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Atahualpa Yupanqui

Atahualpa Yupanqui (Juan A. de la Peña, Pergamino, 31 de enero de 1908 - Nîmes, Francia; 23 de


mayo de 1992), seudónimo de Héctor Roberto Chavero23, fue un cantautor, guitarrista, poeta y
escritor argentino.

Ampliamente considerado como el músico argentino más importante y destacado de la historia


del folklore.4 En 1986 Francia lo condecoró como Caballero de la Orden de las Artes y las Letras.

Índice

1 Biografía

2 Canciones más conocidas

3 Discografía

3.1 Discos de pasta 78 RPM

3.2 Álbumes

4 Libros

5 Filmografía

6 Véase también

7 Referencias

8 Enlaces externos

Biografía

Nació el 31 de enero de 1908 en el Campo de la Cruz (de la familia Segoburo, con sus tíos
abuelos vascos). Era una antigua posta rural, equidistante del pueblo de Colón y de la ciudad de
Pergamino, al norte de la provincia de Buenos Aires.5 Su padre mestizo de origen quechua, era
oriundo de Monte Redondo, en la provincia argentina de Santiago del Estero, y su madre, de
apellido Aramburu, era criolla de padres vascos. Su infancia transcurrió en Agustín Roca (partido
de Junín), donde su padre trabajaba en el ferrocarril como telegrafista y se dedicaba también a la
doma de caballos. Inicialmente estudió violín con el padre Rosáenz, el cura del pueblo. Más
tarde aprendió a tocar la guitarra en la ciudad de Junín con el concertista Bautista Almirón, quien
sería su único maestro. Inicialmente vivió en Junín en la casa de Almirón; posteriormente
regresó al pueblo de Roca y viajaba 16 km a caballo para tomar las lecciones en la ciudad.6 Con
Almirón, Roberto Chavero descubrió la música de Sor, Albéniz, Granados y Tárrega, y también las
transcripciones para guitarra de obras de Schubert, Liszt, Beethoven, Bach y Schumann.

En 1917 con su familia pasó unas vacaciones en la provincia de Tucumán, y allí conoció un nuevo
paisaje y una nueva música, con sus propios instrumentos, como el bombo y el arpa india, y sus
propios ritmos, la zamba, entre ellos.3 La temprana muerte de su padre lo convirtió
prematuramente en jefe de familia. Fue improvisado maestro de escuela, luego tipógrafo,
cronista y músico. Jugó tenis, boxeó y se hizo periodista. A los 19 años de edad, compuso su
canción «Camino del indio».5 Conoció Jujuy, los valles calchaquíes y el sur de Bolivia. Con sus 20
años de edad, llegó a la ciudad de Urdinarrain con su guitarra, su lugar preferido era "La
Amarilla", el escenario perfecto para desgranar cifras, milongas y cifras. Trabajo como peón para
la Casa Goldaracena.

En 1931 se casó con su prima María Alicia Martínez, quien tenía un hijo nacido en 1923 de una
pareja anterior. No le había ido bien en la ciudad de Buenos Aires, así que se fueron a la
provincia de Entre Ríos, en Urdinarrain, nació su primera hija, Alma Alicia Chavero. Mucho
tiempo después se afincaron un tiempo en Tala.

En enero de 1932 participó en la fallida intentona revolucionaria de los hermanos Kennedy, en La


Paz (provincia de Entre Ríos), en la cual estuvieron envueltos también el coronel Gregorio Pomar
y el escritor Arturo Jauretche, quien inmortalizó la patriada en su poema gauchesco El Paso de
los Libres.

Después de esta derrota debió exiliarse. Tuvo que refugiarse un tiempo en Montevideo
(Uruguay), y luego en otras localidades del interior oriental y el sur de Brasil. Mientras tanto su
esposa había regresado a Junín (provincia de Buenos Aires), donde el 11 de enero de 1933 nació
su segundo hijo, Atahualpa Roberto Chavero. Finalmente en 1936 en Rosario nació Lila Amancay
Chavero. Al año siguiente, se separó de su mujer. Ella y los cuatro hijos volvieron a Junín.

En 1934 reingresó a la Argentina por Entre Ríos y se radicó en Rosario (provincia de Santa Fe). En
1935 se estableció en Racó, un caserío a unos 40 km al noroeste del pueblo de Tafí Viejo
(provincia de Tucumán). Pasó brevemente por la ciudad de Buenos Aires ―donde diversos
intérpretes comenzaban a popularizar sus canciones― para actuar en radio. Recorrió después
Santiago del Estero, para retornar por unos meses a Raco en 1936. Realizó una incursión por
Catamarca, Salta y Jujuy. Más tarde visitó nuevamente el altiplano en busca de testimonios de
las viejas culturas originarias. Retornó a los valles calchaquíes, recorrió a lomo de mula los
senderos jujeños y residió por un tiempo en Cochangasta (una aldea a dos kilómetros del ciudad
de La Rioja).

En Tucumán, en 1942, conoció a la pianista y compositora sampedrina francocanadiense Nenette


Pepín (1908-1990), con la que convivió los siguientes 48 años.7

Como en Argentina no existía el divorcio, tuvieron que casarse vía Montevideo (en 1946), por lo
que legalmente Yupanqui era bígamo. Con Nenette tuvo su último hijo, Roberto Chavero, el cual
fue el único que Atahualpa Yupanqui mostró como tal, tal vez influido por Nenette, quien llevaba
las riendas en la pareja.8

A causa de su afiliación al Partido Comunista, Yupanqui sufrió la censura durante la presidencia


de Juan Domingo Perón. Fue detenido y encarcelado varias veces. Al respecto ha dicho
Yupanqui:

En tiempos de Perón estuve varios años sin poder trabajar en la Argentina... Me acusaban de
todo, hasta del crimen de la semana que viene. Desde esa olvidable época tengo el índice de la
mano derecha quebrado. Una vez más pusieron sobre mi mano una máquina de escribir y luego
se sentaban arriba, otros saltaban. Buscaban deshacerme la mano pero no se percataron de un
detalle: me dañaron la mano derecha y yo, para tocar la guitarra, soy zurdo. Todavía hoy, a varios
años de ese hecho, hay tonos como el si menor que me cuesta hacerlos. Los puedo ejecutar
porque uso el oficio, la maña; pero realmente me cuestan.

Atahualpa Yupanqui9

Chavero se fue a Francia en 1949, ya utilizaba el seudónimo Atahualpa Yupanqui.10 La cantante


Edith Piaf lo invitó a actuar en París el 7 de julio de 1950. Inmediatamente firmó contrato con
Chant du Monde, la compañía de grabación que publicó su primer LP en Europa, Minero soy, que
obtuvo el primer premio de mejor disco de la academia Charles Cros, que incluía 350
participantes de todos los continentes en el Concurso Internacional de Folclor. Posteriormente,
viajó extensamente por Europa.

En 1952, Yupanqui regresó a Buenos Aires, donde rompió su relación con el Partido Comunista,
lo que hizo más fácil para él concertar actuaciones en radio. Mientras que con su esposa Nenette
(Paule Pepín Fitzpatrick) construía su casa de Cerro Colorado (Córdoba), Yupanqui recorría el
país. Musicalizó las películas Horizontes de piedra (1956), basada en su libro Cerro Bayo y Zafra
(1959), actuando también en las mismas.11

Atahualpa Yupanqui en el Festival de Cosquín.

Nenette fue autora de 65 canciones, entre las más conocidas de Atahualpa, como

Baguala del pobrecito,

Chacarera de las piedras,

Coplas del caminador,

Cuando duerme la guitarra,

De aquellos cerros vengo,

De tanto dir y venir,

El alazán,

El arriero va,

El cielo está dentro de mí,

El coyita,

El niño duerme sonriendo,

Flor del cerro,

Guitarra dímelo tú,

Indiecito dormido,

La montaraza,
Luna tucumana,

Me gusta mirarlo al hombre,

Mi pago viejo,

Milonga del paisano,

Payo Solá,

Sin caballo y en Montiel,

Vidalita tucumana,

Yo quiero un caballo negro,

Zamba del ayer feliz,

Zamba del otoño y

Zambita del buen amor.12

Dado el machismo de la época, Atahualpa publicó esas canciones como escritas por el
inexistente poeta Pablo del Cerro.

El reconocimiento del trabajo etnográfico de Yupanqui se generalizó durante los años sesenta, y
artistas como Mercedes Sosa, Alberto Cortez y Jorge Cafrune grabaron sus composiciones y lo
hicieron popular entre los músicos más jóvenes, que se refieren a él como Don Ata.

Yupanqui alternaba entre sus casas en Buenos Aires y Cerro Colorado (provincia de Córdoba).
Durante 1963 y 1964, realizó una gira por Colombia, Japón, Marruecos, Egipto, Israel e Italia. En
1967 realizó una gira por España estableciéndose finalmente en París (Francia). Volvió
periódicamente a la Argentina ―en manos de diversas dictaduras―. En 1973, con el regreso de
Juan Domingo Perón, apareció en la película Argentinísima II. Pero sus visitas se hicieron menos
frecuentes cuando la dictadura cívico-militar (1976-1983) de Jorge Rafael Videla llegó al poder
en marzo de 1976.

Con el regreso de la democracia, a mediados de los años ochenta presentó varias obras en el
famoso café concert y galería La Capilla, ubicado en Suipacha 842 (Buenos Aires). En 1985
obtuvo el premio Kónex de brillante como mayor figura de la Historia de la música popular
argentina.13 En 1986, el Gobierno de Francia lo condecoró como Caballero de la Orden de las
Artes y las Letras. En 1987 volvió a Argentina para recibir el homenaje de la Universidad Nacional
de Tucumán. En 1989 debió internarse en Buenos Aires para superar una dolencia cardíaca, pese
a lo cual en enero de 1990 participó en el Festival de Cosquín. Sin embargo, a los pocos días
Yupanqui viajó a París para cumplir con un contrato artístico.

El 14 de noviembre de 1990 falleció en Buenos Aires su esposa Paula Nenette Pepín (1908-1990).

En 1992, Yupanqui volvió a Francia para actuar en la ciudad de Nîmes, donde se indispuso y
falleció el 23 de mayo de 1992. Por su expreso deseo, sus restos fueron repatriados y descansan
en Cerro Colorado bajo un roble europeo.

Sus composiciones forman parte del repertorio de innumerables artistas, tanto en Argentina
como en distintas partes del mundo, tales como:

Los Chalchaleros,

Daniel Viglietti †

Los Fronterizos,

Los Tucu Tucu,

Horacio Guarany,†

Mercedes Sosa,†

el Dúo Salteño,

Facundo Cabral,†

Jorge Cafrune,†

Alfredo Zitarrosa,†

José Larralde,

Víctor Jara,†

Ángel Parra,†

Inti-Illimani,
Juan Carlos Baglietto,

Alberto Cortez,

Pedro Aznar,

Liliana Herrero,

Jairo,

Soledad Pastorutti,

Divididos,

Marie Laforêt,

Mikel Laboa,†

Federico Pecchia

Enrique Bunbury.

Violeta Parra.†

Chavela Vargas.†

Soy aventurero.

Canciones más conocidas

Lado A del acetato en 78 RPM. Discográfica Odeón-El Mangruyo 00001 (1936).

De las 325 canciones de su autoría registradas oficialmente,14 pueden citarse:

Basta ya

Cachilo dormido

Camino del indio

Coplas del payador perseguido

El arriero

El poeta
Indiecito dormido

La alabanza

La añera

Preguntitas sobre Dios

Le tengo rabia al silencio

Los ejes de mi carreta

Los hermanos

Luna tucumana

Milonga del solitario

Nada más

Piedra y camino

Sin caballo y en Montiel

Tú que puedes, vuélvete

Viene clareando

Zamba del grillo.

Xilografía en madera, de Sergio Ardohain (1995).

Discografía

Discos de pasta 78 RPM

Año Sello Serie Lado A Lado B

1936 Odeón – El Mangruyo 00001 Caminito del indio Mangruyando

1936 Odeón – El Mangruyo 00002 La vidala del adiós Paso de los Andes

1936 Odeón – El Mangruyo 00003 Apariencias Cumbres siempre lejos

1941 Odeón 900 La cochamoyera Hui jo, jo, jo

1941 Odeón 901 Viene clareando Ahí andamos, señor


1942 Victor 39729 Viento, viento Zamba del adiós

1942 Victor 39751 Vidala del cañaveral Danza de la luna

1942 Victor 39823 Tierra jujeña Huajra

1942 Victor 60-0026 Vidala del silencio La churqueña

1942 Victor 60-0108 Camino a los valles Carguita de tola

1943 Victor 60-0183 Regreso del pastor Kaluyo de Huáscar

1943 Victor 60-0217 Zamba del colalao Cañada honda

1944 Odeón 902 Zambita de los pobres Noche en los cerros

1944 Odeón 903 El arriero A orillas del Yi

1944 Victor 60-0261 La viajerita Malambo

1944 Victor 60-0321 Piedra y camino Me voy

1944 Victor 60-0460 El kachorro La flor del cardón

1944 Victor 60-0499 Camino del indio La andariega

1945 Odeón 904 Arenita del camino Zamba del grillo

1945 Odeón 905 Huella triste Campo abierto

1945 Odeón 906 Minero soy Pastito quemado

1945 Victor 60-0667 La arribeña Una canción en la montaña

1946 Odeón 907 La añera Chilca Juliana

1946 Odeón 908 Alegría en los pañuelos Andando

1946 Odeón 909 A qué le llaman distancia Canto del peón envejecido

1947 Odeón 910 Recuerdos del Portezuelo La pobrecita

1948 Odeón 911 Adiós Tucumán Tú que puedes, vuélvete

1951 Le Chant du Monde 546 Danza de la paloma enamorada Basta ya

1951 Le Chant du Monde 547 Antigua melodía Preguntitas sobre Dios

1951 Le Chant du Monde 548 La pobrecita Canción del pampino


1951 Le Chant du Monde 549 Shoro Baguala de los mineros

1951 BAM 112 BagualaVidala

1951 BAM 113 Pastorale Indienne Danse du maíz mur

1951 BAM 114 Malambo Duerme, duerme negrito P

1953 Odeón 55550 Camino del indio (nueva versión) Zambita del Alto Verde

1953 Odeón 55605 Adiós Tucumán Aire de vidalita riojana

1953 Odeón 55653 Tú que puedes, vuélvete Gramilla

1953 Odeón 55660 Viene clareando (versión instrumental) Ahí andamos, señor

1953 Odeón 55697 Tierra querida Malquistao

1953 Odeón 55783 El vendedor de yuyos Cruz del sur

1953 Odeón 55811 Chacarera de las piedras Minero soy (versión instrumental)

1954 Odeón 55839 Recuerdos del Portezuelo huajra

1954 Odeón 55893 Cencerro El bien perdido

1954 Odeón 55926 La tucumanita Las cruces

1954 Odeón 51610 Indiecito dormido Zamba del grillo (versión instrumental)

1954 Odeón 51622 El alazán Danza de la paloma enamorada

1955 Odeón 51722 El aromo Lloran las ramas del viento

1955 Odeón 51738 El rescoldeao Zamba del ayer feliz

1955 Odeón 51762 El Tulumbano Huella, huellita

1955 Odeón 51824 Zamba de mi pago Leña verde

1956 Odeón 51842 La montaraza A qué le llaman distancia

1956 Odeón 51948 La zamba soñadora Canción del carretero (versión instrumental)

1956 Odeón 51966 La estancia vieja La humilde (versión instrumental)

1957 Odeón 52058 Zambita del buen amor Chacarera del pantano

1957 Odeón 52083 Canción de los hornerosVidala


1957 Odeón 52115 El llantoLa colorada

1957 Odeón 52145 Le tengo rabia al silencio Vidala religiosa

1957 Odeón 52210 Burruyacu El coyita

1957 Antar-Telefunken P6006 La pastorcita perdida Malambo en la pulperia

1957 Antar-Telefunken P6019 El alazán Duerme changuito

1957 Antar-Telefunken P6056 Guitarra dímelo tú La zamba perdida

1957 Odeón 52288 Oración a Pérez Cardozo Zamba del pañuelo

1957 Odeón 52318 Luna tucumana Romance de la vidala

1957 Odeón 52401 Canciones del abuelo Estrellita

1957 Odeón 52443 Flor del cerro El pocas pulgas

1960 Odeón 52612 Pobrecito mi cigarro Payando

1960 Odeón 52685 Canción del cañaveral La del campo

1961 Odeón 52667 Agua escondida Mi caballo perdido

Álbumes

Año Sello Serie Título

1953 Odeón LDS 134Una voz y una guitarra (Volumen 1)

1954 BAM LD 301 Récital du guitariste Atahualpa Yupanqui

1955 Odeón LDS 186Camino del indio (Volumen 2)

1956 Odeón LDS 253Solo de guitarra (Volumen 3)

1957 Odeón LDS 277Canto y guitarra (Volumen 4)

1957 Antar-Telefunken PLP 2006 Canciones del solitario

1957 Antar-Telefunken PLP 2008 Guitarra… dímelo tú

1957 RCA Victor AVL 3086 Camino del indio

1958 Odeón LDS 297Canto y guitarra (Volumen 5)

1958 Odeón LDS 721Solo de guitarra (Volumen 6)


1960 Odeón LDS 797Canto y guitarra (Volumen 7)

1960 Odeón LDS 804A qué le llaman distancia (Volumen 8)

1961 Odeón LDS 817Arenita del camino (Volumen 9)

1962 RCA Victor AVL 3412 Atahualpa Yupanqui

1964 Odeón LDI 204 Selva, pampa y cerro (Volumen 10)

1964 Odeón LDI 205 El payador perseguido (Volumen 11)

1966 Odeón LDB 99 Atahualpa Yupanqui (Volumen 12)

1967 Crown LW-5186 Alma de guitarra - Yupanqui recital

1967 Odeón LDB 136 A la noche la hizo Dios

1968 Odeón DMO 55528 Tierra querida

1968 RCA Victor LPM 10374 El hombre, el paisaje y su canción

1968 RCA Victor LPM 10383 Y el dolor ¿quién se lo paga?

1968 Le Chant du Monde LDXS 74371 ¡Soy libre! ¡Soy bueno!

1969 Odeón CM 4084 Campo abierto

1969 RCA Victor LSP 10405 Preguntan de donde soy

1969 Le Chant du Monde LDXS 74394 Campesino - Duerme Negrito

1969 Le Chant du Monde LDX 74415 Preguntitas sobre Dios

1970 RCA Victor LSP 10420 Recital en España

1970 Le Chant du Monde LDX 74439 Special Instrumental

1971 Le Chant du Monde LDX 74457 Basta ya

1971 EMI - Odeón 4344 Lloran las ramas del viento

1971 Odeón LDB 1029 La nadita

1971 Odeón LDB 1049 Yo me criao a puro campo

1972 Odeón CM 4144 El aromo

1973 EMI - Odeón 60001 Mi tierra, te están cambiando


1973 Le Chant du Monde LDX 74506 El payador perseguido

1974 EMI - Odeón 6633 Milongas del paisano

1974 Le Chant du Monde LDX 74540 Canción para Pablo Neruda

1974 Capitol SLEMN 511 ...La pura verdad… Las preguntitas

1975 Capitol SLEMN 571 Canción para Pablo Neruda

1976 Capitol SLEMN 675 Narrarás

1977 Le Chant du Monde LDX 74631 Camino del indio

1979 EMI - Odeón 8793 Pasaban los cantores

1979 Le Chant du Monde LDX 74697 Vidala del silencio

1980 EMI - Capitol 33C 062 451344 Mi viejo potro tordillo

1980 Microfon SUP 80-118 El canto del viento

1981 Le Chant du Monde LDX 74744 Madre del monte

1981 Microfon SUP 80-145 Quisiera tener un monte

1983 EMI - Odeón 6551 Las preguntitas

1984 Microfon SUP 80-282 La pampa de antes

1985 Microfon SUP 80-289 Para rezar en la noche

1997 Fonovisa Argentina ECD 3004 La palabra y el canto vivo de Atahualpa


Yupanqui

1998 DBN 51396 Testimonio I

1998 DBN 51496 Testimonio II

1998 DBN 51596 Testimonio III (Rastros)

2000 Frémeaux et Associés FA439 Buenas noches, compatriotas

2000 Melopea CDMSE 5140 La palabra (Grabaciones inéditas)

2000 EMI 7243 5 28909 2 7 El andar

2000 EMI FA7243 5 28865 2 4439 Don Ata

2002 Melopea CDMSE 5141 La guitarra (Grabaciones inéditas)


2002 Pläne Pop (BMG) 88875 La paloma enamorada

2004 Pläne CD 88900 Concierto instrumental

Libros

Atahualpa Yupanqui tomando mate.

1941: Piedra sola.

1946: Cerro Bayo.

1947: Aires indios.

1948: Tierra que anda.

1954: Guitarra.

1965: El canto del viento.

1965: El payador perseguido.

1971: El Sacrificio de Tupac Amaru.

1977: Del algarrobo al cerezo.

1989: La palabra sagrada .

1992: La capataza. 15

Filmografía

Intérprete

1956: Horizontes de piedra.

1959: Zafra.

1965: Viaje de una noche de verano.

1965: Cosquín, amor y folklore dir. Delfor María Beccaglia

1971: Argentinísima.

1973: Argentinísima II.

1981: Mire que es lindo mi país.


Autor

1956: Horizontes de piedra.

Música

1956: Horizontes de piedra.

1959: Zafra.

Temas musicales

1952: Torrente indiano.

1956: El satélite chiflado.

Véase también

Música de Argentina

Música folclórica de Argentina

Historia de la música folclórica de Argentina

Referencias

andigital.com.ar : Don Ata, la voz de un continente Consultado el 2 de febrero de 2018

Su apellido materno era Aramcuturu, pero en Argentina no se utiliza el segundo apellido, ni


aparece en el documento de identidad.

Entrevista concedida al periodista Joaquín Soler Serrano, en el programa A fondo. Televisión


Española. 1977.

http://www.fundacionyupanqui.com.ar/gaceta2505.html

«Biografía» publicada en el sitio web oficial de Atahualpa Yupanqui.

«Atahualpa Yupanqui», artículo de junio de 2013 en el sitio web Biografías Folklore (Argentina).

Antonietta Paule Nenette Pepín era conocida como «quebecuá» ―quebecois (quebequesa,
natural de Quebec)―, pero era nacida en el archipiélago San Pedro y Miquelón, territorio
francés de ultramar, por lo que era de nacionalidad francesa, y vivió toda su infancia y juventud
en Francia.

Los tres primeros hijos de Atahualpa ―si viven, en Junín u otra parte― hoy serían octogenarios.
En cuanto a Roberto Chavero, heredero de la fortuna de su padre, tiene sus propios dramas
familiares: su hijo Emiliano Chavero le inició juicio por el manejo del museo de Cerro Colorado.
Espacio Latino. «Vida de Atahualpa Yupanqui». Consultado el 3 de noviembre de 2011.

Según Chavero, atahualpa yupanqui significaría ‘el que viene de lejanas tierras para decir algo’,
en idioma quechua.

IMDb. «Full cast and crew for Horizontes de piedra (1956)». Consultado el 5 de agosto de 2013.

Registro de 65 canciones de Antonietta Paula Pepín en el sitio web de Sadaíc (Sociedad


Argentina de Autores y Compositores).

Fundación Konex. «Galería de fotos - Premios Konex 1985». Consultado el 16 de agosto de 2012.

SADAIC-Búsqueda en la base de datos de obras registradas

Yupanqui, Fundación Atahualpa. «FUNDACIÓN ATAHUALPA YUPANQUI - Bibliografía».


www.fundacionyupanqui.com.ar. Consultado el 26 de noviembre de 2018.

Enlaces externos

Wikimedia Commons alberga una categoría multimedia sobre Atahualpa Yupanqui.

Wikiquote alberga frases célebres de o sobre Atahualpa Yupanqui.

«Atahualpa Yupanqui», artículo biográfico publicado en el sitio web oficial de Yupanqui,


administrado por la fundación que él mismo creara en 1987, actualmente dirigida por su hijo,
Roberto Chavero.

Pellegrino, Guillermo (2012): «La profunda relación de Atahualpa Yupanqui con Uruguay»,
artículo del 26 de marzo de 2012 en el Clarín (Buenos Aires). Consultado el 29 de mayo de 2012.

Canal oficial de Atahualpa Yupanqui en el sitio web YouTube, con notas, homenajes y música.

A 25 años de su muerte, la obra del máximo símbolo de nuestro folklore sigue más viva que
nunca.

Por Sebastián Feijoo

22 de Mayo de 2017

Los aniversarios suelen funcionar como excusas de amplio espectro que facilitan homenajes y
tributos –no siempre sentidos– y multiplican comentarios al paso. Pero en el periodismo
favorecen ciertos aires liberadores. Permiten eludir la tiranía del día a día y hacer foco en lo
importante más que en lo –supuestamente – urgente. El 23 de mayo de 1992 murió Atahualpa
Yupanqui. Este martes se cumplirán 25 años de la partida del máximo símbolo del folklore
argentino y asoma una oportunidad ideal para volver a conectarse con una obra fabulosa que
sigue venciendo los caprichos de la moda. Para acercarse a un hombre que se construyó a sí
mismo con una guitarra y un caballo, sí. Pero también con una sensibilidad enorme para percibir
el dolor ajeno y el propio, y hacer con ellos canciones indomables.

Su figura enfrenta los tiempos sin vacilaciones. Casi sin fisuras. Se sustenta en composiciones
sólidas, determinantes e inconfundibles. Yupanqui se hizo Yupanqui bajo sus propios términos.
Sin operaciones de marketing ni estrategias trasnochadas. Acaso pueda decirse que en él se
aplica como pocas veces aquello de que el todo es más que la suma de las partes. Pero fue único
en sus diferentes facetas. Como compositor, letrista, cantor, guitarrista, sabio y hasta como mito
viviente. Asomarse a esas distintas aristas de su arte contribuye a comprender la verdadera
dimensión de su talento. Saltear la convalidación tácita o el subrayado impostado –a esta altura
Yupanqui es poco menos que incuestionable – para indagar y repensar la potencia vívida de su
legado.

Liliana Herrero, cantante y gran constructora de repertorios y estéticas, destaca las múltiples
habilidades de Yupanqui. Pero primero apunta a su búsqueda filosófica: "Una de las cosas que
más me fascinan de su mirada es cómo siente y responde al llamado de la tierra. El gran tema
filosófico de Yupanqui es el andar para buscar ese imperativo que él se impone: descifrar la
esencialidad de la tierra y, por ende, de la patria. El andar como metáfora de la vida, un andar
solitario, reflexivo, que también busca consuelo."

Alumbramiento de la conciencia

El guitarrista, compositor y a veces también cantante Juan Falú destaca el sentido de pertenencia
y el compromiso de Yupanqui con la cultura criolla. Al mismo tiempo hace foco en el impacto de
sus letras en la gente: "Cuando era niño y escuché 'las penas son de nosotros, las vaquitas son
ajenas' ("El Arriero") fue como un alumbramiento de la conciencia. Con poesía y simpleza te
decía todo. Y hay muchísimos ejemplos más que son demoledores. No hay con qué darle a
Yupanqui." El compositor, cantante, violinista y guitarrista Peteco Carabajal ofrece otro ángulo al
análisis: "He tenido la suerte de musicalizar el poema de Yupanqui 'Violín del monte'. Solo hay
que leerlo para darse cuenta de que es una maravilla. Por un lado están las palabras, por el otro
cómo cuenta una historia en apariencia menor pero que te envuelve, y por último que el texto
tiene tanta musicalidad que inspira y se acomoda casi inmediatamente. Me emociona de
Atahualpa que escribe sobre un violinista perdido con el mismo respeto y compromiso que si
estuviera hablando de la tragedia universal de la bomba atómica en Hiroshima."
La obra de Yupanqui es caudalosa y profunda. Cuenta con más de 300 canciones propias
registradas en forma oficial. "Los ejes de mis carreta", "Chacarera de las piedras", "Luna
tucumana", "El arriero", "Los hermanos", "La añera", "Piedra y camino", "Zamba del grillo" y la
monumental "Coplas del payador perseguido" son solo algunos de sus clásicos que ya forman
parte hace décadas del cuerpo fundamental de la cultura popular argentina. Yupanqui incorporó
gran parte de las formas folklóricas de nuestro país de primera mano. Recorriendo la patria,
escuchando, hablando y compartiendo con la peonada, músicos ignotos y algunos más
reconocidos.

Su poesía está construida en base a preocupaciones recurrentes: la tierra, el camino, la soledad,


la injusticia y las reflexiones metafísicas son algunas de ellas. Esas obsesiones fueron
desarrolladas con puntilloso esmero y variantes. En ese amplio abanico puede reconocerse al
Yupanqui más existencialista –"El cielo está dentro de mí" –, el costumbrista con mensaje social
–"El arriero"–, el más contemplativo –"Chacarera de las piedras" –, el anti-imperialista –"¡Basta
ya!"–, el que retrataba el sufrimiento brutal de los trabajadores –"Minero soy" –, el que entrelaza
amor y filosofía –"Imposible"– y el que rinde sentido homenaje a su caballo –"El alazán" –.

Una obra que inspira

"Él era compositor y autor –música y letra –. Eso y su criterio estético le permitían llegar a síntesis
prodigiosas. Es hermoso hacer versiones de Yupanqui porque inspira y abre caminos", confiesa
Falú. Peteco resalta que Yupanqui conocía todos los ritmos de primera mano "porque recorrió
buena parte del país y era un investigador muy serio. Pero además de la curiosidad y la
sensibilidad hay que tener talento y creatividad para que una obra se concrete. Yupanqui lo tenía
todo. También es muy interesante el aporte de Nenette, su esposa –música y letrista francesa,
nacida como Antonietta Paule Pepin Fitzpatrick, que firmó composiciones sola y con Yupanqui
bajo el seudónimo Pablo del Cerro –. Imagino sus diálogos. Deben haber sido entrañables."
Herrero, por su parte, destaca que en el Yupanqui compositor también se proyectaba esa
capacidad de síntesis y belleza que son marcas registradas de su personalidad y le dan mayor
resonancia y potencia a su discurso musical.

Sus facetas de cantante y guitarrista suelen ser menos atendidas. Pero resultaron fundamentales
para que su mensaje llegara en plenitud. Herrero señala que "no tenía un registro espectacular.
Pero eso le da doble mérito porque hacía que su palabra llegara donde y como tenía que llegar.
Para transmitir verdad le alcanzaba y sobraba". Peteco explica que la voz de Yupanqui "siempre
se movía por los bajos, nunca perdía el eje ni intentaba hacer algo que no podía y siempre era
efectivo. De grande tenía menos potencia en la voz, como nos pasa a todos, pero nunca perdió la
capacidad de transmitir y emocionar." Falú considera que el registro de Atahualpa estaba
moldeado a la medida de su obra y pondera su gran magnetismo cuando contaba historias entre
tema y tema, en sus presentaciones en vivo.

"Su guitarra es totalmente criolla –agrega Falú–. Por el sonido, por el espesor de ese sonido y
por cierta rusticidad de las manos que identifican al hombre laborioso. Todo eso constituye un
estilo que se identifica rápidamente tanto en la canción como en sus composiciones
instrumentales". Herrero hace hincapié en que Yupanqui tocaba sin ningún tipo de artificio:
"Cada nota que elegía era real y necesaria." Peteco añade que lo emociona escuchar cómo
Yupanqui pulsa las cuerdas: "¡Cómo vibra ese encordado! El ruido de los arrastres entre acorde y
acorde es monumental. ¡Parece que se va a cortar los dedos por la fuerza que le pone! ¡Yo
imaginaba que tocaba y salían chispas! Atahualpa y (Juan) Falú son los guitarristas ineludibles de
nuestro folklore. Falú tenía una técnica genial, Yupanqui era más de la tierra y de matarte con
unas pocas notas."

Atahualpa Yupanqui, el hombre, murió a los 84 años aquella madrugada del 23 de mayo de 1992
en Nimes (Francia), poco después de un show a teatro lleno. Eso es irreparable. Pero su obra
mantiene una vigencia demoledora. Sigue acechando a la injusticia, ahuyentando la vulgaridad y
recreando las preguntas más profundas que –tarde o temprano – atraviesan a todos los
hombres. Sus canciones y buena parte de su vida también continúan inspirando a músicos de los
más diversos orígenes y géneros musicales. No hay margen para las dudas: Atahualpa Yupanqui
es eterno. «

Una vida intensa, una obra acorde

* Nació el 31 de enero de 1908 en Peña (Pergamino, provincia de Buenos Aires), bajo el nombre
de Héctor Roberto Chavero.

* Su padre fue empleado ferroviario, lo que hizo que la familia se mudara en forma recurrente y
conociera diversas realidades de nuestro país.

* Su primer recuerdo musical movilizante fue escuchar tocar a los peones en Junín.
* Estudió guitarra con el maestro Bautista Almirón, quien lo inició en la arquitectura del folklore
y le abrió las puertas a la música clásica.

* Descubrió parte de su vocación en el colegio. Allí publicó sus primeros sonetos y firmó como
Atahualpa Yupanqui una monografía sobre Los 12 incas del Perú.

* Para subsistir durante su juventud fue arriero, hachero y administrativo en una escribanía. —
Sus primeras grabaciones para el sello RCA Victor fueron en 1936.

* Era un lector voraz de poetas como Góngora, Lope de Vega y Quevedo. Sus filósofos favoritos
eran Nietzsche y Shopenhauer. Más adelante se apasionó con la cultura oriental.

* Tuvo fuertes inquietudes políticas y militancia partidaria. Fue afiliado del PC entre 1945 y 1952.
El primer peronismo lo observó con recelo. Durante la dictadura del general Aramburu fue
encarcelado y torturado. Llegaron a quebrarle el dedo meñique de la mano derecha con una
máquina de escribir. — Vivió en las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Tucumán y Entre Ríos.
También en París y Montevideo. Pero su lugar en el mundo era Cerro Colorado (Córdoba).

* Conoció a Nenette en Tucumán, en 1942. Fue el amor de su vida y su socia creativa en muchos
de sus clásicos –bajo el seudónimo Pablo del Cerro –.

* Su obra es recordada y admirada en todo el mundo. Edith Piaf, Joan Manuel Serrat, Alfredo
Zitarrosa, Silvio Rodríguez, Devendra Banhart y José González lo expresaron públicamente en
forma reiterada.

* Murió el 23 de mayo de 1992 en Nimes (Francia). Sus cenizas fueron esparcidas en su casa de
Cerro Colorado. Allí funciona el Museo Agua Escondida, un tributo a su memoria.

La influencia en músicos de otros géneros


“Yupanqui es un hombre de la tierra y jamás se olvidó de los que menos tienen. Nos sentimos
identificados en eso de cantar lo que uno siente. A nosotros también nos marcó la versión de 'El
arriero' de Divididos. Abrió un camino entre el folklore y el rock que decidimos investigar"
(Agustín Ronconi, Arbolito).

“Aprendí a tocar la guitarra y a cantar a los 5 años con la profesora del barrio. Mi primer tema
fue 'Luna tucumana'. Ya de grande sentí más admiración e identificación por su sentido de la
economía. Una estética que exige mucho trabajo, pero que le da mayor potencia al discurso.
Yupanqui es único.” (Gabo Ferro, cantautor).

“Hice un disco dedicado a la obra de Yupanqui por una propuesta que recibí y por la admiración
que tengo de su obra. En mi casa siempre se escuchó folklore, pero cantarlo fue un gran desafío.
El tango tiene enormes poetas. Pero la estatura y el peso especifico de Yupanqui es notable."
(Lidia Borda, cantora).

“Desde hace muchos años hago versiones de Yupanqui. Sus canciones son perfectas. Pero
también pueden constituir un gran punto de partida para improvisaciones cercanas al jazz. El
gran desafío es expresarlas de otra manera, pero sin traicionarlas." (Hernán Ríos, ex El Terceto y
actual Ríos-Guevara).

LETRA

¡Ay! Ya viene la madrugada,

Los gallos están cantando.

Compadre, están anunciando

que ya empieza la jornada... Ay... Ay...

¡Ay! Al vaivén de mi carreta

nació esta lamentación.


Compadre, ponga atención

que ya empieza mi cuarteta.

No tenemos protección... Ay... Ay...

Trabajo para el inglés,

trabajo de carretero,

sudando por un dinero,

que en la mano no se ve... Ay... Ay...

¡Basta ya! ¡Basta Ya!

¡Basta ya que el yanqui mande!

El yanqui vive en palacio

yo vivo en uno ¡barracón!

¿Como es posible que viva

el yanqui mejor que yo?

¡Basta ya! ¡Basta ya!

¡Basta ya que el yanqui mande!


¿Qué pasa con mis hermanos

de Méjico Y Panamá?

Sus padres fueron esclavos,

¡sus hijos no lo serán!

¡Basta ya! ¡Basta ya!

¡Basta ya que el yanqui mande!

Yo de pequeño aprendí

a luchar por esa paz.

De grande lo repetí

y a la cárcel fui a parar.

¡Basta ya ! ¡Basta ya!

¡Basta ya que el yanqui mande!

¿Quién ha ganado la guerra

en los montes del Viet-Nam ?

El guerrillero en su tierra

Y el yanqui en el cinema.

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