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introducción:

Cambio Climático y sus principales efectos e impactos en la agricultura nacional. A su vez


su directa relación con los cambios en los patrones climáticos reflejado en fenómenos
como la sequía y heladas. Al mismo tiempo, dar a conocer la forma en que se está
haciendo frente al tema del cambio climático como país, tanto a nivel nacional como a
nivel sectorial silvo agropecuario. El fenómeno del cambio climático es un tema que se
viene estudiando por décadas debido a los evidentes cambios en los patrones climáticos
producto del calentamiento global y efecto invernadero. Según los últimos estudios
realizados a nivel nacional, se prevé que hacia 2050 no sólo viviremos en un país más
caluroso, menos lluvioso, más propenso a tormentas y con más días nublados. Junto con
esto, una serie de paisajes se modificarán debido a la menor disponibilidad de agua y el
avance de las zonas áridas, trasladando cultivos desde la zona central hacia el sur y
disminuyendo la cobertura de nuestros bosques.

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Objetivos

1. El presente travajo tiene como propósito central dar visión generalizada de la situación
actual del cambio climático y su impacto en la agricultura.
2. Determinar la relación directa o indirecta que pudiere existir entre el cambio
climático y fenómenos de sequías.
3. Entregar información respecto de las proyecciones de largo plazo y
posibles escenarios para la agricultura nacional.

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Sequía y su impacto en la agricultura, como el cambio climático
influye en la agricultura

1. INFLUENCIA DEL CAMBIO CLIMÁTICO EN LA


AGRICULTURA:
La influencia del cambio climático en la agricultura está relacionada con variaciones en los
climas locales más que en patrones mundiales. El aumento en la temperatura promedio de la
superficie de la tierra ha traído como consecuencia que las distintas zonas geográficas se vean
afectadas de manera diferente. Por otro lado, la economía agrícola ha crecido en estos últimos
años y ahora provee cantidades significativas de alimento a nivel mundial en los mayores
países importadores, así como grandes ingresos para los exportadores. El aspecto
internacional del comercio y la seguridad en términos de los alimentos implican la necesidad
de considerar los efectos del cambio climático a una escala mundial.

Un estudio publicado en la revista Science sugiere que, debido al cambio climático:

 Sudáfrica podría perder para el año 2030 más del 30% de su cosecha principal, el
maíz.
 En el sur de Asia, las pérdidas de alimentos básicos regionales como el arroz y el maíz
podrían alcanzar un 10%.

Por otra parte, el tercer estudio de informes del IPCC, realizado en el año 2001,
concluye que los países más pobres serían los más afectados con reducciones en la
producción agrícola en regiones tropicales y subtropicales, debido a una menor
disponibilidad de agua y nuevas incidencias de plagas de insectos.
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“La agricultura contribuye al cambio climático y se ve afectada por el cambio climático”

a) La agricultura contribuye al cambio climático

Antes de llegar a nuestra mesa, los alimentos que consumimos han sido producidos, almacenados,
elaborados, envasados, transportados, preparados y servidos. En cada una de estas fases se liberan
gases de efecto invernadero a la atmósfera. La agricultura en particular libera importantes
cantidades de metano y óxido nitroso, dos potentes gases de efecto invernadero. El metano es
producido por el ganado durante la digestión debido a la fermentación entérica y se libera por los
eructos. También puede ser liberado por el estiércol y los residuos orgánicos almacenados en los
vertederos. Las emisiones de óxido nitroso son un producto indirecto de los fertilizantes
nitrogenados orgánicos y minerales.

La agricultura ha sido la responsable del 10 % de las emisiones totales de gases de efecto


invernadero de la UE en 2012. Entre 1990 y 2012, las emisiones de la agricultura de la Unión se
redujeron un 24 % gracias a una disminución significativa de la cabaña ganadera, a una aplicación
más eficiente de los fertilizantes y a una mejor gestión del estiércol.

Sin embargo, la agricultura en el resto del mundo va en la dirección contraria. Entre 2001 y 2011, las
emisiones globales de la producción agrícola y ganadera crecieron un 14 %. Este incremento se
registró sobre todo en los países en desarrollo debido al crecimiento de la producción agraria total,
impulsado a su vez por el aumento de la demanda global de alimentos y por cambios en las pautas
de consumo originados por la elevación del nivel de renta en algunos países en desarrollo. Las
emisiones generadas por la fermentación entérica aumentaron un 11 % durante este período y
representan el 39 % de la producción total de gases de efecto invernadero del sector en 2011.

Dada la primordial importancia que tienen los alimentos en nuestra vida, parece bastante difícil
seguir reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero de la agricultura. No obstante,
todavía hay margen para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero vinculadas a la
producción alimentaria en la UE. Sería útil mejorar la integración de técnicas innovadoras en los
métodos de producción, como la captura del metano emitido por el estiércol o una mayor eficiencia
en el uso de los fertilizantes y en la producción cárnica y láctea (es decir, reducir las emisiones por
unidad de alimento producido).
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Además de mejorar la eficiencia, cambiar algunas pautas de consumo podría contribuir a reducir
todavía más las emisiones de gases de efecto invernadero vinculadas a los alimentos. En general, los
productos cárnicos y lácteos tienen mayor huella global de carbono, materias primas y agua por
kilogramo que cualquier otro alimento. En lo que respecta a las emisiones de gases de efecto
invernadero, tanto la producción ganadera como la forrajera generan respectivamente más de 3 000
millones de toneladas de equivalentes de dióxido de carbono (CO2). El transporte y los procesos de
elaboración posteriores a la producción agraria representan una minúscula fracción de las emisiones
vinculadas a los alimentos. Si producimos menos residuos de alimentos y reducimos el consumo de
los alimentos que más emisiones generan, contribuiremos a reducir las emisiones de gases de efecto
invernadero de la agricultura.

b) El cambio climático afecta a la agricultura

Los cultivos necesitan tierra, agua, luz solar y calor adecuados para crecer. El calentamiento
atmosférico ya ha alterado la duración de la estación de crecimiento en grandes partes de
Europa. Las épocas de floración y cosecha de los cereales se adelantan ya varios días. Es
previsible que estos cambios sigan produciéndose en muchas regiones.

En general, la productividad agraria del norte de Europa podría aumentar al prolongarse la


estación de crecimiento y el período sin heladas. El aumento de las temperaturas y la
prolongación de las temporadas de crecimiento también podrían facilitar la producción de
nuevos cultivos. En el sur de Europa, sin embargo, cabe prever que las olas de calor extremo y la
reducción de las precipitaciones y del agua disponible limiten la productividad agraria. También
es previsible que el rendimiento interanual de las cosechas varíe cada vez más debido a los
episodios meteorológicos extremos y a otros factores como plagas y enfermedades.

En algunas zonas del Mediterráneo, el estrés hídrico y térmico extremo de los meses de verano
podría obligar a desplazar la producción de algunos cultivos estivales al invierno. Otras zonas,
como el oeste de Francia y el sureste de Europa, sufrirán reducciones de rendimiento debido a
los veranos calurosos y secos, sin posibilidad de desplazar la producción al invierno.

Las variaciones de las temperaturas y de las estaciones de crecimiento también podrían afectar
a la proliferación y propagación de algunas especies, como insectos, malas hierbas invasoras, o
de enfermedades, todo lo cual podría afectar a su vez a las cosechas. Parte de estas posibles
pérdidas se podrían compensar con prácticas agrarias como la rotación de cultivos para
adaptarlos a la disponibilidad de agua, ajustar las épocas de siembra a las pautas de
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temperatura y precipitación y utilizar variedades de cultivos más adecuadas a las nuevas
condiciones (por ejemplo, cultivos resistentes al calor y a la sequía).

Las fuentes terrestres de alimento no son las únicas afectadas por el cambio climático. La
distribución de algunas poblaciones de peces ya ha cambiado en el Atlántico Nordeste,
afectando a las comunidades que dependen de estos recursos a todo lo largo de la cadena de
suministro. Junto con el creciente transporte marítimo, el calentamiento del agua puede
contribuir a facilitar el establecimiento de especies marinas invasoras, provocando el colapso de
las poblaciones de peces locales.

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c. Impacto del Cambio Climático en el sector agropecuario
Conociendo los impactos del Cambio climático de los efectos físicos y atmosféricos investigados
por la comunidad científica, es preciso aquí mencionar cuales son los efectos directos sobre los
cultivos y plantas en base a los escenarios climáticos que proyectan modificaciones en en los
patrones de precipitación y de temperatura del aire. En términos generales, los rendimientos de
muchos cultivos, podrían disminuir significativamente por las mayores temperaturas, como
consecuencia, por ejemplo, del estrés térmico e hídrico, del acortamiento de la estación de
crecimiento y de la mayor presencia de plagas y enfermedades. Las producciones animales
también se verían afectadas, por el impacto del cambio climático en la productividad de las
pasturas y forrajes y según sus requerimientos específicos. (PROCISUR). Una de las actividades
económicas sobre la que más se resentirán los efectos del calentamiento global es la agricultura.
Adams y otros (1988) destacan entre los efectos principales: la modificación en los cultivos
debido a un incremento atmosférico en la concentración de CO2; mayor probabilidad de un
incremento en la población de plagas, y ajustes en las demandas y ofertas de agua para
irrigación. Como resultado se espera que la productividad de algunos cultivos importantes
disminuya. (CEPAL, Costa Rica, 2010). Los efectos directos sobre los procesos fisiológicos en las
plantas, debido al aumento en la concentración de CO2, han sido demostrados y sus
consecuencias sobre el crecimiento, desarrollo y producción vegetal han sido evaluadas con
diferentes modelos (Rabbinge et al., 1993).

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2. SEQUÍA Y SU IMPACTO EN LA AGRICULTURA:
Las crisis relacionadas con el agua están consideradas como uno de los riesgos más importantes
a los que se enfrenta nuestro planeta.
En la agricultura, hay sequía cuando la cantidad de humedad del suelo no satisface las
necesidades de un cultivo en particular. Año tras año, gran parte de los cultivos de la mayoría
de los agricultores del mundo se ven afectados por la sequía; en algunos casos las pérdidas
agrícolas causadas por la sequía pueden ser enormes. Incluso la falta de agua en poca medida
puede reducir el rendimiento y afectar la posibilidad de los agricultores de recuperar las
inversiones hechas en los cultivos. Es por este motivo, que generalmente los agricultores
siembran aquellos cultivos que mejor se adapten a la cantidad de agua disponible.

Sin embargo, en muchas partes del mundo, se usa la agricultura irrigada para aumentar los
rendimientos. Internacionalmente, según el Programa Medioambiental de Naciones Unidas, el
uso del agua en la agricultura representa cerca del 70% del consumo total. Los costos de
irrigación dependen mucho de los precios de la energía y de la oferta de agua y han aumentado
de manera sostenida. En este caso, el desarrollo e introducción de semillas híbridas que
requieren menos irrigación podrían reducir los costos de producción y la competencia por el
agua.

“Siempre, la sequía resulta en una disminución de la


calidad de vida de la población y el desarrollo
humano.”

a. Tipos de sequias:

Sequía meteorológica:
Se dice que se está en sequía meteorológica cuando se produce una escasez continuada de
las precipitaciones. Es la sequía que da origen a los restantes tipos de sequía y normalmente suele
afectar a zonas de gran extensión. El origen de la escasez de precipitaciones está relacionado con el
comportamiento global del sistema océano-atmósfera, donde influyen tanto factores naturales como
factores antrópicos, como la deforestación o el incremento de los gases de efecto invernadero.

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La definición de sequía meteorológica está vinculada a una región específica, ya que las condiciones
atmosféricas que producen déficit de precipitación son muy variables de una región a otra. Además este
tipo de sequía también puede implicar temperaturas más altas, vientos de fuerte intensidad, humedad
relativa baja, incremento de la evapotranspiración, menor cobertura de nubes y mayor insolación; todo
ello puede traducirse finalmente en reducciones en las tasas de infiltración, menor escorrentía, reducción
en la percolación profunda y menor recarga de las aguas subterráneas. En muchos casos el indicador
primario de disponibilidad de agua es la precipitación.

Sequía hidrológica:
Puede definirse como aquella relacionada con periodos de caudales circulantes por los cursos
de agua o de volúmenes embalsados por debajo de lo normal. Una definición mas precisa sería
la disminución en las disponibilidades de aguas superficiales y subterráneas en un sistema de
gestión durante un plazo temporal dado, respecto a los valores medios, que puede impedir
cubrir las demandas de agua al cien por cien.
A diferencia de la sequía agrícola, que tiene lugar poco tiempo después de la meteorológica, la
sequía hidrológica puede demorarse durante meses o algún año desde el inicio de la escasez
pluviométrica o si las lluvias retornan en poco tiempo, no llegar a manifestarse.
Sequía agrícola o hidroedáfica:
Puede definirse como déficit de humedad en la zona radicular para satisfacer las necesidades de
un cultivo en un lugar en una época determinada. Dado que la cantidad de agua es diferente
para cada cultivo, e incluso puede variar a lo largo del crecimiento de una misma planta, no es
posible establecer umbrales de sequía agrícola válidos ni tan siquiera para un área geográfica.
En zonas de cultivos de secano va ligada a la sequía meteorológica con un pequeño desfase
temporal dependiente de la capacidad de retención de humedad del suelo edáfico. En zonas
irrigadas la sequía agrícola está más vinculada a la sequía hidrológica.
Sequía socioeconómica:
Entendida como afección de la escasez de agua a las personas y a la actividad económica como
consecuencia de la sequía. Para hablar de sequía socioeconómica no es necesario que se
produzca una restricción del suministro de agua, sino que basta con que algún sector
económico se vea afectado por la escasez hídrica con consecuencias económicas desfavorables.
La creciente presión de la actividad humana sobre el recurso agua hace que cada vez sea mayor
la incidencia de la sequía socioeconómica, con pérdidas económicas crecientes.

b. ¿Cómo podríamos enfrentar sequias? “Alternativas para enfrentar una sequía”

 Los proyectos de cultivos biotecnológicos se concentran en la adaptación al estrés


medioambiental. Estos proyectos incluyen cultivos tolerantes a la sequía y genes
eficientes en la utilización del nitrógeno. Los cultivos tolerantes a la sequía están
diseñados para brindar una mayor estabilidad en los rendimientos por años. De otra
forma, esos cultivos sufrirían debido a las condiciones de sequía. Estos productos
reducirán los riesgos en la agricultura tanto en los países desarrollados como en los que
están en desarrollo. La eficiencia en el uso del nitrógeno puede contribuir a una
significativa reducción en las emisiones de los gases del efecto invernadero y a la vez,
mantener un alto rendimiento de los cereales a menores niveles de nitrógeno.
 Alternar las cosechas para asegurar la resistencia a las sequías y pestes.
 Cambiar los periodos de plantación y de cosecha.
 Mejorar la topografía de la tierra para mejorar la disponibilidad de agua y reducir la
erosión eólica.
 Incrementar la investigación de nuevas variedades resistentes a las sequías.

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 La diversificación es una opción, por ejemplo, combinar el cultivo de productos, la
silvicultura y la ganadería.
 La introducción de seguros puede ayudar a las personas a enfrentar las pérdidas de
cosechas.
 Distribución de pronósticos anticipados de clima.
 Promoción de proyectos de uso múltiple del agua.

c. ¿Cómo deberíamos cambiar el manejo de la Tierra y el Agua para responder


mejor ante una sequía?

El manejo integrado de tierras y aguas puede jugar un papel en la mitigación de los impactos
de la sequía al conservar la humedad del suelo y proveer algunos niveles mínimos de
producción. Un gran número de medidas tecnológicas pueden ser adoptadas para manejar
efectiva y conjuntamente los suelos y aguas2. Pero no todo es sobre tecnologías: La
precaución política e institucional son igualmente importantes para asegurar que la respuesta
ante la sequía sea maximizada. ¿Cuál es la combinación correcta de tecnología, precauciones
políticas e institucionales que pueden ser las más efectivas en el manejo del riesgo relacionado
a la sequía? ¿Y qué es lo que previene, hasta ahora, la gestión efectiva y conjunta de la tierra y
el suelo? Soluciones de gestión conjunta de tierras y aguas pueden ayudar a los agricultores a
incrementar su producción y limitar el riesgo asociado a las sequías. No obstante, muchos
pequeños productores agrícolas no están al tanto de tales técnicas y no tienen contacto con
agentes de extensión social. Y donde si existe la extensión social, muy a menudo las prácticas
de gestión de tierras y aguas no son lo suficientemente integradas.

d. ¿Cómo podemos conectar a los agricultores con los avances en investigación y


tecnología para contribuir en la lucha contra la sequía?

La producción de alimentos no avanza al mismo paso que la avidez del mundo. Los
rendimientos de cultivos han permanecido relativamente iguales en los últimos años, aun
cuando la demanda se incrementa debido al crecimiento de la población y el aumento de los
ingresos medios en países en desarrollo como la China. ¿Cuál es el papel de las tecnologías
para lograr que la producción agrícola sea más eficiente y, finalmente, en alimentar un mundo
en crecimiento? Las inversiones del sector privado para conectar agricultores con tecnologías
han abundado en países desarrollados. La puesta en marcha de tecnología para alimentos y
agricultura atrajeron $4.6 mil millones el año pasado, comparado con $2.3 mil millones el 2014
(AgFounder). Los campos han cambiado con las vistas aéreas de los campos provistas por
drones; softwares de mapeo que localizan agua subterránea; tractores provistos de sensores
que monitorean cosechas en tiempo real. El uso de energías renovables, en particular solar, en
la agricultura también está emergiendo la oportunidad de acceso de granjeros a energía
barata/limpia para sus actividades, mientras se contribuye a las metas del ODS 7. Los países en
desarrollo aún no han podido adoptar tecnologías similares ni tan rápidas ni exitosamente.

e. ¿Podemos responder mejor a las sequías al emplear una gestión proactiva en vez
de una reactiva?

El responder ante una sequía una vez que la crisis ha comenzado es una estrategia reactiva
que pierde muchas oportunidades para mitigar los impactos y a menudo es costoso. Mientras
que las estrategias proactivas que enfatizan en la preparación, son más económicas y más
efectivas. Como millones de personas que dependen de la agricultura para la producción de

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alimento, mercadeo y consumo pueden repentinamente verse afectadas por desastres
naturales – como sequías – que causan migración hacia lugares más seguros, los gobiernos y
las organizaciones internacionales deben colaborar para pasar de un manejo reactivo a uno
proactivo en emergencias de sequía. Para lograr este cambio, el panel se enfocará en un nuevo
paradigma que se aleja de esfuerzos gubernamentales anteriores que predominantemente se
enfocan en los impactos de la sequía, y en cambio resaltarán la importancia de la
concienciación sobre la sequía. Por medio de este cambio de paradigma, las respuestas ante
las sequías pueden ser más proactivas, e intervenciones tempranas facilitadas, creando
conciencia, construyendo capacidades y sobrepasando la inercia política.

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Conclusiones:

1. El cambio climático es un fenómeno mundial que ha quedado demostrado, por


evidencias científicas, que se debe en gran parte a la acción del hombre y su
contribución en el aumento de la concentración de los gases de efecto invernadero,
demostrando que la agricultura tendrá el reto de adaptarse a estos cambios.

2. las sequias no solo tienes impactos físicos en la agricultura si no también indirectos, de


modo que se tiene que tomar medidas para poder enfrentar una sequía, evitando un
mayor impacto negativo en el sector agrario.

3. El aporte del IPCC a nivel mundial ha sido crucial para poder focalizar y sumar esfuerzos
de los distintos países para combatir y mitigar los efectos del cambio climático.

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Bibliografía consultada: (linkografia)

1. http://www.monsantoglobal.com/global/ar/noticias-y-opiniones/pages/sequia-y-
agricultura.aspx

2. www.fundacionaquae.org/blog/impacto-de-la-sequia-en-la-agricultura/

3. www.gwp.org/globalassets/global/gwp-cam_files/impacto-sequia-2014_fin.pdf

4. http://www.fao.org/3/a-bs902s.pdf

5. https://www.eea.europa.eu/es/senales/senales-2015/articulos/la-agricultura-y-el-
cambio-climatico

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