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Apacuana fue una cacica, piache y consejera en la guerra contra los españoles, de origen caribe, dirigió el

asedio contra los españoles apostados en el Tuy dirigidos por Garci González da Silva y Francisco Infante. Fue
consejera de los caciques Chicuramay, el cacique Yare y el cacique Acuareyapa y es una de las figuras
emblemáticas de la resistencia indígena en Venezuela.

En 1577 Apacuana había vencido a jefes militares españoles de gran experiencia, los encomenderos y militares
españoles Garci González da Silva, y Francisco Infante que se habían posesionado de las tierras y el uso esclavo
de la mano de obra indígena. La india Apacuana se rebela contra la invasión española, y fomenta el alzamiento
del cacique Chicuramay del señorío de los Quiriquires, quien luchó en la Confederación Indígena y con
Guacaipuro. Igualmente se unen a Apacuana, los Caciques Acuareyapa y el cacique Yare.
El alzamiento provocó un asedio al poblado donde se encontraba González da Silva, donde logró huir
salvándose pero herido de gravedad. En dicho enfrentamiento Yare venga la muerte de Tamanaco.
Apacuana aconseja a Yare reconstruir la Confederación Indígena, por ello Yare busca la alianza de Charagotos y
los Meregotos, este último era ya conocido pues el cacique Yare había sido consejero del cacique Terepaima.
La presencia del cacique Yare en la provincia de Nueva Andalucía y Paria lleva al gobernador Serpa a
enfrentarlo, siendo el gobernador derrotado. Los Alcaldes ordinarios y Regidores encargados de la Provincia de
Caracas: Juan de Guevara y Francisco Maldonado, conociendo los pasos que realizaba la líder indígena, y
temiendo que el liderazgo de Apacuana reconstruyera esa temible alianza de las tribus indígenas, deciden su
muerte acusándola de hechicera, no obstante González da Silva rechaza enfrentarla y en su sustitución es
enviado Sánchez García con un fuerte grupo de milicias españoles y guerreros Teques.
Sánchez García lleva a cabo su plan utilizando el combate mediante la tierra arrasada, quemando todos los
sementales y lugares productivos hecho que obligó a muchas tribus a replegarse.
A pesar de esto, Apacuana estaba resuelta a reconstruir la confederación para enfrentar la arremetida, y para
ello cita en asamblea a los máximos caciques de la región de Súcuta, que ocupaba los Valles del Tuy y Tácata,
así como caciques de la región de los cumanagotos, extendiendo con ello el conflicto a la Provincia de Nueva
Andalucía y Paria.
Sánchez García en su avance captura a varios indios que colocaban trampas a los invasores españoles
"sembrando púas envenenadas en el camino", quienes siendo torturados le dieron información del paradero
de Apacuana y el día y lugar de la reunión que tendría con varios caciques de la región. Dirigido por un indio
traidor bajo promesa de libertad, llega a una quebrada al lugar del encuentro.
Enfrentamiento y muerte de Apacuana
Sancho García aprovechando el factor sorpresa, ataca por todas partes a los indios, que confusos ante la
arremetida, intentan defenderse, las repetidas cargas de flechería de los Teques, los obligó a retirarse ante la
desventaja, sin embargo el Cacique Acuareyapa aliado de Apacuana, procuraba animarlos a que muriesen
peleando y enfrentó a un español llamado Antonio de Villegas, trabándose una batalla cuerpo a cuerpo, hasta
que otro soldado, llamado Figueredo, al ver que Villegas sucumbía ante su fortaleza, asesina al cacique por la
espalda. Sancho García en un golpe de suerte captura a la india Apacuana, motriz principal de aquel
levantamiento por la libertad y la mandó ahorcar dejándola colgada donde la viesen todos, para que su cadáver
moviese con el horror al escarmiento.

Negra Matea Bolívar (San José de Tiznados, Estado Guárico, 21 de septiembre de 1773-Caracas, 29 de marzo de
1886 ) nació en la hacienda el Totumo, fue una niña esclavizada de la familia Bolívar.
Antonia Esteller Camacho Clemente y Bolívar, sobrina - bisnieta de Simón Bolívar, quien fue pedagoga y
escritora, redactó una biografía de Matea en la que señala que al llegar a la casa de Juan Vicente Bolívar, padre
del Libertador, Matea fue bien recibida por la esposa María de la Concepción Palacios y Blanco, al lado de la
cual aprendió con esmero el arte culinario y sus postres se hicieron muy famosos. Al lado de la niña Matea
estaba siempre Hipólita Bolívar a quien trajeron de San Mateo para amamantar al pequeño Simón.
Bolívar parte a España por 3 años en 1799. Matea vuelve a tener contacto con el Libertador cuando éste
regresa a Venezuela en 1802 después de casarse con María Teresa del Toro y Alaiza.
Cuando Matea supo que su amo se había casado y volvía a Caracas, suplicó a su ama, doña María Antonia
Bolívar (hermana de Simón) que le permitiera que fuera ella la criada de mano, la que sirviera en aquel joven
matrimonio.
Simón se llevó a Matea de vuelta a San Mateo (Aragua), pero poco tiempo después de su llegada, María Teresa,
de 21 años, dos más que él, murió el 22 de enero de 1803, a consecuencia de lo que entonces se conocía como
“fiebres malignas” (fiebre amarilla o paludismo).
Para 1814 ya la familia Bolívar era muy perseguida por los leales a la corona española y se trasladó nuevamente
a la casa de San Mateo en Estado Aragua, que tenía como custodio al capitán Antonio Ricaurte, destacado
actor en la guerra de la Independencia.
Según su propio relato, Matea presenció el ataque realista de José Tomás Boves a la hacienda de San Mateo, el
capitán Ricaurte prendió fuego a la pólvora el 25 de marzo de 1814, con lo cual pereció él y aquéllos que se
hallaban dentro del recinto.
Luego de la invasión y masacre de Boves a Caracas, Bolívar designa a Matea para que acompañe a María
Antonia en el exilio en el Caribe que la llevará a Cuba de donde regresaran en 1821, tras el triunfo de Bolívar en
Carabobo.
Aunque Simón Bolívar decretó la libertad de los esclavos en 1821, Matea que en realidad no era tratada como
esclava por el Libertador, siguió al lado de su familia, como una más.
Cuando se supo en Caracas la muerte del Libertador, acaecida en Santa Marta, Colombia, el 17 de diciembre de
1830, Matea compartió con la familia del héroe muerto la gran pena que los agobiaba.
Matea vivía, entonces, en la casa de María Antonia Bolívar Palacios, quien estaba casada con Pablo Clemente y
Palacios. A la muerte de María Antonia, la noble mujer vivió en la casa de la hija de la mayor de los Bolívar,
Valentina Clemente de Camacho.
En 1842, estuvo presente al lado del presidente José Antonio Páez en el recibimiento de los restos del
Libertador provenientes de Colombia.
También acompañó al Presidente de la República, Antonio Guzmán Blanco, cuando trasladaron los restos del
Libertador desde la catedral de Caracas hasta el Panteón Nacional, el 28 de octubre de 1876. Matea contaba ya
con 103 años. La gente en Caracas se asombraba de la longevidad de Matea.
Matea murió a la edad de 112 años y seis meses, el 29 de marzo de 1886. Sus restos reposaron en la cripta de
los Bolívar en la Catedral de Caracas hasta el 8 de marzo de 2017 cuando junto a Hipólita Bolívar y la Jefa
Apacuana fueron elevadas al Panteón Nacional. Entre los méritos de Matea se le reconoció ser la Primera
Maestra del Libertador Simón Bolívar.

Hipólita Bolívar, también conocida como Negra Hipólita, nació en San Mateo, estado Aragua, Venezuela en
1763. Murió en Caracas el 25 de junio de 1835. Fue una de las esclavizadas de la familia Bolívar Palacios.
Cuando nació Simón Bolívar en 1783 su madre se vio en la necesidad, por quebrantos de salud, de buscarle una
nodriza. Recurrió a Hipólita, esclava de la hacienda "El Ingenio", en San Mateo, propiedad de la familia. Este
hecho fue recordado por el propio Bolívar en diversas oportunidades, mostrando en cartas (1825) y gestos
(1827) el cariño que siempre sintió por Hipólita, a quien llegó a considerar "su madre y su padre".
Hipólita se casó con Mateo Bolívar, también siervo de la familia Bolívar, pero de la hacienda "Santo Domingo de
Macaire", en Caucagua, estado Miranda. Tuvo un hijo de nombre Dionisio, de la misma edad de Simón. Dionisio
llegó a ser Sargento del ejército Libertador. Bolívar les concedió la libertad a los esclavos que le quedaban,
entre ellos a Hipólita, en 1821, después de la batalla de Carabobo. Hipólita contaba con veinte años de edad
cuando nació Simón Bolívar y no es la misma persona a quien también en la historia de la familia Bolívar se
conoció como Matea Bolívar o como la Negra Matea, quien contaba con la edad de diez años cuando nace el
Libertador y quien hiciera tarea de compañera de juego del niño Simón. Hipólita y Matea fueron en la prácticas
compañeras y amigas inseparables.
Tras la emigración a Oriente, en 1814, Simón Bolívar, encarga el cuidado de su hermana menor, Juana María
Bolívar, a Hipólita, mientras que Matea se queda con María Antonia Bolívar. No obstante, después de la batalla
de Carabobo en 1821, Hipólita se irá a vivir con María Antonia.
Sus restos simbólicos reposaron en la cripta de los Bolívar en la catedral de Caracas hasta el 8 de marzo de
2017 cuando junto a Matea Bolívar y la Jefa Apacuana fueron elevadas al Panteón Nacional, fruto de una larga
campaña que encabezó, entre otras personas, el internacionalista y profesor Reinaldo Bolívar, uno de los
principales biógrafos de Matea e Hipólita Bolívar.

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