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TEMA 1: LA FE QUE VIVIMOS EN FAMILIA

OBJETIVO: Que los padres de familia y los padrinos valoren los sacramentos, signos
sensibles de la presencia de Cristo en nuestra vida cristiana.

CANTO:

ORACIÓN INICIAL: Al Espíritu Santo


DINAMICA:

INTRODUCCIÓN: Todos nos lamentamos de la situación que nos toca vivir y nos
alarma el hecho de que sea general, mundial. En las ciudades y en los campos
impera la violencia, la inseguridad, la injusticia, etc.

Si verdaderamente reflexionamos, seguramente encontramos la respuesta, y en ella


solución. Lo más seguro es que, en realidad, no somos cristianos auténticos, somos
bautizados, vamos algunas veces a Misa y asistimos a misa de 15 años, o bodas,
cuando muere alguien cercano. Pero en realidad hasta allí llegamos.

En otras palabras, si nuestras prácticas de piedad y la recepción de los sacramentos


no se transforman en vida, la situación seguirá siempre igual o peor. Y el verdadero
cambio consiste precisamente en la vivencia de la fe que recibimos en el Bautismo,
y que debe acrecentarse día a día.

1.- LOS SACRAMENTOS Y LA FAMILIA.


Los bautizados somos consagrados por la regeneración y la unción del Espíritu Santo
como casa espiritual y sacerdocio santo para que, por medio de toda su vida,
ofrezcan sacrificios espirituales y anuncien el poder del que los llamó a su luz
admirable Así pues, perseverando en la oración y alabando junto a Dios, han de
ofrecerse a sí mismos como hostia viva, santa y grata, y dar testimonio incesante de
Cristo y razón de la esperanza que llevan en sus vidas.

Los fieles ejercen su sacerdocio sobre todo, por medio de una vida santa y en la
recepción de los sacramentos, signos sensibles permanentes instituidos por
Jesucristo, para darlos la gracia.

Pero para que tengan eficacia los sacramentos es necesario recibirlos con las
debidas disposiciones, con una seria preparación, y no por conveniencia social o por
costumbre.
 La coherencia de vida de la familia como Iglesia doméstica, tanto en los
momentos más importantes como en los más comunes y ordinarios, es de
suma importancia para trasmitir la fe a los hijos.

 La pronta recepción del sacramento del Bautismo indica con los hechos, la
importancia que tiene para los padres que los hijos, junto a la vida natural,
sean engendrados a la vida de Dios.

 Algo semejante ocurre si, desde la más tierna edad, se les va disponiendo
para recibir los otros sacramentos: Reconciliación, Eucaristía y
Confirmación.

 Por ello, es muy conveniente darles la oportuna y adecuada explicación y así


ayudar a la catequesis preparatoria de cada sacramento. De esta forma, cada
uno de los hijos irá entendiendo e incorporando a su vida la diferencia y
riqueza de la gracia significada y realizada por cada uno de los sacramentos.
Aquí la importancia de la catequesis escolarizada.

De una manera muy particular, vamos a fijar la mirada en la Eucaristía, como Sacramento que nos da
el Autor de la gracia, fuente y culmen de la vida cristiana; apoyándonos en estas tres dimensiones de
la Eucaristía: SACRIFICIO, PRESENCIA Y COMUNIÓN

 La Eucaristía es el sacramento que conmemora, actualiza, presenta el sacrifico del Señor


Jesús en la cruz.
 En la Eucaristía celebramos la entrega de Jesucristo para nuestra salvación y reconciliación, y
su triunfo sobre la muerte y el pecado.

Pues bien, esto constituye una invitación a nuestras familias para ver en el sacramento del Cuerpo y la
Sangre del Señor una escuela en la que pueda aprenderse lo que significa entrega y sacrificio.

A vivir la vocación matrimonial y la vida en familia en dinámica de donación, en dinámica de amor


cristiano; el único y verdadero amor.

La Eucaristía, en lo que re-presenta (hace presente) educa en el morir a sí mismo para que los demás
tengan vida, así como hizo Jesús.
 Mediante este Sacramento, el Señor Jesús ha querido quedarse con nosotros, no de
manera simbólica o imaginativa, sino de un modo plenamente real.
 La familia está invitada a un encuentro pleno con Jesús-Eucaristía.
 El “quedarse” o “permanecer” con Jesús en la Eucaristía adquiere una forma muy
concreta y necesaria en el precepto de asistir a la celebración de la Santa Misa los
domingos y fiestas de guardar.

En este campo, la familia está llamada a ser educadora y testigo.


Sin la participación activa en la Eucaristía dominical y en las fiestas de precepto, no habrá un
discipulado misionero maduro

 En el Sacramento Eucarístico, el Señor Jesús nos da su Cuerpo como alimento, pero al mismo
tiempo nos une a Él, nos hace participes de su propia humanidad glorificada.
 Y así, al unirnos a su Cuerpo, nos hacemos miembros los unos de los otros. ( 1 Cor 10,16-17)
 Somos uno en Jesús al ser miembros de su Cuerpo, viviendo el misterio de la unión en común
mediante el amor.

Para la familia, la Eucaristía es una escuela en que a través de actitudes de sacrificio, de donación generosa y
oblativa, de obediencia y de encuentro con el Señor Jesús, se alcanza la comunión de los miembros entre sí,
formando una unidad.

Así como la Iglesia es comunión, así también la familia debe ser comunión de personas por medio del
amor.

En la Eucaristía la familia encuentra su plenitud de comunión y participación.

ACTIVIDAD POR PAREJAS DE PAPAS Y PADRINOS: Contestar las siguientes preguntas.

1) ¿Qué significado ha tenido para nuestra familia, la recepción de los sacramentos?


2) ¿Cómo es nuestra participación en la Eucaristía? ¿Asistimos en familia?
3) ¿Qué nos impide celebrar y vivir mejor la Eucaristía en nuestra familia?
4) ¿Cómo educadores en la fe a qué nos comprometemos?
5) ¿Cómo asumo mi responsabilidad por vivir y transmitir la fe en mi familia?

PLENARIO: Poner en común las respuestas.


ORACION FINAL: Oración por la Paz.

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