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La agroecologíía es una disciplina cientíífica relativamente nueva (deí cada de los setenta del
siglo XX), que frente a la agronomíía convencional se basa en la aplicacioí n de los conceptos y
principios de la ecologíía al disenñ o, desarrollo y gestioí n de sistemas agríícolas sostenibles.
Estas son praí cticas promovidas y aplicadas bajo el enfoque de la agricultura denominada
convencional. No se debe descuidar y negar que la aplicacioí n de las praí cticas e innovaciones
tecnoloí gicas convencionales incremente la produccioí n agríícola, pero tampoco se puede negar
que su praí ctica en actividades agríícolas deteriora los recursos naturales en forma
considerable y ocasionalmente irreversible.
El deterioro de la cubierta vegetal, la erosioí n del suelo (eoí lica, híídrica, de fertilidad), el
incremento de la salinidad de los suelos, disminucioí n considerable de los mantos freaí ticos, la
peí rdida de diversidad agríícola bioloí gica y geneí tica, la resistencia constante de plagas y
enfermedades agríícolas, el azolve de presas, las inundaciones naturales, la eutrofizacioí n de
lagos y la contaminacioí n del aire, son algunas de las muí ltiples consecuencias de la agricultura
basada en agroquíímicos y en el uso de grandes cantidades de energíía.
Ante los muí ltiples factores negativos de la agricultura convencional, emerge la concepcioí n de
la agroecologíía, y la tecnologíía de la agricultura ecoloí gica, que promueve la produccioí n
agríícola conservando los recursos naturales elementales de la produccioí n de alimentos tales
como el suelo agua y biodiversidad. Estas acciones se basan en el respeto a las comunidades
rurales (quienes aportan el material geneí tico mejor adaptado a las condiciones locales) y a los
principios eí ticos y humanos en la realizacioí n de estas actividades.
La agricultura ecoloí gica, como puesta en praí ctica de la ciencia agroecoloí gica, puede ser
altamente productiva y a su vez sostenible en produccioí n y conservacioí n a largo plazo con la
finalidad de poder solventar el abastecimiento de alimentos a una creciente poblacioí n
humana. En esta perspectiva, el disenñ o y manejo de agroecosistemas sostenibles no puede ni
debe abandonar las praí cticas convencionales sino que debe considerar las praí cticas
tradicionales para justificar su sostenimiento. Se trata de disenñ ar cientííficamente nuevas
concepciones y tecnologíías agríícolas, sobre la base de los meí todos y conocimientos ecoloí gicos
actuales y los principios tradicionales de conservacioí n de los recursos naturales que muchas
comunidades rurales tienen y en las que cubren sus necesidades alimentarias sin requerir
grandes insumos externos en su ciclo productivo.
Los paííses europeos, seguidos por otros altamente industrializados tales como EEUU y
Australia, son vanguardia en implementacioí n de principios agroecoloí gicos en sus polííticas de
desarrollo agríícola. Sin embargo, varios paííses de Latinoameí rica, Asia y AÁ frica estaí n poniendo
en marcha proyectos nacionales agríícolas que consideran la proteccioí n del ambiente.
Fundamentos de la Agroecologíía
Roí ger Martíínez Castillo
Ciencias Sociales 103-104: 93-102. 2004 (I-II)
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INTRODUCCIOÁ N
La expansioí n de praí cticas agroindustriales ha generado una profunda crisis ecoloí gica de
escala planetaria, provocando que la ciencia y cientííficos se enfrenten a nuevos retos sin
precedente; como la necesidad de evaluar en teí rminos ecoloí gicos, la eficiencia de los sistemas
de produccioí n rural (agricultura, ganaderíía, agroforesteríía y pesca) en el contexto de la
sustentabilidad.
Por eso, en las uí ltimas deí cadas aumenta la conciencia sobre la necesidad de reorientar los
sistemas de produccioí n rural, para convertirlos en modelos ecoloí gicos de uso. Esto implica,
una nueva conciencia social y políítica; pero tambieí n, nuevas herramientas conceptuales
(teoríías, categoríías y meí todos) que posibiliten su aplicacioí n. De ahíí el eí nfasis en la difusioí n y
consolidacioí n de los principios de la agroecologíía y la recuperacioí n de las praí cticas
tradicionales.
El enfoque agroecoloí gico presenta un modelo alternativo para el desarrollo agríícola, que se
enfrenta al modelo desarrollado y propugnado por paííses industrializados, con sus
mecanismos de investigacioí n internacional y organismos financieros, denominado "revolucioí n
verde" (agroquíímicos) y la agrobiotecnologíía (transgeí nicos) al servicio de las transnacionales
y pequenñ os grupos de poder nacional.
La agroecologíía se define como el manejo ecoloí gico del ecosistema, presentando alternativas a
la actual crisis de modernidad, con propuestas de desarrollo participativo (Toledo, 1990)
desde los aí mbitos de la produccioí n y la circulacioí n alternativa de sus productos, pretendiendo
establecer formas de produccioí n y consumo que contribuyan a encarar la crisis ecoloí gico y
social, para restaurar el curso alterado de la coevolucioí n social y ecoloí gica y enfrentarse al
neoliberalismo y la globalizacioí n econoí mica (Sevilla y Woodgate, 1997; Norgaard, 1991).
La agroecologíía como enfoque ecoloí gico del proceso agríícola, abarca los aspectos de la
produccioí n de alimentos; y toma en cuenta los aspectos culturales, sociales y econoí micos, que
se relacionan e influyen en la produccioí n (Garcíía, 2000).
La agroecologíía permite ver la relacioí n holíística, sisteí mica y entroí pica, que define, clasifica y
estudia los sistemas agríícolas desde una perspectiva eí tnica, agroecoloí gica, sociocultural. Su
objetivo es proporcionar una base ecoloí gica racional para el manejo del agroecosistema, a
traveí s de tecnologíías de produccioí n estables y de alta adaptabilidad ambiental y social, con
teí cnicas naturales (Sevilla, 1995).
La agroecologíía se define como aquel enfoque teoí rico y metodoloí gico que, utilizando varias
disciplinas cientííficas, pretende estudiar la actividad agraria desde una perspectiva ecoloí gica
(Altieri, 1999).
A finales de los anñ os setenta, surge la agroecologíía como respuesta a las primeras
manifestaciones de la crisis ecoloí gica en el agro. El caraí cter positivista, parcelario y excluyente
del conocimiento cientíífico moderno marginoí las formas en que tales experiencias se habíían
formulado y codificado para su conservacioí n. Por tanto, el conocimiento pasado de la
humanidad e incluso, en los pueblos marginados por la civilizacioí n industrial, podíían
encontrarse muchas experiencias uí tiles para hacer frente a los retos del presente, constituyoí
una de las bases profundas de la ciencia establecida, de un enfoque maí s integral de los
procesos agrarios agroecoloí gicos.
La agroecologíía tiene sus bases en las ciencias agríícolas, ecologíía tropical, en el movimiento
ambiental, en el anaí lisis de agroecosistemas tradicionales, en estudios sobre el desarrollo
rural, en la sociologíía y antropologíía y han influido en su concepcioí n y desarrollo, la
sociologíía, etnologíía, los estudios campesinos, el ambientalismo, la economíía ecoloí gica y
ecologíía políítica (Garcíía, 2000; Guzmaí n, et al., 2002; Altieri, 1993). Estas disciplinas
descubren la racionalidad del sistema tradicional, la importancia que tiene la organizacioí n
social y sus relaciones de produccioí n en el proceso productivo, que se consideran con similar
importancia, como el ambiente y los cultivos (Conklin, 1979) y las causas del fracaso de los
sistemas de transferencia de tecnologíías, la cual fue atribuida a la ignorancia, indolencia o
falta de recursos tradicionales y no a lo inadecuado de las tecnologíías transferidas. Todos
estos estudios generan una gran riqueza de meí todos agríícolas desarrollados por pueblos
indíígenas y comunidades campesinas, que proporcionan las bases a la agroecologíía para el
desarrollo de hipoí tesis y sistemas de produccioí n alternativos (Altieri, 1992).
El porqueí esta herencia tiene poca importancia en la ciencia agronoí mica moderna, refleja
prejuicios e intereses perversos, que algunos investigadores tratan de superar.
La agroecologíía clasifica y estudia los sistemas agríícolas desde una perspectiva agronoí mica,
ecoloí gica y socioeconoí mica (Altieri, et al., 2000; Rosset, 1999); es la base cientíífica de la
agricultura sustentable, pues brinda conceptos y principios ecoloí gicos para analizar, disenñ ar,
administrar y conservar recursos de sistemas agríícolas.
Como ciencia, la agroecologíía no es neutral, ella surge y evoluciona con el propoí sito de buscar
soluciones teí cnico-sociales al desarrollo de los sectores pobres y marginados en los paííses
pobres e inclusive en los ricos, pero sus principios son aplicables a cualquier tipo de
explotacioí n agraria, sobre todo aquellas que sufren degradacioí n por el uso de tecnologíías
agroindustriales, que contaminan el ambiente y los alimentos.
Asíí, la agroecologíía se convierte en una disciplina críítica, subversiva contra el statu quo y
promueve un compromiso con el ambiente natural y la sociedad en general.
La agroecologíía integra saberes tradicionales con el conocimiento teí cnico moderno para
obtener meí todos de produccioí n que respeten el ambiente y la sociedad, de modo de alcanzar
no soí lo metas productivas, sino tambieí n la igualdad social y la sustentabilidad ecoloí gica del
agroecosistema.
La agroecologíía reivindica la necesaria unidad de las distintas ciencias naturales entre síí y con
las ciencias sociales para comprender las interacciones existentes entre procesos
agronoí micos, econoí micos y sociales; reivindica la vinculacioí n esencial que existe entre el
suelo, la planta, el animal y el ser humano.
Equidad: medida de cuaí n equitativa es la distribucioí n de los productos y ganancias que genera
el agroecosistema. La manera de distribuir la productividad de un sistema entre sus
beneficiarios humanos, es eliminar la pobreza, la miseria.
Autonomíía: es la capacidad interna para suministrar los flujos necesarios para la produccioí n,
tiene que ver con el grado de integracioí n de los componentes de los agroecosistemas al
ambiente externo, estas propiedades son interdependientes, pero a la vez existen
incompatibilidades entre ellas.
No se trata de rechazar lo externo (capital, tecnologíía); sino, que la base es lo endoí geno, que
adapta lo externo mediante su loí gica agroecoloí gica de funcionamiento. O sea, lo externo pasa
a incorporarse a lo endoí geno, cuando tal asimilacioí n respeta la identidad local y la
autodefinicioí n de calidad de vida. Solo cuando lo externo no agrede a las identidades locales,
se produce tal forma de asimilacioí n. De ahíí, que la agroecologíía enfatiza en lo interno, para
potenciar el uso oí ptimo del ecosistema y mejorar el nivel de vida en las aí reas rurales,
garantizando la biodiversidad, la conservacioí n, empleando para ello tecnologíías respetuosas
con el medio, con la participacioí n local y colectiva.
La agroecologíía ha surgido como un enfoque nuevo al desarrollo agríícola, maí s sensible a las
complejidades de las agriculturas locales, que se propone ampliar los objetivos agríícolas para
abarcar propiedades de la sustentabilidad, como la seguridad alimentaria, estabilidad
bioloí gica, la conservacioí n de los recursos y la equidad. A diferencia de la agronomíía
convencional, la agroecologíía ve el proceso agríícola como un sistema integrado, su finalidad
no es solo incrementar la productividad de uno de los componentes; sino de optimizar el
sistema como un todo y mantener la sustentabilidad ecoloí gica, econoí mica y socio-cultural en
el tiempo y espacio: (Altieri, et al., 2000).
Econoí mica: uso eficiente de bienes, servicios (produccioí n) y distribucioí n equitativa, sin danñ ar
la renovacioí n, reproduccioí n y distribucioí n del agroecosistema; respetando la capacidad de
carga del líímite biofíísico (rendimiento sustentable), dependencia del agroecosistema local
(uso de recursos) y consumo (generacioí n de desechos), viabilidad econoí mica y equidad.
Los modos de apropiacioí n del agroecosistema, producto de la interaccioí n histoí rica entre un
determinado grupo social y su entorno ambiental, en el tiempo y espacio, suponen la
generacioí n de una identidad cultural que incorpora en el anaí lisis, la diversidad de los distintos
agroecosistemas.
Asíí hoy díía, situados como dos modos radicalmente diferentes de concebir, manejar y utilizar
la naturaleza, el modo agrario tradicional y el modo agroindustrial conforman dos
racionalidades productivas y ecoloí gicas distintas de manejo y apropiacioí n y produccioí n del
ecosistema, en el mundo contemporaí neo. Se trata de dos modos no solo con diferentes rasgos,
sino con distintos oríígenes histoí ricos: el modo agrario tradicional encuentra sus raííces en los
oríígenes mismos de la especie humana y en el proceso de coevolucioí n que tuvo lugar entre la
sociedad humana y la naturaleza y el agroindustrial, que es una propuesta urbano-industrial,
disenñ ada para generar alimentos, materias primas y energíías requeridas para los enclaves no
rurales del planeta.
Las evaluaciones cualitativas muestran que los esquemas agroecoloí gicos, son de gran
beneficio para las poblaciones locales, dado que la calidad de la produccioí n de alimento ha
aumentado, el agroecosistema ha mejorado, regenerado y se emplean con maí s eficiencia. Todo
en medio de obstaí culos estructurales (polííticas de acceso al agroecosistema: tierra, agua),
institucionales (capital, creí dito, asistencia teí cnica, uso de agroquíímicos) que se manifiestan en
contra de la produccioí n tradicional y los factores de mercado, que favorecen al sector agríícola
empresarial, que limita las oportunidades para que la estrategia agroecoloí gica sea adoptada.
Los desafííos actuales de la agricultura han evolucionado de lo teí cnico a los maí s econoí micos y
ambientales. Donde la lucha contra el hambre, se integra el manejo ecoloí gico del
agroecosistema y la transformacioí n de la comunidad, en ser protagonistas de su propio
desarrollo.
El desarrollo agroecoloí gico indica que las tecnologíías propuestas son productivas y
sustentadoras ecoloí gica, socio-econoí micamente apropiadas y culturalmente compatibles.
Tiene una alta productividad energeí tica, de capital, mano de obra invertida en el proceso de
produccioí n y es por eso que es maí s sustentable. En ambientes marginales (laderas, montanñ as)
la productividad del sistema agroecoloí gico, en contraste con la moderna tecnologíía agríícola,
mejora maí s la base de recursos, ademaí s del bienestar nutricional y econoí mico de las
comunidades locales, rurales.
Ello demuestra que las teí cnicas agroecoloí gicas son maí s apropiadas y se adaptan mejor que las
agroindustriales, allaí donde el agroecosistema y recursos socioeconoí micos son marginales.
Pues, entre maí s pobre sea el agricultor, maí s importante son los meí todos de bajos insumos,
dado que estos agricultores tienen pocas opciones, excepto el uso de sus propios recursos.
Esta brecha no existiríía si los meí todos de bajos insumos fueran subsidiados por el Estado,
como sucede con la tecnologíía de altos insumos.
La agroecologíía valora los bienes que poseen los pequenñ os productores, como el conocimiento
local y el bajo costo que tiene la mano de obra, reduce las desigualdades y mejora la
sustentabilidad ecoloí gica, sobresaliendo:
Reproduccioí n de la familia y regeneracioí n de la base de los recursos agríícolas, proporcionan
una comprensioí n de predios pequenñ os. Esta metodologíía permite el desarrollo de tecnologíías,
hechas a las necesidades de las comunidades rurales.
Tecnologíía agríícola regenerativa de bajos insumos, socialmente activada que requieren de un
alto nivel de participacioí n popular.
Nuevo enfoque al desarrollo agríícola, maí s sensible y praí ctico a las agriculturas locales,
culturalmente maí s compatibles, basado en el conocimiento tradicional combinado con ciencia
moderna.
Teí cnicas ecoloí gicamente sanas, porque no degradan el ecosistema rural, identificacioí n de
elementos de manejo racional, que elevan la produccioí n.
Econoí micamente viable por minimizar los costos de produccioí n, al aumentar la eficiencia de
usos de los recursos localmente disponibles.
Mejora en la produccioí n de alimentos baí sicos.
Rescata el conocimiento y tecnologíía local, con educacioí n de sistemas alternativos.
Manejo eficiente de recursos locales y autoí ctonos.
Aumenta la diversidad y variedad de animales y cultivos, minimizando sus riesgos.
Mejora la base agroecosisteí mica: conservacioí n del agua y suelo, control de erosioí n,
reforestacioí n.
Disminuye el uso de insumos externos, reduce la dependencia y mantiene los rendimientos
con tecnologíía agríícola apropiada rural.
Evita el abuso del agroecosistema, con conciencia ecoloí gica regional.
Estimula la soberaníía autoalimentaria.
El desarrollo rural agroecoloí gico se basa en el descubrimiento, sistematizacioí n, anaí lisis y
potenciacioí n de resistencias locales al proceso de modernizacioí n agroindustrial, para disenñ ar,
en forma participativa, esquemas de desarrollo, desde la propia identidad local del
agroecosistema concreto. El disenñ o de un modelo agrario alternativo de naturaleza ecoloí gica
constituye el elemento, donde se pretende generar esquemas de desarrollo sustentable,
utilizando como elemento central el conocimiento regional histoí rico, que este ha generado en
los agroecosistemas, produciendo arreglos y soluciones tecnoloí gicas especííficas, desde lo
endoí geno.