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Penologia
TEMA
Tarea 2
PARTICIPANTE
1- Elabora una línea de tiempo que incluya los diferentes períodos de la pena,
señalando dos de cada uno de sus características.
Los cuatro períodos en que se divide la historia del Derecho Penal son:
La Venganza Privada:
La ley del Talión reza así: “Alma por alma, ojo por ojo, diente por diente, mano por
mano, pie por pie, quemadura por quemadura, llaga por llaga, cardenal por cardenal”
esto es, “tal pena cual delito” que es lo que significa la palabra “Talión”.
Características:
Se caracterizaba por:
b) La pena debe ser igual al daño sufrido por la víctima, "Ojo Por Ojo, Diente Por
Diente" si los delitos no producían daño físico Ej. Un robo, la pena consistía en que se
le cortara la mano.
La clasificación de las penas está contemplado en los artículos del 24 al 48 del Código
Penal Dominicano
Artículo 24. Clasificación de las infracciones. Las infracciones previstas en este código
se clasifican, según la gravedad o daño personal y social que entrañe la actuación u
omisión punible perpetrada, de la siguiente manera:
1) Infracciones graves, que son aquellas que entrañan un acentuado grado de daño
personal y social.
2) Infracciones menos graves, que son aquellas que entrañan un grado intermedio de
daño personal y social.
3) Infracciones leves, que son aquellas que entrañan un reducido grado de daño
personal y social.
SECCIÓN II
DE LA CLASIFICACIÓN GENERAL DE LAS PENAS
Artículo 25. Clasificación de penas. Según el bien jurídico afectado, las penas
aplicables conforme a este código son las siguientes:
1) Pena privativa o restrictiva de libertad, que comprenden la prisión mayor y la prisión
menor.
2) Pena privativa o restrictiva de derecho, que comprenden las diversas penas
complementarias.
3) Pena pecuniaria o multa.
4) Medida de seguimiento socio-judicial.
SECCIÓN III
DE LAS PENAS APLICABLES A LAS PERSONAS FÍSICAS IMPUTABLES
SUBSECCIÓN I
DE LAS PENAS DE LAS INFRACCIONES GRAVES
Artículo 26. Penas aplicables a una infracción grave. Las penas aplicables a las
personas físicas imputables de una infracción grave son las siguientes:
1) La prisión mayor;
2) La multa;
3) Las penas complementarias.
Artículo 27. Escalas y cuantías de la prisión mayor. Las escalas y cuantías de la pena
de prisión mayor son las siguientes:
1) Prisión de treinta a cuarenta años;
2) Prisión de veinte a treinta años;
3) Prisión de diez a veinte años;
4) Prisión de cuatro a diez años;
Artículo 28. Escalas y cuantías de las multas. Las escalas y cuantías de las penas de
multa son las siguientes:
1) De cuarenta a cincuenta salarios mínimos del sector público;
2) De treinta a cuarenta salarios mínimos del sector público;
3) De veinte a treinta salarios mínimos del sector público;
4) De diez a veinte salarios mínimos del sector público;
5) De cuatro a diez salarios mínimos del sector público.
6) Una o varias veces el monto involucrado en el fraude cometido.
Párrafo. En este código el término “salarios mínimos del sector público” significa el
monto del salario mínimo vigente en el Gobierno central al momento en que se ha
cometido la infracción, salvo que se disponga de otra manera.
Artículo 29. Procedimiento en caso de insolvencia. Si el condenado es insolvente o no
paga la multa impuesta, el juez de ejecución de la pena procederá según lo previsto en
el Código Procesal Penal.
Párrafo. Cuando sea necesario convertir la multa dejada de pagar en prisión, el tribunal
de la ejecución de la pena fijará la modalidad y el monto de la compensación, conforme
a lo dispuesto en el Código Procesal Penal. La prisión impuesta en estas circunstancias
no será nunca mayor de dos años de prisión.
Artículo 30. Penas complementarias. Son penas complementarias aquellas que se
imponen aparte de la pena principal a un condenado por la comisión de una infracción
grave, menos grave o leve.
SUBSECCIÓN II
DE LAS PENAS COMPLEMENTARIAS APLICABLES A LAS PERSONAS FÍSICAS
IMPUTABLES DE INFRACCIONES GRAVES
Artículo 31. Penas complementarias a infracciones graves. Las penas
complementarias aplicables a las personas físicas imputables de infracciones graves
son las siguientes:
1) La confiscación o decomiso del producto y de los bienes, objetos y haberes
procedentes directa o indirectamente de la infracción, sin perjuicio de los derechos que
tengan los terceros de buena fe;
2) El cierre definitivo del establecimiento comercial o de la instalación involucrado
directa o indirectamente en la infracción, o su cierre temporal por un período no mayor
de tres años;
3) La inhabilitación definitiva de la licencia de porte o tenencia de un arma de fuego, o
su inhabilitación temporal por un período no mayor de tres años;
4) La inhabilitación definitiva para ejercer la función pública o actividad profesional o
social en cuyo ejercicio se cometió la infracción que da lugar a la condena, o la
inhabilitación temporal para ejercerla por un período no mayor de cinco años;
5) La inhabilitación definitiva para participar en concursos y oposiciones públicas, o la
inhabilitación temporal para participar en ellos por un período no mayor de cinco años;
6) La inhabilitación temporal de los derechos de ciudadanía, conforme lo consagra la
Constitución de la República respecto de las infracciones graves en ella previstas, o la
suspensión, mientras se esté cumpliendo la pena principal de prisión, de los derechos
cívicos, civiles y de familia, en particular de los siguientes:
a) El derecho de elegir y ser elegible para los cargos que establece la Constitución;
b) El derecho de ejercer la función de perito ante cualquier tribunal;
c) El derecho de tutela o curatela, sin que esto excluya la facultad del condenado de
mantener la autoridad parental de sus hijos si obtiene previamente la autorización
favorable del Tribunal de Niños, Niñas y Adolescentes competente.
SUBSECCIÓN III
PENAS DE LAS INFRACCIONES MENOS GRAVES
Artículo 32. Penas a infracciones menos graves. Las penas aplicables a las personas
físicas imputables de una infracción menos grave son las siguientes:
1) La prisión menor.
2) La multa.
3) Las penas complementarias.
Artículo 33. Escala y cuantía de infracción menor. Las escalas y cuantías de la pena
de prisión menor son las siguientes:
1) Prisión de dos a tres años.
2) Prisión de uno a dos años.
3) Prisión de un día a un año.
Artículo 34. Escala y cuantía a la pena de multa por infracción menor. Las escalas y
cuantías de la pena de multa son las siguientes:
1) De siete a nueve salarios mínimos del sector público.
2) De tres a seis salarios mínimos del sector público.
3) De uno a dos salarios mínimos del sector público.
Artículo 35. Procedimiento por no pago de multa o insolvencia. Si el condenado es
insolvente o no paga la multa impuesta, el juez de ejecución de la pena procederá
según lo previsto en el Artículo 29 de este código.
Párrafo. Cuando sea necesario convertir la multa dejada de pagar en prisión, el tribunal
de la ejecución de la pena fijará la modalidad y el monto de la compensación, conforme
a lo dispuesto en el Código Procesal Penal. La prisión impuesta en estas circunstancias
no será nunca mayor de dos años de prisión.
SUBSECCIÓN IV
PENAS COMPLEMENTARIAS APLICABLES A LAS PERSONAS FÍSICAS
IMPUTABLES DE INFRACCIONES MENOS GRAVES
Artículo 36. Penas complementarias a infracciones menos graves. Las penas
complementarias aplicables a las personas físicas imputables de una infracción menos
grave son las siguientes:
1) La confiscación o decomiso del producto, los bienes, objetos y los haberes
procedentes directa o indirectamente de la infracción, sin perjuicio de los derechos de
los terceros de buena fe.
2) El cierre definitivo del establecimiento comercial o de la instalación involucrado
directa o indirectamente en la infracción, o su cierre temporal por un período no mayor
de tres años.
3) La inhabilitación definitiva de la licencia de porte o tenencia de un arma de fuego, o
su inhabilitación temporal por un período no mayor de un año.
4) La inhabilitación definitiva para ejercer la función pública o actividad profesional o
social con ocasión de la cual se cometió la infracción que da lugar a la condena, o la
inhabilitación temporal para ejercerla por un período no mayor de dos años.
5) La inhabilitación definitiva para participar en concursos u oposiciones públicas, o la
inhabilitación temporal para participar en ellas por un período no mayor de dos años.
6) La inhabilitación temporal, por un período no mayor de cinco años o mientras se
esté cumpliendo la pena principal de prisión, de los derechos cívicos, civiles y de
familia, en particular de los siguientes:
a) El derecho de elegir y ser elegible para los cargos que establece la Constitución.
b) El derecho de ejercer la función de perito ante cualquier tribunal.
c) El derecho de tutela o curatela, sin que esto excluya la facultad del condenado de
mantener la autoridad parental de sus hijos si obtiene previamente la autorización
favorable del Tribunal de Niños, Niñas y Adolescentes competente.
7) El trabajo de interés comunitario no remunerado por un período no menor de
doscientas ni mayor de trescientas horas.
Artículo 37. Pena complementaria simultánea. La imposición de una pena de prisión,
con o sin multa, no excluye la posibilidad de que el tribunal ordene también la
imposición simultánea de una o varias penas complementarias o medidas de
seguimiento socio-judicial, conforme lo dispone este código.
SUBSECCIÓN V
DE LAS PENAS DE LAS INFRACCIONES LEVES
Artículo 38. Infracciones leves. Son infracciones leves aquellas que entrañan un
reducido grado de daño personal y social. Las penas aplicables a las personas físicas
imputables de una infracción leve son las siguientes:
1) La multa.
2) Las penas complementarias.
Artículo 39. Multas para infracciones leves. Las cuantías de la pena de multa para las
infracciones leves son las siguientes:
1) De siete a diez salarios mínimos del sector público.
2) De cuatro a seis salarios mínimos del sector público.
3) De uno a tres salarios mínimos del sector público.
Artículo 40. Si el condenado es insolvente o no paga la multa impuesta, el juez de
ejecución de la pena procederá según lo previsto en el Artículo 29 de este código.
Párrafo. Cuando sea necesario convertir la multa dejada de pagar en prisión, el tribunal
de la ejecución de la pena fijará la modalidad y el monto de la compensación, conforme
a lo dispuesto en el Código Procesal Penal, la cual se cumplirá según el régimen de
prisión de los fines de semana, días feriados y de ejecución nocturna, previsto en este
código, sin que en ningún caso la prisión pueda exceder de un mes.
SUBSECCIÓN VI
DE LAS PENAS COMPLEMENTARIAS APLICABLES A LAS PERSONAS FÍSICAS
IMPUTABLES DE UNA INFRACCIÓN LEVE
Artículo 41. Penas complementarias a infracciones leves. Las penas complementarias
aplicables a las personas físicas imputables de una infracción leve son las siguientes:
1) La confiscación o decomiso del producto, los bienes, objetos y los haberes
procedentes directa o indirectamente de la infracción, sin perjuicio de los derechos de
los terceros de buena fe.
2) El cierre temporal por un período no mayor de un mes del establecimiento comercial
o instalación involucrado directa o indirectamente en la infracción.
3) La inhabilitación temporal por un período no mayor de tres meses de la licencia de
portar o tener un arma de fuego.
4) El trabajo de interés comunitario no remunerado por un período no menor de
setenta y cinco ni mayor de ciento cincuenta horas.
SECCIÓN IV
DE LAS PENAS APLICABLES A LAS PERSONAS JURÍDICAS RESPONSABLES DE
INFRACCIONES GRAVES Y MENOS GRAVES
Artículo 42. Penas por infracciones graves y menos graves. Las penas aplicables a las
personas jurídicas responsables de infracciones graves o menos graves son las
siguientes:
1) La multa.
2) Las penas complementarias.
3) La disolución legal de la persona jurídica.
Artículo 43. Procedimiento de imposición de multas por infracciones graves o menos
graves. Para la aplicación de la pena de multa ante la comisión de infracciones graves
o menos graves, se procederá a multiplicar por dos la cuantía que de ordinario se
dispone para las personas físicas imputables ante igual infracción.
SUBSECCIÓN I
DE LAS PENAS COMPLEMENTARIAS APLICABLES A LAS PERSONAS
JURÍDICAS RESPONSABLES DE INFRACCIONES GRAVES O MENOS GRAVES
Artículo 44. Penas complementarias a infracciones graves o menos graves. Las penas
complementarias aplicables a las personas jurídicas responsables de infracciones
graves o menos graves son las siguientes:
1) La confiscación o decomiso del producto, los bienes, objetos y los haberes
procedentes directa o indirectamente de la infracción, sin perjuicio de los derechos de
los terceros de buena fe.
2) El cierre definitivo, o el cierre temporal por un período no mayor de tres años, de
uno o varios de los establecimientos comerciales operados por la sociedad, o de toda
su explotación comercial o parte de ella.
3) La revocación temporal, por un período no mayor de cinco años, de cualquier
habilitación legal que le haya concedido a la persona jurídica una institución pública
para la prestación de la actividad comercial o el servicio público de que se trate, sin
importar la naturaleza del título habilitante, que podrá ser una concesión, licencia,
permiso, autorización o cualquier otro.
4) La inhabilitación definitiva, o temporal por un período no mayor de cinco años, de
hacer llamado público al ahorro en los sectores financieros, bursátiles o comerciales,
con el fin de colocar títulos o valores de cualquier clase.
Artículo 45. Medidas complementarias para infracciones grave, menos graves o leves.
La imposición de una pena de multa no excluye la facultad del tribunal de ordenar al
mismo tiempo una o varias penas complementarias para sancionar las infracciones
graves, menos graves o leves, conforme lo dispone este código.
SUBSECCIÓN II
DE LAS PENAS APLICABLES A LAS PERSONAS JURÍDICAS RESPONSABLES DE
INFRACCIONES LEVES
Artículo 46. Penas por infracciones leves. Las penas aplicables a las personas
jurídicas responsables de una infracción leve son las siguientes:
1) La pena de multa;
2) Las penas complementarias.
Artículo 47. Multa por infracciones leves. La pena de multa para sancionar una
infracción leve será el doble de la que se impone a las personas físicas imputables ante
igual infracción.
Artículo 48. Penas complementarias por infracciones leves. Las penas
complementarias aplicables a las personas jurídicas responsables de una infracción
leve son las siguientes:
1) La confiscación o decomiso del producto, los bienes, objetos y los haberes
procedentes directa o indirectamente de la infracción, sin perjuicio de los derechos de
los terceros de buena fe;
De la estafa
La única condición que agrava la estafa es
la calidad de la víctima. En efecto, si la
estafa recae sobre el Estado dominicano o
alguna de sus instituciones el delito de
estafa reviste carácter de crimen y se
sanciona con mayor rigor. (art. 405 del
Código Penal).
Materia: Penal
Recurrente(s): Antolín Matos Melo, compartes
Abogado(s): Dr. Antonio Fragoso Arnaud, Licdos. Félix Rodríguez Heredia Terrero,
Sandy Pérez Encarnación
Recurrido(s):
Abogado(s):
Intrviniente(s):
Abogado(s):
Dios, Patria y Libertad
República Dominicana
En Nombre de la República, las Salas Reunidas de la Suprema Corte de Justicia, dicta
en audiencia pública, la sentencia siguiente:
Sobre el recurso de casación interpuesto contra la sentencia dictada por la Corte de
Apelación del Departamento Judicial de San Juan de la Maguana el 26 de junio de
2002, cuyo dispositivo aparece copiado más adelante, incoado por:
Antolín E. Matos Melo, dominicano, mayor de edad, portador de cédula de identidad y
electoral No. 018-0039183, domiciliado y residente en la calle Central No. 1 de la
ciudad de Barahona, imputado;
Banco de Reservas de la República Dominicana, tercero civilmente demandado, y La
Intercontinental de Seguros S. A., entidad aseguradora;
Oído: al alguacil de turno en la lectura del rol;
Oído: el dictamen del Magistrado Procurador General de la República;
Visto: el acta del recurso de casación levantada en la secretaría de la Corte A-qua del
día 5 de agosto de 2002, a requerimiento del Dr. Antonio E. Fragoso Arnaud, por sí y en
representación de los Licdos. Félix Rodríguez Heredia Terrero y Sandy Pérez
Encarnación, quienes actúan en representación de Antolín E. Matos Melo, el Banco de
Reservas de la República Dominicana y La Intercontinental de Seguros, S. A., en la
cual no se invoca ningún medio contra la sentencia impugnada;
Visto: el Artículo 17 de la Resolución No. 2529-2006 del 31 de agosto del 2006, dictada
por la Suprema Corte de Justicia, que reglamenta el tránsito de los procesos del
Código de Procedimiento Criminal al Código Procesal Penal;
Vista: la Ley No. 25-91 de 1991, del 15 de octubre de 1991, Orgánica de la Suprema
Corte de Justicia, modificada por la Ley No. 156 de 1997;
Las Salas Reunidas de la Suprema Corte de Justicia, por tratarse en la especie de un
segundo recurso de casación sobre el mismo punto, de conformidad con lo que
dispone el Artículo 15 de la Ley No. 25-91, del 15 de octubre de 1991, Orgánica de la
Suprema Corte de Justicia, modificada por la Ley No. 156 de 1997, celebró audiencia
pública del día 12 de febrero de 2003, asistidas de la Secretaria General de la Suprema
Corte de Justicia, y visto los Artículos 65 de la Ley No. 241 sobre Tránsito de Vehículos
y 65 de la Ley No. 3726 del 29 de diciembre de 1953 sobre Procedimiento de
Casación; conocieron del recurso de casación de que se trata, reservándose el fallo
para dictar sentencia en fecha posterior;
Considerando: que en fecha dos (2) de agosto de 2012, el Magistrado Mariano Germán
Mejía, Presidente de la Suprema Corte de Justicia, dictó auto por medio del cual se
llama a sí mismo, y a los magistrados Mariano Germán Mejía, Julio César Castaños
Guzmán, Miriam C. Germán Brito, Manuel R. Herrera Carbuccia, Víctor José
Castellanos Estrella, Edgar Hernández Mejía, Martha Olga García Santamaría, Fran
Euclides Soto Sánchez, Esther Elisa Agelán Casasnovas, Francisco Antonio Jerez
Mena, y Juan Hirohito Reyes Cruz, y al magistrado Juan Manuel Guerrero de Jesús,
para integrar Las Salas Reunidas en la deliberación y fallo del recurso de casación de
que se trata, de conformidad con la Ley No. 684 de 1934;
Considerando: que en la sentencia impugnada y en los documentos a que ella se
refiere son hechos constantes los siguientes:
que con motivo de un accidente de tránsito de fecha 2 de diciembre de 1997 entre
Antolín E. Matos Melo, quien conducía un vehículo propiedad del Banco de Reservas
de la República Dominicana, asegurado en La Intercontinental de Seguros, S. A., por la
carretera que conduce de Azua a Barahona, y Alfonso Sepúlveda, quien conducía una
motocicleta, y quien falleció a causa de los golpes y heridas recibidas, resultó
apoderada la Primera Cámara Penal del Juzgado de Primera Instancia del Distrito
Judicial de Barahona, dictando su sentencia el 18 de septiembre de 1998, cuyo
dispositivo es el siguiente:
"Primero: Declarar, como al efecto declara culpable al nombrado Antolín E. Matos Melo,
de violar el artículo 49 de la Ley 241 sobre tránsito terrestre, en perjuicio de Alfonso
Sepúlveda; y en consecuencia, se condena a dos (2) meses de prisión correccional y al
pago de una multa de Quinientos Pesos (RD$500.00); Segundo: Se condena además
al pago de las costas penales; Tercero: Condenar, como al efecto condena al Banco de
Reservas de la República Dominicana, entidad propietaria del vehículo que ocasionó el
accidente y a la compañía La Intercontinental de Seguros, S. A., compañía
aseguradora del vehículo en referencia, al pago de una indemnización de Quinientos
Mil Pesos (RD$500,000.00), en favor de los hijos del fallecido Alfonso Sepúlveda, como
justa reparación por los daños morales y materiales sufridos por éstos a consecuencia
de la muerte de su padre; Cuarto: Condenar como al efecto condena al señor Antolín E.
Matos Melo, al pago de las costas civiles en provecho de los abogados que afirman
haberlas avanzado en su mayor parte";
que no conformes con dicha decisión, recurrieron en apelación Antolín E. Matos Melo,
el Banco de Reservas y La Intercontinental de Seguros S. A., siendo apoderada la
Cámara Penal de la Corte de Apelación del Departamento Judicial de Barahona, la cual
dictó sentencia el 11 de noviembre de 1999, cuyo dispositivo dispone:
"Primero: En cuanto a la forma, declara regular y válido el recurso de apelación
interpuesto por el Dr. Zenón Batista Gómez, en representación del prevenido Antolín E.
Matos Melo, contra la sentencia correccional No. 147 de fecha 18 de septiembre de
1998, evacuada por la Primera Cámara Penal del Juzgado de Primera Instancia del
Distrito Judicial de Barahona, que declaró culpable al nombrado Antolín E. Matos Melo,
de violar la Ley 241 sobre Tránsito de Vehículos de Motor, en perjuicio de Alfonso
Sepúlveda; y en consecuencia, lo condena a dos (2) meses de prisión correccional y al
pago de una multa de Quinientos Pesos (RD$500.00); Segundo: Condenar, como al
efecto condena al Banco de Reservas de la República Dominicana, entidad propietaria
del vehículo que ocasionó el accidente y a la compañía aseguradora La Intercontinental
de Seguros, S. A., aseguradora del vehículo de referencia, al pago de una
indemnización de Quinientos Mil Pesos (RD$500,000.00), en favor de los hijos del
fallecido Alfonso Sepúlveda, como justa reparación de los daños morales y materiales
sufridos por éstos a consecuencia de la muerte de su padre; Tercero: Condenar, como
al efecto condena al Sr. Antolín E. Matos Melo, al pago de las costas civiles, en
provecho de los abogados que afirman haberlas avanzado en su mayor parte; Cuarto:
En cuanto al fondo, la Cámara Penal de la Corte de Apelación del Departamento
Judicial de Barahona, modifica el ordinal primero de la sentencia correccional No. 147
de fecha 8 de septiembre de 1998, evacuada por la Primera Cámara Penal del Juzgado
de Primera Instancia del Distrito Judicial de Barahona; y en consecuencia, en cuanto a
la sanción penal, condena
al prevenido Antolín E. Matos Melo, por violar el artículo No. 49 de la Ley No. 241 sobre
tránsito terrestre, a una multa de Quinientos Pesos (RD$500.00), acogiendo a su favor
circunstancias atenuantes, basadas en el artículo 463, párrafo 6to. del Código Penal
Dominicano; en cuanto a los demás aspectos de esta sentencia, se confirma en todas
sus partes";
c) que esta sentencia fue objeto del recurso de casación interpuesto por Antolín E.
Matos Melo, el Banco de Reservas de la República Dominicana y La Intercontinental de
Seguros, S. A., motivo por el cual la Cámara Penal (hoy Segunda Sala) de la Suprema
Corte de Justicia pronunció la sentencia del 11 de julio de 2001, casando dicha
decisión;
d) que a tales fines, fue apoderada la Corte de Apelación del Departamento Judicial de
San Juan de la Maguana, como tribunal de envío, pronunciando esta la sentencia del
26 de junio de 2002, objeto del presente recurso, cuyo dispositivo reza como sigue:
"PRIMERO: Declara regulares y válidos, en cuanto a la forma, los recursos de
apelación, interpuestos por a) Dr. Zenón Batista Gómez, abogado de los Tribunales de
la República, actuando a nombre y representación del prevenido, Antolin E. Matos
Melo, Banco de Reservas y la Cía. Intercontinental de Seguros; b) Por el Licdo. Félix
Rigoberto Heredia Terrero, abogado actuando en representación del prevenido Antolin
E. Matos Melo, ambos de fecha 30 de septiembre del año 1998 y contra sentencia No.
147 dictada en atribuciones correccionales por la Primera Cámara Penal del Distrito
Judicial de Barahona en fecha 18 de septiembre del año 1998, cuyo dispositivo se
transcribe en parte anterior del presente fallo, y del cual se encuentra apoderada esta
corte por envío de la Honorable Suprema Corte de Justicia, por haber sido hecha
dentro del plazo y demás formalidades legales; SEGUNDO: En cuanto al fondo, esta
Corte obrando por propia autoridad, modifica el ordinal primero de la sentencia
recurrida y consecuentemente, condena al prevenido Antolin E. Matos Melo, al pago de
una multa de RD$500.00 por violación al artículo 49, numeral I de la Ley 241 sobre
tránsito de vehículos, acogiendo a su favor circunstancias atenuantes de conformidad
con el artículo 463 numeral 6to. del Código Penal; TECERO: Modifica la sentencia
impugnada en cuanto al aspecto civil, y consecuentemente condena al Banco de
Reservas de la República Dominicana en su condición de parte civilmente responsable,
al pago de una indemnización de RD$400,000.00 a favor de Francisco Sepúlveda y
Danelia Mateo, parte civil constituida como justa reparación de los daños morales y
materiales sufridos por estos; CUARTO: Declara la presente sentencia común oponible
y ejecutable en contra de la Compañía Intercontinental de seguros hasta el límite de la
póliza en su condición de entidad aseguradora del vehículo que ocasionó el accidente;
QUINTO: Condena al prevenido Antolin E. Matos Melo, al pago de las costas penales
del procedimiento; SEXTO: Condena al prevenido recurrente Antolin E. Matos Melo y al
Banco de Reservas de la república Dominicana al pago de las costas civiles del
procedimiento y ordena su distracción a favor de los Dres. José Mauricio Martines y
Licdo. Neido Nova Encarnación, por haberlas avanzado en totalidad";
e) que recurrida en casación la referida sentencia por Antolin E. Matos Melo, Banco de
Reservas de la República Dominicana y La Intercontinental de Seguros, S. A., ante las
Cámaras Reunidas (hoy Salas Reunidas) de la Suprema Corte de Justicia, fijó la
audiencia para el 12 de marzo de 2003, y conocida ese mismo día;
Considerando: que el Artículo 17 de la Resolución No. 2529-2006, dictada por la
Suprema Corte de Justicia, dispone lo siguiente: "Todo lo relativo a la admisibilidad del
recurso, a los motivos y formalidades respecto de las causas en liquidación pendientes
de fallo en la Suprema Corte de Justicia, se regirán por la legislación vigente al
momento de la interposición del recurso";
En cuanto al recurso de Banco de Reservas de la República Dominicana, tercero
civilmente demandado y Intercontinental de Seguros, C. x A., entidad aseguradora:
Considerando: que al tenor del Artículo 37 de la Ley sobre Procedimiento de Casación,
el ministerio público, la parte civil o la persona civilmente responsable que recurra en
casación debe, a pena de nulidad, depositar un memorial con la indicación de las
violaciones a la ley que, a su juicio, contiene la sentencia atacada y que anularían la
misma, si no ha motivado el recurso en la declaración correspondiente; que igual
dispositivo es aplicable a la entidad aseguradora puesta en causa en virtud del Artículo
10 de la Ley No. 4117, sobre Seguro Obligatorio Contra Daños Ocasionados por
Vehículos de Motor;
Considerando: que en la especie los recurrente en sus indicadas calidades, no han
depositado memorial de casación ni expusieron al interponer su recurso en la
secretaría de la Corte A-qua, los medios en que lo fundamentan, por lo que el mismo
resulta afectado de nulidad;
En cuanto al recurso de Antolín E. Matos Melo, imputado:
Considerando: que no obstante la ausencia de motivación del presente recurso, por
tratarse de la solicitud de casación del imputado, se procederá, a fin de determinar si la
ley ha sido o no bien aplicada, a examinar la sentencia de que se trata;
Considerando: que después del examen cuidadoso de la sentencia recurrida en
casación, se ha podido constatar que el tribunal de alzada condenó a la parte imputada
luego de analizar adecuadamente los hechos, fundamentando de manera correcta su
decisión, toda vez que dijo haberse basado en lo siguiente: "a) Que el testigo Máximo
Bienvenido Rodríguez dice, entre otras cosas, que el occiso hizo intento de atravesar la
carretera y lo chocó, el chofer iba a menos de 60, en esa parte no hay casas lo que hay
es negocios; estaba claro cuando iba a cruzar, el chofer frenó todo lo que pudo; b) Que
el prevenido recurrente Antolín E. Matos Melo manifestó a esta Corte, vi a esa gente
pero no me percaté de que ese motor estaba y no se percató mirar para los dos lados;
yo conducía a una velocidad de 50 a 60 kilómetros por hora; pude observar el motor a
40 metros; c) Que expuestos así los hechos, los jueces de esta Corte libre y
soberanamente entienden que en la especie existen faltas concurrentes, tanto de la
víctima que intentó cruzar sin tomar la debida precaución, como del prevenido que al
tomar la semi curva debió hacerlo a una velocidad adecuadamente reducida, de forma
tal que pudiera tener control de su vehículo ya que en el lugar que ocurrió el accidente
existen pequeñas casetas de venta de producto lo que produce constante flujo de
personas; d) Que en el caso ocurrente, el prevenido puede ser beneficiado con las
circunstancias atenuantes, previstas por el artículo 463, ordinal 6to. del Código Penal;
e) Que en lo concerniente a la falta concurrente, nuestra Suprema Corte de Justicia ha
dicho "que la falta de la víctima no libera de responsabilidad al conductor de un
vehículo de motor, si el conductor a su vez incurre en culpar B.J. 760 Pág. 617";
Considerando: que los hechos así establecidos y soberanamente apreciados por la
Corte A-qua constituyen a cargo del imputado recurrente el delito previsto y sancionado
por el numeral 1 del Artículo 49 de la Ley No. 241 sobre Tránsito de Vehículos y
sancionado con penas de dos (2) a cinco (5) años y multa de RD$500.00 a
RD$2,000.00, y la suspensión de la licencia de conducir por un período no menor de un
año, si el accidente ocasionare la muerte de una o más persona, como ocurrió en la
especie; por lo que al condenar a Antolín E. Matos Melo al pago de RD$500.00 de
multa, acogiendo a su favor circunstancia atenuantes, hizo una correcta aplicación de
la ley en el aspecto penal; en consecuencia, procede rechazar el presente recurso;
Considerando: que examinada la sentencia impugnada en sus demás aspectos, en lo
concerniente al interés del imputado recurrente, la misma no contiene vicios o
violaciones a la ley que justifique su casación;
Por tales motivos, Las Salas Reunidas de la Suprema Corte de Justicia, falla:
PRIMERO: Declara nulo el recurso de casación interpuesto por el Banco de Reservas
de la República Dominicana y La Intercontinental de Seguros, S. A., contra la sentencia
dictada por la Corte de Apelación del Departamento Judicial de San Juan de la
Maguana el 26 de junio de 2002, actuando como tribunal de envío, cuyo dispositivo se
copia en parte anterior de esta sentencia; SEGUNDO: Rechaza el recurso de casación
interpuesto por Antolín E. Matos Melo, en su condición de imputado, contra la sentencia
antes indicada; TERCERO: Condena a los recurrentes al pago de las costas; CUARTO:
Ordena que la presente decisión sea notificada a las partes.
Así ha sido hecho y juzgado por Las Salas Reunidas de la Suprema Corte de Justicia, y
la sentencia pronunciada por las mismas, en la ciudad de Santo Domingo de Guzmán,
Distrito Nacional, Capital de la República, en su audiencia del ocho (08) de agosto de
2012, años 169º de la Independencia y 149º de la Restauración.
Firmados: Mariano Germán Mejía, Julio César Castaños Guzmán, Miriam Germán
Brito, Manuel Herrera Carbuccia, Víctor José Castellanos Estrella, Edgar Hernández
Mejía, Martha Olga García Santamaría, Fran Euclides Soto Sánchez, Esther Elisa
Agelán Casasnovas, Francisco Antonio Jerez Mena, Juan Hirohito Reyes Cruz, Juan
Manuel Guerrero de Jesús, Grimilda Acosta, Secretaria General.
La presente sentencia ha sido dada y firmada por los señores Jueces que figuran como
signatarios; leída en la audiencia pública del día, mes y año expresados, y fue firmada,
leída y publicada por mí, Secretaria General, que certifico.
Materia: Civil
Recurrido(s):
Abogado(s):
República Dominicana
Con relación al recurso de casación contra la sentencia dictada por la Cámara Penal de
la Corte de Apelación del Departamento Judicial de San Francisco de Macorís el 7 de
junio de 2011, cuyo dispositivo se copia más adelante, incoados por Industria del
Tabaco de La Fuente, S.A., compañía debidamente constituida de conformidad con las
leyes de la República, con su domicilio social sito en la Sección Caribe del Municipio de
Bonao, Provincia Monseñor Nouel, debidamente representada por el Gerente General,
D.M., nicaragüense, mayor de edad, portador de la cédula de identidad No. 001-
1390129-2, domiciliado y residente en la Sección Caribe del Municipio de Bonao,
Provincia Monseñor Nouel, tercero civilmente demandado;
Vista: la Ley No. 25-91 del 15 de octubre de 1991, Orgánica de la Suprema Corte de
Justicia, modificada por la Ley No. 156 de 1997;
2. para la instrucción del caso fue apoderado el Juzgado de Paz de Tránsito Sala I,
del Distrito Judicial de Bonao, Provincia Monseñor Nouel, el cual dictó auto de
apertura a juicio el 9 de julio de 2009;
3. para el conocimiento del fondo del caso, resultó apoderado el Juzgado de Paz
Especial de Tránsito del municipio Bonao del Distrito Judicial de M.N., Grupo III,
dictando al respecto la sentencia del 8 de diciembre de 2009, cuyo dispositivo es el
siguiente: "Primero: Declara culpable al señor S.A.M., dominicano, mayor de edad,
portador de la cédula de identidad y electoral número 048-0051126-5, domiciliado
residente en la sección Caribe núm. 60, Bonao, de haber incurrido en violación a los
artículos 49 numeral 1 y 65 de la Ley 241, sobre Tránsito de Vehículos de Motor,
modificada por la Ley 114 -99, y en consecuencia, lo condena a tres (3) meses de
prisión correccional y al pago de una multa ascendente a la suma de Ocho Mil
Pesos (RD$8,000.00); y al pago de las costas penales. En cuanto al aspecto civil:
Primero: Declara regular y válida en cuanto a la forma la constitución en actor civil
hecha por los señores M.V. de Sosa y A.M.S.V., a través de sus abogados por
haber sido hecha en tiempo hábil y conforme a la ley; Segundo: En cuanto al fondo,
rechaza la constitución en actor civi l de las ciudadanas M.V. de Sosa y A.M.S.V. ,
por haber sido incoada en contra de una persona moral, Industria de Tabaco de la
Fuente, que no ostentaba la calidad ni de propietario ni de asegurado o suscriptor
de la póliza de seguro del vehículo que provocó el accidente, al momento de ocurrir
el accidente; Tercero: Se fija la lectura íntegra de la presente sentencia para el día
martes 15 de diciembre de 2009, a las 3:30 horas de la tarde, fecha a partir de la
cual esta decisión se considerará como notificada, con la entrega de una copia de la
sentencia completa a las partes; Cuarto: Compensan las costas civiles; Quinto:
Quedan citadas las partes presentes y representadas";
Considerando: que la lectura del presente fallo estaba previsto para el 14 de noviembre
de 2012, sin embargo fue aplazado por razones atendibles para ser pronunciado en la
audiencia pública del día 28 de noviembre de 2012, a las 9:00 a.m.;
La Corte A-qua cometió el mismo error que la corte de apelación, cuya sentencia fue
casada, confundió el concepto de guarda de la cosa con el concepto de comitencia,
incurriendo en acumulación de dos tipos de responsabilidad civil, e incorrecta
aplicación del artículo 1384 del Código Civil;
La Corte A-qua dio por establecido que la sentencia de primer grado otorgó la categoría
un hecho cierto e irrefutable que el imputado laboraba para la compañía, ahora
recurrente, lo cual no fue establecido; circunstancia fáctica que no formó parte de los
debates, entre las querellantes y actoras civiles ya que al someter a la compañía
recurrente lo hacen en las alegadas calidades de propietaria del tractor (hecho que no
fue probado) y titular de la póliza de seguros (inexistente al momento de la ocurrencia
del accidente);
La Corte a-qua al dictar la decisión impugnada, otorga nueva vez una calidad a
Industria de Tabacos de la Fuente, S.A., que no fue debatida o expuesta; que no fue
alegada por el actor civil querellante ni en su querella ni en su recurso de apelación, no
fue incluida como tal por el juez de lo preliminar, en el plazo del Artículo 305 del Código
Procesal Penal antes del juicio de fondo de primer grado, que de por sí rechazó la
constitución en actor civil en contra de la ahora recurrente;
Considerando: que la Corte A-que, para fallar como al efecto lo hizo, estableció entre
sus motivaciones que: "1) Los jueces de esta Corte advierten que el tribunal de origen
por los elementos de pruebas que le presentaron y subsumidos estos a la norma
correspondiente, hechos como los plasmo el tribunal de primer grado, los magistrados
de la Corte están contestes que tal tribunal a-quo efectuó el razonamiento correcto al
condenar a Santo Abad Mejía, a sufrir una pena de 3 meses de prisión y Ocho Mil
Pesos (RD$8,000.00) de multa pues el propio recurrente a través de su defensa técnica
admite que la ley 241 deja abierta la posibilidad de que si en principio el tractor no debe
ser considerado un vehículo de transporte, no menos cierto es que la indicada ley hace
la excepción de que cuando se van a transportar personas en un medio como el
señalado más arriba, se necesita de manera indispensable la autorización de la
Dirección General de Impuestos Internos, situación esta que no ha ocurrido en el caso
de la especie, pues es un hecho no controvertido y fijado por el tribunal sentenciador,
que el transporte que hizo de los pasajeros como consta en la sentencia del tribunal de
primer grado, resultaba un tanto peligroso sobre todo como es una costumbre
transportar personas en las condiciones que fijo el tribunal a quo, de donde la Corte
entiende que dada la dualidad en funciones que tenía ese tractor, es decir de
transportar cargas y personas con la autorización anteriormente señalada de impuestos
internos, es posible que el imputado y hoy recurrente se le pudiese retener falta penal,
así como también una falta civil tal y como nos apodera la Suprema Corte de Justicia,
esta debe valorar la falta en la que incurrió el occiso T.S.V., al montarse en el susodicho
tractor con su respectiva carreta, en tal virtud si bien es cierto que el susodicho occiso
por su condición de ciudadano de que las leyes deben ser reputadas y conocidas en
los plazos establecidos, no menos cierto es que la compañía Industria Tabaco Fuentes,
S.A., debió con mayor rigor examinar tal situación por ser en el caso de la especie la
que hacia las veces de comitente, y tener mayores obligaciones y posibilidades de
cumplir con los preceptos legales establecidos; 2) Luego del estudio de la sentencia
recurrida y previo a ello, del escrito de apelación de los querellantes y actores civiles,
los jueces de la Corte, estiman que en el susodicho auto a juicio se constata las partes
enviadas al juicio de fondo, por lo que es evidente que contra el imputado Santo Abad
Mejía, de ser enviado como se dijo, en el aludido auto de apertura a juicio, estaba
latente la constitución en querellantes y actores civiles, pues esta constitución en
querellantes y actores civiles que meridianamente fueron acogidas en susodicho auto
de apertura a juicio, eximían desde el punto de vista jurídico legal que se hiciera
posteriormente una nueva mención, y esto unido a la subyacente eventualidad de una
condenación en reparación de daños y perjuicios, sus pertinencia se infieren del hecho
de que la póliza que amparaba el seguro del tractor, la razón social Industria Tabaco
Fuentes, S.A., lógicamente que seguía siendo la entidad que daba uso al tractor en
cuestión y por consiguiente tenía el control, la guarda y el uso del mismo y que podía
por lo tanto disponer de la cosa, pues como se preciso en otra parte de la sentencia
esto conlleva inevitablemente a la calidad de comitencia, pues fijó correctamente el
tribunal de primer grado, que el imputado y recurrente trabajaba para dicha entidad,
pues es religión de esta Corte Penal, que en estos casos, la comitencia se presume, y
esto obliga aquel que se le opone a aportar pruebas en contrario, cosa ésta que no se
hizo, y provoca que en el aspecto indemnizatorio sea anulado y como se especificó en
el primer recurso, ya en el dispositivo se hará constancia tal variación, sin perjuicio de
que es una obligación de quien conoce la ley cumplir con los requisitos de la misma, es
decir quine se presume comitente debe tomar todas las previsiones legales, para evitar
que cuando ocurra un accidente determinado, pueda beneficiarse de tales recaudos y
en el caso que ocupa la atención de los magistrados de esta Corte no ha ocurrido tal
situación, al no participarle a la Dirección General de Impuestos Internos que al tractor
en cuestión se le pondría una carreta. Por consiguiente en este sentido, estima los
reparos que hacen los querellantes y actores civiles, a través de su abogado
constituido y apoderado, sin perjuicio de destacar que razonablemente y legalmente al
imputado tal y como reprochan los querellantes y actores civiles, puede ser condenado
en su doble condición de demandado civil e imputado al mismo tiempo y viceversa; 3)
Los jueces luego de examinar la sentencia atacada previo al escrito de apelación
señalado, como el tribunal a-quo da como un hecho no controvertido que el imputado
S.A.M., era responsable de los hechos en cuestión, basamentándose en las
declaraciones testimoniales de N.S., J.M.P. y F.F.M.R., de donde la Corte infiere que el
tribunal de primer grado, no da motivos suficientes de tomar en cuenta circunstancias
atenuantes, lo que convierte a que esta sentencia carezca de falta de motivación de la
pena, no obstante lo anterior y en base a las comprobaciones de hecho que fueron
fijados por el tribunal a-quo, los jueces de la Corte viendo realmente como ocurrió el
accidente en donde perdió la vida T.S.V., quien al decir de los querellantes y actores
civiles el occiso iba sentado en la carreta del tractor, entendemos nosotros que viendo
esa situación donde en cierta forma es una costumbre transportar obreros en esas
condiciones e independientemente de la no existencia, de que el conductor tuviera o no
licencia, ni estar amparado el tractor con el seguro de ley correspondiente, dada la
materia de que se trata consideramos que el tribunal de primer grado, en este sentido
como se expresó no fundamentó dicha pena, aún señalando las agravantes indicadas,
y por tal razón, acoge dicho motivo cuya pena será especificada en el dispositivo de la
sentencia de marras, pues es una prerrogativa que la norma le atribuye a los jueces de
la Corte a emitir decisiones propias cuando entiendan que los hechos fueron
correctamente fijados por el tribunal de primer grado, como es el caso; 4) Todos los
hechos precisados en la sentencia constan en el auto de apertura a juicio, y sentencia
de fondo, donde son admitidos además los querellantes y actores civiles, identificando
a las partes en el proceso donde precisamente se encuentran M.V.O. de Sosa y
A.M.S.V., en sus calidades de querellantes, actores civiles y acusadoras, y por lo tanto
todo esto opera en contra de la compañía tabacalera, Industria Tabaco Fuentes, C. xA.,
por ser esta compañía quien ostentaba la calidad de comitencia, pues aunque se ha
constatado que no estaba asegurado con una póliza como establece la ley dicha razón
social era la responsable del tractor en cuestión porque tenía el uso, guarda y control
del mismo, y como tal tanto esta última compañía como el imputado, como se dijo en
su doble condición deben responder desde el punto de vista indemnizatorio en la forma
que se dirá en el dispositivo";
Considerando: que por otra parte, en lo que respecta al aspecto civil, que fue
condenada la compañía Industria de Tabaco de la Fuente, S.A., alegadamente por
tener el uso, guarda y control del tractor envuelto en el accidente, solidariamente con el
imputado S.A.M., por su hecho personal, la Corte a-qua incurrió en una confusión entre
las figuras de la guarda y la comitencia;
Considerando: que de la lectura del texto legal antes transcrito, se distinguen tanto la
figura de la guarda, de la cual se dice que se es responsable del daño que causa la
cosa que está bajo su cuidado; así como la figurada de la comitencia, de la que
dispone que se es responsable del daño que causa un hecho de las personas de
quienes se debe responder, además que los amos y comitentes, lo son del daño
causado por sus criados y apoderados en las funciones en que estén empleados; lo
que es aplicable al caso que nos ocupa;
Considerando: que de los hechos fijados en instancias anteriores, de las piezas que
componen el expediente que nos ocupa, y por aplicación del citado Artículo 1384 del
Código Civil, la Corte a-qua interpretó erróneamente lo preceptuado por este artículo;
ya que la recurrente Industria de tabaco de la Fuente, S.A., resulta civilmente
responsable de los hechos de que se tratan, no por ser la que tuviera el uso, guarda y
control del tractor envuelto en el accidente, sino por ser comitente del imputado S.A.M.,
conductor del mismo, por ser éste un empleado suyo; en consecuencia, si bien la Corte
a-qua cometió un error en al fundamentar la sentencia, no es menos cierto que la
misma se encuentra justificada en hechos, por lo que no hay lugar a su casación;
Falla:
PRIMERO
Admite como intervinientes a M.V. de Sosa y A.M.S.V., en el recurso de casación
incoado por Industria de Tabaco de la Fuente, S.A., contra la sentencia dictada por
Cámara Penal de la Corte de Apelación del Departamento Judicial de San Francisco de
Macorís el 7 de junio de 2011, cuyo dispositivo aparece copiado en parte anterior del
presente fallo; SEGUNDO: Declara bueno y válido, en cuanto a la forma, el recurso de
casación incoado por Industria del Tabaco de La Fuente, S.A., contra la sentencia
indicada; TERCERO: Rechaza, en cuanto al fondo, el recurso de casación incoado por
Industria del Tabaco de La Fuente, S.A., contra la sentencia indicada; CUARTO:
Condena a la recurrente al pago de las costas; QUINTO: Ordena que la presente
decisión sea notificada a las partes.
Así ha sido hecho y juzgado por Las Salas Reunidas de la Suprema Corte de Justicia, y
la sentencia pronunciada por las mismas, en la ciudad de Santo Domingo de G.,
Distrito Nacional, Capital de la República, en su audiencia del veintiocho (28) de
noviembre de 2012, años 169º de la Independencia y 150º de la Restauración.
La presente sentencia ha sido dada y firmada por los señores Jueces que figuran en su
encabezamiento, en la audiencia pública del día, mes y año en ella expresados, y fue
firmada, leída y publicada por mí, Secretaria General, que certifico.
Materia: Penal
Recurrido(s):
Abogado(s):
Intrviniente(s):
Abogado(s):
República Dominicana
Sobre el recurso de casación interpuesto por Francisco Aybar Aybar (a) Mellizo,
dominicano, mayor de edad, soltero, titular de la cédula de identidad y electoral núm.
017-001954-7, domiciliado y residente en la calle Cueva del Montazo, del municipio de
Padre Las Casas, Azua, contra la sentencia núm. 294-2012-00565, dictada por la
Cámara Penal de la Corte de Apelación del Departamento Judicial de San Cristóbal el
12 de diciembre de 2012, cuyo dispositivo se copia más adelante;
Visto la resolución del 1 de julio de 2013, dictada por la Segunda Sala de la Suprema
Corte de Justicia que declaró admisible el recurso de casación interpuesto por el
recurrente, y fijó audiencia para el día 12 de agosto de 2013, fecha en la cual fue
diferido el fallo del presente recurso de casación para ser pronunciado dentro del plazo
de treinta (30) días que establece el Código Procesal Penal;
Vista la Ley núm. 25 de 1991, modificada por las Leyes núm. 156 de 1997 y 242 de
2011;
Considerando, que la Corte a-qua para fallar en el sentido en que lo hizo, confirmando
la sentencia de primer grado, al responder respecto al vicio alegado por el imputado
recurrente sobre la falta de motivación y explicación de dicho tribunal para condenar al
imputado Francisco Aybar Aybar por el tipo penal de asesinato, estableció lo siguiente:
"a) Que como se advierte en la anterior exposición de motivos hecha por el tribunal a-
quo, este valoró de manera individual todos y cada uno de los elementos de prueba
sometidos al debate de manera oral, público y contradictorio y los fue concatenando
entre sí, los cuales dieron un resultado coherente, y que el autor de darle muerte a la
hoy occisa fue el imputado Francisco Aybar Aybar, todo esto se ha probado por el
certificado médico legal que establece que la muerte de la señora Rosa Josefina
Delgado se produjo a consecuencia de varias heridas y traumas múltiples en su
cuerpo, y por los testimonios de los señores Tony Aybar y Mercedes Pinales Soto, que
refuerzan las pruebas para establecer los hechos, además a través de ellas establecen
las circunstancias previas al hecho, donde se puede apreciar el comportamiento previo
al hecho por parte del imputado con relación a la víctima, en la que esta había
interpuesto una formal denuncia en el destacamento de la zona en contra del imputado,
lo que demuestra la existencia de una situación de conflictos entre estos, así como las
amenazas que el imputado había proferido posterior a dicha denuncia y las
circunstancias del hecho, el cual fue efectuado cuando la víctima se transportaba
encima de un animal, la cual iba de una comunidad a la otra, determinándose en el
juicio de fondo que esta trató de correr para salvarse, pero que recibió heridas en el
muslo izquierdo y la espalda por parte del imputado, el cual además la torturó, como lo
demuestra la mordedura humana en el hombro y la mama izquierda, así como la
cantidad de heridas recibidas por la víctima, todo probado por el certificado médico
legal, la cercanía de su arresto después de cometido el hecho, según acta de arresto
flagrante, este cuadro imputador se presentó antes, durante y después del hecho y
determinan la existencia de las circunstancias agravantes de la premeditación y la
asechanza que el Tribunal a-quo acogió, y que la Corte estima como probadas en el
juicio, en tal virtud, estos aspectos llevaron al Tribunal a-quo a establecer la infracción
de asesinato en contra del recurrente Francisco Aybar Aybar, quedando así
comprometida su responsabilidad penal; b) que este razonamiento lógico es el
resultado de la evaluación de todos y cada uno de los medios de pruebas a los que
hemos hecho referencia y que el Tribunal a-quo valoró como se ha explicado. En ese
sentido el Tribunal a-quo establece que esa acción cometida por el imputado es
subsumible en asesinato al tenor de lo que disponen los artículos 296 y 302 del Código
Penal; c) que analizando los medios propuestos por el recurrente, a través de su
abogado, en el sentido de que en la sentencia recurrida vulnera la ley por
inobservancia o errónea aplicación de una norma jurídica y violación al artículo 24 del
Código Procesal Penal, fundamentándose en que la sentencia impugnada realiza una
errónea interpretación de los artículos 172 y 333 del Código Procesal Penal,
condenando al imputado recurrente por los artículos 296 y 302 del Código Penal, sin
establecer por los elementos probatorios sometidos al debate, la comisión de la
premeditación y la asechanza, que son las figuras que tipifican el asesinato; la Corte,
haciendo un análisis a la sentencia recurrida, establece que el Tribunal a-quo no ha
incurrido en estos vicios invocados, ha valorado las pruebas aportadas al plenario
tomando en consideración la deposición de los testigos, la que se hizo como establece
la normativa procesal penal y lo establecido en el certificado médico hecho a la víctima,
confirma lo expresado por estos en el sentido de que quedó evidenciado la ocurrencia
del hecho, lo cual hace que las pruebas aportadas y valoradas por el Tribunal a-quo
sean coherentes entre si y determinaron la culpabilidad del imputado; por lo que se ha
instruido el proceso conforme a lo que establece el Código Procesal Penal, en ese
sentido no se aprecia vulneración de índole constitucional ni de los motivos invocados
por el recurrente; d) que con relación a la valoración de los medios de pruebas por el
tribunal a-quo, este actuó conforme con los artículos 172 y 333 del Código Procesal
Penal, para establecer la culpabilidad del imputado en el ilícito tipificado como
asesinato, cumpliendo con el debido proceso de ley; donde esta Corte analizar las
pruebas presentadas y acreditadas en el proceso ha podido establecer, según las
declaraciones vertidas por los testigos, las pruebas documentales y periciales, que al
declarar culpable al imputado y sancionarlo como se expresa en la sentencia apelada,
el Tribunal a-quo hizo una correcta valoración de los medios de pruebas sometidos al
debate y que no se cometieron ninguno de los vicios que en su escrito de apelación
invoca la parte recurrente; en tal sentido, la sentencia recurrida está fundamentada en
hecho y en derecho, quedando justificado el ilícito incurrido por el imputado, por lo que
las pruebas fueron valoradas en su justa dimensión, dándole cumplimiento al debido
proceso de les, por lo que procede rechazar el recurso de apelación y confirmar la
sentencia impugnada en virtud del artículo 422.1 del Código Procesal Penal";
Considerando, que al fallar de la forma en que lo hizo, la Corte a-qua, analizó los
elementos que llevaron al tribunal de primer grado a establecer la infracción de
asesinato en contra del recurrente Francisco Aybar Aybar, y comprometer su
responsabilidad penal, entendiendo, el cuadro imputador que se presentó antes,
durante y después del hecho, y llevaron a determinar la existencia de las circunstancias
agravantes de la premeditación y la asechanza acogidas por el tribunal de primer
grado, y que la Corte estimó que estaban suficientemente establecidas por todos los
medios de prueba presentados y debatidos;
Por tales motivos, Primero: Rechaza el recurso de casación interpuesto por Francisco
Aybar Aybar (a) Mellizo, contra la sentencia núm. 294-2012-00565, dictada por la
Cámara Penal de la Corte de Apelación del Departamento Judicial de San Cristóbal el
12 de diciembre de 2012, cuyo dispositivo aparece copiado en parte anterior de la
presente sentencia; Segundo: Ordena de oficio el pago de las costas por estar asistido
el recurrente por la Defensoría Pública; Tercero: Ordena la notificación de la presente
sentencia al Juez de la Ejecución de la Pena de San Cristóbal.
Firmado: Esther Elisa Agelán Casasnovas, Alejandro Adolfo Moscoso Segarra, Fran
Euclides Soto Sánchez, Grimilda Acosta, Secretaria General.
La presente sentencia ha sido dada y firmada por los señores Jueces que figuran en su
encabezamiento, en la audiencia pública del día, mes y año en él expresados, y fue
firmada, leída y publicada por mí, Secretaria General, que certifico.
BASE LEGAL: ARTICULOS 436, 437, 440 Y 444 DEL CODIGO PROCESAL
PENAL.-
HONORABLE MAGISTRADO:
ATENDIDO: A que el procesado tiene y siente el interés de estar junto a sus familiares
principalmente de sus hijos menores de edad, para reintegrarse de una manera formal
a la sociedad, de la cual está apartado de manera momentánea, y ser un ente de
servicio a esa misma sociedad, pues es una persona que desde el tiempo que se
encuentra guardando prisión no ha hecho más que integrarse a las actividades
educativas y religiosas, actividades que lo han ayudado bastante para insertarse como
un gran ser humano o una persona de bien.
ATENDIDO: A que de acuerdo a vuestra voluntad hoy puede llegar a la sociedad nueva
vez un ser humano que producto quizás de un error se ha visto envuelto en una
situación de peligro, pero que gracias a Dios quien le ha preservado la vida para que
pueda volver a ser un hombre y padre de bien y vivir conforme a lo dictado por la vida y
que espera ser acogido por la sociedad y está en la mejor disposición de seguir los
lineamientos puros y sanos que le otorga la vida.
ATENDIDO: A que el interno JUAN PEREZ, ha sobre pasado más de la mitad de pena
impuesta y por tanto califica para optar por la Libertad Condicional, ha presentado
como es de derecho los siguientes presupuestos:
6) Papel de Buena Conducta del Garante señor LUIS DIAZ, con este documento
comprobaremos que el garante no tiene pendiente casos penales en la Justicia
dominicana es decir no tiene antecedentes penales, de acuerdo a la Certificación
expedida por la Procuraduría General de la República.
12) CERTIFICADO MEDICO LEGAL EMITIDO POR EL DR. CESAR FELIX, DE FECHA
7/09/2015.- con el cual probaremos que al Señor JUAN PEREZ, actualmente se
encuentra en perfecto estado de salud y juicio mental y apto para el trabajo productivo,
es decir que el mismo está apto para los fines de obtener su libertad condicional.
13) CERTIFICADO MEDICO LEGAL EMITIDO POR EL DR. JULIAN EMILIO BODEN,
DE FECHA 19/10/2015. Con el cual probaremos que el Señor JUAN PEREZ,
actualmente se encuentra en perfecto estado de salud y juicio mental y acta para el
trabajo productivo, es decir que el mismo está apto para los fines de obtener su libertad
condicional.
14) CERTIFICADO MEDICO DEL PSIQUIATRA EMITIDO POR EL DR. MARIO
LAMA, DE FECHA 04/09/2015.- con la cual probaremos que el interno que el Señor
JUAN PEREZ, se mostró tranquilo, coherente, cooperador, no presento resistencia sin
historia psiquiátrica y/o personal, según referencia personal utilizando un lenguaje de
tono y curso normal, orientado en las tres esferas psíquicas, tiempo y espacio, por lo
que esta acta para el trabajo productivo.
Por todas y cada una de las razones expuesta en esta instancia y la que poder exponer
en su momento oportuno si fuere necesario, más las que vos podáis ordenar y suplir os
solicitamos muy respetuosa y dignamente los siguientes:
TERCERO: Que sea ordenada la libertad del interno JUAN PEREZ, quedando
sujeto a las medidas que le acuerde este Honorable Tribunal de la Ejecución de la
Pena del Departamento Judicial de Santiago.
Bibliografía:
http://www.poderjudicial.gob.do/documentos/PDF/novedades/NOV_caso_francina_hun
gria.pdf
http://www.encuentrojuridico.com
http://jonathanbaro.blogspot.com/2012/07/resumen-libro-teoria-del-delito-de-la.html
https://do.vlex.com/vid/sentencia-no-88-segunda-584487290
Código Penal Dominicano
Código Procesal Penal Dominicano