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LO QUE PRETENDE EL AUTOR.

En ésta obra a la cual dediqué buena parte de mi vida, pretendo:

1. Dar al lector imparcial la oportunidad de oír, tal vez por primera vez el otro lado de una
versión hasta ahora monopolista y única... lo que existe para contar sobre la ultima guerra
mundial, y también sobre la penúltima (1914-18).

2. Ofrecer así los medios por los cuales el lector podrá analizar LOS DOS LADOS de una
cuestión que, por asombroso que parezca, ha sido presentado por un lado apenas. Después de
eso, el lector emitirá su propio juicio. Será como formar opinión después de oír también la
segunda parte en una disputa matrimonial, y no prejuzgar apenas sobre lo que la primera
parte quejosa le dijo.

3. Hacer ver que, con la mayor facilidad, ésa cuestión — y muchas otras — ha sido presentada
unilateralmente, lo que permite a las personas de buena fe, sinceras y justas, sólo formar
opinión con los datos que recibieron — y sin percibirlo, ignorar lo que de hecho sucede y
sucedió — y con eso situarse en una posición injusta y falsa, lo que siempre, tarde o temprano
podrá perjudicarlas, y mucho.

4. Hacer ver que el Pueblo Alemán fue increíblemente injusticiado en 1914-18, y más aún en la
guerra 1939-45, y que él no es hecho de criaturas locas y megalomaníacas, capaces de las
mayores barbaridades, humillando otros pueblos. Al contrario, se trata de un pueblo
trabajador, sincero y —a pesar de todo, — aún alegre.

5. Demostrar lo que el pueblo llevado a la guerra puede hacer, en heroísmo y sacrificio. En vez
de la acusación de judíos sacrificados a los millones en cámaras de gas... millones de alemanes
(hombres, mujeres, niños, viejos, enfermos, mutilados) lo fueron, sin embargo, al AIRE LIBRE,
en las llamas, explosiones y gases de ciudades devastadas en genocidio que SUS
PRACTICANTES TENÍAN QUE ESCONDER DEL MUNDO, DESPUÉS DE LA GUERRA.

6. Demostrar que existe un plan en práctica, por el cual innumerables individuos, aunque
íntimamente convencidos de su superioridad racial y espiritual... continúan obteniendo
ventajas materiales extraídas de otro pueblo... aquel que aún paga indemnizaciones y
reparaciones de guerra, en un fraude que difícilmente encuentra paralelo en la historia de los
pueblos civilizados. Entre otros tipos de indemnización, a título de curiosidad, no puede dejar
de ser mencionado que. de acuerdo con el diario “Halt” nº. 41, de enero de 1988, editado en
Viena, el aduladísimo Cazador de Brujas SIMÓN WIESENTHAL compareció hasta ahora con
pedidos de indemnización para nada menos que 89 (ochenta y nueve) tíos, tías y primos... un
verdadero record aislado...

ACLARACIONES INICIALES DEL AUTOR


Este libro es el resultado de una pesquisa histórica que mostrará los hechos completamente
desconocidos que se incorporarán o no con hechos del dominio público, luego de lo cual, el
lector tendrá la oportunidad de emitir su juicio.

Los motivos que me llevaron a investigar la historia fueron innumerables, y mencionaré


algunos: la leyenda de que los alemanes hacían jabón de judíos, aquella otra del Comandante
de un campo de concentración en Alemania, que tenía en su dormitorio un velador hecho de
orejas y piel de judíos... cámaras de gas en los campos de concentración... Personas que eran
asesinadas en los hornos crematorios (dando la idea de que asadas vivas)— Soldados
alemanes cortando cabezas de niños de pecho a hachazos, tal como fue contado en un
programa de televisión, en Río de Janeiro, en junio de 1985, por una señora que lloraba,
testigo ocular del hecho...

La historia contada por un animador de programa, también de Río de Janeiro, diciendo que vió
la foto del sexo de una señora que sirvió de cobayo, para las experiencias de cruzamiento
entre un ser humano y un jumento, hechas por el doctor Menguele... Además de toda una
serie de películas, permanentemente en exhibición, que muestran los soldados y el pueblo
alemán de forma irreal. La última de la TV que recuerdo, fue una historia llamada “Canción de
Auschwitz” en la TV Manchete, donde es entrevistada una famosa (?) cantante judía francesa,
que estuvo en aquél campo, que cantaba para los soldados y oficiales alemanes, y se
sorprendía de que los soldados recién llegados de sus trabajos de ejecución en las cámaras de
gas, pudieran llorar al oírla cantar.

Y termina contando la historia de que una vez fue convidada para dar una función especial
para el Dr. Menguele.

Cuando entró en la sala, allí estaba el terrible verdugo, rodeado de unos 20 o 30 enanos, todos
vestidos de SMOCKING!

La función fue un éxito y todos ovacionaron; cuando terminó, Méngüele condujo su rebaño de
enanitos personalmente para la cámara de gas...

Otro motivo para que yo examinase lo que realmente ocurrió en la Segunda Guerra Mundial,
fueron los indios. Por más de treinta años, vi películas donde los indios norteamericanos, o
pieles rojas, eran mostrados de manera siniestra y repugnante. Para el papel de Jerónimo, el
“Führer” de los apaches, era escogido el artista más feo y tenebroso, lo mismo sucediendo con
sus inmediatos y su ejército de indios.

Ellos eran matadores de blancos, masacrando inocentes hombres, mujeres y niños que
viajaban en carretas del “Far West”. A veces, ésos malditos indios se aprovechaban de la
ausencia de los hombres blancos para liquidar, de la forma más cruel, los niños y las mujeres,
incendiando sus casas o carretas... Sensacional y emocionante era la reacción de la platea en el
cine, cuando aparecían el “muchachito” y sus amigos, disparando sus revólveres que nunca
necesitaban recargar balas, o cuando apareja la caballería del ejército para acabar con los
malditos pieles rojas.
TODOS, rezaban para que fueran muertos!

Fue necesario medio siglo para que supiéramos exactamente lo contrario, los MALDITOS eran
justamente los que se veían presentados como héroes en el cine. Jerónimo estaba apenas
intentando preservar la tierra y sus búfalos para los indios!.....

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