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Concepto:
El amparo es una acción o un recurso, dependiendo de la legislación del país de que se
trate, que tutela los derechos constitucionales del ciudadano, y del que conoce y falla o
bien un tribunal específico como un Tribunal Constitucional, Corte Suprema, o bien un
juez tribunal ordinario, según lo dispuesto en la legislación procesal de cada país. El
amparo cumple una doble función: de protección al ciudadano en sus garantías
fundamentales y a la propia constitución al garantizar la inviolabilidad de sus preceptos
ya sea por normas generales contrarias a dichos preceptos o por actos de autoridad que
vulneren el contenido o los derechos fundamentales reconocidos en la Constitución.
Según el Derecho procesal de cada país, el amparo puede garantizarse a través de una
acción jurisdiccional o a través de un recurso procesal.
Como recurso, el amparo es una garantía procesal añadida para el ciudadano. Si bien
cualquier órgano judicial tiene la obligación de hacer cumplir la legislación, cuando se
hubiese finalizado la vía judicial ordinaria y el ciudadano estimase que se han vulnerado
sus derechos fundamentales podrá interponer un recurso de amparo ante el órgano
judicial competente.
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Antecedentes de amparo.
El alto tribunal considera que la acción de amparo está reservada a las delicadas y
extremas situaciones en las que, ante la ausencia de otras vías legales, se pone en peligro
la salvaguarda de derechos fundamentales del hombre. La regulación legislativa recién
aparcería una década mas tarde (1966-68) con la sanción de la ley 16986 que reglamentó
el amparo contra los actos de autoridad.
EL CASO SIRI.
En 1956, Ángel Siri, director y propietario del diario ”Mercedes”, fue detenido por
orden de la dirección de seguridad de la Policía de Buenos Aires y su periódico fue
clausurado. Él interpuso un recurso de amparo a favor de la libertad de imprenta y de
trabajo, que fue rechazado en las instancias inferiores “en razón de no tratarse de un caso
de recurso de Habeas Corpus, el cual solo protege la libertad física y corporal de la
persona.”
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La Corte hizo notar que el recurrente no había expresado en sus presentaciones un
recurso de Habeas Corpus, sino que únicamente había invocado “la garantía de libertad
de imprenta y trabajo que aseguran los artículos 14, 17 y 18 de la Constitución
Nacional”. En este sentido, dejaba ya implícitamente de lado toda la tradición
jurisprudencial que reconocía como única vía sumaria la del Habeas Corpus, limitada a
la tutela de la libertad física y que negaba el amparo análogo de los derechos
individuales. Quiere decir que el primer argumento del tribunal en su flamante
orientación era el siguiente: no podía rechazarse la pretensión incoada por Siri
alegándose -como se había hecho en las sentencias de primera y segunda instancia- que
el Habeas Corpus protege la libertad corporal, ya que el accionante no había interpuesto
recurso de Habeas Corpus. Pero de inmediato surgía la cuestión fundamental: si no era
un Habeas Corpus lo que había deducido el autor, ¿podía tramitarse la causa con
procedimiento análogo a falta de legislación procesal especialmente prevista?. Para
responder, el tribunal dijo sencillamente que bastaba la comprobación inmediata de que
la garantía constitucional invocada se hallaba evidentemente restringida sin orden de
autoridad competente y sin expresión de causa que justificara dicha restricción, para que
tal garantía fuera establecida por los jueces en su integridad. Y se aclara posteriormente,
el argumento de la ausencia de reglamentación procesal. No puede alegarse en contra de
aquel la inexistencia de una ley que reglamente la garantía ya que
”Las garantías individuales existen y protegen a los individuos por el solo hecho de estar
consagradas por la constitución independientemente de las leyes reglamentarias, las
cuales son requeridas para establecer en qué casos y con qué justificativos podrá
procederse a su allanamiento y ocupación”, como dice el artículo 18 de la Constitución.
EL CASO KOT.
Se trató de la ocupación de una fábrica por el personal en conflicto con la parte patronal;
la huelga había sido declarada ilegal en instancia administrativa, y los obreros fueron
intimados a incurrir al trabajo; poco después, la primera resolución declarativa de
ilegalidad fue anulada de oficio por el departamento de trabajo de la provincia de
Buenos Aires, y ambas partes intimadas a reanudar las tareas; a raíz de ello, parte de los
trabajadores se introdujeron en el local y ocuparon la fábrica impidiendo el acceso a ella
de sus propietarios y el resto del personal. Incoado un proceso criminal contra los
ocupantes, fundado en la violación del domicilio y de la correspondencia y en al
atentado a la libertad de trabajo, la solicitud de entrega del local formulada por sus
dueños fue desestimada, sobreseyéndose a los imputados en cuanto al hecho de la
ocupación, por tratarse de hechos derivados de un conflicto de trabajo, que demostraban
la inexistencia de ánimo de despojar. De allí que el hecho de la ocupación denunciada no
constituye delito. Interpuesto de inmediato un recurso de amparo ante la misma cámara
de La Plata éste no tuvo éxito por la reiteración de la vieja doctrina negatoria que el
tribunal formuló:¨ el recurso de Hábeas Corpus tiene por objeto esencial la protección de
la libertad personal o corporal y no puede hacerse extensivo a la protección de otros
derechos que se pretendan vulnerados. Tales derechos deben ejercitarse conforme a los
respectivos procedimientos creados por las leyes de la materia “.
Contra esta última resolución se recurrió ante la Corte por vía de remedio extraordinario.
En definitiva, el Alto Tribunal hizo lugar al amparo, ordenando restituir la fábrica a sus
propietarios, libre de ocupantes.
Acción de Amparo:
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A partir de los casos antes expuestos, se puede deducir que el objetivo perseguido por el
amparo es que, frente a una alteración o restricción arbitraria o ilegal de un derecho o
libertad constitucional -a excepción de la libertad ambulatoria-por parte de la autoridad
pública o de particulares- ya sea por acción u omisión-que cause perjuicio, el agraviado
pueda concurrir ante la sede judicial a reclamar el cese de dichas violaciones o que se
mande a ejecutar lo que corresponda.
Claro que por ser una vía sumarísima, debe plantearse ante casos donde la ilegitimidad
de la restricción de los derechos aparezca de modo claro y manifiesto , así como el daño
grave e irreparable que ocasionaría el intentar su revisión por la vía ordinaria.
El perjuicio debe ser real, efectivo, tangible, concreto e ineludible y se admite ante la
amenaza de una lesión que sea precisa, concreta e inminente.
* “Toda persona puede interponer acción expedita y rápida de amparo”, dice la norma.
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Cuando dice “toda persona” se está haciendo una referencia general , válida tanto para
las personas físicas como para las jurídicas que vieran lesionados sus derechos
,partiendo de la premisa de que “persona “ es todo ente susceptible de adquirir derechos
y contraer obligaciones”.
En cambio, cuando se habla de “acción rápida” la idea es que la misma, debe tramitar en
tiempo útil, sin dilaciones, en relación con el objetivo que tiene la tutela: el pleno
ejercicio del derecho lesionado, restringido , alterado o amenazado.
Además, la ley vigente omite establecer plazos fijos para la producción, por parte del
juez, del pedido de informes a la autoridad que corresponda, ni para su contestación; ello
significa que dichos trámites deben sustanciarse de inmediato. Este es el criterio que,
con toda razón, ha mantenido la norma constitucional. Pero ello no puede significar que
si la ley reglamentaria fija un plazo para la producción de algún acto procesal ello deba
computarse como inconstitucional: la racionabilidad debe ser el criterio de medida
imperante en la materia.
“amparo” se entiende como una acción judicial para solicitar a la justicia la protección
urgente de cualquiera de sus derechos individuales
* “Siempre que no exista otro medio judicial más idóneo”, lo que implica que el trámite
procesal del amparo no corresponde cuando existe otro previsto en la legislación
procesal jurisdiccional más apropiado, de acuerdo con la naturaleza de la pretensión
interpuesta , para la mejor tutela del derecho subjetivo en juego . Ya está dispuesto por
la ley vigente cuando establece que el amparo no procede cuando existan recursos o
remedios judiciales o administrativos que permitan obtener la protección del derecho o
garantía constitucional de que se trata (art.2º, inc. A, de la ley 16.986). Pero, la
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Constitución no ha incluido como requisito de procedencia del amparo que no exista
“otro medio administrativo más idóneo”. Se ha limitado a restringir la improcedencia a
los trámites judiciales, con lo cual se torna inconstitucional la exigencia citada de la Ley
de Amparo, que no lo hace procedente cuando existiera un recurso o remedio
“administrativo” que permita obtener la reparación buscada. De este modo la reforma
constitucional viene a producir una trascendente innovación a favor del acceso a la
justicia por parte de los administradores: en la Argentina ya no será necesario agotar la
reclamación administrativa como exigencia sine qua non para poder iniciar una acción
de amparo.
Concluyendo, todo esto implica que, no obstante la amplitud con que ha sido
constitucionalizado, no puede sostenerse que se ha ordinarizado un trámite procesal
tradicionalmente sumario y de excepción. Por lo que la regla constitucional no ha
cambiado en absoluto las prácticas judiciales que han regido hasta el presente.
* “contra todo acto u omisión de autoridades públicas o privadas”, de lo que resulta que
todas las autoridades públicas y cualquier particular son los destinatarios del
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apercibimiento constitucional. De tal modo , tanto el Poder Ejecutivo y todo el
despliegue organizacional de la Administración del Estado, el Congreso y las
dependencias administrativas que están a su cargo y el Poder Judicial en sus diversos
niveles, deben ser entendidos como “autoridades públicas” frente a cuyas
determinaciones lesivas de derechos cabe la tutela del amparo. Lo expuesto alcanza a los
tres niveles de la descentralización territorial del poder público : el nacional, el
provincial y el municipal, sin importar la jurisdicción territorial en la que se encuentran.
Por otra parte la norma también establece que es “contra todo acto u omisión” de las
referidas autoridades públicas, significando esto que no sólo frente a actos de la
administración pública sino también frente a actos propios del Congreso (mediante
violaciones producidas por medidas legislativas como expropiaciones, subsidios, etc) o
del Poder Judicial ( decisiones judiciales que afectaren derechos y ante las cuales las
apelaciones ordinarias no fueren idóneas) se podrá proceder la acción de amparo.
Sin embargo, esta posición interpretativa no fue sostenido por ningún constituyente.
Otra interpretación constructiva acerca de que el amparo procede contra “toda omisión
de autoridad pública”, es de una gran importancia porque, si conjugamos esta regla con
la que cierra el primer apartado del art. 43, resulta que las omisiones del legislador, del
Ejecutivo o en general del poder administrativo y de los jueces, podrán ser declaradas
inconstitucionales por los tribunales de justicia de nuestro país y sustituidas por algún
tipo de acto jurisdiccional que remedie, sólo para el caso y sin carácter normativo
general , la omisión del poder público.
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Cuando la Constitución ordena a un órgano del poder el ejercicio de una competencia ,
ese órgano está obligado a ponerla en movimiento, o cuando el órgano omite ejercer la
competencia, viola la Constitución por omisión, en forma equivalente a cuando la viola
por acción. Otro caso es cuando la abstención del poder produce un daño o gravamen
para alguien, éste debe estar legitimado para impulsar ante la justicia constitucional a
controlar al órgano remiso a cumplir la actividad debida, o para que el órgano judicial
supla la actividad omitida.
Por otra parte, la reforma constitucional ha venido a consagrar el amparo por actos de
particulares, lo cual en el precedente judicial del caso Kot , la Corte sostuvo que además
de los individuos humanos y del Estado, hay ahora una tercera categoría de sujetos , con
o sin personalidad jurídica que antes se desconocían como tales; los consorcios, los
sindicatos, las asociaciones profesionales, las grandes empresas, que acumulan casi
siempre un enorme poderío material o económico,. Y a menudo sus fuerzas se oponen a
las del Estado y no es discutible que estos entes colectivos representan, junto con el
progreso material de la sociedad, una fuente de amenazas para el individuo y sus
derechos esenciales (libertad de expresión, principio de igualdad, etc.).
El objeto es impedir que los particulares actúan como si fueran el poder público,
desconociendo derechos.
* “que en forma actual o inminente lesione, restrinja, altere o amenace, con arbitrariedad
o ilegalidad manifiesta”.
Significa, por una parte, que si una violación no es manifiesta para el juez interviniente,
ella no podrá ser reconocida ni declarada. Lo que no es manifiesto para el juez, no
existe. La lesión al derecho existe o no existe, y en caso de duda, cabe la máxima in
dubio pro amparo.
Por lo tanto, el amparo protege los derechos tutelados por los tratados internacionales,
los cuales tienen jerarquía supralegal al igual que cualesquiera otros tratados, como por
ejemplo los tratados interprovinciales; y los derechos protegidos por las leyes,
entendiéndose por leyes los decretos, ordenanzas y resoluciones.
La aún vigente Ley Nacional de Amparo 16986, en su art.2, inc. D , establece que “la
acción de amparo no será admisible cuando la determinación de la eventual invalidez del
acto requiriese (...)la declaración de inconstitucionalidad de leyes, decretos u
ordenanzas”. Esta absurda prohibición, que permitió que parta de la doctrina nacional
calificara a la ley de amparo como una “ley de desamparo” se tornó inconstitucional a
partir de la reforma de 1994. Por lo tanto, la tutela procesal de amparo actual no sólo
logra la remoción del obstáculo de hecho al ejercicio del derecho, sino la declaración de
inconstitucionalidad de una norma que viene a impedir el pleno goce de una derecho
constitucional, legal o contenido en un tratado: por la simple razón de que el
desconocimiento de un tratado o de una ley ya implica un desconocimiento de la
Constitución.
La C.N. , por lo tanto protege todos los derechos que se le reconocen a la sociedad como
“ente moral o colectivo” . Estos derechos, hasta la Reforma de 1994 se habían
encontrado sin protección jurisdiccional, con la simple excusa por parte de los tribunales
de justicia de que si no está suficientemente probada la lesión de un derecho individual ,
ningún particular o asociación representativa puede estar en juicio en defensa de los
derechos públicos o colectivos que tiene la sociedad o los grupos o sectores que la
integran.
También menciona los derechos que protegen al ambiente , haciendo referencia al art. 41
de la CN, el cual dispone que todos los habitantes gozan del derecho a un ambiente sano
, equilibrado, apto para el desarrollo humano y para que las actividades productivas
satisfagan las necesidades presentes sin comprometer las de las generaciones futuras, y
tiene el deber de preservarlo”. Por lo tanto, procederá el amparo cuando el Estado o los
particulares afectaren la salud o el equilibrio ambiental, teniendo el Juez que requerir un
informe al Estado o particular causante del daño ambiental. , del que surgirá la
existencia o no de un daño al ambiente. Si existiere, entonces cabe la medida cautelar de
no innovar, es decir de no continuar con los actos causantes del daño. En tal caso se
estudiarán las dimensiones del daño para poder determinar el tipo de medidas a ser
cumplidas.
El amparo se justifica para llegar en forma rápida a la medida precautoria, pues una
acción ordinaria podría convertir en irreparable el daño producido.
El resultado es que los legitimados para accionar el amparo judicial lo hacen a nombre y
con efectos generales de todo el grupo o sector social a quien representan, y no a un
individuo que viene a nombre propio, para resarcirse de un daño sufrido en su
patrimonio personal.
Con respecto a las asociaciones que propendan esos fines, registradas conforme a la ley,
la que determinará los requisitos y formas de su organización, mientras no se dicte la ley
que disponga el registro y los requisitos y formas de organización de las referidas
asociaciones legitimadas para interponer acciones de amparo en defensa de los derechos
de incidencia colectiva, no estará expedito el acceso a la justicia de las mismas a tales
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efectos. Sin embargo, si pasare un tiempo razonable sin que el Congreso cumpliere con
el imperativo constitucional de reglamentar la referida legitimación procesal, los jueces
podrán reconocer la misma a favor de entidades suficientemente representativas, que
justificaren idoneidad e información suficiente en relación con la defensa de los
derechos colectivos afectados , pues de lo contrario quedaría frustrada -caso de
inconstitucionalidad por omisión, materia del amparo- la decisión de brindar efectiva
protección a dichos derechos.
Por último, el tercer legitimado es “el afectado”. La referencia a los intereses legítimos,
son acciones de clase que pueden ser iniciadas por individuos pertenecientes a un sector
afectado en general por una ley o un acto administrativo de carácter general, pero que lo
hacen no sólo en beneficio propio sino de todo el sector o grupo en que se encuentra
incluido. Estas acciones superan las decisiones de las otras dos alternativas, ya que no
hay una carga estructural no un contralor directo o indirecto del estado.
El beneficio de litigar sin gastos, significa una garantía al acceso a la justicia en pos de
la protección de los derechos de incidencia colectiva, ya que tratándose del interés
público los argumentos patrimoniales no pueden prevalecer, por lo que el Estado debe
hacerse cargo de los gastos incurridos.
La demanda debe ser presentada por escrita, realizada por un persona individual o
jurídica que contendrá el nombre, apellido, domicilio real , la individualización del autor
del hecho y la petición en términos claros y precisos. , ante el juez de primera instancia
con jurisdicción en el lugar en que el acto se exteriorice y tuviera o pudiere tener efecto
(Art.4y5).
La demanda debe presentarse por escrito y con firma del letrado. En ella debe hacerse
una relación circunstanciada de los hechos y su íntima vinculación con el derecho o
principio constitucional que se considera lesionado , deben ofrecerse todas las pruebas
que la parte considere necesarias para acreditar su derecho (Art. 5 y 6 ) .
En caso de que la acción sea admisible por el juez, éste requerirá un informe acerca de
los antecedentes y fundamentos de la medida impugnada. La omisión del pedido de
informe es causa de nulidad. Producido el informe o vencido el plazo otorgado para su
presentación se dictará una sentencia fundad dentro de las cuarenta y ocho (48) horas,
concediendo o denegando el amparo.
En caso de que algunas de las partes hubiera ofrecido pruebas, deberá ordenarse su
inmediata producción, fijando la audiencia de prueba a partir de los tres (3) días.-
La ley ha dispuesto que la sentencia hace juzgada con respecto al amparista, dejando
subsistente el ejercicio de las acciones o recursos que pudieran corresponder a las partes
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con independencia. Así también se ha dispuesto que solamente son apelables las
sentencias definitivas, las que declaran la inadmisibilidad del Amparo previsto en el
artículo 3 y las que dispongan medidas de no innovar o la suspensión del acto
impugnado (Art. 15)
Hábeas Corpus:
El Hábeas Corpus es una acción sumarísima , presentada ante el juez competente para
que éste examine la procedencia de la detención de una persona avocándose de
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inmediato a analizar las condiciones o requisitos formales que dan causa legal a toda
privación de la libertad y en caso de no mediar los requisitos constitucionales, resolver la
inmediata libertad del detenido.
Por lo tanto, se puede decir que el Hábeas Corpus es una acción destinada a brindar la
protección judicial para toda persona que es privada de su libertad física o ambulatoria, o
bien las encuentra restringidas, agravadas o amenazadas ilegalmente.
Interpretación del art. 43 de la CN, sus reformas y similitudes con la ley nacional 23098
La nueva regulación constitucional tuvo como fuente los proyectos de los constituyentes
como también la vigente ley nacional que rige la materia (Ley 23098) cuyos postulados
básicos receptó el cuarto parágrafo del art.43.
Con respecto a las modalidades de afectación de la libertad física tutelada por el hábeas
corpus, no hace otra cosa que reiterar las modalidades previstas en el primer parágrafo
(el que regula el amparo). Con respecto a la ley nacional de hábeas corpus (art.3) ha
dejado de lado el concepto de limitación, ya que las especificaciones utilizadas en el
art.43 de la C.N. enriquecen mucho más que dicho concepto.
Con respecto al art. 3 de la Ley Nacional , éste agrega que la limitación o amenaza
actual de la libertad ambulatoria sea sin orden del juez competente, lo que se refiere a
que la autoridad facultada para actuar es la autoridad judicial, el presidente de la
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Nación(cuando está vigente el estado de sitio) y todas aquellas personas u organismos
que por disposición de la ley, revisten el carácter de autoridad competente (Cámaras del
Congreso, comisiones ordinarias , la autoridad policial en el ejercicio de sus funciones
legales , la autoridad militar , las fuerzas de seguridad , los organismos dependientes del
poder ejecutivo y hasta todo particular en casos de in fraganti delito).
* “la acción de hábeas corpus podrá ser interpuesta por el afectado o por cualquiera en
su favor”.
Con respecto a la facultad de denunciar, la ley 23098 dispone que la denuncia de hábeas
corpus puede ser interpuesta por la persona que afirme encontrarse en las condiciones
previstas en los art. 3 y 4 de la misma ley, mientras que la CN ha optado por el
equivalente y más simple “el afectado”. La referencia a “o cualquiera a su favor” es
idéntica al texto de la ley.
Cuando se refiere a que cualquiera en su favor podrá interponer hábeas corpus, significa
que cualquier tercero (deudos, amigos o cualquier otra persona) a favor del damnificado
puede actuar.
Finalmente, la CN establece que el hábeas corpus procede “aún durante estado de sitio”,
regla que también se encuentra presente en el art. 4 de la ley nacional.
Procedimiento
Cuando el acto denunciado como lesivo emane de una autoridad nacional, los jueces
competentes en Córdoba serán los Jueces Letrados de Primera Instancia (o en caso de
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ausencia de los mismos, será competente también el Juez de Paz Letrado), cualquiera sea
su jurisdicción , mientras sean competentes en el lugar donde se cometió o se presume
que se haya cometido la detención.
La denuncia deberá contener: nombre y domicilio real del denunciante y del afectado y
demás datos personales imprescindibles que se conozcan de este último, autoridad de
quien emane el acto denunciado, causa o pretexto del acto denunciado que lo hace
ilegítimo; y podrá sea formulada a cualquier hora del día por escrito, oralmente (cuando
existan razones de orden práctico que lo justifique) o telegráficamente.
Si el juez conoce por pruebas satisfactorias que una persona es mantenida en custodia,
detención o confinamiento por algún funcionario y que es de temerse sea transportada
fuera del territorio de su jurisdicción o que se le hará sufrir un perjuicio irreparable,
puede expedir un hábeas corpus de oficio, ordenando a quien la detiene llevarla
inmediatamente o dentro de una plazo determinado a su presencia para resolver lo que
corresponda según derecho.
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Si las razones por las cuales la autoridad requerida no pudiera presentar al detenido no
estuvieran ajustadas a la ley, el juez ordenará el inmediato procesamiento del
funcionamiento responsable.
El acta de la audiencia deberá contener nombre del juez e intervinientes, mención de los
actos ocurridos durante la misma, rechazo o admisión de pruebas y su fundamento, día y
hora , firma del juez y secretario y de los intervinientes si lo quisieran.
Cuando se haga lugar a la denuncia, las costas del proceso serán a cargo del funcionario
culpable.
Hábeas Corpus Correctivo: Puede ser reparador o preventivo, se aplica en aquellos casos
en los que se quiere terminar con actos u omisiones que agraven indebidamente la
situación de una persona detenida legalmente (malos tratos, alojamiento en lugar
inadecuado de detención, restricción, rigores, y todas aquellas condiciones de detención
y arresto, o modificaciones en perjuicio del individuo de las modalidades impuestas por
el acto restrictivo de su libertad ambulatoria.)
DERECHO: Motiva mi pedido el hecho de que mi esposo B.E y mis hijos, fueron
detenidos en horas del mediodía de la fecha, precisamente a las 12.30 horas a escasas
cuadras de nuestra vivienda , exactamente a dos cuadras , por personal que dijo ser la
Policía de la Provincia perteneciente a la División Robos y Hurtos de esta ciudad , sin
esgrimir para ello la pertinente orden escrita de autoridad competente , razón más que
suficiente por la cual creo y considero arbitraria tal medida restrictiva de la libertad , por
ello solicito a V.S. la haga cesar de inmediato (art.3 ley 23098, inc. 1º)
A fin de acreditar los extremos aludidos requiero a V.S. se oficie con carácter de
urgencia de la División de Robos y Hurtos de la Policía de esta Capital , para que
informa si la detención de los referidos fue realizada por personal de esa repartición y,
en caso afirmativo , aclare por qué causa, los motivos , el magistrado que así lo ordenó y
la orden escrita a tal fin , para cuyo caso fije audiencia a celebrarse en el término
correspondiente , trayendo ante estos ilegitimidad de la detención , se ordene la
inmediata libertar de los nombrados, con las sanciones que correspondan .
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