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Características de la mujer del campo

Manos curtidas. Horas tempranas. Lucha incansable. Estas son nuestras características, esta
nuestra rutina, esta nuestra forma de vivir. Las mujeres campesinas venezolanas sabemos lo
que es caminar grandes distancias, lo duro que se ha puesto conseguir lo que nuestros hijos
e hijas necesitan, lo difícil que parece sobrellevar estos días de guerra sin fin. Pero también
sabemos de dignidad. Una dignidad que nos hace las primeras defensoras de la Revolución
Bolivariana.

Las mujeres campesinas venezolanas, valientes, inmensas; indígenas y mestizas, hoy somos
uno de los pilares fundamentales de las formas organizativas revolucionarias. Alejadas en
la inmensidad del llano, o en las montañas, en la sierra o en la selva, organizamos la
comuna, el CLAP (para la distribución de alimentos), el partido, UNAMUJER.
Sembramos, para vender y para nuestro propio consumo, en un país cercado por una guerra
económica que nos tiene como principales víctimas. Nosotras mujeres damos la batalla, de
eso no cabe ninguna duda.

Sin embargo, esta revolución está lejos de detenerse. Es la fuerza de nuestras mujeres
combativa, revolucionaria, día a día, hora a hora, minuto a minuto, la que no se conforma,
la que exige que el sueño del comandante eterno Hugo Chávez sea una realidad, que no sea
letra muerta.

Luchamos contra la contrarrevolución, poniendo el cuerpo ante cualquier intento de


desestabilización y violencia. Luchamos contra la corrupción y el burocratismo, ante
cualquier intento de detener el camino irreversible que trazó Chávez.

Porque nosotras más que nadie hemos visto a nuestros hijos e hijas recibir educación, desde
el simoncito hasta la universidad gratuita y pública, graduarse, acceder a la salud, y
prosperar.

Nosotras sabemos que ahora la carretera llega hasta el pueblo, que no hay que viajar a la
ciudad para recibir cuidados prenatales, porque Barrio Adentro llegó a todos los rincones de
la Patria.

Luchamos contra el patriarcado, aliado indisoluble del modelo capitalista, que


oprimiéndonos profundiza la desigualdad de nuestra pertenecía étnica y de clase.

Sabemos que tenemos derecho a que se nos reconozca el trabajo doméstico, que no es una
obligación, y también a estudiar y superarnos. Por eso ahora también somos doctoras,
ingenieras, maestras, enfermeras, licenciadas, dueñas de nuestro propio destino.

Las mujeres campesinas venezolanas somos de armas tomar. Participamos de la Milicia


Bolivariana para defender la Patria, nuestra soberanía. Pacificas pero armadas.
Nosotras somos la barrera infranqueable, el anillo de seguridad más fuerte alrededor del
Plan de la Patria. Construimos bloque a bloque las miles de viviendas rurales que la Gran
Misión Vivienda Venezuela ha desparramado por los campos de todo el territorio nacional.

Somos fuerza y corazón del proyecto bolivariano. Como Chávez, incansables,


indispensables.

Es por eso que las mujeres campesinas militantes del Frente Nacional Campesino Ezequiel
Zamora, Corriente Revolucionaria Bolívar y Zamora, estamos orgullosas de decirnos
chavistas, de sentirnos parte de un movimiento social que junto a nuestros compañeros y
compañeras del campo y la ciudad, busca la definitiva emancipación de nuestros pueblos.

¡Mujeres y Hombres luchando en igualdad asi se construye Poder Popular!

¡Con Bolivar, Zamora, Chavez, Manuela, Juana, decimos todo el Poder para el Pueblo

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