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TEMA 67

LA CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA DE 1978

1– INTRODUCCIÓN: EL CONCEPTO DE CONSTITUCIÓN.


2– LA TRANSICIÓN ESPAÑOLA.
3– EL CARÁCTER DE LA CONSTITUCIÓN DE 1978.
4– LOS PRINCIPIOS FUNDAMENTALES DE LA CONSTITUCIÓN DE 1978.
5– LA CONSTITUCIÓN DE 1978 Y LOS DERECHOS FUNDAMENTALES.
5.1– DERECHOS CIVILES.
5.2– DERECHOS POLÍTICOS.
5.3– DERECHOS SOCIALES.
6– EL GOBIERNO Y LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA.
7-BIBLIOGRAFÍA.

1– Introducción: el concepto de constitución.

Según Sánchez Agesta, una "Constitución" es una superley de garantía de una


organización determinada que tiende a limitar el poder, a encauzar un sistema de valores
políticos, a consagrar una serie de principios a los que se han de supeditar las restantes
leyes y disposiciones del país. Como derecho especial, que garantiza un orden
predeterminado y define unos derechos y deberes de los ciudadanos, se asegura su
observancia en un solo cuerpo legal, cuya promulgación se reviste de especiales
solemnidades.

Una constitución tiene un rango superior a cualquier ley, en el caso de la


Constitución de 1978 garantizado por la existencia de un tribunal específicamente
encargado de resolverlas posibles dudas que particulares o colectivos tengan sobre el
acoplamiento de leyes, decretos y cualquier tipo de disposiciones oficiales respecto a la
misma: el Tribunal Constitucional.

Una constitución establece los distintos poderes regidores de un país, y define


cómo se constituyen dichos poderes; define, pues, un perfil de régimen político en cuanto
hace legitimaciones de autoridad; define las libertades, estipula cuáles son los límites de
poder (los órganos, por ejemplo, de control del poder ejecutivo, etc.).

Pero una constitución, por lo que llevamos dicho, podría ser simplemente un texto
jurídico–político de raíz. Y es más: su carácter peculiar estriba en que se nos manifiesta
como la formulación de los valores que tienen vigencia en una comunidad y la expresión
de la fuerza y los elementos sociales que los representan. Hasta cierto punto, una
constitución, y particularmente la Constitución de 1978, es una formulación ideal, la
definición de un sistema social y sus normas de convivencia, la formulación del horizonte
al que se pretende que se encamine el país.

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Una de las críticas más al uso de la Constitución de 1978 es su carácter
excesivamente idealista: la definición de una serie de derechos (al trabajo, a una vivienda
digna, etc.) que, todos somos conscientes, distan mucho de ser siquiera posibles en un
horizonte cercano. Pero muchas veces estas críticas no tienen en cuenta el carácter no sólo
de regulación concreta y práctica de la vida real de las constituciones democráticas, sino su
entidad de formulación de ideales sociales, hasta cierto punto de horizontes utópicos hacia
los que la sociedad debe tender.

Por tanto, la Constitución de 1978 simplemente lo que hace es reconocer la


conveniencia de subvenir una serie de necesidades sociales que formarían parte de ese
concepto de hombre ideal, de ethos, al que implícitamente se dirige dicho ordenamiento.

2– La transición española.

La Constitución de 1978, a diferencia de otras constituciones democráticas, tiene


un factor diferencial propio: es formulada aún desde dentro del régimen dictatorial, que
por los acontecimientos políticos desarrollados va siendo reformado hasta desaparecer.

Frente a otras constituciones progresistas españolas anteriores, como la de 1812, la


de 1869 y la 1931, que fueron gestadas a partir de revoluciones incluso a veces con ciertos
rasgos cruentos, la Constitución de 1978 nace de forma consensuada por los
principalespartidos políticos y desde la reforma pacífica del propio ordenamiento jurídico–
político franquista.

En parte dicha circunstancia de búsqueda del consenso tiene que ver con
lascircunstancias políticas del momento de su gestación: la escasa victoria o victoria
pírrica de Unión de Centro Democrático, hacía indispensable un sesgo consensuado a la
Constitución, que por lo demás fue apadrinada por un Gobierno que, desde la perspectiva
histórica actual, parece que careció de un programa inequívocamente definido.
El Gobierno de Suárez más bien iba adaptándose a acontecimientos tal y como
éstos se desarrollaban, carente de apoyos parlamentarios a priori (y por tanto teniendo que
negociar cada una de sus grandes apuestas políticas). Sin embargo, no sería justo reconocer
que entre los pocos puntos claros del programa de Suárez hasta la promulgación de la
Constitución de1978 está la necesidad de instaurar un régimen sólido, que contase con el
apoyo de una amplia mayoría.

De hecho, una de la principales apuestas de Suárez, en la que incluso llegó a


comprometer seriamente a la democracia (faltando, por lo demás, a la palabra dada a los
militares, al menos omitiendo lo que se proponía hacer) será su intento de ampliar el juego
democrático hacia la izquierda hasta la posición que desempeñaba el P.C.E. (pese a que su
mensaje, a la altura de 1975, al menos aparentemente, era anticapitalista, y por tanto
podíasuscitar las dudas de buena parte de la clase política, incluso la progresista).

En segundo lugar hay que decir que UCD no tenía en absoluto claro el tipo de
constitución que debía defender, y que ni siquiera sus representantes en la comisión
redactorallevarán la voz cantante. Como ejemplo, durante bastante tiempo estuvo en duda
el modelo de organización territorial que debía adoptar el estado: federal, unitario, unitario
descentralizado...

Frente a anteriores constituciones progresistas, que suponían en el fondo

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unaconstitución "de partido" (o a lo sumo del conjunto de partidos coaligados en
Gobierno), "de programa" anteriormente definido, la Constitución de 1978, en el momento
de iniciarse su redacción, presentaba una total incertidumbre: desde por la composición
heterogénea de los representantes de las principales fuerzas políticas que intervinieron en
su redacción, hasta el azaroso proceso de su aprobación parlamentaria, y ese último trámite
de su aprobación en referéndum.

Las diferencias entre las redacciones preliminares y el texto aprobado finalmente


son muy significativas, y su discusión en ambos trámites extraparlamentario y
parlamentario fue un primer toque de piedra donde se fue "puliendo", aceptando desde el
principio como única premisa que debía ser una constitución capaz de satisfacer la
demandas mínimas de los distintos grupos políticos, pero también de ser aceptada por el
conjunto de la población española.

Por su parte, será importante el papel que la oposición desempeña frente a los
representantes de UCD: socialistas, comunistas y nacionalistas "espolvorearán" a
lospartidarios de una reforma más limitada del marco político español, cediendo sin
embargo a sus verdaderas pretensiones en muchos puntos, en lo que sin duda constituyó un
juego de contraprestaciones.

A la altura de 1975 tuvo una radical importancia el desarrollo económico que el


país había alcanzado desde los años 60 ("milagro español"). Indudablemente, España había
pasado en tan breve espacio de ser un país menos desarrollado que algunos de
iberoamericanos a contar entre los 12 más desarrollados del mundo. Pese a todos sus
defectos y lacras sociales, el desarrollismo franquista llevaba en sí mismo un germen
destructivo para el régimen: y no, como era la doctrina oficial al respecto, conllevó la
necesaria estabilidad social que habría de ser garante y sostenedora del régimen.

La democracia es más posible, e incluso diríamos más necesaria, cuanto más igual
sea un país: nunca antes en la historia de España se había modificado tanto su estructura
social y mentalidad; y por tanto, nunca había sido más necesario traducir esa bonanza
social en la conquista de derechos políticos y libertades.

El cambio de mentalidad había afectado a la altura de 1975 a todos los estamentos


de la vida española: es patente el cambio de la Iglesia, la mayor tolerancia con respecto a la
prensa. La frecuencia de los contactos con el exterior habían hecho que el
autoritarismoquebrara en las conciencias de los españoles: la intención antiautoritarista en
España pasa del 35% al 56% entre 1966 y 1976. En 1973 tres cuartas partes de la población
española eran partidarias de la libertad de prensa y cultos, el 58% de los españoles se
mostraba a favor de la libre sindicación, mientras que el 37% lo hacía a favor creación
partidos políticos.
No deja de ser significativa esta encuesta: el país reclamaba ante todo libertad
deprensa, el fin de ese Estado quasiconfesional; sólo a cierta distancia se percibía la
necesidad de variar ese sistema de sindicato único y obligatorio, y con bastante menos
contundencia, se reclamaba que el cambio político estuviera dirigido por los partidos
políticos.

Dicho en otros términos: el país quería cambiar, aún sin tener muy claros y
definidos los agentes que habrían de protagonizar dicho cambio, o sin percibirse aún como
imprescindible la necesidad de articular un sistema basado en la pluralidad de partidos
políticos y en la elección directa de los representantes de la soberanía popular. Lo cierto

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esque uno de los problemas de la transición fue precisamente la falta de conciencia y
conocimientos políticos entre una población que llevaba 40 años con, a lo sumo, un
simulacro impresentable internacionalmente de "democracia", la "democracia orgánica".

Ya el propio aperturismo del año 1966, con sus patentes limitaciones, fue crucial
para la suerte posterior de la democracia y de la Constitución de 1978: en dicha apertura va
implícita la idea de la incapacidad de seguir por el mismo camino que había marcado el
franquismo.

Más que su incidencia real, el aperturismo de 1966 suponía para buena parte de la
clase política la percepción nítida de que, desde dentro del sistema, sin incurrir las
aperturas en ilegalidades o contradicciones legales, apenas podía formularse una
propuestamínimamente digna, generosa para con el pueblo español. La conciencia de
buena parte de la clase política de "dentro" del régimen debió experimentar cierta
sensación de anunciado fracaso: tal es el caso de Suárez.

Otro rasgos peculiar de gran importancia es el papel que la monarquía desempeña


en los momentos de la transición, tanto como institución como en lo que se refiere a la
persona de Juan Carlos I (que no dudará en apoyar en los momentos más delicados de la
transición a los representantes de la transición, incluso por encima de sus dudas personales
sobre laoportunidad de la toma de decisiones como la legalización de partidos
republicanos, etc.)

Pero además, Juan Carlos era garante simbólico de la legitimidad, de la continuidad


respecto al régimen de Franco, e indefectiblemente la imagen de su padre aparece
comoopuesta al franquismo, con lo que al menos teóricamente será reconocido por buena
parte del franquismo moderado y de los partidos ahora legalizados.

La Ley de la Reforma Política será presentada a los altos mandos


militaresengañosamente (Suárez les hace pensar que el PCE no será legalizado). Prevé dos
Cámaras, con comisión mixta en caso de contradicción, Senado por ley electoral
mayoritaria, Congreso por proporción de votos. Genera gran expectativa en la oposición –
es rechazada por el PCE– . Sólo Blas Piñar la critica abiertamente en las Cortes (obtiene 59
votos en contra, siendo unsuicidio para muchos de los que votan a favor, pero quienes no
quieren cambios se saben a al margen de la sociedad española). Un referéndum el 15 de
diciembre da un 2,6% negativos y un 3% en blanco, participando más del 77%.

Pero se viven momentos difíciles hasta las elecciones del 1977, por el terrorismo y
la legalización del PCE el 9 de abril. Se incrementó el número de comisarías, con una
coordinación entre las autoridades políticas y policiales, cambios de gobernadores civiles.

El terrorismo corre a cargo de los grupos de extrema derecha y ETA –70% de los
actos terroristas– y GRAPO –surgido de zonas de gran conflictividad social Cádiz, Vigo,
País Vasco–. La legación del PCE fue vista con alivio por la opinión pública, sobre todo
tras la matanza de abogados laboralistas en Atocha el 24 enero: el PCE podría controlar a
las masas.

Para "protegerse" el Gobierno traslada la cuestión del "totalitarismo" del PCE al


Tribunal Supremo, que devuelve la pelota al Gobierno: fue en solitario Suárez el que
decide sulegalización, momento más conflictivo de la transición. Fraga calificó el acto de
verdadero golpe de Estado aunque acabaría por rectificar. Hay una gran tensión con los
altos mandos: afortunadamente, carecen de cabeza visible. El PCE en sus mítines

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anteriores a su legalización hizo desaparecer las banderas republicanas.
En febrero desaparecen los impedimentos para la legalización de los
partidospolíticos. Aunque había partidos provenientes del anterior régimen, lo cierto es que
el nuevo sistema nació en estos primeros meses, sobre todo por oposición al establessiment
anterior (proliferación excesiva)

En las elecciones de 1977 se registró un 78% participación. UCD obtuvo el 34% de


los votos y 165 diputados, lejos de la mayoría; el PSOE respectivamente el 29% y 118; el
PCE 20 escaños y Alianza Popular 16. Se aplicó para la adjudicación de escaños la regla
d'Hont: se divide por uno, por dos, por tres, etc., cada uno de los totales de votos de
lospartidos en liza –eliminando a los que han tenido menos del 3% de los sufragios– y se
asigna según quien tenga más votos: el 1º al más votado, y se tacha de la lista dicha cifra,
quedando como superior la segunda, etc. De esta forma, se favorece a los partidos más
poderosos, marginando a los pequeños grupos políticos, lo que a la altura de 1977, en que
existían unamiríada de pequeños partidos, era considerado necesario para clarificar el
panorama político español. En las elecciones senatoriales, la distancia de UCD y PSOE fue
bastante mayor.

Desde el punto de vista sociológico, tuvo gran importancia el voto del centro en
elcampo, el de AP en las ciudades, el del PCE en Cataluña, el del PSOE en núcleos
industriales y urbanos, parados y jóvenes.

Pero en definitiva, de las elecciones de 1977 no se deriva ni mucho menos un


panorama político diáfano. Las elecciones no suponen orientación del rumbo a tomar a
partir de ese momento, y el panorama político muestra un situación de gran heterogeneidad
entre las fuerzas políticas y sus programas electorales, y una notoria dispersión del voto,
hasta el punto de que la posición de UCD bien podía ser de "bisagra" entre los distintos
contendientespolíticos más que de partido realmente con protagonismo en el resto de la
transición y en la confección de la ansiada Constitución de 1978.

Por otro lado, el panorama de UCD tampoco era alentador. Lejos de ser un partido
con suficiente cohesión, UCD era una variopinta amalgama de políticos: desde
democratacristianos hasta franquistas reconvertidos, las "familias" ucedistas estaban
escasamente avenidas, carecían de un verdadero programa de Gobierno o una opción
política bien definida, como se pondrá de manifiesto especialmente en el Gobierno de
Calvo Sotelo yen su posterior desaparición del mapa político español.

Suárez tuvo que recurrir a todas las facciones de ese desunido conglomerado que
era UCD: desde hombres de confianza a simplemente técnicos, especialistas en diversas
áreas degestión: Gutiérrez Mellado en Defensa, Abril Martorell, Fuentes Quintana
(encargado de realizar un duro ajuste económico necesario), etc., mostraron estar a la altura
de las circunstancias. Poco a poco las distintas corrientes de UCD van fusionándose en un
partido propiamente dicho, pero sin que esto suponga el fin de los enfrentamientos
internos.

En la sesión conjunta Congreso–Senado el Rey pronunció un discurso alentando a


la unidad de los demócratas y hablando de la necesidad de una Constitución. Todas las
fuerzas políticas aplaudieron dicha intervención real, considerada el respaldo definitivo a
ese hito de latransición que estaba llamada a ser la Constitución de 1978 (con algunas
excepciones casi anecdóticas, como la de Alfonso Guerra, que permaneció en actitud
hierática).

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Pero la gestación de una constitución no era la única tarea pendiente. O, dicho de
otromodo, era preciso crear el marco socioeconómico en el que insertar una constitución
que se pretendía tuviera un marcado carácter social. Para enfrentarse al problema del paro,
se produce la firma de los Pactos de la Moncloa entre los principales partidos, aprobándose
un plan de austeridad salarial a cambio de una reforma fiscal que supondría un incremento
de lasretribuciones para las rentas más altas, la construcción de numerosísimas plazas
escolares (y el acuerdo tácito de reformar bastantes aspectos del sistema escolar orquestado
en 1970 por Villar Palasí: acuerdo que se plasmaría en la aprobación de la LODE,
antecedente de la actual LOGSE) y la ampliación de prestaciones de la Seguridad Social,
que hasta el momentoconstituía un sistema no universal de atención y que presentaba
enormes deficiencias y carencias presupuestarias (a partir de ese momento la sanidad
pública española pasará a ser una de las más sólidas de Europa)

Otro hito a tener en cuenta fue la celebración de las primeras elecciones sindicales
libres, que arrojan una amplia mayoría de CC.OO. Era un factor especialmente importante
endicho contexto de 1977, pues los trabajadores, junto a los estudiantes, habían sido dos de
las principales fuerzas de oposición real y directa al franquismo. Por otro lado, en contra de
lo que sucederá a partir de los años 90, los sindicatos tenían una gran fuerza específica, un
elevado poder de convocatoria social e incluso política (en 1982, la indicación de UGT
afavor del PSOE provocó que buena parte de la masa asalariada sindicada votara a dicho
partido, factor sin el cual no podría entenderse su aplastante victoria en las urnas)

En ese ambiente de crispación contenida, de incertidumbre política, se habría


degestar la Constitución de 1978.

Los episodios posteriores a su aprobación por el Parlamento y por el pueblo español


en referéndum también tienen que ver con las circunstancias en que se gestó. Finalmente,
ladesunión en las filas de UCD hará que Suárez dimita como Presidente, nombrándose a
Calvo Sotelo. Pero en su investidura, se produce el intento de golpe de estado televisado de
Tejero y Armada, el 23 de febrero de 1981. La decidida actitud del Rey en ese momento, la
falta de apoyo incluso entre los propios militares y la fidelidad a su juramento a la
Constitución demuchos otros, y el rechazo del pueblo español harán que fracase.

3– El carácter de la Constitución de 1978.

Frente a la propuesta de Constitución "corta" de UCD (es decir, un breve texto legal
que se centrara en los aspectos orgánicos de sistema político), los socialistas
propugnandesde el principio una Constitución larga que recoja además los derechos e
intenciones después de la salida de la dictadura.

Por su parte, el PCE insiste ante todo en los contenidos sociales de la


Constitución,aceptando desde un momento temprano la institución de la Monarquía, una
vez que fueron eliminadas las dudas sobre el papel que estaba dispuesto a desempeñar el
Rey (simplemente protocolario).

Los nacionalistas catalanes desempeñarán un importante papel de mediación entre


las opciones más enfrentadas (AP y PCE), desde su progresismo moderado, y centrarán su
interés en la propuesta de modelos de organización territorial del Estado.

Sin embargo, si bien sus aspiraciones iniciales eran muy otras, aceptarán renunciar

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a la obtención de márgenes más amplios de descentralización, conformándose con un
sistema de autonomías que fuera lo suficientemente ambiguo en algunos puntos como para
que fuese el propio juego político posterior el que marcase los límites de la misma. Dicho
con otraspalabras, aceptaron renunciar a unos enunciados que de forma a priorística
reconocieran la adquisición de determinadas cotas de autoGobierno a condición de que la
Constitución tampoco cerrara la posibilidad de adquirir determinadas parcelas de poder.
Los pactos desarrollados en la última legislatura del PSOE y la primera del Partido Popular
son buenaprueba de esta intención, pero también del margen de elasticidad que al respecto
brinda la Constitución de 1978.

Por su parte, los nacionalistas vascos se limitan a expresar reinvindicaciones de


soberanía propia que resultarán inaceptables para los demás partidos políticos. Su posición
inicialmente no será demasiado constructiva, y sólo en una segunda fase se sumarán a la
tarea urgente de crear un verdadero margen global constitucional, dejando de lado la
postura exclusivamente centrada en sus intereses y pretensiones que inicialmente pusieron
demanifiesto.

Para la formulación de un texto base a partir del cual proceder a la discusión de la


Constitución en el Parlamento, se formó una subcomisión formada por 7
personas,representantes de las principales fuerzas políticas. Así, por parte de UCD se
comisionó a Miguel Herrero, J. Pedro Pérez Llorca y Gabriel Cisneros, y por parte del
PSOE a Gregorio Peces Barba. UCD no fue excesivamente generosa en la formación de
dicha constitución, excluyendo de la comisión a los nacionalistas catalanes. Con un gran
sentido de lo que estabaen juego (entre otros aspectos cruciales, la construcción de un
determinado modelo de Estado), el PSOE cedió la plaza que inicialmente estaba destinada
a ocupar el vicePresidentedel partido Alfonso Guerra a Miguel Roca. También formaban
parte de la comisión Manuel Fraga Iribarne, entonces Presidente de Alianza Popular, y
Jordi Solé Tura.

La comisión deliberaría en secreto (un secreto posteriormente roto por


PabloCastellanos, que no dudó en sacar a la luz pública algunas de las dirimas en juego).

Las discusiones de los comisionados pusieron de manifiesto las profundas


discrepancias existentes en temas sociales claves, como en educación y en
cuestionessocioeconómicas, llegándose a retirar provisionalmente los socialistas del
subcomité, también como una forma de reivindicar el desempeño de un mayor papel.

En mayo de 1978 comienza a discutirse el texto preliminar en el Congreso.


Lasmodificaciones introducidas fueron numerosísimas. Muchas de ellas simplemente se
referían a formulaciones que pretendían ser más pulidas, en un intento de no ofender a
nadie: más que como anécdota, estas precisiones lingüísticas de tanto escrúpulos deben ser
contempladas dentro de un espíritu de búsqueda del consenso lo más amplio posible entre
los congresistas,por lo que hasta aspectos secundarios fueron objeto de sucesivas
propuestas de modificación. Sin embargo, pese a lo prolijo del trabajo de los partidos
mayoritarios en la mejora de la redacción del texto final, tras sólo un par de meses de
arduas y maratonianas sesiones parlamentarias en las que prevalecía el espíritu
constructivo y de consenso, en julio del año1978 fue aprobada la Constitución en el
Parlamento con una gran mayoría.

Sin duda constituyó un acierto la creación de una comisión de redacción, donde se


produjeron todos los enfrentamientos, más graves de lo que la discusión parlamentaria

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podríadar a entender: hasta cierto punto, esta comisión desempeñó el papel de una "válvula
de escape" de la presión; y, su carácter secreto –sólo relativamente, como hemos dicho–
posibilitó ofrecer a la sociedad cierta sensación de unidad política, factor que jugaba a
favor a la hora de la aprobación popular en referéndum. En esta fase previa fueron
dirimidas muchasdiferencias, aceptadas no pocas renuncias a intereses particulares.

No faltaron los tira y afloja (la amenaza velada del PSOE de abandonar la labor de
la redacción texto preliminar fue uno de los momentos más tensos: pero uno y otros sabían
quela Constitución era necesaria, y que era igualmente preciso contar con todos los
partidos); pero en muchos sentidos la discusión del texto constitucional fue un brillante
ejemplo de espíritu conciliador (pensemos en los programas políticos tan dispares de los
partidos entonces reunidos en comisión deliberante, en las diferencias incluso personales
existentesentre personas con un pasado político tan definido como Fraga y Solé Tura, etc.):
los partidos y sus representantes sin duda supieron estar a la altura histórica de las
circunstancias.

Sólo la extrema izquierda, los nacionalistas vascos y algunos representantes de


laderecha más extremista votaron en contra o se abstuvieron (los nacionalistas vascos para
dar a entender que se trataba de una Constitución "coja" en cuanto a la resolución del
problema de las identidades nacionales), y en octubre de dicho año fue aprobada en sesión
conjunta Congreso–Senado.

Los analistas han insistido en que la Constitución de 1978 es poco original, y en


cambio está muy influida por las cartas magnas de Grecia y Portugal, y por las más
veteranas de Italia, Francia y Alemania. Tampoco han faltado las críticas que inciden en
que a vecesresulta un texto imprevisor sobre aspectos claves de la ordenación legal, pese a
su reconocida gran longitud. Señalemos como ejemplo de esta circunstancia el que no tiene
en cuenta la posible crisis del Estado de bienestar (sólo teóricamente resuelta por la firma
de los Pactos de Toledo), ni, aspecto aún más sorprendente, la futura integración en
Europa, que provocaríano pocos problemas jurídicos respecto a la interpretación del
procedimiento y formalidad que habrían de adoptarse con tal ocasión.

La Constitución de 1978, desde el punto de vista de los caracteres formales,


presentados partes: en la parte dogmática se definen los principios constitucionales básicos
y las definiciones fundamentales; en la parte otra orgánica se estipula la división de
poderes, la organización territorial y las competencias estatales y autonómicas.

La parte dogmática se desarrolla en el Título Preliminar (artículos 1–9), en el que se


definen los principios fundamentales, los valores superiores reconocidos, y en el Título I,
quehabla de los derechos fundamentales (artículos 10–55).

La parte orgánica especifica los poderes del Estado y sus competencias: sobre el
poder legislativo y las Cortes en el Título III (artículos 66–96), sobre el poder ejecutivo en
elTitulo IV (artículo 107), sobre las Cortes como control al poder ejecutivo en el Titulo V
(artículo 116), sobre el poder judicial y su carácter independiente en el Título VI (artículo
127), sobre la Corona como poder moderador y arbitral en el Título II (artículos 56–65),
sobre la organización territorial en el Titulo VIII (artículos 137–165), sobre los
procedimientopara la posible reforma constitucional en el Título X (artículos 166–169), y
por último sobre la existencia de un Tribunal Constitucional en el Título IX (artículos 159–
165).

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4– Los principios fundamentales de la Constitución de 1978.

Uno de los principios básicos de ordenamiento político español es su definición


comouna monarquía constitucional, en el seno de un régimen parlamentario, funcionando
en el marco de un Estado unitario descentralizado o Estado regional. Será precisamente
este último aspecto uno de los más polémicos de consensuar, dadas las pretensiones
iniciales de nacionalistas vascos y catalanes, y la postura inicialmente federalista de
algunos grupos de laizquierda.

Sin embargo, por encima de la definición del Estado español como una monarquía
constitucional, es preciso tener en cuenta el carácter concreto atribuido al Rey: su papel es
elde un "arbitro" y "moderador" de la vida política (aparte, como es claro, de la función de
representación institucional de la jefatura de Estado). Su persona se define como inviolable
(al igual que los parlamentarios) y exenta de responsabilidades políticas, lo que le otorga
una posición ciertamente privilegiada en el ordenamiento político. En parte, la misma
vienepredeterminada por ser el heredero legítimo del poder (si es que se considera a
Franco, a su vez, capacitado para designar a un sucesor), pero también por la cesión de las
parcelas de poder (que, teóricamente, podría haber acaparado) a la soberanía nacional.

La Constitución de 1978 también establece la primogenitura masculina (aspecto


que tiene más que ver con las tradiciones regias en España que con otro de los principios
constitucionales básicos: la igualdad de sexos; y que también se repite en el ordenamiento
de la sucesión nobiliaria: en cualquier caso, se trata de puntos sumamente polémicos, y
sobre losque no cabe realizar simplificaciones demagógicas en uno u otro sentido). Al
mismo tiempo, legisla sobre la posibilidad de establecer una Regencia en determinados
supuestos, como la tutela del Rey mientras es menor de edad, y la devolución de la Corona
a las Cortes en caso de extinción de la dinastía reinante.

Pero si el Rey se ve envuelto por toda una serie de prerrogativas y derechos (como
por ejemplo, la firma de toda ley orgánica, la propuesta de nombramiento de Presidente del
país –por lo cual, también teóricamente, las elecciones tendrían inicialmente un carácter
sóloconsultivo o orientativo para el monarca; si bien son las Cortes las que confirman o no
la investidura de un candidato), también tiene un explícito sometimiento a la Constitución,
a la que ha de jurar fidelidad.
En cuanto a los derechos defendidos por el ordenamiento constitucional, muchos
deellos se refieren a los derechos fundamentales que constituciones como la de EE.U.,
Francia, o, por poner ejemplos más cercanos, la de 1931 en España, ya habían reconocido
con anterioridad.

Así, existe una defensa del derecho a la vida –con exclusión de la pena de muerte,
salvedad hecha de la prescrita por la legislación militar en caso de estado de guerra, y que
fue derogada recientemente–, la mayoría de edad legal y derecho a voto a los 18 años, el
derecho a la propiedad privada, la libertad ideológica y de culto, la libertad de expresión,
lalibertad de circulación, el derecho a la intimidad, el derecho de reunión, de
manifestación, asociación, sindicación y huelga, así como la limitación de la retención
preventiva a un plazo de 72 horas, el establecimiento de garantías procesales, etc. Es decir,
en lo fundamental (excepto en el caso del derecho a la propiedad privada), se regulan todos
aquellos derechosindividuales que la dictadura franquista había hurtado al pueblo español
durante cuatro décadas, instituyendo un país con todas las señas de identidad propias de las
democraciaoccidental.

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Por otro lado, la Constitución de 1978 prevé la existencia de un órgano encargado
de velar por la protección de los derechos constitucionales de individuos o colectivos,
como es elDefensor del Pueblo. Si bien (se critica), dicha figura no se encuentra
suficientemente definida, al menos en cuanto a sus atribuciones competenciales, y en la
práctica sus dictámenes y recomendaciones no tienen más que un carácter de sanción o
aprobación simbólica, careciendo por tanto de capacidad decisoria directa.

Respecto al poder judicial, se declara éste como independiente del poder político y
ejecutivo, al mismo tiempo que se define (en contra de lo que sucedía en la España
anterior) un modelo de justicia libre, gratuita y eficiente.

Como garante último de la legalidad constitucional de cualquier disposición


emanada de organismos públicos se encarga al Tribunal Constitucional de dictaminar sobre
las reclamaciones que pudieran originarse. Lo cierto es que una redacción a veces tan
ambiguacomo la que ofrece la Constitución de 1978 (a la vista de la posterior evolución
política y del surgimiento de problemas concretos: pues en el momento de su aprobación
muchas de las voces hoy críticas con su texto no se hicieron notar), la labor del Tribunal
Constitucional habría de resultar crucial para España, siendo miles los recursos que se ha
visto obligado aresolver. En última instancia, el Tribunal Constitucional constituye el
organismo judicial de mayor rango del país, y por tanto el último órgano de apelación, por
encima del Tribunal Supremo.

A la hora de la enunciación programática de los principios que habrán de regir en


nuestra ordenación, la Constitución de 1978 establece el derecho al pleno empleo, a la
protección de la salud pública, a las prestaciones sociales (es decir, declara la necesidad de
orquestar un Estado del bienestar), el apoyo a los ciudadanos de tercera edad,
larehabilitación e integración de los disminuidos, la salvaguardia del medio ambiente, la
conservación del patrimonio histórico y cultural del país, y la defensa del consumidor. Ya
en su artículo primero, la Constitución declara que "España se constituye en un Estado
social y democrático de Derecho".

El régimen parlamentario que instaura la Constitución de 1978 es de tipo


"monista": otorga una preponderancia indiscutible al Gobierno frente al Jefe del Estado,
que en realidad disfruta de escasos poderes, aunque la enumeración de sus competencias
parece a primeravista amplia: convocar elecciones, disolver Cortes, nombrar al Presidente
del Gobierno, mandar las Fuerzas Armadas (de acuerdo a una tradición que data de 1875:
el Rey destinado a la jefatura del Estado previamente, para ganarse el apoyo del ejército,
debe tener formación castrense –en el caso de Alfonso XII, ingresando como cadete en
Sandhurts–, y ser por tantocabeza militar, como también, lógicamente, sucede con el
general Franco), ejercer el derecho de gracia, etc. Pero vemos que todas sus acciones están
supeditadas al refrendo o consentimiento del Presidente del Gobierno o de otras
autoridades, por lo que más bien podemos hablar de un papel simbólico, de representación.

Así, por ejemplo, el Rey no puede nombrar Presidente del Gobierno a quien
arbitrariamente quiera, sino a aquel que la distribución de las fuerzas políticas en las Cortes
aconseje, pues deberá contar con el apoyo y ratificación del Congreso de los Diputados
paraser ratificado en dicho cargo (artículo 99). Una proposición no coherente con los
resultados de las urnas sólo serviría para que el Rey perdiera su prestigio. Luego su
prerrogativa de designación es más bien una mera formalidad.

Por otra parte, tampoco puede disolver las Cortes si no es con el consentimiento del

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Presidente del Gobierno (artículo 115). Y lo mismo sucede con cada una de las teóricas
parcelas de su poder, siempre supeditadas a otros organismos o entes competenciales. Lo
único que puede hacer libremente es nombrar a los miembros civiles y militares de su
Casa(115); y por tanto, la posición del Rey se resumiría en el adagio "reina pero no
gobierna". Su función es sobre todo representar la unidad nacional y ser la suprema
instancia arbitral y moderadora.
De esta forma, el poder ejecutivo corresponde esencialmente al Gobierno, que
depende estrechamente de las Cortes y de forma más concreta del Congreso. El Senado
tieneuna representación territorial del Estado, a través de las Comunidades Autónomas, y
dispone de derecho de veto en asuntos legislativos que el Congreso puede anular por
mayoría absoluta en segunda instancia, y de un derecho de iniciativa legislativa. Sin
embargo, lo cierto es que el Senado tampoco está concebido como un organismo con
competencias territoriales:a la hora de la elección de los senadores, prevalece el criterio
provincial antes que consideraciones autonómicas, y carece casi por completo de
competencias propias y claramente separadas del Congreso. Son muchos los analistas que
llegan a cuestionar su utilidad, en los términos en los que está actualmente planteado,
abogando o por una disoluciónde dicha cámara (que en el fondo intenta ser un organismo
que posibilite una segunda lectura de las leyes, más sosegada) o su radical reforma y
conversión en un verdadero órgano de representación de los problemas e intereses
autonómicos.

El Congreso dispone de poder legislativo y presupuestario íntegro, y controla la


responsabilidad gubernamental. Esto puede ocurrir bien a iniciativa del Presidente del
Gobierno, si éste plantea una moción de confianza, o bien a iniciativa del propio Congreso,
mediante la moción de censura.

Dentro del Congreso existe una Diputación Permanente encargada de velar, en el


intervalo de tiempo entre las sesiones plenarias, de los poderes de las Cámaras (artículo
78), y también con atribuciones para interpelar y cuestionar al Gobierno y crear comisiones
deinvestigación con amplios poderes.

Para impedir un desenfreno del régimen parlamentario, si durante 2 meses de modo


sistemático todos los candidatos propuestos por el Rey para la presidencia del Gobierno
sonrechazados, puede disolver las Cortes y convocar nuevas elecciones. La moción de
censura está condicionada a la propuesta de un nuevo Presidente de Gobierno por parte del
partido solicitante, lo que se conoce con el nombre de censura constructiva, con lo que se
evitan mayorías parlamentarias puramente negativas.

España se define en la Constitución de 1978 como un "Estado Regional o Estado


unitario descentralizado", lo cual supone una vía intermedia entre un estado simplemente
unitario y uno federal. La unidad de España es un principio supremo de la
Constitución(artículo 2), llegando a atribuirse su garantía y defensa en última instancia a
las Fuerzas Armadas; artículo éste que si actualmente puede parecer sorprendente en unas
Fuerzas Armadas plenamente sometidas a los poderes legítimamente elegidos, en su
momento constituyó una concesión necesaria para aliviar la presión de un ejército que veía
perdidasbuena parte de las prerrogativas anteriores, acabando con ese lugar común entre
los franquistas más apocalípticos de la desvertebración de España, de la disolución de la
unidad nacional.

Pero también se define como un Estado plural, porque se reconocen las diferentes
regionalidades históricas de España, dotándolas a la vez de un amplio régimen de

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autonomías, que incluye la transferencia de importantes competencias, la constitución de
órganos de Gobierno propios e incluso la posibilidad de crear normas legislativas
particulares.

5– La Constitución de 1978 y los derechos fundamentales.

En su enunciado de los derechos fundamentales de los españoles, la Constitución


de1978 pretende tres objetivos: el reconocimiento patente y solemne de un grupo de
derechos individuales que acontan una esfera de libertad personal frente al poder del
Estado; sostener un principio de organización de su poder de manera que se limite a sí
mismo y garantice la vigencia de tales derechos (división de poderes, independencia del
poder judicial,inviolabilidad parlamentaria, sistemas de control del ejecutivo, y otros
métodos); por último, estipula una sumisión de la actividad del Estado a unas normas
jurídicas precisas mediante las cuales quede eliminado todo arbitrio peligroso para la
seguridad de la esfera jurídica individual y cualquier acto contrario a la dignidad e igualdad
sustancial de los sometidos (y de ahí que sehable de España como un "Estado de
Derecho").

El Título I, el de formulación más larga –compuesto por nada menos que 46


artículos– se consagra al reconocimiento de los derechos fundamentales de los españoles, a
las garantías para su protección y a los supuestos de suspensión, con carácter excepcional,
deesos mismos derechos. El capítulo II (Libertades y Derechos) y el III (principios rectores
de la política económica y social) constituyen el núcleo de la Declaración de Derechos de
la Constitución.

Dichos derechos, según sus correspondientes categorías, son:

5.1– Derechos civiles.

– Derecho a la vida y a la integridad física: en ningún caso se podrá someter a la persona a


tortura ni a penas o tratos infrahumanos o degradantes; queda abolida la pena de muerte.
Porsentencia del Tribunal Constitucional de 16 abril de 1985 en el Recurso contra la
Despenalización del Aborto, el citado organismo pone de manifiesto que la Constitución
asegura suficientemente la protección del nasciturus excepto en situaciones singulares o
excepcionales, como las tres que plantea la legislación actualmente en vigor (que
inicialmenteno va a ser modificada por el Partido Popular).

-Derecho a la igualdad, sin discriminaciones por nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o
cualesquiera circunstancias personales o sociales (artículo 14). La Constitución de
1978consagra la igualdad de los cónyuges ante el matrimonio (artículo 32.1), en contra del
anterior Código Civil en vigor, de patrones semiquirinálicos (el Derecho Civil romano
admite la supremacía del marido frente a la mujer; su reformulación en la sociedad
contemporánea tendrá lugar en los Código hecho efectivo durante el dominio napoleónicos,
en el que se basóel Código Civil español de 1871).

La igualdad de oportunidades en el ejercicio del derecho a trabajo para ambos sexos


también es recogida (artículo 35.1), si bien como un ideal a alcanzar: las encuestas de
1996confirmaban que las mujeres en España perciben un 20% menos que los varones en su
mismo puesto laboral, y España es el país europeo con mayor índice de paro femenino de
Europa.

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De la misma forma se declara la igualdad de los niños ante la ley
independientementede su filiación y de las madres y su estado civil (artículo 32.9). Para
hacer efectiva dicha igualdad, la Ley 16/1983 aprobada en la primera legislatura del PSOE
creó el Instituto de la Mujer, para la promoción y fomento de las condiciones que
posibiliten la igualdad social de ambos sexos y la participación de la mujer en la vida
política, cultural, económica y social,alegando que se trataba de desarrollar en la práctica
aquella formulación ambigua que establece la Constitución.

– Derecho a la libertad y seguridad (artículo 17), y seguridad jurídica de la persona:


esesencial delimitar los casos de privación de libertad lícita, por lo que se establece un
límite de 72 horas de detención gubernativa, traspasado el cual el acusado es puesto en
libertad o a disposición judicial. Por precepto constitucional, al detenido se le deben hacer
saber sus derechos de forma que le sean comprensibles (artículo 17.3), y las razones de su
detención, yno puede ser obligado a declarar si no es en presencia de un abogado
(desarrollo del anterior artículo en la Ley 6/1984 de 24 de mayo, que regula el
procedimiento de "Habeas Corpus" para obtener la inmediata puesta a disposición del juez
competente de cualquier persona detenida ilegalmente)

-Derecho al acceso efectivo a los Tribunales y a garantías procesales (artículo 24.1) para la
tutela de sus intereses y derechos legítimos sin que en ningún caso se produjere
indefensión. Por otra parte, el acusado tiene garantizada la asistencia de un letrado
informado de loscargos, de oficio si no puede o no desea pagar uno público, derecho a un
proceso público y con garantías, a no confesar ser culpable y a la presunción de inocencia.

La Constitución garantiza la publicidad de la actuación judicial si no se trata de


causagrave (en el artículo 120.1), y por tanto el juez no ha decretado secreto procesal. Por
otra parte, la Constitución de 1978 garantiza la irretroactividad de las normas
sancionadoras (es decir: nadie puede ser sancionado por un acto que en el momento de ser
realizado no constituía delito, aunque posteriormente sí lo sea). Nadie podrá ser condenado
a trabajosforzados, y las penas de privación de libertad deberán orientarse a la reeducación
y reinserción social.

El condenado seguirá gozando de los derechos fundamentales salvo indicación por


sentencia.

– Derecho a la propiedad privada y a la herencia (artículo 33.1 y 2), aunque el


Título VII declara la subordinación de toda la riqueza del país a los intereses generales (por
utilidad pública, y con la debida indemnización, podrán ser expropiados bienes, según el
artículo 33.3).
– Derecho a la libertad de empresa y defensa de la productividad de acuerdo con las
exigencias de la economía general y de la planificación.
– Derecho a la libertad religiosa y de cultos: ninguna confesión tendrá el carácter
estatal; estableciéndose en cambio la cooperación del Estado con la Iglesia católica y las
demás confesiones. Nadie puede ser obligado a declarar su religión, creencias e ideología
– Derecho a la objeción de conciencia, y su sustitución por la prestación social
sustitutoria (artículo 30.2)
– Derecho a contraer matrimonio y constituir una familia, al tiempo que se fijan
lasobligaciones de los padres respecto a los hijos y las medidas de protección de los niños
(artículo 35 y 39.2, 39.3 y 39.4)
– Derecho al honor y a la intimidad personal y familiar (artículo 18.1) y a la
imagen. Estoimplica la inviolabilidad del domicilio salvo por mandamiento judicial,

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excepto en los casos de flagrante delito o consentimiento expreso del titular. También se
consagra el secreto de la correspondencia, y se indica la necesidad de limitar el uso de la
informática de manera que quede a salvo el respeto a la intimidad personal y familiar y el
respeto a los ciudadanos.
– Derecho a la libre elección de residencia y circulación, a entrar y salir libremente
del país en los términos que la ley establezca.

5.2– Derechos políticos.

– Derecho a libre expresión de ideas, derecho de producción y creación literaria,


artística y científica, libertad de cátedra y a comunicar y recibir libremente información
veraz por cualquier medio de difusión. De esta forma, se estipula que no podrá existir
ninguna forma de censura previa (artículo 20.2). La Ley 20/84 de 26 de marzo de 1983
regula el derecho derectificación de informaciones difundidas por cualquier medio de
comunicación social.
– Derecho a reunión y manifestación, que deberá ser "pacífica y sin armas" –
artículo 21.1–. Se reconoce el derecho a realizar reuniones en lugares de tránsito público y
a lasmanifestaciones (artículo 21.2), el derecho a asociación (artículo 22) si no intenta fines
o medios tipificados como delito, prohibiéndose también asociaciones secretas o
paramilitares. Todas las asociaciones deben inscribirse en un registro.
– Derecho a la fundación y participación en asuntos políticos: se reconoce como
sistema político el sufragio universal (artículo 23.1), el acceso universal a funciones y
cargos públicos en condiciones de igualdad.
– Derecho de iniciativa legislativa: cualquier ciudadanos o agrupación que consiga
reunir un número determinado de firmas puede presentar para su tramitación en las Cortes
una propuesta de ley.
– Derecho de petición o reclamación personal y colectiva (menos para los cuerpos
militares y policía nacional)
– Derecho de asociación sindical –artículo 28.1–
– Derecho a la huelga, sin atentar al mantenimiento de los servicios esenciales de la
comunidad(artículo 28.2). También se reconoce, como contrapartida, el derecho de cierre
patronal.

5.3– Derechos sociales.

– Derecho al trabajo (posteriormente reconocido también por el Estatuto de los


Trabajadores de 10 marzo 1980), así como a la libre elección de profesión u oficio, a la
promoción social através del trabajo, a la igualdad de sexos ante el trabajo, a la
remuneración suficiente (lo que preludia la fijación de un salario mínimo interprofesional),
derecho a la negociación colectiva laboral.

-Derecho a la educación: se define ésta como el mecanismo social para lograr el pleno
desarrollo de la personalidad humana en el respeto a los principios democráticos de
convivencia y a los derechos y libertades fundamentales (artículo 27).

Por otra parte, se reconoce el derecho a participación en el diseño educativo global


de los sectores afectados, como representantes de las asociaciones de padres, alumnos,
empresarios, sindicatos, etc. También existe un reconocimiento de la iniciativa privada en
el establecimiento de centros, lo que implica la posibilidad de subvención estatal
dedeterminados centros privados en los términos que la ley establezca.

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Un aspecto crucial en la ordenación educativa –máxime en un país con una
tradición de centralización férrea como es España– es el reconocimiento de la autonomía
de lasuniversidades (artículo 27.10)

Según Elías Díaz, algunos de los principios programáticos que expondremos


constituyen el "horizonte utópico" de la Constitución de 1978:

– Principios rectores de la política, economía y sociedad: protección de la familia,


protección de la tercera edad, creación de servicios sociales que atenderán sus problemas
específicos de salud, vivienda, cultura y ocio –artículo 50–, protección de la sanidad y la
higiene, fomento dela educación física, deporte y adecuada utilización del ocio (artículo
45), derecho a una vivienda digna –el Gobierno deberá promover las condiciones
necesarias para facilitar dicha realidad, y proceder a una utilización del suelo de acuerdo
con el interés general, según el artículo 47–, derecho al trabajo y a unas condiciones
laborales satisfactorias –reguladas en lajornada máxima, vacaciones retribuidas, baja por
maternidad retribuida, etc.: aspectos posteriormente desarrollados por la ley de 29 de junio
de 1983); desarrollo de la Seguridad Social, y derecho al desempleo; protección a los
minusválidos; promoción y tutela del acceso a la cultura, y promoción de la ciencia y la
investigación científica y técnica en beneficio delinterés general –artículo 44–; promoción
de la participación juvenil; promoción del medio ambiente (artículo 45); promoción del
patrimonio artístico–histórico y nacional (artículo 46); protección del control de calidad
(desarrollado en la ley de 19 de julio de 1984 sobre Defensa de los Consumidores y
Usuarios.)

La Constitución y los derechos recogidos solo puede ser suspendida de forma


general ante circunstancias especialmente graves, y en particular como pena accesoria a
una persona determinada con arreglo a la ley y por sentencia firme.

6– El Gobierno y la Administración pública.

El Gobierno es el órgano superior de la Administración. La misión fundamental de


la Administración es servir los intereses generales "con objetividad", de acuerdo a los
principios de eficacia, jerarquía, descentralización y coordinación.

Según la Ley de Régimen Jurídico de la Administración del Estado los órganos


superiores de la Administración son: el Jefe del Estado; el Consejo de Ministros; las
Comisiones delegadas del Gobierno; el Presidente del Gobierno; los Ministros.
El Consejo de Ministros está formado por el Presidente del Gobierno,
Vicepresidente, ministros, siendo Secretario en funciones el Ministro de la Presidencia.
Dicho órgano tiene entre sus funciones el decidir el plan general de actuación del
Gobierno, los proyectos de Ley y Presupuestos generales, proponer al Jefe del Estado la
sanción de Decretos–ley en caso de guerra o urgencia; autorizar la negociación y firma de
tratados oacuerdos y convenios internacionales; deliberar sobre las propuestas de
nombramiento de altos cargos; convocar elecciones, etc.

La responsabilidad de los miembros del Consejo de Ministros es únicamente ante


lasala de lo Penal del Tribunal Supremo.

El Presidente del Gobierno (artículo 98) "dirige la acción del Gobierno y coordina
las funciones de los demás miembros del mismo". Según la Ley de Régimen Jurídico de

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laAdministración, corresponde al Presidente representar el Gobierno de la Nación,
convocar y presidir el Consejo de Ministros, dirigir las tareas de Gobierno, velar por el
cumplimiento de las directrices señaladas por el Gobierno, asegurar la coordinación entre
Ministerios, etc.

Sobre las Cortes recae la potestad legislativa, y el control del Gobierno. Como el
Gobierno, son inviolables (artículo 67). Los Diputados son el conjunto de los entre 300–
400 miembros elegidos como representantes de la soberanía nacional (artículo 68.1) –si
bien en realidad son 350 diputados– Su elección se realiza por sufragio universal, libre,
igual, directo ysecreto. Se definen las circunscripciones provinciales para su elección, de
acuerdo al principio de representación proporcional a la población. Son electores/elegibles
todos los ciudadanos que estén en uso de sus derechos políticos, incluidos también quienes
residen en el extranjero. Las elecciones se realizan cada 4 años o bien en caso de
disolución de la cámara.

El Senado encarna la representación territorial. Los Senadores son elegidos


directamente, o indirectamente, como los designados por los órganos de las Comunidades
Autónomas: 4 por cada provincias, 2 en las circunscripciones africanas, además de
otrosenador por Comunidad Autónoma, y otro más por cada millón de habitantes. También
gozan de inviolabilidad (sólo pueden ser procesados tras la concesión de un suplicatorio).
Los senadores funcionan en Pleno y por Comisiones (encargadas del estudio y tratamiento
de las disposiciones legislativas y de carácter general relacionadas con una materia
determinada: Relaciones Exteriores, Defensa, Justicia, Economía, Asuntos
Constitucionales... –artículo 74– ). El Pleno del Senado puede recabar debate y votación de
cualquier proyecto o proposición de ley que haya sido objeto de esa delegación. Para
adoptar acuerdos, las Cámaras deben estar reunidas reglamentariamente y con asistencia de
la mayoría de sus miembros –artículo79–, y sus acuerdos (tras convocatoria reglamentaria)
son aprobados por la mayoría de sus miembros presentes, por medio de voto personal e
indelegable.

Las Cortes Generales son la celebración de una sesión conjunta entre Senado–
Congreso de los Diputados, reuniéndose para la sucesión al trono, para la inhabilitación del
Monarca, para el nombramiento de la Regencia, para la autorización de tratados
internacionales, autorización acuerdos de cooperación de Comunidades Autónomas,
distribución de fondos de compensación interregional (artículo 74), etc.

Las leyes nacen del proyecto del Gobierno enviado al Congreso de los Diputados,
aprobadas en Consejo, o por iniciativa del Congreso, o cuando el Senado remite a Mesa de
Congreso una propuesta, o bien por remisión de la misma por parte de las Asambleas de
lasComunidades Autónomas, o bien por iniciativa popular directa tras la recogida de medio
millón de firmas para determinados contenidos legales, limitados en el artículo 87.

Las Cortes son entidades orgánicas, encargadas del desarrollo de las


libertadespúblicas, organización de las instituciones centrales del estado, aprobación de los
Estatutos (artículo 81), etc.

El control de las Cortes sobre el ejecutivo se efectúa por medio de la posibilidad


deuna moción de censura –se exige que 176 votos la soliciten– y por medio de debates de
confianza –en los que únicamente el presidente debe contar con mayoría simple–. Se
establecen los cauces del control parlamentario, como la comparecencia a petición de los
parlamentarios de ministros.

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El poder judicial se organiza de acuerdo a los principios de legalidad –las penas
ysentencias están reguladas por ley–, jerarquía normativa, publicidad de normas,
irretroactividad, seguridad jurídica –artículo 17–, garantías procesales, garantías del
régimen penitenciario –artículo 25–, unidad jurisdiccional –se limita la jurisdicción militar,
se prohíben los Tribunales de excepción-, inamovilidad de jueces y magistrados,
independencia, gratuidad de la justicia para quienes acrediten insuficiencia de medios
económicos, etc. Los órganos judiciales son: juzgados de paz, de distrito, de Primera
Instancia e Instrucción, Audiencias Provinciales, Audiencias.Territoriales, Juzgados
Centrales, Audiencia Nacional, Tribunal Superior de Justicia de las Comunidades
Autónomas, Tribunal Supremo y TribunalConstitucional.

7-BIBLIOGRAFÍA

ALZAGA, ÓSCAR: La Constitución Española de 1978. Madrid, 1981.


ESTEBAN, JORGE de, y LÓPEZ GUERRA, A: El régimen constitucional español.
Madrid, 1984.
GARCÍA DE ENTERRÍA, E. et al.: La Constitución de 1978. Madrid, 1987.
GARRIDO FALLA, F: Comentarios de la Constitución. Barcelona, 1988
PECES-BARBA, GREGORIO: La Constitución de 1978. Madrid, 1989.
SÁNCHEZ AGESTA, L.: El sistema político de la Constitución Española de 1978.Madrid,
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SÁNCHEZ GOYANES, E: El sistema constitucional español. Madrid, 1992.
TOMÁS VILLARROYA, J: La Constitución y su problemática actual. Madrid, 1990.

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