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DIA DEL LIBRO

23 de abril de 2019

CEIP VICENTE ALEIXANDRE

“UNA VUELTA A LA MANZANA”


Érase una vez una manzana roja que
paseaba por el bosque con su amiga, la
pera, y de pronto la manzana desapareció…
La pera se puso muy triste y muy
preocupada porque no entendía que había
pasado con su amiga la manzana, y
emprendió un largo viaje en su busca…
En el camino encontró un manzano, y
preguntó a la familia manzana si habían
visto a su amiga, pero la familia manzana
no la había visto. Continuó su viaje y fue en
busca del sabio mandarino; él tampoco
sabía nada de la manzana, pero se quedó
muy preocupado y prometió ayudarla.
El sabio fue con ella a preguntar a otros
sabios mandarinos de otros bosques
cercanos. Todos juntos fueron a buscar por
los lugares donde solía pasear la manzana.
Se dividieron para encontrarla, uno de los
sabios vio un trozo de la manzana.
Rastrearon sus huellas y
las siguieron hasta una guarida, una cueva
que era bastante oscura. En la cueva había
telarañas y… más adentro encontraron un
agujero que llegaba hasta las cloacas…
Sintieron un poco de miedo, pero
continuaron adentrándose hasta que al
fondo vieron la figura de…. ¡Un melón!.
¿Sería un melón asesino?. Superaron el
miedo y decidieron acercarse a preguntarle.
Perdone, Sr Melón, ¿ha visto por aquí una
manzana roja? El melón contestó: ¿Soy un
melón asesino?. Será mejor que os vayáis. Vi
como caía la manzana, la quise coger, pero
no lo conseguí y se cayó al fondo de las
cloacas. Entonces, los sabios mandarinos
huyeron, pero la pera no se dio por vencida.
Bajó al fondo de las cloacas y allí se encontró
un plátano podrido….
El plátano podrido rápidamente se deshizo
de su cáscara podrida, y atacó con ella y por
sorpresa al melón. Este intentó esquivar su
llave karateca, pero no lo consiguió y cayó
al suelo. Aprovechando ese momento, la
pera y el plátano huyeron por un oscuro
hueco que había a la izquierda.
La pera preguntó al plátano podrido:
¿Dónde está la manzana?. El plátano
podrido dijo que no lo sabía y decidieron
unirse para buscarla, pero entonces bajó el
melón asesino decidido a atacar a la pobre
pera y al plátano podrido…
Ese oscuro hueco llevaba a una frutería.
Cuando entraron las frutas, estaban muy
asustadas ya que sabían que en las fruterías
se comían a las frutas. Fueron a preguntar
a unas fresas si sabían algo de la manzana
roja, y de repente, la mano del frutero
apareció y les metió en una bolsa. La bolsa
era para un científico loco que quería
hacerse una macedonia e investigar
mutaciones de frutas.
Cuando la situación no podía ser más
catastrófica, la pera seccionó con su rabito
la bolsa y cayó, junto con el plátano
podrido, al suelo. La cáscara del plátano fue
por un lado y el plátano por otro. El frutero
pisó la cáscara, resbaló, y al soltar la bolsa,
las indefensas frutas se vieron libres…
Salieron corriendo y se introdujeron en la
rejilla del aire acondicionado. La pera se
detuvo y dijo: ¡Silencio!. Oigo a mi amiga la
manzana roja al fondo del conducto.
Corrieron hacia allí, pero al llegar al
ventilador pararon bruscamente para no
ser triturados.
Para atravesar el ventilador, la pera y el
plátano llamaron al Sr Coco. Pensaron que
como su cáscara es tan dura, seguramente
tirándose contra el ventilador, conseguirían
pararlo unos instantes para que la pera y el
plátano pudieran atravesarlo. Y así fue.
Vieron un tobogán mágico que conducía a
Fruitolandia y allí se encontraron con…
una piscina enorme llena de chocolate, en
ella estaba la manzana dándose un
relajante baño y tarareando la quinta
sinfonía de Beethoven. Cuando la vieron, se
tiraron a la piscina para abrazarla, otras
frutas bajaron desde la frutería y todas
juntas celebraron una espectacular fiesta de
reencuentro donde no faltó el chocolate.
Y colorín colorado este cuento se ha
acabado… y colorín colorete… por la
chimenea sale un cohete.

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