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“año de la lucha contra la corrupción”

UNIVERSIDAD ANDINA NESTOR CACERES VELASQUEZ


FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD
ESCUELA PROFECIONAL DE PSICOLOGIA

CURSO DE TERAPIA DE LENGUAJE


TRABAJO
TIPOS DE NEUROSIS
PRESENTADO POR: Leny Marylyn Ticona Molleapaza
DOCENTE: Dr. Marco Edgardo Deza Guzman
Juliaca- 2019
TIPOS DE NEUROSIS
¿Qué es la neurosis?
La neurosis, también denominada neuroticismo, se define como la tendencia a mantener
un estado emocional negativo a largo plazo. Esto significa que los sentimientos o
emociones negativas se experimentan con una intensidad y frecuencia mayores que otras
personas. Ansiedad, culpabilidad, ira, agresividad, envidia, desesperación son algunos
ejemplos. Esto provoca que los niveles de estrés del individuo sean muy elevados, y hace
que la percepción de amenaza y negatividad sea más alta de lo que es en realidad.
Quienes padecen neurosis se caracterizan por rechazar aspectos de su propia realidad
interior. Procuran tomar distancia de sus sentimientos, pensamientos o deseos a partir de
pautas estrictas. Son estrategias psicológicas que ya tienen automatizadas, que utilizan
sin ser conscientes, y dificultan el control y la gestión de las emociones. A fin de cuentas,
se trata de un conflicto contra uno mismo, donde el individuo enfrenta la parte que no se
atreve a admitir con aquella que se obliga a mostrar. Como cualquier confrontación,
conlleva elevados grados de sufrimiento.
«El hombre neurótico se cierra a sí mismo el camino hacia sus genuinas posibilidades, se
interpone ante sí mismo en el camino hacia su poder ser» — Viktor Emil Frankl
A modo de resumen, diremos que la neurosis que contempla la psicología clínica actual
se define como un trastorno que deforma el pensamiento racional, así como el
funcionamiento familiar, social y laboral considerado adecuado.
Síntomas de la neurosis
¿Cómo sabemos si padecemos neurosis? Existen una serie de síntomas que nos pueden
estar dando pistas de que algo no va bien:
Síntomas físicos de ansiedad: sudoración excesiva, palpitaciones, sequedad de boca,
dolor en el pecho, etc.
Síntomas psicológicos de ansiedad: sensación de pérdida de control, de «estar
volviéndose loco», temor a una muerte súbita, etc.
Baja estabilidad emocional.
Preocupaciones o fumigaciones excesivas.
Anhedonia o falta de interés hacia actividades que antes se consideraban placenteras.
Apatía y cansancio frecuente.
Sentimientos constantes de tristeza e indefensión.
Irritabilidad
Alta susceptibilidad y sensibilidad, llegando a sentirse heridos con frecuencia.
Frustración fácil ante problemas cotidianos.
Rigidez, dificultad para aceptar cambios en el entorno.
Problemas interpersonales (con familia, amigos, en el trabajo) por la poca tolerancia hacia
otras personas. Suele generar problemas de convivencia. En los casos más graves, puede
conducir al maltrato psicológico.
 Tendencia al aislamiento social.
 Tendencia a la internalización de problemas.
 Tendencia a la timidez.
 Tendencia al desarrollo de fobias.
 Dificultades para tomar decisiones.
 Dificultades para salir de casa.
Por supuesto, no se tienen que cumplir todas para considerar que se sufre neurosis, sino
que basta con la combinación de un número significativo de estos síntomas para empezar
a plantearse acudir a un profesional de la psicología.
Neurosis, problemas de atención y de memoria
Como ya hemos visto, la neurosis mueve grandes cantidades de ansiedad. La ansiedad
está relacionada con los problemas de memoria y las dificultades atencionales, pues la
preocupación excesiva promueve la falta de concentración. El uso de calendarios, post-
its, listas, agendas y otros dispositivos de organización en las épocas de mayor ansiedad
es una buena opción para contrarrestarla. Los entrenamientos para la memoria y
pasatiempos también son de gran ayuda, además de los suplementos vitamínicos (a ser
posible, de origen natural, como ginseng o guaraná).

Tipos de neurosis
Neurosis de ansiedad
Se caracteriza por presentar preocupaciones catastróficas y ansiedad excesiva, lo que
genera los síntomas fisiológicos y psicológicos que hemos tratado en el punto anterior.
Puede manifestarse desde agitación moderada hasta ataques de pánico.
Neurosis depresiva
Conlleva sentimientos profundos de tristeza, desesperación y desamparo. Se suele
experimentar anhedonia, baja autoestima, sentimiento de culpa, autopercepción de
inutilidad, frustración, etc. Las características de esta modalidad se relacionan con
la depresión o la distimia (siendo esta última una forma leve y crónica de depresión).
Neurosis neurasténica
Se manifiesta mediante fatiga, debilidad, síntomas depresivos y autodesprecio, con
tendencia a una magnificación de los acontecimientos. Es frecuente que aparezca en la
adolescencia tardía.
Neurosis obsesivo-compulsiva
Está caracterizada por la presencia de obsesiones, es decir, pensamientos o imágenes
intrusivas y persistentes. En muchos casos, las preocupaciones son catastróficas y sin
ninguna base racional. Para contrarrestar la ansiedad que estas producen, se llevan a cabo
las compulsiones, que son conductas repetitivas o rituales mentales. Es frecuente que la
neurosis llegue a confundirse con el Trastorno Obsesivo-Compulsivo.
Neurosis de guerra o de combate
Se conoce más comúnmente por «Trastorno de estrés postraumático» y aparece
ante circunstancias muy impactantes, como aquellas que conlleven lesiones graves o
muerte. Produce niveles de estrés muy intensos que suelen generar discapacidad e incluso
incapacidad funcional, afectando de un modo negativo al desempeño diario.
Neurosis histérica
Actualmente es conocida como «Trastorno de conversión», ya que la energía que
provoca un conflicto interno es convertida y descargada en el propio cuerpo para reducir
la ansiedad. Esto genera síntomas físicos no explicables por otra condición médica, como
contracturas, parálisis, entumecimiento, vértigos, incapacidad para hablar o ceguera.
Detrás de estos síntomas subyace una angustia emocional más profunda.

También podemos encontrar la variante de «Histeria de disociación», donde algunos


elementos de la personalidad se separan y se aíslan del resto de la psique del individuo.
Neurosis de repetición
Se intenta resolver en el presente un asunto que quedó sin concluir en el pasado. Se
reproducen relaciones conflictivas previas que confirman la idea que se tiene del entorno
y del mundo, lo que lleva a que esta misma realidad continúe como el individuo cree que
es. A este fenómeno se le denomina Profecía Autocumplida (por ejemplo, «siempre
caigo mal a los demás», «todos se ríen de mí», «la gente me trata con desprecio», etc), y
consigue que los síntomas se retroalimenten (nos comportamos como creemos que nos
van a tratar y al final terminamos haciendo que nos traten como tal).
Neurosis hipocondríaca
Existe una preocupación excesiva y catastrófica por sufrir enfermedades que en realidad
no se padecen, ya que se interpretan de forma errónea los síntomas corporales. A pesar
de las evaluaciones o palabras tranquilizadoras que se reciban, la creencia se suele
mantener.
En esta variante se sufre un período de desconexión de la persona de su cuerpo y
pensamientos. Esto provoca la sensación de «estar viviendo dentro de un sueño».
Además, estos síntomas tienden a aparecer a la vez que los del miedo, pánico o ansiedad.
Como en la mayoría de los subtipos anteriores, afecta negativamente a la percepción,
la atención, la concentración y la memoria.
Tratamiento Neurosis
Como habréis notado en todas estas líneas, prefiero hablar de «persona que sufre
neurosis» antes que de «persona neurótica». Creo que es importante distinguir al
individuo de su trastorno. «La persona tiene» es una mejor alternativa a «la persona es».
Así, dejamos a un lado las etiquetas que convierten al individuo en un puñado de
síntomas, en lugar de alguien que necesita ayuda. No hay que olvidar que es posible
recuperar el equilibrio emocional y una calidad de vida aceptable.
Un diagnóstico correcto facilita elegir un tratamiento adecuado, y por ello recalcamos la
importancia de acudir a un profesional. Este tratamiento dependerá en gran medida
de los síntomas, la intensidad y el grado de interferencia de los mismos con la vida del
paciente. En función de la especialización del psicólogo o psiquiatra, se puede abordar
mediante psicoterapia, ejercicios de control de la activación, relajación, autocrítica,
dinámicas de grupo, psicofármacos (por ejemplo, el uso de Benzodiacepinas para tratar
la ansiedad) u otras alternativas.

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