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Al poseer un conocimiento integral de los ciclos universales, les posibilitó comprender que todo
era un ciclo complementario, tal cual lo hubo comprendido sus homónimos Aymara - Inka. Un
ciclo complementario espiralado por el cual transita el día y la noche, el verano y el invierno, la
luz y la oscuridad, el bien y el mal, etc Tal cual el mismo concepto del Pachakuti sabían que aun
cuando fueran poderosos y sus dominios se extendieran, y su gloria se expandiera sobre
cualquier geografía su luz, tarde o temprano, se extinguiría.
Esa inquietud por preveer los hechos futuros los llevó a concebir un calendario de naturaleza
mística llamado Tzolkín o Waqxaqi 'B 'atz' concebidos por astrónomos y sacerdotes; éste
funcionaba como una especie de oráculo sagrado sugiriendo a los hombres hacia donde debía
que dirigir sus actos de vida en determinados períodos.
Para plasmar sus cálculos y proveerlos de carácter ritual, los mayas conjugaron dos
calendarios, el Haab y el Tzolkín, y crearon la Cuenta Larga, con el fin de establecer el día
exacto en que dio comienzo la cuenta del tiempo. Sus estudios y observaciones de la
manifestación natural cíclica lo orientaron a determinar parámetros numéricos sobre las
lunaciones, conjunciones, eclipses y la periodicidad de las manchas solares. Con lo cual el
tiempo, y los sucesos que ocurrían dentro de él, obedecían a una armonía cósmica a la que se
aproximaron con una asombrosa exactitud.
Con el uso de la Cuenta Larga, los mayas establecieron un principio de los tiempos en la fecha 4
Ahau 8 Cumkú, que aparece en las inscripciones de distintos monumentos. Para los mayas, esta
fecha, que equivale al 13 de agosto de 3114 a.C.del calendario gregoriano, es la que da inicio al 0
de la era cósmica, el principio de todas las cosas.
Tabla 1
1 Kin = 1 día
1 Uinal (mes) = 20 Kines
1 Haab (año) = 18 Uinales (meses) de 20 Kines (días)
+ 1 Uayeb
5 Kines, (días) sobrantes
Tzolkin: 20 Kines (Días) Haap: 18 Uinales (Meses)
La cuenta larga cuenta con Cinco posiciones denominadas baktun, katun, tun, uinal y kin
cuya duración es la siguiente:
El kin (Q 'ij) es equivalente a un día. El uinal (Winäq) es equivalente a un mes, pero de 20 días
solamente. El tun (Tun) está compuesto de 18 uinales de 20 días cada uno dando un período de
360 días, es decir cinco días menos de un año común. El katun es un período de 20 tunes
equivalente a
20 x 18 x 20= 7.200 días u [(20 x 350)/365.2422] es decir 19.71 años. El baktun (B
'actun) es un período de 20 katunes o sea 20x18x20x20 = 1.44 x 10 a la potencia 5 = 144.00
días u [(20 x 350 x 20)/365.2422] = 394.25 años. También existen los períodos pictun,
calabtun, kinchiltun y alautun cuyas duraciones son de "20" tunes partiendo de la potencia 3
consecutivas y respectivamente.
El inicio de la cuenta larga es el día "cero" u 0.0.0.0.0 correspondiente al 11 de agosto del año
3,113 a C según el calendario gregoriano y 584,283 días julianos usando la correlación de
Goodman-Thompson.
El Tzolkin o Waqxaqi 'B 'atz': El Tzolkin es un calendario que consta con un período de 260
días que corre independiente de los dos ciclos anteriores. Está divido en 13 grupos de 20 días
cada uno. En el ciclo del tzolkin, que es un calendario religioso, los días reciben un nombre (ver
tabla 1) y los grupos de diás reciben un número. El número va de 1 a 13 e inicia el día 0.0.0.0.0
en 4 ahau.
Una fecha completa se escribe colocando primero el número correspondiente a la cuenta larga,
a ontinuación el número de 1 a 13 correspondiente al día del tzolkin, después el nombre del
grupo del tzolkin, luego el número de 0 a 19 del día del haab y por último el nombre del mes del
haab.
El haab y el tzolkin tienen un cociente (365/260)= 1.40384615= 73/52 de lo que se extrae que
hay 73 ciclos del tzolkin en 52 haabs que equivalen a años a este periódo de tiempo y se le
conoce como la Ronda del calendario. Esta relación provoca que la misma combinación de
nombres y números del haab y del tzolkin se repita idéntica al cabo una ronda. Al conjuntar el
calendario solar, Haab, común a toda la sociedad, y el almanaque, Tzolkín, que a manera de
horóscopo contenía designios preestablecidos para cada individuo, se formaba un gran ciclo o
Rueda Calendárica que abarca 18 980 días, es decir 73 ciclos de 260 días (contando con el
Tzolkín) y 52 años solares (contados con el Haab), y se completaba cuando una fecha se repetía
en ambos calendarios.
La duración de un año Maya es el más cercano a el valor del año tropical medio, por ende el más
exacto de los calendarios existentes. El año tropical es de 365,2422 días; el Gregoriano es de
365,2425; el Juliano es de 365,2500, en tanto que el Maya es de 365,2420.
Cultura y Mitología Maya: El comienzo del desarrollo del pueblo Maya y su cultura no
puede establecerse con fecha cierta, algunos estudiosos de su cultura lo situan alrededor del
año 1.800 a.C.. Lo que si sabemos es que a partir de esa probable fecha y hasta el año 800 a.C
tuvo lo que se dió en llamar el Período Preclásico Inferior. Durante esa época las poblaciones
estaban constituidas por familias que se agrupaban en torno a una aldea que vivian en chozas
de lodo y troncos. Con el cultivo de los primeros granos de maíz se fortaleció el asentamiento
en pequeños pueblos. Con la creación de recipientes de barro, que le fueron muy útiles para el
traslado y la comercialización de los granos, se produjo un notable avance. Este desarrollo en la
agriculltura enmarcó un nuevo período el Preclásico Medio que abarca el período comprendido
entre los años 800 a. C al 300 a. C En éste estadio comenzaron a construirse los centros
ceremoniales religiosos. En el período Preclásico Superior, que va desde el 300 a. C al 150 de
nuestra era ya existía una sociedad bien definida subdividida en a) el área norte en los
territorios superiores de la península de Yucatán; b) el área central en Guatemala, Belice parte
de Honduras y Chiapas y c) una área sur comprendida por las partes altas de Guatemala, el
Salvador y las Costas del Pacífico. En éste mismo período se conformaron las ciudades de
Tikal, Dzibilchaltún, Uaxactún y Maní
Ya en los años 250 al 900 se dio lugar el período conocido como Período Clásico en donde
entraron en contacto con otros pueblos de Mesoamérica como los Teotihuacanos cuya
influencia cultural se fortaleció en la ciudad de Tikal. Con la mezcla de cultura se dió gran
desarrollo a la agricultura, la creación de sistemas de riego y se estableció socialmente un
sistema de castas. En éste período se consolidó una compleja estructura religiosa Ese fue el
período de mayor vuelo cultural y social, después de él vendría el Postclásico en donde declina
su poder cultural y religiosos producidos por la invasión de grupos extranjeros que obviaban las
costumbrtes ancestrales para dar a la sociedad un carácter mas comercial. Se introdujeron
nuevos dioses y cultos y la sociedad Maya se vio disgregada. Una de las ciudades más afectadas
fue la de Chichen Itzá. El pueblo Maya comenzó a emigrar, éstas migraciones estan relatadas
en los códices de Chilam Balam y el Popol Vuh. Hacá el año 1200 Chichén Itzá y otras ciudades
importantes fueron conquistadas por Moyapán junto con Tenochtitlán hasta despues también
caer en manos de los españoles. Nadie sabe dar un explicación definida de porqué los centros
ceremoniales Mayas fuerán abandonados por éstos. Algunos sostienen que fue producto de sus
enfrentamientos con los Toltecas. Otra teoría sostiene que fue el producto de una gran
sequía . Cuando los españoles arribaron a la península de Yucatán se encontraron con una gran
civilización, pero esa civilización Maya era sólo una sombra de lo que había sido un par de siglos
antes.
Hernán Cortez desembarcó en Cozumel en 1519 y destruyó cuanto templo Maya se encontro
por delante y levantó en su lugar "el primer altar católico", luego estas tierras fueron olvidadas
hasta 1526 cuando comenzó una matanza despiadada contra los pocos habitantes de la
península.
La base del pensamiento y la cultura Maya se fundó en creativad, la armonía y los ciclos entre
la bóveda celeste y la tierra; la vida y la muerte, el bien y el mal. Un pueblo uniforme
perteneciente a una familia lenguística yucateca y quiché conformado en veintiocho etnias. El
gobernante supremo era el Halach Uinik que poseía un poder absoluto sobre los asuntos
terrenales, el cargo de Halach era de caracter hereditario. En la toma de decisiones era
ayudado por un consejos de sabios o "bataboob". Despues de los bataab estaban los ahcuch-
caboob que eran quienes administraban los barrios.
Otra casta significativa, a parte de la social, era la de los sacerdotes llamada "ahinoob". El
supremo sacerdote recibía el nombre de Ahuacán. La casta de sacerdotes poseían un papel
importante en la sociedad ya que interactuaban con cada miembro de la sociedad desde
prácticamente su nacimiento. Su actividad estaba también relacionada con los rituales, la
astronomía, la escritura y la administración de los templos.
Luego del Ahuacán, los sacerdotes de mayor prestigio eran los "chilames" o profetas quienes
interpretaban los oráculos. Esta casta sacerdota fue la responsable del desarrollo científico
adjudicado a los Mayas en especial la astronomía, la metemática, la medicina y la sistemas de
irrigación. Como muestra de su desarrollo aún se conservan las fabulosas pirámides, los canales
de irrigación subterráneos, los conceptos matemáticos, los pronósticos de eclipses con miles de
años de anticipación, el calendario más perfecto que existe, etc.
El desarrollo de los conceptos abstractos fue un punto admirable. El sistema vigesimal que
idearon les permitió elaborar cálculos muy complejos. Para representar los números utilizaban
jeroglíficos y un sistema de puntos y barras. Cada número era representado por un jeroglífico
y el segundo por puntos y barras, el punto vale uno, la barra cinco y el cero (El cero fue un
concepto abstracto que los Mayas manejaron mucho antes que pueblo occidental europeo que lo
adquirió de los árabes recién en el año 700) era representado por un espiral o caracol. Las
cantidades se escribían de abajo hacia arriba. Hasta el numero 19 eran representado a través
de éstos signos, a partir del 20 se empleaban posiciones se indicaba por posiciones que
indicaban el orden al cual pertenecía esa cantidad.
Ya hemos mencionado que la civilización Maya poseía un basto conocimiento de los cielos,
aprehendido únicamente por medio de la observación y el análisis detenido de la bóveda celeste
y de los ciclos naturales a lo largo de varias generaciones. Esos conocimientos astronómicos
estaban íntimamente ligados con la escritura, las matemáticas y, muy particularmente, con el
calendario, fundamental para un pueblo dedicado a la agricultura.
El conocimiento los ciclos agrícolas requería un estudio detallado del cielo diurno y nocturno;
de la trayectoria del sol, las fases de la luna y la posición de las estrellas. Todas estas
observaciones fueron sistematizadas, repetidas una y otra vez, registradas y , finalmente,
vinculadas con la vida material y espiritual de los mayas.
Los sacerdotes eran a la vez astrónomos; hombres de gran sabiduría. Para establecer la
trayectoria de los astros, los sacerdotes tomaban asiento diariamente en un mismo punto
generalmente la parte más alta de un templo u observatorio, durante largos periodos, y fijaban
la vista en el horizonte; con este método, y un palo plantado en el suelo, lograron determinar la
posición exacta de los planetas y las estrellas. También empleaban dos varas o hilos cruzados,
formando una equis; desde este punto fijo de observación, con un detalle natural en el
horizonte como referencia, anotaban el lugar desde donde salían y se ocultaban determinados
cuerpos celestes a lo largo de varios meses. De este modo lograron establecer, con asombrosa
precisión, los ciclos lunares, solares y venusinos y observar las conjunciones estelares que más
les interesaban.
Los códices tenían un orden, cada página estaba dividida en secciones de glifos, numerales y
figuras. Si bien casi todos los códices mayas fueron quemados o destruidos durante las
conquistas europeas, afortunadamente han sobrevivido hasta nuestros días únicamente tres
códices que han recibido el nombre de la ciudad en donde se encuentran: Dresde (Alemania),
París (o Peresiano) y Madrid (o Trocortesiano). (Otra observación sorprendente eran los
cálculos astronómicos respecto a Venus al que ellos llamaban Noh-ek, según su
observación Venus era una estrella matutina durante 236 días, era invisible durante su
conjunción superior 90 días, una estrella vespertina 250 días e invisible en su conjución
inferior 8 días lo que hace un total de 584 días. Una unidad de tiempo comprendida en
períodos ceremoniales de cinco revoluciones sinódicas o sea 2.920 días (5x584). Luego
compararon este dato con un período de 8 años terráqueos (8x365) con idéntico
resultado, ésto le ofreció un cálculo de correción para su calendario anual; Extraido del
Códice de Dresde)
Respecto a la religiosoidad de sus muertosd los mayas creían que cuando el hombre moría
penetraba en el Inframundo por una cueva "Xibalbá" . Los reyes seguían un sendero acorde a
los movimientos cósmicos del sol para llegar al Inframundo y ahí, mediante sus poderes
sobrenaturales, renacían en el cielo y se convertían en dioses; por ello, en su honor se
edificaban templos sobre sus sepulcros. Por el contrario, la gente común era enterrada bajo el
suelo de su propia casa, en compañía de algunos artículos religiosos de índole funeraria y de los
objetos que había usado en vida, con el fin de que su viaje al otro mundo fuera afortunado y
bendecido por los dioses. Los mayas creían que el espíritu era inmortal y que la vida en el Otro
Mundo dependía, entre otras cosas, de la conducta mostrada en éste.
El panteón de los dioses mayas fue uno de los más complejos debido a los múltiples rostros y
funciones de cada deidad.No obstante, se sabe que el dios supremo durante el periodo clásico
fue Itzamná, creador original, señor del fuego y de la tierra, inventor de la escritura y patrón
de las artes y las ciencias, quien frecuentemente era representado como serpiente. Su esposa
era Ixchel, diosa de la luna y señora de las mareas.Volver
Lo primero que hizo Nun Yal He fue engendrar el Árbol del Mundo,
llamado Wakah-Chan o Cielo Elevado. Así separó al cielo de la tierra y
estableció el centro de todo lo creado, el eje del cosmos. A veces, los
mayas representaban a este árbol como una exuberante caña de maíz
cargada de mazorcas maduras.
Luego, el Primer Padre dotó al cielo de movimiento circular, y mandó a andar entre él las
constelaciones. Todo lo que él hacía se registraba en las estrellas para que los hombres
pudiesen leerlo. En total, creían los antiguos mayas, el cielo tenía trece pisos y daba hospedaje
a los astros y a algunos animales solares. También imaginaron la tierra como un enorme
cocodrilo sobre el que los hombres de la cuarta creación se desplazan sin saberlo y en cuya
espalda se yergue la vegetación que hoy vemos selvas, bosques y desiertos. Sobre el lomo del
cocodrilo fue donde habitaron los antiguos mayas y construyeronsus palacios y edificios para
ofrenda de sus dioses en concordancia con los movimientos celestes que el Primer Padre
imprimiósobre cielo el día de la creación.
Bajo este cocodrilo se hallaba el inframundo, dividido en nueve pisos, en cuya parte inferior se
encontraba el Reino de Xibalbá. En el inframundo vivían los muertos en compañía de los
animales nocturnos o peligrosos, como los murciélagos, los búhos y los jaguares, y ciertas
deidades conocidas como Bolontikú.
Cuando el Primer Padre alzó el Árbol del Mundo, estableció también las ocho direcciones del
cosmos, que se desplegaron sobre la tierra como kan tzuk, kan xuk: Los mayas se referían, a
través de ellas, a los puntos cardinales y las cuatro esquinas del universo. A pesar de ello, los
mayas reconocían cinco direcciones básicas: el centro y los puntos cardinales, a cada uno de los
cuales le correspondía un color: al norte, el blanco; al sur, el amarillo; al oeste, el negro; y al
este, el rojo. En cada uno de ellos había un Bacab que llevaban sobre sus espaldas una porción
de cielo durante toda la eternidad. Y el centro, donde estaban ubicados el Árbol del Mundo y
las tres piedras de la creación, se consideraba el ombligo del mundo, el cordón umbilical
(representado como una cuerda con cabeza de serpiente que emergía del vientre de Nun-
Yal-He, el Primer Padre- con que la humanidad se conectaba con los dioses y la fuente de
la vida).
Teoría cosmogónica: Según esta teoría lo primero fue el Caos, las tinieblas y el silencio. El
verbo fue quien dió origen al Universo. El primer canto fueron producidos por Gucumatz y
Hurakán, el Corazón del Cielo, e Ixmucané, abuelo del Alba. En cada canto se produce una
materia producto de las vibraciones y es así que en el primero de ellos la materia generada fue
barro, pero vieron que no estaba bien, ya que no podía andar ni multiplicarse, hablaba pero no
tenía entendimiento. En el segundo canto surguen seres de madera, que se parecían al hombre,
hablaban como el hombre, se multiplicaban pero carecían de alma ni tenían memoria de su
creador. Fueron destruidos y tras ello sobrevino un gran diluvio enviado por los dioses.
El canto definitivo definitivo de creación engendró los hombres de maíz: Balam-Quitzé (Tiog
de sol), [Tigre de Sol u Jaguar de Sol]; Balam-Acab (Tiog de tierra), Mahucutah (Tiog de luna)
e Iqui-Balam (Tiog de aire). Todos ellos dotados de inteligencia, la facultad de hablar, andar y
multiplicarse. Eran buenos y hermosos. De maíz amarillo y de maíz blanco se hizo su carne; de
masa de maíz se hicieron sus brazos y la masa de maíz entró en la carne de nuestros padres,
los cuatro hombres que fueron creados.
Los Dioses: Son de naturaleza antropomorfa, fitomorfa, zoomorfa y astral. La figura más
importante es Itzamná, dios creador, señor del fuego y del corazón. Representa la muerte y el
renacimiento de la vida en la naturaleza. Itzamná se vincula con el dios Sol, Kinich Ahau, y con
la diosa Luna, Ixchel. Habría cuatro Itzamnás, los Bacabs correspondientes a las cuatro
direcciones del universo.. Otros dioses principales son Ek chuah: Dios de la guerra. Se le
representaba con el rostro negro, con la siniestra ave Moán en la cabeza. Era también dios de
los mercaderes, y como tal se le representaba caminando con un pesado fardo sobre la espalda.
Chac dios de la lluvia que suele aparecer multiplicado en varios chacs, divinidades que producen
la lluvia vaciando sus calabazas y arrojando hachas de piedra. Las uo (ranas) son sus
acompañantes y actúan como anunciadoras de la lluvia. Ligado con la vegetación y con un
alimento primordial entre los mayas y otras culturas precolombinas es el joven dios del maíz,
Ah Mun, en frecuente lidia con el dios de la muerte, Ah Puch, señor del noveno infierno. Otras
divinidades asociadas con las tinieblas y la muerte son Ek Chuah, dios de la guerra, de los
mercaderes y de las plantaciones de cacao. Ajchuj kak: Divinidad a la que se atribuían los
cataclismos naturales, y, en general, todas las manifestaciones de la fuerza bruta. Hunhau:
Señor de la muerte y príncipe de todos los demonios, en el Mitnal, infierno de los mayas, donde
se atormentaba a los condenados con suplicios de hambre, frío, sed, cansancio y tristeza.
Hurakán: Dios de las tempestades y, con Gucomatz, uno de los dioses que dieron la vida a
partir de las aguas.
Fueron en los códices en donde los Mayas registraban sus crónicas, sus hechos históricos y las
profecias cronológicas. Para escribir dichos códices era menester pertenecer a un grupo
selecto de sacerdotes llamados ah ts'ib o escribas. Éstos sacerdotes pertenecian al linaje de
"los sacerdotes de las Aguilas del Sol" o Chi - Man, (los Man eran los sabios, los antiguos), que
eran un grupo mágico, religiosos y científico. Ellos, desde muy niños eran iniciados en la
filosofía de la verdadera sabiduría que es la que viene desde nuestro interior y se encuentra
conectada con la energía universal. También ellos eran los únicos que poseían la facultad de
leerlos e interpretarlos. Generalmente su lectura se realizaba en ceremonias especiales.
Los Mayas construían sus códices a través de un proceso que le realizaban al árbol de higuera o
ficus. Ese producto que obtenían le llamaban kopó, que eran tiras de papel de entre 20 y 30
centímetros de ancho y siete metros de largo y lo plegaban en páginas de unos 13 cm. Luego de
la conquista y devastación realizada por el clérigo español sólo lograron salvarse tres códices:
El Código de Dresde, El Códice Peresianus y el Códice Tracortesianus. El Códice de Cresde fue
encontrado en la Ciudad de Viena en 1810 por Alejandro Humbolt. El mismo se encontraba
desde el siglo XVI en esa ciudad cuando Carlos I de España se lo había obsequiado al entonces
emperador de Alemania. La ciudad de Dresde fue brutalmente bombardeada durante la
segunda guerra mundial y éstos borbardeos afectaron la biblioteca de Dresde por lo que el
códice sufrió algunos daños, doce páginas de él fueron seriamente dañadas. Se pudo
establecer, a través de minuciosos estudios, que el mismo fue confeccionado por no menos de
ocho ah ts'ib, y se supone que es originario de Chichen Itzá durante los años 1000 al 1200. El
mismo posee información astrológica, pronósticos de eclipses y profecías de un katun. En otro
sector hay información sobre enfermedades y medicina y una con información de conjunciones
planetarias respecto a la Luna.. El Códice Peresianus fue hallado por León de Rosmy en el año
1859 en un basurero de la Biblioteca de P aris y es sólo una fracción del que fuese su original.
Se refiere a cuestiones de índole espiritual y ritual dividido en katunes que van desde el año
1224 al 1441. Códice Tracortesiano o Códice Madrid: hasta 1860 se encontraba en manos de
un particular Juan de Tro y Ortolano por lo que fue bautizado con el nombre de Códice Troano.
Luego fue adquirido por José Ignacio Miró hasta que en el año 1875 fue finalmente adquirido
por Museo Arqueológico de Madrid. Es un códice di índole predictivo y adivinatorio
El Popol Vuh o Libro de los Consejos: Traducido por Fray Francisco Ximenes contiene
versiones mitológicas primigenias mayas, es un tratado de cosmogonía, mitología y religión
maya. El Fray Ximénez hizo una transcripción del manuscrito del quiché al español y es esa la
versión que hoy conocemos de él ya que la original fue devuelta por él a algún lugar de las
montañas guatemaltecas y hasta la fecha no ha sido hallado. El Popol Vuh se puede dividir en
tres partes. La primera es un detalle de la creación y del origen de los hombres el cual hace
referencia a los tres intentos fallidos para crear al hombres, y el cuarto en que los dioses lo
lograron a través de la masa de maíz. La segunda parte se refiere a un tiempo anterior a la
creación de los hombres, las andanzas míticas de los dioses Hunahpú e Xbalamké (pequeño
jaguar) en el inframundo Maya, donde descalabran a los nueve dioses del inframundo y vuelven
a renacer convertidos en el Sol y en la Luna llena (Para los Mayas, cada día en que se ocultaba
el Sol, Venus le precedía, y era el instante en que Hunahpú e Xbalamke volvían a descender a
Xibalbá, a rehacer infinitamente la lucha entre el bien y el mal). La última parte es histórica.
Se refiere a la vida del pueblo Quiché desde su salida del mítico Tulán hasta los últimos reyes
asesinados por los españoles. El Popol Vuh, era conocido por todo el pueblo y su contenido se
cantaba y bailaba en las ceremonias (Amplia Información sobre el Popol Vuh en
http://www.uweb.ucsb.edu/~jce2/popol.html)
Balam significa "jaguar" o "brujo", y es, en realidad, un nombre de familia. Se dice que Chilam
Balam fue un taumaturgo, un sacerdote del pueblo de Maní que vivió poco antes de la Conquista
y que tenía gran reputación como profeta. Cuentan que junto con otros sacerdotes, llamados
Napuctun, Al Kauil Chel, Nahau Pech y Natzin Yubun Chan, predijo la llegada de una nueva
religión; tras la Conquista, esto se interpretó como un aviso de la llegada de los españoles y del
cristianismo. Las profecías se encuentran en los libros sagrados; de ahí derivó el llamarles
genéricamente Chilam Balames. Cada poblado escribió su propio libro, por lo que existen chilam
balames de numerosas poblaciones; entre ellas: Maní, Tizimín, Chumayel, Kahua, Ixil, Tekax,
Nah y Tusik; el más conocido es el Chilam Balam de Chumayel.
La mayor parte de los textos del Chilam Balam de Chumayel son de índole religiosa; destacan,
particularmente, los fragmentos relativos a los mitos cosmogónicos, sin aparente conexión
entre ellos, tal vez porque hacen referencia a leyendas de diferentes grupos, como los quichés
y los nahuas. Otros son de carácter ritual, calendárico o astronómico; existen también textos
históricos acerca de los principales grupos mayas yucatecos y lo que les aconteció tras la
Conquista. La obra concluye con las célebres profecías sobre la llegada de una nueva era
cosmológica.
Los escritos míticos y proféticos están redactados en un lenguaje de alto contenido simbólico
y con múltiples significados, en el cual se emplean metafóricamente objetos, colores y seres
naturales para expresar ideas. Es evidente que con esta escritura se pretendía no sólo dar a
los textos un carácter esotérico, sino ocultar a los profanos su significado verdadero.
Conforme se deterioraban, los chilam balames eran copiados, lo que provocó numerosos errores
de transcripción. También se les integraron nuevos textos, según el criterio de los
depositarios; por lo tanto, las versiones que conocemos no son las originales, sino copias
realizadas a finales del siglo XVII y a lo largo del siglo XVIII. A continuación enumeramos
algunos aspectos de las profecías descriptas:
Primer Profecía: El sol Kinich-Ahau es un ser vivo que cada cierto tiempo se sincroniza con el
enorme organismo en el que existe, al recibir luz del centro de la galaxia brilla más
intensamente, produciendo erupciones solares y cambios magnéticos, e esto sucede cada 5.125
años, en donde la tierra se ve afectada por los cambios en el sol mediante un desplazamiento
de su eje de rotación. A partir de la fecha de su civilización 4 Ahau 8 Cumku es decir desde el
año 3113 AC, 5.125 en el futuro, sábado 22 de diciembre del año 2.012 el sol recibirá un fuerte
rayo sincronizador proveniente del centro de la galaxia cambiando su polaridad transformando
una vibración mucho más alta. Es el quinto gran ciclo solar. El desarrollo de ésta es un periodo
un katum es decir desde 1.992 hasta el año 2.012.
"En el trece Ahau al final del último katum, el itzá será arrollado y rodará Tanka, habrá un
tiempo en el estarán sumidos en la oscuridad y luego vendrán trayendo la señal futura los
hombres del sol; Despertará la tierra por el norte y por el poniente, el itzá despertará".
Tercer Profecía: Variaciones climáticas,cambios en el comportamiento del sol que producen una
alteración en las lluvias, disminuye su cantidad, intensidad y regularidad. El aumento de la
temperatura producirá fuertes vientos, huracanes y tornados. Al aumentar la temperatura
disminuirá la humedad relativa en el ambiente lo que traerá como consecuencia menos
nubosidad en el cielo y mayor exposición al sol agravando así el problema, así se evaporará el
agua de los suelos produciéndose grandes sequías y muchos incendios forestales en todo el
planeta, la falta de agua producirá grandes inconvenientes en toda la vegetación, reduciendo su
crecimiento y disminuyendo considerablemente el tamaño de las Cosechas.
Cuarta Profecía: El aumento de temperatura y una mayor actividad del sol provocara un
derretimiento de hielo en los polos, habrá una mayor producción de viento solar, más
erupciones masivas desde la corona del sol, un aumento de la irradiación y un incremento en la
temperatura del planeta.
Sexta Profecía: Aparecerá un cometa cuya trayectoria pondrá en peligro la existencia misma
del hombre. Los mayas veían a los cometas como agentes de cambio que venían a poner en
movimiento el equilibrio existente para que ciertas estructuras se transformasen permitiendo
la evolución de la conciencia colectiva. Antiguamente la esfera celeste era el dominio de los
dioses, la aparición sorpresiva de un objeto desconocido que dominaba la noche era motivo de
miedo y misticismo; por ese motivo los mayas construyeron observatorios dedicados a estudiar
dichos fenómenos. Querían entender sus impredecibles movimientos en el cielo, especialmente
después que establecieron las posiciones de los planetas y las estrellas.
Séptima Profecía: Eel momento que el sistema solar en su giro cíclico sale de la noche para
entrar al amanecer de la galaxia. Dice que los 12 años que van desde 1999 al 2012, la luz
emitida desde el centro de la galaxia sincroniza a todos los seres vivos y les permite acceder
voluntariamente a una transformación interna que produce nuevas realidades. La energía
adicional del rayo trasmitido por Hunak-Hu activa el código genético de origen divino en los
hombres que estén en una frecuencia de vibración alta. Este sentido ampliara la conciencia de
todos los hombres, generando una nueva realidad individual, colectiva y universal, una de las
trasformaciones más grandes ocurrirá a nivel planetario, pues todos los hombres conectados
entre sí como un solo todo, dará nacimiento a un nuevo ser en el orden galáctico.
Imagen de "El Castillo" o "Piramide de Kukulkan" en Chichen Itza. Los días del equinoccio un juego
de luces aparenta el descenso de la serpiente empulumada.
» - Si me matáis - les dijo - puedo hacer que el sol se oscurezca en su altura. Los indígenas
se miraron fijamente y Bartolomé sorprendió la incredulidad en sus ojos. Vio que se
produjo un pequeño consejo, y esperó confiado, no sin cierto desdén. Dos horas después, el
corazón de Fray Bartolomé Arrazola chorreaba su sangre vehemente sobre la piedra de los
sacrificios (brillante bajo la opaca luz del sol eclipsado), mientras uno de los indígenas
recitaba sin ninguna inflexión de voz, sin prisa, una por una, las infinitas fechas en que se
producirían los eclipses solares y lunares, que los astrónomos de la comunidad maya habían
previsto y anotado en sus códices sin la valiosa ayuda de Aristóteles...»
La asombrosa civilización maya sigue siendo un misterio. Pero un misterio en el cual la
"civilización occidental" tiene mucho de culpa. Durante la conquista, la intolerancia,
incomprensión y soberbia de conquistadores y evangelizadores prácticamente acabaron con
todo el conocimiento escrito de este fabuloso pueblo. Lejos de aquella creencia de que "los
indígenas son tan bárbaros que no inventaron la escritura" el pueblo maya tenía códices o
libros que lamentablemente en un arranque de fanatismo religioso fueron quemados por los
evangelizadores. Los códices que han sobrevivido prácticamente se pueden contar con los
dedos de las manos, y por fortuna el celo religioso no acabó con las innumerables estelas de
piedra.
La civilización maya la podemos ubicar entre los años 1000 a.C. y 1542 d.C. Ocuparon un
área geográfica que va desde la península de Yucatán, en México, hasta Honduras, en
Centroamérica, aunque su área de influencia cultural fue mucho más extensa. Algunos
hallazgos en cavernas en centroamerica permiten fechar evidencias de su cultura en épocas
tan remotas como el año 2400 a.C., aunque la fase más interesante, su apogeo o Período
Clásico tuvo lugar entre el 250 al 900 d.C.
Las matemáticas
Durante un tiempo, lo único que conocíamos de los mayas era lo que sus fantásticas
construcciones nos permitían intuir. Y lo poco que se conocía de su escritura nos permitió
adentrarnos en la habilidad matemática que poseían. Su sistema de numeración tal vez fue
el más efectivo y conciso de su tiempo. En lugar de nuestro familiar sistema decimal (base
diez) ellos empleaban un muy efectivo sistema vigesimal (base veinte) con el cual podían
registrar grandes cifras y realizar cálculos con mayor facilidad que los europeos de su
tiempo (¿alguno ha visto lo ridículo y arduo que es realizar cálculos con números
romanos?). El sistema, aunque de base veinte solamente empleaba dos símbolos para su
representación. La unidad o uno era representada con un simple punto, el cinco o múltiplos
de éste numero eran representados con una linea. Pero el símbolo que encierra una
revolución en el mundo de las matemáticas fue un caracol: representaba al numero cero.
Esto demostraba una vez más la genialidad de los mayas. Ninguna civilización del planeta
hasta entonces, por muy avanzada que fuera, había dado representación numérica al cero.
Los mayas lo hicieron y con ello generaron un muy buen sistema numérico.
Representación de los veinte principales jeroglíficos mayas de su sistema numérico vigesimal.
Solamente emplean 3 símbolos (punto, raya y caracol). Nótese lo trascendental del empleo del número
cero, único en aquella época.
Representación de numeros grandes. Para representar el número 32 se usaban los símbolos 1 y 12,
puesto que representaban 20+12. El punto en la parte alta (parte de los "vigésimos") representa al 20, y
el 12 en la parte baja a las unidades. Mientras en la numeración arábiga extendemos las cifras hacia la
izquierda, en la numeración maya las cifras se extienden hacia arriba.
Mientras nuestra civilización actual tiene que representar números grandes con una
secuencia de dígitos que se va extendiendo hacia la izquierda y que en caso de cantidades
grandes producen largas y abrumadoras secuencias de dígitos, el sistema vigesimal maya
permitia representar grandes cantidades con una serie muy reducida de símbolos.
Por ejemplo los mayas podían representar los números del 0 al 19 con solamente un
jeroglífico, cuando representaban el 20 entonces empleaban una segunda cifra. El veinte era
un caracol con un punto encima, el veinticinco era una barra con un caracol encima, y así.
Veámoslo de una forma más matemática. El 32 en base diez consiste es igual a 3 x10+2,
por eso lo representamos como un 2 seguido a la izquierda con un 3. En cambio en el
sistema vigesimal maya el 32 es igual a 1 x 20+12, por eso se representa con dos puntos y
dos barras con un punto en su nivel superior.
En las ilustraciones anexas podemos ver claros ejemplos de como el sistema vigesimal
maya disminuye considerablemente el numero de "cifras" necesarias para representar
grandes números. Incluso los cálculos de grandes números en sistema vigesimal resultan
muy sencillos. ¡ Solo es cuestión de sumar o restar puntos y/o barras!
En ocasiones a los mayas los han denominado "los griegos de América". Pues en sistemas
numéricos los mayas superaron a los griegos. Los filósofos del Egeo se veían fácilmente
abrumados por las cantidades grandes. Pasado los cuantos miles, para los griegos la
cantidad era tan elevada que la consideraban prácticamente igual a "infinito". En cambio,
los mayas con su representación vigesimal representaban y realizaban cálculos de
cantidades tan grandes como millones. Un hecho curioso en la numeración de los mayas es
que no usaban sistemas fraccionarios. Sin embargo para solucionar ese problema utilizaron
un recurso inteligente pero desconcertador: usar múltiplos de la fracción que dieran valores
enteros.
Todos estos fundamentos matemáticos darían lugar al estudio del cosmos que influiría en
cada una de las actividades de su civilización.
Códices, astronomía y adivinación
Como las demás civilizaciones antiguas, el estudio de la astronomía por parte de los mayas
estaba estrechamente relacionada con su cosmovisión, sus mitos y su religión. Sus avances
en matemáticas y astronomía tienen principalmente una aplicación ritual y adivinatoria. La
dinámica de los astros esta íntimamente ligada a la agricultura y los ciclos climáticos que
son tan importantes para el sostenimiento de una sociedad. La astronomía se convirtió en
un instrumento de predicción que permitió a los sacerdotes-gobernantes conservar el poder.
Eran los señores supremos, capaces de controlar los fenómenos naturales, e incluso
provocarlos. Los cultos desarrollados por los sacerdotes parecian a los ojos del pueblo
como la causa de los fenómenos naturales, y consecuencia de la correcta realización de los
rituales. Pero este "circo, maroma y teatro" de los sacerdotes mayas estaba cimentado en los
abundantes registros astronómicos que durante siglos habían conservado. Allí estaba la
razón de su conocimiento de la existencia de diversos ciclos astronómicos como los
eclipses y los períodos de planetas como venus y marte.
Los abundantes y antiguos registros astronómicos mayas les permitieron la elaboración de
calendarios de gran precisión. Así por ejemplo los mayas pudieron determinar el período
lunar (el transcurso entre una luna nueva y otra) , que conocemos como mes sinódico. Los
mayas lo calcularon en 29,5308 días, contra los 29,5306 medido por la tecnología actual:
tan solo 24 segundos de diferencia. Para logra tal precisión realizaron un concienzudo
registro de 405 lunaciones ocurridas durante 11,960 días. ¡Un proyecto científico que duró
más de tres décadas!
En la actualidad se considera que solamente cuatro códices mayas sobrevivieron del
imperdonable "terrorismo y destrucción" que sufrió la cultura maya: el Códice Dresde,
París, Trocortesiano y Grolier. Todos ellos tienen interesantes referencias astronómicas,
pero para decepción de los científicos extremos, hay que aclarar que el interés de los mayas
por el estudio de los astros no tuvo un fundamento totalmente científico. Su interés era
conocer la mecánica celeste como un método para realizar pronósticos, rituales
adivinatorios. En una sola palabra los que hoy conocemos como astrología.
El Códice Dresde, fechado en el siglo XI, hace referencia a las sucesivas apariciones de
Venus como estrella matutina, el lapso que aparece como estrella vespertina y los períodos
en que desaparece. Lo interesante sobre las efemérides de Venus que aparecen en este
códice es que dicho calendario pronosticaba con notable exactitud las posiciones de Venus
en los próximos 384 años. De igual forma el códice incluye tablas lunares de las fechas en
que tendrían lugar los eclipses, así como la obtención del período lunar en base a las 405
lunaciones comentadas lineas arriba. Aunado a ello, el códice parece contener unas tablas
que relacionadas con el período sinódico del planeta marte y, con el número de días que
dura su movimiento retrógrado en el cielo.
El Códice París contiene una representación aparente de lo que sería un zodiaco con trece
constelaciones representadas como trece animales colgando de una especie de serpiente
cósmica. Por su parte en el Códice de Madrid o Códice Trocortesiano hay una notable
aplicación del calendario ritual (el "Tzolkin" que describiremos más adelante), pero su
aplicación tiene que ver más bien para usos rituales y de adivinación, un objetivo que
también comparte con el Códice París. El códice más astronómico de todos tal vez sea el
Grolier, el cual esta centrado exclusivamente en el ciclo del planeta Venus.
Otra interesante fuente de información astronómica son los glifos o grabados en piedra,
tanto en estelas como grabados en monumentos. Por ejemplo en Copán, en Honduras
existen monumentos levantados para señalar el término del katún, un período religioso de
20 años marcado en el calendario maya conocido como "cuenta larga". También se han
encontrado glifos que registran el paso de cometas, las posiciones astronómicas de Venus
asociadas con otros ciclos astronómicos como las fases de la luna. También en Copán se
encuentra el denominado "Altar Q" el cual según estudiosos representa la reunión de sabios
que tuvo lugar hacia el 775 d.C. para realizar ajustes al calendario maya. Ajustes que, dicho
sea de paso, hicieron al calendario maya más preciso que el calendario que actualmente
usamos.
En el friso del edificio de las Monjas de Chichen Itzá hay 24 símbolos semejantes a los del
Códice París en franjas celestes y símbolos de Venus los cuales bien pueden se la
representación del zodiaco de los mayas.
Otros objetos celestes de mucho significado para los mayas eran las Pléyades, las cuales las
conocían como Tz-ab, la cola de cascabel. Al igual que en otras culturas de mesoamerica,
las Pléyades tuvieron mucho que ver en la orientación de varios centros ceremoniales, y
predecían el día de la siembra y el comienzo de las lluvias con su salida matinal del 25 de
abril. La estrella polar, o Xaman-Ek, también era utilizada para orientarse al igual que en
otras civilizaciones. La Vía Láctea era conocida como Wakah Chan, la serpiente erecta, y
revestía de tanta importancia como la Pléyades en la orientación de monumentos.
Los calendarios
Algunos investigadores que han analizado las estelas y códices mayas han logrado
enumerar hasta 17 calendarios distintos, los cuales fueron elaborados de acuerdo a diversos
ciclos celestes. De ellos, dos son los calendarios más importantes en la actividad cotidiana
de los mayas. El primero de ellos es el calendario solar Haab, de 360 días, que se basa en la
traslación de la tierra alrededor del sol. El otro es el calendario sagrado o sacerdotal o
Tzolk'in, de 260 días.
El Haab o calendario solar consistía de 18 meses de 20 días cada uno, lo cual da un total de
360. A ellos se le agregaban 5 días llamados Uayeb, sin nombre, los cuales eran
considerados días malos. Para la nomenclatura de los días (denominados "Kin") se
realizaba anteponiendo el día al mes, como habitualmente lo hacemos en lengua española.
Los días se numeraban del 0 al 19, y los meses tenían nombres asociados con la naturaleza:
colores, animales, astros. Un hecho fantástico en la historia de maya de los calendarios tuvo
lugar hacia el año 249 a.C. cuando los sabios mayas se reunieron en Huehuetlapan para
realizar un ajuste al calendario. A partir de esa fecha tendrían tres años de 365 días seguidos
de uno de 366 días. Los mayos habían inventado el año bisiesto para ajustar la diferencia
entre el año solar y la duración de los días. En el "civilizado" viejo continente aún tendrían
que pasar doscientos años para que Julio Cesar decretara una reforma semejante que
actualmente conocemos como calendario juliano.
Sin embargo este ajuste no fue suficiente, pues con el transcurso de los años se pudo
apreciar como los 365,25 días del año no eran suficientes para compensar ajustar algunas
diferencias calendaricas con respecto al inicio del año (solsticio de invierno ). Nuevamente
la iniciativa corrió a cargo de los mayas, los cuales se reunieron hacia el año 775 de nuestra
era en Copán, en la actual Honduras. Para entonces la diferencia entre el solsticio de
invierno y el inicio del año calendarico ya era de nueve días. Para subsanar esta diferencia,
los sabios mayas realizaron un nuevo ajuste a su calendario que dejó el año en 365,242
días, un valor que difiere en tan solo 24 segundos al año que hemos podido medir con
nuestra tecnología actual. ¡Sin embargo en Europa un ajuste semejante no tendría lugar
hasta nueve siglos después! Para entonces, en el año 1582, el papa Gregorio XIII veía con
preocupación como el inexacto calendario juliano arrastraba tantos días de inexactitud que
muy pronto debería celebrar la pascua en pleno verano, en lugar de inmediatamente
después del inicio de la primavera. Para ello se implanto el calendario gregoriano que nos
rige actualmente, sin embargo cabe destacar algo muy importante: ¡el calendario maya es
más exacto que el usado actualmente! Para el ajuste del calendario con el año trópico,
Gregorio XIII (o mas bien sus asesores científicos) suprimieron tres años bisiestos cada
cuatro siglos, lo cual produce un desajuste de un día cada 3225 años. Sin embargo lo mayas
optaron por suprimir cuatro días bisiestos en un período de 500 años lo cual produce un
desajuste de un día en 5263 años. En la actualidad, la Organización de las Naciones Unidas
tiene varios proyectos para corregir el calendario actual, uno de ellos es precisamente
emplear la solución de los antiguos mayas. En caso de que se llegara a implementar en
estos albores del tercer milenio, finalmente habríamos adoptado un calendario de gran
exactitud como el implementado por los mayas desde hace 13 siglos.
Por su parte el calendario ritual o Tzolk'in aún conserva mucho de misterio. ¿Por qué un
calendario de 260 días? La razón sigue siendo un misterio. A la fecha se ha descubierto que
la referencia más antigua de un calendario mesoamericano de 260 días viene de Monte
Albán, Oaxaca, en el sur de México, región dominada en su tiempo por zapotecas y
olmecas. El calendario está datado en el 600 a.C. y sus orígenes astronómicos aún no son
claros. Por ejemplo tres y medio años de eclipses corresponden a dos tzolkines, el intervalo
de aparición de Venus como estrella matutina es de 263 días, el período sinódico de Marte
corresponde a tres tzolkines, entre otras múltiples hipótesis. Este calendario era utilizado
para ceremonias rituales consistía en 13 días de 20 meses. A diferencia del calendario Haab,
los días recibían nombres igualmente asociados con la naturaleza y los meses eran
numerados del 1 al 20. Para nombrar las fechas del calendario Tzolkin se anteponía el
numero de mes al nombre del día.
Los mayas usaban los calendarios Haab y Tzolkin de manera simultanea, e incluso
fusionaban la nomenclatura para poder hacer referencia a determinados acontecimientos
que hubiesen ocurrido en distintos años. Esto era debido a que una determinada fecha de un
año solar caía en una fecha lunar distinta de otro año solar. Por ejemplo: con el calendario
Tzolkin la fecha "3 Akbal" se repetiría al cabo de 260 días, y con el calendario Haab la
fecha "19 Kayab" se repetiría al cabo de 365 días. Pero al usar simultáneamente ambos
calendarios podríamos tener la fecha "3 Akbal 19 Kayab" la cual no volvería a repetirse
hasta pasados 18.980 días o 52 años. Por ello los períodos calendáricos de los mayas eran
52 años, lo cual implicaba para los mayas y otras civilizaciones mesoamericanas un
simbolismo especial: la renovación de todo al cabo de 52 años. El ceremonia del "fuego
nuevo" de los aztecas", por ejemplo.
Imagen de la "Estela 7" que tiene de fondo el "Palacio de las 7 doncellas" el cual también presenta un
importante alineamiento astronómico.
El espectáculo arqueoastronómico mas conocido mundialmente sobre el mundo maya es sin
duda alguna el que ocurre en "El Castillo" o "Pirámide de Kukulkán" en Chitchen Itza.
Construido hacia en 800 de nuestra era, es un asombroso calendario solar que marca los
días del año así como los equinoccios de primavera y de otoño. El Castillo es un templo de
forma piramidal de 28 metros de altura con 91 escalones en cada uno de sus cuatro caras.
Los escalones son un registro en piedra del año solar. 91 escalones por 4 lados, más un
nivel extra por la plataforma da un total de 365, un peldaño por cada día del año. En marzo
y septiembre, cuando tienen lugar los equinoccios de primavera y otoño, respectivamente,
las mastabas o plataformas sobre las cuales está construída la pirámide proyectan sombras
triangulares sobre las paredes de las escalinatas. Las escalinatas están adornadas en su base
por sendas cabezas de serpiente que simbolizan a Kukulkán (o Quetzalcoatl, la serpiente
emplumada), y con los triángulos de luz y sombra provocados por la iluminación del sol
equinoccial provocan una fantástica ilusión de una serpiente que está descendiendo a tierra
desde la parte alta de la pirámide. Muy posiblemente la pirámide de Kukulkan presentaba
otros alineamientos astronómicos en diversas secciones de su construcción,
lamentablemente estas hipotéticas alineaciones las hemos perdido. Cuando la pirámide fue
descubierta se encontraba en un estado excesivamente ruinosa, y en su mayor parte de la
construcción que vemos en la actualidad es obra de un arduo proceso de reconstrucción.
El mundo maya en centroamerica también tiene interesantes emplazamientos
arqueoastronómicos. La ciudad maya más importante en este aspecto es Copán, en
Honduras. Fundada en el siglo V a.C. y abandonada en el 850 de nuestra era presenta una
gran cantidad de estelas y construcciones con motivos evidentemente astronómicos. Por
ejemplo la estela numero 2 sólo recibe luz solar en su cara frontal cuando el astro rey se
encuentra en su solsticio de invierno. Las estelas 10 y 12 indican con su alineamiento la
puesta de sol el 12 de abril y el 1 de septiembre, la primera de estas fechas es el inicio de la
temporada de lluvias. Pero lo interesante de esta alineación es que la estela 12, en el sector
oeste de Copán se encuentra a 7 kilómetros de la estela 10, y ésta ultima queda bajo el
horizonte.
Las mismas fechas, 12 de abril y 1 de septiembre, también están involucrados con el
edificio 22 u "Observatorio". El famoso arqueoastronomo Anthony Aveni descubrió que
una estrecha ventana de éste edificio en su parte media apuntaba hacia el ocaso solar en
estas fechas. Dicha ventana siempre se alineaba con Venus en el atardecer entre abril y
mayo. Pero había más. El año anterior en que Venus alcanzaba su posición más elevada en
el horizonte, el primer día de visibilidad del planeta por la ventanilla siempre se retrasaba 8
días, del 25 de abril al 3 de mayo. Al año siguiente de alcanzar la posición extrema, el
último día de visibilidad de Venus obedecía a las mismas fechas. Estas fechas marcadas por
dicha ventana y las posiciones de Venus tenían un razón simbólica: la fecha intermedia
entre el 25 de abril y el 3 de mayo, esto es el 29 de abril, corresponde al paso zenital del sol
sobre Copán. Con ello, los dos astros más importantes para los mayas Venus y el Sol se
veían involucrados simbólicamente en el mismo edificio. Y esta función arqueoastrológica
está perfectamente grabada en las serpientes de cabezas bicéfalas del edificio, una
representa a venus y apunta precisamente hacia el poniente, la otra representa al sol y esta
apuntando hacia el naciente. Ante dichas implicaciones el Edificio 22 también ha recibido
el nombre de Templo de Venus.
El ocaso de los dioses
La gran civilización maya, como todas las importantes civilizaciones de la historia, no
podía sobrevivir por siempre en su máximo esplendor. Su colapso todavía no está muy
claro para los arqueólogos e historiadores. Las hipótesis son diversas. ¿Que hizo abandonar
a los mayas sus majestuosas ciudades? Algunas de las hipótesis más aceptadas sugieren que
los mayas no supieron administrar sus tierras para obtener los alimentos que requerían para
subsistir. Las tierras se empobrecieron, al parecer hubo un abuso en la tala de arboles que
provocó importantes erosiones de la tierra y probables cambios en el clima. La producción
de alimentos decayó, las ciudades se vieron afectadas. Los mayas, que creían que todas las
bondades de la naturaleza eran producto de los favores de los dioses, como pago por el
sacrificio de sangre de sus señores y nobles, empezaron a abandonar las ciudades-estado
con la creencia de que la sangre de sus reyes ya no era del agrado de los dioses. Los
grandes señores perdieron su poder, y la civilización maya se desmembró en pequeños
aldeas de campesinos. La gran civilización maya había muerto y solo trozos de su herencia
pasarían a los indígenas lacandones y los aguerridos chamulas. El excesivo celo
evangelizador de los conquistadores sería la segunda gran tragedia de los indígenas mayas,
en ella se destruyeron valiosísimos libros y códices mayas, así como diversas obras pétreas
que nos hubieran permitido conocer mejor a el pasado maya. Lamentablemente lo poco que
queda de la herencia maya en los indígenas se esta viendo amenazado por lo que podría ser
la tercera gran tragedia maya... En la actualidad los indígenas mayas se encuentran
acosados por nuevos invasores: un gobierno que no termina de comprender su situación
social; un movimiento de presuntos guerrilleros con más habilidad para la actuación que
intenciones para solucionar los problemas; grupos políticos que buscan manipular el
conflicto para sus propósitos particulares; el acoso de religiones que están dividiendo, y en
ocasiones explotando, a las familias indígenas; y algunos extranjeros que lejos de ayudar a
los indígenas han introducido nuevos factores que han complicado la existencia de los
mismos y tratan de robarles su identidad.
Ojalá que así como la luz solar ilumina en el amanecer el templo de Dzibilchaltún,
igualmente un futuro esperanzador ilumine a los últimos descendientes de los mayas para
lograr lo único que realmente desean: vivir en paz y en libertad para gozar de su
maravillosa herencia.
Bibliografía
1. Arqueoastronomía. Jesús Ríos Alvarado. Sociedad Astronómica de la Laguna.
Marzo 1996.
2. Copán, la ciudad que refleja el Universo. Pablo Villarrubia Mauso. Misterios de la
Arqueología y del Pasado. Año 1 No. 6. 1997.
3. La astronomía entre los antiguos mayas. Elena Ortiz García. Misterios de la
Arqueología y del Pasado. Año 1 No. 11. 1997.
4. Estudio del Códice Cortesiano. Alfonso Lacadena y Ana Verde. Misterios de la
Arqueología y del Pasado. Año 1. Nums. 9 al 11.
5. El Calendario Maya. Antonio Bernal González. Revista Universo. No. 19. Nov.
1996.