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UNIVERSIDAD DE LAS AMÉRICAS

FACULTAD DE CS. SOCIALES


ESCUELA DE PSICOLOGÍA

Título del trabajo


ANÁLISIS DE LA PELÍCULA: “CIUDAD DE DIOS”

Tipo de trabajo
ENSAYO CÁTEDRA Nº 2

Autores:
EMITA CARREÑO VALENCIA
CARLOS BASULTO OSORIO
VICTOR FLORES CANTERO
ALEXIS NEIRA DASSONVALLE

Docente
PS. NICOLAS ESPINA BOCIC

VIÑA DEL MAR, CHILE, DICIEMBRE DE 2014


Análisis de la película: “Ciudad de Dios”

Brasil a diferencia de los demás países del Cono Sur de América fue colonizado por
Portugal, hecho que provoca que su idiosincrasia difiera en muchos rasgos del resto de
América Latina.
Uno de los elementos que estuvo presente en la construcción de su identidad, como
país, fue la esclavitud africana, ya que el reino de Portugal era una nación europea que estaba
inserta en el comercio de esclavos negros, los que llegaron en importantes números a trabajar
la tierra de esta colonia, por lo que la historia de Brasil está constituida no solo con la mezcla
del europeo y el aborigen americano, sino además, a su idiosincrasia se le suma el
componente negro, el afroamericano, que llega a través de la esclavitud y que aporta grandes
elementos físicos y culturales a la imagen de Brasil.
El afroamericano se dedicó básicamente al trabajo de la tierra, incluso una vez abolida
la esclavitud, su incorporación al sistema económico fue precisamente en la agricultura y la
ganadería.
La crisis económica de 1929 afectó a Brasil a igual que a todos los países de
Latinoamérica y la migración del campo a la ciudad provoco el crecimiento de unos
pequeños asentamientos ubicados en la periferia de la ciudades llamadas favelas, las que
habrían sido creadas según la historiografía de Brasil por soldados que buscaban un lugar
donde vivir durante el siglo XIX y, otras por antiguos esclavos, sin propiedad de tierra y sin
trabajo, como lo expresa Andreatta, (2002).
El Film, Ciudad de Dios, se enfoca en las temáticas de pobreza, marginalidad y
violencia concentradas en una favela. Esta película relata la historia, en este asentamiento, de
un grupo de jóvenes que sobreviven a la exclusión del gobierno, con conductas desviadas e
ilícitas.
Las favelas como solución habitacional constituyen en la actualidad importantes focos
de pobreza y violencia, elementos muy bien definidos en la película, donde queda claro que,
aquellos que viven en ese lugar, lo hacen inmersos en una condición social y económica
insostenible para el gobierno, así se le puede definir que, “…no es solamente la carencia de
bienes materiales sino la privación de capacidades, las cuales representan la posibilidad que
tiene el hombre de elegir libremente mejores modos de vida” (Dussel, 2001).
A estos elementos se suma en la película la condición del color de piel de quienes son
los protagonistas, ya que se muestra la realidad de un grupo étnico, el mulato, quien es el

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principal habitante de la favela y quien padece la exclusión del gobierno central, situación
que es percibida y que figura en “Ciudad de Dios” cuando uno de sus protagonista Rocket,
quien relata, señala que al gobierno no le importa si tienen agua potable o electricidad, buses
para llegar a sus trabajos, plazas para los niños o calles pavimentadas, para este joven ellos
están al margen y son invisibilizados políticamente por los grupos de poder, no solo por vivir
en las favelas, sino también por su color de piel1. Se puede sostener que “el grado de poder
depende de la capacidad para suministrar o privar de bienes y servicios esenciales, lo que a su
vez depende en última instancia del control al acceso de energía, recursos y tecnología y los
medios para ejercer coacción física y psicológica” (Harris, 2004). Estos factores están
claramente presentes en la favela llamada Ciudad de Dios, donde el poder político mantiene
aisladas a estas personas en dichos asentamientos.
Así producto de este aislamiento en que permanecen los habitantes de Ciudad de Dios
se deja ver con claridad la cohesión del grupo de jóvenes que viven ahí, quienes tienen
conciencia de tener una identidad, tradiciones, lengua y cultura propias, las que
evidentemente no son las mismas de la cultura dominante del país. Se observa una escena, al
iniciar la película, donde estos se reúnen en torno a la música y al jolgorio donde realizan un
asado faenando allí mismo las gallinas, costumbres que inferimos provienen de sus raíces
africanas, las cuales permanecen en muchos aspectos de su vida cotidiana, especialmente
tradiciones paganas, así “los grupos étnicos se formaron por primera vez cuando las
poblaciones conquistadas mantuvieron rasgos lingüísticos y culturales asociados con sus
estatus anteriores a la conquista” (Harris, 2004).
Lo que se observa en la película es el diario vivir de una subcultura sobreviviente en
la periferia de Rio de Janeiro cuya característica principal es que permanece en la absoluta
marginalidad. Así, nos encontramos con los personajes que constituyen a un grupo de jóvenes
delincuentes en un territorio alejado de la modernidad de la gran ciudad, quienes obtienen
medios mínimos para su subsistencia al producir bienes y generar servicios en actividades
ilegales. Muchos estudios definen este aspecto como característico de las favelas, es así como
se puede referir a la marginalidad “como desviación de personalidad, como falta de
adaptación social. Lo que genera el círculo vicioso de la pobreza, de la locura, de la
criminalidad y de toda desviación a la norma” (Bogani, 2004). Estos factores están presentes
en cada escena del film puesto que la banda de Ze Pequeño se adueña de la Favela con su

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Alejandro Lipschutz explica el concepto de pigmentocracia como el que dieron las colonias en América a la
estratificación fundamentada en el color de la piel, donde las jerarquías se creaban a nivel de la estructura socio-
racial fundadas en dicho color de la piel.

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negocio de la venta de drogas y la violencia que induce este mercado. Este personaje toma a
gran parte de quienes viven en ese lugar como sus colaboradores (niños y jóvenes, todos
trabajan para él) y no les permite salir de ese círculo de marginalidad y aspirar a condiciones
de vida más inclusiva. De esta forma, en esta subcultura que constituye la Favela Ciudad de
Dios se crea un sistema jerárquico donde Ze Pequeño es quien gobierna y sus más cercanos
son parte de la clase dominante que controla todo dentro de este asentamiento a través de la
violencia, Harris (2004) nos indica que “el control de un gran poder por parte de una clase en
su relación con otra permite a los miembros de la clase más poderosa explotar a la de los más
débiles”, explotación que se observa por ejemplo cuando Ze Pequeño obliga a unos de los
niños que le colabora, al que llamaba Bistec, a que mate a otro niño del grupo de los Petardos
para demostrarle que en Ciudad de Dios quien manda es él y que se debe hacer solo lo que él
establecía. Estos múltiples episodios de violencia provocaban que, no tan solo quienes
colaboraban con la banda no pudiesen salir del circulo de la criminalidad, sino que todo
habitante de la favela no lo pudiese hacer, ya que para conseguir un trabajo fuera de ella se
tornaba primordial la pregunta “¿dónde vives?” y si era de Ciudad de Dios no había ningún
trabajo disponible. Así esta subcultura, dominada por un grupo de mulatos, si bien mantiene
ciertos rasgos de sus antepasados, no intenta integrase a Río de Janeiro o a la cultura carioca
de Brasil, sino más bien busca mantenerse al margen –porque en realidad no puede-, pero lo
que si hace, es sobrevivir inmersos en la violencia y la pobreza. Es tal vez por esto mismo
que Harris señala que “los grupos étnicos y raciales intentan movilizar sus recursos e inculcar
el orgullo consciente de su identidad como forma de mejorar sus posiciones en las jerarquías
económica y social” (2004). En la Ciudad de Dios hay un gobierno presidido por Ze Pequeño
y para este grupo esto es suficiente, no hay intenciones de participar en el sistema social o
económico del resto del país. La única vinculación al gobierno central es a través de la
Policía corrupta, quien colabora con este tipo de personajes, a cambio de dinero que se le
entrega habitualmente para que no intervengan en su negocio de la droga.
La película muestra varias escenas donde se deja de manifiesto esta situación, basta
con mencionar el final de ésta cuando se deja libre a Ze Pequeño a cambio de una gran suma
de dinero.
En consecuencia, todo el desarrollo del film nos muestra la cruda realidad de quienes
viven bajo estas condiciones de pobreza y violencia de la que no pueden escapar, ya no solo
porque el gobierno no les estrega herramientas para incluirse en la sociedad, sino además,
porque el dominio del territorio está en manos de narcotraficantes que se empoderan como

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los dueños de la favela y tienen a todos o la gran mayoría de sus habitantes bajo sus órdenes a
cambio de recursos que no les provee el gobierno, especialmente la seguridad. Hecho que es
graficado cuando se menciona en el film que al tomar el control de Ciudad de Dios Ze
Pequeño, ésta se convirtió en un lugar tranquilo para vivir y todos tenían una ocupación que
les proveía de recursos, tanto lícitos como ilícitos.
En este contexto de marginalidad, violencia, pobreza y criminalidad, la mujer no logra
sobresalir. En la película no existe un rol destacado para el género femenino y esta es
invisibilizada, al igual como ocurre a lo largo del tiempo y en casi todas las culturas, lo que
no significa que no experimente violencia e inseguridad a diario tanto en sus hogares como
en la calles de la favela. El film nos muestra una mujer dueña de casa, que cría a los niños
que luego se convertirán en pandilleros; una mujer objeto que solo cumple funciones en torno
a las necesidades de quienes dirigen la favela. Una mujer que para el jefe de la pandilla de
traficantes, Ze Pequeño, es solo un artefacto más para poseer y satisfacer sus necesidades
sexuales. “El hostigamiento sexual es una expresión clara de la violencia de género y es
ejercido por quienes están en posición jerárquica superior” (Torres, 2005). La película narra
una escena donde la novia de uno de los pocos jóvenes de la Ciudad de Dios que no es parte
de la banda, Mane Galinha, es ultrajada por Ze Pequeño y sus secuaces frente a él, mostrando
con ello, que la mujer es un simple objeto de placer y dominación y, deja de manifiesto la
jerarquía, la posición superior que éste tenía, expresando como “los hombres disfrutan de
privilegios de poder sobre las mujeres en cuanto al acceso a los recursos estratégicos….de
una elaborada supremacía masculina” (Harris, 2004).
Así esta violencia contra el género femenino, se convierte en parte de la vida
cotidiana, la que rara vez se denuncia debido a la desconfianza, a la falta de cuarteles de
policía y a la hostilidad que muestra ésta hacia los residentes de los barrios marginales,
además son las bandas criminales, las que llenan el vacío que deja un Estado ausente según lo
afirmado por Torres (2005).
Las mujeres no participan de estas bandas porque su debilidad se los impide. Se
necesita fuerza para combatir al enemigo y valentía para matarlos cuando es necesario,
aunque “la guerra no es el principal factor que condiciona el estatus de las mujeres en las
sociedades de bandas y aldeas. Puesto que los hombres de todas las poblaciones humanas
tienen por término medio una ventaja física sobre las mujeres” (Harris, 2004). Así, en el film,
casi no hay escenas donde figure una mujer y ninguna donde se vea como parte de una banda.
Ellas son excluidas completamente y cuando quieren hacerse presente, como fue el caso de

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Angélica la novia de Bene, amigo íntimo de Ze Pequeño, es acusada por el segundo de querer
alejarlo de él y finalmente tras su muerte, le atribuye dicha desgracia. Hay “vinculación entre
el estereotipo negativo sobre las mujeres y las diversas desventajas que acarrean en la
sociedad, fuertemente sesgada a favor de los hombres” (Harris 2004).
En síntesis, podemos decir que el film “Ciudad de Dios” refleja sustancialmente
aspectos correlativos en torno a un grupo étnico que vive en la periferia de la ciudad de Río
de Janeiro bajo condiciones de pobreza extrema, marginados por el gobierno central, pero
que logran crear un subcultura con un pseudo gobierno, donde el poder es ejercido por una
banda de narcotraficantes que constituyen la clase dominante de la favela. Favela donde la
mujer no tiene un estatus, sino solo un rol domestico por no estar dotadas de condiciones
físicas para combatir la violencia que hay a su alrededor, por lo que es utilizada en la
procreación de futuros niños delincuentes, labores domésticas y para satisfacer las
necesidades sexuales de los hombres.
En conclusión, Ciudad de Dios, representa al universo que arrastra fuertemente hacia
imperio de la violencia y, donde sus actores se encuentran entre la espada y la pared. Se
presentan dos opciones: integrarse a ese mundo que promete una muerte temprana, pero sin
necesidades económicas; o bien optar por la ruta de la vida honesta, del estudio y el trabajo
honrado, que augura una vida precaria, insegura y menoscabada.
Frente a esta situación prima la primera opción, desde donde surge una nueva
autoridad, que puede ser legitima, pero que obliga a acatar órdenes por medios coercitivos,
explotando al más débil quien, como película épica, termina revelándose contra el opresor, al
igual que lo pronunciaba Karl Marx2 cuando refería que la clase oprimida debía revelarse
contra la clase privilegiada, así lo hace, hacia el final del film, el grupo de niños delincuentes
que había sido explotado y violentado, “Los Petardos”, quienes dan muerte a Ze Pequeño
para dejar de ser los débiles y utilizados para convertirse ahora en los dominantes de la
favela, para continuar el mismo ciclo de marginalidad, criminalidad y pobreza. Los estudios
señalan que no existe “la conciencia étnica o racial, como la conciencia de clase, es un
requisito necesario para la movilización de los recursos físicos y mentales de los grupos
vulnerables u oprimidos en nombre de la defensa o la mejora de su posición jerárquica”
(Harris, 2004). Si bien la película finaliza con el asesinato del líder de la banda, no existirán

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Para Marx el ser explotado tiene un significado económico ya que el valor de lo producen es siempre mayor al
de la paga, pero Boulding refiere 4 condiciones que indican que la clase dominante goza de privilegios gracias a
quienes son explotados (Harris 2004) cosa que es correcta en el caso de Ze Pequeño en contra de los Petardos.

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grandes cambios en las características de la favela. Comenzando nuevamente el patético ciclo
existencial de Ciudad de Dios.

Referencias Bibliográficas

1. Andreatta, V. (2002). Favela-Bairro, un nuevo paradigma de urbanización para


asentamientos informales. Cuadernos internacionales de tecnología para el
desarrollo humano. Servicios urbanos.
2. Bogani, E. 2004. De marginales y desocupados. Nueva sociedad. Aportes.
Universidad de Buenos Aires.
3. Dussel, E. (2001). Principios éticos y economía. Signos filosóficos, 006,133-152.
EURE vol. 37 I n° 110 I abril 2011 | pp. 117-132. Santiago. Recuperado en
http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=34300605
4. Harris, M. (2004) "Antropología cultural", Capítulo 20, (Clases y Castas), Capítulo
21, (Etnicidad, raza y racismo), Capítulo 22 (género y jerarquía), Séptima edición.
5. Lipschütz, A. El problema racial de la conquista de América. México. Siglo XXI.
1975.
6. Santa María, L. (2011). La favela como espacio de exclusión social en la ciudad de
Río de Janeiro. EURE bol n° 110. Abril. Pp. 117-132. Santiago. Recuperado en
http://www.scielo.cl/scielo.php?pid=S0250- 71612011000100005&script=sci_arttext
7. Torres Falcón, M. (2005). Género y discriminación. Red de Revistas Científicas de
América Latina, el Caribe, España y Portugal. Recuperado en:
http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=32513410

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