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Integración, Inclusión

y Accesibilidad
Conceptos fundamentales para la
Educación Inclusiva

Skeilly Castellanos

2012
¿En qué se parecen y en qué
se diferencian los jóvenes
que asisten a estudiar a
cualquier institución de
Educación Superior?

Probablemente, para responder a esta pregunta usted pensará: se parecen en que


todos se quieren graduar, quieren estudiar, están construyendo su futuro, etc., y
posiblemente esto sea cierto. Pero cuando pensamos en las diferencias que existen
entre esos jóvenes, la lista podría resultar interminable: edades, género, condición
social, religión, sólo por nombrar las más básicas; pero también nos encontraremos
diferencias en estructura familiar, historias de vida, experiencia educativa previa,
procesos vocacionales, expectativas sobre la universidad y la carrera, proyecto de
vida, herramientas para enfrentar la adaptación al medio, estilos de aprendizaje,
habilidades para la vida, valores, creencias, en fin, interminables elementos que los
hacen diferentes unos de los otros, y que serán fundamentales a la hora de
enriquecer su experiencia como estudiante universitario.

¿Y qué sucede con la diversidad de


condiciones físicas y mentales?
Pues lo mismo, en esta población, existe
multiplicidad de condiciones, de
capacidades y limitaciones físicas,
mentales y psicosociales, que son parte
de las mismas diferencias que hemos
considerado.

De manera que si pensamos sobre


cuántas diferencias podemos conseguir entre la población de jóvenes que asisten a
una institución de educación superior, será sencillo concluir que encontraremos
tantas diferencias como personas haya, siendo que todos somos completamente
diferentes a los demás, sin que esto implique diferencias en nuestra condición de
personas, de ciudadanos y en nuestros derechos como seres humanos, sino que en
esta diferencia se fundamenta la riqueza de la naturaleza humana.

La discapacidad: una expresión de la diversidad

Desde los principios generales del modelo social de la discapacidad, el Dr. Aramayo
(2005) nos explica:

“Hay que entenderlo como la condena a la EXCLUSIÓN sistemática y milenaria


de las personas con discapacidad y primera FORMULACIÓN, vivencial, teórica,
explícita y contemporánea, de la visión INCLUSIVA que hoy caracteriza a la
concepción de discapacidad que es social, cultural, y sobre todo EDUCATIVA: la
sociedad debe hacer los cambios para la integración total de TODAS las
personas.”

Como recordaremos, el modelo social de la discapacidad se fundamenta en tres


premisas básicas:

Igualdad en la ciudadanía

Condena a una cultura discapacitante

Establecimiento de una agenda para el cambio


Desde esta perspectiva, lo que se pretende es entender a la persona con
discapacidad, más que a la discapacidad en sí misma, con lo cual se hace un
reconocimiento de la persona en su condición de persona, su dignidad, sus
derechos y sus capacidades.

Para este enfoque se trata


entonces de un problema
social que nos atañe a
todos, y que plantea
entender la discapacidad
desde una perspectiva,
una actitud, una filosofía
diferente, donde la
persona con discapacidad
no es excluida de la
participación plena por
una sociedad que no está
organizada en función de
ella (ANDI).

Esto quiere decir que la discapacidad es una problemática compleja donde


interactúan innumerables factores: leyes, políticas planes, programas, instituciones,
profesionales, familias, y por supuesto, la persona con discapacidad, cuya
participación es medular en la construcción del cambio hacia una mayor y mejor
participación social.

En este sentido, se plantean tres conceptos que son fundamentales: integración,


inclusión y accesibilidad.

Veamos cada uno de ellos.


Exclusión

Integración

Inclusión
Diferencia conceptual entre inclusión e integración

La integración nos conduce a creer que podemos escoger qué seres humanos tienen
derecho a estar en las escuelas, en los parques de diversiones, en las iglesias, en los
ambientes de trabajo, en todos los lugares.

Por lo tanto sólo aceptar `insertar´ en la sociedad a personas con discapacidad que
fueran consideradas listas, o casi listas, para convivir en los sitemas sociales
generales. Listas en el sentido de estar aptas para aprender, trabajar, expresarse,
moverse más o menos bien por las calles de las ciudades.

¿Y en caso de que no estuvieran listas? Que se esfuercen por estarlo.

En un contexto integracionista, lo máximo realizado para `insertar´ son pequeños


ajustes como adaptar veredas, los baños públicos o hasta recibir un niño con
discapacidad mental en el salón de clases, pero sólo si este niño pudiera “acoplarse al
resto del grupo”.

La inclusión es un nuevo camino. El derecho a escoger seres humanos es


filosóficamente ilegítimo, además de ser inconstitucional. Una sociedad

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