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En el primero de los bloques, vamos a analizar las diferentes autorías que hacen referencia
al término conflicto, con el objetivo de conocer que se le atribuye a este concepto y tras
ello, ir desglosando poco a poco los aspectos que se relacionan y lo complementan.
Para comenzar, el primero los aspectos que trataremos serán las causas que generan los
conflictos, ya que lo consideramos esencial para una buena resolución. Asimismo,
analizaremos los tipos de conflictos existentes, además de las fases que desarrolla el
conflicto una vez que se produce.
Para finalizar con este primer bloque, hablaremos de las habilidades sociales, de modo que
podamos conocerlas mejor y adquirir un conocimiento relevante de las mismas. El motivo
de ello, es que estas inciden notablemente en nuestras relaciones y en la forma de actuar
ante determinados conflictos, por lo que consideramos que es un aspecto muy importante
que debemos de tratar para conseguir los objetivos que nos marcaremos a lo largo de este
trabajo.
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Antes de finalizar nuestro trabajo añadiremos, un apartado de conclusiones en el que
reflexionaremos acerca de lo aprendido, posteriormente, expondremos las fuentes
bibliográficas de las que hemos hecho uso a lo largo del trabajo realizado y por último, una
serie de anexos que complementan ciertos aspectos señalados en este documento.
No obstante, sabemos que a pesar de los casos ocurridos y del aumento de los conflictos,
desde el Estado se impulsa una enseñanza de calidad en la que los valores y las habilidades
sean trabajados interdisciplinarmente, como se presenta en el Real Decreto 126/2014, 28
de febrero, por el que se establece el currículo básico de la Educación Primaria, artículo 10
elementos transversales, Sec. I. Pág. 19356.
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social, así como de los valores que sustentan la libertad, la justicia, la igualdad, el
pluralismo político, la paz, la democracia, el respeto a los derechos humanos.
Además del trabajo con el alumnado, hemos considerado importante ofrecer a los
familiares unas orientaciones a desarrollar con los hijos, ya que para trabajar de forma
eficaz los objetivos que componen el programa elaborado, sería conveniente que tanto la
escuela como la familia trabajasen de una forma coordinada en este proceso de enseñanza
(Ortega, Mínguez y Saura, 2003; Monjas, 2006; Binaburo y Muñoz, 2007).
En síntesis, pensamos que trabajar las habilidades sociales es una buena propuesta para
dotar al alumnado de aquellas habilidades de las que carece y que conllevan a los conflictos
educativos. De este modo, pretendemos que se mejore las relaciones personales, la
convivencia de aula y el modo de prevenir y resolver los conflictos.
3. OBJETIVOS
Consideramos necesario establecer unos objetivos generales acerca del trabajo que vamos
a realizar. Estos son los siguientes:
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4. FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA DE LA PROPUESTA
4.1 El conflicto
Realmente, el conflicto es un elemento que se encuentra patente en nuestra vida cotidiana y
en el que podemos caer con facilidad, debido a la diversidad de personas existentes en
nuestra sociedad. A raíz de ello, surge la variedad de definiciones que se le asemejan al
concepto de conflicto desde su origen. Estas pueden confundirnos en un primer momento,
ya que según el autor que lo defina le puede atribuir, consecuencias negativas o positivas. A
continuación vamos a exponer una serie de definiciones atendiendo a dichas consecuencias.
En la misma línea, Hocker y Wilmot (cit. por Lederach, 2000, p.57) afirman que se trata de
“lucha expresada entre, al menos, dos personas o grupos interdependientes, que perciben
objetivos incompatibles, recompensas escasas e interferencias del otro en realizar sus
metas”
Como se puede observar, el conflicto para estos autores puede ser un factor negativo con
el que tenemos que vivir y del que no es fácil deshacerse. Este, puede darse en cualquier
ámbito de nuestra sociedad y nos perjudicará de un modo u otro, afectando en nuestras
relaciones personales. No obstante, el término conflicto no solo tiene atribuidas
connotaciones negativas, sino que en contraposición, también se le pueden atribuir
consecuencias positivas. Es más, son muchos los autores que perciben la acción de estar en
conflicto como un impulso para el desarrollo de nuestra sociedad, ya que intentan extraer
del mismo los beneficios que este puede aportarnos a nuestra forma de ser. Un ejemplo de
ello podría ser la mejora de nuestras habilidades de diálogo, manejo y control de nuestras
emociones, etc.
Para comprender mejor las consecuencias positivas que pueden emanar del término en
cuestión, hacemos referencia a Tuvilla (2004) que lo presenta del siguiente modo:
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El conflicto desde un punto de vista positivo, es motor de cambio social y sus efectos,
siempre que sepamos gestionarlos bien, permiten establecer relaciones cada vez más
cooperativas. De ahí, que la negociación resulte imprescindible. Tanto el conflicto
como la negociación constituyen un modelo de relación rica y permanente de la vida
cotidiana: personal, grupal y organizacional. (p.51)
Asimismo, Castillejo (2007, p.113) “el conflicto es luz y sombra, peligro y oportunidad,
estabilidad y cambio, fortaleza y debilidad, el impulso para avanzar y el obstáculo que se
opone. Todos los conflictos contienen la semilla de la creación y la destrucción”
Por tanto consideramos que si disponemos de las herramientas necesarias, podemos sacar
provecho del conflicto. Es más, no debemos tener miedo de enfrentarnos a este, ya que
nos permite ganar experiencia social, así como aprender y crecer como personas.
A raíz de ello, hacemos referencia a Lederach (2000), que realmente nos hace reflexionar
con el siguiente argumento, acerca de la importancia que tiene la existencia de los conflictos
en nuestra sociedad.
¿Qué seríamos sin conflictos en nuestra vida diaria? La vida sin conflictos supondría
una sociedad de robots, cuyos miembros habrían eliminado toda diversidad, unicidad
y distinción humana. Sería una sociedad exenta de la voluntad de buscar por el
significado de la vida; exenta del deseo de relacionarse los unos con los otros. (p.58)
Lo que Lederach (2000) nos viene a decir es que gracias al conflicto la diversidad de
opiniones, intereses, objetivos, etc. de los individuos se hacen patentes y dan lugar a que
diariamente luchemos por conseguirlos aunque podamos encontrar diversos obstáculos,
como, por ejemplo, lo son las personas. Esto permite que a pesar de que seamos diferentes
sigamos conviviendo y aprendiendo los unos de los otros.
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Seguido a lo expuesto anteriormente acerca de la diversidad y teniendo en cuenta las
definiciones previamente presentadas del término conflicto, es necesario comentar que a
pesar de esto, existen características comunes que completan entre sí la definición de dicho
concepto, Muñoz, Crespi y Angrehs (2011, p.210) las presenta del siguiente modo:
Estas características nos aportan una gran idea de lo que representa el término conflicto
teóricamente, aunque consideramos que para comprenderlo en su amplio sentido, debemos
trabajarlo mediante su práctica. Por ello mencionamos a Lederach (1993) que nos posibilita
analizar el conflicto a través del “esquema de las tres p’s”: procesos, personas y problemas.
Primeramente analizar el proceso, debemos tenerlo en cuenta por el hecho de que nos
permite saber el transcurso de este; el segundo, las personas, que aluden a todas aquellas
que están involucradas en el conflicto y que por tanto resultan esenciales para su resolución
y el último, los problemas, mediante los cuales sabemos las discrepancias de valores,
intereses, etc. que han desembocado el conflicto.
Creemos que teniendo en cuenta estas tres variables, así como los conocimientos
anteriormente expuestos acerca del conflicto es posible que podamos comprender mejor
dicho término y por tanto pueda ayudarnos a vivir sin miedo a caer en una situación
conflictiva.
En definitiva y tras lo comentado anteriormente, pensamos que lo ideal sería optar por una
actitud positiva hacia el conflicto. De esta forma aprenderíamos a manejarlo, lo que nos
aportaría beneficios tanto a nivel personal como a nivel grupal creando un buen clima de
convivencia. Además, si lo trabajamos a edades tempranas, por ejemplo en Educación
Primaria (como es el caso de nuestro TFG), crearemos una oportunidad de desarrollo tanto
a nivel personal como a nivel social en el alumnado (Velasco, 2009).
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4.2 El conflicto escolar
Ahora que conocemos el término conflicto, nos gustaría pararnos a reflexionar acerca de
cómo se percibe desde el ámbito educativo dicho concepto. Si miramos a nuestro
alrededor, los sujetos estamos en un proceso constante de relación, es más, es una de las
funciones vitales que nos definen como ser humano. En muchas ocasiones, esta interacción
con el mundo social provoca que los conflictos se presenten en nuestra vida.
De igual modo y como en cualquier otro ámbito de la sociedad, en los centros educativos
también se pueden observar, siendo uno de los factores que más preocupan hoy día en
nuestras aulas (Ortega, Mínguez y Saura, 2003; Tuvilla, 2004; Armas y Armas, 2005;
Binaburo y Muñoz, 2007; Vaello, 2011).
Debemos tener en cuenta que las escuelas no son instituciones ideales en las que reina la
paz. Los agentes que la componen, alumnado, profesorado, familiares y personal de
administración y servicios, influyen notablemente en el clima de la escuela. Por ello, se
deben establecer buenas relaciones entre sí, para conseguir con ello mejorar la calidad de
enseñanza. Asimismo, y con el objetivo de favorecer la prevención y hacer frente a la
resolución de conflictos, tanto los docentes como familiares, deberían fomentar el
desarrollo de habilidades sociales que favorezcan el proceso de enseñanza-aprendizaje del
niño desde cortas edades.
A pesar de que deberían ser modelos y transmisores de dichas habilidades, las escuelas
carecen de alumnos que sepan solucionar un conflicto, sino es mediante la violencia o
evitación. De ahí, que según (Vaello, 2011, p.53) los conflictos en el aula se sigan
afrontando desde dos perspectivas bien diferentes:
“Como un problema al que hay que buscar remedio y que suele llevar aparejadas
emociones negativas.”
“Como una ocasión para aprender/enseñar habilidades socioemocionales útiles para
evitar-resolver conflictos futuros.”
Desde nuestra postura como futuros docentes, vamos a llevar a cabo mediante el
aprendizaje de las habilidades sociales, una actitud y desarrollo del alumnado, que propicie
en un mayor grado la prevención y resolución de los conflictos, ya que como dice Vaello
(2011) no se pueden evitar ni prever todos los conflictos posibles, de modo que se deben
crear condiciones que hagan más improbable su aparición, o bien, extraer una vez que estos
surjan, beneficios para nuestra enseñanza.
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Si bien es cierto, para que esto ocurra, las instituciones educativas deben promover el
trabajar estos aspectos transversales que surgen en la cotidianidad del día a día y no dirigirse
“a enseñar contenidos, ya que su mayor tarea es formar personas” Voli (2005, cit. por
Vaello, 2011, p.17).Con esto no queremos decir que no son importante los conocimientos
sino que ambos aspectos deben de ir de la mano: conocimiento y desarrollo personal.
Estas causas pueden ser muy diversas, ya que dependerá esencialmente de la persona y por
tanto, de la edad que tenga. Es decir, el conflicto en el que se puede encontrar un anciano
no será el mismo que el de un alumno de Primaria. Con el fin de conocer las causas que
originan un conflicto, en un primer momento vamos a desarrollar las causas generales que
desembocan los conflictos en la sociedad y posteriormente, pasaremos a ver aquellas
características que resaltan en la etapa de Educación Primaria.
Autorealización
Reconocimiento
Afiliación
Seguridad
Fisiológica
En un primer momento hemos asemejado las causas que pueden propiciar el conflicto en
la sociedad con la Pirámide de las necesidades de Maslow (1943). Esta nos aporta una
visión jerárquica, acerca de las motivaciones por las que nos regimos los seres humanos, en
la búsqueda de la satisfacción de nuestras propias necesidades.
Con el fin, de comprender mejor a que hacen referencia estas necesidades y teniendo en
cuenta la organización presentada por Naranjo (2009) vamos a dar lugar a su descripción y
análisis en relación con el término de conflicto:
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conflicto surge, cuando una de ellas no puede realizarse debido a la coincidencia de
ésta, con otras demandadas de nuestro entorno en un momento determinado.
2. Necesidades de seguridad: llegamos a estas una vez que las primeras, necesidades
fisiológicas, se han satisfecho. Superar las necesidades de seguridad libran a la
persona de riesgos físicos, les aporta estabilidad y por tanto, aseguran la
supervivencia. En este caso la búsqueda de seguridad o incluso la prevalencia de los
propios miedos, pueden ocasionar conflictos entre las personas que se encuentran
luchando por superar este estamento.
3. Necesidades de amor y pertenencia, llamadas también de afiliación por otros
autores. Los seres humanos tenemos la necesidad de ser queridos por otras
personas y de ser aceptados tal y como somos. Se relacionan con el deseo de recibir
el afecto de familiares, amigos y de una pareja. El conflicto en cuanto a estas
necesidades, varía en función de los sujetos ya que estos pueden relacionarse en
diversos ámbitos sociales como la escuela, el trabajo, el hogar, etc.
4. Necesidades de estima o reconocimiento: se relaciona con el hecho de que el
propio sujeto se sienta bien consigo mismo; atiende al término de autoestima. El
sujeto desea ser valorado tal y como es, con el fin de sentirse bien con su persona.
A menudo los conflictos que desembocan de estas necesidades, se producen de
forma intrapersonal debido a la falta de aceptación por sí misma, que ha podido ser
consecuenciado por la falta de afecto por parte de su contexto compuesto por
familiares, amigos, etc.
5. Autorrealización: en este último, encontramos las necesidades relacionadas con la
visión de la vida, autonomía y autocontrol propio. Las cuestiones internas que se
realiza la propia persona acerca de la vida y de la misión que tiene en ella; puede
propiciar conflictos consigo mismo y con otros sujetos que no comparten su
opinión.
Ahora que conocemos un poco más acerca de las necesidades humanas de Maslow (1943),
cabe destacar que en nuestra opinión, éstas juegan un papel muy importante en nuestra
vida diaria, ya que pueden ser detonantes de múltiples conflictos durante el camino hacia la
satisfacción de las mismas. John Burton (cit. por Kehl, 1991) sostiene que las causas de
todo conflicto se encuentran en las necesidades humanas no satisfechas o no
suficientemente satisfechas. Debemos ser conscientes que el conflicto podrá producirse en
cualquiera de las necesidades descritas, por lo que si se origina deberemos atender a la
necesidad específica de la que se trate. Un ejemplo de ello, puede apreciarse cuando un
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sujeto desea cumplir una de sus necesidades fisiológicas, dormir, pero existe otro motivo
propio que coincidiendo con el mismo estamento, querer comer, se lo impide; es en ese
momento cuando podríamos considerar que el sujeto se encuentra en conflicto consigo
mismo, al no saber cuál de las dos necesidades atender.
Dando paso a otros autores hacemos referencia a estas consecuencias, pero centrándonos
en el ámbito que sostiene mayor peso en nuestro trabajo, el educativo. Como hemos dicho
anteriormente, las causas de un conflicto dependerán de la propia persona, pero también
del ámbito en el que se encuentre, de modo que los conflictos podrán surgir por razones
diversas. Para ello atendemos a Binaburo y Muñoz (2007, p.67) que nos muestran las
causas que hacen hincapié en el ámbito escolar:
Por otra parte, Martínez-Otero (2005) hace otra clasificación distinta de los distintos
factores que intervienen en la aparición de conflictos y que nos ayuda a comprender mejor
como se produce éste. Dichos factores son:
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2. Relaciones interpersonales en el ámbito escolar, resaltando de ello el autoritarismo
existente en la institución educativa. En ocasiones, la exigencia por parte de agentes
educativos superiores hacia otros de menor nivel suelen ocasionar conflictos.
3. Familiares, como son con mayor frecuencia las rupturas de estas, y personales,
dentro del que hacemos hincapié en la falta de habilidades sociales de los sujetos.
Creemos que los niños que están creciendo en nuestra sociedad, no disponen de las
herramientas suficientes para hacer frente a los inconvenientes que les surgen,
partiendo principalmente de uno de los valores fundamentales como es el respeto.
Es por ello, que debemos ser conscientes que si desde el ámbito familiar no se hace
posible, debe ser la institución educativa quien los forme para la convivencia.
Gracias a las diversas clasificaciones que hemos expuesto anteriormente, ahora podemos
tener una visión más amplia de las diferentes causas que pueden originar un conflicto,
concretamente en el ámbito educativo. Desde nuestro punto de vista, opinamos que es
esencial disponer de un variado conocimiento de estas causas, ya que si queremos trabajar
en la resolución de un conflicto, debemos tener presente cual o cuales han sido los motivos
de su origen. Así pues, una vez que conocemos estas podemos elegir una estrategia
específica que resulte eficaz de trabajar con dicho conflicto y así poder resolverlo.
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o Interpersonal: se da entre dos o más sujetos. Por ejemplo, Lucía y
Nuria no están de acuerdo con la elección de un trabajo que tienen que
realizar en la escuela.
Forma de expresión:
Implicación de grupos:
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o Intergrupal: se da entre dos o más grupos. Por ejemplo, en el colegio
“Gloria Fuertes” el departamento de Primaria y de Infantil están en
desacuerdo con el uso de los espacios del patio.
Asimismo y aunque los tipos de conflictos anteriores pueden observarse en los centros
educativos pensamos que también podemos encontrarlos en cualquier otro ámbito de la
sociedad. Con el fin de tratar específicamente los conflictos que presentan en el ámbito
escolar, consideramos oportuno mostrar los siguientes tipos que según (Fernández, 1999)
se originan cuando los comportamientos de los alumnos no encajan con los valores,
motivaciones u objetivos del proceso educativo.
Actos disruptivos dentro del aula: este tipo de conflicto se desarrolla en dos
vertientes. La primera cuando en el aula se presenta la imposibilidad de instruir por
parte del docente y la segunda cuando se produce la dificultad del alumnado de
aprender debido a los desórdenes, indisciplina, desmotivación y apatía en el proceso
de enseñanza dentro del aula.
Violencia: esta puede manifestarse de tres formas diferentes, si se inflige daño
físico, si agredimos verbalmente o si se daña psicológicamente a otro miembro de la
comunidad educativa, ya sea adulto o se produzca entre iguales. Dentro de la
violencia física se puede observar en forma de pelea y agresiones; la violencia
verbal, mediante amenazas e insultos y la violencia psicológica mediante chantajes,
reírse de alguien, sembrar rumores, aislamiento y rechazo hacia los compañeros.
Agresión al profesorado: se producen tras continuas agresiones, insultos y
amenazas.
Robos: estos pueden desarrollarse de dos formas. Primeramente si se roban
objetos pertenecientes a las instalaciones del centro, o bien, si los robos se realizan
a materiales de otros compañeros.
La asistencia de jóvenes ajenos al centro: este podría dar lugar al riesgo de
poderse producir situaciones descontroladas y no sujetas a las normativas escolares.
Absentismo: en ocasiones el alumnado pierde el interés por la enseñanza y acarrea
consecuencias como la falta de asistencia a clases.
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alto nivel de violencia. No obstante, no podemos descartar que se lleven a cabo, ya que
cada alumno es diferente en cuanto a sus impulsos, valores, etc.
4ª Resultado. En un conflicto grupal, para que Los alumnos podrían encontrar una alternativa
este resultase positivo y por tanto justo, intermedia que permita realizar la actividad llegando a
debería otorgarse a la mayoría. un acuerdo.
Cuadro 1: Fases del conflicto (Escalez y Pujantell, 2014: p. 36)
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4.6.1 Formas de afrontar un conflicto
Existen diversas formas de afrontar los conflictos. El modo por el que se opte dependerá
de los sujetos que se encuentren enfrentados, ya que puede que estos carezcan de las
habilidades necesarias para poder resolverlo. Además de ello, puede suceder el caso de que
la necesidad de conseguir un objetivo sea tan grande que se despreocupen de los
sentimientos e intereses de la persona con la que se encuentra en conflicto.
En este sentido, Banz (2008) argumenta que existen cinco formas de hacer frente a un
conflicto y que son:
1. Competencia: caracterizada por perseguir los objetivos propios sin considerar los
de la parte contraria con la que nos encontramos en conflicto.
2. Evitación: se caracteriza por no afrontar los problemas. Se posponen los
conflictos, sin pensar en las necesidades en juego, de modo que no se valoran ni los
propios intereses ni los de los demás
3. Compromiso: está basado en la negociación, es decir, en la búsqueda de soluciones
a través de un acuerdo por parte de los enfrentados. Mediante este modo de
afrontar el conflicto, las partes renuncian a una serie de objetivos personales para
llegar a una solución que favorezca a ambos. La solución por tanto, satisface sólo
parcialmente a los enfrentados.
4. Acomodación: supone ceder, por voluntad propia de una de las partes, a los
puntos de vista de la otra, renunciando así a los propios, con el objetivo de llegar
rápidamente a una solución.
5. Colaboración: implica la incorporación de unos y otros en la búsqueda de un
objetivo común. Supone explorar el desacuerdo, generando alternativas que
satisfagan a ambas partes.
Como hemos podido comprobar con las cinco forma anteriormente expuestas, la
variabilidad de afrontar un conflicto es palpable y por tanto, el modo en el que se lleve a
cabo dependerá de los sujetos. Con el fin de comprenderlas mejor, recurrimos a Kilman y
Thomas (cit. por Lederach, 2000, p.66), que realizan un diagrama situando los cinco estilos
anteriores, según el grado de cooperación y asertividad que puede mostrar una persona.
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Cuadro 2: Formas de afrontar un conflicto. (Kilman y Thomas, 1974)
Ralph Kilman y Kenneth Thomas (cit. por Lederach, 2000) nos explica mediante este
diagrama lo que viene a representar cada uno de los estilos que existen de afrontar un
conflicto. El término acomodación, implica una alta cooperación y preocupación por la
otra parte que se encuentra en el conflicto, pero poca por uno mismo. El estilo opuesto, el
denominado competitivo, tiende a preocuparse más por los propios intereses que por el de
los demás y desde nuestra perspectiva, no sigue un camino correcto hacia la resolución del
conflicto. Un punto medio entre ambos, hace referencia al término compromiso. Este hace
posible que cada uno de los involucrados obtenga beneficios en el conflicto, pero que a la
vez renuncien a otros objetivos que resultaban de interés.
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Planteamiento del Puesta en práctica y
Análisis del conflicto Propuesta de soluciones
conflicto evaluación
• Qué ha hecho • Identificar los hechos que han • Alternativas de actuación: ¿qué • Se dice la solución a pactar
• Quién lo ha hecho. (Es decir, podido llevar al problema y el podemos hacer?, ¿qué • Llavarla a cabo con la
en esta fase se debe relatar el por qué de sus efectos. hacemos ahora? implicación del niño en el
suceso por ambas partes). • Consecuencias materiales y • Elaborar una lista de posibles- cambio.
• Definir de forma objetiva lo socioafectivas para él mismo y múltiples soluciones • Revisión periódica de la nueva
sucedido. para los otros. actualización.
• Si no hay solución, se
comienza un nuevo proceso.
Cuadro 3: Fases que intervienen en la resolución de un conflicto. (Redondo y Madruga, 2010: p.91)
Debemos ser conscientes, de que en todas las fases que se lleven a cabo, las personas
enfrentadas deben ser partícipes en el proceso de resolución en todo momento. Es más,
son ellos mismos los que deberían proponer las alternativas posibles, con el fin de llegar a
la solución. No obstante, sabemos que puede resultar muy complicado, por eso lo mejor
sería prever que podría suceder con el fin de anticiparnos al resultado y a otros posibles
conflictos.
En este sentido, Tuvilla (2004, p. 60), establece la siguiente clasificación en función de los
sujetos que intervienen en el proceso de resolución: exógenas y endógenas. El primero de
ellos, hace referencia al término “exógenas”, que viene a decir que en la resolución del
conflicto participa una tercera persona. El segundo y último apartado, se denomina
“endógenas”, el cual significa que el conflicto se resuelve a partir del diálogo de las partes
implicadas, sin necesidad de recurrir a un sujeto externo para su gestión.
1. Exógenas:
a. Mediación: proceso de resolución de conflictos a través de la intervención de una
tercera persona imparcial y neutral, que anima a las partes a convenir una solución
satisfactoria para ambas, sin ofrecer alternativas, ya que su actividad se reduce solo al
control del proceso.
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b. Conciliación: consiste en la intervención de una tercera persona neutral, que busca
reconciliar a las partes en conflicto que tienen opiniones divergentes, elaborando y
proponiendo soluciones posibles que satisfacen las necesidades de ambas partes. En
este caso, el conciliador es una persona que tiene una intervención más activa que el
mediador, ya que aporta soluciones para ser examinadas y aceptadas por las partes
enfrentadas.
c. El arbitraje: es el proceso por el cual las partes someten la solución de su conflicto a
la decisión de un árbitro elegido por su autoridad y credibilidad.
d. Arreglo normativo: el conflicto se resuelve a través de la actuación de una tercera
persona que impone a las partes una solución de acuerdo con las normas de
convivencia establecidas previamente en el aula o en el centro.
e. El facilitador: este proceso es más preventivo que resolutivo, y consiste en la
participación de una tercera persona que dirige un debate entre las partes, con objeto
de que éstas tengan la oportunidad de comunicar sus sentimientos y expresar sus
percepciones e ideas, origen de sus diferencias.
2. Endógenas:
a. El consenso: a través del cual las partes en conflicto intercambian sus
preocupaciones y necesidades y tratan de encontrar un acuerdo aceptado por ambas
partes.
b. Negociación: aunque Tuvilla (2004) no lo incluye dentro de la clasificación anterior
como tal, habla de esta estrategia como la posibilidad de resolver entre las dos partes
enfrentadas el conflicto, sin necesidad de contar con una tercera persona. Esta
resolución se lleva a cabo mediante el diálogo, con el objetivo de llegar a un acuerdo
por ambas partes.
Como se puede apreciar, las estrategias exógenas, son más comunes a la hora de resolver
conflictos que aquellas en las que se solventan mediante las partes implicadas, es decir,
mediante las endógenas. Es por ello, que queremos fomentar el uso de las habilidades
sociales, para que el alumnado intente primeramente resolver los conflictos sin necesidad
de que intervenga una tercera persona y si esto no llegase a ser posible, pasaríamos a que
conociesen la estrategia de mediación. No obstante, en nuestro programa se trabajará tanto
con la intervención de una tercera persona como sin ella para que puedan adquirir fruto de
ambas.
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4.7 Habilidades sociales
Del mismo modo, queremos hacer ver como la enseñanza de técnicas de habilidades
sociales tiene un gran peso en la prevención y/o resolución de conflictos, teniendo en
cuenta que estos se producen a raíz de las relaciones personales que mantenemos a diario.
Es más según Vaello (2005, p. 13), dentro de estas relaciones interpersonales confluyen
cuatro planos diferentes de las personas interactuantes:
Cuando las personas interactúan entre sí, se ponen en juego estos cuatro planos, por lo que
debemos auto-controlarnos para abordar buenas relaciones. Por ello queremos promover
en el alumnado estos cuatro planos, con el fin de que sepan controlarlos y adecuarse a la
situación en la que se encuentren. Para ello, utilizamos las habilidades sociales.
Ahora bien, para conocer mejor a qué alude este término en concreto, hacemos referencia a
Redondo y Madruga (2010, p.70) que definen las habilidades sociales como:
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No obstante, dicho concepto, destaca por la gran diversidad que se le atribuye a sus
definiciones. Así pues, queremos conocer y analizar la perspectiva que muestran otros
autores. En el caso de Vaello (2005) las habilidades sociales se pueden definir como:
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alumnado, generalmente, beneficios en sus relaciones sociales y al mismo tiempo son
esenciales en la prevención y/o resolución de conflictos. Según Vaello (2005), las
habilidades sociales en el aula se clasifican en dos grandes categorías: intrapersonales (de
relación con uno mismo) e interpersonales (de relaciones con los demás). A continuación,
vamos a centrarnos en la última mencionada, ya que nuestro objetivo es que el alumnado
sea capaz de aprender ciertas habilidades sociales que se relacionen con la prevención y la
resolución de los conflictos.
Por otro lado y en suma a las anteriormente mencionadas, plasmamos las recogidas del
Programa de Enseñanza de Habilidades de Interacción Social (PEHIS). Este hace
referencia a un programa cognitivo conductual de enseñanza sistemática de habilidades
sociales para niños y adolescentes, dentro del cual se recogen las habilidades más relevantes
para los escolares. Monjas (2006, p.53) en este programa presenta las habilidades en las
diferentes áreas expuestas a continuación:
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3.5 Conversaciones de grupos
Área 4 4.1 Expresar autoafirmaciones positivas
Habilidades relacionadas con los sentimientos y las 4.2 Expresar sentimientos
emociones 4.3 Recibir emociones
4.4 Defender los propios derechos
4.5 Defender las opiniones
Área 5 5.1 Identificar problemas interpersonales
Habilidades para afrontar y resolver problemas 5.2 Buscar soluciones
interpersonales 5.3 Anticipar consecuencias
5.4 Elegir una solución
5.5 Probar una solución
Área 6 6.1 Cortesía con el adulto
Habilidades para relacionarse con los adultos 6.2 Refuerzo al adulto
6.3 Conversar con el adulto
6.4 Solucionar problemas con adultos
6.5 Peticiones al adulto
Cuadro 4: Programa de enseñanza de habilidades de interacción social (Inés Monjas, 2012: p.37)
Teniendo en cuenta la tabla anterior, podemos conocer las habilidades sociales de una
forma clara y precisa, ya que son facilitadas mediante las diferentes áreas que se desarrollan
en estas edades. Además, podemos hacer uso de las mismas a lo largo del desarrollo del
programa con el objetivo de que el alumnado las adquiera y pueda llevarlas a cabo en su
vida diaria.
Conforme pasaban los días y la frecuencia de los conflictos seguía perenne, nos limitamos a
observar el comportamiento del alumnado y pudimos comprobar como estos, escaseaban
en sus relaciones personales, es decir, tenían carencias en ciertas habilidades sociales que
desde nuestro punto de vista eran básicas y esenciales. Muchos de los discentes,
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presentaban un comportamiento agresivo hacia los compañeros, otros no mostraban
compasión ante sus actos, algunos no sabían trabajar de forma cooperativa, e incluso, en
sus conversaciones mostraban desprecio hacia otras personas. En definitiva, desde nuestro
punto de vista una actitud que no concuerda con un alumnado de este curso escolar,
aunque si miramos el entorno donde se encuentra el centro podemos ver que sí nos
encontramos en un entorno desfavorable.
Por tanto y con el fin de remediar las carencias y la frecuencia con la que se producen los
conflictos en este aula, hemos elaborado un programa que se basa principalmente en la
prevención y resolución de los conflictos a través del aprendizaje de las habilidades sociales
(Vaello, 2005; Monjas, 2006). El principal objetivo de este programa es practicar con el
alumnado una serie de estrategias y dotarlos de herramientas que les permitiera poder hacer
frente a los posibles conflictos. Pensamos que mediante la utilización de estas, el alumnado
podría desenvolverse mejor, de modo que cuando surgiese una situación conflictiva, se
parase a pensar antes de actuar. A su vez, pensamos que sería beneficioso para el alumnado
trabajar paralelamente con las habilidades sociales, ya que estas enriquecerían y sembrarían
en ellos una buena convivencia, relaciones personales entre sus compañeros y
fundamentalmente, mejoraría en la prevención y resolución pacífica de los posibles
conflictos que surjan en su vida diaria.
Haciendo referencia a los aspectos que conciernen a la familia, decir que la mayoría se
encuentran en paro y esto, acarrea que la situación económica se encuentre bastante
limitada. Además, existe una fuerte presencia de familias inmigrantes, que requieren por
parte del centro una actuación inmediata mediante programas específicos para su
integración social.
También debemos señalar que muchas de las relaciones familiares se han roto, por lo que la
tutoría legal la ejercen los abuelos, tíos, etc. El origen de ello, ha sido causado por la
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exclusión social que presentan los padres, derivados por causas de drogodependencia,
agresiones, etc.
En cuanto al aula para la que se realiza esta propuesta podemos decir, que se compone de
25 alumnos, de los cuales la gran mayoría son niñas (16), habiendo solo 9 niños. Estos se
encuentran distribuidos, según crean conveniente, bien sea de forma individual, en filas de
tres o por grupos, aunque esta última medida de organización no conlleve a los beneficios
que aporta la misma. Es decir, la distribución por grupos cooperativos es meramente
organizativo y no con fines educativos.
Dentro de este grupo, vamos a hacer mención a aquellos alumnos que presentan
necesidades específicas de apoyo educativo (NEAE), ya que pensamos que para un
correcto proceso de enseñanza-aprendizaje todo el alumnado debe ser partícipe en el
mismo y por tanto, debemos adaptar nuestra enseñanza a estos.
Por un lado tenemos las chicas, dentro de las cuales encontramos a dos alumnas de origen
musulmán, que tanto la comprensión y expresión en nuestro idioma les dificulta el
aprendizaje de aquello que trabajemos en clase. En el tercero de los casos, encontramos a
otra chica que presenta graves dificultades socioeconómicas y su contexto social es muy
desfavorecido, derivando de ello unas grandes dificultades académicas.
Por otro lado, tenemos a los chicos de los que podemos resaltar tres casos. En el primero
de ello, hablamos de un alumno autista, que a pesar de las dificultades que se derivan de
ello, el chico tiene una gran iniciativa y buenas relaciones sociales; el segundo de los casos,
es un alumno que presenta dificultades en la lectura y por tanto en la comprensión de
cualquier texto escrito; por último, presentamos a un chico que tiene grandes problemas
para la comprensión y expresión comunicativa en general y que presenta dos años de
retraso respecto al resto de compañeros del grupo, además de que su contexto familiar y
28
social es muy desfavorecido culturalmente, por lo que no tiene buenos modelos de
referencia a imitar.
En cuanto a los recursos que encontramos en el aula podemos decir, que son muy
completos, ya que dispone tanto de recursos digitales como recursos materiales (colores,
temperas, etc.). En los recursos digitales podemos hacer referencia a una pizarra digital y
otra normal manual, además de un ordenador portátil, del que hace uso el docente.
A pesar de que el centro cuenta con abundantes recursos, nos encontramos con un
contexto de nivel bajo-medio, ocasionado por su influencia social, cultural y económica.
5.3 Destinatarios
El programa se ha elaborado para el alumnado del cuarto curso de Educación Primaria. El
fin que proponemos con este, es el de remediar la diversidad de conflictos que se producen
en dicha aula.
29
e. Mejor conciencia reflexiva y mejor control: planifican mejor sus acciones
antes de abordar un problema, hacen un seguimiento más preciso de sus
acciones y pueden llegar a evaluarlas y corregirlas si es necesario.
f. Pensamiento operacional concreto: a partir de los seis años despliegan
grandes capacidades lógicas y racionales:
g. Del pensamiento preoperatorio al pensamiento operatorio:
i. Descentración frente a centración: pueden tener en cuenta varias
perspectivas.
ii. Realidad inferida frente a apariencia: son capaces de situar en un
contexto más amplio lo directamente perceptivo y de inferir
conclusiones que van más allá de los datos observables.
iii. Reversibilidad frente a irreversibilidad: ante un fenómeno
determinado, hay unas acciones que compensan a otras y que
conducen al mismo punto de partida.
iv. Transformaciones frente a estados: son capaces de seguir y tener en
cuenta las transformaciones, en vez de fijarse solo en los estados
iniciales y finales de una transformación.
v. Operaciones concretas: las acciones mentales de los niños cada vez
están más coordinadas entre sí y esto hace, que su pensamiento sea
más lógico e inferencial.
2. Características afectivas por Palacios e Hidalgo (2008):
a) El conocimiento de sí mismo: es decir el autoconcepto. En él se diferencian
claramente dos tramos evolutivos diferentes: entre los 6 y 8 años las
discriminaciones en la descripción de uno mismo es mejor; entre los 8 y 12
años, las relaciones interpersonales y las comparaciones con sus iguales se
hacen predominantes.
b) La autoestima: son capaces de valorar sus propias capacidades y
competencias.
c) Las emociones contradictorias y su comprensión: los niños pueden
presentar emociones positivas y negativas. Así pues, podemos observar que
entre los 6-7 años son conscientes de que las situaciones pueden provocar
más de una sensación y entre los 7-8 saben que un acontecimiento provoca
al mismo tiempo dos sentimientos.
30
d) La autorregulación emocional: demuestran diferenciar de forma clara entre
la experiencia emocional interior y la expresión externa de las emociones,
siendo incluso capaces de ocultar los sentimientos a los demás y/o utilizar
estrategias para regular los estados emocionales.
e) La identidad y los roles de género: tienen constancia del género de forma
definitiva; sin embargo no en cuanto a los roles y estereotipos de género,
que son a partir de los 8-9 años cuando se muestran más flexibles con estos
1. Características sociales por Palacios, González y Padilla (2008):
a. Desarrollo de la comprensión de los demás: son características las
descripciones basadas en la apariencia externa y en hechos concretos.
b. Comprensión de las relaciones interpersonales: distinguen la noción de
amistad, así como las relaciones de autoridad.
c. Las interacciones: experimentan una mejora de las habilidades sociales en
esta etapa. No obstante, se deben distinguir interacciones lúdicas, agresivas
y prosociales. De estas tres destacamos la agresiva, ya que se encuentra en
estrecha relación con los conflictos. Se dice que en este periodo los niños
siguen evolucionando en el control cognitivo de la conducta y en ese mismo
sentido son más hábiles a la hora de inhibir los primitivos impulsos de
agredir. También, saben desvelar las intenciones que inspiran los actos del
otro, de ahí que muchos episodios de agresión sean producidos por una
revancha. Por último destacar, que las peleas a veces no están ligadas al
alcance de objetivos individuales, sino también a intereses de grupos al que
pertenecen.
d. El curso del desarrollo respecto a distintos contenidos morales: distinguen
los términos moralidad y convencionalismo mientras estos estén
relacionados con hechos cotidianos. Por otro lado, podemos observar que
los niños actúan prosocialmente y que empatizan con las personas.
5.4 Temporalización
El programa se compone de 17 sesiones en total. Cada una de estas se desarrollará una vez
a la semana, por lo que este abarcará un periodo de tiempo de tres meses o lo que sería lo
mismo, un trimestre según el calendario escolar.
5.5Objetivos
Saber qué es un conflicto.
31
Analizar conflictos.
Buscar soluciones a los conflictos.
Aprender a trabajar cooperativamente.
Expresar sentimientos
Controlar nuestras emociones.
Escuchar activamente y respetar a los demás.
Empatizar con las personas.
Favorecer actitudes asertivas
Aprender a mediar conflictos.
5.6 Competencias
Desde las orientaciones de la Unión Europea, se persiste en la necesidad de adquirir las
competencias claves por parte de la sociedad. Nosotros hemos hecho referencia a las
presentadas en la Orden ECD/65/2015, de 21 de enero, por la que se describen las
relaciones entre las competencias, los contenidos y los criterios de evaluación de la
educación primaria, a través de estas, los sujetos podrán alcanzar un desarrollo integral, de
modo que se les facilite la convivencia en un mundo globalizado como el nuestro.
Asimismo y teniendo en cuenta los objetivos que hemos marcado a priori, vamos a detallar
aquellas competencias claves que van a ser desarrollas por el alumnado mediante esta
propuesta.
32
cotidianas como puede ser el centro educativo, el hogar, etc. Asimismo, podremos observar
si esta competencia se está desarrollando mediante la actitud que opta el alumnado en la
realización de las actividades grupales que componen el programa.
Con el trabajo de esta competencia se pretende dotar al alumnado de unas capacidades que
le permitan transformar las ideas en actos. Lo que queremos decir, es que perseguiremos
que el alumnado adquiera conciencia de la situación a intervenir o resolver, y tras ello, sepa
bien elegir, planificar y gestionar los conocimientos, destrezas o habilidades y actitudes
necesarias con criterio propio. De este modo, conseguiremos que cada alumno
personalmente pueda alcanzar los objetivos previstos. No obstante, enseñaremos al
alumnado el sentido de la empatía, ya que debemos tener la capacidad de ponernos en el
lugar del otro para conocer sus pensamientos e intereses y así entender mejor a las
personas.
5.7 Contenidos
Los contenidos van a exponerse de forma organizada según diferentes bloques. Dentro de
cada uno de ellos lo asociaremos a las competencias mencionadas anteriormente.
33
BLOQUE 2: CONTENIDOS COMPETENCIAS
HABILIDADES SOCIALES Cooperación C.4
Expresión de sentimientos C.1
Escucha activa C.1
Asertividad C.4
Empatía C.4
5.8 Actividades
En este programa se han diseñado una serie de actividades para cada bloque de contenido y
que conforman 18 sesiones en total. Estas serán desarrolladas en una sesión a la semana y
estarán estructuradas en los siguientes apartados:
Objetivos Materiales
Competencias Desarrollo de la actividad
Habilidades sociales Justificación
Responsables Fuentes
Tiempo
BLOQUE 1: EL CONFLICTO
Sesión 1 y 2:
El conflicto
Objetivos:
Saber qué es un conflicto.
Favorecer actitudes asertivas.
Competencias:
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C.1 Competencia en comunicación lingüística.
C.3 Competencias sociales y cívicas.
Habilidades sociales: asertividad y escucha activa
Responsables: tutor y alumna en prácticas.
Tiempo: 90 minutos.
Materiales: ficha impresa. (Ver anexo 1)
Desarrollo de la actividad:
1. Se le presenta a cada uno de los alumnos una ficha (ver anexo 1), en la que se les
realizará una serie de preguntas con el objetivo de que aprendan qué es un conflicto.
2. En esta lo primero que encontraran son dos pares de flechas, a raíz de las que tendrá
que reflexionar para saber cuál de ellas hace referencia a una situación conflictiva.
3. Tras ello, cada uno de los alumnos anotarán en la misma, la cantidad de las elecciones
del resto de sus compañeros.
4. Una vez que hemos podido observar lo elegido por estos, le pediremos que aporten una
opinión para saber los pensamientos que tienen acerca del término.
5. Con el fin, de que conozcan una definición clara de este, se les presenta una lectura
individual y que se presenta en la misma ficha.
6. Además para saber la percepción que tienen acerca del conflicto, a cada uno de los
niños les pediremos que extraigan de un tarro, un papel en el que está escrita una
situación. Estos deberán argumentar según su opinión, si ésta es conflictiva o no.
Justificación: la elección de esta actividad ha surgido con el objetivo de conocer y aclarar
el pensamiento que el alumnado tiene acerca del término conflicto, ya que creemos
importante que para extraer consecuencias positivas de este último, el alumnado debe
saber de qué se trata.
Fuentes: actividad adaptada. Extraída de: Pérez L. (2009). Mediación y resolución de conflictos.
Gobierno de Navarra.
Sesión 3:
¿Qué es un conflicto?
Objetivos:
Saber qué es un conflicto.
Competencias:
C.1 Competencias en comunicación lingüística.
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C.2 Aprender a aprender.
C.3 Competencias sociales y cívicas.
C.4 Sentido de la iniciativa y espíritu emprendedor.
Habilidades sociales: escucha activa.
Responsables: tutor y alumna en prácticas.
Tiempo: 45 min.
Materiales: lápiz, folios, pizarra y tizas.
Desarrollo de la actividad:
1. Cada participante escribe un conflicto individual.
2. Cada participante cuenta el conflicto que ha escrito, teniendo en cuenta las
siguientes instrucciones por parte del tutor y la alumna en prácticas.
a) La definición de conflicto se apoyará en los conflictos que cuenten.
b) No forzar a nadie a que cuente algo que quiera callar.
c) Insistir en que cuenten el conflicto con detalle, mostrando las emociones y
sentimientos que les provocó y que no lo tipifiquen, estereotipen o intelectualicen.
3. Aleatoriamente se piden voluntarios para que presenten su conflicto.
4. Se les pide que, a partir de los elementos que tiene el conflicto elegido, elaboren
una definición de este.
5. Posteriormente, se les ofrece una definición de conflicto, que será la expuesta en la
sesión anterior.
6. Les proponemos que analicen qué características del conflicto narrado se
encuentran recogidas en la definición ofrecida.
7. Teniendo en cuenta la definición elaborada de conflicto y la que les hemos
aportado, debemos construir una definición entre todos.
Justificación: con esta actividad perseguimos que el alumnado conozca el término
conflicto, de modo que posteriormente lo llegue a conocer para poder trabajar con este.
Fuente: Binaburo, J. A. & Muñoz, B. M. (2007). Educar desde el conflicto: guía para la mediación
escolar. Grupo Planeta (GBS) extraído de:
http://www.juntadeandalucia.es/educacion/webportal/abaco-portlet/content/fa29ee02-
577b-451d-8b4a-2c8a6644d842
Sesión 4:
Análisis de un conflicto
Objetivos:
36
Saber qué es un conflicto.
Analizar conflictos.
Competencias:
C.3 Competencias sociales y cívicas.
Habilidades sociales: escucha activa.
Responsable: tutor y alumna en prácticas.
Tiempo: 45 minutos.
Materiales: fichas impresas. (Ver anexo 2 y 3).
Desarrollo de la actividad:
1. A priori vamos a ofrecerles al alumnado una ficha en la que se presenta las pautas para
analizar un conflicto. (Ver anexo 2).
2. Seguidamente, dialogamos acerca de las mismas, por si el alumnado presentase algunas
dificultades de comprensión.
3. Tras ello, le pediremos que analicen un ejemplo: Luis quiere jugar al balón en el patio
con Enrique, pero éste prefiere hablar con dos chicos nuevos que acaban de llegar a su
clase.
4. El alumnado deberá analizar el conflicto en una serie de tablas. (Ver anexo 3).
5. Posteriormente debatiremos las respuestas dadas por estos.
6. ¿Qué solución presentarías para resolver este conflicto?
Justificación: pretendemos que con la realización de esta actividad, el alumnado pueda
aprender y por tanto adquirir, las fases necesarias para analizar un conflicto, ya
consideramos que previamente al uso de una estrategia necesita conocer como ha
sucedido este y eso lo conseguimos con su análisis.
Fuente: Pérez L. (2009). Mediación y resolución de conflictos. Gobierno de Navarra.
Sesión 5:
El trabajo cooperativo
Objetivos:
Aprender a trabajar cooperativamente.
Competencias:
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C.3 Competencias sociales y cívicas.
Habilidades sociales: cooperación y escucha activa.
Responsable: tutor y alumna en prácticas.
Tiempo: 45 minutos.
Materiales: ficha impresa. (Ver anexo 4).
Desarrollo de la actividad:
1. Primeramente, vamos a ofrecerle al alumnado las normas para trabajar en grupos. (Ver
anexo 4).
2. A raíz de ello, vamos a proponer la actividad de “La isla desierta”, que consiste en lo
siguiente:
A. Imagina que vas a viajar a una isla desierta con ocho compañeros de clase. Piensa
en las cosas que te llevarías y escríbelas.
B. En grupos de cuatro, debéis elegir por mayoría tres cosas y explicar entre vosotros
las razones. Conseguirá el viaje el grupo que consiga consenso y sepa explicar las
razones antes.
C. Al final leeremos en voz alta todos los objetos sobre los que habéis discutido y
conversaremos sobre los que habéis rechazado.
Justificación: hemos propuesto esta actividad, con el objetivo de que el alumnado sea
capaz de comprender el significado de trabajar en grupos. De este modo aprendemos las
habilidades sociales del diálogo y la cooperación, como habilidades indispensables para
una buena convivencia de trabajo y aula.
Fuente: actividad adaptada. Pérez L. (2009). Mediación y resolución de conflictos. Gobierno de
Navarra.
Sesión 6:
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Materiales: cofres o sobres, según disponibilidad del material y mapas del tesoro.
Desarrollo de la actividad:
1. Primeramente, distribuimos al alumnado en pequeños grupos, según las normas
establecidas para el trabajo en grupo.
2. Entregaremos al alumnado unos cofres o sobres, dependiendo de la disposición del
material. En ellos, tendrán las piezas necesarias para ordenar el mapa y poder encontrar el
tesoro.
3. El único inconveniente que tendrán, es que les faltarán algunas piezas y les sobrarán
otras que ya tienen. Las piezas que falten las podrán encontrar en otro de los grupos, por
lo que tendrán que ir en su búsqueda.
4. Una vez finalizado el mapa, expondrán el modo de buscar las piezas y la experiencia de
trabajar por grupos.
Justificación: perseguimos que el alumnado a través del trabajo en grupo, favorezca su
expresión lingüística y social. Asimismo, pensamos que es importante desarrollar en ellos
el trabajo cooperativo, de modo que aprendan unos de otros y consigan juntos los
objetivos que se propongan.
Fuente: actividad de elaboración propia.
Sesión 7:
Diferentes sentimientos
Objetivos:
Expresar sentimientos.
Escuchar activamente y respetar a los demás.
Competencias:
C.1 Competencias en comunicación lingüística.
C.2 Aprender a aprender.
C.3 Competencias sociales y cívicas.
Habilidades sociales: escucha activa y expresión de sentimientos.
Responsable: tutor y alumna en prácticas.
Tiempo: 45 minutos.
Materiales: radio y CD con piezas musicales.
Desarrollo de la actividad:
1. Por medio de la audición de diversas piezas de sonido, como por ejemplo, el
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cantar de los pájaros, un grito, oír la alarma, escuchar el mar, el ruido de los
coches, etc. Les pediremos a quienes participan que se concentren en identificar
los sentimientos que les ha sugerido. Es conveniente en el caso de la escucha de
una pieza musical permanecer con los ojos cerrados.
2. A continuación y con la colaboración de todo el grupo se escribe un listado de los
sentimientos que hemos experimentado.
3. Luego, se deben anotar aquellos sentimientos que no nos ha costado expresar y los
que sí han sido más difíciles de compartir con los demás.
4. Para terminar, se forman grupos de cinco personas en los que se reflexione sobre
esta pregunta: ¿por qué me cuesta o no expresar estos sentimientos? y los
resultados se debatan entre todo el grupo.
Justificación: hemos elegido esta actividad para que el alumnado aprenda a expresar sus
sentimientos y emociones, ya que pensamos que es uno de los aspectos que el alumnado
debe saber tratar para prevenir los posibles conflictos.
Fuente: Binaburo, J. A. & Muñoz, B. (2007). Educar desde el conflicto: guía para la mediación
escolar. Grupo Planeta (GBS) recuperado el 24 de marzo de 2016 de:
http://www.juntadeandalucia.es/educacion/webportal/abaco-portlet/content/fa29ee02-
577b-451d-8b4a-2c8a6644d842
Sesión 8:
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Habilidades sociales: escucha activa, empatía y expresión de sentimientos.
Responsable: tutor y alumna en prácticas.
Tiempo: 45 minutos.
Materiales: ficha impresa. (Ver anexo 5)
Desarrollo de la actividad:
1. Se reparte la ficha que aparece a continuación, en la que pueden presentarse estas
frases u otras similares. (Ver anexo 5)
2. Se contesta a la ficha de forma individual.
3. Puesta en común: En pequeños grupos, se examinan las coincidencias y
diferencias.
4. Se dialoga en gran grupo, para saber cuál de los ejemplos ha tenido mayor
coincidencia y cual mayor diferencias. También realizaremos preguntas como las
siguientes para empatizar.
¿Cómo te sentirías si fueses como alguno de los ejemplos mencionados?
¿Te gustaría que las personas te tratasen mal?
¿Buscarías alguna solución?
Justificación: mediante la realización de esta actividad perseguimos que el alumnado sea
capaz de expresar su opinión acerca de otras personas, así como de empatizar con las
mismas, puesto que pensamos que para prevenir y resolver los conflictos debemos
respetar a los demás.
Fuente: Muñoz, A. (1997): Educación intercultural: teoría y práctica. Madrid: Escuela Española.
(cit. por Nieto, M. y Tejedor, M. (2003). Actividades para educación primaria: contenidos, valores y
habilidades sociales para educación formal y no formal. Editorial CCS. )
Sesión 9 y 10:
Aprendemos a escuchar
Objetivos
Escuchar activamente y respetar a los demás.
Competencias
C.1 Competencia en comunicación lingüística.
C.3 Competencias sociales y cívicas.
Habilidades sociales: escucha activa
41
Responsables: tutor y alumna en prácticas.
Tiempo: 45 minutos.
Materiales: ficha impresa. (Ver anexo 6).
Desarrollo de la actividad:
1. Lo primero que vamos hacer es pedir un voluntario y proponerle que salga de clase por
un momento.
2. Mientras está fuera, haremos cuatro grupos y cada uno de ellos, ocupará una esquina de
clase.
3. Le explicaremos a los grupos, que cuando el voluntario entre, dos de los grupos
intentará comunicarse con él y los otros dos restantes, tendrán que interrumpir la
conversación.
4. Tras ello, le pediremos al voluntario que entre en clase y se coloque en el centro del
aula.
5. Los grupos realizarán la acción establecida y por tanto, el voluntario comprenderá que
no puede establecer una conversación con los obstáculos existentes.
6. A continuación por parejas, recibirán una ficha en la que se les expondrá los principales
obstáculos que deben evitarse para una correcta comunicación. (Ver anexo 6).
Justificación: está actividad ha sido elaborada con el objetivo de enseñar al alumnado la
habilidad social de “escucha activa”, para ello hemos representado una situación de “no
escucha”, con el fin de que comprenda la necesidad de un buen clima para establecer
conversaciones. Además, creemos que la escucha activa, así como el respeto hacia la
persona con la que estamos hablando es esencial, con el fin de evitar posibles conflictos.
Fuentes: actividad adaptada. Recuperada de: Pérez L. (2009). Mediación y resolución de
conflictos. Gobierno de Navarra.
Sesión 11:
¡Te escucho!
Objetivos
Escuchar activamente y respetar a los demás.
Empatizar con las personas.
Competencias
C.1 Competencias en comunicación lingüística.
C.2 Aprender a aprender.
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C.3 Competencias sociales y cívicas.
C.4 Sentido de iniciativa y espíritu emprendedor.
Habilidades sociales: escucha activa y empatía.
Responsables: tutor y alumna en prácticas.
Tiempo: 45 minutos.
Materiales: ficha impresa. (Ver anexo 7).
Desarrollo de la actividad:
1. A cada una de las parejas se les repartirá una ficha, en la que se presentan las finalidades,
características y fases de una buena escucha. (Ver anexo 7).
2. Veremos y debatiremos entre todos lo escrito en la ficha.
3. Tras ello, pediremos a las parejas, que se cuenten un problema (real o inventado),
aplicando las fases de la escucha activa.
4. Una vez que lo han practicado, pediremos una pareja voluntaria o la elegiremos
nosotros para que lo represente delante del grupo clase.
5. El resto lo estaremos observando y les proporcionaremos al finalizar un feedback acerca
de la representación, con el objetivo de que entre todos consensuemos si han establecido
las fases y qué se debería mejorar.
Justificación: hemos presentado esta actividad, con el objetivo de que el alumnado
aprenda las instrucciones y fases que se necesitan para desarrollar la “escucha activa”, ya
que consideramos que esta es muy importante para desarrollar consecuencias positivas a
través del conflicto. Es decir, beneficiarnos de los posibles conflictos.
Fuente: actividad adaptada. Recuperada de: Pérez L. (2009). Mediación y resolución de
conflictos. Gobierno de Navarra.
Sesión 12:
Me pongo en tú lugar
Objetivos:
Empatizar con las personas.
Escuchar activamente y respetar a los demás.
Buscar soluciones a los conflictos.
Competencias:
C.1 Competencias en comunicación lingüística.
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C.2 Aprender a aprender.
C.3 Competencias sociales y cívicas.
Habilidades sociales: empatía, escucha activa y buscar soluciones a los conflictos.
Responsables: tutor y alumna en prácticas.
Tiempo: 45 minutos.
Materiales: ficha impresa. (Ver anexo 8).
Desarrollo de la actividad:
1. Vamos a presentarles al alumnado la definición de empatía, para que estos conozcan
acerca de lo que vamos a trabajar.(Ver anexo 8).
2. Posteriormente, les preguntaremos si alguna vez se han puesto en el lugar de otras
personas.
3. Tras ello, vamos a proponer cinco situaciones de diferentes personas para que el
alumnado se ponga en el lugar de estas.
4. El alumnado tendrá que ponerse en su situación y expresar cómo se sentiría.
5. Podemos ayudarlos con preguntas como las siguientes:
¿Cómo crees que se siente?
¿Les gusta estar en esa situación? ¿Y a ti?
¿Qué soluciones buscarías?
Justificación: con la realización de esta actividad queremos que el alumnado adquiera una
de las habilidades, que desde nuestro punto de vista, es esencial para vivir en sociedad
comprendiendo el punto de vista de los demás, como es la empatía. Añadir, que además
de lo anterior, esto favorecerá al alumnado en la resolución de los conflictos.
Fuente: actividad de elaboración propia.
Sesión 13:
Historia de burros
Objetivos:
Escuchar activamente y respetar a los demás.
Aprender a trabajar cooperativamente.
Empatizar con las personas.
Competencias:
C.1 Competencias en comunicación lingüística.
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C.3 Competencias sociales y cívicas.
C.4 Sentido de iniciativa y espíritu emprendedor.
Habilidades sociales: escucha activa, cooperación y empatía.
Responsable: tutor y alumna en prácticas.
Tiempo: 45 minutos.
Materiales: ficha impresa. (Ver anexo 9).
Desarrollo de la actividad:
1. Se reparte entre los participantes una fotocopia con la historia de los burros.
2. Cada alumno mira las viñetas y pone por escrito, en una especie de bocadillos, qué
cree que dice cada uno de los burros en los diferentes momentos. (Ver anexo 9).
3. Puesta en común: Una vez hecho esto, el alumnado se reúne en pequeños grupos
para comentar lo escrito y tratar de sacar alguna conclusión en común, además
tendrán que elaborar y representar una pequeña escenificación sobre la historia.
Una vez finalizadas las representaciones, se puede preguntar si alguna vez se han
comportado como los burros de la historia, en qué ocasiones, por qué creen que al
final los burros de la historia decidieron cooperar, cómo se sentirían ellos en su
lugar.
Justificación: la elección de esta actividad persigue que el alumnado pueda comprender el
valor de la cooperación y negociación, ya que pensamos que ambos presentan un papel
esencial en la resolución pacífica de los conflictos.
Fuente: Seminario de Educación para la Paz (1994): La alternativa del juego. Juegos y dinámicas
para la educación para la paz. Madrid: Los libros de la Catarata, recuperado de: Nieto, M. y
Tejedor, M. (2003). Actividades para educación primaria: contenidos, valores y habilidades sociales
para educación formal y no formal. Editorial CCS.
Sesión 14:
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C.1 Competencias en comunicación lingüística.
C.3 Competencias sociales y cívicas.
Habilidades sociales: asertividad, empatía y buscar soluciones a los conflictos.
Responsables: tutor y alumna en prácticas.
Tiempo: 45 minutos.
Materiales: Fichas impresas. (Ver anexos 10 y 11).
Desarrollo de la actividad:
Tenemos que saber que ante un conflicto podemos actuar de diferentes maneras; sin
embargo, debemos prever qué consecuencias podría tener nuestro comportamiento, para
ello proponemos la siguiente actividad:
1. Colocamos al alumnado en grupos de tres componentes y les presentamos los tres
estilos de comunicación, ya que consideramos necesario que lo sepan para analizar su
forma de actuar en determinadas situaciones pasadas. (Ver anexo 10).
2. Sumado a ello les proporcionamos otra ficha (ver anexo 11) en la que encontrarán una
serie de preguntas con tres respuestas posibles.
3. Cada uno de los componentes deberá argumentar pros y contras de cada una de las
opciones.
4. Para acabar, realizaremos una votación sobre qué haría realmente cada uno si se
encontrara en una situación semejante. También, les pediremos que propongan otras
soluciones.
Justificación: hemos elaborado la actividad anterior, con el objetivo de que el alumnado
conozca los tres estilos de comunicación posible y además de ello, pueda establecer en su
vida cotidiana un estilo de comunicación asertiva, ya que lo consideramos el más
adecuado.
Fuentes: actividad adaptada. Recuperada de: Pérez L. (2009). Mediación y resolución de
conflictos. Gobierno de Navarra.
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Sesión 15 y 16:
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Fuente: Carolina Segura Vargas en www.ctv.es/USERS/avicent/juegos-paz, recuperado
de: Nieto, M y Tejedor, M. (2003). Actividades para educación primaria: contenidos, valores y
habilidades sociales para educación formal y no formal. Editorial CCS.
Sesión 17:
El bote de la calma
Objetivos:
Aprender a trabajar cooperativamente.
Favorecer actitudes asertivas.
Competencias:
C.3 Competencias sociales y cívicas.
Habilidades sociales: cooperación.
Responsable: tutor y alumna en prácticas.
Tiempo: 45 minutos.
Materiales: bote transparente, pegamento líquido, purpurina, colorante alimentario, agua
caliente, gel y cola caliente.
Desarrollo de la actividad:
1. Vamos a proponer que por cada grupo de cuatro elaboren el bote de la calma.
2. Debemos mezclar todos los contenidos en el interior. Debemos incidir en que al
trabajar en grupo deberán repartirse el trabajo.
3. Una vez que tenemos todos los ingredientes dentro de nuestro bote, dejamos hueco
para que pueda agitarse.
4. Y… ¡ya podemos disfrutar de nuestro bote de la calma!
Justificación: el objetivo principal de esta actividad es elaborar una técnica de control de
las emociones, de modo que cuando el alumnado se sienta en conflicto, antes de actuar sin
pensar en las consecuencias, tendrá que coger el bote de la calma y de este modo
tranquilizarse.
Fuente: recuperado el 4 de Junio de 2016 de:
http://www.guiainfantil.com/articulos/ocio/manualidades/como-hacer-una-
botella-de-la-calma-o-bote-magico-para-ninos/
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Sesión 18:
La varita mágica
Objetivos:
Aprender a mediar conflictos.
Escuchar activamente y respetar a los demás.
Empatizar con las personas.
Competencias:
C.1 Competencias en comunicación lingüística.
C.2 Aprender a aprender.
C.3 Competencias sociales y cívicas.
Habilidades sociales: escucha activa y empatía.
Responsable: tutor y alumna en prácticas.
Tiempo: 45 minutos.
Materiales: ficha impresa. (Ver anexo 11).
Desarrollo de la actividad:
1. Lo primero que se realizará es presentar la actividad al alumnado que consistirá en
desarrollar la estrategia de mediación para la resolución de conflictos.
2. En un recipiente el alumnado encontrará diferentes situaciones conflictivas que
deberán resolver. Para que podamos hacernos una idea, las situaciones serán
semejantes a la siguiente:
Estamos en la clase de 4º A, realizando las elecciones de nuevo delegado. El
resultado entre los dos voluntarios al puesto es el mismo, por lo que deben decidir
entre ambos quien resultará delegado y subdelegado. Para ello deben hacer uso de
la varita mágica, con el fin de poder mediar el conflicto y llegar a una solución.
3. Se pedirán voluntarios para la realización de la actividad. Para que existan partes
enfrentadas y mediadores diferentes para cada situación conflictiva.
4. El mediador, dispondrá de un documento (ver anexo 11) en la que se presentan las
fases de las que consta la mediación, de modo que tanto con la ayuda de esta como
con la de los responsables de la actividad, pueda llevarse a cabo un role-playing.
5. La varita mágica, de forma neutral realizará preguntas como las siguientes para
establecer una solución entre ambos.
Justificación: hemos creado esta actividad con el objetivo de que el alumnado pueda
observar cómo se lleva a cabo un proceso de mediación, cuales son los pasos que hay que
seguir y como se pone en prácticas cuando hay un conflicto.
49
Fuente: elaboración propia.
Anexo 2: tarjeta de mediadores, recuperada de: Pérez L. (2009). Mediación y resolución de
conflictos. Gobierno de Navarra.
50
5.10 Evaluación y seguimiento
La evaluación es considerada desde nuestro punto de vista, como un proceso continuo y
flexible, que aporta beneficios tanto al alumnado como a los docentes respecto a aquello
que se ha trabajado a lo largo del proceso de aprendizaje. El objetivo que pretendemos
alcanzar con la evaluación del programa es conocer el antes, durante y después del aula a la
que estamos haciendo referencia, de modo que podamos obtener información necesaria de
la misma. Es por ello, que para tal fin hemos decidido llevar a cabo la evaluación en tres
fases que mencionaremos a continuación.
En una primera parte, hemos tenido la posibilidad de estar presente en diversas tutorías y
reuniones con los docentes, en las cuales hemos podido observar los conflictos que se
presentaban en las aulas. Además de ello, hemos tenido la posibilidad de llevar a cabo
varias sesiones en las que observar al grupo elegido, hemos podido establecer los objetivos
que queríamos conseguir con la aplicación del programa, en función de las necesidades de
la clase a la que va dirigida.
La segunda fase, viene a ser formativa, es decir, a medida que vayamos desarrollando el
programa podremos observar la evolución y aceptación de este por parte del alumnado.
Por tanto, creemos que con una buena observación y recogida de datos relevantes en el
denominado “cuaderno de evaluación” (ver Anexo 13), podremos valorar el proceso que se
está siguiendo. Asimismo, podremos modificar los objetivos o actividades propuestas en
función del camino que estemos siguiendo en el programa, con el fin de conseguir
resultados favorables para la mejora de la convivencia de aula.
En una tercera y última fase, una vez que se ha llevado a cabo el programa volveremos a
tener algunas entrevistas con el tutor, con el fin de que pueda mostrarnos la evolución o no
del grupo tras lo trabajado. Sumado a ello, iremos al aula algunos días para observar el
comportamiento que muestra el alumnado ante los posibles conflictos.
51
6. CONCLUSIONES
Teniendo en cuenta todo el desarrollo del documento que hemos realizado, nos gustaría
comentar ciertos aspectos de este.
Primeramente en cuanto a la indagación llevada a cabo, decir que hemos intentado recoger
la información más completa posible con el fin de desarrollar un estudio preciso del tema.
Gracias a ello, hemos ido cumpliendo los diferentes objetivos que se enumeraban para este
TFG y actualmente, disponemos de un amplio conocimiento que no teníamos hasta el
momento en relación a los conflictos y la convivencia. Hemos comprendido cómo una
buena gestión de estos puede darnos la posibilidad de aprender a través de las situaciones
conflictivas y como, por el contrario, puede afectar negativamente a la convivencia el no
controlar la situación de una forma adecuada.
Igualmente hemos indagado un poco más acerca de los tipos de conflictos, no solo en la
sociedad en general, sino en los conflictos más usuales a nivel escolar. A raíz de ello, hemos
podido tomar conciencia de la problemática que ocasiona en la actualidad estas señales de
violencia y conflictividad, así como la necesidad que tienen los centros escolares de tomar
unas medidas adecuadas para solventar estos problemas. Así pues decir, que las personas
que se encuentran escolarizadas no tienen los mismos intereses y objetivos, es por ello que
debemos enseñar y desarrollar buenos actos para poder convivir correctamente en
sociedad.
Elaborar el programa no ha sido fácil, ya que hemos tenido que adaptar los contenidos al
alumnado y por tanto, modificar muchas de las actividades que hemos propuesto con el fin
de ajustarnos a las necesidades y capacidades que presentaban los alumnos. No obstante, a
lo largo de la elaboración del programa, siempre teníamos en mente que aquello que
realizásemos debía contribuir a la enseñanza de aquellas habilidades de las que carecía el
alumnado y que resultaban imprescindibles para que pudiesen prevenir y resolver los
conflictos en los que se encontraban día tras día. Por ello, este programa tiene un carácter
52
flexible, por lo que en el momento que se detecte que no se alcanzan los objetivos de cada
una de las actividades se procederá a su modificación.
53
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55
8. ANEXOS
Anexo 1
Nombre:
1. De los dos pares de flechas, ¿cuál asocias con una situación de conflicto?
Explica las razones de tu respuesta.
Flechas superiores:
Flechas inferiores:
56
Anexo 2
Para analizar un conflicto, hay que saber que podemos huir o atacar. Éstas son las
soluciones que compartimos con los animales y que son las primeras que nos salen. Pero
otra opción es que podemos pensar, dialogar y llegar a acuerdos con otras personas. Antes
de decidir que hacer, hay que analizar:
Exactamente qué pasa (hechos).
Por qué ha sucedido (causas).
Cómo se sienten las personas (sentimientos).
Qué necesitan (necesidades).
Cuántas maneras se me ocurren de solucionarlo.
¿Cuál es la mejor? (¿Qué pasaría si…?)
¿Qué hacer para conseguirlo?
Anexo 3
El otro
57
¿Cómo nos sentimos?
Yo
El otro
El otro
58
Cuál es la mejor (¿qué pasaría si…?)
Yo
El otro
El otro
59
¿Qué hacer para conseguirlo?
Yo
El otro
Anexo 4
Haremos grupos fijos de cuatro personas para no perder tiempo cada vez que se
propone un trabajo en equipo, excepto en circunstancias especiales.
Todos los miembros del grupo tendrán una función: un miembro recoge los
acuerdos que se van tomando (secretario), otro anota el proceso del trabajo para
hacer una memoria final (observador), otro modera (controla tiempos y turnos
de palabra) y otro será el portavoz para la puesta en común de la tarea. Las
funciones se irán turnando.
Para no elevar el volumen de la voz, las cuatro personas se reunirán alrededor
de una sola mesa: al estar más cerca unos de otros, no hace falta que gritéis.
Las instrucciones para realizar la tarea se darán antes de que os coloquéis en grupo.
Si el profesor o la alumna en prácticas necesita interrumpir el trabajo por
cualquier razón, levantará la mano y cerrará el puño y los labios. Quienes le veáis le
60
imitaréis. Quienes veáis a éstos, los imitaréis, quedando así la clase entera en
silencio con gran rapidez.
El profesor y la alumna en prácticas observará el trabajo de los grupos para ver si
necesitáis ayuda y para evaluar vuestra participación en la tarea.
Para la puesta en común utilizaremos la técnica de la pecera: los portavoces se
sitúan en el centro de la clase y exponen por turnos su trabajo. Los demás,
sentados en las mesas, formáis un gran círculo a su alrededor y, después,
permaneceréis en silencio escuchando. Si tenéis algo que añadir o discutir, lo haréis
por escrito en un papel que pasaréis a vuestro representante.
Anexo 5
61
Anexo 6
62
Anexo 7
63
7. Análisis de las posibles soluciones
“¿Qué pasaría si…?” “¿Cuál te parece más fácil y más útil?”, “¿qué estás dispuesto a
hacer?”, “¿cómo lo vas a hacer?”
8. Resumen:
“O sea, que lo que vas a hacer es….”
Anexo 8
Definición de empatía:
Según la Real Academia Española se trata de:
64
Anexo 9
65
Anexo 10
ESTILOS DE CONDUCTAS
Consideramos importante que con el fin de prevenir y resolver los conflictos que pueden
presentarse en nuestro día a día, conozcamos las tres formas diferentes que tenemos de
actuar ante ello.
Pasivo: No defienden sus gustos e intereses, se deja llevar por la opinión de los
demás.
Asertivo: Este tipo de persona habla con respeto y seguridad acerca de sus
intereses.
Agresivo: No respeta la opinión, ni los derechos de los demás.
Anexo 11
1 Jon pide a Mikel que le preste su diccionario y se lo devuelve roto. ¿Qué puede
hacer Mikel?
a) Darle un empujón a Jon.
b) Quitarle importancia al asunto, sus padres le comprarán un diccionario nuevo.
c) Pedirle a Jon que arregle el diccionario.
2 Rosa empuja a Ramón en la fila. ¿Qué puede hacer Ramón?
a) Preguntarle a Rosa por qué le empujó.
b) Quejarse al profesor.
c) Insultarla.
3 Ramón le cuenta a Laura que Alberto ha dicho que es tonta y que le huelen los
pies. ¿Qué puede hacer Laura?
a) Inventarse algo desagradable sobre Alberto y contarlo a los demás.
66
b) Preguntarle a Ramón por qué dice eso y luego hablar con Alberto.
c) No hacer ningún caso.
¿Y la asertiva?
Anexo 12
Fase 1: Premediación
Actuaciones que debes llevar a cabo Entradas para dirigir el proceso
como mediador
1. Preséntate Hola... ¿Por qué acudes a la mediación?
¿Qué esperas conseguir?
2. Habla con las partes por separado y Cuéntanos tu problema.
que te cuenten su versión.
3. Explícales el proceso (reglas, ¿Sabes que sin tu colaboración y esfuerzo
compromisos…) y comprueba si están por encontrar una solución satisfactoria
dispuestas a colaborar. para ambos no se podrá lograr y que los
mediadores sólo vamos a intentar ayudaros
a conseguirla? ¿Estás dispuesto a hacerlo?
Te propongo el día…. en…. con los
mediadores…
4. Determina si la mediación es En algún momento te pediremos que te
67
apropiada en este caso. expreses en primera persona o que repitas
con tus palabras lo que dice el otro.
Deberás hacerlo así...
Fase 3: Cuéntame
Actuaciones que debes llevar a cabo Entradas para dirigir el proceso
como mediador
1. Anima a cada parte a que cuente su Cuéntame qué ha pasado. ¿Cómo ves tú la
versión y exprese sus sentimientos. situación?
Me puedes decir algo más acerca de...
2. Presta atención a sus preocupaciones Entonces, ¿lo que pasó, según tu versión, es
y sentimientos, al contenido y a la qué...?
relación. ¿Cómo te has sentido? ¿De qué forma te ha
afectado?
3. Practica la escucha activa. Muestra Entonces, ¿te encuentras muy disgustado
interés, clarifica, parafrasea, refleja y porque...?
resume. Pide su confirmación. ¿Quieres añadir algo más? ¿Te has dado
cuenta que lo que dice tu compañero es
qué...?
4. Pide a las partes que parafraseen y ¿Puedes repetir con tus palabras la versión
68
reflejen sentimientos del otro. de tu compañero? ¿Te has dado cuenta
cómo se sintió? Resume con tus palabras
sus sentimientos.
69
-¿Continuará vuestra relación en el futuro?
¿Cómo podríais mejorarla?
Anexo 13
70