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Las autoridades en la metroó poli eran: La

maó xima autoridad en Espanñ a y Ameó rica


era el rey y contaba con dos instituciones
que lo asesoraban en los asuntos de las
colonias: el consejo de indias y la casa de
contratacioó n, la casa de contratacioó n
cumplíóa funciones comerciales e
impositivas, el consejo de indias cumplíóa
funciones legislativas, administrativas,
eclesiaó sticas, militares y judiciales
Autoridades en Ameó rica: Las maó ximas
autoridades en Ameó rica eran el virrey y
la audiencia
el virrey era el representante del rey en
Ameó rica y se ocupaba de administrar el
territorio políótico, econoó mico y militante,
la audiencia cumplíóa funciones judiciales
y legislativas, tambieó n asesoraba y
controlaba al virrey. En caso de que el rey
cesara de sus funciones la audiencia lo
suplantaba
La organizacioó n social en la colonia:
Estaba integrada por tres grupos eó tnicos:
los blancos europeos, Indíógenas
americanos y negros africanos.
La unioó n de personas de esas tres etnias
dio origen a otros tres grupos o castas,
mestizos (blancos e indíógenas), mulatos
(blancos y negros) zambos ( indíógenas y
negros), los hijos de Espanñ oles nacidos
en Ameó rica recibieron el nombre de
criollos.
Los blancos eran una minoríóa
privilegiada entre los blancos habíóa dos
sectores: por un lado espanñ oles o
peninsulares ( eran funcionarios de la
administracioó n puó blica y del clero,
comerciantes dedicados al comercio de
ultramar) y por otro lado los criollos
( funcionarios de menor jerarquíóa, la
mayor parte pertenecientes al clero)
Los Indíógenas
cuando los conquistadores llegaron a
Ameó rica se encontraron con sociedades
indíógenas que teníóan distintas formas de
organizacioó n social, mientras que las
grandes sociedades urbanas como los
mayas, aztecas e incas, se hallaban
fuertemente estratificadas, otros pueblos
como la mayor parte de los que
habitaban el actual territorio argentino,
solo teníóan jefes que organizaban la
supervivencia del grupo, los espanñ oles
aprovecharon las divisiones sociales
preexistentes y dieron trato privilegiado
a la elite indíógena, (es decir a los cucaras,
caciques y jefes en general) para que le
garantizaran el trabajo de sus
poblaciones y el pago del tributo, la masa
indíógena fue relegada a las tareas
agríócolas – ganaderas , mineras,
artesanales o de traslado de mercaderíóa
de una regioó n a otra relacionadas
mediante los sistemas de trabajo
obligatorio, los indíógenas eran los uó nicos
que pagaban tributo en la sociedad
colonial, aunque seguó n la legislacioó n eran
hombres libres
Negros en la eó poca colonial
Algunos negros vinieron desde Espanñ a
con sus amos en las expediciones de
conquista. Eran negros ladinos, es decir
que hablaban castellano y habíóan sido
bautizados. Aunque no gozaban de
plenos derechos, tuvieron un estatus
superior al de los indíógenas porque eran
sirvientes de los conquistadores, la
necesidad de mano de obra impulso el
traó fico de esclavos desde el AÁ frica, eran
traíódas a la fuerza para trabajar en
haciendas, las plantaciones y el servicio
domestico eran llamados negros bozales,
se los vendíóa como mercaderíóa y sus
duenñ os podíóan decidir sobre sus vidas.
Como no teníóan nombre ni apellido se les
fue agregando el nombre del lugar de
origen o el oficio desempenñ ado por ej:
Francisco Congo, Jeroó nimo Sastre
ORGANIZACIOÁ N ECONOMICA:
La mineríóa:
A fines del siglo XVII entro en crisis la
produccioó n azucarera debido al menor
rendimiento del suelo y a la competencia
de las plantaciones holandesas de las
andillas. a principios del siglo XVIII
descubrieron minas de oro, esmeraldas y
diamantes en las regiones de Minas
Gerais y Matogrosso, Durante los dos
primeros ciclos econoó micos los
funcionarios portugueses pudieron el
Brasil desde las ciudades del puerto de la
costa atlaó ntica. Pero cuando todo el ciclo
minero la corona, con el fin de asegurarse
el cobro de los impuestos y el orden
interno, creo una nueva organizacioó n
administrativa, con mas funcionarios y
fuerzas militares.
La corona abrioó caminos desde las
ciudades mineras hacia las ciudades
portuarias maó s cercanas y organizo la
navegacioó n de los ríóos, y los mineros
invirtieron capitales en la compra de
esclavos y ganado. Pombal fijo nuevos
impuestos entre ellos la entrega a la
corona del 20% la produccioó n minera.
Aun asíó parte del oro no era declarado y
se usaba en el contrabando con
Inglaterra
EL MONOPOLIO COMERCIAL
Durante el siglo XVII, se produce una
disminucioó n del comercio legal, sujeto a
impuestos, que entra en la Peníónsula a
traveó s de la Casa de la Contratacioó n. Las
principales causas son la falta de
regularidad en la Carrera de las Indias, la
disminucioó n de las remesas de metales
preciosos por la bajada de la produccioó n
de las minas de Potosíó, el descenso de la
demografíóa y, por tanto, del tributo, y la
abultada e ineficaz administracioó n
virreinal que consume gran parte de lo
recaudado entre sus pobladores
El Reglamento no fijaba el comercio libre,
sino que buscaba el fomento del
comercio entre los suó bditos del rey,
favorecer los productos espanñ oles, tanto
peninsulares como indianos que no
compitieran con los primeros, gravar a
las mercancíóas extranjeras, y atacar el
contrabando, principalmente del Reino
Unido
Este reglamento se complementa con una
serie de medidas que se van
implementando a lo largo de los anñ os:
bajada de las tarifas y reunificacioó n de
impuestos, fin del monopolio de Caó diz y
Sevilla, apertura de diversos puertos
espanñ oles y americanos al comercio, asíó
como ampliacioó n del permiso para la
libre trata de esclavos en 1789. Los
beneficios para la Corona aumentan, pero
no asíó para los territorios ultramarinos.
EL C ONTRABANDO
Entrada o salida clandestina de mercancíóas. Durante la eó poca colonial, las
metroó polis intentaron controlar el comercio con sus colonias de forma
monopolíóstica sometieó ndolo fuertes cargas arancelarias. Ello alentoó a
otras potencias a burlar tales trabas introduciendo y sacando bienes al
margen del control de las autoridades coloniales.

A comienzos del siglo XVII son los


extranjeros los principales beneficiarios
del comercio de Indias en Sevilla; a través
de testaferros españoles, más del 90% del
capital y utilidades del tráfico entre
América y el puerto andaluz pertenecen
en realidad a franceses, genoveses,
holandeses, ingleses y alemanes. ... En
1686, las flotas [españolas] surtían sólo en
una tercera parte a los mercados indianos,
que eran abastecidos en los restantes dos
tercios por el contrabando

Al transcurrir los siglos el comercio


mediante contrabando llegoó a abarcar
casi todas las colonias espanñ olas en
Ameó rica, siendo su apogeo en el siglo
XVIII. Los contrabandistas proveníóan de
Inglaterra, Holanda, Suecia, Francia,
Dinamarca, Italia, Escocia, Estados
Unidos, Prusia, Rusia y Turquíóa, y
acechaban y desafiaban con eó xito el
infructuoso intento espanñ ol de mantener
un monopolio comercial sobre sus
colonias en Ameó rica
Una de las estratagemas maó s utilizadas
por los contrabandistas para
desembarcar sus productos en los
puertos americanos, era denominada
arribada. Para ello el barco entraba en
puerto alegando alguó n inconveniente
teó cnico (como ser: rotura de velamen,
problemas en el casco o timoó n, extravíóo
de la ruta), y anclaba en los muelles hasta
resolver el inconveniente a veces por
varios meses. Allíó desembarcaban en
secreto sus mercaderíóas o acordaban
teó rminos comerciales con las autoridades
locales.
Entre las mercancíóas que las colonias
ofrecíóan a cambio del contrabando las
principales eran materias primas tales
como: maderas, azuó car, tabaco, algodoó n,
cacao, y esporaó dicamente metales
preciosos. En tanto, las mercaderíóas maó s
apetecidas en Hispanoameó rica fueron los
tejidos, diversas provisiones (bebidas
alcohoó licas, aceite, etc.), artíóculos de uso
domeó stico y bienes de produccioó n, como
herramientas, hierro y acero. Ademaó s un
porcentaje muy elevado del comercio de
esclavos negros estuvo en manos de
contrabandistas, especialmente en la
segunda mitad del siglo XVIII.

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