Você está na página 1de 2

EL ABORTO DEBE TRASCIENDER LO MORAL

La mayoría de veces resulta un tanto tedioso discutir públicamente un tema tan

importante para la sociedad como lo es el aborto o IVE (Interrupción Voluntaria del

Embarazo), dado que produce varias discusiones al respecto, aunque sea una problemática

que afecta específicamente a las mujeres biológicas. Con respecto a este debate, se puede

identificar a grandes rasgos, dos posturas: en la primera, están quienes se encuentran contra

el aborto y protegen el milagro de la vida; en la segunda, están los que se encuentran a

favor de la despenalización total del aborto y se fundamentan en el problema de salud

pública que afecta la dignidad de las mujeres.

En cuanto a la posición pro vida está se plantea desde una visión dogmática, con un gran

elemento religioso que se sitúa sobre la maravilla de la vida, basada desde la percepción

“religiosa” que la persona comienza desde el momento de la concepción. Por ende,

cualquier intento por interrumpir este ciclo natural, va en contra de los designios morales en

los que rigen sus formas de vivir. Asimismo, para estos, nada justifica impedir el

surgimiento de un milagro, que no es culpable de las acciones o sucesos que permitieron su

concepción. Es por esto que, se defiende la penalización del aborto, como medida que

garantiza la protección del embrión considerando que debe estar por encima de los factores

individuales.

Por otra parte, es necesario resaltar las consecuencias que implica la penalización del

aborto, si el propósito de inducirle a la ilegalidad es proteger el embrión, la penalización no


alcanza su objetivo porque existen otras formas clandestinas que necesariamente no

recurren al formalismo de la ley. En Colombia, se estima que 3 de 5 veces ocurre el aborto

en comparación con países en que esta práctica es legal. Además, la mayor cantidad de

muertes y complicaciones de salud las presentan mujeres de las esferas más pobres de la

sociedad, debido a que estas no cuentan con los recursos suficientes para costear un

procedimiento seguro, demostrando que la inequidad existente se acentúa, a diferencia de

los países donde está despenalizado el aborto y no reporta complicaciones, menos aún

muertes maternas.

Hay que mencionar, que generalmente los factores individuales tales como lo

psicológico, social y económico no son presentes ni válidos a la hora del debate sobre la

despenalización del aborto, lo que demuestra el sesgo presente en la política puesto que se

basa en los prejuicios morales y no en la realidad de cada mujer desde su contexto

especifico. Produciéndole a esta, además de dificultades en términos de salud, una clara

transgresión de su dignidad al no tomarla en cuenta como sujeta de derechos.

Lo anterior, hace evidente la necesidad de plantear otras formas de comprender el tema del

aborto más allá de la concepción tradicional desde la que se discute este fenómeno, dado

que su análisis es corto a la hora de entender todas las aristas que la integran y

simplemente el despenalizarlo no generará un mayor uso, por el contrario evitará que las

desiguales sociales se remarquen aún más en las clases ya vulneradas y maltratadas por el

sistema.

Você também pode gostar