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Es preciso aclarar que a pesar de que algunos de los elementos de lo que denominamos una construcción solamente pasiva
son innovadores y recientes, la práctica de intentar orientar una casa con respecto al camino del sol, es tan antigua como la
propia civilización. Hay muy diferentes ejemplos que datan desde el neolítico y en todos los continentes.
Alineamientos megalíticos en Bretaña, Francia, que a pesar de no haber sido construidos como habitación, tenían ya las
nociones de orientación respecto al movimiento anual del sol.
El resultado es que en invierno, (al menos en el hemisferio norte que es el que nos concierne en España), el sol pasa casi
todo su tiempo diurno en el cielo del sur y en verano, en el cielo del norte. El sol cruzará al cielo del sur durante el día
dependiendo de la latitud. Evidentemente, para quienes residen en el hemisferio sur, las indicaciones se invierten, de forma
que el sol de invierno está en el norte y el de verano, en el cielo sur.
Estas variaciones hacen que la posición relativa del sol sea una variable muy importante al diseñar un inmueble a construir.
Ello porque constituye un factor fundamental en la ganancia calorífica de una edificación, usando el sol de forma eficaz para
economizar energía lumínica y calorífica.
Aún más importante resulta, para una casa o construcción rectangular que la pared más larga corra de este a oeste para
maximizar el uso del lado sur, al que además deberán incorporarse numerosas superficies de ventanas y vitrales. Por esta
misma razón, deberá haber menos ventanas orientadas al cielo del norte, lo que protegerá al inmueble del inclemente sol
veraniego.
Un dato muy importante para los arquitectos e ingenieros es utilizar el norte solar y no el norte magnético, pues puede
haber serias variaciones entre ambos.
El recorrido del sol en verano (summer) e invierno (winter).
Luz y calor
Al empezar una construcción desde cero, entonces, la ubicación y orientación son un elemento que tendrá un gran impacto
en la iluminación y calefacción natural del hogar. De forma que se debe usar al máximo esta energía gratuita: la del sol. La
ubicación ideal es aquella que como ya comentábamos, coloque el eje de la casa corriendo de este a oeste, aunque siempre
deben considerarse las particularidades concretas del terreno en que se construye: su inclinación, si hay fuentes de sombra
adicionales, etcétera.
Como ya mencionábamos, hay dos beneficios directos de intentar construir una casa pasiva con respecto al sol: iluminación
y calor.
En el primer caso, si pensamos en casas españolas, todas se pueden beneficiar de una ubicación sur, a pesar de encontrarse
en una zona digamos cálida, como Andalucía. Ello porque ninguna construcción nueva carece del otro elemento que
complementa perfectamente un buen posicionamiento respecto al sol: el aislamiento térmico. Una casa con su eje
beneficiándose de una buena orientación sur no tiene porque ser un “horno” en invierno, si se encuentra en una zona
templada o cálida, puesto que el aislamiento térmico bien realizado le permitirá mantener una temperatura adecuada y
placentera al tiempo que se beneficia de una iluminación natural la mayor parte del día (recordemos que los días invernales
son más cortos, así que usar la luz del sol el mayor tiempo posible siempre permitirá reducir los costos energéticos del
hogar).
La iluminación proveniente del sol: otro beneficio de una buena ubicación respecto a la posición del sol
En segundo término tenemos la cuestión de la temperatura, y es aquí en que la orientación sur de una casa muestra los
mayores beneficios, puesto que mantiene una temperatura cálida a todo lo largo del año, aprovechando el calor solar
cuando más hace falta, es decir, en los breves días invernales. Para construcciones realizadas del centro al norte de la
península ibérica, este factor es el que resulta determinante para la selección de una orientación sur al momento de iniciar
los trabajos.
Consejos prácticos
Algunos consejos para las nuevas construcciones que permiten sacar provecho de lo que hemos explicado hasta el momento,
son los siguientes:
1. Orientar todo el plano de la construcción y no sólo el perfil del edificio, hacia el sol. Ello implica
diseñar el inmueble de forma que las habitaciones más utilizadas, como pueden ser la cocina y el
salón, estén en el lado sur. Los habitantes podrán beneficiarse de los rayos del sol en el invierno y a
la vez, mantenerse frescos en verano. Terrazas, balcones y patios también deberán localizarse en el
ala sur de la construcción, lo cual permite usarlos más tiempo a todo lo largo del año. Pensando de
una forma complementaria, las habitaciones menos utilizadas como por ejemplo, el garaje, pueden
ubicarse en el ala norte de la casa, permitiéndoles actuar como escudo contra los fríos vientos
invernales.
2. Tener en cuenta el relieve. La diferencia entre la insolación recibida en las alas norte y sur de una
construcción se incrementa considerablemente en regiones con un relieve montañoso o de colinas,
así que en construcciones ubicadas en este tipo de áreas resulta aún más importante priorizar la
ubicación sur de una casa o edificio.
3. Tomar en consideración la sombra proporcionada por los árboles. Evidentemente la sombra es un
factor que no se puede soslayar en una construcción que busque usar de forma óptima la energía
proveniente del sol. Los árboles en este sentido son un elemento a considerar, pues su sombra
puede por un lado proteger la casa del ardiente sol veraniego, o privarla del necesario sol de
invierno. Idealmente, de contar con árboles en el costado sur, éstos deberán ser de hoja caediza, es
decir, perderán su follaje en invierno permitiendo la luz acceder a la construcción, en tanto que al
lado norte, pueden plantarse árboles de hoja perenne que no lo perderán y que proporcionarán sin
duda la sombra necesaria en el verano.
4. Ventanas, ventanales y zonas vítreas deben ser suficientes y estar ubicadas en el lado sur de la
construcción. Son importantes y permiten la entrada de luz y calor al hogar, pero tampoco es
necesario exagerar, además de que hay que tener en cuenta que sean ventanas bien aisladas
térmicamente.
5. Otro factor ambiental a considerar es la intensidad, origen y frecuencia de los vientos en la zona en
que se va a construir, esta información es útil pues permite valerse de otro recurso natural, las brisas
veraniegas permiten un enfriamiento pasivo del hogar y la construcción puede ubicarse de forma que
se escude de los vientos adversos invernales.
Existen factores que pueden limitar todo lo que hemos mencionado, como por ejemplo, las dimensiones del terreno, las
regulaciones estéticas específicas de la ciudad o poblado, entre otras, sin embargo, un buen constructor puede, a pesar de
las limitantes, crear un inmueble que sea eficiente energéticamente no sólo valiéndose de la adecuada orientación y
ubicación de la edificación, sino también implementando el sellado de aire, los materiales adecuados y sobre todo, un
aislamiento térmico que enriquezca y complemente el diseño realizado.
Resumiendo todo lo anterior, las construcciones que se benefician de una ubicación sur, requieren menor energía para
calefacción, ventilación y sus necesidades de luz eléctrica se ven significativamente reducidas. Todo ello permite aumentar
el confort de la vivienda, reducir los gastos y tener a la larga un comportamiento más ecológicamente amigable.
Para toda persona que considere iniciar la construcción de un nuevo hogar, es importante estar al tanto de estas
especificaciones y obtener las mayores ventajas posibles de lo que otorga el entorno natural, de forma que se optimicen los
recursos invertidos en la construcción.
Recordemos que la eficiencia energética es una práctica que trasciende en mucho al simple “ahorro” de energía, pues
constituye una actuación continua para usar lo mejor posible los recursos energéticos a nuestra disposición y no sólo en
usar menos energía. En ese sentido, el binomio buena orientación respecto al sol y buen aislamiento térmico pueden
representar una diferencia trascendental en el uso que hace un hogar de los recursos a su alcance, lo cual, en último término,
se traduce en un ahorro económico y en una mayor comodidad y disfrute de un hogar.