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UNIVERSIDAD NACIONAL DE EDUCACIÓN

CARRERA DE EDUCACIÓN GENERAL BÁSICA


LITERATURA ECUATORIANA

Tema: Las redes sociales y la lectura en la educación básica superior

Título: Las redes sociales como recurso didáctico para promover la lectura de la
literatura ecuatoriana.

Integrantes
GALO BONITO
DAYANARA CORTEZ
GABRIELA DÁVILA
JULIO UYAGUARI
Objetivos

Objetivo General:

Elaborar un plan de actividades que utilice las redes sociales como recurso didáctico
para promover la lectura de la literatura ecuatoriana en décimo año de educación básica.

Objetivos Específicos:

 Sistematizar la información científica relevante al proyecto.


 Caracterizar a los estudiantes según sus intereses literarios y necesidades
pedagógicas.
 Identificar qué redes sociales son las más utilizadas por los estudiantes del
décimo de básica.
 Diseñar un plan de actividades utilizando las redes sociales como eje de trabajo.
Introducción

Sin duda alguna, en la actualidad vivimos en una sociedad tecnológica, en la que las
tecnologías de la información y comunicación (TIC) se utilizan continuamente. El uso
de las TIC ha reformado la dinámica social a tal grado que algunos autores como
Castells llaman a esta época “la era de la información” o “la era digital” por lo tanto, es
imprescindible trabajar con estas, y en específico con las redes sociales, puesto que la
mayoría del tiempo los jóvenes se encuentran activos en estos medios. En esta sociedad
y tiempos:

Se identifica a la Internet como la forma principal de publicación electrónica.


Sin embargo, numerosos estudios de usuarios sugieren que el uso principal de
Internet es únicamente la búsqueda de información. Nadie lee en la red mundial.
Uno piensa en la red como una tecnología de búsqueda y navegación. No es una
tecnología de lectura (Galina, 2002, p. 11)

Es decir que los jóvenes, a pesar de pasar mucho tiempo conectados a la red, no
se interesan en buscar libros electrónicos, esa literatura publicada “on-line”. Lo que
generalmente se hace es solo seleccionar ciertos párrafos que contengan la información
de interés y la lectura no avanza más allá, en el mejor de los casos. La mayor parte de
los estudiantes baja información del internet, después copian y pegan sin leer sus
trabajos.

Ahora, imagínense, si lo anterior se identifica como una preocupación/problema


a nivel global, cómo se agrava en nuestro país si “en el Ecuador, cada ecuatoriano lee
medio libro por año, según datos del Centro Regional para el Fomento del Libro en
América Latina y el Caribe (Cerlalc), publicado en el 2012” (Criollo, 2017, párr. 5).
Esta realidad es evidente y preocupante. La configuración política y social del país es
efecto de una sociedad que no lee: falta de conciencia histórica, despreocupación por los
grandes problemas mundiales, alienación cultural. Raúl Pérez Torres dedica un gran
poema: “Cría Cuervos”, a un sistema político despreocupado por fomentar espacios
democráticos en la formación cultural e identitaria de los ecuatorianos. El cual critica
profundamente al gobierno anterior, se hicieron obras importantes, pero no se cimento
la lectura, no se creó conciencia, no se preocuparon de llevar libros a los de abajo.

Paradójicamente, frente a esta realidad, el currículo 2016 toma como uno de los
aspectos trascendentales en la formación de los estudiantes la lectura de literatura,
centrando su interés, sobre todo, en la literatura ecuatoriana; con lo cual se propone una
recuperación de ese hábito lector. Dentro de esta propuesta se pide incluir los recursos
web dentro de los procesos de lectura, como un intento por contextualizar la actividad
en nuestra sociedad, la sociedad de la era digital. Sin embargo, el modelo tradicionalista
no ha permitido acercar la lectura a los estudiantes, y es que estamos convencidos, que
los estudiantes deben educarse en otro modelo, contextualizado a su realidad.

A partir de estas consideraciones, nos planteamos la pregunta: ¿Podrían usarse


las redes sociales como recurso didáctico para promover la lectura de la literatura
ecuatoriana en el Décimo Año de EGB? Para dar respuesta a esta interrogante se
tomarán las redes sociales: Facebook, WhatsApp, Instagram y Twitter, y se propondrán
actividades, dentro del proceso de enseñanza-aprendizaje, que utilicen los intereses de
los jóvenes para que el gusto por la lectura llegue a ellos desde un nuevo enfoque, de un
modo que no parezca algo aburrido, algo estático, sino algo dinámico, para que, como
plantea Ausubel, ellos puedan construir su propio conocimiento.

Varios estudios se han realizado acerca del tema, muchos se han viralizado, por
ejemplo, una docente colombiana propuso que sus estudiantes resuman “Cien Años de
Soledad” en memes y lo suban a facebook. Miles de personas compartieron los
productos de los estudiantes, sus memes eran brillantes. Este es uno de los ejemplos de
que contextualizar la didáctica a la época histórica que viven los estudiantes es
elemental. El transgredir los límites de la educación tradicionalista es uno de los
principales requisitos para cambiar el sistema educativo.
Marco teórico

Promover la lectura de literatura ecuatoriana en las escuelas, un trabajo pendiente


y urgente

La evolución que ha ocurrido en la educación, en los últimos años, ha copado el interés


de los educadores. Es notable la influencia que han tenido los cambios sociales y
digitales en la educación y sobre todo en la forma que se comprende la literatura, rama
fundamental del proceso educativo y que hoy en la era digital, requiere ser
contextualizada y tratada en función de las relaciones socio-culturales de la sociedad
red. En la actualidad la lectura tradicional de libros es casi nula, generalmente se ve
desplazada por las redes sociales, las que presentan textos cortos, que la mayoría de las
veces resultan superfluos, pero que sin duda llaman la atención de los usuarios. Bajo
este contexto educativo, es necesario que tanto docentes como estudiantes adquieran las
destrezas, capacidades, actitudes y aptitudes de la era digital, para complementar y
fortalecer el proceso de enseñanza–aprendizaje.

El currículo del 2016 elaborado por curriculistas constructivistas, ante los


nuevos retos de la era digital, propone no enfocarse en los contenidos, sino en el
desarrollo de destrezas (habilidades) que ayudarán al estudiante a desenvolverse ante
problemas y situaciones de su vida cotidiana. Además, “es importante señalar que las
destrezas propuestas en este currículo no son técnicas que se aprenden de forma
descontextualizada, sino que están vinculadas al ejercicio de prácticas comunicativas
concretas e integrales” (Ministerio de Educación [Mineduc], 2016, p.184).

En el currículo de Lengua y Literatura se proponen habilidades que se


desarrollan a través de la vida del estudiante para llegar a ser unos comunicadores
eficientes, a cada una de estas habilidades se la conoce como macrodestrezas. En este
caso son cuatro: escuchar, hablar leer y escribir. Los procesos de escuchar, hablar, leer y
escribir son desagregados en unidades más pequeñas denominadas microhabilidades
que permiten el desarrollo de las macrodestrezas (Mineduc, 2016).

El camino para desarrollar estas macrodestrezas se especifica dentro del currículo de


Lengua y Literatura 2016. Estas están tan presentes, que, inclusive, se las encuentra
entre los cinco bloques curriculares principales, con los cuales se pretende
contextualizar el aprendizaje de los estudiantes:

 Lengua y cultura: cultura escrita, variedades lingüísticas e interculturalidad


 Comunicación oral: la lengua en la interacción social, expresión oral
 Lectura: comprensión de textos, uso de recursos
 Escritura: producción de textos, reflexión sobre la lengua, alfabetización inicial
 Literatura: literatura en contexto, escritura creativa.

De estos bloques curriculares podemos destacar los 2 que competen al presente


proyecto y nos permitiremos indicar lo que según el criterio de los investigadores se
debería hacer, promover o desarrollar en cada uno:
 En el bloque 5: literatura, se debe mostrar la literatura ecuatoriana a los
estudiantes como algo interesante, no algo estático y aburrido; se la debe
exponer como una puerta dónde podrán encontrar seres un tanto realistas o
completamente fantásticos, con los que podrían llegar a sentirse
identificados, con los que podrían crear una conexión, por medio delos
escritos de autores ecuatorianos como: Jorge Enrique Adoum, Jorge Dávila
Vásquez, César Dávila Andrade, Raquel Rodas, Gabriela Alemán, Abdón
Ubidia, entre otros. Con la finalidad de cumplir con 2 de los objetivos
generales de la asignatura de Lengua y Literatura OG.LL.9. Seleccionar y
examinar textos literarios, en el marco de la tradición nacional y mundial,
para ponerlos en diálogo con la historia y la cultura; y OG.LL.10.
Apropiarse del patrimonio literario ecuatoriano, a partir del conocimiento de
sus principales exponentes, para construir un sentido de pertenencia.
(Mineduc, 2016, p.202)
 En el bloque 3: lectura, se debe tratar a la lectura como lo que propiamente
es: una macrodestreza que los individuos deben adquirir durante su etapa
escolar, el cual tiene que estar bien cimentado, porque ayudará en el
transcurso de su vida profesional y personal. Leer ayuda, entre otras cosas, al
desarrollo del pensamiento crítico y de la imaginación. , además de
desarrollar estas capacidades o habilidades, se logrará complementar los
objetivos generales de la asignatura, pues se logrará fomentar el aprecio
hacia la producción nacional, la cual ha sido invisibilizada por los medios y
el canon tan rígido que ha adquirido la academia. Tomando en cuenta a la
literatura como conjunto de historias, poemas, tradiciones, dramas,
reflexiones, tragedias, pensamientos, relatos, comedias o farsas, se puede
lograr la representación de nuestra identidad cultural a través del tiempo,
registrando, a la vez, la interpretación que nuestros pueblos han hecho del
mundo, permitiéndonos conocer los diferentes aspectos de la sociedad y de
los hombres en las diferentes épocas (Cerrillo, 2010). Y para complementar,
Lerner (2008) plantea que:

“Leer es adentrarse en otros mundos posibles. Es indagar en la realidad para


comprenderla mejor, es distanciarse del texto y asumir una postura crítica frente a lo
que se dice y lo que se quiere decir, es sacar carta de ciudadanía en el mundo de la
cultura escrita” (p.2).

Al leer somos capaces de desconectarnos parcialmente de la realidad, para


adentrarnos en un mundo nuevo lleno de conocimientos, los cuales están ahí para
explorarlos y reflexionar. Decimos parcialmente porque inconscientemente cada vez
que leemos no podemos evitar relacionar todas aquellas palabras con nuestro contexto o
con nuestra percepción de la realidad. Cuando leemos, adquirimos la habilidad para
poder comprender mejor lo que pasa a nuestro alrededor y dejar volar nuestra
imaginación, al momento en que analizamos situaciones varias, mismas a las que
tratamos de encontrar una “solución”. Además, aprendemos a mantener una postura
neutral frente a las distintas problemáticas que adolecen al mundo entero, debido a que
sabemos que una solución tiene que ser conveniente no solo para uno mismo, sino
también para todos aquellos que nos rodean.

Para llegar a consolidar esta destreza Solé (1994) manifiesta que, la lectura tiene
subprocesos, entendiéndose como etapas del proceso lector: Un primer momento, de
preparación anímica, afectiva y de aclaración de propósitos; en segundo lugar la
actividad misma, que comprende la aplicación de herramientas de comprensión en sí;
para la construcción del significado, y un tercer momento la consolidación del mismo;
haciendo uso de otros mecanismos cognitivos para sintetizar, generalizar y transferir
dichos significados.

La lectura al ser un proceso debería tener una continuidad en la misma, si no se


cumple o se salta una fase es muy probable que el proceso falle o no tenga eficacia
durante su aplicación; es decir, se puede lograr que los estudiantes lean, pero esto será
de forma repetitiva o memorística, sin dar un significado a lo leído. Lo que la aplicación
de un proceso adecuado busca que el alumno se apropie de lo que está leyendo y a
través de la lectura desarrollar otras habilidades.

Para lograr este cometido, los docentes no solo deben exhibir los libros frente a los
estudiantes como textos descontextualizados, por lo contrario, deben conseguir inmutar
a los jóvenes o como se diría en lenguaje coloquial “darles por su lado”, utilizando los
recursos y medios que capten su atención: las redes sociales. Pero no se deben usar
simplemente porque sí, estas redes, ahora herramientas del proceso de enseñanza-
aprendizaje, deben ser incluidas, de forma sistemática y argumentada dentro de la
lectura.

En la didáctica, los recursos y materiales didácticos cumplen un papel fundamental


dentro del proceso de enseñanza-aprendizaje, pues son todo el conjunto de elementos,
útiles o estrategias que el profesor utiliza, o puede utilizar, como soporte, complemento
o ayuda en su tarea docente. “Los recursos didácticos deberán considerarse siempre
como un apoyo para el proceso educativo” (Blanco, 2012, p.6). Pueden ser materiales
físicos o digitales, además que no se limitan al docente, como ocurriría bajo un modelo
tradicionalista, sino que pueden ser elaborados por el estudiante, protagonista de su
aprendizaje.

Esta forma nueva de enfocar la didáctica, se basa en los fundamentos teóricos que
actualmente prevalecen en el ideal educativo. Los cuales se fundamentan en la sociedad
de la información, donde la vida de los niños y jóvenes está marcada por la era digital,
por lo tanto, las redes sociales virtuales marcan los “nuevos estilos de vida, de
procesamiento de información, de intercambio, de expresión y de acción” (Pérez, 2012,
p.41).

En los últimos años, el uso de redes sociales ha aumentado de forma exponencial.


En estas redes se ha identificado el potencial para ser implementadas en el proceso de
enseñanza-aprendizaje, puesto que, su implementación contribuye a la diversificación
de estrategias de aprendizaje. Sin embargo, es importante mencionar que, para
garantizar una buena aplicación en la práctica educativa, el docente necesariamente
tiene que estar capacitado en el manejo que se requiere de estas redes, de lo contrario,
difícilmente se podrá cumplir con los objetivos que se planteen.

A continuación, se detalla algunas de las redes sociales más conocidas, esto según
Hoyreka (2017):

 Twitter, es conocido para difundir ideas y opiniones en tiempo real y de


forma breve. Entre las funciones, está poder incrustar en el propio muro
ciertas ideas de algún usuario al que se está siguiendo, darle like, marcarlos
como favoritos, añadir imágenes y videos.
 Instagram, permite a usuarios estar al tanto de contenido de su interés de
manera activa a través de contenido audiovisual: fotos y video directo,
mediante tipos de chat o encuestas en tiempo real.
 Facebook, permite estar más en contacto entre los usuarios amigos y
establecer mejores relaciones sociales.
 WhatsApp, es la herramienta instantánea para mensajes, en ella se puede
compartir imágenes, videos, estados y documentos.

Aprovechar al máximo las redes sociales en el proceso de enseñanza-aprendizaje


puede ser de gran beneficio en el aprendizaje de los estudiantes, puesto que todo el
tiempo los jóvenes se encuentran conectados. Dede (2007, citado por Álvarez 2012),
describe que el uso de las redes sociales provoca en la nueva generación de jóvenes
actitudes y expectativas diferenciadas, entre ellas están:

 Libertad para elegir y expresarse.


 Personalización y adaptación para satisfacer sus propias necesidades.
 Escrutinio y análisis de varios aspectos.
 Integridad y apertura en sus interacciones con otros
 Integración de juego y trabajo.
 Multitarea y velocidad de comunicación.
 Colaboración e interacción.
 Innovación y creación de productos y servicios.

Hacer que los educandos realicen trabajos mediante el uso de las redes sociales,
ayuda mucho al crecimiento personal de cada uno, empezando en poder desarrollar la
capacidad de socialización con diferentes miembros, tomar decisiones por sí mismo y
hasta ser capaz de poder innovar, de contribuir con nuevos productos que serán de gran
utilidad. En este sentido, Pérez, Ortiz y Flores (2015) mencionan ciertas fortalezas
didácticas, debido que tanto docentes como estudiantes pueden optar por diversos
mecanismos para poder trabajar y comunicar. Para la finalidad de este proyecto se
destaca el trabajo colaborativo puesto que, a través de grupos de trabajo, se pueden
comunicar fácilmente a parte de intercambiar conocimientos. Además, de lo señalado, el
trabajo colaborativo: a) multiplica la diversidad de conocimientos y experiencias, b)
favorece mayores niveles de rendimiento académico, c) incrementa la motivación, d)
potencia el pensamiento crítico, y e) mejora la retención de lo aprendido.

Además, podemos nombrar algunas razones más para utilizar las redes sociales en el
aula, como las que consideramos Raúl Santiago (2013) y los autores de la presente
investigación:

1. Compromiso: la utilización de redes sociales y cualquier otro tipo de recursos


en red requiere un esfuerzo activo por parte del usuario: el uso racional de estas
herramientas para comunicarse e interactuar requiere la participación activa de
los estudiantes e incluye oportunidades para lo que se denomina “compromiso
emocional”.
2. Aprendizaje Social: lo “Social” postula la teoría de aprendizaje de Bandura
que” las personas aprenden el uno del otro, a través de la observación, la
imitación y modelado”. Por supuesto, el tipo de socialización que se produce a
través de las herramientas informáticas “sociales” es ciertamente diferente de
cara a cara, pero, aun así, ofrece oportunidades para el aprendizaje social.
3. El empleo del tiempo fuera de la clase es de más calidad: estos recursos de
aprendizaje social pueden emplearse para interactuar con los contenidos, con los
compañeros y con el profesor fuera de la clase, y luego “invertir” al aula – las
actividades que realmente aporten valor al trabajo en grupo, presencial y con el
profesor.
4. Fomentar el diálogo: una clara ventaja de la socialización a través de Internet
es que puede parecer menos intimidante que el contacto cara a cara, y puede
permitir que los estudiantes más tímidos se expresen más cómodamente.
5. Fomentar la lectura: debido a la gran cantidad de tiempo que las nuevas
generaciones ocupan en redes sociales, estas representan un espacio importante
para incentivar la lectura de literatura ecuatoriana. Se pueden promover libros y
escritores poco conocidos por la población, a través de formas transgresoras de
presentar información, como los memes. La inmediatez que representan es una
ventaja para el acelerado modo de vida que se impone en la actualidad.

Creemos que la subversión y la transgresión son claves en el proceso educativo. El


ideal de la construcción de un nuevo sistema educativo ecuatoriano se encuentra lejano
de la realidad, donde prevalecen las prácticas autoritarias y tradicionalistas que
marcaron a la generación anterior. Se está educando a niños y jóvenes del siglo XXI con
docentes formados en el siglo XX y bajo un modelo proveniente del siglo XIX. Por lo
tanto, es necesario que, como educadores en formación, entendamos los retos que nos
trae el cambio de época, donde las relaciones sociales no se construyen igual, donde los
estudiantes no aprenden igual, donde el sistema globalizado ha trasformado la cognición
del ser humano.

Por otra parte, es necesario voltear nuestra mirada a la problemática que representa
el hábito de lectura del ecuatoriano promedio. Pensamos que representa una dificultad
en el desarrollo político, histórico y cultural del país, una dificultad que necesita ser
superada, pues la lectura representa un espacio importante para la toma de conciencia,
solo con conciencia se cambia y se frena los males e injusticias de una sociedad
putrefacta. Las futuras generaciones merecen los espacios para pensarse y construir un
cambio, y ese espacio debe ser construido desde la educación.
Referencias

Blanco, M. I. (2012). Recursos didácticos para fortalecer la enseñanza-aprendizaje de la


economía. Aplicación a la Unidad de Trabajo “Participación de los trabajadores en
la empresa” (Tesis de maestría). Recuperado de:
https://uvadoc.uva.es/bitstream/10324/1391/1/TFM-E%201.pdf
Cerrillo, P. (2010). Literatura Infantil y Juvenil y educación literaria. Recuperado de:
https://www.uv.mx/rmipe/files/2017/02/Literatura-infantil-y-juvenil.pdf

Criollo, F. (2017). La lectura es un hábito en construcción en el Ecuador. El Comercio


http://www.elcomercio.com/tendencias/lectura-ecuador-libro-habitos-
cultura.html.

Galina, I. (2002). La lectura en la era digital. Biblioteca universitaria 5(1), 11-15.


Recuperado de: http://www.redalyc.org/pdf/285/28550103.pdf

Hoyreka (2017). Tipos de redes sociales según tu objetivo. Recuperado de:


https://www.hoyreka.com/tipos-redes-sociales/

Lerner, D. (2008). Reseña de "Leer y escribir en la escuela: lo real, lo posible y lo


necesario" de Block Sevilla, D . Educación Matemática, (2) .

Ministerio de Educación. (2016). Currículo de los niveles de educación obligatoria.


Quito, Ecuador: Ministerio de Educación.

Pérez, M., Ortiz, M. y Flores M. (2015). Redes sociales en Educación y propuestas


metodológicas para su estudio. Ciencia, Docencia y Tecnología, 26 (50), 188-
206. Recuperado de http://www.scielo.org.ar/pdf/cdyt/n50/n50a08.pdf

Pérez, A. (2012). Educarse en la era digital: la escuela educativa. MORATA S.L.:


Madrid.

Santiago, R. (2013). 7 razones para hacer uso de las redes sociales en educación.
Flipped classroom. Recuperado de: https://www.theflippedclassroom.es/7-
razones-para-hacer-uso-de-la-redes-sociales-en-educacion/

Sole, I. (1994). Estrategias de comprensión de la lectura. Barcelona: Editorial Grao.

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