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ECOGRAFÍA OCULAR
La ecografía ocular es un método no invasivo, que permite evaluar las estructuras intraoculares y retro-
oculares, utilizado principalmente en situaciones en las cuales no es posible realizar una inspección
directa del segmento posterior del globo ocular por medio de la oftalmoscopía, debido a la presencia de
cataratas o alteraciones del humor vítreo, así como también confirmar o establecer la extensión de
lesiones observadas por medio de la oftalmoscopía.
Para realizar una ecografía ocular se suelen utilizar sondas de 10MHz o superiores con las que se
obtiene una buena exploración tanto del segmento anterior, posterior y la órbita ocular. Sin embargo,
es posible la utilización de sondas 7,5MHz que permiten una mayor profundidad, no permitiendo la
evaluación de estructuras más próximas al tranductor pero se puede realizar una valoración segmento
posterior, la órbita, y los tejidos periorbitarios de forma aceptable.
Una vez poscisionado el transductor sobre la córnea se debe practicar cortes ecográficos en el eje
axial (centro de la córnea), y el paraaxial (en la conjuntiva bulbar) tanto en sentido horizontal como
vertical. Esto es importante para poder determinar la localización y conformar una imagen
tridimensional de la posible alteración.
Las características del ecograma normal del ojo está determinado por la sucesión de las superficies
internas reflectantes que delimitan los espacios anecoicos, estos últimos corresponden al humor
acuso, cristalino y humor vítreo (Figura 1). La primera de estas líneas la produce la córnea pero debido
a su proximidad con la sonda no es fácil de diferenciar con la sonda (Figura 1, a). Seguidamente
aparece un espacio anecoico correspondiente al humor acuoso que queda interrumpido por la cápsula
anterior del cristalino (Figura 1, a, 1). Esta cápsula sólo aparece en aquellos ecogramas en los que la
sonda está colocada en posición perpendicular a la misma visualizándose como una línea convexa de
baja ecogenicidad. El interior del cristalino, al estar formado por un tejido compacto muy bien
organizado, no producirá reflexiones internas a menos que exista una catarata, por lo que el espacio
existente entre las dos cápsulas del cristalino aparecerá como un espacio anecoico (Figura 1, 2). La
cápsula posterior del cristalino se presenta como una línea cóncava de mayor ecogenicidad que la
cápsula anterior (Figura 1, c). Por detrás de ella existe un espacio anecoico correspondiente al humor
vítreo (Figura 1, 3) que termina en la pared ocular donde la retina-coroides-esclera forman una sola
estructura ecogénica que no se puede diferenciar estas estructuras en un ecograma normal (Figura 1,
d).
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Figura 1. Ecograma de un ojo normal. a. córnea, b. cápsula anterior del cristalino, c, cápsula
posterior del cristalino, d. complejo retina-coroides-esclera, 1humor acuosos, 2. Cristalino 3. Humor
vítreo.
La órbita es una región ecogénica, debido fundamentalmente a la grasa retrobulbar pero en la que
intervienen también el paquete vasculo nervioso y los músculos. Esta ecogenicidad se distribuye en
forma de W cuando el corte se realiza en el plano del disco óptico que es el que configura la región
hipoecoica central.
Los principales cambios establecidos en la ecografía tienen relación con las alteraciones que se
observan en el cristalino, humor vítreo, complejo coroides-retina-esclera, órbita ocular o la combinación
de las alteraciones en estas estructuras.
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si la sonda está colocada perpendicular al cristalino con cataratas, se pueden producir ecos de
repetición inmediatamente detrás de la cápsula posterior, éstos no deben ser confundidos con
alteraciones del vítreo, ya que estos son secundarios a la catarata.
Figura 2. Ecograma de un cristalino con catarata en modo A y B. Se observa una catarata capsular
anterior intensa y posterior. Sin alteraciones vítreas.
Vítreo. Corresponde a la zona de mayor tamaño del ecograma del globo ocular delimitada
anteriormente por la capsula posterior del cristalino y en su alrededor por el complejo retina-coroides-
esclera, siendo una zona anecoica (Figura 1, 3). Cuando el humor vítreo se encuentra alterado se
observa la presencia de ecos de diversa intensidad, distribución y movilidad (Figura 3 y 4). Estos ecos
pueden corresponderse con procesos inflamatorios, degenerativos, hemorrágicos, desprendimientos de
vítreo o incluso con la presencia de cuerpos extraños. La ecogenicidad que producen las hemorragias
variarán dependiendo del tiempo transcurrido desde su formación y de la organización o no de
coágulos, es decir, las hemorragias incipientes no alteran significativamente la propiedad anecoica del
vítreo alterándose ésta a medida que se organiza el coágulo. Las hemorragias difusas se manifiestan
como múltiples ecos de media intensidad que suelen desaparecer al reducir la ganancia entre 8-10db, y
cuya característica fundamental es su movilidad lo que nos puede ayudar a diferenciarlos de los ecos
inflamatorios (Figura 3 y 4). En el modo A, la imagen ecográfica está formada por una cadena de picos
de poca altura. Los ecos que corresponden a procesos inflamatorios, como endoftalmitis, son de baja
amplitud, regulares, no forman acúmulos, suelen estar cercanos a la retina y la movilidad, a diferencia
de lo que ocurre en las hemorragias, es prácticamente nula.
Muchas veces la distribución de estos ecos es lineal, formando una membrana que hay que incluir en el
diagnóstico diferencial de los distintos desprendimientos: vítreo, retina o coroides. La membrana que
forma el vítreo desprendido suele tener una reflectividad variable y puede quedar completamente
desprendida sin ningún punto de unión con la pared posterior o permanecer unida en determinados
puntos, uno de los cuales puede ser el nervio óptico. Esto hace que en muchas ocasiones, el
desprendimiento de vítreo se confunda con un desprendimiento de retina, a pesar de tener algo más de
movilidad que este último.
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Figura 3.Ecograma en modo B y A anormal. Se observa una luxación anterior del cristalino cataratoso,
presencia de ecos vítreos de baja intensidad en el humor vítreo compatible con una endoftalmitis.
Aunque todos los cuerpos extraños podrían ser detectados ecográficamente, sólo aquellos de metal,
piedras o cristal, producen una reflexión lo suficientemente importante como para diferenciarlo de las
estructuras que los rodean. Sobre todo los metálicos son inconfundibles debido a su especial reflexión
que se denomina “ en cola de cometa”
Retina. Ecográficamente, la alteración con mayor frecuencia que se observa afectando a la retina es el
desprendimiento, ya sea total o parcial. En condiciones normales, la retina forma un conjunto con la
coroides y la esclera posterior sin que exista una diferenciación ecográfica entre las tres estructuras.
Cuando se acumula líquido entre estas las dos primeras, la retina se desprende y cae al vítreo
manteniendo la unión con el nervio óptico y con la ora serrata (Figura 5). En los desprendimientos
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parciales, sólo una pequeña región de la retina se separa de la pared posterior sobre elevándose, en el
modo B hacia el vítreo (muchas veces, si el espacio subrretiniano es anecógeno, son difíciles de
diferenciar de los desprendimientos de vítreo).En cambio, en los desprendimientos totales, toda la
retina se encuentra dentro de este espacio adquiriendo una morfología en V gracias a sus puntos de
unión (Nervio óptico, ora serrata). No siempre la retina desprendida mantiene estos nexos de unión
pudiendo separarse de la ora serrata y caer, plegándose, en las inmediaciones del nervio óptico por lo
que un desprendimiento total no tienen siempre una típica imagen en V.
A medida que la retina desprendida se reorganiza (restos inflamatorios, células proteínas) se forman
bandas de tracción entre ambas ramas que van cerrando poco a poco esta V hasta adquirir la
morfología de una T. En modo A, la retina desprendida produce un pico de gran intensidad que puede
llegar al 100% del pico de referencia constituido por la esclera, siempre que el haz de ultrasonidos esté
colocado perpendicularmente a ella. El espacio subrretinal en la mayoría de las ocasiones es anecoico
y no muestra modificaciones en modo B y A, pero es posible que este espacio se encuentre lleno por
múltiples ecos si hay hemorragias o un infiltrado celular. Estos ecos producen un aumento de la
ecogenicidad de este espacio en modo B y la aparición de múltiples picos de moderada intensidad en
el modo A.
Coroides. Las dos alteraciones de la coroideas con más frecuencia diagnosticadas con la ecografía
corresponden al desprendimiento y el engrosamiento de coroides. El desprendimiento de coroides,
produce una línea gruesa de baja movilidad y de morfología muy convexa. En los desprendimientos
completos de coroides, las dos líneas que la representan pueden coincidir en un punto común central.
En el modo A, el pico que produce la coroides desprendida es del 100% con el haz de ultrasonidos en
perpendicular. Si bajamos la ganancia podemos diferenciar un doble pico al diferenciar la retina del
complejo retina-coroides. El engrosamiento de la coroides se observa como un aumento de la línea que
constituye la pared posterior del globo ocular (retina-coroides-esclera) y cuya reflectividad es variable.
Este engrosamiento puede obedecer a fenómenos inflamatorios, congestivos o edematosos, o ser
consecuencia de ciertos tumores difusos que no delimitan su situación.
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