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ser titular de derechos y obligaciones. Se puede decir que hay dos tipos de
personas: las físicas, que son los seres humanos; y las jurídicas o morales,
que son los entes que tiene vida jurídica e inmaterial tales como las
corporaciones, las asociaciones y las fundaciones.
La persona natural o física son todos los ente de la especie humana que
sólo por el hecho de existir las características dadas por el derecho desde
el punto de vista jurídico que tienen como atributo que son domicilio,
nacionalidad, etc. estas personas poseen un patrimonio personal que no
se puede separar de su dueño y puede contraer nuevas obligaciones o
derechos que pueden ser transferido entre unos y otros pero el
patrimonio continuará vinculado indefinidamente a el individuo mientras
persiste el patrimonio que es el único que las personas nunca pierden sea
cual sea.
Atributos de la personalidad
Capacidad: Es la aptitud que tienen las personas físicas para ser sujetos
activos y pasivos de relaciones jurídicas. Suele distinguirse entre
capacidad jurídica o de goce, imprescriptible, inmutable, irrenunciable, y
de orden público; y capacidad de obrar o de ejercicio concreto de los
derechos, que puede ser limitada, parcial y variable. Normalmente, las
legislaciones establecen supuestos en los que una persona física puede
ser incapacitada mediante decisión judicial cuando no puede gobernarse
a sí misma debido a enfermedades persistentes de carácter psíquico o
físico.
Características
inembargables.
Definición de
relación jurídica.
Relación jurídica
Dicho de otro modo: una relación jurídica es aquella que forjan sujetos
jurídicos cuando una normativa asigna ciertas consecuencias al vínculo.
De ellas proceden derechos y obligaciones que ligan a las partes
intervinientes.
Una relación jurídica, por lo tanto, cuenta con sujetos (las personas
jurídicas o naturales que se vinculan), contenidos (los derechos y las
obligaciones repartidas entre estas personas) y un objeto (un fragmento
de la realidad social que es determinado por la relación en cuestión).
Respecto a los sujetos, hay personas a las que se les asignan derechos y
otras que asumen obligaciones respecto al cumplimiento de dichos
derechos.
Por regla general, hay que saber que a las relaciones jurídicas se las
conoce también como derechos subjetivos y estos podemos establecer
que se dividen en dos grandes grupos:
-Derechos civiles, que son los que pertenecen al titular de los mismos en
base a que es habitante. En este grupo se encuentran a su vez, los
derechos de la personalidad, los derechos de familia (patria potestad,
derechos conyugales…) y los derechos patrimoniales. Estos últimos se
hallan divididos en tres grandes conjuntos: derechos personales,
derechos reales y derechos intelectuales.
-Derechos políticos, que son los que tiene la persona en cuestión por
formar parte de una comunidad política y por su condición de ciudadano.
-Existen tres teorías sobre la misma. Una, la llamada teoría de los dos
sujetos, que dice que siempre se da entre dos sujetos; la ecléctica, que
dice que se puede dar tanto entre personas como entre personas y cosas;
la teoría del derecho sobre el objeto, que considera que la relación
jurídica es la que vincula una persona con un objeto.
-En toda relación de ese tipo existen diversos elementos que entran en
juego: subjetivos, personales, objetivos, causales, formales e incluso
coactivos.
Las distintas relaciones sociales de las que pueden ser partícipes los
individuos están contempladas jurídicamente, es decir, que existe una
regulación para las mismas. De dichas relaciones se derivan unos
derechos y deberes que vinculan a las partes concernientes y cuya
materialización se manifiesta en posiciones de poder y de deber,
respectivamente.
En cuanto al contenido de las relaciones jurídicas, se han establecido
cuatro tipos:
Hay relaciones que son autónomas y por tanto constituyen una sola
relación jurídica, se dice que son relaciones independientes (matrimonio).
Sin embargo se diferencian otras cuyo origen procede de una relación
anterior ya existente y a la cual se subordina; son las relaciones
dependientes (subarrendamiento).
Presupuestos
1. Alteridad. Para que exista una relación real tiene que haber al menos
dos sujetos. La relación de algo consigo mismo no es real sino meramente
mental o de razón (lo cual no significa que sea relevante). Que alguien
tenga derechos y alguien tenga deberes. En ocasiones esto plantea
dificultades para calificar ciertos deberes y ciertas relaciones como
jurídicas: el caso de los deberes con uno mismo; en particular, el tema del
suicidio por ejemplo. El caso de las relaciones donde existe cierta
comunidad entre los sujetos (relaciones intrafamiliares) en la titularidad
sobre los objetos y los consiguientes derechos y deberes.
2. Igualdad. Tiene que ser posible que los sujetos sean mínimamente
iguales. No es necesario que sean absolutamente iguales, basta la igualdad
que permita cumplir el deber o deberes que entraña toda relación
jurídica. Hay casos donde no resulta plenamente posible que uno de los
sujetos cumpla plenamente con su deuda. Por ejemplo, las relaciones
entre padres e hijos, o entre el individuo y la comunidad social
(antiguamente llamada patria, y hoy por algunos llamada la nación). Aquí
hay deuda en sentido propio, pero no igualdad. Estas relaciones, hasta
donde puede ser satisfecha la deuda, son jurídicas. Más allá no son
propiamente relaciones jurídicas. La ética clásica empleaba la palabra
pietas (piedad) para referirse a estas relaciones.
Elementos internos.