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El poder se define como ascendente. Metáfora piramidal (el poder reside en el pueblo).
Toda la actividad ejecutiva y de responsabilidad política se define como “cargo”. (función
gestora del soberano; el pueblo). Cargo= voluntario y temporal.
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Todos los ciudadanos son iguales, la posición de responsabilidad no supone una posición de
superioridad.
Estructura democrática:
La Constitución está escrito como si de un relato se tratase, tiene su trama y su intriga y por eso se nos
presenta dividida en capítulos. Para la lectura de la constitución se proponen dos perspectivas
vinculadas al tiempo y otros dos boques temáticos sobre los que trata la historia de su discurso.
- Tiempo: Debemos distinguir dos escrituras, una antigua, referida a los orígenes del texto,
anclada en su específico momento histórico y otra actual, proyectada hacia el futuro, la cual nos
hace protagonistas de la obra.
- Espacio político: por un lado, los principios, el bloque de las ideas y derechos sobre los que se
levanta el estado, y, por otro, la descripción de los motores y mecánicas que lo hacen posible.
- Parte dogmática: siendo esta las ideas y derechos que configuran el universo ideal de la
comunidad política.
- Parte orgánica y mecánica: siendo esta el mero reglamento para el funcionamiento del estado.
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Título Preliminar: expresión de lo que es y de lo que queremos que sea ese pueblo
convertido en estado. El Título Primero, segundo en su desarrollo, es la expresión de lo que
somos nosotros, cada uno de nosotros, en cuanto partícipes de la comunidad política
convertida en estado. En definitiva, el estado y la ciudadanía como los dos epicentros del
proyecto político, ese mismo pueblo que somos nosotros en la doble dimensión de nación
y en la individualidad de cada uno como persona.
El PREÁMBULO DE LA CONSTITUCIÓN
El primer enunciado se inicia con un sintagma nominal que anuncia el sujeto: La Nación
española, sujeto colectivo.
Sieyes, se pregunta ¿qué es el Tercer Estado? Y ¿quiénes son todos estos, cuya única
identidad clara es que no son ni aristócratas ni altos funcionarios del estado o de la Iglesia?
La respuesta será clara; la nación española. Nación en la cual quedan fuera los aristócratas
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y cardenales, príncipes del estado y de la Iglesia. Respecto al término “española” surgen
dudas que dejan sin responder, ¿se remite aquí a un concepto geográfico?, ¿resulta de una
identidad étnica o cultural?, ¿existe una esencia específica de la “españoleidad”?
“Un orden económico y social justo” criterio absolutamente incuestionable, por este
principio queda definida la justicia del orden social y económico. Por eso no es una
convivencia cualquiera, sino que es una convivencia democrática.
“De todos los españoles y los pueblos de España” Sobre ellos se predica la necesaria garantía
de una serie de objetos concretos: los derechos humanos, las culturas y tradiciones, las
lenguas e instituciones. La constitución de 1978 deja claro que el proyecto de bienestar y
de calidad de vida, los derechos que se declaran construyen o garantizan, tienen que serlo
para todos, o de lo contrario se rompe la baraja.
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mismos principios de justicia, libertad, seguridad y promoción del bien sobre los que se
fundamenta el estado.
ARTÍCULO 1
El artículo primero queda dividido en tres párrafos, breves, pero con largo camino
semántico. De entrada, empieza con la definición de estado. En el Preámbulo menciona a
la nación española mientras que el artículo primero habla directamente de España. Se
podría resumir debido a que en el momento del Preámbulo todavía no había estado y solo
se hablaba de nación. Muchos pueblos han alcanzado el milagro constitucional a través de
acontecimientos históricos, culturales, incluso revolucionarios. Pero en el caso español
carece de esos enclaves históricos, no hay mito un mito de la nación española en el que
arraigue el texto constitucional, el constituyente es plenamente consciente.
El artículo 1 reproduce la hazaña (ocupada la región de Ática por los ejércitos de Jerjes, la
población ateniense se tiene que ir a la isla Salamina y reivindica que Atenas existe allí
donde están los atenienses) y el deseo de la nación a alcanzar la virtualidad del estado. Por
eso la definición de estado queda marcada por esa expresión de voluntad “España es un
estado social y democrático de derecho” al cual añade “que propugna como valores
superiores…”
El segundo parágrafo del artículo reafirma esa función; la soberanía reside en el pueblo
español, del que emanan los poderes del Estado. El concepto de poder es complejo por que
es cierto que existen una serie de poderes que quedan repartidos en ciertas posiciones de
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fuerza, pero el poder constitucional se refiere a un solo poder, la estructura del estado. Y
aquí solo hay un poder y reside en el pueblo.
El tercer parágrafo nos propone la forma política de este estado. La diferencia conceptual
entre este apartado y los dos anteriores es enorme. Si los otros miran hacia la instancia del
pueblo, aquí el constituyente torna la mirada hacia el espacio de las instituciones. Por eso
comienza aquí la parte orgánica del texto.
ARTÍCULO 2
El artículo segundo habla sobre la organización territorial y para ello utiliza tres términos
que llaman la atención: patria, nacionalidad y solidaridad.
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“sólido”. Lo primero, su carácter socializante y lo segundo, su fuerte contenido
sociológico. Nos sugiere una lectura que viene a decir “Solos, no somos nadie.
Juntos, la deuda es soportable”. La propuesta de solidaridad es abierta y mutua, si
deja de sentirse como voluntad no existe legitimidad alguna que pueda forzarla.
ARTÍCULOS 6, 7 Y 8
Arti ́culo 6.
Los partidos políticos expresan el pluralismo poli ́tico, concurren a la formación y
manifestación de la voluntad popular y son instrumento fundamental para la participación
poli ́tica. Su creació n y el ejercicio de su actividad son libres dentro del respeto a la
Constitución y a la ley. Su estructura interna y funcionamiento deberán ser democráticos.
Arti ́culo 7.
Los sindicatos de trabajadores y las asociaciones empresariales contribuyen a la defensa y
promoción de los intereses económicos y sociales que les son propios. Su creación y el
ejercicio de su activIdad son libres dentro del respeto a la Constitució n y a la ley. Su
estructura interna y funcionamiento deberán ser democráticos.
Arti ́culo 8.
1. Las Fuerzas Armadas, constituidas por el Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del
Aire, tienen como misión garantizar la soberani ́a e independencia de Españ a, defender su
integridad territorial y el ordenamiento constitucional.
2. Una ley orgánica regulará las bases de la organización militar conforme a los principios
de la presente Constitució n.
Los artículos 6,7 y 8 son la energía que hacen que la constitución sea como una máquina,
por esto los vamos a analizar como una sola unidad, ya que así podemos observar su
funcionamiento y sus límites.
El sistema se asienta sobre tres fuerzas, dos de ellas nuevas para el 78 (partidos políticos y
sindicatos) y la tercera procede del viejo sistema (ejército). Así tenemos dos dinámicas, dos
fuerzas contradictorias. El paralelismo entre los tres instrumentos se aprecia en la relación
dialéctica por la que se oponen entre sí.
El paralelismo entre los artículos 6, 7 y 8 hay que mirar la historia. Las formas de
configuración de la voluntad política no quedan restringidas al papel que desempeñan los
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sindicatos y los partidos políticos, sino que, junto con ellos, comparece este tercer sistema
articulado alrededor del ejercito.
La elevación del estado al nivel de la constitución carecería de sentido sin una interpretación
histórica. El ejército es configuración del poder siendo esta la función de impulso y control
de la voluntad del estado.
Entre las líneas de la Constitución hay al menos dos textos distintos. Por un lado, se describe
el aparato que se abre a la democracia, el cual nos sitúa en la órbita de una Europa que
exigía grados de libertad incompatibles con la estructura dictatorial del viejo régimen de
Franco. Y, por otro lado, tenemos otro texto que, frente a la tentativa de cualquier cambio
radical, se estableció un sistema paralelo con la función de garantizar que el proceso
democrático no desbordase los límites marcados (el ejército).
¿es sostenible este modelo en medio del siglo XXI? Hoy en día la realidad es muy diferente
a la que era antes.
ARTÍCULO 9
Artículo 9.
1. Los ciudadanos y los poderes públicos están sujetos a la Constitución y al resto del
ordenamiento jurídico.
2. Corresponde a los poderes públicos promover las condiciones para que la libertad y la
igualdad del individuo y de los grupos en que se integra sean reales y efectivas; remover
los obstáculos que impidan o dificulten su plenitud y facilitar la participación de todos los
ciudadanos en la vida poli ́tica, econó mica, cultural y social.
El artículo 9 es el cierre del Título Preliminar, la pieza central que garantiza su eficacia. “Valor
de la Constitución”. La Constitución es un texto escrito, un discurso referido a la sociedad
que lo describe como un relato. Se pretende que la Constitución adquiera un pleno valor
normativo. No tiene el valor de ley suprema y si reclamamos este valor de ley a la
constitución, careceremos sin embargo de instrumentos suficientes que la acredite como
tal, desde un punto exquisitamente legal la constitución carece de legalidad, salvo la que
dimana de sí misma.
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La lectura del artículo 9 parece decirnos lo contrario; el primer párrafo del artículo nos
conduce a una compleja operación interpetativa, a un círculo conceptual. Un ciclo que solo
es entendible si nos remitimos al concepto de poder constituyente. El pueblo, los
ciudadanos, la nación quedan así sometidos al ordenamiento jurídico, pero a la vez son ellos
la fuente de todos los mandatos: los ciudadanos se hacen libres al someterse a la ley. El
poder es la expresión de su propia voluntad.
Es importante fijarse en las estructuras copulativas del párrafo ya que esta duplicidad es
fundamental para entender el conjunto del artículo.
- La constitución y el resto del ordenamiento; si la constitución es parte del
ordenamiento no tiene sentido la “y” resultando por lo tanto redundante. Sin
embargo, la constitución y el ordenamiento jurídico no coinciden, y no lo hacen no
solo porque el concepto de ordenamiento exceda a la idea de constitución sino
porque el concepto de constitución no es reducible al de pura norma.
- Los ciudadanos y los poderes públicos; aquí podemos observar como el concepto de
poderes público se refiere a las instituciones y no a las personas. Así comprendemos
que tanto las personas como las instituciones que articulan el aparato del estado,
quedan sometidos expresamente al orden constitucional, así como al resto de
normas del ordenamiento.
En el segundo párrafo se configura el verdadero papel de los poderes públicos en una nueva
democracia.
Esclarecedor los verbos que emplea: promover, remover, facilitar.
Sintagma interesante: remover los obstáculos que impiden o dificulten la plenitud.
Nos pone en sobre aviso de dos factores.
El carácter dinámico del estado: el estado heredado no es un
remanso de paz, derechos y libertades. Es por eso por lo que se le
asigna una única función específica que consiste en retirar los
obstáculos, los procedimientos, los factores y las cosas que impiden
el acceso a todos de los derechos. Aunque su labor continua al ser el
encargado de dotar de sentido a todas y cada una de las instituciones
del estado.
Una eficacia concreta, la lectura de la constitución se presenta como
una dinámica en progreso.
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TERCERA PARTE: LOS DERECHOS FUNDAMENTALES
El paso al Título I, el protagonismo del estado queda a un lado y se coloca como protagonista
a la persona.
La soberanía, ¿dónde reside?, ¿en la sociedad en su conjunto o en el corazón mismo de
cada uno? Los autores del XVIII lo resolvieron proponiendo dos textos:
- La constitución como expresión de la voluntad de los pueblos
- La declaración como reconocimiento de los derechos fundamentales del individuo
En esta parte la narrativa cambia, y lo hace de forma radical, no lo hace en la superficie del
relato, sino que se emplea una lectura más perspicaz, una lectura capaz de ahondar en la
raíz misma del problema. De entrada, vamos a observar cambios en la estructura del título
pues comienza directamente con un artículo suelo, el 10, donde se define a la persona como
centro y fundamento del orden jurídico- político.
En una primera lectura, la universalidad parece perder la batalla, pero sin embargo no
estamos ante un sistema de barreras fijo e inamovible. En el preámbulo; de todos cuantos
la integran. Rizo sistemático que hace recaer la voluntad constituyente en todos aquellos
que participan en el esfuerzo de crear el estado democrático.
No se divide de esta forma suponiendo que los del Título I tendrán una mayor importancia
que los del Título II, se recoge en forma de listado los derechos. Todos los derechos
recogidos tanto en el Capítulo II como en el Capítulo III, incorporan y contienen de suyo la
sustancia de los derechos fundamentales, pues es esa la denominación de todo el Título:
De los derechos y deberes fundamentales.
La estructura tiene, por lo tanto, otra función. Está pensada en virtud de la doble proyección
del primer párrafo del artículo primero.
- Capítulo II; responde al tiempo presente, lo que España que es.
- Capítulo III; responde a la otra idea, a ese futuro que hace del texto la expresión de
una voluntad política.
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ARTÍCULO 10: LA PERSONA
Articulo 10.
TI ́TULO I
De los derechos y deberes fundamentales
1. La dignidad de la persona, los derechos inviolables que le son inherentes, el libre
desarrollo de la personalidad, el respeto a la ley y a los derechos de los demás son
fundamento del orden político y de la paz social.
2. Las normas relativas a los derechos fundamentales y a las libertades que la Constitución
reconoce se interpretarán de conformidad con la Declaración Universal de Derechos
Humanos y los tratados y acuerdos internacionales sobre las mismas materias ratificados
por España.
EL PRINCIPIO DE IGUALDAD
Artículo 14.
Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por
razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o
circunstancia personal o social.
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Este es un momento clave debido a que se describe al verdadero protagonista y su anclaje
en el conjunto del escenario. La cuestión que se viene a tratar es saber si la igualdad se
estructura como un derecho o como un principio.
En el artículo, aunque sea un solo párrafo podemos observar dos bloques distintos. De
entrada, el principio: los españoles son iguales ante la ley, circunscrito tan solo a los
nacionales. Pero en el siguiente bloque, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por
razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia
personal o social, observando así que en dichos casos la violación la considera aborrecible,
pronunciándose con toda la solemnidad de una prohibición. Nos encontramos ante un
problema creado por la contradicción anteriormente dicha y además no crea de esta forma
incertidumbre difíciles de limitar porque, ¿qué es exactamente ser discriminado por razón
de nacimiento?
Pero seguimos con la duda referida anteriormente sobre el concepto nacimiento, ¿se
refiere obligatoriamente dicho concepto a nacionalidad? En el Antiguo Régimen las
fronteras nacionales apenas tenían eficacia fue tras la Revolución Francesa cuando los
sentimientos cambian y las lealtades se territorializan. Hoy en día, el estado moderno se
fundamenta en esta discriminación, la nacionalidad.
La lectura desvela una paradoja en sus propios términos, establecida la igualdad solo para
nos españoles, reconocidos estos como los únicos sujetos plenos de derechos.
¿cuál es la eficacia de la segunda parte del artículo?
Artículo 15.
Todos tienen derecho a la vida y a la integridad física y moral, sin que, en ningún caso,
puedan ser sometidos a tortura ni a penas o tratos inhumanos o degradantes. Queda
abolida la pena de muerte, salvo lo que puedan disponer las leyes penales militares para
tiempos de guerra.
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Artículo 16
Artículo 18.
1. Se garantiza el derecho al honor, a la intimidad personal y familiar y a la propia imagen.
2. El domicilio es inviolable. Ninguna entrada o registro podrá hacerse en él sin
consentimiento del titular o resolución judicial, salvo en caso de flagrante delito.
3. Se garantiza el secreto de las comunicaciones y, en especial, de las postales, telegráficas
y telefónicas, salvo resolució n judicial.
4. La ley limitará el uso de la informática para garantizar el honor y la intimidad personal y
familiar de los ciudadanos y el pleno ejercicio de sus derechos.
En el artículo 18 se transforma la idea de honor y pasa a darse gran valor a los conceptos
modernos de intimidad e imagen. Esta idea se ha convertido en uno de los ejes centrales
de la idea de persona, no solo coincide con nuestro cuerpo sino también hasta donde
alcanza nuestra presencia. El hogar, el domicilio se vuelve inviolable.
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a) A expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones mediante la
palabra, el escrito o cualquier otro medio de reproducció n.
b) A la producción y creación literaria, arti ́stica, cienti ́fica y técnica.
c) A la libertad de cátedra.
d) A comunicar o recibir libremente información veraz por cualquier medio de difusió n. La
ley regulará el derecho a la cláusula de conciencia y al secreto profesional en el ejercicio
de estas libertades.
2. El ejercicio de estos derechos no puede restringirse mediante ningú n tipo de censura
previa.
3. La ley regulará la organización y el control parlamentario de los medios de
comunicación social dependientes del Estado o de cualquier ente público y garantizará
el acceso a dichos medios de los grupos sociales y poli ́ticos significativos, respetando el
pluralismo de la sociedad y de las diversas lenguas de Españ a.
4. Estas libertades tienen su li ́mite en el respeto a los derechos reconocidos en este Ti ́tulo,
en los preceptos de las leyes que lo desarrollen y, especialmente, en el derecho al honor,
a la intimidad, a la propia imagen y a la protección de la juventud y de la infancia.
5. Só lo podrá acordarse el secuestro de publicaciones, grabaciones y otros medios de
informació n en virtud de resolución judicial.
Son derechos son asociados a las formas de expresión y comunicación. Reprimirse un chiste
ya sea con dinamita o con una sentencia judicial, es una barbarie.
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Arti ́culo 23.
1. Los ciudadanos tienen el derecho a participar en los asuntos públicos, directamente o por
medio de representantes, libremente elegidos en elecciones periódicas por sufragio
universal.
2. Asimismo, tienen derecho a acceder en condiciones de igualdad a las funciones y cargos
públicos, con los requisitos que señalen las leyes.
El artículo guarda una relación directa con los partidos políticos, sin embargo, tanto los
partidos políticos como los sindicatos padecen una profunda crisis ante la exigencia
ciudadana de nuevas modalidades de participación. El proceso evolutivo lo encontramos en
la relación que existe entre el artículo 23 y el artículo 28.
En el artículo 29 se ubica también el derecho de petición pero que también abriga grandes
posibilidades.
Y, por último, nos encontramos con el grupo de derechos articulados en torno a la idea de
seguridad. Podría decirse que estamos ante derechos de segundo grado cuya función no es
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la de satisfacer ninguna necesidad inmediata. Nos referimos a derechos como la defensa
frente a la privación de libertad y detención, el habeas corpus, o la tutela efectiva que deben
ejercer jueces y tribunales.
Arti ́culo 24
1. Todas las personas tienen derecho a obtener tutela efectiva de los jueces y tribunales en
el ejercicio de sus derechos e intereses legi ́timos, sin que, en ningún caso, pueda producirse
indefensión.
2. Asimismo, todos tienen derecho al Juez ordinario predeterminado por la ley, a la defensa
y a la asistencia de letrado, a ser informados de la acusación formulada contra ellos, a un
proceso público sin dilaciones indebidas y con todas las garanti ́as, a utilizar los medios de
prueba pertinentes para su defensa, a no declarar contra si ́ mismos, a no confesarse
culpables y a la presunció n de inocencia.
La ley regulará los casos en que, por razó n de parentesco o de secreto profesional, no se
estará obligado a declarar sobre hechos presuntamente delictivos.
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3. La Administració n civil no podrá imponer sanciones que, directa o subsidiariamente,
impliquen privación de libertad.
Sin embargo, el término “seguridad” contiene una compleja polisemia. La cual mantiene al
menos tres líneas de acción conceptual:
- Seguridad frente a la incertidumbre de la vida, fundamento de instituciones como
la seguridad social.
- Seguridad antes las posibles amenazas, fundamento de las denominadas fuerzas de
seguridad.
- Seguridad frente a la intromisión del estado, seguridad jurídica.
El empleo de deberes nos hace comprender que el objetivo es mucho más ambicioso. En
cierto grado, lo que hace es reclamar este esfuerzo para la totalidad de los casos.
El estado social del siglo XXI no se caracteriza por la acumulación de nuevos derechos sino
por su transformación. Los principios económicos y sociales no son, por lo tanto, una nueva
clase de derechos que el redactor del texto sitúa en un apéndice menos de la constitución,
lejos del paraíso que representan los derechos fundamentales. Constituyen más bien la
consideración moderna y radical de esos mismos derechos a la escala de un estado
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definitivamente moderno. Al utilizar la palabra principio los coloca a la altura de los
derechos fundamentales.
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