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Biodiversidad y el cambio antrópico del clima:

ejes temáticos que orientan la generación


de conocimiento para la gestión frente al
fenómeno*
Biodiversity and Anthropic Climate Change: Main
Themes to Guide the Production of Knowledge for the
Handling of the Phenomenon

La biodiversité et le changement anthropique


climatique: les axes thématiques qui dirigent la
génération de la connaissance pour la gestion face au
phénomène
Lorena Franco Vidal**, Diana Carolina Useche***, Sandra Hernández****
Recibido: 2012-08-10 // Aceptado: 2012-08-20 // Evaluado: 2012-10-25 // Publicado: 2013-06-30
Cómo citar este artículo: Franco Vidal, L., Useche, D. C., y Hernández, S. (2013). Biodiversidad y el
cambio antrópico del clima: ejes temáticos que orientan la generación de conocimiento para la gestión
frente al fenómeno. Ambiente y Desarrollo, 17(32), 79-96.
Código SICI: 0121-7607(201301)17:32<79:BCACGC>2.0.TX;2-C
Resumen

El cambio climático puede resultar en transformación y pérdida de la biodiversidad,


afectación de servicios ecosistémicos y de las comunidades humanas que dependen
de ellos para su bienestar y la respuesta al fenómeno. Con el fin de orientar la
gestión de la biodiversidad frente al cambio climático se deben conocer múltiples
aspectos, más allá de los biológicos y fisiológicos. En este trabajo se plantean cuatro
ejes temáticos para generar conocimiento, de manera amplia e integral, para
apoyar la gestión de la biodiversidad ante el fenómeno climático. Estos ejes son: i)
Dinámica ecológica y cambio climático; ii) Biodiversidad y servicios ecosistémicos;
iii) Biodiversidad y el sistema climático y, iv) Biodiversidad y las respuestas de la
sociedad frente al cambio climático.
Palabras clave: biodiversidad, cambio climático, servicios ecosistémicos, resiliencia.
Palabras clave descriptores: diversidad biológica, cambio climático, resiliencia,
ecología-aspectos sociales.

* Este artículo es de revisión o síntesis de investigación, en donde se analizan e integran los resultados de investigaciones
publicadas o no publicadas, relacionadas con la biodiversidad y el cambio antrópico del clima, con el fin de identificar
temas relevantes de investigación para orientar la gestión de la biodiversidad frente al fenómeno climático.
** Microbióloga y MSc en Ciencias Biológicas. Investigadora de la Fundación Humedales y estudiante del doctorado
en Geografía de la Universidad Nacional de Colombia, sede Bogotá. Email: lfranco@fundacionhumedales.org
*** Ecóloga y MSc en Manejo y conservación de bosques tropicales y biodiversidad. Fue investigadora del Instituto de
Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt. Email: dcuseche@gmail.com
**** Bióloga Marina y MSc en Ciencias del Mar con énfasis en Pesquerías. Investigadora de la Fundación Humedales.
Email: shernandez@fundacionhumedales.org
80 // Lorena Franco Vidal • Diana Carolina Useche • Sandra Hernández

Abstract

Climate change can result in the transformation and loss of biodiversity, the
affectation of ecosystemic services and of human communities depending on them
for their wellbeing and their ability to react to the phenomenon. In order to guide
the handling of biodiversity in the face of climate change, multiple aspects, apart
from the biologic and physiologic ones, must be considered. This paper presents
four main themes along which knowledge can be produced in a broad an integral
way, in order to support the right handling of biodiversity considering the climatic
phenomenon. These are: i) Ecologic dynamic and climate change; ii) Biodiversity
and ecosystemic services; iii) Biodiversity and climate system, and iv) Biodiversity and
society’s answers to climate change.
Key words: biodiversity, climate change, ecosystemic services, resilience.
Key words plus: biological diversity, climate change, resilence, ecology-social aspects.

Résumé

Le changement climatique peut donner comme résultat la transformation et la perte


de la biodiversité, l’affectation des services éco-systémiques et les communautés
humaines qui dépendent d’eux pour son bien-être et la réponse au phénomène.
À fin de diriger la gestion de la biodiversité face au changement climatique, il faut
connaître des différents aspects au-delà des ceux biologiques et physiologiques. En
cette étude, quatre axes thématiques s’exposent pour créer des connaissances,
d’une manière approfondi et intégrale, pour supporter la gestion de la biodiversité
face au phénomène climatique. Ces axes sont: i) Dynamique environnementale et
changement climatique: ii) Biodiversité et les services éco-systémiques; iii) Biodiversité
et le système climatique; et, iv) Biodiversité et les réponses de la société face au
changement climatique.
Mots-clés: biodiversité, changement climatique, services éco-systémiques, résilience.
Mots-clés descripteur: biodiversité, changement climatique, résilience, écologie
sociale.

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Biodiversidad y el cambio antrópico del clima: ejes temáticos que orientan la generación de conocimiento para la
gestión frente al fenómeno
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Introducción

En los últimos 100 años el sistema climático de la Tierra pasó de estar dominado por procesos naturales
internos a estar influenciado de manera significativa por las actividades humanas (Brönnimann et al.,
2008). Esta influencia ha originado el cambio climático, un fenómeno que se manifiesta con cambios
en la variabilidad de las propiedades del clima y se atribuye directa o indirectamente a las actividades
humanas por la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático. El trastorno
climático es uno de los motores del cambio global ambiental que puede afectar a la biodiversidad
causando transformación de los sistemas naturales y extinción de especies (Kapelle et ál., 1999; Turner
et ál., 2010). Entre las causas del cambio antrópico del clima se encuentran los cambios en el uso de la
tierra y en la concentración de gases con efecto invernadero (gei) en la atmósfera, como resultado de
las actividades humanas. Por esta razón, en 2007 el Panel Intergubernamental de Cambio Climático
(ipcc) concluyó que es muy probable que la influencia humana haya contribuido al calentamiento del
planeta durante los últimos 50 años (ipcc, 2007). Los GEI ocurren de manera natural en la atmósfera
como resultado de los procesos de los organismos vivos, las emisiones geogénicas o los fuegos naturales
de los bosques, entre otros factores (Brönnimann et ál., 2008). Los gei como el gas carbónico (CO2) y el
metano (CH4) tienen funciones críticas para el clima del planeta porque absorben la radiación infrarroja
y atrapan el calor ayudando a mantener las condiciones que requieren los sistemas terrestres para su
desarrollo y mantenimiento (Doney y Schimel, 2007).
Sin embargo, desde la revolución industrial las emisiones antrópicas de gases con efecto invernadero
han alterado la atmósfera en la escala global (Doney y Schimel, 2007). En este período el CO2 pasó
de ~280 partes por millón por volumen a ~380 en 2007, mientras que el CH4 aumentó de 650 partes
por billón por volumen a 1800 (Doney y Schimel, 2007). Otros gases también resultantes de las
actividades humanas son el óxido nitroso, monóxido de carbono y dióxido de sulfuro. Estos también
alteran el clima al interferir en el balance de radiación de la atmósfera (Brönnimann et al., 2008). El
entendimiento de la dinámica de los gei permitió establecer que hacia el año 2100 la temperatura
global podría incrementarse en el rango de 1,4 - 5,8 ⁰C (ipcc, 2007). Otros efectos, que también
pueden ser atribuidos al cambio climático, incluyen alteración en la probabilidad de eventos extremos
hidrometereológicos (ipcc, 2012), cambios en el ciclo del agua y la circulación oceánica. Además, el
efecto de la perturbación de los niveles de gei se amplifica por afectación de otros componentes del
sistema climático como el hielo marino y terrestre, el albedo de la vegetación y las nubes y el vapor de
agua (Doney y Schimel, 2007).
Dado que, en escalas geológicas e históricas de tiempo, el clima más cálido de la Tierra ha estado
asociado con los niveles más altos de gas carbónico, y ha habido variaciones muy importantes del ciclo
del carbono en estrecha relación con los cambios del clima (Doney y Schimel, 2007), es de esperarse que
el aumento artificial de los gei acentúe el trastorno climático. Esto permite concluir que las interacciones
entre el carbono y el clima tienen el potencial para estabilizar o desestabilizar los sistemas de la Tierra
(Doney y Schimel, 2007). Tal es el caso de la biodiversidad cuya dinámica está ligada de manera estrecha
con el clima, y por lo tanto, se ve afectada por el cambio climático.
La biodiversidad es la variedad de organismos vivos y los complejos ecológicos de los cuales ellos son
parte. Incluye componentes estructurales, funcionales y genéticos, que se derivan de los diferentes niveles
de organización biológica, desde organismos individuales hasta especies, poblaciones, comunidades y
ecosistemas (Harrington et ál., 2010). Esta definición refleja que para la gestión de la biodiversidad
frente al cambio climático, es necesario considerar no solo el nivel de especies o ecosistemas, sino
también las interacciones entre ellas y las funciones que las sustentan.
De manera directa, el cambio climático modifica las condiciones de contexto de las especies,
comunidades y ecosistemas, desencadenado afectación en los patrones y dinámica de la biodiversidad
con el riesgo de extinción. La afectación se extiende a los servicios ecosistémicos y a las comunidades
humanas que dependen de ellos para su bienestar y su capacidad de adaptación. Indirectamente, los
efectos resultan de las respuestas de la gente frente a la alteración del clima (Turner et ál., 2010).

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Por lo tanto, para orientar la gestión de la biodiversidad frente al fenómeno se deben conocer
múltiples aspectos, más allá de los biológicos y fisiológicos. En este trabajo se plantean cuatro ejes
temáticos que orientan la generación de conocimiento, de manera amplia, para la gestión de la
biodiversidad ante el cambio climático: i) Dinámica ecológica y cambio climático; ii) Biodiversidad y
servicios ecosistémicos; iii) Biodiversidad y el sistema climático y iv) Biodiversidad y las respuestas de la
sociedad frente al cambio climático.

La importancia de entender la interacción entre cambio climático y


biodiversidad

El estudio de la relación entre biodiversidad y cambio climático podría enfocarse únicamente desde
la perspectiva biológica con el fin de entender los efectos del fenómeno sobre las especies, los ecosistemas
y su dinámica. Esto daría información sobre los posibles impactos y respuestas de la biodiversidad y
contribuiría a generar conocimiento importante para su manejo.
La perspectiva biológica, aunque esencial, es insuficiente para la gestión integral de los territorios
dirigida a disminuir la pérdida de biodiversidad por el fenómeno climático. En países como Colombia
donde el bienestar de buena parte de la población humana está ligado directamente con los servicios
ecosistémicos de la biodiversidad (mads, 2012), las preocupaciones por el impacto del fenómeno van
más allá de las relacionadas con la importancia biológica de especies y ecosistemas. Por esta razón, se
requiere una perspectiva más amplia e integral.
Un enfoque integral demanda conocer aspectos como: la posible respuesta de las especies y
ecosistemas ante el trastorno; comprender el papel de los servicios ecosistémicos en la adaptación de la
sociedad; entender la función e importancia de la biodiversidad en el sistema climático y la regulación
del clima, y, conocer los efectos sobre los sistemas naturales de las respuestas de la sociedad al fenómeno.
Estos aspectos, en conjunto, revelan vínculos entre la biodiversidad y el cambio climático que son
esenciales en la gestión. Así lo reconocen diferentes iniciativas a nivel mundial y nacional. Este es el
caso del enfoque que el ipcc plantea para la elaboración de su Quinto Informe —actualmente en
desarrollo— y previsto para publicación entre 2013 y 2014.
En el documento que guía la elaboración del Quinto informe (ipcc, 2011) se establece que los
límites y sostenibilidad de la adaptación al cambio climático son dependientes del contexto económico,
social y ambiental en el que se debe enfrentar el fenómeno. El Grupo de Trabajo II del ipcc (que evalúa
la vulnerabilidad de los sistemas naturales y humanos frente al fenómeno) hace referencia a las amenazas
a la biodiversidad, los servicios ecosistémicos y el bienestar humano y las situaciones que se requieren
enfrentar en el camino de la adaptación y la mitigación del cambio climático (sensu ipcc, 2007).
La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza promueve desde 2009 el enfoque de
Adaptación basada en Ecosistemas, AbE, (Andrade et ál., 2011). Este enfoque plantea que las respuestas
de la sociedad al fenómeno climático tienen el potencial de beneficiarse haciendo uso de la biodiversidad
y sus servicios ecosistémicos. La AbE propone la integración de la conservación, el uso sostenible y la
restauración de la biodiversidad mientras se permite a las personas adaptarse a los impactos negativos
del cambio climático. Esto requiere entender las interacciones que hay entre biodiversidad, servicios
ecosistémicos y el fenómeno.
En Colombia, la Política Nacional de Gestión Integral para la Conservación de la Biodiversidad y
sus Servicios Ecosistémicos (pngibse) (mads, 2012) es la respuesta de gestión a los retos que imponen
los cambios ambientales, originados por fenómenos locales y globales como el cambio climático, a la
biodiversidad. Su objetivo es “[…] promover la gestión integral para la conservación de la biodiversidad
y sus servicios ecosistémicos, de manera que se mantenga y mejore la resiliencia de los sistemas
socioecológicos, a escalas nacional, regional y local, considerando escenarios de cambio y a través
de la acción conjunta, coordinada y concertada del Estado, el sector productivo y la sociedad civil”
(mads, 2012). Esto es, mantener la capacidad de los sistemas ecológicos y sociales para absorber las
perturbaciones de los impactos del cambio ambiental y mantener sus funciones, estructura y el patrón
de interacciones característico (Walker y Salt, 2012).

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Los objetivos y los esfuerzos de las mencionadas iniciativas requieren que la dinámica conjunta,
biofísica y social, frente al fenómeno climático sea entendida para tomar mejores decisiones sobre la
biodiversidad en los escenarios de incertidumbre que plantea este fenómeno global.

El vínculo entre biodiversidad y cambio climático

Los cuatro ejes temáticos propuestos aquí para orientar la generación de conocimiento sobre
biodiversidad frente al cambio climático son: i) Dinámica ecológica y cambio climático; ii) Biodiversidad
y servicios ecosistémicos; iii) Biodiversidad y el sistema climático y, iv) Biodiversidad y las respuestas
de la sociedad frente al cambio climático. Es posible que para tomar una decisión en un territorio
particular se requiera información de los cuatro ejes, integrando e interpretando de manera articulada
el conocimiento generado para proponer estrategias que realmente sean exitosas frente al fenómeno.

Dinámica ecológica y cambio climático


El cambio del clima ha sido un factor de perturbación natural esencial en la configuración de
los ecosistemas. La biodiversidad está continuamente transformándose por el clima cambiante y da
como resultados los diferentes arreglos de las asociaciones biológicas (Hannah et ál., 2005). Esto está
documentado en Colombia con investigaciones en paleoclima y paleobotánica, excepcionales a escala
nacional y mundial (ver por ejemplo, Berrío et ál., 2000; Cavelier et ál., 1998; Hooghiemstra, 1999,
2000; Marchant et ál., 2001; Van der Hammen, 1957, 1960, 1974). Sin embargo, el cambio actual
del clima con el calentamiento de los últimos 50 años es inusual al menos en los últimos 1300 años
(ipcc, 2007), está dominado por la influencia humana (Brönnimann et ál., 2008) y se da en escenarios
de destrucción y degradación directa de los ecosistemas de la Tierra y presiones sobre las especies
por invasiones biológicas (Hoffmann y Sgrò, 2011). Esto conlleva a que los ajustes requeridos por
la biodiversidad para responder al trastorno climático estén por fuera de la capacidad para muchas
especies (Noss, 2000; Hoffmann y Sgrò, 2011) y excedan la posibilidad de mantenimiento de procesos
y atributos propios para muchos ecosistemas. Por lo tanto, el manejo de un territorio para disminuir la
transformación y pérdida de biodiversidad por el cambio climático, debe enfocarse en el mantenimiento
de las condiciones de contexto, en las cuales las especies tengan mayores oportunidades de responder
y los ecosistemas conserven tasas de procesos característicos y los que son críticos para mantener su
integridad ecológica frente a la variación del clima.
En el ámbito de las especies, las respuestas a los cambios ambientales están en función de la
plasticidad fenotípica y se relacionan con modificaciones fisiológicas, morfológicas, del comportamiento,
del desarrollo, fenológicas y cambios en los rangos de distribución (Steffen et ál., 2009). Las posibles
respuestas al fenómeno también dependen de las adaptaciones evolutivas que para algunas especies
pueden ser el único camino para persistir, si no pueden responder vía plasticidad fenotípica (Hoffmann
y Sgrò, 2011). Las respuestas, sin embargo, están condicionadas por factores que favorecen esta
dinámica. Por ejemplo, el desplazamiento de los individuos de una especie, buscando los óptimos
climáticos, depende en parte de atributos funcionales que permiten el movimiento en los gradientes
climáticos. Sin embargo, esta dinámica será posible solo si la conectividad en el paisaje es adecuada para
sustentar el desplazamiento.
Es la relación entre atributos funcionales y el contexto ecosistémico lo que determinaría, en parte,
el éxito de las respuestas, aunque, en todo caso, hay una alta incertidumbre en el éxito de dichas
respuestas, porque el actual cambio del clima se da a una velocidad y magnitud diferentes de los cambios
climáticos. Esto impone tasas de ajuste de las especies que exceden la capacidad de las mismas para
responder (Hewitt y Nichols, 2005). Por otra parte, el cambio climático adiciona sus efectos a otras
amenazas de pérdida de biodiversidad por causas antrópicas (Hannah et ál., 2005). Por lo tanto, las
respuestas de los sistemas naturales al fenómeno climático están afectadas por factores intrínsecos y
extrínsecos y estos deben incorporarse en el estudio de la relación cambio climático y biodiversidad
(además de los cambios en las variables climáticas), ya que en muchos paisajes la respuesta al fenómeno
dependerá de dicha interacción (Hannah et ál., 2005).

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Factores intrínsecos
Son características de la biodiversidad propias de su naturaleza y carácter ecológico. Determinan, en
parte, las respuestas frente al fenómeno climático y una mayor o menor susceptibilidad o sensibilidad
(sensu ipcc, 2012) a la alteración en las variables del clima. Factores a considerar, en el nivel de especies,
son por ejemplo, la dependencia de detonantes ambientales o interacciones para completar el ciclo de
vida, el grado de tolerancia a condiciones ambientales o el requerimiento de hábitat (Foden et ál., 2008).
Especies con requerimientos generalizados pueden tener mayores oportunidades de respuesta,
mientras que las de requerimientos muy específicos tienen mayor sensibilidad, en especial, si su hábitat
o componente del mismo tiene a la vez una alta susceptibilidad a los cambios del clima. Forero-Medina
et ál. (2010) analizaron los rangos de distribución altitudinal de 46 especies de anfibios en la Sierra
Nevada de Santa Marta (Colombia) para establecer la disponibilidad de hábitat en escenarios del
clima cambiante. Los investigadores concluyeron que especies con rangos altitudinales restringidos son
especialmente sensibles a los efectos combinados de la alteración del clima y factores como bajos números
poblacionales y el aumento de otras especies que las pueden afectar. Por lo tanto, las poblaciones de
anfibios de la Sierra Nevada de Santa Marta pueden disminuir bajo la influencia del fenómeno climático
a una tasa mayor de lo esperado (Forero-Medina et ál., 2010).
En el nivel de los ecosistemas los factores intrínsecos tienen que ver con los procesos característicos
y con los atributos biofísicos. Por ejemplo, las perturbaciones naturales de los ecosistemas acuáticos,
en diferente periodicidad, son indispensables para mantener la conectividad hidrológica. Estas
perturbaciones a su vez son esenciales en los procesos de muchas especies, como la búsqueda de
alimento, la reproducción o el desarrollo. Un ejemplo se manifiesta en los humedales sometidos a
fluctuaciones estacionales del agua (o hidroperíodos en su Brauman et ál., 2007) determinadas por
el régimen hidrológico. Los cambios en el hidroperíodo en ríos, lagos, reservorios y humedales en
general, son parte del régimen hidrológico natural y están en estrecha relación con el clima (Strhaler y
Strhaler, 2005). Esta dinámica influye sobre especies acuáticas como Prochilodusmagdalenae (bocachico)
y Pseudoplastistomamagdaleniatum (bagre rayado) en la cuenca magdalénica en Colombia. Para estas
especies, la existencia de pulsos de inundación asociados con la variabilidad climática es esencial en
el ciclo de vida. El caudal de los ríos es indispensable para la deriva de los huevos y su maduración
hasta el estadio larval. Las larvas, a través de caños y ríos, son impulsadas por los pulsos de inundación
a las ciénagas adyacentes donde continúan su desarrollo hasta preadultos y adultos que se desplazan
nuevamente al río para el apareamiento y el desove (Valderrama et ál., 2010). El hidroperíodo puede
sufrir alteración drástica por el efecto combinado del cambio climático y las transformaciones en las
cuencas hidrográficas, como la pérdida de la interfaz agua-tierra en los cauces de ríos y humedales,
atributo esencial que hace posible los eventos de inundación.
Otro ejemplo está en la laguna de Menegua en el río Metica, Orinoquía colombiana, donde Galvis
et al. (1989) establecieron que la productividad pesquera dependía en forma directa de las fluctuaciones
del nivel del río y sus caudales. Estos procesos están condicionados por el régimen hidrológico de
la cuenca, el cual está acoplado funcionalmente con los ecosistemas terrestres circundantes y con los
periodos de mayores y menores precipitaciones (Galvis et ál., 1989) ligados con la variabilidad climática.
En Colombia, Poveda (2004) muestra que los caudales de las principales cuencas hidrográficas
tienen tendencias decrecientes de 4 m3/s/año y desplazamiento intra-anual de las temporadas de
lluvias. Este fenómeno, en combinación con los efectos de otras alteraciones en las cuencas, como la
pérdida de conectividad hidrológica o la deforestación con eliminación de especies nativas con atributos
funcionales (sensu Casanoves et ál., 2011) que influyen en la cantidad de agua de escorrentía, alteran la
periodicidad y la magnitud de los pulsos de inundaciones.
También en los ecosistemas acuáticos hay factores intrínsecos como la profundidad, que determinan
respuestas diferentes ante el aumento de la temperatura atmosférica que incide en la temperatura del
agua. Al elevarse esta induce cambios en la solubilidad y disminuye el oxígeno. El agua oxigenada
previene que el fósforo de los sedimentos se haga disponible o cicle a la columna de agua y ayude así
a controlar la eutrofización (Carpenter y Cottingham, 2002). En aguas con baja concentración de
oxígeno se libera fósforo atrapado en el sedimento. Esto puede estimular la eutrofización del agua

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porque el fósforo queda disponible para el fitoplancton (Walker y Salt, 2006). En cuencas ganaderas y
agrícolas estos efectos exacerban los síntomas de la eutrofización cultural (Reed-Andersen et ál., 2000) y
el ecosistema y la biota sufren cambios indirectamente relacionados con el cambio climático.
Los ecosistemas que dependen directamente de fenómenos atmosféricos para el mantenimiento de
regímenes hidrológicos, son muy susceptibles frente al cambio del clima. La susceptibilidad aumenta
con la altura (Forero-Medina et ál., 2011) porque, por ejemplo, la ubicación de los cinturones de
condensación, que puede variar con el trastorno climático, determina la frecuencia de nieblas que
condicionan la existencia de epifitas (Cavelier y Golstein, 1989) importantes en el balance hídrico en
muchas cuencas (las andinas, por ejemplo) y las funciones y los servicios ecosistémicos que de ellas se
derivan (Bubb et ál., 2004; Tobón, 2009).
Factores extrínsecos
Los factores extrínsecos, o añadidos, incluyen aspectos referentes al estado de los ecosistemas en
relación con las acciones humanas. La fragmentación, el cambio en el uso del suelo y en la cobertura,
la modificación de la red hídrica y la alteración de ciclos biogeoquímicos, interactúan con el fenómeno
climático y perturban los ecosistemas de manera compleja y en diferentes escalas espaciales (García,
2006). Se ha demostrado que en los fragmentos de bosque lluvioso tropical rodeados por tierras
agrícolas hay cambios del microclima, en comparación con bosques continuos (y en matrices de
mayor naturalidad) en las mismas regiones, con alteración de los flujos de radiación, el viento y el agua
(Saunders et ál., 1991). Actividades que produzcan suelos desnudos, colmatación, tipos de vegetación
rala que no amortice los cambios de temperatura y precipitación, pueden inducir alteraciones locales del
clima y del ciclo del agua. Estas coberturas también facilitan incendios, invasiones biológicas y plagas,
contaminación del suelo y el agua por agroquímicos y sobrecarga de materia orgánica, entre otros. La
deforestación y la degradación del suelo son dos efectos típicos de las intervenciones humanas en las
cuencas ganaderas que acentúan los efectos del cambio climático (Murgueitio, 2002). La adecuada
cobertura de vegetación nativa contribuye a disminuir los aportes de sedimentos y contaminantes a los
ecosistemas acuáticos cuando, por el fenómeno climático, aumenta la fuerza y frecuencia de aguaceros
torrenciales; pero, si no hay vegetación terrestre y acuática y el suelo está degradado, los aportes se
incrementan bajo estas condiciones.
La interacción de factores intrínsecos y extrínsecos acentúa los efectos del cambio antrópico del clima sobre
la biodiversidad
El patrón de interacciones que se configura por el efecto combinado del cambio climático, los
factores intrínsecos de especies y ecosistemas, y los factores extrínsecos que resultan del uso de un
territorio, y que lo degradan, pueden acentuar y perpetuar los efectos de la alteración climática. Un
ejemplo de estas interacciones se da en los ecosistemas secos que de manera natural tienen bajo índice
de aridez (<0,65), resultante de las altas temperaturas del aire, baja humedad, radiación solar elevada
y altas tasas naturales de erosión (Stafford et ál., 2009). La sinergia del cambio climático con factores
extrínsecos puede provocar cambios irreversibles en características clave de estos ecosistemas. En ellos,
los suelos tienden a ser poco profundos y con baja capacidad de almacenamiento de agua, una variable
considerada estructurante y crítica frente al cambio climático (Stafford et ál., 2009). También son muy
erosionables debido a la baja agregación y poca concentración de materia orgánica. Cuando el arado y
pastoreo reducen la cobertura vegetal hasta un nivel crítico, la pérdida de suelos, por vientos y la lluvia,
puede reducir más su profundidad afectando a la vez, más, la capacidad de almacenamiento de agua
(Stafford et ál., 2009). En escenarios de cambio climático estas interacciones se acentúan y el detonante
puede ser el aumento de la torrencialidad concentrada en períodos cortos de tiempo.
Las interacciones complejas que resultan de los efectos del cambio climático y los factores intrínsecos
y añadidos de vulnerabilidad sobre los sistemas naturales y humanos, deben conocerse y entenderse
para saber cómo manejar y mantener contextos ecológicos que faciliten y sustenten la respuesta de
la biodiversidad frente al fenómeno. La creación de una línea base sobre la relación del clima, la
biodiversidad y el trastorno climático es de especial relevancia para el monitoreo de los cambios que
causan o acentúan la vulnerabilidad al fenómeno.

Ambiente y Desarrollo, Bogotá (Colombia) Vol. XVII (32) 79-96, Enero-Junio 2013, ISSN: 0121-7607
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Biodiversidad y servicios ecosistémicos


De acuerdo con la Evaluación de los Ecosistemas del Milenio (mea, 2005 por sus siglas en inglés)
los servicios ecosistémicos son los beneficios que obtiene la gente de los sistemas naturales (mea, 2005).
Esta definición muestra el vínculo entre sociedad y naturaleza. Una definición más operativa, y con
el potencial para guiar la generación de conocimiento sobre servicios ecosistémicos, es la de Thrush y
Dayton (2010): los servicios ecosistémicos son las funciones biológicas, físicas y químicas dentro de los
ecosistemas que sostienen la vida y el bienestar del ser humano. Es decir, que detrás de cada servicio
ecosistémico hay un “trabajo” realizado por la biodiversidad en beneficio de la sociedad. Estas funciones
naturales son categorizadas por la mea (2005) en: servicios ecosistémicos de soporte, provisión,
regulación y culturales y están teniendo reconocimiento creciente por la importancia que representan
para la sociedad frente al cambio antrópico del clima.
El cambio climático en sinergia con otros determinantes de transformación y pérdida de la
biodiversidad, tienen la capacidad para alterar la generación de servicios ecosistémicos y desencadenar
impactos extremos (en el sentido del ipcc, 2012) sobre las comunidades humanas expuestas a estos
fenómenos. Igualmente, los cambios en los servicios ecosistémicos por cambio climático, limitan las
opciones de respuesta de los grupos humanos para adaptarse al fenómeno. Por lo tanto, en la adaptación
del manejo para responder al cambio climático se debe enfatizar la gestión adaptativa de los sistemas
naturales para mantener las tasas de generación de los servicios ecosistémicos que son críticos frente al
fenómeno.
La biodiversidad sustenta la generación de servicios ecosistémicos
Los proveedores de servicios ecosistémicos son poblaciones de especies, comunidades y ecosistemas
que a través de interacciones complejas entre ellos y con el medio abiótico dan cuenta de un sinnúmero
de beneficios, tangibles e intangibles, para el ser humano (Casanoves et ál., 2011; Hooper et ál.,
2005;). Por esta razón, necesariamente el concepto de servicio ecosistémico se liga con el de dinámica
ecosistémica. También tiene un vínculo directo con la dinámica social, porque la sociedad, receptora
de los beneficios de la biodiversidad, determina la escala temporal y espacial de uso de los servicios
ecosistémicos, enviando de esta manera señales, positivas o negativas, al sistema proveedor e influyendo
así en sus procesos.
De manera convencional el manejo humano de los territorios aísla los sistemas naturales que
proveen beneficios y los sistemas de uso (sistemas sociales) (Andrade et ál., 2012). En contraste con
la visión convencional (desintegradora), el concepto de servicio ecosistémico lleva al reconocimiento
que las funciones (procesos y estructuras de acuerdo con De Groot et ál., 2002) de la biodiversidad
son elementos integradores que hacen manifiesta la relación entre los sistemas sociales y naturales (De
Groot et ál., 2010; Potschin y Haines-Young, 2011). Por lo tanto, los sistemas biofísicos y su dinámica
para la generación de servicios ecosistémicos determinan, en gran medida, pero no de manera exclusiva,
la capacidad adaptativa (o la vulnerabilidad si hay degradación ecosistémica) de la sociedad frente a
fenómenos como el cambio climático (Reid y Swiderska, 2008; Useche, 2010).
Las temporadas lluviosas de 2010-2111 en Colombia y la sequía que le antecedió en 2009-2010,
confirman lo anterior en el país. Los efectos de estas variaciones en la precipitación han revelado la poca
flexibilidad que tienen hoy en día muchos sistemas sociales y ecológicos en Colombia para responder
a las perturbaciones. Las condiciones extremas del clima (ipcc, 2012) también han confirmado que
muchos ecosistemas, los acuáticos por ejemplo, son verdaderos sistemas ecológicos y sociales donde los
procesos ecológicos y las respuestas frente a la variación ambiental están estrechamente relacionadas con
el componente social (Berkes y Seixas, 2005), y por lo tanto, el manejo debe basarse en esta relación.
En consecuencia, la investigación sobre la biodiversidad y los servicios ecosistémicos con el fin de
entender la dinámica conjunta frente al cambio climático, debe enfocarse en aspectos como los servicios
ecosistémicos que son críticos en escenarios de cambio climático; la manera como fluyen y se aprovechan
estos beneficios por la sociedad y, el contexto institucional, social y económico que permite que las
funciones de los ecosistemas realmente sean de beneficio, en el largo plazo, en las respuestas humanas
de adaptación (ipcc, 2012; Nelson et ál., 2007). La interacción entre estos componentes resulta en una
configuración social y ecológica particular frente al cambio climático que debe ser conocida y entendida

AMBIENTE Y DESARROLLO
Biodiversidad y el cambio antrópico del clima: ejes temáticos que orientan la generación de conocimiento para la
gestión frente al fenómeno
// 87

para determinar si es lo suficientemente robusta para enfrentar el fenómeno.

Biodiversidad y el sistema climático


El ipcc (2007) define al sistema climático como “el sistema complejo compuesto por hidrósfera,
atmósfera, criosfera, biosfera y los factores de forzamiento externo como las erupciones volcánicas y las
variaciones solares; el sistema climático está influenciado por factores de forzamiento antrópico como
los cambios en el uso del suelo y la composición de la atmósfera”. El clima son las condiciones de la
atmósfera que predominan en un lugar y en un período prolongado y que resultan de la dinámica
atmosférica y de la interacción entre los diferentes componentes del sistema climático (Pabón, 2009).
Según estas definiciones es evidente que en el clima y su regulación intervienen mecanismos relacionados
con la biodiversidad.
Estos mecanismos tienen que ver con los ecosistemas y las especies y su influencia en el ciclo de
elementos biogeoquímicos que contribuyen en la estabilidad del clima del planeta, pero que también
se pueden emitir como gei en mayor cantidad y con una dinámica diferente a la natural. Esto afecta
los patrones naturales del clima. Un ejemplo es el ciclo del carbono (C) que es uno de los procesos
fundamentales del funcionamiento del sistema terrestre y está estrechamente ligado con el clima y
con los ecosistemas del planeta (Doney y Schimel, 2007). El sistema acoplado carbono-clima tiene
dinámicas en escalas temporales amplias y variadas con implicaciones en los cambios del clima (Doney
y Schimel, 2007; Raynaud et ál., 2006; Sabine et ál., 2004). Las emisiones de C desde los sumideros
se dan a velocidades mayores que las tasas a las cuales ocurre la captura del carbono atmosférico y su
almacenamiento. Es decir, que la concentración de C en la atmósfera puede aumentar muy rápido
pero el retorno a niveles bajos, a través de procesos naturales, es muy lento (Doney y Schimel, 2007)
arrojando como resultado los cambios en los patrones climáticos.
En los ecosistemas terrestres y acuáticos hay compartimientos, como los suelos de los bosques y
el lecho de los humedales que, de manera natural, almacenan carbono por períodos largos o cortos de
tiempo, configurando mecanismos que ayudan a mantener los patrones naturales del clima. La pérdida
de reservorios de carbono por incendios de bosques y deforestación, o emisiones de metano, cuando
se desecan humedales, afectan el clima vía la interacción superficie-atmósfera (Austin et ál., 2003;
Brönnimann et ál., 2008) pues cantidades adicionales de gei se emiten desencadenando afectación
como incremento inusual de la temperatura.
La importancia de ecosistemas como los acuáticos continentales, bosques, suelos y el mar en el
ciclo de los gei es notoria (De Groot, 2002; Gruber et ál., 2004). Sin embargo, la investigación y el
manejo de los sistemas de la Tierra buscando la mitigación del cambio climático (en el sentido del ipcc,
2007) a través de la disminución de las emisiones de gei, se enfoca principalmente en los bosques y su
papel en el sistema climático y el clima. Esto se debe a que, de acuerdo con el ipcc, la deforestación ha
contribuido en un 25% con las emisiones de gases con efecto invernadero (ipcc, 2007). Además, algunas
estimaciones de deforestación a gran escala en la región amazónica establecen afectación severa en los
patrones de precipitación, reducción de humedad del suelo, aumento de la temperatura de la superficie
y épocas secas más severas (Laurance y Williamson, 2001; Shukla et ál., 1990). Esto conllevaría a una
mortandad de árboles y otros grupos generando, nuevamente, modificaciones en el sistema climático
regional (Laurance y Williamson, 2001).
Sin embargo, en la regulación del clima influyen otros compartimientos, además de los bosques.
Esta regulación resulta de otras interacciones entre la atmósfera y la superficie terrestre a través de
procesos como el almacenamiento de carbono y agua en los suelos (Brönnimann et ál., 2008).
El suelo es uno de los mayores reservorios de carbono, con cerca de 2500 Gt (Lal et ál., 2007).
La cantidad de materia orgánica del suelo en un período determinado refleja el balance de largo plazo
entre la tasa de entrada y de salida controlada por los factores de formación del suelo. Entre estos
se encuentran el clima, la topografía, el material parental, la biota, el tiempo y la actividad humana
(Amundson, 2001). La mayor naturalidad de la cubierta es también un factor crítico en la acumulación
de carbono (Lal, 2004) y está ligada con las variaciones de precipitación y temperatura (Amundson,
2001). Cuando la temperatura se eleva, aumenta la salida de carbono y cuando la humedad del suelo
disminuye se reduce la descomposición, pero aumenta la temperatura (Gruber et ál., 2004).

Ambiente y Desarrollo, Bogotá (Colombia) Vol. XVII (32) 79-96, Enero-Junio 2013, ISSN: 0121-7607
88 // Lorena Franco Vidal • Diana Carolina Useche • Sandra Hernández

El aumento de la concentración de CO2 indirectamente, hace que se eleve la tasa de respiración en


el suelo, debido a que puede inducir a una mayor temperatura. Si hay mayor respiración aumentará la
emisión de CO2 que, a su vez inducirá a que se eleve la temperatura con consecuencias como una mayor
respiración (Frieddlingstein, 2004.). De esta manera, mayor cantidad de C irá a la atmósfera a través de
estos mecanismos que se pueden perpetuar si persiste la transformación de los compartimentos de los
ciclos de elementos biogeoquímicos que, como el carbono, tienen una relevancia mayor en el clima. La
alteración de estos mecanismos también puede conducir a la desertificación (unccd, 2012) en las zonas
áridas, semiáridas y subhúmedas, y por lo tanto, resultar no solo en aumento de los GEI, si no también
en la pérdida de biodiversidad (Davies et ál., 2012).
Entre los ecosistemas acuáticos, el mar es uno de los mayores reservorios de carbono. Tiene 50
veces más carbono que la atmósfera (Le Quéré y Metzl, 2004) y ha capturado cerca del 30% del total
de las emisiones antrópicas desde el comienzo de la industrialización (Gruber et ál., 2004). El CO2 se
mueve entre la atmósfera y el agua de mar por difusión molecular a través de un mecanismo llamado
bomba de solubilidad, influenciado por la temperatura (Sabine et ál., 2004). Si la temperatura aumenta,
menos gas carbónico entrará en el agua porque las aguas frías absorben más gas (Le Quéré y Metzl,
2004). La bomba biológica es el otro mecanismo oceánico a través del cual se transporta carbono de
la superficie del mar a las aguas profundas (Sabine et ál., 2004). Está mediado por el fitoplancton que
incorpora carbono y otros nutrientes y los lleva al lecho marino (Le Quéré y Metzl, 2004). Si cambian
las condiciones climáticas se alterará la tasa a la cual el fitoplancton puede desempeñar esta función.
Los humedales están reconocidos ampliamente como sumideros de carbono (Ramsar, 2002) y
además son esenciales en la adaptación humana al fenómeno climático (Le Quesne et ál., 2010). El
flujo de carbono en estos ecosistemas está controlado por el clima, los cambios en el uso del suelo y la
interacción con otros gei, como el metano (Gruber et ál., 2004). Los cambios del nivel de agua en un
humedal tienen efectos contrapuestos en el flujo de los gei. La sequía estimula la oxidación de la materia
orgánica y hay liberación de CO2; al aumentar el nivel de agua se emite menos carbono pero se estimula
la descomposición anaeróbica y hay mayor liberación de CH4. Con el aumento de la temperatura la
emisión de CO2 y el CH4 también aumenta (Gruber et ál., 2004).
La interacción entre los gei en los humedales requiere de análisis crítico cuando se plantea la
adaptación de las comunidades humanas frente a los eventos e impactos extremos del clima; también en
las estrategias de mitigación de gei. Por ejemplo, un aspecto importante a considerarse es el hidrológico.
En Colombia los atributos que definen hoy en día el carácter ecológico y los servicios de los humedales
alto andinos son climáticos, geomorfológicos, hidrológicos, bióticos y sociales (Franco et ál., en prensa).
En el aspecto hidrológico la heterogeneidad es amplia encontrándose en la región humedales con
extensos espejos de agua y también sistemas palustres y de turberas donde el nivel freático es alto pero no
tienen espejo de agua (Franco y Andrade, 2005). Las acciones de adaptación y mitigación de gei deben
considerar de manera explícita estas particularidades hidrológicas para evitar desencadenar emisiones de
CO2 y CH4 , cuando se drenan humedales, para evitar inundaciones, o cuando se aumenta el espejo de
agua, para tener reservas durante los eventos de sequía (Franco et ál., en preparación).
Las acciones humanas afectan de forma diversa el ciclo del carbono y de los otros elementos que
pueden ir a la atmósfera como gei. Los factores directos de afectación están ligados con los cambios en el
uso del suelo y la transformación de los ecosistemas. Estimaciones globales dan cuenta de cerca de 40 Pg
de carbono almacenado en la biomasa viva que pueden estar en riesgo de emitirse a la atmósfera en los
próximos 20 años, y más de 100 Pg durante el siglo xxi (Gruber et ál., 2004). Conocer los reservorios
naturales de los elementos que pueden ir a la atmósfera como gei, la tasa de la acumulación en ellos,
junto con las acciones humanas que ponen en riesgo de perturbación los ciclos de estos elementos,
es de relevancia mayor en la gestión de la biodiversidad frente al fenómeno. Este conocimiento en
combinación con información sobre el estado de los ecosistemas y las intervenciones humanas actuales
(y las proyectadas) contribuiría a aproximar la vulnerabilidad de los ciclos biogeoquímicos. Se podrían
diseñar estrategias para evitar emisiones por perturbación de reservorios naturales de gei, y al mismo
tiempo, se tendrían beneficios de conservación y mejoramiento de la resiliencia de la biodiversidad
frente al fenómeno climático.

AMBIENTE Y DESARROLLO
Biodiversidad y el cambio antrópico del clima: ejes temáticos que orientan la generación de conocimiento para la
gestión frente al fenómeno
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Biodiversidad y las respuestas de la sociedad frente al cambio climático


Las comunidades humanas responden a los impactos del cambio climático con ajustes a las
actividades económicas, cambiando las prácticas de uso de la tierra o modificando el diseño de
infraestructuras, entre otras acciones (Adger et ál., 2011). Los sistemas naturales que sustentan en buena
medida la adaptación de la sociedad frente a la variabilidad y el cambio climático, están sometidos
también a los impactos directos del fenómeno. Sin embargo, su dinámica para ajustarse a las nuevas
condiciones está determinada por el contexto ecológico en el que se encuentran y las intervenciones
humanas que lo cambian, limitando, o impidiendo, las posibles respuestas de la biodiversidad (ver
sección 3.1 de este documento).
Las interacciones entre las respuestas de la sociedad frente al cambio climático y el impacto del
fenómeno sobre los ecosistemas, pueden resultar en cambios irreversibles de sus funciones y funcionalidad
de largo plazo. Este aspecto sin embargo, como causante de afectación sobre la biodiversidad, recibe
menos atención en comparación con los impactos directos, aunque sus efectos pueden ser iguales o
mayores (Turner et ál., 2010).
Las acciones humanas frente al cambio climático y la variabilidad climática se enfocan en reducir,
para cada período del extremo climático, la afectación que las variaciones del clima característicamente
conllevan. Por ejemplo, sequía o inundación. Este enfoque de gestión, reactivo y de corto plazo, reduce
las posibilidades de un sistema de ser flexible a la diversidad de condiciones que resultan por variabilidad
climática, cambio climático y la interacción con otras causas del cambio ambiental. De esta manera,
aumenta la vulnerabilidad de mediano y corto plazo de los sistemas ecológicos y sociales (ipcc, 2012). La
flexibilidad es crítica en la capacidad adaptativa de los sistemas ecológicos y sociales (Turner et ál., 2003).
Al reducirla se excluyen dinámicas ecológicas fundamentales en el mantenimiento de la biodiversidad y sus
servicios ecosistémicos frente al cambio climático. Entre las causas de los tipos de respuestas que buscan
soluciones de corto plazo, con las consecuencias anteriormente descritas, se encuentran las siguientes:

• Muchos sistemas sociales están consolidados sobre la base de la variabilidad


climática e hidrológica de magnitud y frecuencias conocidas. Es el caso de los
sistemas de producción consolidados sobre antiguos lechos de humedales que
pretenden ser manejados como sistemas terrestres. Ante los extremos climáticos e
hidrológicos, como los ocurridos en Colombia durante 2010 y 2011, las respuestas
para evitar hechos catastróficos incluyen la eliminación de atributos biofísicos
como la eliminación de la interfaz tierra-agua en las orillas de los humedales con
la construcción de diques para evitar inundaciones. Esto limita o elimina procesos
naturales de entrada de agua al humedal y depuración, que son necesarios para
mantener agua en cantidad y calidad óptimas durante los periodos de déficit
hídrico (por extremos del clima).
• Muchos sistemas biofísicos están capturados por sistemas productivos únicos,
y de beneficio para pocos actores. El manejo frente a la variabilidad climática e
hidrológica prioriza los sistemas con mayores beneficios económicos. Se deja de
lado el conjunto amplio de servicios ecosistémicos para todos los actores sociales
relevantes en un territorio (Andrade et ál., 2012).
• La percepción de urgencia sobre el cambio climático influye en la planificación
para enfrentarlo (Adger et ál., 2011). Los riesgos percibidos para la sociedad, como
las inundaciones, perpetúan la aproximación estrecha de gestión, acentúan la
transformación y minimizan la resiliencia de largo plazo de los sistemas sociales y
ecológicos.
• El manejo para la flexibilidad ecosistémica implica asumir intereses contrapuestos
que la sociedad no necesariamente está dispuesta a aceptar y enfrentar, pues esto
tiene implicaciones, económicas, sociales, de ocupación y tenencia de la tierra.
• Cada vez es más difícil conservar la flexibilidad necesaria frente al cambio climático.
Las intervenciones humanas y la ocupación y transformación del territorio limitan

Ambiente y Desarrollo, Bogotá (Colombia) Vol. XVII (32) 79-96, Enero-Junio 2013, ISSN: 0121-7607
90 // Lorena Franco Vidal • Diana Carolina Useche • Sandra Hernández

esta posibilidad y con ello la opción de tener paisajes multifuncionales para el


amplio conjunto de actores sociales. Las intervenciones del pasado restringen de
manera importante las opciones presentes y futuras de los sistemas ecológicos y
sociales frente al cambio climático.

Las respuestas de la sociedad frente al cambio climático no pueden tener efectos neutros, ni sobre
los sistemas sociales ni sobre los ecológicos (Eriksen et ál., 2011) y es muy probable que las respuestas
de la sociedad tengan consecuencias desestabilizadoras en ambos. Turner et ál. (2010) encontraron
evidencia de que los impactos de las respuestas de adaptación de la sociedad frente al cambio climático,
y los esfuerzos de mitigación de gei, pueden tener impactos negativos que exceden los que se derivan
del mismo fenómeno. Es fundamental limitar la transformación y pérdida de biodiversidad debido a las
acciones de mitigación y adaptación humanas.
Este objetivo es crítico para mantener los servicios ecosistémicos de los cuales dependen los seres
humanos (Turner et ál., 2010) y las funciones ecológicas que determinan la integridad ecológica. Esto
se debe sustentar por investigaciones desde las ciencias sociales que en combinación con las ciencias
biofísicas, permitan entender los enfoques de las respuestas humanas al fenómeno y su posible afectación
sobre los sistemas naturales.

Necesidades de investigación

Satisfacer las necesidades humanas, y al mismo tiempo, mantener los sistemas de soporte del
funcionamiento del planeta, y de los territorios particulares, es una meta de doble propósito frente al
cambio climático. Lograrla depende, en parte, del conocimiento amplio de los vínculos e interacciones
entre la biodiversidad y el fenómeno. Sin embargo, ligar el conocimiento con la acción para el logro
de esta meta no parece tener todavía una ruta clara (Andrade y Wills, 2011). Avanzar hacia ello puede
beneficiarse de la habilidad de los investigadores y manejadores para definir qué, y dónde, es lo que hay
que investigar. Para ello es necesaria la comunicación continua durante verdaderos procesos de toma de
decisiones. En la tabla 1 se plantean temas de investigación de acuerdo con los ejes desarrollados, sobre
el vínculo de la biodiversidad con el cambio climático. Estos temas son una síntesis de investigaciones
propuestas para el Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt,
Colombia, por las investigadoras Franco y Useche (2011).
El estudio del cambio climático, y sus efectos sobre los sistemas ecológicos y sociales, demanda
la investigación interdisciplinaria (García, 2006). En la actualidad nos enfrentamos a un escenario de
incertidumbre en la dinámica del planeta y el fenómeno climático es uno de los mayores determinantes
de este panorama incierto. Los problemas ambientales —como el cambio climático— que tienen
naturaleza compleja e integradora de muchos aspectos, requieren de métodos innovadores para conocer
y entender la dinámica de los procesos que desencadenan y resultan en retos a la permanencia de la
biodiversidad en la trayectoria de cambio resiliente.

Agradecimientos: El trabajo en el cual se basó este artículo se realizó gracias al apoyo de


la Dirección General y el Programa Gestión de Información y Conocimiento del Instituto
de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt.

AMBIENTE Y DESARROLLO
Biodiversidad y el cambio antrópico del clima: ejes temáticos que orientan la generación de conocimiento para la
gestión frente al fenómeno
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Tabla 1
Temas de investigación sobre el vínculo de la biodiversidad y el cambio
climático

LA DINÁMICA ECOLÓGICA Y EL CAMBIO CLIMÁTICO


• Los patrones de biodiversidad, la relación con el clima y los procesos ecológicos y atributos
funcionales indispensables para su mantenimiento en escenarios de cambio climático.
• La modelación y el monitoreo de cambios en los patrones de biodiversidad y procesos
ecológicos por cambio climático.
• Los atributos de sensibilidad de las especies y ecosistemas (factores intrínsecos) y factores
añadidos (factores extrínsecos) que influyen en la vulnerabilidad del fenómeno climático.
• Los sinergismos del cambio climático con otros motores de pérdida de biodiversidad.
• Los agroecosistemas y su papel en el mantenimiento de los patrones de la biodiversidad
frente al cambio climático.
• Las especies introducidas, dinámica frente al cambio climático e influencia en la
biodiversidad nativa.
• La transformación de los ecosistemas colombianos y su influencia en el cambio ambiental,
global, regional y local.
LA BIODIVERSIDAD Y LOS SERVICIOS ECOSISTÉMICOS
• Los servicios ecosistémicos críticos en la adaptación de la sociedad frente al cambio
climático, los sistemas biofísicos que los generan y las funciones que los sustentan.
• La ecología funcional y los atributos de la biodiversidad relevantes como soporte de
servicios ecosistémicos críticos frente al cambio climático.
• La valoración integral (cultural, económica, ecológica) de los servicios ecosistémicos
relacionados con la capacidad de adaptación de la sociedad frente al cambio climático.
• Los marcos de referencia amplios y ajustados al contexto ecológico y social de los territorios
colombianos, para evaluar la vulnerabilidad de los servicios ecosistémicos frente al
fenómeno.
• El sistema de soporte de decisiones sobre la biodiversidad y sus servicios ecosistémicos
frente al cambio climático, con inclusión explícita de análisis de intereses contrapuestos
(trade-offs).
LA BIODIVERSIDAD Y EL SISTEMA CLIMÁTICO
• La biodiversidad y su papel en el sistema climático y la regulación del clima.
• La vulnerabilidad de los ciclos biogeoquímicos con potencial para ser emitidos como gases
con efecto invernadero por transformación y pérdida de biodiversidad.
• La mitigación de los gases con efecto invernadero basada en la integridad ecológica de los
sistemas naturales.
LA BIODIVERSIDAD Y LAS RESPUESTAS DE LA SOCIEDAD FRENTE AL
CAMBIO CLIMÁTICO
• Las respuestas (enfoques, énfasis, actividades actuales y propuestas) de adaptación de
la sociedad frente al cambio climático y los efectos (positivos o negativos) sobre la
biodiversidad.
• La adaptación humana frente al cambio climático basada en la integridad ecológica de los
sistemas naturales.
• Las políticas y las escalas y los ámbitos hacia las cuales están dirigidas, sobre adaptación de
la sociedad y estrategias de conservación de la biodiversidad, y los desajustes entre las dos.
• Los elementos en la escala del paisaje, del ámbito social, político, administrativo y
biológico, relevantes para mantener y mejorar la resiliencia de los sistemas ecológicos y
sociales frente al cambio antrópico del clima.
• La capacidad adaptativa frente al cambio climático en el ámbito (amplio) de paisaje.

Fuente: elaboración propia

Ambiente y Desarrollo, Bogotá (Colombia) Vol. XVII (32) 79-96, Enero-Junio 2013, ISSN: 0121-7607
92 // Lorena Franco Vidal • Diana Carolina Useche • Sandra Hernández

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