Escolar Documentos
Profissional Documentos
Cultura Documentos
Fernando Javier Camba García, representante común de las quejosas, con apoyo
en el artículo 111 de la Ley de Amparo, comparezco para formular una ampliación
de nuestra demanda, en los términos que enseguida expongo, declarando que los
datos de las quejosas no varían, y que sigue sin existir alguna tercera interesada.
Bajo protesta de decir verdad, se manifesta que los hechos y abstenciones que
conforman los antecedentes esenciales del acto que se reclama son los siguientes:
3. Finalmente, importa señalar que con fecha 22 de febrero de este año, Paloma
Neumann Gómez y Luis Miguel Cano López sostuvieron una reunión de trabajo
con personal de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios.
V. Concepto de violación
En síntesis, lo que se solicitó a la COFEPRIS fue que ajustara las normas oficiales
mexicanas sobre calidad de aire a los valores más protectores de la Organización
Mundial de la Salud (la OMS), y mientras eso acontecía, que emitiera una norma
de emergencia que adoptara esos valores en lo que resultaran más favorables.
Ambas cosas se respaldaron tanto en información oficial, como en reglas jurídicas.
“el proceso de actualización de las Normas Oficiales Mexicanas (NOM’s) tiene como
objetivo fijar límites más estrictos de las concentraciones de los contaminantes criterio
en el ambiente, como medida de protección a la salud de la población, de acuerdo al
principio precautorio y la evidencia científica reciente en materia de evaluación del
impacto en la salud por la exposición a contaminantes atmosféricos, con el objetivo
en el corto y mediano plazo de equipararlos con las metas finales establecidas en las
Guías de Calidad del Aire de la Organización Mundial de la Salud (OMS), como
directrices de referencia.”
Mientras que del otro lado, en la otra parte de su cuestionada respuesta a nuestra
petición –contenida en el oficio número CGJC/OR/877/2018–, luego de identificar
las NOM’s que regulan la calidad del aire, de referir el estado que lleva el proceso
de consulta de la norma PROY-NOM-022-SSA1-2017, y de reenviar a la opinión
técnica recién destacada, las responsables indicaron que: “de conformidad con los
acuerdos derivados de la reunión, esta Comisión seguirá en espera de recibir por
parte de su representada, los puntos y alcances que bajo su consideración deberá
acotar la Norma Oficial Mexicana de Emergencia que sugiere”. Postura que no
tiene sentido, ni es consistente con el escrito de petición originalmente formulado.
Es bajo este escenario que se debe concluir que la respuesta a nuestra petición
ha sido en sentido negativo, acorde las razones expuestas en ambos documentos.
El razonamiento que sostiene este único concepto de violación es tan simple como
contundente: (i) nuestra Constitución, en su artículo cuarto, reconoce los derechos
humanos a un medio ambiente sano para el desarrollo y bienestar de todas las
personas, a la par que a la protección de la salud; (ii) esos derechos se ven
potenciados en relación con el derecho al desarrollo integral de niñas y niños,
también reconocido en ese mismo precepto constitucional; (iii) el derecho a la vida
y los otros derechos se nos reconocen en los artículos 6, 24 y 27 de la CDN; (iv)
respecto de todos esos derechos humanos, las autoridades responsables, en el
ámbito de sus competencias, tienen a cargo, entre otras, obligaciones correlativas
de respeto y protección, así como de prevención de sus violaciones, conforme al
artículo primero constitucional, párrafo tercero; (v) el cumplimiento de tales
deberes se tiene que dar de la forma en que se favorezca en todo tiempo el nivel
de protección más amplio, de acuerdo al mandato establecido en el artículo
primero constitucional, párrafo segundo; (vi) por lo mismo, se les puede exigir a las
responsables de este caso, el ajuste de las NOM’s sobre calidad del aire, a fin de
que plasmen los valores que resulten más protectores recomendados por la OMS;
(vii) y mientras eso sucede, también se les puede exigir que emitan una norma de
emergencia para adoptar los valores más favorables de protección en torno a la
calidad del aire; (viii) exigencias que no pueden evadirse poniéndolas a cargo de
las quejosas –como se aduce para la norma de emergencia–, ni pretextando que
los valores de la OMS son recomendaciones o tienen naturaleza programática
sujeta al margen de apreciación gubernamental; (ix) puesto que eso no justifica la
inobservancia de cumplir con el mandato de máxima protección de esos derechos.
Protesto lo necesario, en la Ciudad de México, a los siete días del mes de mayo
del año dos mil dieciocho.