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Existen diferentes tipos de enlaces, siendo el más fuerte, el enlace covalente, este enlace tiene la

particularidad de que los electrones de los átomos son compartidos y de este modo se forman las
distintas moléculas, desde la más básica, que es la que respiramos O2, hasta mucho mas complejas,
como grandes cadenas de carbono, por otro lado, en los enlaces iónicos, su fuerza es relativamente
en comparación con el covalente, es decir se necesita menor energía para romper dicho enlace, este
enlace generalmente, se presenta en sales, tal como, el cloruro de sodio, la formación de dicho enlace
se debe a las interacciones electrostáticas, que describen los procesos columbicos, entre las cargas
netas de los iones presentes en el proceso. Finalmente, se conoce que los metales se encuentran unidos
entre sí, a través de la existencia de un mar de electrones, que ocupan un espacio definido en el
espacio, dicho así es la agrupación de electrón-Huecos; a este fenómeno se le denomina como el
enlace metálico, que es lo que mantiene unido al Al2. (Cardenas, 2006).

Sin embargo, existe un tipo de compuestos, el cual no presenta ninguno de los enlaces previamente
mencionados, la formación de dichos compuestos no puede ser explicado mediante las teorías
convencionales de la repulsión de pares electrónicos en la capa de valencia, y su cercanía, con la
teoría de

Orbitales moleculares, no explica diversas propiedades de los enlaces que forman estos compuestos.
A estos se les conoce como compuestos de coordinación, y presentan enlaces entre metales y especies
capaces de donar pares de electrones, muy similar con la teoría acido base de Lewis, en la cual el
acido es el aceptor de electrones y la base es la donadora de electrones, en este caso el metal es el
átomo central que coordina, las diferentes especies conocidas como ligandos, dicho metal tiene la
capacidad de hibridar sus orbitales, para conseguir aceptar la mayor cantidad de pares de electrones
donados por los ligandos, de esta manera, se producen especies, cuya valencia primaria cumple la ley
del octeto, pero experimentalmente, se evidencia la formación de mas enlaces, que se explican
mediante la teoría de campo cristalino, que afirma, que cada metal, tiene dos tipos de valencia, y se
debe suplir ambas, siendo así, que este restante de enlaces corresponden a la valencia secundaria del
metal.

La formación de estos compuestos, tienen como característica principal, la aparición de soluciones


coloreadas, que corresponden a enlaces específicos, como en este caso, la sal de Mohr presenta una
coloración amarillosa, mientras, que el Triacuotrioxalatoferrato (III) de potasio, presenta un color
verde brillante, esto se debe a los desdoblamientos energéticos de cada uno de los orbitales de tipo D.

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