Paidés Basica Martha C. Nussbaum
‘ios wtuos pblieados
63.8, Rocy-Objatvided, elatvioma 9 verdad
La terapia del deseo
Teoria y practica en la ética helenistica
roduccin a ecto antropogico de a rain
‘concionciaexpliceda
w PAIDOscaptruto 4
CIRUGIA EPICUREA: LA ARGUMENTACION Y EL DESEO VANO
‘La critica ha arrancs
la cadena, no para que!
sin veleidades ni consuelo, sino para que pueda
Iibrarse de la cadena y arrancar flores auténticas
imaginarias flores de
bre arastre la cadena
icin a la eritiea de
1 Derecho de Hegel»
Epicyro escribié: «Vacio es el argumento de aqu
permite curar ningdn sufrimiento humano. Pues de
{que de nada sirve un arte médica que no erradique
los cuerpos, tampoco hay utilidad ninguna en la filosoffa si no erradi-
fa
ca el sufrimiento del alma>.! También dijo: «Lo que produce al
insuperable es haber eseapado a un gran mal. Y en esto consi
bien: si se da con él con acierto y luego se para uno y no da vuelt
Iperipatei) charlando estpidamente acerca del bien» (Us, 423 = Pl
fa conjuncién de estas dos afirmaciones,
tra la argumentac
jente critica: los arg
imentos éticos aristotélicos son v porque no estén sufi-
cientemente comprometidos con la timica tarea propia del argument
supucsto, puede sit-
el cap. 10). Pero
fe dolorocas, ¥ slo
incluye muchas ot
iraq pr «sult
tadas poros ep
oy sealaremor). Por esa razon parece
‘Pero Nemo de ter presente que no tod
reoe ue peeiben como dolorosas (Ease el cap.)140 LA TERAPIA DEL DESEO
filoséfico,
saber, el al
io de la desdicha hum:
ora de establecer que tae
Epicuro, fin de iavestga su reproce ye
terapia, at
tal como he atgtido, hace varias su
siones discutibies en rlacién con la naturales de las Gecneie oot
card psoas crete Da por spo auc ens cen
son esencialmente sas en ells bay junto todo ucllowus een
un grado tal de verdad que, en el proceso de ta ccctutnie ler
cias verdaderas resulta ser sas ms aumerors y Ine ae ea
ments, Cmo ler qelas rena enc som ens ae
lc aprendizaje socal, el procedimiento presupone amb
la relativa buena salud de la rad, el mete
latsativa Bae sud deia socedad creunane Mba, cme
ee
nda Tom
rrectas y bien fundamentadas? No. Ver en Ee
nsalvable entre la dsp.
idades de sus presunos
pesar de que
tengan poco
dad racio-
ue ver con los verdaderos valores. ¢Vemos, pues, una
nal y sone, on suas creencias se puede eonfiar como material para
luna coneepcién verdadera de la buena vida? No. Vemos una sociedad
enferma, una sociedad que valora el dinero y el lujo por encima de la
:
=
CIRUGIA BPICOREA 141
salud del alma; una sociedad cuyas morbosas ensefianzas acerca del
mor ¥ el sexo convierten a la mitad de sus miembros en posesiones,
deificadas y odiadas a la vez, y a la otra mitad en sidicos poseedores,
edad; una sociedad que mata a miles de per
a finde escapar del miedo
Sociedad, sobre todo, cada
Jadear ningtin goz0 humano es
dos directos empleados por Arist6teles? No. Dondequiera que
mos, vemos personas que ignoran profundamente lo que creen y lo
‘que les motiva. Cuando se les pregunta, puede que den respuestas que
que incita a la accién,
uucrecio, II, 873,
‘aunque a la persona mi
878). ¢Qué puede hacer
quebrar el poder distorsionador de lac:
de las falsas creencias y deseos erigido con todos los recursos de una
cultura enferma? Puede lograr acceso a las poderosas motivaciones
proceden de la creencia inconsciente y la emocién?
Finalmente, ca quién ayuda esta dialéctica? La respuesta parece
jente obvia. Ayuda a los que ya estan bien. Pues se oftece
solo alos que ya han tenido una paideia, una ceducaci6n liberals.?
clon semejante debido a las estructuras sociales existen
llega @ anuneiar abiertamente que no sélo todas las im
vos, sino también los comerciantes, marineros y campesinos que
ran excluidos. ¥ esta dialéetica es elitista también en su contenido. Al
‘somete a un respetuoso ta
, Bracias a ese proceso, en «la
verdad préctican
2. Véanse Marrow (1956) y Sherman (1989).