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El principio de Pareto no solo actúa en las tareas, también está presente en tus
proyectos, áreas de responsabilidad y metas porque puede ser que estás trabajando
en proyectos que te van a costar mucho tiempo y que no te darán muchos
resultados.
Para poder mejorar tu productividad personal es importante saber que solo 20%
de las tareas ya dan el 80% del resultado. El truco está en identificar el 20% y
enfocarte en esas tareas.
Si eliminas el 80% de las tareas no-productivas te puedes concentrar en las tareas
realmente importantes.
EFICIENCIA Y EFECTIVIDAD
ENTONCES DEBEMOS:
Trabajar ese 20% del tiempo que somos productivos para llegar al 80% de los
resultados que se espera de nosotros.
Por ello una de las razones de trabajar libremente en casa o fuera de un horario 9-
18h es que puedes buscar que par de horas del día te van mejor para ser híper-
productivo y conseguir los mismos resultados que si estuvieras 7 horas sentado en
la oficina.
Eliminar tareas, acciones, obligaciones, etc. que estén fuera de ese 20% que genera
la mayoría de cosas que solo nos quitan tiempo sin beneficios ni resultados óptimos.
Con este principio en nuestra mente, y con solo un poco de esfuerzo y análisis,
podemos llegar a quitarnos de encima todo aquello que no es parte de ese 20% de
actividad que nos genera el 80% de los resultados.
El cambio puede ser espectacular, pues de repente puedes ver liberado una gran
cantidad de tiempo que puedes usar para cualquier actividad por puro placer y
diversión, o para descansar o para lo que quieras.
Sobre todo, para conseguir algo más de paz mental al haber reducido el nivel de
estrés que puede generar el tener tantas cosas que queremos hacer a la vez, sin que
estas proporcionen los resultados óptimos que esperamos de ellas.
APLICADO EN:
¿ Qué es el tiempo?
Para los griegos de la época clásica el tiempo era un dios: Cronos. Los modernos
diccionarios de la actualidad lo definen:
La mejor definición, si bien no la mas clara para el lector moderno, sigue siendo la
antiquísima definición de Aristóteles: el número, o la medida, del movimiento según
antes y después.
El tiempo es, pues, la dimensión del cambio. Ya que si nada cambiara, no habría
tiempo.
Resulta toda una confusión que sorprenderá a más de uno. El tiempo en sí no existe.
No existe porque es una simple medida. No existe el tiempo como no existe ni el
kilómetro ni el litro, sino únicamente las cosas que son medidas por tales patrones
convencionales.
Para el ser humano el tiempo es la vida. Con mayor razón que el tan trillado refrán
castellano: “El tiempo es oro”, y que el refrán anglosajón: “ Time is Money”, debería
difundirse este refrán filosófico y universal: “El tiempo es vida”. Es la vida que se procesa
y que se construye, se despliega y hacia el final se repliega.
REALIDADES Y MITOS.
“No tengo tiempo”, “No me alcanza el tiempo”, “El tiempo vuela”, “Se nos
viene el tiempo encima”, “Tenemos que recuperar el tiempo perdido”, “Hay que ir
contra el reloj”, “Soy esclavo del tiempo”, “Vamos a ahorrar el tiempo” etc.
Todas las expresiones anteriores son falsas. El tiempo del día y del año transcurre
a un ritmo matemático uniforme y parejo: a nadie se le echa encima el tiempo y nunca se
pone a volar ni a tiranizar a la gente. Tampoco se recupera, ejemplo de esto puede ser, si
un piloto sale de París a Nueva York con una hora de retraso, podrá recorrer ese trecho
en menos tiempo del acostumbrado, pero tendrá que pagar un precio adicional: mayor
esfuerzo de las máquinas, mayor gasto de combustible, mayor tensión de los operadores
y mayor riesgo para todos.
Una cosa es el tiempo del reloj ( tiempo físico) y otra el tiempo psicológico.
Es el tiempo del que se dice: “Una enfermedad terrible, que duro dos largos años”,
“Quince días de vacaciones que pasaron en un santiamén”, “Cinco minutos de angustia
que me parecieron cinco años”.
LA EXPERIENCIA DEL TIEMPO.
Además, se vive el tiempo en el paso de las estaciones cada año, en las variaciones del
cuerpo a través de la infancia y de la adolescencia, en la fuerza de la juventud, en la
resistencia de la madurez, en el debilitamiento progresivo de la vejez y en el curso
evolutivo de las enfermedades.
¿ Quién podría asegurar que saca el máximo partido de su tiempo? ¿ Que lo emplea
del mejor modo posible para su plena realización y para el logro d los más valiosos
objetivos? ¿ Que se sirve de él para construir la felicidad propia y la de los seres queridos?.
Existen “ Ladrones del tiempo” bastante numerosos y tanto más temibles cuanto
más ocultos y disimulados. Identificarlos es el mejor camino para acabar con ellos.
EXTERNOS. INTERNOS.
Interrupciones por visitas inesperadas. Querer acaparar actividades pero no saber delegarlas.
Por ello, es muy importante y posible hasta cierto punto programar “ Desde fuera
“ el tiempo de trabajo de un individuo, no es posible programarle el tiempo vital. Eso
seria una burla y violación a la intimidad personal. Esto es una cuestión de valores,
voluntad, autodisciplina y madurez.
1. Para dar prioridades tendemos a colocar en primer lugar de nuestra rutina diaria lo
que nos agrada o se nos facilita más, inmediatamente después lo urgente, y en
ocasiones dejamos para el último momento lo importante.
2. Somos gregarios y sociales para las festividades y ceremonias, aunque
paradójicamente solitarios para trabajar. Se nos dificulta confiar y trabajar en equipo.
3. Nuestra laboriosidad la desperdiciamos en detalles, la mayoría de las veces por no
delegar responsabilidades (incluso en labores poco agradables) y que alguien más
podría hacer, como recopilar información, fotocopiar documentos, etc.
4. Llegamos a creer que mantenernos en una oficina “sacando pendientes” nos hace más
eficientes. ¿La eficiencia no sería evitar esos pendientes, usando mejor nuestro tiempo
laboral?
A. Tiempo de respuesta. Aquel que no está bajo nuestro control, pero que sigue
consumiendo nuestro tiempo de vida. Puede, si lo permitimos, manejar a los
demás con sus solicitudes, exigencias y problemas.
B. Tiempo discrecional. El que puede ser controlado. (Drucker dice que ningún
gerente tiene más de un 25% de tiempo discrecional); es el tiempo disponible (Si
Drucker tiene razón, yo solo controlaré 12 años de mis 48 de vida profesional. La
respuesta debe ser que todo gerente debe estar disponible para su gente y colegas,
pero no a toda hora).
Los recursos para utilizar el tiempo discrecional son:
a) El aislamiento, para restringir las interrupciones sin tener que retirarnos del lugar.
b) El retraimiento, que significa separarse del sitio habitual de trabajo para tener tiempos
sin interrupciones.
c) Reservación de trozos de tiempo de dos horas intocables a la semana, por ejemplo.
FILOSOFIA Y CIENCIA.
Con frecuencia los artistas –más sensibles a los fenómenos humanos- sintieron
con espanto su fluir inexorable y sin retorno. Lo percibieron como un torrente
que corre en caída acelerada, hasta precipitarse en la cascada de la muerte, o
como un monstruo implacable que estrangula y devora a los vivientes. Es la
concepción de Goya en el célebre cuadro “El tiempo”, que se exhibe en el Museo
del Prado en Madrid.
Así, en la antigüedad inventó mitos tan fantásticos como el del Árbol de la vida
y el de la Fuente de la Juventud.
Hizo intentos por detener el tiempo y conferir a las personas notables, por encima
de los años efímeros y del polvo de la tumba, una perdurabilidad tangible. Y la
creyó garantizada en las momias y en las estatuas. En forma más reciente y
democrática, en los retratos, en las fotografías, videos, que aprisionan el momento
fugaz.
La Biblia nos habla de patriarcas que vivieron centenares de años: antes del
diluvio, Adán vivió 930 años; Yered, 962; Matusalén, 969; etc. (GÉNESIS 5). Los
patriarcas postdiluvianos anteriores a Abraham viven entre 600 y 200 años: Sem
vive 600; Arfaxad , 438; Selaj, 533; Héber, 464; etc. (GÉNESIS 11). Finalmente
los patriarcas hebreos viven entre 200 y 100 años. La ciencia moderna ha
demostrado que jamás existieron hombres tan longevos. Los relatos bíblicos
echaron mano de la longevidad para encarecer los privilegios del hombre recién
salido de las manos del Creador. Y recíprocamente, diciendo que a medida que
la humanidad se alejaba de Dios, la vida se acortaba, ponderando los estragos de
la mala conducta.
Un recurso más elaborado estuvo a cargo de los filósofos y de los teólogos. Los
espíritus torturados por el tiempo se sienten liberados de él al insertarlo en un
mito. Las concepciones cíclicas, que se encuentran en el acervo cultural de
muchos pueblos, hacen del tiempo, no ya una línea recta que avanza dejando atrás
irremisiblemente todo suceso, sino una espiral, más o menos apretada. De este
modo queda abierta la posibilidad de que se vuelva a pasar, si no exactamente por
el mismo sitio, si muy cerca del punto (momento) del pasado.
1. El mito del Dios que muere y resucita de manera indefinida. Muchas religiones de los
cinco continentes incluyeron este mito como elemento principal de sus creencias. Se
sabe que este mito, poco menos que universal, obedece a la interpretación imaginativa
de dos ciclos naturales; el ciclo diario del sol que nace en un extremo del mundo y
muere en el otro (oriente, palabra latina, que significa “naciente”, y occidente,
“muriente”), y el ciclo agrícola anual de la naturaleza que en muchas latitudes se
agota y desfallece durante el invierno, y que revive en primavera. Por una “unión
mística“ del creyente con los dioses resucitados, se podía esperar una inmortalidad
personal.
Platón, por su parte, imaginó una eternidad como contrapartida del tiempo; es decir,
al lado del tiempo efímero y fugaz de la experiencia humana, puso un tiempo lleno,
denso, inalterable, siempre igual a sí mismo: el tiempo de los dioses.
Ya en la época moderna fue el filósofo alemán Friedrich Hegel quien colocó las
alternancias o ritmos en el centro del escenario filosófico. Interpretó la historia, no
como una mera sucesión de fenómenos que estuvieran yuxtapuestos y encadenados,
sino como un inmenso y complejísimo campo de fuerza. La interacción de ellas,
predominando en diversos momentos una u otras (como suele suceder en una
batalla o en un partido de futbol), crea una dialéctica cuyas unidades constan de tres
fases recurrentes: la tesis, la antítesis y la síntesis. Notamos que la palabra dialéctica
es la versión elegante de nuestra expresión popular “estira y afloja”.
Para otro gran filósofo moderno, Emmanuel Kant, el tiempo no existe; es una
necesidad de la mente humana y reside totalmente en ella. Kant enseña que sin la
artificial categoría “tiempo”no puede desarrollarse el pensamiento.
¿Por qué el uso del tiempo es o parece ser más dramático para el ejecutivo
que para el resto de la gente?
Planeación deficiente, ya sea por que los objetivos no quedan claros, o por que
falla su distribución en las cuatro categorías: inmediatos, a corto, mediano y largo
plazo.
Jerarquización insuficiente de prioridades.
Incapacidad para decir “no”, fuente, a su vez, de múltiples interferencias extrañas.
Poca habilidad en el manejo de interrupciones.
Resistencia a delegar, o el no saber como delegar en forma adecuada.
Falta de motivación y disciplina de él y su equipo.
“Abarcar mucho y apretar poco”: el empeño de hacer demasiadas cosas al mismo
tiempo.
Apoyo secretarial ineficiente.
MITOS.-
Existen también algunos mitos, que son otros tantos “ladrones del tiempo” del
ejecutivo.
El mito del activismo: “El ejecutivo más lleno de trabajo es el más eficiente”. Se
repite la ironía del caminante que, al perder la ruta, redobla el paso y se agita más. . .
. .para no llegar a ninguna parte.
El mito del centralismo: “Cuanto más alto sea el nivel en que se manejen los
asuntos, tanto mejor”. Se regatea la delegación, y se pretende hacer las cosas uno
mismo “para estar en todo”: invadiendo puestos, aplastando personalidades y
matando motivaciones.
El mito de los datos completos: “Hay que aplazar las decisiones hasta haber
recopilado todos los datos”. Lo que sucede es que no se decide a tiempo, o no se
decide.
EL EQUIPO JEFE-SECRETARIA.-
Conviene a éste conversar periódicamente con ella sobre cómo van los asuntos de
la oficina, enterarla de sus propias intenciones, y enterarse de las de ella.
Es una persona muy organizada. Solo así es capaz de organizar también a otros
para un pleno aprovechamiento de sus aportaciones.
Es una persona decidida, que no toma una y otra vez los problemas y los asuntos,
con el desperdicio del tiempo y demás recursos.
Es una persona al mismo tiempo idealista y realista que busca e imagina nuevas
rutas y nuevos métodos, pero calcula los requerimientos de tiempo con los pies
firmes sobre la tierra.
Es una persona empática, que capta las necesidades y las reacciones de su personal
y de todos los seres humanos que se cruzan en su camino.
Es una persona intuitiva, que capta las situaciones, aun las más complejas, como
un todo y dentro de sus contextos.
Es una persona flexible, que acepta la derrota y no se obstina en “dar patadas
contra los muros”; admite que se cometen errores y quiere que su equipo se
mantenga dispuesto a aprender.
Es una persona que cree sinceramente en la gente y con facilidad sabe delegar; no
sucumbe a la tentación de actuar como “El hombre orquesta”.
Es una persona considerada y respetuosa con el tiempo de los demás.
Es una persona autocrática, que en forma periódica examina las cosas que se ha
propuesto hacer y ha hecho, y las que se ha propuesto y no ha logrado.
1. Definir los objetivos a corto, mediano y largo plazo. Escribirlos y ordenarlos por
grado de importancia.
2. Elaborar diariamente la lista de cosas por hacer.
3. Empezar con las “A”s y no con las “C”s, es decir, con los asuntos de primera y no
de tercera importancia.
4. En caso de duda preguntarse ¿Cuál es el mejor uso de mi tiempo en esos
momentos?
5. Manejar cada papel (documentos, correspondencia, recados) una sola vez.
6. Hacer las cosas de inmediato. No dejar que los asuntos se conviertan en
“pendientes”.
Es normal que cuando una cosa cualquiera se usa mal, haya que sufrir las
consecuencias negativas. Para ilustrarlo con casos extremos, actúa torpemente quien
compra un coche de lujo y lo usa para acarrear borregos en una brecha.; o compra una
licuadora para triturar guijarros del arroyo; o usa vino del Rhin para limpiar manchas en
un piso.
Podemos explicar esta distinción con una analogía: por ejemplo, una persona
puede sufrir malestares digestivos: (1) por no comer; o bien, (2) por comer demasiado.
Las personas que viven sin objetivos, sin ideales, matando el tiempo se exponen
a efectos patológicos que en generan resultan menos visibles en la juventud, pero que
hacen crisis en la segunda mitad de la vida, tomando las formas de esterilidad,
insatisfacción difusa y existencial, hastío de la vida y la tristeza honda de las manos
vacías.
Se habla entonces del stress. La palabra inglesa stress conjuga dos fenómenos
diferentes: por una parte jalar, estirar; y por la otra, comprimir, apretar.
Elección de actividades.
Compensación a las prisas, agitación y múltiples estímulos de la vida moderna.
Mecanismo regulador de la personalidad.
Principio de individualización “vs.” presiones a la conformidad.
Campo de autodeterminación “vs.” hábitos dependientes.
*Principio de Pareto
1o de junio de 2010
ingelinux.wordpress.com/.../principio-de-pareto-y-la-administracion-del-tiempo
*Spacoacher
Principio de Pareto
10 de agosto de 2010
gestiondeltiempo.blogspot.com/.../principiodepareto.es.wikipedia.org/wiki/Principio_de
_Pareto
*Principio de Pareto
20 de julio de 2010
http://www.monografias.com/trabajos47/diagrama-pareto/diagrama-
pareto2.shtml#ejemp#ixzz2mSNYNHuZ