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El problema y acto del conocimiento

¿Qué es conocimiento?

Son muchas las fórmulas utilizadas, pero sustancialmente coinciden todas en definir el
conocimiento como una aprehensión consciente de un objeto, la actividad por la que
un sujeto aprehende un objeto por determinados medios.

PROBLEMA DEL CONOCIMIENTO

Hablar sobre el conocimiento es hablar sobre el problema de la realidad, es abrirse al


interrogante sobre la verdad y la certeza de nuestro saber sobre esa misma realidad, al
eterno combate entre los contenidos objetivos y las seguridades subjetivas.

Todo el mundo dice saber lo que significa conocer, pero no todos alcanzan a la
cantidad de problemas que se escapan a la concepción ingenua, por eso debemos
preguntarnos: ¿Qué es nuestro conocimiento?, ¿En qué consiste el fenómeno del
conocer?, ¿Podemos conocer el conocimiento?, ¿En qué modo podemos hacerlo?.
Todos constatamos que el conocimiento es un fenómeno que determina en nosotros
una modificación, pero nos cuesta definirlo de forma esencial.

Los filósofos han discutido desde los inicios de la filosofía la naturaleza exacta de esta
relación entre sujeto y objeto que hemos denominado conocimiento. Aunque existen
muchos problemas asociados al conocer los tres principales son: ¿en el acto del
conocimiento qué elemento tiene el papel preponderante, el sujeto o el objeto?; ¿es
posible un conocimiento cierto e indubitable en algún grado?; y ¿con qué facultad
conocemos la realidad prioritariamente, con el intelecto o con los sentidos? Por cada
uno de los tres problemas enunciados se han dado dos respuestas fundamentales que
han constituido, a su vez, a escuelas filosóficas confrontadas. Estas respuestas y las
propuestas de sus diversas escuelas es lo que veremos a continuación.

¿Objetividad o Subjetividad?

Para el realismo el sujeto actúa como foco pasivo en el conocer pudiéndosele


considerar incluso como un mero espejo que refleja la realidad exterior a sí mismo con
bastante fidelidad.

El idealismo, por el contrario, sostiene que la realidad de las cosas externas al sujeto
depende del sujeto mismo y que por lo tanto el polo positivo y activo del conocer es el
sujeto mismo y no el objeto. Un idealista tenderá a no considerar que los objetos
existan fuera del acto cognitivo sino que sólo adquieren realidad cuando son
conocidos.

Para el filósofo solipsista (solipsismo: es la creencia metafísica de que lo único de lo


que uno puede estar seguro es de la existencia de su propia mente, y la realidad que
aparentemente le rodea es incognoscible) lo únicamente real es la conciencia del
propio sujeto entendiendo como “el propio sujeto” a sí mismo. Comprobamos que la
realidad del mundo externo es muy controvertida y que en innumerables ocasiones lo
que hemos creído más cierto se convirtió en falso; no podemos creer en la objetividad
del mundo que, por otra parte, sólo es percibido cuando es percibido por el sujeto.

La objetividad es la objetividad de nuestros esquemas cognitivos pero no la objetividad


de lo real. De este modo Kant pretendió reconciliar subjetividad y objetividad.

¿Qué es la verdad?

El segundo problema del conocimiento que expusimos más arriba era el que se
planteaba si era posible establecer verdades ciertas sobre algo. Para el dogmatismo la
respuesta es que sí, el conocimiento cierto e indubitable es algo posible y alcanzable
con mayor o menor dificultad.

La gran mayoría de los filósofos han sido dogmáticos es decir, han creído en la
capacidad del hombre para descubrir la verdad.

Para el escéptico el conocimiento cierto e indubitable de la realidad no es posible,


nada de lo que conozcamos o podamos conocer es absolutamente fiable sin ningún
género de dudas.

¿Razón o experiencia?

El tercer y último problema sobre el conocimiento que vamos a tratar es el de si


conocemos la realidad prioritariamente por los sentidos o por el intelecto. El
racionalismo responde que lo prioritario son los conceptos de la razón frente a los
datos de los sentidos. El lenguaje es el instrumento básico de la supervivencia del
hombre, este instrumento trabaja con conceptos o ideas: “rosa”, “mujer” o “caballo”
son conceptos que engloban una pluralidad casi infinita de objetos dispares; gracias a
estos conceptos podemos percibir esa realidad agrupada en conjuntos homogéneos.

Frente al racionalismo se sitúa el empirismo como la escuela filosófica que pretende


que todo el conocimiento que poseemos proviene de la experiencia. El hombre al
nacer es una “tabula rasa”, es decir, como una pizarra en blanco sobre la que la
experiencia lo escribe todo. Aunque no todos los empiristas negaban absolutamente la
existencia de ideas innatas sí se mostraban cautos en admitir su existencia, si es que lo
hacían. Sólo la reiteración de las experiencias hace que nos formemos los conceptos en
nuestra mente por lo tanto, los conceptos no son más que constructos de nuestra
sensación.
LENGUAJE Y CONOCIMIENTO OBJETIVO O CIENTIFICO

El lenguaje es un código convencional de símbolos que permite a un emisor formular un


mensaje que puede ser comprendido por un receptor; gracias al lenguaje es posible la
comunicación entre los seres humanos.

¿Cómo debemos entender esta definición? En primer lugar en la conducta humana


encontramos tres aspectos:

 Actividades biológicas naturales del cuerpo humano como la respiración, los latidos del
corazón etc.
 Acciones técnicas como cocinar o fabricar una herramienta.
 Acciones expresivas que dicen algo sobre el estado del mundo. Estas acciones
expresivas incluyen palabras, gritos, formas de vestir, etc.

Estos tres aspectos no se separan completamente y podemos decir que todos son de algún
modo expresivos, incluso la respiración me indica que estoy vivo.

Lenguaje y realidad

Después del análisis de las funciones del lenguaje y sus figuras retóricas, nos preguntamos
hasta qué punto expresa el lenguaje la realidad que nos rodea, hasta qué punto es un
instrumento adecuado para tal fin. Los seres humanos no viven solos en el mundo objetivo, ni
tampoco en el mundo de la actividad social como se entiende ordinariamente, sino que están
en gran medida a merced del idioma concreto de la sociedad en la que viven. Es una enorme
ilusión imaginarse que uno se ajusta a la realidad sin usar el lenguaje; y que éste es solo un
medio de resolver los problemas de la comunicación: La verdad de la cuestión es que el mundo
real, está construido inconscientemente en gran medida sobre los hábitos lingüísticos del
grupo social.

Lenguaje y pensamiento

¿Es posible el uno sin el otro? Esta pregunta se enlaza con el apartado anterior, ya que si el
lenguaje determina la manera en que vemos la realidad, entonces afecta a nuestra manera de
pensar e incluso se podría afirmar que esta relación es aún más estrecha, y que ningún
pensamiento puede ocurrir fuera del ámbito del lenguaje. Sin embargo todos más o menos
tenemos la experiencia de que no podemos expresar todos nuestros pensamientos, emociones
o sentimientos. Por otro lado, cuando hacemos esta afirmación podría suceder que utilizamos
la expresión «pensar de un modo vago».

Deberíamos en primer lugar, saber que entendemos realmente por pensar, ¿puede
considerarse pensar cualquier proceso o estado mental?, ¿es el pensar verdadero aquel que
llamamos reflexión o pensar reflexivo?, ¿podemos considerar pensamientos a las emociones o
sentimientos?

Parece que la palabra pensamiento, es sinónimo de ciencia o conocimiento estructurado,


saber reflexivo, pero hoy día se va abriendo paso un sentido más general de esta palabra que
hace referencia a cualquier estado mental incluyendo nuestros estados afectivos.

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