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¿Cómo es posible, que habiendo recibido un llamado tan sagrado, para llevarle al Pueblo
de Dios el Alimento espiritual, Para pregonar Libertad a los cautivos del pecado, a
restaurar al caído,, ¿no vamos a, en primer lugar Sentir Una Profunda Compasión por
ellos? El saber que en nosotros está la responsabilidad de edificar al Pueblo de Dios con el
mensaje de Cristo?
El Evangelista Marcos nos dice que, los discípulos de Jesús habían regresado de una
Misión muy cansados, dado a que en esos días no había carros de lujo para ellos. Jesús los
lleva a un lugar desierto para que ellos descansaran un poco, dado que era mucha gente
que los seguía y ellos ni tenían tiempo siquiera para comer. Sin embargo la gente siempre
los seguía, incluso antes de que ellos llegaran a donde Jesús los llevaba a descansar, el
lugar ya estaba lleno de gente. Y en el Capitulo 6:34, nos dice: “Y Salió Jesús y vio una
gran multitud, y tuvo compasión de ellos, porque eran como ovejas que no
tenían pastor; Y comenzó a enseñarles muchas cosas.
Mi Amigo, Predicar es, Un Alma rogándole a otra: “Reconcíliate con Dios” (2.
Cor. 5:20) Te hago un llamado para que, no seas un predicador más, solamente porque te
gusta o porque se siente bien hacerlo,, Sabes, La carga que se siente por otros es lo que
produce la Pasión en la predicación.
El Pastor Alex Montoya en su libro Predicando con Pasión, nos dice que: “La Predicación
apasionada y poderosa se caracteriza por COMPASION por las personas. La Compasión es
sentir lo mismo que los otros, llevar sus cargas, participar de su dolor, llorar cuando ellos
lloran.
(continuacion) Predicar no es un
ejercicio de lenguaje o de oratoria. Cristo Jesús no fue un mero predicador. El
amaba a la humanidad, la totalidad de su ministerio fue un constante
derramamiento de COMPASION por nosotros. Por ello, las palabras que
Jesucristo habló, procedían de una vida profundamente afectada por aquellos
a quienes él ministraba. El se identificó con nosotros, sufrió con nosotros y al
final murió por nosotros.
Quiero en esta segunda parte, con todo mi corazón, conducirte como mi hermano a la
fuente de donde emana ese profundo sentimiento, ese sentir, ese algo que nos quebranta
que es la compasión, y esa fuente se llama Jesucristo mismo por medio de Su Espíritu
Santo.
Qué es lo que nos motiva a Predicar O a Enseñar la Palabra de Dios?
Oh, cuanto anhelo en mi corazón que Dios siga levantando Predicadores de verdad. Y que
Tu, a quien Dios ha llamado para esta labor, te sumerjas en Cristo, de donde viene el
quebrantamiento, la agonía, ese amor profundo por las almas sin Cristo, que cuando
tengas que dar un mensaje acerca del pecado, puedas hacerlo desde la perspectiva de
Cristo. Que cuando tengas que predicar a los débiles en la fe, lo hagas con un espíritu de
humildad y con el único objetivo de restaurarle.
De hoy en adelante, te invito a que te unas conmigo, a buscar siempre siempre el Toque de
Dios, que antes de que vayamos a dar un mensaje, tengamos un encuentro cada día con
Cristo. Que no salgan de nuestra boca palabras, que en vez de edificar, dañen el corazón del
pueblo de Dios.
Charles Finney (1792-1875) El gran Predicador del siglo 19, tenía muchas cosas que
hicieron de él un hombre con una gran reputación como predicador de Cristo. Pero hay dos
cosas que me llaman poderosamente la atención de su vida y de su ministerio y que dieron
como resultado un gran avivamiento en su época:
Sigue Adelante, y que Dios te siga usando como un instrumento para su obra.
Muchas Bendiciones.