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Síntesis del texto La Taika Teoría y práctica de la Escuela Ayllu

Carlos Salazar Mostajo

Nacido en La Paz el 18 de mayo de 1916 y fallecido el 2 de abril de 2004, fue pintor, escritor y
profesor boliviano. Ha sido considerado el ideólogo de la Escuela-Ayllu de Warisata, primera normal
de maestros indígenas en Bolivia, fundada el 2 de agosto de 1931 en la región de Warisata en el
Altiplano de La Paz, Bolivia.

Carlos Salazar nació en Italaque, provincia Camacho de la ciudad de La Paz. Realizó sus estudios
primarios en la Escuela Félix Reyes Ortiz, los secundarios en el Colegio San Calixto y luego en el Colegio
Ayacucho de la ciudad de La Paz, logrando su bachillerato en 1933. En 1938 realizó estudios
complementarios en México. En 1939 recibió su título de Maestro Rural Normalista en la Institución
Normal de Warisata, en la que al mismo tiempo se desempeñó como profesor y Director. (1936 –
1940). Ese último año también fue Director de la Escuela Normal Rural de Caiza “D” (Potosí). Carlos
fue pintor autodidacta. Su obra plástica se inspiró en la imagen del indio en su forma más poética,
pero no por ello despolitizada. En cierto sentido, fue un precursor del expresionismo local, atribuido
de una condición emocional indisolublemente ligada a los dramas de Warisata, en la Escuela-Ayllu,
desde donde imaginó el devenir del país como resultado de la emancipación del indio. La Normal Rural
de Warisata (la Escuela-Ayllu) fue su máxima inspiración para producir no sólo arte plástico sino
artículos, ensayos, poesía y libros acerca de la filosofía de esta Normal en la que vivió por casi diez
años. Entre 1952 y 1979 fue profesor de historia del arte y estética en la Escuela superior de bellas
artes “Hernando Siles” y entre 1979 y 1980 fue su director. También fue catedrático de historia del
arte en la facultad de artes de la Universidad Mayor de San Andrés entre 1979 y 1995 y jefe de la
carrera de artes en 1982. De 1983 a 1989 fue director de estudios en esta misma institución.

El texto consta de siete capítulos de los cuales analizaremos el IV y el V.

IV Fundamento político de la escuela

Warisata mostró al mundo el esclavismo feudal que subsistía en nuestro país en pleno siglo XX
demostrando además que el “problema del indio” no es un tema de paternalismo o de filantropía
sino de lucha de clases y del derecho del indio a la tiera y de sus derechos negados por cuatro siglos.

Con Warisata se comprende que la sublevación no es un método de lucha sino una lucha sin método
y que debía conducirse la lucha por otro cauce haciendo que esta clase oprimida adquiera conciencia
de sí misma y que abarque a toda la nación.

Sabemos que Warisata subsistió apenas una década y que a sus fundadores les hubiera sido fácil
tener el apoyo del estado, sin embargo ocurrió lo contrario por el carácter revolucionario de la
escuela sabiendo que eso le ocasionaría su destrucción pero tenían la necesidad de crear conciencia
campesina y nacional, la escuela tenía que ser libertaria o no sería escuela.

Del mismo modo como se concibió la herencia de Warisata, es necesario que la escuela actual, tenga
que cumplir su papel orientador, liberador en contra del imperialismo extranjero.

V Fundamento pedagógico de Warisata


A partir del “problema del indio” y de su estado de servidumbre definimos esta situación como un
problema económico social. En este contexto la vida en el ambiente rural es muy diferente al
ambiente urbano por tanto los sistemas pedagógicos que se aplican en la ciudad no se aplican en el
campo, es decir, no existe pedagogía para el indio, hay que crearla.

En este sentido inclusive el término pedagogía es insuficiente para abarcar las dimensiones de que
implica la educación en el ámbito rural tal como lo describe el autor. Inclusive el nombre de profesor
no alcanza a describir la amplitud del trabajo docente en Warisata. Quizá los términos de escuela
productiva y escuela integral orienten para describir el tipo de escuela que era Warisata.

Esta escuela no tenía la misión de preparar al niño para la vida que significaba prepararlo para que
se incorpore a una sociedad que lo explotaba y humillaba sino todo lo contrario, era una escuela de
la vida brindando una educación inconformista creadora de conciencia aptitud de lucha.

Otro elemento importante del legado de Warisata es introducir el concepto de trabajo en lugar de
actividad, es decir, mantener el potencial educador de la actividad pero con un carácter razonado y
deliberado que va más allá de la simple acción y manipulación, es el trabajo humano.

Finalmente, al ser Warisata una escuela activa, de trabajo y productiva, en la cual el propio indio
inicia la construcción de su escuela y al hacerlo razonaba acerca de su destino, concibiendo por
primera vez en su historia la posibilidad de un porvenir se concluye en quizá la más brillante
concepción de Elizardo Pérez que era la recuperación del derecho a hablar del indio, de
reencontrarse con su condición de ser humano, descubriéndose a sí mismo, de su derecho a pensar.

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