Escolar Documentos
Profissional Documentos
Cultura Documentos
Proyecto Nº 491
EQUIPO DE INVESTIGACIÓN
INDICE
Resumen………………………………………………………………………………………………………………….. 2
Introducción……………………………………………………………………………………………………………... 3
Metodología…………………………………………………………………………………………………………….. 9
Análisis descriptivo…………………………………………………………………………………………………. 12
Conclusiones……………………………………………………………………………………………………………. 21
Referencias bibliográficas………………………………………………………………………………………... 24
Anexos……………………………………………………………………………………………………………………… 26
2
RESUMEN
INTRODUCCIÓN
origen de muchas de nuestras creencias y concepciones que hacen que pervivan a pesar de
las reformas curriculares y de los avances en investigaciones didácticas.
Según lo explicitado por Díaz Barriga (1984, p. 43-44), antes del siglo XIX no existía el
examen como medio para acreditar el saber del alumno. Su función consistía en ser la última
parte del método que podía ayudar a aprender. Por ello, con el examen no se decidía ni la
promoción del estudiante ni la calificación. Este autor señala que
el surgimiento del término evaluación se relaciona con el proceso de industrialización
de los EEUU y especialmente al desarrollo de los conceptos vinculados al ‘manejo
científico del trabajo’ desarrollado por Taylor en 1911. Es decir, que desde su
surgimiento, este vocablo está ligado al ámbito del control administrativo, esto es,
tiene un carácter técnico que, con métodos e instrumentos intenta dar cuenta y
rendir cuenta desde una connotación ideológica particular. (Citado en Litwin y Palou
de Maté, 1998, p. 2)
Por otra parte, explicitamos qué entenderemos por creencias y concepciones. Autores
como Gil Cuadra y Rico Romero (2003), Da Ponte (1994, 1999), Flores (1998), Thompson
(1992), Becerra y Moya (2008), comparten el posicionamiento de Pajares (1992), quien
define creencias como las verdades personales indiscutibles sustentadas por cada uno,
derivadas de la experiencia o de la fantasía, que tienen un fuerte componente evaluativo y
afectivo y que se manifiestan a través de declaraciones verbales o de acciones,
justificándolas. Al representar una parte relativamente menos elaborada del conocimiento,
alejadas de la confrontación de la realidad empírica, su detección resulta bastante
problemática.
Da Ponte concibe a las concepciones como los marcos organizadores esenciales de
conceptos, con naturaleza esencialmente cognitiva y que condicionan la forma en que
afrontamos las tareas. Según este autor
el interés en el estudio de las concepciones sostiene la hipótesis de que, como un
sustrato conceptual, juegan un rol esencial en el pensar y en el actuar […] constituyen
una manera de ver el mundo y organizar el pensamiento. Sin embargo, no pueden
reducirse a los aspectos del comportamiento más inmediatamente observables y no se
muestran con facilidad, tanto a los otros como a nosotros mismos. (1994, pág. 25)
6
conocimiento matemático, que está atravesada por competencias en el Nivel Superior que
involucran categorías de formación de ciudadanía y de valores democráticos.
La existencia de estos antecedentes nos ha aportado herramientas que posibilitaron la
reflexión, la organización del trabajo y al mismo tiempo permitieron reintepretar, refutar o
confirmar las conclusiones a las que arribaron estos investigadores interesados en el mismo
tema. No obstante, esta replicación en otra población (Cole y Means, 1986) -que posibilita
profundizar los hallazgos de otros investigadores- no pretende la universalización de los
resultados, a pesar de que muchos autores, entre ellos, Eisner (1998) en Investigación
Educativa y otros que se dedican a la historia oral, método biográfico e historias de vida,
consienten que la descripción de la experiencia humana en sus singularidades pueden
mostrar una relación con lo genérico (Heller Agnes, 1994). Según Kilpatrick replicar no
significa pérdida de originalidad, sino que “sólo reuniendo un conjunto de estudios
centrados en un fenómeno específico podemos entender su funcionamiento” (1996, pp. 39-
40). Y esta afirmación alimentó nuestra convicción de que si bien el producto final no iba a
ser original, posibilitaría acercarnos a conocer para provocar hacia el interior del
Profesorado en Matemática la desnaturalización de esta problemática que pone en tensión
toda la práctica educativa.
9
METODOLOGÍA
profesores del equipo nos desempeñamos en el Profesorado), como una estrategia del
diseño que ponga en un espacio de diálogo a los actores sociales de manera que expresen
sus particulares manera de darle “sentido a la realidad”, ya que las opiniones, fundamentos
y argumentos, ejemplos, incidentes críticos, son estrategias de un pensamiento narrativo
(Bruner, 1986). Es importante destacar que los docentes participantes de los grupos de
discusión y entrevistas participaron de forma voluntaria y fuera de las obligaciones horarias
institucionales.
En el primero de estos talleres –que incluyó como sujetos de estudio a la totalidad de
los profesores de la formación orientada del profesorado de Matemática de la institución- se
planteó el relato de una clase de Matemática posicionada en la resolución de problemas
sobre el Teorema de Pitágoras, cuya fuente es una cátedra de la misma institución,
preservando su procedencia en esta instancia. La propuesta consistió en el análisis de
algunas producciones de alumnos que los aproximó a la propuesta de enseñanza y de
evaluación de la misma. A partir de estos insumos hemos elaborado un guión orientador
para las entrevistas.
Tanto los diálogos en los grupos de discusión como las entrevistas fueron grabadas –
con anuencia de los docentes- para posteriormente analizar la información de interés para
esta investigación a través del análisis comparativo constante, que busca “descubrir la teoría
que está implícita en la realidad estudiada en vez de medir el ajuste de la realidad a ciertas
variables preestablecidas” (De Angelis, 2005).
Las estrategias utilizadas para el procesamiento y análisis de los datos consistieron en
la elaboración de tablas para categorizar las expresiones más significativas de los docentes, a
partir de las desgrabaciones, de las lecturas y relecturas de las conversaciones en los talleres
y entrevistas con la intención de que permitan develar las concepciones y creencias. Estas
primeras categorías de modo intuitivo y con nominaciones implícitas e imprecisas. En este
sentido, el instrumento utilizado por Moreno y Ortiz (2006) colaboró en la organización de
esta tarea, y permitió elaborar el guión orientador de las entrevistas en profundidad.
Las entrevistas en profundidad se han realizado a una muestra de tres docentes: la
Rectora del Establecimiento (que se desempeñó como Jefa de la Carrera en su etapa
fundacional), al profesor que se desempeñaba como Jefe de Carrera y a una profesora. Esta
instancia permitió poner en diálogo en una forma más reflexiva, sin las urgencias de la
intervención en el intercambio múltiple del grupo de discusión, las concepciones sobre lo
11
ANÁLISIS DESCRIPTIVO
Huellas de la A: “Yo creo que en el tema de evaluación lo que interviene más es lo que
formación uno trae, como vos te formaste.”
B: “Al docente le gusta tener la sartén por el mango, es difícil decir no sé,
eso te da seguridad…”
1
Con las letras A, B, C, D, E y F identificamos las voces de los seis docentes de la formación orientada que
participaron de los talleres y de las entrevistas en profundidad.
13
Tiempo Tiempo-Programa
Tiempo-Acuerdos
Evaluación en A: “En el parcial suelo poner muchos ejercicios y ellos eligen algunos, así
Matemática veo por dónde va el chico… por lo geométrico, lo algorítmico… y en el final
no tienen que hacer todo.”
D: “Los profesores que creen que saben más matemática que otros o los
15
que creen que tienen que enseñar más matemática, son dogmáticos, más
cerrados en sus evaluaciones.”
C: “… tenés el corsé del plan de estudios donde hay que acreditar una
cierta cantidad de conocimientos para poder tener un rol profesional.”
D: (en el examen los alumnos) “No tienen el tiempo para poder realmente
mostrar cómo piensan… en una hora y media que le das para que resuelvan
los problemas, no terminan, a lo mejor tienen que tener dos horas y media
para hacer esa evaluación que vos crees que se hace en una hora y los
apuras…”
F: “… tenés esa instancia escrita, pero también ponés esa instancia oral…,
pero darle más tiempo al alumno.”
Lo prescripto B: “… este plan de estudio que hay hoy, tiene que cambiar y nosotros no
tenemos la iniciativa.”
C: “… tenés el corsé del plan de estudios donde hay que acreditar una
cierta cantidad de conocimientos para poder tener un rol profesional.”
resolver problemas. Ahora bien, la resolución de problemas es una actividad difícil de regular
en el tiempo porque la construcción de los saberes queda supeditada al ritmo del alumno.
Como el tiempo didáctico no se corresponde con el tiempo cronológico, se provoca un
desfasaje con el estereotipo del ‘deber ser’, representando una concepción profundamente
enraizada del tiempo en la enseñanza, con consecuencias directas en las prácticas.
Por otra parte, los docentes plantean demandas de espacios y tiempos institucionales.
Cabe aclarar que en la Provincia de Santa Fe la totalidad de la asignación horaria debe
cumplirse frente a alumnos (no hay horas destinadas a investigación ni capacitación). De
todos modos, la participación en los Proyectos de Mejora propiciado por el Instituto
Nacional de Formación Docente (INFoD), aún significando un aumento en las obligaciones
laborales docentes, permitieron iniciarnos en un clima de metacognición y apertura para los
acuerdos, intentando superar las dificultades propias de una cultura individualista instalada
en los sujetos y las instituciones.
Por último, las expresiones de la subcategoría tiempo-acuerdos son reveladoras de una
apertura, una búsqueda, que estaría develando la presencia de un intersticio que permite
pensar en un resquebrajamiento en la concepción preponderante, en la que el tiempo
obtura cualquier posibilidad de innovación. Tal situación evidencia un reconocimiento
subyacente que inquieta y propone la búsqueda de espacios para encontrarse a discutir
entre colegas.
Con respecto a la enseñanza y aprendizaje, en las expresiones de los docentes se
evidencia una concepción de la Matemática como saber instrumental por sobre una
construcción social, siguiendo el planteo de Ernest. Si la concepción epistemológica del
conocimiento está más ligada con lo instrumentalista, deviene en un modelo didáctico que
entiende al conocimiento como un saber acabado, construido, separado en desarrollos
teóricos y ejercicios prácticos para ejercitar, con énfasis en los procedimientos algorítmicos.
Saber que debe ser ‘dado’ por el docente a través de explicaciones y ejemplos y en el que la
actividad del alumno consiste en escuchar, imitar, ejercitarse y aplicar en problemas. De este
modo, si el alumno no aprueba es porque no estudió lo suficiente.
Observamos a partir de las expresiones de los docentes que aún no están presentes los
posicionamientos más actuales de la Didáctica de la Matemática, en la que se devela la
problematización permanente en la microsociedad del aula y otro interjuego entre los
18
según las características de los contenidos del espacio curricular. Con respecto al examen
escrito plantea:
Se utilizará en aquellos espacios curriculares a los que les sea propio la competencia para
la comunicación escrita, o cuyos contenidos hagan necesaria la realización de cálculos
escritos, expresiones gráficas de los datos, etc. (DCJ, 2001, p. 67-68)
Nos preguntamos si la presencia de los términos ‘cálculos escritos, expresiones gráficas
de los datos, etc.’, es interpretada como la singularidad en la forma de evaluar la producción
matemática y hasta qué punto las decisiones evaluativas responden a prácticas formales (lo
prescripto) o a prácticas que se institucionalizan tácitamente y devienen en tradiciones,
porque la norma da amplitud para tomar decisiones.
En correlato con lo señalado, esta preponderancia del examen escrito, tiene otro
limitante, el tiempo, normado en el R.O.I.S., que plantea en el artículo 83°, inciso h: “Cuando
se trate de exámenes escritos la duración se extenderá hasta los 120 minutos” (1986, P. 14).
El tiempo, variable inobjetable que determina el accionar en nuestra cultura -incluyendo la
escolar-, es regulador y configura concepciones respecto de los modos de evaluar,
obturando la posibilidad de pensar otros formatos posibles de evaluación en Matemática,
tales como el trabajo con resolución de problemas y el examen oral, entre los más
destacados. Ahora bien, la exclusividad de este formato, que privilegia una forma de
comunicación, deja de lado el desarrollo de otras destrezas y la puesta en escena de
prácticas profesionales.
Por otra parte, cuando en reiteradas oportunidades los docentes mencionan ‘el
sistema’ como algo omnipresente, evidencian el peso contractual del currículo prescripto
como condensación de un ‘deber ser’. Ahora bien, si el currículo se vuelve un corsé, como
expresan los docentes, y no se consideran los intersticios entre lo instituido y los actores, se
fortalece esta concepción, que se profundiza ante la ausencia de espacios para tensionar
estas miradas y pensar la evaluación como parte de un proceso.
Rescatamos y apreciamos este conjunto de expresiones de los colegas que aparecen
como intersticios que pujan o necesitan ser ocupados, repensados en orden a una posible
incidencia sobre nuestras prácticas evaluativas, tales como: “… en el parcial suelo poner
muchos ejercicios y ellos eligen algunos, así veo por dónde va el chico”, “… el examen hasta
ahora es escrito… lo queríamos cambiar, pero habría que hacer otra organización.”, “¿Cómo
hacemos para evaluar y que esa evaluación sea de proceso y no sea cerrada?, “… a lo mejor
20
tienen que tener dos horas y media para hacer esa evaluación que vos crees que se hace en
una hora y los apurás…”, “… este plan de estudio que hay hoy, tiene que cambiar y nosotros
no tenemos la iniciativa.”
Por lo observado de modo directo en las reuniones del profesorado, esta investigación
nos ha permitido instalar el tema de la evaluación como primer indicio de una transferencia.
21
CONCLUSIÓN
Los docentes reconocen que el formato escrito deja de lado otras formas de
comunicación, que deben favorecerse en la formación inicial de docentes, sin embargo,
observamos un posicionamiento débilmente crítico frente a lo prescripto en materia de
evaluación. Pensar la evaluación como manera de cuantificar la información que el alumno
explicita en estas instancias no permite conocer y comprender si se trata de una información
almacenada -reproducción fiel de conceptos, procedimientos, demostraciones- o
apropiación de la actividad matemática como pueden ser el planteo de problemas, el
desarrollo de heurísticos, la selección de diferentes estrategias, el recurrir a la validación
como forma de probar conjeturas o formulaciones, entre otras.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Díaz Barriga, A. (1992). Didáctica. Aportes para una polémica. Aique. Argentina.
Gil Cuadra, F. (1999). Marco conceptual y creencias de los profesores sobre evaluación en
matemáticas. (Tesis doctoral). Granada, España: Universidad de Granada.
Litwin, E.; Palou de Maté, M. (1998) La evaluación en la buena enseñanza. Informe final
de investigación. Fac. Ciencias de la Educación. Universidad Nacional del Comahue.
ANEXOS
27
Decreto 798/86
Reglamento orgánico de los Institutos Superiores de la Provincia de Santa Fe
Título II – De los Exámenes Finales y Complementarios
ARTÍCULO 78º) La aprobación de las asignaturas de los planes de estudios en vigencia se
hará mediante exámenes finales y complementarios que serán orales, u orales y escritos de
acuerdo a la índole de la asignatura y según lo establecido en el artículo 83º.
ARTÍCULO 79º) Habrá tres turnos de exámenes al año, de los cuales, el que precede a la
iniciación de las clases y el que sigue a la finalización de las mismas, 1º y 3º, constará de dos
llamadas cada uno, y el restante de uno, en los períodos que se fijen por calendario escolar.
Serán confeccionados y publicados los horarios correspondientes con una anticipación
mínima de 20 días.
ARTÍCULO 80º) Cuando una asignatura requiera como complemento un examen escrito y/o
prácticos, estos serán autorizados por el Director del Instituto.
ARTÍCULO 81º) La Comisión examinadora estará constituida por tres miembros, presidida
por el Profesor de la materia. Los otros dos miembros serán preferentemente de materias
afines.
ARTÍCULO 82º) Los exámenes finales y complementarios deberán constituir una evaluación
de síntesis e integración del proceso de aprendizaje llevado a cabo durante el curso. Las
metodologías y técnicas de esta evaluación deberán adecuarse a estos fines.
ARTÍCULO 83º) Los exámenes finales y complementarios se ajustarán a los siguientes
procedimientos y formalidades:
a) Al constituirse la Comisión examinadora, la Secretaría del Instituto le entregará la
siguiente documentación y material: Programas volantes con la nómina de alumnos
para examinar en orden alfabético, separadas por año, división y asignaturas.
b) Los programas de exámenes comprenderán el programa de la asignatura.
c) De cada examen se redactará un acta en el libro correspondiente, donde conste: 1 -
fecha de examen; 2 – la asignatura; 3 – nombre y apellido de los miembros de la
Comisión; 4 – la transcripción de la nómina de alumnos por examinar con la
calificación obtenida por cada uno de ellos en número y letras y número de
documento de identidad, consignado los ausentes; 5 – las resoluciones que la
Comisión hubiere adoptado con relación a dificultades que pudieren haberse
presentado y demás informaciones del caso; 6 – la aclaración de toda enmienda o
28
raspadura.
El acta se cerrará con las constancias, en número y letras, del total de alumnos a
examinar, de examinados, de aprobados, de desaprobados y ausentes.
El acta de examen será redactado por el Presidente de la mesa examinadora y
firmado indefectiblemente por todos los integrantes de la misma.
d) La Comisión examinadora exigirá a los alumnos la presentación de la libreta de
estudiante.
e) Ningún alumno podrá repetir exámenes en un mismo turno, salvo los casos de
nulidad previstos en esta Reglamentación.
f) Los alumnos que rindan examen serán llamados por orden de lista. El que no se
presente pasará al último lugar de la nómina y si al ser llamado nuevamente no
concurriese se hará constar su ausencia.
g) El método de evaluación final será el que fije el titular de la asignatura, acorde con lo
establecido en el Artículo- 78º, debiendo incluirlo en la planificación anual y
comunicarlo a los alumnos.
h) Cuando se trate de exámenes escritos la duración se extenderá hasta los 120
minutos.
ARTÍCULO 84º) Para rendir una asignatura deberá tener aprobadas las correlativas que
determine el plan de estudios respectivo.
ARTÍCULO 85º) La aprobación de las asignaturas de los planes de estudio en vigencia
resultará el promedio de la nota del examen parcial (o del promedio de las notas de los
exámenes parciales) y la nota (o el promedio) del examen final o complementario. En todos
los casos los promedios se expresarán en cifras exactas hasta el orden de los centésimos.
Cuando la cifra tenga cincuenta centésimos o fracción menor, la calificación conceptual
corresponderá al del número inferior. Si la fracción es superior a los cincuenta centésimos la
calificación será la correspondiente al número inmediato superior.
Cuando el examen final resultare aplazado esta nota no se promediará y será tomada como
nota definitiva.
29
2
Un espacio curricular delimita un conjunto de contenidos seleccionados para ser enseñados y aprendidos durante un
período de tiempo determinado, articulados en función de ciertos criterios que le dan coherencia interna, y constituye una
unidad de acreditación de aprendizajes.
3
Se ha adoptado la denominación de “materia” sugerida en el glosario del documento “Propuesta de avance en el proceso
de definición curricular-institucional de los IFDC”, (Seminario Cooperativo para la Transformación de la Formación Docente,
Bs. As., diciembre de 1997) para denominar a los espacios curriculares que se organizan con un criterio disciplinar. Las
denominaciones de seminarios, talleres y laboratorios, en cambio, designan los espacios en función de su modalidad de
organización.
30
cambio de categoría solamente durante el primer mes de desarrollo de las clases del
ciclo lectivo respectivo. Los alumnos inscriptos como regulares con cursado presencial o
regulares con cursado semi-presencial, que una vez comenzado el período de clases, no
pudieren reunir las condiciones exigidas por la categoría de su elección por razones
graves personales y/o laborales, podrán solicitar cambio de categoría para pasar a la de
regular con cursado semi-presencial o libre, según sea el caso. Dicha solicitud deberá
formularse por escrito explicitando las razones que la motivan y acompañada, si cabe, de
las correspondientes certificaciones, y será resuelta por el Consejo Académico.
8) La modalidad de los exámenes finales será oral, excepto en los casos en que las
características de los contenidos del espacio curricular correspondiente hagan
aconsejable optar por alguna de las modalidades siguientes:
a) Oral y de desempeño: consistente en la demostración por el alumno de una acción o
dispositivo de acciones, uso de instrumentos, aplicación de maniobras técnicas, etc. Se
utilizará en aquellos espacios curriculares a los que les sea propio la evaluación de
procedimientos específicos. A los efectos del registro en actas de consignará como oral.
b) Escrito: se utilizará en aquellos espacios curriculares a los que les sea propio la
competencia para la comunicación escrita, o cuyos contenidos hagan necesaria la
realización de cálculos escritos, expresiones gráficas de los datos, etc.
c) Se podrán combinar exámenes escritos y orales en los espacios a los cuales les sea propio
la evaluación de competencias para la comunicación tanto escrita como oral.
El Consejo Académico establecerá, a propuesta de cada cátedra, la modalidad a aplicar en
cada espacio curricular.
9) La nota de aprobación del espacio curricular será la del examen final, o la del promedio de
los exámenes finales cuando se hayan combinado las modalidades escrita y oral. La nota de
los exámenes orales será un número entero. La nota de los exámenes escritos podrá
contemplar una sólo una fracción de 0,50. Los promedios de exámenes escritos y orales se
consignarán exactamente con los decimales resultantes.