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DISEÑO METODOLÓGICO DE LA INVESTIGACIÓN

EDUARDO RANGEL SANCHEZ

UNIVERSIDAD BENEMERITA Y HEROICA DE MEXICO. A. C.


MAESTRIA EN CIENCIA DE LA EDUCACION.
SAN JUAN BAUTISTA TUXTEPEC, OAXACA.
31 DE MARZO DEL 2019.
INDICE
Planteamiento del problema. ....................................................................................................... 4
Justificación .................................................................................................................................... 6
Hipótesis ......................................................................................................................................... 6
Variables ......................................................................................................................................... 6
Variables independientes: ........................................................................................................ 6
Variables dependientes: ........................................................................................................... 6
Objetivos ......................................................................................................................................... 7
Objetivos generales. .................................................................................................................. 7
Objetivo particular. ..................................................................................................................... 7
Marco teórico.................................................................................................................................. 7
Antecedentes .............................................................................................................................. 7
La formación valoral es un asunto del sistema educativo ................................................... 8
La educación de los valores en la familia ............................................................................ 12
Los valores y la educación. .................................................................................................... 13
El proceso de enseñanza y aprendizaje de los valores .................................................... 14
Valores: ¿Una universalización de los niños y jóvenes? .................................................. 16
Innovaciones didácticas en la enseñanza de valores y sus implicaciones ideológicas
(culturales, sociales y políticas) ............................................................................................. 19
Pedagogía de valores ¿realidad o mito? ............................................................................. 22
La sociedad reclama la educación en valores ................................................................... 28
Metodología de la investigación ................................................................................................ 32
Universo, población y muestra .............................................................................................. 32
Descripción de la recolección de datos ................................................................................ 35
Observación de la práctica pedagógica ............................................................................... 35
Construcción del instrumento en la obtención de información (cuestionario) ............... 36
Los talleres, una estrategia didáctica para la aplicación de los valores ......................... 36
Bibliografía .................................................................................................................................... 38
ANEXO 1....................................................................................................................................... 39
ANEXO 2....................................................................................................................................... 40

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Planteamiento del problema.

Esta tarea es primordial y representa uno de los aspectos más positivos de la educación

integral, asunto que todos los maestros conocen por su propia experiencia de vocación: que la

educación debe ser integral, que no solamente debe educarse la inteligencia y la conducta, sino

también el corazón y la conciencia.

Por esta razón me enfoco en el centro de educación de la escuela Iztaccihuatl con clave:

20DPR2854U5, se encuentra ubicada en el municipio de Ayotzintepec.

Esta institución brinda un servicio social muy importante a los niños que se encuentran dentro

de dicha institución en la cual hay niños entre 6 a 13 años de edad para llevar acabo su educación

primaria; la mayoría de estos niños su recurso económico es muy bajo, los alumnos provienen de

familias de padres desorientados que muestran problemas familiares (divorcios, padres

alcohólicos, violencia intrafamiliar) afectando emocional y físicamente a sus hijos, y el director

que se encuentra a cargo de la institución es el Profesor. Gabriel Avilés Pérez trata de apoyar a

estos niños en su formación educativa de este modo les dará las herramientas necesarias para

formar parte de la sociedad.

El problema a estudiar aquí es la convivencia en valores en el segundo grado, el cual está

conformado por 21 alumnos que presentan lo que es la pérdida de valores; de los 21 alumnos 13

son mujeres y los 8 restante son niños, como lo mencione anteriormente estos niños son de bajos

recursos, algunos de estos alumnos se encuentran en esta institución debido a que sus papás no

cuentan con el suficiente recurso económico como para mandarlos a otra institución, en otros

casos por que los padres ven a sus hijos como una carga o problema y ven a esta institución como

la mejor opción para deslindarse de estas obligaciones y otros mas son huérfanos y quedan a

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cargo de familiares que optan por ingresarlos a esta institución; algunos de los alumnos manejan

con poca frecuencia la lengua de su pueblo natal, ya que les da pena o se sienten intimidados por

sus demás compañeros.

Para nosotros la educación constituye el principal instrumento a través del cual una sociedad

procura formar ciudadanos honestos y con una formación personal idónea para su normal

desenvolvimiento. Dentro del proceso de formación educativa, los valores constituyen un aspecto

esencial para que nuestros niños afirmen su identidad y adquieran el sentido de honestidad,

responsabilidad y sinceridad como base primordial para una adecuada formación de su ética

moral y sobre todo, para que desarrollen su personalidad de manera correcta sin desviarse del

camino social para el cual se les está formando.

Mi trabajo de investigación, tiene como objetivo principal, rescatar los valores en el grupo de

segundo grado, elegí este tema debido a la deficiencia o falta de integridad.

¿Por qué no se están llevando a cabo los valores en el grupo de segundo grado de la

escuela iztaccihatl?

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Justificación

Esta investigación nace mediante una observación en los niños, la crisis de valores, que cada

día se evidencian en el comportamiento de los mismos. Por eso es necesario emprender acciones

y asumir actividades positivas al rescate de los valores por medio de la convivencia, donde se

buscara que se respeten la dignidad del otro individuo profundizando el auto estima, la tolerancia,

la responsabilidad, honradez y respeto. Se espera que la investigación ayude positivamente a los

alumnos, como proceso formativo, así encontrando alternativas que permitan orientar y analizar

el cambio de los alumnos.

Hipótesis

Unos de los factores es la desintegración familiar ya que esto permite en los niños confusiones

en los valores acerca de la educación que se les debe de brindar, debido a esto el alumno muestra

desinterés en convivir con sus compañeros.

Variables

Variables independientes:

La desintegración familiar ya que esto permite en los niños confusiones en los valores acerca

de la educación que se les debe de brindar.

Variables dependientes:

Desinterés en convivir con sus compañeros.

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Objetivos

Objetivos generales.

Investigar si predomina la presencia o ausencia de valores dentro del grupo de segundo grado,

y así llegar al ¿por qué? de estas conductas de los alumnos entre ellos mismos.

Objetivo particular.

o Observar y llevar un registro del grupo mediante su comportamiento en la

práctica de la convivencia.

o Diagnosticar por medio de encuestas a los alumnos del segundo grado sobre la

importancia que tiene la convivencia en ellos.

o Desarrollar talleres pedagógicos diseñados en convivir.

Marco teórico

Antecedentes

La educación en valores debe ser potenciada entre otros aspectos curriculares a través de la

integración disciplinar, en particular, aquellas asignaturas que conforman la Disciplina de

Marxismo-Leninismo.

El pensamiento marxista, que se nutre de toda la obra de creación humana que le antecedió, sitúa

al hombre no solo como centro de sus preocupaciones filosóficas, sino que propone las vías para

lograr una verdadera existencia humana, y en este sentido proyecta la formación de un hombre

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nuevo, un individuo superior, plenamente emancipado y desarrollado multifacéticamente en

todos sus aspectos; es decir, perfeccionado espiritual, moral, física y estéticamente.

Para Marx el hombre es ante todo el conjunto de sus relaciones sociales “…la esencia humana no

es algo abstracto inherente a cada individuo. Es decir, en su realidad, el conjunto de sus

relaciones sociales”. Relaciones que no son puramente espirituales, entre conciencias, sino la

unidad de lo espiritual y lo material, relaciones establecidas a través de la interacción del hombre

con la naturaleza en el proceso de producción y reproducción de su vida material y espiritual.

Al tomar como fundamento la teoría marxista, concebimos al hombre nuevo como aquel hombre

capaz de transformarse a sí mismo, de apropiarse de forma dialéctica de valores nuevos, de

interpretar y transformar la realidad, al tiempo que se enriquece su propia esencia. “Un hombre

que pueda autovalorarse deliberadamente como sujeto y objeto del desarrollo; un hombre que

solo puede ser alcanzable cuando desaparezcan todas las formas de enajenación social, en primer

lugar las económicas”. (Batista, 2013)

La formación valoral es un asunto del sistema educativo

Cuando se habla de formación valoral, aunque se acepta que la familia es quizás el espacio

privilegiado para lograrlo lo que se asocia con el derecho de los padres de formar valoralmente a

sus hijos prácticamente todos los planteamientos hacen referencia a la escuela y a otros niveles

educativos formales. Una de las razones para esto es, desde luego, el carácter masivo de la

escuela y su potencial impacto social. Pero otra, sin duda de primordial importancia, se encuentra

en el hecho de que, por lo que nos dice la investigación al respecto, los valores se desarrollan en

los individuos en forma automática. Requieren de un proceso educativo intencionado y

sistemático. Un proceso de esta naturaleza es necesario tanto para el logro del desarrollo
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cognoscitivo que parece ser un prerrequisito para que el sujeto llegue a la definición de

principios morales como del propio desarrollo de los principios morales del sujeto.

El desarrollo valoral, por tanto, no es algo que ocurra en su plenitud como fruto natural del

proceso evolutivo del ser humano. Hay que perseguirlo explícita y sistemáticamente. Es, por otra

parte, inevitable que la escuela transmita valores y forme valoralmente. El problema es que, si la

escuela no se propone explícitamente la formación valoral, simplemente simula una falsa

neutralidad. Es necesario aceptar el hecho de que toda escuela, todo maestro, todo curriculum

forma valoralmente. “No hay tarea educativa auténtica que pueda prescindir de la dimensión

axiológica. En la medida en que la formación valoral forma parte solamente del curriculum

oculto, no es evaluable ni se puede pedir cuentas al respecto. Sobra hacer referencia al riesgo de

adoctrinamiento que ello representa”. (ENSASTEGUI, 2013)

Y esto constituye una razón más para exigirle al sistema educativo que explicite su marco

valoral de referencia e indique claramente la forma como intenta desarrollarlo en sus alumnos.

Se aduce también la irrenunciable función socializadora de la escuela. Así, en una sociedad

democrática, ¿Quién forma para la democracia? La función socializadora de la escuela implica

reconocimiento y valoración del pluralismo. Implica formar para participar y para ejercer el

juicio crítico. Capacitar a los alumnos para que tengan iniciativa de formular propuestas. Llevar

a los alumnos a niveles de complejidad creciente, de compromiso con lo que creen. Esto sobre

todo es cierto si consideramos que la escuela actúa en paralelo con otros agentes socializadores,

en ocasiones mucho más potentes en cuanto tales que la propia escuela: los medios de

comunicación, el grupo de padres, la comunidad de referencia. Ante esta multiplicación de

fuentes amorfas de socialización, la escuela pierde su espacio socializador, especialmente cuando


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no es capaz de incorporar a su interior, como objeto de análisis, de reflexión, de crítica y de

decisión, a esas otras fuentes de socialización.

Se considera que si la escuela no forma valoralmente, o lo hace en forma oculta, no será capaz

de desarrollar al ser humano en forma integral. Se acepta cada vez más ampliamente que es

necesario atender los aspectos que constituyen, analíticamente, al ser humano: el cognoscitivo, el

afectivo y el psicomotor; y que cualquier proceso educativo que desatienda alguno de estos

aspectos, o que enfatice uno por encima de los demás, provocará un desarrollo desequilibrado

del ser humano. La escuela tradicionalmente ha acentuado el aspecto cognoscitivo por encima de

los otros dos.

La formación valoral, entonces, no es sólo un asunto educativo, sino algo que debe

corresponderle a la escuela. La razón para esto es doble: la escuela es la mejor capacitada para

formar valoralmente a los alumnos porque es la única que puede hacerlo intencionalmente. Y si

la escuela no lo hace, la calidad de lo que hace la escuela deja mucho que desear.

Esta afirmación tiene su fundamento en las siguientes razones:

Una razón es el hecho de que los fundamentos teóricos de los procesos de formación en el

terreno socioafectivo se han desarrollado mucho menos que los pertenecientes a los procesos

formativos en el terreno cognositivo. Existen, por tanto, asideros menos sólidos para los

planteamientos pedagógicos propios de la formación valoral. Por ello, las fronteras entre el

quehacer pedagógico que forma individuos autónomos capaces de estructurar sus propios

esquemas valóricos, y el quehacer pedagógico de carácter adoctrinador, no siempre son del todo

claras. El temor a caer en el adoctrinamiento explica la resistencia de muchos actores a asumir

responsabilidades en el campo de la formación valoral.


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Otra razón es el hecho de que, en el terreno de la formación valoral, el papel del docente es

clave, y los docentes en general no han recibido una educación sistemática de esta naturaleza;

tampoco han sido formados para formar a sus alumnos valoralmente. Esto implica que todo

proyecto de formación valoral debe comenzar por o al menos incluir actividades de formación

docente.

Una razón central es el hecho de que la formación valorar se adquiere como consecuencia de

lo que se puede, en electo, ejercitar y practicar. Esto significa que en el interior del aula como de

la escuela en tanto institución, se vivan cotidianamente estilos de relación interpersonal y de toma

de decisiones congruentes con los propósitos perseguidos. Sin embargo nuestras escuelas no

están organizadas para operar de manera democrática y nuestros docentes en las aulas tienden

todavía, en la mayoría de los casos, a reproducir las formas centralistas y autoritarias con las que

ellos fueron formados.

La cuarta razón tiene que ver con la distancia que media entre los desarrollos teóricos

relacionados con la formación valoral, que entre otras cosas enfatizan los aspectos evolutivos del

proceso y la magnitud de las exigencias sociales que se plantean a la escuela, que hemos

procurado resumir en la primera parte de esta presentación. Estas exigencias son en general

demasiado ambiciosas, se plantean de manera abstracta y difícilmente pueden convertirse en

objetivos evaluables.

Esto significa que la escuela tendría que desarrollar su capacidad de estrechar los vínculos con

las agencias socializadoras de la comunidad con las que es posible hacerlo.

Pero también implica la necesidad de que la escuela introduzca sistemáticamente lo que ocurre

más ampliamente en la sociedad como objeto de análisis y como problema, a lo que conviene

buscarle solución colectivamente. Nuevamente se requiere romper con un estilo de operar, tanto

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de la escuela como del aula, a fin de convertir las competencias o incomunicaciones en sinergias

favorables entre agencias socializadoras.

Con lo anterior no queremos decir que la escuela no forme valoralmente. Como lo hemos

dicho antes, es imposible que no lo haga, y seguramente lo ha venido haciendo, en gran parte, en

el sentido, socialmente deseado. No obstante, sí puede asegurarse que la escuela no ha sido tan

eficaz como la sociedad parece haberlo esperado, y quizás tampoco tan eficaz como podría haber

sido si se hubiera planteado, de manera intencionada y sistemática, formar en valores.

La educación de los valores en la familia

Los valores son elementos centrales en el sistema de creencias de las personas y se relacionan

con estados ideales de vida. Responden a nuestras necesidades como personas, nos proporcionan

criterios para evaluar a los otros, a los acontecimientos que nos rodean y a nosotros mismos. Los

valores nos orientan en la vida, nos hacen comprender y estimar a los demás. El primer contexto

de su aprendizaje se halla en la familia, que no sólo va a ser transmisora de esos principios y

reglas: en ella se comparte un proyecto vital en el que se da un compromiso emocional; se ofrece

un contexto de desarrollo de las personas, sean hijos, padres o abuelos, y posibilita un encuentro

intergeneracional; y sin duda, es una red de apoyo para los cambios y las crisis.

Pero no sólo supone esto para los niños y niñas. Ellos son asimismo agentes activos en el

proceso de su construcción, en la medida en que la relación padres-hijos es una relación

transaccional, esto es, de ida y vuelta, aunque sea de carácter asimétrico.

No sólo cambian o se influye en los valores de los niños, sino también en los de los adultos.

Por ejemplo, después de tener hijos, una persona puede dar más valor a la seguridad que al
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reconocimiento social. Las reglas familiares son en general implícitas, se transmiten de

generación en generación y pueden funcionar como vehículos de expresión de los valores, pero

deben ser consideradas como flexibles, puesto que han de cambiar a lo largo del ciclo familiar y

estar al servicio del crecimiento de los miembros del grupo. Por eso, el cultivo de los valores no

sólo se hace modificando las conductas de los hijos o la de los padres, sino con la transformación

de los tipos de relación en la estructura familiar. (La educación en valores en la familia, 2009)

Los valores y la educación.

Uno de los problemas que hoy enfrentamos para la educación en valores es que lo hacemos en

una sociedad que es pluralista. Y el pluralismo, lo queramos o no, implica cierto relativismo.

Ello exige mayor capacidad a los educadores. La enseñanza ha de ser pluralista porque lo es la

misma sociedad. Los valores no son dogmas inamovibles o formas de ser eternas. El objetivo de

una educación en valores, además de la transmisión de los mismos, ha de ser transmitir la

capacidad de enfrentarse al pluralismo, al cambio, a la reinvención. No es fácil. Hay que ser para

ello muy razonable. Es fácil desorientarse, desplomarse, culpabilizarse. Hay que saber discernir.

Pero, de no ser porque ha habido “transgresores en conciencia” de lo establecido, todavía

estaríamos hoy en la esclavitud, la pena de muerte, el servicio militar obligatorio, el machismo,

la exclusión de las minorías, por no poner sino algunos ejemplos.

Seguramente, uno de los valores más necesarios y más productivos en una sociedad pluralista es

el diálogo. Desgraciadamente no es un valor en alza. Si la educación consigue educar para el

diálogo (lo que supone razonar, escuchar, ponerse en el lugar del otro, defender sin interés

espurio la propia convicción, estar dispuesto a aceptar que el otro pueda convencerme e intentar,
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sin imposiciones, convencer al otro) habremos puesto una muy importante base para la

educación en valores.

Los niños van a adquirir un marco social, principalmente, de los adultos más cercanos.

Primero, de la familia; después, de los profesores; también, del grupo de amigos y, actualmente,

están cobrando una gran importancia los modelos que transmiten los medios de comunicación,

principalmente la televisión. Se quiere recalcar que la escuela no es el único lugar en el que se

educa, que los niños y niñas son los auténticos protagonistas de la educación y pasan muchas

horas fuera de la escuela, en la calle, en el barrio, en casa, con los amigos y amigas, y todo está

colaborando a formar a esas personas autónomas, responsables y solidarias que pretendemos.

“Pero los maestros y los padres están comprometidos en la educación y es importante la

participación de los padres y madres en la escuela, es imprescindible la colaboración de los

padres y el profesorado en ese objetivo común, y que no se puede parcelar en niño-familia, niño-

escuela”. (Juliá, 1999)

El proceso de enseñanza y aprendizaje de los valores

La cotidianidad escolar como categoría analítica permite captar el sentido y orientación que

los sujetos escolares imprimen en sus acciones y discursos. Si bien es cierto que documentar la

vida cotidiana es, sobre todo, una experiencia subjetiva, no obstante sirve de lupa para poner en

evidencia el complejo mundo escolar. Filósofos, historiadores, antropólogos y sociólogos la

definen como el estudio del sujeto dentro del conjunto de relaciones histórico-sociales que

conforman su mundo particular y su diario acontecer.

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“La cultura designa pautas de significados históricamente transmitidos y encarnados en

formas simbólicas (que comprenden acciones, expresiones y objetos significantes de la más

variada especie), en virtud de los cuales los individuos se comunican entre sí y comparten sus

experiencias, concepciones y creencias”. (Giménes, 2008)

“La cultura consta de la masa de bienes e instrumentos, así como de las costumbres y de los

hábitos corporales o mentales que funcionan, directa o indirectamente para satisfacer necesidades

humanas”. (Malinowwski, 1944). Es en la cotidianidad y la cultura, que el sujeto internaliza

costumbres, tradiciones, normas, saberes, habilidades y valores mismos que le imprimen una

huella y lo determinan como un ser de un espacio y de un tiempo concretos. De todos estos

elementos que el individuo internaliza nos interesa rescatar, para fines del presente trabajo, la

noción de valor.

Esta categoría ha sido milenariamente trabajada, sobre todo por filósofos y desde el siglo

pasado por antropólogos y sociólogos. Si bien desde Aristóteles hasta nuestros días la categoría

de valor ha sido definida y redefinida, de manera sucinta implica todo aquello que contribuye al

enriquecimiento de aquellos componentes esenciales del ser humano, es todo objeto de

preferencia o elección, creencia duradera de un específico modo de conducta de carácter personal

o socialmente preferible a otro modo de conducta o estado final opuesto o contradictorio,

equivale a lo que nos agrada, se identifica con lo deseado, es el objeto de nuestro interés, es la

cualidad o propiedad de un objeto que le confiere ser, es lo bueno, real o ideal, deseado o

deseable, para la persona y/o la sociedad.

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Valores: ¿Una universalización de los niños y jóvenes?

Hay una tradición en educación moral que considera que los problemas de convivencia en la

sociedad se producen porque la joven generación no ha recibido modelos claros y entonces el

objetivo de la escuela es transmitir contenidos morales, valores y normas, a fin de que niños y

jóvenes los incorporen.

Hay en esta modalidad una actitud que los juristas llaman de perfeccionismo moral, o sea, se

sostiene un modelo de vida virtuosa compartido a veces por la comunidad educativa, basado en

creencias religiosas o en costumbres y tradiciones propias de esa comunidad, a veces

respondiendo a las convicciones subjetivas del docente. Se tiende a la universalización del ideal

de vida y de las conductas que son consideradas morales y se pretende que ese sea el modelo de

vida buena para todos.

Una posición alternativa en educación moral es la que considera que gran parte de los

conflictos que viven los niños y los jóvenes en la actualidad tienen que ver con la confusión que

se genera a partir del gran abanico de posibilidades valorativas existentes en cada cultura y dentro

de cada sociedad, abanico que se hace presente a través de la mayor fluidez de las

comunicaciones, especialmente a partir del desarrollo de los medios masivos y los procesos de

globalización; confusión sobre qué es lo correcto y qué no lo es, dónde está lo justo o cuál es la

forma de vida adecuada. La propuesta es que la escuela no sea sólo el lugar de la transmisión de

los valores si no el lugar de reflexión sobre los mismos. En donde se acentúe la importancia de

dar espacio para reconocer las propias valoraciones, poder expresarlas y justificarlas.

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La tarea del docente es enseñar competencias comunicativas y críticas reflexivas para apreciar

las ventajas/desventajas, perjuicios/beneficios, que se pueden derivar de conductas acordes con

esos valores. Se pretende facilitar el conocimiento y la crítica de las diversas tradiciones

culturales para posibilitar la construcción de valores que cada uno estime apreciables. En los

artículos propuestos en esta ocasión se ha optado por una posición teórica intermedia. “Los

valores no se "inculcan" pero es indispensable enseñarlos porque la ética no se descubre ni se

inventa sino que es una tarea de construcción o mejor, de reconstrucción, personal y colectiva de

formas de convivencia valiosas”. (Valencia, 2021)

Nacemos en un universo moral que es una forma de interpretación de la realidad social, un

modo de vivir, de esperar, de actuar que se ajusta a reglas que tienen una tradición, un pasado que

tiende a naturalizar los códigos. En este contexto ayudar a construir la autonomía moral en los

niños es que aprendan que las normas no son sagradas ni eternas, sino que son un largo trabajo de

ajuste y transformación para lograr un proyecto de vida más plena en común. Se propone que el

docente se corra de posiciones dogmáticas abriéndose a la diversidad de "vidas buenas" acordes a

la pluralidad de tradiciones familiares de su sala. Pero esto no significa que haya justificación

para adoptar una posición escéptica. Hay valores preferibles a otros (los que mejoran la vida en

común) y hay criterios que defendemos como universalizables (por ejemplo, cuando decimos que

algo no es justo estamos suponiendo que existe un criterio de justicia por encima de nuestros

deseos o los de nuestros oponentes y que es defendible argumentativamente). Estos valores y

estos criterios deben ser enseñados en un clima democrático y abierto a la participación.

Como la ética no es ciencia y no nos puede ofrecer la certeza demostrativa de lo verdadero y

lo falso, es por esto que cobra gran relevancia la formación del carácter del que en seña y del que

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a prende. La tradición que viene desde Aristóteles va a considerar que el buen vivir, el vivir como

un humano entre humanos a los que reconocemos como semejantes (ahora postulamos como

"sujetos de derechos") se juega en la formación de hábitos virtuosos; aquí se apunta a la idea de

un carácter que tiende a elegir lo bueno para sí mismo y para la comunidad. Muy lejos está del

concepto de hábito propuesto por el conductismo basado en el reforzamiento y en la

automatización. El diálogo crítico de esta tradición con las posiciones cognitivo-evolutivas del

desarrollo moral señala el contexto teórico que plantea la educación en valores como la

construcción de actitudes, entendiéndolas como una tendencia a la acción internalizada y

constante que puede ser verbalizada en forma de opiniones y que justifica la posición valorativa

adoptada por el sujeto.

Pero nadie puede enseñar valores si no ha construido pacientemente en su propio carácter las

actitudes correspondientes, si no ha hecho el esfuerzo del autoconocimiento y de la crítica a las

propias valoraciones, si no está permanentemente dispuesto a revisar la coherencia valorativa

expuesta en sus prácticas pedagógicas; y, no menos importante, si no encuadra la enseñanza en

valores en el marco de los derechos humanos como proyecto de vida plena en un mundo plural.

Cuando comenzamos a pensar en la enseñanza de valores, la primera idea que nos surge es el

valor del niño: el niño como sujeto de derechos, como sujeto valioso, único, irrepetible y al

mismo tiempo como sujeto vulnerable, necesitado de protección y de cuidado.

El niño como poseedor de todas las posibilidades, de todas las potencialidades que podrá

desarrollar en interacción con un medio rico que le ofrezca variadas experiencias y satisfaga sus

necesidades. Y los otros niños cuyos derechos son muchas veces vulnerados negándoseles la

posibilidad de desarrollo sano y armonioso.

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Pensamos también en la escuela y los maestros como mediadores de aquello que queremos

enseñar, que vale la pena enseñar, los docentes, que podemos elegir ser transformadores de

realidades sociales o reproductores de un sistema social injusto y excluyente.

Los maestros siempre transmitimos valores, tanto por los contenidos que enseñamos, cómo

por la forma en que lo hacemos. La forma en que enseñamos, no es un mero problema técnico,

expresa nuestras ideas. Lejos de ser neutra, nuestra práctica expresa ideología.

Sí o sí estamos atrapados en esta tarea de transmitir valores, entonces deberíamos

preguntarnos qué valores transmitimos con nuestras prácticas, qué estamos enseñando con ellas.

El tercer elemento en juego es el conocimiento, el conocimiento como bien social y la escuela

como el espacio público destinado a transmitirlo. El conocimiento debe ser un derecho de todos y

no privilegio de algunos pocos.

En este caso el contenido a enseñar proviene del campo de lo social, de las prácticas valoradas

socialmente. Este contenido es un punto de conflicto, pues muchas veces lo que se enseña se

contrapone a las realidades de desigualdad y exclusión en las que viven algunos de nuestros

alumnos. Entonces si elegimos comprometernos con una práctica educativa transformadora

deberíamos reflexionar qué valores transmitir cuando hay un entorno signado por la injusticia y

por la falta de derechos para muchos niños.

Innovaciones didácticas en la enseñanza de valores y sus implicaciones ideológicas

(culturales, sociales y políticas)

Cuestionarse el sentido y el significado que tiene la formación del siglo XXI es también

preguntarse cómo queremos que sea el mundo en este siglo nuevo. Es en este sentido en el que

tenemos que hablar de formación global e integral: global porque el alumno debe conocer todo su
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entorno; la especialización en su parcela de conocimiento no basta para ser un buen profesional,

sino que se requieren unas nociones elaboradas de los medios, los fines, las consecuencias y el

contexto en el que se aplicará su conocimiento específico; e integral porque debe desarrollar

todas las potencialidades humanas, es decir, no sólo el conocimiento lógico-matemático, sino

también las habilidades, las capacidades, los sentimientos y los valores.

El papel de las primarias y las escuelas de formación es, en este sentido, crucial. Su tarea,

como reconoce la declaración de Bolonia, no se reduce a la formación de buenos técnicos o

profesionales, sino también ciudadanos responsables que trabajen por un mundo mejor. Para ello

debemos superar el paradigma de la instrucción y pasar al de la educación en sentido global y con

pretensión universalista, en el que se desarrollen tanto los contenidos como las capacidades, las

actitudes y los valores.

Si no es a partir de los valores no hay posibilidad alguna de llevar a cabo un proceso

educativo. No existe el hombre biológico, desnudo de cultura, de valores desde los cuales exige

ser interpretado. “Acercarse al hombre, conocerlo, entenderlo, significa interpretar el mundo de

significados o valores a través de los cuales todo hombre se expresa, siente y vive; y el sistema de

actitudes ante la vida que le dan sentido y coherencia. Por ello los valores son contenidos,

explícitos o implícitos, inevitables en la educación”. (P., 1994)

La anterior cita subraya que cualquier actividad educativa está condicionada por los valores.

Podemos considerar que la experiencia educativa es un proceso complejo en el que intervienen

cuatro elementos que son:

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 El profesor, que planifica la agenda de actividades y decide qué conocimientos

deberían tomarse en consideración, qué metodología educativa emplear, cómo evaluar,

cómo relacionarse con los alumnos, etc.

 El que aprende, donde influye la motivación por aprender, la percepción que tiene

el alumno sobre la institución educativa, sobre el profesor (comportamientos, pedagogía),

sus expectativas, las creencias sobre sí mismo, sus temores, etc.

 El currículum, que comprende los conocimientos, habilidades y valores de la

experiencia educativa que satisfagan criterios de excelencia que se aplican en el área de

estudio.

 El medio o contexto en el que tiene lugar la experiencia de aprendizaje.

Todos estos elementos que configuran la experiencia educativa están influidos por los valores

de las personas; están presentes en la selección de contenidos que realiza el profesor, en el diseño

de las metodologías educativas que se aplicarán, en el comportamiento de los actores educativos

en el aula y fuera de ella, en los contenidos del currículo, etc.

Acerca de lo que es un valor, tradicionalmente ha tenido mucha discusión entre dos tendencias

filosóficas que han pretendido explicar el origen del mismo: el objetivismo, que indica que los

valores existen fuera del hombre, y el subjetivismo, que sostiene que el hombre crea el valor

según sus deseos, intereses o ideas. “Un intento de superación de ambas concepciones nos lo

ofrece la psicología cognitiva, que entiende que un valor es un concepto ideado y elaborado por

el sujeto para entender, codificar y representar el mundo”. (Buxarrais, 1997).

“El modelo de educación en valores por el que se apuesta en nuestro trabajo es el de los

valores éticos, basados en la ética cívica, y se propone como meta colaborar con el alumnado en
21
el proceso de construcción significativa de los valores mediante dos principios esenciales:

autonomía y razón dialógica”. (Puig, 1989)

A través de la autonomía se apuesta por los procesos de autoconocimiento, de análisis crítico y

de toma de conciencia que faciliten la construcción de la personalidad moral del individuo.

Pedagogía de valores ¿realidad o mito?

La formación integral de las nuevas generaciones de niños y jóvenes, propios de nuestra

sociedad, sólo se puede lograr sobre la base de una estrategia teórica que posibilite un enfoque

realista, objetivo esencial y profundo de dicho propósito.

Sobre la formación de valores en la escuela se ha escrito mucho, pero en forma no homogénea,

se puede decir que en el área de las ciencias sociales hay una gran bibliografía actualizada y que

sustenta paradigmas perfectamente realizables, no así en otras áreas del conocimiento, como en

ciencias naturales y las llamadas ciencias exactas, donde la producción es escasa y muy dirigida a

determinadas esferas de actuación.

La formación de valores es un proceso sistémico profundo donde por el carácter bilateral del

mismo, el profesor como representante de la sociedad debe dirigir las acciones del proceso

docente educativo hacia el fin propuesto para ello necesita una orientación en el contenido

específico de esta actividad y en la metodología para su aplicación partiendo de que la educación

en valores es la aspiración más trascendente que necesitamos lograr en los estudiantes, el mismo

por su parte debe estar motivado es decir, estar preparado para la selección del problema en

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forma activa, consciente y creadora. El asunto radica en que se requiere una Pedagogía de los

valores y no valores en la Pedagogía.

En el trabajo no quisimos dar ideas conclusivas, sino que la gran novedad del mismo es hacer

que los docentes piensen, reflexionen, acepten o rechacen nuestra propuesta. En todos los casos el

fenómeno formación de valores en los estudiantes estará ganando en análisis, seriedad y

profundidad, a la vez que proporciona a los educadores un documento que los ayude a meditar

sobre la forma de influir en sus alumnos teniendo en cuenta las realidades del entorno.

La línea central metodológica de la teoría de la formación de valores radica en que los valores

no se pueden imponer como normas externas sino como un proceso negociador donde el

estudiante recibe, asimila e integra a sus accionas cotidianas los valores negociados con la

generación adulta.

El primer y más urgente problema a resolver por la Educación contemporánea es el de la

educación en valores. Siempre que hay un nuevo modelo a implantar es porque al que se va a

sustituir ha entrado en crisis.

El problema de los valores nos asalta precisamente en momentos de crisis en la que entra el

desasosiego y la desorientación, nos planteamos de nuevo el sentido de las cosas, en suma, el por

qué y el, para qué de lo que hacemos.

Cuando se constata que las ideas pedagógicas anteriores han perdido su vigencia, cuando lo

que hacíamos antes resulta obsoleto, cuando parece que los valores anteriores han perdido su

vigencia, o están en desuso, justo en ese momento renace la problemática de los valores con todo

su vigor.

23
A partir de entonces es que las cosas van a cambiar y la nueva situación reclama nueva

referencia y nuevos criterios para su aceptación y legitimación, es decir, nuevos valores.

Vivimos en una época marcada por los cambios acelerados y constantes, el complejo mundo

de los valores se ha adueñado en los últimos años de la reflexión pedagógica.

La escuela por si solo no puede resolver el problema de la formación de valores sino que es un

problema social central y todos los estratos sociales tiene que ponerse en función de los que

necesita precisamente la sociedad y no se lo pueden pedir solo a la escuela.

Se define valores de la siguiente manera: “Los valores son saberes que se aprenden al estar

inmersos en una determinada forma cultural por, lo tanto no pueden ser ajenos a la dinámica que

toma real el hacer educativo”. (Pino, 1998)

Estos autores le dan una connotación eminentemente teórica a la formación de valores y así se

aprecia en su análisis conceptual.

El eminente pedagogo define valores de la siguiente manera:

Son aquellas cualidades que poseen las personas, las familias, los grupos sociales las cosas o

las ideas con la cual adquiere conocimiento, aprecio y aceptación social.

Este autor aunque en su definición es un poco más amplio, no abarca la problemática de los

valores en toda su dimensión.

En este trabajo se comparten estos criterios en parte pues no conciben a los valores como un

aspecto solamente cultural-teórico, considerando oportuno agregar la educación en valores para

crear en los estudiantes conciencia y convicción ante los problemas, actitud para enfrentarlos y

decisión para combatir y resolver los problemas cotidianos del entorno.

24
Los problemas cruciales que viven las contemporáneas actuales de no aceptación de

competencia desmedida, incluso de violencia sexual, racial y religiosa es el reflejo de la crisis de

valores morales por la que transita la sociedad actual no hay ningún país en el cual no se

manifieste esta crisis en menor o mayor cuantía.

Los valores tienen que ver con alguna idea acerca del mundo, la vida y los seres humanos que

en función de las cualidades que encierra resultan estimables, deseables, o por el contrario

dependiendo de los males que supone se considera aborrecible, indeseables.

El ser humano adopta los valores de acuerdo con su desarrollo y formación personal. (Como

algo deseable) por ejemplo:

o La sabiduría

o La democracia

o La tolerancia

o El derecho al trabajo

o El derecho a escoger como vive

Todos hacen referencia a su anti valor (como algo indeseable) por ejemplo:

o La ignorancia

o El egoísmo

o La dictadura

o La intolerancia

o El crimen

o La mentira

o El hambre
25
o La imposición

Los valores se forman en la vida familiar, en la escuela y en el entorno en el cual se desarrolla.

La familia es la cuna de todos los valores positivos y negativos y se puede considerar el centro

donde se refugian todas las tradiciones, es precisamente en la familia donde el niño se pone en

contacto con los primeros valores y estos dejan una profunda huella.

La escuela ofrece un tiempo, un espacio y un ámbito adecuado para el desarrollo de los

valores ahora no hay que olvidar que en determinados periodos de desarrollo el alumno es muy

influenciado por sus coetáneos, incluso más que la escuela y la familia

La formación de valores que se imparte en la escuela no puede ser solo teórico sino teórico

práctico, los estudiantes formarán sus actitudes y conducta, teniendo en cuenta sus vivencias y

experiencias cotidianas desarrollar los valores personales sociales y trascendentes que los

capacite para obrar en forma consciente.

En el proceso docente educativo para la formación y desarrollo de valores es necesario

cumplir una serie de requisitos tales como:

o Propiciar conductas positivas

o Entender las conductas negativas

o Escuchar antes de criticar

o Evitar los prejuicios

o Ser ejemplo

o Crear un clima cooperativo de trabajo

o Explicar los valores a alcanzar

o Resaltar los valores patrios


26
o Aprender a auto evaluarse

o Formar convicciones

La mayoría de los autores consideran que los valores tienen un destinatario que son los

alumnos desde un punto de vista el problema de los valores se centra en:

o Qué valores hemos de trasmitir a los alumnos

o Cómo hacerlo en el marco más efectivo

Otra consideración de los valores es la referida al sistema educativo, así el problema se plantea

en otros términos:

o En función de que valores está organizado el sistema educativo

o Que valores subyacen en el modelo actual

o A qué valor obedecen los cambios que hemos de obtener en la educación

actual

Los objetivos de la pedagogía de los valores son enseñar a pensar, enseñar a decidir enseñar a

hacer, todos los temas pedagógicos actuales hablan de valores porque sencillamente en la

mayoría de los países estos han estado o están en crisis.

Hay algunos temas sociológicos que afirman que toda sociedad se aglutina alrededor de

valores y cuando estos se destruyen la comunidad se resquebraja.

La teoría pedagógica de los valores siempre ha proclamado que lo más importantes no son los

contenidos académicos sino la formación de la personalidad de los estudiantes.

27
Pocas veces en la literatura que habla de los valores se menciona las acciones que puede

agredir a la idea de formar valores la actuación del adulto arremete sin darse cuenta la actividad

que se desarrolla en la sociedad y la escuela, el profesor con su actuación inconscientemente se

puede convertir en un agresor del proceso formativo del alumno que el mismo se propone.

La sociedad reclama la educación en valores

En este comienzo de siglo es indispensable tomar conciencia del momento histórico-social que

vivimos, y, en particular, de las profundas transformaciones que están operando en la educación.

Cambios que, sin duda, han sorprendido a muchos profesionales de la educación sin los saberes

apropiados que les permitan operar en la realidad con las mayores probabilidades de éxito. Por

ello, en estos primeros años del siglo XXI es preciso tomar conciencia del momento social que

vivimos.

En el momento actual nuestra sociedad reclama una educación que se proyecte y que

programe una formación actitudinal y ética. A estos efectos en el siglo XXI se requiere que el

educador sea un profesional altamente comprometido, que acepte el cambio, lo comprenda y

primordialmente lo protagonice. Para ello, deberá ser competente; esto implica: disponer de

saberes o conocimientos fundados científicamente; saber hacer, es decir, disponer de alternativas

de métodos y estrategias; y querer hacer o tener actitudes favorables que impulsen el cambio

diseñado desde un enfoque prospectivo.

Ahora bien, también es cierto que los valores hacen resbaladizo su estudio ya que ni son

atributos, ni particularidades de las cosas o de las acciones, como el tamaño, la forma, el color, el

peso, la estatura. Estos valores suponen una concepción de lo deseable, de lo preferible frente a lo
28
opuesto, son preferencias obligatorias aprendidas en el proceso de socialización, donde la

escuela, la sociedad, la familia, los maestros, los medios de comunicación tienen un fuerte peso

en su transmisión para que los jóvenes formen su propio auto concepto. Fruto de estas

interacciones y del aprendizaje social, los niños y los adolescentes van interiorizando y

organizando su propia escala de valores.

La educación en valores, tanto en la docencia como en la investigación. Así lo demuestran las

muchas reflexiones sobre la naturaleza de los valores como la solidaridad.

La enseñanza, el aprendizaje, el desarrollo y la educación son categorías estrechamente

vinculadas entre sí, entendiendo esta última en su sentido amplio, como un conjunto de

actividades y prácticas sociales mediante las cuales, y gracias a las cuales, los grupos humanos

promueven el desarrollo personal y la socialización de sus miembros y garantizan el

funcionamiento de uno de los mecanismos esenciales de la evolución de la especie: la herencia

cultural.

En su sentido estrecho la educación, del Latín, educare (conducir, guiar, orientar) y educere

(hacer salir, extraer, dar a la luz), es el proceso que se organiza, desarrolla y se sistematiza en la

institución docente, en función de transmitir los conocimientos y la experiencia histórico social

de la humanidad y que debe conducir si se estructura una adecuada enseñanza, a la instrucción, el

aprendizaje, el desarrollo y la formación de las alumnas y alumnos. El fin de la educación no es

hacer al hombre nulo, por el desdén o el acomodo imposible al país en que ha de vivir, sino

prepararlo para vivir bueno y útil en él.

Mediante el proceso del conocimiento humano (reflejo del mundo circundante por la

conciencia) el hombre conoce el mundo, para poder actuar y transformarlo.

29
La enseñanza es el proceso de organización de la actividad cognoscitiva de los escolares, que

implica la apropiación por estos de la experiencia histórico-social y la asimilación de la imagen

ideal de los objetos, su reflejo o reproducción espiritual, lo que mediatiza toda su actividad y

contribuye a su socialización y formación de valores.

La enseñanza cumple funciones instructiva, educativa y desarrolladora, en cuyo proceso debe

manifestarse la unidad entre la instrucción y la educación.

La enseñanza amplía las posibilidades del desarrollo, puede acelerarlo y variar no sólo la

consecutividad de las etapas del mismo sino también el propio carácter de ellas.

El aprendizaje es un proceso en el que participa activamente el alumno, dirigido por el

docente, apropiándose el primero de conocimientos, habilidades y capacidades, en comunicación

con los otros, en un proceso de socialización que favorece la formación de valores, es la actividad

de asimilación de un proceso especialmente organizado con ese fin, la enseñanza.

La enseñanza y el aprendizaje constituyen un proceso, que está regido por leyes concatenadas

(pedagógicas, psicológicas, lógicas, filosóficas, entre otras), que interactúan y se condicionan

mutuamente. Estas leyes deben conocerse por los docentes, a los efectos que este se desarrolle

como un sistema.

La actividad es el modo, específicamente humano, mediante el cual el hombre se relaciona

con el mundo. Es un proceso en el cual este reproduce y transforma creadoramente la naturaleza,

a partir de la realidad objetiva mediada por la práctica.

En la actividad está presente la abstracción teórica de toda la práctica humana universal: es

modo de existencia, cambio, transformación y desarrollo de la realidad social. Deviene como

relación sujeto objeto y está determinada por leyes objetivas.

30
Así por ejemplo, el pensamiento no debe considerarse solo como una de las funciones

intelectuales humanas, como diálogo del individuo consigo mismo, sino como la totalidad de las

formas de reflejo de la realidad en los diversos modos de la actividad humana, incluyendo la

actividad práctica, gnoseológica, valorativa y comunicativa.

La actividad del hombre contribuye a cambiar el mundo exterior, y esto a su vez es condición

para su propio auto transformación, que surge de la lucha entre dos contrarios dialécticos.

Actividad del hombre sobre el medio que lo rodea y la influencia de este medio sobre lo que

ocurre en el interior del individuo.

En el proceso de enseñanza aprendizaje las alumnas y alumnos deben realizar todos los tipos

de actividad: práctica, gnoseológica, valorativa y comunicativa, ya que este proceso, al igual que

toda actividad humana, tiene como componentes las necesidades, los motivos, una finalidad,

condiciones para obtener esa finalidad y componentes (acciones y operaciones).

Si la conciencia es una forma superior de reflejo de la realidad objetiva, atributo solo del

hombre, la enseñanza como proceso de organización de la actividad cognoscitiva escolar, permite

que los alumnos asimilen el contenido, las propiedades y cualidades de los objetos y fenómenos

originados por las generaciones precedentes; así como que comprendan qué son las cosas, por

qué son así y para qué son (su utilidad e importancia).

Es precisamente en la actividad, en la comunicación con el adulto y los coetáneos (procesos de

socialización), mediante acciones que en sentido general, pasan de lo externo (material, con

objetos), a lo verbal (lenguaje interno e externo) y posteriormente al plano interno (mental), que

el alumno llega a apropiarse de la experiencia histórico-social de la humanidad.

31
El resultado del movimiento general del conocimiento del alumno se produce de lo concreto

(material), a lo abstracto (mental), formándose en este la "imagen ideal" de los contenidos

incluidos en la realidad que estudia.

“Las acciones primeramente en el plano material, luego verbal y finalmente mental de lo que

el alumno conoce mediante la enseñanza, facilitan que pueda realizar nuevas acciones externas

con los mismos contenidos o con otros desconocidos; capacitan para que pueda transformar

creadoramente el medio que lo rodea”. (Galparin, 1987)

Metodología de la investigación

Universo, población y muestra

El universo que conforma el grupo de segundo grado grupo “B” en el periodo escolar

septiembre – julio de 2019 en el cual se desarrolló la investigación, está conformado con 21

alumnos y un docente frente al grupo.

Esta investigación que llevo a cabo con los alumnos del segundo grado tienen en edad

promedio entre 7 y 8 años, muestran cierta indisciplina, indiferencia, falta de respeto tanto hacia

su asesor como también a sus compañeros; ya que como podemos observar la educación familiar

y escolar que se les ha venido impartiendo a estos alumnos nos parece que no es la adecuada.

Como menciono anteriormente en la contextualización los niños provienen de familias de

padres desorientados que muestran problemas familiares (divorcios, padres alcohólicos, violencia

intrafamiliar) afectando emocional y físicamente a sus hijos, pues es muy notable ver que este

grupo de niños han pasado por lo que es la violencia intrafamiliar o un rechazo familiar que

32
muchas veces o en todos los casos llegan a marcar de por vida ocasionando en ellos un

resentimiento hacia la sociedad.

Es muy común escuchar comentarios que ellos mismos nos hacen argumentándonos los

problemas por los que a su corta edad.

Pero todos estos acontecimientos por los que han tenido que pasar esto niños los han llevado a

presentar lo que es la pérdida de valores, mostrando comportamientos inadecuados como lo es el

típico conflicto entre compañeros, desobediencia hacia al maestro e indiferencia; al igual que el

rechazo que ellos mismos muestran hacia sus padres o familiares, llevándolos a la pérdida de

valores como: el amor, respeto, convivencia, la confianza, responsabilidad, el compañerismo y la

armonía entre otros; los cuales han ido desapareciendo poco a poco ocasionando problemas que

en un futuro marcaran aún más la vida de estos niños que no tienen la culpa de los errores de sus

padres, pero que desgraciadamente tienen que cargar con ellos y enfrentar a la sociedad que

muchas veces juzga sin saber por todo lo que estos niños han vivido; debido a cuestiones como

éstas los niños muestran miedo en poner en práctica los valores que mencionamos anteriormente

temen ser rechazados por la sociedad y a consecuencia de eso se refugian en el odio y la

desesperanza.

Algo característico de este grupo es que si conocen el concepto de los valores es decir saben a

qué se refiere mas no lo ponen en práctica debido al rechazo o miedo y es en este factor en el que

como interventor tengo que trabajar.

La cuestión aquí es: ¿Cómo se puede exigir a un alumno lo que el maestro no da con el

ejemplo?, ¿Cómo puedo pedir que respete si no lo respeto?, ¿Que sea solidario cuando hay una

lucha de poderes?, ¿Que sea responsable si yo profesor no me responsabilizo? y finalmente

33
¿Cómo pedirles que mantengan limpio el salón si nunca lo han visto limpio?, o ¿Qué me atiendan

si con el ruido de afuera no me pueden escuchar?

Esto es un asunto que se trata entre los profesores, que se comenta pero que nunca ha llegado a

considerarse un grave problema. Y sin embargo lo ha sido a lo largo de la labor académica, que

sin temor a equivocarse cada vez es peor. A los profesores se les pregunto cuántas veces han

tenido que perder 15 minutos esperando a que alguien les atienda y abra su salón, cuántas veces

han encontrado un salón con basura que no han tirado precisamente sus alumnos, cuántas veces al

día hay que salir a poner orden, interrumpiendo su clase porque ya no es posible continuar.

Los problemas que derivan de los contenidos programáticos, de la preparación insuficiente de

los alumnos, de su falta de hábitos de estudio, de material didáctico o cualquier problema que

tenga que ver con su propia labor, pueden intentar resolverlo porque están en sus manos, pero

ellos no puedo limpiar el salón porque ya hay alguien responsable de hacerlo o no pueden salir a

poner orden porque están dando su clase lo mejor que pueden hacer en esas condiciones, tratando

de aprovechar el mayor tiempo posible con los alumnos.

Ya que la escuela primaria ha venido asumiendo un papel protagónico en la educación de los

niños, aprovechando las potenciales de la cultura patrimonial que rodean. Para cumplir estos fines

la escuela ha tenido que estrechar los lazos de trabajo con las instituciones y organizaciones que

se encargan de conservar, restaurar, preservar y educar en los valores patrimoniales, y en esta van

alcanzando resultados favorables en la formación de los niños para enfrentarse a la sociedad.

Considero que ese es el auténtico papel de un maestro, enseñar a los niños a desenvolverse por

sí mismos, porque enseñando a los niños a que aprendan a aprender, es como realmente los niños

34
van a llegar a conocer el mundo y la realidad que les rodea. Sin salir del contexto de los valores

como el respeto, la tolerancia esas son las armas fundamentales para ser un buen ser humano y en

esta caso un individuo de bien.

Descripción de la recolección de datos

En este proceso de investigación se consideraron básicamente las técnicas para la recogida de

información que se describen a continuación, ya que existen diversas y variadas técnicas para

investigar la práctica docente y para recolección de datos, tales como son:

 Observación de la práctica pedagógica.

 Cuestionario para definir los ejes de observación.

 Aplicación de talleres a los alumnos de las estrategias propuestas.

Observación de la práctica pedagógica

El objetivo de la observación en el aula, es recoger evidencias de las situaciones de enseñanza-

aprendizaje que se dan cuando el maestro y alumno llevan a cabo una clase de convivencia en

valores sin realizar experimentos para que reconocieran que esta enseñanza se sigue

desarrollando entre cuatro paredes y un techo, que todavía se hace uso del verbalismo,

enciclopedismos y la pasividad, con la finalidad de hacer un análisis comparativo entre los

conceptos teóricos y su aplicación en el desarrollo de su práctica.

35
Construcción del instrumento en la obtención de información (cuestionario)

Para efectuar la obtención de datos en una investigación, uno de los instrumentos más

frecuentemente utilizado es el cuestionario. El cuestionario es un instrumento utilizado de un

modo preferente, en el desarrollo de investigaciones en el campo de las ciencias sociales. Su

construcción, aplicación y tabulación poseen un alto grado de organización u objetividad. El

cuestionario es un medio útil y eficaz para recoger información en un tiempo relativamente breve.

Está constituido por un conjunto de reactivos diferentes, que pueden ser planteados de forma

interrogativa, enunciativa, afirmativa o negativa con varias alternativas, con un formato

determinado, un orden de preguntas y un contenido concreto sobre el tema. Se aplicó un

cuestionario tanto a maestros y alumnos para detectar como desarrolla el maestro su práctica

docente en la enseñanza de los valores.

Estas interrogantes fueron aplicadas en forma individual y de manera escrita a los maestros,

con la finalidad de que ellos plasmaran sus comentarios en relación al proceso de enseñanza de

los valores y poder reorientar el trabajo docente. (ANEXO 1)

De igual manera es aplicada una encueta a los alumnos en forma individual y de preguntas

abiertas. (ANEXO 2)

Los talleres, una estrategia didáctica para la aplicación de los valores

Los talleres están direccionados a desarrollar aquellas capacidades que resultan ser las más

importantes para garantizar éxito profesional, una vida acertada y feliz. Estas capacidades son: el

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conocimiento propio, el autocontrol, el equilibrio emocional, la capacidad de motivarse a uno

mismo y a otros, el talento social, el optimismo, la constancia, la capacidad para reconocer y

comprender los sentimientos de los demás. Un adecuado desarrollo de la inteligencia emocional

influye directamente en la evolución intelectual del niño, produciendo un aumento de la

motivación, de la curiosidad, de las ganas de aprender, una amplitud de la agudeza y profundidad

de la percepción e intuición.

Los Talleres, van encaminadas siempre a un mejoramiento en el desarrollo físico, mental y

emocional del alumno, así como en su enriquecimiento tanto cultural como adquisición de

experiencias, principalmente en los logros que de estos se obtienen además de la convivencia

entre padres, alumnos y maestros.

37
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ANEXO 1

Encuesta a los alumnos del segundo grado grupo B.

1.-¿Qué significa para ti los valores?

2.-¿Menciona 4 valores que conoces?

3.-¿Cómo puedes representar a los valores?

4.-¿Cómo te gustaría trabajar los valores?

5.-¿Cómo te identificas con los valores?

6.- Lee y dale una solución al siguiente problema.

Ximena tienen la costumbre de lastimar con palabras a su compañera Hannah, esto lleva a que

se ponga triste Hannah. ¿Qué arias en este caso

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ANEXO 2

Encuesta al alumno de acuerdo a su familia.

1.- ¿Quiénes viven contigo?

2.- ¿Quién te cuida la mayor parte del tiempo?

3.- ¿Con quién pasas más tiempos?

4.- ¿Te gusta estar con tus papás/hermanos?

5.- ¿Qué es lo que mas te gusta de tu papá/mamá?

6.- ¿Qué es lo que menos te gusta lo de tu papá/mamá?

7.- ¿Qué hacen tus papás/hermanos para que tu seas feliz?

8.- ¿Qué te gustaría que hicieran tus papás para que tu seas feliz?

9.- ¿Cuándo te portas mal que hacen/dicen tu papá/mamá?

10.- ¿Qué sientes?

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DISEÑO METODOLÓGICO DE LA INVESTIGACIÓN

EDUARDO RANGEL SANCHEZ

ASESOR: ROBERTO SALAZAR CONTRERAS

UNIVERSIDAD BENEMERITA Y HEROICA DE MEXICO. A. C.


MAESTRIA EN CIENCIA DE LA EDUCACION.
SAN JUAN BAUTISTA TUXTEPEC, OAXACA.
31 DE MARZO DEL 2019.

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