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Resumen
Se presenta un resumen de la historia de la tiña fávica (favus) en nuestro país con su curiosa evolución
a través del tiempo, acompañado de consideraciones sobre el proceso del descubrimiento de la
etiología microbiológica de la enfermedad, que antecedió en mucho al conocimiento preciso de la
naturaleza de las enfermedades bacterianas.
Los primeros casos de favus autóctonos en Uruguay fueron descriptos por Duprat en 1908, con
posteriores observaciones de Brito Foresti en 1918, Tiscornia Denis en 1935, y Mackinnon en el
mismo año, totalizando 12 pacientes. Luego Mackinnon, en revisión de la literatura micológica entre
1946 y 1956, refiere 12 casos más.
La enfermedad habría desaparecido luego del país hasta el momento actual con excepción de un
aislamiento en 1961del agente Trichophyton schöenleinii de una de dos niñas hermanas portadoras
de típicas lesiones de candidiasis mucocutánea crónica.
La demostración de la naturaleza fúngica del favus fue obra de una trilogía de investigadores: del
alemán Schöenlein, quien en 1939 logró demostrar la presencia de hongos en las lesiones fávicas; del
húngaro Gruby, quien en 1941, luego de observar también el agente etiológico en las lesiones, fue
capaz de transmitir la enfermedad a otras personas y a sí mismo; y del prusiano Remak, quien logró
autoinocularse en su propio antebrazo, cultivar el hongo sobre trozos de manzana y asignarle luego
el nombre de Achorion schoenleinii (hoy Trichophyton schöenleinii).
Introducción
La tiña fávica es una forma de dermatofitosis de carácter crónico, producida por Trichophyton
schöenleinii y eventualmente por otras especies como T. violaceum y Microsporum
gypseum, transmisible de persona a persona, que suele manifestarse bajo forma de microendemias en
áreas rurales. Clínicamente se caracteriza por la presencia a nivel del cuero cabelludo de lesiones
múltiples y pequeñas de aspecto crateriforme, generalmente secas, llamadas escútulas
o godets alrededor del ostium folicular, constituidas esencialmente por filamentos fúngicos, escamas
córneas y exudado inflamatorio a veces granulomatoso. Es una forma severa de dermatofitosis, ya
que lleva a una alopecia cicatricial. Las lesiones presentan un típico olor a moho o a ratón. Puede
durar sin tratamiento toda la vida del paciente. Otras formas clínicas menos frecuentes son la
descamativa y la impetigoide de carácter supurativo-costroso.
El caso de Brito Foresti correspondió a una joven uruguaya de 17 años de edad, con cinco hermanos,
tres mujeres y dos varones, todos mayores a ella. Una de las hermanas de la enferma había tenido
favus a los 6 años de edad, curando aparentemente seis años atrás. Ni los padres, ni los otros
hermanos, sufrieron la enfermedad. Clínicamente la paciente presentaba una afectación total del cuero
cabelludo con godets de color amarillo azufre, alopecía casi total y el típico olor a ratón. El
diagnóstico fue hecho por examen directo y cultivos.
Brito Foresti cree que su caso es el primero en un uruguayo, ya que los anteriormente observados
eran de pacientes procedentes de Rusia meridional y de Galicia (España).
Pensamos nosotros que el autor olvidó citar los casos mencionados por
Duprat en su trabajo de 1908.
La otra publicación de ese año corresponde a Mackinnon, quien en primer término comenta un caso
de favus del Dr. G. Salterain con alopecía cicatricial y godets en un uruguayo de 23 años que nunca
había salido del país. A continuación cita tres casos de favus de cuero cabelludo en niños del asilo
Dámaso Antonio Larrañaga (figura 2) y en la madre de ellos, estudiados clínicamente por Bartolomé
Vignale, confirmados micológicamente por Mackinnon y seguidos del punto de vista micológico por
Radamés Costa(6).
Luego Mackinnon, en una revisión de la micología nacional, entre los años 1946 y 1956, refiere 12
casos supuestamente observados en dicho período.
La enfermedad parecería haber desaparecido desde entonces en nuestro país. Sin embargo, y muy
curiosamente, en 1961 los autores de este trabajo estudiaron dos niñas hermanas, de 4 y 6 años de
edad, portadoras de candidiasis granulomatosa crónica, en una de las cuales se logró aislar también y
aparte de Candida albicans, Trichophyton schoenleinii (figuras 3 y 4).
Primera descripción del favus y descubrimiento de su Etiología microbiológica
Celsus (I dC) refiere la enfermedad por vez primera con la siguiente descripción semiológica de
acuerdo con G..C. Ainsworth en su libro History of Medical and Veterinary Mycology: "El nombre
‘porrigo’ se aplica cuando entre los cabellos algo como pequeñas escamas se levantan separándose
del cuero cabelludo: a veces son húmedas, pero más frecuentemente secas, acompañadas a veces de
ulceración. De ellas sale muchas veces un olor desagradable. La afección ocurre en el cuero cabelludo,
raramente en la barba, ocasionalmente en las cejas".
En 1834, el judío polaco Robert Remak (1815-1865), nacido en Poznan (Prusia en esos momentos),
trabajando en el Hospital La Charité de Berlín, demostró por primera vez en la historia que los
escudetes fávicos estaban compuestos de cuerpos esféricos y fibras ramificadas sin darse cuenta que
se trataba de un hongo(12,13).
En 1835, Agostino Bassi, un abogado italiano, demostró que la enfermedad de los gusanos de seda
llamada muscardina era producida por un hongo (hoy día denominado Beauveria bassiana). Tal
descubrimiento fue la primera demostración en la historia de que un microorganismo era capaz de
producir un proceso patológico, precediendo así por muchos años los trabajos de Pasteur y de Koch.
Bueno es señalar que en 1966 se publicó un caso de infección pulmonar humana por dicho hongo.
Este descubrimiento notable de Bassi, sin duda alguna influyó poderosamente en los tres autores que
en los años siguientes pondrían en evidencia el origen microbiológico del favus.
En 1839, Johann Lucas Schöenlein (1793-1864), también en Berlín, descubre la naturaleza "vegetal"
del favus asimilando los filamentos a hongos. Esto nos lleva a considerar a Schöenlein como el
descubridor por vez primera en la historia médica del origen microbiológico de una enfermedad en el
hombre.
Luego, en 1841, David Gruby (1810-1898) de origen húngaro que había enseñado microscopía a
figuras como Claude Bernard y asistido como médico a personalidades como los Dumas, padre e hijo,
Chopin, Heine, George Sand y Alphonse Daudet, describe en detalle la naturaleza fúngica del favus
en comunicación científica a la Academia de Ciencias de París. Logró además, por vez primera en la
historia, demostrar la transmisibilidad de un agente infeccioso al lograr reproducir el favus en otra
persona y en sí mismo por inoculación de material patológico.
Gruby no llegó a denominar al agente etiológico del favus y menos aún aislarlo. Ello fue logrado por
el ya nombrado investigador Robert Remak, quien en 1842 logró confirmar la observación de Gruby
al publicar un informe sobre la inoculación exitosa de material patológico de un paciente en su propio
antebrazo, logrando también cultivar el hongo sobre rebanadas de manzana. Designó al agente del
favus en 1845 con el nombre de Achorion schöenleinii en homenaje al profesor Schöenlein.
Tales investigadores lograron aplicar correctamente los postulados de Koch, 40 años antes de ser
expuestos por este autor.
El tratamiento de la tiña de la cabeza incluye medicamentos que se toman por vía oral para eliminar
los hongos, así como champús medicados que pueden disminuir la propagación de la infección.
Algunos casos de tiña de la cabeza producen una inflamación grave en el lugar de la infección, lo que
puede dejar cicatrices o causar pérdida permanente del cabello.
Síntomas
Varias afecciones del cuero cabelludo pueden tener un aspecto similar. Consulta con el médico de tu
hijo si tu hijo presenta pérdida del cabello, zonas escamosas o picazón del cuero cabelludo, u otro
aspecto inusual del cuero cabelludo. Es importante obtener un diagnóstico preciso y un tratamiento
inmediato y adecuado.
Causas
La tiña del cuero cabelludo se debe a una de diferentes variedades de hongos tipo moho llamados
dermatofitos. Los hongos atacan la capa externa de la piel del cuero cabelludo y el tallo del cabello.
La tiña no se debe a un parásito. El trastorno causa una infección en la piel que se presenta en forma
anular o tiene aspecto circular.
Métodos de transmisión
De un ser humano a otro. A menudo la tiña se disemina a través del contacto directo piel a
piel con una persona infectada.
De un objeto a un ser humano. La tiña puede diseminarse a través del contacto con objetos o
superficies que una persona o un animal infectado haya tocado, como la ropa, las toallas, la
ropa de cama, los peines o los cepillos.
De un animal a un ser humano. Los perros y los gatos, en especial los cachorros y los gatitos
pequeños, suelen ser portadores de tiña. Otros animales que con frecuencia son portadores de
los hongos son las vacas, las cabras, los cerdos y los caballos. Tu hijo puede tener contacto con
la tiña cuando asea o acaricia a un animal con tiña.
Los hongos que causan tiña del cuero cabelludo pueden producir otras infecciones en el cuerpo. Estas
infecciones generalmente se clasifican en función de la parte del cuerpo afectada. Algunas de ellas
son las siguientes:
Tiña corporal (tinea corporis). Este tipo forma un anillo o un círculo de erupción cutánea en
la capa superior de la piel.
Tiña del pie (tinea pedis). Este tipo de tiña afecta las zonas húmedas entre los dedos de los
pies y, a veces, en el pie propiamente dicho.
Tiña inguinal (tinea cruris). Este tipo afecta los genitales, la parte interna de los muslos y los
glúteos.
Factores de riesgo
Edad. La tiña del cuero cabelludo es más frecuente en niños pequeños y en edad escolar.
Exposición a otros niños. Los brotes de tiña son frecuentes en escuelas y centros de cuidado
infantil, donde la infección se transmite con facilidad mediante el contacto físico cercano.
Exposición a mascotas. Una mascota, como un gato o un perro, puede tener la infección sin
Kerion
En algunos casos, la tiña de la cabeza produce un querión: una inflamación grave y dolorosa del cuero
cabelludo. El querión se presenta como una hinchazón blanda de la que sale pus y que forma una
costra gruesa y amarillenta en el cuero cabelludo.
En lugar de quebrarse, el cabello se desprende o se puede arrancar con facilidad. El querión puede
deberse a una reacción demasiado fuerte al hongo y puede producir cicatrices duraderas y pérdida
permanente del cabello.
Prevención
La tiña es difícil de prevenir porque los hongos que la causan son frecuentes y muy contagiosos.
Puedes ayudar a reducir el riesgo de padecer tiña tomando las medidas a continuación:
Infórmate e informa a los demás. Ten conciencia del riesgo de contagio de tiña de personas
o mascotas infectadas. Cuéntales a tus hijos sobre la tiña y diles a qué deben prestar atención y
cómo evitar la infección.
Mantén la limpieza. Asegúrate de que tu hijo se lave las manos con frecuencia para evitar la
propagación de la infección. Mantén limpias las áreas comunes o compartidas, en especial en
escuelas, centros de cuidado infantil, gimnasios y vestuarios.
Evita el contacto con animales infectados. La infección con frecuencia se presenta como una
zona de piel sin pelaje. Sin embargo, en algunos casos, es posible que no notes ningún signo de
la enfermedad. Pídele al veterinario que revise a tus mascotas y animales domesticados para
detectar la tiña.
No compartas elementos personales. Enséñales a tus hijos que no deben dejar que otras
personas usen su ropa, toallas, cepillos de dientes u otros elementos personales, ni pedirles
prestados tales elementos a otros niños.
Resumen
Este documento informa sobre la aparición de un foco de favus debido a que Trichophyton
schoenleinii afecta a siete miembros de una familia, 29 años después del último registro de la
enfermedad en Rio Grande do Sul.
Introducción
Favus es una infección crónica con un hongo dermatofito caracterizado por un escúculo denso
compuesto de masas miceliales y desechos epiteliales en los folículos pilosos. Los grupos de folículos
infectados pueden causar la formación de esteras en el hari, y después de un período de años se
produce atrofia de la piel, dejando una alopecia permanente. En la mayoría de los casos, el favus es
causado por Trichophyton schoenleinii . Este dermatofito es endémico en África y Europa central,
pero se han informado focos restringidos a miembros de una sola familia en el hemisferio occidental.
Estos focos están asociados a descendientes de ancestros que emigraron del área endémica. Se reporta
la ocurrencia de un foco de favus debido a. T. schoenleinii Afectando a siete miembros de una familia,
29 años después del último registro de la enfermedad en Rio Grande do Sul (RS).
Reporte de un caso
Una mujer blanca casada de 22 años, nacida en el condado de 15 de noviembre, RS, llegó al
Departamento de Dermatología del Hospital Universitario de Santa María con una historia de 15 años
de alopecia. La paciente era una mujer higiénica nutrida y se refirió a la aparición de una infección
inflamatoria aguda grave en el cuero cabelludo cuando tenía 7 años de edad. Reveló que su padre
tenía 49 años, sus hermanas de 19 y 14 años, sus hermanos de 9 y 5 años y un primo primo de 19
años tenían lesiones similares. El origen de la enfermedad fue asignado a su bisabuela, quien emigró
de Alemania y tenía una enfermedad similar. En el examen físico se observaron varias áreas de
alopecia cicatricial en el cuero cabelludo, pero se observó una lesión furfurácea en la región izquierda
temporoparietal ( Fig. 1). Las escamas recogidas de la lesión y montadas en hidróxido de potasio al
10% demostraron hifas hialinas septadas ramificadas irregulares. El pelo arrancado de la lesión reveló
una masa de hifas fragmentadas que rodeaban el cabello cerca de la boca del folículo, y las hifas
dentro del cabello, mostrando una canalización característica de la infección del cabello por T.
schoenleinii . Las escamas y el pelo cultivados en agar micobiótico (Difco) incubados a 25 ° C,
produjeron colonias grises de crecimiento lento, con centro elevado y superficie plegada
irregularmente ( Fig. 2 ). En el examen microscópico se observaron características más favorables.
Una biopsia de cuero cabelludo reveló alteración inflamatoria y reparadora, con atrofia anexial,
relacionada con la infección del cabello por un dermatofito ( fig. 3 ).
El examen de su esposo fue normal, su hermana de 19 años reveló solo alopecia cicatricial, pero sus
hermanos y su primo presentaron lesiones de pitidoides similares con resultados directos y culturales
positivos para T. schoenleinii . La terbinafina en una dosis de 125 mg y 250 mg por día en niños y
adultos, respectivamente, fue el medicamento recetado. Sólo la mujer de 22 años se adhirió al
tratamiento.
Discusión
El Favus debido a T. schoenleinii es generalmente una infección centrada en la familia que puede
afectar a muchas generaciones. En el enfoque familiar, los pacientes con alopecia cicatricial viven
juntos con pacientes que tienen una forma más leve de la enfermedad, llamada forma de pitide. Esta
forma clínica es indistinguible de una forma seborreica de tinea capitis, y contrasta con la infección
aguda severa, caracterizada por la formación densa de escutulum, o la forma impetiginosa. La
variación en la severidad de las formas representa una respuesta inmune específica para cada paciente
infectado, que involucra interacciones de linfocitos T supresores / T auxiliares. La anergia inmunitaria
resultante podría explicar la forma de pitido no inflamatoria de larga duración observada en el
presente informe. Por otro lado, lo sintomático u oculto. T. schoenleiniiLa infección, representada
por y alojamiento y equilibrio para el huésped, aumenta la duración de la supervivencia, la
diseminación y la cronicidad de la infección . La prueba definitiva de infección oculta requeriría una
biopsia para la demostración de hongos dentro del tallo del cabello.
Resumen
Los dermatofitos son un grupo de hongos, estrechamente relacionados entre sí, que poseen
queratinasa y, por ello, son capaces de causar infecciones en tejidos queratinizados (piel, pelo y uñas)
del hombre y animales, denominadas dermatofitosis. Según la procedencia de la queratina que
utilizan, los dermatofitos se clasifican en geofílicos (suelo), zoofílicos (animales) y antropofílicos
(hombre), siendo el suelo, algunos animales y el hombre sus respectivos reservorios naturales.
Pertenecen a este grupo los géneros Epidermophyton, Microsporum y Trichophyton, constituyendo
un total aproximado de 40 especies. Muchos dermatofitos pueden presentarse en la naturaleza en
estado anamorfo (con reproducción asexual) o imperfecto y teleomorfo (con reproducción sexual) o
perfecto.
Introducción
La mayoría de las micosis humanas, hoy en día, siguen siendo producidas por hongos dermatofitos
pertenecientes a los géneros Malassezia, Candida, Aspergillus y Cryptococcus.
Los dermatofitos son un grupo de hongos estrechamente relacionados capaces de invadir e infectar
los tejidos queratinizados, pelo, piel y uñas, gracias a la queratinasa que poseen, tanto del hombre
como de algunos animales. Las infecciones que producen son generalmente superficiales y afectan
fundamentalmente al estrato córneo de la piel y anejos, así como a la superficie de las mucosas. Según
la procedencia de la queratina que utilizan se pueden clasificar en geofílicos (suelo), zoofílicos
(animales) y antropofílicos (hombre), siendo ésos sus respectivos hábitats naturales y condicionando
la epidemiología y la clínica de las lesiones que producen4. Los dermatofitos han ido especializándose
progresivamente a medida que las costumbres de los seres humanos se diversificaban así como el
clima en el que se desenvolvían. El ser humano se ve afectado por muchas especies zoofílicas y
algunas geofílicas5. Los dermatofitos son cosmopolitas, aunque la presencia de los distintos agentes
etiológicos y los patrones de predominio anatómico de las lesiones que producen están condicionados
por la localización geográfica, factores ambientales y de crecimiento.
Taxonomía y clasificación
Género Epidermophyton
Sólo tiene 2 especies conocidas, siendo E. floccosum la única patógena para el hombre y
constituyendo la especie tipo. Microscópicamente se caracteriza por presentar abundantes
macroconidias en racimo o aisladas y por la ausencia de microconidias. Las macroconidias tienen
forma de maza, la pared suele ser lisa y moderadamente gruesa, los extremos redondeados y presentan
de 1 a 9 septos. Macroscópicamente se presenta en colonias visibles a los 7-9 días de incubación,
éstas aparecen plegadas, aterciopeladas, pulverulentas y de color amarillo-verdoso. Las colonias se
blanquean rápidamente y se vuelven flocosas y estériles2,5.
Género Microsporum
La especie tipo es M. audouinii. Este género posee unas 20 especies distintas, de las que unas 10 son
patógenas para el hombre. Microscópicamente presenta abundantes macroconidias que se observan
de forma aislada y en racimo, y su pared puede ser fina, intermedia o gruesa y tener la superficie lisa,
rugosa, espiculada, etc. Suele tener extremos puntiagudos, fusiformes o redondeados y puede
presentar de 1 a 15 septos. Las microconidias son sésiles o pedunculadas y normalmente están
dispuestas a lo largo de las hifas o en racimos. Macroscópicamente presenta diferencias entre las
especies, pudiendo ser algodonosas, terrosas, pulverulentas y producir pigmentos amarillo-naranja.
Género Trichophyton
Es el más frecuente de los 3 géneros implicados en la patología humana, con cerca de 30 especies, de
las que menos de 10 son responsables de las dermatofitosis humanas. La especie tipo es T. tonsurans.
Microscópicamente, las macroconidias son escasas, se suelen disponer individualmente, casi nunca
agrupadas. Tienen una pared fina y lisa, en forma de cigarro, huso o cilindro y presentan de 1 a 12
septos. Las microconidias suelen ser muy abundantes, con forma globosa, piriforme o alargada y se
disponen individualmente a lo largo de los lados de las hifas o agrupadas en racimos, pudiendo ser
sésiles o pedunculadas. El aspecto macroscópico de este género es variable y presenta diferencias
entre las distintas especies, por lo que las colonias pueden ser pulverulentas, algodonosas,
cerebriformes, velludas, etc. El reverso de éstas puede mostrar una pigmentación rojiza o marrón
TRICHOPHYTON SCHOENLEINII
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Bibliografía
1. Díaz y Mañé. 2008. Historia del favus (tiña fávica) en Uruguay y de la demostración de su
naturaleza microbiológica. Uruguay. Scielo. Revista Médica del Uruguay. Recuperado de:
http://www.scielo.edu.uy/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1688-03902008000400007
2. Mayo Clinic. 2018. Tiña (cabeza o cuero cabelludo). Estados Unidos. Mayo Clinic.
Recuperado de: https://www.mayoclinic.org/es-es/diseases-conditions/ringworm-
scalp/symptoms-causes/syc-20354918
3. Matte, S.M.W.; Lopes, J.O.; Melo, I.S. & Costa Beber, A.A. 1997. A focus of favus due
to trichophyton schoenleinii in Rio Grande do Sul. Brasil. Scielo. Revista do Instituto de
Medicina Tropical de São Paulo Recuperado de:
http://www.scielo.br/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0036-46651997000100001