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Cambios en el sistema inmunitario con la edad

El sistema inmunitario ayuda a proteger su cuerpo de sustancias extrañas o dañinas.


Algunos ejemplos son bacterias, virus, toxinas, células cancerígenas y la sangre o tejidos
de otra persona. El sistema inmunitario produce células y anticuerpos que destruyen estas
sustancias nocivas.
CAMBIOS CON LA EDAD Y SUS EFECTOS SOBRE EL SISTEMA INMUNITARIO

A medida que usted envejece, el sistema inmunitario ya no trabaja tan bien. Pueden
presentarse los siguientes cambios al sistema inmunitario:

 El sistema inmunitario se vuelve más lento para responder. Esto aumenta su riesgo de
enfermarse. Es posible que las vacunas antigripales u otras vacunas no funcionen tan bien ni lo
protejan durante el tiempo que se esperaba.

 Se puede presentar una enfermedad autoinmunitaria. Se trata de una enfermedad en la cual el


sistema inmunitario ataca por error y destruye los tejidos sanos del cuerpo.
 Su cuerpo puede sanar más lentamente. Hay una cantidad menor de células inmunitarias en el
cuerpo para lograr la curación.

 La capacidad del sistema inmunitario para detectar y corregir defectos celulares también
disminuye. Esto puede ocasionar un mayor riesgo de cáncer.
PREVENCIÓN

Para disminuir los riesgos del envejecimiento del sistema inmunitario:

 Hágase aplicar las vacunas contra la gripe y la neumonía y cualquier otra vacuna que su
proveedor de atención médica recomiende.

 Haga mucho ejercicio. El ejercicio ayuda a reforzar su sistema inmunitario.

 Coma alimentos saludables. Una buena nutrición mantiene su sistema inmunitario fuerte.

 NO fume. Fumar debilita el sistema inmunitario.

 Reduzca el consumo de alcohol. Pregúntele a su proveedor cuál es el nivel seguro de alcohol


para usted.
 Considere medidas de seguridad para evitar caídas y lesiones. Un sistema inmunitario débil
puede demorar la recuperación.

OTROS CAMBIOS

A medida que usted envejezca, experimentará otros cambios, por ejemplo:


La producción de hormonas inmunológico
¿Qué es el sistema inmunológico?
El sistema inmunológico mantiene los microorganismos infecciosos,
como las bacterias, los virus y los hongos, fuera del cuerpo. También
destruye todo microorganismo infeccioso que logra invadir el cuerpo. El
sistema inmunológico está formado por una red compleja y vital de
células y órganos que protegen el cuerpo de las infecciones.

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Los órganos involucrados en el sistema inmunológico se denominan


órganos linfoides. Afectan el crecimiento, el desarrollo y la liberación de
linfocitos (cierto tipo de glóbulo blanco). Los vasos sanguíneos y los vasos
linfáticos son partes importantes de los órganos linfoides, debido a que
transportan los linfocitos hacia y desde diferentes partes del cuerpo. Cada
órgano linfoide desempeña una función en la producción y la activación
de los linfocitos. Los órganos linfoides incluyen los siguientes:
 Adenoides. Dos glándulas ubicadas en la parte posterior del conducto
nasal.
 Médula ósea. El tejido suave y esponjoso que se encuentra en las
cavidades óseas.
 Ganglios linfáticos. Pequeños órganos con forma de frijol que se
encuentran por todo el cuerpo y se conectan a través de los vasos
linfáticos.
 Vasos linfáticos. Red de canales por todo el cuerpo que transportan
linfocitos hacia los órganos linfoides y el torrente sanguíneo.
 Placas de Peyer. Tejido linfático en el intestino delgado.
 Bazo. Órgano del tamaño de un puño ubicado en la cavidad abdominal.
 Timo. Dos lóbulos que se unen por delante de la tráquea, detrás del
esternón.
 Amígdalas. Dos masas ovaladas en la parte posterior de la garganta.
¿Qué son los linfocitos?
Los linfocitos son un tipo de glóbulo blanco que combate infecciones y
son fundamentales para un sistema inmunológico efectivo.
¿Cómo se forman los linfocitos?
Los precursores de todas las células sanguíneas, incluidas las células
inmunológicas, tales como linfocitos, se producen en la médula ósea.
Ciertas células pasarán a ser parte del grupo de linfocitos, mientras que
otras serán parte de otro tipo de células inmunológicas conocidas como
fagocitos. Una vez formados los linfocitos, algunos seguirán madurando
en la médula ósea y se convertirán en linfocitos "B". Otros linfocitos
finalizarán su maduración en el timo y se convertirán en linfocitos "T".
Los linfocitos B y T son los dos grupos principales de linfocitos que
reconocen y atacan a los microorganismos infecciosos.
Una vez maduros, algunos linfocitos se alojarán en los órganos linfoides,
mientras que otros se desplazarán de forma continuada por el cuerpo a
través de los vasos linfáticos y el torrente sanguíneo.
¿De qué manera los linfocitos combaten las infecciones?
Si bien cada tipo de linfocito combate las infecciones de diferente manera,
el objetivo de proteger al cuerpo de las infecciones sigue siendo el mismo.
Los linfocitos B producen anticuerpos específicos para microorganismos
infecciosos. Los linfocitos T eliminan microorganismos infecciosos
mediante la eliminación de las células del cuerpo que están afectadas. Los
linfocitos T también liberan sustancias químicas denominadas citoquinas.
Otros tipos de glóbulos blancos, como los fagocitos (células fagocíticas) y
las células asesinas naturales (células citotóxicas) destruyen los
microorganismos infecciosos.
¿Qué son los trastornos del sistema inmunológico?
Cuando el sistema inmunológico no funciona correctamente, se puede
producir una serie de enfermedades. Las alergias y la hipersensibilidad a
ciertas sustancias se consideran trastornos del sistema inmunológico.
Además, el sistema inmunológico desempeña una función en el proceso
de rechazo de órganos o tejido trasplantado. Otros ejemplos de trastornos
inmunológicos incluyen los siguientes:
 Enfermedades autoinmunes, tales como diabetes juvenil, artritis
reumatoide y anemia.
 Trastornos de inmunodeficiencia, tales como el síndrome de
inmunodeficiencia adquirida (SIDA) e inmunodeficiencia combinada
grave (IDCG).
¿Qué es una enfermedad infecciosa?
De acuerdo con los Centros para el Control de Enfermedades, una
enfermedad infecciosa es causada por uno o más de los siguientes
factores:
 virus;
 bacterias;
 parásitos; y
 hongos.
Las enfermedades infecciosas pueden incluir enfermedades comunes,
como un resfrío, hasta enfermedades mortales, como el SIDA. Según el
organismo que cause la enfermedad, una infección se puede diseminar de
una de las siguientes maneras o de todas las siguientes maneras:
1. Transmisión sexual, a través del contacto sexual, incluidas las
relaciones sexuales.
2. Transmisión por el aire, a través de la inhalación de gotas con la
enfermedad transportadas en el aire como resultado de tos o
estornudos de una persona infectada.
3. Transmisión sanguínea, a través del contacto con sangre
infectada, como ocurre al compartir agujas hipodérmicas.
4. Transmisión por contacto directo, a través del contacto directo
de la superficie del cuerpo con una persona infectada.
5. Transmisión por insectos, a través de insectos como mosquitos,
que extraen sangre de una persona infectada y luego pican a una
persona sana.
6. Transmisión por los alimentos, a través del consumo de
alimentos contaminados.
7. Transmisión por el agua, a través del contacto con agua
contaminada.
8. Otros mecanismos que pueden transmitir una enfermedad.
En los países desarrollados, la mayoría de las infecciones se diseminan
por transmisión sexual, por el aire, sanguínea y por contacto directo.
¿Cómo actúan los antibióticos contra las infecciones?
Los antibióticos pueden usarse para tratar infecciones bacterianas. Sin
embargo, los antibióticos no son efectivos para tratar enfermedades
causadas por virus. Además, los antibióticos tratan bacterias específicas.
El uso excesivo o indebido de antibióticos puede producir bacterias
resistentes a fármacos. Es importante que los antibióticos se tomen
apropiadamente y por el tiempo que dure la receta. Si se deja de tomar
antibióticos antes de tiempo, las bacterias pueden desarrollar resistencia
a los antibióticos y la infección puede reaparecer.
Órganos, tejidos y células Acerca del sistema inmunológico
El sistema inmunológico es la defensa del cuerpo ante organismos infecciosos y otros
invasores. Mediante una serie de pasos llamados "respuesta inmune", el sistema
inmunológico ataca a los organismos y las sustancias que invaden los sistemas del
cuerpo y causan las enfermedades.
El sistema inmunológico se compone de una red de células, tejidos y órganos que
trabajan en conjunto para proteger al cuerpo. Las células mencionadas son glóbulos
blancos (leucocitos) de dos tipos básicos, que se combinan para encontrar y destruir
las sustancias u organismos que causan las enfermedades.
Los leucocitos se producen o almacenan en varios lugares del cuerpo, que incluyen el
timo, el bazo y la médula ósea. Por este motivo, estos órganos se denominan "órganos
linfáticos". Los leucocitos también se almacenan en masas de tejido linfático,
principalmente en forma de ganglios linfáticos, que se encuentran en todo el cuerpo.
En el cuerpo, los leucocitos circulan desde y hacia los órganos y los ganglios por
medio de vasos linfáticos y vasos sanguíneos. De esta manera, el sistema
inmunológico funciona de forma coordinada para controlar el cuerpo en busca de
gérmenes o sustancias que puedan ocasionar problemas.
Los dos tipos básicos de leucocitos son:
 los fagocitos, que son células que destruyen a los organismos invasores

 los linfocitos, que son células que permiten al cuerpo recordar y reconocer a los
invasores anteriores y lo ayudan a destruirlos
Los fagocitos incluyen varias células diferentes. El tipo más común son los neutrófilos,
que principalmente atacan a las bacterias. Si los médicos sospechan una infección
bacteriana, pueden pedir un análisis de sangre para saber si el número de neutrófilos
del paciente ha aumentado debido a la infección. Los otros tipos de fagocitos tienen
funciones específicas para garantizar que el cuerpo reaccione adecuadamente a un
determinado tipo de invasor.
Los dos tipos de linfocitos son los linfocitos B y los linfocitos T. Los linfocitos se
originan en la médula ósea y, o bien se quedan allí y se convierten en células B, o se
dirigen a la glándula del timo, donde se convierten en células T. Los linfocitos B y los
linfocitos T tienen funciones diferentes: Los linfocitos B funcionan como el sistema de
inteligencia militar del cuerpo, ya que localizan el objetivo y envían defensas para
atraparlo. Las células T se asemejan a los soldados: destruyen a los invasores que el
sistema de inteligencia identifica.
Funciona de esta manera:
Cuando se detectan antígenos (sustancias extrañas que invaden el cuerpo), varios
tipos de células trabajan de forma conjunta para reconocerlos y responder a la
amenaza. Estas células inducen a los linfocitos B a producir anticuerpos, proteínas
especializadas que atrapan antígenos determinados.
Una vez fabricados, estos anticuerpos permanecen en el cuerpo de la persona, de
modo que, si el mismo antígeno regresa, el sistema inmunológico ya cuenta con los
anticuerpos para atacarlo. Por lo tanto, si una persona se enferma, por ejemplo, de
varicela, generalmente no volverá a contraer la enfermedad.
Las inmunizaciones también previenen algunas enfermedades de esta forma. Las
inmunizaciones introducen un antígeno en el cuerpo de modo que no le produzca
ninguna enfermedad pero le permita fabricar anticuerpos para proteger a la persona de
ataques futuros del germen o sustancia responsable de esa enfermedad determinada.
A pesar de que los anticuerpos pueden reconocer un antígeno y atraparlo, necesitan
ayuda para destruirlo. Esa es la función de las células T, que forman parte del sistema
que destruye los antígenos que los anticuerpos han identificado o las células
infectadas o modificadas. (En efecto, algunas células T se denominan "células
asesinas".) Las células T también ayudan a indicar a otras células (como los fagocitos)
que cumplan con su función.
Los anticuerpos también pueden neutralizar las toxinas (sustancias tóxicas o
perjudiciales) producidas por distintos organismos. Por último, los anticuerpos pueden
activar un sistema de proteínas llamado complemento que también forma parte del
sistema inmunológico. El sistema de complemento ayuda a matar a las bacterias, los
virus o las células infectadas.
Todas estas células y componentes especializados del sistema inmunológico protegen
al cuerpo de las enfermedades. Esta protección se denomina inmunidad.
Inmunidad
Los seres humanos tienen tres tipos de inmunidad: innata, adquirida y pasiva:
Inmunidad innata
Todas las personas nacen con inmunidad innata (o natural), que es una forma de
protección general. Muchos de los gérmenes que afectan a otras especies no nos
hacen daño. Por ejemplo, los virus que producen leucemia en los gatos o moquillo en
los perros no afectan a los seres humanos. También se observa el caso contrario:
algunos virus que producen enfermedades en los seres humanos (como el virus del
VIH/SIDA) no afectan a los gatos o los perros.
La inmunidad innata también incluye las barreras externas del cuerpo, como la piel y
las membranas mucosas (por ejemplo, las que recubren la nariz, la garganta y el tracto
gastrointestinal), que constituyen la primera línea de defensa para evitar que las
enfermedades ingresen al cuerpo. Si esta barrera defensiva exterior se rompe (como
por un corte), la piel intenta sanar la ruptura rápidamente y las células inmunitarias
especiales de la piel atacan a los gérmenes invasores.
Inmunidad adquirida
El segundo tipo de protección es la inmunidad adquirida (o activa), que se desarrolla
durante el transcurso de nuestras vidas. La inmunidad adquirida comprende la
actividad de los linfocitos y se desarrolla a medida que las personas se exponen a las
enfermedades o se las inmuniza contra ellas mediante la vacunación.
Inmunidad pasiva
La inmunidad pasiva se "pide prestada" a otra fuente y dura poco tiempo. Por ejemplo,
los anticuerpos de la leche materna inmunizan temporalmente al bebé contra las
enfermedades a las que la madre estuvo expuesta. Esto puede ayudar a proteger al
bebé de las infecciones durante los primeros años de la infancia.
No existen dos sistemas inmunológicos idénticos. Algunas personas parecen exentas
de contraer infecciones, mientras que otras parecen enfermarse constantemente. Con
el transcurso de los años, el sistema inmunológico de las personas entra en contacto
con cada vez más gérmenes y adquiere inmunidad contra ellos. Por este motivo, los
adultos y los adolescentes tienden a resfriarse menos que los niños: sus cuerpos han
aprendido a reconocer y atacar inmediatamente a muchos de los virus que provocan
los resfriados.
Problemas del sistema inmunológico
Los trastornos del sistema inmunológico se clasifican en cuatro categorías principales:
 Trastornos de inmunodeficiencia (primarios o adquiridos)

 Trastornos autoinmunitarios (el sistema inmunológico del cuerpo ataca su propio


tejido como si fuera una sustancia extraña)
 Trastornos alérgicos (el sistema inmunológico reacciona exageradamente ante un
antígeno)
 Cáncer del sistema inmunológico

Trastornos de inmunodeficiencia
Las inmunodeficiencias se producen cuando una parte del sistema inmunológico no
está presente o no funciona adecuadamente. A veces, una persona nace con
inmunodeficiencia (inmunodeficiencias primarias), aunque puede que los síntomas del
trastorno recién se manifiesten en etapas posteriores de la vida. Las
inmunodeficiencias también se pueden adquirir a través de una infección o pueden ser
producto de medicamentos (en algunos casos se denominan "inmunodeficiencias
secundarias").
Las inmunodeficiencias pueden afectar a los linfocitos B, los linfocitos T o los
fagocitos. Algunos ejemplos de inmunodeficiencias primarias que pueden afectar a los
niños y los adolescentes son:
 Deficiencia de los anticuerpos IgA. Es el trastorno de inmunodeficiencia más común.
La IgA es un tipo de inmunoglobulina que se encuentra principalmente en la saliva y
en otros líquidos corporales y que ayuda a proteger las entradas al cuerpo. La
deficiencia de IgA es un trastorno en el que el cuerpo no produce suficientes
anticuerpos IgA. Las personas con deficiencia de IgA son más propensas a tener
alergias o resfriados y otras infecciones respiratorias, pero, en general, la
enfermedad no es grave.
 Inmunodeficiencia combinada grave (IDCG), que también se conoce como la
"enfermedad del niño burbuja", por un niño de Texas con IDCG que vivía en una
burbuja de plástico sin gérmenes. La IDCG es un trastorno del sistema inmunológico
que se produce por la ausencia de linfocitos B y T, lo cual casi imposibilita la lucha
contra las infecciones.
 Síndrome de DiGeorge (displasia tímica). Se trata de una anomalía congénita que se
caracteriza por la ausencia de la glándula del timo al nacer. Es un ejemplo de
enfermedad primaria de los linfocitos T. La glándula del timo es donde normalmente
se desarrollan los linfocitos T.
 Síndrome de Chediak-Higashi y enfermedad granulomatosa crónica. Ambos
trastornos implican la incapacidad de los neutrófilos de funcionar normalmente como
fagocitos.
Las inmunodeficiencias adquiridas (o secundarias) generalmente se producen
después de una enfermedad, aunque también pueden ser el resultado de la
desnutrición, las quemaduras u otros problemas médicos. Algunos medicamentos
también pueden ocasionar problemas en el funcionamiento del sistema inmunológico.
Las inmunodeficiencias adquiridas (secundarias) incluyen:
9. Infección por VIH (virus de la inmunodeficiencia humana)/SIDA (síndrome de
inmunodeficiencia adquirida).Se trata de una enfermedad que destruye el sistema
inmunológico de forma lenta y constante. Se produce por el VIH, un virus que
extermina determinados tipos de linfocitos llamados células T cooperadoras. Sin las
células T cooperadoras, el sistema inmunológico no puede defender al cuerpo de
organismos que en circunstancias normales son inofensivos, lo cual puede producir
infecciones que representan una amenaza para la vida en personas con SIDA. Los
recién nacidos pueden adquirir la infección por VIH mientras se encuentran en el
útero de sus madres, durante el proceso de parto o durante el amamantamiento. Las
personas pueden contraer la infección por VIH al tener relaciones sexuales sin
protección con una persona infectada, compartir agujas contaminadas durante el
consumo de drogas o esteroides, o realizarse tatuajes.
10. Inmunodeficiencias provocadas por medicamentos. Algunos medicamentos son
inmunodepresores. Una de las desventajas del tratamiento de quimioterapia contra
el cáncer, por ejemplo, es que no sólo ataca a las células cancerosas sino a otras
células saludables de crecimiento rápido, lo cual incluye las células de la médula
ósea y otras partes del sistema inmunológico. Además, es posible que las personas
con trastornos autoinmunitarios o que hayan recibido un trasplante de órganos
necesiten tomar medicamentos inmunodepresores, que también pueden reducir la
capacidad del sistema inmunológico de combatir las infecciones y pueden causar
inmunodeficiencia secundaria.

Trastornos autoinmunitarios
En los trastornos autoinmunitarios, el sistema inmunológico ataca por error a los
tejidos y órganos saludables del cuerpo como si fueran invasores externos. Las
enfermedades autoinmunitarias incluyen:
1. Lupus. Se trata de una enfermedad crónica que se caracteriza por la inflamación y el
dolor de músculos y articulaciones (la respuesta inmune anormal también puede
incluir ataques a los riñones y otros órganos).
2. Artritis reumatoidea juvenil. Es una enfermedad en la que el sistema inmunológico
del cuerpo ataca a determinadas partes del cuerpo (como las articulaciones de la
rodilla, las manos y los pies) porque las considera tejido extraño.
3. Esclerodermia. Se trata de una enfermedad autoinmunitaria crónica que puede
producir la inflamación y el deterioro de la piel, las articulaciones y los órganos
internos.
4. Espondilitis anquilosante. Es una enfermedad que produce la inflamación de la
columna vertebral y las articulaciones, lo cual provoca rigidez y dolor.
5. Dermatomiositis juvenil. Es un trastorno que se caracteriza por la inflamación y el
deterioro de la piel y los músculos.
Trastornos alérgicos
Los trastornos alérgicos se producen cuando el sistema inmunológico reacciona
exageradamente ante la exposición a los antígenos del entorno. Las sustancias que
provocan dichos ataques se llaman alérgenos. La respuesta inmune puede producir
síntomas como hinchazón, ojos llorosos y estornudos, e incluso una reacción llamada
anafilaxia, que representa una amenaza de vida. Los medicamentos antihistamínicos
pueden aliviar la mayor parte de los síntomas.
Los trastornos alérgicos incluyen:
1. Asma. Se trata de un trastorno respiratorio que puede producir problemas para
respirar. Frecuentemente, implica una reacción alérgica por parte de los pulmones.
Si los pulmones son extremadamente sensibles a determinados alérgenos (como el
polen, el moho, la caspa de los animales o los ácaros del polvo), se puede producir
el estrechamiento de las vías respiratorias de los pulmones, lo cual provoca una
reducción del flujo de aire y dificulta la respiración.
2. Eczema. Es una erupción que provoca picazón, también conocida como dermatitis
atópica. A pesar de que la dermatitis atópica no necesariamente se produce por una
reacción alérgica, se observa más a menudo en niños y adolescentes que tienen
alergias, rinitis alérgica o asma, o que tienen antecedentes familiares de estas
enfermedades.
3. Alergias de varios tipos que pueden afectar a niños y adolescentes. Las alergias
ambientales (por ejemplo, a los ácaros del polvo), las alergias estacionales (como la
rinitis alérgica), las alergias a medicamentos (reacciones a determinados
medicamentos o fármacos), las alergias a alimentos (como a los frutos secos) y las
alergias a toxinas (como a las picaduras de abeja) son las enfermedades que las
personas comúnmente llaman "alergias".

Cáncer del sistema inmunológico


El cáncer se produce cuando hay un crecimiento descontrolado de células. Esto
también puede suceder con las células del sistema inmunológico. El linfoma afecta a
los tejidos linfáticos y es uno de los tipos de cáncer infantil más frecuentes. La
leucemia, que implica el crecimiento excesivo y anormal de leucocitos, es el tipo de
cáncer infantil más común. Con los medicamentos actuales, se pueden curar la
mayoría de los casos de ambos tipos de cáncer que se manifiestan en niños y
adolescentes.
Aunque los trastornos del sistema inmunológico en general no se pueden prevenir, al
mantenerse informado sobre la enfermedad de su hijo y trabajar en estrecha
colaboración con su médico, usted puede ayudar al sistema inmunológico de su hijo a
mantenerse fuerte y combatir las enfermedades.

Abbas AK, Lichtman AH, Pillai S: Cellular and Molecular Immunology, 6th ed. Updated.
Saunders Elsevier, 2007. Kindt TJ, Goldsby RA, Osborne BA: Kuby Immunology, 6th ed. W.H.
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