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PRIMERA SEMANA
1. CRIMINALISTICA
1.1. Definición:
La criminalística es indispensable en la investigación de los hechos y conductas presuntamente
delictuosas para una correcta procuración y administración de justicia, por lo que deben conocerla
todos los funcionarios que realicen tareas relacionadas con ella, sobre todo agentes de policía,
peritos, agentes del ministerio público, jueces, magistrados y abogados postulantes. La
criminalística es una ciencia natural penal, que mediante la aplicación de sus conocimientos,
metodología, y tecnología con el estudio de los indicios o evidencias físicas, investiga, descubre y
verifica en forma científica la existencia de un hecho o conducta presuntamente delictuosa, y a las
o a los presuntos autores y coautores, aportando las pruebas materiales y periciales a los órganos
que procuran y administran la justicia. Esta definición o concepto hace comprender que la
criminalística investiga los hechos y conductas presuntamente delictuosas con la aplicación de
conocimientos universales, metodología científica y tecnologías actualizadas, a través del estudio
y análisis de los indicios o evidencias materiales que se utilizan y que se producen en la comisión
de hechos, e identifican a los sujetos activos y pasivos, determinan los agentes vulnerables
empleados, establecen el grado de participación o intervención de los protagonistas en el hecho o
conducta que se investiga, determinan las maniobras y mecánicas realizadas y aportan las
pruebas materiales y periciales a los órganos de competencia . Todo esto mediante estudios de
campo y análisis de los indicios en el laboratorio o unidad pericial especializada, cuyas tareas son
de orden identificativo y reconstructivo, y su resultado es la emisión de informes o dictámenes
expositivos o demostrativos.
a. La introductoria
Es la parte donde se señala el órgano de investigación o la Fiscalía del Ministerio Público, que
requiere los servicios de la disciplina científica solicitada, la identificación de los expertos o peritos
que procesarán las pruebas, sus jerarquías o cargos, el órgano de investigación penal a las cuales
pertenecen, el registro o número de la causa objeto de estudio, la identificación de los sujetos
activos y pasivos relacionados con el hecho y otras formalidades que diera lugar.
La exposición motivada
En esta parte donde se señala el origen o la procedencia de las piezas objetos de estudio, hora,
lugar y fecha para el momento de ser procesadas, la cantidad, su naturaleza y otras
características; así como la descripción y el reconocimiento de cada una de ellas, el requerimiento
solicitado por la fiscalía o el despacho remitente y la constancia de la aplicación de la cadena de
custodia.
Edad Antigua
El aporte de la medicina mesopotámica consiste en el “Código de Hammurabi”, escrito en Babilonia
1700 años a.C. contiene los datos más antiguos de lo que será el derecho médico; entre los
párrafos que interesan a la medicina se destacan los relativos a los honorarios del médico,
estableciendo por ejemplo, que el dinero cobrado por éste dependía ante todo de la posición
social del enfermo. Es así como, por curarle un ojo y drenarle un absceso a un noble el pago era
de 10 siclos de plata (artículo 215), si el paciente era un plebeyo se debían pagar 5 siclos
(artículo 216) y si el enfermo era un esclavo sólo se pagaban 2 siclos de plata (artículo
217). Otro punto de interés son las indemnizaciones por lesiones, por ejemplo, si un hombre
golpeaba a una mujer embarazada y la hacía abortar, se debían pagar 10 siclos de plata, y si la
mujer moría, debía darse muerte a la hija del causante. Igualmente se menciona la
responsabilidad médico-legal, siendo un buen ejemplo el artículo 218, el cual dice que si un
médico ha tratado a un hombre libre de una herida grave y lo ha hecho morir, se le deben
cortar sus manos. Todo lo anterior hace pensar en la dificultad de ejercer la medicina en aquella
época, ya que el médico estaba expuesto a pagar indemnizaciones o sufrir mutilaciones por un
tratamiento fallido.
El detalle de mayor interés de la medicina egipcia, lo constituyen las técnicas de conservación del
cadáver, aunque se conoce con certeza que la finalidad de los embalsamamientos no era médica.
Es así como el primer experto médico-legal fue Imhotep, quien vivió en Egipto 3000 años a.C.,
siendo la más alta autoridad judicial. Los egipcios utilizaron pruebas para diagnosticar el
embarazo cuando existían dudas sobre la paternidad del niño, consistía en observar los efectos
de la orina sobre algunos vegetales. De esta manera si las hojas se marchitaban o si los cereales
no crecían se descartaba el embarazo. La medicina egipcia en aquella época era socializada, ya
que los médicos eran pagados por el Estado, existiendo algunas especialidades y castigando
severamente los errores profesionales.
Los temas médico-legales abundan en la medicina romana, ya que existían varias leyes que
hacían referencia a ella: “Lex Cornelia de Iniuriis” separa las lesiones y golpes de otro tipos de
injurias, “Lex Cornelia de Sicariis el Veneficiis” establece penas para los homicidas y
envenenadores, “Lex Aquilia” propuesta por Lucio Aquilio en el año 572, trataba de la reparación
del daño causado a un particular en sus esclavos, tratando con carácter general algunos
problemas médicos como la determinación de la gravedad de las heridas y la investigación a
realizarse cuando se producía un aborto.
El médico Antistio, examinó el cadáver de Julio César e informó que de las muchas heridas por
arma blanca, sólo una era mortal. Los cadáveres de Scipión el Africano y de Germánico, fueron
expuestos, para que el propio pueblo informara sobre la forma de su muerte.
Los emperadores Adriano, Antonio, Marco Aurelio y Séptimo Severo basaron resoluciones
legales, concernientes al estado civil o a los delitos, teniendo en cuenta las doctrinas de
Hipócrates y Aristóteles. Normas de jurisprudencia acerca de la legitimidad de las gestaciones
prolongadas y de la protección a los esclavos, se encuentran en las disposiciones de Adriano. Las
“Doce Tablas” tuvieron vigencia durante nueve siglos, a partir del año 541 a.C. y en ellas se
estudia la forma de reparación de las lesiones, la muerte del neonato, la duración máxima de la
gestación para que se considere legítima, así como la responsabilidad del enfermo mental.
Edad Media
Durante esta etapa, la intervención de los médicos en asuntos judiciales se generaliza, entre
ellas se encuentran como temas de mayor interés los relacionados con las lesiones y la
sexología.
El “Código de Justiniano”, apareció entre los años 529 y 564, el cual regulaba la práctica de la
medicina, la cirugía y la obstetricia, se refería al valor del experto médico, al igual que las penas
debidas a la mala práctica profesional.
Al finalizar la edad media, en los siglos XIV y XV, las prácticas médico-legales adquieren notable
progreso, pasando a ocupar un primer plano los temas relacionados con el estudio del cadáver,
principalmente de carácter anatómico y en algunos casos para conocer la causa de muerte; es
así como en el año 1374 la Facultad de Montpellier obtuvo la correspondiente licencia para realizar
autopsias en los cadáveres y uno de los profesores llamado Villenueve, inició estudios sobre
los venenos. Por otro lado, en España e Inglaterra fueron presentados los primeros trabajos sobre
las enfermedades mentales.
Edad Moderna
Correspondiente a los siglos XVI y XVII, es aquí donde se da la consagración definitiva de la
medicina legal, como disciplina independiente y como auxiliar de la justicia; su evolución
ocurre simultáneamente con el de otras ciencias, bajo el impulso intelectual del renacimiento,
favorecida por el perfeccionamiento y la difusión de la imprenta.
Los hechos previos al establecimiento definitivo de la medicina legal suceden en Bamberg y
Ratisbona: en 1507 Alemania contó con un completo código penal, el cual fue auspiciado por el
obispo de Bamberg y se conoció como “Las Ordenanzas de Bamberg”; en 1532, el
Emperador Carlos V, siguiendo el ejemplo de Bamberg, promulgó en Ratisbona “las
Constituciones Criminales Carolinas”, donde se hacen descripciones detalladas de los peritajes
médico-legales y se exige su realización en ciertos delitos como las lesiones, el homicidio, el
aborto, el infanticidio y el envenenamiento.
En 1521, se practicó autopsia médico-legal al cadáver del pontífice León X, para establecer la
causa de su muerte, en atención a la sospecha de haber sido envenenado.
Antonio Benivieni (1443-1502) escribió una amplia obra: “De Abditis Nonnullis ac Mirandis
Morborum el Sanationum Causis”, publicada en 1507; en sus ciento once capítulos presenta la
primera colección importante de autopsias con valor anatomopatológico, narrando el resultado de
sus investigaciones en los cadáveres para conocer las causas de muerte; fue el primer médico
del cual se conoce, en solicitar permisos de los familiares de algunos enfermos para disecar
sus cuerpos.
La obra de los cirujanos del renacimiento comienza en 1543 con la publicación del texto básico
de Vesalio sobre ” La Anatomía del Cuerpo Humano”, el cual produce un cambio
extraordinario en la medicina: por esta misma época se publican otros trabajos anatómicos como
lo son los de Ingracias, Eusteche y Fallope, con lo cual estos cirujanos aportan muchos
conocimientos al estudio de las lesiones y la muerte.
La medicina legal no puede considerarse como verdadera ciencia sino hasta el momento en que
Ambroise Paré (1517-1590) ilustre hombre en la historia de la medicina(figura 1), escribió su obra
“De los Informes y de los Medios de Embalsamar los Cadáveres” (del francés, “Des Rapports
et des Mohines d‘ Embaumer les Corps Morts”) escrita en París en 1575 (figura 2) obra que
le concedió el título de ser el padre de la medicina legal. En sus notables exposiciones, Paré
trata de las relaciones y los medios para embalsamar los cadáveres, resumiendo los más
importantes signos clínicos que han de servir para conocer la gravedad de las heridas,
exponiendo los signos que permiten reconocer si un cuerpo fue arrojado vivo o muerto al agua,
estudiando las asfixias por el óxido de carbón y se adelanta a dar reglas que deben
seguirse para el estudio de la virginidad y para la comprobación de la impotencia, tanto en
el hombre como en la mujer; no siendo la única aportación de Paré a la medicina legal ya que
otra de sus obras “Dix Livres de Chirurgie”, escrita en 1572, se encuentra un capítulo
dedicado al estudio de temas sobre toxicología.
En la península itálica, otros estudiosos realizaron aportes importantes a la medicina legal, como:
Juan Bautista Codronchi quien en 1595 publica en Venecia un texto titulado “Un Método de dar
testimonio en Justicia en Ciertos Casos Confiados a Médicos”, el cual consiste en una
recopilación de un cierto número de peritajes de interés legal, donde da normas para realizar
las declaraciones médicas ante la justicia. Fortunato Fedele publicó en 1598 “De Relationibus
Medicarum”, el cual es un tratado sobre los dictámenes médicos, en el que están expuestas
todas las causas públicas y judiciales que acostumbran a dictaminar los médicos4. Igualmente
Juan Frogoso, cirujano español, publicó su “Cirugía Universal”, en 1581 en la cual su segunda
sección es dedicada a la medicina legal.
En 1603 un edicto de Enrique IV, en Francia, confiaba al primer médico del rey, la facultad de
nombrar en todas las poblaciones del reino dos médicos jurados para practicar las visitas y
expedir dictámenes legales; lo que equivale a una franca organización del servicio, creando
funcionarios especiales, que se consideraban como representantes de la medicina ante la
justicia.
Paolo Zacchia (1584-1659) fue un hombre de gran cultura, ejerciendo como médico de los
Estados de la Iglesia, encargado de sus servicios sanitarios y médico personal del Pontífice
Inocencio X; Zacchia marca un punto culminante en la especialidad ya que unifica el cuerpo
de la ciencia y le da coherencia, en un texto básico “Cuestiones Médico-legales” (del italiano,
“Quaestiones Medico-legales”) publicada en Roma entre los años 1621-1635, el cual es un
escrito de mil doscientas páginas, recopiladas en tres volúmenes, siendo considerada una obra
magistral, por el criterio racional y científico con el cual están abordados todos los principales
problemas médico-legales de la época como lo eran los partos, la demencia, la muerte, los
venenos y la impotencia entre otros, razón por la cual ha quedado como el gran clásico de
la medicina legal y su influencia ha perdurado hasta el siglo XIX1,2,5. Junto a Zacchia,
existieron otros cultivadores de la especialidad como: Rodrigo de Castro con “De Officilis Medico-
politicis sive de Medico Político” publicada en 1614; el anatomista Gaspar Bauhin, escribe en
1614 un texto sobre hermafroditas y partos difíciles; Melchior Sabiz, profesor de
Estrasburgo, publica en 1630 un tratado acerca de la virginidad; Ludwig Hoernigk publica
en 1638 una obra sobre tópicos de medicina pública; en 1667 Gottfried Welsch estudia los
problemas del parto múltiple y en 1660 las heridas mortales.
Como obras posteriores se presentan varios autores: Johann Bohn, profesor y decano de la
escuela de medicina de Leipzig, quien publica en 1689 un texto en el que trataba el examen
de las heridas mortales, igualmente establece normas acerca de la práctica de las autopsias,
preconizando la abertura de todas las cavidades del cadáver. El médico de la corte de Sajonia
G. Clauder, escribió en 1679 un trabajo sobre el embalsamamiento; J. G. Séller, en 1691,
publicó un escrito sobre el infanticidio; el cirujano francés Nicolás de Blegny publicó en Lyon
en 1684, un tratado sobre los informes médicos “La Doctrine des Rapports”; Johann Schreyer
publicó en 1681 una obra de concreto y elevado interés sobre la docimasia pulmonar.
Las obras alemanas pasan a ocupar un primer plano respecto de los trabajos médico- legales;
el profesor de la universidad de Giessen, Miguel Bernardo Valentín, fue el médico legista más
famoso de su tiempo publicando “Hábeas Iuris Medico-legale”; el profesor en Jena Hermann
Teichmeyer, publicó en 1723 “Institutiones Medicinae Legalis vel Forensis”; M. Alberti publicó en
1716 los seis tomos de “Sistema Jurisprudentiae Medicae” y posteriormente un escrito donde
comenta las Constituciones Carolinas; el profesor de Leipzig, Hebenstreit publica en 1753 una
antropología forense; C. G. Ludwig, publicó en 1765 las “Institutiones Medicinae Forensis”; en
1781 J. J. Menk publica el famoso “Elementa Medicinae et Chirurgiae Forensis”; Mayer y
Ploucquet, escriben en los últimos años de la centuria, varios textos sobre el infanticidio.
Edad Contemporánea
Es en esta época donde llega el momento en que la medicina legal, ya que no sólo es una
práctica, objeto de enseñanza a los médicos, sino que alcanza un pleno reconocimiento
como especialidad; se incluye en los planes de estudio, primero englobado en la cirugía y después
con carácter independiente.
En España la primera cátedra se fundó en Madrid en 1843, a cargo del profesor Pedro
Mata, cuyo tratado alcanzó seis ediciones, la última de ellas póstuma en 1912; en la primera
mitad del siglo XX se han destacado Antonio Piga con su obra “Medicina Legal de Urgencia”
y en la segunda mitad Leopoldo López Gómez y Juan Antonio Gisbert quienes
conjuntamente escribieron su “Tratado de Medicina legal”, éste último además hizo su obra
“Medicina legal y Toxicología”, cuya cuarta edición en 1991 contó con la autoría de las más
connotadas figuras españolas contemporáneas.
Antes que el servicio de medicina legal se reglamentara hubo médicos legistas muy
ilustres como el doctor Juan David Herrera, Juan Evangelista Manrique, Carlos Pugman y
Gabriel Camargo, entre otros. El 19 de octubre de 1914 por la ley 53, José Vicente Concha creó
el Servicio de Medicina Legal, que más tarde se reglamentó con el Decreto 001 de 1915,
estableciendo su oficina central en Bogotá, de la cual fue Director el doctor José María Lombana
Barreneche, quien publicó su famosa circular sobre “La Evaluación de la Incapacidad en las
Heridas”.
Como exponentes destacados en la mitad del siglo se encuentran los doctores Ricardo Fajardo,
José Ignacio Uribe, Hernando Rueda Herrera, Pablo Llinas, Rafael Martínez, Eduardo Lleras
Codazzi, Carlos Solarte y Julio Ortiz Velásquez, entre otros; teniendo mención especial el doctor
Guillermo Uribe Cualla quien fue la figura colombiana de mayor renombre internacional en
la especialidad, desempeñándose como profesor de la Universidad Nacional entre 1936 a 1960,
Director del Instituto de Medicina Legal, de la revista de Medicina legal Colombiana (fundada en
1935) y realizó varias publicaciones, de entre las cuales sobresale “Medicina Legal y
Psiquiatría Forense” alcanzando nueve ediciones. Sin olvidar la fundamental e importante
participación en la modernización del Sistema Médico Legal Colombiano, de los doctores Egon
Litodhenberger y Ricardo Mora; así como del Doctor Cesar Augusto Giraldo, Director de la
Seccional Antioquia de Medicina Legal y creador de la Escuela de Medicina Legal de Antioquia,
contribuyendo con múltiples artículos y un texto guía de amplia difusión en Colombia y América
latina, el cual se constituyó en lectura obligatoria en todas las Facultades de Medicina del país.
En 1945 se emitió la ley Orgánica del Instituto de Medicina Legal, y debido a la Reforma
Constitucional de 1991 y el decreto 1155 de 1999, la Dirección General de Medicina Legal que
dependía del Ministerio de Justicia, pasó al poder judicial como parte de la Fiscalía General de la
Nación, con el nombre de Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses, con dependencias y
sucursales como estable- cimiento público a nivel nacional, dotado de personería jurídica,
patrimonio propio y autonomía administrativa, manteniéndose y unificándose las direcciones
seccionales del país; siendo por ejemplo, Bucaramanga la sede de la Dirección Regional
Nororiente y comprendiendo cinco direcciones seccionales: Santander, Norte de Santander,
Cesar, San Gil y Pamplona.
Estas son ramas de la medicina general que ayudan en el esclarecimiento de los hechos punibles.
Tanatología
Traumatología Forense
Asfixiología
Sexología
Psiquiatría Forense
Toxicología
Derecho Médico
Medicina Social
Ciencia Forense
Los jueces no saben de experticias, de peritajes, los cuales se le deben llevar y explicárselos,
analizárselos, detallarle por que el experto llegó a esa conclusión, para que el Juez pueda saber
con certeza si está en presencia de un suicidio, de un homicidio o de un accidente; para que en
base a esos elementos de juicio el Juez pueda determinar o no la responsabilidad penal de una o
de varias personas involucradas en el hecho.
De igual manera la medicina legal es importante para el fiscal del Ministerio Público, por ser este
quien lleva adelante el proceso penal, es decir, es quien debe realizar las investigaciones para que
se pueda realizar el proceso en un acto decisivo, conclusorio o decisorio dentro
del debate procesal penal, por lo tanto necesita ayudarse, auxiliarse con esa prueba pericial que
le aporta la medicina legal.
También, la medicina legal es importante para los abogados, porque estos necesitan apoyarse en
los exámenes peritajes o probar que los mismos desviaron el sentido de las investigaciones y si
este es el caso pueden eliminar, tachar o desvirtuar el examen pericial si existen circunstancias
de duda razonable que puedan probar como tal.
La Medicina Legal es una ciencia muy amplia, por lo que se proponen diferentes divisiones que
dependerán del criterio que se adopte:
Medicina Social Legal o Medicina Laboral Legal: atiende a la legislación social o laboral
para establecer los derechos de un trabajador en caso de enfermedades o accidentes
profesionales, la maternidad, etc.
Estomatología Legal: cuestiones médicos legales relacionados con la boca, sus
enfermedades y traumatismos.
Jurisprudencia Médica o Ética Médica: relación del médico con la sociedad. Regula el
ejercicio de la Medicina.
5. INDICIOS, EVIDENCIAS, PRUEBAS
Antecedentes históricos de las evidencias e indicios
Es importante resaltar que desde el momento que el hombre realizaba las investigaciones
empíricas, hasta nuestros días han ocurrido ciencias y disciplinas de investigación criminal, dentro
de estas disciplinas siempre se ha considerado la evidencia o indicios, como uno de los elementos
fundamentales para la investigación criminal y dentro de esta disciplina fue la que se conoce como
dactiloscopia, también fue incorporado la fotografía judicial, conocido como fotograba forense.
5.1. Indicio
El vocablo indicio deviene del latín, “indicium”; hoy significa criminológicamente, todo rastro,
vestigio, huella, sea del delito, del autor o de la víctima. Por lo tanto, es todo material “sensible
significativo” que tiene relación con un hecho delictuoso. Al decir material sensible significativo se
entiende que está constituido por todos aquellos elementos que son aprehendidos y percibidos
mediante la aplicación de nuestros sentidos. Entonces el indicio es aquel fenómeno que permite
conocer o inferir la existencia de otro no percibido y es una cantidad pequeñísima de algo que no
se manifiesta como mensurable o significativa y es aquella que equivale a una prueba; y, hablar
de indicios es sinónimo de evidencia.
El concepto criminalistico del indicio, es aquél que le conoce como evidencia física, evidencia mat
erial o material sensible significativo, a éste último se entiende como un "todo objeto, instrumento,
huella, marca, rastro, señal o vestigio" que se usa y de produce respectivamente en la comisión
de un hecho.
Estudio de indicios
Con el estudio de indicios se logra, la identificación de los autores, la recopilación de las pruebas
de la comisión del hecho, la reconstrucción del mecanismos del hecho, puesto que los indicios son
conocidos como “testigos mudos que no mienten”, asimismo, los indicios sirven para realizar
intercambios entre autor, víctima y el lugar de los hechos, dentro de ello, pueden presentarse
indicios falsos, estos son preparados por el autor, con el propósito de desorientar a los
investigadores; también existen los llamados contraindicios, con los cuales se pretende demostrar
la inocencia del verdadero culpable, por ello es indispensable que los investigadores y los
profesionales actúen con mucha responsabilidad y cautela, de lo contrario todo el trabajo,
empleado horas hombre y los recursos utilizados, pueden echarse a perder.
Clases de indicios
Indicios Determinables: Son aquellos cuya naturaleza física no requiere de un análisis completo
de su composición y estructuración, sino solo un examen cuidadoso a simple vista, o con auxilio
de lentes de aumento. Ejm: escrituras, armas de fuego, balas, etc.
Indicios no determinables: Estos indicios requieren de un análisis completo, como por ejemplo,
en manchas de sangre, semen, entre otros.
Indicios asociativos: Estos indicios están relacionados con el hecho que se investiga
Indicios no asociativos. Estos indicios, son apreciados en el lugar de los hechos, pero no tiene
relación con el hecho que se investiga, por eso se le conoce como indicios no asociativos.
Manejo de Indicios
El manejo inadecuado de la evidencia física conduce a su contaminación, deterioro o
destrucción, siendo esta última la causa más frecuente que impide su posterior examen en el
laboratorio. Por esta razón, cuando llegue el momento de proceder a su levantamiento se
realizará con la debida técnica a fin de evitar su alteración. A continuación se recomienda seguir
las siguientes reglas:
Deben manipularse lo menos posible, para evitar contaminación o destrucción.
Se debe recolectar una cantidad numerosa como muestra de cada una de las evidencias, parte
ellas se consume en el análisis de laboratorio.
Evitar contaminarla con los instrumentos que se utilizan para su levantamiento, los cuales
deberán ser lavados meticulosamente antes y después de su uso.
Levantarla por separado, evitando mezclarla.
Marcarla en aquellos sitios que no ameriten estudio ulterior.
Embalarla individualmente, procurando que se mantenga la integridad de su naturaleza.
Métodos para la búsqueda y localización de indicios
En la búsqueda de indicios y evidencias en el lugar de los hechos se debe realizar el método de
colección de evidencia según el tipo de sitio del suceso en el que se trabajará, estos son:
Sitio del suceso abierto, se debe iniciar la búsqueda dirigiendo la vista de la periferia al centro
sin dejar inadvertida ningún área, hasta llegar al centro del lugar de los hechos.
Sito del suceso cerrado, se debe iniciar la búsqueda dirigiendo la vista en forma paralela de
muro a muro, o de la periferia al centro, comenzando por la entrada principal; continuando con
los muros, muebles, escaleras y finalmente con el techo.
La observación, es el factor que decide la localización, reproducción, colección y peritación,
ello según el tipo y características establecidas del hecho que se trata de reconstruir a fines de
la prueba procesal de cargo y descargo.
Entre los indicios que más suelen hallarse en el lugar de los hechos están:
- Los presuntos instrumentos materiales del ilícito (armas de fuego, proyectiles, instrumentos
cortantes, veneno, etc.).
- Las huellas del autor o relacionadas con él (impresiones dactilares, pisadas, escrituras y
marcas de estas, cabellos y restos de tela, de sangre, etc.).
- Las huellas de la víctima y también en ella (cadáver, rigidez cadavérica, estado de lividez
cadavérica, proceso de putrefacción, momificación, espasmo cadavérico, notas póstumas,
huellas en sus ropas, restos de sangre, etc.).
- Las huellas del lugar y de la dinámica del delito (huellas y dirección de pisadas, posición y
estado de los objetos, huellas de neumáticos, aceleración, freno, dirección etc.,
herramientas dirección de huellas dactilares, roturas, forzamientos, etc.).
Objetivos de los Indicios Principalmente del examen y del estudio de los indicios se pretende
lograr, entre otros, los siguientes objetivos:
- Identificar al o los autores.
- Conocer la cantidad de los mismos.
- Determinar su participación en el desarrollo de los hechos.
- Establecer las vías de acceso.
- Ubicar el tipo de lugar (de hechos o de hallazgo).
- Reunir las pruebas de la comisión de un delito.
- Reconstruir la mecánica del hecho.
5.2. Evidencia
Evidencia El término evidencia, proviene del latín indictum, que significa signo aparente y probable
de que exista alguna cosa, a su vez es sinónimo de señal muestra o indicación, el cual es percibido
con los sentidos. Entones la evidencia del delito es todo aquello dejado por el autor (es) del delito,
como huellas, rasgos, signos, señas, pero la palabra evidencia desde tiempo atrás en el orden
técnico de la investigación criminal, conocido como evidencia física, material o material sensible,
lo cuales se consagran como “indicios”- Dentro del orden técnico de la investigación cirminalística
se le conoce, como evidencia física, evidencia material o material sensible significativo, pero para
la comprensión de todos se usa la terminología “indicios” , también se usa las demás terminologías
permitidas en la investigación criminal.
Evidencias físicas o indicios
Las evidencias físicas o indicios, son aquellos elementos encontrados en el lugar de los hechos,
ya sea en posesión de víctima, cercana o distante de ella, o en su caso, en posesión del autor
cuando éste es detenido de inmediato en la escena del crimen, o en otros sitios de investigación,
el manejo inadecuado de la evidencia física conduce a su contaminación, deterioro o destrucción,
siendo ésta última la causa más frecuente que impide su ulterior examen en el laboratorio. Una
vez protegido, la escena del crimen, puede realizarse la recolección de los indicios o evidencias
asociados al hecho, observando técnicas para el levantamiento y con el uso adecuado de las
medidas de protección de acuerdo a las características de las evidencias.
Clases de evidencias
- Directa, tienden a mostrar la existencia de los hechos que un testigo conoce porque los percibió
por medio de uno o varios de los testigos.
- Indirecta o circunstancial, la que no prueba por si misma el hecho pero establece que cierto
hecho tienden a probar elementos del caso.
- Material o real, son evidencias objetivas.
- Documento o escrita, es la más auténtica, el documento habla por sí mismo
- Primaria, proporciona mayor certeza de los hechos, como documentos originales
- Secundaria, sigue a la evidencia primaria, como una reproducción documental.
- De “prima facie”, conocido como a (primera vista) proporciona prueba de un hecho que sea
contradicho o anulada por otra evidencia.
- Corporativa, tienden a fortalecer y reafirmar a otras evidencias.
Evidencias e indicios más comunes
Las evidencias e indicios más comunes están asociados a actos o hechos ilícitos consumados,
estos son:
- Impresiones dactilares, latentes, positivas y negativas.
- Huellas de sangre, con características dinámicas, estáticas, apoyo, embarraduras, etc.
- Huellas de pisadas humanas, calzadas, descalzas, positivas, negativas e invisibles.
- Huellas de pisadas de animales, positivas, negativas e invisibles.
- Huellas de neumáticos, por aceleración, rodada y frenamiento o desplazamiento, pueden ser
positivas o negativas.
- Huellas de herramientas, principalmente en robos, en puertas, ventanas, cajones de escritorios,
cajas fuertes, chapas, cerraduras, picaportes, etc.
- Otro tipo de fracturas, en autos por colisiones, volcaduras o atropellamientos, también en
objetos diversos por impactos o contusiones.
- Huellas de rasgaduras, descoseduras y desabotonadas, en ropas; pueden indicar defensa,
forcejeo o lucha.
- Huellas de labios pintados sobre papel klennex, ropas, tazas, cigarrillos, papel, etc.
- Huellas de dientes y uñas, conocidas como mordidas o estigmas ungueales respectivamente,
en luchas, riñas o delitos sexuales.
- Etiquetas de lavandería y sastrería en ropas, son de utilidad para identificar su procedencia y
probablemente la identidad de desconocidos
- Marcas de escritura sobre las hojas de papel subyacente a la escrita, recados, amenazas
escritas o denuncias.
- Armas de fuego, armas blancas, balas, casquillos, huellas de impactos, orificio por proyectil,
rastros de sangre, manchas de sustancias, etc.
- Pelos humanos o de animal, o sintéticos, fibras de tela, fragmentos de ropas, polvos diversos,
cenizas, cosméticos.
- Orificios en ropas y piel humana, huellas de quemaduras por flamazas o fogonazos, tatuajes o
quemaduras de pólvora por deflagraciones, huellas de ahumamientos, esquirlas, etc.
- Instrumentos punzantes, cortantes, contundentes, punzó-cortantes. punzócontundentes, corto
contundentes, etc., en hecho consumados con arma blanca.
- Huellas de cemento para pegar suela u objetos diversos (inhalantes volátiles), manchas de
pintura, grasa, aceite, costras de pintura, manchas de diessel, huellas de arrastramiento,
huellas de impactos, acumulaciones de tierra, fragmentos de accesorios, residuos de
marihuana, tóxicos, etc.
- Polvos metálicos, limaduras, aserrines, cal, yeso, cemento, arena, lodo, tierra, etc.
Eslabones de la cadena de pruebas
Dentro de estos eslabones es importante considerar a las evidencias e indicios, como elementos
de hechos o indicadores de las pruebas del delito en la escena del crimen; y, dentro de los estudios
de la criminalistica se han considerado los llamados “siete puntos de oro” con la finalidad del
esclarecimiento de todo crimen y estas están representadas a través de las siguientes preguntas:
Qué?, Quién? , Cuándo? , Dónde?, Cómo?, Con quién? y Por qué ?, estas interrogantes serán
absueltas y resueltos por los investigadores y profesiones de cada especialidad, de las evidencias
e indicios analizados.
6. INVESTIGACIONES EN LA ESCENA DEL DELITO O CRIMEN
6.1. Definición:
Es el lugar donde se presume se ha producido un delito; y por ende, debe ser objeto de una
investigación policial; siendo su importancia evidente por la gran cantidad de indicios o evidencias
que se puede recoger en ella, las mismas que serán determinantes en el desarrollo de la
investigación criminal"
No existe norma que pueda definir con exactitud las dimensiones de la Escena del Crimen; pero
por lo general, es considerada solamente el punto o lugar donde se ha llevado a cabo el evento
delictivo, sin embargo, el término es más amplio y debe incluir también las zonas circundantes por
la que haya pasado el posible autor o la víctima al dirigirse al lugar o retirarse del mismo; pues en
dichas zonas pueden haberse producido descuidos por parte del agente delictivo y haber dejado
huellas de importancia criminalística que prueben más adelante su culpabilidad,
consiguientemente, la Escena del Crimen debe comprender el lugar donde se ha cometido el delito
y la zona circundante a ésta.
Dicho de otro modo, La Escena del Crimen es la fuente de información del Perito y su pesquisa;
consecuentemente, es el lugar donde se ha producido un hecho, in prima face, delictuoso, y que
por ende, amerita una adecuada investigación, teniéndose en cuenta principios fundamentales de
la Criminalística.
6.2. Criminalística en la escena del crimen
Es el conjunto de diligencias, de carácter técnico-científico, inmediatas al conocimiento de un
hecho o presumiblemente delictivo que realiza el Perito de Criminalística en la Escena del Crimen,
para comprobar o descartar su veracidad y al mismo tiempo para recoger los indicios y/o
evidencias que permitan identificar al presunto autor.
La Inspección Criminalística se inicia con el conocimiento del hecho, continuado con el aislamiento
y protección de la Escena del Crimen, la búsqueda, ubicación, recojo y traslado de toda muestra de
interés criminalístico al Laboratorio para su examen y análisis, mediante la Cadena de Custodia.
Todo esto según la naturaleza del hecho concreto.
Elementos Necesarios
a. Personal: Aunque en nuestro medio no exista norma que determine el número de personas
que deben ingresar a la Escena del Crimen, es recomendable que sea el menor número
posible, dándose las precauciones del caso. En tal sentido, se deberá permitir tan sólo el
ingreso de Peritos, del representante del Ministerio Público y fotógrafo policial; debiendo
permanecer fuera del lugar las demás autoridades, las mismas que ingresaran cuando los
técnicos hayan concluido su cometido.
b. Equipo: Para que La Inspección sea efectuada con eficiencia, eficacia, seguridad y rapidez
es necesario emplear el instrumento correspondiente que permita mantener las evidencias
en el mismo escenario, seleccionarlos y recogerlos, así como su preservación y embalaje
para su remisión a la Dirección de Criminalística (División de Laboratorio Criminalístico o
División de Investigación en la Escena del Crimen), dependiendo de los indicios y/o
evidencias. Para llevar a cabo esta diligencia el Perito, utilizará equipos apropiados para el
recojo de muestras, según la naturaleza de los mismos, sean estos restos biológicos,
balísticos, toxicológicos, papilares, huellas de pisadas etc.
6.3. Fases de investigación en la escena del crimen
Para realizar una investigación científica en cualquier campo de la actividad o conocimiento
humano, se deben seguir algunas fases que precisamente la orienten, para asegurar buenos
resultados; la investigación en la Escena del Crimen no es la excepción, por ende se han
establecido fases o pasos secuenciales que coadyuven al logro de los objetivos trazados por parte
de los Peritos de Criminalística.
En términos generales, se plantean las siguientes fases:
Cargo del personal policial
a. Conocimiento del Hecho: Es la información, versión, notificación, exposición o simple
referencia o que llega por cualquier medio o circunstancia a conocimiento de la autoridad
policial, respecto a la comisión u omisión de un hecho delictuoso o infracción punible o
supuestamente delictual para su posterior esclarecimiento. El ejemplo más común es La
Denuncia, la misma que puede ser interpuesta ante una Comisaría, un puesto policial o
incluso directamente ante una Fiscalía.
Otro ejemplo que se puede traer a colación es el de la "Ocurrencia Policial", que constituye
un documento oficial donde el personal de la policía registra todos aquellos sucesos,
acontecimientos, ocasiones o encuentros fortuitos o inesperados que, por su naturaleza no
pueden ser registrados a través de denuncia, pero a través de las cuales la autoridad toma
conocimiento de la comisión de un acto presumiblemente delictuoso de competencia policial
y perseguidle de oficio.
b. Comprobación o Verificación del Hecho: Consiste en el inmediato traslado del personal
policial que toma conocimiento del hecho a fin de poder verificar "In Situ" y de manera objetiva
los hechos denunciados o puestos en conocimiento. En tal sentido, se bebe cumplir con lo
que la palabra verificar significa, es decir, que si vemos el cuerpo de una persona pendiendo
de una soga o con signos evidentes de muerte, bajo cualquiera de sus modalidades, es de
suponer que ya es cadáver, no siendo necesario ingresar, tocarle el pulso,
buscarle documentos de identidad u otras acciones innecesarias que conlleven a la
alteración y destrucción de los indicios y/o evidencia, debiéndose guardar la llegada del
personal especializado en inspección criminalística y el representante del Ministerio Publico.
En caso de que se presuma que la persona presente signos de vida, primero se deberá
prestarle el auxilio debido, tratando de no alterar en lo posible las evidencias que éste y el
medio pudieran presentar, recordando siempre el proteger la escena, es decir, mantener su
intangibilidad.
c. Aislamiento y Protección de la Escena del Crimen.
Es común que vecinos o personas que transitaran por el lugar acudan a satisfacer su
curiosidad y no parar hasta ver el cadáver, incluida la prensa, quienes invaden la escena para
obtener primicias del hecho, mientras que en otros casos son los familiares de la víctima,
quienes penetran físicamente en el lugar de los hechos, donde no solo entorpecen la labor
policial, sino que resulta mucho más grave, cuando cogen, manipulan, cambian de lugar o se
llevan los indicios o evidencias, dejando sus propias huellas, con lo que perturban el
trabajo de la escena.
Para evitar estos inconvenientes, se debe colocar barreras, sogas, cintas de seguridad con
avisos o letreros, con anotaciones grandes y legibles que indiquen "PROHIBIDO EL
INGRESO", esto demarcará la Escena del Crimen y permitirá advertir al público o personas
hasta donde podrán llegar.
Asimismo, se protegerá las evidencias o indicios, sobre todo aquellas que pueden ser
destruidas por pisadas, por agentes atmosféricos, como lluvia, viento, sol y otros que pudieran
destruir o alterar los indicios o evidencias.
d. Ocupación de la Escena del Delito: Consiste en la toma de posesión temporal que la policía
u otras autoridades pertinentes hacen de la Escena del Crimen, así como delos alrededores
donde se puedan ubicar indicios o evidencias para practicar las diligencias técnico-científicas
comprobatorias, tendientes al esclarecimiento del hecho investigado.
e. Comunicación a las Autoridades: Inmediatamente a la comprobación o verificación del
hecho y de modo simultáneo a la protección o aislamiento de la escena del crimen, se deberá
comunicar por los medios más rápidos a:
Ministerio Público
Los Peritos de Criminalística
Unidad Policial Especializada que se encargara de la investigación (DIVINCRI, DIVISE,
DIVANDRO, etc.)
La comunicación deberá ser ejecutada por el primer personal policial interviniente que verifica el
hecho, no debiéndose esperar más de lo justamente necesario: "El tiempo que pasa, es la verdad
que huye".
De igual modo, desde el punto de vista técnico, una de las prioridades es comunicar a la Unidad
de Criminalística, por cuanto es la parte técnico – científica que ingresará a la Escena del Crimen,
la misma que no puede estar supeditada a una comunicación extemporánea.
Hasta este punto es vital la participación del personal policial que inicialmente ha tomado
conocimiento del hecho delictuoso, ya que en las demás fases, para una adecuada investigación
de la Escena del Crimen, dependerá de la presencia de los Peritos en Criminalística.
i. Finalización de La Inspección
Cierre de la escena del crimen
El Fiscal, discrecionalmente, puede resolver el cierre del acceso a la Escena del Crimen por un
periodo de tiempo determinado, durante el cual no se le permitirá el ingreso a personal ajeno a
la investigación, y se realizarán nuevas inspecciones. Otra opción es cerrar la Escena del
Crimen por tiempo indeterminado para que ésta sea constatada tal cual en fechas futuras.
Libre Disposición de la Escena del Crimen
Del mismo modo, el Fiscal podrá disponer que las personas agraviadas (directa e
indirectamente) puedan continuar con sus actividades normales dentro de la Escena del
Crimen, la misma que puede ser limpiada, utilizada y manipulada, pues la inspección pericial
ya concluyó y no queda más por investigar.
j. Formulación del Informe Pericial
Queda claro que los conocimientos que domina un Perito en determinada ciencia, arte u oficio,
son necesarios para la correcta persecución de un hecho delictivo y la
consecuente administración de justicia; por ende, es indispensable que dicho profesional emita
un documento, denominado Informe Pericial, en el que se plasmen coherentemente los puntos
relativos a su estudio o al análisis de determinada muestra; con el propósito de ilustrar, tanto
al Fiscal, como de ser el caso y en su momento, al Juez; sobre ciertos conocimientos que sin
su ayuda, éstos no comprenderían.
Cabe mencionar que dicho informe deberá tener la siguiente estructura:
Motivación de la Inspección.
Descripción de la situación o estado del objeto (persona o bien) sobre el que recayó la
Inspección.
Exposición detallada de lo que se ha comprobado en relación a lo encargado.
Indicación de los criterios técnicos utilizados en el respectivo examen.
Nombre y dirección legal de la Unidad que dispuso la Inspección.
Plena individualización del Perito que suscribe el Informe.