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peaje

nombre masculino
1. 1.
Pago correspondiente a los derechos de tránsito o circulación por determinados
lugares, como algunas autopistas, puentes, túneles, aduanas, etc.
"según las autoridades del puerto, se tendrá que pagar un peaje de 50 000 pesos;
en algunas ciudades los automóviles pagan peaje por acceder al centro"
2. 2.
Lugar donde se paga ese derecho de tránsito o circulación.
"la señal de tráfico anuncia que el peaje está a dos kilómetros; existe un tránsito
normal, que puede contabilizarse, haciendo el recuento de autos que pasan por el
peaje en una hora"

Peaje
(Derecho Administrativo) Derecho percibido por la utilización de una obra
pública por los particulares, en beneficio de la persona pública o
del concesionario que, habiendo construido la obra, está encargado de
administrarla.

Derecho Administrativo

El peaje, cuyo origen institucional parece poder remontarse incluso a las


civilizaciones egipcia y persa, no siendo tampoco desconocido en tiempos
del esplendor romano, del que lo hemos heredado, ha sufrido a lo largo de
la historia una notable evolución. En la Edad Media el peaje designaba
el tributo que se exigía por el soberano o por el señor feudal a quien se
hubiese concedido esa facultad, para que las personas o
las mercancías pudiesen transitar por determinados puntos de las vías
de comunicación, cruzar un río o un puente, acceder a una ciudad, etc.,
recibiendo un nombre determinado en función del lugar de paso, así,
«pontazgo», portorium... Se configuraba como un mecanismo apto para
obtener recursos generales que no eran destinados necesariamente a
construir y/o mantener la infraestructura por la que el pago del peaje
autorizaba a discurrir; esto es, funcionaba el peaje a modo de
verdadera aduana interior. Actualmente, esta figura se concibe como el
medio a través del cual, mediante el abono de una cantidad de dinero,
los usuarios de algunas obras públicas, fundamentalmente carreteras o
puentes, participan en la financiación de su construcción
y/o mantenimiento. Es tradicional en nuestro país acudir al peaje como
medio de pago al contratista-concesionario que se compromete a la
construcción y/o explotación de una obra de las características de las
apuntadas, pues a él es a quien se faculta a cobrarlo de las personas que
hagan uso de las mismas. Como muestra señera de lo expuesto, puede
traerse a colación lo dispuesto en el art. 14 de la Ley 10/1972, de 10 de
mayo, sobre construcción, conservación y explotación de las Autopistas
de peaje, en régimen de concesión, que reconoce al concesionario, una
vez finalizadas las obras pertinentes, el derecho a percibir de los usuarios
por la utilización de las instalaciones viarias, el peaje que corresponda por
aplicación de las tarifas aprobadas.

El peaje es la contribución o pago que le concesionario de la obra


pública tiene derecho de exigir a los administrados que utilizan esa obra
(camino, puente, aeródromo, etcétera). Desde luego, dicho cobro, en su
momento y modalidades, no depende de
la voluntad o arbitrio del concesionario, sino de lo que se haya
establecido ab initio con el estado de formalizarse la concesión: en caso
contrario, eso lo determina la Administración pública, ateniéndose a
los principios que correspondan en derecho administrativo.

Lógicamente, para que la obra pública sea financiada mediante el sistema


de peaje, ha de tratarse de obras destinadas al uso público directo e
inmediato: quienes utilicen la obra, pagaran peaje.

En concepto amplio, derecho de tránsito como impuesto por el paso a


través de caminos, canales o puentes, realícenlo vehículos, lleven éstos
carga o vayan de vacío. | Más propiamente, para deslindar la noción de la
de portazgos, pontazgos y barcajes, incluidos en la acepción primera,
el derecho que se paga y se cobra, según la situación del
sujeto deudor o acreedor, al pasar por caminos ajenos o públicos, tanto
las personas como las caballerías que conduzcan, con carga o sin ella.

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