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14. Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos,
Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión.
SACERDOCIO AARÓNICO
¿Qué es un Sacerdote?
Es una persona que está debidamente consagrada para ministrar las cosas santas
como mediador entre el hombre y Dios, y para ofrecer sacrificios por los pecados del
Pueblo de Israel. Como institución, el sacerdocio se fundamenta en el concepto de
que el hombre por naturaleza no goza del favor de Dios, y por tanto necesita de un
mediador que conozca los caminos del Señor y pueda llevar
a cabo la reconciliación.
Durante la existencia del templo de Jerusalén, los kohanim (sacerdotes) tenían bajo
su cargo tareas específicas para los ofertorios cotidianos y de las festividades de
sacrificio.
Éste hacía los sacrificios de los pecados del pueblo, era un intercesor entre el pueblo
y Jehová. El sacerdote recibía las ofrendas de la persona que había cometido el
pecado, siendo éste el intermediario entre Dios y el humano, lo cual por medio de su
suplica, aquel que cometió dicha falta pudiera recibir el perdón, logrando así que el
transgresor obtuviera el favor divino.
Era "necesario" que el sacerdote tuviera "algo que ofrecer". “Porque todo sumo
sacerdote está constituido para presentar ofrendas y sacrificios; por lo cual es
necesario que también éste tenga algo que ofrecer”, (Hebreos 8:3), puesto que,
simbólicamente, cuando Dios aceptaba el sacrificio, también aceptaba el ruego de
aquel en cuyo favor se lo ofrecía.
Estas son las diferentes ofrendas que recibían los sacerdotes, según el caso
lo requería:
Levítico caps. 1-6.
Para los holocaustos: ofrenda encendida de olor grato a Dios. Del ganado
vacuno u ovejuno (becerro, cabra u oveja), si fuera aves: tórtolas o palominos
La ofrenda flor de harina: (2:1-16) flor de harina sin levadura, único sacrificio
no sangriento.
Ofrendas de paz: ofrenda de acción de gracias. Ganado vacuno, macho o
hembra.
Ofrendas por el pecado: (4:1-35; 5:1-13) un becerro, un macho cabrío, una
cabra, una cordera, dos tórtolas o dos palominos (pichones).
Ofrendas expiatorias: (5:14-19; 6:1-7) un carnero.
Vemos que la tarea de un Sacerdote era algo muy delicado por el compromiso que
tenía hacia Dios y el Pueblo, porque éste debía ser alguien totalmente consagrado
para este servicio.
¿Quién es ese Sumo Sacerdote? Para esta función Dios eligió a Aarón, de la Tribu de
Leví, tercer hijo de Jacob. Éxodo 28:1, 29:1
Aarón, el Sumo Sacerdote, y los otros demás sucesores, eran los únicos que podían
entrar al Lugar Santísimo, -dentro del Tabernáculo-, que es el lugar donde estaba el
Arca del Pacto, que representaba la Presencia de Dios. Ellos entraban a ofrecer el
sacrificio de la expiación de los pecados, tanto por sí mismo, como por el Pueblo de
Israel una vez cada año.
El Atrio, el patio donde se encontraban los israelitas, las mujeres y los gentiles
(personas extranjeras que no eran de Israel), ubicados cada cual en un lugar
específico.
Lugar Santo, donde el sacerdote –en el Altar de Bronce- ofrecía los sacrificios de las
ofrendas que recibía de la persona que ha cometido la falta.
Como hemos observado, para poder encontrar el perdón y el favor de Dios había que
hacer ciertos sacrificios invocando la gracia divina y de esa forma así poder ser limpio
del pecado cometido.
SACERDOCIO MESIÁNICO
Hebreos 9:
23. Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales fuesen
purificadas así; pero las cosas celestiales mismas, con mejores sacrificios
que éstos. 24. Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figu ra
del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros
ante Dios; 25. y no para ofrecerse muchas veces, como entra el sumo
sacerdote en el Lugar Santísimo cada año con sangre ajena. 26. De otra
manera le hubiera sido necesario padecer muchas veces desde el principio
del mundo: pero ahora, en la consumación de los siglos, se presentó una
vez para siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el
pecado.
Todo esto que hemos mencionado anterior, era sombra, figura, símbolo,
representación de lo que sucedió en el siglo I de nuestra era, cuando el Mesías
entregó su vida por la humanidad.
Cuando el ser humano no podía entrar al Lugar donde estaba ubicado el Arca del
Pacto que representa Presencia de Dios, la cual como señalamos, el Sumo Sacerdote
era el único humano que se le permitía estar en ese sitio, pero que ahora en Cristo,
por medio de su muerte, abrió ese camino para que nosotros también
contemplemos la Presencia Divina. Porque en el momento de Nuestro Cristo morir,
el velo que separaba el Lugar Santísimo con el Lugar Santo fue rasgado, dándonos a
demostrar que ya podemos entrar libremente a la Presencia de Nuestro Dios.
Mateo 27:51. “Y he aquí, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo; y la
tierra tembló, y las rocas se partieron”
Marcos 15:38. “Entonces el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo”
Lucas 23:45. “Y el sol se oscureció, y el velo del templo se rasgó por la mitad”
“Así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y
aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le
esperan”. Hebreos 9:28
“¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aún, el que también
resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por
nosotros”. Romanos 8:34
El Sacerdote recibía las ofrendas de las personas que cometió la falta ante Dios.
Este sacerdote, Cristo, recibe nuestra vida, que es la mayor ofrenda que podemos
darle, para servicio y devoción a Él.
“Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros
cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional.
Romanos 12:1
“Porque hay solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo
hombre”. 1 Timoteo 2:5
Los Sacerdotes recurrían en consulta a la voluntad de Dios por medio del Urim y
Tumim, que eran dos piedras que llevaba el sacerdote en el pectoral, empleados para
descubrir la voluntad de Dios sobre determinado evento.
Jesucristo vino hacer la voluntad de Dios y le dice a su Padre Celestial orando:
“Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya”.
Lucas 22:42
“No puedo yo hacer nada por mí mismo; según oigo, así juzgo; y mi juicio es justo,
porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió, la del Padre”. Juan
5:30.
Lo que hemos estado aportando en este pequeño ensayo, es que tenemos a alguien
que se sacrificó por nosotros, se compadece de nosotros, nos ama y nos está
brindando la oportunidad de acercarnos a Dios en obediencia a Él y a su Palabra.
Alguien que nos abrió el camino que permite el acceso a la Presencia de Nuestro
Dios, - cuando en otro tiempo no lo podíamos lograr-, pero que por el sacrificio
realizado por Jesucristo en la cruz, somos favorecidos con el privilegio tal, de poder
entrar confiadamente a la Presencia Dios.
La Biblia dice que también somos parte de ese sacerdocio ya que en Cristo
conseguimos entrar confiadamente al Trono de Gracia, alcanzando misericordia y
gracia en el momento oportuno.
“Nosotros somos linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por
Dios, para anunciar las maravillosas obras de aquel que nos llamó de las tinieblas a
su luz admirable”. 1 Pedro 2:9