversales, es decir, en una comunidad sacrificial,7
suelen tener dificultades en comprender que se debe renunciar al
encapsulamiento y al chivo expiatorio para pasar a una nueva etapa,
en la cual regirán las normas abstractas y la empatia universal. El
mensaje que las religiones e ideologías antisacrificiales transmiten
para vencer esta ignorancia es que el chivo expiatorio no es el
culpable ni el señalado por Dios, sino que se trata simplemente de un
mecanismo social y que, una vez reconocido como tal, pierde su
eficacia;8 éste es el sentido profundo de la noción "chivo expiatorio":
el que expía las culpas de todos para que el resto del grupo expulse
sus conflictos; la noción no sustituye al verdadero culpable, sino que
exculpa a todos los miembros de la comunidad, que cometen faltas
todos los días y desgastan los vínculos y reglas sociales. Consumado
el sacrificio, el orden se revigoriza.
No obstante, una vez conocida la "doctrina axial", es decir,
reconocida plenamente la humanidad de todos los demás, el
sacrificio y el encapsulamiento siguen apareciendo: por causa de la
esquizofrenia, la hipocresía o la indiferencia.
Para "ser ante los otros" usamos distintos yoes, la cuestión de si
esto nos convierte en hipócritas o en esquizofrénicos radica en el
hecho de si creemos o no que hay un núcleo, un centro que, pese a
las circunstancias cambiantes, se mantiene coherente consigo
mismo. Cuando este núcleo existe, hablamos de conciencia9 o
7
Es decir, aquélla en la cual el sacrificado no es visto como chivo expiatorio, sino
como un verdadero responsable de los males. Cuando el mecanismo sacrificatorio
funciona correctamente incluso las víctimas propiciatorias creen, generalmente por
contagio de la comunidad, en su propia culpabilidad.
8
C/r. Jorge Márquez Muñoz, Más allá del homo oeconomicus, México, Galma, 2008
(laed.2006),p. 120.
9
Cfr. Julián Jaynes, El origen de la conciencia en la ruptura de la mente bicameral, trad.
Agustín Barcena, México, Fondo de Cultura Económica, 1987 (Iaed. en inglés, 1976),
p.62.

13
Jorge Federico Márquez Muñoz

de una personalidad narrativa10 que marca las directrices, pone


límites a todos esos yoes, y aún así permite simular que se es po-
seedor de valores distintos a aquellos en los que realmente cree.
Si este centro no existe y el yo se despliega en distintos selves,
tenemos personalidades divididas y muchas veces incoherentes, ya
que una de ellas puede creer una cosa y la otra, en la contraria.11
Este fenómeno lo ha observado no sólo la psicología social sino
también la teoría de la propaganda.12 Esto es la esquizofrenia.
Aunque en numerosos casos únicamente es una condición aparente,
el yo profundo al que se refieren los actos parece ininteligible a
quienes lo rodean, pero eso no significa que no posea una lógica
duradera, es decir, que no cuente con un yo narrativo.13
La hipocresía y la esquizofrenia aparecen como dos respuestas
ante una situación en la cual el individuo posee valores difíciles de
adaptar a su realidad. Sin embargo, ambas presuponen tomarse muy
en serio los valores: el hipócrita egoísta los toma en serio en tanto
piensa que necesita esconder su verdadero yo para conservar su
status; el esquizofrénico los toma en serio y sufre por no poder
adaptarlos a su mundo; padece una crisis de personalidad.
¿Qué ocurriría si los valores no son tomados en serio? ¿Es hi-
pocresía no llorar todos los días por las hambrunas y las guerras en
África, cuando somos creyentes de los derechos humanos? En
realidad todo depende de qué tan creyentes o militantes nos
consideremos en torno a los ideales. Casi cualquier persona
promedio que habita en una sociedad moderna cree en los
10
Cfr. Alasdair Maclntyre, Tras la virtud, trad. Amelia Valcárcel, Barcelona, Crítica,
1987 (Iaed. en inglés, 1981), pp. 52 y 265.
1
Cfr. Morris Berman, El reencantamiento del mundo, traducción de Sally Bendersky y
Francisco Huneeus, Santiago, Chile, Editorial Cuatro Vientos, 1987 (Iaed. en inglés,
1981), pp. 18-19.
12
Cfr. Jean-Marie Domenach, La Propaganda Política, trad. Horacio de Leños,
Buenos Aires, Eudeba, 1976 (primera edición en francés 1950), p 111.
13
Cfr. Ronald D. Laing entrevistado por Vicenzo Caretti, Los locos y los cuerdos, trad.
Silvia Furió, México, Grijalbo-Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, 1990
(1979, Iaed. en italiano), p. 96.

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SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

derechos humanos, pero no lo suficiente para sacrificar su propio


bienestar por ellos; está dispuesta, eso sí, a hacer ocasionalmente -y
siempre que se lo recuerden- pequeños sacrificios.
No es entonces la hipocresía ni la esquizofrenia lo que provoca
que millones de ciudadanos que creen y sienten empatia universal
por la humanidad nada hagan para mejorar el mundo. Por supuesto,
la empatia está, en realidad, adormecida, aunque lista para despertar
con el próximo Live aid,uo cualquier otra señal llamativa que le
recuerde sus deberes con la moral abstracta. La mayoría de la gente
suele estar absorta en sus problemas y goces cotidianos o bien en los
de aquellos a quienes considera verdaderamente cercanos15 y con los
cuales simpatiza por periodos prolongados;16 pero ante la mayoría de
los miembros de su especie nada siente, durante la mayor parte del
tiempo. La indiferencia por los lejanos -física o emocional- es la
norma.17
A las personas hacia las que no podemos ser indiferentes por
largos periodos las convertimos en parte de nuestro entorno social,
en potenciales aliados o enemigos, individuos con los cuales
podemos ser solidarios u hostiles. Es natural que en dicha esfera
existan grupúsculos que compitan; uno ama u odia al otro de acuerdo
con el grupo al que pertenece.18
Y aunque existen ideologías extensivas con las cuales la gente se
identifica, como las de los grandes partidos de masas o los
nacionalismos, esta identificación sólo suele ocupar periodos cortos
del tiempo de la gente común. Únicamente en momentos
14
Cfr. Michael Ignatieff, El honor del guerrero. Guerra étnica y conciencia moderna, trad.
Pepa Linares, Taurus, Madrid, 1999 (Iaed. en inglés, 1998), p. 16.
15
Que suelen ser muy pocos, incluso aveces, ni siquiera lo miembros de la familia.
Cfr. David Riesman, Abundancia ¿para qué?, México, Fondo de Cultura Económica,
trad. Florentino M. Torner, 1982 (Iaed. en inglés, 1964), p. 184.
16
Cfr. Raymond Aron, Las etapas del pensamiento sociológico. I Montesquieu-Comte-
Marx-Tocqueville, trad. Aníbal Leal, Buenos Aires, Ediciones Siglo Veinte, 1970, p. 312.
17
Cfr. Lewis Mumford, The Condition ofMan, New York, Harvest Book, 1973 (Iaed.,
1944)rp. 417.
18
Cfr. George Simmel, Conflict. The Webb ofgroup affiliations, trad. Kurt H. Wolff y
Reinhard Bendix, London, The Free Press of Glencoe, 1964 (Iaed. en alemán, 1904),
p. 64 y sigs.

15
Jorge Federico Márquez Muñoz

especiales, festivos o de crisis, brilla en la gente ese lado de su


identidad que, por lo general, se mantiene ofuscado.
Las respuestas anteriores ante el sufrimiento de los demás han
moldeado las actitudes sociales respecto a la violencia a lo largo de
los últimos dos mil años, cuando surgieron los grandes credos
universalistas, trascendentes,19 las "cuatro grandes religiones del
libro que han seguido dominando todo el mundo: el cristianismo, el
hinduismo, el budismo y el Islam" y que se caracterizan por
preocuparse "críticamente de la salvación individual y universal";
buscan entonces "mitigar los sufrimientos terrenales mediante
algún tipo de plan de vida moral sistemático a disposición de todos,
independientemente de la clase o de la identidad particularista".20
Todas estas religiones, que contienen alguna forma de moral
universal, entran en constante conflicto con una realidad que poco
se ajusta a sus ideales; entonces la hipocresía, la esquizofrenia y la
indiferencia aparecen como fórmulas para resolver esta
contradicción. Pero esto no significa que la aparición de tales
religiones no haya tenido algún impacto sobre la realidad social,
todo lo contrario: modificaron la historia, aunque no siempre en el
sentido que hubieran deseado sus fundadores.
En el tomo anterior se dejó abierta la cuestión de la incoherencia
de creer en una moral universal21 y al mismo tiempo vivir en un
mundo donde las instituciones y toma de decisiones están
inspiradas en dos métodos para contener la violencia contrarios a
sus ideales: la desigualdad y la producción de víctimas propi-

19
En el sentido de que trascendía las diferencias de clase y las fronteras del Estado
o el imperio donde apareció; asimismo, trascendente porque iba más allá de las redes
de poder económicas y políticas.
20
Michael Mann, Las fuentes del poder social I. Una historia del poder desde los comienzo?
hasta 1760 d.C, trad. Fernando Santos Fontenla, España Madrid, Alianza, 1991 (V
ed. en inglés, 1986), p. 431.
21
Que iguala a todos los hombres ante dios y no permite que ni uno más de ellos
se convierta en chivo expiatorio.

16
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

ciatorias.22 Ésa es la paradoja de las religiones anti-sacrificiales23


que se despliegan históricamente en un medio sacrificial.
La tensión generada entre unos hombres que profesan una
religión que extiende la empatia hacia toda la especie, pero que al
mismo tiempo se ven acosados por una realidad que los supera24
parece resolverse con fuertes dosis de hipocresía e indiferencia, y
con algunas más moderadas de esquizofrenia.
En Occidente, la monumental tarea de extender el credo cristiano
entre los paganos y los bárbaros primero, y entre los infieles y los
salvajes después, se extendió a lo largo de los últimos dos milenios.
Y si consideramos la ideología moderna como una extensión del
credo de la empatia universal de los cristianos, vemos que en los
siglos recientes Occidente ha glo-balizado su cosmovisión.
En buena medida, las revoluciones modernas, los nacionalismos,
el terrorismo y muchas otras formas de violencia son,
paradójicamente, producto de esta noción antisacrificial. Los
insurgentes se conciben a sí mismos como víctimas propiciatorias
del antiguo régimen y es por ello que inician una revolución. Los
revolucionarios suelen denominarse a sí mismos los verdaderos
universalistas, quienes realmente beneficiarán al Todo y no sacri-
ficarán alguna de sus partes. Sin embargo, pese a los enredados
argumentos de algunos marxistas en nombre del universalismo,
también terminan excluyendo a ciertas minorías.25
Este volumen divide a las civilizaciones de los últimos dos
milenos en tres tipos. Las primeras son las de la "compasión limi-
tada", que buscan instaurar la compasión universal y sin embargo

22
Ya sea el enemigo exterior de la guerra o el enemigo en la propia sociedad, es
decir, el delincuente, la bruja, el hereje, etc.
23
Cfr. Richard Kearney, Strangers, Gods and Monsters. Interpreting Otherness, Nueva
York, Routledge, 2003, pp. 41 y 45.
24
Los bárbaros atacan las fronteras de lo queda del Imperio Romano; las facciones
de terratenientes y obispos luchan por los impuestos y el control de la Ciudad Eter
na, etc.
25
Cfr. Paul Johnson, Intelectuales, trad. Clotide Rezzano, Buenos Aires, Vergara,
1990 (Iaed. en inglés, 1988), p. 69.

17
Jorge Federico Márquez Muñoz

luchan exclusivamente contra el sacrificio humano e implantan


leyes universales y abstractas, pero sobre la base de una jerarquía
rígida y explícita;26 estas son las civilizaciones de China e India.
Las segundas son las del "igualitarismo subordinado", la
Cristiandad y el Islam, herederas del legado nivelador de las polis
griegas, el derecho romano y las religiones reveladas; sin embargo,
dicho legado es mantenido a raya por el peso de las prácticas de los
pueblos conversos, los enemigos y la desestructuración de las
instituciones de la antigüedad. Para mantener el orden terrenal en
medio de un mundo malvado, las iglesias y los islámicos renuncian
al igualitarismo e imponen un orden jerárquico, al menos en las
cuestiones terrenales.
La tercera civilización es la de las "expectativas crecientes", la
Moderna, que promete la igualdad civil, política y socioeconómica.
Sin embargo, tal y como los dos tipos anteriores de civilización,
falla en lo más elemental: en erradicar a los chivos expiatorios y, al
igual que el Islam y el Cristianismo, falla en su misión niveladora.
En el primer tipo de civilización, el elitismo sólo siente culpa
ante la violencia explícita propia o de los de su clase, pero no ante la
desigualdad, porque su poder está legitimado por una
ideo-logíajerárquica. En el segundo, las jerarquías se justifican
como un mal necesario para transitar hacia el igualitarismo
antisacrificial; se siente culpa por la violencia explícita y
ocasionalmente también por la desigualdad.
En la modernidad, las desigualdades persisten pero son difíciles
de defender; la élite misma padece por sus propios privilegios;
necesita recurrir al autoengaño, a la hipocresía abierta o a la
indiferencia para soportar la discordancia entre
26
Manifiesto por ejemplo, en el Código de Manú, que "en lo que se refiere al código
penal, los delitos se gradúan según la ofensa, por una parte, y la casta del ofensor, por la
otra" (Cfr. Teresa E. Rhode, "Las leyes de Manú", La India Literaria, México, Porrúa,
1998, p. 4.); o en el legalismo chino, en el cual "el inferior status social de las mujeres
era sólo una de las manifestaciones de la naturaleza jerárquica del código social y de
toda la cosmogonía china". John King Fairbank, China. Una nueva historia, trad. Gila
Sharony, Santiago de Chile, Andrés Bello, 1996 (Iaed. en inglés 1992), p. 42.

18
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

lo que su sociedad valora y lo que ella hace. Más aún, las clases
medias y bajas también sufren esta contradicción, pues no dejan de
pensar en términos sacrificiales los métodos para obtener su propio
bienestar: el nacionalismo, la lucha de clases y algunas otras formas
reivindicatorias que promueven abiertamente el hundimiento de sus
enemigos.
El presente libro contribuye al análisis de la relación entre
sociedad, poder y violencia, comenzado en el volumen predecesor.
En esta ocasión, dicho estudio se logra mediante un seguimiento de
las huellas de los tres modelos civilizacionales antes descritos de
contradicción en torno al sacrificio, y se realiza un recorrido de dos
milenios, que culmina en el tiempo y espacio en el que habitamos
actualmente. De esta manera, las siguientes páginas conducen a
interrogarnos sobre nuestro propio papel en el origen social de la
violencia y su contención.

i
19
PRIMERA PARTE

LA COMPASIÓN UNIVERSAL LIMITADA


CHINA

1. Orígenes del gigante asiático

E
n China, durante los periodos de la cultura Hsia27 y de las
dinastías Shang28 y Chou,29 se dio el surgimiento del Estado
agrícola en las planicies del Río Amarillo; se impuso un orden
holista, en cuyo centro estaban los reyes apoyados por los
terratenientes convertidos en señores de la guerra. Era un sistema
cuasi feudal donde la pertenencia al clan tenía un enorme peso. Las
actividades económicas consistían en la agricultura, el pastoreo, el
tratamiento de la seda y el comercio. Las relaciones entre la
aristocracia, los oficiales, los artistas, los artesanos, los campesinos y
los esclavos dependían de que el monarca llevara a cabo los ritos
sacrificiales: los de la guerra y la cacería.30
Pero los sacrificios no sólo eran una cuestión relacionada con la
unidad del Estado, también se ejecutaban para resolver asuntos
cotidianos: purificaciones, inauguraciones31 o para augurar el
27
2205-1766 a.C.
28
1766-1122 a.C.
29
1122-256 a.C.
30
Herbert Plutschow, "Archaic Chínese Sacrificial Practices in the Light of Generative
Anthropology", Anthropoetics /, no. 2 (diciembre, 1995), cap. 2, disponible en http://
www.anthropoetics. ucla.edu/ap0102/china.htm, consultado el 28 de mayo de 2012.
31
De puentes, presas, plazas u otras obras públicas. Al hacer una gran construcción
las víctimas sacrificiales eran arrojadas a los cimientos, y sus espíritus, siempre que
fueran adecuadamente venerados, cuidarían la obra.

23
Jorge Federico Márquez Muñoz

buen inicio de un ciclo. También se les practicaba como medio


preventivo para evitar la brujería de un vecino envidioso32 o para
agradecer a los ancestros una buena cosecha.
En el caso de las grandes cuestiones, como poner fin a una se-
quía, pedir que comenzaran las lluvias o lograr el fin de una guerra,
hacía falta un evento mayor, un ritual teatralizado, en el cual, ante
miles de miradas, se sacrificaba a un ser humano. Por ejemplo, para
apaciguar al Río Ho, que exigía casarse cada año con una virgen, se
arrojaba a una mujer desde una altura muy elevada. La mayor parte
de las veces las víctimas propiciatorias eran individuos "marcados",
lo suficientemente distantes para poder "exteriorizar" la violencia.
Por ejemplo, miembros de la tribu pastoril chiang, esclavos,
prisioneros de guerra, mujeres, ñiños y aun jorobados. Pero incluso
había casos en que, si la ocasión era crítica y el favor a los dioses era
de gran relevancia, se sacrificaba a un príncipe.
La decisión de si debía o no hacerse un sacrificio, así como el
tipo, momento y lugar del mismo, se tomaba de acuerdo a la lectura
de oráculos. En principio, ésta era una tarea llevada a cabo por
chamanes particulares; pero gradualmente, y como un testimonio y
causa a la vez del poderío del Estado,33 esta actividad se fue
reservando al emperador y su burocracia sacerdotal.34
32
La sangre de los sacrificios se usaba como un medio apotropaico.
33
Los shang no tuvieron una política de centralización de la lectura de oráculos,
pero los chou sí, y prohibieron los sacrificios en los hogares. Más adelante, los han
lograron aún mayor control de la religión y el Ti se agregó a sus honores, el de Sumo
Sacerdote de la Nación.
Los chamanes del rey o wu, hacían los sacrificios para el ancestro dinástico o Ti. El Ti a
la vez era el que ordenaba "los ritmos cósmicos y los fenómenos naturales (la lluvia, el
viento, la sequía), otorgaban la victoria al rey y aseguraban la abundancia de las cosechas o,
por el contrario, enviaban las enfermedades y la muerte. Se les ofrecían sacrificios". Mircea
Eliade, Historia de las creencias y las ideas religiosas. II De Gautama Buda al triunfo del
cristianismo, Barcelona, Paidós Orientalia, 1999 (Iaed. en francés, 1978), p. 22.
34
El fundador de la dinastía creó una burocracia para llevar a cabo los rituales, a
cuya cabeza estaba el Ministro del Ritual, que a la vez contaba con oficiales de los tem
plos, oficiales de las tumbas, músicos, invocadores, escribanos de rituales, escribanos
palaciegos y oficiales de templos afuera de la capital. En total, esta burocracia estaba
compuesta por casi cuatro mil personas y muchos más intermediarios espirituales

24
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

Además, el emperador y su corte sacerdotal contaban con el


monopolio del acceso a los ancestros,95 quienes a la vez eran los
únicos capaces de aplacar a los dioses de la naturaleza. En ese
sentido, el Estado mismo se convirtió en el Objeto Transicional por
excelencia. Esto puede apreciarse espacialmente, pues el
templo-palacio se convirtió, desde los shang, en el centro político y
ritual del imperio. Sin templo no hay reino.
En general, los chinos no creían que podían modificar siquiera su
propio destino,36 mucho menos su estructura social. Pero sí creían
que los ancestros podían hacerlo. Aún la vida diaria de la familia real
estaba dominada por alabanzas y rituales, en los que se veneraba al
fundador de la dinastía para que siguiera teniendo interés en
mantenerla.
El ancestro de un clan monárquico era, en cierta forma, una
deidad violenta, que para crear un nuevo orden en el cual él contenía
la violencia, había sacrificado a su antecesor. La autoridad de un rey
correspondía al poder espiritual de sus ancestros, y para mantenerlos
fuertes, era necesario alimentarlos con sacrificios.
El orden era entonces holista; el englobamiento del contrario lo
caracterizaba el emperador mismo; la estructura seguida era
jerárquica; se buscaba mantener los deseos dominados por
mediadores externos; y se incentivaba la búsqueda de bienes
internos. Todo ello sucedía así porque se tomaba como modelo ético
al emperador mismo,37 cuya vida de entrega a los ritos y plena de
sacrificios38 lo llevaba a ser el más virtuoso de los hombres, el que
hacía las leyes justas y mantenía el orden

oficialmente nombrados y de número desconocido. Cír. Herbert Plutschow, op. cit., cap. 14,
consultado el 12 de junio de 2012.
35
Se comunicaba con ellos mediante rituales esotéricos y un lenguaje simbólico.
36
La buena suerte era atribuida a los ancestros, pero también se les culpaba por
la mala.
" Que a la vez tomaba como su modelo a sus ancestros.
38
"A veces, el servicio ritual se prolongaba a lo largo de trescientos o trescientos sesenta
días. El término sacrificio designa también el «año», ya que se concibe el ciclo anual como un
oficio completo". Mircea Eliade, op. cit., p. 23.

25
Jorge Federico Márquez Muñoz

del universo. Los subditos, inspirados en dicho modelo ético,


contribuían al orden al obedecer.

2. El fin del orden sacrificial

A partir del siglo x a.C, el sacrificio humano comenzó a ser


reprobado por algunos filósofos y cortesanos; siglos más tarde, el
confucianismo, el taoísmo y después el budismo se convirtieron en
los más feroces críticos de los rituales sangrientos. La inmolación
de prisioneros y esclavos continuó al menos hasta el siglo v a.C,
pero la tendencia dominante fue la de ofrecer sustitutos: en lugar de
humanos se entregaban animales y más tarde, herramientas, uñas,
cabello,39 ropa, figurillas de arcilla, comida y finalmente, incienso y
palabras.40
La humanización de los sacrificios, además de indicar una
mayor sensibilidad compasiva, es también la muestra de un
conflicto político: al no poder controlar por completo las in-
molaciones realizadas por los chamanes particulares, algunos
emperadores asumieron el punto de vista taoísta contra los
sacrificios. Los brujos independientes eran constantemente
acusados de generar desorden, ellos mismos se convirtieron en
chivos expiatorios, pues se les acusó de la decadencia de los chou,
la última dinastía sacrificial en China.
Desde los chin hasta los qing,41 las víctimas propiciatorias
fueron reemplazadas por muñecos; más aún, la mayoría de los ritos
sacrificiales fueron sustituidos por "ritos morales",42

39
La dinastía Tang, que comenzó a gobernar en el siglo vn, tenía como mito fundador
de su autoridad la historia de su primer monarca. Tang estaba a punto de autoinmo-
larse para terminar con una sequía y el preparativo para arrojarse a la pira sacrificial
consistía en cortarse las uñas y el cabello. Pero una vez que el rey hizo esto, comenzó
a llover. El rito se redujo, en lo sucesivo, al corte de uñas y cabello del monarca.
40
Cfr. Herbert Plutschow, op. cit.tcaps. 5-7, consultado el 12 de junio de 2012.
41
Derrocada en 1912.
42
Enlistados por los grandes filósofos chinos: Confucio (551-489 a.C), Mozi (480-
390), Mencio (382-300 a.C), Zhuangzi (365-280 a.C) y Han Feizi (280-233 a.C).

26
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

es decir, la persecución de algunos bienes internos: respeto,


humildad, amor, reverencia y frugalidad.
La humanización de los rituales no es sólo un avance moral, sino
también una estrategia unificadora del Estado. Después de la caída
de los chou, comenzó una guerra entre reinos rivales que tuvo
consecuencias atomizadoras. La violencia fue condenada por los
filósofos por ser contraria al orden; afirmaban que era necesario un
regreso a la vida virtuosa y compasiva de los shang y los chou; sin
embargo, estos filósofos morales que muchas veces se convirtieron
también en cortesanos, ocultaban -o al menos pasaban por alto- que
tales dinastías habían practicado rituales sangrientos.43
Los filósofos-cortesanos eran promotores de una ética de
obediencia al orden y de la reciprocidad de deberes y respon-
sabilidades entre gobernantes y subditos. Para que esto fuera posible,
según Xunzi, había que enseñar a la gente común la cortesía y
humildad y hacerla capaz de autocontrolar sus instintos y deseos;
todo ello, poniendo como ejemplo la conducta del emperador. Para
dicho fin, el Estado debía proveer educación al pueblo.44
Los filósofos-cortesanos consideraban que el control por la
fuerza era nocivo para el orden y por ello, lo mejor era gobernar
mediante modelos edificadores. La élite debía ser moralmente
ejemplar.
Los shang comenzaron el esfuerzo de codificación de los rituales,
para reglamentarlos de manera centralizada y terminar con la
barbarie desordenada de los chamanes independientes, más cercanos
a la tradición oral.45 Los chou acusaron a Shao Hao, gobernante del
siglo vi a.C, de haber quebrado la dife-

43
Cfr. Herbert Plutschow, "Xunzi and the Ancient Chínese Philosophical Debate
on Human Nature", Anthropoetics 8, no. 1 (primavera-verano, 2002), cap. 2, disponible
en http://www.anthropoetics. ucla.edu/ap0801/xunzi.htm, consultado el 16 de junio
de 2012.
44
Cfr. Ibidem, cap. 4, consultado el 16 de junio de 2012.
45
Cfr. Ibidem, cap. 12, consultado el 16 de junio de 2012.

27
Jorge Federico Márquez Muñoz

rencia entre el cielo y la tierra, los hombres y los ancestros; así,


había contaminado ambas esferas y las malas cosechas y mala
fortuna se hacían presentes. La dinastía Chou buscó restablecer esta
separación y reglamentó por escrito hasta los últimos detalles de los
rituales.
Los chou, al tiempo que iban restando importancia a los
sacrificios humanos, comenzaron a modificar los de animales. En
lugar de quemar los restos de la presa inmolada, los usaban para un
banquete; los hombres importantes, y ya no los ancestros,
comenzaron a ser los principales invitados del ritual.
Hanz Feizi, consejero de la dinastía Chin, fundó la escuela
legalista en el marco de una China unificada, que codificó la moral
y la convirtió en objeto de veneración. Estas reglas, de inspiración
confuciana, dan más valor a la virtud, que al rito.46
En el siglo ni a.C. se impusieron las mismas leyes y la misma
moneda en todo el imperio. El intento por centralizar el poder había
comenzado por la religión y ahora abarcaba más aspectos. Para que
las cosas ocurrieran como estaban dispuestas desde el centro, se
eliminaba prácticamente todo margen de interpretación de la ley: el
delito y la pena tenían el mismo nombre. Con ello, la identidad
misma de los habitantes de China se hizo más homogénea.47
El encapsulamiento estaba codificado y dividía las clases so-
ciales; no es extraño que haya sido también en el siglo ni a. C.
cuando los emperadores y señores locales comenzaron a construir
murallas, que fijaban el perímetro entre los campos de regadío y las
tierras de pastoreo; dividían los valles fluviales de la estepa.48

46
Cfr. Ibidem, cap. 13, consultado el 16 de junio de 2012.
47
Los chin sustituyeron a la familia extensa e indivisa y fomentaron a la familia
nuclear, que era más indefensa ante las imposiciones del centro.
48
"Los sucesivos emperadores buscaban [...] una frontera científica sobre la línea
de demarcación de las tierras idóneas para la agricultura y las que había que dejar a
los pastores nómadas, pero esa línea era de estabilidad imposible ya que ambas zonas
estaban separadas no sólo por un sistema ecológico mixto, sino que esa misma zo
na intermedia cambiaba con arreglo al clima, desecándose y humidificándose, dentro
de la enorme masa geográfica de Eurasia. Los intentos de imponer una ecología,

28
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

Sin embargo, el encapsulamiento mediante las murallas (la unión de


ellas conformaría la Gran Muralla), no era el único método defensivo.
Curiosamente, la otra fórmula en realidad contribuía al desencapsulamiento
entre los pueblos: la siniza-ción de los pastores y semibárbaros, vecinos del
imperio y que servían como amortiguadores ante los embates de los
nómadas montados.

Esta política dio buen resultado durante más de mil años y, aunque
muchas veces se vio invadida, a veces dividida y en ciertos períodos
gravemente desorganizada, China nunca estuvo completamente
sometida al dominio de un pueblo extranjero, y así los extranjeros que
lograron acumular cierta autoridad fueron absorbidos por la civilización
por efecto de la aculturación y su matrimonio con indígenas; los
períodos de gran desorganización solían concluir con una reacción
positiva y fructífera al restablecerse el poder central. Por ejemplo, la
dinastía Suei (581-617) y la T'ang

colonizando el linde con campesinos chinos [...] [resultaron en] un empeoramiento por mejora,
pues los colonos, sobre todo los asentados en la gran curva del río Amarillo, tendían a hacerse
nómadas cuando se producía la desecación y así aumentaba el número de pueblos nómadas
montados que atacaban constantemente la Gran Muralla, y estas ofensivas anulaban los
esfuerzos realizados por los comandantes de la frontera por sinizar a los seminómadas que
habitaban la zona intermedia".
"No es sorprendente que [...] los chinos nunca prescindiesen de las murallas de las
ciudades en torno a las cuales habían crecido originariamente los asentamientos de agricultura
por regadío; en épocas de afianzamiento dinástico servían de centro a la administración
imperial y durante las épocas de disturbios, causados por los ataques nómadas, seguían siendo
refugios de la tradición imperial que siempre lograba rehacerse y sinizar a los invasores. Las
murallas urbanas eran símbolo de civilización bajo la dinastía Ming (1368 1644) fueron
completamente reconstruidas como lo fuera la Gran Muralla. No obstante, ambas eran
puntales del sistema imperial, cuyo poder residía [...] en el criterio filosófico chino de cómo
debía estar ordenada la sociedad".
"[...] El número de intrusos que accedieron al poder era relativamente reducido y
procedía de comunidades esteparias que, hasta cierto punto sin que éstas se dieran cuenta,
habían sido sutilmente sinizadas merced al constante contacto en la frontera fortificada con la
civilización agredida. En ese sentido, la Gran Muralla fue un instrumento civilizador, un
diafragma a través del cual fluían poderosas ideas hacia afuera para moderar la barbarie de los
que no cesaban de llamar a sus puertas". John Keegan, Historia de la guerra, trad. Francisco
Martín Arribas, México, Planeta, 1995 (Iaed. en inglés, 1993), pp. 188-189.

29
Jorge Federico Márquez Muñoz

que la sucedió (618-907), aunque dominadas por aristócratas y


originadas en las invasiones bárbaras y principalmente tiranías que
causaron trastornos entre los siglos ni y v, no sólo ampliaron y
reforzaron la Gran Muralla, sino que realizaron importantes obras
públicas como el gran canal que unía el río Amarillo y el Yangtsé por
encima de sus tramos navegables. Todo ello se llevó a cabo, además,
sin recurrir a la militarización del Estado, lo que supone un notable
contraste en comparación con los romanos, quienes en primer lugar
sufrieron la barbarización del ejército y luego la suplantación del
Estado por parte de reinos belicosos que se imponían por la fuerza de
las armas.49

Atenuar la sacrificialidad de los pueblos periféricos mediante la sinización


llevó a buenos resultados.
El siguiente paso en contra del modelo sacrificial fue el desarrollo de la
burocracia, derivada de la corte, pero ahora especializada y
regionalizada.50 Como parte de esto, los Tang (618-907) hicieron una
distinción clara entre burócratas y cortesanos; con los Song (960-1279), se
fortalecieron los elementos de lo que podríamos llamar una organización
moderna:

la racionalización de las maneras de contratación mediante la


generalización de los concursos, cuya función era acentuar la inde-
pendencia de la administración respecto de la aristocracia militar;
49
Ibidem, p. 250.
"Aunque las dinastías y la aristocracia que gobernaron China apreciaban las artes
marciales y de equitación, nunca cayeron en ambigüedad alguna en cuanto a lo que era
mando militar y aptitud administrativa. Fue bajo las dinastías Suei y T'ang cjue se afianzó la
estrategia militar gradual, teorizada por primera vez por Sun Tse. Este se inspiró en un corpus
anterior de conceptos y experiencias, su reiteración sobre eludir la batalla si no existía
garantía de vencer, evitar riesgos, tratar de amedrentar al enemigo con medios psicológicos y
recurrir al tiempo más que a la potencia para desgastar al invasor. [Estos criterios fueron]
expuestos en su obra Arte de la guerra*'. Ibid., p. 251.
50
Las autoridades locales y la delimitación de las circunscripciones administrativas
eran nombradas desde el centro. Estas autoridades, en principio mal vistas por los
locales, contaban con el enorme poder de hacer repartos de tierra, con lo cual, se
ganaban el apoyo de los campesinos.

30
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

la multiplicación del número de funcionarios que aseguraron su


supremacía en la corte y se independizaron del propio emperador;
el notable aumento de sus recursos y de sus salarios personales.51

De cualquier manera, no se trató de una evolución lineal. En


ocasiones la burocracia volvió a estar subordinada a la aristocracia
militar, sobre todo en épocas de dinastías guerreras, como los mingy
los manchúes. Peor aún, el éxito del modelo imperial chino implicó
también algunas desventajas. La dinastía T'ang, a principios del
siglo vin, alcanzó mayor éxito que ninguna, amplió las fronteras del
imperio a vastas áreas allende la Gran Muralla, partes de Indochina y
tierras limítrofes del Tíbet.

Pero los innegables éxitos de la dinastía T'ang tendrían su con-


trapartida, pues los logros bélicos [...], propiciaron el ascenso a
primer plano de jefes militares, muchas veces no chinos, lo que
dio por resultado una pugna entre el mandarinato y el generalato
que desembocó en 755-763 en una rebelión militar tan grave que
el emperador tuvo que huir de la capital, y su sucesor sólo
consiguió restablecer la autoridad alistando tropas tibetanas y
nómadas. Estos acontecimientos se produjeron [...] después de la
derrota causada por los árabes al ejército T'ang en Talas en el
751. El mando del ejército chino en Talas lo ostentaba un coreano,
y el cabecilla de la rebelión del año 755 era un manchú de Lu shun
de origen mixto sogdiano y turanio: desde una perspectiva
exclusivamente china, ambos eran bárbaros.52

Al tiempo que la guerra sustituía al sacrificio, la burocracia hacía lo


posible por evitarlo al instaurar un orden con dosis cada vez menores
de violencia. La doctrina de los filósofos-cortesanos fortaleció el
orden imperial, pues resolvió dos contradicciones:

51
Bertrand Badie y Guy Hermet, Política comparada, trad. Mercedes Córdoba, FCE,
México, 1993 (1990, primera edición en francés), p. 159.
52
John Keegan, op. cit., p. 251.

31
Jorge Federico Márquez Muñoz

unificó la división de las ideologías salvacionistas53 y legitimó la


estructura de poder previamente existente.54
De cualquier manera, hay algo de innovador en esta filosofía,
especialmente en el confucianismo.55 A la pregunta de cómo se
distribuyen las virtudes entre los seres humanos, esta corriente
responde que con una conducta que se puede cultivar, pero no
mediante la herencia ni la etnia. En este sentido, el confucianismo
es similar a la paideia. Para Confucio chun-tzu, dejó de significar
"noble por herencia" para convertirse en "noble por carácter". A la
segunda descripción se puede acceder mediante la educación, la
etiqueta y el ritual; a la primera no.
Confucio vivió a fines del siglo vi y principios del v a.C. El
gobierno asumió su filosofía en el siglo m d.C, debido a la alianza
que la dinastía Han estableció con los "caballeros", los
terratenientes que no tenían vínculos dinásticos con la familia
imperial y que representaban un grupo social más amplio que el de
la nobleza hereditaria. Estos hombres participaban política y
económicamente en el gobierno como terratenientes y funcionarios
letrados, y por lo general dedicaban muchos años a su educación, en
escuelas estatales confucianas.
Las exigencias del sistema educativo imperial eran muy
elevadas, comenzando por las dificultades de la escritura. Se
construyó así una meritocracia restringida. Sólo los ricos
53
Por ejemplo, el confucianismo se apropió del salvacionismo, lo purgó de sus
aspectos menos racionalistas y dejó las partes místicas y turbulentas para el culto
privado {Le. el taoísmo).
54
El confucianismo es una doctrina en la que no existe un significado que tras
cienda a la comunidad. La moralidad más elevada es el deber social. La conducta
virtuosa es la rectitud interna y la bondad con los demás.
El confucianismo tiene lugar en una sociedad dada y a diferencia de las otras
religiones salvacionistas, no pretende modificar la estructura de valores previamente
existente. Es una doctrina conservadora que rechaza la política radical y la salvación en
el más allá. Dice Michael Mann de ésta, que es la "auténtica religión durkheimiana: la
sociedad, tal como es, es lo sacro". Michael Mann, op. cit., p. 488. Véase también Robert
N. Bellah, Religión in Human Evolution. From the Paleolithic to the Axial Age,
Mas-sachusetts, Belknap Press, 2011, p. 576.
55
Que, al igual que las religiones antiguas chinas valoraba las jerarquías que
posibilitan el holismo, los mediadores externos y los bienes internos.

32
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

podían darse el lujo de enviar hijos a la escuela y así intentar el


ingreso al círculo de funcionarios con privilegios. Es decir, el
confucianismo fortaleció yjustificó las diferencias de clase.

3. Orden jerárquico y ciclo estabilizador

La violencia y el desorden siempre amenazaron a China. Guerras,


malas cosechas, enfermedades y muertes asolaban constantemente
al imperio. Para afrontar esto aparecían ahora chivos expiatorios,
pero sin el disfraz del sacrificio ritual, sino como los "culpables
legales" y los "enemigos externos". De acuerdo con el nivel de la
desgracia, éstos podían ser los delincuentes comunes, extranjeros o
incluso, si se trataba de una calamidad de dimensiones colosales, el
monarca mismo.
Una vez inmolada la vieja dinastía, en su intento por restaurar el
orden, la nueva culpaba de todos los males a la anterior. Se le
acusaba de negligente, corrupta y usurpadora. La historia debía ser
reescrita, ahora habría nuevos héroes y villanos. Fue así que el
primer emperador chin mandó quemar públicamente los registros
históricos.
Independientemente de la estabilidad de una dinastía, el imperio
chino continuó. A diferencia de lo ocurrido en Occidente, donde el
Imperio Romano prácticamente desapareció para dejar paso a otra
civilización -la Cristiandad occidental-, en China la caída ocurrió
hasta el siglo xx.
Esto se logró en gran medida pese a que muchas de las con-
tradicciones que se presentaron en el imperio romano también
aparecieron en el chino. Pero a diferencia del cristianismo, que
contribuyó a trascender los poderes terrenales, el confucianismo
resolvió las contradicciones del imperio. En buena medida esto se
debió a que, en el interior de sus dominios, no había ninguna gran
civilización rival, como la griega o la judía en el caso de Roma. Se
logró así mayor homogeneidad

33
Jorge Federico Márquez Muñoz

cultural. Los chinos podrían responder con más facilidad que los
subditos o ciudadanos del imperio romano a la pregunta ¿a qué
comunidad pertenezco? La mayoría de ellos habría dicho, en primer
lugar, a China. Esta claridad estaba reforzada por el confucianismo,
que ponía en el centro al imperio y negaba la relevancia de los dos
más allá: el celestial y el de los extranjeros.
Otros elementos clave para resolver las contradicciones impe-
riales fueron la tolerancia a los particularismos,56 la limitación de
los valores igualitarios a la élite57 y la apertura de la categoría de
caballero a todo aquél que acreditara cierta educación.58
El ciclo conformismo-revuelta se cumplió una y otra vez. La
mayor parte del tiempo, la primera parte dominó gracias a los
eficaces métodos de contención de la violencia -temor a los dioses
naturales y monopolio de las élites para comunicarse con ellos,
autoridades que se conducían ejemplarmente, jerarquías
encapsuladoras, culto a la ley y persecución de bienes internos por
encima de los externos-, así como mediante el control burocrático.
El orden chino era muy flexible ante aquellos elementos que lo
amenazaban y no estaban contemplados en el esquema establecido
de resolución de conflictos; había negociaciones entre las élites
para resolver la cooperación entre el centro imperial y la periferia
de los terratenientes;59 también tenían lugar pactos sociales entre
campesinos y autoridades locales y centrales, sobre todo a
propósito de la redistribución de la tierra y los montos de los
impuestos.
56
Pues no eran vistos como amenazas.
57
No había un concepto semejante al de ciudadanía occidental.
58
De tal manera que podían acceder a la élite, incluso los bárbaros, una vez que
hubieran pasado las pruebas correspondientes.
59
De cualquier manera, los campesinos contaban con sus propios métodos estabi
lizadores, como el infanticidio, que retardaba algunas generaciones los efectos más
nefastos de la trampa malthusiana. Desde el siglo i a.C, cuando la población china
llegaba a los 60 millones de habitantes, hubo ya una clara conciencia de la sobrepo-
blación. Debido a la escasez de tierras y al hecho de que los granjeros chinos heredan
las tierras entre todos sus hijos varones, las familias solían ser bastante pequeñas.
Cfr. John King Fairbank, op. cit., pp. 87 y 44.

34
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

Pero este sistema tenía algunos límites. En primer lugar, estaba el


elemento titánico de algunos emperadores: no todos se conformaban
con continuar las tradiciones, algunos querían hacer profundas
reformas, convertirse en legisladores; un monarca que suele ser el
ejemplo de su reino, cuando rompe las tradiciones, se convierte en
un elemento de inestabilidad; si las cosas le salían mal, la dinastía
pagaba con su propio derrocamiento.
Un reto adicional al orden imperial fueron las revueltas entre la
élite. En ocasiones, el emperador se enfrentó a facciones de su
propia corte o bien la corte debió hacer frente a facciones de
funcionarios; también estallaban revueltas de los terratenientes -que
hacían de señores de la guerra. Los enfrentamientos se debían, en
buena medida, a lo complejo de la estructura misma del poder.
Otro desafío al sistema del conformismo generalizado fueron los
movimientos mesiánicos que, con sus valores "antipolíticos" y su
desconfianza ante las cosas de este mundo, en ocasiones declaraban
la falta de legitimidad de los emperadores y movilizaban a los
campesinos contra del gobierno. Tal fue el caso de la Mahayana, que
anunciaba el cercano retorno de Maitreya, el futuro Buda y que
inspiró a la Sociedad del Loto Blanco en los siglos xvm y xix;60 o
bien, de la secta taoísta La Gran Paz, cuyo fundador, ya en el siglo i
a.D., presentó al emperador

una obra de intención escatológica. El libro, dictado por los


espíritus, revelaba los medios capaces de regenerar la dinastía
Han. Este reformador inspirado fue condenado a muerte, pero su
mesianismo siguió vivo entre sus adeptos. En el año 184, el jefe de
la secta, Chang Chüeh, proclamó la inminencia de la renovatio y
anunció que el Cielo Azul debería ser sustituido por el Cielo
Amarillo (motivo por el que sus fieles empezaron a llevar turbantes
amarillos). La revuelta que desató no logró destronar a la dinastía.
60
Cfr. Ibidem, p. 233.

35
Jorge Federico Márquez Muñoz

Finalmente, fue sofocado por las tropas imperiales, pero durante


toda la Edad Media se mantuvo la fiebre mesiánica. El último jefe
de los turbantes amarillos fue ejecutado en el año 1112.61

Otro desafío fue el de mantener el equilibrio entre la redis-


tribución de tierras y la concentración suficiente del Estado para
sostener al ejército y las finanzas. El fin de este equilibrio,
combinado por crisis ambientales, por lo general provocaba la caída
de la dinastía. Esto ocurrió a las dinastías Han (siglo ni), Tang (siglo
x) y Ming (siglo xvn), que edificaron su poderío en el reparto de
tierras, pero se encontraron con la resistencia de los terratenientes y
con crisis ambientales.
Los song, en los siglos xn y xm, además de estos desafíos des-
estabilizadores, enfrentaron otro: la invasión de los extranjeros, los
mongoles en aquel entonces. Pero en la medida en que los con-
quistadores se convertían en una dinastía más, eran absorbidos por
la poderosa civilización china, dejaban de ser un elemento
amenazante, para confirmar la perdurabilidad del Imperio.
Las dinastías chinas tuvieron diversas actitudes respecto al
contacto con extranjeros. Los ming fueron abiertos con los jesuítas
pero los qing, desde el siglo xvm, se mostraron desconfiados con
todos los europeos; pusieron restricciones al contacto con y a la
entrada a comerciantes y misioneros.
En el Sureste Asiático, el tráfico de mercancías chinas era muy
nutrido y se hacía desde algunos puertos del sur, sobre todo desde
Guangzhou (Cantón); pero con excepción de los portugueses, que
tenían la concesión del puerto de Macao, los europeos no podían
comerciar en China.
En 1729, cuando la venta de opio comenzaba a florecer, llegó la
primera prohibición, decretada por el emperador Yung-Cheng.
Debido a que su meta era acabar con el negocio lusitano, la nueva
ley no pedía la desaparición de los cultivos locales, ni tampoco
atacaba el empleo del fármaco,
61
Mircea Eliade, op. ciL>p. 61.

36
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

limitándose a castigar con pena de muerte por estrangulamiento a los


contrabandistas y dueños de fumaderos. Dictada por un gobierno tan
aborrecido como [...] la corte manchú, esta medida se limitó a convertir
un negocio de moderada extensión en gran mercado negro. El decreto
produjo corrupción entre los funcionarios locales y resistencia pasiva en
el pueblo, permitiendo a los portugueses poner en marcha un sistema
sencillo y eficaz de producción e introducción [...] La entidad del tráfico
era aún moderada, pero al gobierno le irritaba sobre todo la
desobediencia, y decidió aumentar su presión al máximo con el
emperador Chia-ch'ing, que en 1793 ordena destruir cualesquiera
cultivos locales, y extiende la pena de muerte a simples usuarios. Desde
este momento comienza la edad de oro para el contrabando.62

4. Fin de la estabilidad:
comerciantes, misioneros y ejércitos invasores

Hacia finales del siglo xix los ingleses, que producían la adormidera en
Bengala, habían desplazado casi en su totalidad a los comerciantes
portugueses en China; e inversionistas y competidores franceses,
estadounidenses y holandeses, acompañaban en sus aventuras de
narcotraficantes a los británicos.
La política que prohibía anclar las naves extranjeras en los puertos
chinos molestó a las potencias europeas, que soñaban comerciar con China,
un país inmenso para sus mercancías y misioneros. La frustración se agravó
a principios del siglo xix, en tanto aumentó la demanda inglesa de té,
producido en China; en cambio, los anglosajones no encontraron un
producto para vender en proporciones semejantes, por lo que el comercio
implicó entonces una transferencia enorme de plata de Occidente a China.63
62
Antonio Escohotado, Historia general de las drogas, 2, Madrid, Alianza Editorial,
1997 (Iaed. 1989), p. 156.
63
Cfr.Jeffrey N. Wasserstrom, China in the 21sl Century. WhatEveryoneNeedstoKnow,
New York, Oxford University Press, 2010, pp. 24-25.

37
Jorge Federico Márquez Muñoz

En la búsqueda del equilibrio, los ingleses, que contaban con


grandes plantaciones en India, comenzaron a vender opio a los
chinos. Estos comerciantes esperaban que la adormidera fuera tan
adictiva para los chinos, como lo era el té para sus connacionales.
Aunque los qing introdujeron medidas para prohibir el opio, el
intercambio comercial se equilibró. Esto fue posible gracias a la
gran cantidad de chinos contrabandistas que cooperaban con los
occidentales. He aquí un elemento intersticial en la historia de
China: los comerciantes, que lejos de cooperar con el emperador,
trabajaban clandestinamente y lo desafiaban.64

Al pueblo le incomoda la injerencia extranjera, pero ¿qué otra


solución queda cuando el Emperador arrasa sus cultivos? [...] los
chinos creen que si la droga se administra con sensatez ayuda a vivir
más satisfactoriamente. Y hacer uso de sus virtudes es entonces
urgente en grado sumo, porque el país se encuentra devastado por
terribles guerras civiles, catástrofes naturales, bandidaje constante
y una despiadada explotación.65

En Guangzhou y sus alrededores, la adicción cobró grandes


proporciones. Los occidentales se lamentaban de las políticas de los
qing por impedir el libre comercio, pero el emperador acusó de
villanía a los europeos, por traficar con una sustancia tan maligna.
De cualquier manera, cientos de miles de chinos eran ya adictos y el
comercio del opio se había convertido en

64
Los emperadores intentaban sacar provecho de los comerciantes libres cobrán
doles elevados impuestos. Pero la corrupción de los funcionarios, ya muy extendida
en el siglo xvm cuando el comercio chino en el sureste asiático se multiplicaba con
rapidez, mantenía a una parte importante de los comerciantes como contrabandistas
antes que como hombres decentes de negocios. Para proteger sus inversiones y sus
navios, estos comerciantes conformaron las tríadas. C/r. John King Fairbank, op. cit.,
p. 217 y sigs.
65
Antonio Escohotado, op. cit., p. 157.

38
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

un negocio lucrativo, así es que millones estaban dispuestos a


desobedecer la ley.66

Hasta la tercera década del siglo xix el gobierno manchú se limitó a


responder al contrabando con un gravamen compensatorio sobre
el té exportado. Con todo, en 1838 [...] la balanza comercial china
arroja un saldo desfavorable para el Imperio [...] Inglaterra ya no
necesita exportar metales preciosos, y la magnitud del tráfico
permite amasar enormes fortunas a los principales
contrabandistas.67

Entre los inversionistas del comercio de drogas a China, estaba gente


tan importante como el entonces secretario de Estado de la Foreign
Office, Sir. H. J. T. Palmerston. En ese entonces, el emperador y sus
consejeros -muchos de ellos opiómanos- decidieron que debía haber
un respeto incondicional a la autoridad. Tao-Kuang fue convencido
de que los ingleses eran unos bárbaros dependientes de China, que
sin su té y su ruibarbo sucumbirían al estreñimiento; de modo que
nombró un Alto Comisario a cargo de Lin Tse-hsü -que tenía en sus
manos el monopolio imperial de la sal-, quien redactó u:ia carta a la
reina de Inglaterra donde la cuestionaba acerca de si permitiría en su
país el uso de una substancia tan nociva.

66
"El sistema de la East India Company era respetar nominalmente la prohibición
del Emperador -con quien [...] negociaba la compra de té, sedas y especia:;- y dejar
que la exportación fuese hecha por comerciantes privados, a quienes o orgaba li
cencias para trasladar la mercancía desde India a China. Esos empresarios vendían
el opio a contrabandistas costeros [en alta mar]".
"[...] La prohibición produce un contrabando en vertiginoso aumento. Cuando se
establece la pena capital para traficantes y dueños de fumaderos, en 1729, la importación
clandestina asciende a unas 200 cajas de 68 kilogramos, que representaban poco menos de
tonelada y media. En 1767 son ya 1.000, y en 1820 -cuando la pena de muerte se aplica tanto a
traficantes como a usuarios- alcanzan las 13.000. Menos de dos décadas más tarde llegan a las
40.000. Muchas personas mueren estranguladas por violar los decretos imperiales, aunque la
ineficacia del régimen represivo es manifiesta". ídem.
67
ídem, p. 157.

39
Jorge Federico Márquez Muñoz

El documento fue recibido en la corte inglesa con sorpresa, pues


Inglaterra era un destacado importador de opio, producto permitido
por la ley. El Parlamento acordó no abandonar una fuente de
ingresos tan importante. Lin lanzó un ultimátum que exigía que, en
setenta y dos horas, los comerciantes entregaran el opio al gobierno.

Esa pretensión fue rechazada; pero [...] cayeron en poder del Alto
Comisario unas veinte mil cajas de opio [...] La delicada situación
vino a agravarse pocos días después, cuando marinos ingleses
borrachos mataron a un aldeano, y la autoridad inglesa se negó a
entregarlos a los tribunales chinos, con el pretexto de no ser fiable
lajusticia local. [...] Lin destruyó lo confiscado y comenzaron unas
hostilidades que proseguirían durante dos años.68

El desmoralizado y corrupto ejército chino estaba poco interesado


en luchar contra los extranjeros, pero aprovechó la ocasión para
expoliar a los civiles. Lejos de molestarse con la situación, los
principales contrabandistas estaban felices, pues, como escribió un
importante narcofinanciero, "el mercado padecía una verdadera
inundación del producto; la tontería de Lin aumentará los
beneficios".
La guerra, cuya declaración fundó Inglaterra en "un intolerable
atentado contra la libertad de comercio", comenzó en 1839. Los qing
sufrieron rápidas derrotas y firmaron un vergonzoso acuerdo
comercial que otorgaba concesiones desmedidas a los occidentales.
El episodio tuvo efectos devastadores en la economía y en la
política, pues la debilidad del emperador fomentó dudas sobre la
legitimidad de su mandato; e igualmente, también mermó la psique
de los chinos, que se sintieron humillados al percatarse de que no
eran la nación más poderosa del mundo.
Como parte del Tratado de Nankin firmado al concluir las
hostilidades de la Guerra del Opio, Gran Bretaña ganó el
68
Ibid., p. 159.

40
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

control de Hong Kong; el acuerdo también garantizó seguridad a los


comerciantes y misioneros británicos; los europeos contaban con
asentamientos seguros en los "Enclaves de Tratado", muchos de ellos en
Shangai; y más tarde franceses y estadounidenses usaron la amenaza de la
fuerza para obtener concesiones análogas.09
Los ingleses solicitaron explícitamente que el opio siguiera
nominalmente sometido al régimen de prohibición, aunque ahora se
repartiese defacto con total comodidad. Pero

el conflicto persistía. Para 1856, la importación de opio había


aumentado a 67.000 cajas [...] y ninguna de las partes estaba conforme
con lo acordado en Nankín [...] El virrey de Cantón se negó a pagar las
sumas previstas en el tratado; [...] ingleses y franceses [...] reanudaron
las hostilidades. Esta vez la guerra fue aún más rápida; comenzó a
finales de 1857 y en 1858 había concluido con una rendición reflejada
en el Tratado de Tientsing [...] Ahora los aliados europeos imponían
residencia permanente en Pekín para un cuerpo diplomático, apertura de
varios puertos más para comercio y residencia de extranjeros, derecho a
hacer expediciones comerciales al interior de China, libre navegación
por el Yangtsé y lo más odioso a nivel popular: libertad completa de
movimientos para las misiones cristianas. A finales de ese mismo año se
firma en Shanghai una addenda al tratado que legaliza la importación de
opio [...] La opiómana emperatriz Ts'cu-hi, firmante del tratado,
recomienda oficiosamente seguir resistiendo a los misioneros.7"

Cfr. Jeffrey N. Wasserstrom, op. cü., pp. 27-29.


Antonio Escohotado, op. cü., p. 161.

41
Jorge Federico Márquez Muñoz

5. Fin de la estabilidad: la destrucción desde adentro

Hubo más enfrentamientos. En 1860 incluso fue destruido, por


tropas inglesas, el palacio veraniego de Yuan-ming-yuan. Pero el
conflicto internacional más significativo de la segunda mitad del
siglo xix al que se enfrentaron los qing fue la Guerra contra Japón,
en 1894, por el control de Corea. La dinastía manchú fue
nuevamente vencida. La Guerra del Opio socavó la noción de que
los qing gobernaban el más poderoso imperio del mundo, pero la
guerra con Japón demostró que éste ni siquiera lo era a nivel
regional.
A partir de esta derrota, algunos intelectuales pidieron al
emperador que adoptara las instituciones e ideas occidentales, que
habían hecho ganar a Japón la guerra. El resultado fue, en 1898, un
intento radical pero de poca duración, por modificar las
instituciones educativas, movimiento que fue conocido como "La
reforma de los 100 días"; los conservadores contraatacaron y el
emperador fue puesto bajo arresto domiciliario hasta que declaró
inválida la modernización.71
La debilidad de los qing también estaba relacionada con un
proceso interno: la población china creció enormemente en el siglo
xvm; la presión sobre su economía campesina tradicional fue
enorme;72 la dinastía no fue capaz de reaccionar ante la nueva
situación y mantuvo el mismo número de magistrados para atender
una población que tenía más problemas debido a la nueva densidad
demográfica. En la década de 1830, estos
71
C/r. John King Fairbank, op. cit., p. 280 y sigs.
72
"Hace unos dos mil años, [...] 60 millones de personas abarrotaban lo que había
de convertirse en la frontera norte de China: un número muy elevado para un terri
torio muy reducido. Esta población se mantuvo aproximadamente estable durante
el milenio siguiente pero, entre el siglo x y principios del siglo xm, se duplicó [...].
En ese momento se produjo un retroceso, debido en buena medida a las pandemias
que también asolaban Europa y Oriente Medio". La población en el 1400 era de 70
millones y en 1650 de 125. Cien años más tarde ya eran 250 millones. A finales del
siglo xvi II más de 300 y en 1850 400 millones. Cfr. David Landes, La riqueza y la pobreza
de las naciones. Por qué algunas son tan ricas y otras tan pobres, trad. Santiago Jordán,
Barcelona, Crítica, 2003 (Iaed. en inglés, 1998), p. 36.

42
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

burócratas que se encargaban de los juicios, la recolección de


impuestos, el cuidado de los graneros y de presidir los ritos locales,
ya no eran capaces de cumplir sus funciones.73
Otro problema fueron las rebeliones populares que iban desde el
bandolerismo y la piratería, hasta las insurrecciones de inspiración
religiosa dirigidas por profetas.74 El más dramático de estos
levantamientos en el siglo xix, fue el de Taiping (1848-1864), una
insurrección milenarista cuyo costo humano superó al de la Guerra
Civil en Estados Unidos. El líder de la revuelta era Hong Xiuquan,
un estudiante frustrado que había reprobado los exámenes para el
servicio civil; además, sufría alucinaciones que le hacían creer que
poseía un propósito divino, el cual interpretaba a la luz de algunos
textos de misioneros cristianos que había leído años atrás; sus
visiones le convencieron de ser el hermano menor de Cristo y de que
estaba destinado a expulsar a los manchúes, a quienes consideraba
demoniacos. Asimismo, creía estar destinado a convertir China en
un país cristiano; pero su versión del cristianismo fue vista con
horror por las fuerzas europeas en China.
Su movimiento llegó a ser tan importante que logró gobernar, por
más de una década, un territorio en el centro de China del tamaño de
Francia. Una vez que asumió el poder, se comportó como el rey de
una nueva dinastía (por ejemplo, instituyó un ser-
73
Qfr* Jeffrey N. Wasserstrom, op. cit.tp. 27
74
Por ejemplo, la de la secta de los Ocho Trigramas (1813), que fue rápidamente
reprimida pero costó más de 70 mil vidas. O la liderada por Jahangir, un jefe ca-
rismático proveniente de Asia Central, que buscaba liberar Xianjiang (Sinkiang, al
norte de China) del control imperial.
O bien, la rebelión milenarista del Loto Blanco que convulsionó el corazón mismo
de China entre 1796 y 1804, que comenzó con protestas de campesinos de las zonas
montañosas, desesperados y hambrientos, en contra de los impuestos. Pero el
movimiento se combinó con un elemento ideológico: la mentalidad anti-manchú, pues se
trataba de una dinastía que era vista como invasora por la mayoría étnica han. Algunos
participantes de la revuelta se sentían atraídos por la restauración de los ming, la
dinastía que precedió a los qing. La revuelta fue aplastada pero con un costo muy
elevado: el equivalente a cinco años de ingresos del gobierno imperial; además, el
ejército imperial fue derrotado en gran cantidad de batallas, deteriorando así su fama de
invencible. Cfr. Ibidem, p. 28.

43
Jorge Federico Márquez Muñoz

vicio civil con exámenes, pero con la novedad de que los aspirantes
debían demostrar conocimientos bíblicos, no confucianos).73
La dinastía qing estaba obligada a contener numerosas revueltas,
además de tratar con los conflictos internacionales desde 1840. Una
combinación de ambos problemas y de los intentos fallidos por
manipularlos en su favor llevó a la Rebelión de los bóxers,
insurrección que tuvo como punto de partida las bandas de jóvenes
que atacaban a los chinos cristianizados y a los misioneros en el
norte de China. Estos ataques cobraron una nueva dimensión en
1900, cuando los insurgentes sitiaron, por cincuenta y cinco días, a
los residentes japoneses y occidentales en Beijing. Como la dinastía
gobernante consideraba que los rebeldes eran sus aliados
nacionalistas, les ofreció apoyo, entonces una fuerza internacional
de ocho nacionalidades levantó el sitio por la fuerza.
La crisis continuó hasta 1901, cuando soldados extranjeros
concluyeron con sus campañas de retaliación y los miembros de la
dinastía huyeron de la capital. Todo acabó en septiembre, cuando
los qing pudieron retornar a Beijing después de su corto exilio en el
norte, a condición de firmar el Protocolo Boxer. Este acuerdo
estipulaba una desorbitada indemnización para compensar la
pérdida de vidas y propiedades extranjeras; nada se hizo para
compensar las vidas y propiedades de los chinos. Otra cláusula del
protocolo justificó la continuación del reinado de los qing. Ambas
partes acordaron sostener la ficción de que los bóxers habían
organizado una revuelta antidinástica.76

Cfr. John King Fairbank, op. cit.yp. 253 y sigs. Cfr.


Ibidem, p. 281 y sigs.

44
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

6. Fin del imperio: una larga revolución

La dinastía qing intentó nuevamente una reforma radical después de


la crisis de los boxers; no obstante, fue suspendida en 1911, como
resultado de una serie de levantamientos populares y motines de las
tropas imperiales. El emperador abdicó y quedó establecida, el
primero de enero de 1912, la República de China, cuyo primer
presidente fue Sun Yat-sen (1866-1925).77
La nueva república hizo esfuerzos por convencer a las potencias
occidentales de que la era dinástica había quedado atrás; pero Sun
participó en rituales que recordaban las transiciones dinásticas y usó
el nacionalismo han, anti-manchú, que lo hacía parecer heredero de
la Rebelión del Loto Blanco; además, visitaba regularmente las
tumbas de los ming.78
La presidencia de Sun duró sólo un año. Fue sucedido por Yuan
Shikai, un ex oficial qing que en 1912 insistió en que continuaría
apoyando al nuevo orden sólo si era designado presidente. Como
Sun carecía de un ejército propio se hizo a un lado aunque intentó
recuperar el poder. Luchó hasta su muerte por controlar a los señores
de la guerra, pero nunca lo logró; sin embargo, el partido que fundó,
el Nacionalista, bajo el liderazgo de Chiang Kai-shek, gobernó
China durante dos décadas y Taiwán durante medio siglo.
Yuan, al igual que Sun, no logró el control de país, sino que
compartió el poder con los hombres fuertes de las regiones; algunos
de ellos, nombrados por el propio presidente, pero que
77
En sujuventud Sun viajó mucho y estudió medicina en HongKong. En China fue
promotor de las reformas occidentales. Su transición de reformista a revolucionario
ocurrió en la década de 1890, cuando se enroló en sociedades secretas y conspiró
para iniciar levantamientos contra los qing. En 1905, mientras vivía enjapón, fundó
la Alianza Revolucionaria, una organización que posteriormente evolucionaría para
convertirse en el Partido Nacionalista.
Los motines e insurrecciones de octubre de 1911 ocurrieron mientras Sun estaba en
Estados Unidos, reuniendo fondos para su causa. Cuando se enteró de la revuelta se dirigió de
inmediato a China yjugó un papel clave en la transición del imperio a la república. Cfr. Jeffrey
N. Wasserstrom, op. cit., p. 37.
78
Cfr. Ibidem, p. 34.

45
Jorge Federico Márquez Muñoz

rápidamente se convertirían en líderes autónomos. Cada uno de


estos hombres fuertes contaba con un ejército y controlaba una
parte del territorio; algunos de ellos, incluido Yuan, soñaban con
reunificar el país, convertirse en emperadores y establecer nuevas
dinastías.
Los señores de la guerra abandonaron el legado revolucionario,
pero Sun Yat-sen intentó, desde Guangzhou y con su Partido
Nacionalista,79 ponerles un alto. Mientras Sun buscaba retomar el
control del país, los intelectuales pedían soluciones extranjeras;
había que imitar a Japón, a Rusia o quizás a Occidente. Los
profesores y estudiantes radicales de Shangai tuvieron un papel
muy importante en la movilización política; el 4 de mayo de 1919
se manifestaron contra los hombres fuertes, el imperialismo japonés
y el confucianismo.
El Movimiento 4 de Mayo protestó en contra de los Acuerdos de
París, por el trato que su país recibía en Europa. China, a pesar de
haber estado con los Aliados, no obtuvo garantías de
autodeterminación. Aún peor, las potencias extranjeras no
renunciaron a sus concesiones ni a sus tratados desiguales. Por si
esto fuera poco, los territorios otrora concedidos a Alemania en
China, fueron traspasados a Japón.
El 4 de mayo de 1919, en Beijing, una multitud de estudiantes
comenzó una manifestación en la que exigían que Shandong
retornara a control chino y el despido de tres militares, a quienes
acusaban de corruptos y projaponeses. Después de destruir las casas
de estos oficiales, algunos estudiantes fueron golpeados por la
policía y uno de ellos murió. Debido en parte a la alta estima en que
los escolares son tenidos en China, se multiplicaron las protestas en
diferentes ciudades. El Movimiento 4 de Mayo alcanzó su cénit en
Shangai, en junio, con una huelga general que paralizó el mayor
centro comercial y financiero de China. Los estudiantes arrestados
fueron liberados y los tres oficiales cuestionados fueron
despedidos; pero las potencias
79
Antes Alianza Revolucionaria.

46
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

occidentales se negaron a modificar los Tratados de París, por lo


cual, la delegación China no los firmó.80
Los estudiantes e intelectuales tuvieron un papel importante en la
devastación de la China tradicional: el idealismo radical que les
hacía creer que podrían instaurar un nuevo orden les llevó a
despreciar lo existente e imponer, por encima de todo, la idea. El
más notable, no por su agudeza intelectual, sino por su papel
histórico, fue Mao Zedong.81
Al inicio, la Revolución Rusa no tuvo influencia en China, la
disidencia radical se había concentrado en las ideas anarquistas. La
fundación del Partido Comunista Chino, ocurrida en 1921,
80
"La opinión pública china, que experimentaba un reciente despertar, exigía la
devolución de esas pequeñas colonias, pero la Conferencia de Paz de París de 1919,
donde se diseñó el mapa global de la posguerra y en la que intervino una delegación
china, permitió que Japón conservara Shandong, provincia que había arrebatado a
Alemania durante la guerra. Esto prendió la chispa del sentimiento nacionalista. El 4
de mayo de 1919, y por vez primera en toda su historia, se produjo en Pekín una gran
manifestación callejera. ¿El motivo? Denunciar al gobierno por vendido y lamentar el
hecho de que Japón se quedase con una parte del territorio nacional. Las protestas se
extendieron por toda China. En pueblos y ciudades se quemaron artículos japoneses
y se produjeron atentados contra los comercios que los vendían. Para muchos chinos
fue una enorme decepción que las autoridades republicanas no consiguieran de
las potencias extranjeras mejor trato que su predecesor manchú. En todo el país se
extendió la sensación de que era necesario un gobierno más radical". Jung Chang y
Jon Halliday, Mao. La historia desconocida, trad. Amado Diéguéz y Victoria E. Gordo
del Rey, Madrid, Taurus, 2006 (2005, Iaed. en inglés), p. 37.
81
En China, como en Japón, a menudo los intelectuales han oscilado entre un
nativismo reaccionario y la total occidentalización. El llamado Movimiento del 4 de
Mayo de 1919 fue muchas cosas: desde socialista revolucionario hasta pragmático
americano, pero su hilo conductor era un intento de los intelectuales de liberar a
China de su pasado. La tradición china, especialmente sus aspectos confucianos,
eran vistos como una reliquia estupidizante que obstaculizaba los progresos.
El camino hacia adelante, se creía, era barrer todas las telarañas tradicionales y
absorber las ideas de John Dewey y Karl Marx. En pocas ocasiones una generación de
artistas e intelectuales han destruido su propia tradición con tanto celo.
Mao Zedong llevó la iconoclastia cultural a nuevos extremos. Desató una campaña
para destruir todo lo viejo: los templos, el arte, los libros, el lenguaje, los pensamientos.
Mao estaba obsesionado por iniciar de nuevo la historia de China, por convertirla en
tabula rasa, para reconstruirla en un Estado totalitario. Su héroe era el emperador qin,
del siglo II a.C Un déspota recordado por haber comenzado la construcción de la Gran
Muralla y la destrucción de los escritos confucianos clásicos. Fue la primera quema
libros de la historia. Cfr. Ian Buruma, "AsiáWorld", The New York review ofbooks,
12/07/2003, www.nyrb.com, consultado el 04 de junio de 2011.

47
Jorge Federico Márquez Muñoz

fue llevada a cabo por profesores radicales de Beijing agrupados en


organizaciones clandestinas como Nueva Juventud; a este grupo
pertenecía Li Dazhao, autor de La victoria bolchevique en Rusia, y
Chen Duxiu, mentor de Mao y quien animó a los estudiantes en las
manifestaciones de 1919. Otros miembros del Partido Comunista
que participaron en el Movimiento 4 de Mayo fueron Zhou Enlai y
su esposa Deng Yingchao.
La Revolución Rusa fue una fuente de inspiración para los
activistas chinos, no sólo por sus ideales igualitarios, sino porque
ocurrió en un país que, al igual que China, estaba precariamente
industrializado. Asimismo, los bolcheviques tenían mucho interés
en que China superara la República para convertirse en un régimen
comunista, junto con el soviético; por ello apoyaron desde el inicio,
con dinero, estrategas y armas, a los comunistas.82
El Partido Comunista no tuvo un impacto relevante en la política
de China, hasta que Sun Yat-sen se sintió atraído por la crítica
antiimperialista de Lenin. Este líder a la vez, aconsejó a los
comunistas chinos a hacer un frente común con los nacionalistas
para derrotar tanto a los señores de la guerra, como a las potencias
extranjeras invasoras de China. A Mao y a muchos otros miembros
prominentes del Partido Comunista les pareció una estrategia
razonable. Se fundó así el Primer Frente Nacional, que duró de 1924
a 1927 y fue llamado Movimiento 30 de Mayo.83
La batalla antiimperialista, como su antecesora de 1919,
comenzó en una sola ciudad, pero se expandió y culminó en una
huelga que paralizó Shangai; contaba con una buena estrategia de
propaganda y movilización social. La alianza entre nacionalistas y
comunistas provocó que, por primera vez, estos últimos se
convirtieran en una fuerza política nacional, y tan exitosa campaña
fue la antesala para la Expedición del Norte, con la que se logró
someter a algunos señores de la guerra.
La Campaña del Norte fue lanzada por Sun en 1926, desde su
base en el sur, en la provincia de Guangdong. Un ejército conjunto
82
Cfr. Jung Chang yjon Halliday, op. cü.tp. 47 y sigs.
83
Qfr- Jeffrey N. Wasserstrom, op. cit., p. 43.

48
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

de nacionalistas y comunistas bajo el mando de Chiang Kai-shek84


marchó hacia Beijingy a principios de 1926, llevó a cabo una serie de
batallas contra las milicias locales. En 1927, algunas secciones de
Shangai cayeron ante la Expedición, a lo que contribuyó una serie de
levantamientos de trabajadores del Partido Comunista, que
prepararon el camino para la llegada de Chiang Kai-shek.
Más tarde en el mismo año, Chiang, quien había sucedido a Sun
como cabeza de los nacionalistas en marzo de 1925, tomó Nankín85
y la proclamó la capital de la verdadera república. En 1928 las
fuerzas de Chiang tomaron Beijing86 a la que se llamó Beiping, Paz
del norte, para mostrar que el centro político se mantenía en el sur.
A finales de 1926, Chiang consideró que el Frente Unido era un
error; en abril de 1927, con ayuda de la Pandilla Verde comenzó a
purgar el partido de comunistas, algunos fueron encarcelados y otros
asesinados. Desde ese momento y hasta su muerte, en 1975, Chiang
consideró que los comunistas eran la principal amenaza para China.
En 1936, para expulsar a los japoneses, Chiang volvió a hacer una
alianza con los comunistas. El Segundo Frente Común duró de 1937
a 1945, pero su anticomunismo era muy profundo.
El Terror Blanco -es decir, las purgas de Chiang Kai-shek- casi
logró eliminar a los comunistas en 1927; pero muchos miembros del
Partido evitaron su detección, pues estaban organizadas como
84
Chiang, el Generalissimo, jugó un papel esencial en la Expedición del Norte.
Antes de comprometerse con la revolución había sido miembro de una sociedad
secreta, establecido vínculos con la poderosa organización criminal de Shangai, la
Pandilla Verde, y recibido entrenamiento militar en Japón.
Tenía vínculos personales con Sun Yat-sen por sus actividades revolucionarias. Chiang
se casó con la hermana de la viuda de Sun, Song Meiling, que había sido educada en Estados
Unidos y era cristiana.
Además de sus habilidades como estratega militar, el Generalissimo demostró que era
capaz de hacer alianzas efectivas que le ayudaron a navegar por las facciones del Partido
Nacionalista. C/r. Jonathan D. Spence, "The enigma of Chiang Kai-shek", TheNew York
Revino ofBooks, 22/10/2009, disponible en WWW.nyrb.com, consultado el 24 de agosto de
2012.
85
Capital del Sur.
811
Capital del Norte.

49
Jorge Federico Márquez Muñoz

células subterráneas en las ciudades, mientras otros huyeron a


esconderse al campo. Al inicio de los años treinta, Chiang intentó
cercarlos; para escapar de este fatal destino, los comunistas
comenzaron la Larga Marcha, un viaje tortuoso hacia el norte
llevado a cabo entre 1934 y 1935. Abandonaron su cuartel general
de Jiangxi y se establecieron en la provincia de Shaanxi, en Yan'an,
ahí comenzaron a experimentar con políticas tales como las
campañas de redistribución de la tierra, lo que les ganó mucho
apoyo popular.
Todo apuntaba a que las bandas de guerrilleros comunistas
serían eliminadas por el ejército nacionalista, que estaba mejor
armado, o bien a que perecerían en el difícil camino hasta un lugar
seguro, teniendo que lidiar con dieciocho complejos montañosos y
veinticuatro ríos. El viaje de seis mil millas fue realizado por
ochenta y seis mil personas en tan sólo un año; al final, únicamente
sobrevivieron ocho mil.87
Fue durante este épico éxodo que Mao consolidó su liderazgo en
el partido, gracias, en buena medida, a su comprensión de la guerra
de guerrillas como la mejor táctica para luchar contra los
nacionalistas. La mayoría de los jefes del Partido Comunista en las
décadas posteriores fueron veteranos de la Larga Marcha; pero
otros fueron purgados del partido.

7. De nuevo los extranjeros

El periodo de la ocupación japonesa, que comenzó cuando el


Imperio del Sol Naciente tomó algunas partes de Manchuria en
1931, es recordado con amargura en China. Los japoneses habían
librado una especie de prototipo de guerra relámpago en China, en
los meses posteriores al estallido de una guerra a gran escala; sin
embargo, el combate sería más costoso de lo que los líderes nipones
habían calculado.
87
Cfr. Jung Chang yjon Halliday, op. cit., p. 179 y sigs.

50
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

En diciembre de 1937, cuando las tropasjaponesas se aproximaban


a la capital de Chiang Kai-shek, Nankín, [...] se tomó la decisión
de infligirle un castigo ejemplar, con la esperanza de dar un golpe
fatal a la resistencia china y poner fin rápidamente al conflicto.88

Un evento significativo en este periodo fue el Rapto de Nankín, que


costó la vida a 300,000 chinos,89 supuso el incendio de la ciudad90 y
la violación de unas 20,000 mujeres chinas.91

88
Niajl Ferguson, La guerra del mundo. Los conflictos del sigfo XX y el declive de Occidente
(1904-1953), trad. Francisco J. Ramos, Barcelona, Debate, 2007 (Iaed. en inglés, 2006),
p. 562.
89 M
E1X Ejércitojaponés llegó el 8 de diciembre. Sus treinta mil soldados, agotados por
la batalla, pero todavía sedientos de sangre, rodearon [...] la ciudad. Chiang Kai-shek
había huido unas semanas antes y había dejado tras de sí sólo una fuerza mal equipada
para defender a las [...] quinientas mil personas que no habían seguido su ejemplo [...]
El 13 de diciembre, los japoneses abrieron una brecha en la muralla de la ciudad [...]
En las semanas que siguieron, decenas de miles de jóvenes fueron asesinados, indepen
dientemente de que llevaran uniforme o no. Algunos simplemente fueron colocados
en fila y ametrallados. Otros fueron decapitados, pasados a bayoneta o enterrados vivos.
Un grupo fue acribillado con fuego de ametralladora, y luego rociado con gasolina y
quemado. A unos pocos les colgaron de la lengua en ganchos de metal [...]"
"El general Matsui entró en Nankín el 17 de diciembre, cuatro días después de que
sus tropas hubieran iniciado sus desmanes [...] No hizo [...] nada para ponerles fin. La
orgía de muerte continuó durante otras cinco semanas y media, y alcanzó su punto
culminante la semana del 28 de enero al 3 de febrero de 1938, después de que se hubiera
ordenado a los civiles regresar a sus casas desde los campos de refugiados a los que
previamente habían huido, situados fuera de la ciudad. Durante días, miles de cadáveres
sin enterrar llenaron las calles [...] El Tribunal Militar Internacional para Extremo
Oriente calcularía que más de 260.000 no combatientes habían muerto en Nankín a
manos de los soldados japoneses". Niall Ferguson, op. cit., pp. 563-564.
90
"Losjaponeses no se contentaron con asesinar. Hubo también una campaña [...]
de incendios provocados [...]. John Rabe, el presidente alemán del Comité Interna
cional de la Zona de Seguridad de Nankín, describía así el estado de la ciudad:"
"Taiping Lu, el orgullo de Nankín, que antes era la principal calle comercial y cuya
iluminación nocturna era equiparable a la de la calle de Nankín en Shanghai, está
totalmente en ruinas, toda quemada. No hay un solo edificio que haya quedado intacto,
sólo montones de escombros a izquierda y derecha. Fu Tze-Miao, el antiguo barrio de
diversión, con sus casas de té y su gran mercado, ha quedado también totalmente
destruido. ¡No hay sino escombros hasta donde alcanza la vista!". Ibid., pp. 564-565.
91
"Pero el rasgo más impresionante del ataque a Nankín fueron las violaciones
[...] Las declaraciones judiciales de posguerra indican que una elevada proporción
de las mujeres violadas fueron también asesinadas [...] A otras víctimas se las mutiló
introduciéndoles palos, bayonetas u otros objetos por la vagina. Algunas supervi-

51
Jorge Federico Márquez Muñoz

La Violación de Nankín se ha convertido en la más notoria de las


atrocidades japonesas en China; pero.nofue un incidente aislado,
otras poblaciones sufrieron un trato similar. Más de 10 millones de
chinos murieron como consecuencia de la invasión japonesa de
1937 a 1945.

8. El ascenso de Mao

Muchos factores contribuyeron para que Mao derrotara a Chiang.


Desde 1937, nacionalistas y comunistas se aliaron para luchar con-
trajapón; pero los comunistas difundieron la idea de ser devotos
patriotas, además, muchos chinos opinaban que estos últimos
estaban más comprometidos a luchar contra el imperialismo que los
primeros. Por sobre todo, esto los nacionalistas tenían fama de
corruptos y era bien conocida la idea de Chiang de que los
comunistas eran un mayor peligro para China que losjaponeses, lo
cual contribuyó al deterioro de su imagen.
Cuando los japoneses finalmente se rindieron, muchos
esperaban la llegada de un periodo de paz y estabilidad; pero apenas
se fueron los invasores, la guerra civil estalló: desde mediados de
1945 y hasta 1949, los combates entre nacionalistas y comunistas
colapsaron el país. El Ejército de Liberación del Pueblo, bajo el
mando de Mao, tomó el control de las ciudades más importantes,
incluidas Shanghai y Beiping, a la cual los comunistas devolvieron
su antiguo nombre.92
Durante la guerra civil, los comunistas tuvieron mucho apoyo de
los campesinos, pues el eje de su propaganda era la redistribución
de tierras; esto animó a los campesinos a linchar a miles de
terratenientes, siguiendo el ejemplo de aquello que los propios
comunistas hacían en las regiones bajo su control.

vientes se encontrarían más tarde con que se las había infectado de enfermedades
venéreas". Ibid., p. 565.
92
Cfr. Jeffrey N. Wasserstrom, op. cit., p. 48.

52
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

El disgusto por la corrupción del gobierno nacionalista


aumentaba: la censura y la represión a los manifestantes urbanos
reforzaban la opinión de que el Generalísimo había sido alienado por
los estadounidenses. Efectivamente, Estados Unidos, aunque con
muchas reservas, apoyaba a los nacionalistas; mientras la URSS hacía
lo propio con los comunistas.
Por otra parte, la inflación era de tal proporción que hacían falta
carretillas para transportar el dinero necesario para comprar un poco
de arroz, situación que afectó más a los nacionalistas, que vivían en
ciudades, que a los comunistas, que vivían del autoconsumo y el
saqueo.93
El descrédito que la mala imagen y las derrotas daban a los
nacionalistas encontraba su contraparte en la buena reputación que
gradualmente ganaban los comunistas entre campesinos, obreros,
estudiantes, académicos e intelectuales. Para mucha gente, eran los
verdaderos representantes del pueblo.
En 1949, al concluir la guerra civil, los comunistas hablaron de
liberación. Por supuesto que mucha gente temió lo peor, sobre todo
las clases medias y los terratenientes.

9. La gran venganza: el régimen comunista

Los comunistas conquistaron gradualmente el poder, en el


transcurso de una guerra civil de más de 20 años que se entrelazó
con una guerra contra el ejército invasor japonés. En algunas
ocasiones, las circunstancias locales los llevaron a acuerdos con sus
enemigos de clase; en otras, buscaron la represión y transformación
masivas. Expulsados de las urbes, los comunistas conformaron un
ejército de campesinos; el comunista era un partido-ejército,
disciplinado y unido en torno a Mao.

93
Cfr. Paul Johnson, Tiempos modernos, trad. Aníbal Leal, Buenos Aires, Ediciones B,
2000 (Iaed. en inglés, 1983), p. 453.

53
Jorge Federico Márquez Muñoz

La victoria del PCC sobre los nacionalistas implicó una dosis


enorme de brutalidad. Además de los muertos en combate94 y las
poblaciones civiles arrasadas por los combatientes,95 estuvieron
también los sacrificados estratégicos. Como tales puede contarse a
los miles de campesinos que murieron de hambre en Yan'an en
1947, cuando Mao consideró que era muy importante, para la
autonomía de su movimiento, pagar con alimento la enorme deuda
que había contraído con los soviéticos para la logística de su
ejército; y están a su vez los centenares de miles que fallecieron de
hambre en Manchuria en 1948, también por exportar alimentos a la
96
URSS.
Una vez concluida la guerra, la violencia no disminuyó:97 entre
1949 y 1987, cuarenta millones de muertes fueron responsabilidad
del gobierno comunista,98 provocadas en campos de concentración
por políticas como el Gran Paso Hacia Adelante o la Revolución
Cultural, o en simples ejecuciones de disidentes durante las
Campañas Masivas.99
94
Según R.J. Rummel, más de un millón doscientos mil entre 1945 y 1949. Cfr.
Chinas Bloody Century, New Brunswick, N.J., Transaction Publishers, 1991, tabla 7.A.,
disponible en http://www.hawaii.edu/powerkills/NOTE2.HTM, consultado del 22
de agosto de 2012.
95
Casi cinco millones de civiles.
96
Cfr. Jung Changyjon Halliday, op. cit., pp. 371-372.
97
"El primer acto de Mao fue ampliar su reforma agraria, ya iniciada en el Norte, a
todo el país. Estaba dirigida contra los matones locales y los malos señores y exhortaba
a los campesinos a matar, no a uno o dos sino a un buen número de ellos. Perecieron
por lo menos 2 millones de personas, la mitad formada por los tiránicos propietarios
de menos de quince hectáreas. Mao, el romántico revolucionario, arrojó a la nación
más grande de la tierra a un frenesí de activismo violento que habría de rivalizar con
la ingeniería social de Hitler y Stalin". Paul Johnson, Tiempos modernos, op. cit., p. 453.
98
Cfr. Matthew White, "Source List and Detailed Death Tolls for the Twentieth
Century Hemoclysm", Historical Atlas of the Twentieth Century, disponible en http://
necrometrics.eom/20c5m.htm#Mao, consultado el 25 de agosto de 2012.
99
Durante las primeras décadas del gobierno comunista se llevaron a cabo cam
pañas masivas que cambiaron la vida cotidiana de cientos de millones de personas.
Estas campañas tenían la finalidad de difundir propaganda y asegurarse de que, a
nivel local, la gente estuviera comprometida con las nuevas políticas. De acuerdo a los
altos oficiales del Partido Comunista, eran un esfuerzo para asegurar que las metas
del gobierno fueran interiorizadas por la gente para que así "se emancipara por sí
misma paso a paso, en lugar de que el gobierno necesitara imponer la revolución".

54
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

En las primeras Campañas Masivas tuvieron lugar ejecuciones de


colaboracionistas durante la invasión japonesa y de los miembros
del Kuomintang; lo cual vino acompañado de una gran reforma
agraria que

dividió a la población rural en terratenientes, tres categorías de


campesinos -ricos, de clase media y pobres- y peones sin tierras.
En todas las localidades, privaron a terratenientes y campesinos
ricos de su status para adjudicarles el equivalente al de campesi-
nos de clase media, y les arrebataron sus tierras, animales y bienes
para redistribuirlos entre los campesinos pobres y los peones. Las
categorías más pobres controlaban el partido y las organiza ciones
municipales. Todo eso se logró mediante el uso de la fuer :a.100

Los comunistas contaban con mucho apoyo en Yan'an otras zonas


controladas desde antes de la victoria final. En eso asos, la
redistribución ya estaba avanzada y se completó ore íada-mente; no
obstante, en la mayor parte de China se trataba ie un nuevo régimen:
ahí aparecieron los entusiastas, principal nente las milicias de
estudiantes que reclutaron a muchos habitantes locales. Pequeñas
cuadrillas, a veces de menos de una docena

Estas campañas de entusiasmo fingido y terror verdadero, continuaron dos años


después de la muerte de Mao, cuando Hua Guofeng accedió al poder. En 1978, bajo el
liderazgo de Deng, dejaron de existir.
Aunque el contenido de estas campañas era muy variado, el formato siempre era el
mismo: oficiales del Partido de alto rango comenzaban un discurso al tiempo que los
brigadistas repartían periódicos donde se explicaba el objetivo de la campaña. Las calles
de las ciudades y los edificios públicos en las aldeas se cubrían de banderas con
eslóganes. Los representantes del Partido, los líderes de las asociaciones vacinales y los
jefes de las unidades de trabajo (danwei), estructuraban gran parte df la vida social en
China. Mucha gente incluso vivía en casas provistas por las danwei. Esta compleja
estructura desplegaba sus tentáculos a todos los rincones del país, asegurando nutridos
contingentes para las manifestaciones progubernamentales o para aquéllas realizadas
para linchar a los "enemigos del pueblo", los chivos expiatorios que contribuían a
mantener el orden; que servían de ejemplo para aquellos que pensaban en criticar al
régimen. Cfr. Jeffrey N. Wasserstrom, op. cit., p. 50.
100
Michael Mann, El lado oscuro de la democracia. Un estudio sobre la limpieza étnica,
trad. Sofía Moltó Llorca, Valencia, Universitat de Valencia, 2009 (Iaed. en inglés, 2005),
p. 383.

55
Jorge Federico Márquez Muñoz

de militantes, tenían a su cargo el control de varios pueblos, donde


se enfrentaban a poblaciones hostiles, aún dominadas por los
terratenientes y sus matones,

que contaban con redes de influencia en todos los estratos cam-


pesinos. Incluso los campesinos que no se sentían en deuda con el
terrateniente, eran prudentes. Ya habían presenciado los flujos y
reflujos de la guerra civil. ¿Y si el KMT, los japoneses o los caudillos
militares locales volvían?101

En su novela autobiográfica TheDragorís Village: an


Autobiographi-cal Novel ofRevolutionary China,102la escritora
Yuan-tsung Chen describe lo mucho que desconfiaban los recién
empoderados campesinos chinos de los agitadores comunistas, que
los invitaban a desfogar sus frustraciones contra sus antiguos amos.
En las aldeas se daban episodios en los que las milicias llevaban
asnos, cerdos o gallinas de los viejos terratenientes, de una casa a
otra, pidiendo a la gente que se los quedara, pero nadie los quería
porque temían represalias futuras.
El limitado número de los militantes comunistas obligaba a que,
para tener éxito, las campañas masivas lograran hacerse de más
apoyo de la gente. Para atenuar el temor que aún provocaban los
antiguos patrones, los comunistas organizaron a los aldeanos como
si se tratara de un ejército, les dieron nombramientos improvisados
y cuando era posible, algunas armas, para hacerles creer que ahora
formaban parte de una milicia. La estrategia funcionó y en lugar de
dóciles trabajadores, ahora había verdaderos dragones, ambiciosos
y vengativos. Todo estaba organizado como una campaña militar.
El linchamiento masivo comenzó:

101
ídem.
102
Nueva York, Penguin Books, 1981, pp. 97-111.

56
SOCIEDAD, VIOLENCIA y PODER • TOMO II

una multitud podía reunirse para hacer inventario de la casa del


terrateniente más próxima. Los militantes podían apartar a los que se
aferraban a sus casas, echarles abajo la puerta o abrir sus tiendas de
comestibles. Después, la multitud iniciaba el saqueo, alegando que
aquello sólo era el pago por lo que el señor les había robado durante
muchos años. El señor y su familia sufrían una humillación [...]
mientras se encogían de miedo en el patio [...] Los vecinos podían verse
involucrados en campañas de disturbios y acabar atacando a los
matones de los terratenientes, a los crueles o corruptos colaboradores
del KMT, O a los japoneses. Al villano principal lo ejecutaban y a sus
acólitos los intimidaban o expulsaban [...] A esos odiados personajes los
juzgaban en la plaza del pueblo y los vecinos los acusaban y los
sentenciaban, porque desahogarse [...] incrementa la conciencia de clase
de las masas y refuerza la minuciosidad de nuestro trabajo.103

Los más entusiastas militantes de la causa comunista, quienes atacaban a la


religión y se daban a la expropiación usando la fuerza, se aventuraban en
las acusaciones y tomaban la iniciativa en los linchamientos; se
convirtieron en los líderes. En unos cuantos meses gran número de
campesinos se les había unido; con ello se amplió el alcance de la
redistribución y ésta se convirtió en una gran venganza contra los
terratenientes, reales o imaginarios.

En septiembre de 1951, se había acabado la redistribución de las tierras


entre 400 millones de personas, el 80 por ciento de toda la población
rural. Llegó a más del 90 por ciento el año siguiente. Los nuevos líderes
locales fueron mayoritariamente de los estratos de campesinos pobres y
de clase media [...]
Fue la revolución de clases más masiva de la historia y por supuesto
acarreó muchas matanzas. La eliminación de la clase terrateniente fue
una iniciativa de las élites. Pero el hecho de que
103
Michael Mann, El lado oscuro de la democracia, op. cit., p. 384.

57
Jorge Federico Márquez Muñoz

hubiera asesinatos masivos y elementos de clasicidio se debió sobre


todo a la amargura y la rabia del campesinado pobre que entonces
dominaba las bases del partido. Los terratenientes nunca habían
sido populares y se mantuvieron en su puesto gracias a la rutina,
las influencias y la coacción.104

Millones de estos expropiadores y asesinos no estaban realmente


ligados al partido por la ideología; sin embargo, el partido
aprovechaba su experiencia e intereses para generar un gran
movimiento que daba la sensación de que se estaba haciendo
justicia.

Los terratenientes, los campesinos ricos y sus clientes más pobres


fueron asesinados tan pronto como los campesinos se sintieron a
salvo. A algunos los mataron por resistirse, a otros por resentimien-
tos, ajustes de cuentas o reuniones tácticas que acabaron convertidas
en palizas y después en ejecuciones. Torturaron a los terratenientes
para que revelasen el paradero de sus bienes ocultos. El PCC
denunció en repetidas ocasiones la violencia ilegal, [...] Pero en
la mayoría de las poblaciones, el proceso incrementaba el orden y
cimentaba el apoyo al sistema de clases defendido por el partido
estatal entre los estratos de campesinos pobres y de clase media.
El clasicidio contribuyó a la transformación de las clases sociales y
a la construcción del estado.105

En los primeros años de la revolución, hubo más de un millón y


medio de muertos, quinientas mil ejecuciones y cinco millones de
condenados a los campos de trabajos forzados. Esta matanza no fue
premeditada, no obstante, los dirigentes reaccionaron con
indiferencia, pues las víctimas eran enemigos del proletariado. Una
vez estabilizada la situación, la discriminación contra los enemigos
del partido sustituyó al clasicidio y la jerarquía,

104
Ibidem, p. 385.
105
ídem.

58
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

al sacrificio directo: entre 1946 y 1949, se definió que la "clase


revolucionaria" eran los militantes y simpatizantes del partido, o
quienes pudieran probar que eran obreros o campesinos; para ellos
había una serie de privilegios que sus hijos y nietos heredaban.
Quienes se encontraban del lado contrario, estaban condenados a la
mala reputación y las desventajas sociales; haber sido terrateniente,
colaboracionista, nacionalista o simplemente sospechoso de no
simpatizar con los comunistas significaba un pecado que sólo se
podía borrar tres generaciones después.
Ahora que la antigua clase gobernante había sido eliminada, aún
faltaba reformular la economía para convertirla en socialista. En los
cincuenta y sesenta, los intentos de transformación de la gran
economía campesina china fueron un fracaso; a finales de los años
sesenta, el Gran Salto Adelante fue abandonado y se restablecieron
los cultivos familiares. El Partido investigó en las jurisdicciones más
afectadas y radicales y decidió juzgar a ciertos dirigentes por haber
cometido errores; no obstante, sólo fue expulsado el cinco por ciento
de los acusados; un puñado de ellos fue ejecutado públicamente y
aunque todos eran funcionarios de bajo rango, hicieron de chivos
expiatorios.
Unos 25 millones de personas, de entre una población total de
650 millones, murieron a causa de estos errores. Las provincias
dominadas por los radicales tuvieron tasas de mortalidad el doble de
altas que las otras; la mayor parte de las muertes también estuvieron
ligadas al modo cruento con que se trató a las víctimas desde que
empezó la hambruna, hubo clasicidio y politicidio. A los habitantes
de clase mala se les suministraba raciones de comida inferiores en
los campos de trabajos forzados y eran castigados con mayor
severidad si cometían alguna falla.
El desastre producido por El Gran Salto Adelante redujo el
prestigio del Partido y de Mao. El clan y ^¿instituciones
tradicionales resurgieron con fuerza como protección contra lo que
cientos de millones de chinos consideraban un régimen cruel y
distante.

59
Jorge Federico Márquez Muñoz

En 1966, durante la Revolución Cultural, la cúpula comunista -que


seguía muy dividida- causó un fratricidio al interior del PCC. Éste fue un
movimiento que comenzó

entre losjóvenes militantes de la élite del partido que estudiaban en


institutos y universidades, y animó a Mao a atacar y a eliminar a los
pragmatistas. Mao [...] usó a la Guardia Roja para aplastarlos y
mantener el rumbo de la revolución. [...] Los jóvenes Guardias Rojos
llevaron la ideología de los enemigos de clase al partido [...]. Su teoría
de la rojez natural reavivó la importancia de las clases rojas y buenas y
las clases negras y blancas. Las cinco categorías rojas, hijos de obreros,
campesinos, soldados, dirigentes revolucionarios y mártires, se
enfrentaron a las cinco categorías negras, hijos de terratenientes,
campesinos ricos, contrarrevolucionarios, criminales y derechistas
[...]. A medida que la persecución y el contraataque se intensificaban,
tanto radicales como conservadores se alzaron en armas. Eso provocó
un baño de sangre [...], la interrupción de las comunicaciones y de la
producción, e incluso la posibilidad de acabar con el orden público y de
fragmentar el ejército, algunas de cuyas unidades se unieron a los
radicales. Mao, asustado [...] traicionó a los Guardias Rojos. Ordenó al
ejército que reprimiera a los radicales. Entre 400.000 y un millón de
personas fueron asesinadas, casi todas militantes del PCC y
mayoritariamente jóvenes radicales asesinados por armas de fuego del
ejército. Nadie se había propuesto que eso sucediera. Ocurrió porque la
división produjo una disgregación temporal del partido único del
Estado."*

Durante la Revolución Cultural el Partido purgó a muchos de sus


dirigentes originales y asesinó a una generación de jóvenes que podría
haber revitalizado los liderazgos locales; desde ese momento el régimen
renunció a cualquier tipo de movilización, temía la acción radical y la
división interna, los campos de trabajo forzado o de concentración
perduraron pero la cantidad

Ibidem, pp. 391-391. .60


1,16
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

de asesinatos disminuyó. En adelante, el régimen aplicó sólo una


represión selectiva.
Además de la violencia interior, el régimen comunista tenía
enemigos externos, lo cual se ejemplificó con el movimiento de
Resiste a Estados Unidos y la campaña de apoyo a Corea: con ella,
Mao buscaba consolidar la reputación del Partido Comunista como
una organización patriótica resuelta a asegurar que China nunca
volviera a ser controlada por potencias extranjeras.
El Partido Comunista contribuyó con enormes cantidades de
soldados para Corea del Norte. Según Mao, el resultado de la guerra
fue una victoria, porque los comunistas lograron evitar que Estados
Unidos tomara la totalidad del país; el costo fue de más de un millón
doscientos mil muertos en batalla. Después, los chinos intervinieron
con armas y recursos en las guerras de Viet-nam, primero contra
Francia y luego contra Estados Unidos;107 estas guerras y el régimen
comunista posterior, apoyado por China, costaron la vida a más de
dos millones de vietnamitas.108
En el Tíbet, espacio fronterizo para China, las cosas también han
sido sangrientas. El espectáculo sacrificial en forma de represión
ejemplar ha tenido un gran costo.109
Los chinos tratan a las otras minorías con menos severidad. En
Xinyiang, ha habido represión intermitente de una resistencia
islámica que sobrevive hasta la fecha.110 La población

'"' Cfr. Paul Johnson, Tiempos modernos, op. cil., p. 635 y sigs.
"ISCfr. Matthew White, op. cit., consultado el 29 de agosto de 2012.
,m
"La región, aunque durante mucho tiempo estuvo subordinada al imperio chino, tuvo un
periodo de relativa autonomía que finalizó en 1950, con la llegada del ejército chino. Esta serie
de ciclos de represión y resistencia culminó en 1959 con una escalada masiva de la represión y
la huida de 100.000 tibetanos y del joven Dalai Lama a la India. Allí también había hambre y
la reacción del PCC fue especialmente cruel [•••] 500.000 tibetanos murieron, uno de cada seis
habitantes [...] El genocidio cultural [...] en el Tíbet se tradujo en la destrucción de la mayoría
de sus templos". Michael Mann, El lado oscuro de la democracia, op. cit., p. 392.
"" Enjulio de 2009 en Xinjiang, miembros de la minoría uigur se quejaron de discriminación
y racismo por parte de los han. Los han por su cuenta, argumentaron que los uigurs son unos
malagradecidos. La tensión en esa región es tremenda. Las protestas de los uigur llevaron a
campañas retaliatorias de los han. Los han y los uigur que han vivido durante décadas en paz,
ahora se miran con sospecha.

61
Jorge Federico Márquez Muñoz

mongola está en crecimiento. En ningún otro caso, además del


Tíbet, ha existido la intención de politicidio o genocidio. Los Han
son más del 90 por ciento de la población y se consideran
portadores déla modernidad; además, creen que podrán asimilar,
con el atractivo civilizacional, a unas minorías tan pequeñas que no
son una arnenaza.
En el Tíbet, el PCC se enfrentó a una minoría organizada, una
teocracia gobernada por una jerarquía de lamas. Estos sacerdotes
eran el 25 por ciento de la población; cada uno de ellos contaba con
propiedades y un ejército propio. La gran mayoría de los tibetanos
que no eran pastores nómadas trabajaban en propiedades de los
lamas.

El PCC creía que estaba liberando a los tibetanos [...] Expropió las
propiedades de los monasterios y redistribuyó sus tierras [...]. Llevó
escuelas laicas y hospitales [...] Pero uno de cada siete tibetanos fue
considerado enemigo de clase en comparación con uno de cada
20 de China. La mayoría de los ataques se perpetraron contra los
lamas, sus monasterios y sus soldados y pastores nómadas. [...] El
núcleo de la matanza tibetana no fue el genocidio [...], sino el
politicidio, dictado por la necesidad del régimen de derrocar a un
Estado rival [...] Algunas de [las] reformas [del PCC] fueron
populares; la teocracia era opresiva. Pero la reforma llegó ligada a
las desastrosas políticas económicas -[como] el Gran Salto
Adelante- Los nómadas tibetanos fueron colonizados y colecti-
vizados a la fuerza [...]; los nómadas y los antiguos campesinos
de los monasterios fueron obligados a cultivar grandes cosechas
extranjeras de las que no obtenían nada. Esa economía colecti-
vizada fracasó [...] Los tibetanos tenían capacidad organizativa
para rebelarse colectivamente. Se agruparon alrededor de sus
lamas. La represión china se intensificó y el PCC se mostró más

Pero es claro que hay medidas tomadas desde Beijing que contribuyen a esta
tensión. Por ejemplo, las facilidades que ha dado el gobierno a los han para que se
enriquezcan en esa región.

62
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

indiferente con el hambre y las muertes de los campos de trabajo.


Finalmente, el conflicto se calmó por el fracaso de la Revolución
Cultural y la subsiguiente moderación de los regímenes chinos.
El último brote de represión serio tuvo lugar en 1989.111

10. ¿El fin del encapsulamiento?

Una de las primeras campañas nacionales fue llevada a cabo en 1950,


para hacer conocer y aplicar la Nueva Ley de Matrimonio. Éste era
una de las primeras instituciones que el nuevo régimen debía
reformar, dada la importancia que la familia tenía para el viejo
modelo confuciano. Se trataba de emancipar a las mujeres, dado que
las normas tradicionales exigían a las viudas mantenerse castas, a las
niñas atar sus pies para disminuir su tamaño112 y daban sólo a los
hombres el privilegio de presentar exámenes para el servicio de
gobierno.
Los comunistas, al introducir un nuevo sistema de matrimonios
en el cual los ancianos ya no tenían un rol fundamental en la
determinación de quién se casaría con quién, dieron a cientos de
millones de personas la libertad de decidir.113 Sin embargo, el
matrimonio arreglado no ha sido del todo abolido y el clan sigue,
hasta la actualidad, teniendo gran influencia para millones de chinos.
Pese a la guerra civil, las políticas revolucionarias y luego la
transición al capitalismo, la familia continúa teniendo un papel clave
en la sociedad china;114 la brutalidad en contra de
11
Michael Mann, El lado oscuro de la democracia, op. cit, p. 393.
112
Una medida dolorosa para limitar su movilidad física. Cfr. John King Fairbank,
op. cit, p. 213.
113
Cfr. Jeffrey N. Wasserstrom, op. cit., p. 51.
114
"Donde fracasó el maoísmo fue en la imposición de comportamientos que van en
contra de esta filosofía, como la Revolución cultural; el tratar de sustituir los valores
familiares por los del Partido fue un fracaso y provocó una fuerte oposición. Aún
hoy el respeto a los padres predicado por Confucio está profundamente arraigado
en la familia china". Loretta Napoleoni, Maonomics. La amarga medicina china contra
los escándalos de nuestra economía, trad. Francisco Martín Arribas, Barcelona, Paidós,
2011 (Iaed. en italiano, 2010), p. 154.

63
Jorge Federico Márquez Muñoz

las mujeres ha disminuido, pero el individuo continúa estando


subordinado al guanxi.
En segundo lugar está el desencapsulamiento provocado por la
anarquía de la revolución, cuyas fuerzas desconocen las jerarquías
tradicionales. Pero aquí, una vez más, el desorden fue sólo temporal:
en la China maoísta siempre existió la tensión entre movilización y
orden, pero una vez que el líder supremo fue perdiendo poder, la
tendencia fue más hacia el orden, mantenido muchas veces a través
del terror, y otras, del estímulo que otorgaban los chivos expiatorios
y la estabilidad misma.
En la China posmaoísta destacan las reformas de Deng
Xiapoing, con las cuales se introdujo

una serie de estímulos para el crecimiento. El régimen de comunas


agrícolas fue el primero en ser modernizado. Ahora, los campe-
sinos pueden vender parte de la cosecha en vez de hacerla llegar
entera a los almacenes del Estado, una reforma que representa
un tímido paso hacia la propiedad privada. El experimento dio
resultado, la producción agrícola aumentó y con ello una serie
de mercancías quedaba disponible en los mercados urbanos. En
este punto entra en escena la movilidad laboral. Se permitió a los
campesinos viajar a pequeñas ciudades para vender sus produc-
tos agrícolas, y pronto sería factible también trabajar fuera de la
propia aldea.115

A finales de los años setenta, Deng instauró en Shenzhen la primera


Zona Económica Especial, donde las reglas de producción
comunistas desaparecieron para atraer inversiones extranjeras.
Comenzaron así las primeras inmigraciones, pero estos cambios no
provocaron desequilibrios económicos ni sociales graves, pues su
introducción fue gradual.
Al inicio, las migraciones del campo a la ciudad estaban
reguladas hasta en los más mínimos detalles. Esta situación
1,5
Ibidem, pp. 46-47.

64
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

no cambiaría sino hasta la segunda mitad de los años ochenta,


cuando se flexibilizaron las normas de desplazamiento; en 1990,
eran seis millones los trabajadores migrantes en China; en 2008, tras
cinco años de libre circulación por el territorio, eran ya doscientos
millones de trabajadores migrantes. Ésta, aunque es la mayor
migración en la historia de la humanidad, no ha provocado estragos,
todo ha ocurrido de un modo bastante ordenado.116
Si, en Occidente, el desencapsulamiento se ve regulado por la
banalización de las pasiones, los chinos tienen sus propios medios de
regulación del yo. En lugar del individualismo que vincula al
egoísmo con el narcisismo, los chinos calman los ánimos
destructivos con la siguiente fórmula: una dosis de disciplina
confuciana, otra de sentimiento sacrificial por la propia familia y una
más de temor a las severas leyes de su país.
Sin duda que las primeras décadas de capitalismo en China han
beneficiado enormemente a las empresas extranjeras, pero el
beneficio que se ha generado hacia otros actores es también muy
grande. El poder colectivo de los chinos ha crecido a pasos
agigantados.
El desencapsulamiento chino también ha implicado una lógica
sacrificatoria, pero se trata de un sacrificio recubierto de
expectativas:

Las desigualdades económicas que el nuevo sistema necesariamente


provoca [...] son una herejía para la sociedad comunista. Para que
los chinos lo traguen, Deng acuña nuevos lemas, diametral-mente
opuestos a los maoístas: Dejemos que algunos se hagan ricos antes
que otros y después les ayuden a hacer lo mismo [...] La fórmula
funciona y los chinos abandonan la lucha de clases por la del mer-
cado, aun a riesgo de ser discriminados económicamente, porque
lie "Abrir China en 1989, como sucedió en la URSS, habría causado hambre y caos.
La primera en hundirse habría sido la agricultura, seguida de la industria, y 900
millones de personas se habrían encontrado desvalidas de un día para otro". Ibid., p.
108.

65
Jorge Federico Márquez Muñoz

gracias al incentivo del beneficio esperan ser de los primeros en


enriquecerse.117

11. Balance del régimen de la revolución china

En la actualidad, en algunos lugares como Nepal, las guerrillas


siguen considerando los escritos de Mao como textos sagrados;
pero en general, afuera de China se piensa en el líder comunista
como en una especie de Hitler.
Los críticos de Mao lo consideran responsable de 70 millones de
muertos; pero ésta es una cifra cuestionable; culparlo por todos
aquellos que murieron durante la hambruna del Gran Salto
Adelante es un exceso, también lo es condenarlo por cada muerte
producto de las purgas y campañas masivas que se llevaron a cabo
en los cincuenta, sesenta y hasta mediados de los setenta; tampoco
parece apropiado señalarlo por los muertos de la Revolución
Cultural.
A pesar de todo, de las guerras, el clasicidio y el politicidio
regionales y selectivos, en el periodo en el cual Mao estuvo en el
poder, la expectativa de vida de los chinos aumentó de 35 a 70 años,
mientras que el analfabetismo declinó de 80 a 10%.
Mao quería controlar a su gente, lo que significaba controlar
tanto el medio ambiente -rural y urbano-, como las mentes de su
pueblo. Los chinos fueron forzados a adoptar la visión utópica y su
versión de la historia. "En cierto modo Mao convirtió China en un
parque temático grotesco, en donde todo lo visto, dicho o escuchado
se debía adaptar a sus fantásticos dictados [...] Todo parque
temático es una utopía controlada, un mundo en miniatura, en
donde todo puede ser hecho para verse perfecto".118

117
Ibid., p. 77.
118
Ian Buruma, op. cit., consultado el 4 de junio de 2011.

66
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

Después de Mao, llegó Deng Xiaoping, quien durante las últimas


dos décadas de su vida se convirtió en el líder máximo del Partido
Comunista. Deng inyectó una fuerte dosis de liberalismo a la China
comunista, reemplazó la visión radical de Mao por la suya propia. Él
también era un líder comunista, sin ningún gusto por la cultura
tradicional, el pensamiento libre ni el capitalismo; pero se percató de
que necesitaba de las empresas privadas para modernizar a su país.
Aún así, la liberalización debía hacerse ordenadamente y bajo el
control riguroso del Partido Comunista,
Lo que Deng decidió hacer fue crear modelos de ciudades
costeras capitalistas mediante un diktat gubernamental; estas zonas
estarían apartadas, lo más posible, del resto de China, para mantener
así la contaminación limitada y la influencia controlada.

Los enclaves de Shenzen y otras Zonas Económicas Especiales


fueron construidos como parques temáticos del capitalismo, cuya
arquitectura y paisaje sólo siguieron, hasta cierto punto, las
necesidades sociales y económicas propias de las liberalizaciones.
En primer lugar, estas ciudades debían parecer ciudades de ne-
gocios, prósperas, aún si sus rascacielos estaban semivacíos [...]
Las grandes ciudades, especialmente las portuarias, son ventanas
al mundo. Son la intersección de lo local con lo extranjero, en
donde la gente de todos los credos y razas intercambian mercan-
cías e ideas.119

El arquitecto de las políticas de "Reforma y apertura" también llevó


a cabo las negociaciones con Margaret Thatcher para la devolución
de Hong Kong, que se efectuó el Iode julio de 1997; además, en
materia de política exterior, Deng consiguió la normalización de las
relaciones con Estados Unidos y fue el responsable de restablecer
los vínculos con Moscú.
119
ídem.

67
Jorge Federico Márquez Muñoz

Las políticas económicas de Deng fueron muy exitosas, sus


reformas intentaron atemperar la ideología comunista con ensayos
limitados de empresa privada, medidas para atraer inversión
extranjera y una reducción parcial del Estado sobre la agricultura y
la industria. A este modelo se le llamó Socialismo con
Características Chinas y consiste en que el Estado controla aún gran
parte de la economía, pero deja espacio para la iniciativa privada y
la descentralización.
Para comprender la magnitud del éxito de este modelo, cabe
mencionar la comparación realizada por Amartya Sen entre India y
China: en la actualidad, en la segunda nación, la expectativa de vida
es de 73.5 años, mientras que en la primera es de 64.4; la mortalidad
infantil es de 50 por cada mil en el subcontinente y en el gigante
asiático es de 17; la media de años de estudio es de 4.4 en India, y
7.5 en China; la tasa de analfabetismo adulto es de 34% y 6 %
respectivamente; el gasto en el sector social -salud, educación,
nutrición, etc.- ha crecido mucho en India, pero de todos modos está
muy por detrás de su competidor.120
Pese a lo anterior, China tiene desventaja en cuanto a la política.
En India hay entusiasmo por la democracia, aun entre las clases
bagas. India tiene la mayor cantidad de periódicos en circulación en
el mundo; cuenta con 360 estaciones de televisión independientes;
estos medios expresan la pluralidad de la sociedad, la libertad de
expresión contribuye a la democracia y también es un bien
atesorado por la gente. India tiene ventaja en cuanto a los castigos
para la aplicación de la justicia: el gobierno chino ejecuta a más
gente en una semana, que toda la que ha sido ejecutada en India
desde 1947.
Lo que un sistema democrático logra en materia de justicia
social depende de qué tanto las demandas sociales se convier-
120
Por ejemplo, su gasto en salud es cinco veces más grande que en India. Claro que
China tiene un PIB y una población más grande que la de India. Pero incluso en
términos relativos China lleva ventaja. Su gobierno dedica el 2% de su PIB a salud e
India sólo el 1%.

68
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

ten en asuntos políticos. Algunas de estas demandas se vuelven


importantes rápidamente, como un desastre natural o una hambruna;
mientras otros problemas menos espectaculares y menos inmediatos
son más difíciles de procesar. Es complicado que el sistema político
solucione la desnutrición que no es extrema o la desigualdad de
género, o la ausencia de servicios médicos para los marginados. El
éxito o fracaso en estos casos depende del grado y vigor de las
prácticas democráticas. En años recientes, la democracia de India ha
logrado algunos avances en estas cuestiones. Las protestas públicas
en contra de las decisiones de las cortes de justicia y contra la
censura han tenido efectos positivos; aunque claro está, las reformas
son aún insuficientes.
En China, en cambio, el proceso de toma de decisiones depende
casi por completo del politburó, que no está sometido a mucha
presión pública. Los líderes chinos, pese a su escepticismo hacia la
democracia pluralista, se han propuesto seriamente luchar contra la
pobreza, la desnutrición, el analfabetismo y la ausencia de servicios
de salud; y esto ha traído avances; sin embargo, hay importantes
fragilidades en los gobiernos autoritarios, pues no hay mecanismos
correctores o supresores cuando se toman malas decisiones.
Este peligro pudo verse en la catástrofe de la hambruna china
entre 1959-1962, que mató a más de treinta millones de personas:
como no había presiones públicas, la política errónea se mantuvo
durante tres años más. Otro ejemplo son las reformas económicas de
1979, cuando el gobierno chino eliminó el derecho universal a los
servicios médicos, otrora administrados por las comunas; mucha
gente entonces se vio obligada a comprar su propio seguro,
reduciéndose así radicalmente la proporción de habitantes con
acceso a los servicios médicos. En una democracia que funciona, la
anulación del derecho a la asistencia social no puede eliminarse tan
fácilmente, el cambio provocó la reducción en la longevidad; las
autoridades chinas, sin embargo, más tarde se percataron de la
dimensión de la

69
Jorge Federico Márquez Muñoz

pérdida y desde 2004, rápidamente comenzaron a reintroducir el


sistema de salud público. Ahora, la cobertura de servicios de salud
en China es más amplia que en India.121
Lo anterior sugiere un contraste interesante entre los avances
chinos y la parálisis de las democracias occidentales frente a los
grandes poderes del capitalismo global:

China ha gestionado el proceso de globalización mejor que las de-


mocracias occidentales. Desde aquel lejano 1989, las condiciones
medias de vida de los chinos han mejorado radicalmente, mientras
que en la Europa del Este y en los territorios de la vecina Unión
Soviética, donde ha arraigado la democracia de tipo occidental,
la pobreza [...] está a la orden del día. Por no hablar de Irak y
Afganistán, donde la exportación bélica de la democracia ha
desencadenado una guerra civil [...]
En Tiananmen, igual que en Berlín, con el grito de democracia
la gente no pedía un régimen idéntico al nuestro [en Occidente],
sino más bien nuestro mismo bienestar. En 1989, los chinos y los
habitantes del Este europeo poco sabían de la democracia occi-
dental [...] Lo que la gente deseaba era la simple mejora de las
condiciones económicas que, a la vista de la riqueza del Occidente
democrático, confundían con un cambio de régimen político. La
idea de que bastaría con abrazar la democracia para ser ricos
estaba muy generalizada.122

En términos políticos, el modelo sacrificial chino continúa siendo


muy severo. En 1979, Deng permitió mayores críticas al régimen,
pero, al igual que en el periodo de las Mil Flores, una vez que
florecieron los críticos, el gobierno los encarceló. El levantamiento
de Tiananmen fue secuela de una ola de protestas anteriores en los
espacios universitarios. Los jóvenes

121
Cfr. Amartya Sen, "Quality of life: India vs. China", The Nexo York review ofbooks,
05 de diciembre de 2011, WWW.nyrb.COITI, consultado el 03 de febrero de 2012.
122
Loretta Napoleón!, op. cit., p. 18.

70
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

implicados querían más libertades y se sentían frustrados con


algunos aspectos de las universidades, como la petición compulsiva
de calistenia y la molestia por la mala comida de las cafeterías;
además, querían representantes universitarios elegidos mediante
votación directa y no por el Partido.
Esas manifestaciones masivas se contagiaron a varias ciudades
chinas, en diciembre de 1986. La mayoría de los disturbios ocurrió
en Shangai y terminó a principios de 1987, cuando los estudiantes de
Beijing hicieron su marcha de Año Nuevo a la Plaza de Tiananmen.
Hubo algunas protestas aisladas en 1988; pero el resurgimiento de
un verdadero movimiento llegó a mediados de abril de 1989, cuando
había planes para recordar las protestas del movimiento 4 de Mayo,
en su octogésimo aniversario.
Casualmente, la muerte de Hu Yaobang123 a mediados de abril
abrió una ventana a los estudiantes. Al haber sido un oficial de alto
rango del ejército, el gobierno no pudo evitar que se reunieran
multitudes para despedirlo en sus funerales, pero los jóvenes
convirtieron la ocasión en un encuentro político, en el que se
lamentaban que un hombre bueno hubiera muerto mientras hombres
malos mantenían el poder.
Una diferencia clave entre las protestas de 1986-1987 y las de
1989 es que ahora se trataba de un movimiento que trascendía a los
estudiantes, pues se habían unido miembros de muy distintas clases
sociales. En las marchas destacaban los obreros, que exigían el fin
de la corrupción.
El apoyo de otras clases sociales a los estudiantes alcanzó su
cénit durante una huelga de hambre, un acto con un potencial
simbólico poderoso, pues los banquetes de los altos funcionarios del
gobierno eran condenados por el pueblo como actos de egoísmo.
Con esta protesta, los estudiantes parecían demostrar que su
compromiso con el bien común era mayor que el de la

123
Quien era un héroe para los estudiantes, pues había mantenido una línea favorable a ellos
durante las protestas de 1986 y 1987. Lo cual le costó la censura del Partido.

71
Jorge Federico Márquez Muñoz

oligarquía gobernante, incluido Deng. Decenas de miles de per-


sonas tomaron las calles, marcharon en las avenidas principales de
Shangai y Guangzhou, mientras millones se dirigían hacia Beijing.
La mayoría de los cientos de asesinados en junio por la represión
gubernamental no fue de estudiantes.124
1989 fue un año que presentó enormes desafíos para el Partido
Comunista Chino. Por una parte, estaba la ominosa caída de los
regímenes socialistas en Europa. En esa tónica surgió la ola de
protestas que llevó a millones a la plaza principal y las calles de
Beijing, y a cientos o miles a los distritos centrales de otras
ciudades. El Partido sobrevivió gracias, en buena medida, a que
Deng y los altos jerarcas del partido tomaron una serie de medidas
drásticas: específicamente ordenaron la Masacre del 4 de Junio de
1989; comenzó también una campaña de arrestos masivos y
degradaron primero y pusieron bajo arresto domiciliario después, al
peligroso disidente Zhao Ziyang. El otro evento clave de 1989 fue
el ascenso al poder de Jiang Zemin, el líder de Shangai que
demostró que tenía la habilidad para mantener el orden contra los
manifestantes usando poca fuerza.
Una de las razones de que Deng y Jiang fueran capaces de
mantenerse en sus posiciones, y de que Hu Jintao y la élite china
mantuvieran el poder, es en parte que aprendieron de los traumas
sufridos por los países comunistas que llevaron a cabo la transición
liberal.
He aquí otros cuatro factores que mantienen al Partido Comu-
nista con el control del país: primero, se ha llevado a cabo un pro-
ceso de cooptación de los grupos tradicionalmente disidentes.125 En
segundo lugar, el régimen siguió una estrategia de educación
124
Cfr- Jeffrey N. Wasserstrom, op. cit.yp. 76.
125
Los empresarios, quienes se sentían frustrados por el poco respeto con el que
eran tratados y la poca influencia que tenían sobre las decisiones políticas, y que fue
ron una de las fuerzas mejor organizadas durante las protestas de 1989, ahora son
bienvenidos al Partido. Los intelectuales cuentan ya con mayor acceso a libros y
revistas. Y el gobierno ha renunciado a la microadministración de la vida cotidiana
en los campuses universitarios, lo cual ha disminuido considerablemente el enojo
de los estudiantes. Cfr. Ibid., p. 78.

72
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

patriótica que enfatiza la historia antiimperialista del Partido.126 En


tercer lugar, el gobierno ha trabajado muy duro para elevar los
niveles de vida y fortalecer el consumo en las grandes ciudades; esto
es algo que ninguno de los países ex comunistas ha logrado hacer.127
Finalmente, el régimen ha adoptado una estrategia relativamente
flexible hacia las nuevas protestas, estrategia que ha servido para
prevenir la integración de un solo movimiento extenso.128 Así,
vemos cómo China intenta reducir el sacrificio en

126
Como otros regímenes de partido comunista -como Corea del Norte, Vietnam
y Cuba- y a diferencia de aquéllos que cayeron en 1989 -incluidos los de Polonia y
Hungría- China se hizo comunista a través de una lucha de independencia. Cfr. Ibid.,
p. 79.
127
El argumento en contra del comunismo que tenían los habitantes de Berlín Orien
tal de que más allá de la muralla, en la misma ciudad, se podían comprar mejores y
más cosas, lo esgrimían los habitantes de Shangai a propósito de Taipéi, en Taiwán.
Pero la desigualdad entre estas regiones ha desaparecido. Ahora el régimen comunista
ya no sólo tiene a su favor el argumento de la superioridad moral del socialismo sobre
el capitalismo, sino que además, lo es en el ámbito de producción material. Cfr. Ibid.,
p.80.
128
Mao ya había dicho que una simple chispa podía convertirse en un gran incen
dio. Y los gobernantes chinos no gobiernan un país donde los conflictos son poco
comunes, por el contrario hay miles de protestas cada año. Han aprendido a tenerlas
bajo control mediante múltiples tácticas.
Las autoridades suelen usar métodos muy violentos para suprimir las protestas y
después, limitan la información al respecto. Pero no siempre es éste el caso. En ocasiones
incluso, el gobierno castiga a los oficiales locales que son acusados en las protestas.
El cálculo del gobierno para decidir qué tipo de respuesta llevará a cabo es muy
complejo. En ocasiones se reprime, en otras no. Aveces se bloquea toda la información y
a veces sólo una parte de ella.
La violencia de la represión está relacionada con factores como los siguientes: si se
trata de movimientos de un solo sector, una sola región o una sola causa, la represión es
menor; pero si se trata de movimientos extensivos, el gobierno los considera más
peligrosos y por tanto, la violencia es mayor. Otro elemento a tomar en cuenta es si los
disidentes buscan o no aparecer en la prensa internacional; si es el caso, la represión es
con mayor brutalidad. En general el objetivo es más apaciguar que aterrorizar a las
multitudes.
Si las protestas son en un territorio fronterizo, donde los porcentajes de la
población suelen ser miembros de minorías, la represión es fulminante; lo mismo ocurre
donde las protestas combinan agravios étnicos y económicos.
Finalmente, las respuestas que implican poca violencia pueden ser consideradas
como la adquisición de mayor confianza del régimen en sí mismo. Además, el hecho de
que ahora se permitan más protestas que antes, es también parte de una estrategia: para
que la presión no explote dramáticamente, se le deja salir poco a poco. Cfr. Ibid., pp.
80-81.

73
Jorge Federico Márquez Muñoz

materia económica; pero en términos políticos, considera que debe


mantener la represión en una escala elevada. La pobreza es vista
como una amenaza mayor que la falta de libertades; en términos del
discurso de T. H. Marshall, las autoridades han privilegiado la
tercera dimensión de la ciudadanía por encima de la primera y la
segunda.
Las autoridades chinas consideran que la paulatina apertura
económica se trata del mal menor; en cambio, arriesgar la
estabilidad a cambio de mayores libertades quizá llevara de nueva
cuenta a la anarquía y ésta, a la pobreza.
La última dimensión del sacrificio en China está relacionada con
los recursos naturales y la demografía. Dada la dimensión
poblacional del gigante asiático, se ha calculado la inviabilidad
medioambiental de hacer de cada ciudadano un miembro de la clase
media. Por ello, el gobierno chino ha comenzado dos
transformaciones: inversiones para la instauración de una economía
basada en energías renovables129 y la política de un hijo por familia.
Esta última es la que más polémica ha suscitado. Se trata de un
esfuerzo multifacético para limitar la población. Busca que las
familias chinas tengan sólo uno o dos hijos; una mezcla de métodos
han sido usados para lograr este objetivo, que van desde la
implementación de una campaña de publicidad intensiva, hasta las
leyes regionales que imponen castigos a quienes no las cumplen.
En algunas regiones existe la "policía del periodo", que revisa
que las mujeres no estén embarazadas, y si lo están y la familia ya
tiene dos hijos, recomienda el aborto. Otra medida eugenésica es la
que promueve que haya "menos pero mejores niños": se busca el
nacimiento de niños de etnia han, al tiempo que se inhibe el
crecimiento de los shaoshu minzu, es decir, las cincuenta y cinco
minorías reconocidas oficialmente en China.
Más aún, desde los años ochenta, ha resurgido el infanticidio
femenino, una práctica descartada desde 1949. Asimismo, los
129
Cfr. Loretta Napoleoni, op. cit., p. 161 y sigs.

74
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

abortos suelen ser selectivos de acuerdo al género del feto, lo cual ha


provocado un tremendo desequilibrio en algunas aldeas. El gobierno
chino ha luchado por erradicar la preferencia de las familias
campesinas por los hijos sobre las hijas, pero ese esfuerzo no ha sido
suficiente.130

Cfr. Jeffrey N. Wasserstrom, op. cit., pp. 94-96.

75
INDIA

E
l orden social de India está basado en el sistema de castas, una
forma de estratificación que implica comunidades hereditarias,
especializadas y endogámicas, que jerarquizan poderes, honores
y derechos de acuerdo al grado de pureza. Las relaciones entre
una y otra casta están muy restringidas, pues el riesgo de contagio de
la polución del inferior es tomado muy en serio.131
Toda casta incorpora jerarquías binarias:

las personas con las que se puede comer o tratar y las personas
con las que no, los que entregan esposas frente a los que toman
esposas, los agnados más jóvenes frente a los más viejos, incluso
la subordinación del arrendatario al terrateniente o la del subdito
político respecto del gobernante.132

La casta implica dos aspectos: varna yjati. La primera es una cla-


sificación en cinco rangos en orden descendente: brahmanes,133
kshatriyas,134 vaishyas135, shudras136 y dalits o intocables; estas
131
Incluso las castas inferiores se avergüenzan de su impureza y no dudan de ella.
132
Michael Mann, Las fuentes del poder social 1\ op. cit., p. 497.
133
Sacerdotes.
134
Señores y guerreros.
135 Agricultores o comerciantes.
136
Sirvientes.

77
Jorge Federico Márquez Muñoz

categorías se encuentran en toda India. El jati es un grupo de linaje


local que reproduce todas las características de la casta; hay más de
2000.
El modelo de castas reorganizó el rumbo de los acontecimientos
económicos, políticos y militares de India, al tiempo que contribuyó
a crear un orden jerárquico, aunque no constituyó, en sí mismo, un
Estado.
¿Cómo surgió este sistema? Los pueblos autóctonos de India no
poseían una estructura social de este tipo. Entre el 1800 y el 1200
a.C, los arios penetraron por el noroeste y destruyeron la antigua
civilización del Indo,137 que ya estaba en decadencia; sin embargo,
aun en el periodo de esta conquista, los invasores no conformaban
una organización radicalmente jerarquizada.138
Al igual que los sacerdotes, los guerreros arios tampoco eran una
casta hereditaria ni profesional, sino simples campesinos de clase
alta que usaban arado con bueyes y se dedicaban a la guerra cuando
era necesario. Los primeros pasajes del Rigveda no mencionan la
existencia de ocupaciones hereditarias, ni de separaciones en las
comidas grupales, ni tampoco la prohibición de matrimonios
mixtos.
Pero presenciamos un cambio importante a partir del 800 a.C,
cuando los arios conquistaron el sur de India hasta dominar todo el
subcontinente. Los drávidas opusieron resistencia y esto trajo tres
consecuencias: la consolidación de la dominación sobre ellos;139 la
aparición de estados extensos y dominados por

137
Donde destacaban las ciudades-templo de Mohenjo-Daro y Harappa.
138
Hacia el año 1000 a.C, los Vedas los describen como una confederación tribal
gobernada por una clase guerrera con carros de combate. Sus sacerdotes tenían un
papel relevante en los rituales pero sus atributos no eran hereditarios, sino profesio
nales. Además, no tenían ni el monopolio de los ritos ni el de los sacrificios, pues los
señores y cabezas de familia también podían llevarlos a cabo.
139
A los drávidas, que tenían piel más oscura que los arios, se les explotaba de una
forma normal tras la conquista: eran siervos o esclavos, condición que acabó por
cristalizarse como shudras.
Al principio, a los miembros de la cuarta casta no se los consideraba "nacidos dos
veces", es decir, no participaban en el ciclo de los renacimientos.

78
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

señores que tenían bajo su mando guerreros profesionales;140 y el


auge de los brahmanes141 que oficiaban los cada vez más
importantes rituales sacrificiales, lo mismo en las ciudades que en
las aldeas.
En ese momento no habían nacido las castas aún, pues muchos
sacrificios implicaban momentos festivos de redistribución que
unían a los diversos grupos. No obstante, en la relevancia del
brahmán vemos la construcción de la primera distancia
infranqueable: el sacerdote llegó a verse como superior a los propios
dioses, pues de él dependía el ciclo eterno de muerte y renacimiento.
El del sacerdote es un control ritual, no místico ni doctrinario.
Por otra parte cabe resaltar que, también en esta época, los
señores y reyes se habían convertido en autoridades políticas con
gran poder; su fuerza derivaba de la obediencia a la ley sagrada; sin
embargo, el dharma debía ser interpretado por las autoridades
religiosas: lejos de una teocracia como la sumeria o la egipcia, en
India había una clara distinción de los poderes celestial y terrenal.
140
Los señores-guerreros fortalecieron su status como rango profesional y heredita
rio: kshatriya. La conquista llevó a la conformación de unos estados más complejos.
Todo esto acompañado del desarrollo de armas de hierro, la sustitución del carro de
combate por ejércitos más variados y mejor coordinados de infantería y caballería,
que necesitaban instrucción y administración profesionales.
La diferenciación entre señores, los guerreros y los agricultores arios (vaishyas,
multitud) se hizo cada vez mayor.
141
El crecimiento de reinos más extensos y jerárquicos exigió una forma más hie-
rática de legitimación. Aparecieron misterios de los cuales, sólo podían participar
sacerdotes especializados.
La cosmología se ocupaba de las relaciones entre seres humanos, especialmente de
la obediencia.
Los Brahmanas, a diferencia del Rigveda, que se ocupaba de problemas prácticos de
supervivencia física, eran un comentario esotérico de los rituales mágicos para la
regulación del ahorma (orden divino) y las relaciones sociales.
En esta época los sacrificios adquirieron gran relevancia y comenzó el monopolio
de los brahmanes sobre ellos. La influencia de los sacerdotes sobre la vida cotidiana
puede notarse en el hecho de que hacían falta sacrificios para gran cantidad de ocasiones
rutinarias, como la concepción, el nacimiento, la pubertad, el matrimonio, la muerte, los
contratos, la salida del sol, el mediodía, el atardecer, la toma de decisiones
extraordinarias, etc.

79
Jorge Federico Márquez Muñoz

Como se mencionó, esta diferenciación no implica todavía el


sistema de castas, aunque tendía a él. Si bien los matrimonios
mixtos y las comidas comunales comenzaban a limitarse, eran aún
posibles. La invasión de los arios y la fuerza ideológica de los
brahmanes a través de los rituales hacían que, en toda India,142
hubiera homogeneidad en el estilo de vida, las formas religiosas y
sobre todo, en los prejuicios. Las similitudes ideológicas
trascendían las redes de poder e interacciones económicas, políticas
y militares. El dharma iba más allá de las fronteras: todos los reinos,
aldeas y ciudades lo respetaban; es por ello que también tenía una
función diplomática.143
En India, sin el respaldo de los poderes militares, políticos o
económicos, los brahmanes constituyeron una organización que
controlaba la educación: por todo el país había escuelas védicas
donde se enseñaban himnos y rituales, pero también gramática,
lengua, aritmética, ciencia militar, astronomía, ética y herpetología;
los conocimientos técnicos guardaban estrecha relación con los
significados religiosos; a esos centros asistían, claro está, los
mismos brahmanes, pero también algunos guerreros y campesinos.
Al tiempo que apareció el orden de las castas, el sacrificio
humano fue borrado de la civilización india. Entre aquellos que
desprecian secretamente dicho sistema, es decir, muchos de los
drávidas, el sacrificio humano no fue desterrado por completo, sino
muy tardíamente; existe una clara relación entre el eclipse de las
inmolaciones de seres humanos con el ascenso del hinduismo.144

142
Con excepción del extremo sur.
143
Similar al panteón sumerio o a la cultura de Helias.
144
Cfr- James Frazer, La rama dorada. Magia y religión, trad. Elizabeth y Tadeo I.
Campuzano, México, Fondo de Cultura Económica, 1981. (Iaed. en inglés, 1890),
pp. 494-495.

80
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

1. El fin del sacrificio, pero no de la violencia

Los hindúes sustituyeron a las personas por animales en los sa-


crificios, y hacia el 1200 a.C, incluso la inmolación de animales
estaba ritualizada y rodeada de eufemismos, para no hablar de la
muerte.145 Más aún, el evento central dejó de ser el asesinato de la
víctima propiciatoria y comenzó a ser el ofrecimiento de ciertas
partes de su cuerpo a los dioses.
Posteriormente los animales fueron sustituidos por plantas y
alimentos. El rito llamado purusha-medha, descrito en el Yajurve-da
como la muerte de una víctima propiciatoria amarrada a un palo, en
el contexto upanishádico se convierte en el sacrificio de unos
cuantos vegetales. Otra sustitución de las prácticas sacrificiales la
ofrece la "renuncia" a una parte de las posesiones de uno mismo.
Está también la puja, o adoración a las figuras e imágenes de dioses
que se encuentran en los templos; en lugar de hacer un sacrificio
material para los dioses invisibles, se hace un sacrificio invisible
(palabras) para los dioses visibles. Ningún tipo de violencia es
adecuado para los templos.
En los Upanishadsy en el Chandogya (ix a.C), se prohibe el
sacrificio146 y las funciones de contención de la violencia las lleva a
cabo el ritualismo:

El sacrificio es la arena del conflicto y la alianza, el campo en el


cual se juegan el honor y la posición, el mercado para la distri-
bución de la riqueza; [...] el sacrificio es el centro catastrófico, el
punto de inflexión de la vida y la muerte, en el que cada decisión

145
Algunos términos sustituían la referencia a matar, como labhate: "el que se
apodera de" o samjnpayati, "el que está de acuerdo". El verdugo es llamado shamitr,
apaciguador. La creencia de que el animal no muere, sino que se une al rebaño de
los dioses, se encuentra en el Rig Veda (1200 a.C.) y los Brahamanas (1000 a.C).
Además, era muy importante matar al animal con precisión, rápido y sin dañar las partes
que serían ofrecidas a los dioses.
146
La escuela Vedanta basada en las enseñanzas de los Upanishad, cree que el
mundo es un lugar donde no tiene sentido el conflicto, porque la idea misma de la
oposición es una mera fantasía. El que mata y el que muere son uno mismo.

81
Jorge Federico Márquez Muñoz

es renovadora, aunque se trata de una rueda que gira intermi-


nablemente, en la cual siempre aparecen la victoria, la derrota y
la revancha, el estado de los asuntos humanos aquí y más allá.
Por el contrario, el ritual busca controlar la pasión y la furia de la
contienda sacrificial y mantener sus fuerzas encadenadas.147

De cualquier forma, aún en esta nueva era, el sacrificio se toleraba


excepcionalmente, siempre que fuera llevado a cabo para un fin
sagrado, con las reglas de la compasión, con buenas intenciones y
por una "persona valiosa".148
El intento por extirpar este sacrificio culposo que se realizaba en
los periodos védico y upanishádico continuó. Pero como dice el
Bhagavad Gita (Va.C), aún la inacción es acción: "hasta en la total
inmovilidad perdura la respiración; en el aliento se da el sacrificio;
en el sacrificio se da el mundo".149
Con los Upanishads,150presenciamos el aumento del poder
sacerdotal. En ellos una de las expresiones que más aparecen es
"Ka", "quién sea que sepa esto", la cual hace referencia a un
conocimiento secreto que otorga el poder sobre el mundo. Ka es
quien lleva a cabo el sacrificio del caballo, Ka es el mismo
Pra-japati, encarnado en cada hombre que mata y en cada hombre
que muere; en cada animal que se come a otro o a una planta; Ka
está presente en cada aliento que transforma el aire y por ello mata
lo anterior.151
147
J.C. Heesterman, The Broken World o/Sacrifice: an Essay in Ancient Iridian Ritual,
Chicago, University of Chicago Press, 1993, pp. 2-3.
148
Algunas excepciones a la regla de la no violencia sacrificial son, por ejemplo, "el
sacrificio Jyotistoma, que consiste en matar un animal para Agni y Soma. Esto es per
mitido porque los ritos védicos son completamente puros; son practicados por gente
buena que no recibe ninguna condena por ellos. Más aún, llevar a cabo este sacrificio es
obedecer un mandato divino y no desafiar a los dioses". Francis X. Clooney, "Violence
and Nonviolence in Hindú religious traditions", Contagión, vol. 9 (primavera de 2002),
Loyola University, Chicago, 1996, p. 122.
149
Roberto Calasso, La ruina deKasch, trad. Joaquín Jordá, Barcelona, Anagrama,
2000 (1989, Iaed. en italiano), p. 143.
130
Escritos entre el 1000 y el 300 a.C.
151
Cfr. Roberto Calasso, Ka, trad. Edgardo Dobry, Barcelona, Anagama, 1999 (Ia ed. en
italiano, 1996), p. 156.

82
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

Con su conocimiento sobre el dolor y la violencia, los brahmanes


marcaron su monopolio sobre la educación con ritos iniciáticos152 y
con el dominio de la única lengua alfabetizada: el sánscrito.153 Los
sacerdotes eran también autoridades legales consultadas como
jueces; el orden que protegían brindaba una regulación normativa,
paz y legitimidad en amplias regiones, lo cual convenía a
gobernantes y comerciantes.
El ritualismo brahmánico hace equivalentes a atmanya. brahmán,
e identifica el yo con la realidad cósmica última. La ritua-lización
busca canalizar el flujo de la vida cotidiana en rutinas predecibles y
seguras. En principio, disminuye la posibilidad de los conflictos
sociales, pues las batallas reales son reducidas al interior del yo. Más
aún: los campos de batalla se juzgan ahora como simples
manifestaciones de guerras interiores.154
La tradición upanishádica lleva, así, a la valoración de los bienes
internos sobre los externos, justo cuando ha comenzado la densidad
poblacional. En el recuento de Heesterman, el paso del sacrificio al
ritualismo ocurre con la domesticación, urbanización y
burocratización, que son los antídotos contra el conflicto. Una
sociedad estable tiene más qué ganar con lo predecible y menos con
los excesos de las razzias y el combate. Sin embargo, el ideal de la no
violencia sólo es seriamente perseguido por los brahmanes. A
diferencia de lo ocurrido en China, donde los hombres de
pacificación interna están en el "centro del mundo", junto al
emperador, como filósofos cortesanos, en India se encuentran
afuera-del-mundo, es decir, al margen y por encima de
152
Que se celebran a los ocho, once o doce años de edad, según la casta.
153
Con una excepción: en el noroeste las élites y comerciantes escribían y hablaban
arameo.
134
"Así se debe leer el Bhagavad Gita: aunque el diálogo entre el Señor Krishna y el
guerrero Arjuna ocurre literalmente en un campo de batalla en el cual comenzará una
guerra sangrienta, y aunque el resultado de las enseñanzas de Gita es el comienzo de la
pelea, la tradición generalmente ha visto el Gita como una enseñanza sobre la
transformación interior del guerrero, en quien el descubrimiento de la identidad propia
va acompañada por la expulsión de la ira, el miedo, la ambición [...] y el cese de la
práctica de dividir el mundo en enemigos y amigos". Francis X. Clooney, op. cit., p. 116.

83
Jorge Federico Márquez Muñoz

las instituciones. De cualquier manera, en ambas civilizaciones,


estos hombres son un modelo a seguir.
En lugar de un emperador Hijo del Cielo que parece mirar con
indiferencia ceremonial a su alrededor, en el centro de la sociedad
hindú están los kshastriyas. El emperador chino delega el uso de la
violencia en sus soldados profesionales, mientras que los
gobernantes hindúes son ellos mismos guerreros.
Lo que desaparece con el hinduismo -o al menos se aminora lo
más posible- es la violencia relacionada con los brahmanes y otros
renunciantes, es decir, la violencia religiosa, no la violencia de la
guerra, la política ni la de la policía.
Budistas, jainistas e hindúes renunciantes han reflexionado
sobre la maldad de la violencia, pero también sobre su
inevi-tabilidad, pues el dolor parece intrínseco a la vida: matamos y
comemos lo que matamos para vivir. La finalidad de la renuncia es
separarse de la sociedad asesina-comedora y servir de ejemplo al
resto de la sociedad para hacer lo mismo; se busca el encuentro del
s^feterno, el que nunca mata ni es matado, y que en su forma pura se
mantiene alejado de los asuntos cotidianos de la vida.155

155
"En las leyes de Manu la no violencia [...] está relacionada con el vegetarianismo; por lo
tanto, los animales no deben ser asesinados ni comidos, con la sola excepción de si es para el
ritual sacrificatorio o el ritual del banquete. Los brahmanes están especialmente sometidos a
medidas cautelares para no provocar violencia y más aún lo están los renunciantes; los
estudiantes religiosos o brahamacharins, guardan un voto de no violencia y vegetarianismo;
ambas prácticas remueven el pecado. La no violencia está conectada con una conciencia del
self/atman, tal y como se presenta en todas las creaturas [...]"
"Según las escuelas de teólogos Vedanta y Mimamsa no sólo es un pecado la violencia,
sino que lo es también la intención de la violencia; el dharma es bueno y la mala intención es
incompatible con él [...]"
"Comentarios sobre el rito sacrificial Shyena, que tiene como finalidad hacer daño a los
enemigos, se encuentran en los Sutras de Jaimini (siglo n a.C.) y en el Shabara (siglo n A.D.),
de la escuela Mimamsa. Ahí se discute si estos rituales son favorables al dharma o contrarios.
La conclusión es que son contrarios y deben evitarse, porque hacer daño es algo, siempre
malo (adharma) [...]"
"La escuela de teólogos Vedanta del 500 A.D. en adelante, no tenía ya ninguna duda: la
no violencia es una virtud que se espera de todos los buscadores de la verdad y los
renunciantes". Ibidem, pp. 119-121.

84
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

2. Ascenso de los brahmanes y violencia de castas

A diferencia de los sacerdotes, los kshastriyas, reyes y guerreros


tienen entre sus deberes castigar {dando) a quien cometa una falta;
están compelidos a usar correctamente la fuerza. Como se verá a
continuación, mientras brahmanes, renunciantes y castas bajas están
obligados a evitar la violencia; los miembros de la segunda casta
deben usarla para mantener o restablecer el orden.
Las leyes de Manú, desde el primer siglo de nuestra era,
establecen la justa distribución de la violencia y la no violencia en la
sociedad. Los brahmanes seguirán una vida de pureza, concentrada
en el aprendizaje y la meditación. Las clases bajas no tienen derecho
a usar la violencia, ni la ritual ni la de la vida cotidiana. Los reyes y la
casta de los kshatriyas tienen como obligación proteger al reino y
mantener ordenada a la sociedad. Por ello, como se insinuó antes, son
estimulados para usar con justicia la violencia, pero deben evitar la
violencia guiada por la ira o la ambición.
En el siglo vi a.C, surgieron dos amenazas al poder de los
brahmanes: la primera, proveniente de su propia tradición,156 que
tendía a convertir a los sacerdotes en un poder completamente ajeno
a los problemas mundanos; y la segunda, de los guerreros, que
tendían a apropiarse de los poderes culturales.
Pese a que los Upanishads los llevaban a renunciar a sus poderes
terrenales, los brahmanes dudaron. Por el contrario, aparecieron
también dos tendencias seguidas por algunos brahmanes: el jainismo
y el budismo,157 cuyos seguidores sí estaban dispuestos a llevar hasta
las últimas consecuencias su plan de renuncia al mundo en nombre
de la salvación. Ni el nacimiento, ni la casta, ni los particularismos,
sino solamente la conducta
15(i
Debido a que los Upanishads elevaron, en la búsqueda de la salvación, el ascetismo y
la búsqueda del conocimiento personal por encima de los rituales. Yjustamente el pvider
social de los sacerdotes provenía de su contacto con los laicos. Pero al ser éstos
considerados impuros, este vínculo se hizo cada vez más difícil.
157
Fundadas por Mahavira y Gautama Buda, respectivamente, en el siglo VI a.C.

85
Jorge Federico Márquez Muñoz

ética, hacía a sus seguidores dignos de la redención, más aún,


dignos de ser brahmanes.
El jainismo y el budismo agradaron a los kshatriyas, pues veían
en sus doctrinas la legitimación de su superioridad terrenal. Este
desafío al poder mundano del sacerdocio tradicional se agravó en el
siglo iv a.C, cuando la dinastía Nanda logró poner en campaña un
gran ejército y consiguió un dominio territorial sumamente extenso.
Y en el 321 a.C, la dinastía Maurya incrementó aún más ese poder.
El punto más elevado lo logró entre el 272 y el 231 a.C, cuando
Asoka conquistó toda India.158
Pero el cambio más profundo intentado por los Maurya fue de
orden ideológico. Los reyes se afirmaron como autoridad divina e
incluso se intentó liberarlos de las limitaciones de su propia casta, la
kshatriya. Los Artahshastra, de Kautilya,159 elevaban los decretos
reales por encima del dharma. Por si esto fuera poco, los Maurya no
usaban el sánscrito y eligieron el jainismo y el budismo, credos a los
que consideraban más aptos para la racionalidad formal del
gobierno imperial y el mercado de las urbes.

Se había abierto la vía hacia el desarrollo, fuera en el sentido cris-


tiano -una religión de salvación individual en relación simbiótica
con el gobierno imperial- o en el sentido chino: un sistema de
creencias nacionalistas que apuntalaba al gobierno imperial y de
clase.160

Pero los defensores de la religión védica reaccionaron: para


recuperar a sus adeptos y no perder a quienes aún los seguían, el
hinduismo tomó un cariz sincrético, admitiendo en su pan-

158
El dominio de los mauryas se basaba en grandes ejércitos y empresas centralmen
te coordinadas: riegos artificiales, explotación de tierras vírgenes, pesos y medidas,
derechos de aduanas, impuestos al consumo, control de la minería y la metalurgia,
monopolios estatales sobre productos esenciales como la sal, etc.
159
Quien eran el primer ministro del primer emperador Maurya.
160
Michael Mann, Las fuentes del poder social I, op. cit.tp. 505.

86
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

teón lo mismo a diversos budas, que a los dioses tribales; la


organización ritual local y el sistema educacional161 recibieron un
nuevo impulso.
Para hacer esto posible, los brahmanes combinaron la vida
contemplativa con sus deberes sociales. La vida de un sacerdote
transcurría así: sus primeros treinta y siete años era un asceta
estudioso, convivía con sus profesores y compañeros; después
permanecía solo pero sentado en lugares públicos, en los cuales
filosofaba y aconsejaba a todos los que pasaban; más tarde, se
retiraba a casa de su familia, tomaba esposas y vivía lujosamente
como cabeza de familia, mientras celebraba los rituales en su pueblo.
Hacia el año 200 a.C, la victoria de los brahmanes era ya total y
allí vemos el inicio formal del sistema de castas.162 Esto, debido a
que, tras la muerte de Asoka, el imperio se derrumbó y ningún
gobernante logró controlar directamente más de una región del
subcontinente,163 al tiempo que los sacerdotes afianzaban su poder
local mediante los rituales y mientras las doctrinas salvacionistas
rivales más sofisticadas sólo encontraban adeptos entre algunas
minorías urbanas y zonas periféricas.164
La incapacidad de mantener un imperio cohesionado y la
debilidad de los monarcas, los llevaron, en muchas ocasiones, a
entregar voluntariamente algunos de sus poderes a los brahmanes,165
que eran los notables locales; fue un proceso
161
El sistema educativo de los brahmanes consistía en que el estudiante empezaba
a aprender letras y aritmética a los cinco años. El programa comprendía también "es
tudios de postgraduados" en monasterios que poseían departamentos especializados
en asignaturas como estudios védicos, botánica, transportes y ciencias militares. Era
un sistema con tanto prestigio que el budismo y el jainismo imitaron su organización.
162
El libro de Manu alcanzó su forma definitiva entre el 200 a.C. y el 200 d.C.
163
Debido en gran medida a las dificultades de una geografía montañosa y selvática.
164
Tal fue el caso del budismo, donde las monarquías mismas se adhirieron a él.
165
En el siglo VI, a fines de la era Gupta, los brahmanes ya controlaban, en sus
territorios, el acceso de las tropas reales, el monopolio sobre ciertos impuestos, las
tasas laborales, el sistema de impartición de justicia y la administración. Pero al
mismo tiempo, estaban encargados del desarrollo político y social. Enseñaban a los
campesinos el uso del arado, los abonos y el comportamiento de las estaciones y el
clima.

87
Jorge Federico Márquez Muñoz

de feudalización también visible en otros imperios en decadencia.


El traspaso de poderes persistió hasta la conquista de los mogoles.
En el siglo vn, en la época del rey Harsa, que dominaba el norte
de India y era un gran benefactor de las artes, el feudalismo
religioso alcanzó una magnitud enorme. El monasterio budista de
Nalanda y el centro de enseñanza Valabhi recibían impuestos de
más de doscientas aldeas; el monarca cedió a las autoridades
religiosas cien aldeas, que poseían más de 2,500 hectáreas, como
tributo para tener éxito en una expedición militar; algunos reyes
posteriores llegaron a ceder hasta 1,400 aldeas de una sola vez.
En el año 1000 el poder central se había derrumbado y los
beneficiarios de ello eran los religiosos. Se trataba de un feudalismo
en el cual, a diferencia del europeo, la clase político-guerrera
quedaba cada vez más relegada. Los monjes no estaban obligados a
prestar servicios militares, ni a pagar impuestos por sus tierras. Lo
único que los gobernantes recibían a cambio de las concesiones a los
brahmanes era una pacificación normativa. Esto lo lograban a través
de rituales y con una organización difusa que consistía en introducir
métodos agrícolas, escritura,166 numeración167 y las obligaciones de
los varna, lo cual fortaleció el sistema de castas,168 que terminó por
penetrar extensiva e intensivamente la vida social, familiar,
profesional, gremial y judicial de India.
166
Aunque el papel cotidiano del sánscrito fue decayendo en la medida en que los
idiomas locales se hicieron traducibles entre sí, el sánscrito permaneció como lengua
sagrada.
167
En el siglo III apareció el sistema simplificado que conocemos como números
arábigos.
168
Tal y como explica Manu en su libro, el sistema de castas es una consecuencia del
karma acumulado en las encarnaciones anteriores. El deber esencial de los miembros
de una casta es cumplir su dharma, es decir, las obligaciones que su condición social
le imponen.
El Primer Hombre y Rey afirma que el orden así establecido no es invención humana,
sino sagrada. En el pináculo de la existencia se encuentra el brahmán, quien posee la vida
eterna, no siente ansiedad por la muerte ni tampoco deseos.

88
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

Las castas se encuentran descritas en el Libro de Manuy en los


Dharma Shastras, y ambas fuentes ponen en el centro de la vida
comunitaria la celebración correcta del ritual en manos del brahmán;
la certeza de esta observancia es lo que pacifica a las aldeas y a los
panchayats.169 Estos textos son la única fuente relevante de
conocimientos religiosos, técnicos, científicos, jurídicos y sociales;
explican el origen del universo y el orden social, los ciclos de la vida,
en fin, aportan toda una cosmología.
Por otra parte, en este universo, la función del rey es mantener las
castas, no la de ser un legislador creativo. A partir de la era Gupta,
los viajeros se sorprendían de la paz y armonía en la sociedad hindú,
que contaba con una policía pequeña y sometía a muy pocos a la
justicia penal y al trabajo forzoso. De cualquier manera había
coerción, pues la desviación del varna llevaba a la impureza y al
ostracismo. La unidad de India no se debía a un centro represor, sino
a una cultura represora.170
Los jati no eran unidades autárquicas, por el contrario, se en-
contraban conectadas culturalmente. Los miembros de las castas
más impuras desarrollaban su vida en el marco de sus aldeas,
mientras que los brahmanes se movían con gran libertad de una
comunidad a otra. Además, a escala nacional, hay muchas similitu-
des físicas, lingüísticas y sociales entre ellos; son los protectores de
las tradiciones de los Vedas, los Upanishads, los mitos, las leyendas,
la peregrinación y los rituales.171
Una similitud cultural espontánea no sería capaz de explicar
cómo es que unos sacerdotes locales, en su mayoría analfabe-
169
Consejos locales de las castas y subcastas. Cfr. Louis Dumont, Homo hierarchichus.
The Caste System and its Implications, trads. Mark Sainsbury, Louis Dumont y Basia
Guiad, New York, Oxford University Press, 1999 (Iaed. en francés, 1966), p. 170.
i7o «Ei desarrollo político de la India refiere a un modelo que con frecuencia se opone
al ejemplo chino: un orden político atomizado que alterna con precarias construcciones
imperiales como los imperios Maurya (321-185 a. C.) y Gupta (320-535 d. C.) [...]
Eisenstadt expone la oposición entre la cultura confuciana, orientada hacia las cosas de
este mundo y que por ello valora la función política, y la cultura hindú, orientada hacia
el más allá, que conduce a la contemplación y no a la acción, y que resta valor al orden de
lo político". Bertrand Badie y Guy Hermet, op. cit., pp. 150-151.
171
Samcharas.

89
Jorge Federico Márquez Muñoz

tos, recitan y musitan interminablemente los textos sagrados; cómo


unos músicos componen los mismos ritmos y cadencias; ni cómo es
que los arquitectos erigen templos iguales; o por qué las prácticas
matrimoniales de las familias han seguido las mismas pautas por
más de mil años. La clave de la integración está en los rituales, pues
en realidad se trata de sociedades con una alfabetización y difusión
de los mandatos centrales muy limitadas.
El Arthashastra de Kautilya, el manual que ayudaba a los
ksha-triyas a gobernar, ofrece un sumario de actitudes hacia la
fuerza y la violencia. Pero el consejero advierte que el uso de la
fuerza debe ser justo, si no, se logrará que el pueblo se aterrorice, se
moleste y odie a su rey. Lo que hace justo el uso de la fuerza es
aquello que promueve equidad, riqueza y goce. Mientras que lo que
hace injusto un castigo es lo que implica codicia, ira e ignorancia.
La violencia injusta excita la ira, aun de los renunciantes.
Kautilya habla también de la obligación de hacer la guerra ante
la amenaza de un enemigo externo.

3. La compasión desde arriba

El orden en India es el holismo de las castas. La violencia mantiene


este orden que veladamente deshumaniza a millones de personas y
se opone a la igualdad. A los más desfavorecidos, aunque les otorga
un lugar en el universo, defacto los coloca en una situación cercana
a la muerte prematura.
De cualquier manera, existen medidas compensatorias para esas
víctimas que no hablan: la idea del karma que "funciona como un
mecanismo de retribución [...], al castigar a aquellos que se han
comportado violentamente, al darles, en sus futuras
reencarnaciones, castigos como la pobreza o la enfermedad". Y
también "como violencia sustitutiva, pues invita a contenerse de
responder al daño hecho por el vecino y a conformarse con

90
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

la idea de que tendrá su merecido en una futura vida. O bien, al ver a


un pobre o un enfermo, lo sustituyo por mi vecino y pienso que está
en esa condición por haber hecho daño en el pasado".172
En el hinduismo, la compasión universal, es decir, la reprobación
del sacrificio, no es un triunfo de la lucha de las clases bajas contra la
aristocracia, sino una concesión de los de arriba. Esto puede notarse
en el trato que reciben aún los animales, que claro está, nunca han
luchado por evitar ser inmolados; pero también puede verse en el
hecho de que "no exista una lenguaje de la víctima"; es decir: en los
textos clásicos del hinduismo, el punto de vista del sacrificado nunca
es tomado en cuenta; el chivo expiatorio nunca se convierte en tal,
sino que cuando muere, es visto como un verdadero culpable.
Algo similar puede decirse en el caso de China, Japón y las
civilizaciones precolombinas, donde tampoco las víctimas tienen
voz, e incluso el término "chivo expiatorio" ha sido de difícil
traducción.173
Esto no significa, en el caso de India, que no haya compasión por
el sufriente; al contrario, hay gran conciencia de la distinción entre
quien causa dolor y quien causa dolor intencional-mente; e incluso,
hay castigos para quien "tiene intención" de causar un dolor,
independientemente de que aún no lo haya provocado.

4. Los límites del sistema de castas

El sistema de castas llevó al estancamiento económico. Debido a que


los jatis estaban descentralizados se mostraron incapaces de
reemplazar las infraestructuras imperiales. Los complejos

172
Julia W. Shinnick, "Hinduism and Mimetic Theory: a Response", Contagión, vol.
9 (primavera 2002), Loyola University, Chicago, 1996, p. 143.
173
Cfr. Ibidem, p. 144.

91
Jorge Federico Márquez Muñoz

de regadío se confinaron cada vez más, la acuñación de moneda se


limitó y el comercio a larga distancia casi desapareció. El triunfo de
los brahmanes fue acompañado de la retirada a la economía aldeana,
en la cual el único punto de comercio exterior fueron los templos.
Ulteriormente, debido a la lógica de las castas, las empresas
individuales y la racionalidad económica no se desarrollaron. En
fin, "en sentido económico, es posible que a India le tocara lo peor
de los dos mundos: ni la racionalidad universal del Estado imperial
ni la racionalidad individual de una religión salvacionista".174
•Política y militarmente, India también estaba mal dotada.
Sucumbió ante los conquistadores islámicos y después, frente a los
cristianos. Lo anterior debido a que

la ciudad hindú colocó a la casta de los brahmanes como instancia


jerárquicamente superior de la que dependen tanto el príncipe
como su entorno para que su acción política sea eficaz. El sistema
de castas cumple así lo esencial de la función de regulación social y
de protección del orden político. [...] Esta construcción tiene [...]
consecuencias: [...] al servir de esqueleto al orden político, el
sistema de castas favorece la descentralización y la atomización del
mismo.

El "anti-Estado" de India consiste en una multiplicidad de poderes


políticos coexistentes, que remiten

al mismo tiempo a la autoridad que se ejerce en el nivel


microso-cial, el de la aldea o del barrio, y a los demás niveles,
incluso los del principado, el reino y el imperio. El poder político,
que en lo cotidiano se confunde con el control social que ejercen
las castas, pierde así lo esencial de su energía y de su capacidad
activadora, para ser una fuente de conformismo social.175

174
Michael Mann, Las fuentes del poder social, I, op. cit., p. 511.
175
Bertrand Badie y Guy Hermet, op. cit., pp. 162-163.

92
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

Sin embargo, la feudalización que provocaba la debilidad de los


reinos era también la fortaleza de las castas: al no haber un centro,
los extranjeros o los rebeldes no tenían modo de controlar o
modificar la cultura india. En lugar de una lucha por la defensa
aguerrida de la casta, los hindúes recurrieron a la resistencia pasiva.
Gandhi fue heredero de esta tradición.
Las castas son un modo de evitar la reciprocidad comple-
mentaria. Por ejemplo, en el entierro de muertos existía, en las
fratrías primitivas, la máxima "yo entierro a tus muertos y tú a los
míos". El sistema jerárquico de India no sigue ese principio, sino que
crea una profunda división social del trabajo y deja el entierro de
todos los muertos al estrato más bajo. A diferencia de la ecclesia o de
la umma, el hinduismo niega la fraternidad en esta vida. Esta
discriminación tenía la ventaja de crear orden. Sin embargo, son
muchas las épocas en la cuales los brahmanes apenas lograron
mantener el control. A lo largo de la historia se han mostrado
flexibles176 y oportunistas.177
Los límites al sistema de castas se expresan en los límites al
poder de los brahmanes. La casta más pura mantuvo su superioridad
mediante el valor moral.178 Su status era superior e independiente del
poder económico, militar y político.179 Pero este poder tiene dos
límites: por una parte los invasores islámicos y cristianos no
asumieron el orden de la cosmología hindú; por otra parte, la
indiferencia de los puros hacia los
176
Visible esto, cuando inventaban gran número de subcastas, para acomodar a
los conquistadores, a los vencidos, a los forasteros, etc.
177
Por ejemplo, cuando inventaron la casta de los intocables para que pudieran en
trar en el sistema de castas los forasteros subordinados; y también, cuando asimilaban
a los conquistadores a su cosmología, pero dotándolos de un nivel alto de pureza.
178
Aunque los brahmanes han tendido a ser ricos, estar bien armados y ser política
mente influyentes, han mantenido cierta distancia respecto a los poderes terrenales al
tiempo que afirman que su fuerza radica en su pureza. Es por ello que la estratificación
al interior de la casta brahmánica valora, por encima de todos, a los renunciantes; en
segundo lugar están los estudiosos y al final, se encuentran los sacerdotes, porque al
realizar rituales para otras castas se contaminan. Gandhi estaba entre los primeros,
aunque ascendió un poco más al ser considerado santo.
179
No se han observado tendencias teocráticas desde la época védica, ni han habido
líderes religiosos poderosos que hayan tratado de conquistar el Estado.

93
Jorge Federico Márquez Muñoz

asuntos terrenales no les ha permitido dominar las otras fuentes de


poder social;180 aunque, claro está, el hecho de que no haya
intentado expandir sus redes de poder más allá de la ideología, es
también una fortaleza.181
Más aún, la fuerza cultural brahmánica y su distancia respecto a
lo prosaico, puede ser considerada como un acuerdo entre las élites
sacras y seculares para repartirse el poder. Y aunque esto ha
contribuido a mantener el orden, ha provocado desventajas para la
civilización india con respecto a sus rivales extranjeros. Ello
porque, al devaluar lo secular, ha puesto al servicio de lo sagrado
enormes recursos materiales. Peor aún: desde el punto de vista del
desarrollo social y material, los brahmanes han sido una fuerza
retrógrada; la riqueza la utilizan para consumirla y repartirla, no
para reinvertirla.

5. Modernización y violencia en India

Al romperse la autoridad hindú, por ejemplo cuando dominan los


musulmanes o los europeos, la legitimidad del ejercicio de la fuerza
se desvanece. De cualquier manera, aunque se considera que los
detentadores del poder son simples usurpadores, se mantienen los
principios del hinduismo en torno a la no violencia y la violencia
excepcional.
Hoy, con más de sesenta años de independencia de India, los
hindúes siguen discutiendo sobre los límites de la violencia y la no
violencia. La cuestión no es sencilla, pues la violencia de Estado
había sido el privilegio de gobiernos extranjeros a lo largo de los
últimos quinientos años.
180
La religión brahmánica da importancia a lo espiritual, lo eterno, lo inmutable,
la verdad, es decir, al dharma. Y mientras esto se respete la sociedad secular puede
hacer más o menos lo que le venga en gana.
181
Por el contrario, en el caso del islam, el confucianismo y el cristianismo, en la
medida en que la religión intentó colonizar las fuentes política, militar y económica
de poder, terminó por fusionarse con ellas y así, perdió gran parte de su contenido
y en ocasiones, se convirtió en un mero legitimador del orden terrenal.

94
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

Debido al carácter atomizado de la civilización hindú, el


imperialismo británico no se encontró con una amenaza general a su
dominio en India sino hasta el siglo xx. Los mismos ingleses
propiciaron esta crisis. Una de las estrategias de los actores
beligerantes en la Primera Guerra Mundial fue la de infiltrar el
nacionalismo a las potencias enemigas. Esto fue lo que hicieron los
alemanes apoyando a Lenin en Rusia para debilitar a los zares;
también lo hicieron así los ingleses con Lawrence de Arabia, quien
ofreció una nación a los árabes, siempre que lucharan en contra de
los otomanos. Para evitar que algo análogo ocurriera en India, los
ingleses prometieron concesiones a sus colonizados. Ya en 1917, el
Parlamento Inglés aprobó el Plan de Autonomía Gradual.
Cuando finalizó la guerra, los ingleses salieron fortalecidos. Al
desmembrar a los Imperios Centrales, Inglaterra contaba con más
territorios coloniales que nunca. Pero éste fue más un oneroso costo
de la victoria, que una ventaja real. A mediano plazo, la complejidad
del agrandado Imperio Británico agobiaba a los políticos en Londres.
Más aún, aunque gobernaban los proimperialistas, las expectativas
de la clase media india se habían elevado como resultado de las
concesiones otorgadas durante la Guerra.
A esto también contribuyeron los acuerdos de París, donde el
presidente Wilson enarboló la autodeterminación de los pueblos
como principio universal. Comenzaron rebeliones en África, Medio
Oriente y Asia. En India, Gandhi y Nehru encabezaron este
movimiento, conformado en principio por ese grupo de personas que
los ingleses llamaban "la nación política". Eran una minoría, pero
ganaban gradualmente más adeptos con sus incendiarias campañas.
En este contexto ocurrió el incidente de Amristar, donde el
ejército actuó como de costumbre. Debido a lo extendido del
imperio y a las dificultades económicas por las que atravesaba
Inglaterra, había sólo 77 mil soldados británicos en el subcon-

95
Jorge Federico Márquez Muñoz

tinente. Los oficiales ingleses debían mantener la fachada de su poderío


para conservar el orden. Por ello, habían aprendido a actuar rápido y con
brutalidad para evitar que los fuegos de la rebelión se expandieran. Los
días 9 y 10 de abril de 1919,

en Amritsar, perteneciente al Punjab, había un centenar de policías


desarmados y setenta y cinco reservas armadas. Eso hubiera debido ser
suficiente para mantener el orden. Pero la dirección de la policía se
mostró pusilánime; parte de la fuerza no fue utilizada en absoluto [...]
La turba se descontroló. Fueron atacados dos bancos, y sus gerentes y
un ayudante muertos a golpes, un electricista y un guardia ferroviario
británicos resultaron asesinados, y una maestra misionera fue dejada
por muerta. Se ordenó la intervención del general Dyer, comandante de
la brigada militar más próxima, y tres días después abrió fuego sobre
una turba en un espacio cerrado llamado Jalianwala Bagh. El mismo
día, un poco antes, había ordenado que se recorriese la ciudad al toque
del tambor para advertir a las turbas que se dispararía sobre ellas. El
mismo mes se impartieron en la provincia treinta y seis órdenes de
abrir fuego. En el caso de Dyer, los fusilazos duraron diez minutos
porque la orden de suspender el fuego no pudo oírse a causa del ruido
[...] El error cometido por Dyer, que estaba acostumbrado a la guerra
de fronteras, fue permitir que sus cincuenta hombres cargasen los
rifles, así como entregarles cargadores de repuesto. En consecuencia,
se dispararon 1.650 balas y 379 personas fueron asesinadas. Dyer
agravó su error ordenando la flagelación de seis hombres y decretando
que todos los nativos que pasaran por el lugar donde habían atacado a
la misionera se arrastraran por el suelo.
Algunos personajes elogiaron a Dyer: los sikhs, para quienes
Amritsar es el santuario nacional, y que temían que pudiera ser
saqueada por la multitud, lo nombraron sikh honorario. Las au-
toridades indobritánicas lo devolvieron a sus obligaciones en la
frontera (la tercera guerra afgana estalló al mes siguiente) y en

96
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

privado juraron que nunca le permitirían acercarse nuevamente a


una multitud. Este era el modo tradicional de resolver un caso
semejante.182

Pero el contexto era diferente. Gandhi había comenzado ya la


agitación nacionalista y el gobierno inglés había avivado las
ambiciones de libertad, al menos de la "nación política".

Los nacionalistas indios protestaron con vigor y Montagu ordenó


una investigación, bajo la dirección de un juez inglés, lord
Hun-ter. Ese fue el primer error. [...] Hunter censuró la conducta
del militar, y en consecuencia Dyer fue expulsado del ejército.
Este fue el segundo error. Enfureció a la comunidad británica y al
ejército, que consideró que no se había ofrecido a Dyer un juicio
justo con representación legal. El resultado tampoco apaciguó a
los nacionalistas, porque el castigo era demasiado leve para un
acto al que consideraban una masacre.183

El resultado de este episodio fue la indignación de los indios, el


temor de los policías y militares británicos de usar la fuerza y por
tanto, la multiplicación de una violencia cada vez más dramática.184
La revuelta contra los ingleses se fue escalando. Y después de la
Segunda Guerra Mundial, la debilidad del Imperio Británico,
182
Paul Johnson, Tiempos modernos, op. cit., p. 53.
183
Ibid., p. 54.
184
"En 1921, cuando los [...] musulmanes protagonizaron disturbios contra los
hindúes en el área de Madras, el gobierno provincial, que recordaba el episodio de
Amritsar, tardó en aplicar la ley marcial. Como consecuencia de esta actitud, más
de 500 personas fueron asesinadas y se necesitó un año y un enorme caudal de tropas
para restablecer el orden, y en ese punto se había arrestado a 80.000 personas, alojadas
en calabozos especiales, 6.000 fueron sentenciadas a deportación, 400 a prisión perpe
tua, y 175 ejecutadas. Los ataques a las fuerzas de seguridad llegaron a ser frecuentes
y audaces. El 4 de febrero de 1922, en las Provincias Unidas, una multitud rodeó la
estación de policía, y los que estaban adentro no se atrevieron a abrir fuego; de modo
que los veintidós ocupantes fueron destrozados o quemados vivos. A partir de ese
momento la violencia en gran escala, de carácter racial, sectaria y antigubernamental
se convirtió en un rasgo permanente de la vida india". Ibid., p. 58.

97
Jorge Federico Márquez Muñoz

el nacionalismo de la "nación política" y las turbas descontroladas,


finalmente llevaron a la independencia.
Como explican los comparativistas franceses, en India, las
revueltas habían sido poco frecuentes debido a la atomización de la
sociedad, y a las divisiones de casta y locales.185 Pero al tiempo que
se desarrolló el nacionalismo que liberó a India de sus mandatarios
extranjeros también se despertó el sentido extensivo de la clase
social y con ello, se abrió paso a una lucha de clases de dimensiones
mayores que las ocurridas bajo el marco del sistema tradicional.
Claro está, la solidaridad y la conciencia de clase fueron más
agudas entre la élite y sólo ahora comienzan a serlo también entre
las castas más bajas.
El historiador se pregunta ¿qué es India? A lo cual una respuesta
plausible es "una nación anti-natural".186 Durante siglos, no fue una
nación en el sentido convencional del término. No posee una
lengua, ni una cultura, ni una tradición o identidad nacional común;
tiene más variedad social y cultural que Europa entera; en el
momento de su independencia, la mayor
185
"En comparación con el ejemplo chino, el modelo indio muestra notables
diferencias [...] El campesinado no se inscribe de la misma manera en la sociedad
política y no provoca con el mismo rigor y la misma regularidad movimientos sociales
desestabilizadores y modificadores. [...] Esto se debe a que el mundo campesino está
más dividido, pues lo fragmentan las diferentes castas y lenguas [...] Por una parte,
[...] el sistema de castas es un elemento de estabilización particularmente fuerte
que propicia tanto la legitimación del orden en funciones como la interiorización
de la tradición. Por otra parte, [...] lo complejo del sistema de propiedad de la tierra
asegura a una buena parte de los campesinos la posesión duradera de una porción
de tierras lo bastante apreciable para que no se arriesguen a una costosa revuelta
como la de los desposeídos campesinos chinos".
"Por supuesto, esto no significa que la historia de la India no haya conocido revueltas
campesinas [...] Empero, casi siempre fueron fragmentarios y obstaculizaron los procesos de
gran movilización como los que marcaron a la historia china [...]".
"Al individuo, que se identifica más con la sociedad local y da prioridad a los
compromisos con su ambiente inmediato, la función gubernamental le parece super-flua,
lejana y más nociva que utilitaria. Así pues, su participación en las sociedades políticas de
grandes dimensiones y en las de los imperios, es débil y frágil y está teñida por la
desconfianza, es decir, por la incomprensión". Bertrand Badie y Guy Hermet, op. cit, pp.
172-173.
186
Cfr. Ramachandra Guha, India after Gandhi. The History of the World's Largest
Democracy, New York, Harper-Collins, 2007, cap. 1.

98
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

parte de su población era pobre y analfabeta. La variedad de idiomas


-la Constitución reconoce 22- y religiones, junto con las grandes
desigualdades de casta y clase, aseguran un gran potencial
conflictivo.
Dada esta complejidad, la democracia India ha sido un
extraordinario y ambicioso experimento político. Todos los adultos
indios, sin importar su clase, sexo o casta, han disfrutado del derecho
al voto desde 1950, cuando India se convirtió formalmente en una
república.
Sin embargo, al igual que la compasión otorgada desde arriba a
los sacrificables, la democracia en India fue un regalo de los líderes
de la clase media y las castas altas anti-coloniales hacia las masas;
no fue producto de una lucha popular. Nehru abolió el sistema de
castas y comenzó la modernización de India; pero la realidad
cultural de un orden tan antiguo y enraizado ha perdurado, aunque
debilitada. Louis Dumont señaló cómo los hindúes de principios del
siglo xx -conversos al cristianismo, la religión de la "igualdad"- en
realidad seguían viviendo de acuerdo a las reglas del sistema de
castas.187
La élite independentista creó el Partido del Congreso. Gracias a
esta coalición, India tendió a aminorar las tendencias de un
nacionalismo asesino:

El movimiento de independencia indio estaba dominado por el


Partido del Congreso, que era laico, y el país disponía de una
constitución según la cual la religión era exclusivamente un
asunto privado. La constitución también garantizaba derechos y
privilegios a las castas más bajas y a las poblaciones tribales. El
Partido del Congreso era una coalición de bastantes élites laicas
de la administración civil, de los ámbitos militar, profesional y
empresarial y de los líderes de las castas hindúes más bajas y de
las minorías religiosas y étnicas. El Partido del Congreso gobernó
con independencia durante sus primeros 40 años, compaginando
187
Cfr. Louis Dumont, op. cit., p. 203.

99
Jorge Federico Márquez Muñoz

los intereses étnicos, religiosos, de clase y de casta, y flanqueado


por la izquierda por partidos socialistas y comunistas que eran lo
bastante fuertes para gobernar en algunos estados de la India [...]
En cierta manera el hinduismo refuerza la capacidad del Partido
del Congreso y de los partidos de izquierdas de representar a las
castas más bajas, debilitando así el posible etnonacionalismo
hindú. La política de la India nunca ha ignorado ni a la etnia, ni a
la religión (y menos aún a nivel local), pero ha resistido durante
mucho tiempo al nacionalismo orgánico.188

De cualquier manera, los fracasos económicos y sociales, aunados a


las expectativas crecientes de los habitantes de India han provocado
mucha frustración. Millones de indios privilegian los bienes
externos sobre los internos; la envidia sobre la admiración y el
igualitarismo sobre la jerarquía. Es decir, se han modernizado. Y
aunque el Partido del Congreso llevó a cabo algunas reformas para
responder a las demandas de las clases medias y bajas, éstas
siempre fueron insuficientes.
Pareciera que muy pocos siguieron el ideal ahimsa de Gan-dhi,
que incluye la visión de unas instituciones no violentas, una política
no violenta, una economía no violenta, etc. De acuerdo a esta ética,
incluso a los criminales se les debe dar un trato no violento.
Para Gandhi, ahimsa significaba transformación del corazón
para lograr la libertad de la nación y una nación sin castas. Sin
embargo, en el momento mismo en que Gandhi era canonizado e
India obtenía su independencia, apareció un Estado agresivo, que
entró en guerra contra Pakistán y China, al tiempo que fabricaba su
propia bomba atómica.189 Hoy, la intolerancia política y religiosa, el
crimen urbano y el honor, y las frustraciones de los aldeanos190
provocan que India cuente con una tasa de homicidios que
cuadriplica la de China.
188
Michael Mann, El lado oscuro de la democracia, op. cit., p. 546.
189
Cfr. Francis X. Clooney, op. cit., p. 127.
190
Cfr. Ibid., p. 133.

100
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

En tanto los ideales y creencias democráticas encontraron arraigo


en las masas, el extraordinario consenso obtenido por Nehru y el
Partido del Congreso estuvo siempre en riesgo. La sucesora de
Nehru, Indiria Gandhi, viró del populismo a las medidas autoritarias,
como el estado de emergencia declarado en 1975;191pero no
consiguió detener el declive del Congreso como partido pan-indio.
Muchas de las élites regionales y de casta ya no fueron contenidas en
dicho partido y buscaron su propio pedazo del poder del Estado.
En los ochenta surgieron partidos de casta y regionales. Casi
todos ellos fueron inestables y colapsaron poco después de haber
surgido. En 1989, se dio el intento de uno de esos partidos por
aplacar el descontento de los dalits con medidas de acción afirmativa
-Le. reservando posiciones de gobierno para los miembros de su
casta-, pero éstos montaron en ira y

i9i "porsuimplacabilidad, la señora Gandhi aventajaba de lejos a cualquiera de los


virreyes. Solamente en Binar envió 60.000 policías y paramilitares para quebrar el
gherao de Narayan. Enfrentó una huelga ferroviaria ordenando arrestos sin orden
judicial. Desde la guerra con Pakistán contaba con los beneficios de un Estado de
Emergencia Exterior, pero este instrumento no le permitía ignorar o torcer los fallos de
los tribunales. El 25 de junio de 1975 clausuró los diarios y detuvo a Narayan, Desai y la
mayoría de los restantes opositores. Al día siguiente declaró el Estado de Emergencia
Interior, en la práctica un putsch del gobierno contra la oposición. Invitó a su casa a los
atemorizados líderes de su partido con el propósito de infundirles un poco de coraje [...]"
"Incluso antes de la emergencia, la señora Gandhi había afrontado muchas acu-
saciones de corrupción, sobre todo a causa de las actividades de su hijo Sanjay, y en el
marco de esta confusión sin ley, la decadencia de la vida pública india se acentuó
velozmente. En estas circunstancias, Gandhi designó a Sanjay jefe del Congreso de la
Juventud, y lo puso a cargo de los aspectos más radicales de los planes de control de la
natalidad, los cuales desde 1970 eran a su juicio los programas domésticos más
importantes de India. Sanjay y sus amigos aprovecharon la oportunidad para practicar
un poco de ingeniería social de acuerdo con el modelo maoísta. Desplazó brutalmente a
los habitantes de los barrios pobres de Delhi de los espacios abiertos a los suburbios
exteriores, y lo que es más importante, organizó enormes campos de esterilización
donde, mediante una combinación de incentivos y presiones, centenares de miles de
varones indios fueron sometidos a vasectomías, practicadas en las condiciones más
primitivas [...] La señora Gandhi perdió las elecciones y su banca, a causa del perjuicio
que le acarrearon la ingeniería social de Sanjay y una multitud de otras cuestiones que
influyeron negativamente". Paul Johnson, Tiempos modernos, op. cit., pp. 573-574.

101
Jorge Federico Márquez Muñoz

contagiaron a algunos miembros de las castas intermedias y altas.


Tras las desilusiones provocadas por el Partido del Congreso,
decidieron apoyar una coalición liderada por el Partido del Pueblo
de India (BJP), dominado por brahmanes. El partido había sido, en
los ochenta, sólo una pequeña fuerza.
El BJP comprendió que, para tomar el poder, necesitaba una base
ideológica distinta al nacionalismo secular del Congreso; apeló
entonces al nacionalismo hindú, arguyendo que el éxito de Europa
y Estados Unidos consistía en sus raíces cristianas, disfrazadas de
secularismo. Así el hinduismo, convertido en el ethos de la India,
podría descontaminar al país de los invasores islámicos. Asimismo,
la élite del BJP sabía que no podría alcanzar la mayoría en el
Parlamento sin los votos de los dalits, así que presentaron al
nacionalismo hindú como la promesa de igualdad para el "pueblo
de India".
La liberalización de la economía aún bajo el mandato del
Congreso en 1991, fortaleció los distritos proempresariales y los
centros urbanos para la clase media. Estos distritos se convirtieron
en los bastiones electorales del BJP. Surgió también una nueva
generación de indios ricos que viven afuera de su país y que, en la
búsqueda por afirmar su identidad, la encuentran en el BJP; sin
embargo, este partido no suele tener buenas elecciones en el campo.
Pese a ello, y gracias a que formó una coalición, obtuvo el poder en
1998.
Seis años de gobierno del BJP llevaron a cambios profundos de
la política en India. Creció aceleradamente la economía, sobre todo
en las áreas de la información, la tecnología y los servicios de
negocios como los cali center. Fue también en estos años que, entre
millones de indios, muchos de ellos periodistas e intelectuales,
surgió la creencia de que los mercados podían realizar las funciones
del Estado.
No obstante, la ideología de libre mercado predicada por India
ha contribuido muy poco a reducir las brechas en educación, salud
y riqueza. La economía global tiene sus propias

102
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

demandas que India puede aportar -por ejemplo de ingenieros de


software y oficinistas-. India cuenta con una ventaja comparativa en
cuanto a técnicos y mano de obra barata, pero esto sólo ha
beneficiado a una minoría y ha excluido a cientos de millones que no
cuentan con las habilidades para obtener puestos de trabajo en el
sector servicios. Muchos de estos indios viven en los estados más
poblados y pobres, como Uttar Pradesh, Bihar, Jharkhand, Madhya
Pradesh en el norte, Orissa en el este y Andhra Pradesh en el sur. Su
pobre infraestructura -malos caminos y un abastecimiento errático
de energía eléctrica-, así como sus altas tasas de criminalidad, les
convierte en sitios poco atractivos para los inversionistas.
En 2004, la clase media urbana, proempresarial, votó en su
mayoría por el BJP; pero la mayoría, que poco beneficio ha visto con
las medidas neoliberales, decidió votar en contra. Y aunque el BJP ha
perdido la mayoría en el Parlamento y el Congreso gana cada vez
más escaños, las medidas a favor del libre mercado, los convenios
internacionales y los compromisos con la Organización Mundial del
Comercio parecen irreversibles. Esto, mientras miles de granjeros
algodoneros en el centro de India se suicidan por no poder competir
en lo que Oxfam ha llamado "un sistema global injusto", en el cual
las naciones ricas subsidian a sus granjeros y deprimen los precios
mundiales.
En China, la falta de una contabilidad democrática ha contribuido
a que el régimen del Partido Comunista otorgue subsidios generosos
a sus empresas exportadoras y a los inversionistas extranjeros;
asimismo, la supresión de las protestas de los campesinos ha sido
muy sencilla sin una opinión pública libre.
En India, por el contrario, los esfuerzos por instaurar un régimen
pro-negocios han encontrado mucha resistencia y el malestar de los
pobres, que se sienten excluidos de los beneficios de la
globalización. Las medidas para relajar el ámbito laboral -para
importar las prácticas estadounidenses y facilitar

103
Jorge Federico Márquez Muñoz

el proceso de contratación y despido- han provocado protestas de


los sindicatos en India. Asimismo, ante las demandas populares, el
gobierno tuvo que echar marcha atrás en su plan de crear Zonas
Económicas Especiales, al estilo chino, para los inversionistas
extranjeros.
Las agitaciones en India han magnificado las crecientes
contradicciones de la economía global: al alimentar el crecimiento
rápido en algunos sectores de la economía se elevan las
expectativas de toda la población; pero debido a que la nueva
riqueza está distribuida desigualmente -la mayor parte sólo se
concentra en un pequeño grupo-, el desencanto y la frustración se
extienden, y esto es capitalizado por los populistas. Al mismo
tiempo, los grandes beneficiarios de las contradicciones de la
globalización son aquellos que acogen ideologías agresivas como el
nacionalismo hindú.
El sentimiento de desesperación, sobre todo entre los
campesinos desposeídos, es lo que ha dado un vigor sin precedentes
a los militantes de los movimientos comunistas. El Primer Ministro
Singh los describió como la más importante amenaza a la seguridad
interna desde la independencia en 1947; estos comunistas de
inspiración maoísta, que cuentan con sus sistemas de recolección de
impuestos e impartición de justicia, ahora dominan enormes partes
del norte de India, especialmente en los estados de Andhra Pradesh
Jharkhand, Bihar, Chhattisgarh, y Orissa.
El secesionismo informal de los pobres encuentra su contraparte
entre los ricos de India, que viven en las comunidades cerradas que
se multiplican en las ciudades y los suburbios. La élite vive en
enclaves donde se pueden abstraer de las complicaciones sociales
del país. La reubicación psicológica y geográfica de millones de
hindúes también se ofrece a las clases privilegiadas con una
televisión y unos medios de comunicación en inglés.
El sacrificio de los millones de pobres no parece conmover a las
clases medias, que prefieren mantenerse encerradas en la

104
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

indiferencia propia de los hombres modernos,192 fortalecida por el


viejo sentido de la casta. Esto ha provocado que, pese al im-
presionante crecimiento económico de más de 9 puntos anuales,

más de la mitad de los niños de menos de cinco años en India,


padece desnutrición; las malas cosechas y las deudas crecientes
han llevado a más de cien mil granjeros al suicidio en la última
década. Las desigualdades históricas, agravadas por el crecimiento
desigual, se han convertido en un desafío para la democracia y la
estabilidad política de la India.193

La activista y escritora Mahasweta Devi, que reside en Bengala y


nació en 1926, ha escrito novelas sobre la violencia y los abusos
policiacos que el gobierno ejerce cotidianamente contra los aldeanos
marginados. En su lucha contra las injusticias del sistema de castas y
el gobierno, ella fundó las organizaciones Lodha (1978), Bonded
Labor Liberation (1979), y la Tribal UnityForum (1986). En sus
novelas, las heroínas son golpeadas y violadas por policías, pero
conservan su dignidad y no responden a la violencia con violencia.
La postura de estas víctimas es tan desgarradora, que incluso los
interrogadores y torturadores tienen que enfrentarse a la realidad y
abandonar el autoengaño, es decir: tienen que ver que ellas están
siendo tratadas, efectivamente, como chivos expiatorios,
192
En India "el nivel de debate y reportes en la prensa y la televisión es impresio
nantemente intenso y amplio. Pero los más importantes medios de comunicación de
la India no sólo usan poco sus libertades sino que incluso contribuyen a disminuir el
espacio público para discusiones de fondo [...]".
"En un solo día las portadas de periódicos como el The Hindustan Times y el Times
of India van de notas sobre el cabello de Britney Spears y lo que parece ser de consumo
masivo propiamente nacional -reportes sobre concursos de belleza locales, modas,
diseñadores, directores de películas, etc-, hasta la excitación que provoca que Tata, la
mayor compañía privada de la India, haya comprado la productora anglo-holandesa de
acero, Corus [...]".
"Los medios más importantes no son más que [...] de la élite para la élite, que
quiere escuchar sus propios logros. Aquí no cabe ninguna identificación con los pobres".
Pankaj Mishra, "Impasse in India", The New York Review ofBooks, 28 de junio de 2007,
disponible en www.nyrb.com, consultado el 20 de julio de 2012.
193
ídem.

105
Jorge Federico Márquez Muñoz

El Estado de derecho ha sido objeto del problema de la gobernabilidad.

¿Cómo mantener la paz en una reunión amplia y enormemente variada


de pueblos al mismo tiempo que se preservaban las garantías
constitucionales y legales? El supuesto de Nehru, en el sentido de que
el problema se suavizaría después de la independencia, demostró su
total falta de validez. En realidad, la situación llegó a ser cada vez más
difícil, y uno de los factores no menos importantes fue la duplicación
de la población durante la generación siguiente [...] Debido a la presión
de estas masas palpitantes, la estructura de las libertades civiles
creadas durante el dominio británico comenzó a debilitarse, aunque
nunca se derrumbó del todo. Sin embargo, el estado de emergencia de
la señora Gandhi fue una etapa importante de esta declinación. No se
restableció el control civil eficaz sobre la policía y las fuerzas de
seguridad. Hubo cierto orden, pero más gracias al terror que a la
justicia. En noviembre de 1980 la prensa reveló que en el estado de
Bihar, la policía usaba sistemáticamente ácido [...] para cegar a los
sospechosos [...] El mes de enero siguiente se informó acerca de casos
en la ciudad santa de Henares, y se dijo que allí la policía fracturaba las
piernas de los detenidos que estaban en custodia. Se acusó también a la
policía de asesinar y torturar. Como manifestó un juez del Tribunal
Supremo de Allahabad: La policía india es la fuerza mejor organizada
del país para el delito [...]
El aspecto más criticable de las atrocidades policiales era que los
propios policías, y todavía más los políticos que los protegían,
provenían de las castas superiores, y en cambio en casi todos los casos
las víctimas pertenecían a las castas inferiores [...]
Había muchos indicios en el sentido de que el terror policial, frente
al cual la autoridad parecía cada vez más indiferente, era una forma de
control social que arraigaba en las infinitas gradaciones del
privilegio.194
194
Paul Johnson, Tiempos modernos, op. cit., pp. 575-576.

106
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

El desprecio hacia los pobres no es la única forma de violencia


que se ejerce en India; también existe la religiosa que, claro está, en
la medida en que avanza el BJP, se agrava. Por fortuna el sistema
político de India ha desarrollado algunos mecanismos que permiten
contener este fenómeno.
En primer lugar, está la tolerancia del hinduismo, fortalecida por
su capacidad de absorción de casi cualquier credo; en segundo lugar,
influye también la presencia de muchas organizaciones de
voluntarios locales, que son la estructura territorial de los partidos
políticos, y que están manejadas por líderes defensores del orden;195
en tercer lugar, está la tendencia, también política y culturalmente
muy desarrollada en India, de dudar de quienes se dicen víctimas, es
decir, de no creer a los incendiarios; en cuarto lugar, está la
tendencia de los extremistas que provocan los etnocidios, de contar
sólo con un sistema de organización muy precario196 e inferior al de
las fuerzas estabilizadoras.197 Es por ello que, con excepción de
Cachemira, la violencia no está al orden del día.
Otra forma de violencia en India actual es la del crimen. Esta es la
vía elegida por las bandas de inspiración maoísta que atacan las
ciudades del centro del país. Ellos, durante sus saqueos tienen el
récord de homicidios en India. Sin embargo, la mayor parte de esta
violencia ocurre sólo en ocho ciudades y, en el campo, el índice de
homicidios es sumamente bajo.
Se trata entonces de usar, pero bajo ciertos controles, el
mecanismo del chivo expiatorio. Todo está en orden, mientras se
mantenga en el marco de los políticos profesionales:

195
Son ellos los negociadores que buscan desactivar los conflictos entre grupos
religiosos y políticos.
196
Por ejemplo, en 1992, después de destruir la mezquita de Alodhya, la multitud
no fue capaz de mantenerse cohesionada para llevar a cabo la tarea de construir su
propio templo.
197
Esto en buena medida porque las diferencias de casta y de clase no contribuyen
a la solidaridad de "la nación hindú".

107
Jorge Federico Márquez Muñoz

incluso aunque las autoridades se muestren pasivas o cómplices al


principio, más adelante pueden tener motivos para reprimir un
disturbio o un pogromo. La inculpación es una oportunidad para que la
gente se desahogue temporalmente, para convertir una huelga
industrial, una lucha de clases, o una crisis política en un ataque a los
sijs o musulmanes. No tiene sentido que se prolongue después de que
la desviación haya tenido éxito. Además, el régimen se preocupa más
por el orden público que por la solidaridad étnica. Los desórdenes
continuados perjudican su imagen y provocarán el enfrentamiento de
los grupos étnicos [...] Los políticos y los directivos saben que los que
no saben mantener el orden público caen. Tampoco hay que olvidar
que los disturbios graves conllevan el peligro de la intervención y la
condena internacional. Por eso los regímenes, incluso los que no son
muy imparciales, suelen intervenir, acabando con los disturbios y re-
primiendo a ambos bandos. Ese miedo condiciona, incluso, a los
movimientos nacionalistas. En los primeros años 90, el partido
nacionalista hindú Bharatiya Janarta (PBJ) y también el RSS empezaron
a temer sentirse desbordados por los gangsters del lumpen del Bajrang
Dal y su estrategia de movilización etnonacionalista, y por ello
intentaron incorporarlos, disciplinarlos y moderarlos. En un estado
estable, el poder generalmente acaba aportando responsabilidad. De
ahí que el resultado habitual en la India (y en muchos otros países),
incluso en las ciudades con sociedades civiles divididas, es la represión
de los dos grupos de alborotadores, quizá no de un modo equitativo,
pero con el suficiente despliegue de fuerza para ahuyentar a la
multitud, a los militantes y a las élites etnonacionalistas. Se restaura el
orden198

Sin embargo, los pobres y las minorías religiosas y étnicas no son los
únicos chivos expiatorios en contra de los cuales se ejerce la violencia en
India; en esta clasificación, también son muy importantes las naciones
vecinas y las potencias occidentales.
198
Michael Mann, El lado oscuro de la democracia, op. cit., pp. 554-555.

108
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

En principio, cabe recordar el resentimiento que provocó en los


indios la invasión de los mogoles, es decir, de los musulmanes, y los
ingleses. Pese a ello, en la Segunda Guerra Mundial no ocurrió el
derrumbe de la lealtad de los colonizados, tan esperado por los
japoneses: fueron millones los hindúes que lucharon contra el
imperio nipón.
En 1947, los británicos -cansados de la guerra, considerando que
el imperio era un gasto oneroso para los tiempos de crisis y tomando
en cuenta la presión anticolonialista de Estados Unidos-, entregaron
con indiferencia la independencia a India.
Una vez retirada la autoridad inglesa, el poder fue transferido a
Gandhi y Nehrú, que habían desatado un movimiento
independentista que no controlaban del todo; tampoco tenían un
conocimiento profundo de su país, pero podían hablar y entenderse
con la vieja élite colonial, pues habían estudiado en universidades de
la metrópolis.
El nuevo país de inmediato se enfrentó a la división entre hindúes
y musulmanes, y a la fuerza desintegradora territorial. En primer
lugar, estuvo el conflicto secesionista con Pakistán; ésta fue una
guerra que costó 500 mil vidas;199 pero la anarquía provocada por la
independencia, originó muchos más decesos. La guerra por
Cachemira en contra de su vecino del norte volvió en 1965, 1971 y
1973, es decir, cuando las cosas se ponían difíciles en términos
económicos y de legitimidad para el gobierno de India.
Después de los ingleses y los pakistaníes -a quienes Nehru culpó
exageradamente de los males de India-, apareció un chivo expiatorio
más abstracto: el imperialismo occidental. Estar en contra de todo lo
que consideraba parte de la conspiración mundial de los capitalistas
le había llevado a apoyar las brutales políticas de China en el Tíbet.
Esto cambió en 1959, cuando los

199
Es la cifra que Stanley Wolpert calcula en A New History of India (1993). Cfr. Mat-thew
White, "Secondary Wars and Atrocities of the Twentieth Century", disponible en
http://necrometrics.eom/20c300k.htm#India, consultado el 20 de abril de 2012.

109
Jorge Federico Márquez Muñoz

chinos hicieron la guerra a India y el orgulloso líder pidió ayuda a


Estados Unidos.
En décadas recientes, India se ha insertado a la globaliza-ción, la
clase media se ha norteamericanizado y el nacionalismo
anti-islámico disfrazado de lucha contra el terrorismo se ha
reforzado. Por lo cual, la agenda política de India ha consistido en
fortalecer la alianza con Occidente y con China. En cuanto a la
relación entre India y Pakistán, debido a que ambas naciones
cuentan con la bomba atómica, el conflicto ha bajado de perfil y
sólo quedan de él ocasionales amenazas y escaramuzas en
Cachemira.

110
SEGUNDA PARTE

EL IGUALITARISMO SUBORDINADO
EL ISLAM

T os avaros, guerreros nómadas montados de las estepas, que I en


oriente eran conocidos como los Yuang-Yuang, pusie-JL^ron en
jaque al imperio Wei del norte de China en los siglos iv y v, hasta
que fueron expulsados del territorio chino; para ello, los wei
contaron con el apoyo de los turcos,1 que tomaron el Gobi y cuyo
jefe adoptó el título de kan. En su huida hacia occidente los avaros
desplazaron a los búlgaros, quienes se asentaron en los Balcanes.
Ahí se dedicaron al saqueo hasta ser sometidos, siglos más tarde, por
los otomanos.
Por su parte, los avaros tomaron Hungría e incluso, en el 626,
sitiaron Constantinopla. Eran una amenaza hasta que Carlo-magno
los derrotó y más adelante, sus tierras fueron ocupadas por los
magiares, el último de los pueblos nómadas montados que migró de
la estepa a Europa central.
A mediados del siglo vi, el imperio turco se había extendido hasta
el río Oxus; ahí, hicieron causa común con los persas contra los
eftalitas, a quienes les arrebataron sus tierras. Pero pronto llegó la
decadencia. Las divisiones clásicas de los pueblos ecuestres de las
estepas, cuyos guerreros tendían a la
1
Habían trabajado para los avaros de oriente como herreros y guerreros auxiliares. Tras
aplastar una rebelión de un pueblo sometido, los líderes turcos esperaban casar a uno de sus
hijos con una princesa yuang-yuang, pero esto les fue negado. Por el contrario, los wei
ofrecieron en matrimonio a una doncella noble y se ganaron su apoyo.

113
Jorge Federico Márquez Muñoz

descentralización, provocó un conflicto en el corazón mismo del nuevo


reino. La dinastía Tang aprovechó el desorden y dio el golpe de gracia al
imperio turco, en una guerra que culminó en el 751 con la batalla del río
Talas (Kirguizistán); pero a la disolución de este imperio también
contribuyó la aparición de un nuevo enemigo que venía de Oriente Medio:
los árabes.
En el momento en que los turcos chocaron con los árabes, éstos se
encontraban cerca de

concluir una de las mayores campañas de conquista en la historia; una


campaña que había transformado a una etnia tribal casi desconocida
del desierto de Arabia en dominadores de gran parte de Oriente Medio,
todo el norte de África y España; habían puesto en peligro el imperio
bizantino, destruido el persa y fundado el suyo propio [...] Su pauta de
conquista era creativa y unificadora. Aunque posteriormente tendrían
conflictos internos, el primitivo imperio árabe era un todo que
rápidamente se entregó a las artes de la paz.2

Los gobernantes islámicos abrazaron la civilización y mostraron gran


capacidad para emanciparse del estilo de vida de campaña. Más aún, los
árabes demostraron sus habilidades para transformar la guerra en sí.

Los cristianos no habían logrado sentar unanimidad respecto al criterio


de que el guerrero fuese también creyente; el ideal del martirio siempre
había sido tan fuerte como el de la lucha justificada. Pero los árabes, en
sus años de conquista, jamás se vieron afectados por tal dilema. Su
nueva religión [...] era una fe agresiva que propugnaba la necesidad de
someterse a las enseñanzas reveladas y concedía a sus creyentes el
derecho a tomar las armas contra los adversarios. Fue [...] el islamismo
el espíritu de

2
John Keegan, op. cit., p. 239.

114
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

las conquistas árabes, los conceptos islámicos los que convirtieron


a los árabes en un pueblo militar y el ejemplo del fundador de su
religión, Mahoma, lo que les hizo convertirse en guerreros.3

En el siglo vi, las enormes riquezas de la encrucijada comercial de la


Meca se encontraban controladas por los ancianos de los clanes
mercantiles principescos, lo que producía tensiones generacionales.
El igualitarismo de las tribus nómadas fomentaba aún más el
descontento de los jóvenes. Fue así que surgió una banda de
segundones resentidos, provenientes de diversos clanes, unificados
por una doctrina universal y el liderazgo vigoroso de Mahoma.
Por otra parte, en el oasis de Medina tenía lugar el
enfrenta-miento entre dos confederaciones de tribus que había
llevado a un sangriento conflicto y al desorden. Los medinenses
invitaron a un forastero para que arbitrara sus diferencias y los
gobernara: de nuevo se trató de Mahoma.4
Adicionalmente, los árabes estaban impresionados por el poderío
de los bizantinos y los sasánidas, y atribuían la grandeza de sus
imperios a las religiones que habían abrazado: el cristianismo
monofisitay el ortodoxo, el primero; y una mezcla de judaismo,
cristianismo nestoriano y zoroastrismo, el segundo. Además, las
doctrinas salvacionistas eran atractivas para muchos árabes por su
universalismo.5
Los árabes, al seguir a Mahoma,6 sentían que hacían suya una
civilización superior, tal y como lo habían sentido los germanos al
integrarse al imperio romano. ¿Por qué entonces no adoptaron
simplemente una de las religiones ya existentes en lugar de seguir a
Mahoma? Por el éxito militar del profeta en Medina y porque
llevaba un mensaje más sencillo que las
3
Ibidem, p. 240.
4
Cfr. Montgomery Watt, "Muhammad", The Enciclopedia of Religión, vol. 10, p. 138
y sigs.
5
Con excepción del judaismo, todas las doctrinas salvacionistas lo son.
6
Quien se consideraba a sí mismo heredero de la tradición de Moisés y Jesús.

115
Jorge Federico Márquez Muñoz

doctrinas ya existentes,7 que aportó un consenso normativo en el


cual, la máxima de la reciprocidad fue primordial. Según expuso el
profeta: "Ninguno de ustedes cree realmente hasta que no desee
para su hermano lo mismo que para sí mismo".
La raíz de la palabra Islam es salam, "paz"; y su sentido literal es
"estar liberado de algo" o "ganar paz respecto a algo". Aquellos que
participan en el acto de rendición ante Alá son llamados
musulmanes. Al someterse a la voluntad de Dios uno se libera
también del error, la desviación y la corrupción, al tiempo que se
integra a la Unidad Divina.
En algunos párrafos, el Corán llama a Dios "La Paz" y le
atribuye el significado de lo que está absolutamente liberado de
todos los defectos e imperfecciones. En Sí Mismo, Alá no conoce la
violencia ni el antagonismo.
Según el Islam, todo aquello distinto a Dios es imperfecto. La
verdadera paz pertenece sólo a Él mientras que la naturaleza de sus
creaturas es incompleta y efímera. El desafío para los musulmanes
es buscar la total autocomprensión y, en la búsqueda por la paz
última, acceder a Dios.
Para el Islam, la paz de Dios deriva de Su Unidad. Él es único en
cada aspecto, así que no hay nada en Sí Mismo que no sea Sí Mismo
que pueda oponérsele. Su Yo es completamente distinto al yo
humano, que está inundado de pensamientos y sentimientos
contradictorios. Los seres humanos nunca están en plenitud consigo
mismos. La paz como tal, pertenece sólo

7
Tiene un credo breve: "Alá es el único Dios y Mahoma su profeta". Repetir esta frase y
practicar los siguientes pilares del Islam, constituyen a un musulmán: pagar el impuesto para
las limosnas; rezar cinco veces cada día; ayunar durante el Ramadán; y hacer la
peregrinación anual a la Meca.
En la época de Mahoma el credo consistía en: la creencia en un Dios omnisciente; creer
que llegaría el día del Juicio Final; el reconocimiento de que Alá había enviado a Mahoma
para predicar su doctrina y advertir sobre el fin de los tiempos; y finalmente, en abrazar la
necesidad de llevar, individualmente, una vida ética -con especial énfasis en la generosidad-
y de adoración a Dios.
Posteriormente se agregó la creencia de que Alá reivindicaría a sus profetas y
seguidores contra sus enemigos.

116
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

a Dios y su opuesto, es decir, la violencia, es lo propio de todo


aquello que no es Dios.8
El verso LI:56 del Corán dice: "Sólo he creado al ser humano para
alabarme". Según el Islam, si comprendemos esto contribuimos a la
armonía y tenemos contacto directo con el Creador. El antagonismo
es el alejamiento de la alabanza a Dios, que es sustituida por la
alabanza a las cosas mundanas.
¿Es entonces el Islam una doctrina pacifista?, ¿hay una grave
paradoja entre el ideal y la realidad de los musulmanes? No, pues el
Islam justifica el conflicto bajo ciertas circunstancias.

La violencia es inherente al mundo y el mundo es la creación de


Dios. Por tanto, todos los conflictos [...] deben trabajar para una
finalidad Divina, aunque parezcan malos ante nuestros ojos. [De
cualquier manera] los teólogos musulmanes han comprendido
que en Dios la Piedad antecede a la Ira, porque la Piedad de Alá
representa la naturaleza divina en sí misma, mientras que la Ira es
un atributo que sólo adquiere en relación con ciertas creatu-ras.
Dios es piadoso con todas las creaturas e iracundo sólo con
algunas; más aún, Su Ira es sólo una extensión de Su Piedad.9

Estamos ante una lógica como la enunciada por Spinoza al referirse


a la suma de bienes y males concretos, que ofrece como resultado el
bien mayor; a esto mismo se refiere Louis Dumont con el concepto
"englobamiento del contrario". En el Corán, encontramos la noción
de que "todo en los cielos y la tierra glorifica a Dios y la
glorificación de todas las creaturas es un tipo de trabajo que alimenta
la armonía".10
El conflicto ocurre porque la verdadera religión es desconocida
por la mayoría de los hombres.11 Aquellos que obedecen
8
Cfr. Qamar-ul Huda, "The problems of violence and conflict in Islam", Contagión,
vol. 9, primavera 2002, Loyola University, Chicago, 1996, pp. 82-84.
9
Cfr. Ibid., p. 85.
10
Cfr. Las secciones del Corán XXIV:1, LVII:1 y LXI:1.
1
Cfr. Ibid., XII:40.

117
Jorge Federico Márquez Muñoz

la ley de Dios son los que realmente la conocen; pero si los hombres
deciden ignorar las leyes divinas, surge el conflicto entre Alá y la
creación.

1. Violencia para mantener el orden de la utnma

La doctrina del Islam convirtió a sus seguidores en la umma, una


comunidad basada en la fe, no en el parentesco. El Islam es una
religión universal e igualitaria, en el sentido en que lo es el
cristianismo. Para ser musulmán, hace falta tener la voluntad de
creer en la doctrina y seguir sus preceptos sin importar la raza, la
etnia, el género, ni tampoco la condición social.
El modo más profundo mediante el cual el Islam ejerce sus
poderes sociales y mantiene la unidad a través de la familia y la
cultura, consta de: la lingua franca,12que era a la vez el único medio
de alfabetización hacia finales del siglo VIII; el control de la
educación;13 las restricciones en la traducción del Corán; el derecho
sagrado;14 y los rituales.15 Con todo ello se logra un poder difuso y
extensivo de comunidad, con un alto nivel de penetración en la vida
cotidiana, aunque se acepta un orden social heterogéneo.
El Islam lidia de dos formas con la violencia: una respecto a los
propios musulmanes; y otra, frente a los infieles. En la primera
clasificación hay tres métodos: el autocontrol, el rechazo a la
creación de chivos expiatorios y la defensa legítima contra quienes
violan la ley divina.

12
El árabe.
13
En muchas sociedades musulmanas, el Islam posee el monopolio de la educación
incluso en la actualidad.
14
La shariah, que abarca todos los aspectos de la vida y es administrada por ulemas,
los sacerdotes eruditos. La aceptación de esta ley es muy amplia porque se trata de un
derecho que se adapta al consenso de la comunidad donde se aplica, incluso cuando
esto desafía los dictados de los gobernantes.
15
Cinco plegarias al día, ayuno y peregrinación.

118
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

En cuanto a los infieles, el Islam tiene una actitud misionera, que


va desde la yihad violenta hasta las campañas de atracción de los
infieles por la civilización superior; y en segundo lugar, cuando los
musulmanes encuentran que no pueden convertir a la fe islámica a
las otras civilizaciones, tienen entonces actitudes de profunda
desconfianza combinadas con desprecio y envidia.
El autocontrol se sintetiza en un concepto teológico: la conta-
bilidad de cada creyente. Toda acción produce consecuencias,
principalmente las tendrá en el encuentro con el Creador en el más
allá. Los árabes llaman taqwa al hecho de estar consciente de que las
acciones de uno están siendo contabilizadas por Dios.16
En el Islam aparece la idea de que el hombre fue creado con
imperfecciones para sobrepasarlas y así probar su "rendición ante el
único Dios". El "olvido de Alá", es decir, ignorar las leyes divinas,
debe ser superado con el "recuerdo". Para estudiosos del Islam como
al-Ghazzali (siglo xu) y Muhyiddin Ibn Arab (siglo xm), mientras
más cerca están conectados los seres humanos a la Gracia Divina,
más fuerte es el vínculo de armonía con la Paz Divina. Pero la paz se
pone en riesgo si este vínculo se debilita; tal cosa ocurre por error,
por el libre albedrío o por negligencia.
La unicidad de Dios, tawhid, es aquello por lo que deben luchar
los seres humanos en su interior, su corazón, mente y espíritu. La
afirmación de tawhides activa, y cada creyente debe luchar por ella
todos los días a través de la piedad y el reconocimiento divino. El
Corán ordena a los creyentes trabajar para establecer una vida de
tawhid, y describe la lucha para lograrlo como yihad; el término se
usa en muchas ocasiones en el Corán en el sentido de obtener una
vida de "conciencia de Dios", que significa resistir a las tentaciones
de las cosas malas.17 Según la

16
"Temer a Dios" o "cuidarse uno mismo del mal", son expresiones que aparecen
en el Corán (11:197; 11:237; V:2; V:8).
17
El Corán habla de la lucha en el alma en el sura XCVI: 6.

119
Jorge Federico Márquez Muñoz

teología islámica, para ser un creyente pleno o incluso un ser


humano completo, hace falta estar con Dios; sólo mediante la
proximidad con Alá se puede alcanzar la paz con ÉL
La combinación de tawhidy taqwa no está relacionada exclu-
sivamente con la relación Dios-individuo, sino también con la
interacción del yo con la comunidad para la justicia social y la
derrota de la corrupción. En los versos coránicos está claro que
tawhidy taqwason mandatos de Dios para los creyentes; pero en el
espectro general de la unidad divina, estos dos conceptos se
complementan mutuamente y también llevan al individuo a pensar
en sí mismo y en la comunidad.
En cuanto al rechazo a la creación de chivos expiatorios, está la
noción del autosacrificio, que implica aceptar que somos
responsables de nuestras fallas. La historia de Abraham en el Corán
nos recuerda que, incluso en contra de nuestro juicio y deseos, hay
un nivel de violencia necesario para probar nuestro amor y
obediencia a Dios.18 Los musulmanes tienen razones teológicas
para recordar, con la situación del profeta, lo que significa matar
para el Señor.
En la historia de Abraham vemos la sustitución de humanos por
animales, que hace a los creyentes ver la vida por sí sola y la vida
tomada -la lucha por mantener la vida y la resistencia a la muerte-
como un sacrificio divino.
La otra manifestación del autosacrificio es la caridad o zakat,
uno de los mayores artículos de fe del Islam. La raíz de la palabra
significa purificarse uno mismo o lavarse uno mismo. Al dar
nuestras posesiones a otros, comenzamos a reconocer que lo que
tenemos es prestado, una bendición de lo divino.
La idea islámica de zakat es también un agradecimiento a Dios
por todo lo que nos regala. La práctica de la caridad aleja a los fieles
de la locura mundana, de la alienación del yo respecto a sí mismo, y
del yo respecto a la comunidad. En fin, el autocontrol y el rechazo a
la exteriorización de la violencia
18
Cfr. los versos coránicos XXXVII:104-113, donde Dios pide a Abraham sacrificar a
su propio hijo.

120
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

mediante chivos expiatorios implica la valoración de los bienes


internos por encima de los externos.
El Islam es una religión antisacrificial, al menos con quienes
están dentro de la umma. Por el contrario,

la sociedad pagana, la sociedad no revelada, es una estructura de


violencia sagrada que sobrevive mediante chivos y expiatorios
sacrificados que producen cultura. Lo hacen, en primer lugar,
mediante la repetición de rituales sacrificatorios, que recuerdan el
primer asesinato. Posteriormente, mediante prohibiciones, leyes
religiosas que ponen de relieve la diferenciación y así previenen
la crisis de la indiferenciación [...] En tercer lugar, mediante el
mito, la narración de la violencia originaria contada desde el
punto de vista de los perpetradores, encubriendo su violencia. El
monoteísmo islámico es un antídoto para lo pagano-sagrado. En
términos de la teoría mimética todas las grandes religiones son
más o menos una reacción contra [...] la violencia generadora; y
una de las marcas de su grandeza reside en el candor con el cual
tratan el problema de la violencia residual en ellas mismas.19

En la tradición bíblica, el monoteísmo aparece por primera vez en el


Deutero Isaías. Ahí, la experiencia judaica del exilio lleva al profeta
a percibir a Dios sólo como el Ser Supremo de Israel, sino como el
Dios de todo el mundo; de hecho, puede trabajar a través de Ciro, rey
de los Medos y los Persas. Se habla del monoteísmo por primera vez
en el mismo texto en el cual la figura del Sufriente Sirviente de Yavé
aparece. La emergencia del monoteísmo va de la mano del
reconocimiento de que la víctima es inocente; es decir,
desmitologiza a la víctima sagrada de la divinidad pagana.
Respecto a quienes trasgreden la ley divina, recordemos que hay
dos tipos de yihad: la interior, que lucha para eliminar la guerra, la
división en el sujeto y alcanzar la paz con Dios; y
19
Qamar-ul Huda, "Response to Qamar-ul Huda", Contagión, op. cit.yp. 100.

121
Jorge Federico Márquez Muñoz

la segunda, la externa, que significa trabajar para alcanzar una


sociedad justa. La yihad puede ser entendida aquí como la
persecución de los delitos.
Encontramos distintos tipos de falta, graduados de acuerdo a su
gravedad y castigados según la sociedad islámica específica. Uno
de los delitos más graves es la apostasía; quien fue musulmán pero
se ha convertido a otra religión, por ejemplo en Arabia Saudita, es
condenado a pena de muerte.20 Otros pecados también castigados
con severidad son la calumnia, el adulterio, el robo, el bandidaje y
beber vino.21
El derecho islámico es muy complejo, derivado de la inter-
pretación del Corán y de algunos otros instrumentos auxiliares,
como los edictos de los monarcas o las interpretaciones de los
jueces.22 Para asegurar el cumplimiento de las leyes, se creó la
shura, una especie de policía que está atenta lo mismo del cum-
plimiento de las normas divinas, que de las humanas; persigue al
que blasfema igual que a quien viola un contrato comercial.23

2. Igualdad para la guerra

En cuanto a la yihad externa, recordemos que la hay de dos tipos: la


que contribuye al orden en la ummay surge cuando la yihad interior
ha fallado (i.e. alguien comete un delito); pero también está la yihad
externa para los infieles.
El Islam tiene una vocación misionera: exporta su fe. Cuando los
musulmanes logran islamizar a otros pueblos, éstos son aceptados
como parte de la civilización, es decir, adquieren todos los derechos
de los islámicos. Pero el igualitarismo coránico poco tiene que ver
con el moderno:
20
Cfr. Ibid., p. 102.
21
Cfr. Giorgio Vercellin, Instituciones del mundo musulmán, trad. José Ramón Mon-
real, Bareclona, ed. Bellaterra, 2006 (Iaed. en italiano 1993), pp. 174 y 215.
22
Cfr. Ibid.,pp. 276 y 302.
23
Cfr. Ibid., p. 308.

122
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

si el fundamento de la obligación política se encuentra en la sumi-


sión a la Ley de Dios, ésta concierne igualmente al conjunto de los
creyentes; por la misma razón, la umma tiene que ser igualitaria:
las distinciones de clase o de condición carecen de fundamento le-
gítimo. Finalmente, la comunidad no podría dividirse en sectores
de cumplimiento de la función social: por naturaleza es política y
no tiene mucho sentido distinguir en ella a una sociedad política y
una sociedad civil.24

El Islam, al igual que los demás monoteísmos, es una religión basada


en principios contra la violencia, tal y como se puede apreciar en el
vínculo etimológico entre Islam, salaam y sha-lom, en la relación de
la perfección de Dios y en la perfección del creyente, que se alcanza
como el cese de la violencia, dado que la imperfección es el status de
un deseo incumplido. La satisfacción de Alá es el estado de paz.
Pero si el Islam está intrínsecamente estructurado como paz y
tolerancia, cabría preguntarse por qué su historia está marcada por la
guerra y la violencia; las respuestas que hasta aquí se han ofrecido
son: por su necesidad de mantener el orden social y por su
inestabilidad política; pero hay otras explicaciones, como el hecho
de que algunos islámicos, en ocasiones y pese a su conversión,
conserven algunas prácticas paganas; tal es el caso del maltrato a las
mujeres bajo algunos regímenes islámicos, que llega al extremo de la
clitoridectomía obligatoria. En realidad muchas de las prácticas más
discutibles en estados musulmanes no son atribuibles al Islam, sino a
la barbarie preislámica.
La última respuesta a la pregunta de por qué el Islam alberga
tanta violencia es su vocación misionera en un contexto que le ofrece
resistencia. No suele ser sencillo que un pueblo decida cambiar de
religión.

Bertrand Badie y Guy Hermet, op. cü.fp. 165.

123
Jorge Federico Márquez Muñoz

Pese a sus deficiencias, los ejércitos árabes25 obtuvieron victorias


espectaculares en territorios diversos y distantes. En gran medida esto se
debía al recurso del camello, que les permitía llegar por sorpresa por
terrenos casi intransitables (cerca del campo de batalla, claro está,
sustituían a sus lentos animales por caballos). Otra táctica que les resultó
eficaz fue elegir terrenos con obstáculos para las batallas, que dieran
ventaja a sus arqueros y que abrieran la posibilidad de escapar
-preferentemente por un desierto-, si el combate no les favorecía.

Esas dos características del modo de hacer la guerra -servirse de


obstáculos y facilidad de huida- son típicamente primitivas, [...] Pero
[...] si los árabes eran guerreros primitivos, ¿por qué salían victoriosos
en los combates contra los ejércitos disciplinados y organizados [...]?
Era la fuerza aglutinante del islam con su gran énfasis en combatir por
la fe lo que los hacía tan invencibles en la batalla. Las tácticas
primitivas son eficaces si al combatiente le mueve la fe en una victoria
segura y está siempre dispuesto a volver a la lucha, por mucho que
tenga que renunciar con frecuencia a ella porque la suerte le sea
adversa [...]
Otro pilar de su estrategia era ganarse el apoyo de la población del
terreno en que operaba. Los ejércitos árabes se beneficiaban [...] de la
presencia en las tierras que invadían de población sedentaria
constituida por [...] árabes que habían renunciado a la vida del desierto,
que sentían fuertes lazos culturales con ellos y que estaban [...]
predispuestos a ponerse de su parte en cuanto escuchaban la doctrina
de fraternidad predicada en nombre de Alá.26
25
"Lo que hace aún más sorprendentes las victorias árabes es la mala calidad relativa
de sus ejércitos. Los árabes, a pesar de llevar siglos guerreando en el desierto, no tenían
experiencia de lo que es la guerra intensiva; eran guerreros primitivos cuya modalidad
preferida de acción era la incursión (ghazwá). Tampoco sus dotes de mando parecen
haber sido [...] magistrales y, desde luego, no contaban con la ventaja de una mejor
técnica armamentística ni militar. El caballo árabe era ya un animal veloz, brioso y
elegante, mimado y hasta alimentado a mano; un ejemplar casi de aspecto distinto
del pequeño caballo peludo de la estepa, pero su número era escaso". John Keegan.
op. cit., p. 243.
26
Md., p. 244.

124
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

Dado su igualitarismo27 y fe, en los inicios del Islam, los mu-


sulmanes se enfrentaron en combates que implicaron a cientos de
hombres a la vez, contra las fuerzas tradicionales; la nación del Islam
fue más eficaz para luchar en los combates cuerpo a cuerpo, que las
tribus fragmentadas. Desde el principio, esta religión fue un dogma
de guerreros,28 el cual elevaba la moral de los combatientes29 que
seguían una vida disciplinada bajo instrucción militar y se mantenían
del impuesto para las limosnas y el botín.30 El hecho de que el Islam
no rechazara la riqueza fue un incentivo para atraer a muchos
mercaderes, saqueadores y masas de aspirantes a la riqueza.31
El Islam avanzó con rapidez: los yihadistas conquistaron la Meca
en el 630, Siria seis años más tarde, Irak un año después,
Mesopotamia en el 641, y posteriormente siguieron Egipto (642),
Irán (651), Cartago (698), la región del Indo y España en el 711. En
muchas batallas vencieron a ejércitos mejor equipados, con mayor
movilidad y coordinación debido a que sus

27
"El islamismo disolvió los dos principios por los que con anterioridad se había he
cho la guerra: territorio y parentesco. En el islam no podía haber territorialidad porque
su destino era someter todo el mundo a la voluntad de Alá. Islam significa sumisión,
y musulmán, el que está bajo ella. Sólo cuando toda la Casa de la Guerra hubiese sido
integrada en la Casa de la Sumisión se habría cumplido el destino del islam; entonces
todos los hombres serían musulmanes y, por consiguiente, hermanos". Ibid., p. 242.
28
He aquí la limitación más importante del igualitarismo islámico: en una socie
dad de guerreros las mujeres quedan subordinadas y el patriarcado se refuerza. Cfr.
Fazlur Rahman, "Islam", Mircea Eliade, TheEncyclopedia of Religión, vol. 7, Nueva York,
Mcmillan, 1987, p. 303.
29
Muchos de ellos, otrora temibles bandidos y muchos otros, caballeros profesio
nales.
so "Mahoma, además de ser un guerrero que había sido herido en la batalla de
Medina contra los opositores de La Meca en el 625, era también un predicador, y en su
última visita a La Meca en el 632 estipuló que, aunque los musulmanes eran hermanos y
no debían combatir entre sí, sí que debían luchar contra los demás hasta que éstos
admitieran que no hay más dios que Dios". John Keegan, op. cit., p. 240.
31
En el Islam no hay contradicción entre devoción y bienestar material. Mahoma
mismo fue un mercader que sabía la utilidad de la riqueza y esperaba que la umma la
acumulara, pues es un importante poder colectivo. Más aún, el profeta "atacaba a las
caravanas de los ricos mercaderes no creyentes que iban a La Meca y utilizaba el botín
para promocionar su causa. Y fue un ejemplo que siguieron los guerreros de su religión
asaltando los ricos reinos de Bizancio y Persia". Ibid., p. 241.

125
Jorge Federico Márquez Muñoz

rivales no contaban con una moral comparable. En todo lugar que


vencían, el Islam se imponía como la "verdad revelada" y así se
creaba una comunidad ética extensiva; se cimentaba un orden moral
trascendente, aunque custodiado por líderes locales, es decir, no
centralmente coordinado, sino difuso.
El primer gran ejército que enfrentó al islam fue el persa, pero se
trataba de un imperio multirreligioso con una mayoría zoroástrica
débil.32 Después apareció Bizancio,33 ciudad a la que sitiaron los
musulmanes en el 647 y en el 717, pero cuyo imperio resistió.34 El
Islam conquistó ahí donde las iglesias siria, armenia, copta y
muchas otras del norte de África debilitaban el sentido de
pertenencia a la ortodoxia imperial.
El gran ejército del Islam avanzó también hacia el Oriente,
donde conquistó parte de Anatolia, Afganistán, cruzó el Oxus y
llegó hasta la Transoxiana. En el 715, en el río Talas, los abasíes
derrotaron a los chinos por el dominio de las grandes ciudades de
Bujará y Samarcanda en la ruta de la seda.
Cabe preguntarse, ¿por qué el Islam atrajo no sólo a los árabes,
sino a casi todos a quienes conquistó? En parte, por la debilidad de
sus rivales y en parte, por su propia fuerza. Por ejemplo, en el
sureste, el cristianismo no había conseguido la
32
Persia padecía "la debilidad de su posición geográfica entre la estepa y las fértiles
tierras de Mesopotamia; [...] se había enfrentado a un adversario tan poderoso, hábil
y decidido como Alejandro Magno, de modo que su dinastía había sido suplantada y
sus posesiones imperiales quedaron repartidas entre los generales del macedonio
Seleuco". Pero los conquistadores no pudieron "helenizar a la sociedad persa, y su
imperio acabó en manos de los partos, otro pueblo iranio originario de Asia central
que, [era] un pueblo ecuestre [que] asimiló en seguida la civilización, fundó un
gran imperio y, entre el primer siglo a. J.C. y principios del tercero de nuestra era,
constituyó el principal enemigo de Roma en Oriente Medio [...] La constante tensión
bélica arruinó a Persia, [además era] hostigado por los nómadas que entraban por
su frontera con la estepa [...]
Cuando en el 633 un ejército árabe invadió el norte de Mesopotamia, las fuerzas
persas no eran ni sombra de lo que habían sido [...] En el 637, en Quadisiya, cerca del
moderno Bagdad, lograron el triunfo para el islam en Persia". Ibid., p. 242.
33
Bizancio había gastado sus energías peleando contra los avaros en el norte y del
603 al 628 había sostenido una larga guerra contra Persia.
34
Al Imperio de Constantinopla los árabes sólo le arrebataron las partes que
estaban menos integradas.

126
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

integración plena, al grado de que persistían doctrinas e instituciones


separadas, como la armenia, la siria y la copta.
Asimismo, una de sus mayores fortalezas era su flexibilidad:
ofrecía tanto un orden local y tribual,35 como uno más amplio;36 era
el vínculo federalista entre el meso y el macrocosmos. Los
burócratas, sobre todo del imperio sasánida -quizás la estructura
política más compleja que cayó en manos del Islam-contribuyeron a
la creación de un nuevo imperio,37 en el cual participaban con
orgullo. Además, éste era de gran atractivo para los comerciantes,
quienes veían en una zona culturalmente integrada, la posibilidad de
un enorme mercado.

3. Un mundo qué conquistar

El mensaje de Mahoma respecto a los propios musulmanes es que


comparten responsabilidades y tienen obligación de ayudarse
mutuamente (i.e. mediante la caridad); por el contrario, esta
obligación es distinta respecto a quienes están fuera de la umma:

los no creyentes dispuestos a vivir bajo la autoridad coránica tenían


derecho a protección y, en sentido teórico estricto, los ajenos a la
umma que aceptaban la paz no debían ser atacados, pero en la
práctica los vínculos de la umma coincidían con los de la Casa de
la Sumisión (Dar el-Islam), y fuera de ella, inevitablemente, estaba
[...] Dar el-Harb. Y con esta Casa de la Guerra entró en conflicto
el Islam a partir de la muerte de Mahoma en el 632.38

Desde el inicio, el Islam hizo una diferenciación legal entre aquellos


territorios que habían sido conquistados por la fuerza (anwa-
35
Al fin y al cabo era el heredero de la religión de Abraham y en sus orígenes, a
judíos o cristianos que entraban a la umma, se les asignaba una tribu árabe.
36
En tanto religión salvacionista, abierta a todo el que quisiera ingresar en ella.
37
Organizaron sistemas de impuestos y ejércitos imperiales.
38
John Keegan, op. cü.yp. 240.

127
Jorge Federico Márquez Muñoz

tan) y los adquiridos mediante una tregua o rendición pacífica


(sulhari). Esto impactaba directamente a las normas para el trato a
la población del territorio recién adquirido: "Según la tradición, la
diferencia se simbolizaba en la mezquita todos los viernes. En los
territorios tomados por anwatan, el predicador llevaba una espada;
en los tomados en sulhan, un bastón de madera".39
Pero el Islam también reconoce un estado intermedio, entre Dar
el-Islam y Dar el-Harb: Dar al-Sulh o Dar al-Ahd, la Casa de la
Tregua o de la Alianza. Se trata de aquellas regiones cuyos
gobernantes establecían acuerdos con la élite islámica, según los
cuales pagaban un impuesto a cambio de conservar la autonomía en
sus asuntos internos. "Uno de los primeros ejemplos fue el acuerdo
suscrito por los califas omeyas en el siglo vn con los príncipes
cristianos de Armenia". Otro, la tregua acordada en 652 d.C. con los
cristianos de Nubia, gracias a la cual "no pagaron una capitación
sino que aportaron un tributo anual consistente en un número
concreto de esclavos".40
El Islam es tolerante con quienes en su territorio practican otras
religiones, siempre y cuando no sean considerados una amenaza y,
más aún, acepten una cierta dosis de humillación. En el Corán ix,
29, leemos: "Combatid contra quienes, habiendo recibido la
Escritura, no creen en Dios ni en el último Día, ni prohiben lo que
Dios y Su Enviado han prohibido, ni practican la religión
verdadera, hasta que, humillados, paguen el tributo directamente".
Pero el pago del tributo denigrante no era la única desventaja de
los infieles que habitaban en tierras de los fieles; otras eran "la
obligatoriedad de portar vestiduras o emblemas distintivos, así
como la prohibición de llevar armas, montar caballos, poseer
esclavos musulmanes o derribar edificios musulmanes".41

39
Bernard Lewis, La crisis del islam. Guerra santa y terrorismo, trad. Jordi Vidal,
Barcelona, Ediciones B, 2003 (Iaed. en inglés), p. 61.
40
Ibid., p. 62.
41
Ibid.9p. 65.

128
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

El orden político islámico hace referencia al conjunto de


creyentes y es por ello que carece de límites territoriales fijos, de
fronteras. Pese a esto, y por mera necesidad histórica, los
musulmanes aceptan el Estado; pero sólo como una entidad
transitoria que contribuirá a la expansión mundial de su fe, y ayudará
a convertir el globo en dar ai-Islam. De aquí derivan algunas
dificultades:

la inclusión del mundo musulmán en un orden internacional que


remite a un derecho y unas prácticas que la mayor parte del
tiempo no se conforman a la construcción islámica de lo político; y
la superposición [...] de una pluralidad de sistemas políticos
territorializados que son los depositarios más o menos ilegítimos
de lo esencial de las funciones políticas.42

El Islam nació en medio de un mundo tribalizado y su obra política


esencial fue, desde el inicio, unificar a las tribus para construir un
ámbito político continuo.
Tras el impresionante avance del Islam en sus primeras décadas,
sus seguidores se toparon con dificultades: donde los guerreros de la
umma combatieron contra fuerzas moralmente similares, fueron
vencidos. Esto fue lo ocurrido en Constanti-nopla en el 718 y en
Tours y Poitiers en el 732.

En ambos casos, los atacantes islámicos se encontraron con sus


alter egos defensivos: la moral de fortaleza de la hierática iglesia
ortodoxa oriental, y el honor y la fe aristocráticos del caballero
con armadura pesada. Las dos situaciones de empate militar y
religioso duraron, respectivamente, setecientos cincuenta y casi
mil años. Dentro de esos límites, Dios estaba de parte del Islam.43

Después de estas derrotas, el imperio musulmán se dividió y nunca


más logró reunificarse políticamente; el celo militar de
42
Bertrand Badie y Guy Hermet, op. ciL, p. 166.
43
Cfr. Michael Mann, Las fuentes del poder social, 7, op. cit., p. 492.

129
Jorge Federico Márquez Muñoz

los guerreros sagrados originaba ahora el periodo de las luchas


intestinas. Pese a las divisiones políticas, la umma se ha mantenido;
los debates doctrinarios con impacto en la organización social44 no
han implicado una ruptura radical y el Islam, al igual que el resto de
religiones salvacionistas, es aún una ecúmene religiosa aunque no
político-religiosa, pues carece de una organización eclesiástica
centralizada y autoritaria.

4. Problemas de legitimidad del gobernante

El Islam es una civilización monista basada en el principio de


Unidad (tawhid), para lo cual es clave la obediencia de los subditos,
la sumisión ante la Ley. Ésta procede de Alá, la máxima autoridad.
Aquí el orden político no aspira a la soberanía humana, el califa
es "el teniente del profeta"45. La delegación del poder es sólo un
instrumento, pues el representante actúa en nombre de Alá, en lugar
del profeta o en ausencia del imán oculto entre los shiítas.
El Islam se convirtió, desde el inicio, en un imperio; pero el
mundo árabe nunca había tenido la experiencia de semejante unidad
política; así fue como los omeyas y los abasidas decidieron imitar a
los imperios persa y bizantino,46 y retomar algunas ideas
neoplatónicas.47
44
El más importante, el de los shiítas -que enfatizan el papel de los líderes sacros-
contra sunnitas -que ponen mayor atención en la comunidad en sí misma.
45
Cfr. Corán, 11:30.
46
De los cuales tomó la organización del poder central, la institucionalización y
la burocracia.
47
Al Mawardi (m. en 1058) intentó confirmar la preeminencia política del califa,
al cual definió como quien dirige a la umma, basa su poder en la Revelación y goza
de legitimidad. "Sus funciones sólo pueden identificarse en términos religiosos:
proteger al Islam y a su comunidad, dirigir la oración, el ayuno, la peregrinación y,
llegado el caso, la guerra santa; velar por que se respete la justicia y por la seguridad
de la umma. El califa, que desempeña este papel en el ámbito fijado por la Ley reve
lada, carece de facultades para completar dicha ley promulgando el dogma: el califa

130
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

El legislador humano es una figura desconocida para los


musulmanes. A lo que aspiran los gobiernos es a ser los intérpretes
de la Ley de Dios o en todo caso, a legislar en materias
secundarias.48 Esta falta de autoridad de los gobernantes ha sido un
factor de inestabilidad política en la historia del Islam y la
interpretación de las autoridades terrenales en ocasiones

no posee poderes teológicos ni legislativos; Dios no le ha delegado la autoridad de decir lo


justo, sólo le ha dado el poder de regir la ciudad. Para ello puede elaborar los
reglamentos administrativos [...] que son inferiores a la ley: [...] puede construir su
Poder-fuerza con ayuda del vizir, el cual carece de legitimidad y posee cualidades
inferiores a las del califa. Al Mawardi también fijó un concepto de la institución del
califato que ha sido llamada a perdurar, aunque se rebatió coyunturalmente, en el
periodo de la conquista de los mongoles. En la época otomana se reinstaló y entró al siglo
xix, es decir, al contexto de adaptación a la'modernidad occidental, con un último
arranque mediante el cual el sultán-califa se esforzaba porque coexistieran en un mismo
papel la función imperial y la del califa, permitiéndole legitimar así su tutela sobre el
conjunto de los príncipes del mundo musulmán. La ineficacia de esta tutela, cada vez
más pronunciada, se manifestó en la creciente autonomización política de los príncipes
de Egipto y de Túnez, en la desaparición de la unión del califato y el sultanato (1920), y
luego en la del propio califato (1924), lo cual marcó la decadencia de este modelo".
Betrand Badie y Guy Hermet, op. cit., p. 167.
48
"El argumento de la necesidad fundamenta las condiciones para la producción
normativa. Además de la ley divina (shari'á) y de las demás fuentes que la complementan
(sunna, ijtihad, ijma), el príncipe debe recurrir a este tipo de argumento para contar con
medios legales que le permitan gobernar: desde la época clásica, el califa debía
promulgar reglamentos administrativos {siyyasa) para llenar los huecos dejados por las
normas reveladas, en los terrenos de la policía y lo fiscal, y por supuesto con la condición
de no contradecir las fuentes legítimas y asimismo con el riesgo de que se considere que
estas normas complementarias cuentan con un fundamento jurídico inferior. Más tarde
se impuso la distinción entre la shari'a y la kanun: esta última considerada sólo como ley
positiva, basada en el argumento de la necesidad, le permitía al príncipe [...] justificar
una producción normativa carente de bases religiosas y muchas veces copiada de las
leyes occidentales [...] En la mayoría de los casos, el juez (fakih) confronta situaciones en
las cuales la referencia a la Ley es insuficiente para solucionar los litigios. Así pues, se
elabora una jurisprudencia [...que es] una fuente de derecho de menor calidad y que sólo
tiene en su favor el argumento de la necesidad pero que, en la práctica, si bien es frágil,
precaria e impugnable por naturaleza, permitió establecer toda una codificación de las
relaciones sociales [...] El caso del mundo musulmán revela el doble y nocivo efecto de los
modelos norao-cráticos: destinados a dar a las normas una legitimidad indudable, hacen
necesaria la producción de una serie de leyes positivas inferiores a ellas y que así dan
pábulo a una discusión permanente acerca de su legitimidad; aunque deberían servir
para limitar el arbitrio del príncipe, en realidad le proporcionan los medios para
asegurarse la producción normativa, desde luego de menor calidad, pero libre del
control previo de legalidad". Ibid., pp. 164-165.

131
Jorge Federico Márquez Muñoz

genera inconformidad entre algunos creyentes: éste es motivo


suficiente para impugnar e intentar derrocar al régimen.
El califato nació como una institución débil, cuestionada; y
como los príncipes musulmanes no pueden aspirar a la legitimidad
divina, invocan distintos argumentos para exigir la obediencia de
sus pueblos: el genealógico, el mesiánico y el funcional.
El primero es el esgrimido por el monarca alauita de Marruecos
y el hashemita de Jordania en la época contemporánea. En ambos
casos, los príncipes exigen obediencia por ser parte de la familia del
profeta.
En el segundo caso, la sumisión la pide un mahdi, que busca
restaurar el orden después de una época de crisis de la umma. Es el
caso de los califas almohades en el Maghreb del siglo xm, de
algunas corrientes en el Irán contemporáneo, y de los intentos -en
los años ochenta- de Gadaffi.49
De acuerdo con el argumento funcional, el príncipe exige
sumisión por ser el defensor de la umma y quien garantiza la
aplicación de la Ley divina y evita el caos (fitna). Este es el ar-
gumento del califato, pero también de la gran mayoría de los
estados musulmanes hasta la actualidad.50
En los tres casos, la legitimidad se presenta como necesidad
coránica: soy gobernante por mi origen, porque restauro el orden o
porque lo hago funcionar; sin embargo, la legitimidad en el Islam se
enfrenta a limitantes, porque se tiende a dotar al príncipe de una
autoridad mediocre, superficial, expuesta a la impugnación de un
grupo que argumente una legitimidad mayor.

La dualidad de lo político en el mundo musulmán, que señala una


oposición entre lo legítimo y lo necesario, también es fuente de

49
Cfr. Daniel Pipes, El Islam de ayer a hoy, trad. Blanca Sagarna y Ramón Patencia,
Madrid, Espasa-Calpe, 1987 (Iaed. en inglés, 1983), p. 328.
50
Cfr. Bertrand Badie y Guy Hermet, op. cit., pp. 152-155.

132
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

tensiones. Para conseguir la obediencia civil, el príncipe intenta


que los comportamientos opositores fracasen y se desautoricen; en
respuesta, a éstos no les cuesta allegarse nuevas fuentes de legiti-
mación. Nada más superficial que considerar a la cultura islámica
de lo político como la cultura de la sumisión o del despotismo:
por lo contrario, la gran variedad de las situaciones políticas que
marcaron la historia del mundo musulmán revela la fuerza de las
capacidades de impugnación y su importancia en el proceso de
transformación que afecta a los sistemas políticos.51

No por ello el príncipe carece de recursos; como el mayor de sus


cometidos es proteger a la umma contra la fitna, es necesario que se
procure el poder necesario. Las autoridades terrenales islámicas
tienen además otros medios para contener la impugnación, como "el
positivismo político mediante una cultura determinista: si existe un
poder, no puede ser sólo por el deseo de los hombres, sino también
porque Dios lo ha querido". Asimismo, "el príncipe se beneficia con
la ausencia de teorías políticas que justifiquen el derecho a la
resistencia o establezcan la soberanía popular".52
Por su parte, los opositores al régimen pueden "salir de la
ciudad", que ha sido pervertida, y refugiarse en las comunidades;
pero pueden también denunciar al gobierno permaneciendo en el
Estado o incluso, intentar derrocarlo. Esto lo hacen proclamando que
el gobierno ha hecho excesivas concesiones al argumento de la
necesidad; los rebeldes consideran que es urgente la restauración de
la Ley de Alá.
Bertrand Badie explica la historia política islámica mediante un
ciclo, que gira en torno a la tensión
comunitarismo-insti-tucionalismo. Dado el origen de la umma, un
centro de poder sólo tiene facultades cuando lo anima un espíritu de
grupo fuerte y estructurado.

51
Ibid., p. 174.
52
ídem.

133
Jorge Federico Márquez Muñoz

Ahora bien, éste va sofocándose a medida que se entreteje en las


redes de poder institucionalizadas, al mismo tiempo que se
enfrenta a grupos tribales cuyo espíritu comunitario sigue intacto
y, por ende, cuyas capacidades políticas son mayores [...] La de-
generación del poder central puede precipitarse por la ascensión
de un poder tribal periférico que podrá derrocarlo [o por] la
sucesión dinástica. De acuerdo con esta lógica, en las ciudades se
desarrolla un Islam escriturario y eclesiástico, inserto en las redes
institucionales, mientras que en las zonas rurales se regenera un
Islam confraternarlo sufragado por los recursos comunitarios.
Durante los periodos de debilitamiento del poder central, estas
zonas rurales adquieren verdadera importancia política y [...]
propician el cambio dinástico [...]
La historia del mundo musulmán durante la época clásica
revela que estas tensiones entre el poder y la oposición, el centro y
la periferia, el desgaste y la restauración, la pérdida de la fe y el
mesianismo, desempeñaron un papel favorable y dinámico en la
evolución de los equilibrios políticos, según un modelo de
integración-desintegración-reintegración.53

Claro está, en la aceleración de la decadencia también actúan otros


factores como el militar,54 el institucional55 o el mesiánico56. De
cualquier manera, la impugnación no ha sido suficiente para
bloquear la construcción del orden político islámico; aunque debe
tomarse en cuenta que, en la época moderna, los medios técnicos
permiten una mayor resistencia de rebeldes y estatistas. Esto ha
llevado a la radicalización de las conductas

53
Ibid., p. 175.
54
La conquista de los mongoles acabó con el califato de los abasidas; en Marrue
cos, durante la Edad Media, el militarismo de los almorávides puso fin a la dinastía
idrisida.
55
Lo mismo los ayubitas y los mamelucos de Egipto, que los safáridas y los sama-
nidas de Persia, pudieron arrebatar el poder a las dinastías gobernantes gracias a su
papel en la institución militar.
56
En el siglo xm, la caída del Imperio omeya y la llegada del abasida se vieron
favorecidas por el florecimiento de movimientos de mahdis.

134
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

y los discursos; esto ha hecho necesaria la profundización de la


estrategia islamista, cuando menos desde la creación del movimiento
de los Hermanos Musulmanes en 1929. Los textos de Sayyev Qptb
llaman a la guerra santa contra el príncipe cuando éste traiciona su
fe; es así como el militante islámico se convierte en un muyahidín
que exige una nueva jurisprudencia y un nuevo orden político.

5. El desencapsulamiento por la fe

Los primeros musulmanes árabes mantenían fuertes vínculos de


parentesco con sus clanes del desierto y por tanto, oponían
resistencia al principio de hermanamiento exigido por el Islam. Los
conversos, muchas veces derrotados en el campo de batalla, tenían
que aceptar la condición de clientes (mawali) durante un tiempo.57
Por otra parte, el califa es el sucesor de Mahoma y su autoridad;
en principio, él es incontestable.
Hasta aquí se perfilan dos elementos que contribuyen al
encapsulamiento y al mimetismo con mediador externo; pero esta
situación no fue estable, dado que la naturaleza misma del Islam no
lo permitía.
Por una parte, ¿cómo mantener fuertes las jerarquías, si justo su
doctrina era la de la igualdad ante Alá? Por otra, el profeta no tuvo
hijos y ello provocó disputas sucesorias entre las tribus.
Especialmente dramática fue la situación del cuarto

57
"La estructura tribal [...] admite en su seno elementos ajenos (mawali) a ella, que
paulatinamente acaban por integrarse del todo [...] La estructura en teoría cerrada de la tribu
resulta de hecho extremadamente permeable y elástica".
La palabra mawali (sing. mawla), que en un inicio designaba "al esclavo liberado y
protegido por una tribu, pasó a continuación a indicar a aquellos neoconversos [...], que, por
más que fueran musulmanes, seguían siendo desde el punto de vista social y étnico algo
imperfecto, individuos carentes de linaje al no pertenecer a ninguna tribu árabe. De ahí la
necesidad de pegarse, de crearse incluso allí donde fuera posible ascendencias árabes".
Giorgio Vercellin, op. cit., pp. 46-47.

135
Jorge Federico Márquez Muñoz

califato, cuando una agria escisión dividió a los islámicos en sunitas


y chiítas.
El desencapsulamiento producto de la ideología islámica actuó
en dos niveles: entre los pueblos y entre las élites.
En cuanto a los pueblos, cabe destacar el resentimiento de los
recién convertidos, debido a que las familias tribales originarias
seguían viviendo a costa de los impuestos militares (diwari) que
habían sido establecidos para el reparto del botín de la conquista y
para financiar la yihad exterior.
Con el propósito de quitar un poco de presión a los problemas
sucesorios y al rencor de los nuevos musulmanes, los califas
omeyas de Damasco comenzaron la conquista en España y Asia
Central. ¡Nuevos territorios, nuevos botines!; sin embargo, la cura
fue momentánea y la enfermedad brotó de nuevo: en el 747,
comenzó una guerra civil que duró hasta el año 749, cuando los
abasidas volvieron a imponer el orden; su triunfo se debió, en buena
medida, a que habían prometido derogar la distinción entre
musulmanes originarios y conversos.58
Con la instauración de la igualdad, se provocó un agudo es-
crúpulo religioso y los califas eran frecuentemente impugnados por
subditos musulmanes disidentes. Esto ocurrió en múltiples
ocasiones durante los siglos vm y ix,

cuando España y Marruecos se independizaron y establecieron


califatos rivales, alegando descendencia más directa de
Maho-ma. Privados del apoyo tribal tradicional e incapaces de
formar ejércitos con los musulmanes conversos, que se tomaban
en serio la prohibición de luchar contra sus hermanos en
religión, los abasidas se vieron obligados a reclutar soldados en
otra parte, y la solución fue hacer una virtud de la medida de
armar esclavos para la guerra y utilizar los recursos del Estado
para reclutar ejércitos de esclavos.59
58
Cfr. Bernard Lewis, El oriente próximo. Dos mil años de historia, trad. Teófilo de
Lozoya, Barcelona, Crítica-Grijalbo-Mondadori, 1996 (Iaed. en inglés, 1995), p. 83.
59
John Keegan, op. ciL, p. 245.

136
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

El fundador del sistema de soldados esclavos del Islam fue el


califa del siglo ix Al-Mutasim. Para ello compró lo mejor que había
en el mercado: los turcos de las zonas limítrofes de la estepa.
Al-Mutasim contaba con setenta mil soldados esclavos a su mando.
Esto solucionó el problema de cómo luchar contra los califas
rebeldes, pero no resolvió

el problema de que el califa fuese obedecido por los musulmanes


que habían establecido califatos independientes en los confines
del imperio, en Asia Central y en el norte de África. Para subvenir a
la necesidad de jefes eficaces y dinámicos para el nuevo ejército
esclavo se recurrió primero a la familia Buyid, incondicionales
defensores de la frontera con Asia Central, quienes impusieron un
califa de su elección en Bagdad en el 945. Pero se obtendrían jefes
más eficaces de una tribu de una etnia turca, luchando contra la cual
habían alcanzado su fama los buyidas: los selyúcidas. En 1055, los
selyúcidas, en nombre de la ortodoxia sunita, entraron en Bagdad,
derrocaron al chuta Buyid y se proclamaron nuevos protectores
del califa. No tardarían en ser denominados sultanes, detentadores
del poder.60

La historia del ascenso de los selyúcidas combina el


desencap-sulamiento propio de las sociedades guerreras y el de una
fe igualitarista. En el año 960, gracias a los misioneros islámicos de
la frontera de la estepa, los selyúcidas se convirtieron masiva y
repentinamente al Islam.
Al inicio, los selyúcidas no eran más que uno de los tantos
pueblos turcos, como los karluks, kipchacks y kirguisos; todos ellos
eran pueblos guerreros y nómadas montados, que luchaban por la
hegemonía en Asia Central. Los karluks se convertirían en los
gaznawies de Afganistán y más tarde, en los fundadores del reino de
Delhi.

60
Md., p. 246.

137
Jorge Federico Márquez Muñoz

Pero después de su conversión, los selyúcidas llegarían aún más


lejos. Este fue un acontecimiento que tuvo consecuencias de largo
alcance: en primer lugar, la destrucción de la mayor parte de los
restos del imperio bizantino en Asia, y la crisis en la cristiandad que
daría origen a las Cruzadas; en segundo lugar, a lo largo del siglo xi,
Togril Beg, Malik Sha, Alp Arslan y su visir Nízan al-Muk, que
fueron feroces líderes guerreros de la fe, llevaron a cabo la mayor
expansión abasida en Asia Central; en tercer lugar, Alp Arslan, que
avanzó hacia el Cáucaso, se apoderó en 1064 de la Armenia
cristiana, cruzó la cordillera y amenazó la frontera este de Bizancio;
en 1071, en Manziquert, derrotó al ejército bizantino e hizo de los
territorios bizantinos en Asia una tierra de lengua turca y religión
islámica, ahora llamada Turquía.
El experimento de conformar ejércitos de esclavos de las estepas
dio más poder a los abasidas frente a sus enemigos tradicionales,
pero sus propias tropas pronto se convirtieron en una amenaza
contra sus amos. En el año 946, cuando los selyúcidas tomaron
Bagdad, los árabes perdieron el control del imperio islámico; pero
los invasores rindieron culto a los vencidos y los convirtieron en sus
clientes. Entre 1180 y 1225, los abasidas gobernaron
nominalmente, entregando tributo y siendo vigilados por los
selyúcidas.61
Después devino la debacle de los selyúcidas, un pueblo más apto
para conquistar que para gobernar. En el este, dominaron los
gaznawíes y los turcomanos; y en el oeste, los califas encontraron
un valiente protector: Saladino, quien era un kurdo de las montañas
de Irán.

61
"A partir de 1055, el califa de Bagdad, sucesor del Profeta y heredero del prestigioso
imperio abasida, no es más que una dócil marioneta entre sus manos (las de los selyúcidas)".
Amin Maalouf, Las cruzadas vistas por los árabes, trad. María Teresa Gallego y María
Isabel Reverte, Madrid, Alianza, 1993 (Iaed. en francés, 1983), p. 30.

138
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

6. Mongoles y cristianos

Entre el Cristianismo y el Islam hay una rivalidad mimética:62 ambas


tradiciones comparten antecedentes mitológicos, toman a Abraham
como su padre; claro está, el Islam desciende de Agar e Ismael,
mientras el judaismo y el cristianismo pasan por Sarah e Isaac. El
Corán no tiene el nivel de detalle de la Biblia acerca de esto, pero
sabemos que ambas esposas eran rivales y así lo fueron también sus
hijos (y presumiblemente las naciones descendientes de ellos).
Ibn-Kathir, comentando el Corán (en la sección xxxvn; 103) culpa a
judíos y a cristianos de sustituir a su padre Isaac por el padre árabe
Ismael, como el hijo de Abraham para ser sacrificado.63
Cristianos e islámicos afirman tener la versión verdadera de Dios
(trinitario o unitario) y de Jesús (divino y humano, o sólo divino).
Cada tradición se presenta a sí misma como el camino perfecto a la
salvación, como la última y más completa revelación. Ambas
quieren ganar el mundo entero para su causa y reconocen la validez
de la fe del contrario sólo en la medida en que la consideran
parcialmente verdadera, porque tiene coincidencias con la suya.
La batalla de Manzikert expulsó a los ejércitos bizantinos de Asia
y amedrentó al emperador Miguel vn. Éste, pese a los siglos de
disputas y desconfianzas entre la Iglesia ortodoxa y romana
62
"En comparación con las religiones más remotas de Oriente, las tres religiones de
Oriente Próximo -judaismo, cristianismo e islam- están estrechamente relacionadas
y aparecen de hecho como variantes de la misma tradición religiosa. Cristiandad e
islam son en muchos sentidos civilizaciones hermanas, inspiradas ambas en la he
rencia compartida de la revelación y profecía judías y la filosofía y la ciencia griegas,
y nutridas ambas por las tradiciones inmemoriales de la antigüedad de Oriente
Próximo. Durante la mayor parte de su historia conjunta, han estado enzarzadas
en combate, pero incluso en la lucha y la polémica revelan su afinidad esencial y las
características comunes que las vinculan entre sí". Bernard Lewis, La crisis del islam,
op. cit., pp. 28-29.
63
Cfr. Joseph Kenny, "Islam and Violence from a Girardian Perspective", Inter-
Religious Dialogue Commission oftheAssociation of Episcopal Conferences ofAnglophone West
África, IRDC-AECAWA, Accra, 7 al 10 de octubre de 2002, http://www.josephkenny.
joyeurs.com/Girard.htm, consultado el 10 de mayo de 2012.

139
Jorge Federico Márquez Muñoz

de la cristiandad, dirigió súplicas de ayuda al Papa. En 1099 un


ejército de caballeros cristianos franceses, alemanes, italianos y de
otras naciones llegó ante los muros de Jerusalén, tomó la ciudad y
estableció una cabeza de puente en Tierra Santa, a partir de la cual
los cruzados intentarían lanzar una campaña para la reconquista del
Oriente cristiano de manos del Islam.
Durante las guerras que siguieron entre los reinos cruzados y los
musulmanes, la balanza de poder se movió de un lado a otro.
Saladino pareció dar una ventaja definitiva en 1171; pero en el siglo
xm, el Islam había descuidado el este y después de victorias
espectaculares y la conquista de Persia y Turquía, en 1258, los
mongoles tomaron Bagdad y mataron al último califa abasida:
Al-Mutasim.
En 1190, Temujin, Gengis Kan, unificó a las tribus de
Mongo-lia. Entre ese momento y 1258, comenzó una campaña
furiosa de conquista, que abarcó el Norte de China, Corea, Asia
Central, parte de Persia, el Cáucaso, Anatolia y Rusia. Lo$ jinetes
de las estepas también llevaron a cabo expediciones sangrientas y
razzias en India, Hungría, Polonia, Prusia y Bohemia; llegaron
hasta Viena y Venecia, pero se retiraron por un conflicto sucesorio
tras la muerte del hijo de Gengis Kan.64
En Oriente, Kublai Kan, nieto de Gengis Kan, fundó la dinastía
Yuang, que gobernó China, Vietnam y Birmania hasta el siglo xiv;
pero este imperio fracasó en sus intentos por conquistar Japón y
Java. En 1526, Babur, descendiente de Gengis, fundó el Imperio
Mogol.65
El Imperio Mongol fue sorprendente tanto por la velocidad con
que consiguió sus victorias, como por la debilidad que mostró para
consolidarlas. Su fuerza inicial se debió a los métodos que usaban
para contener y canalizar la violencia: de su tribalismo
aprovecharon la movilidad, el arco, la mentalidad de matar o morir
en batalla y, sobre todo, una ideología grupal
64
Cfr. Amy Chua, Day ofEmpire. How Hyperpowers Rise to Global Dominance and Why
they Fall, Nueva York, Anchor Books-Random House, 2009, p. 80 y sigs.
65
Cfr.Ibid.,p. 117 y sigs.

140
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

cruel y excluyente, que ignoraba la compasión universal de las


religiones axiales; de los turcos aprendieron la importancia de dar un
valor sagrado a la guerra.
La decadencia de los mongoles se debió a los mismos factores
que provocaron el declive de otros pueblos de nómadas montados:
no lograron consolidar una administración, usaron su imperio sólo
para el saqueo, sin adoptar las ventajas de la civilización. En
específico, la inestabilidad de los mongoles provenía del hecho de
que no contaban ya con un poder tradicional, pero tampoco lograron
superar el poder carismático mediante la legitimación burocrática.
Al morir Gengis Kan, en 1227, los territorios conquistados
fueron repartidos entre sus hijos, y esto de por sí dividió y debilitó el
poder de los mongoles. Como en todos los imperios guerreros de la
antigüedad, las sucesiones mongolas provocaron inestabilidad; los
nietos del Gran Kan comenzaron una guerra civil, que

se resolvió cuando Hulegu, que gobernaba Asia Central, apoyó las


reivindicaciones de su hermano Kibilai (Kublai Kan) al título que
había ostentado Gengis; sin embargo, ello no bastó para restablecer
la unidad en la patria de los mongoles y Kublai Kan iniciaría la
guerra al término de la cual su linaje fundaría la dinastía Yuang
en China, pero fue una lucha que acabó por agotar sus energías y
apartar de la vida esteparia a los mongoles que le siguieron. Mien-
tras tanto, Hulegu, persistiendo en obtener la hegemonía en Asia
Central, fue implicándose cada vez más en la guerra endémica en
la frontera este de los territorios islámicos y emprendió personal-
mente una campaña contra el califato.66

Hulegu llegó a Medio Oriente en tiempo de las Cruzadas; dio gran


esperanza a los cristianos, que en el siglo XIII ya estaban muy
debilitados e incluso habían perdido Jerusalén.
66
John Keegan, op. cit., p. 257.

141
Jorge Federico Márquez Muñoz

En 1257, Hulegu conquistó Persia y en enero de 1258, cruzó el


Tigris, rechazó al ejército de al-Mutasim y tomó Bagdad; el califa
fue estrangulado.67 Pese a que les prometió clemencia, Hulegu
ordenó matar a una gran cantidad de los ciudadanos de Bagdad; se
trató de un acto ejemplar, para lanzar una oleada de terror. La
población de Alepo también fue sacrificada, aunque antes tuvo
tiempo de defenderse. Pero Damasco y otras muchas ciudades de la
zona fueron más prudentes: se rindieron y cientos de miles salvaron
la vida.
En un principio los cristianos pensaron que el avance de los
mongoles ayudaba a su causa, e incluso Bohemundo vi llegó a
pelear a su lado. Pero cuando Hulegu ya estaba cerca de Tierra
Santa, comenzaron a temer; prefirieron dirigirse a Egipto y ofrecer
una alianza a los ayubíes. Gracias a esta coalición, su suerte
comenzó a cambiar. El 3 de septiembre de 1260, el general Baybars
y el sultán Qutuz derrotaron, en el norte de Jerusalén,68 a Kitbuga,
un importante lugarteniente de Hulegu: fue la primera gran derrota
de los mongoles; los sobrevivientes se dispersaron y regresaron a la
estepa para no volver jamás. Sobre la batalla de Ain Jalut, puede
decirse que fue

un encuentro muy importante, si no por sus inmediatas conse-


cuencias estratégicas, sí porque marcó el límite del poder de los
pueblos nómadas organizados como fuerza militar sustentada
mediante los recursos de un Estado sedentario, pero incapaz de
superar su condición de horda que vive del pillaje, animada por
los criterios primitivos del tribalismo y la venganza [...] Desde
luego, la batalla se libró a la manera tradicional de la estepa,
avanzado los egipcios al encuentro de los mongoles, fingiendo
retirarse en el momento del choque y haciendo que sus persegui-
dores los siguieran hasta un lugar en que el terreno favorecía un
contraataque. No obstante, el momento decisivo parece que se
67
Una costumbre de las estepas que los turcos-otomanos adoptarían como proto
colo sucesorio en la corte de Estambul.
68
En Ain Jalut, "la fuente de Goliat".
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

dio cuando el sultán Qutuz entró en la lid al grito de Oh, Islam, lo


que nos recuerda que los mamelucos eran servidores militares de
una religión belicosa, mientras que sus adversarios no compartían
credo alguno. También fue de importancia capital que las tropas
de Baybars contasen con gran experiencia militar, adquirida en la
lucha con los temidos cruzados.69

Aunque esta fue la última vez que los mongoles amenazaron


directamente a Occidente, continuaron influyendo en su historia.
Después de la expansión del imperio de Tamerlán,70 los turcomanos
fueron desplazados hacia China, India y el Medio Oriente. Éstos, a la
vez, se convirtieron en el grupo dominante del imperio islámico y en
una amenaza para Occidente. En 1453 tomaron Constantinoplay dos
siglos más tarde, asediaron Viena. Los otomanos eligieron la
combinación de la guerra relámpago con las fortificaciones; sus
tácticas eran herederas de los mongoles, del Islam y de la
cristiandad. Lograron incluso formar una infantería permanente,
pero basada en la esclavitud. El ejército de los jenízaros, muy eficaz
durante siglos, fue incapaz de modernizarse y finalmente se fosilizó
del mismo modo en que se fosilizaron los mamelucos.

Es en el intento otomano de hallar un término medio entre el


legado de la estepa y el reto de su confrontación con el Occidente
urbano y agrícola donde se advierte la verdadera importancia de lo
que los pueblos del nomadismo montado aportaron a la guerra. No
cabe duda de [...] la tesis ecologista de su ineptitud para ampliar
69
John Keegan, op. cit., pp. 259-260.
70
Entre 1381 y 1405, Tamerlán sembró el terror sobre un extenso territorio. Sin
embargo, carecía de cualquier capacidad administrativa y mediante el terror que
usaba para conquistar, destruyó también los cimientos de toda posible institución.
Tamerlán sólo se sentía motivado por el deseo de hacer la guerra, e incluso negaba
a sus seguidores el disfrute de la victoria. Murió en el momento en que se disponía a
disputar a la dinastía Ming, restablecida en China, las conquistas de Kublai Kan. Para
1390 el poder mongol se había extinguido en los territorios más allá de la estepa. Sólo
sobrevivió en India, pero bajo una forma tan islamizada que hacía imposible reconocer
sus orígenes.

143
Jorge Federico Márquez Muñoz

sus conquistas más allá de las tierras de pastos o, si lo hicieron, la


del ulterior abandono de la cultura esteparia. Los pastos intensivos
sólo son posibles con un gran esfuerzo en regadíos o disponiendo
de tierras forestadas, pero este esfuerzo requiere una población
sedentaria con agricultura para su alimentación; la agricultura y
el pastoreo son incompatibles y, por ello, el sistema de los invasores
de disponer de grandes manadas de caballos que necesitan pastar,
los obligaba a retroceder a su propio habitat o a cambiar de vida.71

7. Lucha de fes... lucha de ejércitos

El Islam comenzó como una religión con la moral elevada, no sólo


en el terreno espiritual sino también en el material.72 Religión y
política nunca se separaron;73 por el contrario, la primera
generación de musulmanes no estuvo sometida a persecuciones, ni
desarrolló una tradición de resistencia a un poder estatal hostil. El
Estado que los gobernó fue el del Islam mismo.
71
John Keegan, op. cit., p. 263.
72
Ya en los tiempos de Mahoma la sociedad islámica tenía un doble carácter. En
primer lugar era una forma de gobierno y en segundo, una comunidad religiosa. Por
el contrario, "Cristo fue crucificado, Moisés murió sin llegar a la tierra prometida, y
las creencias y actitudes de sus seguidores religiosos siguen estando profundamente
influidas por el recuerdo de estos hechos". Además, "en la Europa occidental, inva
sores bárbaros pero educables accedieron a un Estado y una religión existentes: el
Imperio romano y la Iglesia cristiana. Los invasores reconocieron ambos, y trataron
de satisfacer sus propios objetivos y necesidades dentro de las estructuras existentes de
la forma de gobierno romana y la religión cristiana, empleando el latín. Los invasores
árabes musulmanes que conquistaron Oriente Próximo y el norte de África llevaron
su propia fe, con sus propias escrituras en su propia lengua; instauraron su propia
forma de gobierno, con una nueva serie de leyes, una nueva lengua imperial y una
nueva estructura imperial, con el califa como jefe supremo. Este Estado y esta forma
de gobierno eran definidos por el islam, y la pertenencia plena correspondía sólo a
quienes profesaban la fe dominante". Bernard Lewis, La crisis del islam, op. cit., p. 28.
73
"El fundador del cristianismo mandó a sus seguidores dad al Cesarlo que es del César.
y a Dios lo que es de Dios [...], y durante siglos el cristianismo creció y evolucionó come-
una religión de los oprimidos, hasta que con la conversión del emperador Constantino,
el propio César abrazó el cristianismo e inauguró una serie de cambios por los que la
nueva fe conquistó el Imperio romano y transformó su civilización. El fundador del
islam fue su propio Constantino y fundó su propio Estado e imperio". Ibid.yp. 29.

144
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

Más aún, la aprobación divina de su causa les fue demostrada en


forma de triunfo e imperio en este mundo. En la Roma pagana, el
César era Dios. Para los cristianos, se trata de elegir entre Dios y el
César, e interminables generaciones de cristianos se han visto
atrapados en esa elección. En el islam, no existía esa angustiosa
disyuntiva. En la forma de gobierno islámica universal concebida
por los musulmanes, no existe un César sino sólo Dios, que es el
único soberano y la única fuente de la ley. Mahoma era Su Profeta,
quien a lo largo de su vida enseñó y gobernó en nombre de Dios.74

El Islam comenzó seguro de sí mismo, como una empresa religiosa y


militar al mismo tiempo; triunfó en Medina y la Meca; después en el
resto de Arabia; más adelante, los sucesores de Mahoma continuaron
la expansión a Persia, India, Asia Central y llegaron hasta las puertas
de Bizancio; también tomaron Siria, Palestina, Egipto, el norte de
África, España, Portugal y el sur de Italia; finalmente, en el siglo vm,
el avance musulmán fue detenido en Francia y Constantinopla. Pero
las cosas parecieron cambiar durante las Cruzadas, cuando los
cristianos, embriagados por la fe, la ambición y el deseo de
venganza, ocuparon importantes zonas del Medio Oriente.75 Ibn
al-Atir narra la dramática toma de Jerusalén, en 1099, y sus nefastas
consecuencias:

74
Ibid., p. 31.
75
En el año 1095, ante el avance del imperio selyúcida, el emperador de Bizancio,
Alejo, solicitó en una carta a Simeón, el patriarca de Constantinopla, que pidiera
al Papa enviar algunos guerreros cristianos dispuestos a conquistar Jerusalén. Para
enardecer las pasiones de sus hermanos occidentales, el patriarca recurría al ciclo de
la envidia: pedía humillar a los humilladores. En la carta se afirmaba que los turcos
habían humillado a unos peregrinos en Tierra Santa.
El ambicioso Urbano II y el alto clero que lo respaldaba, eran un grupo de radicales
reformistas y ambiciosos que afirmaban que podrían reorganizar la cristiandad y ampliar el
dominio del papado. Centralizaron el poder de la Iglesia, excomulgaron al patriarca de
Constantinopla, destituyeron al emperador del Sacro Imperio Germano Occidental, y dieron
enormes poderes a los obispos. La carta de Alejo le sirvió al Papa para extender su poderío;
imaginaba una cristiandad nuevamente unificada, pero ahora, bajo su propia égida.

145
Jorge Federico Márquez Muñoz

A la población civil de la Ciudad Santa la pasaron a cuchillo, y


los frany76 estuvieron matando musulmanes durante una semana.
En la mezquita a-Aqsa, mataron a más de setenta mil personas
[...] A los judíos los reunieron en la sinagoga y allí los quemaron
vivos [...] Destruyeron también los monumentos de los santos y
la tumba de Abraham.77

Sin embargo, la toma de Jerusalén suscitó poco interés en la región:


los musulmanes locales suplicaron el apoyo de Damasco y Bagdad,
pero no hubo respuesta; por el contrario, había alianzas
interreligiosas en un contexto de rivalidades entre príncipes
musulmanes y cristianos. El viajero andaluz Ibn Jubayr, en su viaje
del Cairo a Damasco encontró que

Los cristianos cobran [..Ja los musulmanes una tasa que se aplica
sin abusos. Los comerciantes cristianos pagan, a su vez, derechos
por sus mercancías cuando cruzan el territorio de los musulmanes.
Se entienden a la perfección y se respeta la equidad. Los guerreros
se ocupan de la guerra pero el pueblo permanece en paz.78

Incluso Saladino no tenía intención de modificar este orden con los


invasores cristianos, más aún, se preocupó por ampliar los tratados
con ellos. Sin embargo, tras una sucesión cuestionada en 1186,
Reinaldo de Chatillon, quien había participado en la Segunda
Cruzada y era príncipe de Antioquía, decidió no restringirse por lo
pactado con los árabes. Arnat, como lo conocían los musulmanes,
reinició su campaña de saqueo; ya había pasado quince años en una
prisión de Alepo, tras su intento de robar Chipre y Siria.

La cautividad le ha agravado los defectos: más fanático, más ávido,


más sanguinario que nunca. Arnat va a provocar él solo, más odio
76
Los francos.
77
Citado por Amin Maalouf, op. cit., p. 71.
78
Citado por Amin Maalouf, Ibid., p. 206.

146
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

entre los árabes y los frany que decenios de guerras y matanzas.


Tras su liberación no ha conseguido recuperar su Antioquía [...]
Se ha instalado, pues, en el reino de Jerusalén.79

Ahí se casó con una viuda cuya dote aportó algunos territorios al este
de Jordán donde había dos fortalezas: Kerak y Shawbak. Y aunque
en 1180, Damasco y Jerusalén habían firmado un acuerdo comercial
que garantizaba protección a los comerciantes de ambas fes, para
Reinaldo, esto tenía muy poco valor y atacó varias caravanas
musulmanas; peor aún, en 1182 realizó una razzia en contra de La
Meca. Arnat

se embarcó en Elat [...] e hizo que lo guiaran unos piratas del Mar
Rojo. La expedición descendió siguiendo la costa y atacó Yanbu,
puerto de Medina, y luego Rabigh, no lejos de la Meca. Por el
camino los hombres de Reinaldo hundieron un barco de
peregrinos musulmanes [...] Ebrios de éxito, los asaltantes se
tomaron las cosas con calma y llenaron los barcos de botín. Y,
mientras el propio Reinaldo volvía a sus tierras, sus hombres
pasaron muchos meses surcando el Mar Rojo. El hermano de
Saladino, al-Adel [...] armó una flota y la envío a perseguir a los
saqueadores a los que aplastó.80

Fueron los insensatos actos de Reinaldo los que "provocaron


directamente la proclamación por parte de Saladino de una yihad
contra los cruzados".81 Al final, las Cruzadas fracasaron pero la
yihad no había terminado y siglos más tarde, inició una nueva fase.
Sin embargo, entonces no fue conducida por los árabes, sino por los
turcos islamizados; arrebataron Anatolia a los cristianos y en 1453,
conquistaron Constantinopla; posteriormente, los otomanos en los
Balcanes y los tártaros musulmanes

79
IbkL, p. 207.
80
Ibid., p. 208.
81
Bernard Lewis, La crisis del islam, op. cit., p. 68.

147
Jorge Federico Márquez Muñoz

en Rusia intentaron conquistar Europa. Pero éste fue el último gran


momento de expansión islámica a costa de Occidente.
En el siglo xv, la tendencia se revirtió. En España y Rusia, los
cristianos comenzaron la lucha contra sus amos musulmanes; sin
embargo, en el sureste de Europa los otomanos mantuvieron su
poderío. En el siglo xvn aún asediaron Viena y controlaron
Budapest y Belgrado, al tiempo que los piratas bereberes, también
islamizados, asolaban a los barcos cristianos en el Mediterráneo e
incluso en Inglaterra e Islandia.
A partir de 1683, tras el fracaso del segundo asedio a Viena, ya
no hubo más titubeos. Occidente estaba decidido a controlar Europa
y expulsar a los musulmanes.82

Las derrotas se sucedían, y las fuerzas europeas cristianas, tras


haber liberado sus tierras, perseguían a sus antiguos invasores
hasta sus propios territorios en Asia y África. Incluso pequeñas
potencias europeas como Holanda y Portugal eran capaces de
establecer vastos imperios en Oriente y asumir un papel prepon-
derante en el comercio [...] Fue el rápido e innovador desarrollo
tecnológico y económico de Occidente -la industria, los trans-
portes transoceánicos, las sociedades anónimas- lo que marcó el
comienzo de la nueva era. Los buques europeos occidentales,
construidos para surcar el Atlántico, superaban fácilmente a los
82
"En la Europa Central, el primer intento infructuoso de conquistar Viena supuso el inicio
de siglo y medio de luchas sangrientas y sin resultado definitivo en ningún sentido, que
concluyeron con el segundo intento fallido de tomar la ciudad, ocurrido en 1683. Esta vez la
derrota turca fue total y definitiva. Por el este, desde sus bases de Egipto y posteriormente de
Irak, los otomanos reafirmaron su poderío naval en el golfo Pérsico y el mar Rojo, y durante
algún tiempo establecieron gobernadores otomanos en el Yemen y en el Cuerno de África.
En un momento, dado llegaron incluso a enviar algunos contingentes de artilleros turcos al
sureste de Asia en ayuda de los príncipes musulmanes locales contra sus enemigos de la
Europa cristiana. Pero todo fue en vano. Los navios otomanos no podían competir con los
portugueses ni con las armadas de otros países occidentales, y pese a la ayuda recibida de los
soberanos musulmanes de la zona, los turcos se vieron obligados a abandonar el sureste y el
sur de Asia y a dejar esta zona en manos de las potencias marítimas de la Europa occidental
[...] En el Mediterráneo, los otomanos sufrieron su primera gran derrota en la batalla naval de
Lepanto en 1571". Bernard Lewis, El oriente próximo, op. cit., pp. 122-123.

148
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

barcos armados para navegar por el Mediterráneo, el mar Rojo y


el océano Indico, tanto en la guerra como en el comercio, y ese
comercio se consolidó aún más por dos hábitos occidentales: la
cooperación y la competencia. En el siglo xvín, productos tradi-
cionales de Oriente Próximo como el café y el azúcar se cultivaban
en las nuevas colonias occidentales en Asia y las Américas y eran
exportados a Oriente Próximo por comerciantes y compañías de
Occidente. Incluso los peregrinos musulmanes que viajaban
desde el sur y el sureste de Asia a las ciudades santas de Arabia lo
hacían a veces en barcos europeos, puesto que eran más rápidos,
más baratos, más seguros y más cómodos.83

8. ¿Modernización islámica?

En el mundo islámico, los siglos xix y xx están marcados por dos


fenómenos: la construcción de estados islámicos con rasgos de
modernidad y la lucha contra el imperialismo europeo constituyen
un primer impulso; posteriormente, está también la lucha contra el
imperialismo estadounidense. Occidente se convirtió así en un
modelo a seguir y al mismo tiempo, en una amenaza temida, odiada
y envidiada.
La primera república y quizás la más exitosa del mundo islámico,
fue Turquía. Para algunos autores, el paso del Imperio Otomano a la
República de Turquía, en 1923, implicó una ruptura radical: el
primero sería militar y feudal, reaccionario e islamista; mientras la
segunda sería secular y progresista. Según esta misma versión,
Abdülhamit II, el último sultán del imperio y Mustafa Kemal
Atatürk, el fundador de la república, serían hombres completamente
distintos: el primero sería un paranoico y sanguinario conservador; y
el segundo, un estadista libertario.
Los historiadores contemporáneos consideran exageradas ambas
distinciones. Es verdad que el sultán fue responsable
83
Bernard Lewis, La crisis del islam, op. cit., pp. 72-73.

149
Jorge Federico Márquez Muñoz

de la matanza de armenios en Anatolia en la última década de siglo


xix, pero los epítetos de "figura odiada, adicta al placer y
autocrática" fueron el resultado de la propaganda de Atatürk en su
contra, antes que del recuerdo de un genocidio que, por lo demás,
los turcos no reprobaron. En 1909, cuando el sultán fue obligado
por los militares a renunciar al poder y fue enviado al exilio, el
Padre de la República hizo público su gozo.
Antes de llegar al poder y aún ya en él, los kemalistas llevaron a
cabo una campaña contra el sultán. Enfatizaron los fracasos de
Abdülhamit, quien construyó el Ferrocarril Hijaz, que llevaba a los
peregrinos de Estambul a los lugares santos de Arabia, pero nada
hizo por construir la unidad política de sus dominios; además, los
kemalistas acusaron al sultán de haber arruinado las finanzas del
Imperio pidiendo préstamos excesivos a las potencias occidentales.
Por su parte, Atatürk presumía haber instaurado una reforma fiscal
eficiente para curar "al hombre enfermo de Europa".
La historiografía contemporánea plantea la necesidad de
"rescatar a Abdülhamit n de sus enemigos kemalistas". En términos
políticos, el sultán y el "Padre de los Turcos" eran en realidad muy
similares; incluso hay quienes han pintado a Atatürk como un
hombre de colosal arrogancia, que pretendía cambiar la historia, un
machista que despreciaba a las mujeres y que estableció un régimen
similar al fascismo.84
A finales del siglo xm, Utmán I Gazi (Osmán) expandió el
sultanato sobre la frontera de Anatolia y a expensas del decadente
imperio bizantino. Osmán descendía de los antiguos selyúcidas que
habían controlado partes importantes de Asia Menor durante el
siglo xi. A lo largo de trescientos años, los descendientes de Osmán
lograron controlar Constantinopla y convertirla en el centro de la
civilización islámica; el imperio otomano iba del Danubio al
Eufrates, recorriendo extensas
84
Cfr. Christopher de Bellaigue, "Turkey's Hidden Past", The New York Review of
Booksy03/08 /2001, WWW.nyrb.COITI, consultado el 20 de junio de 2008.

150
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

partes de las costas del Mediterráneo. En 1517, el sultán Selim I


obtuvo la custodia de la Meca y Medina, otorgada por el último
califa abasí; millones de musulmanes reconocieron al sultán como
sucesor del profeta Mahoma.
Hacia el 1453, cuando Mehmed el Conquistador tomó
Constantinopla, las lealtades étnicas que aún quedaban fueron
sustituidas por las obligaciones universalistas de los gazi, los
guerreros sagrados. La guerra santa y la colonización fueron el
motor y la fuente de identidad del imperio otomano; incluso existe
poca evidencia de que Mehmed pensara en sí mismo como un turco,
pero sin duda, se vía como un musulmán.
El imperio otomano era indiferente a los problemas raciales; la
segregación de los no musulmanes y los no árabes era casi
inexistente. Muchos jóvenes cristianos, que vivían en dominios
otomanos se alistaron voluntariamente al ejército del Imperio, e
incluso probaron ser leales y eficaces guardianes en los harems y los
palacios; se les conocía como jenízaros. En fin, los conquistados
tenían derechos e incluso podían hacer carrera en el gobierno: cinco
de los visires de Mehmed habían sido esclavos que se liberaron
haciendo servicio militar para el sultán.
El imperio otomano siguió una política de tolerancia hacia las
minorías: en los Balcanes, millones de cristianos convivieron en paz
con sus amos islámicos; en el siglo xv, cuando los españoles
expulsaron a los judíos, el sultán Bayezid n los recibió con los brazos
abiertos; en 1893, de los 17 millones de otomanos, cinco millones
eran cristianos o judíos; en Estambul, los musulmanes eran sólo el
50%.
Al final del siglo xvn, Europa superó con facilidad al Imperio en
cuestiones tecnológicas y económicas; el rezago fue especialmente
sensible en cuestiones militares y administrativas. Hacia 1886,
cuando Abdülhamit n ascendió al poder, la diplomacia y economía
otomana dependían de las potencias europeas; además, los dominios
del Imperio pertenecientes al centro de Europa, encendidos por el
nacionalismo, clamaban independencia.

151
Jorge Federico Márquez Muñoz

¿De dónde provenía la ola nacionalista entre los musulmanes?


De dos fuentes: los intentos de modernización del imperio otomano
y de la invasión de Napoleón a Egipto.
El imperio turco otomano, que era un gran poder aún en el siglo
xvn, llegado el siglo xix estaba desmembrándose. Las potencias
Europeas luchaban por sus despojos:

Rusia presionaba desde el Norte, y había derrotado a Turquía en


dos guerras de conquista, 1768-1774 y 1787-1792. Su propósito
era controlar el Mar Negro, recuperar Constan ti nopla para la
cristiandad, afirmar el dominio ruso sobre los pueblos cristianos
de los Balcanes, obtener acceso al Mediterráneo y fortalecer su
posición en Asia occidental. Francia apuntaba, mucho antes de
la Revolución, a encontrar en las ruinas de Turquía un imperio
francés del Mediterráneo Oriental que compensara lo que había
perdido frente a Gran Bretaña en India y Canadá.85

Políticos, religiosos y militares discutían sobre el futuro de Turquía.


Se tomaron dos posiciones antagónicas: la modernizadora y la
fundamentalista. Los defensores de la primera afirmaban que, para
evitar el desmembramiento, era necesario adoptar las ideas
modernas acerca del modo de hacer la guerra; los de la segunda
afirmaban, por el contrario, que deberían rechazar todo lo
extranjero y que el éxito o fracaso dependía de la decisión de Dios.
En 1789, el visir otomano (sadrazam) era un reformista, Halil
Hamid. Aceptó consejeros militares franceses en su corte, pero fue
derrocado, asesinado y arrojado al Bosforo, acusado de ser enemigo
de la ley islámica, otros prooccidentales sufrieron la misma suerte.
De cualquier manera, Selim ni se convirtió en sultán poco después y
comenzó una reforma

85
Paul Johnson, El nacimiento del mundo moderno, trad. Aníbal Leal, México, Javier
Vergara, 1999 (Iaedición en inglés, 1991), p. 615.

152
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

basada en lo que los asesores turcos instalados en París consi-


deraban las características del Estado moderno: (1) un ejército
disciplinado; (2) finanzas ordenadas; (3) funcionarios civiles
honestos, educados y patrióticos; y (4) la prosperidad económica
fomentada por una estructura confiable de ley y orden. Selim
envió a jóvenes a educarse en Occidente y designó un Consejo de
Diez, todos miembros de la generación más joven y más seculari-
zada, con el fin de que le ayudasen. Se instalaron embajadas en
París, Londres, Viena, Berlín y Madrid. Se aceptó la presencia de
expertos militares franceses y se inauguraron escuelas militares.86

Para los sectores más conservadores, las reformas, aunque lentas y en


muchos sentidos insignificantes, fueron insoportables. En mayo de
1807 un grupo de conspiradores compuesto por ulemas (sacerdotes),
jenízaros (guardias de palacio), derebeys (jefecillos feudales de
provincia) y ajanes (notables) tomó el poder y asesinó a los jóvenes
occidentalistas. Se impuso una dictadura de los jenízaros; pero los
modernizadores mantenían cierta influencia en la corte, la
administración y el ejército; ambas facciones llegaron a un
compromiso y colocaron en el trono a Mahmud II, quien reinó de
1808 a 1839; su gobierno, por primera vez en el mundo islámico,
estaba regido por una Constitución, la Ittifak, producto de un pacto
político.
Sin embargo, en la práctica se mantuvieron los métodos
conservadores y no fue sino hasta 1826, cuando los
fundamen-talistas sufrieron su primera derrota real. El Imperio
Otomano era enorme y no existían acuerdos claros con las
provincias, ni los recursos para instaurar un gobierno centralizado.
"Todo dependía de la fuerza del carácter, la astucia y los recursos
físicos del gobernante y el sátrapa. [...] En África del norte, la mayor
parte pero no la totalidad del poder estaba en manos de los beys de
Argel, Túnez y Trípoli".87 En Egipto y en los Balcanes

86
ídem.
87
Ibid., p. 616.

153
Jorge Federico Márquez Muñoz

(especialmente en Grecia), los líderes locales -supuestamente al


servicio de los otomanos- se convirtieron en fuerzas disgre-gadoras.
El Islam había agregado las fuerzas desencapsuladoras de la
religión igualitaria a las provenientes de las sociedades guerreras.
Los líderes locales Muhammad Alí (1769-1848) en Egipto y Alí
Pashá en Grecia (1741-1822) sumaron otro elemento al
des-encapsulamiento: las fuerzas paramilitares; en ellas los
bandidos y exmilitares se convertían en una especie de guardianes
de un orden semilegítimo, al tiempo que consolidaban la posición
de sus amos, los señores de la guerra; estas figuras carismáticas eran
similares en algunos aspectos a los caudillos latinoamericanos. Los
grandes terratenientes, al igual que las autoridades religiosas
locales, los apoyaban a cambio de seguridad.
Todos estos elementos hacían inviable la existencia de "El
hombre enfermo". El imperio otomano quizás hubiera caído
rápidamente presa de los países europeos, si no hubiera sido por el
famoso equilibrio de poder. Las potencias cercaban como bestias
hambrientas al senil coloso; pero para franceses, rusos, ingleses,
alemanes, italianos, belgas y holandeses aún restaba la cuestión de
cómo evitar que el desmembramiento de Turquía se convirtiese en
un conflicto europeo.
Los franceses tomaron Argel, Túnez y Marruecos. Rusia pedía
los estrechos entre la Turquía europea y la asiática, y la región
circundante del Mar Negro, además de ejercer una influencia
paneslávica sobre los Balcanes. A esto último se oponía Austria,
que consiguió Kars, una ciudad al noreste de Turquía, y Batum, al
sureste de Georgia, en el Cáucaso.
Austria obtuvo además Bosnia y Herzegovina. Italia era débil,
pero aún así conquistó Trípoli. Inglaterra no presentaba ninguna
reclamación inmediata, excepto el control general del "equilibrio de
poder" y en particular de Egipto y el canal de Suez, adquirido con la
compra de acciones de la Compañía de Suez.

154
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

El desmembramiento de Turquía tiene un significado especial:


muestra la anarquía y fragilidad de la situación internacional del
siglo xix. En sí mismo, condujo a guerras periféricas, tales como la
de Crimea de 1854 a 1856, el conflicto ruso-turco de 1877, la
campaña a Egipto y Sudán, y la primera y fracasada aventura italiana
en Abisinia; además, fue el punto de partida para sucesivos
desarrollos que llevaron hasta la Primera Guerra Mundial. Las crisis
marroquíes de 1905, 1909 y 1911 aumentaron la tensión entre
Alemania y las potencias occidentales, constituyéndose en
acontecimientos sintomáticos de la atmósfera de inicios del siglo xx.
El resentimiento que se derivó del reparto de Turquía empujó a
Italia a su Triple Alianza con Alemania y Austria. De los continuos
disturbios de los Balcanes -el principal campo de las intrigas de las
potencias europeas- salieron y se desarrollaron las guerras
balcánicas de 1912 y 1914 y tras ellas, aguardaba la Gran Guerra
Europea.
El siglo xix fue un periodo relativamente pacífico debido a que
las potencias europeas tenían todavía su "frontera", ese vasto espacio
abierto para la explotación y la competencia. Así, las fuerzas en
competencia se focalizaron en el exterior de Europa.88

9. El imperialismo... es el de los otros

En cuanto al imperialismo en contra del Islam, la alerta se encendió


cuando Napoleón Bonaparte llegó a Egipto.

Antes se habían producido ataques, retiradas y pérdidas de te-


rritorio en las fronteras remotas, donde los turcos y los persas se
enfrentaban a Austria y Rusia. Pero el hecho de que una reducida

88
Cfr. Erich Kahler, Historia universal del hombre, trad. Javier Márquez, México,
FCE, 1998 (Iaed. en inglés, 1943), p. 452 y sigs.

155
Jorge Federico Márquez Muñoz

fuerza occidental invadiera uno de los núcleos del islam causó una gran
conmoción. La salida de los franceses supuso [...] una conmoción aún
mayor. Fueron obligados a abandonar Egipto no por los egipcios, ni por
sus protectores turcos, sino por una pequeña escuadra de la Marina Real
Británica, dirigida por un joven almirante llamado Horado Nelson.89

Sin embargo, el dominio imperial europeo en territorios islámicos no


comenzó sino hasta 1830, cuando Francia invadió Argelia. En 1882, al
tiempo que Francia expandía sus dominios a Túnez y Marruecos, los
ingleses ocuparon Egipto. Siete años después, Inglaterra continuó con la
toma de Aden. Al concluir la Primera Guerra Mundial, las potencias
Europeas triunfantes se repartieron las provincias árabes otomanas. En
esta ocasión,

los territorios recién adquiridos no sólo fueron anexionados, al estilo


tradicional, como colonias o posesiones. Fueron asignados a Gran
Bretaña y Francia para que los administraran como potencias
mandatarias, bajo la autoridad de la Sociedad de Naciones, con la
misión explícita de prepararlos para la independencia. Fue éste un
episodio [...] breve [...] que [...] terminó después de la Segunda [Guerra
Mundial], cuando los mandatos expiraron y los territorios bajo
mandato obtuvieron la independencia. La mayor parte de la península
arábiga quedó fuera de los dominios imperiales.90

Para los otomanos, al igual que para los qing, se hacía evidente que la
modernización ya no era una opción, sino una necesidad imperante.
Ahogarse en el tradicionalismo llevaría a la sofocación de sus imperios.
Pero para modernizase hacía falta dinero. Las armas y la educación
occidental para reorganizar los ejércitos y el gobierno costaban muy caro.
Estos dos imperios

89
Bernard Lewis, La crisis del islam, op. cit, p. 73.
90
Ibid., p. 74.

156
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

se convirtieron entonces en grandes deudores de las potencias


occidentales.
A finales del siglo xix y principios del xx, el mundo estaba
dominado por imperios; pero su problema era su debilidad, no su
fuerza. Los más antiguos, el qing y el otomano, eran entes
descentralizados; sus sistemas fiscales se habían basado en
transferencias cuasi-feudales de la periferia rural al centro. Existían
otras fuentes de ingresos que estaban adquiriendo importancia, como
los impuestos que gravaban al comercio exterior; no obstante, en las
últimas décadas de los mil ochocientos, tales ingresos servían como
garantía de pago para los préstamos solicitados a Occidente; incluso
en 1881 se creó un Consejo Europeo de Deuda Pública que era
controlado por obligacionistas extranjeros y se encargaba de
recaudar numerosos impuestos en Turquía; estas limitaciones de la
soberanía nacional mostraban no sólo una debilidad financiera, sino
también militar. Para pagar armamentos e infraestructuras modernas

que no podían producir por sí mismos, los gobiernos chino y turco


habían tenido que pedir prestadas sustanciales sumas de dinero
en forma de créditos flotantes en Europa; los intermediarios na-
cionales no podían competir con las cantidades y los plazos que
ofrecían las entidades bancarias europeas, que podían echar mano
de reservas de ahorros mucho mayores a través de los mercados de
obligaciones de Londres, París y Berlín. Pero la hipoteca de deter-
minados flujos de renta concretos como los derechos aduaneros
significaba que estos pasarían a estar bajo control extranjero en el
caso de un impago. Y los impagos tendían a ser frecuentes a raíz
de diversos reveses militares como los sufridos por Turquía en la
década de 1870 y por China en la de 1890; resultaba que comprar
material occidental no bastaba para ganar las guerras.91

Turquía había comenzado a occidentalizarse gradualmente debido al


imperialismo europeo, que era un desafío que obligaba
91
Niall Ferguson, op. cit., p. 85.

157
Jorge Federico Márquez Muñoz

a la imitación; pero como se ha insistido antes, para tener las armas


modernas hacía falta dinero. Los otomanos endeudaron a su país y
entraron de lleno al circuito de la economía occidental mediante las
finanzas y el comercio; pero a diferencia de las potencias modernas,
Turquía era débil y desordenada. Si no pagaba, se le podía obligar a
pagar sin las terribles consecuencias de una lucha de igual a igual.

Cuando Turquía dejó de cumplir con sus obligaciones financieras


en 1875, estallaron de inmediato conflagraciones militares, las
que duraron desde 1876 hasta 1878, cuando se firmó el Tratado
de Berlín. La paz se mantuvo luego durante 36 años. Esa paz sor-
prendente se implantó por el Decreto de Muharrem de 1881 [...]
Los representantes de la hautefinance se encargaron de la admi-
nistración del grueso de las finanzas turcas. En numerosos casos
elaboraron compromisos entre las potencias; en otros casos impi-
dieron que Turquía creara sus propias dificultades; en otros más,
actuaron simplemente como los agentes políticos de las poten-
cias; en todos los casos sirvieron a los intereses monetarios de los
acreedores y, de ser posible, a los intereses de los capitalistas que
trataban de obtener beneficios en ese país.92

En 1901, muchos analistas occidentales esperaban que el imperio


qing y el otomano se derrumbaran como los imperios safawí y
mogol en el siglo xvm, por la influencia económica europea. Pero
lejos de ello,

tanto en China como en Turquía llegó al poder una nueva genera-


ción de modernizadores políticos, inspirados por el nacionalismo
y decididos a evitar la suerte de los anteriores imperios orientales.
El reto de los Jóvenes Turcos, que llegaron al poder en Estambul
en 1908, era el mismo al que se enfrentaban los republicanos

92
Karl Polanyi, La gran transformación, trad. E. Suárez, México, Fondo de Cultura
Económica, 1992 (Iaed. en inglés, 1944), pp. 28-29.

158
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

chinos que habían derrocado al último emperador qing tres años


antes: cómo transformar unos imperios dispersos y debilitados en
estados-nación fuertes.93

Desde el inicio de la Primera Guerra Mundial, quedó claro que el


Imperio Otomano tenía un papel subordinado. En realidad se trataba
de una guerra entre imperios europeos que usaban a sus colonias y a
sus "aliados" para multiplicar sus fuerzas.

El propio kaiser había marcado la pauta ya el 30 de junio, cuando


pidió a nuestros cónsules en Turquía, en la India, agentes, etc. ... alzar a
todo el mundo mahometano en fiera rebelión contra esta nación odiada,
mentirosa e inconsciente de tenderos (los ingleses); puesto que, si nosotros
vamos a desangrarnos hasta morir, Inglaterra al menos perderá la India.94

El resultado de la Guerra fue una catástrofe para el Imperio


Otomano, pero hubo un claro ganador: la clase militar turca que
luchó contra los aliados tomó el poder y fundó Turquía.
Con su rostro gris y elíptico, sus relucientes ojos azules, Ke-mal
se veía como un hombre cruel. Llevó a cabo matanzas de armenios y
turcos, así como de sus enemigos políticos; no obstante, también
poseía un fantástico sentido del humor, era un cínico burlón que
provocaba la simpatía de aquellos a quienes conocía. Como todos
los revolucionarios militares, Kemal temía a la oposición; no sólo
desconfiaba de sus enemigos naturales, sino que sus purgas
incluyeron también a muchos de sus viejos compañeros.
A Kemal no le preocupaba Alá, ni tampoco alguna otra forma de
religión. En un pueblo Ushak, al que Atatürk llegó borracho, vio un
imán con un turbante, comenzó a molestarlo y cuando se quitó el
turbante y huyó corriendo, el dipsómano líder ordenó a sus militares
arrestarlo; no obstante, al día

93
Niall Ferguson, op. ciL, p. 86.
94
Ibid., p. 189.

159
Jorge Federico Márquez Muñoz

siguiente, cuando la resaca sustituyó a la borrachera, ordenó


liberarlo. Numerosas son las anécdotas en las cuales Atatürk
rectificó decisiones que había tomado en un momento de furia o
alcoholizado.
Durante toda su vida, Kemal bebió en exceso, menos durante las
batallas. Murió de cirrosis, disfrutaba el brandy y el raki (el ouzo de
los turcos) mientras jugaba a las cartas o conversaba. Otro de los
vicios de Atatürk era el sexo, le encantaban las adolescentes y los
adolescentes; su esposa lo abandonó y entonces se rodeó de chicas
que le llamaban "padre, amante y maestro".
Cuando el joven Atatürk ingresó al ejército de Abdülhamit, la
sobrevivencia del imperio dependía de la manipulación de las
rivalidades en la cristiandad europea; el sultán utilizó la
competencia entre Francia, Rusia, Inglaterra y Alemania.
Mustafa Kemal nació en Salónica y comenzó su servicio en el
ejército en 1880, en medio de derrotas vergonzosas. A principios de
siglo, Montenegro, Serbia, Bulgaria y Grecia conformaron una
alianza que se opuso al dominio otomano en los Balcanes.
En la Primera Guerra, los otomanos se aliaron con Alemania con
la esperanza de detener el expansionismo ruso hacia los Balcanes y
Asia Central. La estrategia general parecía adecuada, pero en la
práctica, los oficiales otomanos traicionaron al Imperio y se unieron
a los árabes en sus demandas independentistas; los aliados tomaron
Estambul, Tracia, algunos importantes puertos del Egeo y el sur de
Anatolia. Hacia 1918, el "hombre enfermo" estaba prácticamente
muerto y las potencias comenzaban el reparto de sus despojos.
Atatürk era entonces un modesto brigadier que había combatido
en Libia y Siria. En 1915, obtuvo el reconocimiento de haber
repelido el asalto de los aliados en los Dardanelos; cuestionó la
alianza del sultán con los alemanes y en lugar de esperar las
negociaciones entre los aliados y el hermano menor del depuesto
Abdülhamit, Mehmed vi Vahdettin, Kemal organizó la resistencia
contra la ocupación francesa, inglesa, italiana

160
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

y griega, en Anatolia. Así, no solamente desafío a los intereses


europeos, sino también al propio régimen turco.
En 1920, con la firma del Tratado de Sevres entre los aliados y el
sultán, quedó de manifiesto la utilidad de la resistencia organizada
por Atatürk, pues retuvo Anatolia y canceló la creación de un Estado
kurdo y uno armenio además de conservar algunos puertos
reclamados por Grecia.
En Ankara se formó la Gran Asamblea Nacional, un parlamento
dirigido por Kemal, que se opuso al Tratado de Sevres y acusó de
traición a quienes lo habían firmado. Los nacionalistas, los militares
y algunos desencantados monárquicos, vieron en Atatürk un líder
para la campaña contra las potencias invasoras. En tan sólo dos años
lograron su objetivo y éste quedó instituido, con el triunfo de los
kemalistas en 1923, en el Tratado de Lausana, que reconocía el
gobierno de la nueva república, cuyas fronteras -además- se han
mantenido hasta la fecha.
En la última década del siglo xix, más de doscientos mil
armenios, la mayoría civiles desarmados que jamás habían
participado en protesta alguna, fueron masacrados en Anatolia. Los
armenios tenían milenios viviendo ahí, pero debido a la limpieza
étnica, muchos buscaron exiliarse. Los reformistas armenios habían
apoyado a la revolución de los Jóvenes Turcos y habían servido a su
nuevo gobierno; no obstante, en 1912, cuando dicho grupo llegó al
poder, comenzó su propio pogromo en Adana. Tres años después,
los turcos empezaron una cacería de armenios en Constantinopla;
posteriormente, esta política se extendió por toda Turquía. Durante
la Primera Guerra Mundial, cientos de miles de armenios jóvenes
fueron arrestados y obligados a trabajar como esclavos para los bata-
llones turcos; otros tantos fueron deportados o masacrados. En las
fronteras cercanas a Rusia, por el temor de que integrantes de esta
minoría perseguida cooperaran con los rusos, miles de armenios
fueron recluidos en graneros que más tarde fueron incendiados. En
1918, los turcos invadieron la parte de

161
Jorge Federico Márquez Muñoz

Armenia que correspondía a Rusia e Irán para continuar con su


holocausto.
A pesar de que los turcos perdieron la Primera Guerra, los
responsables de la masacre no fueron juzgados, pues el régimen de
Atatürk los protegió. El mismo Kemal declaró que no había
existido genocidio alguno, pues en su país nunca habían vivido los
armenios; sus pueblos fueron rebautizados con nombres turcos y
sus monumentos fueron destruidos.
Militar, política y diplomáticamente, Atatürk mostró gran
eficacia; liquidó el imperio multinacional y estableció un régimen
de intolerancia religiosa y étnica en Anatolia, en el que los
cristianos fueron vistos como traidores. Una nueva identidad turca
se forjó con la sangre de los armenios, cuando medio millón
murieron durante las deportaciones y masacres de 1915.
Congruentemente con esta política, en 1925, a iniciativa de Atatürk,
más de un millón de griegos ortodoxos de Anatolia fueron enviados
a Grecia; en respuesta, trescientos ochenta mil musulmanes griegos
fueron enviados a Turquía.95
Algunos historiadores afirman que la modernización de Turquía
no comenzó con Atatürk, sino desde inicios el siglo xix. Mahmud n
(1808-1839) comenzó una serie de reformas que después se
convirtieron en los edictos de Tanzimat (Reorganización), que
implicaban la modernización de las fuerzas militares y el sistema
educativo, secularizaban parcialmente el sistema legal, sustituían el
árabe por el alfabeto latino para la escritura del turco, promovían la
liberación de la mujer y la modernización del vestido, la libertad de
prensa, y la creación de un parlamento dominado por los partidos
políticos.
En este contexto, resulta comprensible que Atatürk tuviera
aspiraciones reformistas. El mismo disfrutó de las reformas del
sistema educativo del Imperio. Como militar, defendió Libia contra
Italia en 1911 y 1912; y en la Primera Guerra Mundial,
95
0fr- James Russel, "Massacres of the Armenians", The New York Review ofBooks,
08/09/2001, WWW.nyrb. Consultado el 19 de junio de 2008.

162
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

luchó en Gallípoli;96 después, fue enviado a Sofía, donde se mostró


entusiasta de la influencia francesa.
Una vez en el poder, continuó con la Tanzimat e imitó la política
exterior del sultán Abdülhamit, al evitar guerras costosas. En el
fondo, la diferencia entre Atatürk y los sultanes del siglo xix, fue su
objetivo: éstos, llevaban a cabo reformas con el fin de preservar el
mismo orden, mientras Kemal consideraba necesarias las reformas
para reemplazarlo; no obstante, sus políticas fueron muy similares.
96
La Campaña de Gallípoli fue una operación terrestre y naval de las más im-
portantes de la Primera Guerra Mundial, en la que fuerzas británicas, francesas,
australianas y neozelandesas intentaron invadir Turquía. Tuvo lugar entre el 25 de abril
de 1915 y el 8 de enero de 1916.
La acción se desarrolló en el estrecho de los Dardanelos y el cabo de la península de
Gallípoli (Gelibolu), cerca de Estambul. Esta campaña, planeada por el ministro de
Municiones David Lloyd George, el ministro de Marina Winston Churchill, el general
Horatio Herbert Kitchener y el almirante Sackville H. Carden, se realizó con el fin de
abrir un nuevo frente de lucha como alternativa al estancamiento al que había llegado la
contienda en Francia; reducir la presión que los turcos ejercían sobre las fuerzas rusas
en el Cáucaso; y establecer un puente de comunicación entre Rusia y el mar Negro
mediante la ocupación de Estambul y los estrechos. Lo que en principio se había
concebido como una operación naval fracasó en febrero de 1915, cuando varias naves
británicas y francesas sufrieron daños a causa de las minas flotantes. Tras este percance,
a finales de abril se llevó a cabo una invasión por tierra. Tuvo lugar un desembarco
anfibio al que los turcos opusieron gran resistencia. Mustafá Kemal les infundía ánimos
a sus tropas, mientras su competente comandante alemán, Otto Liman von Sanders, se
encargaba de la estrategia. Las fuerzas australianas, neozelandesas y de otros países de
la Commonwealth sufrieron una derrota cuando se enfrentaron al ejército de Kemal.
Las fuerzas aliadas se retiraron durante diciembre y enero.
Las bajas en las fuerzas británicas, australianas, neozelandesas y de los demás
países de la Commonwealth fueron de 205,000 hombres en un ejército formado por
410.000 soldados; los franceses perdieron 47,000 de un total de 79,000; en las filas turcas,
compuestas por 500,000 soldados, las víctimas fueron entre 250,000 y 300,000. A pesar
de que la derrota fue total, la campaña de Gallípoli debilitó el poder turco de tal forma
que Gran Bretaña pudo conquistar Palestina en 1917. Por otro lado, esta operación
disuadió a los alemanes de lanzar una nueva ofensiva contra Francia en 1915.
En Turquía, el 4 por ciento de la población pereció durante la Primera Guerra
Mundial; el 15 por ciento de los hombres que tenían entre quince y cuarenta y nueve
años y cerca del 27 por ciento de todos los alistados en el ejército. Cfr. Niall Ferguson,
"The Jihad of 1914", The New York Review ofBooks, 02/ 13/2003, disponible en www.
nyrb.com, consultado el 14 de junio de 2008; Matthew White, op. cit., consultado el 4 de
septiembre de 2012.

163
Jorge Federico Márquez Muñoz

Atatürk se propuso que la República de Turquía descansara


sobre seis "principios fundamentales e inalterables": nacionalismo,
populismo, estatismo, secularismo, revolucionarismo y re-
publicanismo. Hoy, el gobierno turco sólo reconoce el último; la
movilización masiva de los ciudadanos turcos que resienten las
medidas draconianas del Estado ha dado lugar a gran cantidad de
reformas. La insurrección kurda ha puesto en duda tanto
nacionalismo, el renacimiento y expansión del islamismo cues-
tionan el secularismo; la influencia de las economías europea y
estadounidense -por no mencionar el acuerdo firmado entre el
Fondo Monetario Internacional y Turquía en 1999- han dado al
traste con el populismo, el estatismo y el revolucionarismo.
Atatürk mantuvo en paz a Turquía durante quince años; pero la
estabilidad interna tuvo un alto costo: la oposición fue reprimida.
Aun después de 1950, cuando fue derrotado en las elecciones el
Partido Republicano del Pueblo fundado por el propio Atatürk, los
militares llevaron a cabo tres golpes de Estado. En fin, la
democracia, hasta ahora, ha sido inhibida y sobre todo, los partidos
de izquierda han sufrido de la mano dura del gobierno; el
parlamento y la burocracia están marcados por la corrupción.
Aunque el padre de la república instauró, en 1924, la elección de los
legisladores a través del voto masculino libre, directo y universal,
en realidad el propio Atatürk gobernó como un autócrata.97
Los musulmanes notaron que las potencias europeas rivalizaban
entre sí, por lo cual buscaron alianzas con algunos infieles, bajo la
máxima el enemigo de mi enemigo es mi amigo?* A

97
Cfr. Neal Ascherson, "Atatürk", The New York Review ofBooks, 06/ 03/1965, dis
ponible en www.nyrb.com, consultado el 12 de junio de 2008.
98
Por ejemplo, "durante las guerras revolucionarias y napoleónicas, los turcos
contaron con la ayuda británica contra Francia y luego con la ayuda de ésta contra
Rusia. En 1829 fue un mediador prusiano el encargado de persuadir a los rusos,
envalentonados por su victoria, de que moderaran sus exigencias. Durante la guerra
de Crimea, Inglaterra y Francia lucharon como aliadas de los otomanos contra Rusia.
En 1878 la intervención diplomática inglesa logró suavizar las consecuencias políticas
de la derrota militar otomana". Bernard Lewis, El oriente próximo, op. cit., p. 336.

164
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

principios del siglo xx, la mayor parte del mundo musulmán había
sido incorporado a los cuatro imperios europeos: Gran Bretaña,
Francia, Rusia y Holanda.

Los gobiernos y las facciones de Oriente Próximo se vieron obli-


gados a aprender a enfrentar esos poderosos rivales entre sí. Por
un tiempo, lo intentaron con cierto éxito. [...] En la Segunda
Guerra Mundial recurrieron a Alemania; en la guerra fría, a la
Unión Soviética."

Tras la derrota de los nazis y, décadas más adelante, con el des-


moronamiento de la Unión Soviética, parecía que la rivalidad
imperial había concluido. 1991 fue un mal año para los movimiento
laicos nacionalistas: el régimen baazista de Hussein fue derrotado
por una coalición encabezada por Estados Unidos, y la caída de la
URSS supuso el fin del patrocinio comunista a Palestina. Peor aún,
Kuwait y Arabia Saudita, molestos por el entusiasmo en favor del
dictador iraquí, también interrumpieron las subvenciones a los
palestinos; esta situación les obligó a pensar seriamente en un
proceso de paz con Israel.
La ola revolucionaria fundamentalista, que era una tendencia que
se había desencadenado con gran fuerza al menos desde la
revolución iraní, adquirió un segundo aire; por un lado, sus
partidarios interpretaron que la caída de los regímenes comunistas
-todos ellos ateos- era una victoria de los musulmanes;100 y en
segundo lugar, consideraban un agravio que hubiera tropas
estadounidenses en Arabia Saudita (éstas, se habían instalado ahí
para hacer la guerra a Irak).

99
Bernard Lewis, La crisis del islam, op. cit., p. 77.
100
Para argumentar este mérito, narraban cómo los fundamentalistas habían sido
una pieza clave en la guerra de Afganistán.

165
Jorge Federico Márquez Muñoz

10. El Islam, hoy

Podemos clasificar las actitudes políticas en el mundo islámico con


tres categorías: el radicalismo, las mayorías silenciosas y las masas
intermitentes. Estas últimas suelen creer las teorías cons-piratorias
de los fundamentalistas, pueden discutirlas e incluso organizar
protestas coyunturales, pero no están dispuestas a ocuparse de
tiempo completo en el activismo.

La trayectoria del profeta Mahoma [que es] el modelo que todos


los buenos musulmanes aspiran a imitar, se divide en dos partes.
En la primera, durante los años en que residió en su lugar de
nacimiento, La Meca (570P-622), se opuso a la oligarquía pagana
dominante. En la segunda, tras su traslado de La Meca a Medina
(622-632), fue el jefe de un Estado. Estas dos fases de la vida del
Profeta, una de resistencia y otra de gobierno, se reflejan en el
Corán, donde en distintos capítulos se impone a los creyentes
obedecer al representante de Dios y desobedecer al faraón, el
paradigma del gobernante injusto y tiránico. Estos dos aspectos
de la vida y obra del Profeta inspiraron dos tradiciones en el Islam:
una autoritaria e inmovilista, la otra radical y activista [...]
No siempre fue fácil determinar quién era el representante de
Dios y quién el faraón [...]
Entre los extremos del inmovilismo y el radicalismo existe una
actitud generalizada y ampliamente expresada [de] reserva, incluso
desconfianza, respecto al gobierno. Un ejemplo de ello es la mar-
cada diferencia, en la época medieval, de las actitudes populares
hacia el cadí, un juez, y el muftí, un jurisconsulto de la ley sagrada.
El cadí, que era nombrado por el gobernador, es presentado en la
literatura y el folclore como un personaje corrupto, incluso ridículo;
el muftí, instituido en el islam medieval por el reconocimiento de
sus colegas y la población general, gozaba de estima y respeto. Un
tópico en las biografías de hombres píos [...] es que al protagonista
se le ofrecía un nombramiento en el gobierno y él lo rechazaba.101
Bernard Lewis, La crisis del islam, op. cit.ypp. 34-35. 166
101
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

Cuando menos desde el siglo xix, los radicales han explotado la


sensación de humillación de millones de musulmanes en cuanto a su
relación con Occidente. Se trata del

sentimiento de una comunidad de personas acostumbradas a consi-


derarse como los únicos guardianes de la verdad divina, encomen-
dada por Dios para transmitirla a los infieles, una comunidad que
de repente se ve dominada y explotada por esos mismos infieles e
incluso cuando ya no es dominada, se siente profundamente afec-
tada en aspectos que cambian sus vidas, desviándolos del verdadero
camino islámico hacia otras sendas. A la humillación se sumó la
frustración cuando los distintos remedios, la mayoría de ellos
importados de Occidente, se probaron y fallaron uno tras otro.102

La crisis del petróleo de 1973 enriqueció a algunas naciones


islámicas y las dotó de confianza. "En apoyo de la guerra de Egipto
contra Israel los países árabes productores de petróleo utilizaron el
suministro y el precio del crudo como un arma que resultó muy
eficaz".103 El antioccidentalismo y sus tentáculos fundamentalistas
adquirieron un nuevo impulso.
Los recursos de las élites árabes comenzaron a nutrir a las
mezquitas. De por sí éstas "disponen de una red de asociación y
comunicación que ni siquiera el más dictatorial de los gobiernos
puede controlar por completo. De hecho, las dictaduras implacables
las favorecen, sin querer, al eliminar las oposiciones rivales".104 Es
en las mezquitas donde los radicales se encuentran, éstos se entrenan
y reclutan nuevos hombres.
Los radicales y las mayorías islámicas asisten a las mismas
mezquitas, pues su visión de la religión es igual; en lo que difieren es
en su crítica social.105
102
IbuL, p. 43.
103
ídem.
104
Ibid., p. 44.
105
"Los fundamentalistas musulmanes, a diferencia de los grupos protestantes de
los que recibieron el nombre, no difieren de la corriente mayoritaria en cuestiones

167
Jorge Federico Márquez Muñoz

En segundo lugar están las mayorías silenciosas y las masas


intermitentes. Estos grupos no desaprueban todo lo que viene de
Occidente; por el contrario, entre ellos hay mucha gente que
comparte los valores de las democracias modernas, y hay también
miembros que reprueban ciertos aspectos de la civilización
occidental, pero admiran otros.
Las relaciones de Estados Unidos con el mundo islámico fueron
escasas hasta el siglo xx, cuando la situación cambió producto de
los intereses de las compañías petroleras, por el desenvolvimiento
de la Segunda Guerra Mundial y por la exportación cultural
estadounidense, especialmente el cine y los programas de
televisión.

Para algunos, América representaba libertad, justicia y oportu-


nidades. Para muchos otros, representaba riqueza, poder y éxito,
en una época en que estas cualidades no eran consideradas como
pecados o delitos. Y entonces se produjo el gran cambio, cuando
los líderes de un extendido y creciente renacimiento religioso
buscaron e identificaron a sus enemigos como los enemigos de
Dios, y les asignaron un domicilio y un nombre en el hemisferio oc-
cidental. De repente, o eso pareció, América se había convertido
en el archienemigo, la encarnación del mal.106

El intervencionismo norteamericano en cuestiones de política


interna en Medio Oriente, fue juzgado por la gran masa de

de teología e interpretación de las escrituras. Su crítica es [...] social. El mundo


islámico, desde su punto de vista, ha tomado un giro equivocado. Sus gobernantes se
declaran musulmanes y hacen ostentación del islam, pero en realidad son apóstatas que
han abrogado la ley sagrada y han adoptado leyes y costumbres extranjeras e infieles.
La única solución, según ellos, es un regreso al auténtico modo de vida musulmán, y
para ello la eliminación de los gobiernos apóstatas es un primer paso esencial. Los
fundamentalistas son antioccidentales porque consideran que Occidente es el origen del
mal que está corrompiendo la sociedad musulmana, pero su ataque principal va
dirigido contra sus propios gobernantes y líderes. De este cariz fueron los movimientos
que provocaron el derrocamiento del sha de Irán en 1979 y el asesinato del presidente
egipcio Sadat dos años después". Ibid., p. 45. 106Ibid., p. 87.

168
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

los musulmanes como excesivo; los historiadores aún discuten hasta


qué punto Estados Unidos provocó la caída de Mossadeq, pero lo
que es un hecho es que intervino en el golpe de Estado. Para los
líderes del mundo islámico, que no cuentan con chivos expiatorios
legítimos para resolver sus crisis internas, dar este papel a los
estadounidenses es una gran oportunidad. Y no la han
desaprovechado.
El mundo islámico actual combina baja productividad y tasas de
natalidad elevadas; el resultado es una población numerosa, en la
cual el número de jóvenes desempleados, sin instrucción y
frustrados aumenta rápidamente.107

El PIB combinado de todos los países árabes ascendió a 531.200


millones de dólares en 1999, menos que el de un solo país europeo,
España (595,500 millones de dólares).
[...] El rendimiento económico general del mundo árabe, y en
general del mundo musulmán, sigue siendo relativamente bajo.
[...] En 2000 los ingresos medios anuales en los países musulma-
nes, desde Marruecos hasta Bangladesh, alcanzaban sólo la mitad
del promedio mundial, y en la década de 1990 los productos
nacionales brutos combinados de Jordania, Siria y Líbano -es
decir, tres de los vecinos árabes de Israel- eran [...] inferiores a los
de Israel [...] El PIB per cápita israelí era tres veces y media
superior al de Líbano y Siria, doce veces el de Jordania y trece
veces y media el de Egipto.108

Las diferencias entre la miseria del mundo islámico y la prosperidad


estable de Occidente, así como la riqueza ascendente del Lejano
Oriente pudieron haber pasado desapercibidas en

107
"Los países árabes -en parcelas como la creación de empleo, educación, tecno
logía y productividad- se quedan todavía más atrás con respecto a Occidente. Aun
peor, las naciones árabes se rezagan también respecto a los miembros más recientes
que se han incorporado a la modernidad de corte occidental, como Corea, Taiwan
y Singapur". IbicL, p. 130.
108
Ibid.ypp. 131-132.

169
Jorge Federico Márquez Muñoz

el pasado, pero las comunicaciones contemporáneas hacen que el


contraste sea muy doloroso.
Además de la baja productividad de los países islámicos, está el
problema de la desigualdad. Las naciones occidentales tendieron a
la democratización en la medida en que necesitaron nuevos pactos
sociales que debilitaban los estamentos e instauraban ciertas dosis
de igualdad; tales pactos fueron necesarios, entre otras cosas, por
las continuas guerras: se pedía sacrificios a los civiles y a cambio,
se les otorgaba -por ejemplo- el voto o la seguridad social; una vez
que regresaban de la guerra, las masas de campesinos y obreros que
habían hecho de soldados eran portadores de una solidaridad
consciente que les permitía organizarse; ahora las clases bajas
estaban dispuestas a exigir nuevos derechos y mayor igualdad a los
gobernantes. Éstos, aunque en ocasiones se resistieron, terminaron
por ceder una rebanada importante del pastel que otrora les
pertenecía casi por completo.
Pero para que sea propicio ese desarrollo, hace falta un elemento
ausente entre las sociedades musulmanas. Sólo una vez que los
pueblos en determinado territorio se conciben como naciones, las
mayorías dan importancia al nacionalismo, que pone de relieve una
identidad más allá del grupo religioso, la familia, el género, la edad,
la localidad, el oficio, etc.; es únicamente con el avance de esta
ideología extensiva, que las clases bajas pueden identificarse y
organizarse para convertirse en una verdadera amenaza contra el
orden establecido. Ante las masas difusas, los dictadores prosperan.
La primavera árabe de 2011 fue una muestra de la falta de
experiencia de los regímenes islámicos para canalizar los con-
flictos, no fue prueba de la eficacia organizativa de las clases bajas.
Peor aún: el desenlace electoral en Egipto y Túnez durante 2012
muestra que los triunfadores de la revolución árabe no fueron las
masas de la sociedad civil que se manifestaron valientemente, sino
los fundamentalistas organizados y los restos del antiguo régimen,
también organizados.

170
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

Otro motivo para nivelar a las clases sociales en Occidente han


sido las crecientes tasas de impuestos. La máxima "no hay tasación
sin representación", también puede comprenderse como que si no
hay necesidad de mayor tributación obtenida del pueblo, entonces la
élite no tiene incentivos para democratizar.
En Medio Oriente, en buena medida por la riqueza petrolera, los
gobiernos no han necesitado incrementar los impuestos y por lo
tanto, tampoco se han visto compelidos a atender las demandas
populares.
Sin un compromiso serio entre las élites y la clases bajas,
alcanzado generalmente mediante un pacto entre grupos organizados
y capaces de movilizar fuerzas suficientes para desestabilizar el
orden social, la imitación de los modelos occidentales en el mundo
islámico no es más que una simulación. Hay una notable excepción a
esta regla: Turquía, que se parece más al modelo occidental, que el
resto de las naciones musulmanas. Pero en el resto de los países, los
intentos modernizadores están marcados

por un fracaso casi continuo. Los partidos y parlamentos de estilo


occidental desembocaron casi invariablemente en tiranías
corruptas, mantenidas por la represión y el adoctrinamiento. El
único modelo europeo que dio resultado, en el sentido de con-
seguir sus objetivos, fue la dictadura monopartidista. El partido
Baaz, distintas ramas del cual han gobernado Irak y Siria durante
décadas, incorporó las peores características de sus modelos nazi
y soviético.109

El Islam percibe a Occidente de modo ambivalente. Por una parte,


los países musulmanes se refieren a él, hasta la actualidad, como la
"tierra de los cristianos"; esto se refleja en que a los presidentes de
las naciones occidentales les llama líderes de naciones cristianas y a
veces, líderes de cruzados cristianos.
109
IbüL, p. 133.

171
Jorge Federico Márquez Muñoz

Asimismo, hay mucha propaganda musulmana que representa a


Occidente como una cultura irreligiosa y materialista que necesita
de la evangelización islámica.
Los apologetas del Islam argumentan que las proezas de
Occidente derivan de que la cultura europea tomó muchos
contenidos del pensamiento árabe durante la Edad Media.
Ciertamente, el mundo islámico -que está económica, educativa y
políticamente atrasado- anhela, con rivalidad mimética, el poder y
prosperidad de Occidente. Por lo tanto, asume la globalización, a
pesar de que ésta sólo beneficia con claridad a una pequeña minoría.
Vemos entonces el rechazo del Islam a Occidente en diversas
áreas: por los aspectos odiosos de la globalización; por el trato
preferente a Israel; y por la colusión con los líderes corruptos y
opresores que sirven a los intereses occidentales.
Los ataques terroristas están motivados por una interpretación
de estos hechos como injusticias, pero el factor de rivalidad
mimética los subyace. El Islam quisiera competir con Occidente
para convertirse en la fórmula más eficaz para la salvación en el
otro mundo y la prosperidad en éste. De acuerdo al islamismo, que
los musulmanes no hayan triunfado por completo en estos dos
aspectos (el misionerismo universal y la prosperidad terrenal) se
debe a los pecados de los islámicos mismos y también, a los de los
infieles.
Pero en la actualidad hay algunos ciudadanos y pensadores
musulmanes que consideran que el cambio deseable del Islam
implica renunciar a Dar al-islam -lo que constituye una crítica a los
radicales que ocultan sus intenciones de tiranía personal bajo el
manto de una revelación de la sharia-; igualmente se denuncia el
apoyo a los Estados islámicos que en realidad camuflan una tiranía
despótica y secular. Autores como Muhammad Talbi, Muhammad
Arkoun, Muhammad Said al-Ashmawy, Zainal Abedin, Syed
Vahiduddin piden concentrarse en los fundamentos de la religión y
aplicarlos de un modo innovador

172
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

al mundo actual; es decir, llaman a adaptarlos al pluralismo, donde la


gente de todas las religiones tenga los mismos derechos y eso facilite
la convivencia.110

Cfr. Joseph Kenny, op. cit.

173
LA CRISTIANDAD

1. La nueva fundación de la sociedad

TT a segunda forma del igualitarismo subordinado es la I


civilización occidental premoderna, que se nutre de dos .Agrámales
de nivelación limitada: la herencia greco-romana y la Cristiandad.
Mientras en China e India vimos un proceso de compasión universal
con limitaciones promovido desde arriba, a partir de la conciencia de
las élites antisacrificiales, en el Islam y el Occidente precristiano111
el desencapsulamiento ocurre en dos direcciones. La primera
posibilidad es de abajo hacia arriba con (1) la presión de los ejércitos
con reclutas de clases bajas y pueblos de las marcas y (2) con la
presión de fes igualitarias. El desencapsulamiento puede ocurrir
también de arriba hacia abajo, (1) debido a la culpa que sienten los
estamentos elevados por predicar una ética universal que rechazan
en los hechos y (2) mediante un reformismo producto del cálculo
político de las élites, que temen a una revolución y consideran que
ceder un poco ahora es mejor que cederlo todo mañana.
El judeocristianismo propone una forma nueva de fundar
sociedades, diferente a los métodos del mito y el chivo expiatorio.
Girard ofrece una lectura "antisacrificial" de la Biblia.
11
El estudio de los casos de Grecia y Roma puede encontrarse en el tomo 1 de Sociedad,
Poder y Violencia.

175
Jorge Federico Márquez Muñoz

Caín mata a Abel por la envidia suscitada del hecho de que Yahweh
prefiere al segundo. El asesino funda la ciudad de los cainitas al este
del Edén. Al igual que en la historia de Rómulo y Remo, el
fratricida es el fundador de la ciudad; pero hay una diferencia:
Rómulo es santificado en su calidad de sacrificador y primer
sacerdote; mientras Caín es sólo un vulgar criminal que, en lugar de
imponer un rito sacrificial, es marcado por Dios para que nadie lo
mate.
En comparación con el crimen de Rómulo, el de Caín nunca se
justifica ni perdona; es incapaz de frenar la violencia que se
multiplica y aparece en los descendientes del envidioso hijo de
Adán. El primer asesinato es también el origen de una cultura que
no puede evitar que se extienda la agresión; la pérdida de las dife-
rencias lleva al dramático diluvio, que representa la vuelta al caos.
Rene Girard también estudió la historia de Job, quien es la víc-
tima inocente de su comunidad, que ni siquiera se toma la molestia
de probar sus acusaciones. ¿Por qué deja de ser el hombre más
querido y afortunado para convertirse en el más odiado? Por el
deseo mimético, pues primero provocó admiración; y más tarde,
envidia.
Los perseguidores intentan justificar su odio argumentando que
ha sido Dios quien les encargó la misión de perseguir a Job, se
convierten así en "guerreros celestiales"; no obstante, no encuentran
culpable al acusado, por lo que la única explicación para su aversión
es la puesta en marcha del mecanismo expiatorio. Para volver
unánime la violencia, la comunidad intenta que el mismo Job crea
en su culpabilidad; pero como eso no sucede, el grupo ya no se
muestra convencido del sacrificio; la duda de la víctima contagia a
los verdugos y el acusado es perdonado.
La tradición judaica nunca desmitificó por completo la vio-
lencia. Al principio, Yahweh es un Dios agresivo y después se
muestra ambiguo ante la violencia, es sólo con los Evangelios que
se desarrolla la idea de una deidad totalmente pacífica que obliga a
los hombres a asumir que el odio es una cuestión

176
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

meramente humana. Hay una ruptura respecto al Antiguo


Testamento.
La crucifixión no sacraliza a Jesús. Los tres días que separan a la
muerte de la resurrección disocian la violencia de lo sagrado. El hijo
de Dios desvincula la agresión de lo divino y es por ello que no
responde a la petición de la multitud de mostrar sus poderes. La
misión de Jesús en la Tierra es mostrar que Dios nada tiene que ver
con la agresividad. Lo que diviniza a Jesucristo es haber estado por
encima de ella.
Girard aclara que los Evangelios no son mitos (que ocultan los
elementos del chivo expiatorio), ni textos de persecución (pues no
están escritos por los perseguidos), ni literatura (que explora el
mecanismo pero no lo explica), ni historia (que sólo documenta la
expiación). La originalidad de los Evangelios radica en que son
"textos revelatorios": en ellos, Jesús es denominado con un nombre
que enfatiza su inocencia: "cordero de Dios". Según el antropólogo,
lo novedoso de esas narraciones es que consideran la solución
sacrificial como un error: Caifas justifica la condena de Jesús
afirmando que es necesario que uno muera para que los demás se
salven; el pueblo apoya la decisión no porque considere culpable a la
víctima, sino porque imita al "sereno" y "autosuficiente" sumo
sacerdote; a su vez, Pilatos está de acuerdo porque se contagia del
deseo de la multitud. Se trata de un dominio cuasi absoluto de las
pasiones de la masa.
Los Evangelios muestran que el hombre puede reunirse con Dios
sin hacer sacrificios. El reino del Señor no es una utopía, sino una
comunidad en la que no hay reciprocidades asesinas y en la que se
unen los hermanos que antes peleaban; pero los hombres seguirán
siendo hijos de Satán mientras recurran a la violencia para mantener
el orden.
Para Girard, el Nuevo Testamento nos enseña que el hombre, a
menos que renuncie a la ira, terminará por autodestruirse; pero a esta
conclusión sólo se puede llegar mediante una "interpretación
anti-sacrificial de las Escrituras".

177
Jorge Federico Márquez Muñoz

El cristianismo enfatiza entonces la cuestión de la culpa


individual, de la responsabilidad del sujeto. La lucha contra el mal
se desenvuelve en el interior, pues el principal mal que uno debe
vencer es el que se alberga en uno mismo; por ejemplo, Crisóstomo
afirmaba que las envidias peleaban dentro de él, "excitando
pensamientos que son más penetrantes que cualquier espada y que
se dirigen en contra de sí y de todo aquel que se le pare enfrente"; en
otro lugar escribió: "tal como el gusano gradualmente se come el
corazón de los árboles, phthonos se alimenta del alma del
phthoneros".112
Basilio de Cesárea, en una discusión sobre la envidia, compara
el mal que ésta produce con la oxidación sobre el metal y afirma
también que "el phthonos que consume el espíritu en su agonía es
como las víboras que vienen a plena luz del día a roer a través del
estómago de su madre".113
Como ya hemos visto, los hindúes (al menos desde los
Upanis-had), los chinos (desde el confucianismo) y los
musulmanes (con la noción de yihad interior) han desarrollado
paralelamente un sentido antisacrificial y de interioridad. El
reconocimiento profundo del s^jf conlleva también a la moral
universal: en la medida en que comprendo la fragilidad a la que
estoy expuesto, tiendo a la compasión.
El cristianismo surge como una religión donde la lucha contra el
mal (el pecado) se gana o se pierde en la mente y el corazón de cada
creyente. En ese sentido, la cristiandad es clara heredera del
desarrollo de la interioridad que comenzó entre los griegos gracias a
la revolución de la abstracción, que a su vez estuvo ligada al
surgimiento del comercio y la escritura alfabética.114 El
cristianismo también es heredero de la interioridad desarrollada por
el judaismo.115
1.2
K. Dunbabin & M. Dickie, "Invidia Rupantur Pectora: the Iconography of Phtho-
nos/Invidia in Graeco-Roman Art", JahrbuchfürAntike und Christentum, 26,1983, p. 14.
1.3
Ibidem, p. 15.
114
Cfr. Julián Jaynes, op. cü., p. 240 y sigs.
115
Cfr. Ibidem, p. 251 y sigs.

178
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

La propia fe cristiana cambió al extenderse: cuando conformó


una amalgama con el Imperio Romano, el sentido de interioridad en
ambos también se fusionó, dando lugar a lo que Peter Brown llama
"la nueva manera".
El cultivo de la interioridad a partir del siglo II en el Imperio
Romano se debió a las nuevas angustias de algunos hombres y puede
apreciarse en los siguientes rasgos:

En primer lugar, el individuo poseía un sentimiento acrecentado


de albergar algo en sí mismo infinitamente valioso, aunque
dolo-rosamente carente de relación con el mundo exterior.
Después de generaciones de una actividad pública en apariencia
satisfactoria, ocurría como si se hubiera agostado una corriente
que fluía con suavidad desde la experiencia interna de los hombres
hasta el mundo exterior. El calor huía del entorno familiar. Las
preocupaciones tradicionales parecían triviales, si no
positivamente opresoras. Ya Marco Aurelio contemplaba el
mundo como a través del pequeño redondel de un telescopio: las
campañas danubianas, gracias a las cuales había salvado al Imperio
en el 172-175 y 178-180, le agitaban como cachorrillos que luchan
por un hueso. Encontramos al filósofo Plotino admirándose de que
cuando torno a mí mismo me pregunto cómo es posible que tenga un
cuerpo [...] ¿Por qué suerte de degradación ha ocurrido esto? El
gnóstico despierta para averiguar que la vida es una pesadilla, en la
cual huimos no sabemos hacia dónde, o nos quedamos inertes
persiguiendo algo, no sabemos qué. El cristiano bautizado aparece
como hijo de Dios, pero arrojado a un mundo gobernado por el
Príncipe del Mal.116

En segundo lugar, el hallazgo de esa chispa, reserva de perfección e


inspiración dentro de uno mismo, iba acompañado de la búsqueda de
un Dios con el cual era posible estar solo, frente a frente, sin
intermediarios; un Dios que se expresa en un tono personal.
1,6
Peter Brown, El mundo en la antigüedad tardía. De Marco Aurelio a Mahoma, trad.
Antonio Pinero, Madrid, Taurus, 1989 (Iaed. en inglés, 1971), p. 65.

179
Jorge Federico Márquez Muñoz

En tercer lugar, el encuentro con esta manifestación de lo divino


en el interior se presentó como una ruptura radical que permitía una
distinción tajante entre el antes y después.

El discípulo renacido de Hermes tres veces grande, el hombre espiri-


tual de los gnósticos, el cristiano bautizado [...] cada uno de estos
personajes sentía que un muro de cristal se interponía entre su
nueva vida y su pasado; su nuevo comportamiento lo debía todo a
Dios y nada a la sociedad.117

En cuarto lugar, ligada a la idea de revelación está la de conversión.


Mediante ésta, hasta un esclavo podía conseguir la excelencia
moral,

anteriormente reservada a los caballeros clásicos griegos y ro-


manos gracias a su cuidadosa servidumbre y conformidad pun-
tillosa para con los antiguos modelos. Por medio de la revelación
el individuo sin estudios podía alcanzar el núcleo mismo de las
verdades vitales sin exponerse a grandes expensas, a los rencores
profesionales y al pesado tradicionalismo de la educación filo-
sófica del siglo II. Los filósofos paganos, que podían compartir
muchos aspectos de la nueva manera, se oponían agriamente a los
cristianos y a los gnósticos paganos que depositaban su confianza
en tales medios.118

Pero estos hombres que descubrieron la perfección interna en ellos


mismos y que se sentían en contacto íntimo con Dios se
encontraron con que el problema del mal también resultaba más
cercano; la batalla contra el diablo, "el que divide", es una lucha por
defender la propia identidad; los demonios, en forma de
tentaciones, buscan derrotar al creyente desde su interior; desean
que se traicione a sí mismo. Para la defensa del Yo, es

1.7
Ibidem, p. 66.
1.8
Ibid., p. 67.

180
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

posible establecer estrictas barreras a su alrededor; pero una segunda


consecuencia de esa separación es que disminuye la capacidad de sentirse a
gusto dentro de una comunidad. Así, los portadores de la nueva manera se
sintieron fuera de lugar en el mundo físico.

Se hallaban solos y aislados con su pios único. Por medio de la


conversión y aceptando la revelación podían apartarse de su propio
pasado y de las creencias de las masas de sus congéneres. Disponían así
sus barricadas para una batalla invisible contra los demonios [...] El
individuo llegó a sentir con mucha más fuerza que antes la necesidad de
sobrevivir en otra existencia mejor. El siglo III contempló un
incremento de la influencia de los grupos religiosos que aseguraban
para sus miembros -quienes debían defender con enorme ferocidad el
sentido, recientemente conseguido, de su unicidad en este mundo- el
gozo de la victoria y del descanso en el otro. El iniciado de Mitra [...] se
armaba contra los demonios que podían atacar su alma cuando ascendía
a los cielos, tras la muerte, a través del pacífico brillo de la Vía Láctea.
Las pinturas de las catacumbas cristianas expresan ideas similares. Por
medio del bautismo el creyente era arrancado de los peligros de este
mundo; quedaba identificado con Daniel, de pie, pacíficamente, con sus
brazos extendidos en oración en medio del pozo de los leones. Y
después de la muerte habría de gozar del reposo, del refrigerium celeste
[...] La divisoria más profunda en el mundo de la Antigüedad tardía era
la que se producía después de la muerte. La invisible sima entre los
salvados y los condenados aparecía como un profundo foso alrededor
de pequeños grupos, tanto paganos como cristianos, que había
conseguido cincelarse una posición para sí mismos a expensas del
consenso, durante tanto tiempo honrado, de la adoración pública
tradicional.119

119
Ibid.,p. 70.

181
Jorge Federico Márquez Muñoz

En cualquier caso, los exponentes de la nueva manera convivían


con la civilización cívica de los romanos; más aún: los cristianos
eran parte de la sociedad de incógnito, eran marginales en la vida
del Imperio y heréticos para la mayoría de los judíos.120 ¿Cómo fue
entonces que triunfó la cristiandad?

2. Fin del imperio romano y ascenso de la Cristiandad

Michael Mann sostiene que en el imperio romano había cinco


contradicciones básicas: entre universalismo y particularismo;121
igualdad y jerarquía;122 centralización y descentralización;123
cosmopolitismo y uniformidad;124 y entre civilización y milita-
rismo.125
120
Cfr. Morris Berman, Cuerpo y espíritu. La historia oculta de occidente, trad. Renato
Valenzuela, Santiago de Chile, Editorial Cuatro Vientos, 1992 (Iaed. en inglés, 1989),
p. 123ysigs.
121
En cuanto más centralizado y territorial se hacía el Imperio, fomentaba también
vínculos universales más poderosos hacia él. Pero no era fácil desvincular la solida
ridad particularista del parentesco de la aristocracia hereditaria.
122
El universalismo activo de la ciudadanía producía ideas de participación política
e igualdad. Pero la realidad no estaba a la altura de estas expectativas, pues el imperio
era esencialmente jerárquico.
123
Debido a que los logros centralizadores del Estado romano eran muy amplios,
los que se descentralizaban de él también eran poderes sumamente vastos. Entre los
más importantes estaban: la propiedad privada, la acuñación de la moneda y la
alfabetización, que otorgaban posibilidades de gran relevancia a los ciudadanos.
Por otra parte, algunos poderes de los que se descentralizaron recayeron en las
aristocracias provinciales, o se dirigieron hacia los residentes en las urbes y a cier
tos grupos étnicos, como los griegos y los judíos, que se situaban estratégicamente
en las ciudades comerciales. Estos grupos podían desarrollar tanto una confianza
individual en sí mismos como una red de interacción social capaz de sobrepasar la
trama oficial del Estado centralizado.
124
El mayor tamaño territorial de los imperios incrementa su cosmopolitismo. Pero
éste es un elemento que disuelve las lealtades étnicas preexistentes. Si fuera posible
sustituir las viejas identidades por una uniformidad oficial, centralizada, las cosas
resultarían muy bien para la estabilidad del Imperio. Pero ése no era el caso. Los
imperios excluían a la plebe de sus comunidades culturales oficiales. Así, el cosmo
politismo y los intentos de uniformidad tendían a fomentar rivalidades.
125
"Los imperios habían realizado su expansión mediante la dominación militar.
Pero los imperios también aportaban civilización, que los forasteros siempre desea-

182
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

El Cristianismo ofrecía soluciones, así fueran imperfectas, a las


cinco contradicciones del Imperio. Además de esto, cabe pre-
guntarse cuál fue el incentivo inmediato que tuvieron millones de
sus habitantes para convertirse al cristianismo. El perfil de los
conversos en los primeros siglos de nuestra era126 nos confirma que
el cristianismo no era una respuesta a una crisis económica, ni una
alternativa espiritual al mundo material; se trataba de una crisis de
identidad social, producto de la extensión del Imperio. La pregunta
¿a qué sociedad pertenezco?suponía planteamientos ya bastante
desafiantes; pero las doctrinas trascendentales tuvieron mucho éxito
al brindar una respuesta propia.
Los primeros conversos no fueron los pobres y los oprimidos,
sino una sección transversal de la vida urbana. Es decir, quienes se
dedicaban a "los tipos de ocupaciones que predominan en los puntos
intermedios de nuestros sistemas actuales de clasificación censal (y
que a menudo resulta difícil asignar a una clase social intermedia en
lugar de a otra)".127 La conversión sin duda respondía a una carencia,
pero no económica, sino política, pues quienes la emprendieron
estaban marginados del poder oficial, no formaban parte del
gobierno. En el momento de la mayor prosperidad imperial, con
Trajano y Adriano, entre esos

ban. Si el poder militar imperial se desvanecía, sus ciudadanos y subditos podían ser
conquistados por los forasteros, salvo que se pudiera separar a la civilización del
militarismo y ofrecerla pacíficamente a los forasteros. Algunas personas dentro de todos
esos imperios estaban dispuestas a realizar esa transformación del militarismo a un
papel civilizador pacífico, aunque (en Roma y en China, pero no en Persia) ello
contradecía el militarismo del Estado". Michael Mann, Las fuentes del poder social, I, op.
cit., pp. 438-439.
126
Después de la muerte de Cristo y antes del 250 d.C, el cristianismo era casi un
fenómeno urbano. Los habitantes de las ciudades eran la mayor parte de ese 7% de
la población liberada del trabajo agrícola. Es decir, se trataba de privilegiados en un
sentido económico. Casi todos los conversos al cristianismo eran artesanos especia
lizados, comerciantes, trabajadores del gobierno, recaudadores, copistas y artistas.
Pero también había, aunque en menor medida, representantes de los extremos de
la escala social: criadas, taberneros, sepultureros y jardineros por un lado y por el
otro, magistrados y médicos.
127
Ibidem, p. 460.

183
Jorge Federico Márquez Muñoz

grupos intermedios se produjeron protestas y motines contra la


exclusión política en los territorios orientales.
Los sectores intermedios no sólo no formaban parte del go-
bierno, sino que -peor aún- tenían prohibida la conformación de
asociaciones; no podían integrar un grupo de bomberos ni siquiera
en una localidad donde el Estado no proveyera uno. Al margen del
Estado, todo tipo de sociedades voluntarias (como no lo eran las
filiaciones étnicas, ni de las religiones tradicionales) parecían
problemáticas, el imperio privaba a las masas urbanas de todo tipo
de vida colectiva pública. Sin embargo,

la economía de la vida urbana, en mucha mayor medida que la de la


vida rural, entrañaba actividades colectivas en lugares de trabajo y
en el mercado. Y esas actividades exigían que alguien estuviera
alfabetizado y leyera y escribiese para los demás participantes me-
nos letrados. Entre esas pequeñas colectividades circulaban ideas
y escritos, y surgían grupos de debate. Sin embargo, el gobierno
trataba de impedirlo.128

Además, estos grupos contaban con otras ventajas: muchos de sus


integrantes pertenecían a comunidades étnicas móviles, en especial
de griegos yjudíos, que tenían un largo historial en la conformación
de gremios y otras asociaciones.
Otra ventaja residía en la infraestructura carretera del mismo
Imperio, que brindaba cuatro conductos al poder ideológico del
cristianismo. El primero era el mosaico de aldeas, ciudades y tribus,
muchas de las cuales compartían una cultura común y
comunicaciones intensas pero intersticiales.
El segundo conducto se trataba del autoritario-oficial, es decir,
la red de vínculos horizontales entre los gobernantes de las
localidades.
El tercero era el ejército. En él se concentraban diversos cultos,
pues sus tropas se mezclaban con un gran número de
128
Ibid., p. 462.

184
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

localidades. "Los militares, al mezclar sus reservas de conoci-


mientos, valores y normas, no se contentaban con el provincialismo
separado, ni quedaban satisfechos con cultos oficiales del
Estado".129
El cuarto conducto lo aportaban las redes de comercio. El auge
comercial-artesanal, que aprovechaba las condiciones
infraestructurales del Imperio, contribuía al poder de éste. Al mismo
tiempo, quienes realizaban estos intercambios contaban con su
propia organización gremial, al margen de las autoridades estatales.
Para la difusión de una ideología intersticial, todos estos
conductos se veían reforzados por el poder difuso de la alfa-
betización, que estaba muy extendida entre las clases altas y, como
podría esperarse, entre los grupos que fomentaban los poderes
intersticiales. La cultura letrada fue una pieza clave en la formación
de la contra-cultura de la antigüedad. ' Cristo, que no fue el primero
en ser considerado el Mesías de los judíos, prometió la instauración
de un orden racional y moral en una región con profundos problemas
políticos; igualmente ofreció una solución a cientos de miles de
judíos, que se encontraban ante el dilema de elegir entre la
heleni-zación o la etnicidad. La rápida conversión de las masas en
Palestina, Cesárea, Joppa, Damasco y Antioquía, sorprendió incluso
a sus seguidores; esto alentó la creencia de que Cristo había sido
divino y se añadieron a la leyenda algunos milagros y la
Resurrección.
En el año 45 llegó Pablo, el saduceo, quien se convirtió al
cristianismo; tenía gran capacidad como organizador y dirigió sus
esfuerzos a las sinagogas de las ciudades helenísticas de Oriente
Medio.
Los discípulos de Cristo aún habían sido judíos que observaban
los preceptos de la ley y los rituales, tal y como lo hizo el mismo
Jesús; además, practicaban el "bautismo, los ágapes
129
Ibid., p. 445.

185
Jorge Federico Márquez Muñoz

fraternos y la propiedad en común, igual que los esenios. Incluso, el


supuesto hermano de Jesús, Santiago, era un judío ortodoxo; [...]
[que] llamó a la comunidad de los apóstoles los celosos de la Ley99.130
El viraje decisivo hacia la religión universal lo dio Pablo. Éste
había sido criado en Tarso, una ciudad helenística del Medio
Oriente; sabía filosofía griega, especialmente conocía a los
estoicos, pero también los misterios helenísticos. Fue educado
como fariseo y los suyos confiaban en él como partidario radical y
anticristiano. Por ello le encargaron dirigirse a Damasco, donde
residían algunos discípulos de Jesús, para poner fin al movimiento.

Durante este viaje por el desierto se produjo el gran viraje, que


adoptó primero la forma de un cambio fundamental en el estado
de ánimo de Pablo. Tuvo una visión del Mesías en el Cielo: Saulo,
¿porqué me persigues?... Pablo se convirtió en un gran misionero.
Subrayó la gracia de Dios que logró su conversión. El mismo era
un convertido, no un discípulo [...], ganado por el amor personal y
el contacto directo. El resultado de esta situación psicológica y de
la enorme y persistente actividad de Pablo fue lo que podemos
llamar su sistema teológico, la fundación del dogma y de la Iglesia.
Fue una fusión de la idea mesiánica con las ideas de la filosofía
griega y los cultos de los misterios helenísticos. Esto suponía, por
lo que respecta a Dios, un desplazamiento desde la ley a la gracia; y
por lo que respecta al hombre, desde las obras a la fe.131

El efecto de este cambio fue la abolición de la leyjudía, pues la


muerte de Cristo significó, según la interpretación de Pablo, el fin
de la antigua alianza entre Dios y los judíos.
En fin, con la interpretación de Pablo acerca del cristianismo, se
abrió la puerta "para unificar a las diferentes poblaciones en

130
Erich Kahler, op. cit., p. 138.
131
Ibidem, p. 139.

186
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

un credo que no era su religión hereditaria ni congénita. Con ello se


había producido una revolución en la religión misma y la fundación
de una religión universal [...] El nuevo Dios cristiano era extranjero,
vino a los hombres, les llamó en su calidad de seres humanos sólo, y
los hombres estaban ligados a Él sólo por un lazo de confianza y de
fe".132
El judaismo fue la primera religión misionera que buscó
prosélitos, pero sus preceptos del

ritual tribal, la circuncisión, las leyes dietéticas y el descanso sabá-


tico eran obstáculos casi insuperables para el proselitismo, pues
los paganos, sobre todo los griegos, que veían con simpatía la idea
del judaismo, su Dios espiritual, su revelación y sus enseñanzas
morales, no se sentían inclinados a aceptar también el ritual. Las
comunidades judías repartidas por el mundo helenístico atrajeron
grupos de simpatizantes, llamados adoradores de Dios [...], que
no llegaron a ser judíos a causa del obstáculo del ritual pero que,
sin embargo, adoraban al Dios judío [...].
Pablo sabía que no era posible difundir la idea de la comuni-
dad cristiana entre los paganos si no se separaba de la Ley judía,
que era sumamente estricta. Tuvo que elegir entre los judíos y los
paganos, y escogió a los últimos. No lo hizo sólo a causa de su re-
sentimiento contra los primeros, sino porque era la única manera
de hacer del cristianismo una religión universal y de difundir su
fe entre los pueblos.133

Hubo numerosos debates entre los diferentes cristianismos, pues


había diversas interpretaciones de las enseñanzas de Cristo; quizás el
más decisivo fue aquél en el cual los prorreligión universal -la
facción de Pablo- vencieron a los "obispos de la circuncisión"
-quienes afirmaban la importancia del carácter

132
Ibid., p. 142.
133
Ibid., p. 144.

187
Jorge Federico Márquez Muñoz

judío de Jesús-. Pero como estos últimos se vieron envueltos en


enfrentamientos con el Imperio Romano, debieron atrincherarse en
Jerusalén, donde -del 70 al 133- fueron aplastados.
Después de Pablo, llegaron otros sincretistas, como Clemente,
quien afirmó que el cristianismo era el heredero de las virtudes
griegas y romanas de la época clásica. La Iglesia amplió sus
criterios para hacer crecer su comunidad. Aceptó tanto creencias
como rituales paganos y bárbaros con la limitante de que los
sacrificios, humanos y de animales, quedaban siempre excluidos.
La eucaristía, el cénit de la cristiandad, es un rito antisacrificial
que recuerda justamente que en la Cruz murió Jesús, el cordero de
Dios, el que ninguna culpa tuvo, y que no puede ser una víctima
expiatoria útil, pues es un chivo expiatorio desmitificado. El
rechazo de los cristianos al sacrificio también lo atestigua el hecho
de que sus perseguidores los obligaron a realizarlos. "Durante la
gran persecución de Diocleciano los cristianos se veían forzados
algunas veces a ofrecer estos sacrificios".134
Por otra parte, al igual que en el caso de las otras religiones
antisacrificiales, vemos que el cristianismo alienta el autosacri-ficio
y la ética de la responsabilidad, en lugar de aquélla que exterioriza
las culpas. Es así como encontramos, por ejemplo, a Jerónimo,
Agustín y Ambrosio, que renunciaron a su poder y riquezas para
ingresar al monasterio.135

3. El cristianismo imperial

Otro testimonio de la naturaleza antisacrificial del cristianismo es el


propio Constantino quien "enviaba una carta al joven rey de

134
Peter Brown, op. cit, p. 104.
135
Cfr. Peter Brown, Power and Persuasión in Late Antiquity. Towards a Christian Empire,
Wisconsin, The University ofWisconsin Press, 1992, pp. 74-75.

188
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

reyes, Sapor II, en los siguientes términos: Invoco a ese Dios (Único)
de rodillas y me aparto horrorizado de la sangre de los sacrificios".136
Sin duda el Emperador no hacía esto exclusivamente por sentirse
horrorizado por la sangre, ya que él mismo era un guerrero bastante
sanguinario. Peter Brown encuentra un incentivo adicional para este
rechazo, el intento de centralizar el poder:

La condena de Constantino de los sacrificios y ritos paganos [...]


disminuyó [...] la autonomía cultural de muchas ciudades. Los
nobles locales se vieron privados del derecho a llevar a cabo,
precisamente, las ceremonias religiosas que otorgaban a cada
ciudad su sentido identitario. Dejó de ser recomendable sacrifi-
car, visitar templos o celebrar a la ciudad a la que uno pertenecía
como el lugar en el que habitaban determinados dioses ligados a
la comunidad cívica mediante rituales locales. En su lugar, el
cristianismo ofreció un patriotismo imperial extensivo. Este, se
centraba en la persona y misión de Dios, el Gobernante Universal,
cuyo vasto y profundamente abstracto cuidado del imperio como
un todo, hicieron de las viejas lealtades a ciudades particulares,
actos parroquiales y triviales.137

La observación de Cristo de que el Reino está dentro de nosotros,


refleja su compromiso con la experiencia divina directa, entre el
creyente y Dios. En el siglo I, las conversiones al cristianismo se
hicieron por medio de visiones y trances; la experiencia de
"influencia" con la energía somática. Pero a mediados del siglo n, la
Iglesia ya consideraba que los estados alterados eran vergonzosos y
optó por argumentar que con los éxtasis de Cristo y Pablo tenían
bastante, pues no se necesitaba añadir otros testimonios al espíritu.
Comenzó el proceso para construir una ortodoxia que se consolidó
en un siglo, reco-

136
Peter Brown, El primer milenio de la cristiandad occidental, trad. Teófilo de Lozoya,
Barcelona, Crítica-Grijalbo-Mondadori, 1997 (Iaed. en inglés, 1996), p. 30.
137
Peter Brown, Power and Persuasión in Late Antiquity, op. cit., p. 19.

189
Jorge Federico Márquez Muñoz

pilando una historia de la herejía basada en las desviaciones de su


propia posición. El sacerdote y el Papa se convirtieron entonces en
objetos transicionales para millones de fieles; eran los únicos
intermediarios reconocidos entre la tierra y el cielo, entre los
hombres y Dios.
En el siglo iv, el Concilio de Nicea declaró que el curso del alma
sería decidido por la doctrina de la Iglesia y no por la
experimentación privada. Quedaron prohibidos los ejercicios
somáticos para alcanzar estados alterados; se condenó al Cristo de
los evangelios ocultos y la versión somática de la ascensión fue
convertida en herejía.
El mismo Concilio consideró que la palabra utilizada por Jesús
en un famoso pasaje de la Biblia, fue homoousios en lugar de
homoiousios. La primera significa consustancial, es decir, de la
misma sustancia; mientras que la segunda quiere decir de sustancia
similar. Al decidirse por el término homoousios, la Iglesia se
fortaleció como institución y prohibió las experiencias extáticas. Si
Cristo era homoousios, entonces no era un hombre, sino un dios -era
Dios- y así cualquier visión de los mortales, aquí en la tierra, no sería
más que un delirio; la divinidad de Jesús sería un evento único y los
mortales sólo podrían aspirar a creer en El.
Si insertamos la iota (como en la segunda palabra), se produce
una situación muy diferente. Cristo fue un hombre que habría
tenido una experiencia transformadora, quienes siguieran su
ejemplo podrían llegar a sentir lo mismo. En el primer caso, se hace
necesaria una casta sacerdotal para guiar a los fieles por el camino
recto; en el segundo, ese mismo grupo resultaría un estorbo.
Somática y políticamente hablando, ésta era una iota por la cual
valía la pena pelear.
El cristianismo institucionalizado quitó a los hombres la
posibilidad de acercarse por sí mismos a Dios y de lidiar di-
rectamente con la falla básica. Desde ese momento, la Iglesia
teatralizó los rituales: los creyentes ya no los vivían, tenían que

190
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

conformarse con verlos, se privilegió lo visual sobre lo kinestési-co.


Emergió un tipo de sociedad donde se nos pide "renunciar a nuestra
forma básica y más confiable de conocer el mundo, en favor de una
falsa charada de cortés avenimiento. Esto es una mutilación colosal y
da cuenta de mucha de la ira y el dolor que todos acarreamos".138
El Estado Imperial se convirtió en la agencia coercitiva de la
ortodoxia cristiana. Las decisiones de los Concilios de Nicea (325) y
de Calcedonia (451) continuaron esta tendencia de organización
expansionista y encogimiento espiritual. Alrededor del siglo V,
había unos cien estatutos activos contra la herejía y la experiencia
con el Dios interior quedó reprimida.
Esto nos lleva al tema de la interioridad, pues la experiencia del
Sí Mismo es un prerrequisito para la experiencia de Dios. San
Agustín

replica la campana funeral para la voz de la interioridad. Su ca-


rrera fue la imagen especular de Tertuliano. Maniqueo por no
menos de nueve años, Agustín terminó por pasarse del bando
ortodoxo y finalmente [...] sobrepasó a la Iglesia en fervor, abo-
gando en pro del uso de la tortura por parte del Estado en pos de la
extirpación de la herejía. Al final de su vida, el maniqueísmo,
última manifestación del gnosticismo del mundo antiguo, estaba
agotado y no reaparecería en Occidente hasta los movimientos
neomaniqueos de los siglos xi y xn.139

El cristianismo se puso al servicio de las ambiciones del Imperio


Romano, y junto con la disputa por la iota, dejó de fomentar el
sentido de interioridad y las experiencias extáticas (somáticas) que
lo habían caracterizado. Las creencias se deformaron para ser
utilizadas por la Iglesia.

Morris Berman, Cuerpo y espíritu, op. cit., p. 21.


Ibidem, p. 167.

191
Jorge Federico Márquez Muñoz

Desde antes de la conversión de Constantino la doctrina


pacifista del cristianismo había mostrado fisuras. Algunas de las
"parábolas de Jesús, las enseñanzas de Juan el Bautista a los
soldados, y la aceptación de Pablo de ser escoltado por militares,
son una pequeña muestra de que los primeros cristianos tomaban la
violencia como algo dado, cotidiano y parte de sus propias vidas en
el Imperio Romano"; y aunque la prohibición del asesinato era una
enseñanza de los Padres de la Iglesia, en la práctica, los seguidores
de Cristo admitían la violencia.140
Aunque algunos de los cristianos del periodo pre-cons-tantiniano
eran pacifistas y se negaban a prestar el servicio militar -lo cual los
ponía en una situación grave frente a la justicia romana, e incluso los
llevaba a convertirse en mártires-, muchos otros decidieron
enrolarse en el ejército. Cuando Constantino anunció la conversión
del Imperio al cristianismo, había suficientes cristianos en los altos
mandos de las legiones para asegurar su posición imperial.
A finales del siglo n, Celso atacó a los cristianos por evadir sus
deberes civiles al rechazar el servicio militar; pero en la misma
época, Tertuliano hacía el recuento de la famosa "Legión del
Trueno", compuesta por cristianos. Hacia mediados del siglo ni,
Origen aceptó la acusación de Celso, pero defendió la abstención
cristiana del servicio militar, debido a que su rechazo al servicio se
debía a una dimensión espiritual. Dos cosas destacan en esto: origen
aceptaba la necesidad de la milicia, pero evitaba tratar directamente
con el asunto al afirmar que el mundo, mientras más cristiano,
menos necesitaría de la fuerza; el segundo aspecto a destacar es que
Origen ignoró el hecho de que los cristianos ocupaban cada vez más
rangos importantes en las fuerzas militares.

140
RobertJ. Daly, "Violence and Institution in Christianity", Contagión, vol. 9, primavera
2002, Loyola University, Chicago, 1996, p. 7.

192
SOCIEDAD, VIOLENCIAYPODER • TOMO II

Los primeros edictos de Constantino simplemente clasificaron el


cristianismo como religio licita, una religión oficialmente
reconocida. En el curso del siglo iv, se convirtió en la religión oficial
y bajo Teodosio i (emperador del 379 al 395) se fundó el Estado
cristiano ortodoxo. El arrianismo y otras herejías se convirtieron en
ofensas castigadas por la ley, los sacrificios paganos se prohibieron
y el paganismo se consideró ilegal. Después de su responsabilidad
por la masacre de Tesalónica en el 390, el Emperador Teodosio hizo
penitencia ante San Ambrosio, obispo de Milán. Esto indica que,
aunque estaban entremezcladas la Iglesia y el Estado, la primera
intentaba mitigar la violencia del segundo.'"

4. Sociedades guerreras al inicio de la Edad Media

Tras la caída del Imperio de Occidente, la Iglesia Romana trató de


convertirse en una autoridad moral y, de ser necesario, coercitiva;
pero el contexto era muy confuso. El cristianismo no logró ser una
fuente normativa eficaz entre los bárbaros. Alasdair Maclntyre
compara la ética entre los bárbaros de esta época -específicamente
entre los vikingos y los celtas- y la del periodo homérico: en ambas,
las virtudes estaban predeterminadas por el puesto del hombre en su
comunidad y los privilegios y deberes de su rango.
En este tipo de sociedades, vemos una estructura moral que
incorpora un esquema con tres conceptos relativos al papel social
que se exige al individuo; las excelencias o virtudes como las
cualidades que hacen que un individuo sea capaz de actuar según lo
exige su papel social; y la condición humana como frágil y
vulnerable, en vista de la cual, ser virtuoso no implicaba evitar la
vulnerabilidad y la muerte, sino darles su debido lugar.
1
Cfr. Paul Johnson, Historia del cristianismo, trad. Aníbal Leal y Fernando Mateo,
Barcelona, Vergara, 2006 (Iaed. en inglés, 2004), p. 145 y sigs.

193
Jorge Federico Márquez Muñoz

Los elementos pasados hallan condiciones para relacionarse entre


sí sólo dentro de una estructura unitaria mayor. Ésta es la narrativa
épica, una forma encarnada en la vida moral de los individuos y la
estructura social.
El yo del periodo heroico carece de aquello que algunos filó-
sofos morales modernos toman por característica esencial de la
"yoidad" o identidad humana: la capacidad de separarse de
cualquier punto de vista, de dar un paso atrás como si se situara,
opinara y juzgara desde el exterior.
Dado que se trata de un periodo bicameral donde las guías éticas
se encuentran por doquier, se desemboca en una gran certidumbre y
en la ausencia de elección en momentos de grandes dilemas. Los
ritos funerarios, la pena y la lamentación son claves en el esquema
moral y ponen de manifiesto que el sujeto sólo existe, aun después
de la muerte, en tanto constituye una parte de su comunidad.
Recordemos que las sociedades guerreras son muy inestables.
Los guerreros mandan y para afirmar sus virtudes, necesitan hacer
la guerra; ésta, modifica la correlación de fuerzas y muchas veces
convierte en esclavos a los reyes. La guerra provoca cierta
movilidad social; sin embargo, a diferencia de lo ocurrido en
Grecia, donde los constantes enfrentamientos llevaron a la
formación de falanges y después a stasis, en la Edad Oscura, el
proceso es muy distinto y en lugar de conducir hacia la democracia,
llevó hacia el feudalismo.
Ambos procesos difirieron en sus resultados por los siguientes
elementos:
1. La geografía de Europa occidental, a diferencia de la helena,
era extendida y permitía la crianza masiva del caballo, un
rasgo que acentuaba los valores guerreros.
2. Mientras en el mundo clásico, la ciudad y el comercio
ocupaban un lugar central en las transformaciones políticas y
militares; en la Edad Oscura, las ciudades142
142
"La sustitución de la ciudad en decadencia por el monasterio fue mucho más frecuente
fuera que dentro de Italia, país en el que muchas de sus ciudades conservaron, a

194
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

y el comercio143 estaban en decadencia.

pesar de (la) decadencia, su función de centro organizativo del territorio circundante.


En efecto, en Italia surgieron numerosos monasterios en las ciudades o se alinearon con
las mismas al construirse junto a sus murallas, mientras que en Francia o Alemania los
monasterios fueron el origen de muchas ciudades".
"Con todo, la ciudad había ido declinando, convirtiéndose en algo muy distinto a lo
que había representado en un tiempo ya lejano. El mundo antiguo había logrado en
Occidente una organización compleja basada en las ciudades: los romanos, herederos de
los etruscos, fueron constructores de ciudades, urbanizaron el territorio, transformán-
dolo mediante una vasta y densa urdimbre cuyos nudos eran los núcleos urbanos. Éstos
fueron a un tiempo centros administrativos, religiosos o culturales y sede de mercados,
actividades financieras y artesanales, además de convertirse a menudo en núcleos de
población de notable importancia. Centro de encuentros e intercambios, las ciudades
animaban, como células activas, el territorio, dotándole de homogeneidad y unificando
sus distintas zonas. Aunque la economía —y la civilización— era fundamentalmente
agrícola, la producción de artículos de consumo y de lujo y el comercio de los mismos era
un fenómeno relevante".
"Al correr el tiempo decayeron, se apagaron lentamente muchas ciudades. El vasto
territorio del Imperio se vio afectado en su totalidad por un proceso [...] de mortificación
económica y social. En campos y ciudades los hombres se aislaron de los hombres, se
debilitó el Estado, decayó la cultura y las invasiones bárbaras aceleraron y acentuaron esta
situación. La misma agricultura entró en decadencia y las tierras volvieron a cubrirse, como
no se veía desde hacía muchos siglos, de bosques, matorrales y pantanos. En los propios
espacios urbanos empezaron a crecer matorrales, árboles y arbustos espontáneos. Las casas
y murallas fueron desmoronándose y la población disminuyó muchísimo. Muchas
ciudades desaparecieron y sus ruinas, diseminadas a lo largo y ancho de un paisaje que
fue asumiendo, hacia el siglo vi, el aspecto de un terreno desolado, adquirieron a los ojos
de quienes las contemplaban un aspecto terrorífico: profanadas por el tiempo y por los
hombres. Las ruinas de las ciudades, iglesias y aldeas esperaban una nueva consagración
y reutilización [lo que hicieron los monjes en numerosas ocasiones...]. Destacando entre
los matorrales o apareciendo de repente al paso de quien atravesaba el bosque, las
ruinas mantenían su carácter de lugar sagrado negativo, tétrico y hostil. Eran las
ciudades muertas, los restos profanados de la civilización antigua rescatada por el
Cristianismo, cementerio de cristianos asesinados por los bárbaros, de mártires que
esperaban ser encontrados y venerados. Sonidos, ruidos o aterradores silencios y luces
en la noche señalaban su presencia, unas veces evidente, otras ocultas por la tierra, las
hierbas altas y las plantas".
"De este modo, en el paisaje rural de la Alta Edad Media, poblado de ruinas de
ciudades romanas, aldeas e iglesias abandonadas, la presencia de los mártires cristianos
aleteaba de forma ostensible, provocando apariciones y sucesos portentosos, caracte-
rizando desde un punto de vista material y transformando los elementos naturales,
mediante una asombrosa mezcla de lo natural y lo sobrenatural". Vitto Fumagalli, Las
piedras vivas. Ciudades y naturaleza en la Edad Media, trad. Carlos Alonso, Madrid, Nerea,
1989 (Iaed. en italiano, 1988), pp. 16-17.
143
La época señorial, "representó un distanciamiento esencial de lo que había sido la
cultura mediterránea de la época clásica; mientras que ésta se focalizó en las ciudades, la
cultura medieval lo hizo en torno del feudo rural. Mientras que la cultura clásica hacía
hincapié en el comercio, la cultura medieval enfatizaba la autosuficiencia; y

195
Jorge Federico Márquez Muñoz

3. El poder colectivo a inicios de la Edad Media era mucho


mayor que el que tuvieron los griegos. Los barcos vikingos
eran muy superiores a los de la antigüedad; también lo eran los
instrumentos de labranza y el armamento, un avance heredado,
en buena medida, de los romanos; tampoco pensemos que el
Medioevo se trataba de una continuación del Imperio
Romano. De hecho, los reinos de esta época nunca lograron
superar los problemas malthusianos y sufrieron hambrunas
con mayor frecuencia que el mundo antiguo.144
mientras que la economía clásica se concentraba en el dinero, la medieval lo hacía en
los servicios heredados y en el pago en especies. La cultura medieval se apartó [...] de la
época clásica, en particular porque el mundo medieval desechó casi enteramente el uso
de dinero. En lugar de recolectar impuestos en monedas, los terratenientes exigían el
pago en cosechas y servicios prestados por los campesinos. En lugar de fabricar bienes
manufacturados para comerciar, cada feudo intentó ser tan autosu-ficiente como le
fuera posible, produciendo sus propios alimentos y ropas e incluso sus propias
herramientas. Como ya no les era posible vender sus servicios, las gentes del pueblo se
transformaron en siervos, ligados a la tierra. Incluso la esclavitud casi cesó en esta
época, con excepción de los criminales, los paganos y los musulmanes capturados en las
batallas".
"A raíz de la decadencia de la enseñanza, muy poca gente sabía leer o manejar
cifras, lo que la hacía aún más suspicaz y renuente al uso de monedas. Se siguió
acuñando monedas, pero éstas variaban enormemente en calidad de una región
a la otra y de un año al siguiente. A menudo se buscaba que tuvieran un parecido
con las de la Grecia o la Roma clásicas, pero solían incluir errores de ortografía y se
podían falsificar con facilidad. La calidad general de la moneda decayó tanto que
el comerciante promedio, al igual que el campesino iletrado, debía ser en extremo
cauto al emplear monedas de cualquier tipo". ¥
"La rivalidad entre un imperio de carácter tributario y el sistema de mercado
parecía haberse dirimido en favor del primero. Bajo la hegemonía de Roma, el
gobierno había derrotado y aparentemente destruido el sistema de mercado. Los
romanos parecían haber conseguido lo que los persas habían intentado en los años de
su guerra contra las ciudades mercantiles de Grecia". Jack Weatherford, La historia del
dinero. De la piedra arenisca al ciberespacio, trad. Jaime Collyer, Barcelona, Ed. Andrés
Bello, 1998 (Iaed. en inglés, 1997), pp. 95-96.
144
Desde el siglo IV la sección latino occidental del Imperio Romano sufrió pronto las
invasiones germánicas. En ésta, sólo quedaban 26 millones de habitantes de los 70
millones del Imperio. Además, de esos 26, sólo 6 millones eran romanos; el resto eran
bárbaros, la mayoría galos. El débil régimen del Imperio occidental terminó en el siglo
V.
La decadencia llegó a tal punto en Europa occidental, que en el año 1000, cuando
comenzaban a recuperarse las organizaciones sociales, políticas y económicas
complejas, la población apenas alcanzaba los 10 millones de habitantes. Cfr. Norman

196
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

4. La geopolítica griega era muy distinta a la medieval por dos


razones: mientras los helenos tenían como enemigo
civilizacional a lo que demostró ser la débil Persia, los
cristianos se enfrentaron a los poderosos bárbaros primero, y
después a los musulmanes. A los primeros pudieron integrarlos
a su propia civilización, cosa que no lograron con los segundos,
a quienes ni siquiera derrotaron por completo. La otra
diferencia geopolítica fue la naturaleza de los reinos bárbaros
(cristianizados o no), que eran muy distintos a las polis en
cuanto a las relaciones de sus élites. Hubiera sido muy extraño
que un ateniense en el siglo V fuera monarca de Quíos o de
Esparta. Los griegos tenían una cultura común, no una élite
común. La clase gobernante medieval, por el contrario, estaba
compuesta de dinastías transnacionales; esto, debido a que el
mundo helénico no aspiraba a la unidad -la obtuvo a la fuerza
mediante la invasión de Alejandro-, mientras el Occidente
medieval la buscaba por dos razones: el intento de recreación
del Imperio Romano y la cohesión de la cristiandad. Así, las
divisiones entre reinos parecían más un accidente de la historia
provocado por una necesidad defensiva, que elementos
identitarios.
5. Lo que hacía más distinto al mundo antiguo de la Alta Edad
Media fue el impulso del cristianismo. Se trataba de una fuerza
ideológica que fue capaz de civilizar -en cierto modo,
romanizar- a una enorme gama de pueblos.

Como hemos enfatizado antes, el cristianismo es una religión


antisacrificial, pero su instauración estuvo acompañada de dos
conflictos significativos: el primero giró en torno a las inter-

F. Cantor, Inventing the Middle Ages. The Lives, Works and Ideas ofthe Great Medievalists
ofthe Twentieth Century, New York, Quill. William Morrow and Company, 1991, p. 21;
cfr. Michel Rouche, "La acumulación primitiva (siglos VI al X)", Robert Fossier, La
edad media. La formación del mundo medieval (350-950), tr. Lluis To, Barcelona, Crítica,
1988 (Iaed. en francés, 1982), p. 430 y sigs.

197
Jorge Federico Márquez Muñoz

pretaciones dogmáticas diferenciadas, lo cual llevó a muchas


guerras entre los reinos cristianos; el segundo derivó del hecho de
que no todo el mundo era cristiano.
Con ambos conflictos se creaban chivos expiatorios: a quienes
interpretaban de un modo distinto el cristianismo, se les llamaba
herejes; se les acusaba de haberse cristianizado sólo
superficialmente y de mantener sus creencias bárbaras o paganas.
En cuanto al segundo conflicto, se trataba de luchar contra los
infieles.
Se puede hacer una distinción entre la guerra y el sacrificio; pero
el cristianismo es antisacrificial en un sentido más general: condena
toda la violencia. Para muchos cristianos, esto se convirtió en una
crisis de conciencia, y por ello fueron necesarias algunas
justificaciones.
En la antigüedad tardía, se establecieron patrones del cris-
tianismo frente a la violencia que perduraron hasta la llegada de la
modernidad, cuando la Iglesia comenzó a aceptar que ella no era
más que uno entre varios poderes coercitivos.
Estas actitudes están moldeadas por la noción de que, para la
mayoría de los cristianos, hay violencias justificadas, pues el
contexto así lo impone. Existen varias razones por las que la doble
lectura sobre la violencia evolucionó de esta manera. En primer
lugar, está el comienzo del monasticismo cristiano, que se asocia
con San Antonio en Egipto, hacia finales del siglo ni. Conforme el
cristianismo fue en aumento en la vida del Imperio, los monasterios
también florecieron: mucha gente "huía del mundo" para cultivar el
espíritu. Los efectos de esto fueron la separación práctica de los
ideales cristianos de pacifismo y no-violencia de los aspectos de la
vida cotidiana de la mayoría de los cristianos, y la relegación de
estos ideales para quienes se retiraban del mundo y cultivaban la
vida monástica.145

145
Cfr. Robert J. Daly, "Violence and Institution in Christianity", Contagión, vol. 9
(primavera 2002), Loyola University, Chicago, 1996, p. 10.

198
Jorge Federico Márquez Muñoz

En segundo lugar, el cristianismo se puso al servicio de los fines


del Imperio, ya fuera el romano, el carolingio o cualquier otro que le
ofreciera un espacio pacificado y le otorgara ciertos privilegios.
En tercer lugar, San Agustín es clave para comprender el papel
del cristianismo y la Iglesia durante la Antigüedad tardía. El
concibió, en concordancia con la tradición cristiana, que las
instituciones políticas se encuentran justificadas debido a la maldad
innata del hombre, pero al mismo tiempo elaboró una jerarquía
según la cual el Estado debe subordinarse a la Iglesia, pues las
cuestiones del mundo son inferiores a las del más allá, tal y como el
cuerpo es inferior al alma.
En cuarto lugar, la antigüedad tardía y el mundo medieval fueron
tiempos brutales, en los cuales los cristianos tomaban la violencia
por sentada; por ejemplo, en el libro xix de La ciudad de Dios,
Agustín acepta con resignación la tortura judicial. Cuando uno cree
que la única cosa que importa en última instancia es la salvación del
alma inmortal (con la consecuencia de que lo que le suceda al cuerpo
es poco relevante), y cuando uno se enfrenta con los requisitos de la
ley y el orden para el bien común, aun la tortura puede ser vista como
necesaria. Aunque los sufrimientos de esta vida sean horribles, son
nada comparados con los sufrimientos de la condena eterna (la
violencia última): esta forma de ver las cosas ayudó a justificar los
métodos usados por la Inquisición y los juicios contra las brujas. De
cualquier manera, la Iglesia estaba consciente de que no debía verse
envuelta en la violencia, así es que quienes la ejecutaban eran sus
brazos seculares, pero no hay un análisis honesto que pueda absolver
a dicha institución de lo ocurrido en ese entonces, sea de su
complicidad moral o de su colaboración directa en dichos horrores.
En quinto lugar está la teoría de la guerra justa, concebida, entre
otros, por Ambrosio y Agustín, quienes combinaron las ideas de los
estoicos con los ideales de los Evangelios. Posterior-

199
Jorge Federico Márquez Muñoz

mente Tomás de Aquino y después Hugo Grocio la refinaron y sus


escritos son hasta la actualidad la fuente principal de las actitudes
cristianas hacia la moralidad de la guerra.
Esta noción permitió las Cruzadas. Conforme pasaron los siglos,
la hostilidad del cristianismo frente a la guerra fue sustituida por un
acercamiento a la aristocracia militar. Los cruzados fueron
estimulados con indulgencias y el status de mártires si morían en
una guer.ra por la defensa de su fe. La Primera Cruzada fue
proclamada por el Papa Urbano n en 1095, la Segunda por San
Bernardo de Clairvaux en 1147, quizás la mayor figura del
monasticismo medieval. Las más altas autoridades de la Iglesia
dieron su apoyo a las Cruzadas, sin embargo, el modo en que los
caballeros se comportaron con los judíos, los musulmanes e incluso
los ortodoxos de Bizancio fue muy poco cristiano.
En sexto lugar, está la violencia en contra de los herejes. En la
medida en que la Iglesia se convirtió en una ortodoxia, también
creció su intolerancia; esto se manifestó en las brutales
inquisiciones, entre las cuales la más genocida fue la emprendida
contra los albigenses en el siglo xn. Más adelante, la cacería de
brujas cobró proporciones relevantes cuando los teólogos
condenaron como una forma de herejía a las prácticas paganas,
debido a que supuestamente implicaban un pacto con el diablo. En
el siglo xv, la Inquisición obtuvo lajurisdicción sobre dichos casos.
En 1487, con la distribución del Malleus Maleficarum, hubo un
incremento en los juicios contra las brujas, tanto de la Iglesia
católica, como de las iglesias protestantes; éstos alcanzaron su
punto más alto entre 1580 y 1630, cuando fueron ejecutadas
cincuenta mil "brujas". La abominable práctica sólo desapareció
con la Ilustración.

200
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

5. Intento de reconstrucción del imperio

En el primer volumen de esta serie revisamos que los planos de


competencia del orden económico y político estaban ya presentes en
la antigüedad grecolatina, y describimos las ventajas que otorgan
frente a los enemigos exteriores, sobre todo en la guerra; sin
embargo, también vimos la manera en que, en el caso griego, este
sistema que combina los mercados y la democracia con una
estructura internacional multiestatal evolucionó hacia un sistema de
luchas intestinas -i.e. la Guerra del Pelopone-so-, el cual debilitó las
estructuras democráticas y convirtió a los helenos en presa fácil de
los señores de las marcas -los macedonios- El paso de una federación
flexible a un imperio centralizado ocurrió bajo la égida unificadora
del enemigo exterior, es decir, con la conquista de Persia; pero esta
fase implicó el abandono de la democracia griega y el intento de
"orientalizar" la política de occidente. Esto implicó poner de cabeza
la cuestión del chivo expiatorio: una vez más, los líderes se
sacralizaron y los culpables de perder una batalla o una crisis
volvieron ser los pueblos.
La unidad imperial helena terminó con la muerte misma de
Alejandro Magno, cuando los diádocos desmembraron el Imperio.
Los tres reinos más fuertes fueron los de los ptolo-meos, los
antígonos y los seleucos. Durante sus dos siglos y medio de
existencia, eclipsaron a la mentalidad democrática y la ideología
helena (i.e. el cosmopolitismo y la noción de Ley Natural), que
promovían la compasión universal. Éstos fueron reinos sacrificiales
que preferían usar mercenarios, antes que dotar a los subditos de
ciudadanía. Eran falanges de hombres sin derechos.
Pero estos reinos desaparecieron ante el poderío de los romanos.
Roma logró su imperio de dominación territorial gracias a la
"ciudadanía abierta" y a la "economía legionaria". Al igual que con
los helenos, el paso de la República al Imperio

201
Jorge Federico Márquez Muñoz

implicó el declive de la democracia en favor de la centralización del


poder, pero, a diferencia de los macedonios, los romanos lograron
construir un orden duradero. De cualquier manera, la caída del
Imperio Romano llevó a la fragmentación en reinos, no de
diádocos, sino de señores feudales y ciudades-Estado.
El inicio de la Edad Media dio el golpe final a los ejércitos de
ciudadanos y con ello, también a la democracia. El guerrero
medieval pertenece a la nobleza; ello, por dos factores: el colapso
del Imperio Romano de Occidente trastocó también la capacidad
tributaria del Estado y por tanto, la viabilidad de sostener ejércitos
profesionales.146 En segundo lugar, las fuerzas dominantes en
Europa occidental no eran polis que densifica-

146
En Constantinopla la capacidad tributaria del Estado permitió mantener ejércitos
profesionales hasta el siglo xv, cuando el Imperio de Oriente colapso a manos de los turcos.
"Desde el principio de la autonomía del imperio de Oriente, era ya un ejército distinto al
de las legiones. Al mando de Belisario y Narses, los generales con los que el gran emperador
Justiniano (527-565) recuperó el control de Italia y del norte de África (aplastando a los
vándalos), (el ejército) era muy parecido al de Aecio y Mayoriano. En Tricameron (453),
donde Belisario venció al vándalo Gelimero, y en Taginae (455), donde Narses con su
victoria logró que el poder imperial recuperase Rávena y Roma, los ejércitos de estos dos
generales estaban constituidos por tropas no romanas entre las que se incluían hunos [...], y
un cuerpo de arqueros persas [...]. Pero una vez delimitadas las fronteras de Bizancio,
aproximadamente sobre la línea que forman el Danubio y el Cáucaso, con una frontera
marítima configurada por Chipre, Creta y la punta de Italia (Egipto, Siria y el norte de África
habían caído en poder de los árabes entre los años 641 y 685), la organización militar del
imperio se estableció sobre distinta base; era de estructura parecida al de Augusto, pues su
territorio se dividió en provincias llamadas themas al mando de generales que respondían
directamente con sus tropas al llamamiento del emperador; las tropas estaban organizadas en
unidades derivadas de las creadas por la reforma de Constantino del siglo iv más que de las
tradicionales legiones de infantería, y eran pequeños regimientos independientes de
caballería e infantería que podían combinarse según los requerimientos para reforzar la
milicia de las fronteras. En el siglo ni existían trece themas, siete en Asia Menor, tres en los
Balcanes y tres en el Mediterráneo y el Egeo; en el siglo x habían aumentado hasta treinta,
pero el tamaño del ejército seguía siendo una cifra constante de unos 150 000 hombres, mitad
y mitad de infantería y caballería. Sostenido por una eficiente burocracia y un buen sistema
de impuestos, y alimentado y atendido por un campesinado rico, el ejército bizantino fue
capaz de defender un imperio romano muy cambiado y, naturalmente, cristianizado hasta el
inicio de los ataques turcos en 1071". John Keegan, op. cit., pp. 342-342.

202
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

ran la solidaridad que es necesaria para el surgimiento de las


falanges.147
Se interrumpe así, durante algunos siglos, la pugna del demos
contra el ethnos. Los campesinos, artesanos y comerciantes desar-
mados poco aportaban a la seguridad de su reino, feudo o ciudad, y
por lo tanto, tampoco estaban en condiciones de exigir libertades.
La autoridad moral en la Europa pos-romana dejó de estar en el
Imperio para trasladarse a la Iglesia, ésta buscó aliados entre los
líderes bárbaros romanizados que ahora dominaban Occidente. La
más importante de estas alianzas fue la que hicieron los francos en el
año 496 con la Iglesia romana.148 En principio, el cristianismo es una
religión de paz, pero

sin espadas, los obispos cristianos no podían dar fuerza a la cris-


tiandad; y aunque sus reyes tuvieran espada, la utilizaban para
147
"Los reyes bárbaros recaudaban impuestos lo mejor que podían, pero los in
gresos eran insuficientes para atender a una soldadesca indisciplinada; en cualquier
caso, los conquistadores repugnaban profundamente la disciplina y conservaban un
apegamiento teutónico muy arraigado a la libertad del guerrero portador de armas
y a la igualdad entre compañeros [...]".
"Godos, lombardos y burgundos habían sido campesinos antes de que la presión de
la estepa los empujara a cruzar el Rin, y sus esperanzas se cifraban en vivir de la tierra
al heredarla. En Italia se les asignó un tercio de los territorios ocupados para que se
asentasen [...]; en Burgundia y el sur de Francia la asignación era de dos tercios. De esta
manera los soldados se dedicaron a la labranza en granjas dispersas, relajando las
virtudes militares que tan temibles les habían hecho en su asalto al imperio, sin que
entregaran al gobierno el excedente habitual con el que se habría podido reconstruir un
ejército civilizado que hubiese mantenido la paz". Ibid., p. 342.
148
"La médula del naciente imperio medieval era la provincia gala. En el año 486,
el poderoso jefe franco Clodoveo, derrotó al último gobernador romano, Siagrius,
en la batalla de Soissons, y recogió el gobierno prácticamente autónomo de ese
gobernador, con lo cual se apoderó también de las grandes propiedades que tenía
el fisco romano en esa provincia. El Imperio Romano Occidental quedó destruido
10 años antes cuando su último emperador, que llevaba el ominoso nombre de Ro-
mulus Augustulus, había sido depuesto por el poderoso y hercúleo cabecilla de los
germanos, Odovacar (Odoacro). El merovingio Clodoveo, que actuaba como heredero
legítimo del gobierno imperial romano de su provincia, acataba todavía al emperador
bizantino y aceptó el título de cónsul romano; además se convirtió al cristianismo
y lo mismo hicieron otros jefes germánicos. Con esta nueva posición, como sucesor
del emperador romano, él y sus descendientes sometieron las tribus francas. Con sus
nuevas propiedades fiscales recompensaron a sus leales y distribuyeron tierras entre
ellos". Erich Kahler, op. cit, p. 164.

203
Jorge Federico Márquez Muñoz

hacerse la guerra unos a otros en lugar de establecer y mantener


una paz cristiana. La historia de Europa occidental a finales del
siglo vi y durante el vn es una triste crónica de constantes rencillas
entre las casas reales de los diversos reinos, tan sólo moderadas
cuando, a principios del siglo vm, el primer carolingio sentó su
hegemonía en las tierras de los francos a uno y otro lado del Rin.149

Los carolingios accedieron al poder entre los francos mediante una


lucha interna en contra de los merovingios, los "reyes holgazanes"
que dejaban todo en manos de los "mayordomos" del palacio. Uno
de ellos fue Pipino el Breve.
Los carolingios se habían encargado, defacto, de la admi-
nistración civil y militar del imperio. El ejército una vez más
significó el acceso a la movilidad social. La nueva dinastía tomó el
poder con suficiente legitimidad. Martel detuvo el avance mu-
sulmán en Poitiers. Ante la amenaza islámica, el reino católico de
los francos necesitaba a los guerreros al mando.
En el siglo vm, el Imperio Romano Occidental había dejado de
existir. El Papa no contaba con la fuerza suficiente para proteger a
Italia y dependía formalmente del emperador bizantino; pero éste
no podía garantizar la seguridad de Roma. Además, había
comenzado una rivalidad entre León ni el Isauro, y el Papa
Gregorio n, a propósito de la "cuestión de los iconoclastas".150
Sin la protección de los bizantinos y amenazado por los lom-
bardos, el Papa buscó una nueva alianza con los francos, pero no
con los merovingios, sino con Charles Martel, mayordomo de la
casa real y gobernador real de la Galia.151 A cambio, el pontí-

149
John Keegan, op. di., p. 344.
ir>o «para combatir la influencia de los monjes sobre el pueblo y la creciente riqueza de
los monasterios orientales que se hallaban exentos de tributo, el emperador prohibió el
culto a las imágenes y la realización de milagros. Al hacerlo, se enfrentó a la mayor
parte de su propio clero, y de un modo especial al Papa romano y a la Iglesia
occidental". Erich Kahler, op. cií., p. 165.
131
"La familia merovingia no tardó en quedar arruinada por las continuas y cruentas
luchas por la repartición de la herencia. En esta decadencia representaron un papel
importante las esposas ambiciosas y feroces que fomentaron disputas con extraordi-

204
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

fice le otorgó el título de subregulusy príncipe de los francos. El hijo de "El


Martillo", Pipino, venció a los lombardos y el Papa lo ungió y nombró
"patricio romano" en el año 754, al tiempo que depuso formalmente al
último merovingio. Con ello, el obispo de Roma estaba usurpando una
función que le correspondía al emperador de Constantinopla, pero el riesgo
valió la pena: la Iglesia romana obtuvo la protección definitiva de los
carolingios y éstos recibieron el gobierno imperial de Italia.
Después de derrotar a los musulmanes, el nieto de Martel, Carlomagno,
comenzó una serie de campañas que consolidaron la frontera de su reino
hasta el Elba y el alto Danubio en Alemania.
Posteriormente, el Papa León m, que se sentía amenazado por su propio
clero, volvió a pedir ayuda a los francos, por lo que llamó al monarca
Carlomagno para que le socorriera.

Cuando el jefe franco se presentó en Roma para investigar y solucionar


las disputas, el Papa le reservó la sorpresa de nombrarle Augustus en la
misa de Nochebuena, del año 800. Con ello no sólo ascendió al
carolingio a la posición terrenal suprema con la intención de colocarle
bajo una obligación ineludible, sino que se salvó y emancipó por entero
del gobierno de Bizancio y se convirtió en el jefe soberano de la
cristiandad occidental. Así pues, en un mismo día el rey franco se
convirtió en emperador y el obispo de Roma, en Papa auténtico. Se
fundaron los dos órdenes del Imperio Romano, el espiritual y el
temporal, el papado y el Sacro Imperio. Los papas querían mantener a
sus protectores bárbaros en sumisión espiritual permanente, de manera
que ellos mismos pudiesen llegar a ser los jefes reales de un nuevo
imperio eclesiástico, de una avilas dei sobre la tierra, de una polis
cristiana.152

naria energía. Subió al poder una nueva familia, que antes ocupaba el rango de la mayordomía
de la casa real, un puesto que tiene su origen en la administración de las grandes haciendas de
los senadores. Poco a poco, los administradores carolingios conquistaron el reino franco".
Jbidem, p. 365. ,5SIbid., p. 166.

205
Jorge Federico Márquez Muñoz

Carlomagno obtuvo entonces lá legitimidad papal; sin embargo,


su verdadera fuerza se la daban las armas. Su milicia no se parecía a
las legiones del Imperio Romano: el ejército franco era una
confederación de jefes bárbaros con algunas de las técnicas y armas
del mundo clásico. Al inicio, estos ejércitos vivían del pillaje y la
conquista.
Una vez que los carolingios establecieron fronteras para su
nuevo imperio, se estabilizaron e instauraron pactos formales con
los señores locales que les ayudaban a extraer impuestos y mantener
el orden; tales acuerdos son el origen del feudalismo. Este sistema
se basaba en que la comitatus o banda germánica hacía un
precarium o contrato para labrar la tierra de un propietario, la
producción era entregada al terrateniente, quien a la yez otorgaba
un patrocinum a sus campesinos convertidos en vasallos;153 a
cambio, el siervo daba sus servicios militares al Señor Feudal,
cuando era necesario; todo ello se sellaba mediante un pacto
cristiano que fortalecía la lealtad. Como se puede ver en este
esquema, el feudalismo es jerárquico, lo contrario a la
ciudadanización..Además, también llama la atención que los
intercambios sean en especie (el pago que da el terrateniente al
vasallo) y en la forma de servicios (la lealtad militar de los siervos).
Esto funcionó así debido al colapso de la economía monetaria.
El feudalismo fue la estructura sobre la cual una clase militar
terrateniente levantó sus ejércitos, y se dio así formalmente desde el
siglo ix, con el imperio carolingio. Los feudum154eran hereditarios
siempre que las familias siguieran prestando su servicio al Señor, lo
cual se convirtió en oficial desde el año 877:

Carlos el Calvo, rey de los francos occidentales y nieto de Carlo-


magno, decretó en las Capitulaciones de Kiersey que los feudos
pasaran de padres a hijos, habiendo ya decretado que todo hombre

153
Palabra que significa dependiente en celta.
154
El beneficio al que el patrón daba el título de vasallo.

206
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

libre, que de hecho significaba todos los que tenían tierras o por-
taban armas, debía tener un patrón o señor, y que todos los que
poseían un caballo o fuesen a tenerlo, debían acudir montados a
la reunión anual en que se pasaba revista al ejército.155

Los caballeros no eran hordas de nómadas montados por dos


razones: por una parte, eran un ejército poseedor de tierras
cultivadas, no aptas para la crianza masiva de caballos; por otra
parte, habían aprendido el enfrentamiento cuerpo a cuerpo de sus
antiguos combates con los romanos. En el siglo vm, la silla se
transformó en un asiento firme gracias al estribo, y esto permitió que
incluso la lucha a caballo se asemejara a las falanges.156
Una nueva oleada de ataques en contra de la Cristiandad
comenzó en el siglo ix en el Mediterráneo, desde Hungría y
Escandinavia.
En el Mediterráneo, los piratas musulmanes con sus bases en el
norte de África hacían de las suyas. En el año 862, aparecieron los
magiares en la llanura del Danubio, pues habían sido desplazados de
las estepas por los turcos. En el año 898, los magiares llegaron a
Italia con 15 mil guerreros, vencieron al rey Berengario y
posteriormente, a Luis el Niño,157 vivieron diez años saqueando
Germania hasta que Enrique el Pajarero, rey germano entre el año
919 y el 936, comenzó a derrotarlos gradualmente. Su estrategia fue
la construcción de fortalezas en la frontera oriental; finalmente, en el
año 955, el emperador del Sacro Imperio Romano, Otón i,
155
John Keegan, op. ciL, p. 346.
156
"El origen del estribo podría ser indio, pero en el siglo V lo adoptaron los chinos
y después los pueblos de la estepa, de donde rápidamente pasó a Europa; a partir
del siglo vm, en Occidente el guerrero a caballo dirigía la montura con una silla
alta, sujetaba los pies en estribos y [...] podía manejar armas y contar con un equipo
restringido hasta entonces al soldado de infantería [...] Hacia el siglo ix el jinete
feudal en Europa occidental llevaba cota de mallas, un escudo, y podía utilizar las
manos con bastante libertad para usarlo en movimiento, e igualmente una lanza o
una espada". Ibidem, p. 347.
157
El último monarca carolingio.

207
Jorge Federico Márquez Muñoz

pudo por fin reunir tropas suficientes en el momento oportuno


para obligarlos a librar combate frente a un obstáculo, uno de los
medios por los cuales la caballería pesada podía aplastar en
combate a la más móvil caballería ligera; con un ejército de ocho
mil hombres, bávaros y suabos en su mayoría, cuantioso para la
época, el emperador efectuó un rodeo en torno a su campamento
de Augsburgo que tenía asediado, cruzó el río Lech para cortarles
la línea de retirada y aguardó el ataque. Los magiares, que, igual
que los hunos, seguían utilizando como principal arma el arco
compuesto y como principal formación táctica la de muchedumbre
dispersa, a pesar de estar bien al corriente del modo occidental
de combate, hicieron lo que él esperaba y cruzaron el Lech para
buscar una ruta de escape, lo que los obligó a librar una confusa
batalla de espaldas al río, y fueron aplastados por la caballería
pesada. Los supervivientes dispersos fueron expulsados por los
campesinos armados y nunca más volvieron a lanzar una incursión
masiva en las tierras agrícolas de Occidente a partir de la llanura
húngara.158

Los escandinavos llevaron a cabo sus ataques mediante la guerra


naval. Los pueblos del norte de Europa eran navegantes aventureros
desde hacía siglos. Los romanos los habían mantenido a raya con su
flota en Inglaterra y Galia para contener la piratería; pero tras la
caída del Imperio, esta flota desapareció. En el siglo V, los anglos,
sajones y jutos aprovecharon la ocasión para colonizar Inglaterra
desde Dinamarca y el norte de Alemania. Los paganos de Noruega
y Suecia padecieron una hambruna a finales del siglo vm y
buscaron tierras para saquear o asentarse, contaban con un modelo
de barco que podía navegar en mares tormentosos y a mucha
distancia: la embarcación larga era superior al navio costero por su
forma estrecha y quilla profunda, gracias a esto podía navegar
contra el viento; más aún, contaba con una sección ancha en el
centro que le
158
Ibid.yp. 348.

208
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

permitía el uso de remos cuando no había suficiente viento o cuando


soplaba en una dirección no deseada.

Los vikingos -así llamados por el vocablo nórdico viking que significa
piratería- eran uno de los pueblos más duros [...] que atacaron al mundo
civilizado, y su aterradora facilidad para entablar combate cuerpo a
cuerpo alcanzó apogeo durante el siglo de combates terrestres que
precedió a su epopeya de viajes marítimos. [...] A partir del 840,
comenzaron a embarcar caballos en sus naves, lo cual les permitía
organizar incursiones tierra adentro en imprevistas direcciones que
desconcertaban a los defensores. Comenzando con su primera irrupción
en el monasterio de Lindis-farne al norte de Inglaterra en el 793, fueron
aventurándose cada vez más lejos en el continente y atacaron Sevilla en
el 844 en la España musulmana y en el 859 se adentraron en el
Mediterráneo. En el año 834 devastaban el próspero mercado de
Dorstadt en la desembocadura del Rin, y hacia el 877 iniciaban la
invasión de la Inglaterra anglosajona que [...] concluiría con el
establecimiento en todo el centro y el norte, a mediados del siglo x, de
un reino danés de ultramar. Posteriores viajes [...] que los llevaron hasta
Islandia en el 870 y Groenlandia al siglo siguiente, redujeron [...] sus
persistentes ataques en Europa, pero no limitaron sus incursiones en las
tierras sin gobierno del centro y oriente del continente. Los vikingos,
conocidos en esas regiones por los rus, adoptaron una vida de
mercaderes armados desde Suecia hasta el Báltico y a lo largo de los
grandes ríos rusos entrando en contacto con el islam y Bizancio. En el
oeste, los escandinavos, a la vez que conquistaban el centro de
Inglaterra, se apoderaron de una parte del norte de Francia, que en el
911 el rey se vio obligado a cederles como feudo. A partir de esta
adquisición de Normandía, en el siglo xi los normandos conquistaron
Inglaterra en 1066 y a partir de 1027 establecieron cerca de Ñapóles las
avanzadillas de su futuro reino en Italia y Sicilia.159
159
Ibid., p. 349.

209
Jorge Federico Márquez Muñoz

Europa occidental necesitaba neutralizar a los peligrosos


vikingos, cuya religión chamánica de ritos animalescos, brujería y
amuletos los atrapaba en una dinámica de envidias y venganzas
interminables; pero esta conducta comenzó a modificarse
gradualmente. Los escandinavos se habían mantenido leales a sus
dioses que, según ellos, les infundían de vigor sobrehumano y
fortuna; sin embargo, el contacto de estos valientes guerreros con
los organizados ejércitos francos trajo sus consecuencias: los
vikingos conocieron el cristianismo, que

tendría bastante buena aceptación en la zona, siempre y cuando


respondiera a las frágiles expectativas de los guerreros. Y había
muchas probabilidades de que así fuera. La empuñadura de una
espada franca descubierta en Suecia lleva grabado un versículo
de los Salmos: Bendito sea Yavé, mi Roca, que adiestra mis manos para
el combate, mis dedos para la batalla [...]
En cuanto a la guerra, cuestión de una seriedad verdaderamente
religiosa, los francos y los nórdicos tenían las mismas ideas: las
palabras sagradas [...] ponían de manifiesto que los dioses estaban
a mano y podían aumentar la eficacia de las armas de cualquier
guerrero.160

Los vikingos comenzaron a cristianizarse por diversas vías: cuando


eran derrotados tenían la opción de convertirse o morir; o bien,
cuando dominaban un territorio cercano a la cristiandad, podían
elegir su conversión para estrechar vínculos y comerciar con sus
nuevos vecinos.161

160
Peter Brown, El primer milenio de la cristiandad occidental, op. cit., pp. 255-256.
161
"Las incursiones vikingas de finales del siglo ix causaron graves perjuicios en
Irlanda e Inglaterra y destruyeron en buena parte la unidad del orgulloso imperio
cristiano de Carlomagno y Ludovico Pío. Pero un vikingo era un rey empresario en pie
de guerra, en el vik, en busca de tributos y prestigio, igual que lo habían sido los reyes
sajones de Gran Bretaña e incluso Clodoveo y Carlos Martel [...] Escandinavia no
tardó en rebosar de riquezas cristianas, de esclavos e ideas cristianos. Aquel mundo,
antaño aislado de la Europa occidental por el mar, se vio absorbido [...] dentro de
las estructuras políticas y sociales del sur cristiano debido precisamente al éxito que

210
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

Además de los conflictos contra el Islam y las luchas entre reinos


cristianos por razones dogmáticas o materiales propias de las
sociedades guerreras, la civilización medieval tuvo que afrontar otra
dificultad: la lucha entre la Iglesia y el Estado.
Ni el oriente bizantino ni el mundo islámico conocieron este
tercer tipo de conflicto, pues los poderes espirituales y terrenales no
se encontraban divididos; pero en Occidente, el papado intentó,
desde la caída del Imperio romano, establecer la distinción entre
autoridad civil y religiosa, y justificar la subordinación a ésta de la
primera.
Mientras los emperadores fueron fuertes y los papas débiles, el
conflicto entre Iglesia y Estado fue infrecuente; pero en el siglo xi la
Iglesia tenía suficiente confianza en sí misma para subvertir esta
situación debido a tres factores:

1. Se había enriquecido: contaba con cuantiosas tierras, muchas


veces adquiridas por legado de sus fieles; la Santa Madre se
convirtió en prestamista de los nobles y reyes en apuros,
generalmente por una guerra o en tiempos de calamidad, y
debido a que cobraba intereses por este servicio, la Iglesia se
enriqueció aún más.
permitió a las flotas vikingas actuar como puente del Atlántico Norte, uniendo Dublín
con Islandia y el Báltico con Kiev".
"Cuando [...] adoptaron el cristianismo, los nórdicos prefirieron recordar el
acontecimiento a su gusto. En 987, los colonos escandinavos de Kiev, llamados [...] rus,
decidieron aceptar el cristianismo de Bizancio [...] En el año 1000, los campesinos
islandeses decidieron, en la asamblea que anualmente celebraban en Thingvellir,
adoptar únicamente la Ley cristiana, antes que afrontar las nefastas consecuencias que
habría podido acarrearles el perpetuar la división entre familias paganas y cristianas".
"Finalmente, el cristianismo se extendió hasta los confines más remotos del
Atlántico Norte. Una serie de cruces cristianas señalarían el túmulo funerario de un
aventurero escandinavo procedente de Groenlandia, muerto por los esquimales en las
costas del Labrador: Llamadla de ahora en adelante Krossanes [dijo]. Pues para entonces
Groenlandia era cristiana. La inscripción funeraria en caracteres rúnicos del jefe
Ulvljot, erigida al oeste de Trondheim en 1008, data su muerte con arreglo a la
introducción de la nueva religión: Hacía veinte años que el cristianismo había llegado a
Noruega. Hasta en las zonas más alejadas del norte, Kristintumr, la cristiandad, término
acuñado en la Inglaterra sajona y adoptado ahora también en Noruega, había llegado
para quedarse". Ibidem, pp. 256-257.

211
Jorge Federico Márquez Muñoz

2. Dado que sus monasterios florecieron, éstos se convirtieron en


centros de una teología con argumentos en favor de las
reclamaciones papales de autoridad; en consecuencia, Roma
atacó la costumbre según la cual el emperador y los reyes
investían a obispos y abades.
3. Como la Iglesia había llevado a cabo un trabajo monumental
misionero de conversiones, conocía distintas lenguas,
costumbres y personajes locales, lo cual le permitía ser una
empresa diplomática muy eficiente.

Todo lo anterior ponía en peligro el poder terrenal de los monarcas;


más aún, la Iglesia había notado la contradicción entre una religión
de paz y la función de los guerreros. Cuando la Santa Madre no
santificaba la guerra por sus causas, los caballeros temían por la
suerte en el combate y también por su alma; pero aún cuando la
religión santificaba la guerra, había que hacer penitencia para
lavarse de la sangre del campo de batalla.

La Iglesia seguía afirmando que matar y herir era un pecado por


el que había que cumplir penitencia -después de Hastings en 1066
los obispos normandos impusieron de penitencia a sus caballeros
un año de oración y ayuno por matar a un hombre y cuarenta días
por herirle-, a pesar de que Guillermo el Conquistador había
luchado contra Harold y los anglosajones con la aprobación otor-
gada por el Papa a su pretensión de que luchaba por recuperar
sus derechos soberanos.162

No obstante, la doctrina de la guerra justa, el ejercicio de la


violencia por necesidad contra los infieles y otras justificaciones,
siempre perduró la duda de cómo podía reconciliarse el deseo de
paz cristiano con el impulso del jinete guerrero.

Era una cuestión de conciencia ineludible en Europa [...] La clase


caballeresca del siglo xi era aún bien ruda, y sus modales autén-
162
John Keegan, op. cit., p. 351.

212
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

ticamente caballerescos estaban por venir. Hacía sólo doscientos años


que el decreto carolingio de que todo hombre que posea un caballo
acudirá montado a su señor había atraído dentro de las huestes de la
nobleza terrateniente a una horda de aventureros arribistas, cuyo
principal título de nobleza [...] era que montaban un noble bruto.163

Estas contradicciones fueron sin duda fuente de mucha inestabilidad


geopolítica, estatal y emocional. La crueldad con que se trataba a las clases
bajas, prisioneros, animales, delincuentes, brujas y a muchos otros cuyas
amenazas eran más hipotéticas que probadas, hacía que cada día, quienes
habían desarrollado en alguna medida algo de conciencia, sintieran una
profunda culpa.
La querella de las investiduras finalizó gracias a la urgencia de pelear
contra un enemigo exterior, el Islam:

El nuevo Papa Urbano n [...] fue elegido en 1088 y de inmediato buscó


por medios diplomáticos restablecer las buenas relaciones con el
emperador del Sacro Imperio Romano, al tiempo que comenzaba a
predicar que era pecado que un cristiano luchase contra otro; en el
concilio de Clermont de 1095 hizo alusión al concepto de la tregua de
Dios, el armisticio de Cuaresma, e instó a los cristianos a dejar de
matarse entre sí y combatir en una guerra justa, recordando a quienes le
escuchaban que, como consecuencia del desastre de Manzikert
veinticuatro años antes, Bizancio había apelado a Occidente para
defender la cristiandad en Oriente, que los turcos musulmanes
proseguían su avance en tierras cristianas y que la ciudad santa de
Jerusalén continuaba en poder del Islam. Y pidió que se iniciase una
campaña sin demora para recuperar Tierra Santa.164

Ibidem, p. 352.
Ibid., p. 353.

213
Jorge Federico Márquez Muñoz

6. La baja edad media

Durante la Baja Edad Media, la mayoría de los pobladores de


Europa occidental vivía en comunidades que cultivaban la soli-
daridad y relegaban los deseos del individuo a segundo plano. El
feudo y la domus eran centrales; este último era "la casa en el
sentido más pleno posible; significa el techo bajo el cual y el lugar
en el que se encuentran los dos géneros: la cocina, las pertenencias
y la tierra; los hijos y la familia en un sentido amplio, incluyendo
esclavos y huéspedes". Los campesinos medievales, "a diferencia
del campesino posmedieval europeo, no están obsesionados por la
tierra y su tenencia: es la domus lo que cuenta, incluso más que el
cónyuge o el hijo. No es la familia, en sentido estrecho, lo que
subsiste en la autarquía, es la domus, que se reproduce a sí misma en
la descendencia".165 Se trataba de una sociedad feudal en la cual
señores y siervos eran los principales protagonistas.
La sociedad medieval se representaba a sí misma en un esquema
tripartito: sacerdotes, guerreros y campesinos; categorías distintas y
complementarias cuyo conjunto formaba el cuerpo armónico de la
sociedad. El rey solía decir que requería de "hombres de plegaria",
"hombres de caballo" y de "hombres de trabajo". Cada orden
moldeaba las ambiciones, normas, actividades y modales de sus
integrantes de una manera especial y distinta respecto a los otros;
además, tenía subdivisiones y jerarquías propias y las diferencias
entre ellos eran radicales e incuestionables. Los individuos
encontraban inspiración en modelos no envidiables, en mediadores
externos; por ejemplo, el noble no debía comportarse como el
plebeyo; el ordo era sagrado y trascendente: se situaba en la palma
de la mano de Dios.
A esta forma de concebir el mundo algunos le han llamado
holismo, mismo que se ajusta a lo que otros han denominado
feudalismo. Aquí, lajusticia no implica igualdad; por el contra-
165
Iván Illich, El género vernáculo, trad. L. Corral, México, Joaquín Mortiz-Planeta, 1990
(la ed. en inglés, 1982), pp. 131-132.

214
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

rio, el orden "justo" es el que sabe reconocer adecuadamente


lasjerarquías; el individuo aprende a llevar a cabo, sin chistar, las
funciones que le son propias para el funcionamiento del Todo. Se
trata de un esquema muy antiguo: la idea del cosmos de los griegos,
la noción de la Iglesia como un cuerpo del que el Papa es la cabeza, y
la imagen de que el rey es la cabeza del reino, son algunas
referencias clásicas de esta concepción.
En la medida en que la gente cree que tiene un lugar en el cosmos,
hay poco margen para la envidia entre las clases. Cada quien, dentro
de su estamento, tiene lo que merece de acuerdo con los designios de
Dios, quien diseñó y sostiene el ordo. La voluntad del hombre y el
ser humano mismo son sólo contingencias; como consecuencia, no
es común la envidia entre las castas: opera el mecanismo cultural que
los antropólogos han llamado encapsulamiento.
Por supuesto que las mujeres sienten envidia por sus vecinas, y
los hombres por quienes han recibido la bendición de un hijo, pero
esta envidia no implica la esfera de la política, no es capaz de
provocar revoluciones ni guerras;166 sólo en momentos difíciles está
en juego el desencapsulamiento y normalmente se recurre al ciclo de
la envidia167 para contenerlo.
166
Los conflictos más comunes eran producto "de las enconadas rivalidades en el
interior de las clases. Los conflictos entre feudales, prolongación de las luchas de clan,
las guerras [...] de las formas medievales de la vendetta señorial, llenan la historia y
la literatura. Esas enemistades violentas y colectivas, esos odios sempiternos, esas viejas
rencillas perfectamente atizadas son, por lo demás, privilegios de clase. En las lizas de
los torneos, en pleno campo, en los asedios de los castillos, las confrontaciones entre
las familias feudales pueblan la historia medieval". Jacques Le Goff, La civilización del
Occidente medieval, Barcelona, Paidós, 1999, p. 274.
167
Para comprender la relación entre el mecanismo del chivo expiatorio y la envidia
es necesaria una breve explicación. Recordemos la famosa tesis de Girard respecto al
"ciclo de la violencia": i) dada la naturaleza imitativa del ser humano, en el seno de
las sociedades suele haber conflictos. Los hombres quieren lo que los demás tienen y,
sin embargo, al final del día logran convivir; ii) lo hacen gracias a que han expulsado
la violencia, la han "externalizado", polarizándola hacia una víctima sacrificial; en
lugar de luchar todos contra todos, la comunidad lucha contra uno. El grupo, para
salvarse, inmola a uno de sus miembros.
Ahora pensemos en esa tesis concentrándonos en la envidia. Recordemos la doble
definición del concepto: sentirse mal por el bien ajeno y sentirse bien por el mal

215
Jorge Federico Márquez Muñoz

La civilización medieval canalizaba la envidia de tal manera que


fortalecía los vínculos sociales; es decir, convertía a la temible
envidia holista a través de ritos de iniciación, en un factor de
unidad. Pero el ordo no era perfecto, había conflictos por doquier:
en el seno de la Iglesia, entre los papas y los monarcas, en las
ciudades, en las universidades; además, había minorías
desarraigadas, gente que no se sentía incluida en el ordo: los
comerciantes, los enamorados e incluso algunos sacerdotes.
Por si esto fuera poco, vemos cómo la Iglesia misma, be-
neficiaría primordial del ordo, comenzó a desencadenar unas
fuerzas que no pudo controlar: se convirtió en una potencia
económica que trasgredía la austeridad, la humildad y el confor-
mismo, elementos fundamentales de la moral medieval. Roma
ponía el mal ejemplo y los monarcas la imitaron. Lo mismo ocurrió
en la política, ámbito donde los Papas se mostraron cada vez más
cínicos y manipuladores. Finalmente, la Iglesia impulsó el
conocimiento más allá de la teología y liberó a la filosofía de las
restricciones eclesiásticas; posteriormente, este conocimiento
desafió los fundamentos del cristianismo.
Durante el Medioevo, al mantener el ordo, vemos que el me-
canismo del chivo expiatorio era una cuestión teológica antes que
política, pero que tenía consecuencias de este último tipo. Los
Papas y los obispos, lo mismo que los reyes y los cobradores de
impuestos, conocían la utilidad de la manipulación de las pasiones.
El antisemitismo motivado por rumores absurdos, esparcidos en
momentos críticos, ejemplifica el mecanismo del "ciclo de la
envidia": supuestamente, el judío habría timado a la "buena"
comunidad cristiana y gracias a ello obtendría sus

del otro. El chivo expiatorio contribuye a completar no sólo el ciclo de la violencia sino
también el de la envidia: i) el hombre desea lo que el otro posee y no siempre lo obtiene.
Si el objeto no le obsesiona demasiado lo sustituirá por otro, pero si no es así se sentirá
desdichado, envidioso (en el primer sentido) y ii) exigirá una compensación; es decir,
querrá ver arruinado al poseedor del bien (o al menos a alguien que lo sustituya), y sólo
así estará satisfecho: gozará con el sufrimiento del otro; es decir, volverá a sentir
envidia (en el segundo sentido). Estamos pues, ante el "ciclo de la envidia".

216
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

riquezas; los cristianos se sentirían desdichados, birlados y exigirían


justicia; el final siempre es dramático: los judíos en la picota,
sufriendo la ignominia. Hemos pasado pues, de "sentir tristeza por el
bien del otro" a "sentir alegría por el mal del otro"; el ciclo de la
envidia deja satisfechos, al menos por un momento, a los envidiosos.
También había mucha envidia hacia aquellas civilizaciones que
parecían más avanzadas: "los latinos experimentan hacia los griegos
una mezcla de envidia y de desprecio, fruto del sentimiento más o
menos reprimido de su propia inferioridad. Los latinos achacan a los
griegos ser amanerados, cobardes y mentirosos".168
La envidia y el odio no eran menores en contra del Islam:
Mahoma era uno de los peores espantajos de la cristiandad medieval
que atormentaba la imaginación cristiana, su nombre sólo aparece
como referencia al Anticristo; en el siglo xn, Pedro el Venerable,
abad de Cluny, pensaba que Mahoma estaba en la jerarquía de los
enemigos de Cristo, entre Arrio y el Anticristo; y Joaquín de Flore
afirmaba que Mahoma "prepara la llegada del Anticristo lo mismo
que Moisés preparó la de Jesús".169 Los católicos se representaban
como víctimas perseguidas por sus demoníacos enemigos.
Además de los chivos expiatorios cotidianos que contribuyen a la
estabilidad, al final de la Edad Media aparecieron otras víctimas
propiciatorias; pero mientras las tradicionales aún fueron eficaces,
las nuevas, lejos de completar el ciclo de la envidia y hacer retornar
la paz a la cristiandad, la pusieron en duda. La víctima propiciatoria
inicial fue el Islam.
El Papa Urbano n llamó a las Cruzadas inspirado por Gregorio
vn, quien en 1073, había instado a la cristiandad a luchar contra
Almanzor, el conquistador islámico de España. El Papa afirmó que
se trataba de una lucha legítima, y además, ofreció
168
Jacques Le Goff, op. cit., p. 122.
,6y
Cfr. Ibid., p. 124.

217
Jorge Federico Márquez Muñoz

a los combatientes que todo el suelo arrancado a los infieles sería


repartido entre los cristianos.
La fe y la búsqueda de tierras motivaron entonces a las
Cruzadas; ya en el año de 1099, el príncipe de Borgoña se había
convertido en Rey de Jerusalén. Esto fue así hasta el 1291, cuando
los últimos reinos cristianos cayeron a manos de los feroces
mamelucos. Los doscientos años de victorias cristianas
dependieron de romper las comunicaciones entre Bagdad y Egipto.
La contraofensiva del Islam comenzó como una lucha en la
periferia, pero adquirió una dimensión que los musulmanes no
esperaban: en medio de este conflicto estaba Bizancio que, lejos de
ser beneficiada por los cruzados, fue sometida al saqueo y durante
la Cuarta Cruzada quedó tan débil que muchos historiadores
consideran ese momento como el antecedente de la Caída de
Constantinopla.
John Keegan nos narra de qué manera los enfrentamientos
durante las cruzadas hicieron evolucionar el modo occidental de
hacer la guerra.

El califato de Egipto, antes de que lo usurparan los mamelucos,


dependía en gran medida de la caballería ligera árabe y beréber,
que combatía con lanza y espada más que con el arco compuesto,
y [...] competía en desventaja con los cruzados con armadura.
[...] Pero al alcanzar Saladino el califato de Bagdad en 1174, y en
particular con el establecimiento del poder mameluco en Egipto
en 1260, fue contra la horda de la estepa que los cristianos tu-
vieron que lanzar una carga en la que se lo jugaban todo y de la
que dependía su capacidad para ganar batallas, ya que siempre
combatían en inferioridad numérica, y esto repercutía [...] en
desventaja suya [...]
No obstante, (los cruzados) hicieron indecibles esfuerzos por
potenciar su eficacia frente a métodos bélicos que les eran ajenos,
sobre todo incorporando a sus fuerzas de caballería importantes
contingentes de infantería que, con armas de filo, arcos y final-

218
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

mente ballestas, constituían un temible frente para la caballería


ligera siempre que ésta aparecía de súbito para dividir y atacar
por separado a un grupo de caballeros.170

La desventaja numérica en las Cruzadas generó entonces el


redescubrimiento de la infantería y claro está, ello ocurrió por
motivos muy distintos a los de las polis y por lo tanto, tuvo un
potencial democratizador menor.

Los soldados de infantería habían contado poco en las guerras


contra los magiares y los vikingos, y menos en los conflictos por
derechos que eran la obsesión de la Europa feudal; en Europa, los
hombres con caballo disuadían [...] de portar armas a los que no
lo tenían, ya que al hacerlo [...] habrían reivindicado un derecho
que los guerreros no estaban dispuestos a concederles. Sin
embargo, en Tierra Santa, los soldados de infantería hacían un
buen servicio, sobre todo protegiendo la impedimenta, sin la cual
los cruzados no habrían podido efectuar sus expediciones, y
también los flancos vulnerables de los cuerpos de caballería
cuando entraban en orden de combate.171

En buena medida, los cruzados fueron derrotados por depender de la


caballería pesada en una batalla decisiva; pero sus enemigos no
tenían intención de contener esta falange, ni de llevar a cabo un
enfrentamiento masivo. La estrategia huidiza de los musulmanes
obligó a los cristianos a buscar tropas entre los locales y con ello
orientalizaron sus tácticas, al tiempo que los islámicos
occidentalizaron las suyas. Esto llevó a un empate hasta que
intervino Saladino, quien logró unificar una parte importante del
mundo islámico y con ello, dio por concluida la invasión.
A largo plazo, las Cruzadas fueron un desastre militar,
económico y político para la Cristiandad: en primer lugar, los

170
John Keegan, op. cit., p. 354.
171
Ibidem, p. 355.

219
Jorge Federico Márquez Muñoz

católicos fueron expulsados de Tierra Santa por los musulmanes; en


segundo lugar, Occidente gastó enormes cantidades de dinero para
esta empresa, mismos que acabaron en los bolsillos de los
intermediarios172 o en otros gastos de logística; finalmente, la
supuesta superioridad moral de los cristianos, que les haría derrotar
a su vil enemigo, quedó en entredicho. La cristiandad occidental, en
lugar de desviar su mirada envidiosa hacia el enemigo externo,
comenzó a destrozarse al interior.
No obstante, como consecuencia de las Cruzadas, hubo algunos
otros cambios no del todo negativos, pues éstas

sirvieron para restablecer la presencia de Estados latinos (católi-


co-romanos) en el Mediterráneo oriental, y no sólo en Palestina
y Siria, sino de modo más duradero en Grecia, Creta, Chipre y el
Egeo y a través de estas cabezas de puente las ciudades del norte
de Italia, sobre todo Venecia (en las que nunca llegó a decaer la
vida urbana y el comercio), pudieron reabrir un próspero comercio
con Oriente Medio y finalmente con el Lejano Oriente, reacti-
vando el transporte seguro de mercancías en una red portuaria
por todo el Mediterráneo; los ingresos de este comercio fueron el
combustible de casi todas las guerras que libraron entre ellas en el
siglo xv y más tarde las libradas por Francia contra los Habsbur-go
del Sacro Imperio Romano por el dominio al sur de los Alpes.
Además, ello supuso un fuerte impulso para liberar a España del
Islam durante la Reconquista, así como a las regiones del este de
la frontera cristiana con Rusia y la estepa. Pero después de haber
arruinado la potencia de Bizancio, no hicieron nada por contener
el avance de los turcos otomanos en los Balcanes, y éstos, a
principios del siglo xv, habían llegado al Danubio, poniendo en
peligro la constitución del reino cristiano de Serbia y amenazando
al de Hungría.173

172
Los venecianos y los genoveses que los transportaban. m Ibid.,
p. 358.

220
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

En términos organizacionales político-militares, las Cruzadas


tuvieron tres consecuencias de gran alcance.
1) En primer lugar, dada la situación de angustia por la cual
atravesaban los cruzados, hubo un cambio cultural: el surgi
miento del honor caballeresco en el siglo xi. Ahora, para ser
un guerrero, ya no era suficiente hacer un pacto con el Señor y
tener armas, sino que hacía falta el ceremonial y el juramento
de seguir el código caballeresco.
Esta ritualización de la investidura guerrera acercó a los
caballeros a la Iglesia; más aún, a finales del siglo xn, la Iglesia
misma se militarizó con la fundación de órdenes para proteger a los
peregrinos (los Hospitalarios) y defender el templo de Je-rusalén (los
Templarios). Estos caballeros monásticos llevaban un modo de vida
ejemplar por su obediencia, su autocontrol, su capacidad de
sacrificio y su bravura: todo ello, ¡inspirado en la devoción a Cristo!
La eficacia de estas órdenes hizo que los reinos cristianos imitaran su
modelo y fundaran sus propias órdenes militares como los teutónicos
en Prusia,174 los reconquistadores en España o los ejércitos regulares
en Francia e Inglaterra. Además,

la disolución de las órdenes monásticas en los países protestantes


durante la Reforma trasladó al ejército -a través de los monjes-gue-
rreros que se secularizaron para hacerse soldados- el sistema de
jerarquía de los comandantes y sus unidades subordinadas, que
había hecho de las órdenes los primeros cuerpos de combate
autónomos y disciplinados.175

2) La consecuencia positiva político-militar más importan


te fue la idea de una lucha por fines elevados: los caballeros
aprendieron a combatir con paciencia, a calcular a largo plazo,
comenzó así la "disciplina de guerra finalista", que permitió
174
Usados para acabar con los lituanos, que eran hasta fechas muy tardías, paganos.
175
Ibid., p. 357.

221
Jorge Federico Márquez Muñoz

sentar las bases de reinos permanentes y centralizar el poder. Todo


esto haría que los reinos estuvieran mejor organizados, recolectaran
mejor los impuestos, que sus poderes colectivos aumentaran e
hicieran la guerra de modo más ordenado y letal.
3)Finalmente, la revolución del crecimiento estatal también
modificó el modo medieval de hacer la guerra. Ahora el Estado se
había santificado y no era necesario escuchar las limitaciones
papales, por ejemplo, respecto al uso de la ballesta: inicialmente
ésta era condenada por la Iglesia en las guerras entre cristianos;
pero con la escalada militar de las Cruzadas y más aún, con la
Guerra de los Cien Años, se volvió un arma de uso común.176
Así, aunque las Cruzadas fortalecieron a Occidente, minaron la
civilización medieval. Por otra parte, en la Guerra de los Cien Años,
la lucha entre las dinastías feudales convirtió en chivos expiatorios
mutuos a franceses e ingleses. Durante los siglos xi y xn, los
cristianos habían dirigido sus malas pasiones hacia el exterior,
hacia el mundo islámico. Pero en el siglo xm, el infortunio de la
guerra santa era evidente, y la envidia y el odio se tornaron hacia el
interior: comenzó entonces una guerra en la cual el enemigo ya no
era el extranjero, sino el hermano.
Las guerras de los siglos xiv y xv fueron los últimos momentos
del caballero medieval, pues la armadura era ineficaz frente a las
ballestas.

176
"En 1139, el Concilio de Letrán lanza un anatema contra aquellos que se sirven de
la ballesta, a menos que sea contra los infieles. [...] Ahora bien, la ballesta, reducción
portátil de la balista, es conocida, al menos como arma de caza, desde el siglo I. Vegecio
[...] señala su adaptación como arma de guerra por el ejército romano bajo
Valentiníano u (375-392). Pero las leyes del honor caballeresco habían hecho que
ningún barón tuviera la audacia de servirse de ella. [...]. Restablecida la paz, la uti-
lizaban para aterrorizar a los aldeanos. [...] Algunos años antes, Luis vi de Francia se
había servido de la nueva arma contra Drogón de Mauriac, y Enrique de Puiset contra
aquél. La intervención de la Iglesia tuvo eficacia sólo por corto tiempo. Ricardo Corazón
de León y Felipe-Augusto admitieron a los ballesteros en su ejército y San Luis les
otorgó a la vez un estatuto legal y una soldada de gracia". Roger Caillois, La cuesta de la
guerra, trad. Rufina Bórquez, México, Fondo de Cultura Económica, 1973 (Iaed. en
francés, 1963), pp. 74-75.

222
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

En el gran conflicto de derechos que desencadenaron la guerra de los


Cien Años entre Francia e Inglaterra (1337-1457), las guerras entre los
Habsburgo, los Wittelsbach y el ducado de Luxembur-go por la corona
del Sacro Imperio Romano, y las de los emperadores por someter a sus
rebeldes subditos en Bohemia y Suiza, así como las de las ciudades
italianas, cualquier idea de que la hegemonía social y política, y no
digamos militar, del hombre a caballo estuviese llegando a un final
ineluctable habría parecido pura fantasía. Y, sin embargo, era así. La
guerra a caballo entre caballeros con armadura, hecha según el concepto
de que flaquear ante la carga sobre la primera línea era transgredir no
sólo un deber legal sino el propio honor, en definitiva demostraba ser
[...] contraproducente [...] Efectivamente, existen numerosas pruebas de
que, incluso en la época de apogeo en el siglo xv, la guerra caballeresca
no era lo que nosotros creemos ni lo que sus devotos partidarios creían
que debería ser. Las armaduras cada vez más pesadas e impenetrables
que revestían los guerreros a caballo (planchas en vez de mallas a partir
de mediados del siglo xvi) eran más adecuadas para el torneo que para
las exigencias del campo de batalla.177

Finalmente, un factor externo dio el tiro de gracia a la civilización


medieval: la Peste Negra. De haber estado en un mejor momento, la
cristiandad habría podido resistir los embates de la peste, prometiendo un
futuro mejor en el más allá; pero las dudas sobre la eficacia del credo
cristiano se multiplicaban, después de todo ¿por qué creer que los ejércitos
celestiales serían más eficaces que los ejércitos de las cruzadas?

7. El Renacimiento: la geopolítica

De acuerdo con diversos autores, el fin de la Edad Media llegó con un


cambio profundo en el modo de hacer la guerra:
177
John Keegan, op. cit., p. 359.

223
Jorge Federico Márquez Muñoz

la primera transformación al respecto la llevaron a cabo los suizos,


quienes defendían sus cantones de tres adversarios: los duques de
Borgoña y Saboya y los emperadores Habsburgo. Entre los siglos
xm al xv, eran una infantería cerrada armada con la alabarda capaz
de atravesar armaduras; una táctica que recuerda a las falanges
griegas; la eficacia de sus métodos los convirtió en codiciados
mercenarios para las principales potencias europeas.178
Pero no se trata de una evolución exclusivamente militar, sino de
una revolución política y religiosa.

El portar armas implica el derecho al voto. [...] En los cantones


de democracia directa, la ley exige que se esté armado en el lugar
del escrutinio para poder tomar parte en la votación.
Una organización estricta implica una disciplina [...] severa:
cada soldado tiene derecho a abatir a su vecino que habla de huir.
Este rigor contrasta con la valentía anárquica de los caballeros

[Los suizos] tampoco dan cuartel. Aniquilan a los que piden


gracia. Con ellos, la guerra [...] es una lucha por la tierra, la vida, la
fe, en la que se extermina a los heridos y en la que las conven-
ciones no son válidas.
Los suizos vencieron en Morat el 22 de junio de 1476. Se recono-
ce que esta victoria de un cuerpo táctico, disciplinado, nacional, de
soldados de infantería regularmente movilizados y encuadrados,
resuena, junto con el repique a muerte para el ejército medieval,
la hora de la preeminencia militar de la aristocracia feudal.179

Otra transformación puede notarse en el modo de enfrentarse entre


sí las potencias occidentales. La Guerra de los Cien Años marcó el
final de las batallas entre caballeros y el inicio de la matanza a
distancia.

178
Cfr. Erich Kahler, op. cit., p. 318 y sigs.
179
Roger Caillos, op. cit., pp. 78-79.

224
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

El fundamento de la guerra cortés es, en última instancia, la es-


grima, es decir, el encuentro en el que el arma es la prolongación
del brazo y su capacidad mortífera depende sólo del vigor y de la
habilidad del combatiente. Las diferentes armas que aparecen
sucesivamente y que permiten matar a distancia utilizando una
fuerza exterior -tensión de una cuerda o deflagración de la pól-
vora- son vilipendiadas y prohibidas antes de ser adoptadas con
repugnancia. Además, son armas de villanos, de hombres que
combaten a pie.180

Durante la batalla de Crécy (1346), los caballeros ingleses preci-


samente lucharon a pie y al lado de los arqueros. Los franceses se
vieron sorprendidos y en Poitiers (1356) y Agincourt (1415)
imitaron a sus rivales.
A mediados del siglo xvi comenzó el uso masivo de las armas de
fuego. Quienes ocuparon ese lugar en el ejército fueron los antiguos
ballesteros, que desde el siglo XIII eran divisiones importantes en
prácticamente todos los ejércitos europeos.
A lo largo del siglo xvi, la combinación de arcabuceros, ba-
llesteros, piqueros e infantería con armas lanzadizas era una fórmula
infalible para derrotar a las caballerías, como hicieron varias veces
los suizos. Pero la combinación hecha por Carlos el Temerario,
justamente para derrotar a los helvéticos, fue aún más temible:
falanges de tiradores y caballería.
Los arcabuces y las ballestas del siglo xvi hicieron obsoletos la
lucha cuerpo a cuerpo y los códigos caballerescos. Las armaduras
eran inútiles ante estas armas y aunque algunos caballeros se
resistían a bajar del caballo, sus tácticas resultaron bélicamente
ineficaces y económicamente muy costosas.
La tercera transformación fue el perfeccionamiento de la matanza
a distancia. Aunque el fuego es un arma muy antigua, en realidad fue
casi siempre ineficaz. La primera arma de fuego europea parece ser
de inicios del siglo xiv: era un
180
Mdem, p. 70.

225
Jorge Federico Márquez Muñoz

cañón que disparaba flechas. Pero no fue hasta el siglo xv que las
balas sustituyeron a las flechas y los cañones tuvieron una
importancia real en combate; se les usó durante la Guerra de los
Cien Años, primero en Agincourt (1415), donde tuvieron poca
utilidad; pero en 1450 fueron un arma vital en las batallas de
Normandíay Aquitania. Simultáneamente, los turcos tomaron
Constantinopla gracias a la eficacia de sus cañones.
Luis xi reunificó la Francia de Carlomagno a cañonazos. Desde
el último tercio del siglo xv, los monarcas franceses mantuvieron
sometidos a los Señores locales e instauraron una recaudación
eficaz, para la cual, en algunas ocasiones, también se usaban los
cañones.
Los primeros cañones de los reyes franceses y los otomanos,
conocidos como bombardas, eran muy pesados y arrojaban
enormes piedras; peor aún, sólo eran utilizables en territorios
previamente controlados. Difícilmente se podía avanzar en las
campañas militares gracias a estas armas; pero hacia 1490, los
artesanos y fundidores de campanas franceses las perfeccionaron:
ahora estaban compuestas

de un tubo [...] uniforme de bronce fundido, de no más de ocho


pies de largo, con proporciones minuciosamente calculadas para
absorber el choque en progresiva disminución desde la recámara
hasta la boca. Lanzaba bolas de hierro forjado más pesadas que
sus equivalentes de piedra y por ello de efecto tres veces más des-
tructivo para una determinada arma [...] Pero lo más importante
era la movilidad del cañón, y, como los tubos estaban fundidos
en una sola pieza se les podía incorporar muñones, que eran unos
apoyos cilindricos en un punto de equilibrio y mediante los cuales
podían montarse sobre una cureña, con ruedas. De este modo, el
cañón se convertía en un maniobrable carrito, más manejable to-
davía si la cola del carro iba acoplada a otro armón con dos ruedas,
formando una unidad articulada a la que se podían enganchar
fácilmente dos caballos. La cureña se construía [...] de modo que

226
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

la boca del tubo pudiera bajarse o alzarse mediante unas cuñas


bajo la recámara; para mover el cañón de derecha a izquierda o
viceversa, la cola del armón, que descansaba en el suelo para
darle estabilidad, se desplazaba en la dirección correspondiente.181

Carlos vm invadió Italia en 1494 con cuarenta de estos nuevos


cañones; y aunque una alianza entre el Papa y el emperador del
Sacro Imperio logró expulsar a los franceses, la revolución de la
artillería perduró. En el siglo xvi, la movilidad de los cañones los
hizo muy eficaces y entonces abundaron las rendiciones de las
ciudades amuralladas para evitar las brechas, los saqueos y las
matanzas.
No obstante, la victoria del cañón no fue total, los ingenieros
constructores de murallas reaccionaron. Las asediadas Cre-mona
(1523) y Marsella (1524) demostraron que las fortalezas seguían
siendo útiles, siempre que hubiera una doble muralla, y que detrás de
la primera, hubiera una infantería con armas de fuego; por lo que
cañones y arcabuces se convirtieron en un elemento defensivo.
Los ingenieros también descubrieron, a lo largo del siglo xvi, que
las murallas altas eran más vulnerables a los cañonazos:

una fortaleza con murallas bajas era fácil de escalar; en un simple


ataque masivo por sorpresa con escalas, los asaltantes alcanzarían
las almenas y penetrarían en ella. El nuevo sistema de fortificación
requería unas características que lo hicieran resistente al bom-
bardeo y al mismo tiempo sirviera para mantener a distancia a la
infantería enemiga. La solución al problema de sacrificar la altura
y obtener grosor fue el bastión en ángulo que sobresalía de las
murallas, dominaba el foso, con agua o sin ella, servía de plata-
forma de fuego para cañones y armas de fuego y era lo bastante
resistente para que no lo deshiciese la concentración del fuego
enemigo [...] Era necesario construir en piedra los bastiones,
181
John Keegan, op. cit.ypp. 385-386.

227
Jorge Federico Márquez Muñoz

aunque el ladrillo era un sustituto aceptable mezclado y reforzado


con tierra apisonada, formando el conjunto una estructura de
enorme solidez que permitía disponer de una firme plataforma
para la artillería y de una cara externa en la que los impactos
causaran el menor daño posible.182

Apareció entonces una gran industria de ingenieros mercenarios de


fortalezas en Italia y posteriormente en toda Europa. Entre ellos
destacaba Giuliano da Sangallo y sus competidores San Micheli y
las familias Savorgnano, Peruzzi, Genga y Anto-nelli; sus
ganancias eran dignas de admiración y envidia. Los más diversos
personajes comenzaron entonces a interesarse en las fortalezas,
entre ellos: Leonardo da Vinci y Miguel Ángel. Los industriales de
las fortificaciones las construyeron en Francia, España, Portugal,
Malta, Grecia, Rusia, el Caribe, Oriente Medio y algunos puertos de
África.
En el siglo xvi, la fortaleza con bastiones avanzó tanto que la
defensa volvió a ser, por mucho, más eficiente que el ataque. La
formación de los Estados absolutistas (i.e. Francia), orgánicos {i.e.
Inglaterra y Holanda) o Estados-imperio {i.e. España y Portugal)
parecía ya irreversible, por lo que se afirmaron dos tendencias: las
fortalezas se erigían en las fronteras, para resguardar las nuevas
unidades políticas; pero al mismo tiempo, la construcción de las
murallas estaba prohibida al interior. Así, el monarca mantenía la
ventaja del cañón móvil contra los señores locales que no querían
pagar sus impuestos, en tanto que en las guerras internacionales, la
defensa superaba al ataque. Comenzaron entonces a estabilizarse
las unidades políticas de Europa.
Cuando un Estado no lograba impedir que al interior de sus
dominios se construyeran fortalezas modernas, la unidad territorial
peligraba: los holandeses, subditos de la Corona española, se
habían enriquecido con el comercio de ultramar
182
Ibidem, pp. 388-389.

228
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

y tenían suficiente dinero para construir velozmente murallas con las


últimas tecnologías. En los siglos xvi y xvn, los Países Bajos
contaban con defensas "científicamente calculadas" para desgastar a
sus enemigos; finalmente, derrotaron al Imperio español y
obtuvieron su independencia.

8. El Renacimiento: política y economía

Durante el Renacimiento, encontramos que el triunfo del


individualismo conflictivo aparece desde tres frentes: las ciudades
comerciantes, las facciones de las cortes y el ascenso de los
burgueses. Asimismo, vemos el surgimiento de un chivo expiatorio:
la envidiable España, que con el dominio de América contribuyó a la
monetización de las estructuras del poder y los vínculos sociales.183
También cabe destacar el papel de
183
Las Cortes españolas, durante el Renacimiento, poseían tal brillo que opacaban incluso a
las francesas. El monarca francés, Enrique iv, obsesionado por la fortuna de sus competidores
hispanos, mandó realizar una investigación para averiguar los ingresos de Felipe ni. Las cortes
en competencia comenzaron a construir un concepto negativo del nacionalismo: los pueblos
que planifican actúan en función de lo que no tienen.
Los españoles inventaron la hispanidad al tiempo que construyeron su imperio. Mediante
la Inquisición, los gobernantes manipularon la envidia al interior de la nación, para hacerse de
mayores recursos. No obstante, las fuentes de recursos más importantes en la creación del
imperio no fueron las expropiaciones, sino las empresas coloniales, que, a la vez, también
están en estrecha relación con el problema de la envidia.
La cuestión del reparto de América suscitó rencores. El Papa Alejandro vi otorgó lo que
en un principio se pensaba era sólo un puñado de islas, pero en realidad era un gran continente.
En su calidad de "isla", América "dependía feudalmente de Roma". Por ello fue donada por el
Papa a España y Portugal. ¿Por qué a estas dos naciones? España por al menos dos motivos: el
primero, un Papa ibérico que debía mucho de su cargo a la aristocracia de su país, no podía
renegar de sus aliados naturales; el segundo, era militar, política y económicamente capaz de
colonizar las islas en el momento de su descubrimiento. A Portugal le fue "donada" una
porción del territorio debido a que se consideraba que había llegado a las indias antes que
cualquier otro reino cristiano. El reparto del Nuevo Mundo favoreció a España y a Portugal,
hizo a franceses e ingleses preguntarse: ¿por qué Nuestra Santa Madre ha preferido a nuestros
hermanos sobre nosotros? "Tierra Firme", o "Spanish Mairí\ como le llamaban los ingleses; es
decir, el Caribe y Centroamérica, fueron los primeros

229
Jorge Federico Márquez Muñoz

las mujeres durante el Renacimiento: por un lado, junto con los


españoles fueron la víctima propiciatoria más usada en la época
(sobre todo en la forma de brujas); pero, por otra parte, fueron la
base misma del amortiguamiento de la competencia en las cortes.184
territorios colonizados por los ibéricos. Pronto se convirtieron en motivo de una mimesis
conflictiva tan terrible que llevó a una serie de guerras que trascendieron el Renacimiento y
configuraron las potencias modernas.
Si ingleses y franceses se sintieron despojados por el Papa, y con el advenimiento de la
Reforma las bulas alejandrinas fueron consideradas absurdos documentos que sólo contaban
con el apoyo legal de una antigua falsificación del siglo VIII, la "Donación de Constantino" y
esto hacía aún más odiosos a los españoles.
Desde 1527 se registran ataques de bucaneros franceses contra embarcaciones y puertos
españoles en América. En ese año, los piratas ingleses comenzaron a enriquecerse con el
tráfico de esclavos, y en la segunda mitad del siglo xvi, los holandeses también vulneraron el
"monopolio español" mediante el robo y el contrabando.
Hasta el final de su vida, la reina Isabel de Inglaterra se propuso corroer el formidable
poder del Imperio español destruyendo su fuente de riqueza mediante la piratería, y para ello
ordenó a sus "perros acuáticos" morder con fuerza. Entre otros, se valió de ese "wonderful
hater ofspaniards", el almirante John Hawkins, para llevar a cabo su empresa. Durante el
siglo xvi, ni ingleses ni holandeses tenían por objetivo la creación de colonias en el Nuevo
Mundo. En realidad estaban motivados por hundir a los españoles. La actitud de los franceses
fue más moderada, pues sólo robaban si había una declaración de guerra. La envidia se
convirtió, entonces, en la principal consejera de la política internacional.
La frase "No hay paz más allá de la Línea" se oía a menudo en el siglo xvi. La Línea
implicaba un ángulo recto sobre el meridiano pasando a través de la Isla de Ferro en las
Azores y sobre aquella parte del Trópico de Cáncer que corre al este de dicho meridiano. Se
trataba de una convención establecida desde 1547 por Francisco i de Francia. La Paz de
Cateau-Cambrésis (1559) confirmaba que ninguna agresión más allá de la Línea tendría
implicaciones diplomáticas. Por supuesto que España detestaba dicha práctica, pero la
solidaridad de sus envidiosos enemigos le obligó a firmar la Paz de Vervins (1598), que
mantenía un silencio calculado sobre el tema. Por ello, los ataques que el Imperio sufría en el
Nuevo Mundo quedaban impunes. 184Entre los siglos xv y xvn, la situación de la mujer
empeoró como parte de la larga campaña de desprecio y desconfianza hacia las féminas
llevada cabo por la Iglesia desde siglos atrás. En 1496, los dominicos Jacob Sprengery Henri
Institoris publicaron el Malleus maleficarum, también conocido como el Martillo de las
brujas. El impacto de esta obra fue enorme. El libro define la hechicería, describe a las brujas
y establece los métodos para perseguirlas. Parte de la suposición de que las mujeres son
hechiceras potenciales, "voraces sexualmente que sólo obtienen satisfacción copulando con
el diablo". Por si esto fuera poco, afirma que son de "memoria débil, poca inteligencia" y
padecen "los síntomas de la envidia y los celos". A este punto de vista se sumaron algunos
pensadores relevantes; incluso Bodino escribió La Démonomanie des Sorciers, donde hizo
una apología de los castigos que se daban a las supuestas brujas.
En ocasiones, el Malleus deja la impresión de que la brujería no era más que la

230
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

guerra de los sexos: se enfrentaban por una parte las brujas agresivas, por la otra, los hombres
amenazados en su capacidad de reproducción. Los autores describieron los hechizos que las
envidiosas mujeres utilizaban para neutralizar o incluso arrancar el miembro viril. En Europa,
de cada diez acusaciones de brujería, ocho recaían sobre mujeres.
Algunos historiadores se han preguntado sobre el origen de la escalada de la represión
antifemenina de los siglos xvi y xvn. En general admiten la tesis de que se debió a la miseria de
la época, a las calamidades naturales, a la peste y a la yiolencia. Cuando las comunidades están
sometidas a fuertes presiones, normalmente buscan un chivo expiatorio. La sociedad buscó
culpables y los encontró en las mujeres, sobre todo las más viejas, feas y pobres; es decir, las
más proclives a la envidia.
Estamos en un mundo que pierde gradualmente la noción del ordo, que construye
lentamente sus nuevos referentes: el estereotipo de la bruja maléfica y satánica nace de la crisis
que atraviesa la cristiandad a finales del siglo xiv y que se profundiza con la ruptura religiosa
del siglo xvi. Estamos también a la mitad del camino entre la economía de subsistencia y el
capitalismo, y, de hecho, se ha observado una estrecha relación entre los cercamientos, las
leyes de los pobres y la brujería.
Pero los ataques contra las mujeres también venían de las Iglesias reformadas, que
compartían -e incluso muchas veces aumentaban- las fobias del catolicismo; la quema de
brujas más elevada corresponde a la actual Alemania, donde entre 1570 y 1670 tres mil
doscientas mujeres terminaron en la hoguera.
En los países protestantes, con la abolición del sacramento del matrimonio, los divorcios
se volvieron comunes. En una sociedad que está monetizándose, en la cual la mujer no tiene
acceso al mercado laboral, ésta depende de su marido. Por ello, el divorcio perjudicó más a las
mujeres que a los hombres. Al separarse de sus maridos no tenían derecho a pensión, e incluso
los hijos, en caso de divorcio, eran propiedad del padre.
El encapsulamiento propio del "género roto" seguía siendo una realidad poderosa, y la
mujer, en lugar de rebelarse, continuó soportando la carga de su nueva realidad como si se
tratara de un designio divino.
No obstante, para las mujeres de la clase alta la situación no podía ir mejor. Desde finales
de la Edad Media, en Aviñón, donde se concentraron las dos culturas más refinadas de finales
del Medioevo, la francesa y la papal, las mujeres fueron integradas a la corte, al punto que se
escuchaba constantemente la frase: "una corte sin damas es como un año sin primavera, como
una primavera sin rosas". En el Renacimiento, la vida cortesana se enfocaba en privilegiar "la
gloria, el esplendor y el bello sexo". Estas mujeres políticas, escaladoras con pocos
escrúpulos, estaban constantemente envueltas en intrigas y amoríos; fomentaron el lujo y la
competencia entre los aristócratas; "mujeril" y "cortesano" eran términos que se usaban como
sinónimos.
La sensualidad exacerbada hacía de las mujeres de la corte un trofeo preciado por los
cortesanos. Pero muchas cortesanas no se comportaban como simples objetos, sino como
hábiles políticas, envidiosas y conspiradoras.
Comenzó el periodo en el que gobiernan las maitresses, consecuencia de la dominación
de los príncipes, al tiempo que el matrimonio y el amor se disociaron; la lujuria dejó de ser mal
vista para convertirse en un fin loable. Incluso los príncipes dejaron de avergonzarse de sus
hijos ilegítimos, llegando muchos de éstos a ser monarcas. En Italia, Francia, Inglaterra
Holanda y España, la sociedad comenzó a reinventar el amor: las prostitutas prosperaban, los
cornudos se multiplicaban.

231
Jorge Federico Márquez Muñoz

El crecimiento de las ciudades implicó el desarraigo de miles de


individuos, la mayoría de los cuales se convirtieron en pobres
urbanos, éstos eran más peligrosos que los miserables siervos del
Medioevo, pues estaban reunidos. Con sus fuegos de rencor
aislados, como lo estuvieron en el campo durante siglos, tenían
pocas posibilidades de comenzar un incendio; pero en las
conglomeraciones, el riesgo es mayor. Los piróma-nos aparecen en
la forma de monjes reformistas que detestan lo que queda del ordo.
La fórmula que la nobleza cristiana ofrecía al conflicto desatado
por los pobres urbanos fue la creación del "encap-sulamiento
artificial" o "falso holismo", que intentaba aislar a los nobles de las
masas, simbólica y físicamente. Esta solución implicaba la
exacerbación de los rencores y su finalidad no era evitar los fuegos
de la envidia, sino extinguirlos con el agotamiento de la impotencia:
después de todo, ¿qué podían hacer los miserables, solitarios y
confundidos, para atacar a los nobles que los humillaban con sus
riquezas?185

El sacramento del matrimonio creaba una especie de encapsulamiento, pues generaba


un espacio inviolable en el cual cada hombre tendría su mujer y no debía buscar amoríos en
otro sitio que no fuera su hogar. Pero el Renacimiento, al igual que las demás instituciones
medievales, también minó el matrimonio. Los hombres comunes comenzaron a competir por
las mujeres siguiendo el ejemplo de los cortesanos.
Además de la competencia y la envidia por las mujeres, está también la envidia de las
mujeres. Pero no menos importante es la "feminización de la competencia": una forma de
competir que en lugar de ser brutal es sutil, calculadora, refinada; es decir, hace uso de las
mercancías y la riqueza, de las posiciones políticas y las sátiras. Junto a la banalización de la
envidia aparece pues la feminización de la competencia. 185Las ciudades propiciaron el
contacto entre los estamentos. La clase alta se sintió amenazada e intentó instaurar una
especie de sistema de castas al margen de la religión; como ya no había una ideología capaz
de separar a los grupos, hubo que inventar distinciones y construir edificaciones y palacios
fortificados, aún dentro de las ciudades. Asimismo, en el siglo xvi se pusieron de moda las
carrozas, que ayudaban a los nobles y a quienes aspiraban a serlo a mostrar su status y a
alejarse de la chusma. Esta protección provocaba más envidia, pero al mismo tiempo ofrecía
un refugio.
A mediados del siglo xvi, en diversas ciudades las celebraciones antes públicas
comenzaron a convertirse en espectáculos privados. Las bodas y los bailes se sacaron de la
vista del pueblo al tiempo que se volvían más suntuosos debido a la competencia feroz en la
clase alta. También en las fiestas de los nobles se expulsó gradualmente a las prostitutas o
"cortesanas de tres al cuarto".

232
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

La medicina contra el conflicto ofrecida por los creadores de las


iglesias reformadas consistió en el consuelo de que, al ser
"verdaderos cristianos", ellos sí se ganarían el cielo; en cambio, los
miembros de la Iglesia católica, arderían en las llamas del infierno.
La segunda medicina fue la humillación directa, mediante el
linchamiento, de aquellos adeptos al papismo que permanecieron en
los territorios ahora dominados por la Reforma.186
El segundo frente del individualismo aparece en la cortes, sobre
todo en las relaciones entre los mismos cortesanos, y entre
También puede verse el temor a las masas urbanas en la tendencia de colocar lo suntuoso
en el interior de las casas. Casi todo el lujo de la Edad Media era público y aún en los casos en
que fuera privado, se desplegaba más fuera que dentro de la casa; pero en el Renacimiento
tiende a instalarse en el interior de los hogares.
Mientras la élite se escondía en sus palacios, ordenaba la reclusión de judíos y prostitutas
en guetos. También había hospicios para encerrar a los miserables y disminuir así el crimen.
En Inglaterra, entre 1563 y 1601, con las Poor Latos se inventaron las workhouses, que han
sido descritas por algunos historiadores como brutales campos de concentración. Por toda
Europa había este tipo de casas que intentaban contener a los pobres, los enfermos y, en cierta
forma, a los envidiosos.
El hospicio u hospital encerraba lo mismo a los leprosos que a aquellos que no querían o
no tenían posibilidad de trabajar; es decir, a los "enfermos". Quienes idearon estos lugares
reflejaban una mentalidad que piensa las distinciones morales, religiosas y sociales en
términos de espacio.
Además se llevó a cabo una distinción política. En París se prohibió gradualmente a
quienes hacían trabajos manuales, ocupar cargos en las asambleas. Lo mismo puede decirse de
las "marcas de status". En 1569, también en París, se prohibió a quienes laboraban con las
manos usar abrigos, sombreros y calzas, con excepción de los domingos y días festivos. De
igual forma, los religiosos, tanto católicos como protestantes, le declararon la guerra a la
ostentación. Los católicos ofrecieron indulgencias a quienes se burlaran de la mujer pobre que
usara ropas elegantes. Savonarola encendió sus "hogueras de las vanidades"; más tarde,
Calvino demandaba austeridad en el vestido, e incluso escribió: "permite a los ricos recordar
que están rodeados de espinas y deben tener mucho cuidado de no picarse".
También los gobiernos promulgaron leyes suntuarias que reglamentaban el uso de pieles,
zapatos de punta doblada, colas de vestidos, galones bordados de plata y oro, y algunos otros
objetos. Asimismo, exigieron austeridad a sus ciudadanos.
Otras señales que pretendían diferenciar a los ricos de los pobres eran la obesidad y la
belleza. La gula se puso de moda entre la clase alta.
186
Las iglesias reformadas se mofaban de los rituales y las creencias del catolicismo.
Especialmente se burlaban de los milagros y de las influencias del paganismo sobre el credo
católico. Cuando los movimientos protestantes se convirtieron en iglesias nacionales -como en
el caso de la Iglesia anglicana o en el de la Iglesia sueca- la humillación iba más allá: la
expropiación y el ostracismo eran castigos comunes.

233
Jorge Federico Márquez Muñoz

éstos y los burgueses. A nivel de cortesanos, el problema se da en la


forma de una competencia sutil pero cruel entre facciones e
individuos que buscan el favor del rey y el acceso a los cargos. En
este caso, la solución la ofrecía el narcisismo producto del "proceso
de civilización". Es el mundo en el que proliferan los espejos, los
individuos están obsesionados con su propia imagen y su status
-quizás porque ahora es más incierto que antes. El narcisismo
disuade al sujeto de la brutalidad; más aún, no le permite admitir
que sus derrotas son tales, pues siempre que ha fracasado -i.e. en
obtener un cargo ofrecido por el rey-, afirma que en realidad, no
estaba compitiendo; es decir, se trata de encontrar una justificación
-que sirve también de au-tojustificación- que le permita mantener su
autoestima íntegra. El narcisista se guarda su opinión, sólo la
expresa a posteriori, exclusivamente admite que competía cuando
triunfa; las demás contiendas, no están a su altura.187
187
Según una fórmula ya clásica, Max Weber destacó dos elementos que contribuyeron a la
centralización del poder estatal: los monopolios, por parte del monarca y sus allegados, sobre
los impuestos y la violencia. Norbert Elias agregó un monopolio más: el del buen gusto. En la
medida en que las cortes fueron acumulando riquezas y poder, las buenas maneras, cultivadas
y perfeccionadas en los centros de poder, se
convirtieron en signo de status.
Los líderes regionales, que por un lado estaban cortos de efectivo para seguir
manteniendo a sus cortes y afrontar las guerras, y que por otra parte enfrentaban el
debilitamiento de sus propios ejércitos, dependieron cada vez más del rey, quien otorgaba
mejores préstamos y contaba con mayores recursos. La necesidad de aproximarse a los
monarcas obligó a los señores feudales, a los príncipes y a los nobles, a competir por los
favores de aquéllos de acuerdo con las reglas dictadas por el modelo de civilización que los
mismos monarcas habían adoptado. La envidia en las cortes ya no sería motivo suficiente
para atraer la barbarie; la civilidad había comenzado a domesticar las pasiones.
La "envidia civilizada" contribuyó a la gradual centralización del poder de los
monarcas, que finalmente sometieron a los príncipes, señores feudales y oligarcas urbanos
hacia la unidad. Mientras más se civilizaban los poderes que alguna vez habían estado
dispersos, mayor era el control del rey. Las buenas maneras eran impuestas en las cortes: el
autocontrol de las pasiones implicaba la aceptación de la superioridad de los monarcas, de
sus reglas y sus modales. Aunque no dejaba de haber envidia en su contra, la tendencia era
sustituir las miradas envidiosas, por la admiración. La mimesis conflictiva desarrollaba su
trama con reglas impuestas desde un centro cada vez más poderoso.

234
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

Pero en su fase más radical, las facciones cortesanas luchaban


abiertamente por el dominio de un territorio y en ocasiones, en este
esfuerzo desafiaban a obispos, papas, príncipes y reyes. La
contienda era brutal y expresaba la decadencia del ordo. La religión
ya no contiene a las facciones, ya sea porque se han vuelto
demasiado cínicas, como en las luchas entre ciudades italianas; o
bien porque ya no comparten la misma fe, como en las guerras de
religión. Aquí, la única fórmula es la creación artificial de un marco
de contención: los pactos del derecho internacional. Éstos son
acuerdos frágiles en tanto no poseen el lustre de lo sagrado, pero son
lo único que hay.188
En el paquete del individualismo hay un elemento perturbador que parece lanzar a los
hombres a un campo de batalla (egoísmo), y otro que parece suavizar la competencia mediante
los buenos modales (narcisismo).
La envidia producto del individualismo se atenúa gracias al narcisismo. ¿Cómo admitir
que envidiamos al otro sin dañar nuestra propia imagen? ¿Cómo llevar a cabo actos envidiosos
sin aceptar nuestra inferioridad?
188 Políticamente, la época del Renacimiento está marcada por un esfuerzo centrípeto
resuelto en la creación de monarquías centralizadas que procuran su expansión. Inglaterra
intenta inútilmente someter al reino de Escocia; Polonia, en la primera mitad del siglo xvi,
absorbe el ducado de Lituania. El antagonismo más enconado fue el de Francia contra los
Habsburgo, agudizado cuando Carlos v implantó el "cerco habsbúrgico", que impedía a los
franceses tomar los Países Bajos. Las rivalidades políticas causadas por la fuerza
expansionista llevaron a franceses y españoles a luchar en Italia.
En este último país dominaban las pequeñas señorías locales y los Estados regionales.
Desde 1454, con la paz de Lodi, esos Estados regionales o principados habían logrado cierta
estabilidad, pero la vecchiaccia entre las ciudades hacía imposible la unificación. La liga
formada por Milán, Venecia y Florencia, el Papado y Ñapóles, fue la expresión tangible de esa
estabilidad, que duró hasta 1492.
Desde 1453 la amenaza turca en el Mediterráneo debilitó a Italia. Venecianos,
genoveses, florentinos y otros tantos "ciudadanos comerciantes", perdieron sus mercados. En
la península, la prosperidad se vio interrumpida y los mercenarios comenzaron a hacer de las
suyas. El ordo estaba roto, exactamente en el lugar que durante más de un milenio parecía
haber sido el centro del cosmos.
Ante la crisis, las ciudades y las facciones, dominadas por el affascinamento,
comenzaron a pelear. El conflicto por la sucesión del reino de Ñapóles (1458), la guerra contra
los Médicis (1467), el enfrentamiento entre Lorenzo el Magnífico y el pontífice (1478), las
luchas de Ferrara (1482-1484), los combates entre el monarca de Ñapóles e Inocencio vm
(1486); en fin, las interminables luchas destrozaron el frágil "equilibro" de la bota y en 1492
quedaron abiertas las puertas para las conquistas extranjeras. Ldijettatura entre las ciudades
hacía imposible la unidad y debilitaba a las otrora poderosas urbes italianas.

235
Jorge Federico Márquez Muñoz

El tercer frente es el que abre el "camino hacia arriba" entre la


burguesía. Ya fuera para hacer la guerra, pagar lujos y fiestas,
financiar el arte o simplemente para construir una maquinaria
burocrática eficaz el dinero adquirió una enorme relevancia durante
el Renacimiento. La nobleza necesitaba dinero para mantener o
acrecentar su posición política, pero solía tener dificultades para
producirlo. Los burgueses conocían los secretos de la producción de
riquezas pero no eran felices, estaban deslumhrados por la nobleza
y querían acceder a sus privilegios. Surgió entonces un matrimonio
por conveniencia: la aristocracia creaba un mercado de títulos y
cargos, y la burguesía los compraba. Unos y otros salían
beneficiados.189
En el interior de las ciudades, las facciones se vendían al mejor postor y, en ocasiones,
incluso defendían sus ideales; incapaces de dejar de pelear, parecían manipuladas por la
innochiatura. Entre los partidos destacaban las tendencias democrática, la oligárquica
(denominada Arrabiati, o de los furiosos), y la de los Palleschi, que apoyaban a los Médicis.
Savonarola se apoyó en los Piagnoni o llorones, demócratas teocráticos. 189Los burgueses, a
pesar de su poder, no se constituyeron en una clase, pues la nobleza se encontraba
relativamente abierta a ellos. Más aún, entre los siglos XIV y xvi hubo una renovación de la
aristocracia en prácticamente toda Europa. Dos ejemplos nos recordarán el ascenso de los
burgueses: Luis xi, rey de Francia, quien otorgó títulos a todos los poseedores de tierras
-muchos de ellos eran capitalistas agrícolas-y a gran número de profesionales que recibirían
el nombre de nobleza de toga. En Inglaterra, con el ascenso de los Tudor, la antigua nobleza
quedó relevada por la burguesía. Esto se debió en parte a que la dinastía gobernante se sintió
amenazada por la vieja aristocracia guerrera.
En Francia, lo mismo que en el Imperio Habsburgo, ministros profesionales
comenzaron a sustituir a los cortesanos en el diseño de las políticas. En lugar de los
portadores de un poder heredado aparecían los administradores letrados, educados en las
universidades, hijos de burgueses o nobles. Con una nobleza debilitada, demasiado
preocupada por arruinar a los burgueses, los monarcas ampliaban su ámbito de acción. Por
supuesto que seguían existiendo los Estados Generales en Francia y las Cortes en España,
pero el poder se centralizaba cada vez más; ya fuera por la necesidad de los préstamos, la
brutalidad de los ejércitos y cobradores o el encanto de los modales, las cortes centrales se
volvían cada vez más poderosas.
No obstante, los monarcas necesitaban un brazo operativo en el diseño y aplicación de
sus políticas. Los cortesanos no bastaron para la construcción de los nuevos Estados, por ello
se buscó apoyo en los burgueses, que conformaban una burocracia eficaz capaz de
administrar la riqueza y recolectar los impuestos. Estos funcionarios se volvieron
indispensables para el reino, y mientras más se percataban de ello, más querían medrar.
Gradualmente se convirtieron en los principales competidores de la nobleza, hasta que
incluso la desplazaron como élite. Al final triunfaron, pues el Estado moderno es burocrático
antes que cortesano.

236
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

Pero el intercambio no era indoloro: a los nobles les preocupaba


que, con la multiplicación de los honores, sus títulos se de-valuaran;
hacían entonces mofa de los arribistas y comenzaron a crear nuevas
distinciones: los nobles de alcurnia y los nuevos nobles; los que
conocían los modales y la moda y sus imitadores (ricos pero sin
clase). Los burgueses, humillados, respondían pero con cautela, pues
sabían que si se mostraban brutales, ya no cabrían más en la alta
sociedad. Así pues, los patrones de la competencia sutil y narcisista
de los nobles dominaron también la conducta de los burgueses.

9. Tomarse el cristianismo en serio:


inquisidores y reformistas

Cristo predicó la salvación para todos, aunque favoreció a los pobres


y oprimidos. Posteriormente, iglesias y estados dominados por los
ricos y los gobernantes adoptaron este mensaje. No por ello
renunciaron al poder o lo compartieron; admitieron la
democratización de las almas, pero no la de los cuerpos. Las
minorías perseguidas bajo el dominio del cristianismo, por lo
general estaban compuestas por herejes, musulmanes, leprosos
yjudíos, denunciados por la impureza que supuestamente repre-
sentaban. La mayoría de las herejías tenían una base regional que,
como en el caso de los albigenses, en cierta forma podría
considerarse étnica; pero todas las víctimas podían arrepentirse,
convertirse y salvarse.190

''"' A finales del siglo XII y principios del XIII los albigenses del sureste de Francia
adoptaron la herejía catara. Esto agravó los resentimientos regionales y urbanos. Los católicos
los excomulgaron, excluyeron y finalmente, los eliminaron. Los 8,000 habitantes de Beziers,
fueron asesinados. Las atrocidades en contra de los cataros se multiplicaron. Pero a gran
cantidad de estos herejes se les dio la alternativa de confesar su pecado y volver al seno de la
Santa Madre o morir; la mayoría decidió lo primero. La cruzada contra Albi no fue un
genocidio sino una guerra de conversión forzosa.
A los judíos también se les ofrecía la opción de convertirse para salvarse. Además, antes
de la modernidad, los pogromos, las deportaciones y las matanzas fueron casos raros.

237
Jorge Federico Márquez Muñoz

La "democratización del alma" afectaba a las identidades


macro-étnicas, los credos de salvación eran religiones del libro que
fomentaban la alfabetización de las masas en lenguas vernáculas y
la expansión de la cultura por todas las clases y regiones.191
Del siglo xiv al xvn, la cristianización adquirió matices
nacionalistas en Inglaterra192 y, en los siglos xvi y xvn, en
Holanda.193 A estas naciones se les podría considerar Estados

Aunque la religión era el motivo primordial de persecución a los judíos, también se les
acusó de extorsión. En castigo, se les prohibió poseer tierras. Pero estas medidas implican
violencia represiva y no asesinatos masivos. De tiempo en tiempo se desataron las masacres,
no obstante, éstas ocurrieron cuando los judíos se vieron involucrados en luchas políticas más
amplias, como las cruzadas contra herejes y musulmanes, y durante las fases de resistencia a
recaudadores de impuestos y acreedores.
191
En eso se diferenciaba del Islam, pues ni el árabe ni el turco estaban confinados
en estados determinados.
192
En ese entonces la Biblia había sido traducida al idioma dominante, el inglés.
Sin embargo, menos del 40 por ciento de los ingleses sabían leer. Gradualmente, el
carácter del nacionalismo religioso se vio reforzado por el derecho consuetudinario,
cierta uniformidad de los gobiernos locales y la aparición de clases medias alfabeti
zadas. Ya había entonces opiniones negativas sobre los extranjeros. En el siglo XVI
este proceso adquirió mayor fuerza, cuando Enrique vin nacionalizó la iglesia.
Pero la identidad étnica seguía siendo un factor secundario frente a la de clase. Peor aún,
el ascenso de la alfabetización aumentó el desequilibrio cultural. Durante el Medioevo,
gobernantes y clases bajas habían compartido algunos aspectos de la cultura popular. La
religión escrita, por el contrario, amplió el abismo entre los estamentos. El credo de las élites
se hizo más dogmático y se alejó de los ritos populares.
193
Los holandeses desarrollaron dos elementos de unidad nacional: se considera
ban, desde el siglo xvi, un pueblo elegido por Dios para defender la verdadera fe;
y se identificaban como descendientes de los bátavos, que en la antigüedad resis
tieron a la tiranía del imperio romano. Los Países Bajos abrazaron el luteranismo
y el calvinismo, con su doctrina de salvación igualitaria y énfasis en la lectura de la
Biblia. En parte, por esta elección religiosa, los neerlandeses fueron atacados por
sus poderosos señores católicos, españoles y austríacos. En esta lucha las clases altas
holandesas movilizaron al pueblo, que también acogía las versiones reformadas del
cristianismo. La igualdad del alma cimentó un nacionalismo de todas las clases para
llevar a cabo una lucha de liberación. Inglaterra no avanzó en esta misma dirección
por el estallido de la Guerra Civil. Nacionalismo y religión no se cohesionaron porque
los ingleses no sólo se defendieron de los extranjeros sino también de ellos mismos.
Pero aun en el caso holandés no se logró el nacimiento de un ethnos estable. Las clases
medias se sintieron identificadas con los señores, los clérigos y el territorio, sólo cuando eran
atacados desde afuera y había una situación de amenaza inminente. Para que la identidad
nacional se hiciera poderosa, hacía falta una profunda reforma política. Pero los príncipes
rechazaron la idea de que las clases medias pudieran

238
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

nacionales, pues convirtieron en referencias de lo nacional sus


circunstancias geográficas y sociales; sin embargo, no eran
naciones-Estado. La mayoría de los estados, por el contrario, ni
siquiera se acercaron a esta situación, pues continuaron siendo
agrupaciones logradas mediante la conquista o la herencia dinástica
de territorios con tradiciones divergentes.
A lo largo de los siglos xvi y xvn, la limpieza religiosa fue
común: las élites seguían siendo asimiladas y las masas ignoradas
-excepto cuando se apartaban de la ortodoxia religiosa-; pero en las
zonas fronterizas, aparecieron matices protonacio-nales que dieron
lugar también a la limpieza étnica. La frontera entre el Islam y el
cristianismo fue el lugar principal donde "las naciones existieron
antes del nacionalismo". Aquí la limpieza llegó más lejos. Primero
apareció en España.
A lo largo del Medioevo, la península ibérica fue
excepcio-nalmente multi-religiosa. Entre los siglos vm y ix, los
gobernantes islámicos toleraban a las minorías. La pauta general fue
la convivencia, enturbiada por la coacción institucional
-discriminación, supresión lingüística y cultural, y presión para la
conversión- y por ocasionales depuraciones; no obstante, incluso los
conversos preservaron algunas peculiaridades y adquirieron poder y
riqueza.
En 1479, Fernando e Isabel unieron sus reinos. El proceso
incrementó el poder de la iglesia española y debilitó el control papal;
el catolicismo expresaba la unidad nacional, un ethnos defendido por
"cristianos viejos" (aristócratas, caballeros menores y eclesiásticos),
celosos del poder y la riqueza de los conversos.
A finales del siglo xv, el sentimiento de amenaza externa, la
oportunidad económica en medio de una crisis causada por la Re-
conquista y la fuerza de los radicales -los viejos cristianos-

participar de un modo activo en la toma de decisiones. El gobierno era propiedad del monarca
y su consejo -un parlamento compuesto por aristócratas, nobles, altos cargos eclesiásticos y
comerciantes burgueses.

239
Jorge Federico Márquez Muñoz

provocaron la limpieza religiosa en gran escala.194 No obstante,


debido a la incapacidad para detectar a los "falsos conversos"
-¿.¿.judíos y moriscos que secretamente mantuvieran sus viejas
identidades-, hubo que inventar una teoría sobre la pureza de
sangre. La semita, supuestamente contaminada, podía infectar a los
buenos cristianos; por ello, quienes no abrazaban el catolicismo
debían ser expulsados. Se trató de un "auténtico antisemitismo
moderno, que equiparaba la religión a la raza, y que con
anterioridad pocas veces se había visto en la historia europea.
Cualquiera que tuviera antepasados judíos o moros debía ser
expulsado de España".195
Lo único que evitó que la catástrofe llegara a una escala similar a
los etnocidios modernos fue que dicha política encontró mucha
oposición, aún dentro de las élites, y sólo en ocasiones fue una
política oficial;196 pero las empresas privadas, gremios, órdenes
religiosas, ejército y las universidades prohibieron la entrada a los
"impuros". Peor aún, en 1576, la Inquisición amplió sus actividades
y adquirió poder sobre los moriscos. En los edictos reales de 1609 y
1610, los cristianos con pasado islámico que aún quedaban fueron
expulsados, más de 300,000 sufrieron la deportación forzada; y
alrededor de 10 mil rebeldes que mostraron total desacato, fueron
asesinados.
194
En 1481, para reforzar la pureza religiosa, los poderes de la Inquisición de Aragón
se extendieron a todo el reino. Los reyes se propusieron conquistar el último reino
islámico, Granada. Pero la guerra fue larga, costosa y cruenta. Exacerbó las tensiones
en el interior de la élite y la hostilidad hacia los moros yjudíos. En 1478 Málaga fue
tomada y su población mora padeció la masacre y la esclavitud.
195
Michael Mann, El lado oscuro de la democracia, op. cit., p. 63.
196
El 31 de marzo de 1492 los reyes católicos promulgaron un edicto que ordenaba
a los judíos que abandonaran España. Los monarcas tomaron esta decisión por las
presiones deljefe de la Inquisición, Torquemada, y otras órdenes militares-religiosas.
El edicto buscaba la conversión masiva de los judíos para obtener un doble beneficio:
esperaban que ya no "pervirtieran a los cristianos" y que impulsaran la economía nacional
mediante impuestos altos. Era una ingeniería social burda que no contaba con el apoyo de las
masas e incluso tenía sus críticos entre la élite. El resultado fue que sólo unos cuantos judíos
perdieron sus propiedades y la prohibición que impedía sacar oro y plata del país fue
ignorada. Menos de 10,000 españoles judíos -de 80,000-, se marcharon. Se trataba de una
limpieza mediante asimilación institucional y deportaciones organizadas.

240
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

Fernando e Isabel eran prácticos y su objetivo principal no era


eliminar a los judíos ni a los moros; cedieron a las presiones para
hacer la limpieza religiosa, debido a que creyeron el argumento
quintacolumnista; acabaron con siglos de tolerancia en España. En
el proceso, la limpieza religiosa adquirió carácter nacionalista e
incluso racista.197 En Europa esto fue excepcional. La noción de que
Estado y pueblo deberían unirse en un solo credo nacional era nueva
y se anticipaba un siglo al Tratado de Westfalia.
A principios del siglo xvi surgieron grupos de protestantes como
continuación de los movimientos que intentaron reformar a la
Iglesia. Pero fueron brutalmente reprimidos. Esto sucedió así en los
siglos xn y XIII con los albigenses en el sur de Francia, a finales del
xiv con los lolardos en Inglaterra y en el siglo xv con los husitas en
Bohemia.
La Reforma dividió en dos campos a los cristianos: protestantes y
católicos. Los enfrentamientos entre estas dos alas terminaron por
hundir la idea de que el cristianismo es una religión de paz.
En agosto de 1572, tuvo lugar la Masacre del Día de San
Bartolomé, fue quizás la más notoria de una serie de guerras civiles
entre católicos y hugonotes en el siglo xvi. Para cubrir su
complicidad en un intento fallido de asesinar a Gaspard n de
Coligny, Catalina de Médicis persuadió a su hijo, el rey Carlos ix, de
asesinar a los nobles protestantes que se encontraban en París
invitados a la boda de Enrique de Navarra, quien más tarde sería el
rey Enrique iv; pero la carnicería pronto se expandió y victimizó a
otros hugonotes en París y luego, a lo largo de todo el reino. Sólo en
la capital, fueron asesinados más de 3,000.

197
En 1540 moros, judíos y conversos reaccionaron con violencia al hostigamiento del
que eran víctimas por parte de la Inquisición. El resultado fue la escalada de las
represalias. Peor aún, la política de limpieza religiosa se extendió a otros Estados
mediterráneos. El sur de Europa era una zona fronteriza, amenazada por el Islam. La
mayoría de los expulsados se fueron al este, donde el imperio otomano les ofreció la
tolerancia otrora encontrada en la península ibérica.

241
Jorge Federico Márquez Muñoz

Las noticias de la matanza fueron bien recibidas por el rey


Felipe n de España y el Papa Gregorio xm, quienes las interpretaron
como la noble lucha de los franceses contra el protestantismo; pero
la Europa protestante vio con horror los acontecimientos y el rey
Carlos ix tuvo que justificarse diciendo que había descubierto un
complot hugonote contra la Corona. La acusación sólo sirvió para
empeorar las relaciones entre católicos y protestantes: desde ese
momento y hasta mediados del siglo xvn, la violencia religiosa
caracterizó a Europa.
Sobre la Reforma Radical y las Iglesias de Paz, debe decirse que
los Anabaptistas, los Hermanos Suizos, los Huteritas, los
Melchoritas, Hoffmanitas y Menonitas surgieron precisamente en
el contexto de las Guerras de Religión, todos ellos se com-
prometieron con la no violencia y la no resistencia, y rechazaron
formar parte de alguna iglesia. Pero Lutero, Zwinglio y Calvino los
denunciaron y estas sufridas minorías fueron severamente
perseguidas por las iglesias protestantes y la católica. Murieron
decenas de miles de pacifistas, como mártires.
En 1617, Fernando de Estiria fue elegido emperador; el
Habs-burgo, educado en España, prometió combatir a luteranos y
calvinistas; en sus planes estaba extender la Contrarreforma y
humillar a sus enemigos religiosos, quienes se atrevían a desafiarlo
incluso en Viena. Pero el Imperio tenía muchos problemas: las
riquezas de América superaban a las del centro de Europa; las
minas de Perú y México producían más que las de Bohemia y
Hungría; asimismo, Amberes y Ámsterdam eran más importantes
que los puertos hanseáticos.
Este fanático emperador fue uno de los principales causantes de
la Guerra de los Treinta Años (1618-48), sin duda la peor de las
guerras de religión. La población del Sacro Imperio Romano perdió
cuatro millones de habitantes;198 murieron más civiles que
soldados, la mayoría de hambre y debido a enfermedades causadas
por la guerra.
198
El 20 por ciento de Alemania y Bohemia.

242
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

Como los estados no podían financiar la guerra, los soldados


actuaban de acuerdo a su lema: "la guerra sustenta a la guerra"; es
decir, vivían del saqueo. Los soldados devastaron ciudades, aldeas y
cosechas; su crueldad tenía un sustento ideológico: católicos y
protestantes se demonizaban mutuamente. Represalias y saqueos
eran normales, pues en los asedios largos, los sitiadores padecían
más privaciones que los asediados; por tanto, los vengativos
invasores, una vez que podían, hacían de las suyas. Pero estas
masacres no eran premeditadas; no se trataba de una limpieza étnica,
sino religiosa, y no implicaba la eliminación de las minorías. Las
políticas calculadas para esta finalidad eran las deportaciones y las
conversiones forzadas; las matanzas eran un subproducto indeseable
de tales estrategias.
La Guerra de los Treinta Años fue llevada a cabo por alianzas
multiestatales y ejércitos multiétnicos; no obstante, concluyó con el
Tratado de Westfalia (1648), el cual estableció que la religión del
príncipe tenía que ser la de su reino y que aquél tenía derecho a
imponerla. Así, el final de la guerra fortaleció, y en algunos casos
dio lugar, al nacimiento de estados nacionales.
En el plano práctico, el significado del Tratado era que ningún
Estado extranjero debía acudir en defensa de las minorías de otro;
además, como se había establecido la supremacía del poder del
Estado sobre la religión, la limpieza se haría con represión cultural y
policíaca, y no mediante genocidios. Por lo general, las minorías se
convirtieron y juraron lealtad a la religión oficial, la mayoría de las
iglesias protestantes quedaron bajo jurisdicción estatal y se
convirtieron en iglesias protona-cionales, los estados católicos
también usaron la religión a su conveniencia y adquirieron mayor
autonomía frente al Papa. La limpieza dejó de ser religiosa para
convertirse en nacional, porque el alma misma fue nacionalizada,
España fue el primero de los estados que actuó de esa manera; pero
Europa entera siguió sus pasos.

243
Jorge Federico Márquez Muñoz

Tanto protestantes como católicos generalmente asumieron que


era su deber fortalecer el poder secular y militar para su religión; lo
cual, por supuesto, congeniaba con las ambiciones de muchos
príncipes. El resultado fue una serie de "guerras religiosas" que
tuvieron lugar en Europa hasta que el Tratado de Westfalia puso fin
a tan escandaloso capítulo de la cristiandad. En Inglaterra las cosas
no mejoraron hasta la Revolución Gloriosa y el ascenso de la Casa
de Orange al trono, en 1688.
La Paz de Westfalia confirmó el principio cuius regio eius
religio, que se remonta a 1555, a la Paz de Augsburgo. Esto res-
tringió a los príncipes el cambio de religión y a la Santa Madre de
interferir en cuestiones religiosas en Alemania.
Curiosamente, aunque la Guerra de los Treinta Años comenzó
por motivos religiosos, entre bloques de potencias protestantes
contra católicas, conforme se desarrolló el conflicto, las alianzas se
hicieron para evitar que alguno de los contendientes se tornara
demasiado poderoso o demasiado débil; es decir, el criterio de la
guerra dejó de ser religioso para convertirse en geopolítico.
La segunda paradoja de esta cruenta guerra es que se trató de un
incendio provocado por los fuegos del fanatismo religioso y
concluyó con una nueva manera de tomar decisiones: el
mecanicismo de Richelieu y posteriormente, el de todos los demás
actores.199
199
La Guerra de los Treinta Años comenzó como un conflicto religioso. El entusiasmo que
los credos generaron se esfumó con la muerte, el hambre y la confusión. Al final, entre las
élites europeas, la religión ya no era una guía confiable. El mecanicismo había tomado ese
lugar.
Al mismo tiempo que en las cortes el cinismo de los moralistas y el mecanicismo de los
científicos se convertían en las cosmovisiones de las élites estatales -cortesanas o
burocráticas- para planificar y regular las relaciones políticas, en la política internacional
apareció el concepto raison d'état. Y así, el criterio de una moral universal fue sustituido por
el del interés nacional. El sistema internacional comenzó a ser visto como una reproducción
del estado de naturaleza hobbesiano, en el cual, lo único que detiene las ambiciones de cada
Estado, es el temor a ser eliminado por los enemigos. Así como en las cortes surgió el
concepto del narcisismo que evita las consecuencias más salvajes de la envidia
individualista, en las relaciones internacionales apareció la noción del equilibrio de poder;
traspasar su umbral era invitar a la anarquía.

244
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

En tercer lugar, se trató de un conflicto que buscaba promover un


nuevo orden religioso, jerárquico, pero que en realidad provocó un
enorme desencapsulamiento. La movilidad dentro de los ejércitos
implicó la sustitución en puestos relevantes, de al menos la mitad de
los nobles. La eficacia en las batallas sustituyó a la tradición.
Generales plebeyos pero valientes e inteligentes tuvieron ascensos
fugaces, pero no poseían el halo protector contra el aojamiento, un
escudo que se forja con los siglos y los rituales, no en el calor de la
batalla. Las escenas de los recién ennoblecidos envidiados por la
nobleza, de los generales que envidian a los generales, de las
traiciones y las revanchas constituyen la historia del
resquebrajamiento del ordo en el corazón de Europa. En ese
contexto, Mazarino escribió: "tú peleas contra tus enemigos; los
míos me rodean, y algunos me odian en secreto".

Este concepto fue formulado por el primer ministro francés, el cardenal de


Richelieu, de quien el Papa Urbano VII dijo: "Si hay Dios, el cardenal tendrá mucho de
qué responder. Si no, bueno, triunfó en la vida". Francia fue la gran azuzadora del
conflicto en el nuevo orden internacional, nunca vaciló en explotar las rivalidades que la
Reforma Protestante provocó entre sus vecinos.
En muchos sentidos Richelieu puede ser considerado el primer estadista de la edad
moderna. A pesar de ser un príncipe de la Iglesia siempre antepuso la lealtad a su nación
sobre su fe. En segundo lugar, si quería ver arruinados a sus enemigos esto no se debía a
una pasión ciega sino al más genuino cálculo envidioso: quería evitar que los Habsburgo
humillaran a su país. Y en realidad, dicho imperio era el único candidato viable para
someter a los franceses. Sus dominios rodeaban a Francia y su poderío y prestigio
convertían al imperio austriaco en una amenaza real. En tercer lugar, el cardenal, a
pesar de su sitio en la jerarquía católica, intrigó para que la Contrarreforma no
triunfara. Puso a Francia de lado de los príncipes protestantes y sacó el mayor provecho
del cisma religioso.
Por el contrario, Fernando II, el emperador Habsburgo al que se enfrentó
Richelieu, aún creía que la unidad del cristianismo era posible. Era un hombre de
principios. Para él, el Estado existía para servir a Dios. El francés triunfó.
"El objetivo de Richelieu era poner fin a lo que él consideraba el cerco de Francia,
agotar a los Habsburgo e impedir el surgimiento de una gran potencia en las fronteras
de Francia [...]. Su única norma para hacer alianzas fue que sirvieran a los intereses de
Francia, y esto hizo al principio con los Estados protestantes, y más adelante, incluso con
el Imperio otomano musulmán. Para agotar a los beligerantes y prolongar la guerra,
Richelieu subsidió a los enemigos de sus, enemigos, sobornó, fomentó insurrecciones y
puso enjuego una extraordinaria variedad de argumentos dinásticos y jurídicos [...]"
Henry Kissinger, La diplomacia, trad. Mónica Utrilla México, Fondo de Cultura
Económica, 2001 (Iaed. en inglés, 1994), p. 60.

245
Jorge Federico Márquez Muñoz

En cuarto lugar, ocurrió otro desencapsulamiento: entre las


naciones. De nuevo es paradójico que la Guerra comenzara
como un intento de reunificar la cristiandad europea y termi-
nara con un mapa aún más dividido que al inicio.200

200
En lugar de la idea de un mundo unificado con el tiempo, encontramos una Europa
escindida en estados envidiosos, competitivos, que se hacían una idea negativa de las
demás naciones, que convertían en chivos expiatorios a los extranjeros. La de los
Treinta Años fue una guerra provocada y alimentada por la envidia, y finalmente
concluida por el agotamiento. Al final, los Habsburgo habían fracasado en todo: su
tentativa centralizada se desvaneció; la autoridad imperial quedó en Alemania como
un nombre carente de contenido, con el principio reconocido a los príncipes de la
superioridad territorial, que los hacía autónomos; se reforzó el monopolio de los ocho
electores sobre la elección imperial y aumentaron los poderes de la Dieta. También el
sueño contrarreformista se desvaneció y fue preciso reconocer el principio cuis regio eius
religiOy aunque atenuado por la posibilidad, para los disidentes, de emigrar sin perder
sus bienes. Asimismo, territorialmente los Habsburgo salieron derrotados: Francia
obtuvo la confirmación de los obispados de Metz, Toul y Verdún y no sólo conservó
Pinerolo, sino que obtenía Alsacia. Mientras el Palatinado, fiel al calvinismo, volvió del
duque de Baviera al hijo de Federico V, y la luterana Suecia obtuvo la Pomerania, que
poseía derecho de voto en la Dieta imperial. Federico Guillermo de Hohenzollern
extendió su territorio con la anexión de algunas zonas alrededor del Elba.

246
TERCERA PARTE

LA MODERNIDAD

<&
LA MODERNIDAD

E
n el periodo imperial romano surgió el cristianismo, un poder
intersticial que, con la conversión de Constantino, se volvió
estructural; como consecuencia, lentamente se debilitaron las
religiones sacrificiales -paganas y bárbaras- en Europa.
El cristianismo como religión promotora del autosacrificio y la
responsabilidad individual hace las funciones del confucianis-mo en
China y de los Upanishads en India; pero, a diferencia de estas
religiones e incluso del Islam, el cristianismo nació como una
religión de compasión universal desde abajo, la promoción de una
ética universal corrió a cargo de los apóstoles y mártires, hombres
sin poder; sin embargo, al convertirse en una religión imperial, el
cristianismo se volvió tan elitista como las otras religiones axiales: la
lucha contra el sacrificio sería entonces la empresa de una élite,
auxiliada de los líderes locales conversos, que a su vez contaba con
una feligresía sumisa. En este sentido, la Iglesia imperial se asemejó
en su funcionamiento a las civilizaciones china, india e islámica.
Ahora, veamos lo que separa a Occidente de las otras religiones
axiales. El mensaje original del cristianismo no fue purgado de la
Iglesia imperial; por lo tanto, en la medida en que la "cristiandad
imperial" avanzaba, expandía también sus

249
Jorge Federico Márquez Muñoz

contradicciones, al presentarse como una religión que cuestiona los


poderes terrenales pero los usa para su propio beneficio. Esta
tensión entre una ideología de compasión universal desde abajo -la
comunidad de los "sin poder"- y una Iglesia jerárquica que
promueve la compasión universal -pero desde arriba y
discrecionalmente- ha generado enormes tensiones.
Pese a que han tenido lugar conflictos en su seno, las religiones
islámica, hindú y confuciana nunca llegaron al extremo de las
Guerras de Religión; en buena medida esto fue así porque la
contradicción entre su doctrina y su aplicación no era tan profunda
como lo fue en el caso de la cristiandad.
Las civilizaciones china e india proscriben el sacrificio pero no
consideran que las jerarquías impliquen actividad sacrificial
alguna. Para el Islam y el Cristianismo, por el contrario, la negación
del chivo expiatorio es también la lucha por la igualdad; aunque
claro está, estas dos fes aceptan la desigualdad propia de los
poderes terrenales por su utilidad en la creación de un marco social
y político en el cual puede florecer la religión. Se trata de una
igualdad de las almas, pero no de los cuerpos.
La clase social es entonces un impedimento para la igualdad
cristiana o islámica, pero hay otros más: el racismo y el sexis-mo.
El primero ha sido tan agresivo que ha llevado a justificar e
incentivar genocidios; el segundo es una violencia cotidiana pero
generalmente silenciada.
El modelo greco-latino de igualdad, es decir, la igualdad
política, resurgió con las Guerras de Religión. Estas, por su
frecuencia y alcance, obligaron a los reyes y príncipes a recurrir a
mercenarios; pero como no eran confiables, hubo que echar mano
de los campesinos y los habitantes de las ciudades. La infantería
resurgió así en gran escala y con ella, lo hizo también el soldado,
que una vez que regresaba de la batalla, estaba armado y sabía
cuánto lo necesitaban sus amos para mantener su reino. Al igual que
los hoplitas que regresaban de la batalla y exigían nuevos derechos,
los aldeanos y villanos de los siglos xvn al xx

250
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

exigían la conformación de asambleas o la intervención de sus


representantes en el gobierno central.1
Pero este progreso democratizador fue lento, más aún, en la
medida en que avanzaron los belicosos siglos xvn y xvm,2 los
estados e imperios europeos lograron consolidar el absolutismo y no
la democracia. Los reyes prefirieron apoyarse en los líderes locales
para controlar el reino, que incentivar la cohesión nacionalista de las
clases bajas. Esto lo lograron mediante dos procesos simultáneos: la
creación de una casta militar, separada artificialmente del resto de la
sociedad, y el desarme de la gente común.3
La creación de ejércitos profesionales modernos detuvo el
proceso de proliferación de soldados-ciudadanos y con ello,
mantuvo fuerte y legítimo el orden político jerárquico; pero había un
problema: para mantener ejércitos enormes hacían falta mayores
ingresos. El Estado tuvo entonces que incrementar la tributación y
para ello, recurrió a la burguesía. Ésta había mantenido ciertos
privilegios y libertades, al menos en el seno de sus urbes, que en
alguna medida funcionaban como las "ciudades portuarias
comerciales" de la antigüedad.
Al igual que en el ordo medieval, la burguesía comerciante
seguía siendo, en el siglo xvn, un poder intersticial; pero ahora era
más poderosa, debido al auge de la monetización de las relaciones
sociales. El ascenso de la burguesía ocasionó profundos cambios en
cuanto al igualitarismo se refiere: los comerciantes y artesanos
estaban dispuestos a pagar más impuestos, pero sólo a cambio de
mayores libertades y derechos; la gentry inglesa y las guildas y
gremios germanos, por mencionar algunos ejemplos, obtuvieron
importantes avances políticos. Con el ascenso de la burguesía vemos
entonces la combinación del contribuyente-
1
Cfr. Charles Tilly, Coerción, capital y los Estados europeos, 990-1990, trad. Eva Ro
dríguez Halfter, Madrid, Alianza Editorial, 1992 (primera edición en inglés, 1990),
pp. 159-160.
2
Cfr. Ibidem,p. 116.
3
Cfr Ibid., pp. 271-272.

251
Jorge Federico Márquez Muñoz

ciudadano (que exige la igualdad de los cuerpos -al menos la


equiparación entre burgueses y nobles-) y el cristianismo imperial,
que promueve la compasión universal desde arriba.
Para comprender estos pasos, es necesario estudiar los cambios
de paradigma en cuanto al trato con la envidia: la envidia, los
conflictos que produce y el marco institucional y cultural que la
rodea pueden ser abarcados en cuatro categorías: la envidia sacra, la
temible, la banalizada y la ideológica.
Lo que hace distintas radicalmente a la política y sociedad del
Occidente moderno frente a las de otras civilizaciones es su
capacidad de incentivar y manipular la envidia sin provocar
desestabilización. Como resultado de lo anterior, en Occidente se
ha fomentado una competencia que promueve el ingenio y con ello,
las mejoras técnicas y organizacionales.
La competencia ha ocurrido en dos planos. El primero de ellos
es entre los estados, pues la cristiandad no logró, pese a sus
pretensiones imperiales, convertir Europa en una civilización
unipolar. Los intentos de unificación nunca fueron completos y
además fueron efímeros: apenas murió Carlomagno, sus hijos
dividieron el imperio; y el Sacro Imperio Romano siempre tuvo
adversarios poderosos como Francia e Inglaterra.
El segundo plano de competencia es al interior de los Estados
mismos. Aquí tienen lugar las competencias entre las organiza-
ciones subestatales entre sí (partidos, gremios, guildas, iglesias,
poderes locales, clases sociales, etc.) y entre los individuos (en la
corte, en el mercado, en las escuelas, en los monasterios, en los
partidos etc.).

1. Envidia sacra

En el siglo ni, Cipriano, en De los celos y la envidia, describió el


tercer pecado capital como un "gran mal", "una plaga contagiosa",
"un veneno infeccioso de serpiente", "polilla del alma", "po-

252
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

dredumbre del pensamiento", y acusó a Lucifer de ser "culpable de


envidia en contra de Dios". Un siglo más tarde, san Basilio de
Cesárea escribió sus homilías. La onceava se titula De la envidia y la
describe como "el más fatal de los vicios", la "corrupción de la vida",
la "impureza de la naturaleza", lo "contrario a Dios".4 El místico
Evagrio de Pónticos, discípulo de san Basilio, habló en su Praktikos
de los ocho pecados capitales, entre los cuales no incluyó a la
envidia. A finales del siglo vi, el Papa Gregorio realizó su propia
lista, en la cual, en lugar de ocho, eran siete los pecados capitales,
entre los cuales figuraba la envidia.5
En la antigüedad tardía, san Jerónimo, san Agustín, san Juan
Crisóstomo, al igual que santo Tomás de Aquino yjuan de Salisbury
en la Edad Media mantuvieron la convicción de que la envidia
figuraba entre los pecados capitales y, como tal, era de una gravedad
absoluta, pues implicaba una "trasgresión en contra de la ley de
Dios".6 En este sentido, ya en el Renacimiento no era distinto el
punto de vista de fray Luis de Granada,7 Melchor Cano y Miguel
Sabuco.8 En el barroco, los jesuítas siguieron incluyendo a la envidia
en dicha lista.9 Igualmente, en el siglo xvn, los moralistas Espirit
Fleicher y Benito Jerónimo Feijoo hablaron del funesto vicio como
un pecado capital.10 En esa misma tradición, pero ya en el siglo xx,
María Zambrano describió el "círculo de silencio que se traza" en
torno a la envidia.11 Se trata de la envidia personificada en esas
Gorgonas
4
Cfr. Gonzalo Fernández de la Mora, Egalitarian Envy. The Political Foundations of
SocialJustice, Bloomington, iUniverse, 2000, pp. 21 y 22.
5
Cfr. Charles Panati, Sacred Origins ofProfound Things. The Stories Behind the Rites
andRituals ofthe World's Religions, Nueva York, Penguin-Arkana, 1996, pp. 180-181.
6
Cfr. Ibidem, p. 180.
7
"Los ojos [...] son como unas puertas donde desembarcan todas las vanidades
que entran en nuestra ánima; y muchas veces suelen ser ventanas de perdición, por
donde se nos entra la misma muerte". Fray Luis de Granada, Guía de pecadores, ed.
M. Martínez Burgos, Madrid, Espasa-Calpe, 1966, p. 150.
8
Cfr. Gonzalo Fernández de la Mora, op. cit., pp. 34-36.
9
Por ejemplo, aparece en el Tratado sobre los siete pecados mortales. 1551-1552 (ed.
Georges Baudot, México, UNAM, 1996) de Fray Andrés de Olmos.
10
Cfr. Gonzalo Fernández de la Mora, op. cit., pp. 41 y 42.
1
María Zambrano, El hombre y lo divino, México, FCE, 1993 (Iaed., 1955), p. 278.

253
Jorge Federico Márquez Muñoz

cristianizadas que vemos en los amuletos y las gárgolas de las


iglesias; es el diavolo florentino.12
Para el pensamiento cristiano, la envidia es un mal absoluto que
se debe evitar a toda costa, y es con los medios de la religión que se
ha de luchar contra él. Para este fin, las bendiciones y los amuletos
tienen un papel relevante. También se oponen a los pecados
capitales -y así, a la envidia- las virtudes cardinales, que son la
humildad, la gratitud y la generosidad. Éstas contribuyen a que el
individuo se conforme, se adapte al orden establecido y asimile las
diferencias en la dotación de bienes -i.e., felicidad, mercancías...-,
interpretándolas como factores del destino, la naturaleza y la ley
divina, de tal suerte que se vuelven elementos que no provocan
dolor.
El marco moral de la envidia vista como envida sacra, valora los
bienes internos por encima de los externos y privilegia la mediación
mimética externa sobre la interna. En fin, la cultura hace todo lo
posible por evitar que aparezca este mal Pero el contexto social en
el que suele ocurrir este tipo de envidia no contribuye a alcanzar el
objetivo propuesto; por el contrario, es el mundo de las pequeñas
aldeas, los clubes, el regimiento, la vida en la oficina y, sobre todo,
de la familia, donde hay sólidos vínculos con pocas personas y por
lo tanto, los sentimientos son también muy fuertes. El amor es
poderoso, pero también lo es el odio.
Otro elemento que no contribuye a eclipsar la envidia y sus
conflictos es la noción de "lo-limitado-del-bien". Esta noción de la
envidia, que implica cierta visión de la ética, la sociedad y la
economía, es compartida con el confucianismo, el hinduismo y el
islamismo: todas estas civilizaciones comparten la noción del mal
de ojoy la idea de que simplemente no conviene meterse con la
envidia. Todas ellas ofrecen recetas morales similares en su contra:
austeridad, humildad, generosidad y hospitalidad.

12
Cfr. Frederick Thomas Elworthy, TheEvilEye. An Account of this Ancient and
Wide-spread Superstition, Nueva York, Bell Publishing Company, 1989, pp. 229-231.

254
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

2. Envidia temible

La envidia temible surge durante el final de la Edad Media y


prevalece hasta el siglo xvn, aparece en un mundo que cuestiona al
cristianismo y el orden del Medioevo, pero que aún no ha construido
mecanismos sólidos para sustituir a la civilización que pretende
destronar. De las cruzadas a la Guerra de los Treinta años, vemos una
crisis en la cual la envidia desatada convierte en realidad la idea de
que el hombre es el lobo del hombre; la envidia premoderna es tan
destructiva como la sacralizada, pero es un demonio sin el
contrapeso de Dios. Lo que caracteriza a este periodo es el
desencapsulamiento producto de dos fenómenos: 1) el avance del
capitalismo; y 2) la Reforma Protestante. El primero, incentiva la
monetización de las relaciones sociales, lo que a la vez subvierte las
jerarquías tradicionales en tres fases: a) reduce la distancia entre
burgueses y nobles; b) iguala a ambos sectores, es decir, ennoblece a
los burgueses y aburguesa a los nobles;13 y finalmente c) reduce
también la distancia entre la nueva élite y las clases inmediatamente
inferiores, como los pequeños burgueses, artesanos e incluso,
algunos granjeros y campesinos.
Tras el desencapsulamiento, surgió el intento por instaurar un
nuevo orden: el falso holismo o el encapsulamiento artificial. Al
igual que el holismo tradicional, el falso instaurajerarquías, busca
alejar las miradas de envidia ante ciertos objetos; pero la falta de
legitimidad es una diferencia fundamental respecto al
encapsulamiento original: mientras este último es más un fenómeno
cultural que físico, su versión artificial tiene que recurrir al encierro
de las riquezas, la construcción de fortalezas y a los carruajes
cerrados. El encapsulamiento artificial tiende a generar la rabia de
las clases bajas, no su reconocimiento; por

13
Fenómeno claramente visible en la formación de la gentry inglesa: prósperos
terratenientes comerciantes con títulos de nobleza, pero sin antecedentes aristocráticos.

255
Jorge Federico Márquez Muñoz

ello, hace falta una mayor dosis de brutalidad para mantener el


orden en este tipo de sociedades: el orden temible, el poder sin
autoridad.
Por una parte, la Reforma Protestante desautorizó a las jerar-
quías religiosas tradicionales, desacralizó al Papa y a su Iglesia;
además, los católicos también mancharon la reputación de las
nuevas iglesias y sus seguidores. Por otro lado, las Guerras de
Religión produjeron numerosas víctimas entre la nobleza, y fue
necesario sustituir esas bajas con generales y burgueses que
compraron los títulos nobiliarios, se hicieron de sus tierras y
accedieron a cargos importantes en el gobierno y el ejército. Así se
fue destruyendo una tradición que mantenía el orden.
La movilidad social llegó entonces como un "desencantamiento
del mundo", que desacralizaba las jerarquías y las distancias
sociales, producido por la dinámica económica, la crisis de la
religión y la guerra. En segundo lugar, el desencap-sulamiento
apareció como un subproducto de la guerra: las clases bajas
pudieron ascender en la pirámide social por dos vías: la sustitución
de las víctimas de la guerra que ocupaban posiciones elevadas, y
mediante exigencias a las clases altas, a cambio de lealtad durante la
guerra. Al igual que en la Grecia Antigua, los ejércitos del siglo xvn
se des-aristocratizaron, pues la nobleza guerrera no era suficiente
para luchar en tantas y tan prolongadas guerras.
En este periodo comienza el imperialismo de ultramar europeo,
el más extenso que haya visto la humanidad y con tendencias
globalizadoras notables. Dos tipos de violencia se presentan: 1)
entre las potencias, que luchan por los nuevos territorios, los nuevos
botines y los nuevos esclavos; y 2) entre los colonizadores y los
nativos: ésta es la fase de la teoría mercanti-lista, que es el
matrimonio entre los nacientes estados modernos y la economía
imperial, se trata de una teoría que plantea la riqueza del mundo en
términos de lo limitado-del-bien.

256
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

En esta arena de competidores brutales, en la cual los bienes


externos eran más valorados que los internos, no había espacio para
la compasión universal. El celo religioso, político e imperial, en un
marco de escasez, abrió la puerta a una agresividad sin precedentes;
las guerras entre potencias europeas y en contra de los pueblos
conquistados escalaron hasta el genocidio, sobre todo contra los
nativos. Lo anterior, debido a la incapacidad de los pueblos no
europeos de hacer frente al modo occidental de hacer la guerra y
también en vista del racismo de los conquistadores.
Los albores de la modernidad coincidieron con el descubrimiento
europeo del resto del mundo. Este se convirtió en un territorio
idóneo para los misioneros, quienes, siguiendo la máxima "no hay
salvación fuera de la Iglesia", hicieron un enorme esfuerzo por
"salvar" a los "salvajes" de la condena eterna.
Sin menospreciar la generosidad y el heroísmo de cientos de
miles de misioneros cristianos durante los últimos cuatro siglos y
medio, debemos reconocer también que el cristianismo dio apoyo al
colonialismo que se basaba en la conquista violenta, la explotación y
la subyugación. Las excepciones gloriosas, como los jesuitas en
Paraguay y los escritos del dominicano Bartolomé de las Casas en el
siglo xvi tuvieron, generalmente, poca efectividad.
La clave de las ventajas militares e imperiales de Europa en
ultramar fue una combinación de dos factores: 1) las mejoras en la
navegación, derivadas del bloqueo islámico en la ruta hacia India,
que obligó, primero a portugueses y españoles, y después a
holandeses, ingleses y franceses, a mejorar la tecnología de sus
barcos para navegar el Océano Atlántico; y 2) las constantes guerras,
que perfeccionaron las estrategias, tácticas y racionalidad de las
batallas, es decir, el modo occidental de hacer la guerra.
Esta revolución puede sintetizarse en las galeras con cañones.
Los marinos aceptaron sin titubeos la revolución de la pólvora,

257
Jorge Federico Márquez Muñoz

pues las pesadas armas de fuego eran más fáciles de transportar por
mar, que por tierra; pero había, claro está, que resolver el problema
de la amortiguación del disparo.
En terreno firme, el retroceso del cañón se disipa con la reculada
sobre sus dos ruedas en el momento de la descarga; pero en el mar
no se disponía de ese espacio. Si la artillería estaba suelta, el
retroceso dañaba el maderamen y podía abrir un agujero en el casco
o derribar el mástil. Por ello, hubo que sujetar el cañón y
desacelerar el retroceso mediante un mecanismo de freno, o bien,
hubo que trasladarlo a un lugar donde hiciera menos daño. Así, los
capitanes de las galeras pusieron los cañones en la proa, donde los
navios estaban mejor reforzados, y montaron el cañón en una
plataforma que se movía levemente hacía atrás.14
En el siglo xvi, las armadas cristiana y turca lucharon por el
Mediterráneo. Ambos bandos usaban la galera con cañones. El
imperio turco amenazaba a Occidente: ya había tomado
Constantinopla en 1453 y avanzaba por los Balcanes, al tiempo que
controlaba Persia y Egipto. Con el Sultán Selim, el imperio
abarcaba desde el Danubio hasta el Nilo y del Tigris al Adriático.
Su hijo, Soleimán el Magnífico se apoderó de Belgrado (1521),
capturó Rodas (1522), tomó Hungría (1526) y sitió Viena, de-
safiando así, en su capital misma, a los Habsburgo.
Pero los turcos también avanzaban por mar: hacían incursiones
cotidianas en el Adriático y comenzaban a desbordar por el Este al
Imperio Habsburgo, también amenazaban a Venecia y sus
posesiones en el Egeo. En 1538, se conformó una Santa Alianza
entre España, Venecia y los Estados pontificios, bajo la égida del
almirante Andrea Doria, de Genova. Los Estados italianos no sólo
temían el avance otomano, sino también el de los franceses, en ese
entonces aliados de los turcos.
La guerra por el Mediterráneo fue de vaivenes. Los musulmanes
asolaban a los cristianos con sus piratas y habían logrado
14
C/r. John Keegan, op. cit., p. 401.

258
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

ya el control de los Balcanes; pero los Caballeros Hospitalarios,


desde Malta, no les permitían el acceso a la parte occidental del
Mare Nostrum. No fue sino hasta la batalla de Lepanto (1571) que se
decidió el dominio occidental, aunque "más gracias a la enorme
proporción de bajas turcas en su cuerpo de entrenados tiradores con
arco compuesto, que no a la pérdida de barcos".15
Sin embargo, la lucha entre musulmanes y cristianos por el
Mediterráneo fue sólo parcialmente marítima. La mayoría de los
combates fueron una combinación de operaciones terrestres y
marinas. Además, la lucha entre barcos se asemejaba más el choque
entre falanges, que a las batallas entre dos galeras a distancia
mediante cañonazos.
La verdadera revolución de la guerra naval comenzó con los
enfrentamientos entre las potencias europeas convertidas en
imperios transoceánicos. Entre los barcos mismos había una di-
ferencia importante: mientras aquéllos con los que se luchó por el
Mediterráneo tenían aún remos y eran de tamaño mediano, las
galeras con las que se desarrollaron los enfrentamientos en el
Atlántico eran enormes, podían transportar grandes cantidades de
reservas que les permitían viajes largos y contaban con baterías de
artillería en prácticamente todo el navio. La primera gran batalla de
este tipo fue por el Canal de la Mancha, en 1588, cuando los ingleses
derrotaron a la Armada Invencible.
Los españoles, holandeses, portugueses e ingleses contaban con
los mejores barcos de vela de la época. Fue en estas nuevas
fortalezas marinas donde se transportaron los caballos que
aterrorizaron a los aztecas y los incas.
Los barcos de vela con cañones fueron la gran arma de los
aventureros y conquistadores europeos. No obstante, cuando los
portugueses intentaron bloquear la ruta de las especies a los
islámicos con esta nueva máquina de guerra, fracasaron, lo cual se
debió a que los mamelucos llevaron a cabo operaciones anfibias bien
coordinadas y de grandes dimensiones.
15
Ibidem, p. 402.

259
Jorge Federico Márquez Muñoz

De cualquier manera, los portugueses lograron en el siglo xvi la


hegemonía sobre el Océano índico, las Antillas, Filipinas y los
puertos de China. España logró lo mismo en gran parte de América.
Éstos fueron dos imperios basados en las fortalezas marinas.
Muchos de los pueblos con los que se encontraban los europeos
en ultramar no pudieron resistir a sus temibles invasores, quienes
siempre solían exigir derechos comerciales y tierras para instalar
puestos de comercio o colonizarlas. Los indios americanos no
contaban con medios de organización política y militar, ni tampoco
con una tecnología que les diera la posibilidad de competir con los
blancos en el campo de batalla. Los sultanatos de las Indias
Orientales también fueron sometidos con gran facilidad, al igual
que los filipinos, que eran simples agricultores tribales. India
ofreció un poco más de resistencia debido a su elevado grado de
organización, pero los mogoles era unos conquistadores poco
legítimos que no pocas veces fueron traicionados por los hindúes en
favor de los europeos; además, los mogoles no lograron formar una
flota con artillería para defender sus costas.
Pero algunos otros pueblos resistieron: por supuesto, los feroces
otomanos no cayeron presa de este imperialismo -sino hasta el siglo
xx-; algunos reinos costeros africanos, protegidos por una barrera
de enfermedades y alianzas con europeos para el comercio de
esclavos, lograron oponerse a la ola imperialista con alguna
dignidad; Japón también pudo aislarse durante algún tiempo gracias
a su bravura guerrera, a la distancia que le separaba de Europa y a
las dificultades climáticas para los navegantes; China la protegió su
tamaño. Pero el resto del mundo fue una presa fácil.
Los pueblos conquistados y las tierras colonizadas parecían sólo
el escenario sobre el cual se llevaba a cabo un combate entre
imperios europeos por el botín: holandeses, ingleses y portugueses
pelearon en el Indico e India; en Brasil, lucharon

260
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

los holandeses contra los portugueses, pero estos dos rivales se


unieron en el Caribe para enfrentarse contra España; Francia e
Inglaterra también pelearon por Norteamérica, India y África. Gran
cantidad de estos conflictos se decidieron en sangrientas batallas
navales. La determinación con la que luchaban las falanges fue
llevada al mar, en batallas a corta distancia, donde el poder de fuego
de los cañones era más importante que la movilidad.
Si el desencapsulamiento cobró gran brutalidad en la guerra entre
imperios, al menos conocía un límite: el equilibrio de fuerzas, ya
fuera porque un imperio luchara contra otro de proporciones
equiparables, o bien porque losimperios menores se unían en contra
del mayor para evitar'su hegemonía. Pero en muchas ocasiones, los
pueblos jad europeos carecían de la visión geopolítica para hacer
alianzas mayores y tampoco tenían la capacidad organizativa,
técnica y militar para hacer frente a sus feroces invasores.
Casi todas las colonias europeas fueron conquistadas con
violencia, pero no en todas hubo una limpieza criminal posterior. La
primera conquista de gran calado europea en América fue la de los
españoles en México.
En primer lugar, los iberos entraron a las islas del Caribe. Ahí no
hallaron estados organizados y mataron con facilidad a las élites
nativas para después coaccionar y explotar a los nativos en sus
propiedades y minas; obligaron a las mujeres locales a mantener
relaciones sexuales con ellos; su ganado destruyó la vegetación que
alimentaba a los locales; además, los animales importados
transmitieron enfermedades que hicieron estragos en las poblaciones
nativas: se trató de un etnocidio.
Pero en el continente, los españoles se enfrentaron a una
civilización avanzada.

[...] casi un cuarto de millón de personas vivía en las


ciudades-isla gemelas de Tenochtitlán y Tlatelolco. Más de un
millón de mexicas de habla náhuatl de las poblaciones que
rodeaban el lago

261
Jorge Federico Márquez Muñoz

Texcoco eran subditos tributarios del Imperio azteca. Más allá del
valle de México había aún más pueblos que les debían obediencia. El
gran mercado de Tenochtitlán tenía capacidad para 60,000 personas y
la ciudad era más grande que la mayoría de los centros urbanos de
Europa [...] Calzadas de ingeniosa construcción con numerosos
puentes levadizos, un enorme acueducto de piedra, pirámides más
grandes (en volumen) que las de Egipto y flotas de miles de canoas que
surcaban un lago magníficamente aprovechado convertían la isla en
una maravilla arquitectónica y en una fortaleza inexpugnable.
Jardines flotantes, zoológicos de exóticos animales tropicales y una
enorme élite religiosa y política cuyos miembros se engalanaban con
oro, joyas y vistosas plumas intrigaron lo suficiente a los hombres de
Cortés para que jurasen, en algunas narraciones de la época, que no
había en Europa ciudad que pudiera rivalizar con Tenochtitlán en
riqueza, poder, belleza y tamaño. Empero, al cabo de dos años, un
pequeño contingente castellano sin líneas de suministro seguras, no
familiarizado ni con el territorio ni con las costumbres de la zona,
atacado al principio por todos los grupos nativos que encontraba,
víctima de varias enfermedades tropicales y sufriendo por una ali-
mentación que desconocía, enfrentado a las autoridades de Cuba y más
tarde obligado a luchar contra otro contingente castellano enviado para
arrestar a Cortés, derrotó al Imperio azteca, desencadenando una serie
de acontecimientos que aniquilarían a la mayoría de sus habitantes y
arruinarían su majestuosa capital.16

Hernán Cortés reclutó como aliados a algunos grupos indios oprimidos


bajo el poder azteca. Los conquistadores no podrían haber triunfado sobre
Tenochtitlán en dos años, sin el apoyo de sus aliados totonacas y
tlaxcaltecas; no obstante, tampoco estos últimos habrían podido derrotar a
los mexicas sin la ayuda de Cortés. Es decir,
16
Victor Davis Hanson, Matanza y cultura. Batallas decisivas en el auge de la civilización
occidental, trad. Amado Diéguez Rodríguez, México, Fondo de Cultura Económica, 2006
(Iaed. en inglés, 2001), p. 237.

262
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

la valoración del papel de los nativos es cuestión de grado y tiene


que ver con el tiempo y los costes [...] Las decenas de miles de
indios que, como guerreros, porteadores y albañiles, prestaron su
ayuda, alimentaron a Cortés y lucharon a su lado resultaban indis-
pensables en el esfuerzo de los castellanos. Sin su contribución, a
Cortés le habrían hecho falta millares de soldados españoles, de
los que habrían caído varios centenares, y quizá hubiera ne-
cesitado una década o más. No obstante, habría conseguido sus
propósitos aun en el caso de enfrentarse a un México unido sin la
colaboración de los nativos. La conquista española de México,
contra pueblos que no tenían caballos ni conocían la rueda, las
armas de hierro o acero, los barcos transoceánicos, la pólvora, ni
contaban con una larga tradición de asedios científicos, es
paradigmática de un modo de conquista brutal y sistemático que
en ningún otro lugar del Nuevo Mundo precisó [...] de la com-
plicidad de los nativos.17

Los mesoamericanos lucharon contra los aztecas no porque


quisieran a los españoles -durante parte de 1519 y los primeros
meses de 1520, intentaron acabar con ellos-, sino porque éstos eran
-en potencia- un inesperado y poderoso adversario que podía
enfrentarse a otro enemigo aún más temible: Tenochti-tlán. Los
aztecas habían masacrado a las mujeres y niños de sus vecinos, nada
había en ellos cercano a la compasión universal, ni al despliegue de
la conciencia y la moral del autosacrificio desarrollado en China,
India, Medio Oriente y Europa,18 éstas seguían siendo civilizaciones
sacrificiales.19 Asimismo, pese al esplendor de las civilizaciones
mesoamericanas, éstas tuvieron un desarrollo lento de sus fuentes de
poder colectivo, compa-
17
Ibidem, p. 241.
18
Para Julián Jaynes las civilizaciones mesoamericanas e Inca eran aún bicamera-
les. Cfr. Julián Jaynes, El origen de la conciencia en la ruptura de la mente bicameral, trad.
Agustín Barcena, México, Fondo de Cultura Económica, 1987 (Iaed. en inglés, 1976),
p. 161 y sigs.
19
Cfr. Rene Girard, El chivo expiatorio, trad. Joaquín Jordá, Barcelona, Anagrama,
1986 (Iaed. en francés, 1982), p. 79 y sigs.

263
Jorge Federico Márquez Muñoz

rativamente al despliegue europeo.20 Dichas organizaciones


sociales tuvieron un desarrollo dual: por una parte, tenían una
organización autoritaria débil en torno al riego -que provocó mucha
inestabilidad-; y por la otra, extendían redes difusas de intercambio
cultural.
20
Mesoamérica fue una civilización relativamente aislada, que tuvo poco contacto con
Perú. Su tecnología posterior a la neolítica, es muy distinta a la euroasiática.
Podemos distinguir varias fases de liderazgo. En primer lugar, está la olmeca, con sus
centros ceremoniales, su calendario de cuenta larga y una escritura rudimentaria. Tuvo lugar
en la zona baja del Golfo de México y contó con una agricultura aluvial y tropical de roza.
Tenía relaciones comerciales con los pueblos periféricos, muchos de ellos de pescadores.
La civilización olmeca tenía poca densidad demográfica, en ese sentido, es similar a la
Shang. Pero llama la atención que estaba formada por comerciantes natos. Los olmecas
influyeron ideológicamente en gran parte de Mesoamérica, incluso en las tierras altas de
Oaxaca, donde se adoptó su arquitectura, jeroglíficos y calendario. La olmeca era una
civilización extensiva y difusa. Más aún, no llegó a tener un Estado, el enjaulamiento era muy
débil y decayó hacia el 600 a.C.
El imperio heredero de los olmecas fue el de los mayas. Prosperaron en un ambiente con
lluvias tropicales abundantes que no hacían necesaria la agricultura aluvial. Usaron la técnica
de roza, que implica movilidad y por ello, el enjaulamiento y el Estado nunca se desarrollaron
plenamente. Sus ciudades tenían una densidad poblacional muy baja. De cualquier manera,
en el 250 a.C. contaban ya con escritura, calendario y grandes centros urbanos. En
arquitectura, conocían el arco con ménsula.
En el año 900 d.C. la civilización maya decayó, porque su Estado no era lo
suficientemente poderoso para reorganizarse ante el agotamiento de los suelos, las
invasiones y la guerra civil.
El segundo heredero de los olmecas fueron los aztecas, quienes eran hombres de las
marcas. El inicio de su desarrollo fue lento, comenzó en el año mil a.C. y concluyó quinientos
años después. En términos urbanos construyeron dos grandes ciudades, de cincuenta y
sesenta mil habitantes respectivamente. Tenían templos-almacenes al igual que Sumeria.
También compartían con Mesopotamia la complejidad arquitectónica, la jerarquización y los
asentamientos.
La civilización azteca se desarrolló económicamente a partir de la agricultura de regadío
y la minería. Posteriormente, se diversificó gracias al comercio con los
cazadores-recolectores de la periferia. Los mexicas contaban con una escritura jeroglífica y
un calendario.
Por otra parte, en el siglo VI a.C. Teotihuacán era ya una ciudad-estado coercitiva y
permanente de cien mil habitantes, que dominaba a otros estados. Su misterioso declive
ocurrió en el 550 a.C.
Teotihuacán fue suplantada por los toltecas, que venían del norte. Eran militaristas y
hacían sacrificios humanos. Su expansión imperial tenía un efecto paradójico: por una parte,
fortalecía al Estado central y por otra, necesitaba crear "señores de las marcas" para mantener
el control de las zonas conquistadas. Éstos, tenían el mando regional y muchas veces
desafiaban al centro. En ocasiones, incluso derrocaron a los gobernantes imperiales. Cfr.
Michael Mann, Las fuentes del poder social I, op. cit., p. 178 y sigs.

264
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

La civilización mesoamericana duró mil quinientos años y fue


una de las que menor poder colectivo tuvo, su fragilidad se mostró
con la conquista europea: el imperio azteca era una federación
flexible con aliados poco leales, podemos ver las alianzas de los
pueblos indígenas con los europeos como un intento de las primeras
por escapar del enjaulamiento azteca.
Durante el siglo xv, los aztecas habían emprendido una serie de
guerras contra sus vecinos, y como resultado, la mayor parte de los
pueblos mesoamericanos situados entre Tenochtitlán y la costa, y
muy especialmente los tlaxcaltecas, habían quedado bajo un
sometimiento opresivo. Pero esta dominación no iba acompañada de
una integración plena, más aún, el resentimiento y la falta de
integración al Imperio Azteca, provocaron "algunas reacciones de
festividad cuando los mexicas fueron vencidos". Para los
mesoamericanos, un imperio derrotado, así fuera uno local,
representaba "un enemigo menos o, sencillamente, un extraño
pueblo en desgracia que estaba muy lejos de ser amigo".21
La aparición de los españoles convenció a la mayoría de los
subditos del Imperio azteca de que había llegado un pueblo al que no
podían derrotar pero que, al mismo tiempo, parecía capaz de
aniquilar a sus archienemigos, los mexicas, y que estaba en posesión
de ventajas tecnológicas y materiales que le permitirían establecer
una hegemonía duradera sobre todos los nativos de México -como
de manera clarividente advirtieron los defensores aztecas a los
tlaxcaltecas durante los últimos y amargos días del asedio de
Tenochtitlán-.22
Víctor Hanson describe cómo fue que algunos nativos pre-
tendieron usar a Cortés como activo táctico contra los mexicas, pero
no acabaron de comprender el objetivo estratégico de los españoles,
que era:

21
Erwin Rodríguez Díaz, Tiempo fechado. Historia y política en Octavio Paz, México,
Universidad Autónoma de Chiapas, 2006, p. 80.
22
Victor Davis Hanson, op. cit., p. 241.

265
Jorge Federico Márquez Muñoz

la aniquilación del Imperio azteca como condición previa a la anexión


de México como región tributaria del Imperio español. Por ello, se
convirtieron, de forma inconsciente, en peones de una vieja tradición
europea de pensamiento estratégico que era completamente ajena a su
idea de para qué servía una guerra [...] Ni los tlaxcaltecas ni los
mexicas tenían la noción abstracta de que la guerra es el último recurso
y el arbitro final de la política, idea exclusivamente occidental que se
remonta a la amoral observación de Aristóteles, que figura en el primer
libro de su Política, de que el propósito de la guerra siempre es la
adquisición y que, por tanto, es un fenómeno lógico que tiene lugar
cuando un Estado es mucho más fuerte que otro y en consecuencia
pretende de un modo naturalel sometimiento político de su rival
inferior por todos los medios posibles.23

Tras la caída de la capital Azteca, Tenochtitlán, muchos de sus capitanes


fueron ejecutados, pero a otros habitantes se les permitió, de un modo
pacífico, abandonar la ciudad destruida.
La colonización funcionó con el control señorial sobre los nativos, que
hacían los peores y más pesados trabajos; sin embargo, los españoles
habían aprendido de la experiencia del Caribe y, por tanto, en la Nueva
España instituyeron el sistema de encomienda: los colonos no estaban
autorizados a expulsar a los nativos y debían protegerlos, aunque -claro
está- no por ello dejaron de explotarlos.
Debido a que la mayoría de los colonizadores eran hombres, las
mujeres indias no fueron del todo despreciadas. Por el contrario, los
matrimonios mixtos fueron la norma. Los clérigos oficiaron ceremonias
matrimoniales entre nativos y españoles, al igual que lo hacían entre
europeos, y con ello, ayudaron a moderar el régimen.
La conquista se revistió de legitimidad religiosa al involucrar a
clérigos que "salvaban almas" para asimilar a los nativos. Las
25
Ibidem, p. 242.

266
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

élites religiosas eran poderosas en la Corte española y cuando, en


casos de malos tratos a los nativos, los encomenderos eran
denunciados, éstos podían perder su cargo.
Los comandantes españoles usaban a los nativos como instru-
mentos de gobierno y brazos económicos; si éstos se negaban, estaba
el recurso de hacerlos obedecer por la fuerza. Y claro está, para
evitar los peores castigos, los indígenas se asimilaban a la
civilización católica, así fuera sólo superficialmente.
Por otra parte, las élites nativas participaban en las expediciones
militares y con ello recibían encomiendas y títulos nobiliarios, más
aún, sus hijas se casaban con oficiales españoles; asimismo, muchos
nativos llegaron a ser sacerdotes o músicos de las iglesias e incluso
usaban los tribunales para denunciar por alguna irregularidad a los
españoles. La asimilación llegó a tal punto, que los descendientes
tuvieron costumbres y lenguas prácticamente indistinguibles de las
de sus conquistadores.
Los métodos de control de la Colonia fueron muy variados: por
ejemplo, hacia 1800 en la Ciudad de México, los españoles eran el
50 por ciento de la población y por tanto, la gobernaban
directamente; pero en la meseta central y Yucatán, los iberos
llegaban apenas al cuatro por ciento, por lo cual recurrieron al
control indirecto de la población a través de los señores mayas.
No fue sino hasta mediados del siglo xix que el Yucatán me-
ridional y central fue conquistado, lo mismo ocurrió con otros
dominios en Suramérica: hubo periodos de rebelión violenta
seguidos de represión e implantación de un sentido racial de la
pureza de casta; pero a largo plazo, la clase/casta mestiza gobernó a
los indios.
México, Guatemala y Perú vivieron distintas fases de limpieza
étnica, que implicaron el desplazamiento de los indios a la periferia
y en ocasiones, su exterminio; en esta empresa participaron tanto los
blancos como los mestizos. No obstante la brutalidad de esos
momentos, sobrevivieron más nativos que en Norteamérica; la
etnicidad y la clase se entrelazaron, como aún sucede en México y en
gran parte de América Latina.
267
Jorge Federico Márquez Muñoz

La feroz conquista inicial, los saqueos y la explotación laboral


pusieron a los españoles entre los conquistadores más letales de la
historia. En el Valle de México, las enfermedades provocaron más
del 90 por ciento de las bajas del primer siglo de gobierno español,
dejando el escenario de un etnocidio;24 sin embargo, aún había
menos españoles que nativos en casi toda América, por lo cual los
primeros tuvieron que gobernar a través de élites y trabajadores
nativos. Dadas las presiones del gobierno español y la iglesia
católica, el control colonial se moderó.
Es verdad que Cortés convirtió "un mundo nativo dominado por
las tensiones y los conflictos constantes en una guerra de
aniquilación contra el pueblo más poderoso de la historia de
México". Sin embargo, tras "aquella campaña y al cabo de pocos
años, pacificó todo México bajo la autoridad española, una
situación que, aparte de algunas revueltas ocasionales, caracterizó
la historia mexicana desde la caída de Tenochti-tlán en 1521 hasta
la Guerra de Independencia del siglo xix".25
Después de la Conquista de México, Pizarro hizo lo propio ante
los incas; pero éste ganó la guerra aún más fácilmente, con menos
hombres y recursos, aprovechando el conocimiento de la
experiencia de Cortés.26
La civilización inca tiene muchos rasgos en común con los
sumerios, como sus centros ceremoniales en los Andes occiden-
tales, el regadío y el intercambio con los pastores y pescadores. En
el año 1400, lajefatura tribal conquistó al resto de las comunidades;
de ahí consiguió grandes cantidades de trabajo forzado para
construir ciudades, carreteras y regadíos. Era un Estado

24
La viruela, gripe, peste, paperas, tos ferina y sarampión, fueron el más letal de
los regalos que los europeos llevaron a América durante el siglo XVI. Estos males
redujeron considerablemente la población indígena de la Nueva España. Mesoa-
mérica, que tenía cerca de veinticinco millones de habitantes indígenas antes de la
Conquista, medio siglo después tenía solamente dos millones.
25
Victor Davis Hanson, op. cit., p. 239.
26
Cfr. Jared Diamond, Armas, gérmenes y acero. La sociedad humana y sus destinos, trad.
Fabián Chueca, Madrid, Debate, 1998 (Ia. ed. en inglés, 1997), p. 73 y sigs.

268
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

teocrático y centralizado, el imperio se dividía en 40 jefaturas, que


ejercían una meticulosa administración.
Pese a que era un imperio militarista, su organización
civi-lizacional era una federación flexible e inestable que abarcaba
un millón de kilómetros y tres millones de habitantes, pero era más
amplia que el control del Estado. Algunos elementos ideológicos,
como su escritura, el sistema quipu, tenían mucho más alcance que
su capacidad organizacional.
Las peculiaridades de la civilización inca comienzan por el hecho
de que ésta es la única cuyo origen está marcado menos por factores
económicos, que militares. Sus unidades políticas sólo ampliaban su
influencia mediante una cadena de avanzadillas coloniales. Había
poco comercio.
Por su enorme tamaño y la rapidez con que fue construido, el
imperio inca es comparable al zulú, pero es único por su logística de
estados permanentes autoritarios, por sus quince mil kilómetros de
rutas pavimentadas y sus almacenes. Los ejércitos incas usaban toda
esta logística para estar bien informados y abastecidos. Sin embargo,
una vez conquistados los territorios, las poblaciones no eran
controladas desde un centro. El imperio funcionaba como una
federación tribal, débil y, en muchos sentidos, primitiva; por ello
cayeron con tanta rapidez ante Pizarro.27
El orden instaurado en las colonias era una combinación de dos
encapsulamientos artificiales y un pacto con las élites tribales que
contribuyeron al desmembramiento de los imperios precolombinos.
En cuanto a dichos encapsulamientos, se instauró un orden de castas
sin legitimidad que, para perdurar, requería de enormes dosis de
violencia y de la preservación de algunos elementos de la tradición
indígena.28
En cuanto al pacto con las élites locales, se permitió a éstas
mantener el orden caciquil que habían practicado durante si-

27
Cfr. Michael Mann, Las fuentes del poder social, I, op. cit.yp. 184 y sigs.
28
Claro está, eran extirpados el sacrificio humano y el canibalismo.

269
Jorge Federico Márquez Muñoz

glos29 y que contaba ya con un aroma de legitimidad, a cambio de


entregar puntualmente los tributos y mantener el orden.

3. La envidia banalizada: cortesanos y mecanicistas

En buena medida gracias a Thomas Hobbes y a ciertos estadistas


como Mazarino y Richelieu, el mecanicismo triunfó en la política,
pues llamaba a sobreponer el cálculo por encima de las pasiones, el
interés por encima del honor; pero el mecanicismo también tenía
relación con la economía y la ciencia, y fue una medicina de
sensatez para frenar la Guerra de los Treinta Años y la Guerra Civil
Inglesa.
De acuerdo con el mecanicismo, el macrocosmos (la natura-
leza), el mesocosmos (el Estado), y el microcosmos (el individuo)
quedaron reducidos a máquinas; pero se trataba de máquinas que
avanzan hacia el progreso.
La visión del mesocosmos de Thomas Hobbes es característica
del mundo moderno; en ella, la Iglesia está subordinada al Estado.
En ElLeviatán (1651) pueden encontrarse algunas de las más
mordaces denuncias sobre la religión tradicional, el libro es una
exposición filosófica del absolutismo político que reemplaza a la
supremacía de la Iglesia medieval. Los puntos más relevantes de la
posición de Hobbes son: el rechazo filosófico de la realidad de las
sustancias espirituales; las acusaciones del uso del poder religioso
para ganar o mantener el poder político; y la reducción total de todo
poder espiritual y eclesiástico al poder civil bajo el mandatario
absolutista.
La del Leviatán no es una filosofía que separe los poderes del
gobierno, tal y como la encontramos en John Locke, sino que versa
sobre la reducción de todo poder al estatal. Hobbes condena la
violencia hecha en nombre de la religión no porque esté en contra
de la violencia -para el filósofo nada funciona
29
Y en ocasiones incluso se les dotó de nuevas tierras.

270
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

mejor que ésta-, sino porque los actos violentos no deben ser
ejercidos por una autoridad inexistente.
El periodo del absolutismo, que va de 1600 a 1789, se caracteriza
por la creación de estados burocráticos modernos, la unidad jurídica
a través de nuevos códigos de ley y la eliminación gradual de los
derechos feudales, el establecimiento de ejércitos regulares bajo el
mando de los gobernantes, la subordinación de la Iglesia al Estado
con el objetivo de establecer una iglesia nacional, el reemplazo de la
vieja nobleza por una nueva de burócratas dependientes del
gobernante, la conversión de los bienes mobiliarios en la principal
forma de riqueza, el otorgamiento de una mayor importancia los
bancos y el surgimiento de las casas de bolsa, entre otros rasgos.
Junto a todo esto, viene el incremento de dominio del saber secular y
el eclipse de la teología.
John Locke, en su Carta sobre la tolerancia (1689), adapta la
teoría tradicional de las dos espadas -la del poder espiritual y la del
secular- al contexto del absolutismo moderno. Su doctrina es
completamente diferente a la de Hobbes, pues no reduce el poder
espiritual al civil; admite la validez de ambos, pero los define como
esferas, en principio, no conflictivas. Y cuando lleguen a ocurrir
conflictos, la autoridad civil tiene la última palabra. Esta teoría, que
es la base de la mayoría de los Estados modernos y provee el
fundamento de algunos aspectos de la enseñanza política y social del
catolicismo, retira a la Iglesia -y a toda institución espiritual- la
legalidad del uso físico de la violencia. Ésta es quizás la mayor
peculiaridad de la civilización occidental.
Esas dos filosofías son producto del turbulento siglo xvn inglés.
Al inicio, la Corona se enfrentaba a los puritanos y otros radicales, el
mimetismo conflictivo radicalizó también al rey católico y estalló la
guerra civil, la monarquía fue derrotada y se instauró una república
de incendiarios. Oliver Cromwell y sus pirómanos no se
conformaron con abolir el antiguo régimen e

271
Jorge Federico Márquez Muñoz

imponer un programa de reformas puritanas, sino que intentaron


llevar su "revolución de los santos" al continente europeo.
Pero los ingleses, demasiado pragmáticos y ambiciosos, res-
tauraron la monarquía apenas tuvieron oportunidad. Se reabrió así
el camino hacia la modernidad, finalizó el radicalismo y se pusieron
los cimientos de la revolución industrial; para ello fue necesario
impulsar el mecanicismo. De acuerdo con esta cosmovisión,
adoptada por la monarquía restaurada y el parlamento, el ardor de la
emoción fue sustituido por la frialdad del cálculo. Era una filosofía
que contribuía a la banalización de la envidia.30
En cuanto a la economía, el mecanicismo proporcionó una
visión de la naturaleza según la cual ésta era una entidad muerta,
lista para ser usada por el hombre; nada de espíritus en los bosques
o territorios sagrados, ahora todas las cosas del entorno eran materia
prima y tierra para cultivar. El mecanicismo transformó al ser
humano en una máquina pensante y a sus habilidades en fuerza de
trabajo; éste era el tipo de cosmovisión que necesitaba el
capitalismo para triunfar plenamente.
La ciencia con criterios mecanicistas contribuyó a las nociones
de que: 1) la naturaleza está dominada por leyes objetivas y 2) una
vez conocidas éstas, pueden usarse para manipular la materia. Tales
ideas contribuyeron a transformar el armamento,31 la minería, la
agricultura, la administración y muchos otros aspectos de la vida
cotidiana.
El mecanicismo fue un enorme avance en cuanto al poder
colectivo, quienes lo adoptaron más rápido tuvieron considerables
ventajas sobre sus competidores en el comercio y la

30
Durante el siglo XVII los mecanicistas hicieron un gran esfuerzo por cambiar el
paradigma cognoscitivo. El universo, que antes era visto como un ente vivo, con sus metas
propias, en las teorías modernas se convirtió en una colección de materia inerte que se mueve
sin fin ni significado. Ahora la prueba concluyente de la existencia es la cuantificabilidad; no
hay más realidad de un objeto que las partes en las cuales pueda ser descompuesto. La calidad
fue suplantada por la cantidad, el por qué por el cómo.
81
Sobre todo el arma de fuego, los cañones, las fortalezas y los barcos de combate.

272
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

guerra. El mecanicismo y sus herederos -el pensamiento de la


Ilustración escocesa y el liberalismo- hacen una crítica hacia la
autoridad que, en tanto mina los ánimos religiosos, contribuye a
crear un clima de paz social; pero la crítica a la autoridad va más
lejos y llega incluso a desafiar al Estado: el pensamiento moderno es
radical y lleva al hombre a no creer más que en sí mismo. Surge
entonces el problema del individualismo.
El desarrollo de las cortes renacentistas primero, y de barrocas y
absolutistas después, fue también la germinación de la envidia
banalizada a nivel de la corte; a los cálculos militares y capitalistas,
debe agregarse el cálculo político. Según una fórmula ya clásica,
Max Weber destacó dos elementos que contribuyeron a la
centralización del poder estatal: los monopolios, por parte del
monarca y sus allegados, sobre los impuestos y la violencia. Norbert
Elias agregó un monopolio más, el buen gusto: en la medida en que
las cortes fueron acumulando riqueza y poder, las buenas maneras,
cultivadas y perfeccionadas en los centros de poder, se convirtieron
en signo de status.
Los líderes regionales (en parte obligados por la falta de efectivo
para seguir manteniendo a sus cortes y financiar las guerras, en parte
debido al debilitamiento de sus propios ejércitos), dependieron cada
vez más del rey, quien otorgaba mejores préstamos y contaba con
mayores recursos. La necesidad de aproximarse a los monarcas
obligó a los señores feudales, príncipes y nobles a competir por los
favores de aquéllos, de acuerdo con las reglas dictadas por el modelo
de civilización que los mismos monarcas habían adoptado. La
envidia en las cortes ya no sería motivo suficiente para atraer la
barbarie, la civilidad había comenzado a domesticar las pasiones.
Aunque con sus variantes regionales, grosso modola. "envidia
civilizada" contribuyó -entre otras cosas- a la gradual centralización
del poder en los monarcas, que finalmente sometieron a los
príncipes, señores feudales y oligarcas urbanos hacia la unidad:
mientras más se civilizaban los poderes que alguna

273
Jorge Federico Márquez Muñoz

vez habían estado dispersos, mayor era el control del rey; las buenas
maneras eran impuestas en las cortes: el autocontrol de las pasiones
implicaba la aceptación de la superioridad de los monarcas, sus
reglas y modales. Aunque no dejaba de haber envidia en su contra, la
tendencia era sustituir el aojamiento, es decir, las miradas
envidiosas, por la admiración. La mimesis conflictiva desarrollaba
su trama con reglas impuestas desde un centro cada vez más
poderoso.
En el paquete del individualismo hay un elemento perturbador
que parece lanzar a los hombres a un campo de batalla (egoísmo)32,
y otro que parece suavizar la competencia mediante los buenos
modales (narcisismo).33 Ya Burckhardt había detectado que la
fórmula "paciencia hasta que llegue la ocasión", era típica entre los
nobles que buscaban venganza;34 además, mostrar abiertamente la
rivalidad también sería de mal gusto, por lo cual el individualista del
Renacimiento usaba el maleficii o el malie; es decir, la "destrucción
secreta con medios mágicos"; sabemos, por ejemplo, que en esa
época se generó una oleada de "discretos envenenamientos" en las
cortes.35
Las opiniones que sobre política y envidia tenían los filósofos
cortesanos del Renacimiento se vieron magnificadas en las cortes
del siglo XVII. Por ejemplo, en Francia, La Rochefoucauld, un
destacado moralista que estuvo al servicio de Luis xm y Luis xiv,
comentaba: "el egoísmo es el amor que el hombre se tiene a sí
mismo y tiene a cualquier cosa por él mismo [...] Toda la vida de un
hombre no es más que un continuo ejercicio y una fuerte agitación
de esta pasión". Sin duda, su experiencia en
32
Diversos moralistas y filósofos coincidieron en que los mayores defectos morales
del Renacimiento eran el egoísmo y el individualismo. Cfr. Jacob Burckhardt, The
Civilization of the Renaissance in Italy, vol. n, Culemborg, Central Boekhuis, 1990 (Ia
ed. en alemán, 1860), p. 442.
33
Qfr- Jean-Pierre Dupuy, El sacrificio y la envidia. El liberalismo frente a la justicia
social, trad. Juan Gutiérrez y Carlos Alberto Martins, Barcelona, Gedisa, 1998 (Iaed.
en francés, 1992), pp. 205 y 206.
34
Cfr. Jacob Burckhardt, op. cit., p. 432.
35
Ibidem, p. 441.

274
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

las cortes moldeó su opinión: "quien rechaza una alabanza la


primera vez es porque quiere oírla por segunda vez". El mar-
qués consideraba que todo el mundo, en todos los tiempos,
se había comportado como esos envidiosos cortesanos que
él conocía muy bien: "Si meditamos sobre nuestros
pensamientos secretos" -decía-, "hallaremos dentro de
nuestro propio pecho todos esos vicios que condenamos en
los demás y quedaremos en condiciones para juzgar, por
nuestra propia corrupción íntima, la depravación básica de la
humanidad". Sabía muy bien que existían diferencias entre
las formas a través de las cuales se manifestaba el egoísmo:
"todos los hombres son igualmente orgullosos, la única
diferencia es que no todos adoptan los mismos métodos para
mostrarlo".36 El narcisismo podía contener la violencia y
volver sutil la competencia. De hecho, escribió: "La
moderación es causada por el miedo de incitar la envidia",37 y
también afirmó:

[...] el arte de la vida consiste en ocultar nuestro egoísmo lo


suficiente para que no choque con el egoísmo de los demás.
Debemos fingir cierto grado de altruismo. La hipocresía es
una especie de homenaje que el vicio rinde a la virtud. La
amistad no es más que una especie de tráfico en el que el
egoísmo siempre se propone ganar; podemos medir su
sinceridad al ver que no juzgamos del todo desagradables
las desdichas de nuestros amigos. Perdonamos más
fácilmente a quienes nos han ofendido que a quienes nos
han hecho favores por los que tenemos que agradecer. La
sociedad es una guerra de cada uno contra todos.38

36
Cfr. William Durant, La edad de Luis XIV, trad. Miguel Hernani, Buenos
Aires,
Editorial Sudamericana, 1966 (Iaed. en inglés, 1963), pp. 173-174.
37
La Rochefoucauld, "Reflections; or, Sentences and Moral Maxims", trad.
J. W.
Willis Bund y H. Hain Friswell, en Essays on CD. History, Fiction & Theory,
Mass., B &
R Samizdat Express, 2005 (Iaed. en francés, 1678), p. 18.
38
Ibidem; y William Durant, op. cit., p. 174.

275
Jorge Federico Márquez Muñoz

La Rochefoucauld sabía que la vanidad podía hacernos


soportar cualquier derrota; en lugar de mostrar su envidia, el
orgulloso simula estar por encima de la competencia; todo
parece reducirse a un juego de apariencias: "no tanto nos
atormenta el deseo de llegar a ser felices como el de hacer
creer que lo somos", afirmaba en la Máxima 539. Y en El arte
de conocerse a sí mismo escribió: "nuestra alma procura
pasar por dichosa ajuicio de la multitud, para utilizar esta
estimación en engañarse a sí misma". También, al referirse a
la envidia, consideraba que lo más importante era no
mostrarla: "la envidia es una pasión tímida y vergonzosa que
nadie se atreve nunca a confesar" (Máxima 27).
Por su parte, La Bruyére describía a los cortesanos como
aquellos hombres adiestrados para ocultar sus emociones,
tristezas y envidias, para no mostrar la infelicidad en un
mundo en el que, se suponía, gozo y triunfo eran sinónimos:
Hay un país donde las alegrías son visibles pero falsas, y
las penas ocultas pero verdaderas. ¿Quién creería que el
ahínco por los espectáculos, las carcajadas y los aplausos de
Moliere y de Arlequín en los teatros -convites, cacerías,
bailes figurados y justas- encubriese tantas inquietudes,
intereses y cuidados distintos, tantos temores, esperanzas,
pasiones tan vivas y asuntos tan serios?
La vida de la corte es un juego triste, melancólico y que
pide atención: es necesario tomar sus medidas y precisar sus
baterías, formar un plan, seguirlo, estorbar el de su contrario.
aventurarse algunas veces yjugar de capricho, y después de
tantas meditaciones y medidas, unas veces se tendrá jaque y
otras veces mate. En muchas ocasiones, con peones bien
movidos, se entra a dama; y gana la partida el más hábil o el
más afortunadc.

Las ruedas, los resortes y los movimientos están ocultos;


nada se ve en un reloj más que su aguja que,
adelantándose y terminando insensiblemente su carrera,
es una imagen del cortesano, tanto

276
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

más perfecta, cuanto que después de haber andado mucho


vuelve al mismo punto de donde ha partido.39

En España encontramos las opiniones de Francisco de


Que-vedo, también pasó muchos años en las cortes y él
mismo era un aristócrata; creía encontrar, en los vicios de sus
conocidos, los de toda la humanidad: "la envidia [...] es una
enfermedad [que] envenena todas las épocas". En su Virtud
militante contra las cuatro pestes del mundo: envidia, ingratitud,
soberbia y avaricia (1636), afirmaba que "el hombre es
envidioso por naturaleza", y que los seres humanos se han
organizado en "poblaciones de envidiosos", "repúblicas de
envidiosos", etcétera.
Pero el cuadro se complica cuando Quevedo considera
que "quien no desea ser envidiado no desea ser un hombre".
Aquí, el filósofo pone de manifiesto su trágica condición: que
reconoce el mal y que nada puede hacer para evitarlo. Este
agudo observador de sus contemporáneos también logró
explicar la naturaleza mimética del deseo: "se envidia al
dichoso, no a la dicha"; "nadie envidia los tesoros en el fondo
del mar, pero sí la pepita de oro, aunque esté en la mano de
un mendigo"; afirmaba, a diferencia de Miguel Sabuco, que
los "perros padecen de envidia", pues se "contagian" de los
seres humanos.40
También en la España del siglo xvn, Baltasar Gracián, un
implacable observador de la vida en las cortes, conoció los
peligros de la envidia y recomendó no provocarla, ni
demostrarla. Aconsejó "nunca competir":

La rivalidad descubre los defectos que la cortesía había


olvidado [...] El calor de la rivalidad aviva o resucita las
infamias muertas, desentierra pasados y antepasados
trapos sucios. La competencia se inicia con la exposición
de defectos [...] A menudo, aunque

39
Jean de la Bruyére, Los caracteres, trad. Luis R. Cuéllar, México, UNAM,
1998 (Ia
ed. en francés, 1688), pp. 162-163.
40
Cfr. Gonzalo Fernández de la Mora, op. cü., p. 37.

277
Jorge Federico Márquez Muñoz

las ofensas no tengan ninguna utilidad, sirven para


satisfacer vilmente la venganza. Ésta golpea de tal modo
que hace salir los defectos del polvo del olvido. La
benevolencia siempre fue pacífica y benévola la
reputación.41

Gracián despreciaba al "sabelotodo" y recomendaba:

Evitar las victorias sobre el jefe. Toda derrota es odiosa, y si es


sobre el jefe o es necia o es fatal. Siempre fue odiada la
superioridad, y más por los superiores. La cautela suele
encubrir las ventajas más comunes, como disimular la
belleza con el desaliño. Será fácil hallar quien quiera
ceder en éxito y en carácter, pero no en inteligencia, y
mucho menos un superior. Es éste el atributo del rey y por
eso cualquier crimen contra él fue de lesa majestad. Ellos
son poderosos y quieren serlo en lo más importante. A los
príncipes les gusta ser ayudados, pero no excedidos, y es
mejor que el aviso tenga visos de recuerdo de lo que
olvidaba en vez de ser luz de lo que no se alcanzó. Los
astros, con acierto, nos enseñan esta sutileza, pues
aunque son hijos brillantes, nunca compiten con los
lucimientos del sol.42

Es muy importante "no singularizarse demasiado" -pensaba-;


es decir, no destacar, pues esto "nos hace odiosos" y
provoca envidia; ésta a la vez desencadena con rapidez la
venganza de los envidiosos. Para no mostrar nuestra
envidia, Gracián aconsejaba "no ser murmurador", no
levantar "antifamas"; es adecuado "elogiar a los ausentes".43
Con todo, los políticos se enfrentaban y oponían unos a
otros, como siempre. Ya no era la ciega fortuna la que daba a
cada quien su lugar, sino la inteligencia. Quien mejor
observara

41
Baltasar Gracián y Morales, El arte de la prudencia. Oráculo manual, ed. José
Ignacio
Diez Fernández, México, s.e., 1996, p. 66.
42
Ibidem, p. 4.
43
Cfr. Ibid., pp. 69,129,132 y 188.

278
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

los modales y más ingenio mostrara podía convertirse en el


favorito del rey. Sin duda, esta situación ya se había
presentado anteriormente, pero en el siglo xvn, con la
consolidación del absolutismo, se radicalizó. Joseph Addison,
al igual que muchos otros escritores, ofreció una fórmula para
el éxito: "Tolerar los humores de los demás; concordar con
aquellos con los que conversa; no contradecir a nadie; nunca
asumirse superior a los demás. Esta es la forma más simple
para ganar aplausos sin despertar envidia".44
Como la suerte estaba en manos de los propios
cortesanos, el fracaso era insoportable, pero más doloroso
aún era ver al triunfador que había ascendido por sus propios
medios. Se lamentaba más el éxito del favorito que las fallas
de uno mismo. La única forma de volver soportable al
"favorito" era conjeturar que el fracaso y el éxito eran producto
de una conspiración: los peores habían ganado porque se
habían unido. La Bruyére comentó al respecto: "si no se
toman precauciones contra los lazos que en la corte se
tienden para poner en ridículo, admira verse engañado por
hoipbres más tontos que uno mismo".45 El motor era la
envidia.
La teoría de la conspiración ofrecía una explicación en-
vidiosa de las derrotas y los triunfos, y tenía dos ventajas: no
desinflaba el ego de los cortesanos y, al mismo tiempo,
ofrecía una disculpa por sus fallas. Muy probablemente, por
contradictorio que parezca, ayudó a muchos nobles a atenuar
la envidia o, para decirlo con Gracián, a "torear el toro de la
envidia".46
La sociedad de las cortes estaba pensada en el marco de
la conspiración; era un mundo en el que los hombres
"desconfían de unos y de otros; se ocultan, se aislan, envidian
las cosas de

44
Joseph Addison, "Good Nature", en Richard Seltzer (comp.), World History and
Literature - From the Middle Ages through the 18th Century, West Roxbury, Mass., B
&R
Samizdat Express, 2005 (Iaed., aprox., 1700-1704).
45
Jean de la Bruyére, op. cit., p. 168.
46
Remo Bodei, Geometría de las pasiones. Miedo, esperanza, felicidad, filosofía y
uso
político, México, Fondo de Cultura Económica, 1995, p. 145.

279
Jorge Federico Márquez Muñoz

menor importancia, y a todos temen mientras de todos son


temidos. Huyen de la luz".47

Tú debes -le decía Luis xiv a su hijo- distribuir tu confianza


en muchos. La envidia de uno sirve de acicate a las
ambiciones de los demás. Pero aunque ellos se odien,
tienen, sin embargo, también intereses comunes y pueden,
por tanto, ponerse de acuerdo para engañar a su señor.
Por consiguiente, éste debe recabar también
informaciones por fuera del círculo íntimo de su consejo y
mantener una relación duradera con aquellos hombres
que disponen en el Estado de noticias importantes.48

Bossuet, importante consejero de Luis xiv, conocía muy bien


el valor de la conspiración; él mismo había defendido al
monarca y, a pesar de ser un clérigo católico, "creía ver por
doquier en sus acciones un amor propio disfrazado de
virtud".49
En Francia, para mantenerse, el rey "domesticaba" a los
nobles, mientras la nobleza de toga y los burgueses ricos se
oponían al poder absoluto del monarca. Todo el siglo xvn
francés registró esta confrontación.
En medio de ese conflicto, Saint-Simón narró cómo se
manipulaba la envidia. Describió una escena en la cual el
duque de Orléans y el guardián de los sellos reales le
solicitaron ir al Palais Royal. Con temor, el filósofo cortesano
se presentó y sintió gran alivio cuando se enteró de que la
reunión no se había organizado para conspirar, sino
simplemente para conversar sobre banalidades.50 Pero, ¿en
realidad los cortesanos manipulaban la envidia o ésta los
manipulaba a ellos? La expresión "la

47
Fénelon, Aventuras de Telémaco, libro XXIV, p. 516.
48
Norbert Elias, La sociedad cortesana, trad. Guillermo Hirata, México, FCE, 1996
a
(I ed. en alemán, 1969), pp. 175-176.
49
Cfr. F. B. Kaye, "Notas", Nota sobre la frase "Vicios privados, beneficios
públicos",
p. 289.
50
Cfr. Saint-Simón, The Memoirs ofLouis XIV, His Court and The Regency,
trad. Bayle
St. John, en www.gutenberg.net(consulta: 2003) (Iaed., 1829), cap. XCIV.

280
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

envidia lo urgió a", que podemos encontrar en las Memorias


de Saint-Simón, nos muestra la ambigüedad de esta
cuestión.51
Las escenas en las cuales los nobles, e incluso el rey,
toman decisiones para sacar de quicio a sus rivales, son
numerosas. Por ejemplo leemos sobre Luis xiv seleccionando
a sus ministros para "excitar la envidia" de algunos
cortesanos y dividir a los partidos rivales.52
Como se mencionó, la envidia producto del individualismo
se atenúa gracias al narcisismo: ¿cómo admitir que
envidiamos al otro, sin dañar nuestra propia imagen? ¿cómo
llevar a cabo actos envidiosos, sin aceptar nuestra
inferioridad?
La fe en el Yo fue el segundo fenómeno que debilitó la obe-
diencia hacia las formas tradicionales de autoridad -el primero
fue el mecanicismo-; el individualismo reclama la lealtad a uno
mismo, antes que a cualquier otra instancia, aunque desata
igualmente la ambición y la envidia; el hombre ama al dinero
antes que a sus congéneres. En un mundo en el cual las
viejas solidaridades están desgastadas, el dinero se convierte
en factor de estabilidad psicológica y dominio, en un Objeto
Transicio-nal. El individuo, atemorizado por un mundo que le
parece hostil, desordenado y cruel, se santifica a sí mismo: se
construye entonces la mentalidad burguesa que equipara la
libertad a la propiedad. La primera de las propiedades es la
vida misma del sujeto; pero hay otras propiedades, como la
tierra y el dinero.
El amor a la propiedad se convierte entonces en el asidero
de los hombres que viven en una época posterior al ordo. El
crecimiento de las ciudades enfría las relaciones humanas; el
anonimato y la soledad apartan al individuo del ciclo de la
envidia. La prosperidad hace también su papel: se supera la
noción de que aquello que enriquece a uno empobrece al
otro, y gana terreno la idea de que la riqueza se produce, se
crea. La envidia se banaliza.
51
Cfr Ibidem, cap. CVIII.
52
Cfr. Ibid., cap. IX.

281
Jorge Federico Márquez Muñoz

El individualista de la modernidad puede aceptar el


fatalismo de la naturaleza -la vejez, la muerte, la
enfermedad- y de las condiciones que considera más allá del
alcance humano -la crisis estructural del capitalismo o las
catástrofes naturales-, pero no tolera que otro hombre le
arranque su riqueza. No obstante, el gobierno moderno
necesita crecer, en primer lugar, porque está amenazado.
Las naciones se envidian unas a otras, pelean por territorios,
riqueza u orgullo. Desde el punto de vista de la política
interna, la rivalidad geopolítica es un factor positivo, pues
permite crear chivos expiatorios y desviar las miradas
envidiosas hacia el exterior; pero desde el punto de vista del
individuo, implica sacrificios (las guerras, por ejemplo,
siempre van acompañadas de aumentos en los impuestos).
En principio, la guerra se acepta porque es necesaria
-siempre se convence al pueblo de que fue el enemigo quien
nos obligó a declararla-; es decir, las conflagraciones son
vistas como sucesos fatales. Se hace entonces el sacrificio
de la propiedad, y quizá incluso se entregue a la piedra
sacrificial del dios Polemos, a los propios hijos.
Hasta aquí hay un equilibrio: en condiciones especiales,
los individuos, pese a que tienen lealtades divididas,
sacrifican parte de su riqueza para que el Estado sobreviva;
porque sin él, el resto de la propiedad no está garantizada. El
patriotismo nubla temporalmente las otras lealtades.
Sin embargo, la rivalidad permanente entre las naciones
es muy poderosa y los gobernantes no quieren perder: el
ciclo de la envidia los lleva a luchar más allá de sus propias
capacidades, los reyes solicitan préstamos al exterior para
derrotar a sus enemigos. Aquí se rompe el equilibrio. El
sacrificio de los propios subditos durante el conflicto no es
suficiente: una vez concluida la guerra, se exige que los altos
impuestos continúen, ahora para pagar a los acreedores;
pero sin el trasfondo patriótico, la recaudación se complica.
Comienza entonces una negociación: los individuos pagan
impuestos pero quieren derechos:

282
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

si el Estado desea una relación directa con ellos, piden que se


elimine la "antigua corrupción", es decir, los privilegios de los
líderes locales que dicen representarlos. Así es como
comienza entonces, aunque gradualmente, la ampliación de
la base electoral, la transformación de los subditos en
ciudadanos.
En la medida en que el sufragio se amplía, los agitadores
juegan un papel más importante: son los maestros de la pro-
paganda masiva. De tal suerte que, en la segunda mitad del
siglo xix, dominan ya los impuestos progresivos, niveladores;
hay entonces un programa de justicia social que compite con
el individualismo. ¿Más impuestos o más individualismo?,
¿más Estado o más mercado?: éstos son los dilemas del
mundo moderno; ¿a quién atender primero: al individualismo
envidioso o al igualitarismo envidioso?, ¿es posible equilibrar
las demandas de liberales y socialistas?

4. La envidia banalizada del economicismo

Para los filósofos-cortesanos y posteriormente para los


filósofos terrenales (después conocidos como los padres de
la economía moderna53), la envidia ya no se piensa como un
mal absoluto, sino como una pasión que, bien canalizada,
puede ser de utilidad a la sociedad. En sus discursos, se trata
de "enfriar a las pasiones", de "racionalizar a la envidia" para
que al final, en lugar de un pecado incontrolable, sea
simplemente un vicio ma-nipulable. Pasamos pues, de la
envidia que es mal de ojo, siempre malvada, a la envidia
como una simple pasión que funciona en la maquinaria
humana. Es el momento también, por supuesto, en el que se
modifica la noción del cuerpo: el mecanicismo de Galileo
sustituye a la teoría humoral de Galeno.
Ni para Frangois La Rochefoucauld, ni para Bernard
Mande-ville, la envidia tiene que ver con lo sagrado; ya está
banalizada,
53
Como Bernard de Mandeville y, posteriormente, Adam Smith.

283
Jorge Federico Márquez Muñoz

es una cuestión meramente social y psicológica. El discurso


de los filósofos cortesanos no pretende describir a una
sociedad entera, sino la vida en las cortes; no ofrece una
explicación sobre la envidia y sus relaciones con la sociedad y
la política; en cambio, intenta ofrecer consejos individuales
para la convivencia con los nobles. El de los filósofos
terrenales es un discurso distinto: su alcance es general,
pues pretende explicar los mecanismos de cohesión y
mantenimiento del orden social. En ambos casos, la envidia
es manejable; ya no es un pecado, sino una emoción y, como
tal, entra en el juego de las "pasiones políticas". ¿Qué
sucedió con la envidia?, ¿cómo y por qué perdió su
gravedad?, ¿de qué manera dejó de ser un hierro ardiente
que nos puede quemar, para convertirse en un hierro frío,
poderoso y capaz de lastimar, pero que al menos puede ser
cogido por una mano?, ¿hay algo en el proceso de
modernización que contribuye a enfriar las pasiones?
Norbert Elias avanzó mucho en la respuesta a esta última
pregunta. Sin duda, el "proceso de civilización", comenzado
justamente en las cortes, implica el refinamiento de los
modales, la creciente importancia del buen gusto y la buena
imagen, la autocontención de las pasiones y el dominio del
cálculo sobre las emociones, factores que contribuyen a
enfriar la envidia, a banalizarla.
Otras explicaciones las podemos encontrar en el modo de
concebir la riqueza, el crecimiento urbano y la complejización
social. Primero, veamos el argumento de la riqueza. En la
medida en que el pensamiento económico estaba
entremezclado con el moral y el político, no se pensó en la
riqueza en términos distintos a la
idea-de-lo-limitado-del-bien. De Aristóteles al mercantilismo,
no encontramos la superación de esta noción; pero una vez
que comenzó su emancipación, con Bernard de Mandeville y
Adam Smith, la noción de producción comenzó a
modificarse: para ellos, la búsqueda de la riqueza ya no era
condenable; por el contrario, en la medida en que el egoísmo
canalizado a través del mercado dominara la conducta de los
hombres, habría progreso.

284
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

¿Qué hizo posible esta transformación en la concepción de la


riqueza? Veamos una explicación antropológica:

los braceros que regresan [a la aldea campesina] [...] no


son criticados o atacados por haber adquirido su riqueza,
pues es claro que su buena fortuna ha sido a expensas de
una villa sólo en el grado en que la obtención de un
permiso para trabajar pudo haber privado a otro de la
oportunidad de ir. Los braceros, pueden a su regreso
gastar libremente su dinero en mejorar sus casas, en ropa,
radios o camionetas, porque la fuente de la mejoría de en su
bienestar es perfectamente conocida.54

Es decir, la noción de que la riqueza se trae de afuera hace


soportables las desigualdades entre el grupo, pues no se
quitó nada a nadie de la comunidad. Este argumento muestra
que la noción de la igualdad y la compasión no está extendida
a los "externos", a quienes es fácil "monstrificar" o
simplemente de quienes podemos ignorar su dolor. Werner
Sombart ha detallado cómo es que el comercio entre los
"iguales" -es decir, entre las naciones occidentales- desde el
siglo xv y hasta el xix era de naturaleza muy distinta al
comercio de los europeos entre sí y entre cualquiera de éstos
y un "pueblo atrasado": en el primer caso, se intentaba ajustar
los intercambios al "dulce comercio"; y en el segundo, el
saqueo seguía siendo la norma.55
Si revisamos el contexto en el cual Mandeville y Smith
escribieron sus obras, nos encontramos con las siguientes
coincidencias: ambos vivieron en ciudades portuarias que
prosperaban con el comercio exterior, la idea de que la
riqueza había sido obtenida más allá de las fronteras atenuó
la envidia hacia los ricos de Amsterdam y Londres. Cabe
entonces preguntarse:
54
George Foster, Tzintzuntzan. Los campesinos mexicanos en un mundo en
cambio, trad.
Porfirio Martínez, México, FCE, 1987 (Iaed. en inglés, 1967), p. 144.
55
Cfr. Werner Sombart, El burgués. Contribución a la historia espiritual del
hombre eco
nómico moderno, trad. María Pilar Lorenzo, Madrid, Alianza, 1977 (Iaed. en
alemán,
1913), p. 83ysigs.

285
Jorge Federico Márquez Muñoz

¿las sociedades comerciantes son más propensas a


soportar las desigualdades?, en realidad la descripción de
Shakespeare en el Mercader de Venecia nos muestra que no
es el caso. Además de la prosperidad, debe haber otra
condición.
Es conveniente tomar otro elemento, ahora de la
sociología, el cual nos dice que las sociedades comerciantes
por sí mismas no son más propensas a soportar las
desigualdades, pero sí lo son cuando se combinan con la
complejidad de la vida urbana. Emile Durkheim describió
cómo, en la medida en que una sociedad se hacía más
grande, surgía mayor especialización y la división social del
trabajo se profundizaba. La consecuencia de este fenómeno
era el debilitamiento de las afinidades, de las creencias
comunes y por supuesto, el enfriamiento de las relaciones
sociales y, las pasiones, es decir, aparecía la banali-zación
de la envidia.56
Por otra parte, Max Weber describió un proceso dual,
ocurrido a lo largo de la historia de la ciudad occidental: la
igualación de los individuos en tanto se desacralizan las
autoridades, y la creación de una burocracia reguladora de
las relaciones sociales bajo la égida de la despersonalización
del poder. El de la burocracia es un poder que no contempla
la venganza ni el amor, que se ejerce con base en los
criterios de la eficacia y no de las emociones. El primer
proceso implica el acercamiento entre los ciudadanos, es
decir, incentiva la distancia de la envidia; el segundo llevaría
al exceso de acercamiento, la desaparición de la distancia y
la automatización de los individuos.
En la medida en que el crecimiento de la ciudad va
des-acralizando al poder, los individuos comienzan a
igualarse y a lanzarse miradas envidiosas. Es la ciudad
inestable del Renacimiento, los conflictos son brutales
porque se aspira a la igualdad y no hay condiciones legales
para otorgarla. Para superar la premodernidad, es necesario
crear un derecho que se aplique universalmente y sea
impersonalmente impartido;
56
Cfr. Raymond Aron, op. ciL, p. 23 y sigs.

286
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

los primeros avances de este derecho comienzan con el


Estado absolutista, en el cual los reyes dan mucha
importancia a los juristas para contrarrestar a las aristocracias
locales, defensoras de sus propios privilegios; en la medida en
que construye una burocracia robusta, el Estado moderno
consigue también imponer un derecho cada vez más
igualitario. Mientras más igualdad existe, más cerca de la
modernidad se está y más estable es la sociedad, porque se
percibe como justa, llega a tal punto la ilusión de la justicia,
que los individuos suelen perder el interés en la política: ya
nada hay qué hacer, es el reino de la indolencia, de la
indiferencia.57
Georg Simmel caracterizó a la vida urbana moderna como
aquélla en la cual los hombres tienen innumerables contactos
con gran cantidad de personas. Esta situación lleva a no
prestar atención más que a muy pocos individuos, las
posibilidades de socializar son tantas que uno termina ya no
socializando, el efecto de la multitud es crear personalidades
que están mejor en el aislamiento. La ciudad moderna enfría
los vínculos sociales, positivos y negativos: no amamos ni
odiamos profundamente a nadie; aunque, claro está, solemos
crear subgrupos al interior de las ciudades que nos permiten
mantener un contacto cálido con unos cuantos.
En la familia, el club o la escuela, encontramos personas
afines a las que casi sacralizamos -en su calidad de madres,
hermanos, amigos, amantes, etc.-, con ellos intentamos
romper el hielo de las relaciones anónimas de la ciudad
moderna. Pero el del subgrupo es un mundo arriesgado,
donde las emociones se acumulan y la envidia vuelve a
sacralizarse; por ello, en esos contextos debemos
comportarnos con un código de honor parecido al del mundo
tradicional: valorar los bienes internos por encima de los
externos, ser humildes y generosos. En la medida
57
Cfr. Max Weber, Economía y sociedad. Esbozo de sociología comprensiva,
trad.José Medina Echavarría, Juan Roura Parella, Eduardo García Máynez, Eugenio
ímaz, José Ferrater Mora, México, Fondo de Cultura Económica, 1969 (Iaed. en
español, 1944; Iaed. en alemán, 1922), p. 959 y sigs.

287
Jorge Federico Márquez Muñoz

en que estos subgrupos no respeten los códigos morales,


surge la anarquía, la competencia y la envidia.58
En los círculos referidos, pese a que se convive en un
marco general de modernidad que banaliza la envidia, los
vínculos entre las personas tienden a plantearse de acuerdo
a los criterios de la envidia sacra: la moralidad y los bienes
internos se intensifican.
La cortesía en el interior de los pequeños círculos
adquiere el carácter de un dispositivo para contener la
envidia sagrada; pero en el mundo del mercado hay además
otros mecanismos económicos que vuelven inofensivo el
desencapsulamiento: la indiferencia, la monetización y la
simpatía envidiosa.
Respecto a la indiferencia, se puede comenzar con la
pregunta ¿qué da a la sociedad moderna la capacidad, no
sólo de resistir, sino también de alimentar y exacerbar el
fenómeno de la mimesis conflictiva? Dumouchel y Dupuy
respondieron: la economía, en cuyo corazón yace la
exterioridad de los terceros.

Esta configuración es contemporánea al debilitamiento


generalizado del sistema de prohibiciones y obligaciones
de solidaridad [...] Una vez que los lazos de solidaridad [...]
se han marchitado, la intensificación de las rivalidades
miméticas deja de polarizarse en contra de una sola
víctima sacrificial para superar la crisis. La gente está más
fascinada que nunca por sus dobles, a los que envidian,
pero estas rivalidades no abruman el total del espacio
social. Los terceros están demasiado atrapados en sus
propias fascinaciones, y por ello, son capaces de sentirse
externos a las rivalidades de los otros. En éstas, ellos no
tienen que tomar partido y pueden ver con claridad la
verdad de la violencia, es decir, su reciprocidad. Nada, más
que su odio, divide a un rival de otro. Al menos ellos ven
esta verdad en donde otros están afectados, aun si son
incapaces de verla en ellos mismos.

58
Cfr. Georg Simmel, op. ciLyp. 21 y sigs.

288
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

La gente se mantiene como un tercero, un agente externo


ante los conflictos de los demás. Debido a que todos evaden sus
obligaciones de solidaridad, pues están demasiado distraídos
con sus fascinaciones privadas, nadie pone atención a los
perdedores producidos por los antagonismos de los otros. El
orden económico es la construcción social de la indiferencia por
la infelicidad de los demás. En este mundo no es la relación entre
rivales la que está marcada por la mayor violencia, sino la
relación de cada uno de ellos con los otros, es decir, la relación
con los terceros. Es la negación de los terceros para apoyar a los
perdedores -mucho más que los golpes que reciben de los
ganadores- lo que sanciona su derrota y la transforma en una
59
sentencia de muerte social y a veces incluso física.

Por su parte, Dumouchel analizó en los siguientes términos la


revolución industrial del siglo xvm en Inglaterra y la resultante
reorganización de la propiedad de la tierra:

De la exclusión de los terceros por el peso de los dobles


-situación propia de la tradición liberal- la situación social y
económica de Inglaterra durante el periodo que preludia la
revolución industrial, es un ejemplo privilegiado. Implica la
disolución sistemática de las comunidades y villas, herederas de
la Edad Media. El episodio es bien conocido. El movimiento de
los cercamientos, una vasta empresa en la que fueron cerrados
a las comunidades los campos abiertos y los comunales,
ocurrido entre los siglos xv y xix, transformó la vida de las
60
comunidades y el paisaje de la campiña inglesa.

59
Jean-Pierre Dupuy, "Rodeo y sacrificio: Illich y Girard", trad. Jorge
Márquez
Muñoz, en Jorge Márquez Muñoz (comp.), El otro titán: Iván Illich, México,
Editorial
Tomo, 2003, pp. 164-165.
60
Cfr. Jean-Pierre Dupuy y Paul Dumouchel, Lenfer des Choses. Rene
Girard et la
Logique de VÉconomie, París, Editions du Seuil, 1979, p. 239.

289
Jorge Federico Márquez Muñoz

Más adelante continúa: "La expulsión de terceros de las


tierras comunales es el resultado de las rivalidades entre los
cercadores. Las expulsiones se acompañan de la
indiferencia, el abandono de las obligaciones tradicionales
de solidaridad bajo el signo de la racionalidad
instrumental".61
Encontramos aquí, por una parte, la envidia entre
competidores y, por otra, el esquema de la indiferencia.
Vemos, así, la rivalidad exacerbada entre los dobles -en este
caso, los cercadores o los burgueses- y, por otro lado, la
indiferencia, que evita la rivalidad endémica. Como en el
mundo moderno lo sagrado pierde su valor redentor, la
exteriorización de los terceros adquiere un papel relevante. Al
no poder sacralizar ni a los objetos ni a las personas, al no
poder construir chivos expiatorios, las sociedades
capitalistas recurren a un nuevo mecanismo social: la
indiferencia. Y el cultivo de la indiferencia lleva también al de
la banalización de las pasiones.
A la indiferencia un mecanismo antiguo, pero que sigue
funcionando en el mundo moderno, agreguemos la
repulsión.62 Debido a que la competencia hace vulnerable la
posición social, surge la ansiedad por el status, una forma de
enmascararla y controlarla de ésta es el orgullo de clase. Así
como en India unas castas consideran repulsivo lo que hacen
las demás (y así no piensan nunca en envidiarlas); en el
mundo moderno, las clases altas consideran repulsivas a las
clases bajas. Pero hay una diferencia fundamental: mientras
que én las sociedades jerarquizadas, las castas bajas
también sienten repugnancia por las castas elevadas; en la
modernidad, los pobres sienten admiración o envidia por las
clases altas.
Además de la competencia causada por la fascinación de
los dobles y la indiferencia hacia los terceros, Dupuy
describe un mecanismo adicional para contener la envidia
del mundo moderno:

61
Cfr. Ibidem, p. 246.
62
Cfr. Georg Simmel, op. cit, p. 18.

290
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

La economía (moderna) es ciertamente el lugar de la


guerra de todos contra todos, quizás el campo de batalla
más violento que jamás haya existido; no obstante, también
sirve como un aspersor que canaliza el sobreflujo de
energías miméticas y previene que el reservorio de
antagonismos explote de manera destructiva [...] En el
universo de las mercancías, la imitación del deseo del Otro
no necesariamente provoca una competencia frontal. El
conflicto directo se puede evitar mediante un movimiento
lateral. Resulta suficiente para que el Sujeto supere los
tormentos de la envidia, obtener el equivalente del objeto
poseído o deseado por el Otro. Cuando los objetos se
convierten en mercancías, se vuelven conmensurables.63

La envidia por las mercancías es la envidia banalizada; es en-


démica, pero menos funesta que la sacralizada.
Según Dumouchel, la envidia se resuelve de dos formas:
mediante una implosión que polariza la violencia hacia un
chivo expiatorio, y mediante una explosión que disgrega la
presión del deseo sobre diversos objetos equivalentes. El
primero es el método comúnmente adoptado por las
tradiciones que aceptan el sacrificio, y el segundo es el
método practicado por las sociedades modernas; una vez
más, la envidia prohibida se distingue de la envidia superflua,
promovida.
Respecto a la simpatía envidiosa, vale la pena retomar la
teoría smithiana sobre el teatro, que es una alusión a la vida
social. En primer lugar, en La teoría de los sentimientos
morales, encontramos que la simpatía es "la constatación de
la coincidencia de los sentimientos entre el espectador y el
actor". Cuando decimos que aprobamos, "es lo mismo que
decir que simpatizamos; o también, cuando nos libramos al
ejercicio de imaginación que consiste en ponerse en el lugar
del otro, aunque permaneciendo eñ cierto sentido siendo
nosotros mismos, percibimos un

63
Jean-Pierre Dupuy y Paul Dumouchel, op. cit., p. 113.

291
Jorge Federico Márquez Muñoz

acuerdo entre los sentimientos que experimentamos y los de


aquel que observamos".64
Adam Smith introduce un elemento adicional: "el placer de
la simpatía recíproca", es decir, "el acuerdo de los
sentimientos es agradable, tanto para el espectador como
para el actor. A decir verdad es uno de los principales
placeres de la existencia".65
Como el actor sabe acerca de estas cosas, desea la
simpatía del espectador. Para ello adapta sus propios
sentimientos a los del público, ensaya imaginado lo que el
auditorio sentiría, se coloca en el lugar de ellos y desarrolla
así un sentimiento de compasión, un man within que, claro
está, se basa en que ha visto con anterioridad a otros
públicos, de quienes a su vez imagina, por lo que ve, cómo
se sienten {man without). Y aunque, en primera instancia, es
el actor quien imita al espectador, los roles se intercambian
permanentemente.
A partir de este acto de imaginación en dos partes, el
sujeto encuentra la auto-aprobación, que suele confundirse
con la aprobación de los demás; se trata de poner a
funcionar las neuronas espejo, el actor está ante dos
tribunales: el de uno mismo y el de los otros. La ambigüedad
y el contagio están presentes, pues uno termina creyendo,
acerca de uno mismo, lo que los otros creen.
Para Smith, de todas las pasiones morales, la más
potente es el self-love, el interés que se muestra por uno
mismo; sin embargo, las acciones motivadas por esta pasión
no están privadas de valor moral. Y esto, debido a que el
self-love sólo puede vencerse con más self-love.
El amor propio puede derivar en un egoísmo grosero, pero
también convertirse en un egoísmo refinado. Cuando com-
prendemos que el ser humano es imitativo, que está
expuesto al contagio, entonces buscamos hacer felices a los
demás y esperamos contagiarnos de su alegría, pues

64
Jean-Pierre Dupuy, El sacrificio y la envidia, op. cit, p. 99.
65
Ibidem, p. 99.

292
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

no se ama uno a sí mismo, sino en la medida en que los


otros nos aman. El amor de sí {self-lové) coincide con la
búsqueda del amor de los otros. Extraña inversión del
mensaje evangélico, si reflexionamos bien sobre ello.
Smith escribe de manera precisa: La primera máxima del
cristianismo es amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos;
igualmente, el gran precepto de la naturaleza es no amarnos a
nosotros mismos más de lo que amamos a nuestro prójimo, o, lo que
viene a ser lo mismo, como nuestro prójimo sea capaz de amarnos
[...] El amor de sí toma la forma de autocontrol, que consiste
en controlar sus pasiones con el fin de mantenerlas en el
nivel más susceptible de ganar la simpatía del espectador
imparcial.66

En la esfera social, específicamente en la sociedad


capitalista, Smith encuentra que las riquezas no son en sí una
fuente de satisfacción, sino que se convierten en ello en tanto

tienen la propiedad de atraer sobre su posesor la simpatía


de aquellos que están en la miseria. Estos últimos se
equivocan atribuyendo a la fortuna virtudes que no posee.
Pero es porque se equivocan y porque la codician por lo
que finalmente no se equivocan. La fortuna tiene las virtudes
que se le atribuyen y precisamente porque se le han
atribuido. Este timo, que no es más que una nueva
variación sobre el tema de la simpatía, va a revelarse sin
embargo necesario en la conservación y en el progreso de
la sociedad, aunque no sin un costo grave para la armonía
social.67

Sin embargo, si bien la exhibición de la riqueza contribuye a la


admiración, en ocasiones parece más prudente esconder la
fortuna que mostrarla.

El miedo a envidia explica esta reserva. La envidia es lo que


impide a la simpatía jugar su rol armonizador. La envidia es
lo contrario
66
Ibid., p. 106.
67
ídem.

293
Jorge Federico Márquez Muñoz

de la simpatía, puesto que tiende a la oposición de los


68
sentimientos y no a su concordancia.

Smith resuelve esta contradicción definiendo las necesidades y


llamando a la justicia social:

la riqueza y la grandeza son simples perifollos o fruslerías de una


utilidad frivola, no más adaptada para satisfacer el confort del cuerpo
o la tranquilidad del espíritu que el maletín de un buhonero [...] Lo
menos que se puede decir es que nuestro economista no se
hace ilusiones con el tipo de interés que lleva a los hombres a la
mejora de su condición. El argumento se desarrolla en dos
tiempos. En el primero, vemos a los hombres engañándose a sí
mismos. Creen perseguir la utilidad, cuando buscan
insistentemente la admiración de los otros. Es la añagaza que
pone en marcha y conserva en continuo movimiento la industria
de los hombres [...] En el segundo tiempo las riquezas
acumuladas por los poderosos, prisioneros de su infinito deseo,
no guardan medida alguna en común con sus necesidades
reales. El excedente no puede sino ser redistribuido entre a la
masa de pobres, cuya suerte se hace así más grata que si
tuvieran que contar con la justicia o la humanidad de los más
69
ricos.

Para que exista simpatía envidiosa, debemos ser espejos de los


otros y los otros deben ser nuestros espejos; sin embargo, hay
espejos que no vemos (la indiferencia) y eso implica una dosis de
violencia (Le. contra los pobres de otras naciones o contra los
pobres encerrados en sus guetos); también hay espejos que,
aunque los vemos, son opacos y por tanto, no nos identificamos
con ellos (i.e. el racismo o el clasismo).
Los espejos que no vemos y los espejos opacos son nuestra
forma de sacrificar, de no llevar a las últimas consecuencias la
compasión universal.

68
Ibidem, p. 107.
69
Ibid., pp. 114-115.

294
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

El problema de la indiferencia ya lo abordamos al


mencionar la exteriorización de los terceros, y respecto a los
espejos opacos, consideremos que, ya en Smith, la simpática
sociedad comercial sólo podía tener lugar ahí donde se
hubiera alcanzado un grado elevado de civilidad. De hecho, la
opacidad consiste justamente en nuestra incapacidad de
identificarnos con el otro por considerarlo "atrasado",
"salvaje", "sucio", "subdesarrollado", etc.
Hay dos actitudes de los "civilizados" ante los "salvajes":
éstos están ahí para ser utilizados, explotados o eliminados; o
bien, están ahí para que los civilicemos. La segunda opción
es la elegida por Smith y los liberales, incluso por las
Naciones Unidas en la actualidad. Es una meta que para
algunos ha resultado muy violenta, pues el intento por
modernizar y civilizar a miles de millones de personas ha
contribuido a incrementar sus expectativas, a desestructurar
su orden tradicional y a instaurar, en la mayoría de los casos,
el régimen de la envidia temible. Sólo en pocas ocasiones se
ha dado lugar a la envidia banalizada.
De todos modos, los intentos por instaurar el liberalismo en
las sociedades tradicionales han resultado menos violentos
que los intentos de eliminarlas. Cuando estos últimos surgen,
aparece la envidia ideológica.

5. Envidia ideológica

La envidia ideológica aparece en dos contextos: donde la


envidia temible ha sustituido a la envidia sacra y las
expectativas van en aumento pero los medios para
satisfacerlas no; y ahí donde ya está establecida la envidia
banalizada, pero la maquinaria política y económica entran en
crisis; claro está, esta crisis puede ser real o simulada, pero si
su simulación es suficientemente buena, puede entonces
convertirse, por contagio, en una crisis real. Las crisis
simuladas, en las democracias, suelen estar inducidas por los
militantes de los partidos derrotados en la última elección;

295
Jorge Federico Márquez Muñoz

por el contrario, en las democracias liberales, el bando


ganador generalmente buscará construir las condiciones
para la envidia banalizada, e incluso cuando haya una crisis
real, simulará que están bien.
Respecto al caso en el cual se da la des-estructuración de
los mecanismos tradicionales para contener la envidia, pero
aún no se han formado las condiciones para la envidia
banalizada, vimos cómo, en China, la revolución fue muy
violenta y estuvo desatada por la des-estructuración del
orden tradicional, al tiempo que la espiral de las necesidades
iba en ascenso; no había, pues, métodos confucianos ni
modernos para luchar contra la envidia. Comenzó entonces
una larga guerra que sólo terminó cuando uno de los grupos
pudo adquirir la fuerza suficiente para mantener un orden
basado en la violencia.
A propósito del segundo contexto, en el que aparece la
envidia ideológica, ésta se encuentra relacionada con la
historia moderna de Occidente. Dado que la envidia
banalizada florece donde los mediadores son más efímeros,
donde el sujeto que desea sustituye rápidamente a sus
modelos, no puede odiarlos realmente; sin embargo, esta
situación, que en apariencia conlleva directamente a la
estabilidad social -sin odios profundos, no hay conflictos
graves-, implica un peligro: el individuo es más influenciable
que nunca y así como puede estar dominado por la
indiferencia durante largos periodos, hace falta tan sólo que
se le inyecte una dosis de entusiasmo para que empiece a
destruir. Aunque pueda rápidamente olvidar sus odios; éstos,
cuando son manipulados con rapidez hacia una dirección
genocida, pueden traer consecuencias desastrosas; aparece
aquí la "envidia ideológica". A lo largo del siglo xvm, los
filósofos no sólo conciben que la envidia se ha banalizado y
puede ser manipulada, sino que comienzan a manipularla
ellos mismos: en la medida en que dejan de ser consejeros
de las élites y empiezan a ganar independencia, despotrican
contra la aristocracia, sienten envidia por ella y denuncian las
injusticias del establishment.

296
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

Los filósofos juegan papeles distintos. En algunos casos


son "críticos responsables", es decir, sus textos pretenden
contribuir a reformar las instituciones para que permanezcan;
son promotores de la banalización de la envidia y enemigos
de la envidia ideológica, a la que tachan de radicalismo
innecesario; pero en otros momentos, los intelectuales
proclaman críticas radicales, anuncian la destrucción del
orden y la emergencia de un mundo cuyas reglas serán
totalmente distintas a las existentes.
La envidia ideológica es un intento por volver a poner la
envidia en el centro de la política, por darle nuevamente la
gravedad que había perdido al banalizarse. Esta envidia
tendrá sus consecuencias más radicales a finales del siglo
xvm y durante los siglos xix, xx y lo que va del xxi.
La primera modernidad constituye un modelo protoliberal,
mandevilliano-smithiano que vuelve a la envidia superficial,
manipulable y ventajosa para el bien público. La Holanda de
los comerciantes hizo de la competencia un asunto poco
peligroso para la sociedad. Este camino fue seguido por los
ingleses y los estadounidenses, quienes impulsaron un orden
mercantil, como el holandés, pero fortalecido con la
construcción de un Estado fuerte. Los Países Bajos habrían
podido constituirse, por sí mismos, en un modelo a seguir de
no haber sido por la geopolítica. Holanda no está aislada y,
aunque resolvió muy bien algunas guerras, en general nunca
fue lo suficientemente fuerte para evitar las peores
catástrofes. Luis xv, Napoleón y Hitler le hicieron ver su
suerte. Holanda siempre ha dependido de sus aliados para
sobrevivir.70
El otro extremo son los estados sumamente fortalecidos, que
terminan por avasallar las libertades de los individuos e inhibir
los mercados. El primer experimento de semejante proyecto
fue el gobierno del Terror, instaurado por los jacobinos.
Este experimento surgió de la envidia que provocó una
gran desilusión: la humillación de ser vencidos por sus
archienemi-
70
Ya en el siglo XVIII, vemos muy extendida la holandofobia por toda Europa.

297
Jorge. Federico Márquez Muñoz

gos, los ingleses, yjusto después de haber adquirido la


confianza de unos triunfos que los hacían sentir invencibles.
En primer lugar, están los éxitos militares de la Francia
absolutista; sobre todo, destaca la victoria de la Guerra de los
Treinta Años.71
Los éxitos de Richelieu tuvieron dos consecuencias para
el orden internacional: en primer lugar, Francia, lejos de
mantener el equilibrio de la paz de Westfalia, buscó
engrandecerse aún más. Luis xiv, heredero arrogante de los
triunfos de su nación, intentó convertirla en un superpoder; el
egoísmo desbordado sustituyó a los cuidadosos cálculos del
cardenal y la hubris de los franceses los convirtió en el
pueblo odiado. Europa
71
"La Guerra de los Treinta Años comenzó como un conflicto religioso. El entu-
siasmo que los credos generaron se esfumó con la muerte, el hambre y la confusión.
Al final, entre las élites europeas, la religión ya no era una guía confiable. El meca-
nicismo había tomado ese lugar."
"Al mismo tiempo que en las cortes el cinismo de los moralistas y el
mecanicismo de los científicos se convertían en las cosmovisiones de las élites
estatales -cortesana i o burocráticas-para planificar y regularlas relaciones políticas,
en la política intei-nacional apareció el concepto raison d'étal. Y así, el criterio de una
moral universal fue sustituido por el del interés nacional. El sistema internacional
comenzó a ser visto como una reproducción del estado de naturaleza hobbesiano,
en el cual, lo único que detiene las ambiciones de cada Estado, es el temor a ser
eliminado porlos enemigo i Así como en las cortes surgió el concepto del narcisismo
que evita las consecuencia i más salvajes de la envidia individualista, en las
relaciones internacionales apareoó la noción del equilibrio de poder; traspasar su
umbral era invitar a la anarquía."
"[...] Francia fue la gran azuzadora del conflicto en el nuevo orden internacional,
nunca vaciló en explotar las rivalidades que la Reforma Protestante provocó entre
sus vecinos."
"[...] Fernando II, el emperador Habsburgo al que se enfrentó Richelieu, aún
creía que la unidad del cristianismo era posible. Era un hombre de principios. Paia
él, el Estado existía para servir a Dios. El francés triunfó."
"El objetivo de Richelieu era poner fin a lo que él consideraba el cerco de
Francia, agotar a los Habsburgo e impedir el surgimiento de una gran potencia en
las fronteras de Francia [...] Su única norma para hacer alianzas fue que sirvieran a
los intereses de Francia, y esto hizo al principio con los Estados protestantes, y nás
adelante, incluso con el Imperio otomano musulmán. Para agotar a los beligerantes
y prolongar la guerra, Richelieu subsidió a los enemigos de sus enemigos, sobornó,
fomentó insurrecciones y puso enjuego una extraordinaria variedad de argumem os
dinásticos y jurídicos [...]"
"[Por otra parte] Richelieu temió a una Europa central unificada e impidió :ue se
realizara. Es muy probable que haya aplazado en unos dos siglos la unificación de
Alemania". Henry Kissinger, op. cit., p. 60.

298
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

comenzó a ver a Francia como una amenaza y las más


diversas naciones no vacilaron en aliarse en torno al enemigo
común.
La segunda consecuencia está relacionada con el
mimetismo: una vez probado que el concepto de razón de
Estado resultaba de mayor utilidad para triunfar en la guerra
que las viejas nociones del ordo cristiano, las demás naciones
comenzaron a sustituir el honor por el interés. Francia perdió
la ventaja de ser la nación calculadora.
La combinación de los dos elementos señalados generó el
equilibrio de poderes. Pero los estadistas no se propusieron
crear dicho sistema, sino que éste surgió como un hecho
incidental. Es el deseo de ver arruinado al enemigo, de no
permitir que el otro crezca demasiado, de poner en su lugar a
quien busca excederse la que genera, inconscientemente, el
equilibrio de poderes.

el equilibrio rara vez surge de un designio consciente. Por


lo general es resultado del proceso de frustrar el intento de
un país determinado por gobernar, así como el equilibrio
europeo del poder brotó del esfuerzo por contener a
Francia.72

Esto no fue distinto en el siglo xvm, cuando "los príncipes de


Europa entablaron innumerables guerras sin que haya la
menor prueba de que la intención consciente fuera aplicar
algún concepto general de orden internacional".73
Los primeros éxitos de las nociones calculadoras de la
política internacional, es decir, del interés nacional y la razón
de Estado, se debieron a que Francia recurrió a estos
conceptos ante enemigos que aún no los utilizaban; pero
cuando todos los actores del sistema internacional los
conocieron, las primeras ventajas se redujeron. Comenzó
entonces una lógica perversa según la cual parecía que el
menos escrupuloso sería quien más oportunidades tendría de
triunfar.
72
Ibidem, p. 62.
73
Ibid., p. 63.

299
Jorge Federico Márquez Muñoz

Durante el siglo xvm, Francia e Inglaterra se enfrentaron


en tres ocasiones: en la Guerra de Sucesión Austriaca, en la
de los Siete Años y en la de Independencia de las Trece
Colonias. No fueron simples guerras entre naciones, sino
entre grupos de países alineados, y avanzaron más allá del
territorio europeo, fueron guerras mundiales muy costosas.
Francia perdió dos de estas guerras. Éste fue sólo el
primero de los grandes fracasos del absolutismo, que
llevaron finalmente a la caída de la monarquía. La mayor de
las fallas estuvo en el sistema de recaudación fiscal, que a la
vez se relaciona con su modelo de gobierno.74
Entre la burguesía, la nobleza y algunas secciones del
clero, el individualismo envidioso estaba muy extendido, por
lo tanto, cobrar impuestos se volvió un asunto muy
complicado; pero el gobierno estaba en bancarrota. Se
intentaron acuerdos con la nobleza para hacer una reforma
fiscal; pero ninguno de ellos implicaba un intercambio de
impuestos por representación política,75 hasta que llegó la
idea de convocar a los Estados Generales. Ahí, el monarca
perdió el control y comenzó el ascenso de los líderes
incendiarios.
Gradualmente los revolucionarios más radicales fueron
ganando terreno y finalmente llegaron al poder, instauraron
el Terror e hicieron reaccionar a los miembros del antiguo
régi-
74
El poder del absolutismo francés era en realidad muy limitado. El monarca
nece
sitaba, para recaudar impuestos, movilizar ejércitos o llevar a cabo grandes
proyectos
políticos, también le eran necesarios los líderes locales, generalmente algunos
miembros
de la nobleza y el clero. Pero éstos, no estaban incluidos en el gobierno ni en
la corte.
Ofrecían su lealtad a cambio de sus privilegios, que les permitía no pagar
impuestos ni
rendir cuentas puntuales a las autoridades centrales. Se trataba del modelo
de lealtad
por exclusión. Esto tenía dos consecuencias: al no pertenecer al gobierno,
los notables
no alcanzaban a ver la importancia de los proyectos nacionales; y al derivar su
lealtad
de los privilegios, no estaban dispuestos a aceptar un alza en los impuestos,
pues eso
significaría para ellos, renunciar al único beneficio con el que contaban a
cambio de
nada. Cfr. Michael Mann, Las fuentes del poder social, II, trad. Pepa Linares,
Madrid,
Alianza Universidad, 1997 (Iaed. en inglés, 1993), p. 236 y sigs.
75
Cfr. Simón Schama, Ciudadanos. Crónica de la Revolución Francesa, trad.
Aníbal
Leal, Buenos Aires, Javier Vergara Editor, 1990 (Iaed. en inglés, 1989), p. 94 y
sigs.

300
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

men en el exilio, los emigres. Las potencias europeas,


defensoras del antiguo régimen, temieron la exportación de la
revolución y comenzaron una guerra contra los franceses.
Francia tenía algunas ventajas: el tamaño de su ejército, el
sentimiento nacionalista y la expectativa de los oficiales de
que lograrían ascensos según los méritos y no según su
alcurnia.76 Las victorias comenzaron en 1792 y duraron hasta
que Napoleón decidió abrir más frentes simultáneos en
lugares tan distantes como España y Rusia.77
Napoleón es el prototipo del titán moderno; poderoso,
valiente, inteligente. Pero de todas estas virtudes tenía menos
de lo que él creía, quería desbordar las dimensiones
humanas, rehacer el mundo. Bajo de estatura, provinciano, de
una familia noble venida a menos, esnob y sin capacidad de
autocrítica, Napoleón llegó a las alturas y descendió hasta el
infierno en unos cuantos años, cambió el mapa de Europa y
levantó expectativas a las que millones de europeos ya nunca
renunciarían, aunque sólo vieron muy lentamente cómo se
satisfacían.
Pero lo que triunfó en Europa tras la derrota de Napoleón,
no fueron las potencias liberales -Inglaterra se distanció y no
buscó influir en la política del continente-, triunfó entonces la
Restauración: un intento por regresar al pasado absolutista,
sin tomar en cuenta que el principal modelo del absolutismo
-el francés- había fracasado. Se impuso entonces lo que
Louis Dumont llamó el falso holismo, que implica imponer,
sobre una
76
Los revolucionarios franceses encontraron inspiración suficiente para
combatir
en su deseo por ver completado el ciclo de la envidia. Consideraban que
habían sido
injustamente tratados por la monarquía, que durante siglos los había
humillado.
Véase por ejemplo El tercer estado de Siéyes. Había entonces que quitarle el
poder. En
segundo lugar, consideraron que el Luis xvi intentó burlarse de ellos. Por
fortuna para
ellos, fue capturado en Varennes. Había entonces que quitarle la vida. Y
finalmente,
las potencias extranjeras los estaban atacando ¡por haber acabado con esa
fuente
inagotable de injusticias, el antiguo régimen! Así es que la declaración de
guerra del
duque de Brunswick dio a los revolucionarios motivos suficientes para
comenzar una
larga guerra. En todos estos acontecimientos vemos cómo los franceses,
llevados de
la mano por su gobierno revolucionario, termina humillando al humillador.
77
Cfr. Michael Mann, Las fuentes del poder social, II, op. cü., p. 278ysigs.

301
Jorge Federico Márquez Muñoz

población que ya se asume individualista, la noción de que


debe anteponer los intereses del Todo a los suyos propios.
En principio, parecería ser un holismo insoportable y que
requeriría de una gran dosis de represión para mantener el
orden; pero la realidad fue distinta, las reacciones variaron de
grupo en grupo.
Los burgueses, en teoría los principales agraviados con la
Restauración, en lugar de indignarse, buscaron convertirse
en nobles. Es como si los franceses hubieran descubierto los
beneficios de lo ocurrido en Inglaterra desde el siglo xvn, es
decir, los beneficios del ennoblecimiento masivo de la alta
burguesía. En vez de inconformarse con la pérdida de
libertades, la burguesía se contentó con el esnobismo de
poseer un título nobiliario.78
Pero la baja burguesía, compuesta sobre todo de
artesanos y pequeños comerciantes, sí se mostró indignada.
A ella hubo que reprimirla en la revuelta de 1830 y después,
en la de 1848. Sin embargo, esta clase nunca se alió con los
pobres y ni siquiera creó organizaciones sólidas para
resistirse al poder de los nuevos monarcas.79
De cualquier manera, cada vez se hace más fácil obtener
un título nobiliario. Es verdad que aún en 1848, el gobierno
está dominado por la nobleza, pero ésta es muy abierta y
representa también a los burgueses.
Algunos aristócratas de viejo cuño se convirtieron en los
amos del momento. Metternich representa a esa generación
de políticos prometeicos, que buscan mantener el orden a
toda costa. A partir del Congreso de Viena, insistió en el
problema de la legitimidad. No admitía que el nuevo orden
debía ser liberal; pero comprendía que el régimen de la
Restauración era suma-

78
Cfr. AJ. Tudesq, "Las supervivencias del Antiguo Régimen: la nobleza en la
sociedad francesa de la primera mitad del siglo XIX", D. Roche y C. E. Labrousse
(coordinan), Órdenes, estamentos y clases, trad. Pilar López Mañez México, Siglo
XXI,
1978 (Iaed. en francés, 1973), p. 247-248.
79
La baja nobleza está representada por Sorel en Rojo y negro de Stendhal. El
personaje es un romántico que se siente indignado por la Restauración y anhela el
regreso de Napoleón.

302
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

mente frágil,80 ya que era un proyecto titánico, moderno, que


partía de la idea de que un puñado de hombres podía cambiar
el mundo, así fuera para regresarlo a una supuesta edad
dorada.
En el siglo xx, a los Estados fortalecidos que avasallan la
libertad individual se les llamó totalitarios. En este caso, los
efectos destructores de la envidia fueron contenidos mediante
la creación de enemigos externos, el reparto de la riqueza
entre la élite estatal y partidista, la propaganda, el terror y la
eliminación de cualquier oposición organizada. En términos
geopolíticos, los líderes totalitarios fueron afectados por la
falsa imagen que se hicieron de sí mismos: atrapados en su
propia retórica, creyeron que sus estados eran más
poderosos que lo que en realidad eran y tuvieron una política
exterior demasiado activa, más de lo que sus economías
podían resistir. Estos regímenes no crearon riqueza suficiente
para mantener los altos gastos estatales, así es que se
endeudaron y tuvieron enormes tasas inflacionarias. El
combustible de estos regímenes fue un nacionalismo
envidioso y agresivo.
El primero de estos regímenes fue la Unión Soviética, los
líderes bolcheviques afirmaban inspirarse en los jacobinos.81
Las raíces de la Revolución Rusa pueden fincarse en tres
factores: el primero se encuentra en el movimiento burgués,
que al pedir la igualdad -de ellos frente a los nobles-, cultivó
una ideología igualitarista. La envidia del burgués al noble fue
imitada por las clases bajas: pequeña burguesía, granjeros,
artesanos y proletarios, se tomaron en serio la máxima de la
búsqueda de la igualdad. El burgués lucha por la igualdad civil
de los hombres, pero no tolera una política que pretenda
igualar la propiedad. De aquí surgió, sobre todo en Inglaterra
y Francia,

80
Cfr. Henry Kissinger, Un Mundo Restaurado. La política del
conservadurismo en una
época revolucionaria, trad. Eduardo L. Suárez, México, Fondo de Cultura
Económica,
1973 (Iaed. en inglés, 1964), p. 23 y sigs.
81
Cfr. Francois Furet, "Historiografía de la Revolución Francesa", trad. Julián
Meza,
Vuelta, no. 160, México, marzo de 1990, p. 9.

303
Jorge Federico Márquez Muñoz

un movimiento, que pronto fue imitado en toda Europa, en


contra del burgués.82
El segundo origen de la Revolución de 1917 está
relacionado con la situación misma de Rusia, el régimen más
represivo de la Europa del siglo xix. La tradición
patrimonialista, el gobierno mediante el terror y la ausencia
de una tradición burguesa hicieron impermeables de la
influencia jacobina a los gobiernos zaristas. Napoleón llegó a
Moscú pero fue derrotado, ahí nunca fue visto como un
liberador, sino como un imperialista; no tuvo tiempo de
instaurar el Código Civil entre los rusos y por tanto, tampoco
tuvo oportunidad de tentarlos con el proceso de
ciudadanización.83 El individualismo envidioso nunca logró
trascender las cortes para formar mercados.
El tercer factor detonante se relaciona con el papel de los
activistas en el periodo zarista, a finales del siglo xix, un
grupo de radicales rusos, influidos por el anarquismo, el
socialismo y el comunismo, comenzaron una campaña en
contra del zarismo; el contraste entre las ideas
revolucionarias y su precaria situación política, los convirtió
en una resistencia furiosa. Aprendieron a organizarse como
grupos clandestinos, a actuar en las sombras, a vivir en
medio de grandes esperanzas e ilusiones para hacer
soportable su mísera situación. De estos grupos salieron,
llenos de furia, Lenin, Stalin, Trotsky y muchos otros.84
Heredaron el resentimiento de Bakunin, Proudhon y los
demás

82
Cfr. Fracois Furet, El Pasado de una ilusión. Ensayo sobre la idea comunista
en el siglo
XX, trad. de Mónica Utrilla, México, FCE, 1996 (Iaed. en francés, 1995), p. 20.
83
Cfr. Richard Pipes, Propiedad y libertad. Dos conceptos inseparables a lo
largo de la
historia, trad. Josefina de Diego, México, FCE, 2002 (Iaed. en inglés, 1999), p.
213.
84
En la Asamblea del Gobierno Provisional, la heredera de la Duma durante
1917,
los aguerridos bolcheviques, a pesar de ser una minoría -contaban con 105 de
los 822
delegados- se hacían notar: haber vivido como una secta clandestina,
perseguida,
haber sufrido de arrestos, creer en su condición de "elegidos", les había
infundido
el talante suficiente para hacer frente a una mayoría moderada de
mencheviques.
Cuando Lenin ofrecía sus discursos ante la Asamblea, se comportaba "como
una fiera
enjaulada, entornando los ojos como si se regocijara con la imagen de 50
capitalistas
llevados por las calles en jaulas", comentó un periodista. Cfr. Robert T. Elson,
El
Preludio de la Guerra I, trad. de Daniel Laks, Barcelona, Time-Life, 1995, p. 51.

304
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

ideólogos igualitaristas, pero especialmente importantes


fueron las ideas de Marx, que ofrecía muchas ventajas.85
En primer lugar la filosofía marxista tocaba el ego de
aquellos que consideraban que el mundo no les hacía justicia:
la suya es una doctrina que afirma que el mundo va a cambiar.
Marx habló de la transición de la "igualdad burguesa al
comunismo"; según él, el reformismo burgués es una cuestión
"jurídica", incapaz de modificar la "realidad económica", por
ello desdeñaba las concesiones burguesas como forma de
mejorar la sociedad.86 Desde su pensamiento se ofrecía una
máscara a los envidiosos, que les permitía expresar su
rencor, sin admitir que se trataba de una baja pasión.87

85
Los socialistas condenaban los antagonismos destructivos y la anarquía
del
capitalismo. Creían que el pueblo podía aprender a trabajar el uno para el otro
en
lugar de hacerlo uno contra otro. No obstante, al mismo tiempo, aún en los
concep
tos de Saint-Simón y Owen, había otro lado de su socialismo, el lado que las
críticas
capitalistas señalan que albergan los gérmenes del totalitarismo. Ambos
creían que
una pequeña élite, debía concentrar el poder. Según Owen: "la sociedad
debería ser
cuidada, como los médicos más avanzados gobiernan y tratan a sus pacientes
en los
mejores hospitales para lunáticos".
Pero a mediados del siglo xix el socialismo dejó de ser un episodio pintoresco
de lunáticos que se creían psiquiatras. Entre los obreros se divulgaba una
teoría sobre su condición: eran desposeídos porque los ricos les habían
robado. Curiosamente, quien difundió con más éxito este punto de vista, fue
un hombre que jamás puso un pie en una fábrica ni se dedicó a trabajos
manuales. Karl Marx, un intelectual que se casó con una prusiana de la clase
alta y que casi siempre fue mantenido por sus amigos, dedicó gran parte de su
vida a realizar una crítica meticulosa al capitalismo. Muchas veces sus teorías
derivan más de sus odios que de la observación. El psicohistoriador afirma:
"Sus descripciones de la alineación, degradación y explotación, derivan de sus
fantasías personales y tormentos familiares". Hay mucho de estos complejos
en frases como "expoliar a los expoliadores", "expropiar a los expropiadores".
Joseph H. Berke, The Tiranny ofMalice, Nueva York, Summit Books, 1988, pp.
215-216.
86
Karl Marx, "Crítica del programa de Gotha", Obras escogidas en dos tomos,
Moscú,
Editorial Progreso, 1955 (Iaed. en alemán, 1891), p. 10 y sigs.
87
El marxismo es una teoría que trata de acabar con la envidia al abolir la
pro
piedad y hacer inútil el dinero; se trata de acabar con lo envidiable para acabar
con
la envidia. Según el marxismo el envidiable es el condenable, no el envidioso;
de
hecho, propone un sistema social al servicio de los envidiosos. Pero los
socialistas
no la plantean así. Para ellos se trata "de instaurar el cielo en la tierra", según
una
fórmula de Tolstoy, quien "azorado por el caos y la decadencia de su época
donó sus
riquezas a los pobres".
305
Jorge Federico Márquez Muñoz

Por otra parte, había un margen de ambigüedad acerca de


si serían las leyes de la historia las que permitirían a los
oprimidos completar el ciclo de la envidia -es decir, humillar a
los explotadores- o si serían los revolucionarios quienes
llevarían a cabo dicho papel. Dentro de este pensamiento, se
daba a los revolucionarios un papel trascendente, se les
inflaba el ego al convertirlos en personajes prometeicos; pero
si fallaran en hacer la revolución, de cualquier manera
estaban ahí las fuerzas de la historia, que harían justicia por
sí mismas y llevarían los capitalistas a la derrota.88
Los bolcheviques eran un grupo de sanguinarios,
envidiosos y autoritarios, que se habían tomado al pie de la
letra una moda intelectual surgida en Europa y que había
cobrado gran popularidad durante la Primera Guerra
Mundial: el relativismo moral. Creían que debían llegar tan
lejos como pudieran, que no habría ningún límite que los
juzgara más que su propia eficacia. En Occidente, muchos
políticos comenzaban a pensar igual, pero tenían ahí el límite
del liberalismo, es decir, una poderosa tradición de respeto a
las libertades individuales, la legalidad y las elecciones.
El Estado que crearon los bolcheviques en ningún
momento buscó fomentar el individualismo, ni las libertades
civiles o políticas. Famosa es la frase de Lenin cuando
decidió cancelar las que serían las primeras elecciones en el
contexto soviético: "el poder soviético es un millón de veces
más democrático que la más democrática de las repúblicas
burguesas".89 Su bandera fue la igualdad, pero en realidad
tampoco hubo mucho de eso.
88
Cfr. Raymond Aron, op. cit., p. 178 y sigs.
89
"Las etapas que Lenin recorrió para crear esta autocracia merecen una
descripción
un tanto detallada porque se convirtieron, en los aspectos esenciales, en el
siniestro
modelo de muchos otros regímenes que siguieron durante las seis décadas
siguientes.
Lenin perseguía cuatro metas. En primer lugar, destruir todo lo que
representase
oposición fuera del partido; segundo, concentrar todo el poder, incluido el
gobierno,
en manos del partido; tercero, destruir la oposición en el seno del partido;
cuarto,
concentrar todo el poder del partido en él mismo y en sus colaboradores. En
la elabo
ración de la constitución y la creación de la URSS, las cuatro metas fueron
perseguidas
simultáneamente, aunque se realizaron algunas con más prontitud que otras".
Paul
Johnson, Tiempos modernos, op. cit., p. 88.

306
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

El poderoso Estado soviético obtuvo impuestos sin


representación, es decir, utilizando el terror y la propaganda.
Policía secreta, purgas, procesos, y sobre todo arbitrariedad
de criterio para considerar a alguien "enemigo del pueblo",
constituyeron el terror. La catarsis de acabar con estos
odiados y otrora envidiables enemigos, representó un papel
muy importante en la consolidación del régimen soviético.90
Los bolcheviques utilizaron la envidia ideológica para
tomar el poder y siguieron usándola una vez que tuvieron el
control del Estado; el papel de los agitadores y los
propagandistas en la Revolución Rusa, y después en la
consolidación del régimen comunista, fue sumamente
valioso. En 1917, los bolcheviques contaban con sólo
240,000 militantes, en una país de 150 millones de personas;
pero la propaganda los hacía parecer más numerosos e
importantes de lo que realmente eran. En cambio, los
mencheviques, aunque con un apoyo más significativo, poco
entendían de los poderes de la propaganda.
Si las masas no lograban desentrañar El Capital-en
realidad más del noventa por ciento de los rusos era
analfabeta- al menos podían comprender los discursos de los
agitadores, pues éstos eran agresivos, directos y sobre todo,
sencillos. Plejanov, Lenin y Trostky, predicaron con el
ejemplo; ellos mismos fueron agitadores. Mediante sus
discursos, los comunistas desestabilizaban, provocaban,
perturbaban; en cada frase hay una "revelación", la denuncia
de una "contradicción", de una injusticia.91
La envidia ideológica es un intento por focalizar la envidia
en un objeto que se hace odioso. A éste hay que convertirlo
en chivo expiatorio, hacerlo pasar por alguien que
supuestamente hizo mucho daño a la comunidad y entonces,
debe pagar. Los enemigos del pueblo, al igual que en la
Revolución Francesa, no son únicamente internos, sino
también internacionales. Después de ver los horrores de los
soviéticos, las potencias
90
Ibidem, p.74-75.
91
C/r. Jean-Marie Domenach, La propaganda política, op. cit.yp. 28.

307
jorge Federico Márquez Muñoz

occidentales comenzaron una cruzada contra el comunismo;


incluso de la mano de los rusos blancos, intentaron derrocar
el régimen bolchevique. La geopolítica tuvo entonces un
papel muy importante en la consolidación de los poderes
internos; por una parte, el enemigo exterior cohesionó a los
revolucionarios y justificó la eliminación de los disidentes. Por
otra, en los años treinta, Hitler, quien admiraba y a la vez
odiaba a Stalin, estaba muy concentrado en imitar sus
estrategias. Lo mismo hacía Stalin. Cada uno de ellos
observaba hasta dónde había llegado el otro y más aún, qué
reacción tendrían las potencias occidentales. Al ver que a
uno se le permitían cada vez más excesos, el otro decidía
también llegar más lejos en sus políticas represivas. El
historiador Paul Johnson dice, a propósito de esta situación,
que los demonios se copiaban uno al otro.
La geopolítica de la envidia ideológica vuelve a ser, como
la mercantilista, de suma cero. Cada avance de los enemigos
es una derrota para el propio país. Los regímenes totalitarios
son, en política exterior, imperialismos adquisitivos.
La envidia ideológica inspira todos los aspectos de la vida
en los regímenes totalitarios. Se trata de poner en guardia a
la gente común. De convertirla en informante de tiempo
completo, esto agrava el terror y aminora la disidencia. La
Alemania nazi no se alejó de este modelo, los historiadores
han encontrado un precedente del hitlerismo en la historia de
los fracasos militares y diplomáticos de Alemania.
En una serie de ensayos sobre el carácter y la cultura
alemanes, Norbert Elias menciona una y otra vez el término
"humillación". Para los alemanes la modernidad ha implicado
gravísimas derrotas; la Guerra de los Treinta Años acabó con
una tercera parte de la población alemana; a finales del siglo
XVII, Luis xiv derrotó a los alemanes; a principios del xix,
Napoleón repitió la dosis.92
,J2
Cfr. Norbert Elias, Los alemanes, trad. Luis Felipe Segura y Angélica Selierp,
México, Instituto Mora, 1999 (Iaed. en alemán, 1994), p. 11.

308
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

Por fin, en el siglo xix, los prusianos comenzaron a obtener


algunas victorias militares. Al tiempo que derrotaba a los da-
neses, a los austríacos y a los franceses, Bismarck conseguía
la unificación alemana.
Pero los alemanes no se conformaron con tener una
nación, querían ser un Imperio. A finales del siglo xix, el jurista
y sociólogo británico Sir Henry Summer Maine notó con
extrañeza que, a diferencia de los franceses e ingleses, los
alemanes no hablaban de "soberanía territorial" sino de
"soberanía universal".93
Al igual que en la Unión Soviética, en Alemania el proyecto
liberal fracasó. Ya en el siglo xvín, la burguesía ilustrada
germana había intentado instaurar una república similar a la
inglesa; pero, a diferencia de los ingleses, los alemanes es-
taban muy preocupados por el rango, el nacimiento, el árbol
genealógico; los burgueses tenían prácticamente vedado el
ingreso a las mejores universidades y a los más elevados
cargos gubernamentales y del ejército. El encapsulamiento se
mantenía sólido. Kant se lamentaba de que la única
característica común de los alemanes fuera "su pedante
inclinación a clasificarse a sí mismos en relación a otros
ciudadanos de acuerdo a un sistema de rangos y
prerrogativas".94
Kant, al igual que Nietzsche y Schopenhauer, era avis
varis, no se contagió del entusiasmo de lo alemán. Por el
contrario, los filósofos y sobre todo los políticos y los militares
sacaban fuerza de los sueños de grandeza. El utopismo
alemán volvía soportables las derrotas de los germanos: en
las guerras napoleónicas, en lugar de desmoralizarse, el
político y economista Adam Müller escribió: "todo lo que es
grandioso, todo lo que es profundo, todo lo que perdura en las
instituciones europeas, es germano". Y en los Discursos a la
nación alemana de Fichte, leemos: "tener carácter y ser
alemán, son la misma cosa [...] Todas

93
Cfr. Louis Dumont, Germán Ideology. From Romance to Germany and
Back, The
University of Chicago Press, 1994 (Iaed. en francés, 1991), p. 22.
94
Cfr. Joseph H. Berke, op. cit., p. 262.

309
Jorge Federico Márquez Muñoz

las comparaciones entre lo alemán y lo no alemán son nulas


y vacías [...] Somos el pueblo elegido. Elegido por Dios [...]
con el derecho moral de desarrollar nuestro destino por
cualquier medio, ya sea del ingenio o de la fuerza".95
La victoria prusiana de 1871 fomentó el narcisismo
alemán. La derrota de los franceses también implicó la del
proyecto liberal de la burguesía germana. El éxito obtenido
por los militares parecía indiscutible, los prusianos debían
dirigir la nación, pues eran los únicos capaces de unirla y
convertirla en un gran imperio; no importaba si esto implicaba
la creación de un Estado policíaco, la renuncia a las
libertades individuales y el proyecto militarista. La burguesía
misma estuvo dispuesta a abandonar sus sueños
democráticos, con tal de compartir algo de la "grandeza" del
n Reich: cambió sus patrones, abandonó ese "inútil
idealismo" democrático y lo sustituyó por el "realismo
político"; se integró de lleno a la cultura militar.96
A principios del siglo xx, había un exagerado sentimiento
de superioridad de los alemanes respecto al resto de
Europa. En la Primera Guerra Mundial, los involucrados
creían poseer el derecho de cumplir sus ambiciones
imperiales, pero ninguno de ellos igualaba las ambiciones
alemanas.
Al final de la Primera Guerra, los alemanes volvían a expe-
rimentar la humillación. Surgieron grupos que no admitieron
que la derrota se debía, simplemente, a que Alemania no
podía llevar a cabo una guerra en tantos frentes simultáneos
contra enemigos poderosos. Grupos radicales,97 demasiado
narcisistas para admitir que los franceses, ingleses, y
estadounidenses, juntos, eran superiores a los alemanes,
construyeron complejas teorías de la conspiración: habían
perdido la guerra porque una élite perversa, alemana pero
infiltrada por judíos y algunos otros agentes del mal, había
decidido vender su alma a los aliados.
95
Cfr. Ibidem.
96
Cfr. Norbert Elias, Los alemanes, op. cit., p. 143.
97
Compuestos en su mayoría de estudiantes universitarios, delincuentes,
políticos
radicales, ex militares y obreros.

310
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

Alemania, pese a la modernización de su economía, había


mantenido numerosos códigos de honor. Era el país europeo,
después de Rusia, que más respetaba las jerarquías. La paz
de París impuso a los alemanes un sistema parlamentario,
que implicaba abolir de un plumazo el encapsulamiento.
Súbitamente el ejército y la nobleza perdieron sus privilegios;
la burguesía liberal, los profesionales, los judíos y algunos
sectores obreros dieron la bienvenida al nuevo régimen; pero
estaban lejos de representar a la mayoría.
Alemania no transitó de la envidia sacra a la envidia
bana-lizada, como habrían querido los Aliados, sino de la
envidia sacra a la envidia temible. La pérdida de las
"jerarquías" había resultado demasiado rápida y poco querida
por los alemanes, el nuevo régimen venía impuesto desde
afuera y no era, como en la Revolución Francesa, causa de
orgullo y unidad; por el contrario, implicaba una punzante
humillación. El nuevo Estado dejaba demasiados cabos
sueltos. Era difícil imaginar que el ejército, la nobleza, la muy
numerosa burguesía reaccionaria -que idealizaba la milicia y
deploraba el liberalismo- y los grandes sectores obreros
anticomunistas se quedarían de brazos cruzados, viendo
cómo la bien portada República de Weimar obedecía
sutilmente los Tratados de París.
El ejército alemán no estaba dispuesto a alinearse a un
gobierno civil e innoble, la República fue incapaz de ofrecer
incentivos suficientes a estos militares frustrados que pronto
se convirtieron en una fuerza amenazadora. En los años
veinte, estos grupos se mantuvieron dispersos, y gracias a
ello, fueron sólo una amenaza marginal; además, se
enfocaron a combatir a los comunistas, a quienes
consideraban un peligro mayor que los socialdemócratas.
Pero a principios de los años treinta, comprendieron que
aliándose con los nacionalsocialistas, volverían a tener un
papel fundamental en la nación, vieron la posibilidad de
reinstaurar las jerarquías que tanto les habían favorecido.

311
Jorge Federico Márquez Muñoz

La nobleza prusiana era el eje de la unificación alemana;


había sido lo suficientemente astuta para mantener la unidad
del ejército; pero tras la derrota, esa nobleza ya no existía. La
milicia buscó un nuevo símbolo de unidad, y aunque tardó
varios años, finalmente lo encontró en Hitler.98
Un factor adicional agravó la situación de la República de
Weimar y ayudó al ascenso de Hitler: la mala fe con que
actuaron los franceses, y el hecho de que ingleses y
estadounidenses lo permitieran. La "inesperada derrota"
ocurrida en la Primera Guerra Mundial fue un golpe muy
fuerte al orgullo alemán; ser derrotado comporta un proceso
digno de la psicología de las masas: en lugar de asumirla, el
narcisista la niega. Muchos alemanes no pudieron soportar
que habían sido derrotados y, por lo mismo, les parecía que
los Tratados de Paz no tenían por qué cumplirse; de hecho,
se les llamaba los "Tratados de la Traición", "Tratados de la
Vergüenza" o "Diktat de Versalles".

La elección de la palabra Versalles como consiga central fue,


desde el punto de vista de Hitler, especialmente feliz. No
sólo recordaba el último y doloroso suceso en la vida
nacional de los alemanes, la prohibición del servicio militar
general obligatorio, la abolición al derecho a un ejército en
el que todo hombre podía ingresar por algunos años, sino
que resumía también otros momentos importantes y bien
conocidos de la historia alemana/'9

En Versalles había sido fundado por Bismarck el segundo


Reich, la unidad alemana fue proclamada en un marco de
euforia causado por la victoria sobre los franceses. Versalles
fue la morada de Luis xiv, de todos los soberanos franceses
antes de Napoleón, el Rey Sol fue quien más profundamente
había humillado a los alemanes; por lo que la proclamación

98
Cfr. Morris Berman, Cuerpo y espíritu, op. cit., p. 261.
99
Elias Canetti, Masa y poder, trad. Horst Vogel, Madrid, Alianza/Muchnik,
1987
(Iaed. en alemán, 1960), p. 178.

312
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

del emperador en Versalles había sido como una tardía


victoria sobre Luis xiv y Napoleón juntos.
Pero los Tratados de 1919 implicaron la reducción del
ejército. Sin duda esto fue sumamente ofensivo para un
pueblo que valoraba a su milicia como el corazón del Estado.
Hitler no sólo acogió a gran número de ex-soldados
guillermistas, también dio a las masas un sustituto psicológico
al vacío dejado por la ausencia del ejército: el partido tomó el
sitio de la milicia.
Por si lo anterior fuera poco, la inestabilidad social y
económica pauperizó a los alemanes. Los fracasos eran
demasiado graves; ¿cómo iba un narcisista a admitirlos? De
cualquier manera, parecía difícil resolverlos; por ello, había
que encontrar un chivo expiatorio: losjudíos, eslavos,
comunistas, gitanos, homosexuales, etc., sirvieron para tal
propósito.
Al igual que para los bolcheviques, para los nazis, la en-
vidia ideológica no fue nada más el instrumento para llegar al
poder: también fue la herramienta para mantenerse en él; y
como el dominio sobre sus territorios no era suficiente para su
egocentrismo, asumieron el papel de imperialistas pirómanos
y, al igual que a Napoleón, esto les costó muy caro. Por
fortuna para las democracias, los pirómanos más radicales de
la historia decidieron hacerse la guerra el uno al otro.
La modernidad es una lucha entre la banalización de la
envidia y la envidia ideológica. La primera es promovida por
aquellos que consideran que el capitalismo puede resolver
sus contradicciones por sí mismo y sólo son necesarias
algunas adecuaciones menores para mantenerlo; sus
promotores inflaman los deseos para hacer funcionar el
mercado, confían en que la competencia de los individualistas
envidiosos regulará la sociedad y en que el igualitarismo
envidioso no cobrará fuerza. La segunda, es la versión de
quienes consideran que las instituciones son incapaces de
satisfacer las necesidades del hombre; sus promotores
afirman que es legítimo que el igualitarismo envidioso se
manifieste e intente instaurar un nuevo

313
Jorge Federico Márquez Muñoz

orden; para ello intentan dar a la envidia un peso central. No


se trata de resacralizar la envidia, sino de manejarla de
manera prometeica; es decir, se le devuelve la seriedad que
tenía en la antigüedad, pero en lugar de ser un asunto de
dioses y religiones, lo es de ideologías y revolucionarios,
hombres que creen poder cambiar el mundo.
Cuando Weber hizo su descripción de la evolución de las
ciudades occidentales notó que, en el paquete de la
nivelación de los derechos, estaba también incluido el
derecho a la participación política. Surgió así la democracia
de masas. Como éstas son, en principio, indiferentes a los
asuntos generales -la libertad máxima del individuo moderno
es poder disfrutar de su vida privada-, los políticos tienden a
inflamar las pasiones: su tarea es hacer que las personas se
interesen, que posen sus miradas en objetos y asuntos que
en realidad les son indiferentes. El prusiano criticó el
programa de los socialistas, que eran los incendiarios que
más de cerca conoció, por considerar que las medidas que
proponían eran ficciones propagandísticas que, en lugar de
llevar al paraíso del proletariado, abrirían paso al despotismo
de la burocracia y al gobierno de los hipócritas.
Las ciudades tradicionales suelen ser tan pequeñas que
tienden a mantener vínculos sociales tradicionales. Las
urbes Renacentistas no son lo suficientemente pequeñas
para sostener las solidaridades jerárquicas, ni tan grandes
como para crear un ambiente de indiferencia generalizada,
tampoco poseen un derecho igualitario que contribuya a
crear un ambiente de orden justo; por el contrario, las
ciudades modernas son de tal magnitud, que hacen reinar la
indiferencia, el vínculo esencial se da a través de la frialdad
de las relaciones institucionales, el dinero y el derecho
impersonal y universal. Pero en este mundo de indolencia
burocratizada y autómatas solitarios, el tedio de la monotonía
se ve interrumpido ocasionalmente por brotes de entusiasmo
dirigidos por la propaganda, sobre todo en época de
elecciones políticas.

314
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

Además, hay otra irrupción, ésta más anómala y peligrosa


para la normalidad democrática: el surgimiento de figuras
carismáticas que en cierta forma resacralizan la política, pero, a
diferencia de lo sagrado tradicional, lo sagrado moderno no tiene
los límites de la tradición: en lugar de santones y profetas,
estamos ante titanes invadidos de hubris que creen poder >
llegar hasta donde su voluntad quiera; no son budas ni cristos,
sino lenines y hitlers. No es el florecimiento de la compasión
universal, sino la magnificación de los chivos expiatorios.

6. £1 liberalismo hacia adentro

Muy distinto al proto-liberalismo y al estatismo son los casos


de Inglaterra y Estados Unidos. Estas dos naciones, al tiempo
que instauraron el liberalismo y la democracia, se convirtieron
en potencias militares y diplomáticas; son países en los
cuales triunfó el individualismo posesivo y envidioso y por
tanto, sus sociedades lucharon en contra del alza de los
impuestos. Es decir, en la primera modernidad, sus estados
eran tan débiles como Holanda; no obstante, durante el siglo
xix sus gobiernos lograron instaurar una mejor recaudación y
fortalecer al Estado, usando dos combustibles: el
nacionalismo narcisista y el individualismo. Para que el
narcisismo nacionalista funcione, hacen falta victorias
militares y una propaganda eficaz, de esta manera se cumple
el ciclo de la envidia y la población queda satisfecha. Las
potencias anglosajonas equilibraron el estatismo y el
mercado, combinaron los éxitos geopolíticos con los de la
prosperidad.
En Inglaterra el ascenso del parlamentarismo, el de la gentry,
el dinero y el aumento del tamaño de las ciudades,100 así como

100
Ya para finales del siglo xvn, Londres era la ciudad más poblada y rica de
Europa; pero la concentración de las masas no provocó más revoluciones.
La envidia no cejó, pero se expresó mediante la delincuencia y los motines.

315
Jorge Federico Márquez Muñoz

la emigración de muchos inconformes101 y el apalancamiento


de la creación de riqueza en el comercio exterior102 hicieron
que el liberalismo y la banalización de la envidia se
convirtieran en la clave del desarrollo económico y la
estabilidad social.
Las revueltas no duraron. Durante el siglo xvm no hubo un
desafío importante al régimen, a pesar de que éste
constantemente subió los impuestos debido a las guerras y a
las deudas contraídas porJas mismas. Sin duda ello se debió
a la capacidad del régimen mismo para reformarse, a la
prosperidad y a la masiva emigración de los potenciales
disidentes; fue la élite la que primero se reformó e impulsó
así un gradual incremento en la base electoral; no sólo más
ingleses obtenían el derecho al voto, sino también a ser
votados y ocupar cargos en el gobierno. Se logró así,
inconscientemente, llevar por el sendero de la envidia
banalizada a millones de personas.103

101
La primera fase del imperialismo inglés comenzó con la exportación de la
"plaga
blanca" a tierras distantes, es decir, de los ingleses que, desde el punto de
vista eco
nómico, sobraban en Inglaterra. Cfr. Niall Ferguson, El imperio británico.
Cómo Gran
Bretaña forjó el orden mundial, trad. de Magdalena Chocano, Barcelona,
Debate, 2005
(Iaed. en inglés, 2003), cap. 2.
102
Recordemos que cuando la riqueza se obtiene de afuera deja de ser vista
como
un robo a la propia comunidad. La prosperidad del vecino se soporta mejor
cuando se
sabe que la obtuvo de un lugar lejano que cuando se piensa que la consiguió a
expensas
de la propia comunidad. Entre 1750 1769 las exportaciones británicas
aumentaron
más de diez veces: Mla Revolución industrial puede considerarse [...] hacia
1780-1790,
como el triunfo del mercado exterior sobre el interior: en 1814 Inglaterra
exportaba
cuatro yardas de tela de algodón por cada tres consumidas en ella; en 1850
trece por
cada ocho. La expansión de la industria pudo financiarse fácilmente al
margen de
las ganancias corrientes, pues la combinación de sus conquistas de vastos
mercados y
una continua inflación de precios produjeron fantásticos beneficios". Eric
Hobsbawm,
La era de la revolución. 1789-1848, trad. Felipe Ximénez de Sandoval, Buenos
Aires,
Crítica Grijalbo-Mondadori, 1997 (Iaed. en inglés 1962), p. 42.
103
En la Londres del siglo xvm y principios del xix, las calles, sucias y mal
ilumina
das, sólo eran limpiadas por las lluvias. Los pobres se apretujaban en
tugurios llenos
de basura y desperdicios. Las prostitutas llegaban a 50*mil, es decir, casi 10%
de la
población de la ciudad. No había moralidad ni ley capaz de detener las
oleadas de
resentimiento criminal de los miserables. En sus barrios, apenas había
iglesias, pero
estaban llenos de tabernas y cervecerías. Muchos de los delincuentes se
organizaban
en bandas. A los policías les cortaban la nariz. Un grupo, los Mohocks, tenía
por
costumbre lanzarse a las calles a pinchar a los transeúntes con espadas,
poner a las
mujeres cabeza abajo y saltarles los ojos a las víctimas que se resistían.
Bandidos

316
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

La Guerra de los Siete Años, la Revolución Americana y


las Guerras Napoleónicas sirvieron para que los ingleses
aceptaran el aumento de la tributación. El Estado se hizo más
fuerte, pudo mejorar gradualmente las condiciones de vida de
la población y financiar las aventuras comerciales de sus
corporaciones; de esas guerras, sólo se perdió la de
Independencia de las Trece Colonias, pero los ingleses
encontraron una compensación: humillaron a la joven nación,
Estados Unidos, en la Guerra de 1812. El orgullo nacional,
combinado con el individualismo envidioso, dio a los ingleses
un siglo y medio de gran prosperidad.
En las narraciones de viajeros encontramos, desde antes
de la Revolución, descripciones del individualismo
estadounidense. En general, éste compartía los mismos
rasgos que el inglés, pero ponía mayor énfasis en la soledad:
el "pescador" y el "leñador" descritos por Talleyrand eran
hombres casi aislados que se las arreglaban por sí mismos
con la naturaleza; humillar al otro se volvió una actividad
secundaria siempre que se pudiera humillar a la naturaleza.
La soledad hizo de los estadounidenses un pueblo
agresivo y competitivo, incluso temeroso de las relaciones
que implican

menos feroces se contentaban con destrozar las ventanas de comercios y


hogares. En 1730, el satirista Tobias Smollett escribió: "los salteadores y
ladrones se están haciendo ahora más temibles y salvajes de lo que parecieron
desde que la humanidad se hizo civilizada". En 1744, el lord alcalde de los
concejales escribió al rey: "diversas confederaciones de personas con malas
inclinaciones, armadas con mazas, pistolas, cuchillos y otras armas, infestan
no solamente los caminos y pasajes privados, sino también las calles públicas
y lugares habituales de concurrencia y cometen los más peligrosos
atentados".
En 1752, el novelista y conde de Orford Horace Walpole anotó: "se está
obligando a viajar, hasta en plena luz de día, como si se fuera a la batalla".
Desde luego, la metrópoli era más que proliferación de pobreza y
delincuencia. Era también la ciudad del Parlamento y los palacios reales, los
abogados y mercaderes; los periodistas, poetas, novelistas, artistas, músicos,
cortesanos... Había teatros, parques, cafés, clubes, comercios y espectáculos
de todo tipo.
No obstante los contrastes y el desencapsulamiento, la ciudad no estalló
en una revolución, en buena medida ayudada por los mismos mecanismos que
habían mantenido la paz interna en Holanda: el enfriamiento de las emociones
-i.e., la indiferencia- y la nueva concepción de la riqueza -que supera el punto
de vista de la economía como un juego de suma cero.

317
Jorge Federico Márquez Muñoz

vínculos afectivos fuertes, y en el plano político, los convirtió


en un pueblo pacífico. Parece contradictorio que al ser la
nación que más critica a sus instituciones, sea también la
que menos dispuesta está a cambiar el establishment, pero
la explicación es simple: el aislamiento mismo hizo críticos a
los estadounidenses, porque desconocen cómo es que las
cosas del gobierno funcionan; al mismo tiempo, el
aislamiento inhibe la voluntad de organización.104
Hubo que hacer mucho para que los conformes
habitantes de las Trece Colonias se organizaran y levantaran
en armas en contra de Inglaterra. Tres factores encolerizaron
a los norteamericanos. En primer lugar está la decisión del
Rey Jorge ni de aumentar los impuestos para pagar las
deudas contraídas por la metrópoli para atender la Guerra de
los Siete Años. El segundo factor fue el acuerdo que los
ingleses hicieron con los indios para ganarse su apoyo
durante la misma Guerra de los Siete Años; la Declaración
de 1763 prohibió a los colonos avanzar más allá de los
Apalaches, si se trataba de territorios reclamados por los
indios. Lo que había hecho prósperas a las Trece Colonias,
lo que había banalizado la envidia, no eran tanto las grandes
concentraciones urbanas -como en Inglaterra-, sino las
enormes extensiones por colonizar; la ciudad, que acostum-
bra a los hombres a no envidiarse hasta la muerte, había sido
sustituida por la abundancia de tierras. Pero los inmigrantes
seguían llegando y ya no podía avanzarse más hacia el
Oeste; en fin, fue una política que no sólo causó
resentimiento contra los ingleses, sino que colocó a las Trece
Colonias en una situación de inestabilidad crónica.105
Finalmente (como tercer factor), la transferencia de las ac-
tividades de la Compañía de las Indias Orientales, del
sureste

104
Cfr. Seymour Martín Lipset, Elexcepcionalismo norteamericano, trad. Mónica
Utrilla,
Fondo de Cultura Económica, México, 2000 (Iaed. en inglés, 1996), p. 18.
105
Cfr. Howard Zinn, La otra historia de los Estados Unidos, trad. Toni Strubel,
México,
Siglo XXI, 1999 (Iaed. en inglés, 1999), pp. 50-51.

318
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

asiático a la Trece Colonias, irritó a los colonos; al haber


aprendido a ser individualistas y posesivos, los
norteamericanos, sobre todo los comerciantes y las élites
locales, podían tolerar ciertos sacrificios, pero el que se les
exigiera renunciar a sus ganancias para permitir el monopolio
de una gran corporación, era ya demasiado.
Por si esto fuera poco, los ingleses trataron a los
estadounidenses con arrogancia. Fue esta actitud, más que
los impuestos mismos, lo que encolerizó a los colonos,106
quienes se unieron pese a su poca voluntad organizativa. La
situación lo ameritaba, había que humillar a los odiosos
ingleses.
Por su parte, los ingleses no comprendieron lo que habían
hecho: despreciaban tanto a los estadounidenses, que creían
que se trataba de un problema menor; sin duda había sido un
puñado dé conspiradores envidiosos el que comenzó la
revuelta, pero esto no implicaba que ésta no pudiera
extenderse, más aún, las tres condiciones arriba descritas
empujaban hacia ello. Ante las evidentes arbitrariedades,
únicamente hacía falta un poco de propaganda para extender
el fuego de la envidia y Thomas Paine fue el encargado de
esta labor: su Common Sense, que vendió ciento de miles de
copias, es una crítica al sistema jerárquico europeo y al
derecho divino de los reyes, es una Biblia para los
desencapsuladores.
La Declaración de Independencia proclamaba, entre otras
cosas: "que todos los hombres son creados iguales, que su
Creador les da ciertos derechos inalienables, entre otros el de
la Vida, el de la Libertad y el de la Felicidad". John Adams
calculó que un tercio de la población colonial estaba a favor
de la rebelión, un tercio en contra y el resto, era indiferente. La
voluntad, las tácticas y las facilidades logísticas permitieron a
los insurgentes superar al ejército realista.

106
Cfr. Bárbara W. Tuchman, La marcha de la locura (la sinrazón desde Troya
hasta Vietnam), trad. Juan José Utrilla, México, Fondo de Cultura Económica,
1989 (Iaed. en inglés, 1984), pp.122-140.

319
Jorge Federico Márquez Muñoz

El ejército revolucionario se convirtió en una válvula de


escape para miles de pobres: los vagabundos (strollers) se
alistaron para mejorar su suerte; muchos negros también
quisieron alistarse, pero Washington les negó la oportunidad,
más aún, al concluir la Guerra de Independencia, los Estados
aprobaron Constituciones que no eran muy distintas a las
coloniales y el reparto de la riqueza expropiada a los realistas
fue repartida entre la élite revolucionaria. De cualquier
manera, había tanto por repartir y tanto por conquistar-la
nueva nación no reconoció la Declaración de 1763- que la
prosperidad pronto alcanzó, de modos diferenciados, a
grandes capas de la población.107
Estados Unidos se mantuvo como una nación militar y
es-tatalmente débil hasta la Guerra Civil. En los años treinta
del siglo xix, Alexis de Tocqueville describió la Norteamérica
de la envidia banalizada, es decir, el mundo en el cual la
pasión igualitaria y el amor por el dinero se combinaban para
hacer del individualismo la mentalidad dominante; ahí, la
igualdad de condiciones convertía a los individuos en
envidiosos irremediablemente; pero no había tendencias
subversivas en el pueblo estadounidense.
Al contrario de lo ocurrido en Francia en 1789, donde
igualdad y violencia revolucionaria iban de la mano; en
América, la envidia no causaba incendios. Tocqueville
reconocía que había en el pueblo estadounidense un
ingrediente conservador -al fin y al cabo era un pueblo
mayoritariamente de puritanos granjeros-; pero sobre todo, lo
que quitaba a la envidia sus aspectos amenazantes era su
banalización: "La igualdad suministra diariamente a cada
individuo una multitud de pequeños goces". Más aún, en La
democracia en América, ya encontramos los primeros
síntomas del embotamiento, es decir, de aquel contexto en el
cual los individuos creen que la movilidad social es posible y
por tanto, dejan de desearla con vehemencia; Tocqueville
describió que el problema de si la igualdad era real
107
Cfr. Howard Zinn, op. cit., p. 67.

320
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

o ficticia no tenía tanta importancia como el hecho de que la


gente creyera que era real. La igualdad en sí no puede llevar
directamente a la estabilidad política, pero el sentimiento de
igualdad sí contribuye a aplacar las bajas pasiones.108
La Guerra Civil lo cambió todo. El triunfo del Norte llevó a la
homogeneidad de la nación, el fortalecimiento de los poderes
centrales y el surgimiento de las grandes fortunas de los
industriales. Alexis de Tocqueville había pensado que las
desigualdades nunca serían tan grandes en América como
para crear un casta dirigente, pero a principios del siglo xx,
Thorstein Veblen observaba con desagrado el nacimiento de
una oligarquía absentista, haciendo referencia a los grandes
financieros.109
El autor de Teoría de la clase ociosa era un crítico
marginal; por ello, a pesar de que tuviera razón en muchas de
sus observaciones, muy pocos querían escucharlo; Estados
Unidos estaba emergiendo como una superpotencia mundial,
con enormes inversiones en el extranjero que redituaban en
una nueva oleada de riqueza.110
El pensamiento conservador -inspirado en el darwinismo
social-, la economía política liberal y la ética protestante se
convirtieron en el mainstream de principios del siglo xx. Nadie
quería pensar en la élite como una "clase depredadora y ocio-
sa"; la gente quería ser parte de la élite, éste es un
sentimiento que hasta la fecha sigue reinando en Estados
Unidos. Había comenzado la "era del consumo".
La Primera Guerra Mundial, la Gran Depresión, la
Segunda Guerra Mundial, la Guerra Fría y la Guerra contra el
Terrorismo modificaron la mentalidad estadounidense y le
hicieron

108
Cfr. Raymond Aron, op. cit., p. 340.
109
Cfr. John, P. Diggins, El bardo del salvajismo. Thorstein Veblen y la teoría social
mo
derna, trad. Eduardo L. Suárez, México, Fondo de Cultura Económica, 1978 (Iaed.
en inglés, 1977), p. 11.
110
Cfr. Morris Berman, Dark Ages America. The Final Phase of Empire, Nueva York,
W.
W. Norton & Company, 2006, pp. 103-104.

321
Jorge Federico Márquez Muñoz

admitir, cada vez en mayor grado, el fortalecimiento del


Estado y los consecuentes incrementos en la tributación,
sobre todo para la clase media.
Michael Mann hace una aclaración a propósito de cómo
en la modernidad el pueblo se concibe de dos maneras
distintas: la versión estratificada^ la orgánica. La primera
implica que el pueblo es un ente diverso y diferenciado y aquí,
la principal función del Estado es mediar para conciliar los
intereses enfrentados de los grupos; se comprometen las
diferencias, no se intenta eliminarlas. Esta versión llegó a ser
dominante, en primer lugar, en el noroeste de Europa, sobre
todo a partir del siglo xix. La versión orgánica, por el
contrario, concibe a la nación como única y étnicamente
indivisible. Esta ideología, que triunfó inicialmente en el
centro y sur de Europa, promueve la pureza mediante la
supresión de las "minorías pervertidas".
Desde la concepción de la versión estratificada del pueblo
se establecieron las democracias liberales, cuyo resultado ha
sido la institucionalización de la lucha de los grupos de
interés y lucha de clases, que ha garantizado la tolerancia y
la restricción de la limpieza111 y ha fortalecido, cuando no
generado, un pueblo estratificado.
Cabe aclarar que estos regímenes sí perpetraron, en el
pasado, genocidios, sobre todo en contextos coloniales,
donde reinó la idea de que enormes grupos sociales estaban
al margen de la nación.
El primer régimen moderno que apeló al pueblo fue Esta-
dos Unidos. Su Constitución fue obra de 55 hombres blancos
de mediana edad, ricos y de alto rango, que se encerraron a
trabajar durante dos semanas en Filadelfia; los autores de
este documento decían representar al pueblo de las Trece
Colonias. -Claro está, las mujeres, los esclavos y los nativos
americanos no estaban incluidos-; la discusión en torno a si
debía o no

111
Étnica, religiosa, de la clase política, de la burguesía o de cualquier otra clase
social.

322
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

otorgarse derechos políticos a los hombres blancos que no


tenían patrimonio fue muy complicada; finalmente se decidió,
por prudencia, ciudadanizarlos.
Todavía en el siglo xix, en Inglaterra, los políticos seguían
diferenciando al pueblo del populacho y excluían así a los
pobres de la ciudadanía. Pero aún los miserables eran
miembros de la patria y sus demandas eran reconocidas por
el Estado. La principal función de la política era conciliar los
intereses de los diferentes grupos, para que todos
compartieran un "status común dentro la nación".
Los regímenes liberales de finales del siglo xvm y del siglo
xix, partían del hecho de que la pluralidad de clases y la estra-
tificación de intereses podían canalizarse, pero no eliminarse;
en consecuencia, el cuerpo ciudadano estaba estratificado y
era natural que los derechos también lo estuvieran. La mayor
división se notaba en la diferencia entre ciudadanía "activa" y
"pasiva"; la segunda, propia del populacho, incluía derechos
legales y civiles, pero no políticos.
El pueblo no era uno e indivisible; los movimientos en torno
a la ampliación del cuerpo ciudadano, es decir, la extensión
de plenos derechos para todos, eran dirigidos por un
sentimiento de clase. Los debates acerca del alcance del
sufragio estaban enmarcados en las siguientes preguntas:

¿Dónde debía trazarse la línea divisoria de la propiedad?


¿Debían los empleados o criados (que muchos creían
incapaces de formar juicios independientes) votar, ser
miembros de jurados, o tener cargos? ¿Debían tener
algunas clases más votantes que otras? ¿Podían admitir
primero a los miembros más responsables de una clase para
separarlos del resto de su clase?112

Ya existían distintos grupos concentrados en torno a


intereses específicos -Le. los whigs y los tories-, pero se
adaptaron a la
112
Michael Mann, El lado oscuro de la democracia, op. cit., p. 72.

323
Jorge Federico Márquez Muñoz

nueva época.y se convirtieron en movimientos de izquierda,


derecha, religiosos o laicos. Las diferencias conflictivas se
institucionalizaron en los partidos políticos. Estas
agrupaciones aceptaron que no podían abolir o ignorar el
conflicto, sólo civilizarlo.
La clase y la nación tuvieron un desarrollo entrelazado y la
edad y el género también se implicaron en este proceso;113
por tanto, el nacionalismo y el estatismo se encontraron
siempre atravesados y disminuidos por otros elementos.
Todas estas estratificaciones no favorecieron la creación de
comunidades autónomas: hombres, mujeres, niños,
burgueses, campesinos, obreros, terratenientes, etc. fueron
grupos obligados a convivir y trabajar juntos; esto contribuyó
a disminuir la antipatía y a no considerar "externos" al resto
de los miembros de la sociedad. La institucionalización del
conflicto de clase es el principal logro político de Occidente
moderno y ha generado estados liberales y posteriormente,
social-demócratas; aquí se construyeron marcos políticos en
los cuales el conflicto de clases no se soluciona expulsando
del territorio, ni matando a uno de los bandos.
A finales del siglo xvn, en el noroeste de Europa el
conflicto religioso se hacía menos intenso debido a la
homogeneidad de credos alcanzada en la mayoría de los
grandes estados. Los cultos dejaron de ser el principal
problema cultural y comenzaron a serlo las lenguas; el
debate en torno al idioma generó menos violencia que aquél
alrededor de las iglesias; a diferencia de las religiones de
salvación, que son celosas, uno puede practicar más de una
lengua: hablar en el idioma oficial para la vida pública y
utilizar en casa, por sentimentalismo, el de los padres.
De cualquier forma, Occidente ha logrado una "limpieza
lingüística" y ha dejado poco lugar para los idiomas minori-
tarios, pero esto se llevó a cabo de una forma poco violenta,
a
us
Aquí se hacían las siguientes preguntas: ¿sólo los cabezas de familia deberían
tener plenos derechos?, ¿a qué edad los hombres realizan juicios independientes?,
¿son las mujeres lo suficientemente maduras para poseer derechos ciudadanos?

324
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

través de la coacción institucional mediante integración


lateral, comenzando por la clase alta y siguiendo,
posteriormente, el resto de las capas sociales por imitación.
Está por ejemplo el caso de Gales, conquistada en el siglo
xn por los anglo-normandos, los colonos ingleses fundaron
ciudades y en ocasiones prohibieron el idioma de los
autóctonos, a los colonizados también se les marginó de los
cargos públicos y se prohibieron los matrimonios mixtos; pero
se trató de una política inconsistente que sólo tenía lugar en
momentos de crisis.
Para los galeses, la coacción moderada fue menos
poderosa que el atractivo que podía tener asimilarse: el inglés
era el idioma del gobierno, los mercaderes y las profesiones.
A principios del siglo xv, los ingleses ya no consideraban
Gales una zona fronteriza, a diferencia de Irlanda; un siglo
más tarde, los otrora colonizados no sólo eran leales al
gobierno inglés, sino incluso conservadores.
Claro está, la asimilación fue gradual y siempre tuvo sus
enemigos, sobre todo entre los colonizadores. En 1509, la
burguesía inglesa de Conwy pidió mayor discriminación a los
galeses, pero Enrique vn era anglo-galés e ignoró la petición.
En 1536, Enrique vm anexó Gales a Inglaterra y aunque el
Acta de Unión excluía a quienes no hablaban inglés de los
cargos oficiales -y el 90% de los galeses no lo hablaban-,
nadie se quejó; los excluidos, de todas formas, nunca habían
participado en la toma de decisiones; por el contrario, a la
clase alta autóctona -casi toda bilingüe- la unión le abrió
grandes oportunidades: a medida que las economías de
Inglaterra y Gales se fueron integrando, un mayor número de
galeses aprendió inglés, por conveniencia; en suma, el gales,
a diferencia del irlandés, fue sofocado desde arriba y
voluntariamente, clase a clase. Gran Bretaña se estaba
convirtiendo en un Estado estratificado, pero nacional.
Un fenómeno similar ocurrió entre la nobleza bohemia, que
sustituyó, por motivos de ascenso social, el checo por el
alemán; los noruegos hicieron lo propio con el danés y los
finlandeses

325
Jorge Federico Márquez Muñoz

con el sueco, por mencionar algunos ejemplos. Pero esto


ocurrió masivamente hasta el siglo xix.
Incluso en Francia, aún en 1870, sólo los habitantes de
las regiones cercanas a París se concebían a sí mismos
como miembros de la nación francesa;114 por el contrario, la
mayor parte de los campesinos se identificaba con su
localidad antes que con su país. Esto cambió cuando las
infraestructuras estatales,115 mercados nacionales, sistemas
de producción, redes políticas nacionales116 y la religión
nacional penetraron la cotidianidad.
Aun en el siglo xix, ninguno de los estados occidentales
era monoétnico, pues se formaron cuando el estamento
gobernante de la región central ya se había definido como
una sola etnicidad. Esta clase impuso su dominio a las otras
regiones y grupos. Durante varios siglos, las élites lograron la
asimilación lateral -obligatoria al inicio y voluntaria después-
de diversos grupos periféricos, que empezó con las
aristocracias y luego permeó las demás clases sociales.
A principios del siglo xix en Gran Bretaña, y entre
mediados y finales del xix en otros países occidentales, las
identidades nacionales llegaron hasta las clases más bajas.
Ya en 1688, todos los propietarios protestantes ortodoxos
recibieron derechos ciudadanos políticos, siempre que
hablaran inglés, gales o gaélico escocés; durante las catorce
décadas siguientes, fueron desapareciendo las restricciones
a los católicos, irlandeses y protestantes disidentes.
1,4
En 1864 Duruy, Ministro de Educación, encontró que en los distritos de la
Bretaña y Alsacia-Lorena, y en casi todo el sur, más del 40 por ciento de la
población no hablaba francés. En Lozére, un inspector preguntó a los niños
de una escuela, "¿En qué país está situado Lozére?" Nadie supo la respuesta.
Dos décadas más tarde otro inspector encontró que la gente decía estar en
Lozére y al cruzar las montañas, "van a Francia". Al menos ya sabían que
Francia existía. Las respuestas que dieron los emigrantes europeos a los
agentes de emigración entre 1880 y 1910, al preguntárseles de dónde
provenían, revelaron que se identificaban con su localidad, región o
provincia, no con su país.
115
Ya fuera mediante el servicio militar, la educación nacional o el transporte
ferroviario y motorizado.
1,6
Los partidos nacionales, las instituciones y servicios estatales.

326
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

En 1832, se otorgó el voto a todos los varones adultos


ingleses, galeses, escoceses e irlandeses que contaran con
propiedades con valor al menos de 15 libras; así, la noción del
pueblo británico cada vez se fue ampliando más. Sin
embargo, todos ellos sabían que contaban con una segundad
etnicidad, que poco a poco perdía relevancia y, por tanto,
potencial conflictivo. En ese momento, la lucha de clases era
mucho más amenazante que las rivalidades étnicas.
Iniciado el siglo xx, el noroeste de Europa había sido
limpiado lingüísticamente, en un proceso que comenzó por la
fuerza, después se desplegó por coacción institucional y
finalmente, por asimilación voluntaria. Para este momento,
incluso los irlandeses se unieron con entusiasmo a la tercera
etapa. En Francia, las minorías habían aceptado el punto de
vista jacobino porque deseaban ver que sus hijos sabían la
lengua de la modernidad; por el contrario, el bretón, así como
el gales en Gran Bretaña, eran un obstáculo para el éxito.
Los tres países de Occidente con mayor índice de
multicul-turalidad mezclaron clase y etnicidad de forma
diferente. En Bélgica al inicio, el sufragio sólo fue otorgado a
la burguesía flamenca que hablaba francés en público.117 En
España la élite castellana dominó pero no asimiló a las élites
catalana y vasca; ahí los movimientos políticos de clase y
etnia aún sobreviven. Suiza es un país multilingüe con un
Estado débil y la mayoría de las acciones de gobierno se
realizan a nivel cantonal; debido a que 18 de los 22 cantones
son monolingües, cada uno está dominado por la política de
clase y la cooperación étnica a nivel federal. En suma, los
gobiernos de estos tres países abordaron la multietnicidad
mediante sistemas consociacionales y confederales, pero
también con instituciones de clase.
La limpieza violenta quedó relegada a la periferia de
Europa occidental. Ahí, etnicidad y clase se reforzaban
recíprocamen-
1,7
Las élites flamencas y francesas se asimilaron mutuamente, puesto que la
burguesía local no deseaba acercarse a las masas autóctonas y las élites galas
gustosas adquirían la alta cultura flamenca.

327
Jorge Federico Márquez Muñoz

te; los explotados se definían también como étnicamente


distintos. Aún en los siglos xvm y xix, en Inglaterra, las clases
bajas de escoceses y galeses118 seguían siendo vistas como
pueblos atrasados, al igual que sucedía con los bretones y
otras poblaciones periféricas en Francia; a su vez, estos
grupos concebían a París y Londres como capitales
imperialistas y explotadoras. El caso extremo fue la
hambruna de los irlandeses en 1840, que provocó miles de
muertos: ahí, la clase se continuó mezclando con la
etnicidad.119
Con excepción de unos cuantos penosos
acontecimientos, aislados y poco duraderos, desde el siglo
xvm, Europa occidental no presenció limpiezas étnicas:
aunque en algunos países, en ciertas ocasiones se
discriminó a grupos externos, raras veces se les expulsó o
asesinó; generalmente las élites de los pueblos débiles se
asimilaron voluntariamente o bajo cierta coacción que no
llevaba a la violencia; posteriormente, esta integración llegó
también a las clases inferiores; en la actualidad, casi toda
Europa occidental está compuesta por naciones-Estado
homogéneas, debido principalmente a las limpiezas que se
hicieron entonces. Pero si el lado oscuro de la democracia
liberal no lo encontramos más que grisáceo en Europa
occidental, lo podemos ver casi negro en las colonias,
estudiadas en el siguiente capítulo. Ahora hablemos de la
versión orgánica de la nación.

1.8
Por ejemplo, en la década de 1780 los terratenientes escoceses
anglicanizados
llevaron a cabo "despejes de Tierras Altas", lo que provocó muchas muertes
y que
decenas de miles de gaélicos emigraran al Nuevo Mundo, al noroeste de las
Tierras
Altas y a las islas.
1.9
En 1840, comenzó una crisis en Irlanda debido a la plaga de la patata.
Como
la población local dependía de un solo cultivo, comenzó la hambruna. Los
ingleses,
por motivos de discriminación, se mantuvieron indiferentes y dijeron a los
irlandeses
que nada podían hacer por ellos. Como resultado miles de personas murieron
y otras
tantas huyeron a América.

328
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

7. La compasión universal igualitaria en occidente

Los tipos de modernidad descritos en los capítulos anteriores


-el protoliberalismo, el estatismo y el liberalismo-, no son pu-
ros. La retórica de la Revolución Francesa defendía al mismo
tiempo el individualismo envidioso (la libertad) y el igualitaris-
mo envidioso (la igualdad). Esta retórica provocó numerosos
incendios en el andamiaje del antiguo régimen. Por su parte,
Inglaterra no pudo ignorar por completo esta ideología: muy
pronto, sus propios igualitaristas comenzaron a cobrar cierta
relevancia; la primera reacción fue la represión, pero paulati-
namente la respuesta fue la democratización.
En Inglaterra, los pirómanos han tenido una relevancia
intermitente, pero la envidia ideológica nunca ha podido
extenderse al grado de convertirse en una amenaza para el
régimen; las evidentes injusticias nunca se convirtieron en
motivo suficiente para conformar una mayoría subversiva.
En 1795, el Parlamento aprobó las CombinationActs, que
prohibieron las asociaciones de trabajadores y la General
Enclosure Act, que cerró a los campesinos, definitivamente, el
acceso al campo cercado. Aún en 1832, el sufragio seguía
sumamente restringido: un hombre adulto de cada cinco tenía
derecho al voto. Los recursos de la intimidación y la represión
directa, sobre todo de los notables locales, ayudaron a
mantener el orden en las localidades. Las revueltas, en su
mayoría levantamientos locales, eran reprimidas con
brutalidad. En 1811 y 1812, gran cantidad de obreros, en
distintas ciudades, comenzaron una rebelión que fue
sofocada por el ejército.
A partir de 1820 los liberales, muchos de ellos de origen
aristocrático, comienzan a ejercer mayor influencia sobre el
Parlamento, pues consideraban que la reforma política era
fundamental para el mantenimiento del orden. En 1825
lograron que se abrogaran las CombinationActs y en 1832,
que se aprobara la Reform Act, que ampliaba el número de
electores de 435,000 a 650,000; la educación y el mérito
personal fueron, desde ese

329
Jorge Federico Márquez Muñoz

momento, criterios para obtener el derecho al sufragio. Al


estar mediatizado el voto de los liberales por Registration
Societies, la influencia de los radicales se desvaneció; pero
también en 1832 se aprobó la New Poor Law, que suprimía el
socorro a los indigentes. Quienes promovieron esta medida
no fueron los aristócratas, sino la pequeña burguesía, que
-ahora incluida en la base electoral- se quejaba de los
programas de ayuda para los pobres.
En 1834, los legisladores abolieron la esclavitud y
aprobaron una ley según la cual la pobreza era un delito cuya
penitencia eran las prolongadas estancias en las work
houses, una especie de campos de concentración de
trabajadores miserables y enfermos. La abolición de la
esclavitud es un paso evidente en el camino hacia la
igualdad, pero la Ley de los Pobres no buscaba el mejora-
miento de la gente, sino la contención de los posibles
envidiosos; era entonces una medida represiva para
mantener el orden.
El reformismo pareció insuficiente a los cartistas y en
1838, lograron afiliar a dos millones de trabajadores;
solicitaban el sufragio universal de corte secreto y una mejor
organización distrital para la representación en el
Parlamento. Pero un factor extra-político disminuye el efecto
de los radicales y consigue que gran cantidad de pirómanos
se integren, directa o indirectamente, al Parlamentarismo: la
abundancia que en este momento juega en contra de la
reforma del sufragio universal.120

120
"Hasta entonces, la miseria absoluta del mayor número aparecía como fatalidad
ligada a una pobreza global de las sociedades poco productivas, perturbadas por
añadidura por los ciclos de crisis de las subsistencias. Ahora bien, la supremacía
industrial de la Gran Bretaña le permite [...] obviar esa fatalidad. Esto gracias al
abatimiento de las barreras aduaneras -el librecambismo- que favorece la reducción
de precios de los productos alimentarios y de los productos de consumo corriente, y
procura de esta manera la satisfacción de las masas, sobre todo de la clase
peligrosa constituida por el proletariado urbano [...] En adelante, la represión
contrarrevolucionaria abierta no representa la única arma del conservadurismo [...]
Los recursos económicos del juego político vuelven incluso concebible la posibilidad
de moderar los efectos de la dinámica que conduce al sufragio universal". Guy
Hermet, En las fronteras de la democracia, trad. Enrique Lombrera Pallares, México,
Fondo de Cultura Económica, 1995 (Iaed. en francés, 1983), p. 35.

330
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

Dos cambios fundamentales se operaron en esta época:


de una parte, el movimiento obrero comenzó a prepararse
para la dinámica parlamentaria, a la cual se integró
gradualmente; por otro lado, los conservadores se unieron a
los liberales en la promoción gradual del voto para las
masas.121 No es extraño entonces que haya sido el
conservador Disraeli quien, aprovechando unas revueltas en
realidad poco peligrosas, llevara a cabo la gran reforma de
extensión del voto de 1867, la cual implicó ampliar a 1700,000
el número de electores, es decir, el 30% de los hombres
adultos (se trataba de casi la totalidad de las poblaciones
urbanas).
De cualquier manera, el periódico The Times lanzó
algunas advertencias:

El conocimiento de los aspectos políticos, nos permite


concluir que los trabajadores usarán el sufragio para
desplegar su forma animal de vida [...] Son envidiosos y
querrán repartirse las propiedades, la tierra, el dinero, de
sus vecinos con mayor fortuna.122

A pesar de las amenazas, se hicieron nuevas reformas en


1885123 y 1918,124 que extendían el voto a prácticamente toda
la población adulta. Estas reformas aumentaron debido a la
Primera Guerra Mundial, el compromiso del gobierno con los
jóvenes: los potenciales combatientes exigieron derechos
políticos a cambio de su lealtad.
No obstante, al concluir el conflicto, los obreros se
organizaron e, inspirados en el bolchevismo, comenzaron una
huelga
121
Esto se debió al hecho de que los conservadores se vieron cada vez más
envueltos
en negocios industriales y financieros y así, se percataron de la urgencia de la
refor
ma integradora de las clases obreras, siempre más peligrosas que las rurales
por la
facilidad que otorgan las concentraciones urbanas para la movilización.
122
Gertrude Himmelifarb, Victorian Minds. A Study oflntellectuals in Crisis and
Ideolo-
gies in Transition, Chicago, Elephatn Paperbacks, 1995, p. 380.
123
Que elevó el padrón a cuatro millones de electores, el 56% de los hombres
adultos.
124
Que daba el voto a los hombres de 21 años en adelante y a las mujeres,
desde los
30 años. Fue hasta 1969 que se igualaron las edades del sufragio para ambos
géneros.

331
Jorge Federico Márquez Muñoz

en las minas de carbón. En 1919, Lloyd George, quien había


confiscado a gran parte de la nobleza sus tierras, mostró que
sus ánimos igualitarios tenían un límite, pues no permitiría
que los mineros tomaron el control de uno de los más
importantes activos de la economía británica y extinguió los
fuegos de la envidia con el terror: el ejército disolvió la huelga
usando armas de fuego.125
Después de 1919, las revueltas no volvieron a amenazar
el orden. La ampliación del sufragio implicó una reducción en
la participación global, entramos de lleno al periodo del em-
botamiento, donde las reformas igualitarias se encuentran
tan avanzadas que pierden su atractivo.
La ruta política hacia la nivelación también fue
acompañada de reformas económicas: a lo largo del siglo
xix, mejoraron los salarios de los obreros, se redujo lajornada
laboral y se firmaron acuerdos en los que el gobierno se
comprometía a ayudarlos a adquirir viviendas; el desempleo
disminuyó gracias a la posición privilegiada de la economía
inglesa en el mundo.
Al obtener todas estas concesiones, los obreros tuvieron
más que perder que simplemente sus cadenas; moderaron
sus propuestas y contribuyeron a la construcción de una
economía nacional sólida. Los pobres no votaron contra la
propiedad privada, aprendieron a vivir en un medio que
mejoraba sus condiciones y otorgaba ventajas niveladoras
sólo gradual y parcialmente.
La clase obrera victoriana reconoció la legitimidad del ca-
pitalismo, la monarquía, el imperio y la religión; es decir, de
todas esas fuerzas que contrarrestaban la amenaza del
radicalismo violento.126 Los trabajadores ya no se orientaban
hacia la revolución, creyeron en el reformismo. Karl Marx
describía con desencanto el "aburguesamiento de los
proletarios", pero

125
Cfr. Paul Johnson, Tiempos modernos, op. ciL, p. 55.
126
Cfr. Gertrude Himmelfarb, Poverty and Compassion. The Moral Imagination
ofthe
Late Victorians, Nueva York, Knopf Doubleday Publishing Group, 2010, p. 15

332
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

también se podría hablar de lo contrario, pues la mentalidad


socialista había comenzado a invadir las políticas de los
gobiernos burgueses.
Entonces ¿por qué se seguía hablando de envidia,
resentimiento y miseria? Autores tan distintos como Thomas
Carlyle y Hobson respondieron igual a esta cuestión: por las
expectativas ascendentes. El primero escribió: "La pobreza
no es sólo una cuestión de las condiciones materiales de la
gente, sino también de su disposición -creencias,
sentimientos, amarguras". Por su parte en El problema de la
pobreza, John A. Hobson anotó: "Si por pobreza entendemos
la diferencia entre las necesidades sentidas y el poder para
satisfacerlas, entonces, hoy hay más pobreza que nunca [...]
La tasa de mejoras en la condición material no es suficiente
para disminuir el descontento popular".
En esta época, era común creer que los ricos se hacían
más ricos más rápidamente de lo que los pobres se hacían
menos pobres. En realidad había más ricos que en el pasado,
pero también, los pobres eran menos pobres. Más aún, entre
1851 y 1881, el ingreso promedio de los trabajadores se elevó
59%, el de la clase media 37%, y el de los ricos declinó 30%.
Para 1890, esta tendencia se incrementó. En 1905, el 50% de
la riqueza estaba en el 12% más rico de la población y sólo
tocaba el 3% de la misma al 30% más pobre de la población;
pero diez años antes, la desigualdad era mayor: el 50% de la
riqueza estaba en el 10% más rico, en tanto que el 25% de la
misma lo poseía el 50% más pobre.127
A pesar de todo eso, aún en las primeras décadas del siglo
xx, los ingleses vivían escandalizados por la miseria. Sin
duda, el número absoluto de los pobres crecía a pesar de las
caídas porcentuales; por ello, tuvo mucho eco la fórmula de
Charles Booth del "socialismo limitado", que consistía en
programas de ayuda para los pobres, pero sin renunciar a los
valores del individualismo y, sobre todo, sin
expropiaciones.128 En 1920, el
127
Cfr Ibidem, pp. 33-34.
128
Cfr Ibid., p. 168.

333
Jorge Federico Márquez Muñoz

entonces joven Clement Attlee se sintió sumamente


impresionado por esta fórmula.
Attlee se convirtió en el paradigma del laborismo, que
dominó Inglaterra durante gran parte del siglo xx. El Estado
benefactor, la Independencia de India, la conversión del
Imperio Inglés hacia la Commonwealth fueron parte de su
agenda política; imaginaba todas estas transformaciones
como pasos hacia la igualdad.
Las dos Guerras Mundiales contribuyeron a ensanchar las
funciones del Estado. Los efectos redistributivos iban acom-
pañados del nacionalismo. En la posguerra, el triunfo de los
laboristas, los elevados impuestos y algunas otras políticas
de corte social pusieron en el centro del debate a la envidia
igualitaria. Sin la amenaza nazi, el nacionalismo inglés
decayó; una vez más, la sociedad buscaba a sus enemigos
en el interior; la agenda de los laboristas se impuso y las
medidas niveladoras continuaron siendo el centro de la
política y la economía. Justo en este contexto, Schoeck
escribió:

Acaso no ha habido ningún otro país en el que se haya


discutido tanto, en los años que median entre el fin de la II
Guerra Mundial y la década de los cincuenta, el problema
de envidia e igualdad como en Inglaterra. Algunas revistas,
como The Spectator o Time and Tide, volvían una y otra vez
con artículos, glosas y cartas de los lectores sobre el
problema de la envidia [...] que aparecía en el fondo de
diversas disposiciones económicas y de política educativa, en
la legislación fiscal, etc., y que, muy a menudo, se
intentaba justificar vistiéndolas con el ropaje de fomento de
la igualdad.129

El igualitarismo ofrece una respuesta al problema de la en-


vidia, pero al mismo tiempo, contribuye a incrementarla; la
cuestión radica entonces en pensar si esta tensión
contribuye a

129
Helmut Schoeck, Envy. A Theory of Social Behavior, trad. Martin Secker,
India-napolis, Liberty Fund, 1992, p. 150.

334
Jorge Federico Márquez Muñoz

la estabilidad de la sociedad. La historia que hasta aquí


hemos expuesto nos muestra que el socialismo moderado de
los ingleses contribuyó más al orden, que al caos. Hoy, la
fórmula del "socialismo moderado" ha dado sus frutos: según
la distribución del ingreso, Inglaterra es uno de los países más
igualitarios del mundo130 (aunque uno de los menos
igualitarios de los países industrializados). Ni el vandalismo,
ni la revolución son amenazas considerables; en pocas
palabras: si bien el problema de la envidia no está resuelto, al
menos no es tan grave como para poner en jaque al sistema.
El embotamiento, la indiferencia, la incapacidad de socializar,
la soledad, son ahora problemas sociales más importantes
que el temor a las revueltas.
Los igualitaristas estadounidenses tardaron más en
obtener algunos éxitos. En cierta forma, en este país no se
justificaban los pirómanos prometeicos. Estados Unidos era
la nación más igualitaria del mundo. ¿Qué podían pedir los
pirómanos? Incluso los negros del Sur tenían derecho al
sufragio -aunque éste valía menos que el de los blancos-. Al
no existir nobleza, las restricciones censitarias fueron siempre
menos severas que en el Viejo Continente y la lucha por la
ampliación de la base electoral no era entonces una bandera
de los liberales ni de la izquierda.
Las posibilidades de hacer riqueza y la filantropía (sobre
todo de las iglesias), hacían aparentemente innecesarios los
mecanismos niveladores. Pero los norteamericanos no
lograron ignorar la Revolución Rusa. La entrada de su país a
la Primera Guerra Mundial, la explotación capitalista, la
desigualdad y el racismo indignaron a muchos millones de
estadounidenses que vieron en los bolcheviques un modelo a
seguir. Pero los socialistas norteamericanos no lograron
grandes éxitos electorales, ni tampoco como terroristas. Las
revueltas más peligrosas, las de los iww {Industrial Workers
ofthe World), fueron brutalmente
130
Cfr. World Bank, WorldDevelopment Indicators, 2000 (www.worldbank.org), p.
66 y sigs.

335
Jorge Federico Márquez Muñoz

reprimidas por el ejército. La nación aplaudió al gobierno,


pues consideraba unamerican a los manifestantes.
A principios del siglo xx, Theodore Roosevelt llevó a cabo
una campaña contra los trusts y Woodrow Wilson impulsó el
impuesto sobre el ingreso, el derecho del voto para la mujer y
la elección directa de los senadores. Ninguno de ellos era un
hombre de izquierda. Con estas reformas, se desarmó por
completo a los pocos radicales que quedaban.
En Estados Unidos nunca hubo condiciones para hacer
una revolución. Sin embargo, ante la Gran Depresión, la
izquierda amenazaba con crecer y por ello, algunas de las
demandas de los igualitaristas fueron incluidas en el
programa del gobierno. El igualitarismo hizo crecer al
Estado. Fueron los años de Franklin D. Roosevelt.
Posteriormente, Estados Unidos e Inglaterra se vieron
envueltos en la Segunda Guerra Mundial, tuvieron que
incrementar aún más el tamaño del Estado y lo hicieron con
mucho éxito. De nueva cuenta, el narcisismo nacionalista
permitió subir los impuestos.
En la posguerra, a pesar de la sombra de muerte que
arrojaba la Guerra Fría, se comenzó a respirar un clima
optimista en Estados Unidos. En 1958, John Kenneth
Galbraith publicó La sociedad de la abundancia, donde
afirmaba que se había llegado a tal grado de desarrollo, que
la escasez era cosa del pasado; según él, el problema de la
producción estaba resuelto, lo que faltaba era una mejor
redistribución y para ello había que dotar al Estado de
mayores herramientas. Eisenhower había pensado
exactamente lo contrario: veía en el gasto gubernamental,
sobre todo en el militar, un exceso que ponía en peligro la
economía; pero Kennedy era joven y optimista, no sólo
amplió el gasto social y militar, sino que agregó un elemento
al concepto de interés nacional: ahora éste significaba
competir con los soviéticos por granjearse la simpatía de los
países pobres. Pero el universalismo de Kennedy resultó
sumamente débil, porque

336
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

Estados Unidos no podía intervenir indiscriminadamente en


los asuntos del mundo.
En la posguerra, Estados Unidos tuvo en el gobierno a sus
propios incendiarios. Se pusieron en marcha monumentales
planes igualitaristas, tanto hacia adentro, como hacia afuera
del país. John Kennedy y después Lyndon Johnson,
endeudaron a la nación al tiempo que incrementaron las
expectativas de millones de norteamericanos y con ello, la
envidia, sobre todo de los afroamericanos. En lugar de un país
más igualitario y estable, comenzaron los desmanes
callejeros y lo más grave, la violencia estudiantil. Se suponía
que los altos gastos educativos mejorarían la calidad de las
escuelas y ello impactaría positivamente en la productividad y
el nivel de vida de los egresados. A principios de los setenta,
era evidente que nada de eso había ocurrido. Los sesenta
fueron la década de la ilusión; pero los setenta, los de la
desilusión.131
La política exterior de los presidentes Kennedy y Johnson
tuvo consecuencias en el mismo sentido: durante la Guerra
Fría, en respuesta a la esperanza que el modelo soviético
ofrecía a las naciones atrasadas, los estadounidenses
ofrecieron sus propios planes de desarrollo. En esta
encrucijada, los habitantes de los países pobres eran
entonces presionados por dos ideologías que prometían
llevarlos al mismo cielo: la prosperidad. En medio de
semejante apremio, a los países pobres de pronto les pareció
insoportable la miseria, pese a que habían lidiado con ella
durante milenios.
En Asia, América Latina y África se multiplicaron las teorías
que pretendían explicar el atraso del tercer mundo -términos
acuñados con relación a la expresión "el tercer Estado" de
Siéyes-. 132La mayoría de las teorías eran de inspiración
mar-xista, porque el marxismo ofrecía una explicación
satisfactoria
131
Cfr. Paul Johnson, Tiempos modernos, op. cit., p. 646 y sigs.
132
Los término Tercer Mundo fueron acuñados por el demógrafo francés
Alfred
Sauvy, en un artículo titulado Tres mundos, un planeta, donde citaba la famosa
frase de
Siéyes: "¿Qué es el tercer Estado? Todo ¿Qué ha sido hasta ahora en el orden
político?
Nada".

337
Jorge Federico Márquez Muñoz

de la pobreza,133 cultivaba el narcisismo de los pobres al


afirmar su superioridad moral134 y, sobre todo, ofrecía una
esperanza.135
En la posguerra, Inglaterra tuvo también sus propios
incendiarios en el gobierno: los laboristas, que casi lograron
paralizar la economía. Asimismo, para cubrir los enormes
gastos de los programas de nivelación endeudaron al
gobierno. Aquí, al igual que en Estados Unidos, el resultado
fue la insatisfacción de una población que, lejos de reconocer
que sus niveles de vida habían mejorado, exigía más y más.
Fue la era de las expectativas crecientes. Se instauró el
Estado de bienestar y los inconformes obtuvieron tanto, que
ya no había por qué seguir luchando.
En ambos países, el crecimiento y el cumplimento de gran
cantidad de demandas sociales provocó que, para los años
ochenta, el conformismo y la indiferencia se extendieran. La
sociología comenzó a preocuparse, ya no de las revueltas,
sino de la soledad; la anomia sustituyó al narcisismo
prometeico de los años sesenta; la envidia ideológica perdió
terreno y volvió a ganarlo la envidia banalizada. Se logró, de
nueva cuenta, la estabilidad social; pero el costo había sido
alto: el endeudamiento gubernamental y la inflación.
Comenzó entonces una nueva era en la cual Estados
Unidos e Inglaterra intentaron poner en orden sus finanzas
estatales y volvieron a confiar en el mercado. Los pirómanos
intentaron provocar un nuevo incendio, pero se encontraron
ante la frialdad de un público apático ante las cuestiones
políticas. Los estadounidenses y los ingleses parecen cada
vez más convencidos de que la movilidad social es posible,
de que los programas igualitaristas no son sólo innecesarios,
sino incluso perjudiciales.
Aún en la crisis que inició a finales de 2008, sigue
habiendo una enorme confianza en los mercados. No son los
programas
133
"Somos pobres porque somos víctimas de los voraces imperialistas".
134
"Somos pobres porque hemos tenido más escrúpulos que las potencias
explo
tadoras".
135
"Al final, humillaremos a los humilladores, los pobres danzarán sobre las
tumbas
de los ricos".

338
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMOJI

asistenciales, ni la rectoría económica del Estado lo que los


gobiernos liberales intentan para salir de la crisis; por el
contrario, la estrategia consiste en reactivar los mercados y
mejorar la legislación para evitar los abusos del crédito -esa
forma de diferir el conflicto mediante la abundancia del
futuro-. Por otra parte, el terrorismo, convertido en fenómeno
mediático, mantiene vigente la noción del enemigo exterior y
vuelve aceptables los sacrificios tributarios.136

8. ¿Liberalismo hacia afuera?

Aun en las sociedades liberales, en las fronteras, en sus


colonias y en lugares remotos, suele haber comportamientos
de tipo totalitario, es decir, esclavista y genocida. Veamos los
casos inglés y estadounidense, porque son las dos
democracias liberales por excelencia. La limpieza religiosa se
entrelazó con sentimientos étnicos y nacionales en las
fronteras de la civilización europea con los "pueblos
atrasados". Esto ocurrió, por ejemplo, en Irlanda: ahí, los
ingleses buscaron, mediante la religión, la cultura y la espada,
someter a un país bárbaro. Desde el siglo xm señores
ingleses gobernaban la mayor parte de Irlanda, pero había
pocos colonos y muchos nativos. Peor aún, los colonos
comenzaron a asimilarse a las costumbres locales y buscaron
independizarse de Inglaterra. En 1366, la Corona reaccionó
con el estatuto de Kilkeny, que prohibió la lengua autóctona,
los apellidos y los deportes irlandeses. Éstas fueron medidas
de asimilación forzada.
Los invasores ingleses luchaban por la tierra y algunos ir-
landeses fueron deportados al oeste de la isla; sin embargo,
los colonos aún eran pocos y tendían a asimilarse y hablar
gaélico. En el siglo xvi, Inglaterra y Escocia eran protestantes,
pero los
136
Cfr. Niall Ferguson, "Great Represison. A Long Shadow", The Financial
Times Limited, 20 de septiembre de 2008 (www.niallferguson.com).

339
Jorge Federico Márquez Muñoz

irlandeses y casi todos los viejos colonos ingleses eran


católicos. En 1607, los ingleses derrotaron militarmente a los
gaélicos y los expulsaron de la esfera pública; ulteriormente,
inmigraron más colonos protestantes ingleses y escoceses, y
más nativos fueron deportados al oeste.
Décadas más tarde, la Guerra Civil reabrió el conflicto.
Muchos protestantes irlandeses eran afines a la iglesia
anglicana y apoyaban al rey, igual que la iglesia católica
irlandesa;137 esta alianza dio ventaja en Irlanda al partido del
rey, el católico Carlos I. La guerra empezó con un
levantamiento gaélico; más de 4,000 protestantes del Ulster
fueron asesinados y 8,000 murieron a consecuencia del
hambre, la fiebre y las enfermedades: se trató de una
masacre no premeditada; sin embargo, esta calamidad
envenenó los sucesos posteriores, pues los propagandistas
protestantes convencieron a los ingleses de que la matanza
de protestantes había sido de una escala mucho mayor.
La Guerra Civil duró más en Irlanda que en Inglaterra. En
1649, Oliver Cromwell invadió el territorio gaélico con su
Nuevo Ejército Modelo Puritano, y logró la conquista final de
Irlanda con una represión ejemplar. El odio alimentado por la
supuesta masacre de 1641 y el desprecio por un pueblo
"salvaje", "supersticioso y "papista" escalaron la crueldad.138
El mensaje de Cromwell era "rendirse o morir", es decir,
se trataba de una política de castigo ejemplar similar a la que
hacían los asidos. En una guerra de dos décadas y tras la
muerte de más de 300,000 personas, en su mayoría por
hambre y enfermedad, los rebeldes se rindieron.
En Irlanda, los combates y el trato a los vencidos fueron
muy violentos: la quema de tierras de los católicos y la
expulsión
137
En sus dos facciones: la de los irlandeses gaélicos y la de los Ingleses
Viejos.
138
En Drogheda y Wexford Cromwell ordenó romper los muros a cañonazos
y
capitaneó el ataque. En estas dos ciudades fueron asesinadas alrededor de
4.500
personas, tres cuartas partes de las guarniciones y entre 200 y 300 civiles.
Aquello
fue una simple mezcla de limpieza étnica y religiosa.
En Munster, el líder puritano publicó un edicto donde sugería que
eliminaría el catolicismo de Irlanda.

340
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

mediante amenazas y castigos fueron llevadas a cabo por


hombres de crueldad variable. Los católicos describieron a
Charles Coote como "carnicero cruel y sanguijuela humana";
el coronel Tothill ordenó asesinar a todos los prisioneros
irlandeses; pero el sucesor de Cromwell en Irlanda, el
conservador Ireton, juzgó a Tothill y lo encerró. A este
comandante lo alarmaron los matrimonios de sus soldados
con mujeres católicas nativas -en aquel momento había
escasez de varones católicos en Ulster; así que ordenó la
expulsión de las mujeres cuya conversión al protestantismo
no fuera sincera y rebajó el rango de sus maridos. He aquí la
diferencia entre protestantes radicales y moderados.
Todo esto contrasta con el hecho de que, en Inglaterra, la
Guerra Civil fue más caballerosa: sólo el 4% de los ingleses
falleció (contra 15% de los irlandeses), hubo unas cuantas
matanzas en guarniciones que no se rindieron y, con
excepción de los involucrados en los saqueos de las ciudades
atacadas, casi todos los civiles escaparon de los daños
directos. También fue así en Escocia.139
Las tierras de miles de irlandeses pasaron a manos pro-
testantes;140 sin embargo, casi todos los irlandeses que
sufrieron la expropiación se quedaron a trabajar como
jornaleros, e incluso unos cuantos ex propietarios católicos
recibieron tierras en el oeste. Más tarde, la asimilación dejó de
ser forzada para convertirse en una cuestión de elección y
conveniencia. El gaélico declinó en la esfera pública, pero
subsistió en los dialectos, y a mediados del siglo xix, los
padres irlandeses de todas las clases sociales educaban a
sus hijos para que aprendieran la lengua del éxito, el inglés.

139
Ahí Cromwell ofreció buen trato a los vencidos. Eso, pese a que los
escoceses
eran más peligrosos que los irlandeses. Incluso, cuando el ejército escocés
invadió
Inglaterra y llegó a Worcester, su derrota sólo implicó que un puñado de
líderes
fueran ejecutados y varios centenares de soldados transportados al Nuevo
Mundo.
140
A principios del siglo xvn, el 90 por ciento de la tierra irlandesa estaba en
po
der de católicos; a fínales de esa misma centuria, contaban solamente con el
22 por
ciento; y en 1800 ya tenían sólo el 5 por ciento. También en las leyes penales
había
mucha discriminación contra los católicos. A fínales del siglo xvín, se obligaba
a los
herederos católicos y a los futuros profesionales a convertirse al
protestantismo.

341
Jorge Federico Márquez Muñoz

Los irlandeses conservaron algunos rasgos de su antigua


identidad, pero en general se asimilaron -i.e. el pastoralismo
gaélico fue suplantado por las prácticas sedentarias
inglesas-. Finalmente, los irlandeses ya eran vistos por sus
vecinos como plenamente europeos. De cualquier manera,
en Irlanda sigue habiendo dos comunidades religiosas con
relaciones tensas. Entre 1969 y el 2000, 3,300 personas
fueron asesinadas; pero ningún bando trataba de acabar con
el otro.
Desde finales del siglo xv y hasta el siglo xvn, en zonas
fronterizas de Europa hubo limpiezas étnicas entrelazadas
con elementos religiosos. En España se incrementaron los
antagonismos; en Irlanda decrecieron. Esto se debió a las
diferencias de gravedad de la amenaza: para los estados
cristianos mediterráneos, el Islam siguió siendo interpretado
como un fuerte peligro durante el principal periodo de la
limpieza;141 mientras que la percepción de una amenaza
irlandesa católica en el oeste disminuyó progresivamente.
Al este, en las fronteras de los imperios ruso, otomano y
persa, la limpieza se extendió entre cristianos, musulmanes
suníes y comunidades chiítas. La limpieza étnico-religiosa se
extendió sólo donde las amenazas políticas y religiosas se
retroalimen-taban; pero incluso ahí, la mayoría de los
asesinatos no fue premeditada.142
No hubo relación entre limpieza religiosa y régimen polí-
tico. En las guerras de religión, los protestantes se inclinaron
por el gobierno con representación limitada, mientras que los
católicos apoyaron a los poderes monárquicos, y ambos
perpetraron atrocidades similares. Esta fase del etnocidio
religioso acabó cuando casi todos los estados contaron con
una mayoría religiosa de al menos 80 por ciento de su
población.
Desde la antigüedad remota, hasta el siglo xvm, la
limpieza étnica fue inusual, ya que la macro-etnicidad
también lo era.
141
Empezó a debilitarse después de la batalla naval de Lepanto en 1572.
142
Las atrocidades de Magdeburg y Drogheda se parecen más a las
masacres ejem
plares de la antigüedad que a los sucesos de limpieza étnica moderna.

342
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

La etnicidad raramente se impuso a la distancia o la clase;


pero a medida que las religiones de salvación se extendieron,
la religión empezó a atravesar las barreras de clase y otras
fronteras, y provocó la democratización proto-nacional y la
limpieza de almas. No obstante, los asuntos laicos
continuaron dominados por la clase y otros ejes de
estratificación. Y acabada la limpieza religiosa, pareció que en
Europa la situación mejoraba.143
Pero en América la situación era distinta. Los nativos del
norte del continente eran formidables en las batallas,
persistentes en las campañas, pero sólo luchaban en grupos
pequeños; su grado de civilización parecía inferior al de los
europeos.
Y aunque se dio un poco de comercio con los nativos, no
mereció la pena saquear sus imperios ni sus minerales, como
sí había ocurrido en México. Es decir, no hubo ni el deseo
inicial de conquistar y esclavizar, ni la posterior asimilación
practicada por el imperio español; pero la competencia entre
nativos y colonizadores por la tierra se convirtió en un
conflicto implacable.
En un inicio, los colonizadores eran pocos y no estaban
bien armados; los iroqueses y los hurón, cuya sofisticación
superaba a la de las otras tribus del Norte de América,
pudieron enfrentarse a los blancos y aprovechar los conflictos
entre franceses e ingleses en América; sin embargo, la
victoria británica de 1763 puso fin a ese espacio geopolítico.
Entonces el comercio entre locales y colonos se intensificó,
los comerciantes aportaron los estereotipos según los cuales
los nativos eran seres primitivos, pero afables; los indios
comerciantes también eran útiles y no convenía expulsarlos,
pero a la larga predominaron los agricultores sobre los
dedicados al comercio.
Los granjeros necesitaban mano de obra, pero sus
primeros intentos de atar a los indios al trabajo dependiente
fracasaron. "Desde John Locke hasta los israelíes
contemporáneos que expulsan a los palestinos de sus
territorios, los europeos han
143
Michael Mann, El lado oscuro de la democracia, op. ciL,p. 69.

343
Jorge Federico Márquez Muñoz

argumentado que los que trabajan y mejoran la tierra tienen


derecho a poseerla".144
Para los colonos, el Nuevo Mundo era un territorio vacío,
el regalo de Dios a los pueblos civilizados. Hubo pocos
intentos de emplear a los nativos, de convertirlos al
cristianismo, de casarse con ellos o de asimilarlos
culturalmente. Los puritanos sí deseaban convertirlos, pero
sabían que no tenían recursos para ello. Más aún, se
sintieron aterrados ante las terribles atrocidades: freír a
hombres, mujeres y niños indios, en las ciudades que
quemaban.145
Entre 1622 y 1637, tuvieron lugar los primeros incidentes
genocidas, durante la guerra Pequot. Las oleadas de
colonizares no paraban de llegar, algunos tomaban las
tierras indias, otros cuidaban rebaños y otros más se
dedicaban a la minería.
Al abrir caminos en el territorio, plantar postes y más tarde
colocar vías férreas, asustaban a los animales salvajes; la
caza abusiva también provocó la extinción de algunas
especies; el medio ambiente de los indios se degradó y
millones de ellos murieron sin necesidad de guerras. Los
supervivientes dependían de las aportaciones
gubernamentales de provisiones esenciales a cambio de las
cuales renunciaban a sus tierras, a veces sin saberlo. Los
colonizadores tenían el poder político y militar para llegar a
estos graves extremos sin correr riesgos.
Hubo deportaciones masivas forzadas de nativos
enfermos y hambrientos, cuyas posibilidades de
supervivencia fuera de las tierras tradicionales eran escasas,
apilaron a los indios en cotos de caza y reservaciones,
algunos europeos reconocieron que se trataba de un
etnocidio, pero nada hicieron. Ciertos grupos de indios,
dominados por el hambre y la ira, asaltaron los ranchos de
los colonizadores y se rebelaron de vez en cuando; pero
cuando los indios oponían resistencia, los europeos
respondían con temibles represalias.
144
Ibidem, p. 105.
145
ídem.

344
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

Los europeos percibían una diferencia enorme entre el


nivel de civilización propio y el de los nativos. Asimismo, los
colonizadores sabían diferenciar el porte orgulloso y las des-
trezas militares de los indios de las llanuras y la actitud de los
cazadores-recolectores de California, siempre ligeros de
ropa, que fueron descritos como salvajes o paganos.
Según los colonos, la Divina Providencia manifestaba su
poder a través de la enfermedad que mermaba
considerablemente a los indios. Entre el final del siglo xvm y el
principio del xix, las etiquetas para los nativos cambiaron:
comenzaron las referencias a animales surgidas por el influjo
de la experiencia con los esclavos africanos. La clasificación
científica de la diferenciación de las especies como
adaptaciones milenarias al clima enlazó jerárquicamente a las
razas. Asimismo, esta categoriza-ción conjugó las cualidades
físicas, temperamentales y morales en un orden racial
supuestamente natural y proporcionado por Dios. La
civilización podía aprenderse, pero la raza era fija.
El Estado colonial británico tendía a ser más moderado
que las comunidades de colonos; en la metrópolis, se hacían
cálculos geopolíticos en un periodo de rivalidad imperial y se
consideraba que los indios podían ser aliados coyunturales.
Durante la Guerra de los Siete Años, las naciones indias
incrementaron su poder y organización mediante alianzas
militares con alguna potencia europea.
Pero después de la guerra, la Corona británica tenía menor
control sobre sus colonos. La posición moderada de la iglesia
anglicana tampoco era muy fuerte; la excepción fueron los
cuáqueros de Pensilvania y Nueva Jersey, cuyo pacifismo
protegió a los nativos e influyó en la huida de los indios de la
limpieza de otras partes.
Durante la guerra de Independencia, casi todas las
naciones indias lucharon del lado de los británicos. Éstos
habían establecido un límite a la expansión occidental de los
colonos y por lo tanto, si perdían la guerra, no habría manera
de contener a los norteamericanos.

345
Jorge Federico Márquez Muñoz

La clase gobernante de la nueva República estaba


dividida en dos posturas respecto a los indios: 1) la de los
misioneros, que creían en la unidad de la raza humana y
promovían la asimilación gradual146 de los indios; y 2) la
tradicional, que era la de los colonos que iban al Oeste,
generalmente pobres e incultos, pero con los medios
técnicos y organizacionales para llevar a cabo un terrible
genocidio.
La élite tradicional estaba motivada por razones políticas y
económicas para emprender medidas crueles contra los
indios. En cuanto a los motivos económicos, cabe mencionar
que

después de la Independencia, los especuladores ricos,


incluidos George Washington y Patrick Henry, compraron
enormes áreas del territorio.
John Donelson, un cartógrafo de Carolina del Norte, se
hizo con 20 000 acres de tierra cerca de Chattanooga. Su
yerno hizo veintidós viajes desde Nashville en el año 1795
para comprar tierras. Se llamaba Andrew Jackson.147

Respecto a los motivos políticos, la cuestión era muy simple:


los indios no votaban ni tenían injerencia alguna en la toma
de decisiones; en cambio, la adquisición de nuevos territorios
era muy popular entre la masa, más aún cuando era a costa
de pueblos cuya capacidad defensiva era casi nula.
El fracaso total de las políticas asimilacionistas comenzó
con la Conquista del Oeste. A partir de 1830, comenzó una
política masiva de deportaciones que resultaron letales para
los indios.
Ni Washington ni Jefferson imaginaron la necesidad de
exterminio contra el civilizado enemigo británico. El segundo
apoyó la expropiación de las tierras por parte de los blancos
y mientras fue presidente, sus agentes adquirieron 320,000
kilómetros cuadrados de territorios indios; afirmaba que, si a
los
146
Por ejemplo, mediante los matrimonios mixtos y la educación.
147
Howard Zinn, op. cit., p. 100.

346
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

indios no les quedaba suficiente territorio para cazar, tendrían


que aprender agricultura y se asimilarían. La política preferida
de Jefferson era la asimilación, después las deportaciones,
pero el exterminio no era reprobado si lo anterior fallaba.148
Durante la presidencia de Andrew Jackson, el sufragio se
amplió a todos los varones blancos; no obstante, fue famoso
también por luchar contra los indios. Cuando éstos se
resistieron a la asimilación y a la deportación, se enfureció.
Sus actitudes anti-indias le habían ayudado a conseguir
muchos de los votos que lo llevaron a la Casa Blanca.149
148
"Cuando Jefferson llegó a la presidencia en 1800, había 700,000 colonos
blancos
al oeste de las montañas. Jefferson entonces emplazó al gobierno a
promocionar la
futura mudanza de los creeks y los cherokees de Georgia [...] La actividad
agresiva
contra los indios fue en aumento en el territorio de Indiana durante el mandato
del gobernador William Henry Harrison [...] Cuando, con la compra a Francia
del
territorio de Luisiana en 1803, se dobló el tamaño de la nación -extendiendo de
esta
forma la frontera occidental desde los montes Apalaches, a través del
Mississippi, hasta
las montañas Rocosas-Jefferson propuso al Congreso que a los indios se les
debería
de animar a establecerse en territorios más reducidos y dedicarse a la
agricultura."
Howard Zinn, op. cit., pp. 99-100.
149
"Jackson era un especulador inmobiliario, comerciante, negrero y el más
agre
sivo enemigo de los indios de la primitiva historia americana. Llegó a ser héroe
de
la guerra de 1812".
" [...] Los indios creek ocupaban la mayor parte de Georgia, Alabama y
Mississippi. En 1813 algunos de sus guerreros mataron a 250 personas en Fort
Mims y seguidamente las tropas de Jackson quemaron un poblado creek,
matando a hombres, mujeres y niños. Jackson estableció la táctica de
prometer recompensas en tierras y botín [...]"
"Pero entre los hombres de Jackson hubo motines. Estaban cansados de
la lucha y querían volver a casa [...] Cuando un tribunal militar condenó a
muerte a un soldado de diecisiete años por haberse negado a limpiar sus
utensilios de comida y por encañonar a un oficial, Jackson desoyó la petición
de clemencia y ordenó que se llevara a cabo la ejecución. Pero se alejó para no
oír los tiros [...]".
"Jackson se convirtió en un héroe nacional en 1814, cuando luchó en la
batalla de Horseshoe Bend contra mil creeks, de los cuales mató a
ochocientos, con pocas bajas entre los suyos. Sus tropas blancas habían
fallado en el intento de atacar fron-talmente a los creeks, pero los cherokees, a
quienes había prometido la amistad del gobierno si se aliaban en la guerra,
nadaron a través del río, atacaron a los creeks por la espalda, y ganaron la
batalla [...]"
"Cuando acabó la guerra, Jackson y sus amigos empezaron a comprar las
tierras confiscadas a los creeks y Jackson se hizo nombrar comisario del
tratado dictado en 1814, por el cual se dejaba a la nación creek sin la mitad de
su territorio"
"El tratado dio pie a algo nuevo e importante. Concedía a los indios la
propiedad individual de la tierra, consiguiendo así abrir fisuras entre ellos,
rompiendo la costumbre de la tenencia comunal de la tierra, sobornando a
unos con tierras, dejando

347
Jorge Federico Márquez Muñoz

Por otra parte, Jackson había extendido las colonias hasta la


frontera con Florida, entonces propiedad de España:

Aquí yacían los poblados de los indios seminóles, y se


refugiaban algunos esclavos negros. Con el pretexto de que era
un santuario de esclavos fugitivos e indios saqueadores,
Jackson empezó a realizar incursiones en Florida. Florida,
según dijo, era esencial para la defensa de los Estados Unidos
[...]
Así empezó la guerra seminóle de 1818, que acabó con la
adquisición americana de Florida. Aparece en los mapas
escolares con el lema discreto de Compra de Florida, 1819,
pero en realidad nació de la expedición militar de Andrew
Jackson más allá de las fronteras de Florida, quemando
poblados seminóles y capturando fuertes españoles, hasta que
España se vio persuadida de la necesidad de vender [...]
Así llegó Jackson a ser gobernador del territorio de Florida.
Ahora podía dar buenos consejos comerciales a sus amigos y
parientes. A un sobrino le aconsejó que se apoderara de propie-
dades en Pensacola y a un amigo, cirujano general del ejército,
le aconsejó que comprara todos los esclavos que pudiera,
150
porque el precio estaba a punto de subir.

En cuanto ocupó la Presidencia, Jackson rompió los acuerdos con


los indios e inició deportaciones forzadas. Gracias a su Ley de
Traslado (1830) 10,000 creek, 4,000 cheroquis y 4,000 chock-taw
151
murieron en el Sendero de Lágrimas.

a otros sin ella, introduciendo entre ellos la competitividad y la confabulación


que marcaría el espíritu del capitalismo occidental". Howard Zinn, Ibidem, pp.
100-101.
150
Ibid.yp. 102.
151
"Durante el mandato de Jackson y el del hombre que él mismo eligió para
sucederle, Martin Van Burén, se obligó a setenta mil indios a desplazarse
desde sus
tierras al este del Mississippi, hacia el oeste. En Nueva York quedó la
Confederación
Iroquesa. Pero expulsaron a los indios sac y fox de Illinois, después de la
Guerra del
Black Hawk [...], concluida en 1832".
"Martin Van Burén ordenó la entrada del teniente general Winfield Scott
en territorio cherokee, invitándole a utilizar cualquier tipo de fuerza militar
necesaria

348
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

Lincoln, siendo un joven político, usó su experiencia militar


en la guerra del Black Hawk para mostrar una imagen de
combatiente de indios y elogió las brutales proezas militares
de Zachary Taylor y la deportación de los cheroquis de
Winfield Scout; pero al llegar a la Casa Blanca, los indios
fueron para él sólo un problema periférico. Lo presionaron
tanto los partidarios del exterminio como los humanitarios; él
simpatizaba más con los últimos; de cualquier modo, aprobó
la ejecución de 39 indios y con ello, no logró satisfacer a
nadie.
Al final del siglo xix, cuando el genocidio ya casi se
acababa, Theodore Roosevelt ya no tuvo necesidad de
contribuir a él: los indios casi habían desaparecido. Aun así,
declaró que el exterminio era en definitiva tan beneficioso
como inevitable.

Los presidentes, sobre todo los más democráticos, en


respuesta a las necesidades de sus electorados, puede
que mostraran un arrogante racismo imperial que alimentó
políticas que iban más allá de la represión ejemplar [...] Y es
que la resistencia india y la justificación de la expropiación de
tierras los llevó a tales tentaciones. ¿A cuántos de estos
presidentes juzgaría hoy por genocidio un tribunal
internacional contra crímenes de guerra? Cuatro, creo yo
-excluyendo a Roosevelt, cuya retórica no fue acompañada
de gestos-, aunque la sentencia de Lincoln sería leve.

para desplazar a los cherokees hacia el oeste. Cinco regimientos de tropas


regulares y cuatro mil milicianos y voluntarios iniciaron una ocupación masiva
del país cherokee". "[...] Juntaron a los diecisiete mil cherokees y los
amontonaron en empalizadas. El 1 de octubre de 1838 salió el primer
destacamento, en lo que se conocería como el Camino de las Lágrimas. Al
desplazarse hacia el oeste, empezaron a morir de enfermedades, sed, calor, y
frío. Había 645 carros, y gente que marchaba a su lado. Los supervivientes
explicaron, años después, cómo habían parado al lado del Mis-sissippi en
pleno invierno, con las aguas llenas de hielo: Había centenares de enfermos y
moribundos metidos en los carros o tumbados en el suelo. Durante su
confinamiento en la empalizada y durante la marcha murieron cuatro mil
cherokees".
"En diciembre de 1838, el presidente Van Burén dijo al Congreso: Me produce
un placer muy sincero informar al Congreso de la completa mudanza de la
Nación de los indios cherokee a sus nuevos hogares al oeste del Mississippi.
Las medidas autorizadas por el Congreso en la última sesión han tenido un
éxito completo". Howard Zinn, Ibid., pp. 103 y 114.

349
Jorge Federico Márquez Muñoz

¿Y qué decir de los colonos de las fronteras, de entre los


cuales salió la mayoría de los asesinos? Como la limpieza
llegaba en pequeñas y sucesivas oleadas a las zonas
recientemente colonizadas, cada grupo de colonos sólo
tenía que deshacerse de unos cuantos nativos para obtener
la tierra deseada. La siguiente oleada de limpieza local sería
perpetrada por otros, y así sucesivamente, hasta que se
completase la limpieza. Todo este proceso podía durar
entre 5 y 50 años, y su violencia y criminalidad variaba
mucho según la proporción de blancos e indios, el ritmo de
expropiación de las tierras y la capacidad de resistencia de
los indios. En un momento dado, sólo unos cuantos
europeos se apropiaban de sus tierras y aún menos
mataban. Las generaciones siguientes sólo conocieron la
paz, ya que los indios habían sido derrotados y
trasladados a otras partes.152

Después de la Guerra Civil, el ejército aplicó nuevas medidas


contra los indios, aprendidas a lo largo del conflicto. En 1866,
el Jefe del Estado Mayor, general Sherman, explicó su
táctica:

Mi opinión es que si se permite a cincuenta indios quedarse


entre Arkansas y la meseta, tendremos que vigilar todas las
estaciones de diligencias, todos los trenes y a todas las
partidas que trabajan en las vías férreas [...] Cincuenta
indios hostiles tendrán en vilo a tres mil soldados. Vale la
pena cogerlos lo más pronto posible y poco importará si los
convencen los delegados indios o si los matan.153

Es decir, dispersar las fuerzas era sinónimo de caer en


manos de los indios, que gracias a su movilidad eran hábiles
en operaciones pequeñas. Por ello, los generales decidieron
atacar a los indios durante el invierno, cuando se
encontraban inmovilizados:

Michael Mann, El lado oscuro de la democracia, op. cit., p.


116. Citado en Michael Mann, Ibidem, p. 118.

350
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

las armas apuntaron a multitud de hombres, mujeres y


niños que intentaban huir de sus poblados. Si conseguían
huir, perdían todas sus posesiones, lo cual acababa con su
capacidad para vivir de la tierra. Si fracasaban, morían
juntos.154

El debate entre el general Sanborn, encargado directo de


implementar las tácticas, y el comandante del ejército de las
llanuras, Sheridan155 es revelador en cuanto a la naturaleza
de esta matanza. El primero, en una carta al ministro de
Gobernación, escribió:

Para una poderosa nación como la nuestra librar una


guerra contra unos cuantos nómadas desaliñados y en
tales circunstancias es un espectáculo muy humillante,
una injusticia sin parangón, un crimen nacional repugnante
que, tarde o temprano, atraerá sobre nosotros o nuestros
descendientes el juicio divino.156

Sheridan respondió que los críticos de la nueva estrategia no


eran más que "eclesiásticos buenos píos" y "cómplices de
salvajes que asesinan sin piedad". Aquí vemos de nuevo la
tensión entre cristianismo y paganismo, entre la
autocontención y los chivos expiatorios.
El chivo expiatorio -en la imaginación de quienes lo
usan-debe aparecer como un demonio temible; sin embargo,
llegó el momento en el que era evidente que los indios no lo
eran. Entró entonces un argumento cínico: la matanza servía
para mantener empleadas a unas masas de blancos que de
otro modo podrían convertirse en una amenaza para el orden.
Las milicias coloniales estaban financiadas por el gobierno
estatal o local, en ocasiones recibían un sueldo y a veces
trabajaban con una comisión por cabellera entregada. Los
perpetra-

154
Ibid.,p. 119.
155
A quien se le atribuye la frase: "el mejor indio es el indio muerto".
156
Michael Mann, El lado oscuro de la democracia, op. cü., p. 120.

351
Jorge Federico Márquez Muñoz

dores del genocidio eran feroces hombres armados; algunos


de ellos hacían trofeos con partes de los cuerpos de sus
víctimas.

Un oficial del ejército intentó persuadir al gobernador


Evans de Colorado para que negociase con los indios. Pero
¿qué haré yo con el Tercer Regimiento de Colorado si firmamos
la paz?, respondió el gobernador. Les han educado para que maten
51
a indios y deben matara indios}

Muchos colonos eran de las milicias, y las perspectivas eran


sombrías para aquellos aspirantes a políticos que se
oponían a ellos.
En California ocurrió el peor genocidio. Ahí, había
influencias españolas, ya que estuvo colonizada durante
ochenta años por los iberos, hasta 1848, cuando Estados
Unidos la conquistó. Sin embargo, la presencia del Estado
español había sido débil, las instituciones principales que
trataban con los indios eran las misiones franciscanas. Los
misioneros buscaban salvar almas, al tiempo que montaban
comunidades agrícolas para sustentarlas, y si para ello
debían coaccionar a los nativos, lo hacían sin vacilar.
Los indios fueron bautizados y quedaban, por tanto, bajo
la autoridad del orden español; pero éste se convirtió en
prisión. A las largas horas de trabajos forzados en los
campos, siguieron horas de rezos forzados en latín; a las
indias las encerraban con llave de noche. Y si los indios se
negaban a trabajar o rezar, les ponían grilletes, los
golpeaban, torturaban, mutilaban y los obligaban a rezar.
La mitad de los indios de California murió durante el pe-
riodo de las misiones, casi todos víctimas de enfermedades
introducidas en una población debilitada por la extenuante
rutina y la escasez de alimentos. "Los franciscanos fueron los
maoístas del siglo xvm, quisieron mejorar el mundo mediante
su devastación".158

157
ídem.
158
Ibid., p. 109.

352
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

Los rancheros españoles de California eran más prácticos.


Los indios desposeídos podían trabajar como jornaleros
libres e incluso fueron frecuentes los matrimonios mixtos. Su
plan combinaba asimilación forzada con segregación limitada
de las comunidades indias que quedaban.
En 1821, cuando México logró independizarse de España,
parecía que las cosas mejorarían. Cinco años más tarde, el
nuevo gobierno proclamó la emancipación de la mayoría de
los indios de las misiones y en 1833, la mitad de sus tierras
fueron distribuidas entre los indios. Pero la benevolencia de
un Estado lejano fue opacada por la voracidad de las
autoridades locales coloniales, que se quedaron con la
mayoría de las tierras.
En esa época, los colonizadores que llegaban eran casi
todos anglos y en 1848, robaron California a México. Aquello
provocó que el ritmo de muertos indígenas creciera
notablemente, de tal manera que murió más del 70 por ciento
de los nativos.
La desnutrición, el hambre y el descenso de la fertilidad a
menudo derivaban de la política colonial y las enfermedades
no eran completamente accidentales. Los colonos no
ignoraban el mecanismo de una enfermedad, pero raras
veces adoptaron medidas para evitar epidemias.159 Y
tampoco les desagradaban los resultados.
En muchas ocasiones, las mujeres indias eran violadas y
condenadas por la pobreza a la prostitución, transmitían
enfermedades venéreas letales a los indios y tampoco se
intentó controlarlas. Asimismo, el alcoholismo desmoralizaba
y asesinaba a los indios, este era alentado por los colonos,
que utilizaban el alcohol para pagar a los indios por sus tierras
y su trabajo.
Entre 1848 y 1860, la población india de California pasó de
150,000 a 31,000 personas; los blancos aumentaron de
25,000 a 350,000. Los jóvenes indios podían trabajar para
ganarse la vida, miserablemente; mientras que las jóvenes
podían reproducirse,
159
Así lo demuestra el hecho de que los esclavos, como eran considerados
valiosos, eran vacunados contra la viruela y los indios no.

353
Jorge Federico Márquez Muñoz

pero tenían pocas oportunidades de hacerlo con otros


indígenas, así es que lo hacían con blancos. Se llegó incluso
a prohibir que las y los jóvenes indígenas vivieran juntos o
tuvieran hijos.
El golpe final a la reproducción indígena llegó en la
segunda mitad del xix, con la oleada de mineros blancos con
quienes se quedaron casi todas las mujeres.
La democracia colonial en California fue letal: en 1859, se
aprobó la Constitución que consagraba el sufragio blanco
masculino universal, la forma más avanzada de democracia
de la época; pero al mismo tiempo, se aprobó la detención
forzosa y el contrato de explotación vitalicio para cualquier
indio que huyese de las reservaciones o que estuviera
dedicado a holgazanear; asimismo, el Congreso local
autorizó a las milicias coloniales a realizar redadas.
Como las reservaciones no eran suficientes para
mantener a la población deportada en ellas, las milicias
provocaban la muerte de muchos indios. Más aún, tanto la
Asamblea Legislativa de California como la delegación
californiana en el Congreso obstaculizaron los intentos de la
Presidencia de ofrecer un nuevo trato a los indios.
La Asamblea de California negó todo derecho indio con
relación a las tierras de ese estado; sin embargo, los indios
que habían llegado ahí lo habían hecho, desplazados de
otros lugares, ya que no había ningún otro lugar más hacia el
oeste al cual ir.
La situación fue crítica: los colonos eran pocos y estaban
mal armados. Los grupos indios, que hasta ese momento
habían estado mal organizados, cedían sus poderes a los
jefes guerreros; así, la amenaza india iba en aumento. La
respuesta del gobernador Burnett fue el genocidio. Esta
política fue continuada por el gobernador McDougal.
En los estados fronterizos, muchos políticos y colonos
deseaban adoptar la misma política, y algunos la aplicaron.
El gobernador Ramsey de Minnesota buscó abiertamente
"exterminar o desterrar" a los sioux, y pudo contar con el
aplauso

354
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

de la opinión pública, tras incentivar linchamientos contra los


indios. Además, los jurados eran cómplices, pues casi nunca
declaraban culpables a los asesinos de indios.
Aunque a menudo el gobierno federal, al igual que unos
pocos colonos, el ejército y los misioneros protegían a los
indios, casi todas las diferencias entre blancos se olvidaban si
los indios oponían resistencia o si mataban a hombres o
mujeres blancos. El indio, en tanto chivo expiatorio, era un
factor de unidad.

Algunos indios modoc de la frontera entre Oregón y


California condujeron al general Canby a una trampa y lo
mataron. A consecuencia, se alzó un clamor exigiendo
venganza, que el general William Tecumseh Sherman
supo aprovechar. Exigió no sólo la muerte del pequeño
grupo de criminales, también la matanza y la dispersión de
toda la tribu para que el nombre de los modoc desapareciera,
Después de que los sioux de Lakota se rebelasen y matasen
a 80 soldados americanos en una escaramuza, Sherman
pudo hacer lo mismo. Escribió: Debemos actuar con seriedad
vengativa contra los sioux [...] incluso hasta el exterminio de sus
hombres, mujeres y niños. La muerte de George Armstrong
Custer en Little Bighorn en 1876 provocó una protesta
nacional similar. A continuación, estalló una guerra
despiadada, y tuvieron lugar la expropiación de todas las
tierras sioux y la rendición final de Toro Sentado en 1881.160

Finalmente, si bien el xix es conocido como el siglo de la paz y


el progreso, debemos considerar dos cuestiones: en primer
lugar, fuera del territorio europeo, los cruentos
enfrentamientos no cejaron. Vemos, por ejemplo, el
"aplastamiento" o "Mfecane" (1818-1840) en el sur de África
en que fueron aniquilados dos millones de nativos. Asimismo,
en el Congo (1886-1908), perecieron más de cuatro millones
y medio de africanos debido al dominio colonial. Entre 1861 y
1865, la Guerra Civil estadounidense arrojó un saldo de más
de 360,000 víctimas. Según
160
Michael Mann, El lado oscuro de la democracia, op. cit., p. 113.

355
Jorge Federico Márquez Muñoz

algunos historiadores, a estas catástrofes podrían sumársele


los decesos producto de las "Hambrunas Coloniales El Niño"
(1876-1900), esta versión apunta a que las políticas
imperiales y comerciales fueron responsables de 10 millones
de muertes en India, 20 millones en China, un millón en
Brasil; asimismo, debe tomarse en cuenta que, debido a la
brutal colonización, mientras en 1800 en Estados Unidos
había 600,000 indios; en 1890, tan sólo quedaban 250,000.
Algo similar ocurrió en Australia, donde el millón de
aborígenes que había en 1788 quedó reducido a 50,000 en
1890, mismos que se convirtieron en 30,000 en 1920. En un
periodo casi igual, en Nueva Zelanda, los maoríes pasaron
de 240,000 a 40,000.
En cuanto a la esclavitud, cabe mencionar que, debido a
que los esclavos son útiles, no suele haber una matanza
intencionada de los mismos; sin embargo, dadas sus magras
condiciones de vida, la violencia que se ejerce en su contra
es considerable. Además, debido a que se les "monstrifica",
su sufrimiento suele ser pasado por alto. Cabe aclarar que
las civilizaciones cristiana e islámica cuentan con principios
igualitarios que debieran haber prevenido la esclavitud, pero
no fue así.
A diferencia de lo ocurrido con los indios en Norteamérica,
los esclavistas decidieron que ni la eliminación, ni la asimi-
lación eran las rutas a seguir. Lo que se buscaba era que los
esclavos trabajaran, pero no había que quitarles sus tierras
ni acabarlos. Cuando se les eliminó, esto fue un daño
colateral o una violencia ejemplar que no buscaba el
genocidio; pero como los nativos eran despreciados, el
genocidio ocurrió por negligencia-i.e. en las prisiones de
África, mientras esperaban ser trasladados, cuando se
resistían a la captura o mientras eran transportados por el
Atlántico-. La cifra calculada por Matthew White de fallecidos
por estas razones entre los siglos xv y xix es de 17.8
millones.161
161
Cfr. Matthew White, "Selected Death Tolls for Wars, Massacres and
Atrocities Before the 20th Century", Historical Atlas ofthe Twentieth Century,
disponible en http:// necrome, trics.com, consultado el 15 de octubre de 2012.

356
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

Las estimaciones son inexactas, pero una cifra que parece


razonable es que fueron más de treinta millones los africanos
esclavizados por europeos entre los siglos xv y xix; por
mucho, los portugueses fueron los que más esclavizaron en
Occidente: en Brasil hubo más de un millón de esclavos en el
periodo mencionado, prácticamente el doble de los que hubo
en las Trece Colonias y después en Estados Unidos;
sumados todos los esclavos en dominios portugueses, fueron
más de tres millones y medio; mientras que los esclavos en
dominios del Imperio Británico rebasaron los dos millones.
Los imperios francés y español esclavizaron a más de un
millón y medio de personas, la mayor parte de ellos, africanos.
Pero debemos tener cuidado al considerar la
responsabilidad de este asunto: por un lado, muchos otros
pueblos también tenían esclavos, y algunos aún los tienen; y
ninguno de los países occidentales ejerce sistemática o
abiertamente la esclavitud, aunque llegan a existir casos
aislados. En el mundo islámico, la esclavitud fue una
institución aceptada hasta inicios del siglo xx: entre el año 650
y el 1900, esclavizaron unas quince millones de personas,
casi todos africanos, aunque también los hubo europeos.162
Los africanos también practicaron la esclavitud163 contra
sus propios compatriotas -y aún la practican en lugares como
Sudán-. En India también la esclavitud fue una institución
hasta la independencia, cuando se convirtió en una práctica
menos extendida y clandestina.164 Como afirma el historiador
Paul Johnson,
162
Los otomanos, por ejemplo, esclavizaron a más de un millón de
españoles,
italianos y balcánicos.
163
Por ejemplo, el imperio esclavista de Malí traficó con casi diez millones de
es
clavos o el Imperio de Etiopía que contaba con un quince por ciento de su
población
esclavizada, aún bien avanzado el siglo xx. John Miller, "The Unknown Slavery:
In
the Muslim world, that Is — and It's Not Over", Arab Muslim Slavery,
12/10/2008,
disponible en
http://arabmuslimslavery.blogspot.mx/2008/10/unknown-slavery-in-
muslim-world-that-is.html, consultado el 18 de octubre de 2012.
164
S/A, "Focus on the slave trade", BBC News, disponible en http://news.bbc.
co.uk/2/hi/africa/1523100.stm, 03/09/2001, consultado el 18 de octubre de 2012.

357
Jorge Federico Márquez Muñoz

en la propia Europa, el antiguo sistema esclavista se había


extinguido casi totalmente en el marco de la sociedad
cristiana. En la década de 1440, mientras exploraban la
costa africana desde las islas que acababan de ocupar, los
portugueses volvieron a descubrir la esclavitud como
actividad comercial rentable. En África la esclavitud había
existido siempre, y quienes la manejaban eran los
gobernantes locales, a menudo con la colaboración de
traficantes árabes. Los esclavos eran cautivos, personas
ajenas a la comunidad que habían perdido su raigambre
tribal; una vez esclavizadas, se convertían en mercaderías
comercializables y, desde luego, en un recurso importante
para conseguir dinero.
Los portugueses se iniciaron en la trata de esclavos a
mediados del siglo xv, llegaron a dominar su práctica y, en
el curso de ese proceso, la transformaron en algo más
impersonal y horrible que lo que había sido en el África
antigua o medieval. La nueva colonia portuguesa de
Madeira se convirtió en el centro de una industria
azucarera que no tardó en convertirse en la proveedora
más importante de Europa occidental. El primer ingenio
azucarero, con mano de obra esclava, se instaló en Madeira
en 1452 [...] A medida que la industria azucarera crecía,
comenzaron a contarse por miles: hacia 1550, sólo en
Santo Tomé, que también se convirtió en campo de
concentración, ingresaron alrededor de 50.000 esclavos
importados de África. La administración de estas
actividades, que daban pingües ganancias, estaba en
manos de un conglomerado mixto de cristianos de toda
Europa-españoles, normandos y flamencos, y también
portugueses e italianos del Egeo y el Levante- que actuaba
bajo la égida de la corona portuguesa. Estos hombres
-jóvenes, solteros e incansables- no vacilaban en unirse a
la primera mujer que se les cruzara, fuera quien fuese, y a
veces incluso llegaban por esa vía al matrimonio. Su
descendencia mixta, los mulatos, resultaron ser menos
propensos que los europeos de pura raza a padecer fiebre
amarilla y malaria, de modo que crecían sanos y fuertes.
Sin embargo, ni los europeos ni los mulatos pudieron vivir
en la costa africana, pero se multi-
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

plicaron en las islas de Cabo Verde, a unos 500 kilómetros


de la costa occidental del continente. Los mulatos
traficantes de Cabo Verde eran conocidos con el nombre
de langados. Hablaban en criollo, dominaban las lenguas
nativas, practicaban un cristianismo sazonado de
paganismo y administraban la parte europea de la trata de
esclavos, del mismo modo que los árabes se hacían cargo
de la parte africana.165

9. Capitalismo e imperialismo

Existen tres grandes formas de gestión de la violencia: 1) lo


sagrado, con el canibalismo y los sacrificios; 2) la fuerza, con
la guerra y la desigualdad política; y, 3) el dinero. Claro está,
la fuerza sustituyó sólo parcialmente a lo sagrado y al dinero,
convive con los dos anteriores.

Jamás hemos escapado a la necesidad de obrar con


astucia con la violencia, ni de esta trilogía funcional del
poder. Con la progresiva extensión de la dimensión de las
formas sociales, la gestión de la violencia deja de basarse
sólo en lo religioso para convertirse en parte política, luego
económica; la relación con la violencia y con la muerte
bascula de lo sagrado a la fuerza cuando se constituyen los
grandes imperios, y luego de la fuerza al dinero cuando se
instala el capitalismo.166

Con la caída del Imperio Romano, la monetización de las rela-


ciones sociales en Occidente dejó su acelerada expansión
para retraerse y renacer hasta el año mil. El Medioevo

165
Paul Johnson, Estados Unidos. La historia, trad. Fernando Mateo y
Eduardo
Hojman, Barcelona, Javier Vergara Editor, 2001 (Iaed. en inglés, 1997), pp.
26-27.
166
Jacques Attali, Milenio, trad. R. M. Bassols, México, Editorial Planeta
Mexicana,
1994 (Iaed. en francés, 1990), p. 15.

359
Jorge Federico Márquez Muñoz

representó un distanciamiento esencial de lo que había sido


la cultura mediterránea de la época clásica; mientras que
ésta se focalizó en las ciudades, la cultura medieval lo hizo en
torno del feudo rural. Mientras que la cultura clásica hacía
hincapié en el comercio, la cultura medieval enfatizaba la
autosuficiencia; y mientras que la economía clásica se
concentraba en el dinero, la medieval lo hacía en los
servicios heredados y en el pago en especies.167

Un contraste evidente entre la cultura medieval y la de la


época clásica, fue que la primera desechó casi por completo
el uso de dinero.168 Hacia el año mil en algunos puertos de
Europa renació la noción, perdida en Occidente durante
siglos, de que el dinero es un equivalente para casi todas las
cosas, un equivalente universal. La rivalidad comenzó
entonces a canalizarse

hacia la cantidad equivalente monetaria de lo que cada uno


puede disponer. El dinero se impone progresivamente con
relación a los modos anteriores de gestión de la violencia,
ya que constituye un formidable progreso sobre todo lo
que le ha precedido: permite intercambiar más objetos
diferentes, a mayores distancias, y crear riquezas en
mejores condiciones. El valor de las cosas no es ya
167
Jack Weatherford, op. cü., p. 96.
íes «£nWgar de recolectar impuestos en monedas, los terratenientes exigían
el pago en cosechas y servicios prestados por los campesinos. En lugar de
fabricar bienes manufacturados para comerciar, cada feudo intentó ser tan
autosuficiente como le fuera posible, produciendo sus propios alimentos y
ropas e incluso sus propias herramientas. Como ya no les era posible vender
sus servicios, las gentes del pueblo se transformaron en siervos, ligados a la
tierra [...]"
"La rivalidad entre un imperio de carácter tributario y el sistema de
mercado parecía haberse dirimido en favor del primero. Bajo la hegemonía de
Roma, el gobierno había derrotado y aparentemente destruido el sistema de
mercado. Los romanos parecían haber conseguido lo que los persas habían
intentado en los años de su guerra contra las ciudades mercantiles de
Grecia."
"Pese al virtual fallecimiento de los sistemas de acuñación de moneda en
la Europa occidental, en el Mediterráneo oriental, bajo la égida de los
emperadores bizantinos de Constantinopla, siguió operando un sistema
monetario muy saludable. El dinero no se extendió ni contribuyó a desarrollar
instituciones más complejas, pero por lo menos sobrevivió. Tras varios siglos
de inercia, el sistema volvió poco a poco a la vida". Ibidem, pp. 97-98.

360
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

medida de la vida de quienes las han hecho o de la fuerza de


quienes las poseen, sino de la cantidad de dinero cuyo
equivalente son. Los objetos circulan entonces sin
amenazar ya la vida de quienes los intercambian [...]
El dinero -también llamado el mercado, o el capitalismo,
tres conceptos indisociables- se impone así como un modo
de gestión de la violencia radicalmente nuevo, eficaz y
universal, opuesto a los de lo sagrado y de la fuerza. En
este orden nuevo, el poder se mide por la cantidad de
dinero controlado..., en primer lugar por la fuerza, y luego
por la ley. La víctima propiciatoria es aquel que se encuentra
privado de él y que amenaza el orden discutiendo su
distribución. Ya no es el poseído, como en el orden de lo
sagrado, ni el desviado, como en el orden de la fuerza, sino
el mendigo, el nómada, el desheredado.169

El sacrificio de las nuevas víctimas propiciatorias se


manifiesta en la indiferencia de los sacrificadores: mientras
los capitalistas y los consumidores compiten con poca pasión,
de manera bana-lizada, con sus iguales elegidos; sus dobles,
los pobres mueren prematuramente de enfermedades
curables, por las condiciones insalubres de sus trabajos y
viviendas, etc.
Pese a ello, la ideología dominante es la de la compasión
universal igualitaria. Las contradicciones no se hacen esperar
y surgen entonces conflictos internos: la élite no quiere
compartir sus ganancias, pero las clases inferiores no
soportan la distancia entre lo que se predica (el igualitarismo,
primero cristiano y reformista y después moderno) y lo que se
hace (la desigualdad defacto); los nuevos repartos son una
solución, pero no siempre la más socorrida; la solución más
común es la conquista de la frontera, que puede ser desde
una empresa de conquista y colonia de nuevos territorios,
hasta la revolución de la técnica que incrementa
intensivamente los poderes colectivos (i.e. la revolución
industrial).
169
Jacques Attali, op. cit., pp. 16-17.

361
Jorge Federico Márquez Muñoz

"La frontera" es un concepto más psicológico que


geográfico, implica la conquista de algo para acceder al éxito.
La primera frontera implica la conquista del éxito social, del
reconocimiento a través del único equivalente reconocido por
toda la sociedad: el dinero; sus efectos negativos son que, en
la búsqueda individualista por hacer dinero, se descuidan los
aspectos sociales; se trata de la violencia de la indiferencia
ante el sufrimiento de los demás y de la violencia ejercida
contra el tejido social.
La segunda frontera es la conquista y explotación del
medio a través de la tecnología. La fe en el progreso ha
permitido a Occidente y a los occidentalizados creer que no
necesitan de la política para resolver sus problemas sociales:
en lugar de repartir, es mejor producir más; pero estas
soluciones tienen un costo ecológico y social muy alto.
La última frontera es la geográfica, que significa que los
problemas domésticos pueden ser resueltos primero
colonizando, después conquistando (comercial o
militarmente) o explotando a los demás pueblos. El primer
costo es el rencor provocado sobre las poblaciones
sometidas, que puede traducirse en violencia de resistencia;
y el segundo, es la forma imperial que adquieren las
potencias y que terminan afectando los fundamentos incluso
de las democracias a través de la cancelación de las
libertades, la legalización de la tortura, la corrupción y la falta
de autocrítica.
La frontera es por excelencia el lugar del chivo expiatorio,
el espacio que puede ser explotado y saqueado y, al mismo
tiempo, el que puede ser culpado de los males de la
metrópolis.
Con el capitalismo, estamos ante un orden que se
organiza en torno a una forma única de vocación mundial. De
acuerdo al liderazgo, han existido ocho etapas del orden
monetizado desde el final de la Edad Media hasta la
actualidad, y estamos por entrar a la novena; cada orden
cuenta con un "centro" o "corazón"; ahí se concentra

362
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

lo esencial de los poderes financieros, técnicos, culturales,


ideológicos (aunque no necesariamente políticos). Una élite
gestiona allí los mercados y los stocks, los precios y los
productos; acumula los beneficios, controla los salarios y a
los trabajadores, financia a los artistas y a los explotadores
[...] La moneda del corazón domina los intercambios
internacionales.170

En segundo lugar, este orden cuenta con "las naciones que


rodean a este centro", se trata de las naciones de los antiguos
o futuros corazones, son regiones en decadencia o en
ascenso.
Finalmente, está la "periferia", en ocasiones más
dominada por la fuerza que por el dinero y la ley. Está
compuesta "por las regiones explotadas que venden sus
materias primas y su trabajo al corazón y al medio, sin tener
jamás acceso a las riquezas del corazón".171
El centro es ahí donde la compasión universal igualitaria
ha alcanzado sus mayores logros, al menos en su interior;
para ello, se auxilian de la explotación y victimización de sus
fronteras.
Las zonas intermedias también tienen graves problemas
internos de legitimidad, en tanto alimentan la ideología de la
compasión universal igualitaria, pero no tienen las ventajas de
las principales potencias para conquistar fronteras; además,
se enfrentan a una segunda dificultad: el corazón, en
ocasiones, intenta convertirlas a ellas mismas en fronteras.
Tanto en los corazones como en las zonas intermedias, la
envidia banalizada y la envidia ideológica conviven: la primera
domina las relaciones cotidianas en la metrópoli a través de la
economía, y la segunda aparece en la política, sobre todo
durante las campañas electorales y los conflictos
internacionales. El liberalismo, con una dosis de Estado
benefactor, fortalece la compasión universal igualitaria.
Finalmente está la periferia, el lugar por excelencia de los
chivos expiatorios, la explotación y la expoliación. De
cualquier
170
Ibidem, p. 18.
171
Ibid., p. 19.

363
Jorge Federico Márquez Muñoz

manera, también hasta ahí llega la ideología de la compasión


universal igualitaria y esto genera tensiones.
Cada nuevo orden mercantil hereda el poder acumulado
de los anteriores y lo supera. Se

imponen tecnologías más eficaces que las anteriores para la


puesta en marcha de la energía y la organización de las
comunicaciones. Un bien de consumo específico es ahí el
motor de la demanda y de la producción industrial [...] Una
forma será estable mientras libere suficiente valor
mercantil para mantener la demanda de sus productos.
Cuando este mecanismo se agarrote, la forma se
disgregará. Hasta que reaparezca otra forma donde la
jerarquía de las naciones y la tecnología dominante se vean
trastornadas.172

La crisis de un orden comienza cuando: 1) es necesario


gastar demasiado valor para producir la demanda173 y 2) se
hace indispensable comprometer demasiados créditos
militares para proteger el orden. La crisis dura hasta que,

en alguna parte, nuevas tecnologías, nuevas mentalidades y


nuevas relaciones sociales se demuestran capaces de
producir más eficazmente la demanda y de reducir la parte
que su coste ocupa en el valor añadido. Se termina cuando
se organiza una nueva forma, cuando se instala un nuevo
corazón, cuando las tecnologías y las relaciones sociales
permiten a empresas en competencia sobre los mercados
imponer la sustitución de un servicio no mercantil por un
nuevo objeto mercantil, producido éste industrialmente en
serie y, por tanto, creador de valor añadido.174

Durante las crisis se agrava la rivalidad de los países que


buscan dominar al mundo o simplemente mejorar su posición
en

172
ídem.
173
Es decir, cuando cuesta muy caro mantener a los consumidores
solventes.
174
Jacques Attali, op. cü., p. 20.

364
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

la jerarquía de las naciones. Los rasgos de los ocho órdenes


capitalistas son:

1. Ocho corazones: Brujas, que emerge hacia el 1300;


Venecia, hacia 1450; Amberes, en el 1500; Genova,
hacia 1550; Ám-sterdam, hacia 1650; Londres, en 1750;
Boston, en 1880; Nueva York, en 1930.
2. Ocho innovaciones técnicas capitales, principalmente el
timón de codaste, la carabela, la máquina de vapor, el
motor de explosión eléctrico.
3. Ocho funciones sociales cumplidas en principio por
sectores de servicios (alimentarse, vestirse,
transportarse, entretenerse, distraerse, etcétera) se han
convertido sucesivamente en objetos de consumo. Así, la
diligencia se ha convertido en automóvil; el lavadero, en
máquina de lavar; el narrador de cuentos, en televisión.
Al hacerse urbana, la familia se ha reducido a su núcleo
central, y los servicios gratuitos que sus miembros se
prestaban mutuamente han sido reemplazados por
objetos producidos en serie y vendidos en el mercado.
Otros tantos oficios desaparecen. Surgen otros
nuevos.175

A lo largo de siete siglos de capitalismo, se ha podido


constatar que el corazón surge

en donde un grupo sabe movilizar a un pueblo en torno de


un proyecto cultural, reunir recursos y poner en marcha
tecnologías para desarrollar y acelerar las comunicaciones;
se trata de una nación capaz de reaccionar de manera más
creativa que las otras a una dificultad, a una carencia,
encontrando solución a un problema. Así Ámsterdam, al no
disponer de suficiente tierra para producir grano, desarrolló
en el siglo xvn la industria de los colorantes. Londres, a
falta de carbón de leña, puso en marcha con éxito la
175
Ibidem, p. 21.

365
Jorge Federico Márquez Muñoz

máquina de vapor. Con mucha frecuencia, se produce


también con ocasión de una mutación radical del
pensamiento religioso o de la organización política: Lutero
y Locke son al menos tan importantes para Ámsterdam y
Londres como las nuevas tecnologías que en ellas
aparecen.176

Entre los siglos xv y xx, las monarquías -incluidas las consti-


tucionales-, las democracias y los totalitarismos europeos se
propusieron colonizar grandes extensiones de territorios a lo
largo y ancho de todo el planeta, combinaron la forma
imperial con la capitalista. En el centro y los espacios
medios, el orden de la monetización y la ley tendieron a ser
dominantes, pero en la periferia, la situación era muy distinta.
Las periferias estaban organizadas bajo órdenes tradicio-
nales combinados con órdenes de fuerza: convivían la
envidia sacra y la envidia temible. Los imperios de estas
zonas intentaban superar el ciclo maltusiano mediante
conquistas militares, pero lo más que podían generar eran
imperios de dominación, incapaces incluso de conformar un
poder colectivo semejante al de la economía legionaria.
Al descubrir los nuevos mundos, los colonizadores
europeos se encontraron, en numerosas ocasiones, con
pueblos que no habían desarrollado la compasión universal,
menos aún, la compasión universal igualitaria. Y sintieron
repugnancia por algunas prácticas de los nativos de gestión
de la violencia, especialmente el canibalismo y el sacrificio
humano.
Por otra parte, estos pueblos "recién descubiertos" fueron
vistos como una frontera, la oportunidad de obtener nuevos
recursos, especialmente nuevas tierras, nuevos esclavos,
nuevas minas, etc. Para romper el ciclo maltusiano y superar
la idea-de-lo-limitado-del-bien, el centro y los espacios
intermedios contaron con: 1) las emigraciones masivas hacia
las nuevas regiones, 2) el saqueo de las riquezas de los
nativos, 3) la
176
Ibid., pp. 22-23.

366
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

explotación de los esclavos e indígenas y 4) el comercio


desigual con las periferias. La frontera entonces trajo nuevas
riquezas a la metrópoli, que fortalecieron la compasión
universal.
La relación de los espacios intermedios y el corazón con la
periferia fue brutal. Entre los siglos xvi y xix, los británicos,
como los españoles en México y los norteamericanos en el
Oeste, no sólo vencieron a sus mucho más numerosos
enemigos, sino que acabaron también con la autonomía y
cultura de éstos. El imperialismo occidental alcanzó
proporciones globales: en 1800, los europeos eran alrededor
de 180 millones, de los más de 900 millones de habitantes
que había en el planeta; no obstante lo cual, dominaban 85%
de las tierras del mundo.
También en el comercio el dominio occidental era casi
total. A finales del siglo xix, dos tercios de los barcos
trasatlánticos eran ingleses y la mitad del comercio marítimo
era llevado a cabo en navios construidos por los británicos.
Gracias a su capacidad productiva industrial, su flota imperial
y su marina mercante, los ingleses tenían la capacidad de
desembarcar ejércitos bien pertrechados en cualquier lugar
del planeta, en sólo semanas. El Imperio Británico estaba en
Asia, África, Australia y América.

Las primeras exploraciones europeas del siglo xvi


condujeron a colonizaciones esporádicas que aveces se
vieron seguidas por invasiones y conquistas. Un reducido
número de europeos -franceses en el sureste asiático,
españoles en América, alemanes en África central,
británicos en todas partes- solía provocar hostilidades al
anexionarse tierras de modo ilegítimo o incursionar en los
territorios de caza o pastoreo de los indígenas en busca de
minerales, oro, puertos o agua. A menudo los seguían
colonos y comerciantes que pretendían establecer
asentamientos permanentes. Los documentos legales -ya
fuesen concesiones de la Corona española o
proclamaciones verbales de los burócratas británicos- eran
expedidos rápidamente y se leían ante la realeza local,
naturalmente

367
Jorge Federico Márquez Muñoz

iletrada, y proporcionaban el pretexto necesario para la


anexión. Los occidentales tenían la extraña pero
característica costumbre de leer una larga lista de agravios
antes de que alguno de sus ejércitos aniquilase a sus
enemigos nativos y analfabetos. Lord Frere, como antes
Hernán Cortés, fue muy escrupuloso a la hora de anunciar
la destrucción de una nación entera, alegando,
públicamente, un derecho moral y legal para ello: expidió
una declaración de trece puntos en la que expresaba sus
reclamaciones, declaración que un Cetshwayo analfabeto
no pudo leer y cuyo sentido no habría comprendido del todo
aunque se la hubieran traducido.177

Claro está, los europeos perdieron algunas batallas contra


los colonizados, pero por lo general difícilmente perdieron
una guerra.178 En el siglo xix, la venta masiva de armas de
fuego europeas permitió algunas revanchas a los nativos: en
Little Bighorn (1876), fue masacrada la caballería
estadounidense; en Maiwand, Afganistán (1880), el ejército
británico sufrió un doloroso fracaso; en Adua (1896), los
italianos fueron victimados por los etíopes. Pero estas
derrotas fueron seguidas

de renovados ataques de ejércitos occidentales más


sabios, mejor equipados y mejor mandados, que
perseguían no sólo más territorios, sino, en venganza, la
conquista completa y en ocasiones la destrucción de un
pueblo.179

Sin embargo, llama la atención que los rapaces imperialistas


coloniales europeos solieran encontrar aliados en los nativos
resentidos en contra de los grandes imperios
extraoccidentales;180
177
Victor Hanson, op. cit., p. 338.
178
"Con frecuencia y a causa de la arrogancia de los mandos europeos, a su
exce
siva confianza en la superioridad tecnológica de sus ejércitos y al
desconocimiento
del enorme tamaño de los contingentes indígenas, las primeras y pequeñas
fuerzas
expedicionarias europeas eran exterminadas". Ibidem, p. 339.
179
ídem.
i8o "Hernán Cortés contó con la ayuda de cientos de miles de tlaxcaltecas,
como contaron en África los británicos con los llamados cafires.
Básicamente, ni aztecas

368
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

ese fue el caso de los tlaxcaltecas y otras tribus en


Mesoamérica. Los invasores europeos

suministrando armas de fuego o bienes materiales de


origen europeo a los nativos, lograban que en América y
África siempre hubiera suficientes contingentes tribales
dispuestos a sumarse a las expediciones [...] El ansia de
botín y el anhelo de seguridad y de un suministro
permanente de artículos de los comerciantes occidentales
garantizaba su lealtad. No deberíamos olvidar que muchos
nativos, víctimas durante décadas de las matanzas tribales,
odiaban a los aztecas y a los zulúes más que a los
181
europeos.

Además de que los pueblos derrotados por el imperialismo


occidental no fabricaban sus propias armas de fuego,

no comprendían ese principio de la doctrina militar


occidental según el cual antes, durante y después del
combate cuerpo a cuerpo, los soldados disparaban al
unísono y en formación, siguiendo un orden y a la voz de
mando. Los zulúes llevaban décadas capturando o
comprando armas de fuego, pero la idea británica de
disparar andanadas masivas de forma continua y regular
-idea que no era sino el resultado de un entrenamiento
cuidadoso y de un método que se basaba en la disciplina-
era algo completamente ajeno a la doctrina bélica africana.
Pese a emplear alrededor de ochocientos modernos fusiles
Martini-Henry y cientos de miles de cartuchos capturados
en Isandhlwana, la puntería de los zulúes jamás dejó de ser
182
imprecisa, azarosa y casi siempre ineficaz.

ni zulúes encontraron europeos dispuestos a luchar a su lado contra otros


invasores blancos. Panfilo de Narváez anhelaba destruir a Cortés, no a la
causa española; por ello después de ser derrotado la mayoría de sus hombres
se sumaron a la expedición contra Tenochtitlán. John Dunn ayudó en
ocasiones a los zulúes, pero durante la guerra anglo-zulú de 1879 rápidamente
volvió a unirse a los británicos. Ni un solo europeo luchó en las filas de
Cetshwayo contra los británicos, a pesar de que casi todos los bóers
rechazaban al gobierno inglés de África". Ibid., p. 343.
181
Ibid., p. 340.
182
ídem.

369
Jorge Federico Márquez Muñoz

El perfeccionamiento de la logística también fue un elemento


clave en la "expansión de peste blanca":

Puertos y buques transatlánticos resultaban decisivos para las


potencias europeas, ya que permitían trasladar una cantidad
prácticamente inagotable de armas de fuego de fabricación
industrial y suministros a la región donde se desarrollaba el
183
conflicto.

Asimismo, cabe destacar que los pueblos conquistados no


conocían la noción de la guerra sin límites de los europeos, es
decir, la guerra racionalizada que se convierte en una prioridad
general mientras se lleva a cabo el conflicto; en cambio, los
derrotados no

dejaban de realizar los rituales tradicionales de la guerra, ni


siquiera durante las últimas batallas contra los europeos, y,
dado que a los indígenas les incomodaba combatir de noche, no
solían completar sus victorias persiguiendo a los vencidos
cuando ya ningún obstáculo podía oponérseles. Incluso
consentían que fenómenos culturales -como, por ejemplo,
fiestas religiosas, danzas previas al combate, banquetes y ritos
anuales de fertilidad- o naturales -por ejemplo, consideraciones
relacionadas con las estaciones u observaciones astronómicas
extraordinarias- tuviesen prioridad sobre los preparativos de la
batalla. Después de la invasión británica, Cetshwayo formó a su
ejército para que sus brujos provocasen el vómito a cerca de
20,000 guerreros. Fueron necesarios tres días para
administrarles el tónico en cuestión y que cada guerrero
desfilase ante un pozo que se iba llenando con el vómito de
todos. Después, tuvieron que ayunar, a fin de que todo el
ejército estuviese purificado. Lógicamente, el vigor de los impis
quedó drásticamente debilitado [...]
[Por el contrario,] la mayor parte de los ejércitos europeos no
practicaban rituales prebélicos de ayuno, vómito, purgas o auto-
183
ídem.

370
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

mutilación que pudieran impedir la eficacia de los soldados


en el campo de batalla. Como mucho, antes del combate
las tropas europeas recibían una ración de ron, una
austera arenga y un recordatorio de última hora sobre el
orden en que se debía abrir fuego.184

Para los europeos, la guerra era una empresa racional que re-
quería de todas las energías, sin distracciones y, de
preferencia, también sin consideraciones extramilitares.
Los europeos estaban dispuestos a combatir los 365 días
del año, de día o de noche, sin prestar atención a las
exigencias de su fe cristiana o del año natural; el mal tiempo,
las enfermedades y los obstáculos geográficos no eran a sus
ojos otra cosa que dificultades que podían superarse con la
tecnología apropiada, la disciplina militar y el capital
necesario, y rara vez se consideraban expresiones de una
mala voluntad divina o de la hostilidad de un espíritu superior.
Los europeos solían tomarse sus fracasos de forma diferente
a como se los tomaban sus adversarios de Asia, América o
África: la derrota no era un síntoma de la ira de los dioses, ni
de un sino adverso, sino consecuencia racional de un fallo
táctico, logístico o tecnológico, elementos todos ellos fáciles
de remediar en la siguiente ocasión -y hasta que culminara la
conquista, siempre habría una siguiente ocasión-, merced a
una minuciosa inspección y análisis.185
El historiador de la guerra Victor Hanson considera que la
facilidad con que se llevaron a cabo las victorias coloniales se
debe, en buena medida, precisamente al modo occidental de
hacer la guerra: el éxito en una batalla, de acuerdo a la doc-
trina occidental, no depende de cuántos enemigos mate cada
soldado, ni del coraje personal, sino de mantener el orden y
preservar la formación; de acuerdo a este énfasis en el grupo,
en la Grecia Clásica se castigaba a aquellos que bajaban los
184
Ibid., pp. 341-342.
185
Ibid., p. 342.

371
Jorge Federico Márquez Muñoz

escudos, rompían las formaciones o contagiaban el miedo,


pero no a quienes no conseguían matar a suficientes
contrincantes.
El modo en que se mantuvo esta disciplina a lo largo de
los siglos fue a través de la instrucción y los contratos, éstos,
generalmente escritos y claramente definidos entre el
soldado y el Estado: si se trataba de ejércitos de ciudadanos,
el contrato era el contrato social mismo; si eran mercenarios,
se trataba de un contrato limitado a las batallas pagadas; y
en el caso de los ejércitos profesionales modernos, el
contrato es simplemente el que se lleva a cabo en un
mercado de trabajo. Claro está, el mundo moderno ha
conocido emergencias en las cuales la milicia se ha tenido
que multiplicar sin una adecuada profe-sionalización: en
estos casos, regresamos a la noción antigua del soldado
ciudadano, cuyo contrato implica nuevamente la
renegociación del contrato social, tal fue el caso de las dos
Guerras Mundiales del siglo xx.
Cualquiera que sea el tipo de contrato, el elemento
esencial es la idea de que la voluntad de quienes están
involucrados en el ejército es tomada en cuenta y es de ahí, y
no de métodos opresivos, de donde deriva la disciplina, que
en realidad es una autodisciplina (se obedece al general
porque se está, así, obedeciendo a uno mismo):

la instrucción no se considera necesariamente como algo


opresivo, ni siquiera para los occidentales altamente
individualistas, sino como una manifestación obvia de
igualdad que da a todos los soldados, provenientes de
orígenes muy distintos, una ropa uniforme, de idéntica
apariencia, y un único cuerpo dinámico, donde la
identidad privada y el estatus individual son momentá-
neamente eliminados [...]
Estos cadetes, a diferencia de la disciplinada infantería
nazi o estalinista, con su paso marcial, están
perfectamente informados de las condiciones en las que
deben prestar su servicio y ampliamente protegidos
mediante un sistema de justicia militar de los

372
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

castigos improcedentes (si aceptaran la violencia gratuita


serían sancionados severamente). Éste es el poder de la
instrucción y la disciplina que ésta genera para crear una
lealtad cívica fuera de obligaciones tribales y familiares.186

10. Desencapsulamiento internacional

Para extender el modelo del liberalismo a todo el mundo,


habría hecho falta que triunfara una versión ricardiana de la
división internacional del trabajo, combinada con el
desman-telamiento de las visiones tradicionales e imperiales,
tanto de Occidente, como de las otras civilizaciones. La
utopía liberal habría extendido históricamente la banalización
de la envidia. Pero esto no fue lo que ocurrió.
En el último tercio del siglo xix y hasta principios del siglo
xxi, los imperios liberales siguieron siendo democráticos en
su interior, pero al exterior, el comportamiento era
diferenciado: iban desde la cordialidad conveniente para los
negocios, hasta la brutalidad misma.
En aquellos lugares en los cuales había condiciones para
hacer negocios, simplemente éstos se hacían;187 en otros
escenarios donde no, se intentaba crear esas condiciones
-muchas veces usando la fuerza-.188 Donde se había invertido
o se habían hecho préstamos, se procuraban relaciones
cordiales para recibir los pagos correspondientes; pero
cuando éstos fallaban, las potencias occidentales no
dudaban en usar las cañoneras.189 Donde el panorama para
los negocios era adverso, y si no había un
186
Ibid., pp. 365-366.
187
Como en Latinoamérica desde las independencias, o en el Imperio
Otomano a
lo largo del siglo xix.
188
Como en China durante el siglo xix.
189
Como en la Guerra de los Pasteles en México, la Intervención Inglesa en
Buenos
Aires o la Guerra de las potencias occidentales contra Turquía en 1876 porque
dejó
de pagar sus deudas y que terminó poniendo las ñnanzas turcas en manos de
la banca
internacional con el Decreto de Muharrem. Cfr. Karl Polanyi, op. cit., p. 23 y
sigs.

373
Jorge Federico Márquez Muñoz

las nuevas democracias se desarrollaron, desde finales del


siglo xix, proyectos estatistas protofascistas198,
199 200
paternalistas y de centro izquierda. Aún no aparecían
los partidos de la extrema izquierda, pues sus voceros solían
apostar por nociones utópicas o comunitarias que sólo
llegarían tras una larga revolución.201
En Austria, en 1882, tres jóvenes políticos redactaron la
declaración de Linz con la finalidad de convertirla en la base
de un nuevo partido, el Deutsche Volkspartei.202 El programa
iba contra el liberalismo203 y el marxismo,204 pues tenía una
visión orgánica del pueblo y el Estado, y urgía a crear un
movimiento nacional que representara a todo el pueblo y
trascendiera cualquier conflicto de intereses entre los grupos
sociales, es decir, el Estado, en lugar de concentrarse en la
solución de los conflictos de clase, debía desplazarlos al
ámbito internacional.
El documento incluía tres principios: nacionalismo
alemán, sufragio universal y legislación social progresista;
pero el partido no llegó a materializarse y cada uno de los
autores del programa siguió un rumbo diferente. Víctor Adler
se convirtió en líder de la socialdemocracia, Karl Lüger hizo lo
propio con los socialistas cristianos y Georg von Schónerer
fundó el Partido Pangermánico. Los tres movimientos fueron
de gran importancia en el periodo de entreguerras y los dos
últimos contribuyeron a la formación del nazismo.
En tercer lugar, al momento de su democratización, la
región estaba dominada por imperios dinásticos y
multiétnicos.20' Estos

''J8 Por parte de la extrema derecha.


199 rjecentro derecha, sobre todo, el social-catolicismo.
2<>
" Como los Katheder Sozialisten, los Nuevos Liberales ingleses, los
Republicanos Radicales franceses y la intelectualidad zemstvo.
'-'"' Esto cambió, claro está, con la Primera Guerra Mundial y la Revolución Rusa.
-"- Partido del Pueblo Alemán.
203
A los liberales los denunciaba por buscar una constitución que consagrara el
conflicto de intereses, mientras ellos defendían a la sustancia de la democracia, es
decir, a la nación entera.
-'"'' Que al afirmar la lucha de clases eclipsa la unidad del pueblo.
208
En Austria, estaban los Habsburgo; en Rusia, los Romanov; y en el imperio
Islámico-Turco, los Otomanos.

376
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

castigos improcedentes (si aceptaran la violencia gratuita


serían sancionados severamente). Éste es el poder de la
instrucción y la disciplina que ésta genera para crear una
lealtad cívica fuera de obligaciones tribales y familiares.186

10. Desencapsulamiento internacional

Para extender el modelo del liberalismo a todo el mundo,


habría hecho falta que triunfara una versión ricardiana de la
división internacional del trabajo, combinada con el
desman-telamiento de las visiones tradicionales e imperiales,
tanto de Occidente, como de las otras civilizaciones. La utopía
liberal habría extendido históricamente la banalización de la
envidia. Pero esto no fue lo que ocurrió.
En el último tercio del siglo xix y hasta principios del siglo
xxi, los imperios liberales siguieron siendo democráticos en
su interior, pero al exterior, el comportamiento era
diferenciado: iban desde la cordialidad conveniente para los
negocios, hasta la brutalidad misma.
En aquellos lugares en los cuales había condiciones para
hacer negocios, simplemente éstos se hacían;187 en otros
escenarios donde no, se intentaba crear esas condiciones
-muchas veces usando la fuerza-.188 Donde se había invertido
o se habían hecho préstamos, se procuraban relaciones
cordiales para recibir los pagos correspondientes; pero
cuando éstos fallaban, las potencias occidentales no dudaban
en usar las cañoneras.189 Donde el panorama para los
negocios era adverso, y si no había un
186
Ibid., pp. 365-366.
187
Como en Latinoamérica desde las independencias, o en el Imperio
Otomano a
lo largo del siglo xix.
188
Como en China durante el siglo xix.
189
Como en la Guerra de los Pasteles en México, la Intervención Inglesa en
Buenos
Aires o la Guerra de las potencias occidentales contra Turquía en 1876 porque
dejó
de pagar sus deudas y que terminó poniendo las fínanzas turcas en manos de
la banca
internacional con el Decreto de Muharrem. Cfr. Karl Polanyi, op. cit., p. 23 y
sigs.

373
Jorge Federico Márquez Muñoz

factor estratégico importante, Occidente se mantenía


económicamente al margen;190 aunque si estas naciones
representaban un peligro militar regional o mundial, se usaba
la coerción económica, diplomática e incluso militar.191
Pero en el siglo xx tampoco ocurrió una simple repetición
de lo ocurrido hasta la mitad del siglo xix, es decir: el liber-
alismo democrático hacia adentro y la brutalidad saqueadora
en condiciones de enorme ventaja para los occidentales
hacia afuera, esto no pudo reeditarse en el siglo xx porque la
resistencia contra Occidente mejoró. Diversos pueblos
adoptaron tácticas y armamentos modernos y aunque nunca
estuvieron al nivel de los europeos y los norteamericanos, al
menos lograron reunir una fuerza lo suficientemente
considerable para disuadir a los imperialistas blancos. Tal
fue el caso de Japón.
El liberalismo no fue imitado afuera de Occidente, sino
hasta muy tardío el siglo xx, por tres razones:

1. Ni siquiera triunfó en toda Europa: fracasó en Europa


Central, Italia, Alemania y Rusia. Posteriormente, con el
desmantelamiento de los Imperios Centrales tras la
Primera Guerra Mundial, las unidades resultantes no
transitaron a un liberalismo eficaz sino a colonias192 y
democracias liberales frágiles que pronto se convirtieron
en democracias orgánicas con un potencial genocida.193
2. La reacción de los no colonizados fue crear estados
basados en la unidad nacionalista, es decir,
democracias orgánicas de distinto tipo: la clasicida en
Rusia y la politicida en Japón, al tiempo que adoptaron
el genocidio hacia afuera.194

190
Como Afganistán hasta antes de 2001.
191
Como en Irán o Corea del Norte actualmente.
192 Tai fueei caso de diversas posesiones del otrora Imperio Otomano.
193
Como el caso de Alemania y algunos estados de entreguerras del Este de
Europa.
194
Tal fue la política japonesa en la guerra contra China; y de Rusia, en la
guerra
contra Polonia.

374
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

3. El mismo colonialismo europeo que impuso los primeros


modelos de totalitarismo195 y expandió la idea del
discurso democrático no era sino mera hipocresía: así lo
entendieron los fascistas italianos, los nazis, los
nacionalistas japoneses y los bolcheviques.

En cuanto al primer elemento, es decir, la democracia


orgánica en lugar de la democracia liberal, recordemos que
los vientos de democracia soplaron tardíamente en Europa
Central y del Este. Es decir, al inicio los políticos de esta
región buscaron inspiración en los ejemplos occidentales,
pero el reconocimiento de tres diferencias los llevaron a una
concepción orgánica, en lugar de una liberal del Estado
nación.
En primer lugar, en esta región, la democratización ocurrió
tardíamente, cuando los sistemas políticos liberales ya habían
asumido la noción de que "todo el pueblo"196 debía gobernar.
Esto hizo inviable la limitación y gradual ampliación del sufra-
gio, al estilo anglo-norteamericano. Para someter a las
masas, la clase gobernante desarrolló otro modelo de control:
no sobre el voto, sino sobre la soberanía parlamentaria; todos
participaban en los comicios, pero sus representantes
compartían el poder con el rey.197
En segundo lugar, la democracia llegó a esta región
cuando en Occidente ya se esperaba que el Estado fuera más
activo, es decir, el portador de un proyecto moral. Se convirtió
entonces en una obligación estatal proporcionar
infraestructura, comunicaciones, mejoras económicas,
bienestar social y ejércitos ciudadanos. En

195 porejempi0en África Negra, donde los colonialistas instalaron campos de


con
centración, privaron a millones de sus libertades básicas, bestializaron a los
locales
y los obligaron a hacer trabajos forzados. Peor aún, cuando los colonos
blancos con
sideraron que era conveniente, no vacilaron en llevar a cabo políticas de
exterminio
contra los nativos.
196
Es decir, los varones adultos, incluidos los más pobres.
197
Por ejemplo, en Alemania, el Reichstag compartía el poder con el kaiser y
sus
ministros. Era en un estado dual. Al potenciar al poder ejecutivo se fortalecían
las
ideologías y poderes del Estado más allá de los niveles liberales.

375
Jorge Federico Márquez Muñoz

las nuevas democracias se desarrollaron, desde finales del


siglo xix, proyectos estatistas protofascistas198,
199 200
paternalistas y de centro izquierda. Aún no aparecían
los partidos de la extrema izquierda, pues sus voceros solían
apostar por nociones utópicas o comunitarias que sólo
llegarían tras una larga revolución.201
En Austria, en 1882, tres jóvenes políticos redactaron la
declaración de Linz con la finalidad de convertirla en la base
de un nuevo partido, el Deutsche Volkspartei.202 El programa
iba contra el liberalismo203 y el marxismo,204 pues tenía una
visión orgánica del pueblo y el Estado, y urgía a crear un
movimiento nacional que representara a todo el pueblo y
trascendiera cualquier conflicto de intereses entre los grupos
sociales, es decir, el Estado, en lugar de concentrarse en la
solución de los conflictos de clase, debía desplazarlos al
ámbito internacional.
El documento incluía tres principios: nacionalismo
alemán, sufragio universal y legislación social progresista;
pero el partido no llegó a materializarse y cada uno de los
autores del programa siguió un rumbo diferente. Víctor Adler
se convirtió en líder de la socialdemocracia, Karl Lüger hizo
lo propio con los socialistas cristianos y Georg von Schónerer
fundó el Partido Pangermánico. Los tres movimientos fueron
de gran importancia en el periodo de entreguerras y los dos
últimos contribuyeron a la formación del nazismo.
En tercer lugar, al momento de su democratización, la
región estaba dominada por imperios dinásticos y
multiétnicos.205 Estos
198
Por parte de la extrema derecha.
199
De centro derecha, sobre todo, el social-catolicismo.
200
Como los Katheder Sozialisten, los Nuevos Liberales ingleses, los
Republicanos
Radicales franceses y la intelectualidad zemstvo.
201
Esto cambió, claro está, con la Primera Guerra Mundial y la Revolución
Rusa.
202 partido del Pueblo Alemán.
203 A los liberales los denunciaba por buscar una constitución que
consagrara el conflicto de intereses, mientras ellos defendían a la sustancia
de la democracia, es decir, a la nación entera.
204
Que al afirmar la lucha de clases eclipsa la unidad del pueblo.
205
En Austria, estaban los Habsburgo; en Rusia, los Romanov; y en el
imperio
Islámico-Turco, los Otomanos.

376
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

gobiernos no buscaron homogenizar a la población, ni definir


sus dominios en términos nacionales; por el contrario,
auspiciaban la inmigración de minorías económicamente
dinámicas,206 y de los grupos que quisieran hacer de
soldados-colonos en las fronteras. Sin embargo, había una
tensión: no eran imperios multiculturales, pues la dinastía
gobernante dependía de un solo grupo principal étnico o
religioso que movilizaba cadenas de clientes entre las élites
locales y que aplicaba políticas discriminatorias contra
algunas minorías. Fue por esto que cuando las clases bajas
demandaron representación política, el conflicto se mezcló
con tensiones étnicas. Los líderes locales reclamaron
derechos políticos para ellos mismos, como había ocurrido en
Europa Occidental; sin embargo, las presiones desde abajo
obligaron a estas élites a hablar en nombre de todo el pueblo
en contra de la etnicidad imperial. Se fomentó entonces un
nacionalismo de izquierda que identificaba al proletariado con
las naciones oprimidas.207
Los pueblos imperiales -es decir, los alemanes, rusos,
turcos y desde 1867, los húngaros- respondieron afirmando
que los "pequeños nacionalismos" eran una amenaza contra
la existencia de los primeros; incluso se preocuparon de que
sus compatriotas establecidos en el extranjero no fueran
convertidos en minorías explotadas. El resultado de esto fue
un "dilema de la seguridad", es decir: los temores mutuos
entre los grupos étnicos dominantes y dominados de que se
provocara una escalada violenta.208
Michael Mann concluye que el nacionalismo orgánico tiene
dos vicios: lleva la democracia al estatismo autoritario,209 y
ani-
206
Como los alemanes y los judíos.
207
En esta tónica el fascista italiano Corradini inventó la expresión "nación
pro
letaria". Algunos eslovenos y bosnios adoptaron esta ideología para canalizar
su
resentimiento en contra del dominio de los serbios. Los rumanos hicieron lo
propio
para oponerse a los húngaros y los eslovacos a los checos. Todos estos
pueblos a la
vez, odiaban a las naciones-explotadoras mayores: Rusia, Alemania y Turquía.
208
Por ejemplo, a finales del siglo xix, en respuesta al nacionalismo de los
austroa-
lemanes se agitó el nacionalismo checo, que a la vez despertó al eslovaco.
209
Para evitar esto, los partidos necesitan mantener la democracia interna,
pero
en el periodo entreguerras pocos lo lograron y casi todos cayeron en manos
de una

377
Jorge Federico Márquez Muñoz

ma la idea de que las minorías y los rivales políticos pueden


ser excluidos de la plena pertenencia a la nación.210 Como
resultado de esta concepción, desde finales del siglo xix, las
minorías del Centro y Este de Europa sufrieron presiones
para asimilarse o emigrar. Entre 1870 y 1910, eslovacos,
croatas, alemanes, eslovenos y algunas otras minorías
emigraron, y sumaron más de cinco millones de exiliados en
Europa. Eso, sin contar a los semitas.
En su calidad de "asesinos de Cristo", los judíos habían
sido objeto de odio durante siglos; estaban relegados a
posiciones económicamente desfavorables y eran víctimas
del resentimiento popular manipulado por las élites políticas.
El pogromo era una catarsis para los campesinos que no
implicaba rebelarse contra de la autoridad; sin embargo, muy
pocos gobernantes se propusieron deshacerse de los judíos,
pues éstos les eran muy útiles; y aunque la asimilación
forzosa mediante la conversión se intentó periódicamente, la
limpieza generalmente no llegó más allá.
Pero la situación empeoró en Europa del Este a finales del
siglo xix debido a que, de acuerdo con los sentimientos
democráticos, los judíos fueron privados de plena ciudadanía
y tachados de extranjeros; a esto contribuyeron las teorías
racistas en boga.
La situación era peor donde había más judíos: en Rusia.
Ahí, el primer estallido de los "nacionalistas orgánicos" contra
los israelitas tuvo lugar en 1881 y fue una empresa desde
abajo.211 El segundo comenzó en 1903, fue instigado por
algunos
élite o un dictador. Debido a la diversidad de las comunidades, un grupo
reducido o un líder, puede afirmar que habla en nombre del pueblo.
210
Esto, debido a que creían en un alma nacional duradera diferente a la de
otras
naciones; en su derecho a un estado que exprese dicho espíritu; y en su
derecho a
excluir a los grupos externos para evitar el debilitamiento del carácter
nacional. Es
decir, rechazaban el Estado multiétnico e incluso a los ya asimilados.
211
Entre 1881 y 1883 los judíos fueron perseguidos por el asesinato del zar
Alejandro
II, pues una judía estuvo entre los criminales. Los políticos y la prensa
avivaron las
llamas del odio y las autoridades nada hicieron en contra de los linchadores.
Eran
explosiones desde abajo.
Es notorio que las persecuciones fueron peores en las ciudades en vías
de industrialización y se expandieron por las modernas vías carreteras y de
ferrocarril. También llama la atención que los perpetradores laboraban en las
nuevas industrias. Más aún, los pogromos guardan cierta similitud y relación
con las huelgas rusas de

378
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

políticos conservadores. Debido a la guerra contra Japón, se


impuso el servicio militar obligatorio, que generó agitación
social, misma que fue paleada con un nuevo pogromo. La
persecución empeoró en 1905, cuando los judíos fueron
acusados de revolucionarios, incluso el zar se alarmó tras
enterarse de la crueldad de la persecución;212 pero nada hizo
para evitarla, pues él mismo pensaba en los judíos como si
fueran peligrosos líderes socialistas.
Desde 1905, el antisemitismo fue un elemento básico de la
ideología de la derecha rusa. Como respuesta, más judíos se
enlistaron en la izquierda y se adhirieron al sionismo, que
exigía derechos sobre Palestina; es decir, los judíos
respondieron a una versión organicista del pueblo con otra
igualmente organicista. Esto escaló aún más la violencia y
como resultado, los más débiles perdieron.213
En Europa Central y del Este, la Primera Guerra Mundial
encendió el nacionalismo orgánico, destruyó muchos estados
multinacionales, acercó a las masas a la derecha, estatizó la
economía, fortaleció la idea de que el Estado tenía una misión
moral y ofreció un modelo militar de ejércitos ciudadanos
concebidos para la acción colectiva útil para la persecución
de metas nacionales.
El último elemento es de vital importancia porque de él
derivan las fuerzas paramilitares que constituyeron los
fascismos de entreguerras. Quienes más se especializaron
en este terreno fueron, en Rusia, los movimientos de
izquierda; mientras que en

la época. Similitud porque se trataba de estallidos de trabajadores solteros,


recién llegados del campo, partícipes de una subcultura masculina donde la
violencia y el alcohol eran tenidos en alta estima. Y relación, en tanto eran una
válvula de escape para el malestar laboral.
212
Murieron, como resultado de los pogromos, más de 3000 judíos entre 1903
y
1906.
213
Entre 1900 y 1914 más de dos millones y medio de judíos emigraron de
Europa
Oriental.

379
Jorge Federico Márquez Muñoz

Italia,214Alemania, Austria, Hungría y Rumania, la derecha


tomó la ventaja. En España, ambos bandos se prepararon
por igual.
La derecha orgánica fortalecida tras la Guerra del Catorce
asoció el bolchevismo con los "enemigos externos". Según
los fascistas el comunismo estaba asociado con los
extranjeros;215 los judíos representaban al intruso por
antonomasia, pues no importaba dónde estuvieran, siempre
serían forasteros.
Al inicio, el bolchevismo no era antisemita; y aunque los
judíos no estaban sobrerrepresentados en la militancia comu-
nista, era la primera ocasión en que tenían un papel político
relevante fuera de su comunidad. Los derechistas
aprovecharon para identificar a la izquierda con el judaismo,
de por sí mal visto en casi toda Europa.
Al terminar la Primera Guerra Mundial, los conservadores
rusos, ucranianos,216 polacos, rumanos, bálticos y húngaros
incitaron a las poblaciones locales a emprender matanzas de
judíos; en cambio, los marxistas consideraban que el
internacionalismo pacifista era contrario a estas
persecuciones. Asimismo, los trabajadores industriales rusos
tendían a enfatizar las diferencias de clase y a dejar de lado
las étnicas.
Los líderes del ejército blanco en Ucrania, de perfil
conservador, predicaban el antisemitismo y culpaban de las
desgracias de Rusia a los "microbios infectados" de la
"conspiración judeo-bolchevique". Los Kadets, los "blancos
liberales", se mostraron indiferentes, cuando no entusiastas,
ante los pogromos. Tras la derrota en el campo de batalla, los
derechistas comenzaron una guerra de propaganda,
difundieron el falso manual de
214
En Italia, como muestra, la izquierda hablaba de revolución, pero fueron
los
squadristi de Benito Mussolini quienes la llevaron a cabo.
215
Por ejemplo, los eslavos fueron vistos de esta forma por los italianos y los
alemanes.
216
En Ucrania, durante la guerra civil rusa, la limpieza de judíos llegó a
150,000,
equivalente al 10 por ciento de todos los judíos ucranianos. Casi la mitad de
estas
muertes fue provocada por el Ejército Blanco, a los Rojos se les atribuye
menos del
10% y el resto, fue asesinado por turbas difíciles de clasificar.
En buena medida, esta matanza fue una "represión ejemplar", pues los
poblados de judíos solían apoyar a los bolcheviques, que eran quienes
menos hostiles se mostraban con ellos.

380
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

los judíos para conquistar el mundo: Los protocolos de los


más viejos de Sión. Así, los emigres ofrecieron "pruebas" a
los de por sí antisemitas volkisch europeos.217
Si la limpieza cruenta fue promovida por la derecha radical;
las limpiezas moderadas tuvieron partidarios incluso entre los
liberales. Los tratados de paz de 1918 impusieron
deportaciones, a veces voluntarias (pero coaccionadas en la
mayoría de los casos), a las "minorías peligrosas". Esto fue lo
que Woodrow Wilson defendió con su doctrina de la autode-
terminación; la idea era que, para construir el Estado liberal,
había que cimentar primero la homogenización, tal y como se
había hecho en Estados Unidos durante los siglos xvm y xix.
Claro está, los medios serían más sutiles, pues el espíritu de
la época no permitiría un regreso al "sendero de lágrimas";
pero en lugar de llegar al puerto seguro de la democracia
liberal, en esta región, la homogenización arribó a los mares
agitados de la democracia orgánica.
Para llevar a cabo el proyecto unificador del pueblo, los de-
legados en Versalles sustituyeron el Imperio austro-húngaro y
las partes europeas de los imperios ruso y otomano, con una
docena de nuevos estados. La fórmula de homogenización
étnica que permitiría imponer un Estado liberal era, según
estos diplomáticos, que una mayoría de al menos 65 por
ciento controlara cada uno de los países recién creados. Este
principio tuvo dos excepciones: Checoslovaquia y
Yugoslavia.
Quienes no estuvieran satisfechos con su nueva nación
tenían un año para mudarse. Algunos miembros de las mino-
rías emigraron, como las potencias occidentales esperaban, a
lugares donde eran parte de la mayoría; sin embargo, muchos
minoritarios se quedaron en su antigua residencia, confiaban
en que sus estados respetarían las cláusulas del tratado que
los protegían; pero las mayorías en el gobierno no compartían
la
217
Heinrich Himmler, después de leer el infame texto, escribió en su diario
que "el libro lo explica todo y nos dice contra quién debemos luchar".

381
Jorge Federico Márquez Muñoz

visión liberal de quienes redactaron la Paz de París,218 por el


contrario, veían su país como un Estado orgánico, la
discriminación y la emigración coaccionada hacia las
minorías fueron las políticas comunes. Por su parte, la
Entente y la Liga de las Naciones se mostraron indiferentes a
las persecuciones.
Como resultado, los flujos migratorios aumentaron en el
periodo de entreguerras, cuando hubo más refugiados que
durante la Primera Guerra. En 1926, había 10 millones de
refugiados en Europa.219 Antes de la de 1914, 60 millones de
europeos eran gobernados por una potencia extranjera y
después, sólo 25 millones. En Europa Oriental, las minorías
que representaban la mitad de la población ahora sólo eran
el 25 por ciento.
Etnicidad y ciudadanía plena cada vez se identificaron
más, las minorías quedaron condenadas a una ciudadanía
de segunda; pero, debido a la reciente matanza de armenios
y a la deportación violenta de griegos en Turquía, las
potencias occidentales consideraron que la segregación era
mejor que la mezcla de los grupos étnicos. El intercambio de
población y la discriminación eran vistos como políticas
preventivas contra los genocidios.
Después de la Primera Guerra Mundial surgieron, en Eu-
ropa, los estados-nación de Alemania, Austria, Italia,
España, Polonia, Lituania, Estonia, Rumania, Hungría
Bulgaria, Grecia, Yugoslavia y Checoslovaquia. Al mismo
tiempo proliferaron movimientos orgánicos que demandaban
liberación nacional del dominio extranjero; al respecto son
notorios los casos eslovaco, ucraniano y croata.

218
Debido al momento tardío en que asumieron el ideal democrático, tal y
como
se explica en el subapartado "La versión orgánica del pueblo".
219
Dos millones de polacos, un número semejante de rusos y también de
ucrania
nos, un millón de alemanes, 250,000 húngaros y 200,000 lituanos, letones y
estonios.
Además, millón y medio intercambiados entre Grecia y Turquía y 280,000 entre
Grecia
y Bulgaria,

382
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

Los actores de las relaciones étnicas del periodo de


entre-guerras eran minorías nacionales,220 estados
nacionalizantes221 y minorías parias (por no contar con un
Estado natal).222 El rasgo más inquietante de este periodo fue
que grandes cantidades de miembros de la derecha
moderada dieron su apoyo al nacionalismo orgánico; es decir,
los conservadores dejaron de inhibir el intervencionismo
estatal para competir con la izquierda al moralizar las
funciones del Estado. Los liberales y los socialistas fueron
tachados de internacionalistas, de pro-extranjerizantes. La
alianza entre conservadores radicales y moderados tuvo éxito
en casi toda Europa Central y del Este.
En los años treinta, alemanes, checos, polacos,
ucranianos, croatas, serbios y otros grupos nacionales
apoyaron una política de discriminación a las minorías en
cuanto a educación, servicios civiles y restricción de la
libertad de asociación. Buscaban provocar la emigración,
pues al asumir la democracia orgánica, creyeron inútiles los
procesos de asimilación. Al inicio, la geopolítica jugó el papel
de moderador, pues casi todas las minorías de un país eran
mayoría en otro, y generalmente, un vecino. Así es que había
cierto resguardo diplomático mientras hubiera equilibrio de
poderes y relaciones pacíficas. Esta protección terminó al
iniciarse la guerra.
En cuanto al segundo elemento que evitó la propagación
mundial del liberalismo, recordemos que Rusia, hasta antes
de la Revolución, desde Pedro el Grande había buscado su
inserción en Occidente. Ésta era una región en la cual los
inversionistas no dudaban en hacer grandes negocios: los
capitales franceses abundaban, pero tampoco eran
despreciables las inversiones inglesas y estadounidenses, y
el ferrocarril y la industria petrolera eran grandes negocios
internacionales. Por ello, Occidente toleraba la persecución
de judíos y de otras minorías en Rusia.
220
Que conformaban una minoría en el Estado en que vivían.
221
Aquéllos en los cuales la nacionalidad mayoritaria deseaba que el Estado
reflejara
únicamente su identidad étnica.
222
Judíos y gitanos.

383
Jorge Federico Márquez Muñoz

Pero los dominios de los zares eran sumamente


inestables. El proceso de modernización económica en
Rusia había generado mucha desigualdad y descontento
social. A diferencia de lo ocurrido en Occidente, donde la
modernización fue acompañada de una democratización
gradual que permitió canalizar el descontento social, en
Rusia, el sistema político se mantuvo rígido. Había una
dinámica social y económica del siglo xix en un país
gobernado como en el siglo xm, las pequeñas reformas
políticas no hacían sino abrir más el apetito de los
descontentos. Y como el sistema político se mantenía
bastante cerrado, surgieron grupos clandestinos de
agitadores, incendiarios profesionales y terroristas.
Por una serie de coincidencias históricas acompañadas
de una férrea voluntad, estos agitadores llegaron al poder. Y
una vez en él, comenzaron la matanza de las clases sociales
que consideraban sus enemigas. Inició uno de los clasicidios
más grandes de la historia, acompañado de genocidios en
contra de los pueblos que Lenin primero, y Stalin después,
consideraban fácilmente colonizables, pero que se resistían.
Debido a su condición geográfica Japón logró mantenerse
al margen del colonialismo europeo; pero cuando las naves
de guerra fueron capaces de asolar las costas niponas, los
japoneses se percataron de que el aislamiento ya no era una
estrategia aceptable, entonces intentaron fundar un Estado al
estilo europeo.
En tercer lugar, el liberalismo no fue posible por la falta de
fuerza ideológica de la modernidad como un todo, debido a lo
que Alasdair Maclntyre ha descrito como la decadencia
moral de Occidente. Según el historiador de la ética, la
historia de la moral se divide en cuatro etapas desde el punto
de vista de su legitimidad.
En la primera, la ética ofrecía un sentido a la vida del hom-
bre: ahí, la teoría y la práctica de la moral eran vistas como
normas impersonales y auténticamente objetivas que daban
a

384
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

cada hombre un rol social. Agregaríamos aquí que esta etapa


es el periodo sacrificial.
En la segunda etapa, la moral también posee normas
impersonales, objetivas y ofrece al hombre, en general, una
serie de deberes y derechos en tanto miembro de la especie;
Maclntyre habla aquí del cristianismo y de la tradición
aristotélica y helénica, pero podríamos agregar el
confucianismo, el hinduismo upanishádico y el Islam. Es
decir, aquí tienen cabida las grandes tradiciones
antisacrificiales en tanto reconocen un sentido de la dignidad
humana.
En la tercera etapa, se produjeron intentos fracasados por
mantener la objetividad e impersonalidad de los juicios
morales. Esta etapa surge en Occidente y es lo que, según
Maclntyre, da un carácter de especificidad en tanto que es la
única sociedad que niega sus tradiciones en nombre la razón.
Este periodo va del Renacimiento a inicios del siglo xix,
pasando por la Ilustración y el Romanticismo; Morris Berman
lo ha descrito como el periodo en el cual el hombre, confiando
en sus poderes, busca dominar el mundo. Es pues, un
periodo que empata las revoluciones políticas y sociales en
Europa con la evolución de la ciencia mágica que se convierte
en ciencia mecanicista, y con el capitalismo.
La tercera etapa de la historia de la moral, hasta cierto
punto aún vigente, intenta llevar la moral antisacrificial al
extremo; es heredera del Cristianismo y sobre todo, de la
Reforma protestante; es una ideología antisacrificial radical
que lleva al extremo el igualitarismo; pero esta visión no ha
sido nunca completamente triunfante. Maclntyre analiza que
esto ocurrió así porque se planteó una misión paradójica:
encontrar la objetividad moral en la subjetividad (Le. en la
razón según Kant, en la pasión según Hume, en la decisión
según Kierkegaard, etc.). El problema radica en que la
subjetividad (que no es nunca ajena a los criterios exteriores,
pues siempre está en contexto), puede cambiar a placer lo
exterior elegido;

385
Jorge Federico Márquez Muñoz

por el contrario, si se le trata de adaptar a un criterio fijo, la


subjetividad queda anulada.
Finalmente aparece una cuarta etapa, la de las teorías
emo-tivistas, que consiguieron amplia aceptación porque
existía un reconocimiento general de que las pretensiones de
objetividad e impersonalidad no podían sostenerse. Esta
etapa triunfó en el siglo xx y puede verse en la filosofía del
grupo Bloombsbury, las teorías de Nietzsche, Weber y
Sartre, las de los filósofos posmodernos, las obras de Joyce,
Proust, Picasso, etc.
A lo largo del siglo xx, la consecuencia política del
emotivis-mo fue el relativismo moral descrito por Paul
Johnson y que se puede apreciar en el voluntarismo de
Lenin, Mussolini, Hitler, Stalin, Roosevelt, Kennedy, etc.
A estas cuatro etapas corresponden conceptos
diferenciados de virtud: l)como cualidad que permite a un
individuo desempeñar su papel social (Le. en la litada o las
sagas de las sociedades guerreras; la obra de los trágicos,
los sofistas y Aristóteles); 2) como cualidad que permite a un
individuo progresar hacia un telos específicamente humano
(el estoicismo o el Nuevo Testamento); 3) como cualidad útil
para conseguir el éxito terrenal (como en la tabla de virtudes
de Franklin, Kant o Hume, o como en las teorías
contractualistas). A los dos primeros periodos, el autor de
Tras la virtud los denomina tradicionales; y al tercero,
ilustrado. En el cuarto momento, la virtud ya ha desapareci-
do. De acuerdo al emotivismo, "esto es bueno" significaría
"yo apruebo esto, hazlo tú también".223
Los dos primeros periodos corresponden a la etapa inicial
o de eticidad concebida como factor objetivo: es la hora de la
tradición. El tercero, corresponde al periodo de la objetividad
artificial que, al ser construida explícitamente a partir de la
subjetividad, fracasa: es la etapa premoderna. Finalmente,
está el periodo post-ético, emotivista, en el cual ya no se
intenta siquiera la elaboración de una tabla de virtudes: es la
modernidad.
223
Alasdair Maclntyre, op. cit., p. 27.

386
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

Hay dos puntos relevantes en este esquema para el


estudio de la violencia: el primero está relacionado con el
vínculo entre la ética y la construcción del yo; y el segundo,
con el papel que estos periodos dan a los bienes externos y a
los internos.
En las sociedades tradicionales, se considera que el
individuo se identifica y es identificado por los demás a través
de su pertenencia a una multiplicidad de grupos sociales:
"Soy hermano, primo, nieto, miembro de tal familia, pueblo,
tribu. No son características que pertenezcan a los seres
humanos accidentalmente, ni de las que deban despojarse
para descubrir el yo real. Son parte de mi sustancia, definen
[...] mis obligaciones y deberes". Los individuos heredan un
lugar interconectado de relaciones sociales:

a falta de este lugar no soy nadie, o como mucho, un


forastero o un sin casta. Conocerse como persona social
no es, sin embargo, ocupar una posición fija y estática. Es
encontrarse situado en cierto punto de un viaje con
estaciones prefijadas; moverse en la vida es avanzar [...]
hacia un fin dado. Así, una vida terminada y plena es un
logro y la muerte el punto en que cada uno puede ser
juzgado feliz o infeliz.224

Pero esta concepción de la "vida humana completa", de una


valoración impersonal y objetiva que aporta el contenido para
juzgar las acciones y proyectos particulares de un individuo
deja de ser practicable en algún punto del progreso hacia la
modernidad.
En la etapa pre-moderna hay una lucha por mantener la
identidad mediante la competencia feroz y la afirmación del yo
sobre los demás; es una declaración de guerra a las
jerarquías tradicionales; en el mundo moderno, por el
contrario, dominan la náusea, el hastío y la confusión. El yo
moderno no encuentra límites apropiados sobre los cuales
establecer un juicio; al du-
224
Ibidem, p. 52.

387
Jorge Federico Márquez Muñoz

dar de la objetividad de los criterios morales, ha dado al traste


con la moralidad misma: "Este yo democratizado, que no
tiene contenido social necesario ni identidad social necesaria,
puede ser cualquier cosa, asumir cualquier papel o tomar
cualquier punto de vista, porque en sí y por sí mismo no es
nada". Esta relación del yo moderno con sus actos y papeles
ha sido con-ceptualizada de dos formas: Sartre describió el
yo como algo distinto de cualquier papel social concreto que
por tal o cual, razón asuma; Erving Goffman describió "un yo
excluido de su interpretación de papeles, arguyendo que el
yo no es más que un clavo del que cuelgan los vestidos del
papel".22r'
Los conflictos íntimos para el yo emotivista son la confron-
tación de una arbitrariedad contingente con otra; es un yo a
quien nada da continuidad, salvo el cuerpo y la memoria. El
yo concebido, separado de su entorno social y carente de
una historia racional de sí mismo, "asume [un] cierto aspecto
abstracto y fantasmal"; se concibe como "falto de la identidad
social necesaria porque la clase de lelos en cuyos términos
juzgó y obró en el pasado, ya no se considera creíble".226
El yo fantasmal carece de una identidad profunda, y por
tanto, también de iguales duraderos; sus rivalidades duran
poco, son superficiales, pues no ha tenido tiempo para
acumular suficiente envidia.
En cuanto a la clasificación de los bienes, Maclntyre
apunta que es característico de los externos que, si se
obtienen, siempre son propiedad y posesión de un individuo.
Además, cuantos más tenga alguien, menos hay para los
demás. Estamos hablando de cosas tan diversas como el
poder, la fama y el dinero, bienes que son objeto de una
competencia en la cual debe haber perdedores y ganadores.
Por el contrario, los bienes internos son logrados gracias
al ejercicio de una virtud; no están en relación con la
obtención de bienes escasos y envidiados, sino con modelos
admirables.
225
na, p. 51.
226
na., p. 52.

388
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

Los componentes de cualquier práctica que contenga bienes


internos y modelos son las virtudes de la justicia, el valor y la
honestidad. Las prácticas florecen en las comunidades que
dan un papel predominante a la ética, y carecen de sentido
donde no se valoran las virtudes (Le. las sociedades
modernas).
Llevar a cabo una práctica es entrar en relación no sólo
con sus practicantes contemporáneos, sino con los que nos
han precedido en ella, en particular con aquéllos cuyos
méritos elevaron el nivel de la práctica hasta su estado
presente. Así, los logros, y afortiori la autoridad de la tradición,
son algo a lo que debo enfrentarme y de lo que debo
aprender. Las prácticas no deben confundirse con las
instituciones, pues éstas se encuentran necesariamente
comprometidas con los bienes externos.
Las virtudes no mantienen la misma relación con los
bienes internos que con los externos: la posesión de las
virtudes -y no sólo su apariencia- es necesaria para alcanzar
los internos; en cambio, la posesión de las virtudes puede
obstaculizar el logro de los externos.
El cultivo de la veracidad, la justicia y el valor a menudo
impide alcanzar riqueza, fama y poder. Las virtudes son un
impedimento potencial para las ambiciones; en una sociedad
donde llega a ser dominante la búsqueda de bienes externos,
como la moderna, cabe esperar la decadencia del concepto
de virtud, hasta llegar casi a su desaparición total; aunque
pueden abundar los simulacros.
El mundo tradicional procura enfocar al individuo en la
consecución de bienes internos. La escasez sólo se presenta
en el caso de aquellos bienes que están en segundo plano.
Las sociedades pre-modernas promueven una ética de
bienes internos -Le. la reforma protestante, la ética
ciudadana- pero dejan a los hombres a merced de los
externos -el mercado, la lucha por el status-. Esta
contradicción se ve acentuada por la incapacidad de producir
suficientes objetos para saciar las necesidades humanas, se
compite en medio de la escasez.

389
Jorge Federico Márquez Muñoz

La modernidad promueve dos éticas simultáneamente: la


Ilustrada y la emotivista. La segunda no es una ética
verdadera, deja libres a los hombres persiguiendo bienes
externos. La moral Ilustrada es antisacrificial e igualitaria y la
emotivista es su crítica. El emotivismo es el regreso del
sacrificio, pero desencantado, sin un motivo trascendente; es
un sacrificio cínico por utilitario o sádico. Estas dos éticas
luchan constantemente en el seno de los partidos, de los
gobiernos, de las asambleas sindicales, en las teorías
políticas y sociales, en las ideologías humanistas, en el
interior mismo de los individuos, etc.
El mayor peso del igualitarismo antisacrificial o del emoti-
vismo en política depende en buena medida del sistema de
que se trate, pero no es el único elemento. En principio,
donde el sistema político es más abierto -es decir, donde las
decisiones dependen directa o indirectamente de gran
número de actores políticos y electorados amplios-, tiende a
triunfar la primera versión. Por ello, las democracias liberales
tendrían una mayor estatura moral que los totalitarismos.
Pero no siempre es el caso. Como ha demostrado Paul
Johnson en su narración de la Segunda Guerra Mundial, el
contexto geopolítico también es un elemento que debe
tomarse en cuenta. Fue así como Inglaterra y Estados
Unidos, temerosos del nazismo, tomaron decisiones con
criterios de relativismo moral. Lo mismo puede decirse del
comportamiento de las democracias en el terreno colonial.
Aún en los años cincuenta del siglo xx, los ingleses
cometieron atrocidades en Kenya propias de los
totalitarismos, y los estadounidenses han hecho lo mismo en
Afganistán e Irak en la actualidad. De cualquier manera, en
condiciones normales y en lo referente a la política
doméstica, las democracias liberales suelen preferir el
igualitarismo anti-sacrificial, aunque no siempre sea posible
evitar cierta dosis sacrificial.
Durante el siglo xix y la primera mitad del siglo xx, los
latinoamericanos, japoneses, rusos y chinos, temerosos de
las

390
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

invasiones de las naciones occidentales, emprendieron sus


propios procesos de modernización; sin embargo, se
preguntaron ¿qué es la modernización?: ¿el cristianismo de
los misioneros, el liberalismo igualitario pregonado por los
promotores ideológicos?, o bien ¿se trata de la política de
fuerza de los comerciantes que abren los puertos y eliminan a
sus competidores locales a cañonazos? Ante este mismo
dilema se enfrentaron los países nacidos en Asia y África en
la posguerra, con el proceso de descolonización.
Las élites de los países no occidentales se dividieron en
torno a esta cuestión. Algunos consideraban que había que
tomarse en serio el igualitarismo anti-sacrificial, imitando la
trayectoria interna de los países occidentales. A estos se les
conoció como modernizadores, liberales o simplemente
pro-occidentales y buscaron construir las condiciones de la
envidia banalizada. El partido opositor lo conformaron
quienes se llamaron a sí mismos nacionalistas, socialistas o
anti-occidentales. Para ellos la clave era la envidia ideológica.
De acuerdo a esta versión el occidentalismo igualitario no es
más que pura hipocresía, una fantasía que sólo ha existido en
la imaginación de los imperialistas que no soportan verse a sí
mismos como saqueadores rapaces.
Por lo regular, ninguna de las dos versiones triunfa por
completo. Pero la segunda versión sí fue muy dominante en
los totalitarismos de los comunistas, en el japonés, con los
fascistas y los nazis.

11. Inicios de la destrucción moderna

El desencapsulamiento internacional de la modernidad ha ido


acompañado del incremento del poder colectivo de las
sociedades. Esto se aprecia en la Revolución Industrial, con
su capacidad de explotar la naturaleza y reorganizar la
sociedad

391
Jorge Federico Márquez Muñoz

para producir mayor riqueza, y en la Revolución Científica,


que liberó el conocimiento de toda moral y lo puso al servicio
de las necesidades concretas del mercado,'-27 los Estados228
o la geopolítica.229
El desarrollo de estos poderes colectivos, que sin duda
han incrementado los niveles de vida de millones de
personas, también ha generado las condiciones más
destructivas de la historia, por tres motivos: l)han mejorado la
logística que permite mover ejércitos y armamentos a
enormes distancias; 2)han incentivado la producción de más
y mejores armas; y 3) han organizado ejércitos más
disciplinados y profesionales.
En cuanto a la logística, cabe mencionar que, mientras no
hubo caminos terrestres extensos y bien construidos,230 el
transporte de víveres en gran escala fue mejor por vía fluvial.
En el siglo XVIII, en Europa, las naciones más ricas y
poderosas comenzaron a construir carreteras en gran
escala; hicieron esto lo mismo por motivos militares, que
comerciales o de recaudación.
Pero los malos caminos no fueron la única dificultad para
la movilidad de los ejércitos pre-modernos; otra igual de no-
table era el carácter perecedero de los alimentos frescos,
muy importantes para la salud. Los ejércitos solían estar
entonces malnutridos, en consecuencia, disminuían sus
capacidades físicas231 y los motines amenazaban. Esto
comenzó a ser resuelto a partir del siglo xix, con la comida
enlatada. Hacia 1860, la carne enlatada, la leche evaporada
y la creación de margarina, fueron de gran importancia en las
guerras de Napoleón ni, y
227
Le. las ambiciones de los científicos mismos o de las corporaciones que los
con
tratan.
228
Que buscan resolver sus problemas internos incrementando su poder
mediante:
una ciencia de la administración que les permita maximizar o incrementar sus recur-

sos; una ciencia de la política que les posibilite gobernar; una ciencia del desarrollo
tecnológico que haga posible construir la infraestructura necesaria para mejorar las
condiciones de vida de la población, etc.
229
Por ejemplo, cuando un Estado usa la ciencia para mejorar sus condiciones,
económicas o militares, de competencia con otros Estados.
230
En la antigüedad, sólo China y Roma fueron capaces de hacerlos.
231
En situaciones extremas, el hambre diezmaba incluso los ejércitos.

392
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

también lo fueron para que los norteños derrotaran a los


confederados en la Guerra de Secesión Americana.
Otro factor clave para que los federales derrotaran a los
sureños fue el de los ferrocarriles. Los primeros contaban con
48 mil kilómetros de vías férreas, una cantidad que superaba
a todas las demás vías del mundo, sumadas. El ferrocarril
revolucionó la guerra por tierra. Hacia 1900, Francia, Prusia,
Inglaterra, Bélgica, el Imperio Austro-Húngaro y Rusia habían
construido la mayor parte de los 280 mil kilómetros de vías
con que contaba Europa.

Tan importantes para la defensa nacional consideraba


Prusia sus ferrocarriles prusianos -propiedad, después de
la Alemania imperial-, que el gobierno en 1860 había
adscrito la mitad de ellos a propiedad pública y veinte años
después, estaban totalmente nacionalizados. En 1866 el
cuerpo de guardia prusiano pudo ser trasladado al frente
en el plazo de una semana en doce trenes diarios entre
Berlín y la frontera austríaca, aplastante evidencia de la
superioridad del ferrocarril respecto a la movilidad por ca-
rretera en las operaciones militares y fehaciente aviso de
que un Estado que no integrase sus políticas de transporte y
movilización se arriesgaba a ser derrotado por otro que lo
hubiera hecho. Prusia derrotó a Austria en 1866
fundamentalmente por su superioridad en ambos aspectos,
que le permitieron tomar la iniciativa, y la derrota de
Francia en Alsacia-Lorena en 1870 se produjo como causa
principal por el desbarajuste francés, que disponía de una
red ferroviaria inferior para refuerzos y
reaprovisionamiento.232

La lección del periodo 1866-1870 fue muy clara: quien no


tenga vías férreas será inferior en la guerra. En 1876, los
alemanes contaban ya con un gran ministerio de ferrocarriles;
en la Primera Guerra Mundial, incluso un país tan atrasado
como Rusia contaba con buenos ferrocarriles.
232
John Keegan, op. ciL, p. 369.

393
Jorge Federico Márquez Muñoz

Pero el ferrocarril tenía también limitaciones: una vez


abajo del tren, la movilidad del ejército era peor que la de las
legiones romanas, pues el peso de la artillería hacía a los
combatientes modernos sumamente lentos; esto ocurrió
justo porque la artillería de defensores no permitía el
acercamiento de los animales de carga y entonces, todo el
arsenal tenía que ser transportado en las espaldas de los
soldados.
Ante la artillería, la infantería quedaba prácticamente
inmovilizada, o si decidía moverse, sufría enormes daños. El
soldado de a pie sólo recobró su movilidad, una vez que
aparecieron los tanques, en 1916; sin embargo, los
automotores no resolvían por sí mismos el problema, había
que tenerlos en cantidad suficiente y con combustible, para
permitir a las tropas desplazarse hacia el campo de batalla o
en él. Aún en la Segunda Guerra Mundial, los ejércitos ruso y
alemán no contaban con suficientes vehículos motorizados y
se vieron en la necesidad de usar aún más caballos que en la
Primera Gran Guerra.233
Si Alemania y Rusia no contaban con una producción
industrial de tanques, camiones y otros automotores para la
guerra; por el contrario, Estados Unidos y Gran Bretaña los
tenían en tal cantidad, que pudieron dárselos a los
soviéticos.234
La expansión de la industrialización hacia el último tercio
del siglo xix e inicios del siglo xx, modificó la escala de la
guerra. La artillería de Napoleón en Waterloo, por ejemplo,
constaba de 246 cañones que dispararon unas cien veces
cada uno; en 1870, en Sedán, una de las batallas más
famosas del siglo xix, el ejército prusiano disparó 33,134
proyectiles; la semana anterior al inicio de la batalla del
Somme, el 1 de julio de 1916, la artillería inglesa disparó
1'000,000 de proyectiles, con un peso de unas 20,000
toneladas de metal y explosivos.
233
Los alemanes usaron cerca de un millón y medio en la Primera y cerca de
tres
millones en la Segunda. Los soviéticos usaron más de tres millones y medio
durante
esta última.
234
Estados Unidos envió, durante la Gran Guerra, casi tres millones de litros
de
gasolina y casi cuatrocientos mil camiones a los soviéticos.

394
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

La demanda de tales cantidades causó una crisis de


proyectiles en 1915, pero se subvino a esta escasez con un
programa de industrialización urgente de Inglaterra y de
grandes contratos con las fábricas que en otros sitios
trabajaban por debajo de su capacidad; a partir de entonces,
las industrias inglesa y francesa ya no desfallecieron: los
franceses, que habían calculado antes de la guerra un
consumo de 10,000 proyectiles diarios de 75 mm, aumentaron
la producción en 1915 a 200,000 diarios, y en 1917-1918,
abastecieron a la fuerza expedicionaria americana recién
llegada con 10*000,000 de proyectiles para su artillería de
fabricación francesa, así como con 4,791 de los 6,287 aviones
que utilizaron en combate sus fuerzas aéreas; Alemania,
aunque forzada a encontrar un sucedáneo de los nitratos a los
que no tenía acceso por el bloqueo, aumentó la producción de
explosivos, de 1,000 toneladas al mes en 1914, a 6,000 en
1915; e incluso el muy desdeñado sistema industrial ruso
aumentó la producción de proyectiles, de 450,000 al mes en
1915, a 4*500,000 en 1916 (diez veces más).235
Con la industrialización, las armas, dejaron de ser
artesanías caras, más propias de una manufactura
aristocrática que de un ejército masivo, así que fue posible
generar una capacidad armamentista sin precedente.
Un análisis retrospectivo nos da cuenta de que los
artesanos que producían armamento fueron puestos al
servicio del Estado en el Imperio Romano, pero tras las
invasiones bárbaras, recuperaron su libertad de productores
privados. En la Edad Media, el cliente principal de los armeros
era el Estado, que además les imponía restricciones de
exportación. Carlomagno mataba a sus subditos si los
encontraba vendiendo o produciendo armas para los
extranjeros.
Enormes gremios de artesanos producían armas y
armaduras durante la Edad Media; pero las armas de fuego
sólo fueron completamente dominantes hasta el siglo xix,
cuando se pudo
235
John Keegan, op. ciL, pp. 372-372.

395
Jorge Federico Márquez Muñoz

elaborar artificialmente salitre de nitrato, un elemento escaso


en la naturaleza236 y así se sustituyeron las ineficientes balas
de piedra por municiones metálicas. El Estado regulaba
cuidadosamente la recolección del salitre de nitrato y
posteriormente, la producción de la pólvora y armas de fuego;
los cañones fueron,.. en un comienzo, fabricados por los
fundidores de campanas, primero en bronce y luego en hierro.
Posteriormente, con

los experimentos en la fundición se obtuvieron notables


progresos en la artillería de campaña de bronce. Jean
Maritz, un suizo que entró al servicio del Estado francés
en 1734, comprendió que se podía obtener un arma de
mayor calidad fundiendo un cilindro de una sola pieza
maciza y no hueco, que era la técnica en la fundición de
campanas, para taladrarlo a continuación; el taladro
permitía un mejor ajuste entre la bala y el arma y reducía la
carga de pólvora necesaria para alcanzar un determinado
tiro, y, en último extremo, se obtenía un arma más ligera y
más móvil. En aquella época no existía una máquina de
taladrar -de energía hidráulica- con la potencia necesaria,
pero su hijo inventó una y por ello fue nombrado maestre
del arsenal real de Ruelle y de otras fundiciones de
cañones francesas.237

Cuarenta años más tarde, el cañón francés fue copiado por


Inglaterra; pero el Estado galo siguió teniendo ventaja sobre
sus competidores, debido a su esquema de producción
centralizada y a su programa de fabricación estandarizada,
implementado por el artillero Jean Gribeauval.
Esta ventaja despareció a principios del siglo xix, cuando
las fuerzas de la Revolución Industrial se volvieron
incontenibles y el armamento se convirtió en una mercancía
más que circulaba por los mercados internacionales. A
mediados del siglo xix, la

236
Se encuentra en cuevas y establos, donde la acción bacteriana de la orina y las
heces lo acumulan por deposición en la tierra en que se guardaba el ganado.
237
John Keegan, op. cit., p. 374.

396
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

producción en gran escala de hierro calentado al rojo vivo


para ser maleable no sólo obedecía a la demanda de
armamentos modernos, sino al desarrollo de la minería, la
expansión de las vías férreas y a la multiplicación de los
barcos.
De todos modos, el crecimiento de los ejércitos era causa y
consecuencia de tan acelerada industrialización; el hierro se
convirtió en uno de los grandes negocios internacionales del
siglo xix y los financieros estaban muy interesados en él. En
esta fiebre lucrativa de inventiva bélica, el ingeniero inglés
William Armstrong y posteriormente el alemán Alfred Krupp se
convirtieron en los magnates de la industria militar. A finales
del siglo xix, incluso los austriacos y los rusos habían
desarrollado ya una enorme industria cañonera propia.
A mediados del siglo xix, al mismo tiempo que mejoraba la
industria de los cañones en Europa, en el Valle de
Connecticut, el rifle había comenzado a sustituir al mosquete.
Los rifles y sus cartuchos eran producidos a gran velocidad y
con gran exactitud por fresadoras automáticas y
semiautomáticas de energía hidráulica o de vapor; este
proceso fue copiado por los ingleses quienes, en la fábrica de
Woolich, eran capaces de producir 250 mil cartuchos al día.
El mercado de los rifles fue muy exitoso pero pronto se
saturó. Los fabricantes entonces tuvieron que buscar nuevos
mercados y mejorar sus armamentos, para dejar obsoletos
los anteriores). En 1870, en Francia, apareció la mitrailleuse
(la primera ametralladora. Era semiautomática y rudimentaria
pero fue la base para que el sueco Nordenfeldt y el
estadounidense Gardner la perfeccionaran. Finalmente, en
1884, Hiram Maxi la pudo industrializar. Disparaba 600 balas
por minuto.238
En la Primera Guerra Mundial, los dos bloques de ejércitos
contaban con ametralladoras y rifles automáticos con
recáma-

238
Cfr. Max Hastings, "The Most Influential Weapon of Our Time", The New York
Review ofBooks, 10/02/2011, disponible en WWW.nybooks.com, consultado el 25
de noviembre de 2012.

397
Jorge Federico Márquez Muñoz

ra; además, ambos recurrían a las trincheras y lo que es más


importante: tanto los gobiernos de los aliados, como los de
los imperios centrales habían cedido a la petición de sus
Estados Mayores de gastar enormes cantidades en
armamento y llevar a cabo reclutamientos masivos de futuros
soldados.
Esto llevó a un empate desesperante. En la búsqueda por
romper el impasse, se inventaron el tanque y los aviones de
guerra, pero ninguno de estos inventos resultó decisivo. La
guerra concluyó por el agotamiento de las fuerzas humanas
e industriales. La derrota alemana fue casi fortuita;
cualquiera hubiera podido rendirse, pues las potencias
estaban prácticamente igual de agotadas.239
En la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos contaba
con una superioridad de abastecimiento y logística tan
decisiva, que ésta le dio la victoria. Producía tanto, que pudo
armar a Rusia y Gran Bretaña, y por si esto fuera poco,
gracias a la producción bélica, logró salir de la Gran
Depresión y su economía creció a un ritmo acelerado, sin
necesidad de préstamos.240
La industrialización de Estados Unidos le daba ventaja no
sólo en cuanto a la producción de armamento, sino en
cuanto a la logística para transportarlo;241 así, la capacidad
industrial se
239
Cfr. Niall Ferguson, ThePity o/War, New York, B Books, 1999, p. 313.
240
"La productividad aumentó un veinticinco por ciento y la utilización de
las
fábricas pasó de cuarenta a noventa horas semanales; como consecuencia
de ello, la
construcción de barcos aumentó diez veces, la producción, de caucho se
duplicó, la
del acero fue también casi el doble y la producción de aviones aumentó once
veces,
de modo que de los 750,000 aparatos que fabricaron los principales
contendientes
durante la guerra, 300,000 procedían de Estados Unidos, y de ellos sólo en
1944
salieron 90,000 de sus fábricas". John Keegan, op. cit, p. 377.
241 u
Más de 51,000,000 de toneladas de barcos mercantes salieron de los
astilleros
americanos entre 1941 y 1945, lo que representa unos 10,000 cargueros tipo
Liberty
y Victory y buques cisterna T 2, producidos mediante un revolucionario
proceso de
prefabricación según el cual, a título de demostración, se podía botar un
navio cada
cuatro días y quince horas. [...] Durante el programa Liberty, de los astilleros
esta
dounidenses salían tres barcos al día. Los submarinos alemanes tipo U,
incluso antes
de ser derrotados en la batalla del Atlántico por la introducción de los
bombarderos
de largo alcance y de los portaaviones escolta, ambos de construcción
americana,
no podían hundir más tonelaje del repuesto por semejante ritmo de
producción".
Ibidem, p. 378.
398
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

convirtió en el factor clave de la guerra convencional. Pero


justo en ese momento, y como un subproducto de la
industrialización bélica de Estados Unidos, surgió la guerra no
convencional, como consecuencia de la creación de la bomba
atómica.
En cuanto a los ejércitos profesionales, que son el tercer
desarrollo militar de la modernidad, destaca el hecho de que,
entre los siglos xvi y xix, la guerra naval no cambió mucho;
pero en tierra, la guerra sí experimentó transformaciones
profundas: a finales del siglo xvn, la artillería se hizo más
pequeña para poder ser desplazada al campo de batalla, y en
la misma época, los mosquetes mejoraron cuando el pedernal
sustituyó a la mecha retardada.
Pero la falange del siglo xvn provocaba gran cantidad de
bajas en el propio ejército: piqueros y mosqueteros se estor-
baban mutuamente, y los mosquetes mal usados explotaban
en las manos de soldados inexpertos. El primero de estos
problemas se resolvió a finales del siglo xvn, con la bayoneta;
el segundo, con la profesionalización de la infantería, que fue
un proceso lento que abarcó desde el siglo xvn hasta el xix. El
entrenamiento intentaba coordinar a los mosqueteros, que se
mostraban demasiado individualistas: cada uno elegía
cuándo disparar y sobre qué enemigo.
En la Guerra de los Treinta Años, aparecieron los primeros
intentos de falanges modernas: los regimientos reales de
mosqueteros ingleses, prusianos y austriacos no disparaban
contra un blanco concreto, sino contra la masa enemiga. Se
trataba de crear unacortina de fuego y para ello, era necesario
disparar al mismo tiempo. Para coordinar los disparos a la
misma altura, los sargentos nivelaban con una pica los
mosquetes.
Comenzaron así a desaparecer las figuras individualistas
del caballero medieval y el mosquetero renacentista; en su
lugar aparecieron los soldados uniformados, como sirvientes
con derechos y libertades restringidas, cuando no
abiertamente esclavizados. Eran ejércitos compuestos por la
canalla y los pobres.

399
Jorge Federico Márquez Muñoz

El siglo xvn intentó civilizar, o al menos domesticar, a los


militares; lo cual tiene su equivalente social en el intento de
contener a los pobres. Las casas de trabajo, hospitales,
hospicios y cárceles modernas, que intentaba disciplinar a
los pobres en la nueva sociedad estatal y capitalista, tenían
un equivalente en el ejército. Fue a finales del siglo xvn
cuando comenzaron a multiplicarse por toda Europa las
academias militares. Ahí se enseñaba a los oficiales la
tradición clásica, sobre todo romana, para dirigir a sus
ejércitos y aprender las mejores tácticas; ahí también se
enseñaba disciplina a los jóvenes militares. La carrera militar
comenzó a ser vista como virtuosa y atrajo a la clase media.
En el siglo xvín, la instrucción militar consistía en el cultivo
de la disciplina, el aprendizaje de la "táctica mecánica" y la
"artillería científica". El mosquete, que no evolucionó desde
1700 hasta 1850 -momento en que fue sustituido por los
rifles modernos-, era inocuo a cien metros del enemigo, pero
de cerca era capaz de crear una zona mortífera. La artillería
móvil era usada para destrozar las líneas de la infantería
enemiga. Y la caballería aún se usaba para lanzar cargas
contra la infantería y romper sus líneas, pero era cada vez
más marginal.
Las monarquías del siglo xvm peleaban continuamente
entre sí por los derechos sucesorios, contaban con los mayo-
res ejércitos europeos, que poseían artillería y caballería. En
las grandes batallas de la época, tenemos siempre el mismo
desarrollo:242 una falange de mosqueteros uniformados
descargaba y retrocedía, rechazaban a la caballería o huían
de ella, se reagrupaban y continuaban la batalla. Las
contiendas duraban día tras día, con descansos pactados;
había muchas bajas, pero los ejércitos estaban compuestos
por hombres disciplinados y dóciles. Las capacidades
bélicas de ambos ejércitos estaban

'-"- Blenheim (1704), Fontenoy (1745) y Leuthen (1757). C/r. Julián Barnes, "The
Oíd Couple", The Ñau York Review o/Books, 29/03/2007, disponible en
WWW.nybooks. COm, consultado el 22 de noviembre de 2012.

400
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

empatadas, esto hacía que la victoria dependiera de


elementos extra-militares: el agotamiento de los hombres o la
economía de su reino. Las monarquías del siglo xvm tenían
tantas victorias como derrotas.
La guerra estaba racionalizada y los ejércitos obedecían
mecánicamente. En un intento por acortar las batallas y
obtener alguna ventaja, se utilizó una nueva estrategia,
racional desde el punto de vista de la Razón de Estado, pero
que implicaba una vuelta a la barbarie: recurrir a pueblos con
tradiciones guerreras. Magiares, albanos, bosnios, tiroleses,
zuavos del Norte de África, sijs de Punjab, gurkas de Nepal,
etc. fueron usados por los ejércitos modernos; pero como sólo
estaban disponibles en cantidades limitadas, estos elementos
no fueron un factor decisivo en las batallas.
Si los ejércitos exóticos no resultaban determinantes las lu-
chas en Occidente, por el contrario, los ejércitos modernos sí
lo eran para las luchas contra enemigos no europeos. Los
mejores ejércitos islámicos, los jenízaros, turcos y mogoles,
comenzaron a sufrir derrota tras derrota a partir del siglo xvn,
una vez que sus rivales modernizaban sus ejércitos.
En el siglo xvín, los mogoles intentaron modernizar sus
milicias y contrataron instructores franceses, pero el plan no
resultó porque la tradición esteparia los hacía demasiado
libres para el sistema de cuasi esclavitud militar occidental.
Los hindúes, bajo el mando de los ingleses, se disciplinaron y
fueron de gran utilidad para derrotar a los odiados
musulmanes que gobernaban India.
En Plassey (1757), la victoria que daría origen al imperio
inglés en India, los 1,100 europeos y los 2,100 cipayos de
Clive rodearon a 50,000 soldados de infantería y caballería
mogoles, los dispersaron fácilmente por medio de sucesivas
descargas de mosquete y los hicieron huir en desbandada.243

243
John Keegan, op. cit., p. 414.

401
Jorge Federico Márquez Muñoz

12. La guerra política

Como sostiene John Keegan en alusión a Clausewitz, la


guerra no es "la continuación de la política por otros medios",
sino "la continuación de la cultura por otros medios".
Como hemos visto, las capacidades logísticas, las
mejoras en la producción y reorganización de las milicias -Le.
la pro-fesionalización de los ejércitos- desembocaron en
guerras de una escala nunca antes vista en la historia de la
humanidad.
Sin embargo, para alcanzar el nivel de destrucción al que
llegaron las guerras desde finales del siglo xvm y hasta
inicios del siglo xxi, hacía falta el desarrollo de un poder
colectivo adicional: el nacionalismo.
Las monarquías y los imperios son metáforas de una
familia en la cual manda el padre y en su ausencia, la madre;
los nacionalismos son enemigos de los reyes y los invasores
"extranjeros",244 pues luchan por derrocar a los gobernantes
"ilegítimos". Sus batallas son las de los hijos contra el padre:
lo mismo la Independencia de las Trece Colonias, que la
Revolución Francesa y posteriormente la rusa fueron
movimientos parricidas.245
Una vez asesinados los padres políticos, se abre la puerta
para que los hermanos se conviertan en cainitas. Estados
Unidos de inmediato renunció a esta tentación y restableció
la figura patriarcal del gobierno con George Washington;
pero Francia fue gobernada por hombres caprichosos,
dispuestos al Terror con tal de imponer sus ideales. La
inestabilidad reinó hasta que nuevamente el padre, en la
figura de de Gaulle, volvió a poner orden. Rusia, potenciada
como Unión Soviética, y ahora de regreso convertida en
Rusia, sigue aún gobernada por niños inseguros en la
búsqueda del reencuentro con su Madre.
La guerra nacionalista comenzó en la lucha de
Independencia de las Trece Colonias, ésta fue la primera
ocasión en la cual

244
Pese a que tales "extranjeros" lleven siglos viviendo en el país que gobiernan.
245
Cfr. Joseph H. Berke, op. cit., p. 257.

402
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

la religión no jugó un papel relevante; se peleó por


consideraciones estrictamente políticas, para establecer una
sociedad mejor. La guerra por la libertad en Norteamérica fue
larga. El ejército inglés tenía superioridad en tanto a disciplina
y armamento; pero los colonos supieron llevar las batallas a
terrenos difíciles para los británicos, además, contaban con
una moral elevada y una estrategia bien definida, hacían
numerosos ataques que obligaban a los ingleses a
dispersarse, y finalmente, los rebeldes contaban con recursos
económicos y bélicos otorgados por Francia y España: los
archienemigos de Inglaterra.
La victoria de los rebeldes no fue una lucha sucesoria para
suplantar una dinastía por otra, fue verdaderamente una revo-
lución que instauró un nuevo régimen articulado en torno a la
idea de "el pueblo".
El ejemplo de los insurgentes en América inspiró a los fran-
ceses: entre la nobleza gala había mucha admiración por la
Revolución de las Trece Colonias, ésta era una guerra en la
cual los odiados ingleses habían sido derrotados, y la derrota
de la Guerra de los Siete Años al fin había sido vengada. El
tema del parricidio-antimonárquico de los insurgentes
estadounidenses fue celebrado y promovido entre los
aristócratas franceses, pero con ello minaban también el
orden tradicional de su propio país, orden del que eran
beneficiarios.246
¿Por qué esta nobleza promovía el cambio de una
situación que le era tan favorable? Sin duda, en parte lo hacía
por irresponsabilidad;247 y por otra, porque consideraba que
podía lucrar con la desgracia de los borbones.248
El Estado francés estaba en bancarrota, justo por los
gastos bélicos de la Independencia de las Trece Colonias.
Dado que
246
Cfr. Simón Schama, op. cit., p. 55 y sigs.
247
Por ejemplo, cuando la Reina María Antonieta promovía el teatro antimonár
quico por mero esnobismo. Cfr. Stefan Zweig, María Antonieta, trad. Ramón María
Tenreiro, Barcelona, ed. Juventud, 2002 (I a ed. en 1932), p. 175 y sigs.
248 Tai fueej caso ¿e jos Qrleáns. Cfr Guy Bretón, Historias de amor de la historia de
Francia IV. El amor revolucionario, trad. M. Giménez Sales, México, Bruguera, 1972
(Ia
ed. en francés, 1955), p. 9 y sigs.

403
Jorge Federico Márquez Muñoz

el gobierno necesitaba aumentar la recaudación para pagar


a sus acreedores, el Rey y sus consejeros pensaron que era
necesario legitimar dicha decisión, pues conocían lo ocurrido
en Inglaterra un siglo antes, cuando Carlos I intentó
aumentar los impuestos sin consultar a la nobleza
afectada,249 y también sabían que el aumento de impuestos
sin legitimidad había sido uno de los detonantes de la
insurgencia en América.
Para evitar una revuelta derivada del aumento de
impuestos, Luis xvi convocó a los Estados Generales, de
donde pensaba que obtendría el apoyo de los tres Estados:
el clero, la aristocracia y el pueblo; por el contrario: en la
Asamblea, el grupo opositor al alza de impuestos tomó el
control y amenazó al monarca, y éste intentó huir para
buscar refugio en Austria, pero fue capturado. Como una
parte importante de la nobleza sí logró escapar, desde el
exilio comenzó a conspirar contra el régimen antimonárquico
en Francia.
Los Estados Generales se convirtieron en una Asamblea
Constituyente, modificaron el régimen político y despojaron
al Rey de sus poderes. Los vínculos sanguíneos con la
aristocracia gala, pero sobre todo el temor al contagio y al
inicio de una revuelta en sus propios reinos provocaron que,
en 1792, los monarcas de Austria, Prusia, Francia y Rusia
declararan la guerra al nuevo régimen revolucionario.
La invasión extranjera favoreció a los radicales en
Francia, pareció que los jacobinos eran un subgrupo lo
suficientemente agresivo para defender los triunfos de la
Revolución.
Al igual que en la Independencia de las Trece Colonias, el
régimen de la Revolución Francesa identificó al extranjero
dinástico como su enemigo: surgió así, como una identidad
negativa, la idea de la nación francesa. En 1793, cuando los
revolucionarios cortaron la cabeza al Rey, lo acusaron de
extranjero, pues él no era parte del pueblo. El Monarca era
un padre, pero
249
Porque pagaría más y porque era la que directamente se encargaba de la
recaudación.

404
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

un padre invasor, un usurpador. No es extraño que Saint-Just


haya acusado al monarca de "ser un extranjero entre
nosotros [...] que debe ser juzgado como un enemigo
externo".250

Sieyés teoriza el carácter extranjero de la nobleza en


relación a la voluntad nacional, condenando al ostracismo
al orden en su conjunto, transformándolo en enemigo de la
cosa pública, al mismo tiempo que anuncia el despertar de
la ciencia social y de la felicidad de los hombres: En la noche de
la barbarie y del feudalismo, las verdaderas relaciones entre los
hombres pudieron haber sido destruidas, todas las naciones
conmovidas y corrompida la justicia, pero cuando aparece la luz es
necesario que desaparezcan las absurdidades góticas, que caigan
y que se diluyan los restos de la antigua ferocidad. Esto es algo
seguro. Para no cambiar un mal por otro es necesario que el orden
251
social en toda su belleza reemplace al antiguo desorden.

El pueblo comenzó a ser entendido en dos sentidos: 1) como


la muchedumbre que se rebela contra el alza del precio del
pan, que en París toma la Bastilla, que se une con entusiasmo
al ejército revolucionario para luchar contra los extranjeros, y
que aplaude cuando la guillotina hace su trabajo; y 2) como
los votantes y representantes políticos que modifican la Cons-
titución, desencapsulan las relaciones sociales y construyen
las instituciones del nuevo orden (incluidas las del Terror).
Las fuerzas extranjeras fueron repelidas del territorio
francés, pero los revolucionarios consideraron que no podían
descansar hasta derrocar a las otras monarquías, pensaban
que si los pueblos de Europa adoptaban un régimen
republicano, entonces reinaría la concordia. Así, la nación
revolucionaria, después de haber sido víctima del
imperialismo dinástico del antiguo régimen, paradójicamente
se convirtió ella misma en

250
Joel Flores Rentería, Totalitarismo, México, UAM, 2003, p. 48.
251
Francois Furet, Pensar la Revolución Francesa, trad. Arturo Firpo,
Barcelona, ed.
Petrel, 1980 (Iaed. en fracés, 1978), Primera Parte, III.

405
Jorge Federico Márquez Muñoz

un imperio. Las guerras de la Revolución fueron continuadas


por Napoleón, Francia mantuvo su política expansionista
hasta 1815, cuando el corso fue definitivamente derrotado.
Los franceses invadían a sus vecinos, cometían
atrocidades, pero todo lo hacían para "exportar la libertad".
Claro está, había muchos antimonárquicos entre los
invadidos, que de inmediato se convertían en colaboradores
de los franceses.
Las invasiones napoleónicas iban seguidas de modifica-
ciones constitucionales importantes, así comenzó el proceso
de modernización de la ley en toda Europa. Pero hubo otra
transformación no menos importante: en la medida en que
Napoleón avanzaba sobre los Estados vecinos, convertía a
sus nuevos "aliados" en soldados de su ejército
revolucionario; la leva dejó de ser sólo para las clases bajas,
pues los proyectos del nuevo emperador eran muy
ambiciosos y necesitaba militares de todas las clases
sociales. Fue así como, por primera vez, prácticamente toda
la sociedad europea se militarizó.
En Francia, cada ciudadano era un soldado. Esta política
había comenzado por una necesidad defensiva, pero se
mantuvo debido al expansionismo. Al igual que Estados
Unidos, Francia creó un ejército nuevo, revolucionario,
porque desconfiaba de las milicias del antiguo régimen. Esta
maquinaria bélica estaba alimentada de ciudadanos
entusiastas, dispuestos a defender la Constitución; pero
también estaba compuesta de víctimas de la leva. Cada
ciudadano debía tener un arma, como en Estados Unidos,
para defender a la República.
En el ejército revolucionario, la disciplina no estaba
resguardada por la amenaza de los castigos corporales. Los
franceses dejaron atrás la noción del "soldado-esclavo"; por
el contrario, la disciplina se mantenía con procedimientos
jurídicos, con tribunales muchas veces elegidos
democráticamente. Otro cambio fundamental fue que los
ascensos y rangos militares dejaron de estar supeditados a
los títulos nobiliarios; ahora se premiaba el mérito y la
movilidad social fue entonces un incentivo po-

406
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

deroso para los soldados. El ejército francés, además de ser


el más numeroso de Europa, era también el que mejor
motivaba a sus hombres, no sólo porque permitía escalar
socialmente a cualquiera que mostrase valor suficiente, sino
también porque era generoso en el reparto de los botines de
guerra.252
Claro está, en este ejército revolucionario, también cabían
los viejos militares. Napoleón y sus mariscales Grouchy y
Mar-mont lo eran, todos ellos habían comenzado su carrera
en el ejército de Luis xvi.
En 1812, el imperio napoleónico alcanzó su cénit: contaba
con un ejército de más de un millón de hombres, repartidos de
Rusia a España, y obtenía suministros del saqueo de los
territorios conquistados. Todo estaba al servicio de la guerra.
La hazaña de Napoleón fue que derrotó con rapidez a
muchos estados europeos en el propio territorio de éstos; tal
cosa fue posible porque Napoleón pudo hacer victorias
rápidas y decisivas con la táctica de falanges modernas, de
soldados con mosquete y bayoneta; esto era justo aquello en
lo que el antiguo régimen había fracasado y es lo que había
generado empates militares entre las potencias por más de un
siglo. Napoleón llevó a sus últimas consecuencias una idea
del conde de Guibert, que a la vez admiraba los logros
militares de Federico de Prusia: asaltar con grandes masas
de soldados. La superioridad numérica era tan avasallante,
que la falange enemiga se veía abrumada y entraba en
pánico; pero ni Guibert ni los prusianos estaban dispuestos a
llevar esta idea demasiado lejos, pues temían el poder que su
táctica daría a las masas, sus ideas absolutistas les obligaron
a inhibir la práctica de aquello sobre lo cual habían teorizado.
Napoleón no tuvo esta limitación.
El ejército de ciudadanos resolvía rápidamente las
batallas: así fue en Bélgica, Holanda, Italia y Alemania.
Cuando se encontraban ante una fortaleza cuyos defensores
estaban dispuestos a resistir, los revolucionarios simplemente
la dejaban atrás, sin
252
Cfr. Roger Caillos, op. cit., p. 155 y sigs.

407
Jorge Federico Márquez Muñoz

combatir; cuando los franceses habían dominado el territorio


circundante a las fortalezas del adversario, éste se
entregaba.
1812 fue también el año en que comenzó la debacle del
Imperio: España, invadida por Francia, resistió con valentía y
con la enorme ayuda de los suministros y tropas ingleses, y
Rusia también resistió. Dos campañas difíciles, en puntos tan
distantes, desgastaron al ejército revolucionario; además del
hecho de que los franceses llevaban ya doce años en guerra.
Pese a su derrota, Napoleón dejó una marca profunda en
el conocimiento de la correlación entre guerra y política. En
cierta forma, el doble victorioso de Napoleón fue Clausewitz,
y también con las guerras napoleónicas comienza una
relación de dobles miméticos entre Francia y Alemania; el
nacionalismo de la primera incentiva al de la segunda.253 La
mimesis con-flictiva entre Inglaterra y Francia, surgida desde
la Guerra de los Cien Años, ahora pasa a segundo plano,
porque Inglaterra está demasiado ocupada en manejar su
Imperio de ultramar, mientras galos y prusianos comienzan
una carrera por la conquista del continente.
Con Clausewitz, estamos ante la militarización de la
política, ante un mundo amenazante de rivalidades sin límite;
la paz es sólo un reposo para preparar la siguiente guerra.
Las ideas de este teórico prusiano fueron muy influyentes en
las guerras de unidad alemana en la década de 1870. Y para
1914, toda Europa era clausewitziana.
En el siglo xix, los estados alemanes odiaban a Francia,
sobre todo, por la ruina financiera que Napoleón les había
impuesto tras las batalla de Jena; además, para los
alemanes, Francia no era más que una nación frivola,
presumida, que afirmaba su superioridad cultural: todo ello
era insoportable para el puritanismo luterano de los
germanos. Por si esto fuera

253
Cfr. Rene Girard (conversaciones con Benoit Chantre), Clausewitz en los
extremos, trad. Luciano Padilla López, Buenos Aires, Katz, 2010 (Iaed. en francés,
2007), p. 239.

408
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

poco, los poderosos jünkers sentían temor y repugnancia por


las ideas democráticas y populares de la Revolución de
1789.254
Durante el siglo xix, los estados alemanes avanzaron por
rutas impredecibles. A finales del siglo xvm estaban
fragmentados en un orden que, al menos desde el Tratado de
Westfalia (1648) parecía natural; pero en 1789, todo esto
comenzó a cambiar, cuando los gobernantes temieron que
sus estados imitaran a la Revolución Francesa.
En 1793, Adolf Freiherr von Knigge, un masón de la baja
nobleza, famoso por sus tratados sobre urbanidad, conducta
social y política, aseguró que en Alemania no se imitaría a los
galos, porque los gobernantes germanos no eran tan severos
como para provocar una rebelión; el pueblo alemán, además,
estaba acostumbrado a la pobreza y a soportar la dominación;
asimismo, la fragmentación del pueblo, debida a la división
territorial, también obstaculizaba una rebelión de importancia.
En pocas palabras, según von Knigge, en Alemania no existía
nada análogo al Tercer Estado francés, por el contrario: la
burguesía germana estaba compuesta por una gran cantidad
de burócratas, oficiales de corte, contratistas, abogados,
médicos y otras personas comprometidas con el
mantenimiento del orden; asimismo, la gente común estaba
tranquilizada por una religiosidad que atemperaba el espíritu
aventurero. Finalmente, el tratadista consideraba que
tampoco había en Alemania tantas almas corrompidas por la
Ilustración, como en Francia.
Lo que no calculó Knigge fue que los revolucionarios fran-
ceses serían tan imperialistas, que terminarían por invadir
Alemania. Con ello, la tierra de los germanos cambió: junto
con la invasión de Napoleón, los gobiernos germanos se
centralizaron; como producto de las necesidades militares,
los estados pequeños fueron absorbidos por los grandes; y
finalmente surgió un

254
Cfr. Noel Annan, "The Abominable Emperor", The New York Review of
Books, 06/06/1996, secc. 3, disponible en www.nybooks.com, consultado el 12
de septiembre de 2012.

409
Jorge Federico Márquez Muñoz

nacionalismo reactivo, que defendía el idioma, la poesía y la


filosofía alemanas.
Como una reacción ante la invasión, en el periodo
pos-napoleónico surgió la literatura nacionalista en
Alemania. Friedrich Ernst Schleiermacher y Ernst Moritz
Arndt plantearon que Alemania, unida, sería un poderoso
imperio; pero los diplomáticos del Congreso de Viena no se
sintieron impresionados y dividieron Germania en dos
grandes monarquías: Austria y Prusia; así como los reinos de
Sajonia, Hannover, Württem-berg y Bavaria; los ducados de
Badén y Hesse; las ciudades de Hamburgo, Bremen, Lübeck
y Frankfurt, y otros veintisiete principados y ducados unidos
en una confederación que era un mero simbolismo.
Humboldt advirtió que, pese a esta división, Alemania
tendía a unirse. En los años veinte y treinta del siglo xix,
grupos de veteranos de guerra, estudiantes universitarios,
políticos liberales y burócratas, impulsaron la idea de la
unidad y dijeron representar, más allá de las fronteras que
los dividían, el verdadero volk; es decir, tenían ya una noción
étnica de la nación.
En la década de 1830, los líderes reformistas crearon
partidos políticos que, en la década de 1840, obtuvieron gran
popularidad, debido a la crisis económica y a los ejemplos
suizo y francés, donde los partidos liberales avanzaban. En
Alemania, los progresistas creían que los problemas sociales
podrían resolverse con la unidad, muchos de ellos estaban
dispuestos a buscarla aún si era necesario hacer una
revolución; pero fracasaron, en parte por la fragmentación
territorial.
En los años cincuenta ocurrió un cambio de ánimo: la
economía y las finanzas, de por sí robustas en la región, se
pusieron al servicio del nacionalismo, la cultura se
transformó profundamente, se aprendió a "renunciar a las
ilusiones poéticas y las confusiones románticas", los
alemanes comenzaron a sentirse "rodeados de
contradicciones sin solución y tareas complejas". En esa
década se inventó el término Realpolitik y

410
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

muchos idealistas del 48 se convirtieron en políticos u


hombres de negocios, fue entonces cuando la economía se
volvió crucial para la autodescripción de los alemanes.
Gustav Freytag escribió la novela Débito y crédito, que se
convirtió en un bestseller.255
Los políticos del momento eran: Félix zu Schwarzenberg,
el premier austriaco que suprimió la revolución húngara,
Cavour y Bismarck. Todos ellos eran hombres prácticos que
veían el debilitamiento del sistema internacional como una
oportunidad para el crecimiento de sus países.256
La derrota austriaca frente a Prusia (1866) se debió a la
irracionalidad militar y extravagancia de la política exterior de
los Habsburgo, y a su incapacidad para diseñar una política
exterior coherente con Alemania;257 sin embargo, aun en esa
guerra, millones de germanos no apoyaban a Prusia ni a
Austria, eran simples espectadores.
El siglo xix presenció cosas sorprendentes. Entre ellas, la
unificación alemana bajo Bismarck. Previamente, Prusia
había sido la más débil de las potencias y sus líderes se
mostraban titubeantes en torno a la cuestión de edificar un
Gran Estado Alemán; aún en la Guerra de Crimea, Federico
IV prefirió una política ambigua. De serles posible, los
gobernantes prusianos, por su parte, se alejaban de los
problemas y solían buscar una política aislacionista.
Justo en la década de los cincuenta, todo esto cambió: dos
fenómenos parecieron anunciar los nuevos tiempos: la
industrialización alemana y el ascenso de Bismarck. La
unificación se dio bajo la égida de un absolutismo militarizado:
fueron las victorias ante Francia, Dinamarca y Austria las que
admiraron a los estados germanos y les llevaron a aceptar el
liderazgo de Prusia.
Pero la industrialización despertaba algunas inquietudes
entre la élite germana: se sabía, por la experiencia inglesa,
que
255
Cfr. Gordon Craig, "The Reich Stuff", The New York Review of Books,
31/01/1991,
disponible en www.nybooks.com, secc. 1 y 2, consultado el 12 de septiembre
de 2012.
256
Cfr. Henry Kissinger, op. cit., p. 101 y sigs.
257
Cfr. Michael Mann, Las fuentes del poder social II, op. cit., p. 443 y sigs.

411
Jorge Federico Márquez Muñoz

los cambios económicos de este proceso debilitaban a la


vieja aristocracia y generaban conflictos sociales.
Conscientes de ello, los jünkers, incluida la monarquía,
temían los cambios.258
La militarización de la sociedad parecía resolver este
problema, los éxitos bélicos eran de todos los alemanes y el
nacionalismo eclipsaba la lucha de clases. En 1862, el Rey
de Prusia se comprometió tanto con el ejército, que nombró
primer ministro a Bismarck.259 De todos modos, no fue un
ministro muy popular, en julio de 1866, cuando partió a la
batalla de Kóniggrátz, era odiado por muchos, pero su
victoria fue de tal magnitud, que impresionó incluso a los
liberales.260
Prusia se bismarkcizó y Alemania se prusianizó. El nuevo
primer ministro afirmó ante la Asamblea:

Alemania no mira al liberalismo de Prusia, sino a su poder;


los Estados del Sur de Alemania pueden, si les place, tener
indulgencia con el liberalismo, pero ¡no por eso se les
encomendará ningún papel en Prusia! Ésta debe reunir y
conservar sus fuerzas para el momento oportuno, que,
desgraciadamente, se ha desperdiciado ya algunas veces.
La situación de nuestras fronteras, desde el Convenio de
Viena, es muy desfavorable para la sana vida del Estado.
No es con discursos ni con acuerdos de la mayoría como
han de dirimirse las cuestiones de la época, que fue el
grave error de los años 48 y 49, sino con hierro y
sangre.261

En treinta años, el Canciller de Hierro logró someter bajo su


voluntad a Dinamarca, Austria y Francia, mediante la guerra;
y a los partidos políticos alemanes y al Reichstag, mediante
la política. Confesó que, sin él, no habría habido tres guerras
que

258
Cfr. Gordon Craig, op. cit.
259 QfTNoel Annan, op. cit.
260
Cfr. Robert Craig, "The Way to the Wall", The New York ReviewofBooks,
08/06/1990,
secc. 2, disponible en www.nybooks.com, consultado el 12 de septiembre de 2012.
261
Emil Ludwig, Bismarck. Historia de un luchador, trad. M. Ramírez Valladares,
Buenos Aires, ed. Juventud, 1941 (Iaed. en alemán, 1911), p. 194.

412
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

costaron ochenta mil vidas; pero también afirmó que no hacía


otra cosa sino cumplir su pacto con Dios.262
Por otra parte, Bismarck era un calculador vengativo,
capaz de inventar crisis que él mismo resolvía. Al kaiser lo
sometía con sutileza, con sus consejos. Era un cortesano sin
escrúpulos.263 Una de las mejores descripciones de Bismarck
la hizo Thomas Mann, en un artículo de 1949. A propósito de
una observación de Nietzsche acerca de que todo un pueblo
producía apenas tres o cuatro grandes hombres, afirma Mann
encontrar

este fenómeno en el stock de Alemania, en un genio


político, quien en tres sangrientas guerras forjó el poderío
Prusiano-Germano, y por décadas aseguró su hegemonía
en Europa -un coloso histérico con una voz fuerte, brutal,
sentimental, y dado a los espasmos nerviosos [...] un
gigante de insondable ingenio y [...] franqueza cínica [...].
Un hombre que despreciaba a la gente y la abrumaba con
su encanto y fuerza, hombre de carrera larga, realista,
absolutamente anti-ideológico, una personalidad de exce-
sivo y casi sobrehumano formalismo, quien se bastaba a sí
mismo, y borraba todo intento de ser adulado o
estremecido [...]. Con sólo mencionar el nombre de uno de
sus oponentes políticos se ponía un como un león furioso.
De apetitos gigantescos devoraba medio pavo en la cena,
bebía la mitad de una botella de coñac y tres botellas de
Apollinaris [...], para después fumar cinco pipas. Al igual
que Lutero, se apasionaba con sus odios y con el lustre de
la aristocracia diplomática, a la que pertenecía.
Germanista y antieuropeo [...]. Revolucionario y al mismo
tiempo el producto de los enormes poderes de la reacción,
dejó a la Europa liberal,
262
En sujuventud, Bismarck tuvo una breve preparación para el servicio civil
pero la
abandonó porque deseaba ser músico o... nada. Regresó a su natal Pomerania
donde
tuvo una conversión religiosa y decidió servirle a su Dios personal. En 1848
tomó la
decisión de convertirse en político profesional. Hizo carrera en el Parlamento y
como
diplomático en Frankfurt, San Petersburgo y París. Se convirtió en Presidente
en un
momento crítico, cuando el rey estaba presa de una crisis parlamentaria y
contemplaba
incluso la posibilidad de abdicar. Cfr. Gordon Craig, "The Reich Stuff", op. cit.
263
Cfr. Noel Annan, op. cit.

413
Jorge Federico Márquez Muñoz

gracias a su éxito maquiavélico, en la más profunda


confusión. En Alemania fortaleció el culto servil del poder al
tiempo que debilitó la fe y blandura, las ideas nobles de la
humanidad y los valores.264

Bismarck evitó que su país siguiera un camino similar al de


Inglaterra, Francia, Italia, Holanda o los países
Escandinavos, donde las legislaturas dominaron al Poder
Ejecutivo. Fortaleció su poderío mediante la exaltación de lo
alemán y con ello, debilitó tanto a liberales como a
socialistas, al tiempo que consiguió el apoyo de los hombres
de negocios y los banqueros. Los progresistas lo acusaban
de haber violado la Constitución en diversas ocasiones y
estuvieron a punto de regresar a las barricadas, como en
1848. El mismo Rey Federico Guillermo iv lo llamaba
"reaccionario rojo con olor a sangre"; pero después de su
victoria de 1866, su popularidad ascendió tanto que logró
acuerdos incluso con algunos de sus peores enemigos
políticos.265
Para el Canciller, lo importante era crear las bases
institucionales desde la cuales Prusia pudiera obtener una
situación ventajosa, y esto lo lograría con el apoyo del nuevo
Partido Liberal Nacionalista y estableciendo la
Confederación Germana del Norte que, desde 1871, tras la
victoria contra Francia, tuvo una influencia decisiva en el
Reich. Todo esto representó una revolución desde arriba.266
Bismarck tenía buen sentido del humor y aunque era algo
cruel, solía caer bien. Especialmente agradaba a la
aristocracia, pues enseñó a los alemanes que toda crisis
interna puede resolverse con una guerra, o al menos con la
fabricación de una amenaza de guerra. Fue él quien creó la
guerra psicológica que, si bien evitó a los alemanes la lucha
de clases, los llevó a dos guerras mundiales.

264
Cfr. Gordon Craig, "The Reich Stuff", op. cit.
265
Cfr. Robert Craig, "The Way to the Wall", op. cit.
266
Cfr. Gordon Craig, op. cit.

414
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

El Canciller de Hierro promovió la idea de que Alemania


estaba rodeada por enemigos católicos. El dilema de la
seguridad llevó a algunas naciones europeas a crear una Liga
Católica, en 1875, con la finalidad de rodear a Alemania. Por
su parte, el prusiano no se ganó la confianza entre los
europeos, sino hasta 1878, con el Congreso de Berlín,
cuando se presentó humildemente como un negociador
pragmático.267
El Canciller afirmaba que la diplomacia era como jugar con
el dinero de los otros: el arte de lo posible era tener paciencia
y elegir lo menos malo, que para él significaba escoger
aquello que después permitiera volver a elegir; la elección en
el último momento permitiría, así, monopolizar las opciones y
restringir la libertad de acción del enemigo. Según él, fue de
esta manera como consiguió la unificación alemana.
El prusiano supo reconocer los intereses de los hombres
de negocios y con ello impulsó la creación de la
infraestructura del Imperio Alemán, redujo el conflicto entre
los capitalistas agrarios y los industriales mediante el
proteccionismo.
Sin embargo, Bismarck concedió mucho a los
nacionalistas cuando apoyó la reforma para instaurar el
sufragio universal; convenció al kaiser de que no había nada
qué temer del pueblo alemán, pues era fácil manipularlo
desde arriba; pero con el tiempo se percató de que los
nacionalistas pedían cada vez cosas más arriesgadas. En
parte fue por ellos que declaró la guerra a Francia en 1870 y
que exigió, pese a ser un gran riesgo, la anexión de Alsacia y
Lorena. Finalmente, fueron ellos quienes convirtieron a
Moltke en un semidiós que terminaría por eclipsar al propio
Bismarck.268
El Canciller supo entonces que los nacionalistas tenían un
programa agresivo de política exterior, al tiempo que pedían
elevadas concesiones en lo doméstico. Al ampliarse la base
electoral, el Parlamento abanderó causas contrarias a
Bismarck,
267
Cfr. Ibidem.
268
Cfr. Ibidem.

415
Jorge Federico Márquez Muñoz

quien se había preocupado por reducir la influencia de cató-


licos y socialistas, más aún: los socialistas lograron instaurar
un amplio programa de seguridad social, con la finalidad de
resolver los conflictos de clase.269
En 1875, aún siendo Primer Ministro, Bismarck padecía
ya graves problemas de salud. El príncipe Gorchakov de
Rusia aseguró que estaba enfermo porque bebía y comía
demasiado, además, sus biógrafos aseguran que sufría
constantemente de irritaciones porque era sumamente
narcisista. Todo esto lo llevaba a padecer desequilibrios
psicológicos, al grado que intentó matar a un diputado en
pleno Reichstag, en diciembre de 1874.270
El kaiser Guillermo II heredó una maquinaria de guerra
formidable; pero era un líder caprichoso, no tardó en debilitar
su armada al promover a sus favoritos -un grupo de jóvenes
oficiales- a los cargos clave; pero después, el general Helmut
von Moltke hizo una reforma que privilegió el mérito sobre la
cuna, y con ello mejoró considerablemente la organización y
motivación del ejército alemán.
Moltke fue el encargado de sofocar la agitación de 1848
en Prusia. Era un conocedor de la obra Clausewitz, pero no
se conformaba con aplicar las tácticas del viejo enemigo de
Napoleón: Moltke consideraba que el triunfo dependía de
concentrar gran poder de fuego y atacar sorpresivamente; y
lo que resultó más revolucionario aún es que creía que,
durante las guerras de gran alcance, se podía triunfar
rápidamente si se atacaban dos regiones al mismo tiempo.
En las contiendas por la unificación alemana usó, por
primera vez en la historia, el ferrocarril para hacer la guerra.
En 1866, durante la campaña de Austria, Moltke tuvo un
conflicto con Bismarck porque consideraba que éste llevaría
a Prusia a una guerra tras otra y por tanto, al agotamiento del
269
Cfr. Ibid.
270
Cfr. Ibid.

416
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

Estado; sin embargo, pese a la desconfianza que estos


estadistas se tenían, recíprocamente; coincidían en un punto:
el rey y la armada no deberían estar a merced de los partidos
políticos, pues si esto ocurría, peligraría la seguridad y la
moral de Alemania.271 De hecho, Bismarck fue nombrado
Primer Ministro porque, en septiembre de 1862, el kaiser se
sentía desesperado ante el desafío de los liberales en la
Cámara de Diputados, que se oponían a la reorganización del
ejército y amenazaban con paralizar al gobierno.272
Moltke también coincidía con Bismarck en su odio contra
Francia: el primero tenía seis años de edad cuando Napoleón
saqueó Lübeck, el pueblo natal de Moltke. En concreto,
ambos compartían su indignación por las pretensiones de
Napoleón III. Moltke triunfó en Sedán, pero la victoria no fue
absoluta y eso permitió a los franceses una paz en mejores
condiciones que las obtenidas por los prusianos en Jena. De
todos modos, Francia tuvo que ceder Alsacia y Lorena y debió
pagar una indemnización de guerra, que fue cubierta en tres
años. Para hacer patente la humillación, las tropas prusianas
hicieron un desfile en Champs Elysées. Fue ahí cuando
Guillermo I aceptó el título de Emperador de Alemania.273
Moltke rodeó al ejército francés en Sedán, y desde
entonces el término rodear adquirió un significado siniestro en
la historia de Alemania. Bismarck no dejó de presentar al
suyo como un Estado rodeado de enemigos, frente a los
cuales los alemanes necesitaban estar siempre en guardia.274
Después de Bismarck y Moltke, la paranoia alemana
continuó. Alfred von Schlieffen, jefe del Estado Mayor
alemán, pese a ser un convencido pacifista y un practicante
del pietismo hut-terita, advirtió que Francia planeaba una
guerra de venganza

271
Cfr. Noel Annan, op. cit.
272
Cfr. Gordon Craig, op. cit.
273
Cfr. Emil Ludwig, op. cit., p. 341 y sigs.
274
Cfr. Noel Annan, op. cit.

417
Jorge Federico Márquez Muñoz

contra Alemania, por lo que creó entonces un plan para


rodear a Francia e invadir a la neutral Bélgica.275
En 1906, Schlieffen se retiró y el kaiser se preguntó a
quién debía nombrar en su lugar, pero preguntó a los
muertos, pues para entonces se había convertido en un
fanático espiritista. Para él no había duda: las señales
indicaban a Helmut Johannes von Moltke, sobrino del ex
ministro Moltke. Schlieffen envió una carta Guillermo II para
advertirle de la incapacidad de este hombre para los asuntos
militares, y el mismo Helmut pidió al kaiser no ser nombrado,
pero el kaiser no escuchó.
Se conjugaron entonces las peores circunstancias para
Alemania: una mentalidad bélica, pero sin un genio militar al
frente del ejército. En la Primera Guerra Mundial, se eviden-
ció que Helmut odiaba tomar decisiones y en plena batalla de
Marne, se negó a dar órdenes. En otras ocasiones se
mostraba ambiguo. Fue despedido en plena guerra y dedicó
sus últimos años al espiritismo.276
Como afirma Noel Annan, los Moltke parecían encarnar el
ethos de la aristocracia germana, militarizada, en cada
generación. El viejo Moltke, apuesto y reaccionario, fue un
mariscal de campo eficaz, que hizo una enorme contribución
en la unificación y participación de Alemania. Su sobrino era
un hombre indeciso y carente de imaginación, tal y como la
mayoría de los generales alemanes de la Primera Guerra
Mundial.
Finalmente, Helmut James Moltke estaba en contra de
Hitler, pero no supo cómo oponerse a él. Emigró a Inglaterra,
pero en 1939, mientras visitaba Alemania, estalló la guerra y
tuvo que quedarse allí. Se unió al servicio de inteligencia y
estuvo bajo el mando del almirante Canaris, quien
secretamente se oponía a Hitler e hizo de la Abwehr una
agencia ineficaz; más aún, Moltke ayudó a los judíos de
Dinamarca y sostuvo conversaciones con los aliados en
Oslo. En enero de 1944 fue capturado y acusado

273
Cfr. Niall Ferguson, ThePity ofWar, op. cit., p. 18.
276
Cfr. Ibidem, p. 97 y sigs.

418
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

de traición, se supo que ayudaba a la disidencia con la


información obtenida de conversaciones telefónicas
interferidas, por lo que fue colgado un año más tarde.277
Alemania estaba dominada por la aristocracia militar, que a
la vez se encontraba respaldada por los financieros, casi
todos ellos también de origen nobiliario; pero no todos estos
hombres eran hitlerianos, por el contrario, había grupos de
conspiradores aún en el entorno cercano de Hitler. El más
importante de ellos fue el Círculo de Kreisau, del que eran
miembros Moltke y Stauffenberg, el cual, pertenecía a la
división de élite de paracaidistas y había sido el primero de su
clase. Pero era uno de los George-Kreis, un grupo de devotos
del poeta Stefan George, quienes creían en la necesidad de
una nueva Alemania, basada en valores espirituales y el
amor, por lo que el prestigio individual ya no estaría en el
apellido, ni en la clase social, sino en la nobleza de carácter.
Stefan George se había vuelto un crítico de los nazis, al
ver la violencia callejera de los años veinte, se exilió cerca de
Milán, en un poblado del lago Maggiore, donde murió en
1933.278
Hubo seis intentos de conspiradores para asesinar a Hitler.
Todos fracasaron. Tras el último, en julio de 1944, fueron atra-
pados Stauffenberg y Goerdeler; el primero era un hablador y
el segundo, tenía una lista en su casa con el nombre de todos
los miembros de la conspiración. Fue fácil atraparlos a todos.
De cualquier manera, el intento de derrocar a Hitler y es-
tablecer un acuerdo de paz por parte de los conspiradores no
tenía mucho futuro. Los aliados querían desterrar por
completo a la Alemania aristocrático-militar, y para ello, era
necesario derrotarla totalmente. Fue así que ni los rusos, ni
los ingleses, ni los estadounidenses, estuvieron realmente
interesados en negociación alguna con los conspiradores;
querían establecer una nueva Alemania, dominada por una
clase política que nada tuviera que ver con el belicismo
bismarckiano.
277
Cfr. Noel Annan, op. cit.
278
Cfr. Ibidem.

419
Jorge Federico Márquez Muñoz

¿Qué llevó a Alemania a la locura de dos Guerras Mundiales


que ni siquiera pudo ganar? Como afirma Gordon Craig, el Reich,
tal y como quedó establecido por Bismarck,

adquirió todas las características externas de la modernización:


unidad nacional, económica, legal y cultural; expansión de la
economía industrial, para la cual la burocracia intervencionista
creó enormes oportunidades; política de bienestar social;
política exterior para asegurar la seguridad nacional. Pero la
mezcla de todos estos elementos fue la esencia de la debilidad
del nuevo Estado. En política, era difícil conciliar los elementos
del absolutismo con un sistema parlamentario que no daba a los
partidos ningún control efectivo sobre las agencias
institucionales del Estado y permitía al rey el ejercicio
279
irresponsable del poder.

La democracia liberal, que inhibe los excesos propios de la


concentración del poder, no fue establecida en Alemania por el
diseño y la génesis misma del Estado.

Durante la segunda mitad del siglo xix, Alemania se convirtió en


una potencia industrial enorme y muy eficaz. Este proceso
implicó la creación de un gran proletariado industrial, cuyos
miembros no podían ser manipulados como los campesinos, y
con quienes la clase gobernante alemana, formada por
terratenientes y militares, no deseaba compartir el poder.
Bismarck resolvió este problema apelando a dos soluciones.
Por una parte, [...] creó el primer Estado de bienestar en el
mundo. Por otro lado, después de cumplir el ciclo de sus
guerras de expansión, se esforzó por preservar la unidad
interior, inventando amenazas exteriores, en general
imaginarias maniobras de cercamiento, de manera que insufló a
la nación una mentalidad homogénea de estado de sitio. [...]
Bismarck sabía utilizar esta pesadilla artificial. No fue el caso de
sus sucesores. Más aún, llegaron a creer en ella, víctimas de un
irracionalismo y un miedo cada vez más intensos. A más tardar
279
Gordon Craig, op. cit.

420
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

en 1911, el grupo gobernante de Alemania había


desencadenado un nuevo nacionalismo étnico [...]. Se esperaba
que una guerra resolviera las tensiones sociales cada vez más
acentuadas. Al comprometer a las masas en la gran lucha, las
partes de la nación que hasta ese momento se habían mantenido
separadas, se integrarían en el Estado monárquico. El propósito
de la guerra de 1914 fue crear un nuevo orden europeo en el cual
prevalecería Alemania. [...] De acuerdo con la descripción de
Riezler, secretario de Bethmann-Hollweg, la proyectada unión
económica europea era el disfraz europeo de nuestra voluntad
de poder. Bethmann-Hollweg reconocía que Gran Bretaña no
podía aceptar el predominio total de Alemania en Europa. Por lo
tanto, era necesario derrotar a Gran Bretaña (lo mismo que a
Francia y a Rusia), y ello significaba que Alemania representaría
el papel de una superpotencia mundial. Como dijo Riezler,
haciéndose eco de los pensamientos de Bethmann-Hollweg: El
trágico error de Inglaterra consiste en que nos obliga a agrupar
toda nuestra fuerza, a aprovechar todas nuestras posibilidades, nos
empuja a abordar los problemas mundiales, crea en no-
sotros—contra nuestra voluntad— el deseo de llegar al dominio del
mundo. Esta última formulación era muy característica del deseo
alemán de achacar a otros la responsabilidad moral de su
280
agresión.

Bismarck, aun en su momento de mayor poder, en 1866, no cayó


presa de la hubris, pues sabía que la gloria es momentánea. Dijo en
81
aquel entonces: "puedes montar la ola, pero no controlarla".-
Claro está, no todo era paranoia: de hecho, el éxito del Reich
hizo que sus vecinos franceses y rusos se sintieran amenazados. El
dilema de la seguridad produjo una carrera armamentística entre las
potencias y ocasionó un complejo y frágil entramado diplomático
282
que las comprometió en una guerra de bloques.

•28» paul Johnson, Tiempos modernos, op. cit., pp. 139-140.


281
Gordon Craig, op. cit.
282 QJTj-ienry Kissinger, op. cit., p. 199 y sigs.

421
Jorge Federico Márquez Muñoz

13. La guerra política... al servicio de la economía

El ejército de ciudadanos de la Revolución Francesa superó


el estancamiento de la guerra de falanges con armas de
fuego de los siglos xvn y xvm, las masas hicieron que la
victoria llegara rápida y decisivamente. Napoleón encontró
su doble en Clau-sewitz: ambos hicieron de la guerra el
centro de la política, una cuestión sagrada por la que valían
la pena enormes sacrificios.
Después llegó la guerra industrial. Moltke superó a
Clau-sewitz gracias al ferrocarril y en el enfrentamiento
franco-prusiano, la esencia fue la producción de armamentos
y la logística, especialmente del ferrocarril, para transportar a
las tropas y los víveres.
Al tiempo que los alemanes triunfaban en Europa, en
América tenía lugar otra guerra con ejércitos de la era
industrial:

los Estados Unidos, menos militarizados que la sociedad


europea a mediados de siglo, fueron los primeros en
descubrir el peligro de esa tendencia; sumidos en la guerra
civil en 1861, ni el Norte ni el Sur esperaban que fuese un
conflicto prolongado, y los dos bandos se apresuraron a
reunir unos improvisados ejércitos que marcharon al
campo de batalla con la esperanza de una rápida victoria;
ninguno de ellos pensó en la movilización masiva de tropas
ni en la intervención de la industria. Desde luego, el Sur
tenía poca industria que movilizar, pero ambos
constataron, conforme la suerte les fue esquiva en el
campo de batalla, que estaban obligados a engrosar sus
ejércitos para tratar de lograr gracias a la superioridad
numérica un triunfo que sus generales no conseguían.
Finalmente, el Sur congregaría a casi un millón de hombres
bajo las armas y el Norte a dos millones, sobre una
población antes del conflicto de 32 millones; el índice de
participación militar del diez por ciento, que es el que arrojan
estas cifras, es [...] lo máximo que la sociedad puede tolerar
para continuar funcionando al nivel normal de eficiencia. El
Sur habría podido reforzar la mano de obra

422
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

bélica reclutando a los varones aptos de su población de


esclavos de cuatro millones, pero la naturaleza de propiedad
privada de esos esclavos, que precisamente trataba de defender
como beligerante, se lo impedía. El Norte, con sus muy
superiores recursos económicos, incluidas una marina de guerra
y mercante más cuantiosa y una red ferroviaria más densa, pudo
ejercer el bloqueo contra el Sur desde el inicio de las hostilidades
y transportar tropas hacia los puntos más vulnerables de los
sudistas. En 1863 había dividido en dos al enemigo, y en 1864
tenía separado el este y el oeste de su zona más productiva. No
obstante, la superioridad logística no sería el factor decisivo de la
guerra mientras las tropas del Sur estuvieran dispuestas a
combatir y dispusieran, como así fue, de los medios mínimos
indispensables. Por lo tanto, las batallas de 1864 fueron tan
sangrientas como las de 1862 y 1863, y los sudistas lucharon
con el mismo tesón defendiendo su tierra como lo habían hecho
en Gettysburg durante la ofensiva contra el Norte. El coste para
ambos bandos de este interminable enfrentamiento era atroz. En
abril de J865, al culminar el estrangulamiento del Sur, habían
muerto 620,000 americanos como consecuencia directa de la
guerra, una cifra superior a los que perecieron en las dos guerras
mundiales, en Corea y en Vietnam.
[...] Las consecuencias emocionales de la guerra sirvieron
para vacunar a varias generaciones de americanos contra el
283
falso romanticismo de los uniformes y la instrucción militar.

La evolución de la relación ejército-política fue muy distinta en


Norteamérica, donde no hubo un Bismarck ni, posteriormente, un
Hitler.
En Estados Unidos la milicia siempre estuvo al servicio de la
economía, no al revés. La diferencia entre la actitud de los
germanos y la de los estadounidenses respecto a la guerra y la
política está relacionada con la evolución histórica y social de
ambos pueblos.
283
John Keegan, op. cit., pp. 424-425.

423
Jorge Federico Márquez Muñoz

Al igual que el francés y el inglés, el ciudadano


estadounidense se define porque participa en la política:
indirectamente en un sistema representativo; y directamente,
eligiendo a sus representantes o a quienes eligen a sus
representantes. Claro está, a diferencia del ciudadano
francés, el inglés y el estadounidense dan primacía a lo
económico sobre lo político, pero los tres saben que lo militar
va en tercer lugar.
Al inicio, la bürgertum tenía una ideología propia, idealista,
que trajo avances significativos al arte, la cultura, la ciencia y
la educación, al tiempo que ofrecía un estilo especial de
modernidad. Los ¿ürgerpre-industriales eran empresarios,
servidores públicos, miembros de profesiones liberales y
personas educadas, quienes tenían una posición económica
y social lograda a través del esfuerzo personal; algunos de
ellos tenían su origen en los patricios de las ciudades, pero
también en los más diversos grupos sociales; se definían en
oposición a los miembros de los gremios tradicionales y de
los antiguos estados corporativos que se basaban en el
nacimiento; para ellos, lo que contaba era la trayectoria
personal en cuanto a logros económicos, sociales, políticos e
intelectuales.
Los bürger eran un Mittelstand, una clase intermedia entre
la aristocracia y la población rural. La bürgerliche absorbía a
gran cantidad de grupos sociales que decían ser la esencia
de la nación, o lo que es más: afirmaban ser la nación misma
en su conjunto.
Thomas Mann escribió una novela sobre el ascenso y la
caída de una familia bürger. los Buddenbrooks; el historiador
Lothar Gall documentó una historia similar: la de los
Bassermanns. El recuento de ambos comienza en el siglo
xvm, al abordar el tema de familias trabajadoras que
consiguieron llegar a ser económicamente independientes
en el siglo xix, a través de la fortuna (matrimonio y buenos
negocios); con la riqueza, llegó también la sensibilidad civil,
el gusto por el teatro, el arte, la música y la cultura alemana.
El lema de los Bassermann era "sé

424
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

tu propio amo y sirviente, ése es el espíritu de la clase media"


(Mittelstand).
El sentido de independencia y la esperanza idealista de ha-
cer de Alemania una nación libre y unida, llevó a la política a
Friedrich Daniel Bassermann en los 1840, llegó a ser líder de
la facción moderada de los liberales en el Parlamento de
Badén y miembro de la Asamblea Nacional durante la
revolución de 1848; pero la violenta revolución en Badén y el
fracaso de la Asamblea Nacional trabajaron no.sólo la
desilusión a Friedrich Daniel, -quien se suicidó en 1855-, sino
también la ilusión de la clase media para construir una nueva
sociedad.
Vino entonces el periodo de decadencia de la Bürgertum:
el representante de la bürgerde ese entonces fue el sobrino
de Friedrich Daniel: Ernst Bassermann, era el líder del Partido
Liberal Nacionalista en el Reichstag durante el reinado de
Guillermo II, el jefe de la exclusiva Kunstverein en Mannheim,
miembro de la Sociedad de Música, patrocinador de obras
teatrales, integrante de numerosos directorios, caballero que
vivía "elegantemente" y tomaba sus vacaciones en la Riviera,
en Sylt o en alguna otra playa de moda. Ernst Bassermann
abandonó la idea de una sociedad bürgerlich, es decir, sin
clases, o con sólo una: la clase media; su idea política puede
resumirse en que los Bassermanns odiaban los radicalismos
y por lo tanto, no tenían más que rechazar que su partido
votara por cualquier declaración crítica del emperador o por
cualquier demanda realizada por los socialdemócratas.284
Otros tantos burgueses alemanes fueron los descritos por
el Premio Nobel de Literatura Theodor Mommsen, en 1866,
como individualistas que valoran la vida privada y se alejan de
las cuestiones públicas.
Pero otra gran cantidad de los bürger estaba envuelta en
conflictos políticos, vivía el fracaso de no alcanzar sus metas
y atravesaba una crisis de conciencia por tener que
abandonar sus
284
Cfr. Robert Craig, op. cit.

425
Jorge Federico Márquez Muñoz

ideales, finalmente se adhirió a los imperativos


bismarckiano-guillerminos y degeneró en una burguesía que
imitaba los modales de sus antagonistas haciendo una
reverencia irracional a los falsos valores, mientras que hacía
de la política un fetiche.
La burguesía dejó de englobar el ideal de la nación
alemana para convertirse en imitadora de los valores
militares. El entusiasmo aparente y ansioso fue evidenciado
en la celebración tras la batalla de Sedán, donde se vio que
Alemania era el único país de Europa en el cual los ministros
y sus diputados aparecían en el Reichstag vestidos con
uniforme y llevando sus sables enfundados. Los discursos
febriles del emperador Guillermo II e incluso el discurso de
inauguración de cursos en la Universidad de Friburgo de
1871, leído por Max Weber, fueron muestras de una
Alemania que quería demostrar que pasaba de la adoles-
cencia a la mayoría de edad: los germanos estaban ansiosos
por demostrar que ya habían llegado a ser hombres adultos.
En esta atmósfera, la política exterior guillermina se
convirtió en una búsqueda frenética por demostrar
superioridad, una competencia irracional, falta de claridad en
cuanto al interés nacional y un aislamiento suicida.
En Estados Unidos, la influencia de lo económico sobre la
política y por tanto, sobre la guerra ha sido determinada por
dos factores: por un lado, está la cultura norteamericana, que
hace del capitalismo, más que un modo de producción, una
visión del mundo con valores hegemónicos en todo el corpus
social;285 el segundo factor es el crecimiento de las
corporaciones, que han evolucionado de tal manera que se
han convertido en piezas clave del sistema político.
1) En cuanto a la forma en que funciona la cultura, se trata
más de un señuelo, que de violencia explícita; de hecho,
justamente la competencia en el capitalismo se caracteriza
por disminuir considerablemente la agresividad de los
competidores; éstos no son guerreros iracundos sino
consumistas envidiosos
285
C/r. John, P. Diggins, op. cit.}p. 163 y sigs.

426
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

y racionales rivalizando en el mercado, luchando por bienes


banalizados y sustituibles, y generalmente acotados por un
marco jurídico. Para naturalizar el capitalismo ha sido necesa-
rio crear una cultura capitalista. Donde ésta ha triunfado con
mayor fuerza es en Estados Unidos, que se ha convertido en
el ejemplo a seguir por prácticamente todo el mundo.
Hasta 1880, la economía norteamericana era
predomirían-temente agrícola y de mercados regionales, los
negocios tenían propietarios individuales y el número
promedio de trabajadores en las fábricas era menor a diez,
dominaba la cultura granjera, republicana y religiosa; no
obstante, entre 1890 y 1930, hubo una rápida transformación:
"Con relampagueante velocidad, nuevas corporaciones y
bancos se situaron dentro de la vida cotidiana, acompañados
por un mundo de tiendas departamentales, cadenas de
tiendas, y servicios de venta por correspondencia".286
Este cambio nada tuvo de democrático, fue impulsado por
los grupos comerciales y otras élites comprometidas con la
acumulación de ganancias; el resultado fue el ascenso de la
cultura consumista, que generalizó el deseo, es decir, la
noción de que todos tenían igual derecho al mundo del confort
y el lujo. La industrialización acelerada y la monetización de
las relaciones sociales modificaron la moral, el ambiente y la
estética. El paisaje se vio inundado de tiendas
departamentales, hoteles y parques de diversiones. Hacia la
Primera Guerra Mundial, comprar era visto como el camino
hacia la felicidad: "El dinero se convirtió en la medida de todas
las cosas, incluyendo la amistad y la religión".287 Escaparates,
desfiles de modas, letreros eléctricos, anuncios y carteleras
se hicieron imprescindibles para los estadounidenses; los
establecimientos comerciales y las familias dueñas de tiendas
departamentales, como los Wa-namakers, Fields y Strausses,
contribuyeron a iniciar la cultura del consumo más poderosa
del mundo.
286
Morris Berman, El crepúsculo de la Cultura Americana, tr. de Emilio Rabasa,
México,
Sexto Piso, 2002 (Iaed. erí inglés, 2000), p. 155.
287
Ibidem, p. 156

427
Jorge Federico Márquez Muñoz

La ciencia y la tecnología hicieron posible toda esta trans-


formación: entre 1890 y 1914, la producción de cristalería y
lámparas aumentó, de 84 mil toneladas a más de 250 mil, se
crearon nuevas máquinas y se explotaron nuevas fuentes de
energía, especialmente el carbón, vapor, gas y la electricidad; se
construyeron grandes líneas interurbanas de ferrocarril, teléfono y
telégrafo; surgieron las grandes corporaciones como Du Pont,
manufacturera de explosivos, U.S. Steel y Standard Oil; la lámpara
de tungsteno de 500 watts hizo posible las enormes tiendas
departamentales, como Marshal Field y Macy's; millones de
hectáreas de terreno fueron transformadas en lugares de ventas;
en 1900 comenzó el auge de los letreros eléctricos; en 1915,
Estados Unidos consumía el 50% de todo el vidrio cilindrado
manufacturado en el mundo.
La energía de vapor incrementó el proceso productivo y surgió
un flujo enorme de bienes; para hacer viable el mercado, fue
necesario regular a la sociedad; en 1884, Estados Unidos fue
dividido en cuatro husos horarios y en 1890, fueron utilizadas
tarjetas perforadas para tabular las cifras del censo; en 1911,
Frederick Winsolw Taylor publicó Principios de la administración
científica y dos años más tarde, Henry Ford aplicó su sistema en la
línea de ensamblaje moderna; en los años treinta, se desarrolló el
sistema de cuentas nacionales y se inventaron la econometría, el
análisis de insumo-producto, la programación lineal y la teoría de la
decisión estadística.
En 1900, inició el desarrollo de las técnicas de
retroalimen-tación de mercado, el sistema de flujo de información
del consumidor al anunciante; la publicidad era entonces el manejo
científico de la opinión pública; en 1914, aparecieron en los
periódicos las secciones de rotograbado; en 1923, los anuncios de
neón y poco después, el mercado de prueba y la radiodifusión: el
aparato científico-industrial creció y mejoró en una magnitud
inimaginable durante y después de la Segunda Guerra Mundial.
2) Respecto a la evolución de las corporaciones, el balance

428
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

es ambiguo. Pueden ser muy violentas en el trato con sus


trabajadores o en tanto engañan al consumidor, modifican
leyes o evitan reformas en detrimento del bien público;288 sin
embargo, el modelo de gobierno manipulado por las
corporaciones no ha sido el origen de las grandes guerras
mundiales; las corporaciones sólo han impulsado unas
cuantas guerras coloniales menores y algunos golpes de
Estado, un récord bastante menos dañino que el
clausewitziano-bismarkciano-hitleriano.
Las historias de la guerra y de las corporaciones están
estrechamente vinculadas entre sí. La creciente monetización
acaecida en el Renacimiento produjo guerras cada vez más
costosas para las unidades políticas.289 Como ya hemos
descrito, los estados, para sobrevivir, recurrieron a diferentes
fuentes de financiación: impuestos a los ciudadanos y
préstamos. Pero quienes prestaban no eran otros gobiernos,
sino los banqueros, incluida-claro está- la banca de la Iglesia.
El resultado de una guerra y la futura estabilidad eran factores
determinados por la capacidad de conseguir empréstitos
razonables y esto dependía de la confianza: si un país
pagaba sus deudas a tiempo, obtenía buenos préstamos en
la siguiente guerra. El riesgo determinaba las tasas de
interés.290
En algunos lugares de Europa, el capitalismo fue incentiva-
do por los gobiernos; en otros, los mismos capitalistas pueden
ser considerados como los fundadores del Estado o al menos,
los causantes de su modernización; tal es el caso de Holanda,
Inglaterra y, fuera de Europa, también de Estados Unidos.291
Los financieros prestaban a su propio gobierno para hacer

288 por ejemplo, cuando intentan vender sustancias nocivas que anuncian
como
si no lo fueran. Cfr. Michael Woodwiss, Gángster Capitalism. The United States
and the
Global Rise of Organized Crime, New York, Carrol Graf Publishers, 2005, p. 1 y
sigs;
Klaus Werner y Hans Weiss, El libro negro de las marcas. El lado oscuro de las
empresas
globales, trad. Mariano Grynszpan y Alejandra Obermeier, Buenos Aires,
Editorial
Sudamericana, 2003 (Iaed. en alemán, 2001), p. 43 y sigs.
289
Estados, ciudades, imperios, iglesias, etc.
290
Cfr. Niall Ferguson, El triunfo del dinero. Cómo las finanzas mueven el mundo,
tr. Fran
cisco J. Ramos Mena, México, Ed. Debate, 2010 (Iaed. en inglés, 2008), p. 81 y
sigs.
291
Cfr. Niall Ferguson, El triunfo del dinero, op. cit., p¿ 19.

429
Jorge Federico Márquez Muñoz

la guerra o para obras que consideraban útiles, siempre que


confiaran en él.
Pero si los hombres de negocios financiaban al Estado
para hacer las guerras es porque obtenían ganancias; así, si
la expansión de la guerra implica el ascenso de una
ciudadanía a la que se le piden sacrificios, la guerra implica
también el ascenso de los negocios. El estrecho vínculo
entre los hombres de negocios y el Estado puede verse en la
piratería, muy desarrollada por los franceses,292 ingleses293 y
estadounidenses.294
292
"En los primeros siglos de la época moderna todas las naciones de
Europa
occidental eran partidarias de una piratería organizada profesionalmente.
Ésta se
veía favorecida por las sempiternas guerras que llenaron los siglos xvi y xvn,
y en
las que, según el derecho marítimo entonces vigente, desempeñó el corso un
papel
muy importante. Corso y piratería continúan mezclándose y confundiéndose
cada
vez más: el privateer se convierte en pyrate, que puede ser empleado a su vez
como
capitán corsario al servicio del Estado [...]".
"La piratería francesa había alcanzado en el siglo xvn un alto grado de
desarrollo. [...] Colbert hizo redactar sobre los piratas más famosos, los
capitaines corsaires, pues tenía el proyecto de reunir a los piratas de
Dunquerque en una escuadra y ponerlos (bajo el mando de Jan Bart) al
servicio del rey. Los documentos se refieren a 33 capitanes, que mandaban
15 fragatas y 12 barcazas [...]".
"También de origen francés eran los temidos bucaneros o filibusteros, que
ejercían su oficio especialmente en aguas de las colonias españolas:
Jamaica, Haití, etc.". Werner Sombart, op. cit.yp. 81.
293 Mperoen ]os siglos xvi y xvn las naciones piratas por excelencia son
Inglaterra
y los Estados de Nueva Inglaterra en América [...] Hacia la mitad del siglo xvi
las
costas de Inglaterra y Escocia eran un auténtico hervidero de piratas ingleses
[...] En
el verano de 1563 pululaban en el Canal más de 400 piratas, que habían
saqueado
en pocos meses de 600 a 700 barcos franceses. [...] Los historiadores
ingleses ven el
origen de esta expansión de la piratería en las persecuciones llevadas a cabo
por la
reina María Estuardo. Durante su reinado se habían dedicado a la piratería
muchas
de las mejores familias de Inglaterra que, ensanchando sus huestes con gran
número
de pescadores en paro, permanecieron unidas después de la subida de Isabel
al tro
no. Casi todos los gentlemen de la costa occidental llevaban su parte en este
negocio [...]. En
este negocio (in the business): expresión muy correcta, pues la piratería
estaba en todo
organizada a la manera de un negocio. Los barcos de los piratas eran
equipados por
gente pudiente que el vulgo llamaba gentlemen adventurers, y tras los cuales
había a
menudo aún otros que les anticipaban los medios financieros a cambio de
elevados
intereses. En parte, era la alta aristocracia misma la que se hallaba
involucrada en
tales empresas. En época de la reina María de Escocia vemos al conde de
Bothwell, y
en tiempos de los Estuardo, al conde de Derby y a otros realistas proveer a
numerosos
piratas". Ibidem>pp. 81-82.
294
"Alumnos aventajados de la madre patria fueron después las colonias
americanas.
Los informes sobre la expansión que alcanzó allí la piratería, especialmente
en el

430
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

La conquista y después colonización de América no


hubieran sido posibles sin esta compleja relación entre el
Estado y los capitalistas. Ejemplos de este complejo
estatal-comercial fueron: l)la Liga Hanseática, las Firmas
italianas y la relación de los Függer con el Sacro Imperio
Romano; 2)en España, el financiamiento de los Reyes
Católicos a Colón, con la esperanza de hacer un buen
negocio; 3) en los Países Bajos, la Compañía Holandesa de
las Indias Orientales; 4) en Inglaterra, las Compañía de
Moscú, la de Levante, la de Plymouth, la de las Indias
Orientales; 5)en Francia, la Compañía de las Indias y la de
Los Cien Asociados.
La mayoría de estas compañías, como ya hemos visto a
propósito del trato que el imperialismo occidental daba a Jos
pueblos atrasados, eran empresas brutales de conquista y co-
mercio. Las historias de Japón y Alemania, hasta el final de la
Segunda Guerra Mundial, ejemplifican los primeros complejos
industrial-militares; pero en ambos casos, vemos guerras
realizadas bajo criterios políticos por encima de los
económicos. La política subordina a los negocios y a la
guerra.
En el caso de Inglaterra, estamos ante verdaderos homo
oeco-nomicus, ya en el siglo xvn. Las guerras estaban
decididas por criterios económicos y las opiniones de los
hombres de negocios debían ser escuchadas; de lo contrario,
éstos tomarían el poder, tal y como lo hicieron durante la
Guerra Civil.
Ted Nace describe algunas sangrientas luchas acaecidas
en la Edad Media, en Londres, protagonizadas por las guildas
y los gremios, se trataba de organizaciones que contaban con
un "privilegio" otorgado por los reyes, obtenido a cambio de
impuestos. Estos cuerpos tenían el control de la producción y
el comercio en las ciudades; no obstante, en el siglo xvi,
dichas organizaciones tuvieron un nuevo competidor: las
corporaciones. Mientras las guildas y los gremios contaban
sólo con un capital
Estado de Nueva York, parecerían increíbles si no estuvieran confirmadas por
multitud de testimonios intachables. Según el testimonio del secretario de
Pennsylvania, James Logan, sólo por la costa de Carolina pasaron en 1717
15.000 piratas, de los cuales 800 tenían su cuartel general en New Providence".
Ibid.yp. 82.

431
Jorge Federico Márquez Muñoz

inicial muy pequeño y que interfiere poco en el ordenamiento


de las actividades productivas financiadas; en las corporacio-
nes, el capital determinaba su funcionamiento y
organización.
En los siglos xvi y xvn, surgieron gran cantidad de
corporaciones en España, los países Bálticos, Holanda
Francia, Alemania e Inglaterra; todas ellas, con el fin de
explotar y aprovechar oportunidades económicas en las
regiones atrasadas. Para asegurar sus ganancias, las
compañías buscaron territorios qué explotar, sobre los
cuales declararon su monopolio, que hicieron valer con
policías y ejércitos privados.
La más importante de las corporaciones coloniales fue la
Compañía de las Indias Orientales, surgida en el siglo xvn;
ésta, conformó un sistema de acciones para tener un capital
amplio y sus inversionistas crearon así una "reserva de
capital" que dio el control de la corporación. A pesar de ello,
también surgió la idea de que la corporación era una entidad
diferente y autónoma respecto a sus dueños.
La Compañía de las Indias Orientales, además de haber
modificado la naturaleza de las corporaciones, se convirtió
en la más poderosa jamás conocida en la historia: poseía su
propio sistema judicial, sus propias prisiones y un enorme
ejército, que contaba con 250 mil soldados (el doble del
ejército británico de la época), muchos de los cuales eran
sepoys, es decir, indios obligados a combatir. El rey
dependía de los préstamos que pudiera conseguir de dicha
Compañía (que era el origen del 10% de los ingresos del
gobierno), y una tercera parte de los parlamentarios ingleses
poseían acciones en ella.
Los primeros años de la Compañía fueron muy difíciles:
los ingleses lucharon contra la Compañía Holandesa de las
Indias Orientales, por el dominio de Indonesia, y fracasaron;
entonces, la Compañía británica comenzó la explotación de
India. Durante los siglos xvn y xvni, dicha corporación
aprovechó la fragmentación en los reinos de India
(formalmente gobernada por el Imperio Mogol) para
establecer una red de alianzas que

432
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

le proporcionó tropas locales para vencer a sus rivales


europeos en el subcontinente. Con todo, la influencia de la
Compañía sobre India no iba más allá de unos cuantos
puertos, y no fue sino hasta 1750, que comenzó una incursión
más profunda. Una vez establecida, la Compañía en India
imponía su monopolio por la fuerza, devastando las industrias
locales.
A lo largo de los siglos xvu y xvm, numerosas
corporaciones se colapsaron, al ser incapaces de competir
contra los mercaderes independientes: en 1606, la Compañía
Española despareció y en 1667, tocó su turno a la Francesa;
en 1689, perecieron la Compañía Oriental y la de los
Aventureros Mercantes; en 1750, la de Levante y la
Compañía Africana Real, que fue incapaz de luchar contra las
poderosas familias Brown de Rhode Island y Hobhouse de
Bristol.
Por su parte, la Compañía de las Indias Orientales desafió
esta tendencia y en el siglo xvm, no sólo explotaba India exito-
samente, sino que había comenzado su incursión en América
y, en el xix, su influencia se extendía hacia China, donde
provocó las Guerras del Opio y la separación de Hong Kong.
Pero no es la historia de Inglaterra sino la de Estados
Unidos la que se volvió paradigmática en términos de una
sociedad modelada por la relación Estado-corporaciones: la
historia de las grandes empresas y el capitalismo en
Norteamérica está directamente relacionada con la historia de
la guerra. Podemos dividir la historia de las corporaciones
estadounidenses en seis momentos:

1) el anticorporativismo independentista, jeffersoniano y


jacksoniano;
2) la Guerra Civil, que encumbra a las corporaciones;
3) el anticorporativismo roosveltiano;
4) la Segunda Guerra Mundial y la posguerra que encum-
bran, de nueva cuenta, a las corporaciones y producen el
gran Complejo Industrial-Militar estadounidense;

433
Jorge Federico Márquez Muñoz

5) el anticorporativismo de los sesenta; y


6) el corporativismo como respuesta a las crisis que va de
los setenta a la fecha.295

Para comenzar, l)en el siglo xvn, fue creada la Compañía de


Virginia, que se aprovechó de la situación desesperada de
miles de ingleses hambrientos, recién empobrecidos por la
política de los cercamientos (enclosures), para obtener mano
de obra cuasi esclava. En 1619, se firmó el reglamento y
constitución de la Compañía de Virginia, que serviría de
modelo para la creación de otras corporaciones. Desde ese
momento, la empresa funcionó como un negocio cruento,
donde las matanzas de indios, los castigos excesivos y el
hambre eran la norma. El rey se enteró de las atrocidades de
la corporación y le revocó sus privilegios y permisos; pero no
obstante que el gobierno se hizo cargo de la explotación
colonial, las condiciones de los trabajadores no mejoraron
mucho.
En este contexto de explotación brutal, en Nueva York,
Boston y Filadelfia, surgió una subcultura de la resistencia
entre los "sirvientes chimuelos,,> los marineros y otros
miserables trabajadores que se conglomeraban en grupos
como "los hijos de la libertad de Sam Adams" o "los hijos de
Neptuno" y tenían líderes como George Hewes, un zapatero
que siempre se involucraba en pleitos callejeros y
manifestaciones por la libertad y la igualdad.
Los Padres Fundadores y los rebeldes que llevaron a
cabo la Revolución de Independencia eran enemigos de las
corpo-

295
En los setenta, la crisis financiera del Estado producto de la Guerra de Vietnam,
el alza en los precios del petróleo y la inflación de dólares. En los ochenta la crisis
internacional de los acreedores y la turbulencia de las bolsas de valores; en los
noventa y la primera década del siglo xxi, como producto de la caída del comunismo
en la URSS y Europa Oriental y de la liberalización de la economía china, así como
la incorporación de millones de nuevos trabajadores al mercado laboral, que
deprimió los salarios. Cfr. R. Heilbroner y W. Milberg, La evolución de la sociedad
económica, México, Prentice Hall, 1999, p. 138; Loretta Napoleoni, Economía
canalla. La nueva realidad del capitalismo, trad. Lourdes Bassals y Antonio
Francisco Rodríguez, Barcelona, Piadósf 2008, p. 45 y sigs.

434
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

raciones. También en Europa se extendía un sentimiento anti-


corporativo: a finales del siglo xvm, tanto en Gran Bretaña
como en Francia, gran parte de la opinión pública considera
que las corporaciones debían tener límites y no gozar de
"privilegios". Adam Smith, Benjamín Franklin y los fisiócratas
también las condenaban, e incluso no resulta exagerado decir
que el punto que unió a comerciantes, intelectuales y
trabajadores en las Trece Colonias para luchar por la
Independencia de Inglaterra fue la animadversión en contra
de la Compañía de las Indias Orientales.
La Compañía de las Indias Orientales había comenzado su
incursión en el mercado del té en las Trece Colonias debido a
la crisis que sufría en Bengala, donde había aumentado el
contrabando organizado por las compañías holandesas. La
Compañía contaba con la aprobación del gobierno colonial de
Boston para comerciar el té. Los mercaderes locales,
organizados por Sam Adams, hicieron su propia asamblea,
rechazaron dicho permiso y decidieron acabar con el té
importado por la Compañía. En fin, la rebelión de la Fiesta del
Té fue una protesta contra la Compañía Británica de las Indias
Orientales, que contaba con numerosos privilegios, los cuales
contrastaban con la situación de los mercaderes locales.
Jorge m respondió reprimiendo brutalmente a los colonos y
así se desencadenó la lucha de independencia.
Una vez independizadas las Trece Colonias, comenzó un
arduo debate sobre las corporaciones y el papel que éstas
debían ocupar en la nueva nación. Los Padres Fundadores
decidieron limitarlas y permitir su existencia sólo donde "el
bien común" lo requiriera. Desde la formación de la nueva
nación, las corporaciones quedaron a merced de los poderes
locales; ellos (y no los federales) decidirían en dónde
realmente harían falta; además, las cartas de las
corporaciones no otorgaban privilegios a sus dueños, ni
tampoco estaba permitido establecerlas con fines egoístas:
estaban concebidas como entidades mitad

435
Jorge Federico Márquez Muñoz

públicas, mitad privadas; no debían servir a los intereses de


un grupúsculo, sino al bien común.
Este sistema comenzó a cambiar desde 1850,
especialmente después de la Guerra Civil. Esto fue así, en
buena medida debido a que los legisladores locales estaban
de acuerdo en dar rienda suelta a las corporaciones para la
construcción de ferrocarriles y vías ferroviarias. En
consecuencia, el régimen estricto y limitativo de las
corporaciones fue reemplazado por el de "incorporación
general" que, hacia 1900, había triunfado por completo.
2) En el periodo previo a la Guerra Civil, había tres com-
pañías ferrocarrileras neoyorquinas: la Central Empire, de
Cornelius Vanderbilt; la Pennsylvania Railroad, conocida
como La República, por los estrechos vínculos entre su
vicepresidente, Tom Scott, con la legislatura local; y la Erie,
manejada por dos brillantes financieros: Jay Gould y
"Diamante" Jim Fisk. A todos estos personajes se les
recuerda por sus intrigas, fraudes, sobornos y afanes
monopolistas.
Tom Scott luchó por vencer los límites legales de la
Pennsylvania Railroad y para ello, buscó el apoyo local de la
opinión pública, sobornando periodistas e incluso comprando
periódicos; prometió a los pueblerinos que el ferrocarril
pasaría y se detendría en sus localidades, haciendo de ellas
un imán para los inversionistas y ofreció a los gobiernos
locales un plan de impuestos por el ferrocarril que nutriría las
arcas de las alcaldías.
La historia de los intentos de Scott por eliminar los límites
legales para la Pennsylvania Railroad comenzó en 1850,
cuando sobornó a diversos senadores para que apoyaran su
propuesta de otorgar amplios privilegios a la compañía.
Finalmente, en una elección dividida, la medida se rechazó, y
durante la siguiente elección, los senadores que habían
apoyado a la Penn Rail no fueron reelegidos porque el
intento de reforma resultaba muy antipopular. Años más
tarde, Lincoln defendió a Scott, por su importante papel en la
organización de la logística del Norte

436
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

durante la Guerra Civil, gracias a esto, el bribón corruptor se


convirtió en el Coronel Scott.
Durante la guerra, Tom Scott concibió a la nación entera
como un proyecto para la extensión del ferrocarril; no
obstante, los gobiernos y pueblos recién derrotados del sur
vieron con desconfianza que una corporación del norte se
hiciera cargo del negocio más grande de la nación, en su
propio territorio. La solución de Scott fue la conversión de la
Penn Rail en "compañía matriz" ("holding company"); es
decir, en una corporación dueña de las acciones de otras
corporaciones. Las operaciones "inter-compañías" eran
ilegales, no obstante, Scott sobornó a la legislatura de
Pennsylvania y con ello, la Penn Rail comenzó a formar
compañías en el sur.
Tom Scott controlaba catorce compañías y creó una red
nunca antes conocida. También consiguió de la legislatura de
Pennsylvania un acta constitutiva que permitía a su corpora-
ción la posibilidad de hacer cambios de actividades y
nombres, situación prohibida por todas las legislaturas locales
hasta ese momento. No obstante, en el sur se descubrió que
la Southern Railway era en realidad una compañía del norte.
Los sureños de inmediato comenzaron la oposición. De
nueva cuenta, Scott llevó a cabo una estrategia infalible:
compró al Ku Klux Klan e hizo negocio en Georgia y Carolina
con los gobiernos locales, al rentarles a sus presos a módicos
precios, para la construcción de vías férreas.
En la cerrada elección presidencial de 1877, Tom
Scottjugó un papel clave para la victoria de Rutherford Hayes.
El presidente electo recibió la noticia de su triunfo mientras
viajaba en un lujoso ferrocarril, propiedad de Scott. El nuevo
Ejecutivo obtuvo gran cantidad de votos del sur a cambio de
la promesa de retirar las tropas de ocupación, presentes"
desde la Guerra Civil. Gracias a ello, se impuso un régimen
segregacionista.
La red de corporaciones creada por Tom Scott fue
conocida como "trust", que significaba que una serie de
compañías era
Jorge Federico Márquez Muñoz

coordinada por una sola junta de directores. Como se


trataba, aunque fuera sólo formalmente, de una red de
corporaciones -y no de una corporación-, podían estar
ubicadas en distintos estados y tener diferentes actividades,
pues contaban con múltiples cartas constitutivas. Para que
este modelo fuera posible, las cartas de dichas
corporaciones debían eliminar las restricciones clásicas
existentes en las cartas constitutivas típicas de la preguerra
civil.
Dos décadas después, las "trusts" se multiplicarían
gracias a la decisión del Fiscal General de Nueva York,
William Nelson Cromwell, quien convirtió el status especial
de las cartas de Scott en una "opción universal", al alcance
de todas aquellas corporaciones que lo solicitaran. John D.
Rockefeller y Andrew Carnegie, entre otros, aprovecharían
esta posibilidad para construir sus emporios.
Antes de la Guerra Civil el Jefe de Justicia Taney
consideró que: "cualquiera cuyos ancestros sean africanos
[...] están subordinados y son de una clase inferior [...] y no
tiene los derechos de los blancos".296 Cuatro años más tarde,
comenzó la Guerra Civil y al concluir el conflicto fueron
agregadas dos enmiendas constitucionales: la Décimo
Tercera, que abolió la esclavitud, y la Décimo Cuarta, que
otorgó a toda persona el derecho a un proceso legal y
adecuado, así como igualdad en tanto protección de la ley.
La finalidad de estas dos reformas era, en principio, defender
los derechos de los ex-esclavos. No obstante, a partir de
1868, la Décimo Cuarta Enmienda comenzó a ser utilizada
por las corporaciones, debido a la decisión del Juez Stephen
Field.
Los barones del ferrocarril necesitaban el control de la Su-
prema Corte para superar el obstáculo que les
representaban las legislaturas locales, especialmente en el
sur, pues con el control

296
Ted Nace, Gangs of America, The Rise of Corporation Power and the
Disabling ofDe-mocracy, San Francisco, Berret-Koheler Publishers, 2005
(Iaedición en ingles, 2003), p.88.

438
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

de un órgano federal, podrían anular las disposiciones


locales. Por ello, entre 1875 y 1885, la Central Pacific, lo
mismo que la Lacrosse y la Milwaukee Railroad, gastaron
enormes fortunas en sobornos y relaciones públicas. Al final,
consiguieron el control de 10% del territorio de la nación.
No solamente los gobiernos locales, sino también las
poblaciones comenzaron a rebelarse en contra de las
corporaciones ferroviarias. Destacó el movimiento Grange,
surgido en 1860 y fundado por Oliver Hudson Kelley, un
granjero de Minnesota. Se trataba de una sociedad secreta,
con rituales y saludos especiales, que impulsaba el voto de la
mujer, la formación de cooperativas de granjeros y cultivos
comunitarios. Hacia 1875, la sociedad ya contaba con más de
850,000 militantes. Se oponían al crecimiento de las
corporaciones ferroviarias, por ser "arbitrarias [...], opuestas a
las instituciones y al libre comercio entre los Estados [...];
actúan como si se tratara de barones feudales de la Edad
Media".2?7
En 1877, desde la Suprema Corte, Field influyó para dar
una nueva interpretación de la Décimo Cuarta Enmienda,
según la cual las corporaciones tendrían los mismos
derechos que las personas. Esto sucedía al tiempo que, en
California, se extendía el sentimiento anti-chino, que se
combinaba con el odio a las corporaciones, especialmente las
ferrocarrileras. En este terreno, el juez diseñó una estrategia:
promovió la idea de que la Décimo Cuarta Enmienda no era
sólo para proteger a los ex-esclavos, sino también a otras
minorías oprimidas e incluso, a las corporaciones. No porque
las corporaciones sean personas, sino porque, al aplicarles
leyes especiales, se está dañando el patrimonio de los
inversionistas y con ello, sus garantías constitucionales. Field
justificó el por qué de estos cambios a la interpretación a la
ley, aduciendo que traerían una inmensa gama de beneficios
para la nación. Ted Nace opina al respecto:

297
Ted Nace, op. ciL, p. 94.

439
Jorge Federico Márquez Muñoz

La Corte, hasta antes de la interpretación de Field, había


considerado que la propiedad de la corporación era de una
naturaleza distinta a la propiedad personal. Cuando un bien
pertenece a una corporación entonces se rige por un método y
contabilidad distinta; no es el bien de una persona sino de una
compañía. De aquí la justificación, por ejemplo, de la
responsabilidad limitada, puesto que esa "alberca de capital",
no responde a los intereses del inversionista X o Y, sino a los de
la compañía. No obstante, con esta nueva interpretación los
inversionistas siguen manteniendo el privilegio de la
responsabilidad limitada, pero ahora, sus inversiones cuentan
298
también con el privilegio de las propiedades personales.

El primer efecto de esta nueva interpretación sirvió a los Barones


Capitalistas para aprovechar la mano de obra barata de los chinos
en la construcción de vías férreas y, al mismo tiempo, para declarar
ilegales los impuestos especiales que algunos estados,
especialmente California, habían puesto a ciertas compañías. En
los ochenta del siglo xix, las corporaciones ferrocarrileras
interpusieron una demanda tras otra contra los estados que les
cobraban impuestos especiales y siempre el resultado fue el
mismo: la doctrina Field se impuso, las corporaciones tenían la
razón.
Entre los críticos de las corporaciones, es un lugar común
afirmar que el caso Santa Clara County vs. Southern Pacific
Railroad (1886) estableció que las corporaciones tenían los
mismos derechos que los individuos; no obstante, Ted Nace
realiza un análisis minucioso de la sentencia y afirma que dicha
noción es falsa, y concluye que no fue la decisión de la Corte lo que
dio tales garantías a las corporaciones, sino el informe tendencioso
del Reportero de la Corte.
Ted Nace describe la tesis de Charles y Mary Beard, según la
cual, los Barones organizaron una conspiración para que la
298
Ibidem, p. 99.

440
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

Suprema Corte considerara como personas a las corporaciones.


Nace da la razón a los Beard, pero construye una teoría más
compleja según la cual:

un número de actores que buscaban el mismo fin, no


coordinados (como habían supuesto los Beard), llevaron a cabo
una serie de acciones, fragmentadas, que sólo pueden
comprenderse como un todo cuando se les ve en retrospectiva
[...] El nuevo uso de la Décimo Cuarta Enmienda no fue el
resultado de una conspiración brillantemente planeada sino de
un proceso que presentó oportunidades que fueron
299
aprovechadas gradualmente, entre 1870 y 1886.

En 1803, los estadounidenses compraron la Luisiana, posterior-


mente vino la conquista del oeste, la guerra contra México y la
invasión a Filipinas, Cuba, Guam y Puerto Rico. El expansionismo
ha sido un elemento clave en la historia de Estados Unidos, pues es
una estrategia de política doméstica para resolver los conflictos
internos.
Hacia finales del siglo xix, el gobierno estadounidense consideró
que el crecimiento continental se había agotado y ahora hacía falta
la expansión mundial; para ello, John Hay, secretario de Estado del
presidente McKinley, ideó la política de Puertas Abiertas. Más tarde,
el presidente Woodrow Wilson asumió dicha política y afirmó que
trataba de sustituir la antigua idea de la frontera, por una frontera
300
económica mundial.
No obstante dichos antecedentes, antes de 1913, el motivo
económico detrás del diseño de la política exterior de Estados
Unidos era secundario. No había corporaciones presionando a los
legisladores para invadir tal o cual país, ni barones lucrando
2J
' " Ibid., pp. 116-117.
300
Es decir, era una forma de convertir a escala planetaria el Destino Manifiesto.
Fue en esa época que la participación manufacturera pasó del 23 al 30% en el
mercado mundial y que la marina norteamericana se convirtió en la más grande del
mundo. Cfr. Morris Berman, Dark Ages America, op. cit., pp. 103-104.

441
Jorge Federico Márquez Muñoz

con la guerra; los empresarios estadounidenses no contaban


con suficiente capital acumulado para involucrarse en
aventuras extranjeras.
Desde 1913, con el dinero/de los impuestos, se otorgaron
enormes préstamos y subsidios para incentivar las
inversiones más allá de las fronteras nacionales:

en 1915, ante el Consejo Nacional de Comercio Exterior, el


Secretario de Estado, William Jennings Bryan dijo a su
auditorio, compuesto de empresarios: Mi casa es su casa [...],
mi secretaria su secretaria; los embajadores, los ministros, los
cónsules, son suyos. Su trabajo es velar por sus negaciones,
garantizar sus derechos. El Presidente Har-ding continuó con
este programa y en el planteamiento del New Deal se
incluyó la expansión económica exterior como uno de los
métodos más importantes para resolver los problemas
internos.301

El concepto "supervivencia de los más aptos" no lo acuñó


Darwin, sino Herbert Spencer, quien era hijo de una familia
metodista cuyos primeros ocho niños habían muerto pre-
maturamente; el filósofo inglés Herbert Spencer inventó el
darwinismo social, según el cual ayudar a los débiles resulta
una crueldad contra natura.
La doctrina spenceriana de "dejar hacer" influyó enorme-
mente en la Suprema Corte de Estados Unidos, su Social
Statistics fue un bestseller en América. Afirmaba que cada
individuo decide su propio destino; no obstante, en la
América del siglo xix, esto era falso: en primer lugar, porque
no todos eran libres y en segundo, porque las relaciones
privadas302 se consideraban ajenas al ámbito de las
garantías constitucionales. Más aún: en la propia Inglaterra,
en la antesala de la Revolución Industrial e incluso durante
su desarrollo, los empleadores tenían un con-

301
Ibidem, p. 106.
302
Le. aquéllas entre el patrón y sus trabajadores.

442
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

trol total sobre sus trabajadores,303 al punto que puede


hablarse de la imposición de "trabajo forzado".
A inicios del siglo xix, cuando se establecieron las primeras
industrias en Estados Unidos, el modelo inglés de trabajo y
control fue imitado. Los derechos y libertades ganados en la
esfera pública contrastaban con las condiciones de trabajo
que para ese entonces se consideraban parte del espacio
privado.
Antes de la Guerra Civil, el 45% de los trabajadores en las
fábricas norteamericanas eran niños y las condiciones de los
obreros eran miserables. Aprovechando la coyuntura de la
guerra, algunos trabajadores se organizaron y exigieron
mejores condiciones laborales, entre ellas, una jornada de 8
horas. De 1868 a 1873, surgieron 14 nuevos sindicatos y
comenzaron a firmarse "contratos colectivos".
Hacia 1871, las condiciones laborales volvieron a
empeorar, pues el Congreso, asustado por el fenómeno de lia
Comuna de París, aprobó medidas coercitivas contra los
sindicatos y demás organizaciones de trabajadores. La
represión fue brutal hasta la década de los treinta del siglo xx.
A pesar de ello, algunas organizaciones laborales florecieron,
como la Knights of Labor, que contaba con 73 mil militantes.
En 1889, con el objeto de atraer a los inversionistas, Nueva
Jersey flexibilizó sus políticas en la regulación de corporacio-
nes y hacia 1901, el 71% de las corporaciones
norteamericanas con más de 25 millones de dólares en
activos tenía su matriz en Nueva Jersey. A principios del siglo
xx, los demás estados tomaron medidas similares.
Entre 1897 y 1903, 2,650 corporaciones fueron absorbidas
por otras más grandes, gracias a las flexibles leyes de Nueva
Jersey. Así, surgieron la International Paper, la National Sugar
Refining Company, la U.S. Steel, que llegó a controlar el 62%
303
Le. no podían abandonar ni cambiar de trabajo libremente, tenían que
gastar sus magros sueldos en las tiendas de sus patrones y como no recibían
sus salarios sino hasta concluir sus trabajos, muchas veces varias semanas o
meses después de comenzarlo, solían endeudarse con sus jefes, que les
cobraban intereses altos.

443
Jorge Federico Márquez Muñoz

del mercado del acero; y la International Harvester, con el


85% del mercado de implementos para la agricultura; la
American Can Company tuvo el 90% del mercado de latas.
En 1890, el monto de las transacciones "intercompañía" fue
de 33 millones de dólares, y en 1903, superaba ya los 7 mil
millones de dólares.
Desde 1902, prácticamente cualquier ciudadano en cual-
quier estado puede crear una corporación con sólo llenar las
formas correspondientes; antes de la Guerra Civil, las cartas
constitutivas debían ser aprobadas por la legislatura local. A
la nueva política se le denominó "incorporación general" y fue
otorgada por primera vez en el siglo xvm, pero en ese
momento estaba destinada a las Iglesias, para respetar la
libertad de culto. En Nueva York, desde 1811 surgió
formalmente un régimen de incorporación general, pero en la
práctica había tal cantidad de restricciones que sólo se
puede hablar de la consolidación de dicha política a partir de
1890.
Las cartas que dan "vida eterna" a las corporaciones
comenzaron a otorgarse en 1903. Desde ese momento, las
empresas ya no necesitaron la aprobación de las legislaturas
locales después de determinado periodo. A partir de
entonces, lo único que acaba con la vida de una corporación,
era la bancarrota o la absorción. De hecho, las grandes
corporaciones viven en promedio 45 años y la edad
promedio de las 25 corporaciones más poderosas del mundo
es de 113 años. Solamente seis de ellas son jóvenes:
Microsoft, Wal Mart, Intel, Vodafone Group, Cisco y Home
Depot.
La "perpetuidad" ha dado a las corporaciones viejas muchos
privilegios: por ejemplo, aprovecharon las ventajas de operar
bajo reglas que hoy nos parecen inaceptables, como el trabajo
esclavo durante los años treinta y cuarenta del siglo xx. Entre
las empresas que funcionan en esta circunstancia se
encuentran: IBM, que ahora es la décimo segunda empresa más
grande del mundo; Siemens, que ocupa el lugar 57;
Daimler-Chrysler, el ■ 81, Deustsche Bank (# 100), Ford
(#157), BMW (# 167), Bayer (#

444
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

175), BASF (# 187), Volkswagen (# 211) General Motors (#


308), Mitsubishi (# 380), Mitsui (# 472). Igualmente, aún
destacan algunas empresas que aprovecharon el trabajo
esclavo antes de 1865, como American Internacional Group
(# 11), JP Mor-ganChase (# 44), FleetBoston (# 109), Gannet
(# 212), Lehman Brothers (# 283), Union Pacific (# 285) y
Tribune (# 327).
Otra ventaja de la perpetuidad radica en los juicios largos,
que normalmente han beneficiado a las corporaciones con el
cambio de administración.
Respecto a las leyes "antitrust", Ted Nace enfatiza que
sólo en pocas ocasiones han sido utilizadas: funcionaron en
1911, cuando la Standard Oil y la American Tobacco tuvieron
que dividirse; y en 1982, cuando AT&T fue obligada a
escindirse. Pero el mayor intento por hacer valer las leyes
"antitrust" fue hecho por el Jefe de Justicia Earl Warren en los
años sesenta, quien evitó la unión de Brown y Kinney,
empresas zapateras que pretendían el control del 5.5 % del
mercado del calzado.
No obstante, aún en el contexto del New Deal, vemos que
en 1936, ejecutivos de General Motors, Standard Oil de
California, Firestone Tire and Rubber Company, B. F. Phillips
Petroleum y Mac Manufacturing, las cinco empresas que
conformaban la National City Lines, compraron el transporte
eléctrico a todo lo largo de Estados Unidos para destruir sus
vías y crear el monopolio del transporte de gasolina. En 1949,
más de mil líneas de transporte eléctrico, en 45 estados,
habían sido destruidas. Ese mismo año, un juez federal acusó
a GM de violar la ley antimonopolio, pero la pena fue irrisoria:
cada corporación fue condenada a pagar 5 mil dólares. H. C.
Grossman, cerebro de la operación y tesorero de GM, recibió
una multa de un dólar. Después del juicio, las empresas
siguieron adelante con su proyecto y para 1955, el 88% de las
rutas del transporte eléctrico estaban cubiertas por camiones.
Durante la administración Reagan, los trusts se
expandieron aún más. El Departamento de Justicia flexibilizó
considerable-

445
Jorge Federico Márquez Muñoz

mente las leyes antimonopolio e incluso el Jefe de la División


Anti-Monopolio, William F. Baxter, afirmó que no existía algo
a lo que pudiera llamársele poder corporativo. El argumento
de dicha flexibilización fue hacer competitivas las
corporaciones estadounidenses frente a las japonesas.
No solamente las leyes anti-trusts han sido inoperantes,
sino que incluso la concentración corporativa tiende a
profundizarse. En países como Francia o Inglaterra, desde
los años 20 y 30 del siglo xx, el gobierno tuvo un papel
importante en el mercado de las radiodifusoras; la historia fue
muy distinta en E.U.A.: en 1983, cincuenta conglomerados
corporativos dominaban el mercado de losmass media y en
2000, está cifra se había reducido a seis; en la industria
cinematográfica, en 1997 sólo seis firmas obtuvieron el 90%
de las ganancias; en 1998, en el teatro, doce compañías
controlaban el 61% de los escenarios; en los diarios, el
mercado lo controlan las matrices metropolitanas; en la
industria de los libros, hay siete corporaciones dominantes;
en la televisión por cable, tres firmas controlan el 56% de los
canales; en la música, cinco compañías obtienen el 87% de
las ganancias totales del mercado; en 2002, en cuanto alas
radiodifusoras, Clear Channel Communications controló más
de doce mil estaciones locales.
Vemos otro ejemplo de esta tendencia en la alianza de
Exxon-Mobile, que representa la reconstrucción del viejo
emporio de John. D. Rockefeller, la Standard Oil: Standard
Oil of New York (cuyo nombre cambió a Mobile en 1966) y
Standard Oil of New Jersey (cuyo nombre cambió a Exxon en
1972). Actualmente, la corporación tiene ganancias por 200
millones de dólares al año; no se trata de un negocio, sino de
un poder mundial; sus ingresos son más elevados que el
gasto anual de casi cualquier gobierno, con excepción de
siete de ellos.
3)En los años veinte, Estados Unidos no tenía una política
aislacionista, pues el gobierno intervenía en los mercados
mundiales financieros a través del crédito; tampoco era
liberal sino

446
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER ■• TOMO II

intervencionista, pues establecía tarifas proteccionistas en


algunos sectores como respuesta a las demandas de los
sindicatos.
El gobierno y los banqueros estadounidenses buscaban
mantener la prosperidad mundial mediante préstamos a
gobiernos y empresas extranjeras. El anterior es un método
aprendido de los ingleses, esto lo hacían secretamente, para
mantener el comercio exterior de sus propias corporaciones.
A quienes apoyaban el intervencionismo mediante el
crédito se les conoció como los estabilizadores y entre ellos
figuraban Keynes, Hawtrey, encargado de estudios del
Tesoro Británico, el Presidente del Banco de Inglaterra
Norman Montagu, el encargado del Banco de la Reserva
Federal de Nueva York, Benjamín Strong y el Presidente
Herbert Hoover. Los críticos de este modelo eran el ministro
hacendarlo de Alemania, Hjalmar Schact, el gobernador del
Banco de Francia, Emile Moreau y los economistas Von
Misses y Hayek, para quienes esta política distorsionaba los
mercados, ralentizaba la recuperación de Europa y producía
una cascada ele corruptelas.
El intervencionismo produjo efectos positivos a corto plazo,
pero a mediano provocó inflación y acumulación de la riqueza
entre los sectores más ricos. La economía crecía, pero de
manera desequilibrada, los trusts inhibían e incluso
desaparecían la competencia y los inversionistas confiaban
excesivamente en el mercado especulativo, uno de cada tres
accionistas en Estados Unidos invertía en operaciones de alto
riesgo. A pesar de las señales negativas, los banqueros no
creían en la posibilidad de una crisis.
Cuando la crisis estalló en 1929, el gobierno actuó de una
forma distinta a las crisis precedentes. En ellas, se había
dejado que el ciclo económico recompusiera la economía,
limpiando el mercado de empresas ineficientes; pero en este
caso, el gobierno volvió a intervenir: mantuvo bajas las tasas
de interés y altos los salarios; todo ello, con artificios como la
inversión pública en empresas parasitarias, que a mediano
plazo serían insostenibles y agravarían aún más la crisis.

447
Jorge Federico Márquez Muñoz

Como ninguna de sus medidas resultaba, Hoover


consideró que había una conspiración desde Wall Street en
su contra, por lo que atacó a los financieros y la confianza
cayó aún más. En 1931, Europa ya estaba contagiada de la
crisis norteamericana y sus gobiernos habían comenzado a
repudiar su deuda contraída con Estados Unidos. En 1932,
en el peor momento de la crisis, Hoover se presentaba a la
elección presidencial contra Roosevelt.304
A pesar de las manifestaciones de protesta de los
trabajadores, la doctrina spenceriana se mantuvo como guía
para las decisiones de la Suprema Corte hasta los años
treinta. En 1932, Franklin Roosevelt fue elegido, obtuvo siete
millones de votos más que su rival Hoover. En campaña,
Roosevelt afirmó: "un hombre hambriento no es un hombre
libre" y denunció que "seiscientas corporaciones controlan la
mitad de la industria norteamericana [...] si esta tendencia
continúa hacia finales del siglo el total de dicha industria será
controlada por una docena de empresas" e instó a "modificar
el rumbo para evitar un gobierno oligárquico".305
Para ese entonces, se cuestionó el sentido de la Décimo
Cuarta Enmienda, elaborada para proteger a los ex-esclavos
de los abusos del gobierno, puesto que había sido utilizada,
la mayoría de las veces, para defender los privilegios de las
corporaciones. Las decisiones de la Corte comenzaron a ser
influidas por la doctrina rooseveltiana que, en lugar de
favorecer a las corporaciones, establecía un sistema de
protección a los trabajadores. Más aún, Roosevelt impuso la
"Segunda Carta de Derechos"; es decir, un programa
inmenso que incluía la seguridad social, el seguro médico, la
instauración de condiciones laborales justas, la protección a
las pequeñas empresas, el derecho de la familiar a tener un
hogar y el derecho a la educación.
El Presidente logró eliminar del discurso público y las
cortes, la doctrina del darwinismo social; en su lugar se
impuso una
:,<w
Cfr. Paul Johnson, Tiempos modernos, op. cit., p. 289 y
sigs. 305 Ted Nace, op. cit., p. 132.

448
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

doctrina de "ganar-ganar", según la cual, los trabajadores


bien pagados generaban también un mercado y con ello, se
beneficiaban igualmente las industrias. Durante tres décadas,
esta fue la ideología dominante y en la práctica, la riqueza se
distribuyó extensamente. En 1929, el 1% de la población más
rica poseía el 45% de la riqueza nacional; en tanto que en
1971, el 45% de la riqueza lo poseía el 20% de los
ciudadanos más ricos.
Roosevelt, al igual que Hoover, intentó superar la crisis con
intervencionismo estatal y ambos provocaron el alza en la in-
flación; pero había dos diferencias: la primera, la escala, que
por mucho fue superior a la de su antecesor y la segunda, que
prefería la intervención directa en la economía, antes que la
intervención mediante líneas de crédito.
4)En los años treinta, intelectuales y la izquierda
norteamericana celebraban la crisis como si se tratara de la
caída definitiva del capitalismo. El clima anti-empresarial
describía a Estados Unidos como un país violento, de
gángsters y oportunistas. Como alternativa, había que mirar
hacia la economía planeada, cuyo ejemplo era ¡la Unión
Soviética! Años más tarde, se documentaría que la URSS
estaba sufriendo una crisis mucho más profunda que la
economía occidental, debida al intervencionismo salvaje de la
colectivización forzada.
Este discurso contagió incluso a algunos empresarios. En
los treinta, se descubrió que algunos magnates como Andrew
Mellon yj. P. Morgan habían estado evadiendo impuestos.
Así, la crisis y el ambiente anti-empresarial lograron que, por
primera y única vez en la historia de Estados Unidos, las
solicitudes de emigración fueran mayores que las de
inmigración.
La crisis continuó hasta la Segunda Guerra Mundial. Para
ello contó con la disposición al sacrificio de sus ciudadanos y
su élite. Pero esto implicó un cambio de política respecto a los
hombres de negocios.

449
Jorge Federico Márquez Muñoz

La guerra llevaría a su pedestal al héroe popular del capitalismo


norteamericano. Henry Kaiser, Henry Morrison y John McCone,
los ingenieros de San Francisco que crearon Boulder Dam (y
que habían sido sistemáticamente perseguidos durante el
Nuevo Trato...), fueron figuras fundamentales de la actividad del
tiempo de guerra. Construyeron la planta de cemento más
grande del mundo, y la primera planta siderúrgica integrada. Se
les ordenó que produjesen barcos a cualquier costo, y redujeron
el tiempo de construcción de una nave Liberty de 196 a 27 días,
y en 1943 estaban entregando un barco cada 10,3 horas. En
1942 General Electric pudo incrementar su producción de
turbinas marinas de 1 millón de dólares a 300 millones de
dólares. Estados Unidos ganó la guerra esencialmente
subordinando los métodos capitalistas a la producción ilimitada
de poder de fuego y potencial mecánico. Después de la pérdida
de la decisiva batalla de Guadalcanal, el Tenno Hirohito
preguntó al jefe del Estado Mayor de la marina: ¿Por qué los
norteamericanos necesitaban apenas unos días para construir
una base aérea y los japoneses más de un mes? Todo lo que
Nagano pudo responder fue: lo siento muchísimo. La verdad era
que los norteamericanos tenían una vasta gama de topadoras y
otros equipos destinados a producir movimientos de tierra, y los
japoneses contaban únicamente con el poder de los
306
músculos.

En la posguerra las corporaciones volvieron al centro de la


economía. Los estadounidenses y los extranjeros, tuvieron una vez
más confianza en Estados Unidos. La economía mundial se
reactivó, Japón y Europa occidental fueron reconstruidos y
edificaron una economía robusta. Todo esto se hizo con dinero
norteamericano.
En Estados Unidos comenzó la segunda era del consumo, que
prometía ser mucho más duradera e impresionante que a principios
del siglo xx. John Kenneth Galbraith escribió que la economía
norteamericana ya funcionaba bastante bien y que

sor» Paul Johnson, Tiempos modernos, op. cit., p. 496.

450
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

ahora, lo que hacía falta era una reforma política, un aumento


en los impuestos para redistribuir la riqueza y apostar por una
sociedad más igualitaria.307 En esa misma época David
Riesman y Warner Bloomberg publicaron sus ensayos sobre
el hedonismo de la sociedad norteamericana y consideraron
que el ocio sería el principal objeto de estudio de la sociología
y debía tener un papel importante en los programas
gubernamentales.308
El lado oscuro de esta abundancia era el creciente gasto
militar. El Presidente Eisenhower creía que la prosperidad no
duraría y que debía comenzar un periodo de prudencia fiscal,
de recortes y disminución de los impuestos. Con miras a la
reconstrucción de la Posguerra se debía terminar también el
intervencionismo estatal.
Pero al inicio de los sesenta el electorado eligió a los
gal-braithianos, es decir, a los demócratas y con ello comenzó
un nueva era anticorporativa.
5)John Kennedy y Lyndon Johnson fueron presidentes
muy ambiciosos. Llevaron el intervencionismo estatal a
niveles inimaginables. Declararon dos guerras: una exterior,
contra el comunismo, y la otra doméstica, contra la pobreza.
El sector público debía ocuparse activamente de ambas. El
criterio del gasto gubernamental de Truman y Eisenhower
había sido el equilibrio, ahora, con los presidentes
demócratas de los sesenta, sería otro: el gobierno debe ser el
solucionador de todos los problemas, debe luchar contra el
sufrimiento humano.
Kennedy estaba enganchado en competir con Jrushov por
el alma de los pueblos del Tercer Mundo. Esto le llevó a
multiplicar el complejo industrial militar. Se trató de una
política que llevó a los norteamericanos a Bahía de Cochinos
y luego a la crisis de los misiles. Peor aún, fue una política que
entrometió a Estados Unidos en Vietnam.

307
Qr.]ohn Kenneth Galbraith, La sociedad opulenta, tr. Carlos Grau Petit;,
Barcelona,
Planeta-Agostini, 1992 (Iaed. en inglés, 1958), p. 262.
308
Cfr. David Riesman, op. cit, p. 79 y sigs.

451
Jorge Federico Márquez Muñoz

Lyndon Johnson fue el último y mayor gran gastador de


Estados Unidos. Amplió el asistencialismo y la guerra de su
antecesor. En su periodo presidencial fueron aprobadas gran
cantidad de leyes para la creación de La Gran Sociedad.
Asimismo, en 1965 consiguió el derecho de voto para los
negros. El gasto social se elevó como nunca antes y en
1971, por primera vez, el gobierno gastó más en bienestar
social que en defensa. Había más gastos pero no más
impuestos. Por si esto fuera poco, los países árabes, que
habían profesado su odio a Estados Unidos por su apoyo a
Israel, decidieron elevar los precios del petróleo. El dinero ya
no alcanzaba. La primera solución del gobierno de Johnson
fue simple: imprimir más dinero. Pero esto sólo provocó una
inflación de dólares y a mediano plazo, la pérdida de la
hegemonía de la economía norteamericana.
A pesar del esfuerzo gubernamental a favor de las causas
sociales, los pobres se sintieron cada vez más pobres, pues
aunque tenían más, sus expectativas también habían
crecido. Asimismo, hubo áreas donde los programas
gubernamentales fueron contraproducentes. Como resultado
de la idea de que el Estado podía ocuparse de los ancianos y
de las madres solteras, aumentó el abandono, la solidaridad
se debilitó, sobre todo en las familias de negras. El gobierno
sí se ocupaba, pero esta fue una política costosa tanto para
él como para las familias. Los divorcios dividen la riqueza
familiar, son una libertad que implica empobrecimiento.
El resultado fue el malestar creciente de los pobres ante la
desilusión de los programas gubernamentales. Otro ámbito
en el que el intento por mejorar las cosas terminó
empeorándolas fue la educación. Con la creencia de que la
educación es una palanca para la movilidad social, un
complemento democrático para lajusticia social, se llevó a
cabo una reforma que multiplicó el gasto educativo durante
los años sesenta. Se trataba de volver realmente universal la
educación. Con esto, se esperaba un impacto positivo en la
economía, el aburguesamiento de los

452
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO 11

trabajadores, el fortalecimiento de una democracia de las


clases medias y claro está, la estabilidad. Pero el nivel de la
educación bajó y no resolvió los problemas sociales. Los
índices de delincuencia se mantuvieron iguales, pero ahora
se encontraban más criminales con estudios.
Ya en los setenta se había perdido la confianza en la
educación. Iban en aumento los desempleados con diplomas.
Finalmente, el crecimiento de la educación no implicó
estabilidad, por el contrario, comenzó la revuelta estudiantil. A
los universitarios que protestaban contra la guerra de
Vietnam, contra el gobierno y contra las corporaciones, se
unieron los pobres y sobre todo, los activistas negros. Estaba
claro ahora que tener voto y escuelas no llevaba a la igualdad
de la riqueza.
Entre 1962 y 1968 activistas estudiantiles y negros
organizaron gran cantidad de disturbios violentos hasta el
punto en que Johnson tuvo que enviar al ejército para aplacar
los ánimos.309
Claro está, ni Kennedy ni Johnson estaban en contra de
los empresarios,"0 pero habían llevado a cabo una serie de
políticas y reformas que provocaron que una parte importante
de la opinión pública estuviera en contra las corporaciones. A
éstas se les consideraba cómplices de la desigualdad y de la
guerra de Vietnam. El clima anti-empresarial implicó una
mayor regulación en materias que afectaron a las empresas
con pérdidas de muchos millones dólares. Todo parecía
prepararse para dar el golpe de gracia a la civilización de los
negocios.311
6)Entre 1968 y 1977 había un clima anti-empresarial que
no se había vivido desde la Gran Depresión. En el primer año,
una encuesta registró la pregunta: "¿Intentan los hombres
negocios equilibrar sus ganancias con el interés público? El
70% respon-
3,19
Cfr. Paul Johnson, Tiempos modernos, op. cit., p. 782 y sigs.; Cfr. R. Hcilbroner y
W. Milberg, op. cit, p. 138 y sigs.
310
Cfr. Noam Chomsky (entrevistado por David Barsamin), Secretos, mentiras y
democracia, tr. Bertha Ruiz de la Concha, México, Siglo Veintiuno Editores, 1997
a
(I ed. en inglés, 1994), p. 14.
,
" Cfr. Roben Heilbroner, Business Civilization inDecline, Nueva York, W.W. Norton
& Company, 1976, p. 16.

453
Jorge Federico Márquez Muñoz

dio que sí, mientras en 1977, la cifra se había reducido a tan


solo el 15%".312 Al llegar al poder el Presidente Nixon impulsó
una serie de reformas ambientales e impuestos adicionales
que perjudicaban a las corporaciones. En esa época, los
movimientos ecologistas y en favor de los consumidores
lograron colocar en la agenda una serie de reformas para
fiscalizar a las corporaciones.
Ante la embestida anti-empresarial de ciudadanos y
gobierno, Lewis Powell, quien era miembro de once juntas de
administración de corporaciones distintas, comenzó la
movilización de los empresarios. Envió a la Cámara de
Comercio un documento titulado "Ataque al Sistema
Americano de Libre Empresa", donde enlistaba el daño que
el gobierno le estaba haciendo a la libre empresa y proponía
un plan de acción. El documento afirmaba que no sólo la
izquierda, sino también elementos "honorables de nuestra
sociedad", como las universidades, los políticos, las iglesias,
los intelectuales, los periodistas, etc., contribuían a generar
un ambiente adverso a las corporaciones.
En esta misma tónica, en 1974 y 1975, en Nueva York, se
llevaron a cabo una serie de encuentros privados de los altos
ejecutivos empresariales (CEOS, Chief Executive Officer's),
donde evaluaron el peligro que representaban las tendencias
del gobierno y la opinión pública para las corporaciones. Las
corporaciones tomaron la decisión de comenzar a actuar en
bloque en cuestiones políticas y judiciales.
En 1972 Frederick Borch de General Electric y John
Harper Alcoa, conformaron la Business Roundtable, donde
se conglomeraban las doscientas corporaciones más
grandes de Estados Unidos. De tal suerte que la propuesta
de Powell, de que las corporaciones actuaran en política
como un bloque, se hacía realidad. La Business Roundtable
también creó una serie de instituciones permanentes para
apoyar a las corporaciones: centros de análisis, de litigios,
fundaciones, publicaciones, etc. La idea principal era que las
corporaciones se solidarizaran en situaciones que
3,2
Ted Nace, op. ciL, p. 137.

454
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

perjudicaban a alguna empresa, aunque a muchas de ellas no


les afectara directamente la cuestión. La primera decisión en
bloque se tomó en 1977, a propósito de la Taft-Hartley Act,
que reforzaba y ampliaba la Ley Federal del Trabajo.
Además de la Business Roundtable, dedicada a
cuestiones públicas y federales, está también el American
Legislative Exchange Council (ALEC), que trabaja a un nivel
más bajo y sobre todo, en las legislaturas locales. El ALEC fue
fundado en 1973 por el conservador Paul Weyrich, y en un
principio se dedicó a cuestiones clásicas de la derecha
radical: campañas en contra del aborto y la reforma escolar en
favor del establecimiento de una educación confesional. Años
más tarde, la Asociación cambió su rubro y ahora, se dedica
casi exclusivamente a labores pro-empresariales.
Estas dos organizaciones forman coaliciones, ya sean ad
hoc*13 o permanentes.314 Hay corporaciones que tienen
membrecías en docenas de este tipo de coaliciones.
Las coaliciones corporativas tienen muchas estrategias
para hacer presión, entre las que se encuentran los
"astroturfing",315 las SLAPP,316la creación de un clima favorable
pro-corporativo317 y los donativos para las campañas políticas.
Desde la Tillman Act, aprobada en 1907, propuesta por el
Senador Tillman y apoyada por el Presidente Roosevelt,318
esta-

313
Como NAFTA-USA.
3,4
Como Center for Tobacco Research, que publicita la "falsedad de los estudios
que dicen que el tabaco origina problemas de salud", o Cooler Heads Coalition, "que
informa sobre los malos entendidos provocados por los ambientalistas en la cuestión
del cambio climático".
315
Activistas pagados que defienden las posturas de las corporaciones.
316
Demandas en contra de los críticos de las corporaciones, hechas con el fin,
no de ganar la demanda -pues casi siempre es evidente que la corporación la va a
perder- sino de desprestigiar y agotar al demandante. Con ello, se disuade a muchos
otros críticos con miras a que guardan silencio.
3,7
Con la organización de seminarios-vacaciones, donde se invita lo mismo a
miembros del gobierno que a profesionales o simples ciudadanos, a pasar fines de
semana en hoteles de lujo, al tiempo que reciben seminarios pro-corporativos. 318 A
quien sus enemigos habían acusado de recibir regalos del magnate minero, Marcus
Hanna, célebre por la frase: "en política sólo hay dos cosas que importan: el dinero
y... la otra no recuerdo cuál es".

455
Jorge Federico Márquez Muñoz

ban prohibidas las donaciones corporativas para las


campañas políticas. Esta iniciativa se amplío en 1947,
cuando también se prohibió a los sindicatos hacer donativos.
El movimiento sindical inventó una solución a la
prohibición: creó los PACS,319que consistían en que los
trabajadores donaban, en calidad de "personas", una
cantidad de su sueldo a un fondo que, posteriormente, se
entregaba como donativo para las campañas políticas. En
1975, los CEOS llevaron su iniciativa a la Federal Election
Comisión, para que permitiera el esquema de las PACSa las
corporaciones. Se denominaron SUN-PACS.
Las PACS corporativas se coordinan a través del Business
Industry Political Action Committe (BIPAC), The National
Association of Business Political Action Committees y la Na-
tional Chamber Alliance for Politics. La eficacia con que estos
mecanismos han actuado puede notarse en la cantidad de
PACS corporativas en relación a las sindicales: mientras en
1974 había 201 PACs de trabajadores y 89 empresariales,
en 1984 ya había 394 y 1,682, respectivamente.
Las corporaciones utilizan otro método para hacer llegar
sus donativos a los partidos: el "dinero suave" (soft money),
aprobado en 1978. Se trata de donaciones hechas a los
partidos, para gastos que no se relacionan directamente con
la obtención de votos. Estos donativos se utilizan, por
ejemplo, para la construcción o renta de instalaciones de los
partidos. En este rubro las corporaciones solían donar diez
veces más dinero que los trabajadores.
A partir de 2002, debido al escándalo de ENRON,
desapareció la figura de las donaciones de dinero suave. Sin
embargo, esto lo único que provocó fue que se incrementara
el volumen de donaciones a través de los PACS.
En los años treinta y cuarenta Arthur Samish llevó a cabo
una exitosa labor de lobbying en la legislatura de California.
Logró que el impuesto sobre el alcohol se mantuviera suma-
3,9
Comité de Acción Política.

456
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

mente bajo. No obstante, en los años ochenta la organización


Mothers Against Drunk Driven (MADD) comenzó una campaña
para incrementar dicho impuesto. La propuesta se llevó a un
referéndum, pero la industria del alcohol se movilizó
rápidamente y realizó una campaña de más de 50 millones de
dólares. Al final, la propuesta no obtuvo el mínimo de votos
para concretarse en una ley. Desde ese momento se
estableció la misma estrategia en gran cantidad de ocasiones
y debido a la disparidad de recursos de quienes promueven
una iniciativa ciudadana y las corporaciones que la rechazan,
las campañas de éstas obtienen un 90% de eficacia.
En 1895 fue fundada, en Montana, la Anaconda Copper
Company. En sus primeros años triunfó en la "Guerra de los
Reyes del Cobre". La Anaconda no sólo se impuso a las otras
corporaciones mineras y fundidoras, sino también a las auto-
ridades locales. Cuando en un juicio, a finales del xix, le fue
dada la razón a una de sus rivales, la Anaconda organizó una
huelga masiva de tres semanas, cerró sus minas e incitó a
sus trabajadores a realizar disturbios. Ante tal situación el
legislativo local le dio la razón.
Aunque desde los años veinte se descubrió la alta
incidencia de cáncer de pulmón que provoca el trabajo en la
fundición y en las minas de cobre, la Anaconda logró
desinformar a través de su amplio dominio de la prensa local y
evitar cualquier derrota judicial gracias a su enorme influencia
en la legislatura. Esto comenzó a cambiar a finales de los
sesenta, aunque tuvo un efecto dramático hasta 1996, con
una demanda presentada por un grupo de ambientalistas que
solicitó un referéndum para fortalecer las medidas
ambientales en el estado. El cambio se produjo cuando los
promotores de dicha iniciativa solicitaron que se prohibiera
que Anaconda llevara a cabo una contracampaña. La
legislatura local, tras una apretada votación, aprobó la
iniciativa 125, en virtud de la inequidad de los recursos de los
ciudadanos para promover sus iniciativas frente a

457
Jorge Federico Márquez Muñoz

los millonarios recursos corporativos. Además, la publicidad


de las corporaciones suele desvirtuar los argumentos de los
ciudadanos, por elementos falsos o simplificaciones
absurdas, por lo cual esta publicidad es una forma de
corrupción.
Las grandes corporaciones de Montana demandaron la
125 ante la Suprema Corte. Esta decidió, con base en dos
casos de la era Powell, que la iniciativa violaba la libertad de
expresión y por tanto, no puede ser llamada corrupción más
que la compra de favores indebida. Los casos citados por la
Corte fueron el Buckley v. Valeo de 1976 y la First National
Bank v. Belloti de 1978. En la primera sentencia se estableció
que no permitir a las corporaciones hacer donaciones para
llevar a cabo campañas políticas es atentar contra la libertad
de expresión, o sea la Primera Enmienda; ello, debido a que
"para comunicar hace falta dinero". La decisión en ese caso
fue que, para evitar que el dinero corporativo corrompa a la
política, las donaciones no se pueden hacer a partidos ni
organizaciones, sino solamente a los candidatos
directamente; una donación de una persona a otra es legal, y
quien recibe la donación, por supuesto, puede hacer lo que
desee con dicho dinero.
En la sentencia referente al First National Bank, la
Suprema Corte decidió que una ley, aprobada en
Massachusetts, en la que se prohibía los comerciales contra
las iniciativas ciudadanas, era ilegal debido a que: "el público
tiene derecho a conocer la información que la corporación
quiere dar".320
No obstante, Ted Nace considera que si el interés de la
Suprema Corte hubiera sido la defensa del derecho de los
ciudadanos a tener información, otra hubiera sido la
sentencia en el caso Pacific Gas & Electric, de 1986. Aquí, un
grupo de ciudadanos solicitó que, a través de la
correspondencia que dicha corporación hacía llegar a sus
clientes, se incluyera información sobre ciertas políticas de la
compañía, en respuesta a las preguntas frecuentes de los
clientes. La Pacific se negó y la Corte le dio la
320
Ted Nace, op. cit, p. 158.

458
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

razón, argumentando que la Primera Enmienda da derecho al


emisor no sólo de expresar su punto de vista, sino también de
guardar silencio; la lógica es que nadie está obligado a
publici-tar aquello que está en contra de sus propios puntos
de vista. Lo que se atestigua en este caso es que la Corte no
defiende la Primera Enmienda, es decir, el derecho a la
divulgación de la libre opinión, sino tan sólo la opinión de las
juntas de administradores de las corporaciones.
En 2002, el jefe financiero de la oficina de telecomunicacio-
nes, Scott Sullivan y el ejecutivo David Myers, de WorldCom,
fueron sentenciados a 65 años de prisión, acusados de
esconder gastos por 3.85 mil millones de dólares de la
compañía. Intentaban defraudar a las aseguradoras
proporcionando datos falsos a la Securities and Exchange
Commsion. Se trataba de uno más de los fraudes
desencadenados a raíz de la experiencia de Enron.
Durante cinco años consecutivos, Enron fue catalogada
por la Business Week, como la empresa más innovadora; el
gobierno de Estados Unidos presionó a los gobiernos de
India, Filipinas, Argentina, Mozambique y otras naciones,
para liberalizar sus mercados energéticos y Enron se adueñó
rápidamente de ellos. Cuando necesita dinero, el gobierno se
lo presta; es una empresa estrechamente vinculada a las
administraciones federales. George W. Bush recibió de ella
generosos donativos para su campaña (572 millones de
dólares). Tres cuartas partes de los senadores también fueron
beneficiarios de los donativos de tan generosa corporación
para sus campañas. Más aún, la política energética de
Estados Unidos la diseñan los altos ejecutivos de Enron y el
gobierno.
El 4 de octubre de 2001, Enron reportó que había sufrido
pérdidas por 600 millones de dólares. Considerando la dimen-
sión de la corporación, en realidad no era una suma
importante. No obstante, la situación obligó a realizar una
auditoría según la cual, algunos altos ejecutivos internos
(CEOS) habían creado

459
Jorge Federico Márquez Muñoz

empresas secretas, en paraísos fiscales, hacia las cuales


canalizaban miles de millones de dólares. Fue en
operaciones de estas corporaciones fantasma donde se
perdieron los 600 millones. Peor aún, antes de hacerse
pública la noticia de las pérdidas, 29 altos ejecutivos
comenzaron a vender sus acciones de Enron, que valían
más de mil millones de dólares. Por su parte, los
empleados-inversionistas no supieron de dicha situación
sino hasta que era demasiado tarde y el valor de las acciones
estaba por los suelos. Además, una vez que se enteraron e
intentaron rematar sus acciones, la propia corporación les
bloqueo dicha posibilidad.
El escándalo de Enron detonó otros similares para
Adelphia, Arthur Anderson, AOL Time Warner, Bristol Meyers
Squibb, Global Crossing, Halliburton, Johnson &Johnson,
Qwest Communications, Tyco, WorldCom y Xerox. En todos
estos casos los CEOS falseaban las cuentas de sus empresas
para obtener mayores ganancias en sus bonos (stock
options).
Hasta los años setenta los CEOS recibían un sueldo fijo,
relacionado con el tamaño de la empresa en la que
trabajaban y sus funciones, independientemente de su
productividad. Dominaba un ethos propio del New Deal, que
obligaba a no hacer crecer excesivamente la brecha entre los
ejecutivos y los empleados comunes. A finales de los setenta
esto comenzó a cambiar. Algunos economistas de la escuela
de Chicago recomendaron a las corporaciones, para obtener
mayores ganancias, motivar a sus ejecutivos premiando su
productividad. La instauración de esta nueva política
modificó profundamente la correlación de los sueldos:
mientras en 1980 el CEO promedio ganaba 42 veces más que
el empleado promedio, en el año 2000 la proporción era 411
a 1. Mientras en los años 50 y 60 los más exitosos CEOS
ganaban al año cerca de un millón y medio de dólares en
promedio, en 1997 ganaban 32 y en 2001, 50 millones. En
1980 menos de una tercera parte de las 200 corporaciones
más grandes premiaban con bonos a sus ejecutivos, pero en
1997

460
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

todas lo hacían. Esta nueva forma de retribución también


cambió de manos el control de las corporaciones: en 1980 los
CEOS poseían, en promedio, el 2% de las acciones de la
empresa y en 1997 ya contaban con el 13%.
Con tales incentivos, los CEOS han recurrido
frecuentemente, sobre todo desde los noventa, a falsear las
cuentas de las empresas para entregar siempre resultados
favorables que implican, claro está, jugosos bonos. Las
estratagemas más recurridas son: esconder el monto de las
deudas y los pasivos, modificar los gastos y reportar falsas
ganancias.
Teóricamente, el sistema empresarial americano tiene seis
salvaguardas que evitarían la corrupción: 1) los estándares de
contabilidad impuestos por la Financial Accounting Standards
Board; 2) las auditorías profesionales periódicas; 3) la
amenaza de juicios promovidos por los inversionistas; 4) la
Securities and Exchange Commission que procura la
integridad de las compañías individuales y del sistema
empresarial como un todo; 5) los comités de Congreso que
revisan los reportes de la SEC y 6) los medios de
comunicación, que deberían informar de cualquier
irregularidad. ¿Cómo es posible que ante tantas capas de
probidad existan tales niveles corrupción? La respuesta la
ofreció George Bush: "se ha generado un clima de ambición
ilimitada".321
El historiador de las corporaciones considera que quizás,
el siguiente paso evolutivo de las democracias liberales sea el
modelo de Hong Kong y el del dominio corporativo sobre las
naciones débiles.
En julio de 1997 los ingleses dejaron el dominio de Hong
Kong a China. Dada la importancia económica del nuevo
Estado, fue creada una constitución ad hoc, según la cual el
legislativo estaba compuesto por 60 miembros, de los cuales
20 son elegidos mediante votación popular, 10 por Beijing y
30 por "distritos funcionales" (organizaciones de
profesionales y
321
Ibidem, p. 182.

461
Jorge Federico Márquez Muñoz

corporaciones). Los votos de este último grupo equivaldrían


a 2.7 millones de votos del primer grupo; solamente la Sino
Group cuenta con un voto que equivale a más de 6,100 votos
de ciudadanos.
En los siglos xvi y xvn las compañías de asentamiento y
comercio marcaban la extensión del Imperio Inglés. Estas
corporaciones fueron sustituidas gradualmente por
gobiernos coloniales dependientes directos de la Corona. En
América la mayoría de las compañías fueron suplantadas por
gobiernos coloniales en el siglo xvn; esto mismo sucedió en
India, pero hasta 1858; en el sur de África el cambio ocurrió
en 1924. La trayectoria de las compañías holandeses no fue
distinta: desde el siglo xvn la Compañía Holandesa de las
Indias Orientales gobernó Indonesia, hasta 1798, cuando fue
sustituida por una administración gubernamental. Desde
1905 la South Manchu-rian Railway controlaba un territorio
del tamaño de Francia y Alemania juntas, en Mantetsu, al
noreste de China; esto continuó así hasta que, en 1930, fue
sustituida por un gobierno colonial japonés.
Desde finales del siglo xix, la influencia de las
corporaciones sobre las políticas de las naciones débiles fue
más común que el dominio directo. Tenemos por ejemplo a
las repúblicas de Centroamérica, donde las empresas de
Minor Cooper Keith llevaron a cabo la construcción de las
vías ferroviarias, la explotación y el transporte de los
productos agrícolas de la zona y la construcción de iglesias,
escuelas, hospitales, el financia-miento de expediciones
arqueológicas, etc. En 1899, la Tropical Trading and
Transpon Company, de Keith, se unió a la Boston Fruit
Company, y crearon así la United Fruit, conocida por sus
intrigas y enorme influencia en la zona.
De la mano de la CÍA, las corporaciones jugaron un papel
muy relevante en los golpes de Estado de Jacobo Arbenz en
Guatemala, en 1954; de Patrice Lumumba en el Congo en
1960 y de Salvador Allende en Chile, en 1972. En el primer
caso, la

462
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

colaboración para la CÍA llegó de United Fruit, en el segundo,


de la Union Miniére y en el tercero, de la International
Telephone and Telegraph Corporation (ITT).
En 1944, al tiempo que los aliados ganaban terreno tras el
desembarco de Normandía, a petición de Franklin Roosevelt y
Winston Churchill, líderes de cuarenta y cuatro países se
reunieron en New Hampshire. Ahí, se creó el sistema Bretton
Woods, que comprendía las instituciones financieras para la
reconstrucción de Europa y la estabilidad del que sería el
nuevo statu quo. Ahí surgieron el Banco Mundial, el Fondo
Monetario Internacional y el Acuerdo General de Aranceles
(GATT), que en 1994 fue sustituido por una institución
permanente: la Organización Mundial del Conaercio.
El BM, el FMI y la OMC han contribuido enormemente a la
incursión de las corporaciones al Tercer Mundo. A inicios de
los años setenta, una vez que Europa estaba ya reconstruida
y la economía mundial crecía a pasos agigantados, las
instituciones internacionales ofrecían préstamos a largo plazo
y con bajos intereses a las naciones subdesarrolladas. En los
años ochenta, una vez que Estados Unidos dejó de ser un
acreedor importante para convertirse en un deudor
importante, las condiciones de los préstamos cambiaron.
Muchas de las naciones pobres que habían pedido préstamos
en condiciones favorables, ahora se veían asfixiadas por los
altos intereses. Se declararon insolventes, por lo cual, el FMI
les otorgó préstamos para cumplir con sus obligaciones
financieras. Pero al tiempo que otorgaba estos préstamos, el
Fondo exigió la liberalización de diversos sectores
económicos. Así, tras ser "rescatadas" diversas economías
del Tercer Mundo, comenzaron una serie de "ajustes
estructurales" que posibilitaron a las más poderosas
corporaciones adueñarse de los sectores de energéticos,
transportes, comunicaciones, etc.
Una de las compañías que más beneficios obtuvo del pro-
grama de liberalizaciones fue Enron, que sólo en 2001 obtuvo
ganancias por 23 mil millones de dólares de los mercados

463
Jorge Federico Márquez Muñoz

extranjeros. Para llevar a cabo sus ambiciosos planes, la


empresa recibió préstamos blandos del Banco Mundial y el
gobierno de Estados Unidos.
A partir de los ochenta, China comenzó su propio progra-
ma de liberalización, con lo cual captó, en los noventa, 300
mil millones de dólares en inversiones extranjeras. Wal Mart,
Kmart, J.C. Penny, entre otras, se vieron beneficiadas a
través de subcontratistas, gracias a las condiciones
proempresariales ofrecidas por el gobierno de Beijing, según
las cuales, están prohibidos los sindicatos y las huelgas.
Con estas nuevas políticas, entre 1960 y 1990, el número
de corporaciones con inversiones extranjeras se triplicó. Las
ganancias en suelo extranjero de las corporaciones
americanas equivalen a más del doble de las ganancias en el
mismo rubro que registran las corporaciones japonesas y
europeas combinadas.
En la búsqueda de nuevos mercados, más
liberalizaciones y mayores garantías y derechos para las
corporaciones, éstas han desplegado diversas estrategias.
En primera lugar, intentaron obtener beneficios del GATT,
pero la lentitud con que éste actúo a lo largo de tres y media
décadas dejó poco satisfechas a las corporaciones. Por ello,
buscaron un nuevo mecanismo: la creación de zonas de libre
comercio. El primer paso fue el FTA, que entró en vigor en
1987 y consistía en un acuerdo de libre comercio entre
Canadá y Estados Unidos. Este acuerdo se amplío en 1994
con la inclusión de México y cambió su nombre por el de
NAFTA. En estos acuerdos regionales se incluyó la creación
de mecanismos jurídicos para hacer valer los nuevos
derechos extraterritoriales de las corporaciones. El FTA creó
dos organismos al respecto: National Treatment y la Minimun
Standard of Treatment; el NAFTA agregó la Compensation for
Regulatory Takings.
En el artículo 1,102 del NAFTA se especifica que las
corporaciones extranjeras deben contar con todos los
privilegios con

464
SOCIEDAD, VIOLENCIAYPODER • TOMO II

los que cuentan las nacionales y el 1,105 afirma que las


corporaciones deben contar con todas las garantías que les
otorgan las leyes internacionales. El 1,110 dice que, si el país
receptor aplica nuevas medidas que afecten las ganancias de
las corporaciones extranjeras, éstas pueden demandar al
gobierno en cuestión y exigir una compensación que nivele
las ganancias a los montos estimados antes de las
modificaciones.
El antecedente para dichas medidas fueron algunas deci-
siones que la Suprema Corte de Estados Unidos tomó en
favor de ciertas corporaciones, como en el caso de Penn
Central Transportation and Company v. City New York de
1978, cuando por una serie de nuevas medidas ambientales
se redujeron las ganancias de la corporación y el gobierno de
la ciudad tuvo que pagar una suma compensatoria. En el
NAFTA han ocurrido situaciones similares y tan sólo en 2002,
los gobiernos de México y Canadá tuvieron que pagar 13 mil
millones de dólares a corporaciones norteamericanas.
Por ejemplo, en 2000, Metal Ciad Corporation demandó al
gobierno de México por 90 millones de dólares debido a que
las autoridades locales de Guadalcazar, San Luis Potosí, no
le permitieron construir un basurero de desechos tóxicos. El
argumento de la compañía fue que el gobierno central de
México había otorgado dicho permiso. Finalmente, debido a
la movilización popular, el basurero no se instaló y en agosto
de 2000, el tribunal del NAFTA condenó al gobierno mexicano
a pagar 16 millones de dólares a la empresa.
Un caso similar ocurrió cuando la compañía canadiense
Methanex Corporation demandó al gobierno de California,
que prohibió el uso de metanol en el aditivo automovilístico
MTBE. La razón de esta prohibición fueron los numerosos es-
tudios que mostraron que dicha sustancia era cancerígena y
altamente contaminante.
Por otra parte, Philip Morris amenazó con demandar al
gobierno canadiense, cuando éste solicitó que
desaparecieran

465
Jorge Federico Márquez Muñoz

los términos "mild" y "light" de las cajetillas de tabaco, debido


a que dichas palabras hacían creer a los fumadores,
falsamente, que sus tabacos eran menos dañinos. La pura
amenaza de la cigarrera evitó la medida propuesta por los
canadienses.

14. La guerra masiva y total

Lo que hizo peculiar a la Primera Guerra Mundial fue que se


trató de una guerra masiva y total.
1) En el pasado la mayoría de las guerras eran asuntos
puramente político-militares y así grandes porciones de la
población fueron afectadas sólo de una manera remota. Pero
la Primera Guerra Mundial

proyectó al trabajo moderno de la fábrica a la trabazón


funcional de hombres y máquinas en la guerra, en la batalla
y en la conducción de la guerra como un todo. Era natural
que ese proceder alcanzase su máxima precisión y
perfección en Alemania, que estaba preparada para ello
por la disciplina militarista, burocrática y obrera del Estado
prusiano.322

En 1914 Europa vivía en un estado de ánimo bélico.323 Las


poblaciones de prácticamente todos los países aceptaban el
derecho del Estado a exigir a todo varón un servicio militar.
Para mucha gente el entrenamiento en la milicia era un paso
necesario hacia la virtud cívica. Había cierto contrapeso en la
gran cantidad de movimientos pacifistas y en los partidos
como el Liberal en Inglaterra o los socialistas en Francia.324
Aunque en
322
Erich Kahler, op. cit., p. 476.
323 £¡frEdward Timms, KarlKraus, satírico apocalíptico. Cultura y catástrofe en la
Viena
de los Habsburgo, trad. Jesús Pérez Martín, Madrid, Visor, 1990 (Iaed. en inglés,
1986),
p. 138 y sigs.
324
Cfr. Barbara Tuchman, La torre del orgullo. Una semblanza del mundo antes de
la
Primera Guerra Mundial, trad. Fernando Corripio, Barcelona, Península, 1997 (Iaed.
en inglés, 1962), pp. 288, 293 y 466.

466
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

realidad, los partidos solían ser más inestables en su


convicción anti-bélica, pues en vez de proponer una agenda
rígida, ya en ese entonces cambiaban con los vientos de la
opinión pública, en busca del voto.
A principios del siglo xx los votantes se inclinaban más por
el nacionalismo que por el internacionalismo pacifista. Las
democracias occidentales sentían orgullo por su
imperialismo, disfrazado de misión civilizadora, y por su
militarismo, supuestamente defensivo. Los ejércitos de las
principales potencias no dejaron de pelear durante el "siglo de
la paz y el progreso"; aunque la mayor parte de sus guerras
ocurrieron en territorios coloniales. Además, el proceso de
nivelación ciudadana que había ganado terreno desde la
Revolución Francesa, puso fin al mercenarismo, a la noción
de ejércitos controlados por los nobles y a la distinción entre
el individuo común y el guerrero. La igualdad política y jurídica
propició la cohesión social y el entusiasmo militarista de la
clase media.
La Primera Guerra Mundial fue una guerra ciudadana en
dos sentidos: en cuanto el nacionalismo inflamaba de tal
manera a los individuos, que éstos se convertían en
voluntarios para las milicias; y en tanto los estados
involucrados y las poblaciones civiles estaban dispuestos a
hacer enormes sacrificios para no perder la guerra. El control
estatal sobre las economías aumentó y la suspensión de las
libertades fue tolerada aún entre los países con tradiciones
liberales; la opinión pública mayoritaria, los empresarios, la
mayor parte de los partidos y otros grupos de presión,
estaban inflamados por el nacionalismo.
Esto, pese a que la Primera Guerra Mundial fue muy cara
en términos económicos y de vidas. Los ejércitos estaban
constituidos, hasta antes de la Revolución Francesa, sólo por
una pequeña facción de la población. En Francia misma, en
1789 la milicia estaba compuesta por 156 mil hombres, y la
población total era de casi 30 millones. Pero en 1793, con el
belicismo revolucionario, esta cifra había aumentado a casi
un millón.

467
Jorge Federico Márquez Muñoz

Asimismo, el número de bajas en guerras entre potencias por


lo general no rebasaba el 10% de los combatientes, aún en el
siglo xix. "La noticia de muerte en combate era relativamente
una tragedia familiar infrecuente antes del siglo xix".325
La Revolución Francesa y el Imperio Napoleónico fueron
excepciones a esta regla. En Borodinó los franceses
perdieron cerca de un tercio de sus combatientes y en
Waterloo más de un tercio. Otra excepción fue la Guerra Civil
de Estados Unidos. La población total era de 32 millones y
los muertos, en 4 años, fueron más de 200 mil en combate y
400 mil por las penalidades de la guerra.
La Primera Guerra Mundial fue la primera en la cual las
bajas por disparos fueron mayores que las provocadas por
enfermedades.326 Esto por dos razones: mejoró la salud
pública de los reclutas327 y aumentó la dimensión de la
carnicería en el campo de batalla. Lo segundo, por la
creciente potencia de fuego de las ametralladoras y la
artillería.328
325
John Keegan, op. cit.yp. 429.
326
La guerra de los boérs fue la última en la cual el ejército inglés tuvo más
bajas
por enfermedad que en el campo de batalla
327
Porque ahora provenían de hogares más limpios, donde se comía mejor y
había
mejores hábitos de higiene; y porque en el ejército mismo se cultivaba una
disciplina
de la salud.
328
"La potencia de fuego, tanto del arma individual como de las
ametralladoras
y la artillería, se había multiplicado centenares de veces desde la época [...] de
la
pólvora en el siglo XVIII. En aquel entonces se calculaba que el índice de
muertes
causadas por los disparos (sin contarlos de artillería) había descendido entre
1 cada
200 y 1 cada 460. Si los mosqueteros efectuaban a lo sumo tres disparos por
minuto
sobre una fuerza enemiga superior a 50 000 hombres, aun así, las bajas
infligidas en
unos minutos de intercambio de disparos bastaban para crear una huida
despavorida
hacia retaguardia de uno u otro bando, y era precisamente ese pánico el
motivo de
que los comandantes tratasen de elegir el campo de batalla. En 1914 el
soldado de
infantería efectuaba quince disparos por minuto, una ametralladora
seiscientos, y
una pieza de artillería con granadas de metralla y bolas de acero, veinte.
Mientras la
infantería estaba a cubierto, se perdía la mayor parte del efecto de este fuego,
pero
cuando se ponía en pie para pasar al ataque podía aniquilar un batallón de mil
hombres en cuestión de minutos. Eso fue lo que sucedió con el primer
regimiento
de Newfoundland el 1 de julio de 1916, y de otros que sufrieron casi las
mismas ba
jas. Además, huir de semejante lluvia de fuego no servía de nada ya que los
fugitivos
habían de cruzar una zona mortífera de centenares de metros antes de
alcanzar el
refugio atrincherado". John Keegan, op. cit., pp. 431-432.

468
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

Los franceses perdieron, entre muertos y heridos, un millón


de hombres en 1915 y medio millón en 1916, en la batalla de
Verdún. En esta última, los alemanes sufrieron 400,000 bajas.
El primer día de la batalla de Somme, 20,000 ingleses
murieron. Un año más tarde, en abril, los galos perdieron
100,000 hombres en Champaña. Posteriormente, la mitad de
sus divisiones se negaron a pelear. Cuatro de cada nueve
franceses en las unidades de combate estaban muertos o
heridos. El ejército italiano también comenzó una huelga
después de padecer un millón de bajas en los Alpes y la
contraofensiva austro-alemana.
Las milicias rusas no sólo se negaron a pelear tras los
desastres de Prusia Oriental, Polonia y Ucrania, sino que se
amotinaron, apoyaron el golpe de Estado de Lenin y
contribuyeron a la formación del totalitarismo soviético.
El excesivo porcentaje de movilizados entre la sociedad
civil durante la Primera Guerra Mundial, fue la culminación de
un sistema perverso iniciado en la Revolución Francesa.329 El
329
"Puede que los pueblos guerreros hicieran de cada hombre un soldado,
pero se habían preocupado de luchar únicamente de un modo que evitase el
conflicto directo y sostenido con el enemigo, admitiendo el abandono del
combate y la retirada como reacciones permisibles y razonables a una
determinada resistencia, sin hacer un mito del valor desesperado y tomando
minuciosas medidas materiales sobre el recurso a la violencia. Los griegos
mostraron una actitud más cruda; pero, aunque instituyesen el combate cara a
cara, no llevaron la ética de su modo de hacer la guerra al extremo de exigir
una derrota total clausewitziana como resultado ineludible. Sus descendientes
europeos también habían limitado los fines de la guerra; los romanos, los
sucesores de los romanos del disfrute de derechos dentro de territorios muy
circunscritos".
"[...] En ninguno de esos contextos aspiraron los contendientes a la
quimera de que se movilizase a toda la población masculina para proseguir el
conflicto; aunque hubiese sido materialmente posible, cosa que la imperiosa
demanda laboral agrícola, por no decir el sistema fiscal, impedía, ninguna
sociedad anterior a la de 1789 consideraba el servicio militar más que como
profesión para unos pocos. Las guerras se juzgaban con todo rigor como un
asunto demasiado brutal salvo para aquellos criados para hacerlas por su
posición social o impulsados a alistarse precisamente por falta de posición
social; a mercenarios y regulares, gente sin trabajo y muchas veces fuera de la
ley se los consideraba buenos para la guerra porque la vida pacífica poco
podía ofrecerles que no fuera penalidades equivalentes".
"[...] La exclusión de los industriosos, los especializados, los cultos y los
pequeños propietarios del servicio militar reflejaba una apreciación lógica de
cómo la naturaleza de la guerra se vinculaba a la naturaleza humana; su rigor
no era para hombres de hábitos cómodos, regulares y productivos, pero en su
frenesí de igualdad,

469
Jorge Federico Márquez Muñoz

agotamiento y desmoralización de las naciones implicadas


en el conflicto desde el inicio, estaba relacionado con el
porcentaje de las bajas. A finales de 1918 Francia había
perdido 1700,000 hombres de una población de 40 millones;
Italia, 600,000 de 36 millones; las islas británicas 700,000 de
50 millones; Alemania 2 millones de un total de 70 millones.
Todavía hoy se discute sobre el número de bajas durante
la Primera Guerra. La cifra de ocho millones y medio de
soldados muertos es una de las más aceptadas. Estimando
una media entre las cifras que ofrecen los especialistas,
podríamos concluir que murieron unos doce millones de
civiles.
Recordemos que en esa época había más de mil
seiscientos millones de habitantes en el mundo, por lo que la
Guerra puede parecer una tragedia menor. Sin embargo,
para una Europa que contaba con menos de 300 millones de
habitantes no lo fue.
Tras el armisticio el drama demográfico de estas naciones
continuó como una secuela del conflicto. Por ejemplo, en
Alemania se calculan más de seis millones de muertos
cuando se toman en cuenta además de las bajas de la
guerra, la hambruna causada por ella, la heridas de guerra,
el debilitamiento que convirtió la gripe en una epidemia
mortal y otras causas producto de la crisis económica como
la falta de higiene en los hospitales por falta de recursos.
Contando el periodo de la guerra y los siguientes 15 años,
en Francia, por cada 1000 habitantes en edad productiva
murieron 105. Había en la nación más de un millón de
inválidos y 130 mil mutilados.
2)La Primera Guerra Mundial fue un conflicto mecanizado
en dos sentidos. El primero fue:

la Revolución Francesa descartó sin ambages esa percepción tratando de


conceder a la mayoría lo que hasta entonces había sido un privilegio. [...] Los
ejércitos de la Primera Guerra Mundial estaban formados de arriba abajo por
representantes de todos los estamentos sociales, y muchos de los
supervivientes sirvieron dos, tres y hasta cuatro años con ejemplar
estoicismo". Ibidemypp. 434-435.

470
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

el sistema de la invención perpetua que funcionaba tras el frente,


en fábricas y en instituciones científicas, las técnicas de la
producción de materiales de guerra y del arte militar se
desarrollaron y [...] cambiaron de modo radical [...]. Los
alemanes encontraron para la batalla el característico nombre de
Materialschlacht [...]. En ese género de lucha, los hombres están
encadenados a las máquinas en operaciones colectivas [...]
engranadas, de las cuales el individuo aislado no puede ver el
conjunto; operaciones de las que no hay escape y en las cuales
330
los hombres no son más que material.

Si en Francia y Las Trece Colonias la revolución política proveyó el


ejército de millones de hombres, éstos aún combatían con armas
del siglo xvm. "La revolución industrial les ofreció medios de
combate decuplicados que movilizan en su provecho toda la energía
331
de la nación".
El segundo modo en que la guerra estuvo mecanizada, fue en
tanto se generó la noción de que su resultado no estaba en manos
de los hombres, pues la dimensión los rebasaba a todos. Era una
guerra anti-heroica.

Ya no es la época de las hazañas sino del aburrimiento en los


campamentos, de la monotonía del adiestramiento. Cambia, a su
vez, la naturaleza del combate: no es ya más cuestión de valor
sino de resistencia y disciplina. La capacidad general de
producción y la voluntad colectiva de vencer constituyen los
factores decisivos para un triunfo eventual.
Nada subsiste en relación con el hombre aislado cuando se
trata del choque de dos ejércitos y de la larga confrontación de
masas de combatientes, del número y calibre de las piezas de
artillería. La capacidad de fuego decide. El papel de cada cual
consiste únicamente en mantener hasta el fin su lugar de ruede-

330
Erich Kahler, op. ciLtp. 477.
331
Roger Caillos, op. cit.yp. 204.

471
Jorge Federico Márquez Muñoz

cilla irreemplazable y minúscula en un inmenso engranaje


en movimiento [...].
El progreso de la técnica, el cambio de las estructuras
políticas, la centralización creciente, trastornan aún más las
condiciones de la guerra. En 1914, se la describe como el
peso equilibrado de dos masas gigantescas y casi
inmóviles, apoyándose con todo su peso una contra la otra
y esforzándose cada una por hacer ceder a la que tiene
enfrente [...]. No son sino espasmos en el mismo lugar,
tensiones de músculos contra músculos, a lo largo de una
línea interminable en la que la energía de una nación,
transformada en acero y potencia de muerte, viene a
romperse contra una coraza igualmente mortífera y
erizada, donde se concentran los recursos y el vigor de otro
pueblo. También se ha podido sostener que la unidad de
un combate semejante no es otra cosa sino el millón de
hombres, algo compacto y apenas diferenciado cual
banco de peces y nube de langostas. Todo se encuentra
allí engullido e indistinto.332

Los daños eran enormes y sin precedentes en dos sentidos:


respecto a su cantidad total; y respecto al índice de bajas,
calculado en cuanto porcentaje respecto a las fuerzas. Pese
a la dimensión de la matanza y lo desorbitado de los gastos,
nadie triunfó decisivamente en el campo de batalla. Ni
costosos acorazados alemanes ni los Dreadnought ingleses
lograron victorias aplastantes.
Las innovaciones tácticas siempre resultaban
insuficientes para desempatar la guerra. En el Mar del Norte
Alemania usó la sorpresa para quebrar las rutas comerciales
del Atlántico, pero el plan no dio resultado, pues en la batalla
de Jutlandia la flota germana quedó mermada. Después, la
estrategia de la guerra submarina por parte de los alemanes
en contra de barcos mercantes trajo ciertos beneficios, pero
dejó de ser eficaz cuando el almirantazgo inglés comenzó a
escoltar los barcos
332
Ibidem, pp. 207-208.

472
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

comerciales con buques de guerra. Por su parte, los ingleses


quisieron sorprender a los turcos con un ataque anfibio en
Gallipoli, pero la ofensiva fue un fracaso.
No fueron las tácticas sorpresivas lo que llevó a los
alemanes a rendirse sino su propio agotamiento y la
capacidad industrial de sus enemigos. Gracias a ella en 1918
los estadounidenses pudieron transportar a su ejército a
Europa, lo cual desmoralizó a los germanos.
Pero no sólo el ejército alemán, sino también el francés, el
inglés, el italiano, el ruso... estaban agotados. El militarismo
cívico había demostrado ser una ilusión. En las trincheras no
había héroes, sino lodo y sangre.
3)La guerra total implica que "la multitud de combatientes
tienda a coincidir con la misma cifra de la población masculina
adulta disponible".333 Durante la Primera Guerra Mundial la
matanza llegó a tal punto que

las reservas de la leva militar se agotaron por completo, las


mujeres fueron llevadas al servicio público como sustitutos,
la economía entera estaba orientada hacia la guerra. El
origen de toda la economía planificada que fue un factor
clave durante el siglo xx, se encontraba en la organización
de abastecimiento de materias primas en Alemania. Este
sistema fue obra del industrial alemán Walter Rathenau,
ex-ministro de relaciones exteriores. Ernstjünger [...] dio una
descripción muy exacta de ese desarrollo: Así, el cuadro de la
guerra como acción militar, se funde más y más en otro cuadro más
amplio: el del gigantesco procedimiento industrial. Al lado de los
ejércitos que se encuentran en el campo de batalla, se levantan los
nuevos ejércitos que se ocupan de las comunicaciones, víveres,
armamentos; el orden de batalla de la industria, en su conjunto. En
la última fase, no hay movimiento, nisiquiera el de una mujer que
esté en su casa cosiendo a máquina, el cual, por lo menos
5
indirectamente, no sea inherente a una aplicación militar. **

333
Ibid., p. 205.
334
Erich Kahler, op. ciL, p. 478.

473
Jorge Federico Márquez Muñoz

Las consecuencias de la Primera Guerra Mundial fueron


revolucionarias y llevaron a la Segunda, porque:
1) Al hacer de la guerra un fin en sí mismo,335 la política se
denigró, se volvió ineficiente, tal y como lo demostraron los
acontecimientos en la Sociedad de Naciones. Las rivalidades
miméticas entre las potencias, especialmente entre
Alemania-Francia,336 Francia-Inglaterra,337 Inglaterra-Unión
Soviética,338 Inglaterra-Italia,339 Inglaterra-Japón340 y Estados
Unidos-Japón341 hicieron de la guerra la cuestión central en
las agendas políticas. Curiosamente, en los casos inglés y
estadounidense, la balanza se inclinó a favor del
pacifismo,342 situación que motivó al eje Berlín-Roma-Tokio a
asumir una política agresiva.
2) Dada la naturaleza de la Paz de París y sus
postrimerías los agresores abandonaron hasta la última
ficción y apariencia de legalidad y comenzaron a profesar
abiertamente la criminalidad.343 Dos triunfadores, Japón e
Italia, consideraron injusto el reparto imperial de los
territorios de los derrotados; Alemania

335
Cfr. Caillois, op. cit, p. 212 y sigs.
336
Que además de tener odio histórico ahora estaban en condiciones peligrosas:
por un lado los alemanes debían pagar los gastos de reparación exigidos por los
franceses; y por otro, Francia no parecía muy amenazante, pues eligió una postura
defensiva y al construir la línea Maginot quedó delatada su debilidad psicológica
frente a los alemanes.
337
Recordemos que para muchos políticos ingleses Francia representaba una
ame
naza mayor que Alemania aún después del ascenso de Hitler en 1933. Motivo por el
cual, Gran Bretaña vaciló en dar su apoyo a Francia al inicio de la Segunda Guerra
Mundial. Cfr. Paul Johnson, Tiempos modernos, op. cit., p. 178.
338
Encarnada específicamente en el odio que se profesaban Stalin y Churchill.
Cfr.
Walter Laqueur, Stalin. La estrategia del terror, trad. Aníbal Leal, Barcelona,
Vergara,
2003 (Iaed. en inglés, 1990), p. 230 y sigs.
339 £n ja búsqueda del dominio por el Mediterráneo. Cfr. Alian Moorehead, H. B. D.
Kettlewell, Churchill, trad. Pilar Bosque Sendra, Barcelona, Salvat, 1984 (Iaed. en
inglés, 1960), p. 115 y sigs; Paul Johnson, Tiempos modernos, op. cit., p. 459 y sigs.
340 por ios dominios del sureste asiático. Cfr. Alian Moorehead, op. cit., p. 115 y sigs.
341 por iacuesti6n China y el dominio del Océano Pacífico. Cfr. Paul Johnson,
Tiempos modernos, op. cit., p. 219.
342
El gasto militar de Inglaterra y Estados Unidos era, en comparación con el
alemán, el soviético y el japonés, muy reducido. Cfr. Ibidem, pp. 178 y 429; cfr. Niall
Ferguson, La guerra del mundo, op. cit., p. 404 y sigs. y 555 y sigs.
343
Cfr. Paul Johnson, Tiempos modernos, op. cit, p. 103 y sigs.

474
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

consideró que se le había engañado en cuanto a los términos


de la paz y que se le habían impuesto condiciones onerosas,
además de haber perdido un pedazo importante de su
territorio;344 la URSS se negó a pagar las deudas contraídas
por los últimos zares, sobre todo con Francia, y con ello,
quedó proscrita del orden internacional. Así, estas
naciones-imperio consideraron que ya no era necesario
comportarse como compañeros respetables "en un sistema
hipócrita de implícita rivalidad"; ya no respetaron "las reglas
del juego".345
La combinación de esos factores produjo cambios internos
en Alemania, Italia, España, casi todos los países de Europa
Central y del Este, y en Japón, donde llevaron a partidos o
facciones políticas extremistas al poder.346
En Alemania, los nazis llegaron al gobierno porque
parecían resolver dos problemas simultáneamente:
acabarían con la débil República de Weimar, incapaz de
mantener el orden y vista por muchos como una intervención
de las potencias occidentales; y evitarían el ascenso de los
comunistas;347 con ello se ganaron el apoyo de gran cantidad
de la población, que temía que su país cayera en las garras
de un régimen totalitario semejante al soviético. Algo similar
ocurrió en Italia y en los demás países donde triunfó el
fascismo en Europa.348
En Japón, los comunistas no representaban uña amenaza
real, pero el Imperio del Sol Naciente atravesaba por un
momento económico deplorable, pues estaba capturado en la
trampa maltusiana. La primera solución de los japoneses fue
intentar un arreglo militar con Gran Bretaña, que les
asegurara que no

344
En los territorios otrora germanos o del Imperio Habsburgo, los alemanes
étnicos
comenzaron a ser discriminados e incluso, perseguidos y objeto de
pogromos. No
es extraño entonces que muchos de los más salvajes militares nazis
provinieran de
estos territorios. Cfr. Niall Ferguson, La guerra del mundo, op. ciL, p. 247 y
sigs.
345
Erich Kahler, op. cit., p. 478.
346
Cfr. Michael Mann, Fascistas, trad. Juan Pérez Moreno, Universitat de
Valencia,
2006 (Iaed. en inglés, 2004), p. 43 y sigs.
347
Cfr. Paul Johnson, Tiempos modernos, op. cit., p. 125.
348
Cfr. Ibidem, p. 126 y sigs.

475
Jorge Federico Márquez Muñoz

debían desviar grandes recursos militares para protegerse


de las rivalidades imperiales en el Océano Pacífico. Los
ingleses se negaron, pues Estados Unidos los condicionó a
ello para firmar un acuerdo militar.349 La primera estrategia
nipona fracasó.
La segunda fue un intento de acercamiento a la potencia
americana. Le solicitaron establecer un acuerdo de libre
comercio y de emigración. Pero los norteamericanos eran
profundamente anti-nipones, empezando por el Presidente
Roosevelt. La segunda estrategia también fracasó.350
Al no poder resolver sus problemas mediante la vía de la
diplomacia con las potencias occidentales, los liberales del
gobierno japonés perdieron legitimidad y ascendieron los
militares.351 Los liberales habían tenido su oportunidad y no
habían logrado resultados favorables.
Los extremistas en el poder invadieron China, pero esto
no resolvió el problema económico japonés. Pronto se vio
que la invasión consumía más recursos de los que
aportaba.352 Hubo que intentar otra estrategia: la expansión
por el Pacífico hacia el Sureste Asiático. Fue entonces
cuando Estados Unidos amenazó con atacar a Japón y éste
respondió con el ataque a Pearl Harbor.353

15. Totalitarismos guerreros

Desde su surgimiento en el último tercio del siglo xix,


Alemania fue inundada por la modernidad con una velocidad
sin paralelo, provocando una grave alienación y el anhelo por
una época anterior, bucólica y simple. Se expandió la
rebelión romántica contra la modernidad, la vida ciudadana y
la burocracia.
349
Cfr. Ibid.,p. 218 y sigs.
350
Cfr. Ibid., p. 238 y sigs.
351
Cfr. Ibid., p. 237.
352
Cfr. Ibid., p. 396.
353
Cfr. Ibid.,p. 484 y sigs.

476
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

Grandes escritores, entre los que se cuentan Nietzsche,


Weber y Tónies, expresaron la crisis de una sociedad que
cambiaba muy aprisa provocando una fuerte dosis de
angustia.
Las condiciones de la modernización vertiginosa y el ta-
lante alemán generaron una mezcla de sectas y grupos que
promovían un estilo de vida primitivo y natural, en oposición al
ofrecido por la civilización, artificial. "Todo esto resultó ser
terreno fértil para algo tan inocuo como el Movimiento Juvenil,
comunitario y de-vuelta-a-la-naturaleza, y para
organizaciones ocultistas y proto-fascistas como la Thule
Gesellschaft".354
Surgió entonces un mundo espectral, entretejido con mitos
y símbolos en medio de las sectas y cultos; se trataba de un
submundo de fantasía que logró institucionalizarse.
El ocultismo, que proveía una especie de legitimación
sagrada a las actitudes políticas, era parte esencial en esta
atmósfera, en Alemania, desde 1880, la teosofía y los libros
de Madame Helena Petrovna Blavatsky (1831-91) Isis sin velo
y La doctrina secreta, eran muy populares. Esta escritora
afirmó que la esvástica era el sello de la Sociedad Teosófica y
describió su mitología, y que en la tierra había existido una
serie de "razas-raíces", comenzando con la más pura,
equiparada con la luz: la teutónica-wotánica,
Los fundadores de tales razas, los atlantes, tenían grandes
poderes psíquicos que se perdieron a causa de las mezclas
raciales; estos poderes serían restaurados por la siguiente
raza mayor, los arios; sus especímenes serían hombres y
mujeres de tez clara, pelo rubio, ojos azules y poseerían
poderes psíquico-ocultistas.
En 1884, se fundó la primera Sociedad Teosófica
Alemana; dos años más tarde comenzó a publicarse un
periódico sobre lo paranormal, DieSphinx, donde Blavastky
publicaba traducciones y la esvástica aparecía en la portada.
Las dos primeras décadas del siglo xx vieron una efusión
en la literatura alemana de este tipo. En Europa Central y
sobre
354
Morris Berman, Cuerpo y espíritu, op. cit., p. 261.

477
Jorge Federico Márquez Muñoz

todo en la Viena, donde Hitler pasó su juventud, hubo una


resurrección del ocultismo.
Concomitante a la difusión de estas ideas estaba la
popularidad del pensamiento vólkisch, un aspecto de la
tradición romántica germana que glorificaba las cualidades
del pueblo y el lugar. Volk significa pueblo pero también es un
término místico que se refiere a la unión de un pueblo con su
naturaleza más íntima y creativa -su carácter nacional único.
Los escritores vólksich concebían el mundo como panteísta,
impregnado por una fuerza vital, y sostenían que el volk era
el recipiente tangible de dicha fuerza.
En ese contexto, la doctrina más poderosa era la
ariosofía, que toma su nombre de un término acuñado por
Jórg Lanz von Libenfels (1874-1945) e implica rendir tributo a
la sabiduría oculta de los arios, que a veces también se
denominó arman-ismo, teozoología o ario-cristianismo.
El ariosofismo retomó elementos de la mitología de
Madame Blavastky, pero fue más específico respecto a la
identidad de las razas impuras, las potencias de la oscuridad,
es decir, los judíos materialistas. En última instancia,
alemanes y judíos eran las únicas dos razas puras sobre la
tierra, entre las cuales sólo florecían mezclas bastardas; sólo
ellas dos estaban en una lucha titánica para dominar el
mundo.
El hecho de que los judíos ascendieron con relativa
facilidad en la ola modernista e industrial y de que se les
identificara con la "nueva Alemania", hizo que los
nostálgicos, que eran muchos, los vieran como
no-alemanes, carentes de verdadera Innerlichkeit,
interioridad, fondo, espíritu.
Es importante notar que "ni el pensamiento vólkisch, ni el
misticismo, ni el ocultismo, en y por sí mismos, conducen
necesariamente al nacionalsocialismo".355 Sabemos que las
condiciones provocadas por la Primera Guerra contribuyeron
al ascenso del nazismo. Más aún, Hitler rechazaba esos
cultos
355
Ibidem, p. 251.

478
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

porque tenía claro que lindaban en lo lunático y no tenían la


posibilidad de atraer a los sólidos y devotos ciudadanos de
clase media. Durante el periodo del Tercer Reich, la
fraternidad y publicaciones de Lanz fueron suprimidas por la
Gestapo.
A pesar de su rechazo por las sectas concretas, Hitler tenía
interés por la nostalgia wotánica; buscaba capturar su energía
emocional y unirla a su movimiento partidista. Y esto, no las
ideas per se, es la clave: el nazismo es un fenómeno social y
somático. Todas las ideas ariosóficas, vólkisch y ocultistas se
trasladaron al escenario principal de Alemania. Las opiniones
que el Führer hizo suyas habían sido la materia prima de la
extrema derecha durante los cincuenta años previos a 1918.
En el mundo de la posguerra, los alemanes ansiaban la
certeza de una redención espiritual y Hitler no ofrecía un
sistema coherente, sino un salto de la desesperación a la
utopía.
El experimento nazi fue un intento por re-encantar al
mundo, el lenguaje del nacionalsocialismo era el de la
trascendencia. Hitler reconoció una necesidad religiosa de las
masas y respondió con un programa político gnóstico.
Los Camisas Pardas nada sabían de filosofía o literatura,
se hicieron milenaristas y gnósticos con base en sus propias
experiencias. El fenómeno de la revelación, en forma de
ascensión o estado alterado, estaba presente en la Alemania
nazi; le sucedió a Hitler en 1918, como resultado de un ataque
británico con gas mostaza, de donde emergió un mensaje
divino respecto a su misión histórica.
Al inicio de la Primera Guerra Mundial, los rectores de las
universidades de Bavaria llamaron a sus jóvenes alumnos a
las armas. Los ejércitos xxn y xxm, compuestos de estos
universitarios, idealistas y poco preparados para la guerra,
sufrieron la masacre en Langemark de 36 mil de sus
elementos en tan sólo tres semanas. Uno de los pocos
supervivientes de esa matanza fue Adolf Hitler.

479
Jorge Federico Márquez Muñoz

La madre de Hitler, Klara, tuvo tres hijos que murieron aún


siendo infantes. Después, nació Hitler. Fue un niño mimado,
aunque también sofocado por las preocupaciones de su
madre por perderlo; la consiguiente relación simbiótica entre
la madre y el niño fue puesta a prueba con el nacimiento de
dos niños más, la viudez, y el cáncer de pecho. Adolfo la
cuidaba día y noche. El médico de Klara, un judío llamado
Bloch, le suministró un tratamiento costoso y tóxico de
yodoformo, un spray que quema la piel de una manera
similar a como lo hace el gas mostaza. Y aunque en aquel
entonces Hitler estuvo de acuerdo con el tratamiento,
después desarrolló un odio profundo contra "el judío que
mató a su madre", que más tarde se convirtió en un odio a los
judíos en general. Hablaba del "cáncer judío, el veneno judío,
el acaparador judío".
En 1918, Hitler mismo fue roseado con gas mostaza y
después de un shock histérico, emergió de un trance de dos
días, determinado a restaurar Alemania, "la tierra madre", y
así vengar a su derrotada madre exterminando a los judíos,
"los envenenadores de la sangre de la nación alemana".
Para llevar a cabo su tarea, Hitler no comenzó con el
genocidio. Sus primeros impulsos fueron robar tierras del
Este y purificar la raza en Alemania.

La política de robo de tierras sólo se transformó en la de la


matanza de los judíos cuando se percató de que su guerra
contra Rusia estaba perdida. El fracaso en el frente oriental
rompió sus esperanzas de una provisión inagotable de
comida (jsu reencuentro con Klara!) y de su presuntuoso
orgullo por un ejército de magníficas bestias rubias itinerantes
en la búsqueda de una presa y de la victoria.™

La derrota contra Rusia fue más que militar: destruía también


una maquinaria y una tradición alemana, su símbolo de
poder y respeto. Esto hacía que la gente perdiera su sentido
de grandeza
356
Joseph Berke, op. cit, p. 266.

480
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

y comunidad; una vez perdido todo esto, el pueblo alemán fue


sobrecogido por un sentimiento de terror y fragilidad; y algu-
nos de ellos, como el propio Hitler, por una poderosa pulsión
de muerte.357
Para Hitler, la Primera Guerra Mundial fue una experiencia
eufórica. Además, gracias a ella, logró convertirse en una
figura política.

Por su valor le habían concedido condecoraciones y se


había ganado el aprecio de sus oficiales, y la convivencia
dentro de la camaradería de las armas, después de años
de una vida de paria en las callejas de Viena, había
reforzado en él su ferviente convencimiento de la
superioridad del pueblo alemán sobre los demás. Además,
le molestaba la humillación de la paz de Versalles y las
condiciones impuestas a Alemania, la pérdida de territorio,
la reducción del ejército a 100,000 hombres, la exclusión
de los buques más modernos de la armada y la prohibición
de disponer de fuerzas aéreas, condiciones aceptadas por
el gobierno alemán [...]. El rencor de Hitler era similar al de
tantos ex combatientes que le apoyaron cuando decidió
emprender una política de extrema derecha en 1921 con el
núcleo de un partido paramilitar.358

Joseph Goebbels también tuvo una conversión tipo


Camino-a-Damasco, hacia Hitler. Las historias de seres
extraviados que fueron salvados al tropezar con el
nacionalsocialismo o al escuchar un discurso de Hitler, eran
muy comunes.
Cari Jung describió la situación en la época del ascenso
del nacionalsocialismo: "Los alemanes están en un estado de
furia". Hel-ton Godwin Baynes, el alumno del psicoanalista
suizo, escribió en su famoso libro Alemania poseída (1941):
"Los discípulos de Hitler poseídos por Wotan son claramente
incapaces de saber

357
Cfr. Erich Fromm, Anatomía de la destructividad humana, traducción de
Félix
Blanco, México, Siglo veintiuno editores, 2000 (Iaed. en inglés, 1974), p. 392 y sigs.
358 John Keegan, op. cit., p. 436.

481
Jorge Federico Márquez Muñoz

qué es sagrado y qué es obsceno". La corresponsal de la


revista Time escribió: "toda esta gente está loca. Esto no es
una revolución, es una resurrección. Creen que Hitler es
Dios. [...] Y cuando pagaron las treinta monedas de plata a
Judas dijo: Ese es Roehm, el que traicionó al Líder". El
complemento de estas declaraciones nos los ofrecen los
mismos nazis. Hans Kerrkl, Reichminister para Asuntos
Eclesiásticos, afirmó: "Adolfo Hitler es el verdadero espíritu
santo".359
En septiembre de 1937, en la concentración del Partido
Nazi en Núremberg, se exhibió una inmensa foto de del
Führer con una inscripción al pie que decía: "En el principio
fue el Verbo". El mensaje era muy claro: no necesitamos
sacerdotes ni ministros, podemos comunicarnos
directamente con Dios mediante Hitler.
Los miembros de la SS llevaban a cabo y difundían
rituales públicos y ejercicios para llegar a un trance o
experiencia de ascenso. Albert Speer afirmó que casi se
podían sentir físicamente las ondas que se agitaban a través
de la multitud y cómo este efecto arrastraba a Llitler de frase
en frase en sus arengas.
Para crear la atmósfera mística del Führer, se realizaban
eventos litúrgicos teatralizados. La entrada de Hitler a estas
concentraciones era diseñada para hacerlo destacar. En
Núremberg se montaba una iluminación con 130 potentes
reflectores alrededor del campo a intervalos de cuarenta
pies, que arrojaban rayos verticales hacia el cielo hasta una
altura de veinte y veinticinco mil pies. Los rayos se fundían
creando un efecto de cúpula luminosa, una catedral de luz,
"una catedral de hielo", como la definió Sir Neville
Henderson, embajador británico.
La luz tenía la función de crear la sensación de
separación física entre una esfera de claridad y una hostil, de
oscuridad circundante. El maniqueísmo del
nacionalsocialismo se filtraba al público en forma física y
simbólica. La dimensión somática se enfatizaba en estas
ceremonias mágicas, pues el punto de
359
Morris Berman, Cuerpo y espíritu, op. cit., pp. 267 y 270.

482
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

unión era el de la sangre y la gente pasaba por la experiencia


psíquica y corporal de la igualdad, sentimiento que confor-
maba la sensación de gran pertenencia a una comunidad, la
Volksgemeinschaft.
La experiencia de un grupo de paramilitares que buscaba
instaurar una utopía y que consiguió el apoyo de gran parte
de la población de sus países, ha sido descrita por Michael
Burleigh como una forma de religiosidad. Es por ello que sus
conversos estaban dispuestos a realizar enormes sacrificios.
El historiador inglés documenta cómo fue que los comba-
tientes de la Primera Guerra Mundial, que vivieron como una
embriaguez el conflicto, digirieron la matanza tras la paz. Las
potencias triunfadoras colocaron cenotafios y monumentos
como muestra de reverencia a las bajas, el sacrificio se
lloraba y celebraba en público, los ciudadanos rezaban y
meditaban de tarde en tarde; el culto a la normalidad liberal y
democrática mantuvo el orden establecido previo a la
guerra.360
Por el contrario, en Alemania no hubo cenotafios ni monu-
mentos al soldado desconocido. El sacrificio no fue
canalizado por el Estado, la República de Weimar no tenía
nada qué celebrar, después de todo, la guerra se había
perdido. Las manifestaciones religiosas fueron entonces de
otra naturaleza: en lugar de un regreso a la normalidad, las
sectas absorbieron la energía religiosa y la convirtieron en un
desafío al Estado, hasta que una de ellas lo tomó.361
Estos partidos paramilitares no lograron triunfar en
Turquía, pese a ser uno de los grandes derrotados de la
Primera Guerra Mundial. La razón para ello fue que Atatürk
logró una estrategia de modernización moderada, en parte
poique era más difícil derrotar con la religión a una sociedad
poderosamente religiosa, que a una donde la religión estaba
en crisis.
360
Cfr. Michael Burleigh, Causas sagradas. Religión y política en Europa. De la
Primera
Guerra Mundial al terrorismo islamista, trad. José M. Álvarez, México, Taurus,
2007 (Ia
ed. en inglés, 2006), p. 25 y sigs.
361
Cfr. Ibidem, p. 65 y sigs.

483
Jorge Federico Márquez Muñoz

Donde los partidos paramilitares tomaron el poder, el bol-


chevismo se convirtió en un modelo-obstáculo, el camino a
seguir y el camino aborrecido. Al igual que con el
experimento estalinista, los fascistas subordinaron la vida
privada a la política y para ello, crearon un enorme aparato
de espionaje interno.
En Rusia, Lenin tomó el poder con gran rapidez sorpren-
diendo a sus enemigos, destruyó a la naciente república rusa
y al capitalismo de un solo golpe. El resultado político fue que
consiguió concentrar grandes poderes, pero en el económico
su acción fue desastrosa; las hambrunas restaban
legitimidad al nuevo régimen y ello hacía necesario recurrir a
la brutalidad del gulag y la persecución totalitaria.
En Italia, Mussolini, el portavoz del resentimiento italiano
por el injusto reparto del mundo en la Paz de París, pudo dar
un golpe de Estado con gran apoyo de la sociedad. Dado que
había aprendido de la historia soviética que sustituir el
capitalismo era una tarea difícil, decidió sólo abolir la
democracia. La élite capitalista lo apoyó.
En 1923 Hitler, mirando el ejemplo de Mussolini, intentó lo
mismo pero fracasó y fue a la cárcel. Ahí reflexionó sobre
cómo ascender al poder sin enfrentar directamente al
ejército: concluyó que debía llegar al poder mediante
elecciones, no tendría entonces por bandera la abolición del
capitalismo, ni la de la democracia. Al salir de prisión, pudo
reunir un nuevo ejército de paramilitares, sus "tropas de
asalto" eran más de cien mil hombres, muchos de ellos ex
combatientes resentidos de la Primera Guerra Mundial; otros
tantos eran estudiantes yjóvenes desempleados e idealistas.
Todos se encontraban atraídos por la violencia y el desprecio
por la República de Weimar, ellos fueron el núcleo del partido
Nazi; con sus intimidantes marchas y peleas callejeras en
contra de los comunistas, ganaron poco a poco más votos
para su causa.
En 1933, Hitler fue elegido Canciller y un año más tarde,
el ejército juró lealtad a su Führer. Debido a que la Paz de
París

484
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

había prohibido a Alemania armarse, de manera clandestina


el nuevo gobierno montó fábricas de armamentos en la Unión
Soviética. Sus públicamente odiados enemigos, los
comunistas rusos, eran en realidad aliados secretos de los
nazis, al menos en dos aspectos: en cuanto a la industria
armamentística y en cuanto al intercambio de información
para capturar prisioneros políticos. Como los comunistas
alemanes confiaban en la URSS, solían llevar información
secreta a los agentes bolcheviques; y como los
anti-comunistas en la Unión Soviética creían en el odio de los
nazis a los soviéticos, daban información a los agentes
alemanes. El intercambio de listas entre la inteligencia nazi y
la soviética trajo buenos resultados a ambos estados
totalitarios.362
Las víctimas de los totalitarismos soviético y alemán,
previas a la Segunda Guerra Mundial, se cuentan en millones.
El trabajo esclavo para las grandes obras, puentes, centrales
de energía, edificios, etc.; la colectivización forzada del
campo y la hambruna que esto provocó; los gulags y los
ejecutados políticos, sumaron entre 1929 y 1936, provocaron
millones de muertes en la Unión Soviética.363
Además de la fabricación ilegal de vehículos panzer co-
menzada en 1934, un año más tarde los nazis, en contra del
Tratado de Versalles, restablecieron la conscripción y crearon
una fuerza aérea; en 1936, comenzaron la construcción de
submarinos; el siguiente año, ya contaban con treinta y seis
divisiones de infantería y tres divisionespanzer, sumando las
reservas, el ejército alemán ya era de más de tres millones de
hombres había aumentado treinta veces en tres años, en
1938, la Luftwaffe tenía ya treinta y cinco mil cazas, al tiempo
que se construían superacorazados y se proyectaba botar
portaaviones.
Internamente, el rearme fue muy popular, porque parecía
resolver el problema del desempleo juvenil. Además, gracias
a que la dimensión de la empresa militar alemana logró inti-
362
Cfr. Paul Johnson, Tiempos modernos, op. cit., p. 327 y sigs.
363
Cfr. Ibidem, p. 339.

485
Jorge Federico Márquez Muñoz

midar a los franceses, los alemanes reocuparon Renania sin


resistencia gala. Éste fue el inicio de la construcción de la
Gran Alemania, que avanzó sin dificultades sobre las débiles
Austria y Checoslovaquia, que contaban con muchos
alemanes étnicos que esperaban ser liberados de sus
opresivos gobiernos.
Mientras tanto, las potencias aliadas rechazaban
rearmarse, porque les había parecido muy costosa la
Primera Guerra Mundial; para gobiernos dominados por el
homo oeconomicus, los criterios fiscales eran prioridad sobre
los criterios militares. En Alemania, la población estaba
dispuesta a aceptar el sacrificio siempre que se revirtiera la
humillante situación impuesta por el Diktat de Versalles.
Hitler fue el gran amplificador del rencor popular.
Francia e Inglaterra no querían la guerra, pero los
electores germanos admiraban a su nuevo ejército. En 1939,
Alemania estaba ensoberbecida, la posibilidad de derrota le
parecía imposible. Pero cuando los nazis y los soviéticos en
conjunto invadieron Polonia, el 1 de septiembre de 1939,
Francia e Inglaterra se sintieron amenazadas y decidieron
declarar la guerra, ¡pero sólo a Alemania!
El ejército alemán tomó ochocientos mil prisioneros
polacos y el soviético, doscientos mil. En Polonia, la blitzkrieg
funcionó como una falange ofensiva, similar a la de Alejandro
pero en lugar de una caballería veloz, los alemanes contaban
con pan-zers, artillería, refuerzos aéreos y
radiocomunicaciones. Al igual que las falanges macedonias,
las de la "guerra relámpago" se concentraron en el punto
débil del enemigo.
Hitler estaba convencido de que sus tácticas y tecnología
lo llevarían a una victoria fácil contra los aliados, pensaba
incluso que no serían necesarios grandes sacrificios
económicos. Razonaba justo como los falangistas griegos,
que luchaban por periodos cortos en batallas decisivas para
no ver afectadas sus cosechas. Los resultados en Francia y
Holanda parecían confirmar el optimismo alemán, por lo que,
después de la batalla de

486
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

Dunkerque, el Führer pensó que no tenía más que esperar


que Inglaterra le hiciera una solicitud de paz; pero ésta nunca
llegó.
Hitler no dejó de soñar con la batalla decisiva, que conclu-
yera rápidamente y de una sola vez con el conflicto. Intentó
resolver la guerra con su tecnología. La Luftwaffecomenzó la
guerra aérea total, irrestricta, al bombardear ciudades. El 7 de
septiembre de 1940 se llevó a cabo el primer bombardeo
sobre Londres y como resultado, fueron incendiados todos los
muelles de la ciudad y amplias zonas a las orillas del Támesis.
El 31 de diciembre, destruyó parte de la City; el 10 de mayo de
1941, bombardeó Whitehall y Westminster, incluida la
Cámara de los Comunes; pero esta estrategia fracasó porque
la RAF resultó una buena defensora y las bajas alemanas eran
muy costosas. La economía alemana no pudo resistir este
ritmo de combates aéreos a gran escala: entre 1942 y 1943,
los alemanes tuvieron que reducir sus ataques aéreos sobre
Inglaterra a unas cuantas incursiones esporádicas.
Pero el Führer siguió confiando en la tecnología alemana,
y si no podía derrotar a sus enemigos con aviones en
Inglaterra, intentaría acabarlos con sus panzer en la Unión
Soviética. El inicio de la Blitzkrieg en Rusia fue espectacular:
tuvo seis meses de victorias en una campaña de barbarie
racionalizada y tecnologizada. Lograron capturar a más de
cinco millones de soviéticos, de los cuales tres millones
murieron por malos tratos y privaciones durante el cautiverio.
El 22 de junio de 1941, Hitler decidió atacar a la Unión
Soviética. Mucho se ha discutido esta extraña apuesta,
porque Stalin era un aliado útil por dos razones: surtía de
materias primas al ejército alemán, especialmente petróleo; y
además, después de tomar su porción de Polonia, se
mostraba satisfecho y no daba señales de que intentaría
conquistar algo más.
El almirante Raeder recomendó al Führer atacar al Imperio
Inglés en Medio Oriente, motivar a Japón a conquistar Asia y
finalmente, encontrarse con sus aliados del Eje en India. Las

487
Jorge Federico Márquez Muñoz

potencias triunfadoras habrían gozado entonces de gran


cantidad de materias primas, poblaciones, recursos
económicos, armamentos y sitios estratégicos de tal
magnitud, que habrían podido negociar con, o incluso
invadirá, Estados Unidos.364
Nada de esto ocurrió, porque Hitler decidió atacar a los
soviéticos. Tuvo entonces que luchar simultáneamente
contra Stalin, Churchill y Roosevelt, en frentes en Europa
occidental, los Balcanes, la URSS, Oriente Medio, el Norte de
África, el Mar del Norte, el Océano Atlántico y el
Mediterráneo. Al igual que la Grande Armée de Napoleón,
los ejércitos nazis fueron incapaces de sostener tantas
batallas al mismo tiempo.
En el otoño de 1942, el ejército alemán estaba
empantanado: los panzers no avanzaban en la URSS, los
submarinos no lograban bloquear en el Atlántico a los
estadounidenses e ingleses, ni la Luftwaffe contaba con
recursos suficientes para competir con los aviones
norteamericanos e ingleses. Por si esto fuera poco, los
norteamericanos comenzaron a bombardear ciudades ale-
manas, matando a miles de civiles con sus B-17, escoltados
por aviones caza intentaban desmoralizar al enemigo. A
principios de 1943, tras la derrota de Stalingrado, los
alemanes comenzaron a perder una batalla tras otra, hasta el
final de la guerra.
Hitler era un guerrero nato que equiparaba la vida con la
lucha; tenía una visión darwiniana del mundo.365 Fue sin
duda

el dirigente bélico más peligroso que ha surgido en la


civilización, ya que unía en su visión tres convencimientos
crudamente complementarios que muchas veces se dan
por separado pero que hasta entonces no se habían
conjugado en una sola mente. Él estaba obsesionado por
la tecnología bélica, con sumo interés por dominarla
minuciosamente y sostenía impertérrito el criterio de que
las armas superiores eran la clave de la victoria; con ello
364
Cfr. Ibid., p. 464 y sigs.
365 QJTLOUÍSDumont, Ensayos sobre el individualismo. Una perspectiva antropológica sobre
la ideología moderna, trad. Rafael Tusón Calatayud, Madrid, Alianza, 1987 (primera
edición en francés, 1983), p. 177 y sigs.

488
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

se enfrentaba radicalmente a la tradición del ejército


alemán que daba primacía a la capacidad de combate del
soldado y a la capacidad profesional del Estado Mayor
para lograr la victoria. Pero es que, además, creía en la
preeminencia de la clase militar, a la cual en sus mensajes
políticos al pueblo alemán atribuía un implacable
contenido racial. Y, por ende, era un clausewitziano
convencido que realmente veía en la guerra una
continuación de la política sin ver diferencia alguna entre
ambas [...].
Las armas revolucionarias, la ética del guerrero y la
filosofía de Clausewitz de incorporar lo militar a los fines
políticos, estaba todo encaminado a lograr que, bajo el
mando de Hitler, la guerra en Europa entre 1939 y 1945
alcanzara un nivel absoluto como jamás había soñado
caudillo alguno, ni Alejandro, ni Mahoma, ni Gengis Kan, ni
Napoleón.366

El otro gran escenario de la guerra fue el Océano Pacífico: Ja-


pón fue uno de los ganadores de la Primera Guerra Mundial,
pero al igual que Italia, quedó inconforme con los Tratados de
París. En 1937, los japoneses contaban con una fuerza
marina de seis portaaviones y decidieron atacar China,
después fueron sobre Malasia y las Indias Orientales; Japón
tenía, en los primeros seis meses de 1942, el control sobre
una extensión enorme del Pacífico y del Sureste Asiático.
Estados Unidos pidió a los japoneses abandonar sus
pretensiones imperiales, pero tales peticiones fueron
desoídas.
El éxito llevó a los nipones a empujar un nivel más arriba el
desafío a Estados Unidos. El 7 de diciembre de 1941 los
pilotos de la primera flota aérea japonesa atacaron Pearl
Habor. Los japoneses eran un pueblo de tradición guerrera:
en el siglo xm, habían detenido, ayudados por un oportuno
tifón, el avance de los mongoles. Sin embargo, losjaponeses
eran guerreros con un cariz primitivo, practicaban un estilo de
combate "ritualizado y eran amantes de la habilidad en las
artes marciales como medio
366
John Keegan, op. cit., pp. 442-443.

489
Jorge Federico Márquez Muñoz

definitorio de categoría en una sociedad en la cual quienes


estaban desarmados permanecían subordinados al mando
de los samurai".367En el siglo xvi, establecieron su primer
contacto con los portugueses y de ellos aprendieron a
fabricar armas de fuego. En sólo unas cuantas décadas,
había ejércitos enteros con cañones y mosquetes
amenazando a los samurais,

cuyo capital marcial dependía de una base espiritual


antitecnológica, xenófobá y antimoderna. Como reacción a
la nueva tecnología, los señores feudales fueron
desarmando gradualmente a las poblaciones y evitaron la
importación de nuevas armas como parte de un rechazo
general a cualquier tipo de influencia extranjera. A
principios del siglo xvn Japón prohibió casi todas las
exportaciones y los navios transoceánicos. El cristianismo
se convirtió en una religión ilegal y la mayoría de los
extranjeros fueron deportados. Hacia 1635 Japón volvió a
quedar completamente aislado de todo contacto con los
bárbaros malolientes y narizotas, situación que habría de
prolongarse hasta la llegada del comodoro Matthew Perry a
la bahía de Tokio.368

Con la prohibición vigente desde el siglo xvn acerca de las


armas de fuego, el comercio extranjero y el cristianismo se
perpetuó el orden social de los samurais; pero en 1853,

los cañones y los proyectiles del comodoro Perry, su flota


de buques de vapor y sus marines equipados con fusiles
convencieron a los japoneses de que tenían que admitir la
llegada de barcos extranjeros. [En 1854] los japoneses
suscribieron un tratado formal que permitía a los barcos
norteamericanos el acceso a sus aguas y la libre
navegación por los mares que rodeaban las islas
japonesas. Varias naciones europeas siguieron el ejemplo
de Perry y comenzaron a comerciar con Japón y a
introducirse en todo el

367
Ibidem, p. 447.
368
Víctor Hanson, op. cit., p. 393.

490
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

subcontinente asiático. Pero esta humillación dio origen a


un cambio radical. Contrastando con el resentimiento de
China y el sureste asiático, los japoneses reaccionaron a la
invasión extranjera tratando de ponerse a la par y no sólo
con rencor, admitiendo que para una potencia imperial era
una locura dar la espalda a la ciencia occidental. Tras
algunos esfuerzos inútiles por resistirse, la cultura japonesa,
inmersa en una revolución material e ideológica
generalizada y sin precedentes, comenzó a adoptar los
métodos de fabricación y las prácticas bancarias
occidentales a gran escala.369

En 1866, los japoneses adoptaron armas, tácticas e ideas


políticas occidentales; sus élites incentivaron un nacionalismo
militarista que incluía versiones modernizadas del shinto y el
bushido. Todo esto llevó a una terrible serie de guerras civiles
en las cuales

los samurais rurales que rechazaban el programa de


reformas fueron aplastados por ejércitos en los que por
primera vez se alistaron plebeyos. El régimen victorioso,
dominado por las familias feudales que habían propugnado
la necesidad del cambio, procedió a introducir en Japón las
instituciones que sus enviados al mundo occidental habían
determinado que eran las que constituían la fortaleza de los
países visitados: en el sector económico, la industria de
fabricación en serie; en la vida pública, una marina y un
ejército con reclutamiento obligatorio y dotadas de las
armas más modernas, incluidos acorazados, que ya en
1911 se construían en los astilleros del país.370

La última revuelta samurai se llevó a cabo en 1877, en


Satsu-ma, donde los guerreros tradicionales pelearon con
catanas y mosquetes de llave de mecha, fueron destruidos
por el ejército del emperador, instruido y armado como si
fuera una armada
369
Ibidem, p. 394.
370
John Keegan, op. cit.yp. 448.

491
Jorge Federico Márquez Muñoz

europea.
Japón había comprendido entonces que, si quería
efectividad en el campo de batalla, debía emular a los
imperios europeos; pero, ¿a cuál de todos ellos? Primero se
creyó que Francia era el ejemplo a seguir, por lo que se
compraron fusiles y cañones a los galos; y en 1871, cuando
Alemania derrotó a Napoleón ni, los soldados japoneses
comenzaron a desfilar a paso de oca y aprendieron las
tácticas prusianas. En cuanto a la marina, eligieron seguir a
los ingleses, pero la imitación no fue exclusivamente en el
ámbito militar: las artes, letras, ciencia, moda, y sobre todo la
industrialización y la banca, también evolucionaron siguiendo
el patrón occidental.
El resultado de tal transformación fue muy profundo en el
terreno geopolítico: en 1894, expulsaron a China de Corea;
en 1900, la fuerza expedicionaria nipona fue muy eficaz en
China al luchar contra los bóxers; en 1904-1905, derrotaron a
Rusia en una guerra por el control de Manchuria. El ejército
japonés también fue capaz de invadir China y en la Segunda
Guerra Mundial, de conquistar un enorme -aunque efímero-
imperio en el Pacífico y el Sureste de Asia.
Sin embargo, la estrategia nipona contra los
estadounidenses en 1941 no era racional: al igual que los
ejércitos nazis, los del Sol Naciente se sobre-extendieron; la
industria estadounidense demostró su superioridad en cada
terreno sobre el bravo soldado japonés. Pero la obstinación
de los guerreros nipones, ejemplificada con la resistencia en
Tarawa (1943),371hizo que cada victoria resultara muy
costosa para los estadounidenses, tanto en términos
económicos como de vidas.372 Pese al poderío destructivo de
los bombardeos estratégicos, Estados Unidos y sus aliados
no habían logrado que los alemanes se rindieran

371
Donde los cinco mil soldados japoneses apostados lucharon hasta quedar sólo
ocho.
372
El Estado Mayor estadounidense calculó que morirían un millón de norteame
ricanos en la toma de las islas de Japón.

492
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

sino hasta ser invadidos.373 ¿Por qué pensar que los


japoneses, cuyo fanatismo patriótico era superior al de los
alemanes, se rendirían con esta táctica?374
La solución era la bomba atómica. En 1939, Einstein ad-
virtió a Roosevelt del peligro de esta arma, que entonces no
existía sino como teoría pura. Como los espías aliados creían
que Alemania estaba cerca de fabricarla, estadounidenses e
ingleses, apoyados por científicos exiliados de Alemania y de
los territorios ocupados por Hitler, comenzaron a fabricarla. El
poderío industrial norteamericano y las mentes de algunos de
los mejores físicos de Europa, se conjuntaron en el Proyecto
Manhattan. Dos bombas fueron lanzadas sobre Japón:

El golpe, asestado primero en Hiroshima el 6 de agosto de


1945 y tres días después en Nagasaki, causó la muerte de
103 000
373
"No se había logrado rendir a Alemania con los bombardeos estratégicos, y eso
que en los últimos meses del conflicto europeo la ofensiva combinada
angloamericana
había detenido la producción de todas las fábricas alemanas de petróleo sintético,
única fuente de abastecimiento, dejando parados sus ferrocarriles, y cuando ya por
aquellas fechas los ejércitos angloamericanos habían desembarcado en Francia en
junio de 1944 y el ejército rojo, que simultáneamente había roto el último frente
defensivo de la Wehrmacht en la Rusia blanca, combatía en territorio alemán [...].
La ofensiva de bombardeos también había pasado por una fase de desgaste en 1943
1944, cuando al perderse durante las misiones aéreas el cinco y a veces el diez por
ciento de las tripulaciones, la moral aliada se había visto afectada y se había estado
a punto de admitir la superioridad aérea alemana por sus cazas y sus defensas anti
aéreas". John Keegan, op. cit.yp. 449.
374
"Estados Unidos había ya desarrollado una infinidad de medios técnicos
avanza
dos contra Japón en un esfuerzo por erosionar su resistencia mediante la potencia de
fuego; su flota de portaaviones, superior en número y enérgicamente dirigida en las
batallas del mar del Coral y de Midway, había restablecido en 1942 el equilibrio naval
en el Pacífico; y a partir de entonces su tamaño había crecido de tal forma entre 1941
y 1944 Estados Unidos botó veintiuna unidades contra sólo cinco el Japón que a esas
alturas del conflicto la flota americana del Pacífico podía desplazarse prácticamente a
su
gusto, apoyada por navios de abastecimiento que le permitían permanecer
navegando
semanas enteras. A finales de 1944, la fuerza submarina americana había hundido a
la mitad de la flota mercante japonesa y a dos tercios de sus buques cisterna, y en el
verano de 1945 su fuerza aérea estratégica se consagró a una campaña de incendio
sistemático de las ciudadesjaponesas construidas en madera, como consecuencia
de la
cual quedó reducido a cenizas el sesenta por ciento de las sesenta principales
ciudades
niponas. Pero aun así se seguía dudando, con excepción de los generales de la
fuerza
aérea, de que los bombardeos obligaran a rendirse al Japón". Ibidem, pp. 448-449.

493
Jorge Federico Márquez Muñoz

personas. Conminado a cesar toda resistencia o esperar una


lluvia destructora por aire, el emperador del Japón dirigió por
radio a su pueblo el 15 de agosto un mensaje anunciando que la
375
guerra había terminado.

Alemania y Japón, imperios de gran peligrosidad desde el último


tercio del siglo xix hasta 1945, comenzaron la reconstrucción de su
historia, en el caso de los germanos. El historiador Christian Graf
von Krockow se pregunta cómo

podemos explicarnos que gente que es normal en su vida


privada, que ha sido criada como Bürger, se transforme cuando
se pone el uniforme, se emborrache de la voluntad de poder y
llegue a la barbarie cuando se le ordene que lo haga. El
sociólogo alemán Helmut Plessner escribió un libro publicado
en 1935, titulado La nación atrasada. Ahí, argumentaba que la
historia de Alemania no ofrecía a los alemanes un sentido de
auto-valoración ni les enseñaba a preferir la responsabilidad
personal sobre la obediencia. Heinrich Heine en Sobre la historia
de la religión y la filosofía en Alemania, advierte que la rabia
enfurecida de los alemanes ha sido domada pero no destruida
por la religión y que, en tanto la religión se debilite y sea
reemplazada por nuevas ideologías revivirá, y un drama será
realizado en Alemania, y será de tal magnitud que lo ocurrido
376
durante la Revolución Francesa parecerá un idilio inofensivo.

Krockow dice que todo esto parece enfatizar el tipo-ideal es-


quizofrénico alemán, la doble vida que millones de germanos
vivieron entre 1933 y 1945; sin embargo, menos típicos son
aquéllos que llevaron un tipo distinto de doble vida,

los miembros de la resistencia alemana, que llevados por un


patriotismo profundo creían que Alemania no debería ganar la

375
Ibid., p. 451.
376
Cfr. Robert Craig, op. cit.

494
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

guerra de Hitler. Entre ellos estuvo Helmuth James von Moltke,


bisnieto sobrino del general victorioso de Kóniggrátz, en 1866.
Aunque sus convicciones le hicieron imposible colaborar con
aquellos miembros de la resistencia que organizaron el complot
para asesinar a Hitler, Moltke trabajó sin descanso para llevar a
clérigos, laicos y soldados a conferencias secretas con el
propósito de planificar una nueva Alemania post-hitleriana. Por
ello, fue arrestado y ejecutado. En una carta a su esposa, de
agosto de 1941, Moltke escribió:
Las noticias del Este son, de nuevo, terribles. Nuestras
bajas son obviamente muy, muy pesadas. Pero eso podría ser
soportado sino cargáramos con una hecatombe de cadáveres.
Una vez más escuchamos reportes de que, las condiciones en
que prisioneros yjudíos son transportados, provocan que sólo el
20% llegue vivo a su destino. El destino no es mejor: campos de
prisioneros de guerra, hambre, tifo, epidemias, agotamiento.
¿Qué sucederá cuando la nación como un todo se percate de
que la guerra está perdida, y perdida de una manera distinta a la
última? ¿Cuándo enfrentemos una economía arruinada?
Podremos expiar la culpa por la sangre que derramamos?, ¿será
el hombre capaz de destilar con su arrepentimiento tantas penas
para, gradualmente, volver a tener la fuerza de vivir? O ¿todo se
377
hundirá en el caos?

Hoy podemos responder que los alemanes han logrado renacer: la


destrucción del Reich de los nazis liberó a la República Federal,
transformó a la nación en una democracia tan poderosa que ha sido
capaz de absorber a millones de alemanes que vivieron bajo una
experiencia totalitaria continua desde 1933 hasta 1989. La
experiencia japonesa de la posguerra fue también muy exitosa. Los
norteamericanos tuvieron mucho qué ver. MacAr-thur se convirtió
en un déspota ilustrado y bajo su supervisión se elaboró una
Constitución que retomaba los mejores aspectos de la inglesa y la
estadounidense; lo mismo hizo Adenauer, un
3
" Cfr. Ibidem.

495
Jorge Federico Márquez Muñoz

año después y de Gaulle en 1957. Se trataba de producir


equilibrios entre el Ejecutivo y el Legislativo, y entre los
poderes central y locales. Asimismo, se formaron sindicatos
libres del poder estatal, una prensa libre y una policía bajo
control de las autoridades civiles estatales. El ejército fue
abolido.
En esta nueva Constitución, el Estado fue concebido para
los ciudadanos, no al revés: fue el final formal del falso
holismo japonés y el inicio hacia la ruta del individualismo y la
envidia banalizada; la familia se convirtió en un valor central y
esto restó toda posibilidad de ascenso a las fuerzas
totalitarias. La reforma agraria implicó la entrega del 90% del
territorio japonés a 4.7 millones de arrendatarios, esto
incentivó la creación de comunidades locales fuertes y la
formación de una democracia de propietarios. El Poder
Judicial y la Suprema Corte quedaron al servicio de la
defensa de los derechos individuales contra los poderes del
Estado.
La democracia japonesa fue capaz de reformarse gracias
a la estabilidad parlamentaria, producto de la alianza entre
liberales y conservadores "cuyas fracciones internas,
creadas a ejemplo de las familias amplias, aportaron
flexibilidad y cambio, pero cuya unidad externa brindó a la
economía del país un marco empresario libre y consistente".
Esto fue también lo que ocurrió en Alemania y Francia
durante la posguerra.378
En Japón el líder análogo a los re-constructores de
Europa occidental, Adenauer, Gasperi y de Gaulle, fue
Yoshida Shigeru, un diplomático que desde hacía décadas
se había opuesto al totalitarismo y que se convirtió en Primer
Ministro entre 1946 y 1954.379
A partir de 1953 el PIB de Japón comenzó veinte años de
crecimiento vertiginoso. El milagro japonés se basó en la pro-
ducción y exportación de automóviles, radios, relojes,
televisiones, cámaras y los más modernos gadgets. A inicios
de los años
378
Cfr. Paul Johnson, Tiempos modernos, op. cit., pp. 895-896.
379
Cfr. Richard Nixon, Líderes, trad. Elias y Enrique Hegewicz, México, Planeta.
1987 (Iaed. en inglés, 1982), p. 83 y sigs.

496
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

ochenta producía más de la mitad de los coches, superando a


Estados Unidos. En esa misma década producía tanto acero
como Estados Unidos y la Unión Europea y su renta per
cápita superaba el promedio de sus competidores
occidentales; fue la segunda economía del mundo hasta la
primera década del presente siglo, ahora es la tercera. A
finales de los ochenta comenzó a también a crecer su sector
financiero.
Con sus enormes excedentes los nipones invirtieron en
tres ámbitos: 1) compraron bonos del tesoro de Estados
Unidos, mismos que permitieron a la nación americana
afrontar el déficit de ese periodo. Tal y como ocurriría en la
primera década del siglo xxi con la compra de deuda por parte
de los chinos; 2) invirtieron en empresas de Estados Unidos e
incluso, en ocasiones las absorbieron; 3) invirtieron en
Australia para asegurarse materias primas; 4) también lo
hicieron en Gran Bretaña para evadir las barreras
arancelarias de la Unión Europea. Hacia inicios de los
noventa Japón tenía la principal cartera mundial de
inversiones.
Estados Unidos y la Unión Europea han acusado de
tramposo a Japón y mediante cuotas compensatorias lo han
excluido de algunos negocios, como la reconstrucción de
Kuwait después de la invasión iraquí de principios de los
noventa. Japón ha resistido, pues al ser uno de los ganadores
de la economía global, prefiere mantener la estabilidad.

16. La Guerra Fría

Tras el fracaso monumental de las potencias del Eje durante


la Segunda Guerra Mundial dos modelos avanzaron: el de la
democracia liberal bajo la égida estadounidense y el del
totalitarismo soviético-chino.
Las potencias occidentales promovieron el modelo de la
envidia banalizada al interior y durante la vida diaria de la
mayoría

497
Jorge Federico Márquez Muñoz

de la población, al tiempo que alentaron la envidia ideológica


en materia de política exterior y en tiempos electorales.
En el periodo inmediato a la posguerra y hasta los años
sesenta, la Unión Soviética, China y los satélites del
comunismo, se vieron inmersos en un estado de envidia
temible y consideraron que el método para la contención de
la violencia interna sería la represión, el encapsulamiento
artificial o falso holismo. Esta fue una política llevada a cabo
mediante: (1) la prohibición para la mayor parte de la gente
de tener contacto con extranjeros; (2) la concentración del
poder económico y político en manos de la élite del Partido
Comunista; y (3) la instauración de condiciones especiales
de encierro de las élites,380 lo que reducía aún más la
posibilidad de movilidad social.
En la medida en que las condiciones de la envidia temible
provocaban la molestia de millones de soviéticos, chinos y de
los habitantes de sus satélites, se hacía más necesario tener
una política exterior activa, que fomentara la envidia
ideológica. Se podía así culpar a las naciones capitalistas de
todos los males internos.
En los años setenta, tanto la URSS como China habían
logrado la estabilidad, así fuera a través del terror y la
propaganda. Ahora podían aspirar a competir con los
envidiados niveles de consumo de los países capitalistas.381
380
Como la creación de villas para evitar que la gente viera sus lujosos estilos de
vida.
3Hi «£n juiio de 1959, el vicepresidente [...] Richard Nixon viajó a Moscú para inau-
gurar una exposición que era un escaparate de los logros tecnológicos y materiales
de su país. La exposición la protagonizaba una réplica tamaño natural de la casa del
trabajador medio norteamericano: [...] tenía una televisión en el salón, cuarto de
baño propio en dos de los dormitorios, calefacción central y cocina con lavadora,
secadora y nevera.
[...] Al informar sobre la exposición, la indignada prensa soviética se negó
furiosamente a aceptar que un trabajador corriente estadounidense viviera con ese
lujo y [...] aconsejó a sus lectores que rechazaran el acto de propaganda que toda
ella representaba".
"Cuando Nixon paseó a Ni kita Jruschov por la exposición el líder soviético se
mostró igualmente escéptico. Desde fuera de la cocina de esa imitación de casa
Jruschov atisbo un exprimidor eléctrico y le comentó a Nixon que nadie en su sano
juicio querría adquirir esos estúpidos artefactos".
"Todo aquello que reduzca el trabajo de la mujer debe ser útil, contestó Nixon".

498
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

En China la liberalización económica avanzó lentamente


pero sin titubeos (aunque no pasó lo mismo con la política).
Los soviéticos intentaron ambas liberalizaciones, pero de
manera vacilante. Tras la caída de la URSS, Rusia implemento
la instauración vertiginosa de las dos reformas.
Como la política exterior de las superpotencias a lo largo
de la Guerra Fría era incendiaria, se podía pensar en el inicio
de la Tercera Guerra Mundial. Sin embargo, el cálculo de los
costos de tal conflicto era la "Destrucción Mutua Asegurada".
El desarrollo de las armas altamente destructivas llevó a una
política prudente, "disuasoria". No habría más
enfrentamien-tos entre potencias, al menos no entre aquéllas
que tuviera o pudiera adquirir bombas atómicas.
La importancia de estas bombas atómicas fue psicológica:
"las armas nucleares pueden servir a los fines políticos no por
su empleo, sino por el mero peligro que su uso representa".382
A lo largo de la historia el hombre ha buscado limitar la
guerra, ya sea mediante rituales o leyes. Pero en la medida
en que se volvía más destructiva, durante los siglos xvm al xx,
las consideraciones legales fueron dejadas de lado y se
impuso el realismo, es decir, la guerra sin límites morales ni
jurídicos,
"No pensamos en las mujeres como trabajadoras, como hacen ustedes en el
sistema capitalista, comentó Jruschov".
"Esa noche Nixon fue invitado a participar en un programa de la televisión
soviética y aprovechó la oportunidad para hablar largo y tendido sobre las
ventajas de la vida en Estados Unidos. [...] Comenzó hablando de [...] progreso
material. Nixon explicó que los países occidentales, en sólo unos cientos de
años, habían logrado, mediante la iniciativa empresarial y la industria, superar
la pobreza y el hambre que habían existido hasta el siglo xvn, y que aún
seguían padeciendo muchas partes del mundo. Informó a los televidentes
soviéticos, que en muchos casos ni siquiera tenían baño o tetera propios, que
los estadounidenses de esa época poseían cincuenta y seis millones de
televisores y ciento cuarenta y tres de aparatos de radio. Alrededor de treinta y
un millones de familias tenían casa en propiedad. La familia promedio
estadounidense podía comprarse anualmente nueve vestidos o trajes y catorce
pares de zapatos. En Estados Unidos se podía tener una casa de mil estilos
arquitectónicos diferentes. La mayoría de ellas eran más grandes que un
estudio de televisión. Un Jruschov furioso se sentó junto a Nixon, apretó los
puños y profirió: ¡Niet! ¡Niet!". Alain de Bottom, Status Anxiety, Australia,
Hamish Hamilton, 2004, pp. 33-34. 382 John Keegan, op. cit., p. 454.

499
Jorge Federico Márquez Muñoz

llevada a cabo o evitada por consideraciones maquiavélicas.


No es que no hubiera intentos de las élites internacionales383
por limitarla, sino que simplemente no se les hizo caso hasta
el final de la Segunda Guerra Mundial. Las convenciones de
Ginebra (1864), la Haya (1907), el Pacto de París (1921) y la
Carta de la Organización de las Naciones Unidas (1945)
fueron intentos por desarrollar un freno jurídico a la guerra,
pero lo que no pudo hacer el derecho internacional lo logró el
realismo con las súper-armas. De cualquier manera estamos
en el terreno de la envidia temible, que no es frenada por
convicción o indiferencia, sino por miedo y cálculo racional.
Los conflictos se trasladaron a las periferias de los
imperios soviético, chino y estadounidense. En Europa
Oriental, Central y los Balcanes las tensiones no llegaron a
un enfrentamiento bélico entre las potencias. El reparto de
las zonas de influencia capitalistas y socialistas se había
originado ya durante el final de la Segunda Guerra Mundial.
Pese a que los comunistas querían gobernar Grecia, los
soviéticos decidieron no dar su apoyo a los rebeldes y se
instauró un régimen pro-occidental. Lo mismo puede decirse
de Checoslovaquia, Hungría, Polonia y Yugoslavia, que no
deseaban ser gobernados por élites comunistas, pero no
encontraron el apoyo de Occidente.
Otras regiones del mundo eran más inestables. Sobre
todo aquéllas que habían sido recientemente
descolonizadas. Sta-lin, Churchill, Roosevelt y Truman no se
repartieron ni con acuerdos ni con tanques la influencia sobre
las recientes naciones de Asia y África. Vietnam, Camboya y
Laos eran zonas de frontera para el imperio chino y se
convirtieron en lugares de disputa. También lo fueron
decenas de naciones africanas. En estos nuevos países se
luchó por superar el orden colonial, que implicaba la
combinación de la envidia tradicional384 con

383
Muchas veces presionadas por sus poblaciones.
384
Instaurado por una combinación de poderes vernáculos tradicionales y
poderes
clientelares locales de imperios anteriores a los europeos.

500
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

la envidia temible.385 Pero lo que surgió en su lugar no fue la


envidia banalizada sino una nueva combinación, ahora de la
envidia temible con la envidia ideológica. En muchos de los
nuevos estados hubo una combinación explosiva de:
1) nacionalismo, impulsado por los japoneses en Asia du-
rante la Segunda Guerra Mundial;386
2) el ejemplo de Vietnam, donde se demostró lo eficaz que
pueden ser las luchas campesinas en contra de los ejércitos
de las potencias, aparentemente muy superiores;387 y
385
Impuesto por los colonizadores europeos mediante el encapsulamiento
artificial
y la brutalidad.
386 «La destrucción por parte de Japón de los imperios occidentales en Asia y
la humi
llación sufrida por los gobernadores y colonos occidentales ante sus anteriores
subditos
hicieron que después de 1945 la única manera de restablecer el colonialismo
fuese, si
acaso, por la fuerza. Los ingleses consideraron que era inútil el esfuerzo en
Birmaniay
concedieron la independencia al país en 1948, y se dieron cuenta de que el
alzamiento
de origen comunista surgido aquel mismo año en Malasia sólo podía
contrarrestarse
prometiendo a la población un autogobierno a condición de que apoyaran la
campaña
de contrainsurgencia. Los holandeses cesaron en seguida en sus intentos de
restablecer
el colonialismo en las Indias Orientales donde, igual que en Birmania, había
arraigado
en el pueblo un movimiento independentista fomentado por los japoneses".
"Sólo Francia adoptó una política distinta, enfrentándose en Indochina a
un partido nacionalista de inspiración comunista que había obtenido armas de
los japoneses, y envió allí una fuerza expedicionaria para restablecer el
régimen imperialista de antes de la guerra; pero nada más llegar en 1946 se vio
empantanada en una guerra de guerrillas con un enemigo que demostró una
gran habilidad y tenacidad en la lucha". John Keegan, op. ciL, p. 451.
387
Entre 1948 y 1950 Mao derrotó al gobierno de Chang Kai-shek,
empobrecido
por ocho años de ocupación japonesa. Mao "ganó con tácticas
convencionales, pero
durante los ocho años pasados en el campo pudo perfeccionar su filosofía
bélica
en la que la tradicional estrategia china de evasión y demora cobró más fuerza
a la
sombra de la convicción marxista en la inevitabilidad del triunfo
revolucionario.
Esta estrategia, trasladada a Indochina, donde el terreno favorecía
enormemente
las operaciones basadas en la sorpresa, las ofensivas puntuales y la retirada
rápida
la guerra prolongada, como el propio Mao había bautizado al método, fue
minando
activamente la resistencia de la fuerza expedicionaria francesa. En 1955 el
gobierno
francés abandonó la lucha y cedió el poder al Viet Min [...]".
"El ejemplo del Viet Min prendió en la conciencia de los subditos del resto
de las colonias europeas, que se levantaron en armas, en particular en el norte
de África, igual que en los dominios británicos de Arabia y en los portugueses
de África. Durante la década de los sesenta el imperialismo europeo fue
derrotado en todos los frentes, muchas veces incluso en colonias que se
hallaban en paz. El viento de cambio que sopló contra el dominio europeo fue
lo bastante fuerte para hacer añicos la confianza de las potencias marítimas
europeas". Ibidem, p. 452.

501
Jorge Federico Márquez Muñoz

3)la imitación de Occidente en materia de modernización


de los ejércitos, lo cual fortaleció a la clase militar, que en
muchas ocasiones tomó el poder y usó la guerra para
mantenerse en él; se creó entonces una mentalidad de
cercamiento, en la que el "enemigo exterior", real o
imaginario, amenazaba todo el tiempo a la nación.388
Todo esto fue distinto en Japón y en los Tigres Asiáticos,
donde Estados Unidos estableció un control sin contrapesos
y comenzó un acelerado desarrollo económico que vinculaba
profundamente a estas islas del Pacífico y a Corea del Sur,
con Estados Unidos. Aquí, se combinaron la envidia
tradicional y la envidia banalizada: el orden perfecto para
hacer funcionar el capitalismo, al basarse en la autodisciplina
y los pequeños goces.
En los años cincuenta y sesenta, tras el ascenso del
peronismo y después con la Revolución Cubana,
Latinoamérica también se convirtió en un escenario de la
Guerra Fría. Ambas potencias financiaron a sus
simpatizantes: fue una época de guerrillas,
contrainsurgencias, golpes de Estado, gobiernos militares y
revoluciones. Para evitar la instauración del comunismo
Estados Unidos apoyó regímenes de corte totalitario,389 pero
abiertos a las inversiones capitalistas.
En Nicaragua y El Salvador, donde los comunistas eran
más fuertes, el apoyo estadounidense a los
contrainsurgentes escaló aún más unas guerras que
concluyeron con consecuencias desastrosas para la región.
388
La militarización al estilo occidental de los nuevos Estados
independientes de
Asia y África en el periodo de Posguerra ha traído "efectos siniestros: gastos
exor
bitantes de armamento, supeditación de los valores civiles a los militares,
abuso de
las élites militares y hasta recurso a la guerra. Era también de esperar que la
mayor
parte del centenar aproximado de ejércitos creados después de la
descolonización
fuesen de poca valía objetiva militarmente; la transferencia de tecnología
occidental,
un eufemismo para hacer referencia a las ventas interesadas de armamento
de los
países ricos a los países pobres, que rara vez pueden permitirse el
desembolso, no
supuso una transmisión de la cultura que tan mortíferas hace esas armas
modernas
en manos occidentales". ídem, p. 452.
389
Sin competencia electoral, con hiperconcentración del poder económico
y
político en una élite, generalmente militar.

502
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

17. El mundo contemporáneo

Cuando concluyó la Guerra Fría, con la caída de la Unión


Soviética y la decisión de China de liberalizar su economía,
comenzaron las "transiciones democráticas" y las
"liberalizaciones económicas". Pero éstas significaron cosas
muy distintas en momentos y lugares diferentes.
Hemos visto que a lo largo de su historia Occidente ha
impulsado una mentalidad de compasión universal igualitaria,
conformada desde abajo (i.e. a causa de la reforma hoplita y
el cristianismo en sus primeras fases) y desde arriba (i.e. la
lucha contra el paganismo por parte de la Iglesia). Sin
embargo, también hemos encontrado que, con las nociones
de periferia y frontera, el comportamiento occidental -aún de
sus democracias más avanzadas-, hacia sus enemigos, ha
sido brutal. La paradoja en su máxima expresión es la
formación de repúblicas imperiales. Hacia adentro el
liberalismo y el igualitarismo y hacia afuera, un orden con
rasgos totalitarios.
La cuestión ha sido entonces, para quienes pertenecen a
una periferia, "estar adentro", porque así se evitan las peores
consecuencias e incluso, se obtienen las ventajas propias de
la cooperación obligatoria. Muchas naciones lo han logrado.
Por ejemplo Japón, que después de fracasar en sus intentos
por crear su propia versión de imperio global, adoptó tanto la
democracia como el libre comercio. Así, se ha ganado la
confianza de Occidente y ha prosperado en las últimas siete
décadas. China intenta algo similar, pero sólo a través de los
vínculos comerciales. Ha dejado entonces de ser un total ex-
traño para Occidente, pero sólo es un parcial conocido y aún
las relaciones son tensas. Europa Oriental ha adoptado,
desde la caída del comunismo, un proceso acelerado de
transición a la democracia y al libre mercado.
Aunque en ocasiones utilizan una retórica anti-occidental,
las naciones de América Latina han hecho enormes
esfuerzos

503
Jorge Federico Márquez Muñoz

por "estar adentro". A Hugo Chávez le preocupa estar en el


poder de manera democrática y sobre todo, mantener la
economía venezolana integrada al comercio global.
En el África subsahariana ocurre una situación análoga.
Pero ahí el fracaso de la democratización es de tal magnitud
que en lugar de "estar adentro de igual a igual", las naciones
africanas buscan la compasión desde arriba, es decir, la
condonación de la deuda y los beneficios de los programas
asistencialistas internacionales.
Las élites de Medio Oriente también han buscado la
gracia de Occidente en los mercados, pero temen a la
democracia, pues consideran que los fundamentalistas
ganarán las elecciones (tal y como ocurrió en Egipto en 2012
y en Argelia en las últimas décadas). Aquí, Estados Unidos
ha contribuido a ralentizar los procesos democráticos, pues
considera que de instaurarse regímenes dominados por una
tiranía de las mayorías, la democracia adquirirá tonos
siniestros. Así es que en Medio Oriente, Estados Unidos
lucha sólo por mantener vínculos diplomático-comerciales.
Así, las naciones islámicas no se convierten en "alteridades
radicales" capaces de una guerra extensiva. Ese fue ya el
caso del Irak de Saddam Hussein.
En fin, en el mundo no occidental, el intercambio de ca-
pitales, servicios y mercancías, los acuerdos diplomáticos, la
cooperación internacional y sobre todo las migraciones,
contribuyen también a que el ente otrora temido (i.e.
comunista, salvaje, subdesarrollado, etc.) deje de ser un otro
enigmático para integrarse a la simpatía envidiosa descrita
por Smith.
Pero esto no siempre ocurre así. La visión liberal de que
los pueblos serán hermanos siempre que compartan cierto
nivel de civilización y tengan vínculos comerciales, es
traicionada por la realidad. Las migraciones masivas
despiertan la xenofobia390 y hacen renacer la noción orgánica
del pueblo. Con el trato
390
Cfr. Michelle Vyoleta Romero Gallardo, Integración multicultural: el reto de
la inmigración para la Unión Europea, Saarbrücken, Editorial Académica Española,
2012.

504
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

injusto a los inmigrantes vemos el fenómeno de periferización


en el interior mismo de las naciones desarrolladas.
En la actualidad vemos a las naciones y a las élites de las
potencias mundiales y regionales en tensión a propósito de
dos tendencias contradictorias: la integración y la exclusión
de las periferias.
De acuerdo al primer modelo todos deberían estar
adentro, instaurar un sistema democomercial de compasión
universal igualitaria. Es decir, se buscaría llevar el
desencapsulamiento hasta la banalización de la envidia. Esta
es la agenda de los desarrollistas como Jeffrey Sachs.391
Por el contrario la segunda opción, la de los
periferizadores, busca excluir a algunos que ya estaban
adentro y mantener afuera a quienes aún no entraban. Son
los promotores de las medidas del empobrecimiento y la
desigualdad, que prefieren vivir encerrados en guetos para
ricos que repartir un poco del pastel. Para ellos, la agenda
fundamental es la de la seguridad. Sus partidarios son
quienes, en opinión de Ted Nace, organizaron la "revolución
de los jefes", que comenzó en los años setenta del siglo xx.392
Para Robert Kaplan esto generará un periodo de anarquía,
que ya ha comenzado en las grandes urbes del Tercer Mundo
pero que terminará por alcanzar a las ciudades del mundo
desarrollado. La proliferación de los cuerpos privados de
seguridad y el distanciamiento físico son una señal de que los
partidarios de esta visión del mundo están preparándose para
un largo periodo de envidia temible, siempre que ésta les
permita mantener sus privilegios.393
El discurso desarrollista parecía dominar la agenda
mundial en la Posguerra, sin embargo, desde los años
setenta y con el fin

391
Cfr. Jeffrey Sachs, Economía para un planeta abarrotado, trad. de Ricardo
García
Pérez, Colombia, Debate, 2008, p. 17 y sigs.
392
Cfr. Ted Nace, op. cit., p. 112 y sigs.
393
Cfr. Robert D. Kaplan, La anarquía que viene La destrucción de los sueños
de la pos
guerra fría, trad. Jordi Vidal, Barcelona, Ediciones B, 2000 (Iapublicación en
inglés,
1994), p. 21.

505
Jorge Federico Márquez Muñoz

de la Guerra Fría, ha tenido que competir con el de los


perif-erizadores; o como lo planteó el debate entre Robert
Kaplan y Michael Ignatieff a finales de los años noventa, hay
dos visiones del mundo: "los cristianos y los paganos".
La primera es la visión de los desarrollistas, de una parte
importante de la élite de los partidos socialdemócratas eu-
ropeos continentales, los laboristas de los países
anglosajones y el demócrata en Estados Unidos. La suya es
justo la noción que extiende la compasión universal
igualitaria. La segunda, es la agenda de los halcones, que
está dispuesta a convertir en frontera, sacrificar o
simplemente ignorar todo aquello que considera un problema
demasiado complejo para ser resuelto. De acuerdo a esta
forma de ver las cosas, Estados Unidos no debió haber
intervenido en Kosovo, pues los Balcanes siempre han sido
un polvorín irremediable.
El ascenso de los periferizadores tuvo lugar en un
contexto en el cual los desarrollistas habían cometido
numerables excesos. Kennedy y Johnson habían intervenido
en demasiadas áreas al mismo tiempo: habían declarado la
guerra contra el comunismo y la guerra contra la pobreza.
Estaban dispuestos a llevar muy lejos el modelo de
compasión universal igualitaria; pero no calcularon que los
enormes recursos que hacían falta para ello, terminarían por
dar pie a una crisis general del modelo keynesiano.
El paso de un escenario dominado por la élite desarrollista
a uno en el cual compiten las élites periferizadoras contra las
desarrollistas fue consecuencia de los siguientes factores.
a) Las crisis estructurales del Primer Mundo,
especialmente la bancarrota de unos sistemas de seguridad
social muy costosos, acompañados de una política que
bloqueaba el incremento de los impuestos; sin embargo, ahí
donde la tercera dimensión de la ciudadanía394 se
encontraba bien establecida es muy difícil ajustar la
seguridad social a los esquemas de austeridad que permitan
superar la quiebra.
394
Es decir, la de los derechos socioeconómicos.

506
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

Para establecer los recortes al gasto público, es necesario


disminuir las expectativas de la gente y para ello hace falta
cierta dosis de violencia; pero las democracias por lo general
no se permiten tales medidas, pues éstas tienen un costo
electoral muy alto. Por ello, las "reformas neoliberales"
tuvieron mayor éxito en países con democracias
cuestionadas y en las dictaduras.
La opción para hacer frente a las crisis estructurales pro-
vocadas por los excesivos gastos del keynesianismo y el
armamentismo de los sesenta, en la mayoría de las
democracias, fue el crédito.395 De esta manera, los hábitos de
consumo de las poblaciones del Primer Mundo no bajaron
drásticamente; pero fue una solución que después se
convirtió en un nuevo problema, pues el préstamo recibido
debe pagarse; para ello, se contrataron nuevos créditos y los
financieros comenzaron a especular con la deuda. Se generó
entonces una burbuja y cuando estalló, la situación fue
drástica. Todo esto pareció dar la razón a la escuela
monetarista sobre la keynesiana, y la austeridad se impuso
con mayor severidad.
Otro elemento de la crisis estructural tiene que ver con el
envejecimiento de los habitantes de las naciones
desarrolladas, es el hecho de que incrementa el número de
personas dependientes. La severa reducción de la Población
Económicamente Activa respecto al número de jubilados y la
inviabilidad de que los primeros sostengan a los segundos
con sus impuestos llevó también a una reducción de las
pensiones y a la creación de esquemas que individualizan,
bursatilizan y sobre todo, reducen el porcentaje de los
pensionados. En este caso, el chivo expiatorio es el Estado
benefactor, que parece un mal administrador. La elección es
hacer un sacrificio para evitar otro peor: las reformas
estructurales parecen afectar a millones de personas, pero de
no llevarse a cabo quedarían afectados muchos más.396
395
Cfr. Paul Johnson, Tiempos modernos, op. cit., p. 641 y sigs; Robert
Heilbroner y
William Milberg, op. cit., p. 138 y sigs.
396
Cfr. Niall Ferguson, El triunfo del dinero, op. cit., pp. 238-204; George
Magnus, La era
del envejecimiento. Cómo la demografía está transformando la economía global y nuestro
mundo,
trad. María del Pilar Carril, México Océano, 2011 (Iaed. en inglés, 2009), p. 115 y
sigs.

507
Jorge Federico Márquez Muñoz

b) En segundo lugar, con la adopción de las medidas de


apertura a los capitales extranjeros y de libre comercio de
algunas naciones que cuentan con abundante mano de obra
como China, India, Indonesia, México, Rusia y otros países
de Europa del Este, las naciones desarrolladas han perdido
com-petitividad en diversas áreas de la economía. Esto ha
ocurrido porque, en el Primer Mundo, los sindicatos son muy
poderosos, la seguridad social está firmemente establecida y
los bienes raíces tienen valores muy elevados.397 Esto ha
llevado a Japón, por ejemplo, a exportar masivamente sus
capitales y ha contribuido al desarrollo de las periferias antes
que al nacional.398
La falta de competitividad de grandes masas de
trabajadores en las naciones ricas ha incrementado las
cargas al sistema de seguridad social y junto con ellas, han
aumentado también las tensiones sociales. Los
periferizadores se muestran indiferentes hacia sus
connacionales sin empleo y prefieren llevar sus inversiones a
las naciones emergentes; para un financiero francés, es más
real y cercano el gerente de su negocio en Malí, que un
francés que ha perdido su trabajo, a quien nunca verá
gracias al encapsulamiento artificial.
Aquí, los chivos expiatorios son los propios trabajadores
del Primer Mundo, acusados por los capitalistas de
improductivos. Se elige entonces un sacrificio menor: quitar
el empleo a los obreros de las naciones desarrolladas, para
no tener que sacrificar a la economía global; sin embargo, en
la medida en que los trabajadores pauperizados y los nuevos
desempleados viven en las mismas ciudades que los
inversionistas que ahora exportan sus capitales, comienza el
desorden criminal y político en las que antes fueron las
frenéticas pero pacíficas metrópolis del mundo desarrollado.
Se da entonces la tercermundización de los países ricos y
con ello, la envidia banalizada comienza a ser desplazada
por la envidia ideológica, y acecha también la amenaza de la
envidia temible.
397
Cfr. Loretta Napoleoni, Economía canalla, op. cit., p. 45 y sigs.
398
Cfr. Paul Johnson, Tiempos modernos, op. cit, p. 897 y sigs.

508
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

c) Finalmente, al abrirse las fronteras de los otrora países


socialistas, millones de sus habitantes emigraron hacia las
naciones más prósperas de Occidente. Lo mismo ha ocurrido
con millones de latinoamericanos, africanos y musulmanes,
debido a que sus países no ofrecen trabajos suficientes ni
bien remunerados. Estos inmigrantes, que llegan en masa,
generan temores en los habitantes de las naciones
receptoras, que parecen incivilizados.
Ahora, el chivo expiatorio son los propios emigrantes, a
quienes se culpa de deprimir los salarios, del incremento en
las tasas criminales y la disminución de los indicadores en el
índice de Desarrollo Humano. Esto, porque sus niveles
educativo y económico y su falta de hábitos saludables son
más bajos que los de sus anfitriones; con ello alteran el nivel
de vida, tanto en las estadísticas, como en la vida real.399
Según algunos autores, como Loretta Napoleoni, en tér-
minos mediáticos, el triunfo es para los desarrollistas, pues lo
que ellos sostienen parece "lo políticamente correcto"; sin
embargo, en los lobbies, el triunfo es de los periferizadores. El
ejemplo que utiliza Napoleoni es el del asistencialismo inter-
nacional para África, que parece adecuarse a los ideales de la
compasión universal igualitaria; sin embargo, estas medidas,
muy publicitadas en los medios de comunicación, ocultan una
situación terrible: Occidente promueve el libre comercio pero
al mismo tiempo, cuando hay un grupo de presión poderoso,
bloquea las importaciones que beneficiarían a los
campesinos africanos.400 Otro ejemplo de este problema es la
venta de armas,

399
David Brooks, "The Americano Dream", The New York Times, 24/02/2004, dis
ponible en http://www.nytimes.com/2004/02/24/opinion/the-americano-dream.
html, consultado el 30 de octubre de 2012.
400
"Acabar con las cuotas agrícolas y las subvenciones de 300 millones de dólares
que los países ricos distribuyen entre sus granjeros ayudaría mucho más. Tal
estrategia
incrementaría los beneficios de la agricultura en África hasta 100.000 millones de
dólares, 20.000 millones de dólares más que los 80.000 millones de dólares que los
países industrializados mandaron a África como ayuda en 2006. Terminar con las
cuotas y las subvenciones del mundo desarrollado permitiría que los productos afri-

509
Jorge Federico Márquez Muñoz

que defactopeñferiza. a los compradores y no se regula ni se


evita porque los productores son un grupo de presión
importante que impide cualquier regulación.
Intelectuales como Noam Chomsky y Michael Moore van
aún más lejos: consideran que, con su propaganda, la élite
venda los ojos a los buenos ciudadanos del Primer Mundo,
haciéndoles creer que llevan a cabo, hasta donde es posible
y no contraproducente, políticas en pos de la compasión
universal igualitaria; lo cual es un engaño, pues en realidad
despliegan la política de fronterización con los excluidos,
dentro y fuera de sus países. Pero de acuerdo con los
estudios sociales de Morris Berman, ésta es una versión
simplista: en realidad, la mayoría de los ciudadanos de las
naciones desarrolladas son indiferentes al sufrimiento de
aquellos con quienes no interactúan de manera cotidiana;
sólo prestan una atención limitada, en momentos de mucha
publicidad y coyunturas favorables, a los agitadores de la
envidia ideológica, que denuncian las injusticias del sistema
capitalista o las naciones poderosas.401
La envidia ideológica es de gran utilidad; sirve para
movilizar a las multitudes en contra de los lobbiesy nos
acercarnos al ideal

canos pudieran competir libremente con los productos occidentales y generar unos
resultados de 500.000 millones de dólares, lo suficiente para sacar a ciento
cincuenta millones de africanos de la pobreza hasta 2015". Loretta Napoleoni,
Economía canalla, op. cit., pp. 192-193.
401
"Tomemos dos ejemplos: Michael Moore y Noam Chomsky [...]. Ambos asumen
que el problema viene desde arriba, del Pentágono y las corporaciones. Desde
luego que hay algo de cierto en ello, pero el problema es que esta tesis descansa en
la teoría de la falsa conciencia: es decir, la creencia de que estas instituciones han
conseguido vendar los ojos del ciudadano norteamericano promedio, que en el
fondo es racional y bienintencionado. De ahí que la solución sea educativa:
quitemos la venda de los ojos y la ciudadanía despertará de manera espontánea y
se comprometerá con alguna especie de visión popular o de socialismo
democrático. ¿Pero qué pasa si en realidad la venda ionios ojos? ¿Qué el supuesto
ciudadano promedio en realidad quiere, como lo dijo célebremente Janisjoplin, un
Mercedes-Benz y poco más? ¡Qué está agradecido con las corporaciones por
dotarnos de océanos de bienes de consumo, y con el Pentágono por protegernos de
esos horribles hombres de turbante que merodean por el Medio Oriente!", Morris
Berman, "Nuestro estilo de vida actual", conferencia leída el martes 20 de
septiembre de 2011 en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, UNAM, México.

510
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

de la compasión universal igualitaria; pero esta manipulación


también conlleva riesgos: en primer lugar, puede enfocarnos
en cosas erróneas o con perspectivas erróneas, porque
grandes sectores de la población se movilizan emocional y
racionalmente; peor aún, en sociedades donde no se ha
alcanzado la envidia banalizada, la envidia temible se fusiona
con la ideológica y puede llevar a genocidios como el de
Ruanda (claro está, las circunstancias en ese caso fueron
muy especiales: hambre, escasez de tierra, destrucción del
medio ambiente, rivalidades étnicas y una fuerte noción de la
visión orgánica del pueblo).402

18. Las corporaciones ¿holismo o falso holismo?

Filósofos e historiadores han discutido la dicotomía


naturaleza-artificio o naturalización-historicidad de los
fenómenos sociales: naturalizar es sentirse familiarizado con
algo hasta el punto de legitimarlo, creerlo necesario o
ahistórico; en esa lógica, el sacrificio y las injusticias son
aceptados con resignación, porque se consideran fenómenos
inevitables.1"3
Al naturalizar los objetos, espacios, personas o
situaciones, tendemos a sentirnos cómodos: es como si todo
estuviera en su lugar, como si las cosas funcionaran bien.
Para mantener esta normalidad, están justificadas las
penurias. Las sociedades tradicionales tienden a respetar las
tablas de virtudes y vicios, a los cuales se les considera
provenientes de un más allá del ser humano (se trata de las
etapas primera y segunda de la historia de la ética descrita
por Maclntyre).
Sin embargo, hay individuos y sociedades que no se
resignan a su suerte, pues consideran que el orden es una
simple creación

lie Cfr.]ared Diamond, Colapso. ¿Por qué unas sociedades perduran y otras
desaparecen?, trad. Ricardo García Pérez, México, Libro de Bolsillo, 2007 (1* ed. en
inglés, 2005), p. 411 y sigs.
■ios QJTClément Rosset, ¡M antinaturaleza. Elementos para una filosofía trágica, tr.
Francisco Calvo Serraller, Madrid, Taurus, 1974 (Iaed. en francés, 1973), p. 13 y sigs.

511
Jorge Federico Márquez Muñoz

humana; en tal circunstancia, les parece insoportable el


sacrificio. Esto, pese a que los moralistas de la etapa tercera
descrita por el autor de Tras la virtud intentan convencerlos
de que sí existe una moral cuya objetividad debe buscarse
precisamente en el interior del sujeto. Si el énfasis está
puesto en el individuo, ¿por qué no buscar lo natural (el
conocimiento acerca del bien y el mal) en él mismo?
Cabe preguntarse, en términos de orden social, ¿qué es
lo natural? Existen tres modelos básicos para comprender el
problema de la legitimidad: el holismo, el individualismo
con-tractualista y la espontaneidad del orden.
1) El holismo naturaliza el orden jerárquico con base en
alguna tradición.
2) El individualismo contractualista considera que el orden
sólo está legitimado en la medida en que procede de un
acuerdo explícito, consciente; éste es el dominio de los
artificialistas, es decir, de quienes no naturalizan el orden
bajo ninguna circunstancia. Aquí comienza propiamente el
discurso moderno de la teoría política, el cual se subdivide en
dos versiones: la liberal y la marxista-nietzscheana.
a) De Hobbes a Rawls, pasando por Locke y Rousseau,
sub-yace la idea de que todo orden social es artificial y por lo
tanto, susceptible de ser modificado;404 por eso incluyen
salvaguardas, como "el derecho de resistencia contra la
arbitrariedad" o "si el Estado no cumple con su deber de
protegerte, desobedécelo". Estas teorías lidian con mucha
dificultad con el problema sacrificial, porque consideran que
el sacrificio es responsabilidad de los individuos que hacen el
contrato.405
b) Hay dos autores clásicos que, siguiendo a Maquiavelo,
consideran que lo que de hecho ocurre es una combinación
de holismo tradicional e individualismo contractualista. Para
Marx y Nietzsche la ley es un absoluto para la masa alienada
o rebaño
404
Cfr. Ibidem. p. 191 y sigs.
405
Cfr. Jean Pierre Dupuy, El sacrificio y la envidia, op. cii., p. 123 y sigs.

512
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

y es relativa para las élites. El contrato no es de tipo social,


sino político; no pacta cada individuo con cada individuo, sino
las clases altas con sus iguales. Mientras que, para las
mayorías, el orden está naturalizado, para la upper class es
sólo artificio: los burgueses y los superhombres saben que
pueden abusar de la ley, porque ellos la crearon.
De acuerdo a esta teoría, las masas viven engañadas,
según Marx, para que el capitalismo funcione mejor; y según
Nietzsche, para evitar que la rabia de los resentidos atente
contra los de arriba.
Los marxistas y los nietzscheanos se sienten "extraños
ante el mundo" ante el orden que les disgusta y sienten
inferior a ellos y manifiestan su molestia de formas muy
variadas: desde el plano crítico teórico,406 hasta el
revolucionario,407 pasando por el anarcosindicalista y el
asesino en serie.408
Tanto Marx como Nietzsche declararon la guerra a un
orden que, en nuestros términos, podríamos llamar falso
holismo. En su variante de "humanista"409 o "kantiana",410 la
filosofía marxista es la del hombre que se siente molesto con
su derredor, que ha escapado de la alienación que naturaliza
el orden social, el sujeto ajeno a la élite que decide
rebelarse;411 el encapsulamiento le parece un artificio que sólo
beneficia a unos cuantos y para cambiar esta situación, está
justificada la violencia revolucionaria.
406
Como Georges Sorel o Jean-Paul Sartre y los desconstructivistas. Cfr. Remo
Bodei y Giovanni Jervis (coordinan), La cultura del novecientos, tr. Silvia Tabachnik y
Miquel Martí, México, Siglo veintiuno editores, 1985 (Iaed. en italiano, 1981), p. 17 y
sigs; Lidia Figueiredo, La filosofía narrativa de Alasdair Maclntyre, Pamplona,
Ediciones
Universidad de Navarra, 1999, p. 135.
407
Como Lenin, Mussolini, Hitler, el Che Guevara o Fidel Castro. Cfr. Lidia Figuei
redo, op. cit., p. 152; Regis Débray, Alabados sean nuestros señores. Una
educación política,
tr. Francisco Castaño, Barcelona, Plaza& Janes editores, 1999 (Iaed. en francés,
1996), p. 110.
408
Cfr. Mervyn Nicholson, Male Envy. The Logic of Matice in Literature and
Culture,
New York, Lexington Books, 1999, pp 12 y 13.
409
Cfr. Peter Sloterdijk, Crítica de la Razón Cínica I, tr. Miguel Ángel Vega, Madrid,
Taurus, 1989 (primera versión en alemán, 1983), p. 72.
410
Cfr. Raymond Aron, La etapas del pensamiento sociológico, tomo I, op.
cit., p. 225.
411
Cfr. Ibidem, p. 217.

513
Jorge Federico Márquez Muñoz

Nietzsche odiaba el mundo que lo rodeaba, pues en él, la


moral de los esclavos obtenía importantes avances. El
platonismo, el cristianismo, el luteranismo, la Revolución
Francesa, el germanismo, el antisemitismo, el socialismo,
etc., eran ideologías que habían naturalizado lo que en
realidad es artificio: el orden social impuesto por los
resentidos.412 A diferencia de Marx, Nietzsche no llamaba a
revelarse a las masas sino a la conversión de unos cuantos:
deseaba que estos superhombres transvalorizaran los
valores e hicieran del mundo un lugar sin naturalismos, que
el entorno se supiera artificial y se aceptara así.413
3) En tercer lugar está la versión según la cual el orden es
espontáneo, creado no por la voluntad de los hombres, sino
por sus acciones, independientemente de si están
conscientes o no de ello. Es la versión de Mandeville, Smith,
Hume, Constant, Ha-yek, Le Bon, Durkheim414 Gregory
Bateson y Francisco Várela.415
Para estos teóricos, lo social lo crean los hábitos y las
pasiones individuales. Los hombres, motivados por una
necesidad -desde la más elemental como beber porque se
tiene sed, hasta la más compleja, como la necesidad de
trascender- buscan, de manera egoísta, satisfacerla. Esta
necesidad individualista puede ser tan distinta como la del
reconocimiento que se consigue siendo un filántropo, o la del
psicópata que sólo descansa una vez que ha matado a su
víctima. Ambos casos, aunque por razones evidentemente
muy distintas, provocan un estrechamiento de los vínculos
sociales.
Como el orden social está basado en individuos que no
suelen reflexionar sobre la génesis del orden en sí mismo, la
cuestión de cambiarlo tampoco aparece muy a menudo. El
4,2
Cfr. Rüdifer Safranski, Nietzsche. Biografía de su pensamiento, tr. Raúl Gabás,
Barcelona, Tusquets, 2004 (Iaed. en alemán, 2000), pp. 73, 75, 289 y 362.
413
Cfr. Clément Rosset, op. cit., pp. 77, 79,153 y 169.
414
Cfr. Jean Pierre Dupuy, El sacrificio y la envidia, op. cit., p. 29 y sigs., 104 y
sigs.,
263 y sigs., y 331 y sigs.
4,5
Cfr. Jean Pierre Dupuy, On the Origins of Cognitive Science. The Mechanization
ofthe Mind, tr. M. B. DeBevoise, Boston, MIT Press, 2009 (Iaed. en francés, 1994), p.
xix.

514
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

espontaneísmo naturaliza las instituciones: de acuerdo con la


teoría, aún las asociaciones a las que cuales se integra uno
por contrato, con el tiempo tienden a naturalizarse y no sólo
para las clases bajas, sino también ante las élites. Los
paradigmas establecidos aprisionan a casi todos.
Dado que la responsabilidad del individuo parece ador-
mecerse bajo este orden, el espontaneísta lidia mejor que el
contractualista con el sacrificio. Además, en este orden, el
conflicto tiende a ser muy focalizado y banal porque, al natu-
ralizarse el estado de las cosas, se soportan las injusticias, ya
sea porque se considera que éstas son normales y finalmente
hasta provechosas,416 o porque se piensa que manteniendo
un orden injusto se evitan peores injusticias (i.e. las de la
violencia revolucionaria), o simplemente porque no se piensa
en ellas.417
Las sociedades reales son híbridos de estos modelos, que
no se refieren tanto a formas estatales, sino a cómo es que
los individuos perciben el orden. Claro está, los consumidores
promedio de programas de televisión cómicos tienden a
acercarse más al tercer modelo, porque suelen reír más que
lamentarse. Los críticos sociales se acercan más al tipo b) del
segundo modelo; mientras los políticos suelen ser del tipo a).
Ahora, los individuos perciben de modo diferenciado el
orden: por ejemplo, en lo referente a la familia, pueden ser
tradicionalistas; en lo referente a la política doméstica,
espon-taneístas, etc.
Las sociedades invierten recursos en distintas formas de
legitimación, de acuerdo al momento político y económico: en
época electoral, ingentes cantidades de dinero se gastan en
el modelo contractualista; en tiempos de guerra, los imperios
recurren al modelo nietzscheano-marxista.
Las sociedades contemporáneas más estables son
aquéllas que pasan mayor tiempo dominadas por el tercer
modelo; las
416
Cfr. Robert Heilbroner, Vida y doctrina de los grandes economistasJ, tr.
Amando
Lázaro Ros, Barcelona, ed. Orbis, 1972 (Iaed. en inglés, 1967), p. 62 y sigs.
417
Cfr. Jean Pierre Dupuy, El sacrificio y la envidia, op. cit., p. 263 y sigs.

515
Jorge Federico Márquez Muñoz

menos estables son las que más tiempo dedican al segundo,


sobre todo en su variante b).
El modelo de los gobiernos influidos fuertemente por las
corporaciones es el que más se acerca al modelo 3. Éstas
contribuyen a la estabilidad porque, con sus métodos de
producción, inundan el mercado, banalizan la envidia, crean
equivalentes generales y promueven el empleo. Esto lo
consiguen ya que, así sea parcialmente:

1) son una forma de invertir los excedentes de riqueza


social, que de otra forma se mantendrían ociosos,418
generando también la "democratización de las
ganancias", al menos por dos vías: a) la reconversión de
la clase media419 y b) la creación de trabajadores
inversionistas;420
2) al burocratizarse y convertirse en entidades meramente
legales,421 se convierten en organizaciones neutrales
que generan una distancia emocional respecto a los
consumidores y trabajadores, y así enfrían las
pasiones;422
3) al ser organizaciones regidas por fines racionales,
eliminan los límites morales y tradicionales para la
innovación; y
4) contribuyen a la división internacional del trabajo y gene-
ran un comercio provechoso para las dos partes, es
decir, su juego es ganar-ganar. Por ejemplo, las
naciones desarrolladas obtienen mejores precios en los
salarios de los obreros no calificados, pero éstos, lejos
de sentirse humi-
41
* Como las herencias o el ahorro bajo el colchón o en cuentas de ahorro en el
banco.
419
Mediante compra directa de acciones o bien, mediante sus planes de retiro,
seguros médicos y de vida.
420
Cfr. Roger E. Alcaly, "Reinventing the Corporation", The New York Review
ofBooks,
10/04/1997, disponible en www.nybooks.com, consultado el 29 de diciembre de
2012.
421
El propietario', ese gordinflón malvado odiado por los marxistas, es una figura
cada vez más difusa. Las empresas son de sus accionistas, pero la mayor parte de
de
ellos no pueden disponer directamente de los bienes que legalmente les
pertenecen.
Cfr. Robert Heilbroner, Naturaleza y lógica del capitalismo, tr. Rosa Cusminsky de
Cen-
dero, México, Siglo Veintiuno Editores, 1989 (Iaed. en inglés, 1985), p. 59 y sigs.
422
Cfr. Erich Kahler, op. cit., p. 398 y sigs.

516
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

liados, suelen considerar que tienen acceso a empleos


que de otra forma no tendrían. Otro ejemplo es que,
gracias a las corporaciones, se ha logrado la mayor
transferencia de tecnología a los países pobres y esto
beneficia también a las economías desarrolladas, pues
obtienen así acceso a mercados más amplios.

Las corporaciones están en nuestra vida cotidiana; estamos


familiarizados con Disneylandia, los automóviles, las compu
tadoras, los restaurantes, los supermercados... casi no hay
una
necesidad que no podamos satisfacer en el mercado. Incluso
los impulsos contra el capitalismo son un mercado, como han
demostrado Joseph Heath y Andrew Potter en Rebelarse
vende.
Y ni qué decir de las necesidades espirituales, para las que
hay
también una extensa industria. *
El orden de las corporaciones se ha naturalizado. En parte,
porque éstas son envolventes, pero también porque nos
ofrecen la comodidad de seguir hábitos y evitar así
responsabilidades directas. El hábito sigue una guía, a la que
dotamos de autoridad,423 si hay un error en nuestra rutina, es
culpa de esa autoridad. Podemos hablar de un regreso a la
jerarquía aceptada, al holismo; pero este retorno no es
completo porque:
1) en ocasiones se vive como un falso holismo y entonces
se vuelve doloroso. Tal es el caso de los intentos por imponer
una disciplina que contraría la libertad en instituciones como
la educativa424 o el trabajo.425 Para naturalizar las
restricciones institucionales, se ha recurrido a diferentes
estrategias, desde la fuerza, hasta el encanto de la comedia.
Actualmente hay un gran esfuerzo por convertir la oficina, la
fábrica, el transporte
423
Puede ser un manual de autoayuda, un consejero profesional, un abogado, un
doctor, un entrenador, un maestro, etc. Todos ellos cumplen una parte de las
funciones
que en las sociedades tradicionales llevan a cabo los curas, reyes y padres de
familia.
424
Cfr. Iván Illich, Obras reunidas, I, trad. I. Illich, V. Petrowitsch y Javier Sicilia,
México, Fondo de Cultura Económica, 2006 (1975, Iaed. en francés), p. 118 y sigs.
425
Cfr. Michel Foucault, Vigilar y castigar. Nacimiento de la prisión, tr. Aurelio
Garzón del
Camino, México, Siglo Veintiuno Editores, 1991 (Iaed. en francés, 1975), p. 139 y
sigs.

517
Jorge Federico Márquez Muñoz

y la escuela en lugares de entretenimiento. Se aceptan mejor


las jornadas riendo que sufriendo, el educando, el empleado,
el derechohabiente se sienten como peces en el agua si
pasan un momento agradable, porque así dejan de pensar
en lo que están haciendo. En lugar de "pasar el día en el
trabajo", simplemente "el día pasa".
2) En ocasiones se deben tomar decisiones relevantes
que no se pueden determinar cómodamente desde las
rutinas o los precedentes. Surge entonces de nuevo la
incómoda conciencia del contractualismo, que nos obliga al
sacrificio explícito, a elegir y asumir responsabilidades
directas.
Las corporaciones funcionan en la dialéctica del holismo y
el falso holismo ya que:

1) Estamos envueltos en un contractualismo vertiginoso,


porque tenemos necesidades crecientes: firmamos un
contrato para el servicio telefónico, el de televisión por
cable, la luz, el agua... Casi nadie lee los contratos; pero
la empresa sí se rige por ellos, aunque el cliente los
banalice y los naturalice, creyendo que nunca enfrentará
ningún problema. Pero si el cliente, posteriormente sufre
a causa de un contrato que no leyó o no entendió pero
que firmó, entonces considera que está siendo víctima
de una injusticia, ve el orden jerárquico como un falso
holismo.
2) Debido también a la dinámica de la vida al interior de las
corporaciones. Cuando el trabajador se siente
cómodo,426 las relaciones jerárquicas tienden a
naturalizarse; pero no se siente cómodo si él considera
que sus condiciones de trabajo son malas, su
remuneración injusta, su talento no está reconocido,
etc.; en ese momento, desnaturaliza su contexto y
adopta una perspectiva marxista-nietzscheana
426
Porque está entusiasmado pues es su primer empleo, por razones
ideológicas, porque considera que se trata de un trabajo bien remunerado,
porque siente que tiene posibilidades de ascender, porque consiguió el
empleo después de una larga espera como desempleado, etc.

518
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

de resentimiento y amargura, al tiempo que abandona el


optimismo smithiano. 3) En la vida cotidiana, afuera del
trabajo, casi todo está mer-cantilizado y esto genera
también la dialéctica naturaleza-artificio. Robert Heilbroner
captó la contradicción en los siguientes términos:

el mundo de los negocios es un paisaje qué nos envuelve


por completo. Los negocios están en todos lados -en las
tiendas, las oficinas de construcción y las fábricas; en los
productos más simples tanto como en las máquinas más
sofisticadas; en el bombardeo incesante del ruido de los
comerciales; en los modos de ansiedad, anticipación,
desesperación o simplemente en nuestro hacer frente a la
vida diaria.
Pero, sabemos que los negocios son una fachada, que
alguien está detrás de nuestra vida de consumidores,
ganando dinero [...] Los negocios son el teatro en donde el
drama del capitalismo es actuado.427

Cabe preguntarse ¿por qué si el modelo 3 ofrece más


ventajas que desventajas, no es adoptado por la mayoría de
los países? Porque el esfuerzo para imponerlo está
relacionado con factores de desarrollo urbano, económico y
organizacional; el espontaneísmo no funciona bien donde la
sociedad está desorganizada y ya no es tradicional, pero
tampoco ha alcanzado la modernización. Cuando una nación
se encuentra "a mitad del camino", está más cerca de la
anarquía hobbesiana, que del mundo feliz y simpático de
Adam Smith; ahí es común que dominen las ideas
contractualistas y mar-xistas. Recordemos la tesis de
Rosalind e Ivo Feierabend sobre la violencia: según ellos, las
sociedades más y menos modernizadas son las más
estables; mientras que las que se encuentran a medio camino
son más propensas a la inestabilidad.428
427
Robert L. Heilbroner, "Getting Down to Business", The New YorkReview
ofBooks,
09/02/1978, disponible en www.nybooks.com, consultado el 28 de diciembre de
2012.
428
Cfr. Rosalind e Ivo Feierabend, "Aggressive Behavior within Politics,
1948-1962.

519
Jorge Federico Márquez Muñoz

Nunca es sencillo naturalizar un orden, pero los intentos


de modernización de una sociedad tradicional generan con-
diciones especialmente críticas en materia de legitimidad.
Los factores que corroen el "orden holista", pero son
necesarios para adoptar la modernidad son: el capitalismo, la
reforma militar, la búsqueda de un orden estatal homogéneo,
el debilitamiento de la religión y la dinámica demográfica.
1) Según Schumpeter, para que el capitalismo primero se
instaure y después progrese, debe innovar, alterar los ciclos
de la vida cotidiana.429 Pero esta "destrucción creativa"
implica desordenar a la sociedad, humillarla, torcerla,
pervertirla, girarla, es decir, conlleva entropía;430
específicamente, se trata de sustituir los medios
tradicionales de satisfacción de las necesidades por medios
mercantilizados, de imponer un monopolio radical.431 A
veces, esto se logra con los poderes seductores de la
modernidad, pero en otras ocasiones es necesaria cierta
dosis de violencia.432
Hay otra fuente de violencia producida por la transición a
la modernidad: el cambio económico genera un sistema de
necesidades materiales crecientes y de expectativas
sociales elevadas; pero los deseos aumentan antes que los
medios puedan satisfacerlos.

A Cross-National Study", Journal ofConjlicl Resolution, núm. 10, 1966, pp. 249-271.
429 Qj-rRemo Bodei y Giovanni Jervis (coordinan), La cultura del novecientos, op.
cit.,
p. 16.
430
Cjr. Iván Illich, Obras reunidas, II, tr. Javier Sicilia y Patricia Gutiérrez-Otero,
México, Fondo de Cultura Económica, 2008 (1992, 1* ed. en inglés), p. 443 y sigs.
431
"Yo entiendo por este término, más que la dominación de una marca, la de un
tipo de producto. En ese caso un proceso de producción industrial ejerce un control
exclusivo sobre la satisfacción de una necesidad apremiante excluyendo en ese
sentido
todo recurso a las actividades no industriales.
Es así como los transportes pueden ejercer el monopolio de la circulación. Los
automóviles pueden moldear una ciudad a su imagen, eliminando prácticamente el
desplazamiento a pie o en bicicleta, como sucede en Los Angeles. La construcción
de carreteras para autobuses puede liquidar la circulación fluvial, como en
Tailandia. Cuando el automóvil hace puramente nominal el derecho a caminar -no
se trata ya de que haya en circulación más Chevrolets que Peugeots—, se da el
monopolio radical". Iván Illich, Obras reunidas, I, op. cit., p. 423.
132
Cjr. The Ecologist, El Nuevo Ecologismo. Manifiesto de la ámbitos de
comunidad, tr. Gustavo Esteva, México, Posada, 1995 (1" ed. en inglés, 1994), p.
51 y sigs.

520
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

2) La modernización de la maquinaria militar implica armas


y tácticas más destructivas que las tradicionales (que solían
ser
ritualizadas y primitivas). La modernización bélica llega por
dos
medios: a) mediante la conquista imperialista o -y esto es
mucho
más frecuente- b) mediante guerras intestinas y entre países
vecinos del Tercer Mundo. Cuando algunos grupos locales o
países modernizan sus ejércitos, minan con gran rapidez el
orden tradicional, pues los militares se percatan de su enorme
poder; pero a la vez, la casta militar suele impedir o al menos
retrasar la democratización política, porque ésta implica la
reducción de los beneficios castrenses.
3) La modernidad tiende a construir un orden
político-estatal con poblaciones homogéneas, pues ello se
considera clave para la estabilidad.433 Para lograr este fin, se
ha recurrido a diversos grados de violencia, como hemos visto
en las secciones 7, 8 y 10 de este capítulo.
4) El Estado moderno debilita a la religión y con ello, nin-
guna ideología cuenta con autoridad suficiente para hacer las
funciones de marco normativo general. En principio, el Estado
de derecho debería ejercer esa función, pero esto no ocurre
fácilmente. Como el abandono del mundo tradicional en
busca de la integración al capitalismo implica crisis social,
económica, política y a veces militar, los líderes carismáticos
suelen tener mucho éxito: en medio del caos, los hombres
que parecen ser titanes son más atractivos que los pacientes
reformistas; así, el Estado de derecho queda muchas veces
eclipsado por el voluntarismo marxista-nietzscheano.
5) La modernización -así sea adoptada de manera incom-
pleta- modifica los patrones de crecimiento poblacional. La
medicina, la salud pública y la ingesta de mayor cantidad de
alimentos reducen la mortandad; pero se trata de medidas
que suelen instaurarse aún cuando muchos hábitos no se han
433
Cfr. Niall Ferguson, Dinero y poder en el mundo moderno. 1700-2000, Tr.
Silvina Mari, Madrid, Taurus, 2001 (Iaed. en inglés, 2001), p. 505 y sigs.

521
Jorge Federico Márquez Muñoz

modernizado. El índice de natalidad se mantiene tan elevado


como en las sociedades tradicionales, pero ahora se vive
más tiempo; la transición a la modernidad genera una
dramática trampa maltusiana: la escasez de este periodo
provoca violentas consecuencias políticas.
Con el tiempo (y esto es justamente lo que produce la mo-
dernización cuando es, además de tecnológica, económica,
social y político-institucional), hay un descenso en el índice
de natalidad, que equilibra los recursos a las necesidades
crecientes de los consumidores. En Europa y Rusia, el
periodo de transición inició hacia 1760 y 1870, según el país,
y el equilibrio llegó en la posguerra. En Japón, el equilibrio
ocurrió en los años cincuenta. China y casi toda América
Latina han comenzado a ingresar a la segunda fase;434 pero
India, África y el Medio Oriente aún no.435
Pero una vez llegado el equilibrio, es importante sostener
la tasa de sustitución, para que la Población
Económicamente Activa siga siendo mayoría; de lo contrario,
la nación envejece y la productividad disminuye. A esta
cuarta etapa436 de crisis comenzarán a llegar, de acuerdo
con las tendencias demográficas, casi todos los países
desarrollados, toda Europa yjapón, en unas cuantas
décadas. Estados Unidos, gracias a la emigración, mantiene
en niveles adecuados su tasa de sustitución.437 Si los países
europeos admiten mayores cuotas de inmigrantes del Tercer
Mundo, quizás esto pueda compensar, por algún tiempo, la
"era del envejecimiento"; pero surgirán tres problemas
adicionales: a) las naciones pobres sufrirán -como ya ocurre
en algunas partes de África, Asia y América Latina- de
desequilibrios en la pirámide de edades; b) los emigrantes en
Europa

434
Cfr. Albert Hirschman, Tendencias autosubversivas, tr. Eduardo L. Suárez,
México,
Fondo de Cultura Económica, 1996 (1995, Iaed. en inglés), p. 181 y sigs.
435
Cfr. Paul Johnson, Tiempos modernos, op. cit., p. 886 y sigs.
436
La tradicional es la primera; la transición, la segunda; y la modernidad estabi
lizada es la tercera.
437
Cfr. George Magnus, op. cit., p. 23 y sigs.

522
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

exacerbarán las tensiones raciales y presenciaremos un


periodo de violencia xenofóbica; y c) finalmente, cuando los
emigrantes se modernicen,438 la tendencia al envejecimiento
resurgirá.
La combinación de los elementos 1 y 5 producen el
agotamiento medioambiental. En la actualidad, la mayoría de
los países viven en la fase 2 de la expansión demográfica,
aunque son cada vez más los que entran en la 3. Esto ha
producido, en términos absolutos, un crecimiento enorme de
la población mundial:

El planeta se ha llenado de gente y de actividad económica


con mucha mayor rapidez de lo que nos hemos dado
cuenta. La población mundial se ha incrementado en más
de 4.000 millones de personas desde 1950, tras pasar de
2,500 millones de habitantes a los 6,600 de la actualidad. La
población del África subsahariana se ha multiplicado por
más de cuatro y ha pasado de 180 millones a
aproximadamente 820. Así ha sucedido también con la
población de Asia occidental, que comprende Oriente
Próximo, Turquía y la región del Cáucaso, y que ha pasado
de 51 millones de habitantes en 1950 a aproximadamente
220 en 2007. Y la economía global, que nos ofrece un
indicio somero de la presión que ejerce la humanidad sobre
el medio ambiente planetario, ha ascendido, lógicamente,
con mayor rapidez aún, ya .que el crecimiento demográfico
ha venido acompañado por un acusado aumento de la
renta per cápita. Una estimación aproximada indica que el
producto interior bruto mundial, obtenido a partir de la
suma del producto interior bruto de todos los países del
mundo, se ha multiplicado por la asombrosa cifra de ocho
desde 1950.439

La huella ecológica per cápita sobre el medio ambiente es dife-


%renciada, de acuerdo a los patrones y capacidades consumo.
El
habitante promedio de Europa, Japón y Estados Unidos afecta
«8 Algo que ocurre de modos muy diferenciados, por ejemplo, los chinos y
coreanos lo hacen muy rápido; pero los latinoamericanos, los árabes y los
africanos muy lento. 439 Jeffrey Sachs, op. cit.ypp. 36-37.

523
Jorge Federico Márquez Muñoz

treinta y dos veces más el planeta que el de los países en


vías de desarrollo; sin embargo, grandes franjas de
población de bajo impacto se están convirtiendo en
habitantes de alto impacto. Los programas de la ONU y otras
agencias de desarrollo, la glo-balización y la televisión hacen
que los habitantes del Tercer Mundo quieran vivir como los
de las naciones desarrolladas. Pero si sólo China lograra
niveles similares a los de los países ricos, el impacto sobre el
planeta se duplicaría.
Esto sin duda genera un problema mayúsculo: ¿qué es
más violento, obstaculizar el crecimiento de las naciones en
desarrollo o permitirlo? En las últimas décadas, los niveles
de consumo de Corea: del Sur, Malasia, Singapur, Hong
Kong, Isla Mauricio y Taiwán han transitado de niveles del
Tercer Mundo, a los del Primero.440
La crisis de los cinco fenómenos arriba mencionados, es
decir, de las sociedades a mitad de camino, suele
combinarse con un macabro efecto de violencia en contra de
las minorías, sean éstas grupos empresariales exitosos441 o
habitantes fronterizos.442
En los países desarrollados, esta violencia existe sólo en
una escala menor,443 debido a que:

1) son más homogéneos,


2) han adoptado el multiculturalismo como discurso oficial
y es aceptado por la mayoría de los ciudadanos, y
3) las minorías exitosas no suelen pertenecer a una etnia
distinta a la que pertenece la mayoría.

En el Primer Mundo, las corporaciones son parte de la demo-


cracia. Ahí existe un marco institucional y una cultura para
que

440
CJr. Jared Diamond, Colapso, op. cit., p. 629 y sigs.
441
Corno los chinos en Filipinas, en Myanmar o Indonesia, los libaneses en el
África
negra, los judíos en Europa del Este y el Medio Oriente, etc.
442
Como los kurdos en Turquía.
443
Por ejemplo, en el trato a los inmigrantes en algunas zonas fronterizas de
Estados
Unidos con México.

524
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

las mayorías estén aburguesadas. Aún muchos inmigrantes


se aburguesan. Pero en el Tercer Mundo, las corporaciones
suelen ser vistas como una fuerza extranjera. Hay minorías
que, por su historia de persecuciones, se han vuelto
especialmente errantes y disciplinados y por ello han
aprendido a diferir el placer, a calcular esperando lo peor, a
tomar riesgos y a hacer negocios internacionales.
Estas minorías aprovechan sus conexiones
internacionales y su experiencia para hacer negocios en los
países que los reciben. Las poblaciones locales suelen tener
una de estas dos actitudes al respecto: 1) agradecimiento por
los empleos que generan, las tecnologías que importan, los
impuestos que pagan y las contribuciones que hacen a los
políticos; o 2) molestia porque se les ve como capitalistas
abusivos y saqueadores.
Las dos actitudes han encontrado ecos políticos. Grosso
modo, podríamos hablar de dos fuerzas políticas, muchas
veces agrupadas en partidos: (a) la "tiranía de las minorías",
que ve como rasgo de progreso la atracción de capitales y da
concesiones a los empresarios foráneos; y (b) la "tiranía de
las mayorías", que exacerba la molestia contra las minorías
capitalistas.
Existe una tercera opción, y es la que más estabilidad ha
ofrecido: equilibrar entre las opciones según el clima interna-
cional y doméstico. Esta es la opción tomada, por ejemplo, en
Tailandia y México.

19. El retorno del ethnos

Como ya hemos mencionado, la noción de que el pueblo


gobierne puede llevar a dos versiones del pueblo: el demos y
el ethnos, o la democracia liberal y la orgánica. La primera es
propia de los regímenes dominados por la envidia banalizada
con cierta dosis de envidia ideológica; los niveles de violencia
en esas sociedades suelen ser bajos. Mientras la segunda es,
para decirlo

525
Jorge Federico Márquez Muñoz

con Michael Mann, una "corrupción de la democracia", su


"lado oscuro", que conlleva a una visión violenta de la
política, que suele combinar la envidia ideológica con la
temible.
Las democracias consolidadas, generalmente en las
regiones más ricas del mundo, suelen recibir grandes
cantidades de inmigrantes, pero los principios liberales y el
hecho de que estos extranjeros no busquen la creación de un
Estado propio444 en los países receptores, hace improbable
que ahí tengan lugar genocidios.
En Europa sólo quedan unas cuantas zonas con potencial
genocida en sus periferias.445 En las democracias
consolidadas
444
En parte porque proceden de orígenes muy distintos; en parte porque no
están
sólidamente organizados y en parte porque pretenden la asimilación a una
cultura
que les parece muy atractiva.
445
"La limpieza étnica de Yugoslavia ya está casi completa; Kosovo se ha
acercado
de hecho a una solución final [...] y Macedonia que sigue siendo el único caso
pen
diente. Por lo tanto, ahora los rusos son las únicas minorías sustanciales de
muchos
otros estados, mientras que algunas partes de la Federación Rusa siguen
siendo
multiétnicas. Hay mucha discriminación contra las minorías, pero [...] poca
violen
cia entre los rusos y los otros. Chechenia es la gran excepción. El suyo es un
caso de
conflicto étnico muy antiguo en el que una minoría de colonos rusos, durante
largo
tiempo instalada allí, recibe ayuda del estado ocupante ruso. Tanto los rusos
como
los rebeldes chechenos creen que pueden reivindicar su derecho a tener su
estado
soberano en el mismo territorio".
"Recientemente, la ferocidad de la represión ejemplar rusa ha lanzado a los
rebeldes a los brazos de aliados islamistas extranjeros. Aunque eso debilita
su popularidad entre los chechenos, el deseo de independencia [...] está
demasiado extendido para ser suprimido".
"Pero en otras partes, las minorías rusas eligen la emigración o prefieren
la discriminación a la resistencia. El lado más débil no lucha. La emigración
de colonos rusos a los estados bálticos y a los estados asiáticos ha sido
reciente, y los colonos nunca han reivindicado un estado propio e
independiente de Rusia. [...] Los rusos de algunos de esos países tienden a
volver a Rusia, ya que se están quedando sin empleo en Asia central [...]
Algunos podrían elegir el irredentismo, la unión de sus zonas fronterizas a
Rusia, pero Rusia no está interesada en darles apoyo. Los casos occidentales
(especialmente en las repúblicas bálticas) difieren, ya que muchos rusos
creen que allí están materialmente mejor que en Rusia. Además, el entorno
geopo-lítico no aprueba la limpieza criminal de ninguno de los bandos. Todos
los estados occidentales derivados de la antigua Unión Soviética quieren
entrar en la UE y en la
OTAN [...]".
"Europa ahora es una poderosa fuerza restrictiva en su propia periferia.
Además, Rusia tiene bastantes problemas propios y no quiere provocar a sus
vecinos". Michael Mann, El lado oscuro de la democracia, op. cit., pp. 584-585.

526
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

afuera de Europa, es decir, en las ex colonias de europeos, la


limpieza étnica está también relegada a pequeñas periferias
cuando no ha desaparecido por completo.
Pero entre las naciones pobres, el problema de la limpieza
criminal ha sido más grave. Hasta 1945, los imperios
coloniales bloquearon la globalización del ideal de
Estado-nación; eran racistas y manipulaban a los colonizados
con la estrategia del divide y vencerás. Sin embargo, tras

la caída del colonialismo, todos los países del mundo


adquirieronhimnos, banderas, lenguas oficiales y sistemas
educativos para fomentar una sola identidad nacional
[Pero] conscientes de su multietnicidad, la mayoría de los
movimientos de liberación coloniales tuvieron la prudencia
de alejarse de las definiciones étnicas de pueblo, excepto
para definirlo como distinto del de los colonialistas.446

Los pueblos recién liberados en Asia y África, mezclaron sus


propias tradiciones con tres ideologías del norte:
liberalismo,447 socialismo448 y laicismo.449 En este mismo
camino los países de Latinoamérica, en grados desiguales,
ya llevaban un tramo avanzado. Generalmente la etnicidad
centrada en la religión no fue sino un fenómeno escaso en las
luchas coloniales:

Esa tendencia la reforzó la victoria de los aliados liberales,


socialistas y laicos sobre los fascistas en la Segunda Guerra
Mundial. En el periodo de entreguerras, el fascismo y el
nazismo influenciaron a numerosos movimientos
anticoloniales [...]. Los nacionalistas musulmanes e hindúes
con inclinaciones fascistas quisieron Estados

446
Ibidem, p. 586.
447
El cual idealiza la democracia que representa a los diversos grupos de intereses
económicos, no étnicos, de la sociedad.
448
El cual enfatiza la lucha de clases, no el conflicto étnico.
449
Que acepta la separación de Iglesia y Estado y suele considerar que las
religiones
tradicionales son atrasadas y deben ser superadas o al menos sometidas por el
Estado.

527
Jorge Federico Márquez Muñoz

que cultivasen la pureza racial y religiosa de la nación. No


obstante, a partir de 1945, las sensibilidades laicas [...]
impregnaron a los partidos políticos y a los cuerpos de
oficiales. El socialismo se mezcló entonces con el
nacionalismo del Tercer Mundo.450

La clase social se impuso a la etnicidad en las luchas


anticoloniales y también durante la primera década
postcolonial;451 pero eso no significó que no hubiera
conflictos en las nuevas naciones: por el contrario, la
descolonización incrementó las expectativas económicas y
políticas y se generaron tensiones de clase.
Los niveles de violencia donde el laicismo, el socialismo y
el liberalismo son dominantes, palidecen junto a los niveles
alcanzados donde el etnonacionalismo adquiere fuerza; sin
embargo, ante los deficientes resultados económicos y la
frustración por el incumplimiento de las altas expectativas de
las nuevas naciones, las élites independentistas perdieron
legitimidad y ocurrieron golpes de Estado o cambio de
mentalidad de la clase política.
Así, en los sesenta, la mayoría de los países asiáticos y
africanos eran gobernados por una vieja clase
política-emancipadora o por una nueva clase político-militar.
En ambos casos, las tres inspiraciones ideológicas originales
comenzaron a debilitarse. Además, lejos de impulsar
medidas niveladoras, estos gobiernos, debido en parte a que
no compartían plenamente la mentalidad de la compasión
universal, comenzaron a buscar chivos expiatorios y a
afirmar la noción étnica de la democracia.
Ante las dificultades económicas y políticas posteriores al
proceso de descolonización, algunas de las nuevas naciones
adoptaron un socialismo racista (de tribu contra tribu) y una
política exterior agresiva, que permitía a los líderes
carismáticos
450
Michael Mann, El lado oscuro de la democracia, op. cit., p. 587.
451
"Los datos estadísticos no revelan un crecimiento significativo de la violencia
étnica o religiosa en el mundo durante las dos primeras décadas posteriores a la
Segunda Guerra Mundial [...]".
"Como en India e Indonesia, las infraestructuras del estado moderno llevaron
los sistemas educativos, sanitarios y tributarios por todos sus territorios,
desarrollando una noción cívica y bastante laica". Ibidem, p. 588.

528
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

culpar a los foráneos y sobre todo, a los imperialistas de todos


452
los males internos.

Las nuevas élites controlaron el estado, la economía y los


medios de comunicación y usaron su poder para negar la
verdad, que constituían una clase gobernante. Les ayudó el
hecho de que en países relativamente atrasados las
diferencias entre las regiones generalmente pesaban más
que las diferencias de clases, y los grupos étnicos solían
estar concentrados en regiones. Muchos Estados se
centraron más en regular el reparto étnico del pastel, que el
social. [...] Aunque los partidos políticos postcoloniales
puede que empezaran siendo socialistas o liberales [...] y
étnicamente ciegos o multiétnicos, la mayoría llegaron a
estar regional y/o étnicamente vinculados [...] Un partido
socialista se convertía en un partido que representaba las
aspiraciones socialistas de sólo un grupo regional o étnico
[...] A menudo a nivel nacional, y casi en todas partes a
niveles local y regional, las elecciones se convirtieron en
censos étnicos, y los votos a los partidos tuvieron mucho
que ver con la composición étnica de la población. La
453
etnicidad empezó a imponerse a la clase.

Las rebeliones étnicas aumentaron desde los años 60 y 70, en


el periodo de la democratización que, claro está, ocurrieron
porque los gobiernos y los grupos rebeldes eligieron el
camino orgánico, antes que el liberal o el socialista. Sin
embargo,

la Guerra Fría ocultó la magnitud de esa tendencia. Algunos


movimientos socialistas del Tercer Mundo contaron con la
ayuda de la Unión Soviética, China o Cuba, mientras que
otros fueron aplastados por la intervención norteamericana.
Los dos bandos interpretaron los conflictos en términos de
oposición entre la izquierda y la derecha, y no de rivalidad
454
étnica o religiosa.
452
Cfr. Paul Johnson, Tiempos modernos, op. cit.yp. 629.
453
Michael Mann, El lado oscuro de la democracia, op. cit., p. 588.
454
Ibidem, p. 589.

529
Jorge Federico Márquez Muñoz

Otra política de violencia étnica, menos dramática que la


matanza pero igualmente notable, fue la política de expropia-
ciones, que

a lo largo del siglo xx, se produjeron repetidas oleadas de


nacionalizaciones que salpicaron y perjudicaron el
crecimiento económico de Asia, África y Latinoamérica. La
mayoría de economistas y planificadores políticos
estadounidenses, sumidos en décadas de dinámica de
guerra fría, tendían a suponer que todas estas
nacionalizaciones estaban motivadas por el pensamiento
socialista o comunista. Pero, en realidad, en el tercer
mundo las nacionalizaciones no han sido nunca tanto una
expresión de comunismo como de frustración y venganza
populares dirigidas a una minoría dominante del mercado.
Salvo contadas excepciones (China, Cuba, Vietnam), los
programas de nacionalización en los países
tercermundistas -a diferencia de los del antiguo bloque
soviético- jamás intentaron eliminar la propiedad privada o
erradicar todas las clases económicas. Al contrario, en la
inmensa mayoría de países de Asia, África y Latinoamérica,
los programas de nacionalización han tenido como objetivo
de modo explícito y casi exclusivo los activos y las industrias
de las odiadas minorías dominantes del mercado.455

Con el final de la Guerra Fría, comenzó el declive socialista,


pero los movimientos guerrilleros de izquierda no han
desaparecido: los naxalitas aún son importantes en India y
los maoístas en Nepal, el Congreso Nacional Africano
también promueve el comunismo y en América Latina, las
FARC colombianas y los zapatistas mexicanos son ejemplo
de esta vitalidad guerrillera. Estos conflictos han tenido
matices étnicos y ha habido genocidios locales, pero se trata
de una violencia delimitada.456
455
Amy Chua, El mundo en llamas. Los males de la globalización, trad. Laura
Paredes,
Barcelona, Ediciones B, 2003, p. 146.
456
"En la mayoría de los casos en que gente de izquierdas estuvo involucrada
como
autores o víctimas están bastante localizados. El socialismo se ha convertido más
en

530
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

Así como el socialismo ha ido decayendo y está siendo


sustituido por una visión orgánica del pueblo, también el
liberalismo ha perdido su influencia pacificadora. En la
medida en que los pueblos africanos y asiáticos aspiraron a
los modelos occidentales de vida, crearon sus propias
versiones de Estado Benefactor. Pero sus economías solían
estar por debajo de las expectativas de consumo y el único
medio para solucionar esta disparidad era solicitando
créditos; y como éstos no podían fluir eternamente y además,
como había que pagarlos, la situación empeoraba. La
frustración podía canalizarse de varias maneras:

a) solicitando más créditos y ajustando gradualmente los


niveles de consumo al ingreso real, al tiempo que se abre
los mercados para captar mayores inversiones
extranjeras y se cumplía el compromiso internacional de
liberalización;457
b) mediante la búsqueda de chivos expiatorios, ya sean las
minorías económicamente exitosas, las naciones
vecinas o las etnias o grupos religiosos minoritarios (esto
afectará aún más sus economías y la frustración no haría
sino aumentar);
c) con la combinación de las dos opciones: esto se lograba,
por ejemplo, con la existencia de dos partidos: uno en el
poder que tomaba la opción a), y otro en la oposición que
tomaba la opción b). Curiosamente, una vez que el b)
toma el poder, suele buscar un acomodo con los
acreedores para no renunciar por completo a la opción
a).

Se ha presentado también que triunfe la opción b) y lleve a


cabo, consecuentemente, una política belicosa contra sus
vecinos o sus minorías. Como éstas solían responder
también con violencia, los gastos militares aumentaban y por
ende, hacía
una ideología de enfrentamientos locales que de cambio global". Michael
Mann, El lado oscuro de la democracia, op. cit., p. 589.
457
Muchas veces aumentado por las remesas o actividades criminales;
muchas otras, gracias a la explotación de yacimientos petroleros o minerales.

531
Jorge Federico Márquez Muñoz

falta acceso al crédito internacional. Así, aún quienes elegían


la opción b), necesitaban de los financieros, quienes les
obligaban a implementar ciertas medidas de la opción a).
Muchos de los países subdesarrollados recurrieron al
crédito internacional; pero con el alza en las tasas de interés
en los años setenta del siglo pasado,458 las naciones
subdesarrolladas, históricamente endeudadas se
convirtieron en hiper-endeudadas.459 Latinoamérica ha vivido
este ciclo desde el siglo xix: expansión apalancada en el
crédito y posterior retracción por pagos elevados del
endeudamiento excesivo; una vez cubierta una parte de la
deuda y dadas algunas garantías, se alcanza nuevamente
un equilibrio financiero y con ello, comienza otra vez la
expansión.460 Pero como las expectativas son expansivas,
vuelven a ponerse por encima de las posibilidades reales y
comienza de nuevo a aumentar la deuda.461
Para pagar las deudas, hacen falta nuevos créditos y
nuevas condiciones de pago; entonces, los acreedores
ponen las reglas y son especialmente severos con las
naciones pobres. Tales reformas permitieron a grupos
minúsculos enriquecerse al tiempo que la desigualdad se
agravaba. Y donde la desigualdad está ligada a la etnicidad,
los odios raciales suelen tener consecuencias muy violentas,
ya sea porque el grupo en el poder elige la opción a) y para
ello necesita una dosis importante de

458 producida por el aumento en los precios del petróleo, la inflación por los
gas
tos estadounidenses para costear la guerra de Vietnam y sobre todo, por el
déficit
gubernamental de las naciones desarrolladas producto de los excesos del
Estado
Benefactor. Todos estos elementos provocaron que Estados Unidos dejara
de ser
el principal acreedor de préstamos internacionales para convertirse en uno
de los
mayores deudores.
459
Cfr. Hans Magnus Enzensberger, Mediocridad y Delirio, Barcelona,
Anagrama,
1991 (Iaedición en alemán, 1988), p. 126 y sigs.
460
Cuando las naciones deudoras no pagaban sus deudas venía la
intervención
militar directa y el cobro, tomando dinero de las minas, de las aduanas o de
otros
sectores lucrativos; o bien, derrocando al gobierno en turno y poniendo otro
en su
lugar, uno que sí estuviera dispuesto a pagar. Cfr. Víctor Bulmer-Thomas, La
historia
económica de América Latina desde la independencia, trad. Mónica Utrilla,
México, FCE,
1998 (Iaed. en inglés, 1994), p. 64; Karl Polanyi, op. cit., p. 27 y sigs.
461
Cfr. Paul Johnson, El nacimiento del mundo moderno, op. cit., p. 740.

532
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

violencia, o bien porque se elija la opción b) y con ella se


cobra revancha contra los ricos. Al primero de estos
escenarios, Amy Chua le llama "tiranía de las minorías"; y al
segundo, "tiranía de las mayorías". Pero hay un tercer caso:
cuando la mayoría y la minoría son o sienten ser lo
suficientemente fuertes para declarar la guerra a su rival y
comienza así la guerra civil.462
En grados diversos y muchas veces conviviendo con cierta
dosis de democracia orgánica, el socialismo y el liberalismo
han sido las rutas que el Tercer Mundo eligió hacia la
prosperidad y un orden de envidia banalizada; sin embargo, el
liberalismo ha tenido una mutación importante en los últimos
treinta años: el liberalismo clásico se centraba en la
institucionalización del conflicto entre los grupos de intereses
a través de elecciones con múltiples partidos y parlamentos;
cuando incluso segmentos importantes de las clases bajas
fueron capaces de organizarse y convertirse en grupos de
interés, la democracia liberal fue capaz de absorber
políticamente sus demandas mediante la ciudadanía
nacional, el Estado de bienestar y el keynesianismo. Y
aunque actualmente el liberalismo es aún laico, tolerante,
pragmático y negociador por definición, su agenda neoliberal

pone más énfasis en el libre comercio y en el libre mercado


como prerrequisitos para la democracia. Reconoce las
libertades individuales, pero no el conflicto de clases ni de
grupos de interés [...]. [Promueve] una economía
laissez-faire [...] El neoliberalismo [...] es abiertamente
anti-socialista y a menudo se percibe en el sur como un
enmascaramiento del imperialismo económico.463

Es decir, triunfa una versión del liberalismo que lo convierte


en periferizador, antes que una opción de compasión
universal igualitaria. Las tendencias periferizadoras se ven
además reforzadas, en Asia y África, por el paganismo
sacrificial, o bien por
462
Cfr. Amy Chua, El mundo en llamas, op. cit., pp. 20-22.
463
Michael Mann, El lado oscuro de la democracia, op. cit., p. 590.

533
Jorge Federico Márquez Muñoz

la civilización de compasión universal jerárquica; y en


América Latina, la periferización se da con criterios raciales,
sin importar que se trate de una civilización de compasión
universal igualitaria. La incongruencia entre políticas
sacrificiales y una cultura no sacrificial conlleva a elevados
niveles de violencia criminal, aunque no guerrillera, religiosa
o étnica -salvo en casos contados-.
El socialismo y el liberalismo no han fracasado del todo en
las sociedades pobres; por el contrario, existen ejemplos de
éxito: Japón es el más notable de ellos, pero también lo son
los Tigres Asiáticos y algunas economías
464
latinoamericanas; han logrado en cierta medida el
equilibrio estabilizador de la envidia banalizada y la envidia
ideológica.
De igual manera, el laicismo ha tenido resultados
disímbolos en el Tercer Mundo. El mecanicismo que
desencanta el mundo y enfría las pasiones religiosas, que
comenzó a dominar Europa al menos desde el final de las
Guerras de Religión, fue también exportado a las naciones
subdesarrolladas; sin embargo, al igual que el socialismo y el
liberalismo, el laicismo ha fracasado radicalmente entre
algunos grupos, sobre todo entre los marginales, los
habitantes de las barrios pobres de las ciudades que crecen
rápida y desordenadamente, y entre algunos inmigrantes en
el Primer Mundo, que se sienten frustrados e incómodos por
no poder integrarse del todo. Ambos grupos son
desarraigados y, al abandonar sus lugares de origen,
abandonan también las virtudes de sus antepasados: la
paciencia, humildad, generosidad y sumisión. Pasan por
periodos severos de confusión y suelen elegir nuevos
Objetos Transicionales: a veces el fundamentalismo, a veces
la integración snob a las culturas receptoras.465
Cuando eligen el esnobismo, tienden a la envidia
banalizada; pero cuando eligen el fundamentalismo, optan
por la envidia

464
Cfr. Paul Johnson, Tiempos modernos, op. cit., p. 898 y sigs.
465
Ya sea la metrópoli del Tercer Mundo, como Karachi o Nueva Delhi, o una
del
mundo industrializado, como Berlín o Madrid.

534
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

ideológica. Como los fundamentalistas tienen organizaciones de


holistas artificiales sólidas, consideran que, al desorganizar el statu
quo semi-liberal o semi-socialista de los países del Tercer Mundo,
obtendrán alguna ventaja. En medio del caos, ellos cuentan con
redes organizadas y pueden, así, tomar el poder. Ése fue el caso de
Irán, con el golpe fundamentalista de 1979 y del ascenso de los
talibanes al poder; también ésta es la situación del intento, en los
466
últimos años, de los Hermanos Musulmanes en Egipto.

La violencia religiosa contemporánea se debe sobre todo al auge


de las reivindicaciones de la teodemocracia [...] El
fundamenta-lismo musulmán se centra en la noción de
autogobierno de una comunidad religiosa que cumple los
preceptos del Corán y aplica la sharia, [...] Los fundamentalistas
[...] aunque basan sus reivindicaciones en el Corán, combinan el
estatismo y el populismo de los siglos xix y xx en una versión
religiosa de nosotros, el pueblo. Al principio, idealizaron la
teodemocracia, término acuñado por Maulana Maududi, el
principal islamista del subcontinente indio en los años 40, para
indicar un gobierno democrático dirigido por Dios [...].
Los fundamentalistas se movilizaron al principio como popu-
listas, agitando sentimientos populares e implícitamente
clasistas contra los gobernantes autoritarios (coloniales o
post-coloniales acusados de estar imbuidos de la cultura
occidental). De igual modo, los nacionalistas hindúes (partidarios
del dharma yuddha, una guerra santa o justa) e incluso los
nacionalistas budistas de Sri Lanka también prosperaron. Los
fundamentalistas hindúes quisieron imponer un concepto hindú
de pureza religiosa [...].
Pero a medida que esos movimientos fundamentalistas
crecían, se hacían menos democráticos. Cuando llegaban al
poder, como en Irán o Afganistán, se convertían en dictatoriales
o teocráticos,

466
Cfr. Gilíes Kepel, Layihad. Expansión y declive del islamismo, trad. Marga
Latorre, Barcelona, Península, 2001 (Iaed. en francés, 2000), p. 53 y sigs.

535
Jorge Federico Márquez Muñoz

y los gobernantes eran imanes religiosos o mulás. Por eso,


solemos pensar que los fundamentalistas no tienen nada
que ver con la democracia. Pero en realidad atraen a las
masas porque son democráticos y se oponen a los
gobernantes autoritarios locales y a las potencias
imperiales extranjeras.467

Como ya dijimos, el liberalismo no es total; por el contrario,


en los países desarrollados, que cada vez son más,468 la
envidia banalizada y la ideológica tienden a superar el
escenario de la envidia temible e instaurar el demos, pues
sonmsociedades prácticamente mono-étnicas.
Eso puede verse en Corea, la mayoría de los otros
Pequeños Tigres Asiáticos y en China, excepto en las zonas
periféricas más occidentales; también es evidente en los
territorios nucleares de India e Indonesia, donde su relativa
homogeneidad cultural ha contribuido a su rápido desarrollo
económico, y practican una limpieza étnica similar a la del
norte, es decir, usando poca dosis de violencia y una enorme
capacidad de asimilación, y donde sólo suele haber
tensiones graves en los territorios colonizados de la periferia.
En la mayor parte de Latinoamérica, aunque no hay un
problema etno-nacional, sí lo hay en términos de derecha e
izquierda. Ahí,

las diferencias étnicas están muy ligadas a las de clase, y


como consecuencia hay más enfrentamiento entre la
izquierda y la derecha que entre los grupos étnicos. Allí las
excepciones son de nuevo las luchas periféricas por la
tierra entre los colonos (generalmente mestizos) y los
pueblos indígenas, como en Chiapas, las tierras altas de
Guatemala, y partes de Colombia y de la Amazonia. En
esas periferias, hay limpieza étnica [...] debilitada por la
reticencia de los pueblos indígenas a reclamar un Estado
propio.469
467
Michael Mann, El lado oscuro de la democracia, op. cit., pp.
590-591. 46« por ja inciusión de algunas potencias medianas asiáticas y
Japón. 4W}Michael Mann, El lado oscuro de la democracia, op. cit.,
p. 592.

536
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

Aunque exista una noción orgánica del pueblo, hay ocasiones en


las cuales la configuración étnica del país no permite un genocidio.
Por ejemplo,

gran parte de la política de África está dominada por la etnicidad,


pero ningún grupo étnico aislado puede controlar o apoderarse
del país. Los países con más éxito tienen acuerdos multiétnicos
[...] A largo plazo, algunos pueden desarrollar una
macro-etnicidad nacional central que poco a poco asimila y
suprime culturalmente a muchos otros pequeños grupos étnicos,
470
como India e Indonesia.

Esto no quiere decir que la posibilidad de la violencia desaparezca


por completo. Más aún,

la mayoría de los movimientos de insurgentes africanos


empiezan con ideologías nacionalistas orgánicas genuinas; sólo
más tarde, a consecuencia del estancamiento de la guerra civil,
se criminalizan. [...] Hay matanzas, pero son incapaces de crear
471
su propio Estado estable o de eliminar al enemigo.

En lugar de crearse estados completos, se producen zonas domi-


nadas por bandas étnicas; este fenómeno puede llegar incluso a la
creación de Estados-embrión. Mientras el

Estado moderno se define por aunar nueve características prin-


cipales. Los Estados embrión reúnen sólo cuatro: el monopolio
de los medios de violencia, el territorio, un sistema de impuestos
y una burocracia pública. Los cinco puntos restantes -soberanía,
constitución, el imperio de la ley y del poder no personal, la legi-
472
timidad de la autoridad y la ciudadanía- están ausentes.
470
Ibidem, p. 593.
471
Ibid., p. 594.
472
Loretta Napoleoni, Yihad. Cómo se financia el terrorismo en la nueva
economía, trad.
Annajolis yj. A. Bravo, Barcelona,^Jrano, 2004 (Iaed. en inglés, 2003), p. 132.

537
Jorge Federico Márquez Muñoz

Estados-embrión es lo que suelen crear los señores de la


guerra, los guerrilleros y el crimen organizado; su economía
está basada en la guerra, el terror y el contrabandomy como
se trata de grupos rodeados por enemigos, suelen vivir en un
ambiente paranoico. Como no hay reglas claras, la arbitrarie-
dad se impone. Por todo lo anterior, no hay certidumbre, ni
siquiera para las élites y por tanto, se requiere de dosis
elevadas de violencia para mantener el orden.

20. ¿Hacia dónde vamos?

La lucha entre periferizadores y desarrollistas aún no está


decidida. En 1949, en una famosa conferencia, T. H.
Marshall distinguió las dimensiones civil, política y social de
la ciudadanía;473 después sostuvo que las sociedades
humanas "más ilustradas" habían conquistado, una tras otra,
estas dimensiones. Aparte durante el siglo xvni, se instauró
la ciudadanía civil -que incluye las libertades de expresión,
pensamiento y religión, el derecho a la justicia equitativa y
otros Derechos del hombre-, acorde a las doctrinas del
derecho natural y de las revoluciones estadunidense y
francesa. Durante el siglo xix, la lucha fue por la ciudadanía
política: el derecho a participar en el poder público, ya sea
mediante el voto, a ocupar cargos o mediante el derecho a
crear organizaciones. Finalmente, en el siglo xx, la
ciudadanía socio-económica se materializó con el Estado
benefactor; esta dimensión incluye el derecho al trabajo, la
vivienda, la educación, la salud y el bienestar económico.
Cabe una aclaración: Marshall piensa siempre en las de-
mocracias occidentales, la revolución de la ciudadanía no
necesariamente ha ocurrido o va a ocurrir en otras latitudes.
El análisis de los mandatarios mundiales en el seno de la
Orga-
473
Cfr. T. H. Marshall, Class, citizenship, and social development, Nueva York,
Doubleday, 1965, cap. 4.

538
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

nización de las Naciones Unidas consideró que una de las


claves para comprender las causas de la Segunda Guerra
Mundial eran los diversos niveles de desarrollo en el planeta.
Japón e Italia, antes de la guerra, estaban al borde del
hambre; pero Alemania parecía haber superado la crisis
económica, aunque no la política. Entonces, vino la
respuesta: la paz sólo puede lograrse con desarrollo, tanto
político como económico. Había que instaurar las tres
dimensiones de la ciudadanía en todos los rincones de la
Tierra.
Con el tiempo, este esfuerzo titánico ha sido insuficiente,
por tres razones: por sus elevados costos; porque
implementarlo es difícil, dada la variedad de regiones en el
mundo; y porque los desarrollistas, los promotores de la
compasión universal igualitaria, no han tenido pleno control
de los presupuestos de sus gobiernos, pues deben competir
con los periferizadores. Peor aún, en el mundo desarrollado
también parece que los beneficios de las tres dimensiones de
la ciudadanía no van por un rumbo seguro:

Cuando Marshall pintó este confiado cuadro de progreso


por etapas, la tercera batalla por la afirmación de los
derechos ciudadanos, la que se libraba en el terreno social
y económico, parecía bien encaminada hacia la victoria,
particularmente en la Inglaterra de la inmediata posguerra,
gobernada por el partido laborista y consciente de la
seguridad social. Treintaicinco años después Dahrendorf
podía señalar que Marshall había sido excesivamente
optimista sobre el particular y que la idea de la dimensión
socioeconómica de la ciudadanía como complemento
natural y deseable de las dimensiones civil y política había
tropezado con considerables dificultades y oposición, y
ahora necesitaba ser sustancialmente reconsiderada.474

474
Albert Hirschman, Retóricas de la Reacción, tr. Tomás Segovia, México, FCE,
1994 (primera edición en inglés, 1991), p. 12.

539
Jorge Federico Márquez Muñoz

En la actualidad hay incluso quienes piensan que sin la


competencia del "socialismo real" y el triunfo neoliberal, la
tendencia es que el Estado benefactor desaparezca.475 Más
aún, para los periferizadores, el sacrificio hecho por los
excesos de los desarrollistas ha llevado al desorden del
endeudamiento e inhibe la productividad con el
proteccionismo; para ellos, el desarrollismo, con sus buenas
intenciones, termina finalmente provocando un sacrificio
mayor. De tal suerte que la victoria-así sea parcial- del
neoliberalismo sobre el keynesianismo, sería en realidad la
victoria del mal menor sobre el mal mayor.476
Y para quienes creen que el neoliberalismo está
triunfando, estamos ante un escenario de creciente
tercermundialización de las naciones desarrolladas, nos
dirigimos hacia un orden dominado por las envidias temible e
ideológica.
Siguiendo el argumento de Morris Berman sobre la deca-
dencia de la república estadounidense, podemos apreciar la
tendencia hacia la periferización del mundo desarrollado, en
detrimento de sus tendencias históricas hacia la compasión
universal igualitaria -por lo menos en lo interno.

El libre mercado financiero y de mercancías floreció desde el


siglo xix hasta el crack del 29. Posteriormente, tras la
Segunda Guerra Mundial, se instauró una política que
privilegió el "pleno empleo", el intervencionismo estatal que
limitó la movilidad de los capitales y estableció tasas de
intercambio fijas a las divisas, subordinadas al dólar. Los
acuerdos de Bretton Woods instauraron un capitalismo
sensible a las demandas sociales. No obstante, por
diversas razones, hacia 1971, Richard Nixon abandonó
tales acuerdos y para 1973, ya eran visibles los efectos de
la libre movilización del capital, sobre todo en Estados
Unidos: grandes montos de dinero pasaron de las clases
baja y media a los bolsillos de los magnates. En 1995, 47%
de la riqueza de Norteamérica la poseía el 1% más rico de
la población; en 1998, los 400 individuos más ricos del
475
Cfr. Ted Nace, op. cit., p. 137 y sigs.
476
C/r. Jean-Pierre Dupuy, El sacrificio y la envidia, op. cit., p. 298 y sigs.

540
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

mundo poseían el equivalente al ingreso de la mitad más


pobre del mundo (más de 3 mil millones de personas).477

El problema de la desigualdad en Estados Unidos es una


cuestión que se está agravando paulatinamente:478 en la
década de 1990, el 29% de las familias con más de un adulto
y con un hijo o más no alcanzó un ingreso (familiar) suficiente
para cubrir las necesidades básicas; y para el colmo, en 2001
George Bush comenzó su administración promoviendo un
recorte en los impuestos que daría beneficios del 40% al 1%
más rico de la población, y menos de 1% de beneficios al 20%
más pobre.479 El 24 de octubre de 2001, a la sombra de los
ataques terroristas del 11 de septiembre, el Congreso aprobó
un ajuste en los impuestos que implicaba un ahorro de 140 mil
millones de dólares para las corporaciones e individuos más
ricos. El Senado hizo notar que estos recortes costarían 220
mil millones dólares al gobierno y que más de la mitad de los
beneficios serían para el 1% más rico de la población,
mientras que sólo el 1% de estos beneficios llegarían al 60%
más pobre.
477
Morris Berman, Dark Ages America, op. ciL, p. 14.
478
Entre 1973 y 1993 sólo el quintil más alto disfrutó un aumento significativo
en sus ingresos al tiempo que los de los dos quintiles más bajos disminuían.
El 1%
más rico de la población vio subir su nivel de ingreso en 78% entre 1977 y
1989. Ese
último año, la plutocracia ya era dueña del 40% de la riqueza de la nación y
para
1995, poseía el 47% y el quintil superior era dueño del 93%. Entre 1973 a 1993,
el
5% más rico de la población recibió una transferencia de 275 billones de
dólares al
año, proveniente de la clase media.
En 1973, el director general promedio de una compañía grande ganaba 40
veces lo que un trabajador común. A inicios del siglo XXI gana entre 190 y 419
veces más. En 1998 la riqueza de Bill Gates -46 mil millones de dólares- era
mayor que la riqueza combinada del 40% inferior de los hogares americanos.
El 20% inferior del las familias de Estados Unidos recibieron en 1970, el
5.4% del ingreso nacional, mientras que el 5% superior recibió el 15.6%. Para
1994 las cifras correspondientes eran 4.2% y 20.1%. Cfr. Morris Berman, El
crepúsculo de la cultura americana, op. ciL, pp. 28-32.
479
Una vez aprobado el "bilí tax" de mayo, el ahorro en impuestos para los
cuatro
mil hombres más ricos de Estados Unidos significó, en promedio, ganancias
por
50,000 dólares mensuales y para el 20% más pobres, un ahorro de 5.40. Por si
esto
fuera poco, el 10% más pobre no sólo no tuvo una disminución importante en
sus
impuestos sino que además, perdió gran cantidad de servicios ofrecidos por el
Estado.

541
Jorge Federico Márquez Muñoz

Entre los años 2001 y 2003, el gobierno realizó recortes


tributarios que le costaron más de 400 mil millones de
dólares, la mayoría de los cuales implicaron ahorros para los
hombres más ricos del país; mientras el 12.7% de la
población vivía en niveles de pobreza.
Por su poder adquisitivo, el salario mínimo -5.5 dólares la
hora-era en 2007, 30% inferior al salario mínimo en 1968. El
número de estadounidenses sin seguro médico aumentó
entre 2000 y 2003, de 5.2 millones a 45 millones, es decir: ha
quedado desprotegido más del 15% de la población. El
presupuesto federal para el año fiscal de 2005 (que ascendió
a 2.4 billones de dólares) destinó 7% de incremento al gasto
militar, 10% de aumento a la seguridad interna, y tan sólo
0.5% a programas sociales.480
De continuar estas tendencias, la Seguridad Social será
insolvente en el año 2034 y el Seguro de Hospitales de
Medicare en 2015.481 Estados Unidos se está convirtiendo en
una nación más vieja: para el año 2025, los mayores a 65
años serán 75% más que hoy; mientras que el número de
trabajadores sosteniendo el mismo sistema de seguridad
social habrá crecido sólo 13%. "La razón actual de
trabajadores y beneficiarios de Seguridad Social es de 3.4 a
1; para 2025 será de 2 a l".482
El desempleo y los bajos salarios se convierten en rutina
para las clases baja y media; la prosperidad de los noventa
sólo benefició al 20% más rico de los estadounidenses. Entre
1995
480
Cfr. Morris Berman, Dark Ages America, op. cit., pp. 60-61.
481
Sus gastos combinados son más altos que los impuestos y primas para
pagarlos.
Cuestan lo equivalente al 7% del PIB y en 2030 costarán el 11.7%. Para el
2025, los
depósitos de Seguridad Social serán de 86 billones de dólares, y para el 2075,
los
costos de Medicare serán 45% más altos que el ingreso destinado a este
programa.
Cfr. Morris Berman, El crepúsculo de la cultura americana, op. cit., pp. 40-41.
482
Ibidem, p. 42.
En el 2045 el 53% de la recaudación tributaria de E.U.A. será requerida
para financiar la Seguridad Social y Medicare. En 1950, había 17 trabajadores
manteniendo a cada jubilado, en unas décadas la cifra caerá a uno. "La
insuficiencia presupuestaria será de 232 billones para el 2020. La esperanza
de vida está aumentando más rápidamente de lo que se esperaba, mientras
que la tasa de fertilidad está cayendo más rápidamente de lo que se pensaba".
En el 2050 habrá 80 millones de jubilados. El sistema de derechos sociales no
es sostenible. Cfr. Ibid., p. 43.

542
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

y 1999, el 86% de las mejoras económicas fueron para el 10% más


rico de la población.
En el año 2000, un trabajador promedio en Norteamérica
trabajaba siete semanas más al año que en 1990; actualmente, el
estadounidense promedio trabaja 350 horas más al año que su
483
contraparte de Europa.
Ante semejante situación, la cultura corporativa no hace más que
ofrecer soluciones que parecen una broma. Libros como Dios
quiere que seas rico y Jesucristo ejecutivo, profesan la creatividad
mercantil, la espiritualidad de los negocios, etc., su argumento es
que los empleos estables ya no son necesarios, pues la gente es
tan cool que no necesita ninguna certeza. No obstante, los salarios
disminuyen y su poder adquisitivo real está por debajo del que
estaba en 1990; y a la vez, en 1990 estaba peor que en 1970 y
184
1960.
Loretta Napoleoni agrega algunos datos al respecto:

La desigualdad de ingresos también ha ido creciendo


rápidamente en Europa, donde la separación mayor entre ricos y
pobres se encuentra en el Reino Unido. Desde 2004 hasta 2007,
la pobreza en el Reino Unido ha crecido de 12,1 a 12,7 millones.
En 2006, los beneficios de las empresas británicas fueron los
mayores desde 1965, pero se distribuyeron menos
equitativamente que en el pasado. En la primera mitad de 2006,
el sueldo de los directivos de las empresas líderes creció un 28
%, pero los sueldos semanales medios adecuados a la inflación
cayeron un 0,4 % [...]
Según Goldman Sachs, los márgenes de beneficio de las
empresas han ido creciendo desde 1989, alcanzando un punto
álgido histórico en 2006, gracias al descenso de la participación
de la mano de obra en los ingresos nacionales. Este fenómeno
está relacionado con el excepcional aumento de la oferta global
485
de mano de obra.

483
Cfr. Morris Berman, Dark Ages America, op. cit., pp. 14-18.
484
Cfr. Ibidem, pp. 20-21.
485
Loretta Napoleoni, Economía canalla, op. cil., pp. 58-59.

543
Jorge Federico Márquez Muñoz

La tercermundialización incluso de algunos sectores de


los países desarrollados está generando un mundo cada vez
más violento, acompañado de islas de envidia banalizada.
Luchas de clases, criminalidad, terrorismo y en algunas
ocasiones, guerras civiles tienden a manchar amplias zonas
del planeta.
El escenario de la desigualdad radical ha sido planteado
por diversos autores, como Jacques Attali,486 para quien la
desigualdad será sobre todo entre el norte y sur; y como
Morris Berman y Robert Kaplan, quienes describen la
periferización incluso del Primer Mundo.487
Estamos ante el fracaso parcial de la compasión universal
igualitaria. Quizás convendría entonces el triunfo del
confucia-nismo y el hinduismo, que nos permitirían
adaptarnos mejor a la nueva situación; pero no es así, las
ideologías dominantes intentan llevarnos a:

a) la envidia temible para hacer la revolución clasicida


estilo soviético, chino o camboyano, en nombre de la
compasión universal igualitaria, de la utopía; esto, en su
versión radical;
b) en su versión moderada, intentan llevarnos al
reformismo del Estado benefactor, donde habrá un
reparto de los bienes de los ricos a través de impuestos
progresivos; y
c) en su versión indiferentista, conducen a soportar las
desigualdades como algo natural y a confiar en que las
corporaciones, el mercado y los gobiernos neoliberales
nos devolverán nuestros estándares de vida.

En este contexto, planteo tres posibles escenarios:

1) La lucha será dura, pero triunfará la periferización, aun-


que costará muchos muertos y la instauración de un
orden
486
C/V. Jacques Attali, op. cit., p. 71 y sigs.
487
Cfr. Morris Berman, El crepúsculo de la cultura americana, op. cit., p. 87 y
sigs.

544
SOCIEDAD, VIOLENCIA y PODER • TOMO II

de encapsulamiento artificial, que implicará más ejércitos


privados y murallas para las casas de los ricos. Esto, en lugar de
alejar las miradas envidiosas, agitará más la ira de los
desposeídos, un orden que sólo podrá mantenerse con elevadas
dosis de violencia. 2) Otra opción es el triunfo de la
primermundializacion de todo el mundo. Esta es la versión
quejeffrey Sachs describe bajo su concepto de convergencia:

la mayor parte del mundo, incluidas grandes zonas del planeta


que [...] siguen siendo pobres, ha desentrañado los misterios del
crecimiento económico sostenido. Lo que otrora representara la
fórmula del éxito para una pequeña porción del mundo (Europa,
Estados Unidos, Japón y otros pocos países) está hoy día en
posesión de Brasil, China, India y otras poblaciones muy
numerosas. El rápido crecimiento económico y la extensión de la
prosperidad siguen su curso. Esta extensión de la prosperidad
está alimentada por la globalización (las redes comerciales,
financieras, productivas, tecnológicas y migratorias), que
establece interconexiones profundas a lo largo y ancho de todo
el mundo y que contribuye a diseminar unas tecnologías que
afianzan la productividad y el desarrollo económico.
[...] La convergencia se produce cuando la renta per cápita de
las regiones más pobres se incrementa en términos
porcentuales con mayor rapidez que la renta per cápita de las
regiones más ricas, de tal forma que la ratio de rentas per cápita
de las regiones pobres con respecto a las ricas se aproxima a la
unidad, es decir, a representar un nivel de vida similar. Como
Brasil, China e India han alcanzado un crecimiento económico
sustentado en el mercado apoyándose en la globalización, no
sólo son capaces de elevar sus niveles de vida, sino de reducir la
brecha de renta per cápita que los separa de los países ricos.
Sirviéndose de unas exportaciones muy competitivas, estos
países aprovechan el comercio exterior para adquirir tecnologías
punteras, por ejemplo,

545
Jorge Federico Márquez Muñoz

en el ámbito de las comunicaciones y la información. La rápida


absorción de tecnología se traduce en un crecimiento
igualmente rápido de la renta nacional y en un aumento de la
competitividad de la economía en los mercados mundiales. Se
establece así un círculo virtuoso de rápido crecimiento
económico basado en la mejora tecnológica acelerada, que se
sufraga con el incremento acelerado de las exportaciones. Es
un proceso fabuloso que pone al alcance de miles de millones
de personas las maravillas de la ciencia y la tecnología
modernas. La mayor parte del mundo pertenece en la
actualidad a este club de la convergencia, [...] los países que
han conseguido incorporarse a los mercados internacionales y,
con ello, [han logrado] alcanzar un crecimiento económico que
arroje una tasa de convergencia positiva (es decir, un
crecimiento económico más rápido que el de los países
488
ricos).

La anhelada convergencia será viable no sólo si triunfa la ideología


de la compasión universal igualitaria, sino que requiere también
que la economía -tanto en su fase productiva, come en la del
consumo- sea sustentable y que haya controles demográficos
eficaces.

3) El tercer escenario es una combinación de los dos anteriores:


se pauperizarán amplias zonas otrora desarrolladas, por
ejemplo al interior de Estados Unidos o de la Unión Europea o
Japón, al tiempo que enormes zonas de los países
subdesarrollados vivirán en la opulencia (como ya ocurre en
Ciudad de México, Río de Janeiro, Nueva Dehli, Madras.
Chongking, Shangai, etc.) y La lucha entre desarrollistas }
periferizadores seguirá sin resolverse; el encapsulamiento
artificial y la violencia que éste provocará, harán que, e::
algunas zonas, la prosperidad se combine con formas de
totalitarismo: éste es el modelo que han seguido los Tigres
Asiáticos y China, y probablemente éste sea el modelo que

488
Jeffrey Sachs, op. di., pp. 37-38.

546
SOCIEDAD, VIOLENCIA Y PODER • TOMO II

adopten muchas naciones en la búsqueda de la prosperidad


que sacrifica la libertad.

Los tres escenarios tienden a complicarse cuando pensamos en el


terreno geopolítico, ahí, algo cambiará respecto a la versión actual
del orden mundial. Al ingresar China e India a la competencia por
materias primas, los mercados, los energéticos, etc., habrá un
enfrentamiento con las potencias occidentales. China intenta, ya en
la actualidad, para su propio desarrollo, periferizar amplias zonas de
los países subdesarrollados, por ejemplo en África, pero también
perfieriza zonas del Primer Mundo. ¡París, Roma y Nueva York
periferizados por China!: quizás esto sea demasiado para las
potencias occidentales; quizás inicie entonces una nueva guerra,
que comenzará como una lucha contra la criminalidad (i.e. la
piratería, la pesca excesiva y la trata de personas), después se
convertirá en cuotas de inmigración y finalmente, en una guerra
abierta de la que la humanidad difícilmente podría sobrevivir.

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561
Sociedad, violencia y poder. De las comunidades
primitivas a la caída del Imperio Romano. Tomo II,
editado por la Facultad de Ciencias Políticas y
Sociales (FCPys) de la UNAM, se terminó de imprimir
el 4 de abril de 2014, en los talleres de Editores e
Impresores Profesionales EDIMPRO, S. A. de C. V.,
Tiziano 144, Col. Alfonso xm, Delegación Alvaro
Obregón, C. P. 01460, México, D.F. El tiraje consta
de 1 000 ejemplares, impresos en Offset en papel
Cultural de 75 gr, forros Couche de 210 gr. En su
composición se usó el tipo ITC New Baskervelle Std
11/13.2 puntos. Diseño y formación Marco Antonio
Pérez Landaverde. Cuidado editorial estuvo a cargo
del Departamento de Publicaciones, FCPys, UNAM.
La corrección de originales y el ciudado de la edición
estuvieron a cargo de Javier Sanvicente Añorve

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