2dapartecapitulo Dos

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EL FUEGO Y LA CENTRALIDAD.
Según Preuss, para los coras el centro de la jícara sagrada es el fuego y el sol
al mismo tiempo. Desde la perspectiva mexica, el centro es el lugar de
Huehueteotl-Xiuhtecuhtli. La investigadora Silva Limón-Olvera ha estudiado
ampliamente la relación de Xiuhtecuhtli y el centro, además de analizar la
complejidad del simbolismo y función del centro. En un artículo titulado
“Xuihtecuhtli y la centralidad”la investigadora concluye lo siguiente:
“La gran complejidad del numen del fuego y su presencia en los diversos
sectores del universo, cuyas fuerzas sobrenaturales confluyen siempre
hacia el centro, lugar de habitación de Xiuhtecuhtli, parecen mostrar que
dicho dios es la suma y donde se lleva a cabo la reunión de todas las
fuerzas sagradas… ”
“Al igual que Ometeotl, Xiuhtecuhtli estuvo íntimamente relacionado con
todo lo que representa principio. Pero a diferencia de aquel se le rindió
un culto específico con prácticas rituales bien determinadas, tanto en el
nivel estatal como en el familiar. Dichas acciones tenían como finalidad,
la constante reactivación de su fuerza transformadora para que el
cosmos pudiera seguir funcionando. Este poder y la deidad que lo
representa, tenían su morada en la dirección central del mundo, que
constituía el principal eje que comunicaba los tres grandes sectores del
universo, además de representar el punto de unión de las cuatro
direcciones del plano terrestre. De esta manera, las fuerzas sagradas
que residían en cada uno de estos niveles y rumbos fluían hacia el

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centro y, asimismo, la fuerza generada en la quinta dirección los
invadía.”
“El tlaxicco o lugar de habitación del dios del fuego, era considerado
como el axis mundi de la quinta era o sol.”1
En este texto, Limón-Olvera deja en claro la naturaleza y función del centro
como punto de “unión de los opuestos”, sitio donde se realiza la reunión de
todas las fuerzas, y el numen privilegiado que reposa en el centro es
Xiuhtecuhtli, que por estar en el centro tiene atributos terrestres y celestes a la
vez
Michel Graulich, a partir de la idea de oposiciones binarias, ve en el rostro
central elementos celestes-solares de la mitad para arriba, las líneas alrededor
de los ojos (elemento con que se representa en códices a la deidad solar) y la
diadema, y elementos terrestres-lunares de la mitad para abajo, el rostro
descarnado y la lengua tecpatl.
Carlos Navarrete y Doris Heyden, vía la comparación con otros monumentos
arqueológicos hicieron notar el simbolismo terrestre del rostro en combinación
con elementos solares circundantes. Pero fue de nuevo Preuss el primero en
reconocer este doble valor del centro a partir de las jícaras coras:
“Existe una división del mundo en una parte oriental y una parte
occidental mitades que se representan por los atributos de la Estrella de
la Mañana, respectivamente los atributos de la diosa de la Luna. La
región superior se representa con atributos del sol y de la luz celeste, la
1
Limón-Olvera:1991: p.181
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región inferior con atributos de la diosa del Inframundo, mientras que el
centro corresponde, al fuego, al sol o a la diosa de la Tierra”2
La idea de ombligo del mundo como lugar de “unión de los opuestos”y reunión
de todas las fuerzas, se despliega en los varios valores que los investigadores
han identificado en el círculo central del monumento, el del rostro central.
El rostro tiene elementos celestes y terrestres a la vez por encontrarse en el
centro, desde esta perspectiva, de acuerdo con Felipe Solís, nos encontramos
frente a la imagen de Xiuhtecuhtli. Lo cual no entra en contradicción con el
fuerte referente solar del monumento sino que lo complementa.
Como nos dice Limón-Olvera, “el tlaxicco o lugar de habitación del dios del
fuego era considerado como el axis-mundi de la quinta era o sol”. Sin embargo,
en el mito del nacimiento del sol y la luna en Teotihuacan el elemento central
no es el sol, como usualmente se ha interpretado, sino el fuego, el fogón divino,
el teotexcalli3, donde los seres sagrados, Nanahuatzin y Tecuciztecatl, se
transforman en el sol y la luna. Por extensión, en otro nivel, el centro
representa, como afirma Graulich, el sol de la meridiana, del medio, donde se
reúnen los opuestos. Pero la centralidad del fuego no puede pasar a segundo
plano, recordemos que el disco solar se ubica en la Piedra del Calendario en la
periferia, hasta su quinto anillo (ver esquema de iconografía, ilustración 21), y
el centro corresponde al elemento ígneo del que nace el astro.
2
Preuss:1998a: p.412
3
Códice Chimalpopoca: 1992: p.121
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En la versión del mito del nacimiento del Sol y la Luna presentada por
Jerónimo de Mendieta , el fogón divino se ubica al centro y los dioses se
reparten en cuatro grupos en torno a él, en las cuatro regiones:
“… ayuntándose los dioses en un pueblo que se dice Teutiuacán, que está a
seis leguas de México, hicieron un gran fuego, y puestos los dichos dioses a
cuatro partes de él, dijeron a sus devotos que el que más presto se lanzase de
ellos en el fuego, llevaría la honra de haberse criado el sol.”4
El 4-ollin alrededor del rostro central de la Piedra del Sol reproduce
estructuralmente la misma imagen que el mito, el fuego representado por el
círculo central rodeado por las cuatro aspas que sustituyen a los dioses que
rodearon al fuego por cuatro partes.
Como anota Limón-Olvera, las fuerzas sagradas de los diversos niveles y
rumbos confluían en el centro y a la vez, la fuerza revitalizadora de la quinta
dirección se expandía a todos los rumbos y niveles. Esta fuerza fluye en un
ciclo centrífugo (del centro hacia la periferia) y centrípeto (de la periferia hacia
el centro).
El centro es el origen, es el lugar de nacimiento, del principio, de la fundación.
Este movimiento de ida y vuelta entre el centro y la periferia se asocia a la
concepción mandálica que presenta Wiercinsky. Este autor interpreta la imagen
de la Piedra del Sol como un modelo estructural de procesos cósmicos cuya
esencia consiste en el principio dinámico e informacional de la transformación
del Uno Absoluto en pares de opuestos polarizados5. El uno absoluto estaría
4
Mendieta: 1997: p.183.
5
Wiercinsky:1964: p.274
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representado por el centro que se desdobla y expande su fuerza revitalizadora
a los diversos rumbos y niveles, a la totalidad del cosmos.
El centro es el sitio donde se reúnen los poderes sagrados y desde donde
estos se expanden a los cuatro rumbos del universo. En la Piedra del Sol
podemos apreciar este doble movimiento. Por una parte la expansión del
centro a la periferia, y por otra, la contracción o regreso de las fuerzas de la
periferia hacia el centro: la doble xiuhcoatl del anillo externo nace del centro
(ilustración 31-A), se bifurca en la región oriental (ilustración 31-B),
expandiéndose, hasta alcanzar la circunferencia máxima (ilustración 31-C),
para después iniciar el movimiento de regreso, de la periferia al centro y reunir
sus dos extremos en la parte occidental del círculo, donde se encuentran las
dos cabezas (ilustración 31-D) para retornar al centro (ilustración 31-E).
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Ilustración 1. Movimiento del Centro hacia fuera y de regreso en la Piedra del Sol.
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TLOQUE-NAHUAQUE, EL CENTRO Y LA PERIFERIA.
Esta relación dinámica entre el centro y la periferia del monumento se relaciona
con uno de los nombres de Ometeotl. Me refiero al nombre Tloque-Nahuaque,
traducido normalmente como el Señor del Cerca y del Junto. Sin embargo, esta
traducción no da cuenta del proceso dinámico al que alude este nombre
náhuatl de lo sagrado. Creo que la estructura de la Piedra del Sol podría ser
una referencia simbólica del nombre Tloque Nahuaque. La palabra tloque,
alude a lo que está “cerca”, en la Piedra del Sol sería una referencia al círculo
inmediato al centro, al círculo del Nahui Ollin y al de los 20 días del mes; es
una referencia a lo sagrado como ombligo del mundo, como origen. Pero
encontramos unido a esta palabra la de nahuaque, que tiene como raíz el
término “anillo”. Este segundo término de la expresión, estaría haciendo
referencia al anillo externo del monumento, alude a la idea de mundo, a la idea
de que la divinidad lo abarca todo (Ver ilustración 32). Nahuaque tiene la
misma raíz que Anahuac, que se puede traducir como el “anillo de agua”y es
una palabra para nombrar al mundo. La expresión Tloque Nahuaque,
funcionaría en relación con la Piedra del Sol de manera similar a la relación que
existe en el mundo budista entre el mandala y los mantras que tiene asociados.
Es decir, Tloque Nahuaque es una de las varias expresiones que hacen
referencia a la imagen del monumento. Tloque relacionado con el centro del
monumento y Nahuaque relacionado con el anillo. Tloque Nahuaque, el dueño
del centro y del anillo, el Señor de la totalidad.

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NAHUAQUE
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Ilustración 2. El concepto Tloque-Nahuaque expresado en la estructura de la Piedra del Sol. Tloque, lo que está cerca (del
ombligo del mundo). Nahuaque, el anillo externo.
Desde esta perspectiva, esta expresión hace referencia también al carácter
dinámico de lo sagrado entre los nahuas. Tloque Nahuaque describe el
movimiento que va desde el centro, desde el ombligo del mundo, desde el
origen, hasta los cuatro rumbos cósmicos, hasta las fronteras del universo,
para después regresar nuevamente al origen. La relación entre la expresión
lingüística y la imagen, deja ver la concepción dinámica de lo sagrado entre los
mexicah, donde todo regresa al origen, tiempo cíclico donde el principio y el fin
se tocan en el centro del mundo.
EL TONAMETL O RAYO SOLAR
El desdoblamiento del Uno en pares de opuestos queda simbolizado en
la figura del rayo solar, cuyo vértice representa al Uno desdoblándose en pares
de opuestos representados por las dos volutas del extremo opuesto del rayo
(Ilustración 33). Lo más interesante sobre esta figura es que la Piedra del Sol
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representa un gran rayo solar de forma circular, el vértice del rayo está
representado por el círculo central y las dos volutas están representadas por la
doble serpiente de fuego del anillo externo(ilustración 34).
UNO
Desdoblándose en
par de opuestos
DOS VOLUTAS
Ilustración 3. Rayo Solar. El Uno desdoblándose en pares de opuestos.
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Desdoblándose en
par de opuestos
UNO
DOS VOLUTAS
Ilustración 4. El Gran Rayo Solar en la Piedra del Sol: El vértice sobre el rostro central, las dos volutas sobre los rostros perfil de
la doble serpiente del anillo externo
Existen nueve rayos en el monumento (ver ilustración 35): cuatro en los
rumbos cardinales, cuatro en los rumbos ínter cardinales y uno que tiene el
vértice sobre el rostro central, señalando la quinta dirección. Las volutas en las
que se desdobla el rayo central quedan figuradas por las dos serpientes que
rematan exactamente igual que los rayos. Esta figura, la del rayo solar,
representa el desdoblamiento de la unidad en pares de opuestos.

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Ilustración 5. Los 9 Rayos solares. 4 cardinales (rojo), 4 intercardinales (azul) y el 9o Rayo (verde) cuyo vértice está sobre el
rostro central y sus dos volutas en el anillo externo sobre las fauces de la doble serpiente.
La relación entre el vértice del 9º rayo sobre el rostro central y las dos
serpientes del anillo externo como volutas del mismo se confirma a través de la
relación entre el rostro central y los rostros-perfiles que emergen de las fauces
de las xiuhcocoa. El rostro-frontal-Uno del vértice-centro se desdobla en Dos-
rostros-perfil en las volutas representadas por las cabezas de la xiuhcoatl6 (Ver
ilustración 36). Queda así representada la idea de la unidad desdoblándose en
dos mitades y a la vez, la idea de la dualidad integrada por un tercer elemento
central con atributos antropomorfos. El gran rayo central se desdobla pasando
al oriente de donde nace la doble serpiente, separándose la dualidad para
después en el occidente volverse a reunir al alcanzar de nuevo el axis mundi,
dibujando un movimiento de expansión-contracción que tiene como principio y
fin el eje marcado por el oriente-centro-occidente (ver ilustración 31).

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Cabe agregar aquí que uno de los dos rostros de perfil del anillo externo
muestra los mismos adornos que el rostro frontal del centro. Se trata del rostro-
perfil ubicado a la derecha del observador en el que podemos observar el
mismo adorno de la frente, las orejeras y la nariguera que el rostro frontal del
centro del monumento.
El análisis del Gran Rayo solar y la relación entre el Rostro frontal del centro y
los dos rostros de perfil del anillo externo permiten asociar la idea de la unidad
desdoblándose en dos mitades a la idea del Uno auto-reflejándose para crear
el mundo. Esta idea que asocia la Dualidad y la Auto-reflexión del Uno la
encontramos en las dos versiones del mito de la creación del mundo por
Quetzalcoatl y Tezcatlipoca7, donde el primero representa el Uno y el segundo
la reflexión de éste (en una versión Tezcatlipoca es una serpiente de espejos y
en la otra es un árbol de espejos8). Que uno de los rostros perfil del anillo
externo tenga los mismos elementos que el rostro del Centro quiere decir que
este representa a la Unidad y el otro rostro-perfil representa su reflejo: la auto-
reflexión como desdoblamiento de la Unidad Primordial.
7
Ver Garibay, Teogonia e historia de los mexicanos, 1996.
8
Garibay: 1996: 32
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Ilustración 6. El Rostro frontal del Centro se desdobla en dos rostros de perfil en el anillo externo.
El tema de los opuestos divinos reconciliados por un tercer elemento con
características humanas ha sido estudiado por Rubén Bonifaz Nuño en varias
esculturas prehispánicas, incluida la Piedra del Sol. Para este autor, la Piedra
del Sol es una representación plástica de un mito cosmogónico consignado en
la Hystoire du Mexique donde Quetzalcoatl y Tezcatlipoca se transforman en
serpientes y “asen por manos y pies a la diosa con figura humana”9 creando de
esta forma el cielo y la tierra. Bonifaz Nuño cuestiona la difundida idea de la
dualidad nahua como lucha de contrarios, de choque de fuerzas antagónicas y
dice:
“habrá que admitir que siempre que algo se produce o tiene origen,
interviene, además de los principios que antagonizan entre sí, un tercer
elemento que, fecundando y transmutando a aquéllos, esto es al positivo
9
Bonifaz Nuño:1986: p.136
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y al negativo, al masculino y al femenino, hace posible que su
enfrentamiento se convierta en alianza productora”10
Y, analizando el relato del momento de creación del cielo y la tierra, del
universo, el autor anota:
“En ese instante prodigioso, los tres elementos se constituyen en unidad,
en la unidad del poder supremo, de la suprema potencia en el umbral
mismo del acto universal… ”
“Imaginemos este instante, de una plasticidad milagrosa; sus elementos
indispensables: dos serpientes y un hombre… ”
“Creo que no será posible negar la coincidencia de estas
representaciones plásticas con la descripción narrada en la Hystoire du
Mechique.”11
Las dos serpientes conforman el anillo externo del monumento, “la orilla del
mundo”, el rostro central, antropomorfo, ubicado en la quinta dirección, el
centro, representa el tercer elemento que permite la unión creadora de los
contrarios. Desde la óptica de la Piedra del Sol como Gran rayo solar, vemos
que la dualidad serpentina nace de la unidad simbolizada por el rostro central,
éste se desdobla como manifestación del poder dual (Ometeotl) que constituye
el universo. Más adelante continuaremos con el tema de la energética de la
unidad sagrada desdoblándose en pares de opuestos para que después éstos
sean reintegrados a la unidad por un tercer elemento.
10
Bonifaz Nuño: op. cit. p.138
11
Bonifaz Nuño: op. cit. : p.142-143
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XIUHTECUHTLI, OTRAS RELACIONES ENTRE SU COMPLEJO

SIMBÓLICO
Y LA IMAGEN DE LA PIEDRA DEL SOL.
Anotaremos aquí otras características del monumento en relación a
Xiuhtecuhtli y la centralidad. En el hipotético caso de que el rostro central
representara a Xiuhtecuhtli, es importante anotar que en la periferia, en el anillo
externo se ubica la doble Xiuhcoatl. Es bien conocido que la Xiuhcoatl es el
nahualli de Xiuhtecuhtli, su doble. Lo interesante es que siguiendo la traducción
que hace López Austin del termino nahualli, este se puede traducir al castellano
literalmente como “lo que es mi cobertura”, “lo que se lleva alrededor”,
partiendo de la partícula nahua que se traduce como “anillo o alrededor”. En la
imagen de la Piedra del Sol tenemos que la Xiuhcoatl, nahualli de Xiuhtecuhtli
(representado por el rostro central del monumento) es literalmente “lo que lleva
a su alrededor, lo que lleva en el anillo que lo rodea.”12 (Ver ilustración 37)
12
López Austin: 1998: p.118
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XIUHTECUHTLI
Xiuhcoatl, el nahualli de Xiuhtecuhtli: lo que lleva

de cobertura, lo que lleva a su alrededor
Ilustración 7. El Rostro central como Xiuhtecuhtli rodeado por la Xiuhcoatl (anillo externo), su nahualli que quiere decir
literalmente "lo que lleva a su alrededor".
Al dios del fuego, del centro y del tiempo se le daban otros varios nombres que
adquieren un nuevo sentido al relacionarse con la imagen de la Piedra del Sol.
A continuación presentamos el listado de los nombres del numen que se
relacionan directamente con elementos estructurales de la imagen del
monumento:
Tocenta: Literalmente “Nuestro Padre Unitario”, nombre que hace
referencia a Xiuhtecuhtli como señor de la Totalidad, como señor del
centro del universo, de la totalidad de la imagen del mundo esculpida en
el monumento.
Nauhyotecuhtli: “Señor del Conjunto del Cuatro”, hace referencia a
Xiuhtecuhtli como señor de los Cuatro rumbos horizontales que en la
Piedra están simbolizados por los cuatro rayos cardinales. Sin embargo,
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también existe una relación evidente entre este nombre del numen y el
glifo 4 ollin.
Chicnauhyotecuhtli: “Señor del Conjunto del Nueve”, hace referencia a
Xiuhtecuhtli como señor de los nueve niveles del inframundo, pero
también según algunas fuentes, de los Nueve niveles o dobleces del
Cielo. En la imagen de la Piedra del Sol se representa el conjunto del
Nueve con los rayos solares: 4 cardinales, 4 intercardinales y 1 rayo
central sobre el rostro antropomorfo frontal.
Cuezaltzin: “Venerable Pluma Roja”. De acuerdo con los últimos análisis
de los colores originales del monumento sobresalen los colores rojo y
amarillo.13
NAUHYOTECUHTLI-XIUHTECUHTLI
Ilustración 8. Xiuhtecuhtli como Señor del Conjunto del Cuatro, haciendo referencia a las cuatro aspas del 4-ollin.
13
Para una lista de las distintas advocaciones del Dios del Fuego revisar Limón Olvera: 2001: p.319
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CHICNAUHTECUHTLI-XIUHTECUHTLI
Ilustración 9. Xiuhtecuhtli como Señor del Conjunto del Nueve representado por los 9 Rayos Solares.
TLACHIALONI, EL MIRADOR.
No podemos dejar de hacer referencia a un instrumento que portaba
Xiuhtecuhtli, se trata del tlachialoni, literalmente, “miradero”o “mirador”. Se
trata de un espejo dorado que portaba en una de sus manos no sólo
Xiuhtecuhtli sino otros númenes como Tezcatlipoca. El tlachialoni, instrumento
para mirar era “una chapa dorada horadada por el centro”y se decía que por el
agujero del centro, el dios miraba sin ser visto, todo lo que acontecía en el
mundo.
La imagen de la Piedra del Sol bien podría ser un tlachialoni, un gran
espejo dorado (recordemos los principales colores del monumento, rojo y
amarillo) con un agujero en el centro, en vez de un agujero en la región central
nos encontramos con un rostro antropomorfo. José de Jesús Alberto Cravioto

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es el primero en explorar la posibilidad de concebir la imagen de la Piedra
como un espejo:
“Y como una hipótesis a comprobar, se podría decir que también es la
representación de un gran espejo, un espejo incandescente donde la
cara sería la superficie de éste, la mariposa flamígera correspondería al
ollin, con rayos y flamas, y circundando el espejo, las xiuhcocoa.”14
La forma circular del monumento lo vincula con el espejo, es interesante
observar que el tlachialoni tenía un agujero en el centro por donde el dios
miraba sin ser visto, de ahí el nombre del espejo, tlachialoni, miradero o
mirador. En la Piedra del Sol, el agujero del centro está sustituido por un rostro
humano, que de igual forma puede hacerle de “miradero”por donde el dios
mira sin ser visto, pues como hemos anotado, se trata de un rostro
antropomorfo que lanza su mirada desde el ombligo del universo, el lugar del
origen, el sitio de reunión de los poderes sagrados del mundo. Recordemos
que contamos con multitud de representaciones del ollin donde el rostro central
es sustituido por un ojo. En náhuatl, la palabra para rostro y para ojo es la
misma: ixtli. Más adelante veremos que las relaciones entre la imagen de la
Piedra del Sol y el espejo no terminan aquí sino que se extienden a través del
glifo de Tezcatlipoca, varias veces representado en el monumento, además de
que existe una relación íntima entre la idea de Unidad conformada por dos
mitades y la idea de espejo que refleja esa unidad generando la Dualidad.
Por último no podemos omitir en este apartado la existencia de varios
elementos entre el vértice del rayo solar central y el cuadrete de Ehecatl. Estos
14
Cravioto: 2002: p.46
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elementos también tienen relación con Xiuhtecuhtli. Se trata de la xihuitzolli o
diadema real, la yacaxihuitl o nariguera de turquesa y el pectoral escalonado.
Estos tres elementos forman parte de los atavíos del Señor del Fuego, aunque
también están relacionados con los señores y tlahtoque, como bien propone
Eduard Seler15. Esto nos sirve para hacer referencia a la íntima relación entre
la institución del señorío y el complejo simbólico de Xiutecuhtli, recordemos por
lo pronto que en la fiesta Izcalli, el tlahtoani vestía los atavíos de Xiuhtecuhtli y
al numen se le esculpía la cara a imagen del tlahtoani en turno16. Numen y
gobernante se volvían cada uno imagen del otro. En los siguientes capítulos
analizaremos con más detalle la relación entre el rostro central, Xiuhtecuhtli y el
tlahtoani. Para Seler, Beyer y Graulich, la Xihuitzolli y demás elementos recién
mencionados eran símbolo de los guerreros muertos en guerra o sacrificados,
tema al que también volveremos más adelante.
15
Seler, 1911.
16
Sahagún: 1989: t1: p.47-48

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al mismo tiempo. Desde la perspectiva mexica, el centro es el lugar de

Huehueteotl-Xiuhtecuhtli. La investigadora Silva Limón-Olvera ha estudiado

ampliamente la relación de Xiuhtecuhtli y el centro, además de analizar la

complejidad del simbolismo y función del centro. En un artículo titulado

“Xuihtecuhtli y la centralidad”la investigadora concluye lo siguiente:

sectores del universo, cuyas fuerzas sobrenaturales confluyen siempre

hacia el centro, lugar de habitación de Xiuhtecuhtli, parecen mostrar que

dicho dios es la suma y donde se lleva a cabo la reunión de todas las

“Al igual que Ometeotl, Xiuhtecuhtli estuvo íntimamente relacionado con

todo lo que representa principio. Pero a diferencia de aquel se le rindió

un culto específico con prácticas rituales bien determinadas, tanto en el

nivel estatal como en el familiar. Dichas acciones tenían como finalidad,

la constante reactivación de su fuerza transformadora para que el

cosmos pudiera seguir funcionando. Este poder y la deidad que lo

representa, tenían su morada en la dirección central del mundo, que

universo, además de representar el punto de unión de las cuatro

direcciones del plano terrestre. De esta manera, las fuerzas sagradas

que residían en cada uno de estos niveles y rumbos fluían hacia el

centro y, asimismo, la fuerza generada en la quinta dirección los

como el axis mundi de la quinta era o sol.”1

En este texto, Limón-Olvera deja en claro la naturaleza y función del centro

como punto de “unión de los opuestos”, sitio donde se realiza la reunión de

todas las fuerzas, y el numen privilegiado que reposa en el centro es

Xiuhtecuhtli, que por estar en el centro tiene atributos terrestres y celestes a la

Michel Graulich, a partir de la idea de oposiciones binarias, ve en el rostro

central elementos celestes-solares de la mitad para arriba, las líneas alrededor

de los ojos (elemento con que se representa en códices a la deidad solar) y la

diadema, y elementos terrestres-lunares de la mitad para abajo, el rostro

descarnado y la lengua tecpatl.

Carlos Navarrete y Doris Heyden, vía la comparación con otros monumentos

arqueológicos hicieron notar el simbolismo terrestre del rostro en combinación

con elementos solares circundantes. Pero fue de nuevo Preuss el primero en

occidental mitades que se representan por los atributos de la Estrella de

la Mañana, respectivamente los atributos de la diosa de la Luna. La

región superior se representa con atributos del sol y de la luz celeste, la

región inferior con atributos de la diosa del Inframundo, mientras que el

centro corresponde, al fuego, al sol o a la diosa de la Tierra”2

han identificado en el círculo central del monumento, el del rostro central.

El rostro tiene elementos celestes y terrestres a la vez por encontrarse en el

frente a la imagen de Xiuhtecuhtli. Lo cual no entra en contradicción con el

fuerte referente solar del monumento sino que lo complementa.

en el mito del nacimiento del sol y la luna en Teotihuacan el elemento central

no es el sol, como usualmente se ha interpretado, sino el fuego, el fogón divino,

el teotexcalli3, donde los seres sagrados, Nanahuatzin y Tecuciztecatl, se

transforman en el sol y la luna. Por extensión, en otro nivel, el centro

representa, como afirma Graulich, el sol de la meridiana, del medio, donde se

plano, recordemos que el disco solar se ubica en la Piedra del Calendario en la

periferia, hasta su quinto anillo (ver esquema de iconografía, ilustración 21), y

el centro corresponde al elemento ígneo del que nace el astro.

Jerónimo de Mendieta , el fogón divino se ubica al centro y los dioses se

reparten en cuatro grupos en torno a él, en las cuatro regiones:

“… ayuntándose los dioses en un pueblo que se dice Teutiuacán, que está a

ellos en el fuego, llevaría la honra de haberse criado el sol.”4

El 4-ollin alrededor del rostro central de la Piedra del Sol reproduce

estructuralmente la misma imagen que el mito, el fuego representado por el

rodearon al fuego por cuatro partes.

Como anota Limón-Olvera, las fuerzas sagradas de los diversos niveles y

rumbos confluían en el centro y a la vez, la fuerza revitalizadora de la quinta

dirección se expandía a todos los rumbos y niveles. Esta fuerza fluye en un

El centro es el origen, es el lugar de nacimiento, del principio, de la fundación.

Este movimiento de ida y vuelta entre el centro y la periferia se asocia a la

concepción mandálica que presenta Wiercinsky. Este autor interpreta la imagen

de la Piedra del Sol como un modelo estructural de procesos cósmicos cuya