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PASTORALISTA
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Índice |
Índice
Índice ………………………………………………………………………………….. 1
Presentación …………………………………………………………………………. 2
¿Qué es un ministro extraordinario?.................................................................... 3
Sagrada Eucaristía y Comunión........................................................................... 4
Celebración en ausencia del presbítero …………………………………………… 6
Desarrollo de la Celebración………………………………………………………… 9
Cuidados y Privilegios ……………………………………………………………….. 13
Comunión a enfermos ……………………………………………………………….. 14
Celebración para difuntos …………………………………………………………… 18
Domingo de ramos …………………………………………………………………… 24
Lunes santo …………………………………………………………………………… 40
Martes santo ………………………………………………………………………….. 49
Miércoles santo……………………………………………………………………….. 57
Jueves Santo …………………………………………………………………………. 65
Celebración del Jueves santo ………………………………………………. 66
Visita a los siete templos ……………………………………………………. 75
Adoración al santísimo ………………………………………………………. 81
Viernes santo …………………………………………………………………………. 82
Celebración del Viernes santo ……………………………………………… 83
Viacrucis ………………………………………………………………………. 98
Siete Palabras …………………………………………………………………110
Procesión del Silencio ………………………………………………………..114
Pésame a la Virgen……………………………………………………………116
Sábado santo ………………………………………………………………………….120
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Presentación|
Presentación
“Vayan por todo el mundo y prediquen el evangelio” Mc 16, 15.
El presente manual tiene como finalidad ser una herramienta de apoyo para quienes
durante semana santa ejerzan como ministros extraordinarios de la comunión en ausencia
de un presbítero o diácono en las diversas regiones de misión, según la encomienda del
párroco local.
Las siguientes páginas buscan contribuir y dar luces al rito de las celebraciones que van
del domingo de ramos hasta la vigilia pascual; brindando directrices y guías que faciliten la
celebración del rito diario; así como de los actos de devoción popular comunes a estas
fechas, las cuales se presentan y detallan para realizarse según la tradición propia de la
localidad.
“Cuando falta el ministro sagrado u otra causa grave hace imposible la participación en la
celebración eucarística” 1 el pueblo cristiano tiene derecho a que el Obispo diocesano, en
lo posible, procure que se realice alguna celebración dominical para esa comunidad, bajo
su autoridad y conforme a las normas de la Iglesia. Pero esta clase de celebraciones
dominicales especiales, deben ser consideradas siempre como absolutamente
extraordinarias. Por lo tanto, ya sean diáconos o fieles laicos, todos los que han sido
encargados por el Obispo diocesano para tomar parte en este tipo de celebraciones,
1Código del Derecho Canónico, c1248 S2; Cfr CONGR. CULTO DIVINO, Directorio para las celebraciones
dominicales en ausencia de presbítero, Christi Ecclesia, nn. 1-2: Notitae 24 (1988) p.366
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Una realidad que nos rebasa actualmente es la escasez de ministros. Frente a este reto,
parece conveniente que en algunas circunstancias se promueva a los fieles para colaborar
con el ministro ordenado, en ciertos servicios aprobados por la Iglesia. Con esta
proposición, se relaciona estrechamente lo que se lee en la instrucción sobre la Santísima
Eucaristía: “donde la necesidad de la Iglesia así lo aconseje, faltando los ministros
sagrados, pueden los fieles laicos suplir algunas tares litúrgicas, conforme a las normas de
derecho. (Redemptionis Sacramentum, n. 147)
¿Qué es un
MinistroExtraordinario |
extraordinari
preparada para llevar al
Santísimo Sacramento a
comunidades o lugares en
donde le es difícil llevar a un
o?
diácono, además de asistir a los
sacerdotes temporalmente
1 JUAN PABLO II, Carta Encíclica, Ecclesia de Eucharistia, n. 33: AAS 95 (2003) pp. 455-456.
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En las misiones existe la necesidad de un ministro extraordinario para éstas funciones, por
lo tanto algunos laicos son elegidos. Éstos deben estar adecuadamente instruidos y deberá
distinguirse por su vida, su fe y costumbres. Al ministro extraordinario de la sagrada
comunión nunca le está permitido delegar en ningún otro para administrar la Eucaristía.
Recuerda que éste compromiso inicia en la Iglesia, en la misión, pero continúa en tu vida
diaria.
Eucaristía |
Sagrada Eucaristía y
Comunión
“Yo estaré con ustedes todos los días hasta el fin del mundo” Mt 28,20
La Eucaristía es el sacrificio mismo del Cuerpo y de la Sangre del Señor Jesús, que Él instituyo para
perpetuar en los siglos, hasta su segunda venida, el sacrificio de la cruz, confiado así a la Iglesia el
memorial de su Muerte y Resurrección. Es signo de unidad, vínculo de caridad y banquete pascual,
en el que se recibe a Cristo, el alma se llena de gracia y se nos da una prenda de la vida eterna.
Jesucristo instituyó la Eucaristía el Jueves Santo, “la noche en que fue entregado” (1 Co 11,23),
mientras celebraba con sus Apóstoles la Última Cena. Jesús tomó en sus manos el pan, lo partió y
se lo dio diciendo: “Tomad y comed todos de él, porque este es mi cuerpo que será entregado por
vosotros”. Después tomó el cáliz con el vino y les dijo: “Tomad y bebed todos de él, porque éste es
el cáliz de mi Sangre, Sangre de la alianza nueva y eterna, que será derramada por vosotros y por
todos los hombres, para el perdón de los pecados. Haced esto en conmemoración mía”.
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La Eucaristía es fuente y culmen de toda la vida cristiana. En ella alcanzan su cumbre la acción
santificante de Dios sobre nosotros y nuestro culto a Él. [Tomado del Compendio Catecismo de la Iglesia
Católica Compendio n .271 – 274]
▪ Antes de la comunión se debe de explicar que sólo las personas que están “en gracia”
pueden acercarse a recibir la sagrada Comunión y hacer una breve explicación de que es
estar en gracia (que es no tener pecados mortales sin haber confesado).
▪ Recordar que para recibir la comunión se debe guardar una hora de ayuno, es decir que
no se puede consumir alimentos una hora antes de comulgar (solamente medicamentos y
agua).
▪ No debe exigir a los fieles a que se acerquen a él para recibir la comunión.
▪ Con la mano derecha toma una Hostia se la presenta a la altura de la cara al que va a
comulgar diciéndole “El cuerpo de Cristo” y esperando la respuesta “Amén”, luego lleva la
Hostia a la lengua del que comulga.
▪ Si la persona que va a comulgar no dice “Amén” el ministro debe de pronunciar las palabras
en su lugar.
▪ Todo fiel tiene siempre derecho a elegir si desea recibir la sagrada Comunión en la boca si
el que va a comulgar quiere recibir en la mano el Sacramento, en los lugares donde la
Conferencia de Obispos lo haya permitido, con la confirmación de la Sede Apostólica, se le
debe administrar la sagrada hostia. Ninguna diócesis en México tiene permiso de la Sede
Apostólica para dar comunión en la mano, por lo cual no debe de fomentarse.
Distribución de la comunión
La costumbre de la Iglesia manifiesta que es necesario que cada uno se examine a sí mismo en
profundidad, para que quien sea consciente de estar en pecado grave no celebre la Misa ni comulgue
el Cuerpo del Señor sin acudir antes a la confesión sacramental, a no ser que concurra un motivo
grave y no haya oportunidad de confesarse; en este caso, recuerde que está obligado a hacer un
acto de contrición perfecta, que incluye el propósito de confesarse cuanto antes. [REDEMPTION
SACRAMENTUM. N. 81]
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Eucaristía
Ciertamente, lo mejor es que todos aquellos que participan en la celebración de la santa Misa y tiene
las debidas condiciones, reciban en ella la sagrada Comunión. [REDEMPTION SACRAMENTUM. N.
83]
En la distribución de la sagrada Comunión se debe recordar que "los ministros sagrados no pueden
negar los sacramentos a quienes los pidan de modo oportuno, estén bien dispuestos y no les sea
prohibido por el derecho recibirlos". Por consiguiente, cualquier bautizado católico, a quien el
derecho no se lo prohíba, debe ser admitido a la sagrada Comunión. Así pues, no es lícito negar la
sagrada Comunión a un fiel, por ejemplo, sólo por el hecho de querer recibir la Eucaristía arrodillado
o de pie. [REDEMPTION SACRAMENTUM. N. 91]
Aunque todo fiel tiene siempre derecho a elegir si desea recibir la sagrada Comunión en la boca, si
el que va a comulgar quiere recibir en la mano el Sacramento, en los lugares donde la Conferencia
de Obispos lo haya permitido, con la confirmación de la Sede Apostólica, se le debe administrar la
sagrada hostia. [REDEMPTION SACRAMENTUM. N. 92]
El fiel laico "que ya ha recibido la santísima Eucaristía, puede recibirla otra vez el mismo día
solamente dentro de la celebración eucarística en la que participe, quedando a salvo lo que
prescribe el c. 921 § 2 (Se debe administrar el Viático a los fieles que, por cualquier motivo, se hallen
en peligro de muerte.). [REDEMPTION SACRAMENTUM. N. 95]
Celebración en ausencia
del Presbítero
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Congregación para el Culto Divino
DIRECTORIO
PARA LAS CELEBRACIONES DOMINICALES EN AUSENCIA DE
PRESBITERO
Resumen
INTRODUCCIÓN
1. La Iglesia de Cristo, desde el día de Pentecostés, después de la venida del Espíritu Santo,
nunca ha dejado de reunirse para celebrar el Misterio Pascual, el día que ha sido llamado «domingo»
en memoria de la resurrección del Señor.
En la asamblea dominical la Iglesia proclama lo que en toda la Escritura se refiere a Cristo1 y celebra
la Eucaristía como memorial de la muerte y resurrección del Señor, hasta que él vuelva.
2. Sin embargo, no siempre se puede tener una celebración plena del domingo…. «por falta
de ministro sagrado u otra causa grave les es imposible la participación en la celebración
eucarística».
4. ……hoy existen fieles que hacen todo lo posible por reunirse los domingos a orar, o en
familia o en pequeños grupos, aun cuando estén privados de la presencia del ministro sagrado.
5. ….no todas las parroquias pueden tener la celebración de la Eucaristía cada domingo,
porque ha disminuido el número de sacerdotes… ha sido confiado a muchos presbíteros el encargo
de celebrar varias veces la Misa en domingo en iglesias distantes entre sí….
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6. Por esto….lo obispos han juzgado necesario establecer otras celebraciones dominicales,
cuando no hay presbítero, a fin de que se pueda tener una asamblea cristiana del mejor modo
posible y para que la tradición cristiana del domingo quede asegurada.
….sobre todo en tierras de misión, los mismos fieles, conscientes de la importancia del domingo,
con la cooperación de catequistas y también de religiosos, se reúnen para escuchar la palabra de
Dios, para orar y para recibir la sagrada Comunión.
7.- ….la Congregación para el Culto Divino, considera oportuno recordar algunos elementos
doctrinales sobre el domingo y fijar las condiciones que hacen legítimas tales celebraciones en las
diócesis, y además proporcionar algunas indicaciones para el correcto desarrollo de las mismas
celebraciones.
CAPITULO II
CONDICIONES PARA LAS CELEBRACIONES
DOMINICALES EN AUSENCIA DE PRESBÍTERO
18. ….lo primero que hay que considerar es si los fieles pueden ir a la iglesia de un lugar cercano
para participar ahí en la celebración del misterio eucarístico. Hay que recomendar esta solución
también en nuestros días…….
21. Es necesario que los fieles comprendan con claridad que tales celebraciones tienen carácter
supletivo y no pueden considerarse como la mejor solución de las dificultades nuevas o una
concesión hecha a la comodidad. Las asambleas de este tipo nunca podrán realizarse el domingo
en aquellos lugares en los que ya ha sido celebrada la Misa o va a celebrarse, o ya fue celebrada
la tarde del día precedente…tampoco es oportuno celebrar dos veces este tipo de asambleas.
22. Evítese con cuidado toda confusión entre las reuniones de este tipo y la celebración
eucarística. Estas reuniones no deben quitar sino más bien acrecentar en los fieles el deseo de
participar en la celebración eucarística y hacer que estén más dispuestos a asistir a ella.
23. Los fieles han de comprender que no es posible la celebración del sacrificio eucarístico sin
el sacerdote y que la comunión eucarística que pueden recibir en estas reuniones está íntimamente
conectada con el sacrificio de la Misa. Por estas razones se puede mostrar a los fieles lo necesario
que es orar al Señor «para que multiplique los administradores de los misterios de Dios y los haga
perseverar en su amor».21
24. … no deben hacerse asambleas de este género, a no ser que el obispo las convoque y bajo
el ministerio pastoral del párroco.
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27. Es deber del párroco informar al obispo sobre la oportunidad de hacer estas celebraciones en
su jurisdicción, preparar a los fieles para ellas, dentro de lo posible, visitarlos entre semana; celebrar
para ellos oportunamente los sacramentos, sobre todo la penitencia. Así, la comunidad que se
encuentra en esa situación podrá experimentar realmente de qué manera el domingo se reúne no
«sin presbítero», sino solamente «en su ausencia», más aún, «en su expectación».
26. Cuando no sea posible la celebración de la Misa, el párroco cuidará de que pueda ser distribuida
la sagrada Comunión…. Las hostias consagradas deben ser renovadas frecuentemente y deben
ser conservadas en lugar seguro.
30. Cuando estén ausentes tanto el presbítero como el diácono, el párroco designará laicos a
quienes les confiará el cuidado de las celebraciones, a saber guiar la oración, el servicio de la
palabra y la distribución de la sagrada Comunión. Debe escoger primeramente a los acólitos y a los
lectores instituidos para el servicio del altar y de la palabra de Dios. Faltando también éstos, pueden
ser designados otros laicos, hombres o mujeres, los cuales pueden ejercer esta tarea en virtud de
su Bautismo y de su Confirmación. Éstos deben ser escogidos teniendo en cuenta su calidad de
vida, en consonancia con el Evangelio; téngase en cuenta, además, que puedan ser bien aceptados
por los fieles. La designación habitualmente se hará para un período determinado y será
manifestada públicamente a la comunidad. Convendrá que se haga por ellos una oración especial
en alguna celebración. El párroco tendrá cuidado de impartir a estos laicos una oportuna y continua
formación y prepare con ellos celebraciones dignas.
31. Los laicos designados aceptarán la tarea que se les ha confiado no tanto como un honor,
sino más bien como un encargo, y en primer lugar como un servicio a los hermanos, bajo la autoridad
del párroco. Su tarea no les pertenece sino que es supletoria, puesto que la ejerce «cuando lo pide
la necesidad de la Iglesia, al faltar los ministros». «Hagan sólo y todo aquello que concierne al oficio
a ellos confiado». Ejerzan su propia tarea con sincera piedad y con orden, tal como conviene a su
oficio y como justamente lo exige de ellos el pueblo de Dios.
35. El orden…. cuando no se celebra la Misa, consta de dos partes: la celebración de la palabra
de Dios y la distribución de la Comunión. No debe introducirse en la celebración lo que es propio de
la Misa, sobre todo la presentación de los dones y la Oración Eucarística. El rito de la celebración
debe ordenarse de tal modo que favorezca totalmente la oración y presente la imagen de una
asamblea litúrgica y no de una simple reunión.
36. Los textos de las oraciones y de las lecturas para cada domingo o solemnidad deben
tomarse habitualmente del Misal y del Leccionario. De tal manera los fieles, siguiendo el curso del
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año litúrgico, orarán y escucharán la palabra de Dios en comunión con las otras comunidades de la
Iglesia.
37. El párroco, al preparar la celebración con los laicos designados, puede hacer adaptaciones
teniendo en cuenta el número de los participantes y la capacidad de los animadores y también el
tipo de los instrumentos de que se dispone para la música y el canto. El laico que dirige la reunión
se comporta como uno entre iguales, tal como se hace en la Liturgia de las Horas cuando no preside
un ministro ordenado y, en las bendiciones cuando el ministro es laico («El Señor nos bendiga...»,
«Bendigamos al Señor...»). No debe usar las palabras reservadas al presbítero o al diácono, y no
debe hacer aquellos ritos que de un modo muy directo se relacionan con la Misa, por ejemplo los
saludos, sobre todo «El Señor esté con ustedes», y la fórmula de despedida, que harían aparecer
al laico que dirige como un ministro sagrado.
40. Lleve una vestidura que no desdiga con su oficio o lleve la establecida eventualmente por el
obispo. No debe usar la sede presidencial, sino que debe preparársele otro asiento fuera del
presbiterio.
El altar, que es la mesa del sacrificio y del banquete pascual, debe ser usado solamente para colocar
en él el pan consagrado antes de la distribución de la Eucaristía. Al preparar la celebración se tenga
cuidado de una conveniente distribución de las tareas, por ejemplo: para las lecturas, para los
cantos, etc., y para la disposición y adornos del lugar.
Desarrollo de la celebración | Página 11
Desarrollo de la Celebración
Tomado de: Celebraciones dominicales y festivas en espera de Presbítero
COMISIÓN EPISCOPAL DE PASTORAL LITÚRGICA
A) Ritos iniciales
10. Reunido el pueblo, el ministro se sitúa en su lugar, como se ha dicho antes (núm. 5 y
6)
Nunca usará la formula El Señor esté con ustedes, u otro saludo propio de un
ministro ordenado, ni bendecirá a pueblo al final de la celebración. Para saludar
usará una formula de bendición a Dios y para concluir la celebración implorará la
bendición divina sobre la asamblea, como se indica en el rito.
11. Terminado el canto, el ministro dice: En el nombre del Padre, etc. Todos se santiguan
y responden: Amén.
Si el ministro es laico, saludo a los presentes invitándolos a bendecir al Señor con una de
las fórmulas indicadas en el rito
12. El ministro puede hacer una breve monición introductoria a la celebración y recordará
a la comunidad con la que, aquel día, el párroco celebra la Eucaristía.
13. Luego el ministro dice: Oremos. Todos oran en silencio durante unos instantes.
Entonces, el ministro, sin extender las manos, dice la oración colecta del día. Cuando
termina, el pueblo aclama con el Amén.
Desarrollo de la celebración | Página 12
B) Liturgia de la Palabra
14. Terminada la oración, todos se sientan y el lector lee la primera lectura desde el
ambón. Conviene que el lector sea una persona distinta del ministro que preside o dirige la
celebración Antes de las lecturas se puede leer una monición escrita, que llame la atención
de los oyentes y situé aquéllas en el contexto de la liturgia del día.
15. Todas las lecturas se toman del leccionario del día. La segunda conviene que la
lea otro lector.
Sigue a las lecturas el Aleluya u otro canto, según las exigencias del tiempo litúrgico. Si no
se canta, el Aleluya puede omitirse.
Al final de la proclamación, el ministro dice: Palabra del Señor, a la que responde el pueblo,
Gloria a ti, Señor Jesús. Si es diácono, besa también el libro.
En todo caso, conviene que siga un momento de silencio para medita la Palabra de Dios.
19. Después se tiene la oración de los fieles o plegaria universal, que el ministro dirige
desde su lugar o desde el ambón. Pueden utilizarse los esquemas propuestos más
adelante u otros preparados para la celebración. En todo caso, la plegaria se desarrollará
según la serie establecida de las intenciones. No se omitan las intenciones por el obispo o
el párroco, y pídase con frecuencia por las vocaciones al Orden sagrado.
Las intenciones son propuestas por un diácono, en su defecto, por un lector o por
otra persona idónea. El pueblo manifiesta su participación con una invocación u
orando en silencio.
La sucesión de intenciones ordinariamente debe ser la siguiente:
a) Por las necesidades de la Iglesia universal y local;
Desarrollo de la celebración | Página 13
C) Liturgia de la Palabra
20. Después de la plegaria universal puede tener lugar una acción de gracias, con la cual
los fieles exaltan la bondad de Dios y su misericordia. Esta acción de gracias puede
hacerse de dos maneras:
a) Como simple acción de gracias con un salmo, por ejemplo, los salmos 99, 102, 117, 135,
137, 150; o con un himno o cántico, como el Gloria a Dios en el cielo o el Magníficat; o con una
plegaria litánica, que el ministro dice con los demás vuelto al altar, estando todos de pie.
b) Como acto de adoración a la Santísima Eucaristía, antes del Padrenuestro, como luego se
dirá.
21. En todo caso, la acción de gracias no debe tener la forma de una Plegaria eucarística. Los textos
del prefacio y de las Plegarias eucarísticas contenidos en el Misal no pueden usarse.
D) Rito de la comunión
24. Acabado el canto o la recitación, si ha tenido lugar, el ministro, de pie, invita a recitar o
cantar el Padrenuestro, que recita o canta toda la asamblea.
25. Después, si lo juzga oportuno, invita a los fieles a darse la paz con estas o parecidas
palabras: Dense fraternalmente la paz. Y todos se dan la paz del modo acostumbrado.
Acercándose a los que van a comulgar, teniendo la hostia un poco elevada, se la muestra
a cada uno, diciéndole: El Cuerpo de Cristo. El que comulga responde: Amén, y recibe el
Sacramento.
Desarrollo de la celebración | Página 14
30. A continuación del silencio sagrado o de la acción de gracias, si ha tenido lugar en este
momento, el ministro invita a los presentes a orar y dice la oración después de la
comunión del día.
E) Despedida
31. Terminada la oración después de la comunión, se dan los avisos y las noticias que
afectan a la vida parroquial o diocesana. Puede también advertirse la finalidad de la colecta,
si se hace, para realizarla a la salida.
32. Si parece oportuno, puede hacerse en este momento un canto en honor de la Virgen
María.
Cuidados y Privilegios
Cuidados y Privilegios
A continuación se mencionan una serie de privilegios y cuidados que como ministro extraordinario de
la sagrada comunión en la misión, tendrás que llevar a cabo:
Si se va a exponer en el mismo sagrario, se hace genuflexión y se limita a abrir la puerta del sagrario.
Si se va a exponer fuera del sagrario, se abre, hace genuflexión, toma el copón, cierra la puerta del
sagrario y coloca el copón sobre el corporal, no debe de estar muy lejos del sagrario. Al final hace
una vez más una genuflexión.
Mientras el ministro coloca de nuevo el sagrario en su lugar, los fieles pueden entonar un canto
Eucarístico y de acción de gracias. El ministro concluye diciendo: “El señor nos bendiga, nos guarde
de todo mal y nos lleve a la vida eterna”. Los fieles responden: “Amén”.
La mayor dificultad se presenta si parte de la Sangre de Cristo llega a caer al piso. El ministro
extraordinario debe asegurarse de que nadie pise la mancha, tal vez delegando a una persona para
que vigile. Se puede usar un purificador limpio para marcar el punto. Luego (tal vez con ayuda del
diácono) se debe traer agua ara rociarla sobre la mancha. Es importante aclarar que la Sangre de
Cristo deja de ser Eucaristía cuando se diluye con agua hasta el punto de perder su apariencia de
vino, Sin embargo, el agua resultante debe ser tratada con respeto y, por medio del uso de
purificadores recolectarla en una vasija no consagrada y posteriormente derramada sobre una
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Comunión a enfermos
Comunión a enfermos
Una de las preocupaciones principales de Cristo fue la salud de la gente, eso se demuestra
en los muchos milagros que realizó curando enfermos de sus diferentes males. Como
ministro extraordinario de la comunión, llevarás a Jesús en diferentes formas:
primeramente en la Eucaristía, que también es alimento y fortaleza en nuestro caminar
hacia la casa del Padre; y también, finalmente, lo llevas en ti mismo, como hermano que
hace la caridad en nombre y por amor a Dios. Para poder llevar la comunión a un enfermo
se debe de contar con la aprobación del párroco.
PREPARATIVOS:
Manual de ministro (Rito de comunión para los enfermos y lecturas del día)
Purificador y corporal
Tomar el Santísimo sacramento inmediatamente previo a visitar al enfermo (en caso
de contar con relicario trasladar únicamente las formas que se utilizaran, en caso de
no contar con uno, se llevará el copón
CONSIDERACIONES
.
Comunión a enfermos |
Según la situación particular de cada enfermo queda a criterio del ministro la realización del rito
completo o la utilización de su forma breve (sustituir la lectura del día por una cita de evangelio, no
realizar una reflexión, ni cantos)
1. Rito Introductorio
Saludo
Ministro: En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo
R. Amén
Ministro: Hermanos, gracia y paz de parte de Dios, nuestro Padre y de Jesucristo el Señor
R. Bendito seas por siempre, Señor
Acto penitencial
Ministro: Para participar con fruto en esta celebración dispongámonos a reconocer
sinceramente nuestros pecados y la infinita misericordia de Dios
+ Después del examen de conciencia, todos dicen
2. Liturgia de la palabra
+ Puede tomarse el evangelio del día o el siguiente
Ministro: Escuchemos las palabras del santo Evangelio según san Juan 6, 54.58
El que coma mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré ene l último
día. Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que coma mi carne
y bebe mi sangre habita en mí y yo en él. El Padre que vive me ha enviado, y yo vivo por
el Padre; del mismo modo, el que me coma vivirá por mí.
Este es el pan que ha bajado del cielo: no como el de sus padres, que lo comieron y murieron:
el que come este pan vivirá para siempre.
Palabra del Señor
+ Se puede realizar una breve reflexión a partir del texto si se cree conveniente o bien e puede guardar silencio
y meditar la Palabra
Comunión para difuntos | Página 20
Ministro: Escucha, Señor, nuestra oración y concédenos con abundancia lo que te hemos
pedido con fe. Por Jesucristo nuestro señor.
R. Amén
3. Liturgia de la comunión
Ministro: Invoquemos a Dios Padre con la oración que Jesucristo nos enseño
+ El Ministro hace una genuflexión ante el sacramento, saca del relicario o copón al Santísimo sacramento, y lo
presenta diciendo.
Ministro: Éste es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Dichosos los invitados
a la cena del Señor.
R. Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para
sanarme.
+ En caso del enfermo presente dificultades para consumir el Cuerpo de Cristo, puede el ministro, con las debidas
precauciones distribuir una fracción
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Comunión a enfermos |
+ El Ministro deposita sobre la lengua del enfermo y éste comulga. Y se guardara un momento de silencio
para orar; en caso de haber personas al cuidado del enfermo y de así solicitarlo, se les puede distribuir la
comunión.
4. Rito Conclusivo
+ El Ministro, santiguándose, invoca la bendición de Dios diciendo:
Ministro: El señor nos bendiga, nos defienda de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R.
Amén
PREPARATIVOS:
Agua bendita
CONSIDERACIONES
Al realizar la celebración para un difunto es importante tomar en cuenta las siguientes
consideraciones:
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1. Rito Introductorio
+ Al entrar, se saluda comunícanosles con sus palabras el consuelo de la fe y citando algunos textos de las
Sagradas Escrituras. Puede ser con las siguientes palabras o semejante:
+ En algunos sitios puede existir la costumbre de conducir procesionalmente el cadáver a la iglesia. En ese
caso se organiza la procesión de acuerdo a las costumbres, encabezándola el ministro con la cruz. Se
pueden cantar salmos o cantos apropiados.
Hermanos: ustedes han sufrido mucho al perder un ser querido, Pero en este momento de
dolor podemos decir, llenos de esperanza “Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor
Jesucristo, Padre de misericordia y Dios de todo consuelo: él nos conforta en toda
tribulación.” (2 Cor 1, 3-4)
Saludo
Hermanos: Nos hemos reunido en la iglesia para decir el último adiós a nuestro hermano
N.____ Él ha llegado ya a la meta después de la peregrinación de esta vida. Que nuestra
oración le acompañe. Y ya que en el Bautismo fue hecho Hijo de Dios y recibió el Pan de
la vida en la Eucaristía, confiamos que sea admitido ahora en el banquete del reino.
Nosotros seremos confortados con la Palabra de Dios y el Pan de la Eucaristía que nos
alimenta en nuestro caminar por la vida.
Acto penitencial
Ministro: Para participar con fruto en esta celebración dispongámonos a reconocer
sinceramente nuestros pecados y la infinita misericordia de Dios
+ Después del examen de conciencia, todos dicen
2. Liturgia de la palabra
+ Las siguientes lecturas forman parte del ritual de exequias, en caso de la celebración realizarse
durante un día en el cual por norma no pueda celebrarse, realizar la celebración ordinaria y realizar
una oración al final.
Primera Lectura
Lectura del libro del profeta Isaías 25, 6-9
En aquel día, El Señor de los ejércitos ofrecerá a todos los pueblos sobre esta montaña un
banquete de manjares suculentos, un banquete de vinos añejados, de manjares
suculentos, medulosos, de vinos añejados, decantados. Él arrancará sobre esta montaña
el velo que cubre a todos los pueblos, el paño tendido sobre todas las naciones. Destruirá
la Muerte para siempre; el Señor enjugará las lágrimas de todos los rostros, y borrará sobre
toda la tierra el oprobio de su pueblo, porque lo ha dicho él, el Señor.
Y se dirá en aquel día: "Ahí está nuestro Dios, de quien esperábamos la salvación: es el
Señor, en quien nosotros esperábamos; ¡alegrémonos y regocijémonos de su salvación!"
Palabra de Dios
Te alabamos Señor.
Salmo Responsorial
Del Salmo 120
Levanto mis ojos a los montes: ¿de dónde me vendrá el auxilio? El auxilio me viene del
Señor, que hizo el cielo y la tierra. R.
El Señor te guarda a su sombra, está a tu derecha; de día el sol no te hará daño, ni la luna
de noche. R.
El Señor te guarda de todo mal, él guarda tu alma; el Señor guarda tus entradas y salidas,
ahora y por siempre R.
Evangelio
Lectura del santo Evangelio según san Juan 12, 23-28
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Jesús les respondió: "Ha llegado la hora de que sea glorificado el Hijo de hombre. En
verdad, en verdad os digo: si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda él solo;
pero si muere, da mucho fruto. El que ama su vida, la pierde; y el que odia su vida en
este mundo, la guardará para una vida eterna. Si alguno me sirve, que me siga, y donde
yo esté, allí estará también mi servidor. Si alguno me sirve, el Padre le honrará. Ahora mi
alma está turbada. Y ¿qué voy a decir? ¡Padre, líbrame de esta hora! Pero ¡si he llegado
a esta hora para esto! Padre, glorifica tu Nombre." Vino entonces una voz del cielo: "Le
he glorificado y de nuevo le glorificaré." Palabra del Señor
Gloria a ti, Señor, Jesús.
Lector; Tu que llamaste a los muertos a la vida, dale a este hermano nuestro la vida eterna
Todos: Escúchanos Señor
Lector: Tu que lavaste a nuestro hermano con el agua del Bautismo y lo señalaste con la
unción sagrada cuéntalo entre tus santos y elegidos
Todos: Escúchanos Señor
Lector: Y a nosotros, Señor, que estamos afligidos por la muerte de nuestro hermano,
anímanos con el consuelo de la fe, y la esperanza de la vida eterna.
Todos: Escúchanos Señor
3. Liturgia de la comunión
Acción de gracias
+ Acabadas las oraciones de los Fieles, el ministro se acerca al lugar donde se guarda la Eucaristía, toma el
copón con el Cuerpo de Cristo, y sobre un corporal lo coloca en el Altar.
+ El Ministro invita a realizar en este momento la acción de gracias con adoración, el ministro arrodillado con
todos los fieles, entona un himno eucarístico, o uno de alabanza dirigida a Cristo presente en la Eucaristía
Ministro: Invoquemos a Dios Padre con la oración que Jesucristo nos enseño
Comunión para difuntos | Página 27
+ Concluido el rito de la paz, el ministro hace una genuflexión, toma la hostia y, sosteniéndola un poco elevado
sobre el copón, la muestra al pueblo diciendo:
Ministro: Éste es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Dichosos los invitados
a la cena del Señor.
+ Si también el ministro comulga, dice en secreto: El Cuerpo de Cristo me guarde para la vida eterna +
Y comulga reverentemente el Cuerpo de Cristo.
+ Después hace la invitación a los fieles que hayan hecho su primera comunión, a los que se hayan confesado
recientemente, a los que se encuentren en gracia, o a los que estén libres de pecado mortal, para acercarse a
recibir a Jesús Eucaristía.
+ Toma el copón, y se acerca a los fieles que van a comulgar y elevando un poco la hostia, la muestra a cada
uno y dice:
El Cuerpo de Cristo
+ Si quedan algunas formas, guarda el Sacramento en el sagrario, hace genuflexión, recoge el corporal y vuelve
a su lugar.
Silencio Litúrgico
+ Entonces, si se juzga oportuno, se pueden guardar unos momentos de silencio, el ministro concluye con la
oración después de la comunión del día.
Comunión para difuntos | Página 28
Oremos
+ Se toma la oración después de la comunión del día
4. Rito de Conclusión
Oración
Señor, ten misericordia de tu hijo _ que no reciba el castigo de sus acciones, pues quiso
hacer tu voluntad cuando vivía. Así como en la vida una fe sincera lo unió a la comunidad
de los fieles, así ahora tú misericordia lo unió a la comunidad de los fieles, así ahora tu
misericordia lo una con los coros angélicos. Por Cristo nuestro Señor. Amen
Padre Nuestro
Fieles a la recomendación del Salvador y siguiendo su divina enseñanza nos atrevemos a
decir: Padre Nuestro…
Lector: Dale Señor el descanso eterno
Todos: y brille para el (ella) la luz eterna.
+ Si después de la celebración el cuerpo va a ser llevado al cementerio, puede hacerse aquí la ceremonia de
la última recomendación y despedida, a no ser que se piense hacerla ante el sepulcro mismo.
6. Despedida
Te pedimos Señor que tu siervo _______muerto yapara que este mundo viva para ti, y
que tu amor misericordioso borre los pecados que cometió por fragilidad humana. Por
Cristo Nuestro Señor. AMEN.
+ Después si no se va a llevar el cadáver a la iglesia, sigue la procesión al cementerio, se dicen estas palabras:
Domingo de ramos
“Hosanna al Hijo de David.
Bendito el que viene en el nombre del Señor”
Domingo de ramos |
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Domingo de ramos
PREPARATIVOS:
1. Escoger el lugar donde iniciará la procesión. No debe ser muy distante del lugar
donde se reunirá la asamblea para la celebración
2. Si no se tiene a la mano palmas para confeccionar los ramos, se puede buscar las
ramas de algún árbol de hoja perenne de la región (Por aquello que puedan conservarse
por un buen tiempo).
+ Los fieles se reúnen en algún otro lugar para comenzar la procesión hacia el templo. Los fieles llevan ramos
en las manos. Se canta:
ANTÍFONA Mt 21,9
Hosanna al Hijo de David. Bendito el que viene en nombre del Señor, el Rey de Israel.
Hosanna en el cielo.
+ El ministro saluda al pueblo diciendo:
Hermanos: Después de habernos preparado desde el principio de la Cuaresma con nuestra
penitencia y nuestras obras de caridad, hoy nos reunimos para iniciar, unidos con toda la
Iglesia, la celebración anual de los misterios de la pasión y resurrección de nuestro Señor
Domingo de ramos | Página 32
+En silencio, rocía los ramos con agua bendita. Si es mucha la gente se puede entonar algún canto. +
En seguida se escucha el Evangelio de la entrada del Señor a Jerusalén.
EVANGELIO
M. Lectura Del santo evangelio según san Lucas 19, 28-40
R. Gloria a ti Señor.
+ Después del Evangelio, si se cree oportuno, puede tenerse una breve reflexión. Al iniciar la procesión, el
celebrante u otro ministro idóneo puede hacer una exhortación con estas palabras u otras parecidas:
Como la muchedumbre que aclamaba a Jesús, acompañemos también nosotros, con júbilo,
al Señor.
5.-________________________________
Domingo de ramos |
+ Al entrar la procesión en la iglesia, se canta algún cántico alusivo a la entrada del Señor en Jerusalén:
Cantos:
1.-________________________________
+ El ministro, al llegar al altar, hace la debida reverencia y, omitida toda otra ceremonia, da fin a la procesión
diciendo la oración colecta y prosigue la celebración de la manera acostumbrada. (Después de la procesión,
el ministro comienza la celebración con la oración colecta.)
ORACIÓN COLECTA
+ El ministro dice “Oremos” puede dejar unos instantes de oración personal, después sin extender las manos,
dice la oración del día:
M. Oremos.
Dios todopoderoso y eterno, que has querido entregarnos como ejemplo de humildad a
Cristo, nuestro salvador, hecho hombre y clavado en una cruz, concédenos vivir según las
enseñanzas de su pasión, para participar con él, un día, de su gloriosa resurrección.
Por nuestro Señor Jesucristo. R.
Amén.
+ El ministro invita a la comunidad a tomar asiento en este momento, para dar lugar a la liturgia de la palabra.
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
+ El lector previamente seleccionado por el ministro, pasa al ambón y lee la primera lectura:
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los filipenses 2, 6-11
Cristo, siendo Dios, no consideró que debía aferrarse a las prerrogativas de su condición
divina, sino que, por el contrario, se anonadó a sí mismo, tomando la condición de siervo,
y se hizo semejante a los hombres. Así, hecho uno de ellos, se humilló a sí mismo y por
obediencia aceptó incluso la muerte, y una muerte de cruz.
Por eso Dios lo exaltó sobre todas las cosas y le otorgó el nombre que está sobre todo
nombre, para que, al nombre de Jesús, todos doblen la rodilla en el cielo, en la tierra y en
los abismos, y todos reconozcan públicamente que Jesucristo es el Señor, para gloria de
Dios Padre.
Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.
Cristo se humilló por nosotros, y por obediencia aceptó incluso la muerte y una muerte de
cruz. Por eso Dios lo exaltó sobre todas las cosas y le otorgó el nombre que está sobre
todo nombre.
R. Honor y Gloria a ti, Señor Jesús.
EVANGELIO
+ Indicaciones para la lectura dialogada: Las siglas que indican a los diversos interlocutores, son los siguientes:
+ = Jesús
S = Discípulos pueblos y otros personajes
C = Cronista
+ El ministro comienza con:
Pasión de nuestro Señor Jesucristo según San Lucas 22, 7. 14–23, 56
Domingo de ramos | Página 36
+ He deseado enormemente comer esta comida pascual con ustedes antes de padecer,
porque les digo que ya no la volveré a comer hasta que se cumpla en el Reino de Dios.
+ –Tomen esto, repártanlo entre ustedes; porque les digo que no beberé desde ahora del
fruto de la vid hasta que venga el Reino de Dios.
+ –Esto es mi cuerpo, que se entrega por ustedes; hagan esto en memoria mía.
+ –Esta copa es la Nueva Alianza sellada con mi sangre, que se derrama por ustedes. Pero
miren: la mano del que me entrega está con la mía en la mesa. Porque el Hijo del Hombre
se va según lo establecido; pero ¡ay de ése que lo entrega!
C. Ellos empezaron a preguntarse unos a otros quién de ellos podía ser el que iba a hacer
eso.
Los discípulos se pusieron a disputar sobre quién de ellos debía ser tenido como el primero.
Jesús les dijo:
+ Los reyes de los gentiles los dominan y los que ejercen la autoridad se hacen llamar
bienhechores. Ustedes no hagan así, sino que el primero entre ustedes pórtese como el
menor, y el que gobierne, como el que sirve.
Porque, ¿quién es más, el que está en la mesa o el que sirve? ¿Verdad que el que está en
la mesa? Pues yo estoy en medio de ustedes como el que sirve.
Ustedes son los que han perseverado conmigo en mis pruebas, y yo les transmito el Reino
como me lo transmitió mi Padre a mí: comerán y beberán a mi mesa en mi Reino, y se
sentarán en tronos para regir a las doce tribus de Israel.
C. Y añadió:
+ Simón, Simón, mira que Satanás los ha reclamado para cribarlos como trigo. Pero yo he
pedido por ti para que tu fe no se apague. Y tú, cuando te recobres, da firm eza a tus
hermanos.
C. Él le contestó:
C. Jesús le replicó:
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+ Te digo, Pedro, que no cantará hoy el gallo antes que tres veces hayas negado
conocerme.
C. Y dijo a todos:
+ Cuando los envié sin bolsa ni alforja, ni sandalias, ¿les faltó algo?
C. Contestaron:
S. Nada.
C. El añadió:
+ Pero ahora, el que tenga bolsa que la coja, y lo mismo la alforja; y el que no tiene espada,
que venda su manto y compre una. Porque les aseguro que tiene que cumplirse en mí lo
que está escrito: “fue contado con los malhechores”. Lo que se refiere a mí toca a su fin.
C. Ellos dijeron:
C. El les contestó:
+ Basta.
C. Y salió Jesús como de costumbre al monte de los Olivos, y lo siguieron los discípulos.
Al llegar al sitio, les dijo:
+ Padre, si quieres, aparta de mí ese cáliz. Pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya.
C. Y se le apareció un ángel del cielo que lo animaba. En medio de su angustia oraba con
más insistencia. Y le bajaba el sudor a goterones, como de sangre, hasta el suelo. Y,
levantándose de la oración, fue hacia sus discípulos, los encontró dormidos por la pena, y
les dijo:
C. Todavía estaba hablando, cuando aparece gente: y los guiaba el llamado Judas, uno de
los Doce. Y se acercó a besar a Jesús.
Jesús le dijo:
C. Al darse cuenta los que estaban con él de lo que iba a pasar, dijeron:
C. Y uno de ellos hirió al criado del Sumo Sacerdote, y le cortó la oreja derecha.
Jesús intervino diciendo:
+ Déjenlo, basta.
C. Y, tocándole la oreja, lo curó. Jesús dijo a los sumos sacerdotes y a los oficiales del
templo, y a los ancianos que habían venido contra él:
+ ¿Han salido con espadas y palos como a caza de un bandido? A diario estaba en el
templo con ustedes, y no me echaron mano. Pero ésta es su hora: la del poder de las
tinieblas.
C. Ellos lo prendieron, se lo llevaron y lo hicieron entrar en casa del sumo sacerdote. Pedro
lo seguía desde lejos. Ellos encendieron fuego en medio del patio, se sentaron alrededor y
Pedro se sentó entre ellos.
Al verlo una criada sentado junto a la lumbre, se le quedó mirando y le dijo:
S. No lo conozco, mujer.
C. Pedro replicó:
S. Hombre, no lo soy.
C. Pedro contestó:
C. Y estaba todavía hablando cuando cantó un gallo. El Señor, volviéndose, le echó una
mirada a Pedro, y Pedro se acordó de la palabra que el Señor le había dicho: “antes de
que cante hoy el gallo, me negarás tres veces”. Y, saliendo afuera, lloró amargamente. Y
los hombres que sujetaban a Jesús se burlaban de él dándole golpes. Y, tapándole la cara,
le preguntaban:
Domingo de ramos | Página 39
C. El les contestó:
+ Si se los digo, no lo van a creer; y si les pregunto, no me van a responder.
Desde ahora el Hijo del Hombre estará sentado a la derecha de Dios todopoderoso.
C. Dijeron todos:
C. El les contestó:
C. Ellos dijeron:
S. Hemos comprobado que éste anda amotinando a nuestra nación, y oponiéndose a que
se paguen tributos al César, y diciendo que él es el Mesías rey.
C. Él le contestó:
+ Tú lo dices.
S. Solivianta al pueblo enseñando por toda Judea, desde Galilea hasta aquí.
S. Me han traído a este hombre, alegando que alborota al pueblo; y resulta que yo lo he
interrogado delante de ustedes, y no he encontrado en este hombre ninguna de las culpas
que le imputan; ni Herodes tampoco, porque nos lo ha remitido: ya ven que nada digno de
muerte se le ha probado. Así que le daré un escarmiento y lo soltaré.
C. Por la fiesta tenía que soltarles a uno. Ellos vociferaron en masa diciendo:
S. –¡Crucifícalo, crucifícalo!
S. –Pues, ¿qué mal ha hecho éste? No he encontrado en él ningún delito que merezca la
muerte. Así es que le daré un escarmiento y lo soltaré.
C. Ellos se le echaban encima pidiendo a gritos que lo crucificara iba creciendo el griterío.
Pilato decidió que se cumpliera su petición: soltó al que le pedían (al que había metido en
la cárcel por revuelta y homicidio), y a Jesús se lo entregó a su arbitrio.
Mientras lo conducían, echaron mano de un cierto Simón de Cirene, que volvía del campo,
y le cargaron la cruz para que la llevase detrás de Jesús.
Lo seguía un gran gentío del pueblo, y de mujeres que se daban golpes y lanzaban
lamentos por él.
Jesús se volvió hacia ellas y les dijo:
+ –Hijas de Jerusalén, no lloren por mí, lloren por ustedes y por sus hijos, porque miren
que llegará el día en que dirán: “dichosas las estériles y los vientres que no han dado a luz
y los pechos que no han criado”. Entonces empezarán a decirles a los montes:
Domingo de ramos | Página 41
“desplómense sobre nosotros” y a las colinas: “sepúltennos”; porque si así tratan al leño
verde, ¿qué pasará con el seco?
C. Había encima un letrero en escritura griega, latina y hebrea: ESTE ES EL REY DE LOS
JUDIOS.
Uno de los malhechores crucificados lo insultaba diciendo:
C. Y decía:
C. Era ya eso de mediodía y vinieron las tinieblas sobre toda la región, hasta la media
tarde; porque se oscureció el sol. El velo del templo se rasgó por medio. Y Jesús,
clamando con voz potente, dijo:
C. Toda la muchedumbre que había acudido a este espectáculo, habiendo visto lo que
ocurría, se volvían dándose golpes de pecho.
Todos sus conocidos se mantenían a distancia, y lo mismo las mujeres que lo habían
seguido desde Galilea y que estaban mirando.
Un hombre llamado José, que era senador, hombre bueno y honrado (que no había votado
a favor de la decisión y del crimen de ellos), que era natural de Arimatea y que aguardaba
el Reino de Dios, acudió a Pilato a pedirle el cuerpo de Jesús. Y, bajándolo, lo envolvió en
una sábana y lo colocó en un sepulcro excavado en la roca, donde no habían puesto a
nadie todavía. Era el día de la Preparación y rayaba el sábado. Las mujeres que lo habían
acompañado desde Galilea fueron detrás a examinar el sepulcro y cómo colocaban su
cuerpo. A la vuelta prepararon aromas y ungüentos. Y el sábado guardaron reposo,
conforme al mandamiento.
REFLEXIÓN
+ Luego tiene lugar la reflexión, se puede hacer una reflexión breve o delegar a otra persona a dar la reflexión
(esto previamente preparado). Si es otra persona la que va a dar la reflexión, no olvidar presentar a la persona
a la comunidad. Hay que decirles a los asistentes que pueden tomar asiento.
La liturgia que abre la semana santa esta temáticamente orientada por la lectura de
la pasión. Las dos primeras lecturas son las mismas todos los años y ofrecen una
clave de lectura para la Pasión. Así mismo hace de puente: por un lado, es aún
Cuaresma; por otro, nos introduce ya en lo que serán los contenidos del próximo
Triduo Pascual. En la monición introductoria de esta celebración se menciona: Por
ello, recordando “la entrada de Jesús en Jerusalén. Acompañemos con fe y devoción
a nuestro Salvador en su entrada triunfal a la ciudad Santa, para que, participando
ahora de su cruz, podamos participar un día de su gloriosa resurrección y de su vida”.
Entrada en se puede destacar el contraste que existe entre los que recibieron a Jesús
en Jerusalén aclamándolo con entusiasmo, y la condena a los pocos días. Es el
contraste entre la muerte y la resurrección, que es lo que se celebrará en los
siguientes días.
Jesús ora al Padre para pedir el perdón de sus verdugos: “Padre, perdónalos, porque
no saben lo que hacen”. Jesús es el Mesías que revela el rostro del Padre
misericordioso, que ama a los enemigos, perdona a los pecadores. La primera
reacción humana delante de la muerte de Jesús es la del centurión romano que “dio
gloria a Dios diciendo: Verdaderamente este hombre era justo”. Un pagano reconoce
la presencia de Dios en la imagen increíble de un hombre crucificado. Este centurión
representa a cada creyente que a través de su fe, como por obra de un milagro,
proclama la presencia y la salvación divinas en Jesús Crucificado.
Domingo de ramos | Página 43
PROFESIÓN DE FE (CREDO)
+ Finalizada la reflexión, el ministro invita a los asistentes a ponerse en pie y realizar la profesión de fe
Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible
y lo invisible. Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes
de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero,
engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que
por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu
Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado
en tiempos de Poncio Pilato, padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las
Escrituras, y subió al cielo, y está sentado al a derecha del Padre; y de nuevo vendrá con
gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo,
Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe
una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una,
santa, católica y apostólica. Confieso que hay un solo bautismo para el perdón de los
pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.
ORACIÓN UNIVERSAL
+ Los asistentes permanecen en pie mientras se hace la plegaria universal u oración de los fieles, que se
desarrolla de la siguiente forma:
Invitatorio
El celebrante que preside invita a los fieles a orar, por medio de una breve monición.
Intenciones
Las intenciones son propuestas por el celebrante que preside o, en su defecto, por un lector o por otra persona
idónea.
El pueblo manifiesta su participación con una invocación respondiendo: te rogamos Señor, u otra parecida, u
orando en silencio. La sucesión de intenciones ordinariamente debe ser la siguiente:
En este tiempo de la Sagrada Pasión, en que Cristo presentó al Padre suplicas y oraciones
con lágrimas, roguemos, hermanos, a Dios, nuestro Padre, que por amor a su Hijo se digne
también escuchar benignamente nuestras plegarias. Digámosle todos con gran confianza:
R. Te rogamos, Señor
1. Por la santa Iglesia, para que la purifique plenamente con la sangre de Cristo,
roguemos al Señor.
2. Por todos los pueblos del mundo, para que, por medio de la redención de Cristo,
venga a ellos la paz y la salvación, roguemos al Señor.
3. Por todos los que participan de la pasión de Cristo mediante la enfermedad y la
tribulación, para que Dios les dé fortaleza y valor, roguemos al Señor.
4. Por todos nosotros, para que, por medio de la pasión y muerte de Jesucristo,
lleguemos a la gloria de la resurrección, roguemos al Señor.
5. Para que el Señor nos bendiga con más vocaciones para la vida sacerdotal,
consagrada y misionera, roguemos al Señor
+ Si el celebrante lo considera oportuno, puede invitar a los fieles a que desde su lugar, eleven a Dios sus
plegarias, respondiendo toda la comunidad de igual forma que con las plegarias anteriores.
Atiende, Señor a las suplicas de tu pueblo para que cuanto no se atreve a esperar por sus
propios meritos, lo alcance por la pasión de tu Hijo. Que vive y Reina por los siglos de los
siglos. R. Amén.
RITO DE LA COMUNIÓN
+ En caso de no haber comunión, después de la Oración de los fieles, el celebrante que preside invita al pueblo
a orar con el Padre Nuestro, luego pueden hacer la comunión espiritual, enseguida una oración ultima y se
finaliza con el rito de conclusión.
ACCIÓN DE GRACIAS
+ En caso de haber comunión:
+ En este momento el ministro arrodillado con todos los fieles, entona un himno eucarístico, o uno de alabanza,
dirigida a Cristo presente en la Eucarística (p.ej. Cantemos al amor de los amores, Dios está aquí)
+ Después el ministro, invita a ponerse en pie, inicia la oración dominical con estas o parecidas palabras:
Fieles a la recomendación del Salvador, y siguiendo su divina enseñanza, nos atrevemos
a decir:
Domingo de ramos | Página 45
+ Y todos juntos
prosiguen:
Padre nuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu
Reino, hágase tu voluntad en la tierra como en
el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas, como también
nosotros perdonamos
a los que nos ofenden; no nos
dejes caer en la tentación, y
líbranos del mal.
+ Luego, si se cree oportuno, se invita a los fieles a darse la paz. Hay que tener cuidado de hacerlo sin
escándalos:
Hermanos: Para reconocernos como hijos de Dios nos damos un saludo de paz.
+ A continuación el ministro hace una genuflexión, toma una hostia y sosteniéndola un poco elevada sobre el
copón, la muestra al pueblo, diciendo: Este es el cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.
Dichosos los invitados a la cena del Señor.
+ El ministro invita a quienes estén en gracia de Dios y hayan hecho su primera comunión a comulgar.
Después el ministro toma el copón. Elevando un poco la hostia la muestra a cada uno y dice: El
Cuerpo de Cristo.
R. Amén
+ Si la persona no responde Amén, hay que responder por él. Mientras se distribuye la comunión, puede
entonarse algún canto oportuno.
+ Si quedan algunas formas, guarda el Sacramento en el sagrario, hace genuflexión, recoge el corporal
(doblándolo debidamente) y vuelve a su lugar. En caso de resguardar al Santísimo en un sagrario,
asegurarse, quede cerrado.
+ A continuación se puede dejar un tiempo de silencio si las personas que comulgaron todavía están en
oración.
+ El celebrante también puede disponer de este tiempo, para invitar a aquellos que por cualquier
circunstancia no pudieron recibir a Cristo Sacramentalmente, a hacerlo espiritualmente repitiendo todos
juntos con devoción, ya sea de rodillas, sentados o de pié la siguiente oración:
RITO DE CONCLUSIÓN
+ En este momento se Hacen, si es necesario y con brevedad, los oportunos anuncios o advertencias al pueblo.
+ Después el ministro invoca la bendición de Dios y se santigua diciendo:
El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R.
Amén
+ El ministro, si está la presencia sacramental del Señor, hace genuflexión frente a él, y se retira; en
caso de no haber Santísimo, la realiza al altar. No besa el altar. El coro puede entonar un canto de
salida.
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Lunes santo| Página 48
Lunes Santo
Jesús fue a Betani. Maria derramará el perfume en los pies de Jesús
Lunes Santo
PREPARATIVOS:
Tener listo un paquete de toallas húmedas y/o gel antibacterial cerca del altar
RITOS INICIALES
+ Mientras se entona el canto de entrada apropiado al tiempo litúrgico, el ministro, se dirigen al presbiterio
haciendo la debida genuflexión en caso de que el Santísimo Sacramento esté reservado; de no ser así hacen
una reverencia a la imagen principal allí venerada.
+ Después se dirige a un lugar discreto en el presbiterio o en la nave, desde donde se le pueda ver y escuchar
bien; pero no deberá usar la sede presidencial.
+ Si no hay canto de entrada, se recita la Antífona de entrada del día. SI hay canto de entrada, una vez
terminado, todos de pie, se santiguan, mientras el ministro dice:
ACTO PENITENCIAL
+ A continuación, el ministro invita a los fieles al arrepentimiento:
Hermanos: Para participar con fruto de esta celebración, reconozcamos nuestros pecados.
+ El ministro guarda un breve silencio para reflexión, y para pedir a Dios el perdón.
+ Después, hacen todos en común la confesión de sus pecados:
Yo confieso ante Dios todopoderoso, y ante ustedes,
hermanos, que he pecado mucho de pensamiento,
palabra, obra y omisión.
Lunes santo| Página 50
ORACIÓN COLECTA
+ El ministro dice “Oremos” puede dejar unos instantes de oración personal, después sin extender las manos,
dice la oración del día:
Concédenos Señor nueva fuerza para no sucumbir a nuestras humanas debilidades, por
los méritos de la pasión de tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo,
y es Dios, por los siglos de los siglos R. Amén.
+ El ministro invita a la comunidad a tomar asiento en este momento, para dar lugar a la liturgia de la palabra.
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
+ El lector previamente seleccionado por el ministro, pasa al ambón y lee la primera lectura:
Lectura del libro del profeta Isaías 42,1-7
Esto dice el Señor Dios, el que creó el cielo y lo extendió, el que dio firmeza a la tierra, con
lo que en ella brota; el que dio el aliento a la gente que habita la tierra y la respiración a
cuanto se mueve en ella: "Yo, el Señor, fiel a mi designio de salvación, te llamé, te tomé de
la mano; te he formado y te he constituido alianza de un pueblo, luz de las naciones, para
que abras los ojos de los ciegos, saques a los cautivos de la prisión y de la mazmorra a los
que habitan en tinieblas" Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.
Lunes santo| Página 51
EVANGELIO
+ El ministro se dirige al ambón, y dice:
Escuchen hermanos el Santo Evangelio Según san Juan 12, 1-11
Seis días antes de la Pascua, fue Jesús a Betania, donde vivía Lázaro, a quien había
resucitado de entre los muertos. Allí le ofrecieron una cena; Marta servía y Lázaro era uno
de los que estaban con Él a la mesa. María tomó entonces una libra de perfume de nardo
auténtico, muy costoso, le ungió a Jesús los pies con él y se los enjugó con su cabellera, y
la casa se llenó con la fragancia del perfume.
Lunes santo| Página 52
Entonces Judas Iscariote, uno de los discípulos, el que iba a entregar a Jesús, exclamó:
"¿Por qué no se ha vendido ese perfume en trescientos denarios para dárselos a los
pobres?". Esto lo dijo, no porque le importaran los pobres, sino porque era ladrón, y como
tenía a su cargo la bolsa, robaba lo que echaban en ella.
Entonces dijo Jesús: "Déjala. Esto lo tenía guardado para el día de mi sepultura; porque
los pobres los tendrán siempre con ustedes, pero a mí no siempre me tendrán". Mientras
tanto, la multitud de judíos, que se enteró de que Jesús estaba allí acudió, no sólo por
Jesús, sino también para ver a Lázaro, a quien el Señor había resucitado de entre los
muertos. Los sumos sacerdotes deliberaban para matar a Lázaro, porque a causa de él,
muchos judíos se separaban y creían en Jesús.
Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.
REFLEXIÓN
+ Luego tiene lugar la reflexión, se puede hacer una reflexión breve o delegar a otra persona a dar la reflexión
(esto previamente preparado). Si es otra persona la que va a dar la reflexión, no olvidar presentar a la persona
a la comunidad. Pedir a los asistentes que pueden tomar asiento.
Seis días antes de la Pascua —relata San Juan—, fue Jesús a Betania. Allí le
ofrecieron una cena; Marta servía y Lázaro era uno de los que estaban con Él a la
mesa. María tomó entonces una libra de perfume de nardo auténtico, muy costoso,
ungió a Jesús los pies con él y se los enjugó con su cabellera, y la casa se llenó de
la fragancia del perfume. El gesto de María es la expresión de fe y de amor grandes
por el Señor: para ella no es suficiente lavar los pies del Maestro con agua, sino
que los unge con una gran cantidad de perfume precioso que -como protestará
Judas- se habría podido vender por trescientos denarios; y no unge la cabeza, como
era costumbre, sino los pies: María ofrece a Jesús cuanto tiene de mayor valor y lo
hace con un gesto de profunda devoción. El amor no calcula, no mide, no repara
en gastos, no pone barreras, sino que sabe donar con alegría, busca sólo el bien
del otro, vence la mezquindad, la cicatería, los resentimientos, la cerrazón que el
hombre lleva a veces en su corazón.
Y la casa se llenó del olor del perfume" El acto de amor de María hacia el Maestro
fue el verdadero aroma que llenó la casa aquel día. Ésta es y será una de las
grandes paradojas del evangelio: "hay más felicidad en dar que en recibir".
generosidad como locura, el servicio a los demás como una humillación. Y es que
el metro con el que se juzgan esos actos sigue siendo el egoísmo y no el honor que
se nos otorga al tener la oportunidad de dar gloria a Dios y de amarle en nuestros
hermanos.
Poder donarse a los demás es un verdadero honor, pues Cristo siempre cumple la
promesa que hizo a quienes siguieran sus enseñanzas: "el ciento por uno en esta
vida y la vida eterna en el cielo". Amar a Dios y a los demás nos exige un precio
(entregar alguna comodidad, dejar que otro sea preferido a mí, ceder mi tiempo,
etc.) pero a la vez nos otorga la felicidad más grande del hombre. ¡No tengamos
miedo a ennoblecer nuestra vida con el perfume del amor!
ORACIÓN UNIVERSAL
+ Los asistentes permanecen en pie mientras se hace la plegaria universal u oración de los fieles, que se
desarrolla de la siguiente forma:
Invitatorio
El celebrante que preside invita a los fieles a orar, por medio de una breve monición.
Intenciones
Las intenciones son propuestas por el celebrante que preside o, en su defecto, por un lector o por otra persona
idónea.
El pueblo manifiesta su participación con una invocación respondiendo: te rogamos Señor, u otra parecida, u
orando en silencio. La sucesión de intenciones ordinariamente debe ser la siguiente:
1. Para que el redentor del mundo, que puso en su lugar a Judas, nos libre del
egoísmo y la soberbia. Oremos
2. Para que Jesús, no nos permita caer en la depresión que sobreviven a todo tipo
de crisis y libre a sus Iglesia del desánimo. Oremos
3. Para que Jesús sane a nuestros enfermos de su vida interior y les de la paz de
su corazón. Oremos
4. Par que todos nosotros, por la pasión y muerte de Cristo, lleguemos a la gloria
de la resurrección. Oremos
5. Para que el Señor nos bendiga con más vocaciones para la vida sacerdotal,
consagrada y misionera. Oremos
Lunes santo| Página 54
+ Si el celebrante lo considera oportuno, puede invitar a los fieles a que desde su lugar, eleven a Dios sus
plegarias, respondiendo toda la comunidad de igual forma que con las plegarias anteriores.
Que llegue a tu presencia, Padre, la oración de los que te invocan, y ya que, en la Pasión
de tu Hijo nos has manifestado tu amor, haz que también los experimentemos al ver
escuchadas nuestras oraciones. Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.
RITO DE LA COMUNIÓN
+ En caso de no haber comunión, después de la Oración de los fieles, el celebrante que preside invita al pueblo
a orar con el Padre Nuestro, luego pueden hacer la comunión espiritual, enseguida una oración ultima y se
finaliza con el rito de conclusión.
ACCIÓN DE GRACIAS
+ En caso de haber comunión:
+ En este momento el ministro arrodillado con todos los fieles, entona un himno eucarístico, o uno de alabanza,
dirigida a Cristo presente en la Eucaristía (p.ej. Cantemos al amor de los amores, Dios está aquí)
+ Después el ministro, invita a ponerse en pie, inicia la oración dominical con estas o parecidas palabras:
Fieles a la recomendación del Salvador, y siguiendo su divina enseñanza, nos atrevemos
a decir:
+ Y todos juntos prosiguen:
Padre nuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre; venga a nosotros
tu Reino, hágase tu voluntad en la tierra como
en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas, como también
nosotros perdonamos
a los que nos ofenden; no nos
dejes caer en la tentación, y
líbranos del mal.
+ Luego, si se cree oportuno, se invita a los fieles a darse la paz. Hay que tener cuidado de hacerlo sin
escándalos:
Hermanos: Para reconocernos como hijos de Dios nos damos un saludo de paz.
+ A continuación el ministro hace una genuflexión, toma una hostia y sosteniéndola un poco elevada sobre el
copón, la muestra al pueblo, diciendo: Este es el cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.
Dichosos los invitados a la cena del Señor.
+ El ministro invita a quienes estén en gracia de Dios y hayan hecho su primera comunión a comulgar.
Después el ministro toma el copón. Elevando un poco la hostia la muestra a cada uno y dice: El
Cuerpo de Cristo.
R. Amén
+ Si la persona no responde Amén, hay que responder por él. Mientras se distribuye la comunión, puede
entonarse algún canto oportuno.
+ Si quedan algunas formas, guarda el Sacramento en el sagrario, hace genuflexión, recoge el corporal
(doblándolo debidamente) y vuelve a su lugar. En caso de resguardar al Santísimo en un sagrario,
asegurarse, quede cerrado.
+ A continuación se puede dejar un tiempo de silencio si las personas que comulgaron todavía están en oración.
+ El celebrante también puede disponer de este tiempo, para invitar a aquellos que por cualquier
circunstancia no pudieron recibir a Cristo Sacramentalmente, a hacerlo espiritualmente repitiendo todos
juntos con devoción, ya sea de rodillas, sentados o de pié la siguiente oración:
RITO DE CONCLUSIÓN
+ En este momento se Hacen, si es necesario y con brevedad, los oportunos anuncios o advertencias al pueblo.
+ Después el ministro invoca la bendición de Dios y se santigua diciendo:
El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R.
Amén
+ Luego se despide de la asamblea con estas palabras:
La alegría del Señor sea nuestra fuerza. Nos podemos ir en paz. R.
Demos gracias a Dios.
+ El ministro, si está la presencia sacramental del Señor, hace genuflexión frente a él, y se retira;
en caso de no haber Santísimo, la realiza al altar. No besa el altar. El coro puede entonar un
canto de salida.
Martes santo| Página 57
Martes Santo
¿Seré yo, Señor? [Jn 13, 21-33]
Martes Santo
PREPARATIVOS:
Tener listo un paquete de toallas húmedas y/o gel antibacterial cerca del altar
RITOS INICIALES
+ Mientras se entona el canto de entrada apropiado al tiempo litúrgico, el ministro, se dirigen al presbiterio
haciendo la debida genuflexión en caso de que el Santísimo Sacramento esté reservado; de no ser así hacen
una reverencia a la imagen principal allí venerada.
+ Después se dirige a un lugar discreto en el presbiterio o en la nave, desde donde se le pueda ver y escuchar
bien; pero no deberá usar la sede presidencial.
+ Si no hay canto de entrada, se recita la Antífona de entrada del día. SI hay canto de entrada, una vez
terminado, todos de pie, se santiguan, mientras el ministro dice:
ACTO PENITENCIAL
+ A continuación, el ministro invita a los fieles al arrepentimiento:
Hermanos: Para participar con fruto de esta celebración, reconozcamos nuestros pecados.
+ El ministro guarda un breve silencio para reflexión, y para pedir a Dios el perdón.
+ Después, hacen todos en común la confesión de sus pecados:
Yo confieso ante Dios todopoderoso, y ante ustedes,
hermanos, que he pecado mucho de pensamiento,
palabra, obra y omisión.
Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.
Por eso ruego a Santa María, siempre Virgen, a
los ángeles, a los santos, y a ustedes,
hermanos, que intercedan por mí ante Dios,
nuestro Señor. Amén.
+ El ministro concluye con la siguiente plegaria:
Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve
a la vida eterna.
+ El pueblo
responde:
Amén.
ORACIÓN COLECTA
+ El ministro dice “Oremos” puede dejar unos instantes de oración personal, después sin extender las manos,
dice la oración del día:
Dios todopoderoso y eterno, ayúdanos a celebrar los misterios de la pasión del Señor con
tal fe y arrepentimiento, que podamos merecer tu perdón. Por nuestro Señor Jesucristo.
R. Amén.
+ El ministro invita a la comunidad a tomar asiento en este momento, para dar lugar a la liturgia de la palabra.
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
+ El lector previamente seleccionado por el ministro, pasa al ambón y lee la primera lectura:
Lectura del libro del profeta Isaías 49,1-6
Hizo de mi boca una espada filosa, me escondió en la sombra de su mano, me hizo flecha
puntiaguda, me guardó en su aljaba y me dijo: “Tú eres mi siervo, Israel; en ti manifestaré
Martes santo| Página 60
Ahora, pues, dice el Señor: “Es poco que seas mi siervo sólo para restablecer a las tribus
de Jacob y reunir a los sobrevivientes de Israel; te voy a convertir en luz de las naciones,
para que mi salvación llegue hasta los últimos rincones de la tierra” Palabra
de Dios.
R. Te alabamos, Señor.
EVANGELIO
+ El ministro se dirige al ambón, y dice:
Escuchen hermanos el Santo Evangelio según san Juan 13,21-33.36-38
En aquel tiempo, cuando Jesús estaba a la mesa con sus discípulos, se conmovió
profundamente y declaró: “Yo les aseguro que uno de ustedes me va a entregar”. Los
discípulos se miraron perplejos unos a otros, porque no sabían de quién hablaba. Uno de
ellos, al que Jesús tanto amaba, se hallaba reclinado a su derecha. Simón Pedro le hizo
una seña y le preguntó: “¿De quién lo dice?” Entonces él, apoyándose en el pecho de
Jesús, le preguntó: “Señor, ¿quién es?” Le contestó Jesús: “Aquel a quien yo le dé este
trozo de pan, que voy a mojar”. Mojó el pan y se lo dio a Judas, hijo de Simón el Iscariote;
y tras el bocado, entró en él Satanás.
Jesús le dijo entonces a Judas: “Lo que tienes que hacer, hazlo pronto”. Pero ninguno de
los comensales entendió a qué se refería; algunos supusieron que, como Judas tenía a su
cargo la bolsa, Jesús le había encomendado comprar lo necesario para la fiesta o dar algo
a los pobres. Judas, después de tomar el bocado, salió inmediatamente. Era de noche.
Una vez que Judas se fue, Jesús dijo: “Ahora ha sido glorificado el Hijo del hombre y Dios
ha sido glorificado en él. Si Dios ha sido glorificado en él, también Dios lo glorificará en sí
mismo y pronto lo glorificará.
”Hijitos, todavía estaré un poco con ustedes. Me buscarán, pero como les dije a los judíos,
así se lo digo a ustedes ahora: ‘A donde yo voy, ustedes no pueden ir’”. Simón Pedro le
dijo: “Señor, ¿por qué no puedo seguirte ahora? Yo daré mi vida por ti”. Jesús le contestó:
“¿Con que darás tu vida por mí? Yo te aseguro que no cantará el gallo, antes de que me
hayas negado tres veces”.
Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.
REFLEXIÓN
+ Luego tiene lugar la reflexión, se puede hacer una reflexión breve o delegar a otra persona a dar la reflexión
(esto previamente preparado). Si es otra persona la que va a dar la reflexión, no olvidar presentar a la persona
a la comunidad. Pedir a los asistentes que pueden tomar asiento.
La liturgia del día de hoy nuevamente presenta un contraste entre la amistad y la traición.
El día de ayer contemplamos la amistad de Jesús en Betania con Marta, María y Lázaro;
hoy junto a sus discípulos, aquellos que decidieron dejarlo todo y seguirlo. En esta escena
aparece la acción de Judas, hace remembrar las palabras que pronunció Jesús: Ya no os
llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor. Ahora os digo amigos,
porque todo lo que oí de mi Padre, os lo he dado a conocer" Judas, prefirió ser "siervo".
Se hizo sordo a la invitación, a la amistad... Tomó el pan con displicencia, y detrás del
pan, entró en él… Satanás. Jesús le dijo, entonces: "lo que has de hacer, hazlo pronto".
El Evangelio de la hoy termina con el anuncio de que los Apóstoles dejarían solo a Cristo
durante la Pasión. A Simón Pedro que, lleno de presunción, afirmaba: yo daré mi vida por
Martes santo| Página 62
ti, el Señor respondió: ¿conque tú darás mi vida por mí? Yo te aseguro que no cantará el
gallo, antes de que me hayas negado tres veces.
ORACIÓN UNIVERSAL
+ Los asistentes permanecen en pie mientras se hace la plegaria universal u oración de los fieles, que se
desarrolla de la siguiente forma:
Invitatorio
El celebrante que preside invita a los fieles a orar, por medio de una breve monición.
Intenciones
Las intenciones son propuestas por el celebrante que preside o, en su defecto, por un lector o por otra persona
idónea.
El pueblo manifiesta su participación con una invocación respondiendo: te rogamos Señor, u otra parecida, u
orando en silencio. La sucesión de intenciones ordinariamente debe ser la siguiente:
+ Si el celebrante lo considera oportuno, puede invitar a los fieles a que desde su lugar, eleven a Dios sus
plegarias, respondiendo toda la comunidad de igual forma que con las plegarias anteriores.
RITO DE LA COMUNIÓN
+ En caso de no haber comunión, después de la Oración de los fieles, el celebrante que preside invita al pueblo
a orar con el Padre Nuestro, luego pueden hacer la comunión espiritual, enseguida una oración ultima y se
finaliza con el rito de conclusión.
ACCIÓN DE GRACIAS
+ En caso de haber comunión:
+ En este momento el ministro arrodillado con todos los fieles, entona un himno eucarístico, o uno de alabanza,
dirigida a Cristo presente en la Eucaristía (p.ej. Cantemos al amor de los amores, Dios está aquí)
+ Después el ministro, invita a ponerse en pie, inicia la oración dominical con estas o parecidas palabras:
Fieles a la recomendación del Salvador, y siguiendo su divina enseñanza, nos atrevemos
a decir:
+ Y todos juntos
prosiguen:
Padre nuestro, que estás en el cielo,
Santificado sea tu Nombre; venga a nosotros
tú Reino, hágase tu voluntad en la tierra como
en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas, como también
nosotros perdonamos
a los que nos ofenden; no nos
dejes caer en la tentación, y
líbranos del mal.
+ Luego, si se cree oportuno, se invita a los fieles a darse la paz. Hay que tener cuidado de hacerlo sin
escándalos:
Hermanos: Para reconocernos como hijos de Dios nos damos un saludo de paz.
+ A continuación el ministro hace una genuflexión, toma una hostia y sosteniéndola un poco elevada sobre el
copón, la muestra al pueblo, diciendo: Este es el cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.
Dichosos los invitados a la cena del Señor.
R. Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para
sanarme.
+ El ministro invita a quienes estén en gracia de Dios y hayan hecho su primera comunión a comulgar.
Después el ministro toma el copón. Elevando un poco la hostia la muestra a cada uno y dice: El
Cuerpo de Cristo.
R. Amén
+ Si la persona no responde Amén, hay que responder por él. Mientras se distribuye la comunión, puede
entonarse algún canto oportuno.
+ Si quedan algunas formas, guarda el Sacramento en el sagrario, hace genuflexión, recoge el corporal
(doblándolo debidamente) y vuelve a su lugar. En caso de resguardar al Santísimo en un sagrario,
asegurarse, quede cerrado.
+ A continuación se puede dejar un tiempo de silencio si las personas que comulgaron todavía están en oración.
+ El celebrante también puede disponer de este tiempo, para invitar a aquellos que por cualquier
circunstancia no pudieron recibir a Cristo Sacramentalmente, a hacerlo espiritualmente repitiendo todos
juntos con devoción, ya sea de rodillas, sentados o de pié la siguiente oración:
Por medio de este sacramento, que ya desde ahora nos comunica tu fuerza, concédenos,
Padre misericordioso, participar de la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amen
RITO DE CONCLUSIÓN
+ En este momento se Hacen, si es necesario y con brevedad, los oportunos anuncios o advertencias al pueblo.
+ Después el ministro invoca la bendición de Dios y se santigua diciendo:
El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R.
Amén
+ Luego se despide de la asamblea con estas palabras:
La alegría del Señor sea nuestra fuerza. Nos podemos ir en paz. R.
Demos gracias a Dios.
+ El ministro, si está la presencia sacramental del Señor, hace genuflexión frente a él, y se retira;
en caso de no haber Santísimo, la realiza al altar. No besa el altar. El coro puede entonar un
canto de salida.
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Miércoles santo|
Miércoles Santo
“Tú lo has dicho”
Miércoles Santo
PREPARATIVOS:
Tener listo un paquete de toallas húmedas y/o gel anti-bacterial cerca del altar
RITOS INICIALES
+ Mientras se entona el canto de entrada apropiado al tiempo litúrgico, el ministro, se dirigen al presbiterio
haciendo la debida genuflexión en caso de que el Santísimo Sacramento esté reservado; de no ser así hacen
una reverencia a la imagen principal allí venerada.
+ Después se dirige a un lugar discreto en el presbiterio o en la nave, desde donde se le pueda ver y escuchar
bien; pero no deberá usar la sede presidencial.
+ Si no hay canto de entrada, se recita la Antífona de entrada del día. SI hay canto de entrada, una vez terminado,
todos de pie, se santiguan, mientras el ministro dice:
+ Todos
responden:
Bendito seas por siempre, Señor.
ACTO PENITENCIAL
+ A continuación, el ministro invita a los fieles al arrepentimiento:
Hermanos: Para participar con fruto de esta celebración, reconozcamos nuestros pecados.
+ El ministro guarda un breve silencio para reflexión, y para pedir a Dios el perdón.
+ Después, hacen todos en común la confesión de sus pecados:
Yo confieso ante Dios todopoderoso, y ante ustedes,
hermanos, que he pecado mucho de pensamiento,
palabra, obra y omisión.
Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.
Por eso ruego a Santa María, siempre Virgen, a
los ángeles, a los santos, y a ustedes,
hermanos, que intercedan por mí ante Dios,
nuestro Señor. Amén.
+ El ministro concluye con la siguiente plegaria:
Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a
la vida eterna.
+ El pueblo
responde:
Amén.
ORACIÓN COLECTA
+ El ministro dice “Oremos” puede dejar unos instantes de oración personal, después sin extender las manos,
dice la oración del día:
Padre misericordioso, que para librarnos del poder del enemigo, quisiste que tu Hijo sufriera
por nosotros el suplicio de la cruz, concédenos alcanzar la gracia de la resurrección. Por
Jesucristo Nuestro Señor. R. Amén.
+ El ministro invita a la comunidad a tomar asiento en este momento, para dar lugar a la liturgia de la palabra.
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
+ El lector previamente seleccionado por el ministro, pasa al ambón y lee la primera lectura:
Miércoles santo| Página 69
Pero el Señor me ayuda, por eso no quedaré confundido, por eso endureció mi rostro como
roca y sé que no quedaré avergonzado. Cercano está de mí el que me hace justicia, ¿quién
luchará contra mí? ¿Quién es mi adversario? ¿Quién me acusa? Que
se me enfrente. El Señor es mi ayuda, ¿quién se atreverá a condenarme?” Palabra
de Dios.
R. Te alabamos, Señor.
Por ti he sufrido injurias y la vergüenza cubre mi semblante. Extraño soy y advenedizo, aun
para aquellos de mi propia sangre; pues me devora el celo de tu casa, el odio del que te
odia, en mí recae
R. Por tu bondad, Señor, socórreme.
EVANGELIO
+ El ministro se dirige al ambón, y dice:
treinta monedas de plata. Y desde ese momento andaba buscando una oportunidad para
entregárselo.
El primer día de la fiesta de los panes Ázimos, los discípulos se acercaron a Jesús y le
preguntaron: “¿Dónde quieres que te preparemos la cena de Pascua?” Él respondió:
“Vayan a la ciudad, a casa de fulano y díganle: ‘El Maestro dice: Mi hora está ya cerca. Voy
a celebrar la Pascua con mis discípulos en tu casa’”. Ellos hicieron lo que Jesús les había
ordenado y prepararon la cena de Pascua.
Al atardecer, se sentó a la mesa con los Doce y mientras cenaban, les dijo: “Yo les aseguro
que uno de ustedes va a entregarme”. Ellos se pusieron muy tristes y comenzaron a
preguntarle uno por uno: “¿Acaso soy yo, Señor?” Él respondió: “El que moja su pan en el
mismo plato que yo, ése va a entregarme. Porque el Hijo del hombre va a morir, como está
escrito de él; pero ¡ay de aquel por quien el Hijo del hombre va a ser entregado! Más le
valiera a ese hombre no haber nacido”. Entonces preguntó Judas, el que lo iba a entregar:
“¿Acaso soy yo, Maestro?” Jesús le respondió: “Tú lo has dicho”. Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.
REFLEXIÓN
+ Luego tiene lugar la reflexión, se puede hacer una reflexión breve o delegar a otra persona a dar la reflexión
(esto previamente preparado). Si es otra persona la que va a dar la reflexión, no olvidar presentar a la persona
a la comunidad. Pedir a los asistentes que pueden tomar asiento.
En la traición de Judas vemos cómo se entrelazan los designios de Dios y el libre actuar
del ser humano. Nadie puede negar que Judas haya actuado libremente. Y, sin
embargo, su actuación fue anunciada de antemano y no se escapó tampoco a la
voluntad de Jesús: esa acción fue realizada cuando había llegado la “hora” de Jesús.
Es peligroso jugar con nosotros mismos: la libertad es un don; pero su correcto ejercicio
es una conquista, es fruto de la correspondencia a la gracia divina. Y no hay nada más
peligroso que habituarse a la gracia; puede resultar irreparable. La Semana Santa es
la celebración más trágica de la libertad humana en su misterio más profundo: en el
libre e irrevocable “no” de Judas y en e libre e irrevocable “si” de Cristo a la voluntad
del Padre
ORACIÓN UNIVERSAL
+ Los asistentes permanecen en pie mientras se hace la plegaria universal u oración de los fieles, que se
desarrolla de la siguiente forma:
Miércoles santo| Página 71
Invitatorio
El celebrante que preside invita a los fieles a orar, por medio de una breve monición.
Intenciones
Las intenciones son propuestas por el celebrante que preside o, en su defecto, por un lector o por otra persona
idónea.
El pueblo manifiesta su participación con una invocación respondiendo: te rogamos Señor, u otra parecida, u
orando en silencio. La sucesión de intenciones ordinariamente debe ser la siguiente:
1. Para que el Señor, que fue entregado por Judas tenga misericordia de aquellos que,
lo han traicionado y abandonado. Oremos
2. Para que el Señor, que con su sangre preciosa limpió los pecados del mundo, se
muestre ante el Padre amigo y defensor de todos los hombres. Oremos
3. Para que los pobres, los agobiados, los que viven sin esperanza, y todos los que con
sus sufrimientos participan de la cruz de Cristo encuentren consuelo en la pasión del
Señor.
4. Para que nosotros, sus discípulos, que recordamos con veneración su cruz, nos
reanime con la fuerza de su resurrección.
5. Para que el Señor nos bendiga con más vocaciones para la vida sacerdotal,
consagrada y misionera. Oremos
+ Si el celebrante lo considera oportuno, puede invitar a los fieles a que desde su lugar, eleven a Dios sus
plegarias, respondiendo toda la comunidad de igual forma que con las plegarias anteriores.
Dios lleno de bondad, que salvaste al mundo con la muerte de tu Hijo, concédenos a los
que vivimos esta semana santa, obtener los dones que te pedimos. Por Jesucristo, nuestro
Señor. R. Amén.
RITO DE LA COMUNIÓN
+ En caso de no haber comunión, después de la Oración de los fieles, el celebrante que preside invita al pueblo
a orar con el Padre Nuestro, luego pueden hacer la comunión espiritual, enseguida una oración ultima y se
finaliza con el rito de conclusión.
ACCIÓN DE GRACIAS
+ En caso de haber comunión:
Miércoles santo| Página 72
+ En este momento el ministro arrodillado con todos los fieles, entona un himno eucarístico, o uno de alabanza,
dirigida a Cristo presente en la Eucaristía (p.ej. Cantemos al amor de los amores, Dios está aquí)
+ Después el ministro, invita a ponerse en pie, inicia la oración dominical con estas o parecidas palabras:
Fieles a la recomendación del Salvador, y siguiendo su divina enseñanza, nos atrevemos a
decir:
+ Y todos juntos prosiguen:
Padre nuestro, que estás en el cielo,
Santificado sea tu Nombre; venga a nosotros
tú Reino, hágase tu voluntad en la tierra como
en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas, como
también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden; no nos
dejes caer en la tentación, y
líbranos del mal.
+ Luego, si se cree oportuno, se invita a los fieles a darse la paz. Hay que tener cuidado de hacerlo sin
escándalos:
Hermanos: Para reconocernos como hijos de Dios nos damos un saludo de paz.
+ A continuación el ministro hace una genuflexión, toma una hostia y sosteniéndola un poco elevada sobre el
copón, la muestra al pueblo, diciendo: Este es el cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.
Dichosos los invitados a la cena del Señor.
+ El ministro invita a quienes estén en gracia de Dios y hayan hecho su primera comunión a comulgar.
Después el ministro toma el copón. Elevando un poco la hostia la muestra a cada uno y dice: El
Cuerpo de Cristo.
Miércoles santo| Página 73
R. Amén
+ Si la persona no responde Amén, hay que responder por él. Mientras se distribuye la comunión, puede
entonarse algún canto oportuno.
+ Si quedan algunas formas, guarda el Sacramento en el sagrario, hace genuflexión, recoge el corporal
(doblándolo debidamente) y vuelve a su lugar. En caso de resguardar al Santísimo en un sagrario,
asegurarse, quede cerrado.
+ A continuación se puede dejar un tiempo de silencio si las personas que comulgaron todavía están en oración.
+ El celebrante también puede disponer de este tiempo, para invitar a aquellos que por cualquier
circunstancia no pudieron recibir a Cristo Sacramentalmente, a hacerlo espiritualmente repitiendo todos juntos
con devoción, ya sea de rodillas, sentados o de pié la siguiente oración:
Comunión Espiritual:
Jesús mío creo firmemente, que estás en el
Santísimo sacramento del altar. Te amo sobre
todas las cosas, y deseo realmente tenerte en
mi alma.
Ya que ahora no puedo recibirte Sacramentalmente, ven
Espiritualmente a mi corazón.
Como si ya hubieses venido, te abrazo y me uno a ti.
No permitas que nunca me aparte de ti. Amén.
RITO DE CONCLUSIÓN
+ En este momento se Hacen, si es necesario y con brevedad, los oportunos anuncios o advertencias al pueblo.
+ Después el ministro invoca la bendición de Dios y se santigua diciendo:
Miércoles santo| Página 74
El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R.
Amén
+ Luego se despide de la asamblea con estas palabras:
La alegría del Señor sea nuestra fuerza. Nos podemos ir en paz. R.
Demos gracias a Dios.
+ El ministro, si está la presencia sacramental del Señor, hace genuflexión frente a él, y se retira; en caso de no
haber Santísimo, la realiza al altar. No besa el altar. El coro puede entonar un canto de salida.
Jueves santo| Página 75
Jueves Santo
Hagan esto, en conmemoración mía
Jueves Santo
PREPARATIVOS:
Revisar las 6 casas (6 + la ultima donde se va a quedar el Santísimo) para la visita de los
7 templos
Tener listas las campanas /o quién va a tocar la campana en el Gloria
Lavarse las manos con agua y jabón
Tener listo un paquete de toallas húmedas y/o gel anti-bacterial cerca del altar
RITOS INICIALES
+ Mientras se entona el canto de entrada apropiado al tiempo litúrgico, el ministro, se dirigen al presbiterio
haciendo la debida genuflexión en caso de que el Santísimo Sacramento esté reservado; de no ser así hacen
una reverencia a la imagen principal allí venerada.
+ Después se dirige a un lugar discreto en el presbiterio o en la nave, desde donde se le pueda ver y escuchar
bien; pero no deberá usar la sede presidencial.
+ Si no hay canto de entrada, se recita la Antífona de entrada del día. SI hay canto de entrada, una vez
terminado, todos de pie, se santiguan, mientras el ministro dice:
Jueves santo| Página 77
ACTO PENITENCIAL
+ A continuación, el ministro invita a los fieles al arrepentimiento:
Hermanos: Para participar con fruto de esta celebración, reconozcamos nuestros pecados.
+ El ministro guarda un breve silencio para reflexión, y para pedir a Dios el perdón.
+ Después, hacen todos en común la confesión de sus pecados:
Yo confieso ante Dios todopoderoso, y ante ustedes,
hermanos, que he pecado mucho de pensamiento,
palabra, obra y omisión.
Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.
Por eso ruego a Santa María, siempre Virgen, a
los ángeles, a los santos, y a ustedes,
hermanos, que intercedan por mí ante Dios,
nuestro Señor. Amén.
+ El ministro concluye con la siguiente plegaria:
Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve
a la vida eterna.
+ El pueblo
responde:
Amén.
+ Enseguida el ministro, o el coro proclama o canta el Señor, ten piedad.
M. Señor, ten piedad de nosotros R. Señor, ten piedad de nosotros
M. Cristo, ten piedad de nosotros R. Cristo, ten piedad de nosotros
M. Señor, ten piedad de nosotros R. Señor, ten piedad de nosotros
GLORIA
gloria te alabamos, te
bendecimos, te adoramos, te
glorificamos, te damos gracias,
Señor Dios, Rey celestial,
Dios Padre todopoderoso.
Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, tú
que quitas el pecado del mundo.
Ten piedad de nosotros; tú
que quitas el pecado del mundo,
atiende a nuestra súplica;
tú que estás sentado a la derecha del Pare,
ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres
Santo, sólo tu Señor, sólo tú Altísimo,
Jesucristo con el Espíritu Santo en la
Gloria de Dios Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
+ El ministro dice “Oremos” puede dejar unos instantes de oración personal, después sin extender las manos,
dice la oración del día:
Dios nuestro que nos has reunido para celebrar aquella Cena en la cual tu Hijo único, antes
de entregarse a la muerte, confió a la Iglesia el sacrificio nuevo y eterno, sacramento de su
amor, concédenos alcanzar por la participación en este sacramento, la plenitud del amor y
de la vida. R. Amén.
+ El ministro invita a la comunidad a tomar asiento en este momento, para dar lugar a la liturgia de la palabra.
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
+ El lector previamente seleccionado por el ministro, pasa al ambón y lee la primera lectura:
Éxodo 12, 1-8. 11-14
En aquellos días, el Señor les dijo a Moisés y a Aarón en tierra de Egipto: “Este mes será
para ustedes el primero de todos los meses y el principio del año. Díganle a toda la
comunidad de Israel: ‘El día diez de este mes, tomará cada uno un cordero por familia, uno
por casa. Si la familia es demasiado pequeña para comérselo, que se junte con los vecinos
y elija un cordero adecuado al número de personas y a la cantidad que cada cual pueda
comer. Será un animal sin defecto, macho, de un año, cordero o cabrito.
Lo guardarán hasta el día catorce del mes, cuando toda la comunidad de los hijos de Israel
lo inmolará al atardecer. Tomarán la sangre y rociarán las dos jambas y el dintel de la
puerta de la casa donde vayan a comer el cordero.
Esa noche comerán la carne, asada a fuego; comerán panes sin levadura y hierbas
amargas. Comerán así: con la cintura ceñida, las sandalias en los pies, un bastón en la
Jueves santo| Página 79
mano y a toda prisa, porque es la Pascua, es decir, el paso del Señor. Yo pasaré esa noche
por la tierra de Egipto y heriré a todos los primogénitos del país de
Egipto, desde los hombres hasta los ganados. Castigaré a todos los dioses de Egipto, yo,
el Señor. La sangre les servirá de señal en las casas donde habitan ustedes. Cuando yo
vea la sangre, pasaré de largo y no habrá entre ustedes plaga exterminadora, cuando hiera
yo la tierra de Egipto. Ese día será para ustedes un memorial y lo celebrarán como fiesta
en honor del Señor. De generación en generación celebrarán esta festividad, como
institución perpetua’”.
Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.
¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho? Levantaré el cáliz de salvación e
invocaré el nombre del Señor. R.
A los ojos del Señor es muy penoso que mueran sus amigos. De la muerte, Señor, me has
librado, a mí, tu esclavo e hijo de tu esclava R.
Te ofreceré con gratitud un sacrificio e invocaré tu nombre. Cumpliré mis promesas al Señor
ante todo su pueblo. R.
SEGUNDA LECTURA
Primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 11, 23-26
Hermanos: Yo recibí del Señor lo mismo que les he transmitido: que el Señor Jesús, la
noche en que iba a ser entregado, tomó pan en sus manos, y pronunciando la acción de
gracias, lo partió y dijo: “Esto es mi cuerpo, que se entrega por ustedes. Hagan esto en
memoria mía”.
Lo mismo hizo con el cáliz después de cenar, diciendo: “Este cáliz es la nueva alianza que
se sella con mi sangre. Hagan esto en memoria mía siempre que beban de él”. Por eso,
cada vez que ustedes comen de este pan y beben de este cáliz, proclaman la muerte del
Señor, hasta que vuelva.
Palabra de Dios.
R. Te alabamos Señor.
Evangelio
+ El ministro se dirige al ambón, y dice
Escuchen hermanos el santo evangelio según san Juan 13, 1-15
Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado la hora de pasar de este
mundo al Padre habiendo amado a los suyos, que estaban en el mundo, los amó hasta el
extremo.
Cuando llegó a Simón Pedro, éste le dijo: “Señor, ¿me vas a lavar tú a mí los pies?” Jesús
le replicó: “Lo que estoy haciendo tú no lo entiendes ahora, pero lo comprenderás más
tarde”. Pedro le dijo: “Tú no me lavarás los pies jamás”. Jesús le contestó: “Si no te lavo,
no tendrás parte conmigo”. Entonces le dijo Simón Pedro: “En ese caso, Señor, no sólo los
pies, sino también las manos y la cabeza”. Jesús le dijo: “El que se ha bañado no necesita
lavarse más que los pies, porque todo él está limpio. Y ustedes están limpios, aunque no
todos”. Como sabía quién lo iba a entregar, por eso dijo: “No todos están limpios”.
Cuando acabó de lavarles los pies, se puso otra vez el manto, volvió a la mesa y les dijo:
“¿Comprenden lo que acabo de hacer con ustedes? Ustedes me llaman Maestro y Señor,
y dicen bien, porque lo soy. Pues si soy, que soy el Maestro y el Señor, les he lavado los
pies, también ustedes deben lavarse los pies los unos a los otros. Les he dado ejemplo,
para que lo que yo he hecho con ustedes, también ustedes lo hagan”. Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.
REFLEXIÓN
+ Luego tiene lugar la reflexión, se puede hacer una reflexión breve o delegar a otra persona a dar la reflexión
(esto previamente preparado). Si es otra persona la que va a dar la reflexión, no olvidar presentar a la persona
a la comunidad. Pedir a los asistentes que pueden tomar asiento.
La celebración del la Cena del Señor, inaugura el Triduo Pascual. Es importante tener
claro que se trata de un único acontecimiento, el paso de Jesucristo, a través de la
muerte, a la vida eterna, que se conmemora por medio de tres momentos distintos (la
cena del Seño, la Pasión del Señor y la Vigilia Pascual). Es por ello, aunque cada una
de las celebraciones de estos días subraye un momento diferente de la Pascua de
Jesús, contiene todo el misterio Pascual: la muerte es victoriosa y la resurrección es
redentora.
+ Después de la reflexión, donde lo aconseje el bien pastoral, se lleva a cabo el lavatorio de los pies.
+ Los varones designados para el rito van a ocupar los asientos preparados para ellos en un lugar visible.
+ El ministro o la persona que hace de Jesús en el Vía crucis va lavando los pies a cada uno y se los seca.
+ Se puede hacer una representación de las palabras de Simón Pedro también + Mientras tanto de
pueden entonar cantos propios del momento.
+ Después del lavatorio de los pies se hace la Oración Universal.
ORACIÓN UNIVERSAL
+ Los asistentes permanecen en pie mientras se hace la plegaria universal u oración de los fieles, que se
desarrolla de la siguiente forma:
Invitatorio
El celebrante que preside invita a los fieles a orar, por medio de una breve monición.
Intenciones
Las intenciones son propuestas por el celebrante que preside o, en su defecto, por un lector o por otra persona
idónea.
El pueblo manifiesta su participación con una invocación respondiendo: te rogamos Señor, u otra parecida, u
orando en silencio. La sucesión de intenciones ordinariamente debe ser la siguiente:
1. Por la santa Iglesia, para que no deje nunca de celebrar el memorial de la muerte y
resurrección del Señor, y haga presente en el mundo aquel amor y aquel servicio
por los cuales Jesús lo dio todo. Oremos
2. Por todos los sacerdotes, para que el Señor los mantenga fieles en su vocación, y
dispuestos a sacrificarlo todo por El. Oremos
3. Para que los cristianos sepamos entregarnos sin medida al servicio de los demás.
Oremos
4. Por todos nosotros, para que, del mismo modo que nos hemos reunido para
participar en la cena del Señor, vivamos unidos en la caridad fraterna. Oremos
5. Para que el Señor nos bendiga con más vocaciones para la vida sacerdotal,
consagrada y misionera. Oremos
+ Si el celebrante lo considera oportuno, puede invitar a los fieles a que desde su lugar, eleven a Dios sus
plegarias, respondiendo toda la comunidad de igual forma que con las plegarias anteriores.
Dios nuestro, que en este día nos permites participar de tu único sacerdocio por la
participación de la Eucaristía, haz que vivamos siempre en comunión plena con nuestros
pastores y acrecentemos cada vez más nuestro amor. Por Jesucristo nuestro Señor R.
Amén.
RITO DE LA COMUNIÓN
+ En caso de no haber comunión, después de la Oración de los fieles, el celebrante que preside invita al pueblo
a orar con el Padre Nuestro, luego pueden hacer la comunión espiritual, enseguida una oración ultima y se
finaliza con el rito de conclusión.
ACCIÓN DE GRACIAS
+ En caso de haber comunión:
+ En este momento el ministro arrodillado con todos los fieles, entona un himno eucarístico, o uno de alabanza,
dirigida a Cristo presente en la Eucaristía (p.ej. Cantemos al amor de los amores, Dios está aquí)
+ Después el ministro, invita a ponerse en pie, inicia la oración dominical con estas o parecidas palabras:
Fieles a la recomendación del Salvador, y siguiendo su divina enseñanza, nos atrevemos
a decir:
+ Y todos juntos
prosiguen:
Padre nuestro, que estás en el cielo,
Santificado sea tu Nombre; venga a nosotros
Jueves santo| Página 83
+ Luego, si se cree oportuno, se invita a los fieles a darse la paz. Hay que tener cuidado de hacerlo sin
escándalos:
Hermanos: Para reconocernos como hijos de Dios nos damos un saludo de paz.
+ A continuación el ministro hace una genuflexión, toma una hostia y sosteniéndola un poco elevada sobre el
copón, la muestra al pueblo, diciendo: Este es el cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.
Dichosos los invitados a la cena del Señor.
+ El ministro invita a quienes estén en gracia de Dios y hayan hecho su primera comunión a comulgar.
Después el ministro toma el copón. Elevando un poco la hostia la muestra a cada uno y dice: El
Cuerpo de Cristo.
R. Amén
+ Si la persona no responde Amén, hay que responder por él. Mientras se distribuye la comunión, puede
entonarse algún canto oportuno.
+ Si quedan algunas formas, guarda el Sacramento en el sagrario, hace genuflexión, recoge el corporal
(doblándolo debidamente) y vuelve a su lugar. En caso de resguardar al Santísimo en un sagrario,
asegurarse, quede cerrado.
+ A continuación se puede dejar un tiempo de silencio si las personas que comulgaron todavía están en oración.
Jueves santo| Página 84
+ El celebrante también puede disponer de este tiempo, para invitar a aquellos que por cualquier
circunstancia no pudieron recibir a Cristo Sacramentalmente, a hacerlo espiritualmente repitiendo todos
juntos con devoción, ya sea de rodillas, sentados o de pié la siguiente oración:
+ En este momento se hacen, si es necesario y con brevedad, los oportunos anuncios o advertencias al pueblo.
+ Enseguida se desnuda el altar y se quitan del templo las cruces (si no se pueden quitar es conveniente que
queden cubiertas con un velo).
+ Al llegar el ministro al lugar donde se depositará el Santísimo Sacramento, se coloca el copón. Después de
unos momentos de adoración en silencio, el ministro hace una genuflexión y se retira.
+ Enseguida se desnuda el altar y se quitan del templo las cruces (si no se pueden quitar es conveniente que
queden cubiertas con un velo).
Jueves santo| Página 85
+ Exhórtese a los fieles a dedicar alguna parte de su tiempo, en la noche, a la adoración delante del Santísimo
Sacramento.
Jueves santo | Visita a los siete templos | Página 86
EXPLICACIÓN DE LA DEVOCIÓN
La visita de las “Siete Casas” o “Siete Templos” es una costumbre popular que consiste en
visitar siete lugares donde esté el Santísimo Sacramento expuesto el Jueves Santo.
Generalmente se realiza yendo a visitar siete templos cercanos; recordando en cada
templo el camino de la Pasión de Jesucristo frente al Tabernáculo.
La visita a los siete templos que hacemos el Jueves Santo tiene como marco histórico el
recuerdo de Jesús que fue llevado de una autoridad a otra para ser condenado a muerte.
Es por tanto, un acto en el que pedimos perdón a Dios por las ofensas que hicimos a Jesús
al haberlo traicionado y entregado a las autoridades de aquella época. Recordemos que
Jesús fue trasladado:
▪ al Huerto de los Olivos ▪ a la Casa de Anás
▪ a la Casa de Caifás.
▪ Ante Poncio Pilato.
▪ Ante Herodes
▪ De regreso a Pilato
▪ Camino al Gólgota
En cada visita se hace una oración comunitaria y luego se deja un tiempo a la oración
personal.
PREPARATIVOS:
INICIO PROCESIÓN:
+ Dicha la oración después de la comunión, el ministro toma al Santísimo Sacramento e invita a la comunidad
a ir detrás del Santísimo en procesión hacia los siete altares.(Revisar siguiente hoja la Visita a los Siete
Templos)
+ En cada visita, así como en los trayectos se puede animar con algún canto
PRIMERA VISITA
Jesús en el Huerto de los Olivos
+ El ministro
dice:
Te adoramos o Cristo y te bendecimos R.\
Que por tu santa Cruz redimiste al mundo.
hecho desde el cenáculo hasta el Huerto de Getsemaní para empezar tu pasión. Ruego
que a mí y a todos los cristianos nos concedas la virtud de la mortificación y el don del
temor de Dios
R.\ Amén
SEGUNDA VISITA
Jesús llevado atado a la casa de Anás
+ El ministro
dice:
Te adoramos o Cristo y te bendecimos
R.\ Que por tu santa Cruz redimiste al mundo.
TERCERA VISITA
Jesús llevado atado a la casa de Caifás
+ El ministro
dice:
Te adoramos o Cristo y te bendecimos
R.\ Que por tu santa Cruz redimiste al mundo.
sobre las nubes del cielo." Entonces el Sumo Sacerdote rasgó sus vestiduras y dijo: "¡Ha
blasfemado! ¿Qué necesidad tenemos ya de testigos? Acabáis de oír la blasfemia.
Mt. 26, 63-65
CUARTA VISITA
Jesús llevado ante Poncio Pilato
+ El ministro
dice:
Te adoramos o Cristo y te bendecimos R.\
Que por tu santa Cruz redimiste al mundo.
error, y la tiranía del pecado. Pues, Cristo es la Palabra viva de la verdad divina que
prometió: "Si permanecéis en mi palabra, seréis en verdad discípulos míos y conoceréis la
verdad, y la verdad os hará libres" (Jn 8 31)
+El ministro concluye con la siguiente oración
Oremos: Señor te adoro y doy gracias por el pesado viaje que hiciste de la casa de Caifás
a la casa de Pilato. Por mi salvación y por la preciosa sangre, que derramaste en la
coronación de espinas. Te pido me des el consuelo y concedas la virtud de la generosidad,
así como el don de ser acertado en mi vida y mis consejos. R.\ Amén.
QUINTA VISITA
Jesús llevado ante Herodes
+ El ministro
dice:
Te adoramos o Cristo y te bendecimos R.\
Que por tu santa Cruz redimiste al mundo.
SEXTA VISITA
Jesús es regresado con Pilato
+ El ministro
dice:
Te adoramos o Cristo y te bendecimos R.\
Que por tu santa Cruz redimiste al mundo.
Jueves santo | Visita a los siete templos | Página 91
Jueves santo
SÉPTIMA VISITA
Jesús llevado a su Pasión
+ El ministro
dice:
Te adoramos o Cristo y te bendecimos R.\
Que por tu santa Cruz redimiste al mundo.
Oremos Señor, al terminar este recorrido que hicimos acompañando a Jesús en el caminar
al calvario, te ruego me concedas la gracia de no ser engreído y tener así la verdadera
sabiduría para amarte sobre todas las cosas ahora y siempre por los siglos de los siglos.
R.\ Amén
Jueves santo
Viernes Santo
E inclinando la cabeza, entregó el espíritu
Viernes Santo
PREPARATIVOS:
Tener listo un paquete de toallas húmedas y/o gel anti-bacterial cerca del altar
+ El altar debe estar desnudo por completo: sin cruz, candelabros ni manteles
+ Después del mediodía, alrededor de las 3 de la tarde, se celebra la pasión del Señor que consta de tres
partes: Liturgia de la Palabra, Adoración de la cruz y Sagrada comunión.
RITOS INICIALES
+ No hay canto de Entrada, el ministro entra y todos se ponen de pie. Si el Santísimo se encuentra en el templo,
el ministro primero se acerca a Él, hace genuflexión y después sube a un lado del altar.
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
+ El lector previamente seleccionado por el ministro, pasa al ambón y lee la primera lectura: Lectura
del libro de Isaías 52, 13-53, 53, 1-12
He aquí que mi siervo prosperará, será engrandecido y exaltado, será puesto en alto.
Muchos se horrorizaron al verlo, porque estaba tan desfigurado su semblante, que no tenía
Viernes santo | Página 97
ya aspecto de hombre; pero muchos pueblos se llenaron de asombro. Ante él los reyes
cerrarán la boca, porque verán lo que nunca se les había contado y comprenderán lo que
nunca se habían imaginado.
¿Quién habrá de creer lo que hemos anunciado? ¿A quién se le revelará el poder del
Señor? Creció en su presencia como planta débil, como una raíz en el desierto. No tenía
gracia ni belleza. No vimos en él ningún aspecto atrayente; despreciado y rechazado por
los hombres, varón de dolores, habituado al sufrimiento; como uno del cual se aparta la
mirada, despreciado y desestimado. Él soportó nuestros sufrimientos y aguantó nuestros
dolores; nosotros lo tuvimos por leproso, herido por Dios y humillado, traspasado por
nuestras rebeliones, triturado por nuestros crímenes. Él soportó el castigo que nos trae la
paz. Por sus llagas hemos sido curados.
Todos andábamos errantes como ovejas, cada uno siguiendo su camino, y el Señor cargó
sobre él todos nuestros crímenes. Cuando lo maltrataban, se humillaba y no abría la boca,
como un cordero llevado a degollar; como oveja ante el esquilador, enmudecía y no abría
la boca. Inicuamente y contra toda justicia se lo llevaron. ¿Quién se preocupó de su suerte?
Lo arrancaron de la tierra de los vivos, lo hirieron de muerte por los pecados de mi pueblo,
le dieron sepultura con los malhechores a la hora de su muerte, aunque no había cometido
crímenes, ni hubo engaño en su boca.
El Señor quiso triturarlo con el sufrimiento. Cuando entregue su vida como expiación, verá
a sus descendientes, prolongará sus años y por medio de él prosperarán los designios del
Señor. Por las fatigas de su alma, verá la luz y se saciará; con sus sufrimientos justificará
mi siervo a muchos, cargando con los crímenes de ellos.
Por eso le daré una parte entre los grandes, y con los fuertes repartirá despojos, ya que
indefenso se entregó a la muerte y fue contado entre los malhechores, cuando tomó sobre
sí las culpas de todos e intercedió por los pecadores.
Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.
A ti, Señor, me acojo, que no quede yo nunca defraudado. En tus manos encomiendo mi
espíritu y tú, mi Dios leal, me librarás
R. Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu.
Pero yo, Señor, en ti confío. Tú eres mi Dios, y en tus manos está mi destino. Líbrame de
los enemigos que me persiguen
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Vuelve, Señor, tus ojos a tu siervo y sálvame, por tu misericordia. Sean fuertes y
valientes de corazón, ustedes, los que esperan en el Señor R. Padre, a tus
manos encomiendo mi espíritu.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta a los Hebreos 4, 14-16; 5, 7-9
Hermanos: Jesús, el Hijo de Dios, es nuestro sumo sacerdote, que ha entrado en el cielo.
Mantengamos firme la profesión de nuestra fe. En efecto, no tenemos un sumo sacerdote
que no sea capaz de compadecerse de nuestros sufrimientos, puesto que él mismo ha
pasado por las mismas pruebas que nosotros, excepto el pecado. Acerquémonos, por
tanto, con plena confianza al trono de la gracia, para recibir misericordia, hallar la gracia y
obtener ayuda en el momento oportuno.
Precisamente por eso, Cristo, durante su vida mortal, ofreció oraciones y súplicas, con
fuertes voces y lágrimas, a aquel que podía librarlo de la muerte, y fue escuchado por su
piedad. A pesar de que era el Hijo, aprendió a obedecer padeciendo, y llegado a su
perfección, se convirtió en la causa de la salvación eterna para todos los que lo obedecen.
Palabra de Dios.
R.\ Te alabamos Señor.
EVANGELIO
+ Indicaciones para la lectura dialogada: Las siglas que indican a los diversos interlocutores, son los siguientes:
+ = Jesús
S = Discípulos pueblos y otros personajes
C = Cronista
+ El ministro comienza con:
C. Le contestaron:
S. “A Jesús, el nazareno”.
†“Yo soy”.
C. Estaba también con ellos Judas, el traidor. Al decirles ‘Yo soy’, retrocedieron y cayeron
a tierra. Jesús les volvió a preguntar:
C. Ellos dijeron:
S. “A Jesús, el nazareno”.
C. Jesús contestó:
†“Les he dicho que soy yo. Si me buscan a mí, dejen que éstos se vayan”.
C. Así se cumplió lo que Jesús había dicho: ‘No he perdido a ninguno de los que me diste’.
Entonces Simón Pedro, que llevaba una espada, la sacó e hirió a un criado del sumo
sacerdote y le cortó la oreja derecha. Este criado se llamaba Malco. Dijo entonces Jesús a
Pedro:
†“Mete la espada en la vaina. ¿No voy a beber el cáliz que me ha dado mi Padre?”.
C. Él dijo:
S. “No lo soy”.
C. Los criados y los guardias habían encendido un brasero, porque hacía frío, y se
calentaban. También Pedro estaba con ellos de pie, calentándose. El sumo sacerdote
interrogó a Jesús acerca de sus discípulos y de su doctrina. Jesús le contestó:
Viernes santo | Página 100
C. Apenas dijo esto, uno de los guardias le dio una bofetada a Jesús, diciéndole:
C. Jesús le respondió:
†“Si he faltado al hablar, demuestra en qué he faltado; pero si he hablado como se debe,
¿por qué me pegas?”
C. Él lo negó diciendo:
S. “No lo soy”.
C. Uno de los criados del sumo sacerdote, pariente de aquel a quien Pedro le había cortado
la oreja, le dijo:
C. Pedro volvió a negarlo y en seguida cantó un gallo. Llevaron a Jesús de casa de Caifás
al pretorio. Era muy de mañana y ellos no entraron en el palacio para no incurrir en
impureza y poder así comer la cena de Pascua. Salió entonces Pilato a donde estaban
ellos y les dijo:
C. Le contestaron:
C. Así se cumplió lo que había dicho Jesús, indicando de qué muerte iba a morir. Entró
otra vez Pilato en el pretorio, llamó a Jesús y le dijo:
C. Jesús le contestó:
C. Pilato le respondió:
S. “¿Acaso soy yo judío? Tu pueblo y los sumos sacerdotes te han entregado a mí. ¿Qué
es lo que has hecho?”
C. Jesús le contestó:
†“Mi Reino no es de este mundo. Si mi Reino fuera de este mundo, mis servidores habrían
luchado para que no cayera yo en manos de los judíos. Pero mi Reino no es de aquí.
C. Pilato le dijo:
C. Jesús le contestó:
†“Tú lo has dicho. Soy rey. Yo nací y vine al mundo para ser testigo de la verdad. Todo el
que es de la verdad, escucha mi voz”.
C. Pilato le dijo:
C. Dicho esto, salió otra vez a donde estaban los judíos y les dijo:
S. “No encuentro en él ninguna culpa. Entre ustedes es costumbre que por Pascua ponga
en libertad a un preso. ¿Quieren que les suelte al rey de los judíos?”
C. (El tal Barrabás era un bandido). Entonces Pilato tomó a Jesús y lo mandó azotar. Los
soldados trenzaron una corona de espinas, se la pusieron en la cabeza, le echaron encima
un manto color púrpura, y acercándose a él, le decían:
C. Salió, pues, Jesús, llevando la corona de espinas y el manto color púrpura. Pilato les
dijo:
S. “Aquí está el hombre”.
S. “¡Crucifícalo, crucifícalo!”
C. Cuando Pilato oyó estas palabras, se asustó aún más, y entrando otra vez en el pretorio,
dijo a Jesús:
S. “¿A mí no me hablas? ¿No sabes que tengo autoridad para soltarte y autoridad para
crucificarte?”
C. Jesús le contestó:
†“No tendrías ninguna autoridad sobre mí, si no te la hubieran dado de lo alto. Por eso, el
que me ha entregado a ti tiene un pecado mayor”.
C. Desde ese momento Pilato trataba de soltarlo, pero los judíos gritaban: S. “¡Si sueltas a
ése, no eres amigo del César!”
C. Al oír estas palabras, Pilato sacó a Jesús y lo sentó en el tribunal, en el sitio que llaman
“el Enlosado” (en hebreo Gábbata). Era el día de la preparación de la Pascua, hacia el
mediodía. Y dijo Pilato a los judíos:
C. Ellos gritaron:
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C. Entonces se lo entregó para que lo crucificaran. Tomaron a Jesús y él, cargando con la
cruz, se dirigió hacia el sitio llamado “La Calavera” (que en hebreo se dice Gólgota), donde
lo crucificaron, y con él a otros dos, uno de cada lado, y en medio Jesús. Pilato mandó
escribir un letrero y ponerlo encima de la cruz; en él estaba escrito:
‘Jesús el nazareno, el rey de los judíos’. Leyeron el letrero muchos judíos, porque estaba
cerca el lugar donde crucificaron a Jesús y estaba escrito en hebreo, latín y griego.
Entonces los sumos sacerdotes de los judíos le dijeron a Pilato:
S. “No escribas: ‘El rey de los judíos’, sino: ‘Éste ha dicho: Soy rey de los judíos’”.
C. Cuando crucificaron a Jesús, los soldados cogieron su ropa e hicieron cuatro partes, una
para cada soldado, y apartaron la túnica. Era una túnica sin costura, tejida toda de una
pieza de arriba a abajo. Por eso se dijeron:
C. Y desde entonces el discípulo se la llevó a vivir con él. Después de esto, sabiendo Jesús
que todo había llegado a su término, para que se cumpliera la Escritura dijo:
†“Tengo sed”.
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C. Había allí un jarro lleno de vinagre. Los soldados sujetaron una esponja empapada en
vinagre a una caña de hisopo y se la acercaron a la boca. Jesús probó el vinagre y dijo:
†“Todo está cumplido”,
C. Entonces, los judíos, como era el día de la preparación de la Pascua, para que los
cuerpos de los ajusticiados no se quedaran en la cruz el sábado, porque aquel sábado era
un día muy solemne, pidieron a Pilato que les quebraran las piernas y los quitaran de la
cruz. Fueron los soldados, le quebraron las piernas a uno y luego al otro de los que habían
sido crucificados con él. Pero al llegar a Jesús, viendo que ya había muerto, no le quebraron
las piernas, sino que uno de los soldados le traspasó el costado con una lanza e
inmediatamente salió sangre y agua.
El que vio da testimonio de esto y su testimonio es verdadero y él sabe que dice la verdad,
para que también ustedes crean. Esto sucedió para que se cumpliera lo que dice la
Escritura: No le quebrarán ningún hueso; y en otro lugar la Escritura dice: Mirarán al que
traspasaron.
Después de esto, José de Arimatea, que era discípulo de Jesús, pero oculto, por miedo de
los judíos, pidió a Pilato que lo dejara llevarse el cuerpo de Jesús. Y Pilato lo autorizó. Él
fue entonces y se llevó el cuerpo. Llegó también Nicodemo, el que había ido a verlo de
noche, y trajo unas cien libras de una mezcla de mirra y áloe.
REFLEXIÓN
+ Luego tiene lugar la reflexión, se puede hacer una reflexión breve o delegar a otra persona a dar la reflexión
(esto previamente preparado). Si es otra persona la que va a dar la reflexión, no olvidar presentar a la persona
a la comunidad. Pedir a los asistentes que pueden tomar asiento.
llevado hasta la locura. Los profetas de la primera lectura, describen al Siervo del Señor
en el momento en que lleva a cabo la misión de liberar los pecados. Juan nos ofrece
una perspectiva singular de la pasión y muerte de Jesús. Sus padecimientos y su
crucifixión son el camino a la gloria. El episodio de la oración en el huerto muestra el
enfrentamiento entre la luz y las tinieblas.
Viernes santo |
ORACIÓN UNIVERSAL
+ Los asistentes permanecen en pie mientras se hace la plegaria universal u oración de los fieles, que se
desarrolla de la siguiente forma:
+ De las oraciones que se presenta, el ministro puede escoger las que sean más apropiadas para las
circunstancias del lugar, cuidando; sin embargo, que se conserve la serie de intenciones establecidas para la
Oración Universal.
Dios todopoderoso y eterno, que en Cristo revelaste tu gloria a todas la naciones, conserva
la obra de tu amor, para que tu Iglesia, extendida por todo el mundo, persevere con fe
inquebrantable en la confesión de tu nombre. Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.
2. Por el Papa
Oremos también por nuestro santo padre el Papa para que Dios nuestro Señor, que lo eligió
entre los obispos, lo asista y proteja para bien de su Iglesia, como guía y pastor del pueblo
santo de Dios.
Dios todopoderoso y eterno, cuya providencia gobierna todas las cosas, atiende a nuestras
súplicas y protege con tu amor al Papa que nos has elegido, para que el pueblo cristiano,
confiado por ti a su guía pastoral, progrese siempre en la fe. Por Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amén.
Viernes santo | Página 107
Dios todopoderoso y eterno, que con tu Espíritu santificas y gobiernas a toda tu Iglesia,
escucha nuestras súplicas y concédenos tu gracia, para que todos, según nuestra
vocación, podamos servirte con fidelidad. Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.
Dios todopoderoso y eterno, que sin cesar concedes nuevos hijos a tu Iglesia, aumenta
en los (nuestros) catecúmenos el conocimiento de su fe, para que puedan renacer por el
bautismo la vida nueva de tus hijos de adopción. Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.
Dios todopoderoso y eterno, tú que reúnes a los que están dispersos y los mantienes en
la unidad, mira con amor a todos los cristianos, a fin de que, cuantos están consagrados
por un solo bautismo, formen una sola familia, unida por el amor y la integridad de la fe.
Por Jesucristo, nuestro Señor. R.
Amén.
Dios todopoderoso y eterno, que has hecho a los hombres en tal forma que en todo, aun
sin saberlo, te busquen y sólo al encontrarte hallen descanso, concédenos que, en medio
de las adversidades de este mundo, todos reconozcan las señales de tu amor y,
estimulados por el testimonio de nuestra vida, tengan por fin la alegría de creer en ti, único
Dios verdadero y Padre de todos los hombres. Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.
Dios todopoderoso y eterno, en cuya mano está mover el corazón de los hombres y
defender los derechos de los pueblos, mira con bondad a nuestros gobernantes, para que,
con tu ayuda, promuevan una paz duradera, un auténtico progreso social y una verdadera
libertad religiosa. Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.
Dios todopoderoso y eterno, consuelo de los afligidos y fortaleza de los que sufren,
escucha a los que te invocan en su tribulación, para que experimenten todos la alegría de
tu misericordia. Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.
Viernes santo | Página 109
+ En seguida el ministro descubre el brazo derecho de la cruz y, elevándola de nuevo, comienza a cantar (en el
mismo tono que antes) el invitatorio “Mirad el árbol de la Cruz...”, y se prosigue como la primera vez.
+ En seguida, acompañado de dos acólitos con velas encendidas, el sacerdote lleva la cruz a la entrada del
presbiterio o a otro sitio adecuado y la coloca ahí o la entrega a los ministros o acólitos para que la sostengan,
y se ponen las dos velas encendidas a los lados de la cruz. Se hace luego la adoración de la santa Cruz: como
se indica más abajo.
+ En seguida se coloca la cruz a la entrada del presbiterio y se ponen a sus lados los ciriales, como se indicó
anteriormente al final de la primera forma.
+ Mientras tanto, se canta la antífona. Tu Cruz adoramos, los Improperios u otros cánticos apropiados. Todos,
conforme van terminando de adorar la cruz, regresan a su lugar y se sientan.
+ Expóngase solamente una cruz a la adoración de los fieles. Si por el gran número de asistentes no todos
pudieren acercarse, el sacerdote, después de que una parte de los fieles haya hecho la adoración, toma la
cruz y, de pie ante el altar, invita a todo el pueblo, con breves palabras, a adorar la santa Cruz. Luego la
levanta en alto por un momento, para que los fieles la adoren en silencio.
+ Terminada la adoración, la cruz es llevada al altar y puesta en su lugar. Los ciriales encendidos son colocados
a los lados del altar o junto a la cruz.
RITO DE LA COMUNIÓN
Viernes santo | Página 110
+ Se extiende un mantel sobre el altar y se ponen sobre él un corporal y el libro. En seguida el ministro trae el
Santísimo Sacramento del lugar del depósito directamente al altar, mientras todos permanecen de pie y en
silencio. Dos acólitos, con candelabros/velas encendidos, acompañan al Santísimo Sacramento y depositan
luego los candelabros/velas a los lados del altar o sobre él.
+ Después que el ministro ha depositado el Santísimo Sacramento sobre el altar y ha descubierto el copón, y
dice:
+ Luego, si se cree oportuno, se invita a los fieles a darse la paz. Hay que tener cuidado de hacerlo sin
escándalos:
Hermanos: Para reconocernos como hijos de Dios nos damos un saludo de paz.
+ A continuación el ministro hace una genuflexión, toma una hostia y sosteniéndola un poco elevada sobre el
copón, la muestra al pueblo, diciendo: Este es el cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.
Dichosos los invitados a la cena del Señor.
+ El ministro invita a quienes estén en gracia de Dios y hayan hecho su primera comunión a comulgar.
Después el ministro toma el copón. Elevando un poco la hostia la muestra a cada uno y dice: El
Cuerpo de Cristo.
R. Amén
+ Si la persona no responde Amén, hay que responder por él. Mientras se distribuye la comunión, puede
entonarse algún canto oportuno.
+ Si quedan algunas formas, guarda el Sacramento en el sagrario, hace genuflexión, recoge el corporal
(doblándolo debidamente) y vuelve a su lugar. En caso de resguardar al Santísimo en un sagrario,
asegurarse, quede cerrado.
+ A continuación se puede dejar un tiempo de silencio si las personas que comulgaron todavía están en oración.
+ El celebrante también puede disponer de este tiempo, para invitar a aquellos que por cualquier
circunstancia no pudieron recibir a Cristo Sacramentalmente, a hacerlo espiritualmente repitiendo todos juntos
con devoción, ya sea de rodillas, sentados o de pié la siguiente oración:
Comunión Espiritual:
Jesús mío creo firmemente, que estás en el
Santísimo sacramento del altar. Te amo sobre
todas las cosas, y deseo realmente tenerte en
mi alma.
Ya que ahora no puedo recibirte Sacramentalmente, ven
Espiritualmente a mi corazón.
Como si ya hubieses venido, te abrazo y me uno a ti.
No permitas que nunca me aparte de ti. Amén.
RITO DE CONCLUSIÓN
+ En este momento se Hacen, si es necesario y con brevedad, los oportunos anuncios o advertencias al
pueblo.
+ A continuación se invita a la comunidad a ponerse de pie para terminar la celebración. Después el
ministro invoca la bendición de Dios y se santigua diciendo:
Envía, Señor, tu bendición sobre todos nosotros fieles tuyos que hemos conmemorado a
muerte de tu hijo y esperamos resucitar con él; concédenos tu perdón y tu consuelo,
fortalece nuestra fe y condúcenos a nuestra eterna salvación.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amen
Viacrucis
Viernes Santo
EXPLICACIÓN DE LA DEVOCIÓN
El Vía Crucis (traducido: "Camino de la Cruz") es una oración que tiene como objetivo
hacernos conocer y meditar la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo en su camino al
Calvario. Éste camino comienza en la casa de Pilatos, donde Jesús es condenado a
muerte, y finaliza en el Monte Calvario donde muere. Se representa por medio de una serie
de imágenes de la Pasión a las que se las llama "Estaciones" y corresponden a incidentes
particulares que Jesús sufrió por nuestra salvación.
PREPARATIVOS:
Definir la ruta por donde se realizará el Vía Crucis (Marcar cada una de las estaciones)
Vestuario de los personajes (María, soldados, Juan, Jesús, Barrabás, lloronas, Cirineo,
Verónica, 2 ladrones)
Paño de Verónica con el rostro de Cristo
Nosotros, cristianos, somos conscientes de que el vía crucis del Hijo de Dios no fue
simplemente el camino hacia el lugar del suplicio. Creemos que cada paso del Condenado,
cada gesto o palabra suya, así como lo que vieron e hicieron todos aquellos que tomaron
parte en este drama, nos hablan continuamente. En su pasión y en su muerte, Cristo nos
revela también la verdad sobre Dios y sobre el hombre.
PRIMERA ESTACIÓN
JESÚS ES CONDENADO A MUERTE
+ El ministro comenta:
Pilato mando sacar a Jesús y dijo a los judíos: “Aquí tenéis a vuestro rey”. Pero ellos le
gritaban: “¡Fuera, fuera, crucifícalo!” Pilato les dice: “Pero ¿cómo he de crucificar a vuestro
rey? Respondieron los príncipes de los sacerdotes: “Nosotros no tenemos más rey que el
Cesar”. Entonces se los entregó para que fuera crucificado” (Jn 19, 13-16)
+ Se reza un Padrenuestro
+ Se reza un Avemaría
+ Se concluye rezando: “Gloria al Padre, al Hijo y al espíritu Santo…”
Viernes santo | Vía Crucis | Página 115
SEGUNDA ESTACIÓN
JESÚS CARGA CON LA CRUZ
+ El ministro comenta:
Los judíos tomaron a Jesús y cargándole la cruz, salió hacia el lugar llamado Calvario (Jn
19, 16-17).
Condenado a muerte, Jesús quedó en manos de los soldados del procurador, que lo
llevaron consigo al pretorio y, reunida la tropa, hicieron mofa de él. Llegada la hora, le
quitaron el manto de púrpura con que lo habían vestido para la burla, le pusieron de nuevo
sus ropas, le cargaron la cruz en que había de morir y salieron camino del Calvario para
allí crucificarlo.
+ Se reza un Padrenuestro
+ Se reza un Avemaría
+ Se concluye rezando: “Gloria al Padre, al Hijo y al espíritu Santo…”
+ El ministro concluye la estación con la siguiente oración
Señor, permíteme y enséñame a tomar yo también mi cruz. Esa que está en mi familia
porque no les comprendo o no me comprenden; esa de las carencias; esa cruz de mis
fragilidades; enséñame que cargar la cruz como tú lo hiciste, con gallardía, es redentora.
R. Amén
TERCERA ESTACIÓN
JESÚS CAE POR PRIMERA VEZ
Isaías había profetizado de Jesús: «Eran nuestras dolencias las que él llevaba y nuestros
dolores los que soportaba. Yahvé descargó sobre él la culpa de todos nosotros». El peso
de la cruz nos hace tomar conciencia del peso de nuestros pecados, infidelidades,
ingratitudes..., de cuanto está figurado en ese madero. Por otra parte, Jesús, que nos invita
a cargar con nuestra cruz y seguirle, nos enseña aquí que también nosotros podemos caer,
y que hemos de comprender a los que caen; ninguno debe quedar postrado; todos hemos
de levantarnos con humildad y confianza buscando su ayuda y perdón.
+ Se reza un Padrenuestro
+ Se reza un Avemaría
+ Se concluye rezando: “Gloria al Padre, al Hijo y al espíritu Santo…”
+ El ministro concluye la estación con la siguiente oración
Concédenos, Señor, que cada vez que caemos, y más si es en pecado, sabernos
levantarnos para no ofenderte más.
R. Amén
CUARTA ESTACIÓN
JESÚS SE ENCUENTRA CON SU MADRE
+ El ministro comenta:
Y una espada de Dolor atravesará tu corazón. (Lc 2, 35)
En su camino hacia el Calvario, Jesús va envuelto por una multitud de soldados, jefes
judíos, pueblo, gentes de buenos sentimientos... También se encuentra allí María, que no
aparta la vista de su Hijo, quien, a su vez, la ha entrevisto en la muchedumbre. Pero llega
un momento en que sus miradas se encuentran, la de la Madre que ve al Hijo destrozado,
la de Jesús que ve a María triste y afligida, y en cada uno de ellos el dolor se hace mayor
al contemplar el dolor del otro, a la vez que ambos se sienten consolados y confortados
por el amor y la compasión que se transmiten.
Nos es fácil adivinar lo que padecerían Jesús y María pensando en lo que toda buena
madre y todo buen hijo sufrirían en semejantes circunstancias. Esta es sin duda una de las
escenas más patéticas del Vía crucis, porque aquí se añaden, al cúmulo de motivos
| Vía Crucis |Página 118
Viernes santo
de dolor ya presentes, la aflicción de los afectos compartidos de una madre y un hijo. María
acompaña a Jesús en su sacrificio y va asumiendo su misión de corredentora.
+ Se reza un Padrenuestro
+ Se reza un Avemaría
+ Se concluye rezando: “Gloria al Padre, al Hijo y al espíritu Santo…”
+ El ministro concluye la estación con la siguiente oración
Bendice, Señor, a nuestras madres. Particularmente a aquellas que sufren por ver a sus
hijos en peligro de perderse. Dales tu fuerza, hazlo por aquella que dijo “Hágase”, por tu
madre que te acompañó hasta el pie de la cruz. Y concede también, Señor, que sepan
respetar las decisiones de aquellos hijos que han elegido su estado de vida.
R. Amén
QUINTA ESTACIÓN
JESÚS ES AYUDADO POR EL CIRENEO
Jesús salió del pretorio llevando a cuestas su cruz, camino del Calvario; pero su primera
caída puso de manifiesto el agotamiento del reo. Temerosos los soldados de que la víctima
sucumbiese antes de hora, pensaron en buscarle un sustituto. Entonces el centurión obligó
a un tal Simón de Cirene, que venía del campo y pasaba por allí, a que tomara la cruz sobre
sus hombros y la llevara detrás de Jesús. Tal vez Simón tomó la cruz de mala gana y a la
fuerza, pero luego, movido por el ejemplo de Cristo y tocado por la gracia, la abrazó con
resignación y amor y fue para él y sus hijos el origen de su conversión.
El Cirineo ha venido a ser como la imagen viviente de los discípulos de Jesús, que toman
su cruz y le siguen. Además, el ejemplo de Simón nos invita a llevar los unos las cargas de
los otros, como enseña San Pablo. En los que más sufren hemos de ver a Cristo cargado
con la cruz que requiere nuestra ayuda amorosa y desinteresada.
+ Se reza un Padrenuestro
+ Se reza un Avemaría
+ Se concluye rezando: “Gloria al Padre, al Hijo y al espíritu Santo…”
Viernes santo | Vía Crucis | Página 119
SEXTA ESTACIÓN
LA VERÓNICA LIMPIA EL ROSTRO DE JESÚS
Dice el profeta Isaías: «No tenía apariencia ni presencia; lo vimos y no tenía aspecto que
pudiésemos estimar. Despreciable y desecho de hombres, varón de dolores y sabedor de
dolencias, como uno ante quien se oculta el rostro, despreciable, y no lo tuvimos en
cuenta». Es la descripción profética de la figura de Jesús camino del Calvario, con el rostro
desfigurado por el sufrimiento, la sangre, los salivazos, el polvo, el sudor... Entonces, una
mujer del pueblo, Verónica de nombre, se abrió paso entre la muchedumbre llevando un
lienzo con el que limpió piadosamente el rostro de Jesús. El Señor, como respuesta de
gratitud, le dejó grabada en él su Santa Faz.
Nosotros podemos repetir hoy el gesto de la Verónica en el rostro de Cristo que se nos
hace presente en tantos hermanos nuestros que comparten de diversas maneras la pasión
del Señor, quien nos recuerda: «Lo que hagáis con uno de estos, mis pequeños, conmigo
lo hacéis».
+ Se reza un Padrenuestro
+ Se reza un Avemaría
+ Se concluye rezando: “Gloria al Padre, al Hijo y al espíritu Santo…”
+ El ministro concluye la estación con la siguiente oración
Es difícil, Jesús, ser como Veronica. Los miedos, temores; el orgullo y la soberbia no nos
permiten estar disponibles. Permite Señor, que haya hombres y mujeres que salgan de sí,
que venzan sus miedos y se den a sus hermanos en el servicio.
R. Amén
SÉPTIMA ESTACIÓN
JESÚS CAE POR SEGUNDA VEZ
+ El ministro comenta:
Eran nuestros sufrimientos los que llevaban, nuestros dolores los que le pesaban… Ha sido
traspasado por nuestros pecados, deshecho por nuestras iniquidades… (Is 53, 4-5).
Jesús había tomado de nuevo la cruz y con ella a cuestas llegó a la cima de la empinada
calle que daba a una de las puertas de la ciudad. Allí, extenuado, sin fuerzas, cayó por
segunda vez bajo el peso de la cruz. Faltaba poco para llegar al sitio en que tenía que ser
crucificado, y Jesús, empeñado en llevar a cabo hasta la meta los planes de Dios, aún logró
reunir fuerzas, levantarse y proseguir su camino.
Nada tiene de extraño que Jesús cayera si se tiene en cuenta cómo había sido castigado
desde la noche anterior, y cómo se encontraba en aquel momento. Pero, al mismo tiempo,
este paso nos muestra lo frágil que es la condición humana, aun cuando la aliente el mejor
espíritu, y que no han de desmoralizarnos las flaquezas ni las caídas cuando seguimos a
Cristo cargados con nuestra cruz. Jesús, por los suelos una vez más, no se siente derrotado
ni abandona su cometido. Para Él no es tan grave el caer como el no levantarnos. Y
pensemos cuántas son las personas que se sienten derrotadas y sin ánimos para
reemprender el seguimiento de Cristo, y que la ayuda de una mano amiga podría sacarlas
de su postración.
+ Se reza un Padrenuestro
+ Se reza un Avemaría
+ Se concluye rezando: “Gloria al Padre, al Hijo y al espíritu Santo…”
+ El ministro concluye la estación con la siguiente oración
Es muy poco Señor, lo que podemos hacer los demás, pero danos la fuerza para poner
eso poco, tú ayúdanos a poner el resto, Señor.
R. Amén
OCTAVA ESTACIÓN
JESÚS CONSUELA A LAS MUJERES DE JERUSALÉN
Viernes santo | Vía Crucis | Página 121
Dice el evangelista San Lucas que a Jesús, camino del Calvario, lo seguía una gran multitud
del pueblo; y unas mujeres se dolían y se lamentaban por Él. Jesús, volviéndose a ellas
les dijo: «Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí; llorad más bien por vosotras y por vuestros
hijos»; añadiéndoles, en figuras, que si la ira de Dios se ensañaba como veían con el Justo,
ya podían pensar cómo lo haría con los culpables.
+ Se reza un Padrenuestro
+ Se reza un Avemaría
+ Se concluye rezando: “Gloria al Padre, al Hijo y al espíritu Santo…”
+ El ministro concluye la estación con la siguiente oración
Sigue, Señor, consolando a aquellas mujeres que sufren, que no tienen y que te necesitan.
Dales la fuerza para que sepan reconocer su dignidad y la de sus hijos y luchen por ella.
R. Amén
NOVENA ESTACIÓN
JESÚS CAE POR TERCERA VEZ
Una vez llegado al Calvario, en la cercanía inmediata del punto en que iba a ser crucificado,
Jesús cayó por tercera vez, exhausto y sin arrestos ya para levantarse. Las condiciones en
que venía y la continua subida lo habían dejado sin aliento. Había mantenido su decisión
de secundar los planes de Dios, a los que servían los planes de los hombres, y así había
alcanzado, aunque con un total agotamiento, los pies del altar en que había de ser
inmolado.
Jesús agota sus facultades físicas y psíquicas en el cumplimiento de la voluntad del Padre,
hasta llegar a la meta y desplomarse. Nos enseña que hemos de seguirle con la cruz a
cuestas por más caídas que se produzcan y hasta entregarnos en las manos del Padre
vacíos de nosotros mismos y dispuestos a beber el cáliz que también nosotros hemos de
beber. Por otra parte, la escena nos invita a recapacitar sobre el peso y la gravedad de los
pecados, que hundieron a Cristo.
+ Se reza un Padrenuestro
+ Se reza un Avemaría
+ Se concluye rezando: “Gloria al Padre, al Hijo y al espíritu Santo…”
+ El ministro concluye la estación con la siguiente oración
Enséñanos, Señor, a levantarnos una y otra vez, y cuando no podamos hacerlo por
nosotros mismos, permítenos, con humildad solicitar ayuda, para que levantados sigamos
caminando al lugar que nos tienes preparado.
R. Amén
DECIMA ESTACIÓN
JESÚS ES DESPOJADO DE SUS VESTIDURAS
Ya en el Calvario y antes de crucificar a Jesús, le dieron a beber vino mezclado con mirra;
era una piadosa costumbre de los judíos para amortiguar la sensibilidad del que iba a ser
ajusticiado. Jesús lo probo, como gesto de cortesía, pero no quiso beberlo; prefería
mantener la plena lucidez y conciencia en los momentos supremos de su sacrificio. Por
otra parte, los soldados despojaron a Jesús, sin cuidado ni delicadeza alguna, de sus ropas,
incluidas las que estaban pegadas en la carne viva, y, después de la crucifixión, se las
repartieron.
Viernes santo | Vía Crucis | Página 123
Para Jesús fue sin duda muy doloroso ser así despojado de sus propios vestidos y ver a
qué manos iban a parar. Y especialmente para su Madre, allí presente, hubo de ser en
extremo triste verse privada de aquellas prendas, tal vez labradas por sus manos con
maternal solicitud, y que ella habría guardado como recuerdo del Hijo querido.
+ Se reza un Padrenuestro
+ Se reza un Avemaría
+ Se concluye rezando: “Gloria al Padre, al Hijo y al espíritu Santo…”
+ El ministro concluye la estación con la siguiente oración
Señor, ayúdanos para que aprendamos a no despojar a nadie de lo que es o le pertenece,
que sepamos respetar la dignidad, la buena fama, las cosas de los demás para vivir con
una conciencia más limpia.
R. Amén
+ Se reza un Padrenuestro
+ Se reza un Avemaría
Viernes santo | Vía Crucis | Página 124
Desde la crucifixión hasta la muerte transcurrieron tres largas horas que fueron de mortal
agonía para Jesús y de altísimas enseñanzas para nosotros. Desde el principio, muchos
de los presentes, incluidos las autoridades religiosas, se desataron en ultrajes y escarnios
contra el Crucificado. Poco después ocurrió el episodio del buen ladrón, a quien dijo Jesús:
«Hoy estarás conmigo en el paraíso». San Juan nos refiere otro episodio emocionante por
demás: Viendo Jesús a su Madre junto a la cruz y con ella a Juan, dice a su Madre: «Mujer,
ahí tienes a tu hijo»; luego dice al discípulo: «Ahí tienes a tu madre»; y desde aquella hora
el discípulo la acogió en su casa. Después de esto, nos dice el mismo evangelista, sabiendo
Jesús que ya todo estaba cumplido, dijo: «Tengo sed». Tomó el vinagre que le acercaron,
y añadió: «Todo está cumplido». E inclinando la cabeza entregó el espíritu.
+ Se reza un Padrenuestro
+ Se reza un Avemaría
+ Se concluye rezando: “Gloria al Padre, al Hijo y al espíritu Santo…”
Para que los cadáveres no quedaran en la cruz al día siguiente, que era un sábado muy
solemne para los judíos, éstos rogaron a Pilato que les quebraran las piernas y los retiraran;
los soldados sólo quebraron las piernas de los otros dos, y a Jesús, que ya había muerto,
uno de los soldados le atravesó el costado con una lanza. Después, José de Arimatea y
Nicodemo, discípulos de Jesús, obtenido el permiso de Pilato y ayudados por sus criados
o por otros discípulos del Maestro, se acercaron a la cruz, desclavaron cuidadosa y
reverentemente los clavos de las manos y los pies y con todo miramiento lo descolgaron.
Al pie de la cruz estaba la Madre, que recibió en sus brazos y puso en su regazo maternal
el cuerpo sin vida de su Hijo.
| Vía Crucis |
+ Se reza un Padrenuestro
+ Se reza un Avemaría
+ Se concluye rezando: “Gloria al Padre, al Hijo y al espíritu Santo…”
+ El ministro concluye la estación con la siguiente oración
Concédenos, Señor, ser como José de Arimatea, disponibles para estar al servicio de los
demás cuando más nos necesitan.
R. Amén
José de Arimatea y Nicodemo tomaron luego el cuerpo de Jesús de los brazos de María y
lo envolvieron en una sábana limpia que José había comprado. Cerca de allí tenía José un
sepulcro nuevo que había cavado para sí mismo, y en él enterraron a Jesús. Mientras los
varones procedían a la sepultura de Cristo, las santas mujeres que solían acompañarlo, y
sin duda su Madre, estaban sentadas frente al sepulcro y observaban dónde y cómo
quedaba colocado el cuerpo. Después, hicieron rodar una gran piedra hasta la entrada del
sepulcro, y regresaron todos a Jerusalén.
+ Se reza un Padrenuestro
+ Se reza un Avemaría
+ Se concluye rezando: “Gloria al Padre, al Hijo y al espíritu Santo…”
+ El ministro concluye la estación con la siguiente oración
Hemos llegado, Señor al final de nuestro Vía Crucis, sabemos que fuiste a la cruz por el
grande amor que nos tienes, que agonizas y mueres por nosotros. Haz que también
Viernes santo Página 127
nosotros te amemos mucho, para que vivamos fielmente tu pasión y muerte y jamás nos
separemos de Ti por el pecado.
R. Amén
EXPLICACIÓN DE LA DEVOCIÓN
El Viernes Santo después del Vía Crucis, existe la costumbre de meditar sobre las siete
últimas palabras de Jesús en la cruz. Jesucristo en la cruz pronunció siete palabras, tal
como lo han testimoniado los cuatro evangelistas. Siete palabras, tres recogidas por Lucas,
tres por Juan y una misma por Marcos y Mateo.
Las siete palabras es una oportunidad para reflexionar en aquella “hora” de redención y
salvación. Hágase con recogimiento, serenidad y paz en cada corazón, seguros que estas
reflexiones brindarán capacidad para adentrarse más y asomarse al corazón de Cristo
PREPARATIVOS:
INICIO DE LA DEVOCIÓN:
+ El ministro o quien dirige la devoción pronuncia cada una de las palabras; así como el texto
propuesto para mediar. Puede cada palabra y reflexión realizarse por personas diferentes.
PRIMERA PALABRA
“PADRE, PERDÓNALOS, PORQUE NO SABEN LO QUE HACEN”
(Juan 23, 24)
Al odio, a la venganza, a la frase ', ojo por ojo y diente por diente", contrapone el amor, pide
perdón a su Padre, para quienes lo matan. Pone en práctica aquellos consejos que había
dicho tantas veces: "Al que te pegue en una mejilla, ponle la otra" y "Amén a los
| Las Siete Palabras |
que los odian y oren --por ellos". Cristo vino a servir y por eso perdonó. A nosotros Cristo
también nos ha perdonado muchas veces, y sin embargo no nos convertimos al Amor, y
no servimos a Cristo en los hermanos. Al rezar el Padre nuestro, no nos mintamos a
nosotros mismos: pedimos perdón al Padre y nosotros no perdonamos como Jesús.
SEGUNDA PALABRA
“EN VERDAD TE DIGO, QUE HOY ESTARÁS CONMIGO EN EL PARAÍSO”
(Lucas 23,43)
¡Qué grandeza de alma la tuya, Señor! Estás en medio del dolor, y te preocupas más por
los que te rodean que por ti mismo. Moriste en medio de dos malhechores. Dos ladrones
que nos muestran cómo se puede afrontar la vida y el sufrimiento. Nuestra sociedad está
dividida en dos partes: Los que tienen fe en Jesús y los que lo desconocen, como lo hicieron
los dos ladrones que estaban crucificados con El: Dimas y Gestas. Jesús vino a salvar a
los pecadores, no a los justos, por eso vino a buscarnos a cada uno de nosotros. Hoy
sigue la lucha entre el bien y el mal, entre el hombre viejo apegado a sus vicios y Ti hombre
nuevo renovado por la Resurrección de Cristo y que se acerca al Señor, y le pide ayuda y
perdón.
Viernes santo Página 129
Como el buen ladrón – el más hábil de la historia- ayúdanos a entender que al final de la
vida “el que se salva sabe; y el que no se salva, no sabe nada”. (Sta. Teresa de Ávila).
“Acuérdate de mí, Señor, que soy un pecador. Perdóname porque son mis pecados lo que
te han clavado a la cruz. Enséname a ofrecer mis penalidades y sufrimientos para que
pueda, con generosidad, escuchar tu palabra como el buen ladrón: “Hoy mismo estarás
conmigo en el paraíso”. Acerquémonos al Señor, y digámosle como el buen ladrón:
"Acuérdate de Mí y sálvame".
TERCERA PALABRA
Jesús, dirigiéndose a su Madre le dice:
“MUJER AHÍ TIENES A TU HIJO”. Después
dice al discípulo:
“AHÍ TIENES A TU MADRE”
(Juan 19, 26-27)
Los valientes se encuentran cerca de Jesús como la Virgen, san Juan, María de Cleofás y
María Magdalena. Lejos están los enemigos, los cobardes y los curiosos e indiferentes. La
Virgen no rehúye al dolor; quiere estar al lado de Jesús en el momento supremo de la
muerte para recibir a cambio del Hijo divino que pierde, esos hijos representados en san
Juan que tanto necesitan de ella; los pecadores, los pobres, los huérfanos, las viudas, los
enfermos, los abandonados, los despreciados, los sin techo, los sin trabajo. Ojalá que
Jesucristo diga, de cada uno de nosotros a su santa Madre: "Es tu hijo". Ella sigue rogando
por cada uno de nosotros. En los momentos tristes, en la enfermedad, en la pobreza; en
la hora de la muerte, ella ruega por nosotros. No perdamos nunca la devoción. En todo
problema digámosle: vida y dulzura y esperanza nuestra. !
Ampáranos!
CUARTA PALABRA
"DIOS MO, DIOS MIO, ¿POR QUÉ ME HAS ABANDONADO?”
(Marcos 15,34) y (Mateo 27,46)
¿Cómo te sentiste, Jesús, en la cruz, para llegar a pronunciar esta palabra, Tú que siempre
dijiste que eras uno con el Padre, que el Padre siempre te escucha y que todo lo hacías
para agradar a tu Padre? También a mí se me escapa a veces esta pregunta: ¿por qué a
mí? ¿Por qué me pruebas con esta muerte de un familiar, con esta enfermedad, con este
problema que pasa mi hijo…? Si trato de portarme bien.
Te han abandonado las multitudes, te han abandonado tus discípulos, y por si fuera poco,
ahora te sientes abandonado por tu Padre. ¡Qué horrible es el pecado, que nos separamos
de Dios, que nos roba el tesoro más grande, el de tu amor y tu paz! Y nos hace sentirnos
engañados, abandonados, SOLOS Y TRISTES.
nuestra cruz, con el dolor de nuestras caídas y pecados, sin dejarnos llevar por la
desesperación o desconfianza en el Padre lleno de misericordia.
QUINTA PALABRA
“TENGO SED”
(Juan 19, 28).
Jesús lo había dicho: "Si alguien tiene sed, venga a mí y beba". La sed que mas ahoga a
Jesús en estos momentos es la sed de almas, es el darse a ellas y llevarlas al Reino del
Padre ... y sin embargo le dieron vinagre que acrecienta aun más la sed.
Hoy el hombre sediento de felicidad la busca en los bienes materiales y en los placeres.
Pero la auténtica felicidad solo se encuentra en Dios y en el servicio a los hermanos.
Miremos como sufre Jesús por cada uno de nosotros. Démosle un poco de agua
anunciando el Evangelio y as¡ salvando a las almas. Escucharemos un día: "Vengan,
benditos. Tuve sed y me dieron de beber".
Viernes santo | Las Siete Palabras | Página 131
SEXTA PALABRA
"TODO ESTA CUMPLIDO”
(Juan 19, 30).
Jesús ha sido obediente hasta la muerte y muerte de cruz. Todo está terminado, todo por
amor a nosotros; con obediencia borra nuestra desobediencia; con su humildad borró
nuestra soberbia. Si buscas un ejemplo de paciencia, encontrarás el mejor de ellos en la
cruz. Así fue como Cristo los sufrió; como cordero que no abría la boca fue llevado al
matadero. Si buscas un ejemplo de humildad, mira al crucificado: Él, que era Dios, quiso
ser juzgado bajo el poder de Poncio Pilato. Si buscas un ejemplo de obediencia, imita a
aquel que se hizo obediente al Padre hasta la muerte. Si buscas un ejemplo de desprecio
de las cosas terrenales, imita a aquel que es Rey de reyes y Señor de señores, en el cual
están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y de la ciencia, desnudo en la cruz,
burlado, escupido, flagelado, coronado de espinas, a quien finalmente dieron a beber hiel
y vinagre.
Todo está acabado. Consumado el gran sacrificio, el mayor de todos, en el que el sacerdote
es Cristo. Sacrificio cuya altar es la cruz, y cuya víctima es el Cordero de Dios. Terminó
la lucha contra el príncipe de este mundo, con la derrota de éste. Cristo se ha convertido
en camino de eterna salvación. Ojalá que a la hora de nuestra muerte podamos decir.
"Todo está cumplido”; he hecho lo que Dios esperaba de mi. Ahora solo me espera recibir
la corona que da a los fieles servidores.
SEPTIMA PALABRA
"PADRE EN TUS MANOS ENCOMIENDO MI ESPÍRITU”
(Lucas 23,46).
Que al final de nuestra vida nos encontremos confortados con la presencia de Cristo y de
nuestra Madre y así nos presentemos al Padre celestial. Al acercarnos hoy a María nos
condolemos con Ella, pero al mismo tiempo encontramos luz y consuelo en nuestra
soledad. Que nuestra oración de la Salve, suba siempre al cielo. Rezar esta plegaria es
alabar su oficio de Madre de todos nosotros? es pedirle que llene estos dolorosos vacíos
de nuestra soledad. Dios te salve, Reina y Madre de misericordia.....
+ El ministro concluye con la siguiente oración
Viernes santo | Las Siete Palabras | Página 132
Gracias Señor, por habernos permitido reflexionar en tus siete palabras, la enseñanza es
grande, esperamos llevar a cabo, en nuestra vida algo de esa hermosa espiritualidad.
R. Amén
EXPLICACIÓN DE LA DEVOCIÓN
Esta procesión es una manifestación de la fe cristiana que indica la tristeza que tiene la
Iglesia de ver a Cristo muerto. Es una demostración al mundo a lo que lleva el egoísmo, la
soberbia y el pecado. Se ha ejecutado a un hombre justo sin causa alguna, condenado por
haber mostrado a la humanidad que tanto ama Dios al hombre que se hizo hombre para
salvarle.
Esta procesión se lleva a cabo caminando por las calles en completo silencio y visitando
diferentes lugares donde se encuentran diversas imágenes. Los participantes pueden vestir
de negro en señal de dolor y llevar velas en señal de oración. La procesión es marcada
solo por un tambor cuyo único sonido llena la atmósfera de profunda solemnidad.
Hay dos contingentes, uno que lleva al Cristo, recuerdo doloroso de María santísima; y el
otro que lleva a la Virgen Dolorosa que regresando a su casa, no puede dejar de recordar
el vía crucis de su Hijo, empezando por la sepultura y terminando en el infame cadalso
donde rechazado por su pueblo fue injustamente condenado a muerte.
PREPARATIVOS:
INICIO PROCESIÓN:
+ Los fieles se reúnen en algún lugar (habiendo ya obscurecido) con velas para comenzar la
procesión por la ruta que se ha definido previamente.
Se recorren las catorce estaciones del Vía crucis pero desandado, es decir, al revés para
llegar de nuevo a la Capilla; recordando el camino que recorrió nuestra Santísima Madre
del regreso del Calvario.
+ El ministro comenta:
En esta noche acompañamos a la Virgen María donde dolor y el sufrimiento toman su
máxima expresión, y donde el corazón humano comparte con ella, el camino del Calvario,
lleno de esperanza y fortalecimiento en la fe; para vivir la esperanza en la futura
resurrección
Con los mismos sentimientos de María santísima, unámonos al dolor y sufrimiento de tantos
hermanos y hermanas que sufren en silencio.
Pésame a la virgen
Viernes Santo
A consideración de la comunidad
EXPLICACIÓN DE LA DEVOCIÓN
Acompañamos a María en su dolor profundo, el dolor de una madre que pierde a su Hijo
amado. Ha presenciado la muerte más atroz e injusta que se haya realizado jamás, pero
al mismo tiempo le alienta una gran esperanza sostenida por la fe. María vio a su hijo
abandonado por los apóstoles temerosos, flagelado por los soldados romanos, coronado
con espinas, escupido, abofeteado, caminando descalzo debajo de un madero astilloso y
muy pesado hacia el monte Calvario, donde finalmente presenció la agonía de su muerte
en una cruz, clavado de pies y manos. María saca su fortaleza de la oración y de la
confianza en que la Voluntad de Dios es lo mejor para nosotros, aunque nosotros no lo
comprendamos.
Es Ella quien con su compañía, su fortaleza y su fe nos da fuerza en los momentos del
dolor, en los sufrimientos diarios y pidámosle la gracia de sufrir unidos a Jesucristo, en
nuestro corazón, para así unir los sacrificios de nuestra vida a los de ella y comprendamos
que en el dolor, somos más parecidos a Cristo y capaces de amarlo con mayor intensidad.
La imagen de la Virgen dolorosa nos enseña a tener fortaleza ante los sufrimientos de la
vida. Encontremos en Ella una compañía y una fuerza para dar sentido a los propios
sufrimientos.
1.- Se persignan los presentes: Por la señal de la Santa Cruz, de nuestro enemigos,
líbranos, Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén
Viernes santo | Las Siete Palabras | Página 135
4.- El guía dice: Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo la gente responde: como era
en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
MISTERIOS DOLOROSOS
1. La Oración de Nuestro Señor en el Huerto.
2. La Flagelación del Señor.
3. La Coronación de espinas.
4. El Camino del Monte Calvario.
5. La Crucifixión y Muerte de Nuestro Señor.
8.- Al terminar cada misterio se reza : “Gloria al Padre, y al Hijo, y al espíritu Santo… como
era en el principio ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.”
Para las siguientes decenas se reza de las misma forma hasta reza r y meditar los 5
pasajes.
- El guía dice : Dios te salve, María Santísima, Hija de Dios Padre , Virgen purísima
antes del parto, en tus manos encomiendo mi fe para que la ilumines, llena eres de
gracia, el Señor es contigo Bendita eres entre todas las mujeres y bendito el fruto
de vientre Jesús.
Todos continúan: Santa María madre de Dios…
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Viernes santo
- El guía dice :Dios te salve, María Santísima, Madre de Dios Hijo, Virgen purísima
en el parto. en tus manos encomiendo mi esperanza para que la alientes , llena de
gracia el Señor es contigo Bendita eres entre todas las mujeres y bendito el fruto
de vientre Jesús.
Todos continúan: Santa María madre de Dios…
- El guía dice :Dios te salve, María Santísima, Esposa de Dios Espíritu Santo. Virgen
purísima después del parto, en tus manos encomiendo mi caridad para que la
inflames. llena eres de gracia el Señor es contigo Bendita eres entre todas las
mujeres y bendito el fruto de vientre Jesús.
Todos continúan: Santa María madre de Dios…
12. Se reza un Salve comenzando el guía :Dios te salve, María Santísima, Templo y
Sagrario de la Santísima Trinidad, Virgen concebida sin mancha del pecado original,
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra,
Todos continúan :Dios te salve. A tí llamamos los desterrados hijos de Eva, a tí
suplicamos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora abogada
nuestra, vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos, y después de este destierro
muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre . ¡Oh clemente, OH piadosa , Oh dulce
Virgen María !
Viernes santo
15.- El guía concluye rezando: Bajo tu amparo nos acogemos, Todos continúan: Santa Madre de
Dios. No desprecies las súplicas que te dirigimos ante nuestras necesidades: antes bien, líbranos
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de todos los peligros, ¡Virgen gloriosa y bendita!. Ruega por nosotros Santa Madre de Dios, para
que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amén.
16.- Oración Final: Oh Dios, cuyo Unigénito Hijo, con su vida, muerte y resurrección, nos alcanzó
el premio de la vida eterna: concédenos a quienes recordamos estos misterios del Santo Rosario,
imitar lo que contienen y alcanzar lo que prometen. Por el mismo Jesucristo nuestro Señor.
Todos: Amén.
17. Se persignan todos: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Sábado Santo
Porque buscan entre los muertos, al que está vivo.
No está aquí, ha resucitado
Agua bendita
Adornar la capilla por motivo de la resurrección de nuestro señor (p.ej. globos blancos)
Designar a una persona al momento del Gloria, toque la campana, otro destape las
imágenes, otra que encienda las velas del altar.
Preparar los cantos
Tener listo un paquete de toallas húmedas y/o gel anti-bacterial cerca del altar
+ Las lecturas de esta Vigilia son 9 en total: 7 del Antiguo Testamento y, 2 de Nuevo Testamento, con 8 Salmos
Responsoriales. Pero solo por razones pastorales muy válidas se pueden acortar el número de las del Antiguo
Testamento (sin omitir jamás la tercera lectura). Se pueden acortar a 3 lecturas en total, con sus 3 salmos, a partir de
la oración colecta se lee todo (oración colecta, la epístola su salmo, y el evangelio). Lecturas 1, 3 y la epístola
+ Terminada la oración de la última lectura del Antiguo Testamento, con el responsorio y la oración correspondiente,
se encienden las velas del altar. El que dirige la celebración entona solemnemente el Gloria, que todos prosiguen. Se
tocan las campanas, de acuerdo con las costumbres de cada lugar
PRIMERA PARTE
+ Se apagan todas las luces de la capilla/ templo. En un lugar adecuado, fuera de la iglesia, se enciende el fuego.
Congregado allí el pueblo, llega el ministro. Alguien lleva el cirio pascual. Si las circunstancias no permiten encender
el fuego fuera de la iglesia, este rito se desarrolla de acuerdo a las circunstancias...
Hermanos: En esta noche santa, en que nuestro Señor Jesucristo pasó de la muerte a la vida, la
Iglesia invita a todos sus hijos, diseminados por el mundo, a que se reúnan para velar en oración.
Conmemoremos, pues juntos la pascua del Señor, escuchando su palabra y participando en sus
sacramentos, con la esperanza cierta de participar también en su triunfo sobre la muerte y de vivir
con él para siempre en Dios.
+ Para hacer resaltar con algunos símbolos la dignidad y la significación del cirio pascual, una vez bendecido el fuego
nuevo el ministro realiza lo siguiente: con punzón, graba una cruz en el cirio. Después, traza sobre él la letra griega
Alfa (A) y debajo Omega ( ); Entre los brazos de la cruz traza los cuatro números del año en curso, mientras dice:
3.- Alfa
Traza la letra Alfa arriba de la línea vertical
4.-y Omega1
Traza la letra Omega, debajo de la línea vertical
6.- Y la eternidad
Traza el segundo número del año en el ángulo superior derecho.
+ Después de trazar los signos anteriores, el celebrante incrusta en el Cirio cinco granos de incienso en forma de cruz,
diciendo al mismo tiempo:
3
4. Y nos guarde
5. Jesucristo Nuestro Señor. Amén
PROCESIÓN
+ A continuación el ministro toma el cirio pascual y manteniéndolo elevado canta:
V. Cristo luz del mundo
R. Demos gracias a Dios
+ Todos entran a la Iglesia, precedidos por el ministro que lleva el cirio pascual. (Las velas de la gente deben estar
apagadas).
+ En la puerta de la iglesia el ministro se detiene y elevando el cirio canta por segunda vez: M.
Cristo Luz del mundo.
R. Demos gracias a Dios.
+ En este momento todos encienden sus velas en las llamas de cirio pascual y avanzan de nuevo.
+ Al llegar ante el altar el ministro, vuelto hacía el pueblo, canta por tercera vez:
M. Cristo Luz del mundo.
R. Demos gracias a Dios.
+ Se encienden las luces del templo pero no las velas del altar, y el ministro entonará o proclamara
pausadamente el Pregón Pascual, la gente permanece de pie.
+ Terminando el pregón Pascual, todos apagan sus velas y se sientan (el cirio Pascual debe permanecer encendido).
El ministro continua:
+ Las lecturas de esta Vigilia son 9 en total: 7 del Antiguo Testamento y, 2 de Nuevo Testamento, con 8 Salmos
Responsoriales. Pero sólo por razones pastorales muy válidas se pueden acortar el número de las del Antiguo
Testamento (sin omitir jamás la tercera lectura). Se pueden acortar a 3 lecturas en total, con sus 3 salmos, a partir de
la oración colecta se lee todo (oración colecta, la epístola su salmo, y el evangelio)
+ Para las lecturas, un lector se dirige al ambón y lee la primera lectura. Después se recita el salmo. Enseguida la
asamblea se pone de pie, mientras el ministro dice Oremos y, después de que todos han orado en silencio unos
momentos, dice la oración colecta. Los fieles toman asiento y se continúa con la siguiente lectura.
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+ En lugar del salmo responsorial se puede guardar un espacio de silencio sagrado, omitiendo en este caso la pausa
después de Oremos.
LITURGIA DE LA PALABRA
En los valles haces brotar las fuentes, que van corriendo entre montañas;
junto al arroyo vienen a vivir las aves, que cantan entre las ramas R.
Bendice al Señor, alma mía.
Desde tu cielo riegas los montes y sacias la tierra del fruto de tus manos;
haces brotar hierba para los ganados y pasto para los que sirven al hombre R.
Bendice al Señor, alma mía.
¡Qué numerosas son tus obras, Señor, y todas las hiciste con maestría!
La tierra está llena de tus creaturas. Bendice al Señor, alma mía R.
Bendice al Señor, alma mía.
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TERCERA LECTURA
+ El lector previamente seleccionado por el ministro, pasa al ambón y lee la primera lectura:
Lectura del libro del libro del Éxodo 14, 15-15,1
En aquellos días, dijo el Señor a Moisés: “¿Por qué sigues clamando a mí? Diles a los israelitas
que se pongan en marcha. Y tú, alza tu bastón, extiende tu mano sobre el mar y divídelo, para
que los israelitas entren en el mar sin mojarse. Yo voy a endurecer el corazón de los egipcios
para que los persigan, y me cubriré de gloria a expensas del faraón y de todo su ejército, de sus
carros y jinetes. Cuando me haya cubierto de gloria a expensas del faraón, de sus carros y jinetes,
los egipcios sabrán que yo soy el Señor”.
El ángel del Señor, que iba al frente de las huestes de Israel, se colocó tras ellas. Y la columna
de nubes que iba adelante, también se desplazó y se puso a sus espaldas, entre el campamento
de los israelitas y el campamento de los egipcios. La nube era tinieblas para unos y claridad para
otros, y así los ejércitos no trabaron contacto durante toda la noche.
Moisés extendió la mano sobre el mar, y el Señor hizo soplar durante toda la noche un fuerte
viento del este, que secó el mar, y dividió las aguas. Los Israelitas entraron en el mar y no se
mojaban, mientras las aguas formaban una muralla a su derecha y a su izquierda. Los egipcios
se lanzaron en su persecución y toda la caballería del faraón, sus carros y jinetes, entraron tras
ellos en el mar. Hacia el amanecer, el Señor miró desde la columna de fuego y humo al ejército
de los egipcios y sembró entre ellos el pánico. Trabó las ruedas de sus carros, de suerte que no
avanzaban sino pesadamente. Dijeron entonces los egipcios: “Huyamos de Israel, porque el
Señor lucha en su favor contra Egipto”.
Entonces el Señor le dijo a Moisés: “Extiende tu mano sobre el mar, para que vuelvan las aguas
sobre los egipcios, sus carros y sus jinetes”. Y extendió Moisés su mano sobre el mar, y al
amanecer, las aguas volvieron a su sitio, de suerte que al huir, los egipcios se encontraron con
ellas, y el Señor los derribó en medio del mar. Volvieron las aguas y cubrieron los carros, a los
jinetes y a todo el ejército del faraón, que se había metido en el mar para perseguir a Israel. Ni
uno solo se salvó. Pero los hijos de Israel caminaban por lo seco en medio del mar. Las aguas
les hacían muralla a derecha e izquierda. Aquel día salvó el Señor a Israel de las manos de
Egipto. Israel vio a los egipcios, muertos en la orilla del mar. Israel vio la mano fuerte del Señor
sobre los egipcios, y el pueblo temió al Señor y creyó en el Señor y en Moisés, su siervo. Entonces
Moisés y los hijos de Israel cantaron este cántico al Señor.
+ En esta ocasión no se dice: Palabra de Dios. Sino que continúa inmediatamente el salmo.
El Señor es un guerrero, su nombre es el Señor. Precipitó en el mar los carros del faraón y a
sus guerreros; ahogó en el mar Rojo a sus mejores capitanes R. Alabemos al Señor por su
victoria.
Las olas los cubrieron, cayeron hasta el fondo, como piedras. Señor, tu diestra brilla por su
fuerza, tu diestra, Señor, tritura al enemigo R. Alabemos al Señor por su victoria.
Tú llevas a tu pueblo para plantarlo en el monte que le diste en herencia, en el lugar que
convertiste en tu morada, en el santuario que construyeron tus manos. Tú, Señor, reinarás para
siempre
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CUARTA LECTURA
+ El lector previamente seleccionado por el ministro, pasa al ambón y lee la primera lectura:
Lectura del libro del Isaías 54, 5-14
“El que te creó, te tomará por esposa; su nombre es ‘Señor de los ejércitos’. Tu redentor es el
Santo de Israel; será llamado ‘Dios de toda la tierra’. Como a una mujer abandonada y abatida te
vuelve a llamar el Señor. ¿Acaso repudia uno a la esposa de la juventud?, dice tú Dios.
Por un instante te abandoné, pero con inmensa misericordia te volveré a tomar. En un arrebato
de ira te oculté un instante mi rostro, pero con amor eterno me he apiadado de ti, dice el Señor,
tu redentor. Me pasa ahora como en los días de Noé: entonces juré que las aguas del diluvio no
volverían a cubrir la tierra; ahora juro no enojarme ya contra ti ni volver a amenazarte. Podrán
desaparecer los montes y hundirse las colinas, pero mi amor por ti no desaparecerá y mi alianza
de paz quedará firme para siempre. Lo dice el Señor, el que se apiada de ti.
Tú, la afligida, la zarandeada por la tempestad, la no consolada: He aquí que yo mismo coloco
tus piedras sobre piedras finas, tus cimientos sobre zafiros; te pondré almenas de rubí y puertas
de esmeralda y murallas de piedras preciosas. Todos tus hijos serán discípulos del Señor, y será
grande su prosperidad. Serás consolidada en la justicia. Destierra la angustia, pues ya nada
tienes que temer; olvida tu miedo, porque ya no se acercará a ti”.
Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor
Te alabaré, Señor, eternamente, pues no dejaste que se rieran de mí mis enemigos. Tú, Señor,
me salvaste de la muerte y a punto de morir, me reviviste R. Te alabaré, Señor, eternamente.
Alaben al Señor quienes lo aman, den gracias a su nombre, porque su ira dura un solo instante
y su bondad, toda la vida. El llanto nos visita por la tarde; por la mañana, el júbilo R. Te
alabaré, Señor, eternamente.
R.
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QUINTA LECTURA
+ El lector previamente seleccionado por el ministro, pasa al ambón y lee la primera lectura:
Lectura del libro del Isaías 55, 1-11
Esto dice el Señor: “Todos ustedes, los que tienen sed, vengan por agua; y los que no tienen
dinero, vengan, tomen trigo y coman; tomen vino y leche sin pagar. ¿Por qué gastar el dinero en
lo que no es pan y el salario, en lo que no alimenta? Escúchenme atentos y comerán bien,
saborearán platillos sustanciosos. Préstenme atención, vengan a mí, escúchenme y vivirán.
Sellaré con ustedes una alianza perpetua, cumpliré las promesas que hice a David. Como a él lo
puse por testigo ante los pueblos, como príncipe y soberano de las naciones, así tú reunirás a un
pueblo desconocido, y las naciones que no te conocían acudirán a ti, por amor del Señor, tu Dios,
por el Santo de Israel, que te ha honrado. Busquen al Señor mientras lo pueden encontrar,
invóquenlo mientras está cerca; que el malvado abandone su camino, y el criminal, sus planes;
que regrese al Señor, y él tendrá piedad; a nuestro Dios, que es rico en perdón.
Mis pensamientos no son los pensamientos de ustedes, sus caminos no son mis caminos. Porque
así como aventajan los cielos a la tierra, así aventajan mis caminos a los de ustedes y mis
pensamientos a sus pensamientos. Como bajan del cielo la lluvia y la nieve y no vuelven allá,
sino después de empapar la tierra, de fecundarla y hacerla germinar, a fin de que dé semilla para
sembrar y pan para comer, así será la palabra que sale de mi boca: no volverá a mí sin resultado,
sino que hará mi voluntad y cumplirá su misión”.
Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor
R.
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SEXTA LECTURA
+ El lector previamente seleccionado por el ministro, pasa al ambón y lee la primera lectura:
Lectura del libro del profeta Baruc 3, 9-15. 32-34, 4
Escucha, Israel, los mandatos de vida, presta oído para que adquieras prudencia. ¿A qué se
debe, Israel, que estés aún en país enemigo, que envejezcas en tierra extranjera, que te hayas
contaminado por el trato con los muertos, que te veas contado entre los que descienden al
abismo? Es que abandonaste la fuente de la sabiduría. Si hubieras seguido los senderos de Dios,
habitarías en paz eternamente.
Aprende dónde están la prudencia, la inteligencia y la energía, así aprenderás dónde se encuentra
el secreto de vivir larga vida, y dónde la luz de los ojos y la paz. ¿Quién es el que halló el lugar
de la sabiduría y tuvo acceso a sus tesoros? El que todo lo sabe, la conoce; con su inteligencia
la ha escudriñado. El que cimentó la tierra para todos los tiempos, y la pobló de animales
cuadrúpedos; el que envía la luz, y ella va, la llama, y temblorosa le obedece; llama a los astros,
que brillan jubilosos en sus puestos de guardia, y ellos le responden: “Aquí estamos”, y refulgen
gozosos para aquel que los hizo. El es nuestro Dios y no hay otro como él; él ha escudriñado los
caminos de la sabiduría y se la dio a su hijo Jacob, a Israel, su predilecto. Después de esto, ella
apareció en el mundo y convivió con los hombres. La sabiduría es el libro de los mandatos de
Dios, la ley de validez eterna; los que la guardan, vivirán, los que la abandonan, morirán.
Vuélvete a ella, Jacob, y abrázala; camina hacia la claridad de su luz; no entregues a otros tu
gloria, ni tu dignidad a un pueblo extranjero. Bienaventurados nosotros, Israel, porque lo que
agrada al Señor nos ha sido revelado.
Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor
R.
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R.
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Más deseables que el oro y las piedras preciosas las normas del Señor,
y más dulces que la miel de un panal que gotea R. Tú tienes, Señor,
palabras de vida eterna.
+ El ministro invita a ponerse en pie a la asamblea y continúa
Oremos. Dios nuestro, que haces crecer continuamente a tu Iglesia con hijos llamados de todos
los pueblos, dígnate proteger siempre con tu gracia a quienes has hecho renacer en el bautismo.
Por Jesucristo nuestro Señor. R. Amén.
SÉPTIMA LECTURA
+ El lector previamente seleccionado por el ministro, pasa al ambón y lee la primera lectura:
Lectura del libro del profeta Ezequiel 36, 16-28
En aquel tiempo, me fue dirigida la palabra del Señor en estos términos: “Hijo de hombre, cuando
los de la casa de Israel habitaban en su tierra, la mancharon con su conducta y con sus obras;
como inmundicia fue su proceder ante mis ojos. Entonces descargué mi furor contra ellos, por la
sangre que habían derramado en el país y por haberlo profanado con sus idolatrías. Los dispersé
entre las naciones y anduvieron errantes por todas las tierras. Los juzgué según su conducta,
según sus acciones los sentencié. Y en las naciones a las que se fueron, desacreditaron mi santo
nombre, haciendo que de ellos se dijera: ‘Este es el pueblo del Señor, y ha tenido que salir de su
tierra’. Pero, por mi santo nombre, que la casa de Israel profanó entre las naciones a donde llegó,
me he compadecido. Por eso, dile a la casa de Israel: “Esto dice el Señor: no lo hago por ustedes,
casa de Israel. Yo mismo mostraré la santidad de mi nombre excelso, que ustedes profanaron
entre las naciones. Entonces ellas reconocerán que yo soy el Señor, cuando, por medio de
ustedes les haga ver mi santidad.
Los sacaré a ustedes de entre las naciones, los reuniré de todos los países y los llevaré a su
tierra. Los rociaré con agua pura y quedarán purificados; los purificaré de todas sus inmundicias
e idolatrías. Les daré un corazón nuevo y les infundiré un espíritu nuevo; arrancaré de ustedes
el corazón de piedra y les daré un corazón de carne. Les infundiré mi espíritu y los haré vivir
según mis preceptos y guardar y cumplir mis mandamientos. Habitarán en la tierra que di a sus
padres; ustedes serán mi pueblo y yo seré su Dios’”.
Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor
+ Terminada la oración de la última lectura del Antiguo Testamento, con el responsorio y la oración correspondiente,
se encienden las velas del altar, se prenden las luces, si tienes globos se sueltan, se pone el mantel blanco, y se
destapan las imágenes.
+ El que dirige la celebración entona solemnemente el Gloria, que todos prosiguen, o bien se canta. Se tocan las
campanas, de acuerdo con las costumbres de cada lugar
ORACIÓN COLECTA
+ El ministro dice “Oremos” puede dejar unos instantes de oración personal, después sin extender las manos, dice la
oración del día:
Oremos. Dios nuestro, que haces resplandecer esta noche santa con la gloria del Señor
resucitado, aviva en tu Iglesia el espíritu filial, para que, renovados en cuerpo y alma, nos
entreguemos plenamente a tu servicio. Por Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amen
EPISTOLA
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los romanos 6, 3-11
Hermanos: Todos los que hemos sido incorporados a Cristo Jesús por medio del bautismo, hemos
sido incorporados a su muerte. En efecto, por el bautismo fuimos sepultados con él en su muerte,
para que, así como Cristo resucitó de entre los muertos por la gloria del Padre, así también
nosotros llevemos una vida nueva.
Porque, si hemos estado íntimamente unidos a él por una muerte semejante a la suya, también
lo estaremos en su resurrección. Sabemos que nuestro viejo yo fue crucificado con Cristo, para
que el cuerpo del pecado quedara destruido, a fin de que ya no sirvamos al pecado, pues el que
ha muerto queda libre del pecado.
Por lo tanto, si hemos muerto con Cristo, estamos seguros de que también viviremos con él; pues
sabemos que Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya nunca morirá. La muerte ya no
tiene dominio sobre él, porque al morir, murió al pecado de una vez para siempre; y al resucitar,
vive ahora para Dios. Lo mismo ustedes, considérense muertos al pecado y vivos para Dios en
Cristo Jesús, Señor nuestro.
Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor
+ Terminada la epístola todos se ponen de pie y el que preside la celebración entona solemnemente el Aleluya, que
todos repiten.
+ Luego un salmista o un cantor dice el salmo, al que el pueblo responde: Aleluya. Si hace falta, el mismo salmista
canta el Aleluya
SALMO RESPONSORIAL— Del Salmo 117
+ El salmista o el cantor proclama el salmo, y el pueblo intercala la respuesta
R. Aleluya, aleluya.
EVANGELIO
+ El ministro se dirige al ambón, y dice:
Lectura del santo evangelio según san Lucas 24, 1-12
El primer día después del sábado, muy de mañana llegaron las mujeres al sepulcro, llevando los
perfumes que habían preparado. Encontraron que la piedra ya había sido retirada del sepulcro y
entraron, pero no hallaron el cuerpo del Señor Jesus. Estando ellas todas desconcertadas por
esto, se les presentaron dos varones con vestidos resplandecientes. Como ellas se llenaron de
miedo e inclinaron el rostro a tierra, los varones les dijeron: “¿Por qué buscan entre los muertos
al que está vivo? No está aquí; ha resucitado Recuerden que cuando estaba todavía en Galilea
les dijo: ‘Es necesario que el Hijo del hombre sea entregado en manos de los pecadores y sea
crucificado y al tercer día resucite”. Y ellas recordaron sus palabras.
Cuando regresaron del sepulcro, las mujeres anunciaron todas estas cosas a los Once y a todos
los demás. Las que decían estas cosas a los apóstoles eran María Magdalena, Juana, María (la
madre de Santiago) y las demás que estaban con ellas. Pero todas estas palabras les parecían
desvaríos y no les creían. Pedro se levantó y corrió al sepulcro. Se asomó, pero sólo vio los
lienzos y se regreso a su casa, asombrado por lo sucedido.
Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús
REFLEXIÓN
+ Luego tiene lugar la reflexión, se puede hacer una reflexión breve o delegar a otra persona a dar la reflexión (esto
previamente preparado). Si es otra persona la que va a dar la reflexión, no olvidar presentar a la persona a la
comunidad. Pedir a los asistentes que pueden tomar asiento.
permaneció junto a su Pueblo; finalizamos estas lecturas llenos de júbilo y gozo entonando
el Gloria; para después contemplar con llenos de alegría junto a las mujeres que acudieron
al sepulcro, a Cristo Resucitado.
Pero ¿Seremos nosotros capaces de proclamar con verdad que el Señor ha resucitado, y
vivir esta verdad de tal modo que se note en nuestras vidas? Porque también a nosotros
puede pasarnos como a las mujeres del Evangelio: muy piadosas pero muy incrédulas: no
creen en la Resurrección, por Él anunciada, y van al sepulcro pensando que su muerte es
definitiva, y se preparan a tratar el cadáver de Jesús como el de cualquier otro muerto que
deberá permanecer para siempre en su tumba. Ellas representan a los que consideran a la
muerte como el fin; la Cruz como la derrota total y el fracaso definitivo.
+ Para la bendición de agua por parte de un ministro extraordinario, es necesario que se lleve a la comunidad agua
bendita por parte de un sacerdote, además de contar con un permiso para poder llevar a cabo esta bendición en otro
lugar, hay que recordar que el ministro extraordinario en sí, no es el que bendice, sino Dios nuestro Señor a través del
agua ya bendita. + El ministro comienza con:
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
R. Amén
+ El ministro prosigue con las siguientes palabras, cuando llega a la parte de “dígnate a bendecir esta agua…” rocía
con agua bendita por el sacerdote los demás contenedores del agua por bendecir:
Oremos. Señor Dios, Padre Todopoderoso, que eres la fuente y el principio de la vida del cuerpo
y del espíritu, dígnate a bendecir esta agua que vamos a utilizar con fe para implorar el perdón
de nuestros pecados, y para alcanzar la protección de tu gracia contra todas las enfermedades y
asechanzas del enemigo.
Concédenos, Señor, por medio de tu misericordia, que el agua viva nos sirva siempre de
salvación, para que podamos acercarnos a ti con un corazón limpio y evitemos todo mal de alma
y cuerpo. Por Jesucristo nuestro Señor.
R. Amén
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+ El ministro termina
diciendo:
Que el Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve al a vida eterna. R.
Amén
M. Hermanos, por medio del bautismo, hemos sido participes del misterio pascual de Cristo; es
decir, por medio del bautismo hemos sido con sepultados con él a una vida nueva. Por eso ahora
es muy conveniente que renovemos las promesas de nuestro bautismo, con la cuales un día
renunciamos a Satanás y a sus obras y nos comprometimos a servir a Dios, en la santa Iglesia
católica.
M. ¿Renuncian a todas las seducciones del mal para que el pecado no los esclavice?
R. Sí Renuncio.
M. ¿Creen en Jesucristo, su Hijo único y Señor nuestro, que nació de la virgen María, padeció y
murió por nosotros, resucito y está sentado a la derecha del Padre? R. Sí, Creo
AGUA BENDITA
+ El ministro rocía al pueblo con el agua bendita, mientras se entonan cantos apropiados (ríos de agua viva, espíritu
de Dios o las siguientes Antífona etc.)
Vi que en todos aquellos que recibían el agua, surgía una nueva vida y cantaban con gozo:
Aleluya, aleluya.
ORACIÓN UNIVERSAL
+ Los asistentes permanecen en pie mientras se hace la plegaria universal u oración de los fieles, que se desarrolla de
la siguiente forma:
1. Para que todos los cristianos seamos siempre fieles a las promesas del bautismo que
hemos renovado en esta santa noche. Oremos
2. Para que el Señor, que con su santa resurrección, ha hecho renacer a los nuevos hijos de
la Iglesia, engendrándoles por el agua y el Espíritu Santo, los haga fieles promotores del
evangelio del Reino. Oremos
3. Para que el Señor resucitado, ilumine las tinieblas de los que no tienen fe o viven en la
desesperanza. Oremos
4. Para que Jesús resucitado, anime con la fuerza de su poder, a los que sufren y conceda
alegría en sus corazones. Oremos
5. Para que, en estos tiempos de crisis, sepamos vivir la alegría de su triunfo sobre la muerte,
y aprendamos también a caminar en su luz llenando de esperanza nuestro mundo.
Oremos.
6. Para que el Señor nos bendiga con más vocaciones para la vida sacerdotal, consagrada
y misionera. Oremos
Señor, Jesucristo, que en el cielo eres glorificado por los ángeles y los santos y en la tierra eres
enaltecido y adorado por tu Iglesia, en esta fecha gloriosa de tu resurrección; te pedimos que
escuches nuestras plegarias y extiendes tu diestra misericordiosa sobre este pueblo que tiene
puesta toda su esperanza en tu resurrección. Tú que vives y reinas, inmortal y glorioso, por los
siglos de los siglos. R. Amén.
RITO DE LA COMUNIÓN
+ En caso de no haber comunión, después de la Oración de los fieles, el celebrante que preside invita al pueblo a
orar con el Padre Nuestro, luego pueden hacer la comunión espiritual, enseguida una oración ultima y se finaliza
con el rito de conclusión.
ACCIÓN DE GRACIAS
+ En caso de haber comunión:
27) Se acerca al lugar donde se guarda la Eucaristía hace una genuflexión, después de un breve momento de
oración en silencio.
28) Toma el corporal y el purificador; extiende el corporal sobre el altar , coloca a un lado del corporal el purificador
29) Toma el copón con el Cuerpo de Cristo y lo coloca en el altar, sobre el corporal extendido 30) En caso de
haber tomado el copón de un sagrario, asegurase que quede cerrado.
+ En este momento el ministro arrodillado con todos los fieles, entona un himno eucarístico, o uno de alabanza, dirigida
a Cristo presente en la Eucaristía (p.ej. Cantemos al amor de los amores, Dios está aquí)
+ Después el ministro, invita a ponerse en pie, inicia la oración dominical con estas o parecidas palabras:
Fieles a la recomendación del Salvador, y siguiendo su divina enseñanza, nos atrevemos a decir:
+ Y todos juntos
prosiguen:
Padre nuestro, que estás en el cielo,
Santificado sea tu Nombre; venga a nosotros
tú Reino, hágase tu voluntad en la tierra como
en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas, como también
nosotros perdonamos
a los que nos ofenden; no nos
dejes caer en la tentación, y
líbranos del mal.
+ Luego, si se cree oportuno, se invita a los fieles a darse la paz. Hay que tener cuidado de hacerlo sin escándalos:
Hermanos: Para reconocernos como hijos de Dios nos damos un saludo de paz.
+ A continuación el ministro hace una genuflexión, toma una hostia y sosteniéndola un poco elevada sobre el copón,
la muestra al pueblo, diciendo:
Este es el cordero de Dios, que
quita el pecado del mundo.
Dichosos los invitados a la cena del Señor.
+ El ministro invita a quienes estén en gracia de Dios y hayan hecho su primera comunión a comulgar. Después el
ministro toma el copón. Elevando un poco la hostia la muestra a cada uno y dice: El Cuerpo de Cristo.
R. Amén
+ Si la persona no responde Amén, hay que responder por él. Mientras se distribuye la comunión, puede entonarse
algún canto oportuno.
+ En caso de ser la última celebración en la comunidad, el ministro deberá de acuerdo a las indicaciones del párroco
local, consumir el Santísimo, purificar el copón y guardar el purificador y corporal; o en caso de la comunidad contar
con reserva del Santísimo puede dejarlo.
+ Si quedan algunas formas, guarda el Sacramento en el sagrario, hace genuflexión, recoge el corporal (doblándolo
debidamente) y vuelve a su lugar. En caso de resguardar al Santísimo en un sagrario, asegurarse, quede cerrado.
+ A continuación se puede dejar un tiempo de silencio si las personas que comulgaron todavía están en oración.
+ El celebrante también puede disponer de este tiempo, para invitar a aquellos que por cualquier circunstancia no
pudieron recibir a Cristo Sacramentalmente, a hacerlo espiritualmente repitiendo todos juntos con devoción, ya sea
de rodillas, sentados o de pié la siguiente oración:
RITO DE CONCLUSIÓN
+ En este momento se Hacen, si es necesario y con brevedad, los oportunos anuncios o advertencias al pueblo.
+ Después el ministro invoca la bendición de Dios y se santigua diciendo:
El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R.
Amén
+ Luego se despide de la asamblea con estas palabras:
La alegría del Señor sea nuestra fuerza. Nos podemos ir en paz. R.
Demos gracias a Dios.
Sábado Santo | Página 163
+ El ministro, si está la presencia sacramental del Señor, hace genuflexión frente a él, y se retira; en caso de no haber
Santísimo, la realiza al altar. No besa el altar. El coro puede entonar un canto de salida.