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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN SUPERIOR


UNIVERSIDAD JOSÉ ANTONIO PÁEZ
ESCUELA DE DERECHO
CATEDRA DERECHOS HUMANOS
SAN DIEGO-CARABOBO

LA DIGNIDAD HUMANA Y LOS


DERECHOS HUMANOS

San Diego; Marzo de 2019


1- ¿Cuantos miembros permanentes conforman actualmente en la OEA?

La Organización de Estados Americanos (OEA) es un organismo regional que está


compuesto por 35 países: Antigua y Barbuda, Argentina, Bahamas, Barbados, Belice,
Bolivia, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Dominica, Ecuador, El
Salvador, Estados Unidos, Granada, Guatemala, Guyana, Haití, Honduras, Jamaica,
México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, San Cristóbal y
Nieves, San Vicente y las Granadinas, Santa Lucía, Surinam, Trinidad y Tobago, Uruguay
y Venezuela.

2- ¿Explique brevemente el contenido de la carta de la OEA y su importancia?

La Carta Democrática Interamericana declara de manera sencilla y directa: "Los


pueblos de América tienen derecho a la democracia y sus gobiernos la obligación de
promoverla y defenderla". En sus 28 artículos, este documento histórico adoptado el 11 de
septiembre de 2001 detalla de qué se trata la democracia y especifica cómo debería ser
defendida contra amenazas. La Carta Democrática otorga a los gobiernos del hemisferio
una nueva brújula para guiar su acción colectiva cuando la democracia enfrenta peligros.

¿Por qué es importante la Carta Democrática Interamericana?

Refleja la voluntad política actual de 34 naciones democráticas. La Carta


Democrática responde directamente a un mandato de los presidentes y primeros ministros
de las Américas, quienes dijeron hace pocos meses en la ciudad de Quebec que el
hemisferio necesitaba mejorar su capacidad de respuesta a las amenazas a la democracia.
Define, por primera vez, lo que los países miembros de la OEA consideran los
elementos esenciales de la democracia. Establece procedimientos para seguir no solamente
cuando la democracia se interrumpe totalmente, como en un golpe de Estado, sino cuando
el orden democrático ha sido seriamente alterado y la democracia está en riesgo. Los
elementos esenciales democráticos acordados por los gobiernos, sirven de base para evaluar
las desviaciones.

Fortalece las bases jurídicas de la democracia en el hemisferio. Junto con los


principios y prácticas que han evolucionado en el marco de la OEA, la Carta Democrática
ofrece otra herramienta para utilizar en la defensa de la democracia.

Evolución de la Carta

La propuesta inicial para una Carta Democrática Interamericana fue presentada en


abril por el gobierno de transición de Perú, poco antes de la Tercera Cumbre de las
Américas, realizada en abril de 2001. En la Declaración de Quebec, los presidentes y
primeros ministros afirmaron que el compromiso compartido de respetar la democracia y el
estado de derecho es “una condición esencial” para la participación en el proceso de las
Cumbres. Los líderes enfatizaron la necesidad de fortalecer la capacidad del hemisferio de
responder cuando la democracia es amenazada e instruyeron a sus cancilleres a preparar
una Carta Democrática "que refuerce los instrumentos de la OEA para la defensa activa de
la democracia representativa".

Luego de la Cumbre, representantes ante la OEA elaboraron un documento de trabajo


para la consideración de la Asamblea General de la OEA, que celebró su última sesión
ordinaria del 3 al 5 de junio en San José, Costa Rica. La Asamblea General aprobó un
borrador y encomendó al Consejo Permanente que lo ampliara y fortaleciera antes de
terminar el mes de septiembre. Un grupo de trabajo del Consejo, encabezado por el
Embajador de Colombia ante la OEA, Humberto de la Calle, negoció el texto final,
tomando en cuenta opiniones escritas presentadas por gobiernos y por ciudadanos en los
países de las Américas. La OEA invitó a la sociedad civil a que contribuyera con sus ideas
y opiniones sobre el tema, a través de un sitio de Internet creado para ese propósito.

El 6 de septiembre, el Consejo Permanente aprobó un borrador final, que fue


presentado a los cancilleres de la región durante una sesión extraordinaria de la Asamblea
General en Lima, Perú. Los 34 países democráticos de las Américas firmaron la Carta
Democrática Interamericana el 11 de septiembre.

3-¿Explique brevemente que es la Corte Penal Internacional y su importancia?

La Corte Penal Internacional (CPI) fue fundada un hito en la lucha contra la


impunidad de los peores crímenes contra la humanidad: el genocidio, los crímenes de lesa
humanidad, crímenes de guerra y el crimen de agresión. La idea de un tribunal
internacional permanente e independiente que responsabilice a individuos, incluyendo a los
jefes de Estado o de Gobierno, para rendir cuenta de esos crímenes fue considerada durante
mucho tiempo una utopía. De hecho, la creación de la propia Corte fue nada menos que un
milagro de la diplomacia y de la sociedad civil de todo el mundo.

Pero debemos mirar más allá del milagro de su creación y evaluar a esta institución
por sus logros. La justicia penal internacional sigue siendo un trabajo en progreso. El
Tribunal tiene que, con frecuencia, navegar campos políticos minados cuando investiga
aquellos mayormente responsables de crímenes atroces, mientras defiende los más altos
estándares del debido proceso y da a innumerables víctimas una voz. La maquinaria judicial
independiente de la Corte mantiene su curso. Se han completado tres casos y la Corte ha
demostrado su eficacia. Su efecto disuasorio se ha evidenciado empíricamente: algunos
posibles autores han evitado cometer crímenes atroces. Como bien señaló el Secretario
General de la ONU, Ban Ki-moon , “la vieja era de la impunidad ha terminado. En su lugar,
poco a poco, estamos asistiendo al nacimiento de una nueva era de la rendición de cuentas.”
Casi dos tercios de los estados miembros de la ONU se han unido a la Corte.
Pero las dificultades persisten. Doce órdenes de detención emitidas por la CPI siguen
sin ser ejecutadas. Esta cifra incluye la orden contra el presidente Al Bashir de Sudán,
quien aún tiene que responder por los abominables crímenes que siguen aterrorizando a la
población civil de Darfur. Su reciente escape de la justicia en Sudáfrica fue noticia en todo
el mundo y alimentó los fuegos retóricos de los escépticos y detractores de la Corte.

Lo que estos críticos tienden a olvidar, sin embargo, es que la CPI no tiene las
mismas herramientas de ejecución que los tribunales nacionales. No hay una fuerza policial
de la CPI persiguiendo a los fugitivos de alto perfil en todos los rincones del mundo. El
fracaso de las órdenes de detención pendientes es atribuible a los Estados que no están
cumpliendo con su responsabilidad de ejecutarlas. No es un fracaso de la Corte.

Los críticos también alegan que la Corte es selectiva, enjuiciando los crímenes de
algunos sobre todo en África sin tener en cuenta los de los demás. Pero la realidad es que
la mayoría de las investigaciones en África han sido solicitadas por los propios Estados. No
debemos olvidar, así mismo, que la Corte no puede investigar delitos fuera de su
jurisdicción. La percepción de la selectividad se desvanecería rápidamente si todos los
países que aún no han aceptado la jurisdicción de la Corte subieran a bordo. Hasta
entonces, la responsabilidad de evitar la impunidad en Estados que no son parte de la Corte
recae en el Consejo de Seguridad de la ONU. El. Consejo tiene la potestad de autorizar
investigaciones de la CPI en cualquier parte del mundo. Puede hacerlo en los lugares donde
se cometen atrocidades masivas de manera diaria — sin embargo las víctimas en Siria y
Corea del Norte, por citar sólo dos crisis actuales, han estado esperando la acción del
Consejo demasiado tiempo.

Después del Holocausto, Ruanda y Srebrenica, nos dijimos “nunca más”.


Necesitamos algo más que palabras: necesitamos acción. Este es nuestro llamado a la
acción.

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