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PARA UNA LECTURA RADICAL DE LA CONSTITUCIÓN DE 1978

PRIMERA PARTE- CONSTITUCIÓN Y DEMOCRACIA ...................................................... - 1 -


PLANTEAMIENTO:............................................................................................................. - 1 -
LAS PARTES DE LA CONSTITUCIÓN: ................................................................................... - 2 -
SEGUNDA PARTE- EL DOGMA CONSTITUCIONAL ........................................................ - 3 -
El PREÁMBULO DE LA CONSTITUCIÓN ............................................................................... - 3 -
ARTÍCULO 1 ...................................................................................................................... - 5 -
ARTÍCULO 2 ...................................................................................................................... - 6 -
ARTÍCULOS 6, 7 Y 8 ........................................................................................................... - 7 -
ARTÍCULO 9 ...................................................................................................................... - 8 -
TERCERA PARTE: LOS DERECHOS FUNDAMENTALES ................................................. - 10 -
PARA UNA CRÍTICA DE LOS DERECHOS FUNDAMENTALES COMO DERECHOS HUMANOS .. - 10 -
TÍTULO I: DE LOS DERECHOS Y DEBERES FUNDAMENTALES .............................................. - 10 -
ARTÍCULO 10: LA PERSONA ............................................................................................. - 11 -
EL PRINCIPIO DE IGUALDAD ............................................................................................ - 11 -
SECCIÓN I DEL CAPÍTULO II: DE LOS DERECHOS FUNDAMENTALES Y DE LAS LIBERTADES
PÚBLICAS ....................................................................................................................... - 12 -

PRIMERA PARTE- CONSTITUCIÓN Y DEMOCRACIA


PLANTEAMIENTO:

Democracia: Modelo de organización política, con las siguientes características.

 El poder se define como ascendente. Metáfora piramidal (el poder reside en el pueblo).
 Toda la actividad ejecutiva y de responsabilidad política se define como “cargo”. (función
gestora del soberano; el pueblo). Cargo= voluntario y temporal.

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 Todos los ciudadanos son iguales, la posición de responsabilidad no supone una posición de
superioridad.

Estructura democrática:

 Imperio de la ley en cuanto expresión de la voluntad general del pueblo.


 Primacía de la persona en cuanto fin último de todo el orden jurídico- político
 Organización funcional, el poder es único y reside en el pueblo, de forma que las funciones han
de ser siempre parciales y que no sean acumulables.
o Principal diferencia con la idea de monarquía, el rey acumula todo el poder, asume la
soberanía.

Sistemas democráticos contemporáneos (tres características clásicas)

1. Respeto de los derechos humanos como expresión de la persona.


2. Separación de poderes
3. Imperio de la ley

LAS PARTES DE LA CONSTITUCIÓN:

La Constitución está escrito como si de un relato se tratase, tiene su trama y su intriga y por eso se nos
presenta dividida en capítulos. Para la lectura de la constitución se proponen dos perspectivas
vinculadas al tiempo y otros dos boques temáticos sobre los que trata la historia de su discurso.

- Tiempo: Debemos distinguir dos escrituras, una antigua, referida a los orígenes del texto,
anclada en su específico momento histórico y otra actual, proyectada hacia el futuro, la cual nos
hace protagonistas de la obra.
- Espacio político: por un lado, los principios, el bloque de las ideas y derechos sobre los que se
levanta el estado, y, por otro, la descripción de los motores y mecánicas que lo hacen posible.
- Parte dogmática: siendo esta las ideas y derechos que configuran el universo ideal de la
comunidad política.
- Parte orgánica y mecánica: siendo esta el mero reglamento para el funcionamiento del estado.

Cometidos de la constitución: articular la vida orgánica del estado y dotar de derechos la


existencia de los ciudadanos. La función más profunda del texto constitucional: la
Constitución como expresión de deseo de vida y de libertad. La voluntad general no puede
ser pacífica ni detenida en la historia, debe buscar la plenitud, por lo que tenemos que
concebir el texto de 1978 como voluntad en constante movimiento. Constitución abierta
que no solo nos hace protagonistas del relato sino también su autor. Hablamos así de
constitución democrática, pues es una constitución hecha por el propio pueblo. En
definitiva, una constitución que mira sin complejos hacia el futuro pues es puro anhelo de
vida.

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Título Preliminar: expresión de lo que es y de lo que queremos que sea ese pueblo
convertido en estado. El Título Primero, segundo en su desarrollo, es la expresión de lo que
somos nosotros, cada uno de nosotros, en cuanto partícipes de la comunidad política
convertida en estado. En definitiva, el estado y la ciudadanía como los dos epicentros del
proyecto político, ese mismo pueblo que somos nosotros en la doble dimensión de nación
y en la individualidad de cada uno como persona.

El texto de la Constitución se presenta como la propuesta de un recorrido. Un trayecto que


nos lleva desde el estado salvaje de la barbarie a la civilización, de la selva a la ciudad. Un
viaje en el cual nos preguntaremos quienes somos, quienes emprendemos este proyecto
que nos lleva desde el oscuro bosque a la claridad del foro. Pero sobre todo a dónde
queremos llegar, la meta que nos proponemos. Este quienes somos y a donde vamos se
presenta en el Preámbulo y de ahí surge el contrato social, que nos convierte en
ciudadanos.

SEGUNDA PARTE- EL DOGMA CONSTITUCIONAL

El PREÁMBULO DE LA CONSTITUCIÓN

La Nación española, deseando establecer la justicia, la libertad y la seguridad y promover el


bien de cuantos la integran, en uso de su soberanía, proclama su voluntad de:

El Preámbulo es el texto más importante de la constitución, siendo este el marco puro de


su esencial constitucional, también contiende la sustancia misma de la acción creadora y
esto provoca que al leerlo nos convirtamos en el auténtico poder constituyente.

¿Es el Preámbulo parte de la Constitución?


- No. Algunos autores sostienen que no debido a que para ellos carece del sistema
articulado que nos permite reconocer la presencia de una ley, convirtiéndose así en
una exposición de motivos, una introducción y un prólogo.
- Si. El Preámbulo no se trata de un prólogo como dicen muchos, tampoco un
apéndice externo a la escritura, sino que es una reflexión antes de esa misma
escritura. El Preámbulo termina justo con dos puntos, signo ortográfico a partir del
cual se origina el texto normativo. Constituye por lo tanto el metalenguaje de la
propia lectura. A terminar de leer el Preámbulo, el lector ha aprendido una cosa
fundamental que le transforma: es él y solamente él el autor profundo del texto.

El primer enunciado se inicia con un sintagma nominal que anuncia el sujeto: La Nación
española, sujeto colectivo.
Sieyes, se pregunta ¿qué es el Tercer Estado? Y ¿quiénes son todos estos, cuya única
identidad clara es que no son ni aristócratas ni altos funcionarios del estado o de la Iglesia?
La respuesta será clara; la nación española. Nación en la cual quedan fuera los aristócratas

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y cardenales, príncipes del estado y de la Iglesia. Respecto al término “española” surgen
dudas que dejan sin responder, ¿se remite aquí a un concepto geográfico?, ¿resulta de una
identidad étnica o cultural?, ¿existe una esencia específica de la “españoleidad”?

El autor, continua con un sintagma verbal; deseando establecer la justicia, la libertad y la


seguridad y promover el bien… No forma parte de una expresión descriptiva, ni tampoco
configura el estado de ánimo de un protagonista, sino que recrea nuestro propio sentido
de la vida, el ánimo que nos embarga en medio del caos y muerte donde se inicia el viaje.
No encontramos referencia a los siglos de la historia de nos proceden ni hay presunción de
identidad derivada de factores lingüísticos, culturales o étnicos, con la intención de
agrandar la universalidad del texto. El estado ya no se levanta sobre la carga heroica de un
proyecto de combate, su símbolo ya no será la espada y esas ideas solo las veremos
recogidas en los museos.

“Convivencia democrática, orden económico y social justo, Estado de Derecho, derechos


humanos, progreso de la cultura y la economía, digna calidad de vida, sociedad democrática
avanzada…” aparecen como rigurosos puntos sobre los que se tiene que pasar,
necesariamente, todos los procesos.

“Un orden económico y social justo” criterio absolutamente incuestionable, por este
principio queda definida la justicia del orden social y económico. Por eso no es una
convivencia cualquiera, sino que es una convivencia democrática.

“De todos los españoles y los pueblos de España” Sobre ellos se predica la necesaria garantía
de una serie de objetos concretos: los derechos humanos, las culturas y tradiciones, las
lenguas e instituciones. La constitución de 1978 deja claro que el proyecto de bienestar y
de calidad de vida, los derechos que se declaran construyen o garantizan, tienen que serlo
para todos, o de lo contrario se rompe la baraja.

La realidad de la inmigración da lugar a nuevas interpretaciones, la constitución de 1978 no


impide habilitar la constitución a los inmigrantes; la nación, esa nación que da inicio al texto
del Preámbulo, comprende, lo dice ese mismo párrafo a todos cuantos la integran.

El punto de máxima modernidad se encuentra en el último párrafo del discurso del


preámbulo “colaborar en el fortalecimiento de unas relaciones pacíficas y de eficaz
cooperación entre todos los pueblos de la Tierra”. Lo que importa es destacar el doble
concepto que aparece en la expresión: “relaciones pacíficas y eficaz cooperación” dos
elementos básicos de una cierta política exterior que encuentran en este preámbulo el
núcleo fundamental de su constitucionalización. La paz aparece como verdadero derecho y
propone la paz como fundamento del estado entraña la renuncia plena a la guerra como
instrumento de política exterior.

El concepto integración es un concepto constitucional que regula la extranjería moderna.


Esos que han hecho de nuestra tierra su hogar se convierten también en acreedores de los

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mismos principios de justicia, libertad, seguridad y promoción del bien sobre los que se
fundamenta el estado.

ARTÍCULO 1

1. España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho, que propugna como


valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el
pluralismo político.
2. La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del
Estado.
3. La forma política del Estado español es la Monarquía parlamentaria.

El artículo primero queda dividido en tres párrafos, breves, pero con largo camino
semántico. De entrada, empieza con la definición de estado. En el Preámbulo menciona a
la nación española mientras que el artículo primero habla directamente de España. Se
podría resumir debido a que en el momento del Preámbulo todavía no había estado y solo
se hablaba de nación. Muchos pueblos han alcanzado el milagro constitucional a través de
acontecimientos históricos, culturales, incluso revolucionarios. Pero en el caso español
carece de esos enclaves históricos, no hay mito un mito de la nación española en el que
arraigue el texto constitucional, el constituyente es plenamente consciente.

El artículo 1 reproduce la hazaña (ocupada la región de Ática por los ejércitos de Jerjes, la
población ateniense se tiene que ir a la isla Salamina y reivindica que Atenas existe allí
donde están los atenienses) y el deseo de la nación a alcanzar la virtualidad del estado. Por
eso la definición de estado queda marcada por esa expresión de voluntad “España es un
estado social y democrático de derecho” al cual añade “que propugna como valores
superiores…”

Las palabras utilizadas están saturadas de connotaciones, el redactor ha sido cuidadoso al


distinguir dos sintagmas diferentes, unidos por la conjunción que. Primero no habla de un
presente que tiene plena sustancia “España se constituye” y la segunda parte se dirige a
una ensoñación de un futuro soñado, “propugna”.

La modernidad constitucional se construye en dos tiempos;


El primero el viaje de los acontecimientos revolucionarios que marcan la historia
democrática de España y de Europa.
El segundo, el proyecto que se inicia con el propio acto constituyente.

El constitucionalismo liberal: construirán los derechos civiles


El constitucionalismo democrático: se levantan los derechos a la participación política.

El segundo parágrafo del artículo reafirma esa función; la soberanía reside en el pueblo
español, del que emanan los poderes del Estado. El concepto de poder es complejo por que
es cierto que existen una serie de poderes que quedan repartidos en ciertas posiciones de

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fuerza, pero el poder constitucional se refiere a un solo poder, la estructura del estado. Y
aquí solo hay un poder y reside en el pueblo.

El tercer parágrafo nos propone la forma política de este estado. La diferencia conceptual
entre este apartado y los dos anteriores es enorme. Si los otros miran hacia la instancia del
pueblo, aquí el constituyente torna la mirada hacia el espacio de las instituciones. Por eso
comienza aquí la parte orgánica del texto.

ARTÍCULO 2

La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común


e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las
nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas.

El artículo segundo habla sobre la organización territorial y para ello utiliza tres términos
que llaman la atención: patria, nacionalidad y solidaridad.

- Patria: Se trata de un término estrechamente relacionado al desarrollo del estado


moderno, se convertirá en sinónimo de ciudadano comprometido (patriota) en el
uso común de los revolucionarios. Por otro lado, asociamos este concepto a estado
siendo este un término jurídico-político.
o Patria común: Voluntad política de asumir la soberanía nacional como un
acto reivindicativo, remitiéndonos a la idea de pluralidad
El ideal patriótico vinculado al estado democrático hace que el ciudadano se
convierta en un verdadero agente revolucionario.

- Nación: En el Preámbulo aparece vinculado a una realidad anterior a la


construcción de la comunidad política teniendo así un carácter “pre-estatal”.
o Nacionalidad: En el artículo segundo se habla de nación en su versión
adjetivada.

Encontramos igualdad semántica entre los términos; nacionalidad y regiones que la


integran, sin embargo, su contenido es distinto. Nacionalidad se refiere a una
pluralidad humana mientras que regiones que la integran se refiere a una pluralidad
territorial.

Por otro lado, la concepción previa de la pluralidad nos conduce al concepto


reconocimiento: como los derechos fundamentales, como las realidades que se
presentan ante nosotros. La pluralidad no es una construcción que resulte de la
labor del constituyente, sino que se la encuentra y simplemente la reconoce.

- Solidaridad: No es nuevo en el orden jurídico, originado dentro del derecho privado,


mercantil y civil. La palabra nos remite a la idea de bloque, tiene la misma raíz que

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“sólido”. Lo primero, su carácter socializante y lo segundo, su fuerte contenido
sociológico. Nos sugiere una lectura que viene a decir “Solos, no somos nadie.
Juntos, la deuda es soportable”. La propuesta de solidaridad es abierta y mutua, si
deja de sentirse como voluntad no existe legitimidad alguna que pueda forzarla.

ARTÍCULOS 6, 7 Y 8

Arti ́culo 6.
Los partidos políticos expresan el pluralismo poli ́tico, concurren a la formación y
manifestación de la voluntad popular y son instrumento fundamental para la participación
poli ́tica. Su creació n y el ejercicio de su actividad son libres dentro del respeto a la
Constitución y a la ley. Su estructura interna y funcionamiento deberán ser democráticos.

Arti ́culo 7.
Los sindicatos de trabajadores y las asociaciones empresariales contribuyen a la defensa y
promoción de los intereses económicos y sociales que les son propios. Su creación y el
ejercicio de su activIdad son libres dentro del respeto a la Constitució n y a la ley. Su
estructura interna y funcionamiento deberán ser democráticos.

Arti ́culo 8.
1. Las Fuerzas Armadas, constituidas por el Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del
Aire, tienen como misión garantizar la soberani ́a e independencia de Españ a, defender su
integridad territorial y el ordenamiento constitucional.
2. Una ley orgánica regulará las bases de la organización militar conforme a los principios
de la presente Constitució n.

Los artículos 6,7 y 8 son la energía que hacen que la constitución sea como una máquina,
por esto los vamos a analizar como una sola unidad, ya que así podemos observar su
funcionamiento y sus límites.

El sistema se asienta sobre tres fuerzas, dos de ellas nuevas para el 78 (partidos políticos y
sindicatos) y la tercera procede del viejo sistema (ejército). Así tenemos dos dinámicas, dos
fuerzas contradictorias. El paralelismo entre los tres instrumentos se aprecia en la relación
dialéctica por la que se oponen entre sí.

Los partidos políticos se encargan de la formación y manifestación de la voluntad popular y


la participación política, los sindicatos en el desarrollo de los intereses económicos.

El paralelismo entre los artículos 6, 7 y 8 hay que mirar la historia. Las formas de
configuración de la voluntad política no quedan restringidas al papel que desempeñan los

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sindicatos y los partidos políticos, sino que, junto con ellos, comparece este tercer sistema
articulado alrededor del ejercito.

La elevación del estado al nivel de la constitución carecería de sentido sin una interpretación
histórica. El ejército es configuración del poder siendo esta la función de impulso y control
de la voluntad del estado.

Entre las líneas de la Constitución hay al menos dos textos distintos. Por un lado, se describe
el aparato que se abre a la democracia, el cual nos sitúa en la órbita de una Europa que
exigía grados de libertad incompatibles con la estructura dictatorial del viejo régimen de
Franco. Y, por otro lado, tenemos otro texto que, frente a la tentativa de cualquier cambio
radical, se estableció un sistema paralelo con la función de garantizar que el proceso
democrático no desbordase los límites marcados (el ejército).

¿es sostenible este modelo en medio del siglo XXI? Hoy en día la realidad es muy diferente
a la que era antes.

ARTÍCULO 9

Artículo 9.

1. Los ciudadanos y los poderes públicos están sujetos a la Constitución y al resto del
ordenamiento jurídico.

2. Corresponde a los poderes públicos promover las condiciones para que la libertad y la
igualdad del individuo y de los grupos en que se integra sean reales y efectivas; remover
los obstáculos que impidan o dificulten su plenitud y facilitar la participación de todos los
ciudadanos en la vida poli ́tica, econó mica, cultural y social.

3. La Constitució n garantiza el principio de legalidad, la jerarqui ́a normativa, la publicidad


de las normas, la irretroactividad de las disposiciones sancionadoras no favorables o
restrictivas de derechos individuales, la seguridad juri ́dica, la responsabilidad y la
interdicción de la arbitrariedad de los poderes públicos.

El artículo 9 es el cierre del Título Preliminar, la pieza central que garantiza su eficacia. “Valor
de la Constitución”. La Constitución es un texto escrito, un discurso referido a la sociedad
que lo describe como un relato. Se pretende que la Constitución adquiera un pleno valor
normativo. No tiene el valor de ley suprema y si reclamamos este valor de ley a la
constitución, careceremos sin embargo de instrumentos suficientes que la acredite como
tal, desde un punto exquisitamente legal la constitución carece de legalidad, salvo la que
dimana de sí misma.

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La lectura del artículo 9 parece decirnos lo contrario; el primer párrafo del artículo nos
conduce a una compleja operación interpetativa, a un círculo conceptual. Un ciclo que solo
es entendible si nos remitimos al concepto de poder constituyente. El pueblo, los
ciudadanos, la nación quedan así sometidos al ordenamiento jurídico, pero a la vez son ellos
la fuente de todos los mandatos: los ciudadanos se hacen libres al someterse a la ley. El
poder es la expresión de su propia voluntad.

Es importante fijarse en las estructuras copulativas del párrafo ya que esta duplicidad es
fundamental para entender el conjunto del artículo.
- La constitución y el resto del ordenamiento; si la constitución es parte del
ordenamiento no tiene sentido la “y” resultando por lo tanto redundante. Sin
embargo, la constitución y el ordenamiento jurídico no coinciden, y no lo hacen no
solo porque el concepto de ordenamiento exceda a la idea de constitución sino
porque el concepto de constitución no es reducible al de pura norma.
- Los ciudadanos y los poderes públicos; aquí podemos observar como el concepto de
poderes público se refiere a las instituciones y no a las personas. Así comprendemos
que tanto las personas como las instituciones que articulan el aparato del estado,
quedan sometidos expresamente al orden constitucional, así como al resto de
normas del ordenamiento.

En el segundo párrafo se configura el verdadero papel de los poderes públicos en una nueva
democracia.
 Esclarecedor los verbos que emplea: promover, remover, facilitar.
 Sintagma interesante: remover los obstáculos que impiden o dificulten la plenitud.
Nos pone en sobre aviso de dos factores.
 El carácter dinámico del estado: el estado heredado no es un
remanso de paz, derechos y libertades. Es por eso por lo que se le
asigna una única función específica que consiste en retirar los
obstáculos, los procedimientos, los factores y las cosas que impiden
el acceso a todos de los derechos. Aunque su labor continua al ser el
encargado de dotar de sentido a todas y cada una de las instituciones
del estado.
 Una eficacia concreta, la lectura de la constitución se presenta como
una dinámica en progreso.

En el tercer párrafo se entra de lleno en la definición de estado de derecho, principio de


legalidad, la jerarquía normativa, la publicidad de las normas, la irretroactividad de las
disposiciones sancionadoras no favorables o restrictivas de derechos individuales, la
seguridad jurídica, la responsabilidad y la interdicción de la arbitrariedad de los poderes
públicos definen tanto los principios como las prácticas de un estado moderno apropiado al
siglo XXI.

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TERCERA PARTE: LOS DERECHOS FUNDAMENTALES

PARA UNA CRÍTICA DE LOS DERECHOS FUNDAMENTALES COMO DERECHOS


HUMANOS

El paso al Título I, el protagonismo del estado queda a un lado y se coloca como protagonista
a la persona.
La soberanía, ¿dónde reside?, ¿en la sociedad en su conjunto o en el corazón mismo de
cada uno? Los autores del XVIII lo resolvieron proponiendo dos textos:
- La constitución como expresión de la voluntad de los pueblos
- La declaración como reconocimiento de los derechos fundamentales del individuo

TÍTULO I: DE LOS DERECHOS Y DEBERES FUNDAMENTALES

En esta parte la narrativa cambia, y lo hace de forma radical, no lo hace en la superficie del
relato, sino que se emplea una lectura más perspicaz, una lectura capaz de ahondar en la
raíz misma del problema. De entrada, vamos a observar cambios en la estructura del título
pues comienza directamente con un artículo suelo, el 10, donde se define a la persona como
centro y fundamento del orden jurídico- político.
En una primera lectura, la universalidad parece perder la batalla, pero sin embargo no
estamos ante un sistema de barreras fijo e inamovible. En el preámbulo; de todos cuantos
la integran. Rizo sistemático que hace recaer la voluntad constituyente en todos aquellos
que participan en el esfuerzo de crear el estado democrático.
No se divide de esta forma suponiendo que los del Título I tendrán una mayor importancia
que los del Título II, se recoge en forma de listado los derechos. Todos los derechos
recogidos tanto en el Capítulo II como en el Capítulo III, incorporan y contienen de suyo la
sustancia de los derechos fundamentales, pues es esa la denominación de todo el Título:
De los derechos y deberes fundamentales.

La estructura tiene, por lo tanto, otra función. Está pensada en virtud de la doble proyección
del primer párrafo del artículo primero.
- Capítulo II; responde al tiempo presente, lo que España que es.
- Capítulo III; responde a la otra idea, a ese futuro que hace del texto la expresión de
una voluntad política.

El concepto de persona es el núcleo de nuestro constitucionalismo y por ello todos estos


derechos le son inherentes.
La distinción entre los capítulos II y III, así como entre las secciones I y II del capítulo II, es
doble. Por un lado, hay una diferencia específicamente política; definida por el mandato
hacer, pero también hay una diferencia meramente técnica, marcada por la construcción
de los sistemas de defensa.

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ARTÍCULO 10: LA PERSONA

Articulo 10.
TI ́TULO I
De los derechos y deberes fundamentales
1. La dignidad de la persona, los derechos inviolables que le son inherentes, el libre
desarrollo de la personalidad, el respeto a la ley y a los derechos de los demás son
fundamento del orden político y de la paz social.
2. Las normas relativas a los derechos fundamentales y a las libertades que la Constitución
reconoce se interpretarán de conformidad con la Declaración Universal de Derechos
Humanos y los tratados y acuerdos internacionales sobre las mismas materias ratificados
por España.

El derecho posrevolucionario y su constitución, se sustenta sobre dos pilares:


- El estado y sus instituciones
- La persona
Del estado sabemos muchas cosas, pero desconocemos en gran medida al nuevo sujeto (la
persona). En dicho artículo se nos presenta a este nuevo protagonista, y lo hace bajo el
orden dinámico de la doctrina de los derechos humanos.

El artículo 10 comienza con una declaración de intenciones, la dignidad de la persona y el


desarrollo de su personalidad devienen los pilares básicos sobre los que se levanta el
edificio del estado.
En el segundo párrafo se abre un nuevo boquete en la Constitución, nos introduce en las
mecánicas del derecho positivo y lo hace, remitiéndonos al derecho internacional. Persona
y estado son dos conceptos absolutamente dependientes uno de otro en su construcción,
como en su desarrollo, pero resultan a su vez profundamente contradictorios. La prueba de
la alergia entre uno y otro se aprecia en el necesario desarrollo de la doctrina de la
personalidad en ese marco tan especial que es el derecho internacional. La doctrina
internacional aparecerá vinculada a un hecho tan negador del estado como lo es la guerra.
A lo largo de siglos de guerras se empieza a concebir, con una cierta confrontación con la
idea de estado, una respuesta jurídica frente a la radical deshumanización de los conflictos.
Estos siglos pondrán os cimientos de un sistema donde, por su oposición al estado, la
persona alcanza por fin su autonomía jurídica.

EL PRINCIPIO DE IGUALDAD

Artículo 14.
Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por
razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o
circunstancia personal o social.

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Este es un momento clave debido a que se describe al verdadero protagonista y su anclaje
en el conjunto del escenario. La cuestión que se viene a tratar es saber si la igualdad se
estructura como un derecho o como un principio.

En el artículo, aunque sea un solo párrafo podemos observar dos bloques distintos. De
entrada, el principio: los españoles son iguales ante la ley, circunscrito tan solo a los
nacionales. Pero en el siguiente bloque, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por
razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia
personal o social, observando así que en dichos casos la violación la considera aborrecible,
pronunciándose con toda la solemnidad de una prohibición. Nos encontramos ante un
problema creado por la contradicción anteriormente dicha y además no crea de esta forma
incertidumbre difíciles de limitar porque, ¿qué es exactamente ser discriminado por razón
de nacimiento?

Dicha contradicción viene precedida por la historia puesto que anteriormente el


nacimiento, raza, sexo, religión si eran bases de discriminación. Por lo tanto, de esta manera
la constitución quiere alejarse de ese Antiguo Régimen y por eso su posición en contra de
esas discriminaciones, quedando de esta forma de lado definitivamente la condición
aristocrática.

Pero seguimos con la duda referida anteriormente sobre el concepto nacimiento, ¿se
refiere obligatoriamente dicho concepto a nacionalidad? En el Antiguo Régimen las
fronteras nacionales apenas tenían eficacia fue tras la Revolución Francesa cuando los
sentimientos cambian y las lealtades se territorializan. Hoy en día, el estado moderno se
fundamenta en esta discriminación, la nacionalidad.

La lectura desvela una paradoja en sus propios términos, establecida la igualdad solo para
nos españoles, reconocidos estos como los únicos sujetos plenos de derechos.
¿cuál es la eficacia de la segunda parte del artículo?

SECCIÓN I DEL CAPÍTULO II: DE LOS DERECHOS FUNDAMENTALES Y DE LAS


LIBERTADES PÚBLICAS

Artículo 15.
Todos tienen derecho a la vida y a la integridad física y moral, sin que, en ningún caso,
puedan ser sometidos a tortura ni a penas o tratos inhumanos o degradantes. Queda
abolida la pena de muerte, salvo lo que puedan disponer las leyes penales militares para
tiempos de guerra.

En el artículo 15 se enuncia el derecho fundamental a la vida todos tienen derecho a la vida,


pero justo después se amplia el radio del concepto vida y a la integridad física y moral.

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Artículo 16

1. Se garantiza la libertad ideológica, religiosa y de culto de los individuos y las comunidades


sin más limitación, en sus manifestaciones, que la necesaria para el mantenimiento del
orden público protegido por la ley.
2. Nadie podrá́ ser obligado a declarar sobre su ideología, religión o creencias.
3. Ninguna confesión tendrá́ carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta las
creencias religiosas de la sociedad españ ola y mantendrán las consiguientes relaciones de
cooperación con la Iglesia Cató lica y las demás confesiones

El artículo 16 trata sobre la libertad ideológica y religiosa. En este punto la constitución se


encuentra alejada del constitucionalismo moderno ya que las religiones e ideologías no son
más que expresiones de pensamiento que restringen.

Artículo 18.
1. Se garantiza el derecho al honor, a la intimidad personal y familiar y a la propia imagen.
2. El domicilio es inviolable. Ninguna entrada o registro podrá hacerse en él sin
consentimiento del titular o resolución judicial, salvo en caso de flagrante delito.
3. Se garantiza el secreto de las comunicaciones y, en especial, de las postales, telegráficas
y telefónicas, salvo resolució n judicial.
4. La ley limitará el uso de la informática para garantizar el honor y la intimidad personal y
familiar de los ciudadanos y el pleno ejercicio de sus derechos.

En el artículo 18 se transforma la idea de honor y pasa a darse gran valor a los conceptos
modernos de intimidad e imagen. Esta idea se ha convertido en uno de los ejes centrales
de la idea de persona, no solo coincide con nuestro cuerpo sino también hasta donde
alcanza nuestra presencia. El hogar, el domicilio se vuelve inviolable.

Arti ́culo 19.


Los españ oles tienen derecho a elegir libremente su residencia y a circular por el territorio
nacional.
Asimismo, tienen derecho a entrar y salir libremente de Españ a en los términos que la ley
establezca. Este derecho no podrá ser limitado por motivos políticos o ideoló gicos.

En el artículo 19 se habla sobre la liberta de circulación y residencia, sin embargo, la


circunscripción a los nacionales hace que aparezcan de nuevo los límites.

Arti ́culo 20.

1. Se reconocen y protegen los derechos:

- 13 -
a) A expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones mediante la
palabra, el escrito o cualquier otro medio de reproducció n.
b) A la producción y creación literaria, arti ́stica, cienti ́fica y técnica.
c) A la libertad de cátedra.
d) A comunicar o recibir libremente información veraz por cualquier medio de difusió n. La
ley regulará el derecho a la cláusula de conciencia y al secreto profesional en el ejercicio
de estas libertades.
2. El ejercicio de estos derechos no puede restringirse mediante ningú n tipo de censura
previa.
3. La ley regulará la organización y el control parlamentario de los medios de
comunicación social dependientes del Estado o de cualquier ente público y garantizará
el acceso a dichos medios de los grupos sociales y poli ́ticos significativos, respetando el
pluralismo de la sociedad y de las diversas lenguas de Españ a.
4. Estas libertades tienen su li ́mite en el respeto a los derechos reconocidos en este Ti ́tulo,
en los preceptos de las leyes que lo desarrollen y, especialmente, en el derecho al honor,
a la intimidad, a la propia imagen y a la protección de la juventud y de la infancia.
5. Só lo podrá acordarse el secuestro de publicaciones, grabaciones y otros medios de
informació n en virtud de resolución judicial.

Son derechos son asociados a las formas de expresión y comunicación. Reprimirse un chiste
ya sea con dinamita o con una sentencia judicial, es una barbarie.

Arti ́culo 21.


1. Se reconoce el derecho de reunión paci ́fica y sin armas. El ejercicio de este derecho no
necesitará autorizació n previa.
2. En los casos de reuniones en lugares de tránsito público y manifestaciones se dará
comunicación previa a la autoridad, que sólo podrá prohibirlas cuando existan razones
fundadas de alteració n del orden pú blico, con peligro para personas o bienes.

Arti ́culo 22.


1. Se reconoce el derecho de asociació n.
2. Las asociaciones que persigan fines o utilicen medios tipificados como delito son
ilegales.
3. Las asociaciones constituidas al amparo de este arti ́culo deberán inscribirse en un
registro a los solos efectos de publicidad.
4. Las asociaciones só lo podrán ser disueltas o suspendidas en sus actividades en virtud de
resolución judicial motivada.
5. Se prohi ́ben las asociaciones secretas y las de carácter paramilitar.
En estos artículos, los cuales tratan sobre los derechos de asociación y reunión podemos
apreciar una mayor vinculación del texto con la modernidad actual. La expresión en lo
público abre la puerta a nuevos modelos de acción política necesarios en la práctica
democrática.

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Arti ́culo 23.
1. Los ciudadanos tienen el derecho a participar en los asuntos públicos, directamente o por
medio de representantes, libremente elegidos en elecciones periódicas por sufragio
universal.
2. Asimismo, tienen derecho a acceder en condiciones de igualdad a las funciones y cargos
públicos, con los requisitos que señalen las leyes.

El artículo guarda una relación directa con los partidos políticos, sin embargo, tanto los
partidos políticos como los sindicatos padecen una profunda crisis ante la exigencia
ciudadana de nuevas modalidades de participación. El proceso evolutivo lo encontramos en
la relación que existe entre el artículo 23 y el artículo 28.

Arti ́culo 28.


1. Todos tienen derecho a sindicarse libremente. La ley podrá limitar o exceptuar el ejercicio
de este derecho a las Fuerzas o Institutos armados o a los demás Cuerpos sometidos a
disciplina militar y regulará las peculiaridades de su ejercicio para los funcionarios pú blicos.
La libertad sindical comprende el derecho a fundar sindicatos y a afiliarse al de su elecció n,
asi ́ como el derecho de los sindicatos a formar confederaciones y a formar organizaciones
sindicales internacionales o a afiliarse a las mismas. Nadie podrá ser obligado a afiliarse a
un sindicato.
2. Se reconoce el derecho a la huelga de los trabajadores para la defensa de sus intereses.
La ley que regule el ejercicio de este derecho establecerá las garanti ́as precisas para
asegurar el mantenimiento de los servicios esenciales de la comunidad.

Definiendo la participación política como un derecho de la ciudadanía y en el caso de los


sindicatos de todos. De esta forma el concepto ciudadano o español es superado y
sustituido por el concepto de los interesados, que dota a la acción participativa que
podemos poner en relación con el artículo 29.

Arti ́culo 29.


1. Todos los españ oles tendrán el derecho de petició n individual y colectiva, por escrito, en
la forma y con los efectos que determine la ley.
2. Los miembros de las Fuerzas o Institutos armados o de los Cuerpos sometidos a disciplina
militar podrán ejercer este derecho só lo individualmente y con arreglo a lo dispuesto en su
legislació n especi ́fica.

En el artículo 29 se ubica también el derecho de petición pero que también abriga grandes
posibilidades.

Y, por último, nos encontramos con el grupo de derechos articulados en torno a la idea de
seguridad. Podría decirse que estamos ante derechos de segundo grado cuya función no es

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la de satisfacer ninguna necesidad inmediata. Nos referimos a derechos como la defensa
frente a la privación de libertad y detención, el habeas corpus, o la tutela efectiva que deben
ejercer jueces y tribunales.

Arti ́culo 17.


1. Toda persona tiene derecho a la libertad y a la seguridad. Nadie puede ser privado de su
libertad, sino con la observancia de lo establecido en este arti ́culo y en los casos y en la
forma previstos en la ley.
2. La detenció n preventiva no podrá durar más del tiempo estrictamente necesario para la
realización de las averiguaciones tendentes al esclarecimiento de los hechos, y, en todo
caso, en el plazo máximo de setenta y dos horas, el detenido deberá ser puesto en libertad
o a disposición de la autoridad judicial.
3. Toda persona detenida debe ser informada de forma inmediata, y de modo que le sea
comprensible, de sus derechos y de las razones de su detenció n, no pudiendo ser obligada
a declarar. Se garantiza la asistencia de abogado al detenido en las diligencias policiales y
judiciales, en los términos que la ley establezca.
4. La ley regulará un procedimiento de «habeas corpus» para producir la inmediata puesta
a disposición judicial de toda persona detenida ilegalmente. Asimismo, por ley se
determinará el plazo máximo de duració n de la prisión provisional.

Arti ́culo 24
1. Todas las personas tienen derecho a obtener tutela efectiva de los jueces y tribunales en
el ejercicio de sus derechos e intereses legi ́timos, sin que, en ningún caso, pueda producirse
indefensión.
2. Asimismo, todos tienen derecho al Juez ordinario predeterminado por la ley, a la defensa
y a la asistencia de letrado, a ser informados de la acusación formulada contra ellos, a un
proceso público sin dilaciones indebidas y con todas las garanti ́as, a utilizar los medios de
prueba pertinentes para su defensa, a no declarar contra si ́ mismos, a no confesarse
culpables y a la presunció n de inocencia.
La ley regulará los casos en que, por razó n de parentesco o de secreto profesional, no se
estará obligado a declarar sobre hechos presuntamente delictivos.

Arti ́culo 25.


1. Nadie puede ser condenado o sancionado por acciones u omisiones que en el momento
de producirse no constituyan delito, falta o infracció n administrativa, segú n la legislación
vigente en aquel momento.
2. Las penas privativas de libertad y las medidas de seguridad estarán orientadas hacia la
reeducació n y reinserción social y no podrán consistir en trabajos forzados. El condenado a
pena de prisión que estuviere cumpliendo la misma gozará de los derechos fundamentales
de este Capi ́tulo, a excepción de los que se vean expresamente limitados por el contenido
del fallo condenatorio, el sentido de la pena y la ley penitenciaria. En todo caso, tendrá
derecho a un trabajo remunerado y a los beneficios correspondientes de la Seguridad Social,
así como al acceso a la cultura y al desarrollo integral de su personalidad.

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3. La Administració n civil no podrá imponer sanciones que, directa o subsidiariamente,
impliquen privación de libertad.

Sin embargo, el término “seguridad” contiene una compleja polisemia. La cual mantiene al
menos tres líneas de acción conceptual:
- Seguridad frente a la incertidumbre de la vida, fundamento de instituciones como
la seguridad social.
- Seguridad antes las posibles amenazas, fundamento de las denominadas fuerzas de
seguridad.
- Seguridad frente a la intromisión del estado, seguridad jurídica.

En el artículo 17, se empareja la seguridad con el concepto de libertad. La seguridad jurídica


queda definida como el núcleo central del concepto, articulada como seguridad penal.

SECCIÓN II DEL CAPÍTULO II. DE LOS DERECHOS Y DEBERES DE LOS CIUDADANOS

La incorporación del concepto deber no pretende un mero equilibrio sistemático. Encierra


un profundo sentido de progreso que nos conecta con la modernidad más actual. La
combinación a estas dos ideas abre los derechos fundamentales a la ultra-modernidad.

Todo este segundo capítulo supone el reconocimiento de lo ya conseguido, la exigencia


radical de unos derechos que son el fruto del esfuerzo revolucionario; derecho a la vida y la
libertad, derecho de propiedad o la libertad de contraer matrimonio.

El empleo de deberes nos hace comprender que el objetivo es mucho más ambicioso. En
cierto grado, lo que hace es reclamar este esfuerzo para la totalidad de los casos.

La democracia comporta el esfuerzo por hacer de los derechos auténticos deberes.

CAPITULO III: LOS PRINCIPIOS ECONÓMICOS Y SOCIALES

En dicho capítulo es donde se concentra toda la modernidad de la Constitución. El problema


parte desde la misma denominación del capítulo: principios, nos preguntaremos por el
carácter jurídico de dicha palabra y cuál es su competencia.

El estado social del siglo XXI no se caracteriza por la acumulación de nuevos derechos sino
por su transformación. Los principios económicos y sociales no son, por lo tanto, una nueva
clase de derechos que el redactor del texto sitúa en un apéndice menos de la constitución,
lejos del paraíso que representan los derechos fundamentales. Constituyen más bien la
consideración moderna y radical de esos mismos derechos a la escala de un estado

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definitivamente moderno. Al utilizar la palabra principio los coloca a la altura de los
derechos fundamentales.

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