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biografía)
Escrito por Banco del Libro
El Máster en Libros y Literatura para niños y jóvenes tiene el honor
de contar este mes con Anthony Browne como autor-ilustrador
invitado.
Anthony Browne
(Introducción)
Escrito por Brenda Bellorín
Anthony Browne, nacido en Inglaterra hace 50
años, ha logrado con sus libros-álbum lo que
pocos autores-ilustadores alcanzan: cautivar por
igual al público adulto, al especialista y al infantil.
Sus libros han sido merecedores de la medalla
Kate Greenaway en dos ocasiones y la
candidatura al premio Andersen. Además ha
ganado la simpatía de muchos niños que le escriben con frecuencia
con personajes como Willy.
En este mundo de contrastes, los protagonistas -casi siempre niños (Ana, Rosa),
animales que se comportan como niños (Willy), o mujeres opacadas (la señora De la
Cerda)- hacen el titánico esfuerzo de sobrellevar el desamor, la indiferencia, la soledad,
los celos, el aburrimiento y otros problemas. Para ellos Browne siempre arroja una
esperanza. Los personajes sufren los
contratiempos propios de la cotidianidad, pero su
mundo está lleno de elementos surreales: muebles
que se transforman en animales a lo Dalí,
ventanas y hombres voladores que recuerdan a
Magritte.
WILLY EL SOÑADOR
Anthony Browne
Ilust: Anthony Browne
México D.F. : Fondo de Cultura Económica, 1997
Col.: Los especiales de A la orilla del viento
ISBN 968-16-5277-0
POSTULADO PARA LOS MEJORES LIBROS Y CD-ROM´S PARA NIÑOS Y
JÓVENES 1998
La intertextualidad es uno de los recursos más ampliamente utilizados en los libros para
niños en la actualidad. La co-presencia efectiva de otros en un mismo texto, ha revisada
desde la crítica como un aporte de la literatura comparada. Sin embargo, todavía las
ilustraciones no han sido especialmente revisadas desde este ángulo.
Pocos libros-álbum se han atrevido tanto como Willy el soñador a admitir directamente
la influencia de códigos y propuestas estéticas en sus páginas. A pesar de que este libro
es el más reciente titulo de la serie de Willy, del autor-ilustrador inglés Anthony
Browne, las diferencias se hacen notar desde el primer momento. El cambio de formato
ya abre las posibilidades a un mundo más amplio que sus anteriores títulos: Willy el
tímido, Willy y Hugo, y Willy el mago. En la portada aparece el simpático mono,
recostado de un sofá con una media verde y otra roja, mientras debajo, un mar de
extrañas embarcaciones marca otro territorio.
Los sueños de Willy comienzan en una tranquila butaca, donde un cuadro en la pared
muestra una gran piedra a la manera de los pensamientos que se ocultan en los dream
balloons de los cómics. Desde ese momento, los cuadros resolverán situaciones
oníricas, donde se entretejen gigantescos gorilas, cantantes de rock, luchadores
japoneses, bailarinas, pintores famosos, personajes de otros cuentos, viejas enemistades
y deseos ocultos.
De esta manera se da cabida a un conjunto de referencias al mundo del arte que se pasea
por todas las vanguardias pictóricas. Pequeños o grandes homenajes, el mundo de Willy
está poblado de fantasías pictóricas que abren mundos ambiguos como la pintura
metafísica de Giorgio de Chirico, que retratan relojes derretidos como los cuadros de
Dalí o muestran la arbitrariedad de los referentes como las propuestas de Magritte.
Este libro-álbum realiza un paseo por la historia del espectáculo, incluyendo famosos
protagonistas del cine como Charles Chaplin y King Kong, entreverando personajes
clásicos de la literatura infantil de El Mago de Oz y Alicia en el país de las maravillas.
De esta manera, se combinan armoniosamente tradición y modernidad.
Por eso, el retorno del pequeño Willy se resuelve con la misma tranquilidad, que plantea
un guiño al lector mientras su figura se desvanece en el mismo sillón, precedido ahora
por un cuadro donde se observa su rostro y un papel tapiz lleno de símbolos que repiten
sus imaginaciones.
Las relaciones intertextuales abarcan en este libro-álbum una mirada inteligente que
dispone al lector para reconocer algunas referencias de su propio mundo visual y de sus
propias inquietudes. Pero además, le devuelven la seguridad de validar sus mismos
sueños.
(1) Browne, Anthony. "Anthony Browne". En: Encuentros, No 31, 1 trimestre de 1997.
p.9
Tomado del Boletín Tres Estrellas y más. Libros recomendados para niños y
jóvenes #7. 1998. Banco del Libro.
MI PAPÁ
Anthony Browne
Ilust: Anthony Browne
México D.F.: Fondo de Cultura Económica, 2002
Col.: Los especiales de A la orilla del viento
ISBN 968-16-6443-4
Papá recuperado
Haga memoria, regrésese como a eso de los 3 o 5 años y recuerde a quién tenía por
todopoderoso en su cabeza. Seguramente vendrá su papá, o la figura que le corresponde.
Es probable que también recuerde la entonación especial que usaba para decir mi papá.
Yo lo recuerdo. Recuerdo como era de dichosa viviendo con el mejor superhéroe. “Sí
que estaba bien mi papá”. Salvaba vidas de verdad (es médico), hacía trucos de magia,
bailaba, hablaba otro idioma, sabía nadar en estilo mariposa y, como si fuera poco, hacía
la mejor sopa de tomate para mí.
Cierto también que a los 5 años no faltan las razones para que cada quien ensalce el
suyo. No importan los detalles; cualquier gesto es razón incuestionable para adorar al
padre como un dios y ver a los otros papás como simples mortales. Cierto que hay un
momento (adolescencia, antes o después) en el cual no se le encuentra tan especial y
más bien todo lo que hace parece objetable. Cierto que muchos permanecen en esta
etapa por el resto de sus vidas, recriminándole cosas, pagándole al psicoanalista para
entenderle, aceptarle, para “hacer las paces”. Pero, ciertamente, si somos afortunados y
nos dejamos llevar por el curso natural de la vida, tarde o temprano nos llega el
momento cuando podemos decir nuevamente “Sí que está bien mi papá”. Este momento
le llegó a Anthony Browne y lo ha retratado en Mi papá.
Este nuevo libro-álbum es un homenaje al padre y a ese momento idílico en que estar
con papá lo es todo. Surgió según el autor luego de haber reencontrado la bata de su
padre junto con una vieja carta que él le había escrito a su papá a los 5 años (lo cual
explica porqué el papá del cuento aparece siempre vestido con bata de cuadros). El
álbum es básicamente una enumeración de habilidades y características que hacen
especial al papá del niño-narrador. El padre del cuento no le teme a nada ni nadie -ni
siquiera al temible lobo feroz-, puede saltar sobre la luna, caminar en la cuerda floja,
vencer gigantes, bailar, ganarle a los otros padres en las carreras; puede comer como un
caballo, nadar como pez, cantar como el mejor soprano y jugar el fútbol como nadie.
También es sabio, alocado, grande pero a la vez suave, y por encima de todo es capaz de
hacerlo reír y lo quiere.
Por supuesto que esta enumeración viene aderezada con los característicos juegos
metaficcionales y de referencialidad del autor. En la portada aparece un papá en bata
haciendo muecas con rayos de luz de fondo. Tanto la bata como los rayos recurren en
todas las guardas y páginas del libro como una suerte de hilo conductor gráfico.
Aparecen referencias a otros cuentos de hadas, como una Caperucita, o Los tres cerditos
y el lobo feroz. También hay guiños que nos transportan a otros libros del autor como
unas medias multicolores que son iguales al chaleco de Willy, o como la similitud entre
la escena de un padre-gorila que levanta pesas con un telón rojo de fondo con el libro de
King Kong; están los juegos con las nubes, los marcos, las bolas de fútbol, los hombres
zoomorfos… En fin, hay Anthony Browne en pleno, aunque quizás con un despliegue
inusual de ternura, o cuando menos de ternura paternal que hace este libro curioso
dentro de su obra.
Si bien es cierto que la figura del padre y el tema del amor filial están casi siempre
presentes en los libros de Anthony Browne, hasta ahora ninguno de sus ellos había
expresado una relación completamente positiva con el padre. Gorila, uno de sus
primeros libros, problematiza la relación entre una niña y su padre. Él siempre está muy
ocupado para estar con ella y Ana -así se llama la niña- desplaza sus afectos y anhelos
de atención a un gorila, quien es una suerte de álter ego del padre. Una vez que Ana está
con Gorila, todo se vuelve cálido, familiar, amable. Van juntos al cine, al zoológico y
bailan juntos bajo las estrellas. En El libro de los cerdos el padre es un tipo
ridículamente rosado y desagradable como un puerco que representa todo lo desdeñable
de la sociedad patriarcal. El papá en Zoológico es un hombre detestable que hace
pésimos chistes, maltrata y avergüenza a los niños y a su esposa; mientras que el padre
depresivo pero sensible de Manchas en Voces en el parque está casi ausente por su
estado de ánimo, dejando al lector con poca información de su relación con su hija. En
King Kong la dedicatoria dice: “A mi padre, quien es para mí el verdadero Kong”. Y de
hecho si miramos bien la obra de Browne, podemos observar como están llenas de
imágenes patriarcales y como la figura materna suele estar relegada del entorno
familiar.
EL LECTOR- BROWNE
Probablemente, la obra más popular de Anthony Browne sea Willy el tímido: la historia
de un chimpancé, débil y apocado, que se somete a un intenso entrenamiento y
finalmente llega a ser (o al menos a sentirse) fuerte, capaz de enfrentarse a sus
problemas...a pesar de que el entrenamiento, por supuesto, no sea la panacea que todo lo
resuelve (Willy, en última instancia, seguirá conservando su timidez).
Desde siempre, la imagen de Willy entrenando, tomando confianza en sí mismo y
creciendo progresivamente, me ha traído a la mente la del propio lector de Anthony
Browne. Por supuesto que el entrenamiento del lector es mucho más divertido y menos
apremiante que el de Willy. Browne entrena al lector para leer sus libros; lo hace su
lector, y también mejor lector. (Naturalmente, sin embargo, este lector-Browne no se
identifica con ningún lector real o concreto, sino que lo informa la idea de lector, el
lector que está en los libros; se trata por tanto de un lector ideal o, si se prefiere,
implícito).
Ahora bien, ¿qué es lo que identifica a ese lector-Browne implícito en la obra? He
descubierto que se trata del lector resultante de haber avanzado a través de un
determinado entrenamiento. Porque, en efecto, la obra de Browne (que presenta, a este
respecto, una contundente coherencia) va incorporando pistas, ambigüedades y
complejidades que están hechas para ser interpretadas progresivamente por ese lector, y
la obra apuesta porque éste tiene las posibilidades para hacerlo. AI tiempo que, como en
todo buen entrenamiento, la exigencia crece a medida que el lector gana en madurez: el
lector-Browne acumula experiencia de una obra a la siguiente, aprende cómo leer y
explora vías de comunicación entre un libro y otro; con cada nueva entrega, Browne
invita a su lector implícito a hacer un nuevo esfuerzo, a llegar un poco más allá.
Mientras que, por otro lado, Browne va sofisticando sus técnicas como entrenador a lo
largo del desarrollo de su obra...
Esta es, a mi juicio, una de las características que hace excepcional la obra de este autor-
ilustrador: con su apuesta por la flexibilidad y creciente tono muscular de su lector,
ofreciéndole un entrenamiento que incluye las claves para descifrar los códigos que
rigen la obra, sin condescendencias, el trabajo de Anthony Browne ha expandido las
posibilidades del álbum como género.
Creo que el explorar aquí las rutinas de entrenamiento de ese lector implícito puede ser
útil a fin de que el lector (concreto) de este artículo pueda descubrir (sin precisar de
esfuerzos atléticos) formas de leer los libros de Browne, y apreciar cómo éstos pueden
ayudar a los niños a convertirse en mejores lectores.
PARA COMENZAR:
EXPLORACIÓN DE UNA RUTINA DE ENTRENAMIENTO
Tomemos como ejemplo la pista más popular: la serie protagonizada por Willy. En ella
se incluyen, en primer lugar, narraciones muy sólidas y directas como Willy, el campeón
o Willy y Hugo; si bien éstas incorporan ya algu-nos guiños visuales abiertos a la
interpretación del lector. Un paso más lo representan otras narraciones dotadas de
mayor ambigüedad, en las que se invita al lector a decidir qué fue lo que ocurrió como
Willy el tímido o Willy el mago. En tanto que las dos últimas obras de la serie, Willy el
soñador o Las pinturas de Willy, son muy diferentes, y mucho más complejas. El lector
ya conoce al personaje de Willy por las historias que narran episodios de su vida, la
intención de estas dos obras recientes, en cambio, es revelar el mundo interno, por lo
que se alejan del patrón narrativo. La realidad interna se muestra a través de imágenes
de artistas pertenecientes al imaginario colectivo, que aparecen intervenidas por el
imaginario de Willy.
No es un reloj sino es un cuadro de Dalí, pero no es una obra de Dalf sino es la manera
en que Willy mira la obra de Dalí. Si la obra no es real, es una fic-ción, su creador
también lo es. Pero este doble artificio, la representación dentro de la representación, le
propone al lector un complejo ejercicio que ya no encubre la ficcionalidad de Willy: el
personaje es también una creación (Willy se torna transparente en la ilus-tración). AI
descubrir las costuas, el lector, estirando, se pregunta por la irrealidad de la ficción y la
ficción de la realidad, cuestionándose las arbitrariedades y subjetividad de cualquier
intento de aprehenderla y, en definitiva, la arbitrariedad del lenguaje.
Así, Browne ha ido entrenando a su lector implícito, al lector de la serie Willy, en la
metaficción.
GORILA:
UNA RUTINA PARA INICIARSE
Aunque ha alcanzado la mayoría de edad, pues se publicó hace casi 20 años, Gorila está
considerado uno de los ejemplos de un libro-álbum logrado por la manera en que se
relacionan el texto y las ilustraciones y por la potencia de los recursos visuales
utilizados para contar, con sutileza y profundidad, una historia muy significativa de
múltiples resonancias afectivas.
Ana está sola pues vive con su padre que no tiene tiempo para ella. Ana está
obsesionada con los gorilas. La víspera de su cumpleaños su papá le regala un gorila de
peluche que en la noche se transforma en un gorila de verdad que la lleva al cine y al
zoológico. A la mañana siguiente, el padre se comporta afectuoso y la invita a ir al
zoológico juntos.
Leer Gorila implica una rutina de alto impacto que permite poner en práctica
habilidades de interpretación. Aquí todo es significativo. El Lector-Browne está atento a
la perspectiva, al uso de la gama cromática, al posible simbolismo del color, a los
guiños, al simbolismo de los objetos, las referencias intertextuales y las pistas que le
permitirían reconstruir e interpretar una historia abierta. En este álbum el lector se inicia
en la distinción dentro de la ficción, entre la fantasía y la realidad, (el deseo hecho sueño
de Ana y su mundo cotidiano); pero al ir un poco más allá, se revela la dificultad de
delimitarlas pues fantasía y realidad se encuentran entrelazadas en la subjetividad de lo
que es aparentemente real (en la casa de Ana se proyectan sus sentimientos y deseos), la
realidad de lo subjetivo (el deseo propicia cambios en la realidad cotidiana). Aunque la
realidad de la ficción aparece bastante compacta, en relación a obras posteriores, como
veremos, las relaciones conflictivas entre sus componentes colisionan deliberadamente
y evidencian el entramado.
El día y la noche ofrecen las claves para delimitar lo real y lo que se desea. Pero esta
separación se hace relativa cuando el lector observa las formas de representación.
En Gorila se vislumbra el uso de dos modos de representar, recurso que, como veremos,
explotará Browne en libros posteriores. La combinación de estilos se hace muy evidente
en la noche de ensoñación que Ana pasa con Gorila. Gorila va al zoológico,
paradójicamente a ver a los simios, que son mucho "más reales" que él, pues están
ilustrados en un realismo casi fotográfico que subraya su tristeza y soledad (también la
de Ana). En la escena feliz que sucede a éstas, cuando compran las entradas para el
cine, la ilustración se torna caricaturesca. De manera que en el sueño de Ana conviven
dos modos de representación: hiperrealista para la triste soledad del zoológico y
caricaturesco para la feliz fantasía. El lector sabe que lo que está viendo está filtrado y
en sintonía con el mundo afectivo de Ana. La conciencia que el Lector-Browne tiene de
esto se convierte en una necesidad de participar en la construcción de lo que ocurre,
pues lo que se presenta es parcial. Es el lector quien tiene que decidir, con esta
información dudosa, qué fue lo que pasó y cómo se vinculan el padre y el gorila.
Para el Lector-Browne Gorila puede suponer el inicio de un entrenamiento en la
metaficción, pues lo hace consciente de cuáles son los recursos de la ficción y cuáles
pueden ser las pistas para desmontarlos. No se trata de una obra puramente
metaficcional, en el sentido en que éste no es su tema, pero en ella aparecen revelados
los mecanismos de la ficción junto a pistas y guiños de la metaficción que entrenan al
lector para leer obras más complejas desde este punto de vista. Por ejemplo, el cuadro
de la Mona Lisa en las escaleras, es un guiño humorístico, pero que introduce un
elemento perturbador dentro del mundo de ficción, pues sugiere que la ficción es
subjetiva y frágil y que la realidad que conocemos es susceptible de ser penetrada y
transformada por el deseo.
Notas
1. Para los lectores que no se encuentren familiarizados con el concepto de metaficción,
un excelente repaso en del concepto en literatura infantil es el de Teresa Colomer en La
formación del lector literario (Fundación Germán Sánchez Ruipérez,1998) pp.91-96.
2. Es preciso indicar que el trabajo Browne abarca también la faceta de ser ilustrador de
textos de otros autores, entre los que se encuentran clásicos como Alicia en el Pais de
las Maravillas de Caroll, Hansel y Gretel, en versión de tos Grimm, o los relatos de Ian
Mc Ewan (escritor del actual panorama de las letras inglesas). Incluso en los trabajos en
que participa como ilustrador, y en los que por tanto Browne se adapta un texto, hay
también un sello personal y propuestas para el entrenamiento del Lector-Browne.
3. En: What's in the Picture? Responding to Illustration in Picture Books, editado por
Janet Evans, Londres: Paul Chapman Publishing. 1998 , p.1996.
4. La metaficción busca romper con la relación mimética de la obra con la realidad. Los
textos de ficción están es más cercanos a otros textos que a la realidad: la ficción se
nutre de la ficción. Cuando en una obra se incluye de manera explícita o implícita otro
texto se habla de intertextualidad. Por lo general, las obras que utilizan el recurso de la
metaficción incorporan referencias intertextuales. En la obra de Anthony Browne
abunda este tipo de referencias sobre todo en las imágenes. En las ilustraciones suelen
incluirse imágenes que hacen referencia a obras pictóricas. cinematográficas, televisivas
y publicitarias. Hay en la obra otra forma de intertextualidad: la manera en que sus
libros se refieren a otros libros. Tomemos por ejemplo Gorila en donde aparecen un
orangután y un chimpancé retratados tras barrotes. Pues en Zoológico hay un retrato
muy similar de un gorila. Estas tres ilustraciones parecen formar parte de un libro que
no es ninguno de los dos. Un libro que existe en la memoria del lector.
Y justo a tiempo
pienso...
Escrito por Anthony Browne
Voces en el parque es una reescritura de un libro que escribí e ilustré en 1977, A Walk in
the Park (Un paseo en el parque). Durante mucho tiempo he querido contar un cuento
desde los puntos de vista de los distintos protagonistas y este texto me pareció perfecto
para ello. Es una historia simple de una madre y su niño llevando su perro de raza al
parque, y de un padre y su hija llevando su perro mestizo al mismo parque. Los perros
interactúan de inmediato, los adultos se ignoran mutuamente y los niños lenta y
tímidamente comienzan a jugar juntos. Una amistad comienza a aflorar entre ellos pero
son abruptamente separados por sus padres, quienes se los llevan a casa.
Decidí contar la versión que cada
personaje se había hecho del día a través
dee las voces de ellos o ellas, y traté que
cada voz se viera reflejada en el estilo
de las ilustraciones de cada sección.
Esta ilustración corresponde a la voz de
la mujer y la muestra a ella llevando a
su perro e hijo después de haberlo
pescado hablando con “una niña
andrajosa”. La versión de cada uno de
los personajes sobre los acontecimientos tiene lugar en una
estación diferente del año; la de ella es otoño. El parque que ella observa está muy
ordenado y aseado (la única basura que se puede ver está atrapada en un pipote de
basura con aspecto de jaula), los árboles han sido podados en figuras cómodamente
redondeadas, y por todas partes vemos colores otoñales ricos y reconfortantes. Como
ella está molesta con el comportamiento de su hijo yo intenté mostrar su humeante
resentimiento y su ardiente cólera en los árboles que parecen estarse quemando.
Mientras caminan hacia casa y dejan atrás la luz del atardecer del parque, se sumergen
en una oscura sombra que anula a su hijo. Dejan una estela de hojas muertas tras ellos.
Esta ilustración pertenece a parte de la versión del niño y vemos el parque desde su
punto de vista. En lugar de usar las acuarelas que caracterizan mi trabajo, he usado
líneas que además he lavado aquí con pequeñas líneas cruzadas trazadas con plumilla,
en un intento de reflejar parte de la personalidad reprimida del niño. La estación es un
invierno tardío o una primavera naciente y escogí una tipografía pulcra y espigada que
espero también diga algo sobre el niño. Está literalmente parado en la sombra de su
madre y la imagen dominante del sombrero de ella está repetida varias veces en la
escena. Los colores son pálidos y fríos con toques de brillo que corresponden a las otras
personas y perros que disfrutan de su libertad y se están divirtiendo. El cielo azul
reflejado en los postes de luz posiblemente sugiere la esperanza por un futuro mejor.
(Ciertamente los cielos se vuelven más azules luego cuando conoce a la niña).
Originalmente todos estos personajes fueron pintados como personas, pero llegado un
punto me encontraba insatisfecho y me hallé pintando sobre la cara de uno de ellos en el
deseo de hacerlo más real, más humano y menos como una caricatura. Frente a mis ojos,
mientras pintaba, se convirtió en un gorila. Funcionó. Y no sé por qué…
WILLY EL CAMPEÓN
Anthony Browne
Ilust: Anthony Browne
México D.F.: Fondo de Cultura Económica, 1992
Col.: Los especiales de A la orilla del viento
ISBN 968-16-3909-X
Luego de Willi el Tímido, Anthony Browne vuelve al ataque con esta historia del
asustadizo chimpacé. Willi parecía no ser bueno en nada, le gustaba leer... y oír
música... . ¿Pero en qué problema se meterá Willy cuando se encuentre con Buster
Narizotas?. Esta compasiva historia permite identificarnos con situaciones de la vida
real y resuelve admirablemente el problema de la diferencia entre unos y otros. E.H.
POSTULADO PARA LOS MEJORES LIBROS Y CD-ROM´S PARA NIÑOS Y
JÓVENES 1994
WILLY Y HUGO
Browne, Anthony
México: fondo de Cultura Económico, 1993
Col. A lo orilla del viento
ISBN: 1-85681-030-5
CAMBIOS
Anthony Browne
Ilust: Anthony Browne
México D.F.: Fondo de Cultura Económica, 1995
Col.: A la orilla del viento
ISBN 968-16-4270-8
Una mañana José Kaf comienza a descubrir cosas extrañas que pasan a su alrededor...
Las imágenes de este libro revelan las posibilidades de descubrir nuevas formas en los
objetos cotidianos. La angustia de la espera es trabajada con una gran fuerza de
sugerencia, explorando los sentimientos de un niño que se encuentra solo en casa.
F.H.D.
GANADOR EN LOS MEJORES LIBROS Y CD-ROM´S PARA
NIÑOS Y JÓVENES 1995
EL TÚNEL
Browne, Anthony
México: Fondo de Cultura Económica, 1994
Col. A lo orilla del viento
ISBN: 968-16-3971-5
La madre una mañana envía a dos hermanos a caminar, esperando que las diferencias
entre ellos se aminoren. Caminando descubren un túnel oscuro, húmedo y resbaladizo.
El hermano entra y la hermana, ate-rrada, espera afuera. Al lograr vencer su angustioso
miedo la her-mana decide ir a buscarlo. Emocionante relato de complicidad y
solidaridad iluminado con realistas y sobrecogedoras ilustraciones. M.C.S.
POSTULADO PARA LOS MEJORES LIBROS PARA NIÑOS 1995
ZOOLÓGICO
Browne, Anthony
México: Fondo de Cultura Económica, 1993
Col. A lo orilla del viento
ISBN: 968-16-4272-4
De paseo por un bosque encantado, Osito se consigue con algunos animales feroces.
Con un lápiz mágico dibuja objetos u otros animales, ante los cuales sus fieros
contrincantes quedan reducidos y vulnerables. De esta manera se establece, gracias la
morosidad narrativa, un divertido juego en donde los obstáculos son superados
ingeniosamente por este particular héroe. La irónica ternura reflejada en las
ilustraciones, logra darle personalidad y viveza a los expresivos personajes. FA.
POSTULADO PARA LOS MEJORES LIBROS PARA NIÑOS 1996
UN CUENTO DE OSO
Browne, Anthony
México: Fondo de Cultura Económica,
1994. Col. Los especiales de A la orilla del
Viento. ISBN: 968-16-4578-6
Personajes enfurecidos se cruzan en el recorrido de Osito por las sendas de bosque. Con
su lápiz mágico. Osito dibuja algunos elementos, logrando aplacar la ferocidad de sus
contrincantes. El mundo de los cuentos de hadas irrumpe en la temática de esta divertida
historia. Las ilustraciones, con figuras grandes y coloridas. con-tribuyen a la magia y al
humor pre-sentes en el cuento. F.A
POSTULADO PARA LOS MEJORES LIBROS PARA NIÑOS 1996
WILLY EL MAGO
Anthony Browne
Ilust: Anthony Browne
México D.F.: Fondo de Cultura Económica, 1996
Col.: Los especiales de A la orilla del viento
ISBN 968-16-5022-0
En esta ocasión Willy quiere entrar en el equipo de
fútbol, pero no tiene dinero con que comprarse los
botines. Sorpresivamente un desconocido sepulcral
le obsequia unos. Superstición y fútbol, dos de los
temas favoritos de Browne, se conjugan en esta
entrega de Willy. Ingeniosas ilustraciones con
esmerado diseño de página captan el dinamismo magistralmente y caracterizan
formidablemente a los personajes. B.B.
POSTULADO PARA LOS MEJORES LIBROS Y CD-ROM´S PARA NIÑOS Y
JÓVENES 1998
Willy, además de tímido y soñador, también es pintor. Sus obras, basadas en cuadros
del arte universal, son un hermoso y original tributo a los grandes pintores de todos los
tiempos. C.S.
POSTULADO PARA LOS MEJORES LIBROS Y CD-ROM´S PARA NIÑOS Y
JÓVENES 2001
HANSEL Y GRETEL
Hermanos Grimm
Ilust: Anthony Browne
México D.F.: Fondo de Cultura Económica, 2004
Col.: Clásicos
ISBN 968-16-7062-0