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1. Introducción:
El agua es uno de los principales factores que influyen sobre las propiedades
edáficas tanto en su cantidad como a su estado energético. El agua se almacena
en los poros del suelo compartiendo ese espacio en proporciones variables con
la fase gaseosa. La condición de almacenaje de agua en el suelo constituye uno
de los puntos de mayor interés para el uso y manejo agronómico de ese suelo.
El suelo es el principal abastecedor de agua para las plantas, por su capacidad
para almacenarla e ir cediéndola a medida que las mismas lo requieren. El agua
disuelve y transporta elementos nutritivos y contaminantes, y hace posible su
absorción a través de las raíces.
El comportamiento físico del suelo viene controlado por el contenido de
humedad, que influye en la consistencia, plasticidad, penetrabilidad,
traficabilidad, temperatura, etc. Las plantas requieren agua en primer lugar para
su crecimiento y desarrollo. El mantenimiento del equilibrio térmico y de todo
proceso respiratorio supone un desprendimiento continuo de agua, a lo que hay
que añadir la transpiración, como proceso que implica importantes pérdidas de
este elemento. Las raíces de la mayoría de las plantas toman el agua de la zona
no saturada, ya que para respirar requieren un adecuado suministro de oxígeno
del aire.
2. Estados del agua en el suelo
El agua en el suelo, se encuentra en diferentes estados, los cuales estarán en
base a la tensión con la que el suelo las tiene retenida y de acuerdo a como las
plantas la pueden utilizar.
2.1 De acuerdo a la tensión en la que se encuentra retenida en el suelo:
2.1.1 Agua Higroscópica: Es el agua absorbida por el suelo a
expensas de la humedad atmosférica; forma una delgada película
alrededor de las partículas del suelo, está enérgicamente retenida
por éstas y no es susceptible de ningún movimiento; no es
absorbible por las raíces. Retenida a una tensión superior a 31bar
y se ubica recubriendo las partículas de suelo, formando una
pequeña película alrededor de las mismas.
2.1.2 Agua capilar no absorbible: Llena los espacios capilares más
finos del suelo. Circula difícilmente en el suelo y es retenida
demasiado enérgicamente para poder ser absorbida por las
plantas. Se encuentra retenida a una tensión entre los 31 y 15 bar
y se ubica en los micro poros cercanos a 0,2 µm.
2.1.3 Agua capilar absorbible: Es el agua retenida por el suelo, que
llena los poros capilares comprendidos entre los 0,2 y 10 µm. Se
encuentra retenida a una tensión entre los 15 y 0,3 bar. Esta agua
absorbible por las raíces constituye la fuente esencial de la
alimentación en agua en agua de las plantas, durante la estación
seca. Es susceptible de moverse por capilaridad.
2.1.4 Agua de gravitación: Corresponde al agua que llena
momentáneamente después de períodos de lluvia o riego- los
poros mayores a 10 µm del suelo. Se encuentra retenida a una
tensión menor de 0,3 bar. Obedece a la gravedad y fluye tanto
más rápidamente cuanto mayor es el volumen de los poros
(porosidad no capilar). Puede suceder que el drenaje normal no
tenga lugar y que el agua de gravitación no pueda infiltrarse;
entonces todos los poros del suelo están llenos de agua: estado
de saturación.
2.2 De acuerdo a la utilización por las plantas el agua se la clasifica como:
2.2.1 Agua superflua: Es el agua que se mueve libremente en el suelo
por acción de la gravedad. Es eliminada de acuerdo al tamaño de
los poros ya que, al tener un diámetro mayor, la fuerza de
retención es vencida por la gravedad. Comprende el agua
gravitacional.
2.2.2 Agua disponible: Es el agua que puede ser captada por las
raíces de las plantas para cubrir sus necesidades. Se encuentra
entre capacidad de campo y punto de marchitez permanente.
Este estado de humedad es denominado Agua útil. Es un valor
dinámico que varía en función de las condiciones del suelo y del
cultivo. Comprende gran parte del agua capilar.
2.2.3 Agua no disponible: Es el agua retenida por el suelo y que las
plantas no pueden aprovechar para cumplir con su crecimiento
y desarrollo. Incluye el agua higroscópica y una pequeña parte del
agua capilar. Es un valor dinámico y no es aprovechable para la
mayoría de las plantas cultivadas.
3. Formas de expresión:
3.1 Humedad Gravimétrica: La humedad del suelo se puede expresar
gravimétricamente, en la masa, o volumétricamente, en base al volumen. La
humedad gravimétrica es la forma más común de expresar la humedad del suelo
y se entiende por la masa de agua contenida por unidad de masa de sólidos del
suelo.
Por esta razón uno de los primeros pasos para el análisis químico o físico del
suelo es determinar la humedad de la muestra. La humedad del suelo influye en
muchas propiedades físicas, tales como la densidad aparente, el espacio
poroso, la compactación, la resistencia mecánica a la penetración, etc.
4.2. Laboratorio:
4.2.1. En estufa
4.2.2 Humectómetro
4.1.1. Potenciómetros: